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Guillermo

 Bodner       1  
 

El proceso de simbolización en la transferencia


Guillermo Bodner

Analista didáctico de la Sociedad Española de Psicoanálisis (IPA)


E-mail: gbodnerp@gmail.com

Introducción La ontología del símbolo El


Las tres vertientes que confluyeron en el Entre los autores que han investigado el
nacimiento del psicoanálisis, el tratamiento símbolo en psicoanálisis, empezando por
de la histeria, el análisis de los sueños y el Freud se observa una tendencia general a
descubrimiento de la sexualidad infantil, buscar su origen fundamental, la realidad o
pusieron en evidencia que los síntomas, las verdad última de la que parten las trans-
imágenes y las fantasías tienen un sentido formaciones que convergen en la forma
simbólico. simbólica.
El símbolo, con sus raíces culturales, Haciendo un trayecto desde el símbolo
antropológicas y sociales cubrió una etapa hacia sus “orígenes”, encontramos que el
de las primeras investigaciones psicoanalí- punto de partida se pierde en la penumbra,
ticas, pero la práctica clínica abrió nuevos por lo que se suele recurrir a denominacio-
horizontes que desplazaron el interés desde nes como lo “incognoscible” o la “realidad
el símbolo hacia el proceso de simboliza- o verdad última”. Es un terreno incómodo
ción. Al centrarse en el proceso, la atención que se suele mencionar de paso, para llegar
se focalizó en la estratificación del psiquis- a zonas más claras en la que sea posible
mo desde una “superficie” manifiesta, hacia cierto discernimiento.
una “profundidad” latente. Estos planos se Pero si sus orígenes son oscuros, lo
refieren a estructuras de sentido psicológico mismo ocurre con el producto “final”. El
con consecuencias efectivas en la organiza- símbolo, ya sea lingüístico, pictográfico o
ción mental. sonoro no tiene un sentido unívoco y siem-
La simbolización como proceso, con- pre queda inconcluso y abierto. Tal vez
sidera que el símbolo expresa un desarro- haya aquí una diferencia con el símbolo
llo y una construcción a partir de algunos matemático, cuya exactitud le priva, no
elementos. La determinación de estos obstante de otras cualidades comunicativas.
elementos, a partir de los cuales se pone Incluso podríamos dudar, desde el punto de
en marcha el proceso de simbolización, es vita psicoanalítico si un símbolo conclusivo
un tema de debate, abierto a diferentes y cerrado, merece realmente la denomina-
enfoques y controversias que enriquecen ción de símbolo.
el psicoanálisis actual. Desde distintos Precisamente un atributo valioso del
referentes teóricos se proponen modelos símbolo lingüístico, es su carácter abierto,
acerca de qué se simboliza, (el deseo, el no totalmente definido, accesible a la poli-
impulso, la relación de objeto, la sexuali- semia, a las connotaciones y al juego creati-
dad reprimida, etc.) y cuáles son los ca- vo-poético (poiético) en el sentido etimoló-
minos que recorre este proceso. Este reco- gico de la palabra.
rrido transcurre simultánea y sucesiva- Podemos decir que todo aquello que de
mente a través de lo intrapsíquico, lo in- alguna manera estimula en el psiquismo la
tersubjetivo y la relación con el objeto necesidad de ser comunicado, es una fuente
externo real. potencial de símbolos. Este planteo de

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enorme amplitud, abarca todas las fuentes entre conocimiento e intuición, actuando
posibles que impacten de manera directa o por separado la sensibilidad y el concepto.
indirecta el aparato psíquico, sin excluir el Para Kant esto no es posible porque el pun-
propio cuerpo. Entre el estímulo y la puesta to cero del discurso cognoscitivo válido, se
en marcha de la simbolización, debe haber da a partir del concepto que es la síntesis de
un paso intermedio que es el registro psico- la sensibilidad y el entendimiento.
lógico de lo que produce el estímulo. El Kant no dice que no se puede hablar de
estímulo, por sí mismo no puede generar lo que está “antes” de esa síntesis, que de-
símbolos sin la función intermediadora del nomina “desconocida raíz común”; lo que
psiquismo y la afectividad. cuestiona es la validez cognoscitiva de tal
En sus construcciones teóricas Freud, discurso. Me he extendido en este punto
Bion y otros, se refieren a un nivel del psi- porque con frecuencia se mencionan en
quismo incognoscible, que relacionan con psicoanálisis términos como “verdad últi-
lo que la filosofía describe como la “cosa en ma” y el O de Bion, que él mismo equipara
si” kantiana, incognoscible por definición. con la “cosa en sí” kantiana, sin hacer estas
Desde el punto de vista filosófico, se trata precisiones que me parecen necesarias. Por
de un aspecto crucial en la encrucijada yo- otro lado el papel del conocimiento y de la
sujeto-objeto. intuición, aparece, en forma manifiesta o
En sentido estrictamente kantiano, “co- no, en muchos de los debates actuales acer-
sa en sí” en un concepto límite que queda ca del modo de abordar la clínica.
por fuera del ámbito de lo cognoscitivo y Es frecuente encontrar en la literatura
por lo tanto la aspiración de conocimiento psicoanalítica menciones a ese “lugar des-
sobre el mismo carece de validez. No obs- conocido” o “incognoscible” desde donde
tante el propio Kant mostró sus fluctuacio- parten los fenómenos que captamos, perci-
nes en su obra y éste ha sido uno de los bimos, sentimos y que entonces se trans-
puntos de partida del debate con los autores forman en elementos observados, deduci-
principales del idealismo. El idealismo y su dos o inferidos a través del método psicoa-
aspiración a lo “absoluto”, cuyos represen- nalítico. Pero si “verdad última” o lo “in-
tantes principales fueron Schelling y Hegel, cognoscible” puede hacer pensar en la os-
buscaron superar el límite marcado por curidad, en lo místico, favorecido por el
Kant. propio Bion en sus interesantes comenta-
Más de dos siglos después, es un debate rios sobre San Juan de la Cruz, podemos
que sigue aportando elementos de reflexión llegar a terrenos imposibles de explorar. No
sobre el conocimiento y sus límites, la cien- obstante el propio Bion, en una de sus ano-
cia, el arte y en definitiva, de qué se trata taciones, ofrece un punto de vista más cla-
cuando se habla de filosofía. Es evidente ro. Opina que nuestra disciplina puede en-
que la pretensión de conceptualizar el in- trar en crisis debido a que “en esa zona no
consciente y sus producciones y hacer de existe lenguaje que pueda expresarla. Trata-
ello un recurso terapéutico no es ajeno a la ré de decirlo así: la realidad fundamental es
prolongación de estas discusiones. el “infinito”, lo desconocido, la situación
En otros términos podemos trasladar la para la cual no hay lenguaje –ni siquiera
discusión filosófica al plano psicoanalítico prestado por el arte o por la religión, que
formulando la pregunta de si es posible intenta acercarse a describirlos”. (Bion,
reivindicar la validez de un discurso mera- 1992) En efecto, si dejamos de lado las ver-
mente cognoscitivo del inconsciente o si dades últimas o el terreno de lo incognosci-
por el contrario estas capas profundas se ble, podemos admitir que es una zona, tal
captan a través de una interacción continua vez de indiferenciación somato psíquica,

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que abarca una cantidad infinita de elemen- adquirido una extensión casi universal en
tos y por esta razón, (la imposibilidad de nuestra disciplina. No obstante, Melanie
delimitarlos) se hace inaccesible al conoci- Klein modifica no sólo el nombre sino el
miento. mismo concepto dando origen al complejo
A su vez estas cuestiones se relacionan nombre de “objeto interno” que ha dado
de manera directa con el tema tantas veces lugar a numerosos debates.
discutido, y en el que no vamos a entrar Laplanche y Pontalis (1974) nos dicen
ahora, sobre el carácter científico del psi- que la representación forma el contenido de
coanálisis y en caso afirmativo qué tipo de un acto de pensamiento y la reproducción
ciencia sería. de una percepción anterior. Los primeros
modelos teóricos destinados a explicar las
La distancia de la cosa psiconeurosis se centran en la distinción
Aunque desde el punto de vista de un ob- entre afecto y representación. La represen-
servador, pueda parecer superfluo aclarar tación reprimida podrá ser simbolizada,
que la cosa y su representación no son lo mientras que el afecto es suprimido. “La
mismo, los psicoanalistas al tratar patolo- representación es aquello que del objeto se
gías graves nos hemos familiarizado con el inscribe en los sistemas mnémicos y estos
hecho sorprendente de que en algunos in- sistemas movilizan la simbolización. Freud
dividuos esta diferencia no es evidente. concibe la memoria como sistemas mnémi-
Freud construye precisamente un mo- cos y designa como “huella mnémica” la
delo en el que se diferencia la representa- impresión que guardando similitud con un
ción de cosa y la representación de palabra. objeto, no va ligado a una cualidad senso-
Sería discutible si la dificultad de discrimi- rial.”
nación es entre “cosa” y “representación” o Nos desviaríamos mucho de nuestro
entre “ambos tipos de representaciones”. tema si entramos a discutir similitudes y
Pero si la cosa y su representación (y la diferencias entre el concepto de representa-
palabra y su representación) no son lo ción en Freud y el de “objeto interno” en
mismo, estamos hablando de una diferencia Melanie Klein. Para destacar sólo una ca-
que podemos denominar distancia, aun racterística distintiva entre muchas, diría
sabiendo que no nos referimos a distancias que el objeto kleiniano es indisoluble de su
espaciales. Pero ha de haber una distancia concepción de fantasía inconsciente, mien-
entre un elemento y otro para que exista la tras que la representación freudiana, no está
discriminación y no la fusión-confusión. tan íntimamente ligada al fantaseo. No obs-
Considero que esta concepción de la tante, el lector interesado puede encontrar
distancia en el ámbito del sentido y no en el descripciones exhaustivas en obras dedica-
ámbito del espacio, en un factor esencial en das al tema. (Perlow, 1995; Hinshelwood,
el proceso de simbolización. Si se quiere, 1997)
esta distancia en el plano del sentido es una Al pasar del infinito incognoscible a
metáfora del plano espacial y por lo tanto el pensar en representaciones o en objetos, ya
punto de partida de la simbolización. hemos dado un salto conceptual en el ámbi-
La infinidad de potenciales estímulos to del pensamiento psicoanalítico. Ahora
sobre el psiquismo ha tratado de ser capta- tenemos referentes conceptuales a partir de
da conceptualmente por las escuelas teóri- los cuales podemos trazar hipótesis sobre la
cas clásicas. Así Freud ha acuñado el tér- creación de los símbolos.
mino representación para designar aquello Estos conceptos están distanciados de
que presenta (o re-presenta) el estímulo en la cosa y hago énfasis en esta dimensión
el psiquismo y la palabra representación ha porque la distancia, la separación o el en-

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cuentro son datos clínicos relevantes que sentación. Cada uno de ellos puede ser el
permiten la exploración cuidadosa de as- punto de partida de procesos de simboliza-
pectos primarios del funcionamiento men- ción, con vías y modos de procesamiento
tal y que se relacionan con el simbolismo. diferentes. Lo que parece estar cuestionado,
Las separaciones más evidentes observadas es si en el camino de la simbolización, el
en la clínica ocurren entre una sesión y paso por la representación reprimida es
otra, las vacaciones y otras interrupciones necesario o no.
claramente observables. No obstante creo Al ocuparnos de la simbolización, de-
que la distancia o separación se da también bemos fijar el área de nuestra exposición
en el seno de la sesión analítica cuando la para no dejar los límites indefinidos. Nos
interpretación del analista parece “distante” ocuparemos de la simbolización en la rela-
o “separada” del relato del paciente. Se en- ción analítica. Establecido así se puede de-
tiende que esto puede deberse a un error cir que el punto de partida está en el pa-
del analista, pero también puede corres- ciente y la recepción en el analista. Ésta es
ponder a una dificultad del paciente de to- una versión sintética, porque cada uno de
lerar la versión “simbólicamente interpre- estos términos se complejiza de acuerdo
tada” de su relato, que implica obviamente con los modelos teóricos desarrollados des-
un distanciamiento simbólico. de Freud hasta nuestros días en que la in-
teracción paciente-analista cobra cada vez
La construcción del símbolo más relevancia.
El modelo de Bion plasmado en la tabla que Lo mismo puede decirse del modelo a
describe la organización cada vez más com- veces utilizado del objeto partido en dos y
pleja de los elementos hasta llegar al símbo- que permite un posterior reconocimiento al
lo ha tenido mucha aceptación, incluso por reunir los trozos separados. Este ejemplo es
fuera del marco kleiniano de su autor. El excesivamente simplificador, no tiene una
modelo bioniano o algunos de sus concep- fundamentación sólida y es pobre respecto
tos son utilizados por analistas de forma- al símbolo en psicoanálisis. La reunión de
ciones muy diversas. las dos partes separadas sólo permite el re-
Simplificando, podemos decir que el conocimiento de lo que había estado sepa-
punto de partida del proceso de simboliza- rado. En cambio el símbolo, psicoanalíti-
ción surge de elementos psíquicos que son camente relevante, no sólo restaura una
denominados representaciones en el marco compresión perdida (por represión o por
freudiano y objetos internos en el kleiniano. escisión) sino que añade algo más. No es lo
En un primer momento Freud conside- mismo que la simbolización revele una se-
raba que se simbolizaba lo que había sido xualidad reprimida, que poner de manifies-
reprimido. Pero a medida que el concepto to que la sexualidad estaba reprimida debi-
de lo inconsciente se fue ampliando con el do a las fantasías incestuosas que la alimen-
hallazgo de mecanismos más primarios que tan.
la represión, se advirtió la existencia de un Desde los primeros modelos freudia-
inconsciente no reprimido, gestionado por nos, centrados en el síntoma, la historia o
otros medios que Freud apuntó y sus conti- las imágenes del paciente, se ha pasado a
nuadores ampliaron. Si en una primera una implicación cada vez mayor del analista
formulación Freud diferenciaba entre un y su manera de involucrarse en el proceso.
inconsciente descriptivo y uno dinámico, El papel del objeto receptor con su subjeti-
éste ha aparecido bajo la forma de incons- vidad, es activo en la formación del símbo-
ciente reprimido, partes inconscientes no lo, que no depende sólo de la organización
reprimidas y estados de la mente sin repre- psicopatológica del paciente, sino de la sen-

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sibilidad del analista de su capacidad de algunos autores sólo se puede hablar de


escucha, de los esquemas teóricos que ma- simbolismo, cuando lo simbolizado es in-
neje, de la profundidad de la percepción de consciente.
su propia contratransferencia y de su capa- Tal vez uno de los modelos más cono-
cidad imaginativa disponible para este pro- cidos y sistematizados sobre la formación
ceso. de símbolos sea el de Bion. Es importante
Como señalamos más arriba, la rela- destacar al respecto que no se trata sólo de
ción entre símbolo y simbolizado en el aná- un modelo basado en síntomas o sueños,
lisis tiene efectos movilizadores si el símbo- sino que es parte de la construcción de
lo pone de relieve algo más de lo simboliza- una teoría del pensamiento, de lo que
do. Ese algo más será una estructura in- Bléandonu (1994) llama el Bion epistemo-
consciente, reflejada como pulsiones y de- lógico.
fensas, como relaciones de objeto, como Bion estudiaba las alteraciones del pen-
conflictiva edípica o como sea que esté con- samiento en la esquizofrenia y otras psico-
figurada la comprensión del analista. Com- sis graves que le llevaron a considerar que el
prensión que está basada en su formación ataque al propio pensamiento, es caracterís-
teórica, pero más que nada en su capacidad tica de estas formas de psicosis. De ahí pasa
receptiva hacia lo que se trasmite en el a construir su teoría del pensamiento basa-
vínculo transferencia-contratransferencia. da en diferentes pasos en la transformación
Naturalmente el proceso implica una de las experiencias emocionales primarias.
capacidad del paciente para formar símbo- Al proponer su teoría psicoanalítica del
los o para evocar en el analista receptor la pensamiento, Bion (1962) nos sorprende
puesta en marcha de su receptividad simbo- con una afirmación inquietante. Señala que
lizadora. Green (1975) considera que frente el pensar es el resultado de dos procesos
a un paciente neurótico, el analista puede exitosos; el primero es la formación de
asumir una actitud más “objetiva” y su fun- pensamientos y el segundo es el desarrollo
cionamiento es predominantemente deduc- del aparato para pensarlos. Los pensamien-
tivo. En cambio, con pacientes del espectro tos no son el producto de la función del
fronterizo el analista pone más en juego su aparato psíquico, sino que son los pensa-
subjetividad y su función es más inductiva. mientos los que fuerzan la creación del apa-
Freud diferencia representaciones de rato para pensarlos.
palabra y de cosa. En la alucinación primi- Para comprender este giro radical frente
tiva la representación de cosa equivale al a lo que dice el sentido común, debemos
objeto percibido y se carga en ausencia de aclarar que Bion llama pensamiento en esta
éste. La representación inconsciente pató- etapa, a algo no pensado pero vivido como
gena, está en el punto en el que el objeto es anhelo, como expectativa que debe hacer un
inseparable de sus huellas, el significado es recorrido para ser pensable. Este recorrido
inseparable del significante. El simbolismo, pasa por que la expectativa (preconcepción)
es un modo de representación indirecta y se encuentre con el objeto adecuado para
figurada de una idea, de un conflicto, de un brindarle satisfacción (realización): de esa
deseo inconsciente: sería simbólica toda conjunción surge la concepción, que no es
representación sustitutiva. todavía el concepto, pero que es un paso
Lo que la psicología designa como con- desde la expectativa hacia la abstracción. Se
ductas simbólicas son las que atestiguan la trata de la experiencia tolerada frente a la
aptitud del sujeto para diferenciar un orden ausencia del objeto de la satisfacción.
de realidad irreductible a las “cosas” y que Aquí aparece el giro en el modelo, por-
permite un uso generalizado de éstas. Para que alcanzada la concepción, el sujeto pue-

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de enfrentarse con la satisfacción o la frus- están por fuera de las capacidades percepti-
tración. Bion limita la idea de pensamiento, vas de uno y otro miembro de la pareja. Se
en este punto de su elaboración, a lo que influyen mutuamente, interaccionan y has-
resulta del encuentro de la preconcepción ta pueden compartir fantasías. Pero el espa-
con la frustración. A esta altura del modelo cio de las fantasías compartidas de la pareja
bioniano, pensamiento es algo más vivido analítica, es compatible con la radical alte-
que pensado, aunque es un paso ineludible ridad de sus espacios privados. Es esa alte-
en el camino de la conceptualización y el ridad radical la que estimula la curiosidad,
pensamiento abstracto. el interés, el genuino deseo de saber qué hay
La conocida tabla de Bion es de limita- más allá de los límites.
da utilidad durante la sesión. En cambio es Pero este espacio, vedado a la percep-
un proyecto riguroso para ser usado fuera ción, es en cambio, el lugar posible de la
de la sesión, como una propuesta acerca de imaginación. Una imaginación compatible
la evolución de los elementos desde sus con la incertidumbre pero no con la certeza
formas más primitivas a las más complejas alucinatoria, que manifiesta la intolerancia
del pensamiento conceptual. a los límites de este espacio.
Más allá de la utilidad que se le pueda Dentro del triángulo edípico, el sujeto
dar a la tabla, es importante recordar el aprende o no, según las circunstancias, a
sentido de sus dos ejes: mientras uno mues- captar las diferentes funciones entre los
tra la génesis de los elementos del pensar, el ángulos del triángulo y los lados del mismo,
otro eje muestra el uso que se hace de esos teniendo en cuenta que los lados no nos
elementos, desde su expulsión, pasando por iguales sino que el que une al sujeto con sus
organizaciones defensivas para evitar la funciones paterna y materna (o simboliza-
realidad, hasta las más complejas formas de dora y contenedora) es diferente a las que
abstracción comunicativa desde el abordaje une a los objetos parentales entre sí. Es di-
realista. Es importante recordar que reali- ferente, asimétrica y su carácter inaccesible
dad aquí se refiere tanto a la realidad exter- es la metáfora de la prohibición del incesto
na, como a lo que llamamos realidad inter- en el nivel intrapsíquico y de la intersubje-
na. tividad inconsciente.
Son muchos los factores que pueden in-
El espacio simbólico fluir para que este proceso de simbolización
La capacidad de simbolización se basa en la se lleve a cabo de una manera exitosa o por
relación de una cualidad especial vista des- el contrario, muestre deficiencias que afec-
de la subjetividad del individuo. La relación tan la comunicación y el pensamiento. En-
del self con el objeto interno y externo es tre tantos factores implicados, destaca la
esencial para modular los impulsos libidi- necesidad de un objeto y una función: la
nales y agresivos que den soporte y estabili- función de reverie del objeto receptor de las
dad al vínculo. El triángulo edípico, sea en comunicaciones. El mecanismo básico des-
su versión del sujeto con sus padres reales o crito por Bion, es una ampliación de la
en su representación interna como funcio- identificación proyectiva de Klein, que deja
nes intrapsíquicas es un requisito para la de ser sólo una defensa patológica, para
adecuada tramitación de las emociones y abarcar también la función de la comunica-
ansiedades básicas. ción primitiva normal. Los mecanismos
La pareja parental en relación, la escena pulsionales o los códigos básicos (Ogden,
primaria, tiene su correlato metafórico en la 1986) trasladan la vivencia desde el sujeto a
situación analítica. El espacio intrapsíquico su objeto específico con capacidad de pro-
del paciente, como también el del analista cesarlas y devolverlas con sentido.

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Esta capacidad de trasladar al objeto está invariablemente expuesta a infinitud de


ansiedades que por su intensidad o su cua- estímulos que mencionábamos anterior-
lidad se hacen intolerables para el sujeto, es mente. La incorporación de esos estímulos
el vehículo para esa comunicación tempra- o sus respectivas representaciones, implica
na por medio de la cual, los elementos beta una inevitable disposición del psiquismo
(sin capacidad de ligarse, ser soñados, al- maduro a tolerar desorganizaciones parcia-
macenados o pensados) se transforman en les y pasajeras que no implican patología.
elementos alfa. Estos tienen capacidades Por el contrario, lo que conduciría a situa-
potenciales, tanto para el almacenamiento ciones potencialmente patológicas sería que
mnémico, como para el sueño, el pensa- las nuevas experiencias no pudiesen ser
miento, la creación. integradas en el mundo interno y quedaran
Si la capacidad de reverie o función alfa entonces, como vivencias escindidas.
está en un primer momento alojada en el Este aspecto ha sido desarrollado por R.
objeto cuidador, también se instala paulati- Britton (2001a). Ya el esquema unidirec-
namente en el psiquismo del sujeto, que va cional de Klein (esquizoparanoide-
incorporando esta función como parte de depresivo) fue modificado por Bion con su
su crecimiento psíquico y del desarrollo de fórmula más dinámica Ps-D; en ella las po-
su autonomía. Pero el desarrollo de la fun- siciones ya no son sólo etapas evolutivas,
ción alfa, nunca será definitiva, en tanto sino estados mentales en constante oscila-
que el sujeto humano, como ser social, ción. Esta visión, menos lineal y más diná-
siempre necesitará de un otro para la trans- mica, pone énfasis en la capacidad de tole-
formación creativa de su capacidad de pen- rar desorganizaciones pasajeras que hagan
sar. Otra cuestión es si ese otro es una pre- posible la inclusión de nuevas experiencias.
sencia externa, unas inscripciones internas Britton ha denominado esta fase “posición
o ambas a la vez. Lo que es claro es que el post-depresiva” y creo que es totalmente
self necesita de la alteridad para estimular, aplicable al símbolo.
crear y desarrollar la comunicación simbó- Como este mismo autor ha señalado en
lica. Es más, es esa brecha, esa discontinui- otras obras (2001b) el símbolo cerrado
dad la que crea lo heterogéneo, que es lo conduce a la idealización, a la idolatría o al
que da cuenta el símbolo. fundamentalismo. Por ese motivo conside-
Con esto que afirmamos hemos am- ro que un símbolo que favorezca la comu-
pliado el campo de que sólo lo reprimido es nicación, el crecimiento permanente y el
fuente de simbolización o que ésta sea una desarrollo mental debe estar disponible a
característica propia de las neurosis, para las vicisitudes de esta etapa “post-
pensar que la actividad simbolizadora se depresiva” y poder tolerar las ansiedades de
extiende por todo el espectro de estados estas desorganizaciones parciales.
mentales, parte de niveles arcaicos, primiti-
vos, transcurre por senderos variados, pero Algunas otras perspectivas
deben ser recogidos siempre por un extre- En los últimos años se ha prestado especial
mo receptor sensible, dispuesto a un desci- atención a todo aquello que se comunica
framiento que no es una simple traducción, por medios no verbales o que acompaña a
sino un trabajo complejo e interminable. la verbalización. Me refiero a lo relativo al
Decíamos antes que a un elemento acto, la actuación o el enactment como se
conclusivo y cerrado, difícilmente se le prefiere denominar para resaltar su función
puede atribuir la función de un símbolo. La comunicativa.
organización mental no es estática, pues eso Entre muchos aportes destacaría el
implica un repliegue defensivo. La mente artículo publicado por G. Sapisochin

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(2014) en el que revisa la idea freudiana de En este modelo lo puesto en acto dra-
agieren, que equipara al concepto de ena- mático pertenece a lo inconsciente-no-
ctment. Freud conceptualiza el agieren reprimido que está estructurado en un len-
dentro del proceso y de la sesión analítica guaje visual como secuencias imaginarias
y lo articula con la compulsión de repeti- de gestos psíquicos, que se expresan a través
ción en la transferencia. Pero Freud no de la repetición compulsiva. Sapisochin
pensó que la transferencia suscita una ac- sostiene que su trabajo busca distanciarse
tuación dramática complementaria del de la noción de irrepresentable de Green y
analista que lo hace presente en el escena- Botella, de lo no mentalizado de Marty, de
rio analítico. lo no simbolizado de Steiner o de lo poco
Según Sapisochin hay gestos psíquicos estructurado de Spence, Schafer, Viderman.
que serían equiparables a lo que Bleger La importancia de esta precisión radi-
(1989) denomina aspectos sincréticos depo- ca en que el autor no considera los "regis-
sitados en el encuadre. Es lo mudo del pa- tros no representacionales" o de "funcio-
ciente que se pone en acto dramático. Seña- namiento menos simbolizados" o "no sim-
la que “lo mudo utiliza las palabras como bolizados" porque no hay espacio en su
actos de lenguaje porque inducen cierta modelo para la idea de vacío representa-
posición identificatoria del analista en el cional. Creo que es una idea interesante en
encuentro, para dramatizar cierto gesto abierta contradicción con otros modelos
psíquico no verbalizable”. La escena drama- actuales, que sugieren que traumatismos
tizada hace visible un gesto psíquico que la precoces pueden crear precisamente ese
pareja analítica simboliza; un gesto psíquico déficit o vació representacional (Levine,
del paciente cuyo formato no es compatible Scarfone, Reed, 2013)
con la lógica verbal. Lo que resulta de esta propuesta es la
La acción interpretativa, es el medio hipótesis de que si no se siguen los destinos
que torna visible un gesto psíquico invisible de la representatividad verbal, esto no im-
que requiere de una nueva interpretación plica de por sí que carezcan de representa-
verbal del analista en un proceso perma- ción. En este sentido, y aunque el autor
nente que no tiene una meta definitiva. considera que “toda interpretación en el
Recordemos lo que señalábamos más arriba aquí y ahora es implícitamente una cons-
respecto a la posición depresiva, considera- trucción sobre el vínculo con un objeto del
da por Klein como la meta y la solución de pasado presentificado a través de lo drama-
la conflictiva edípica, y su modificación por tizado, () en (este) modelo dicha construc-
Bion y Britton, que añaden un dinamismo ción busca un pasado que se supone que
oscilatorio continuo. existió en las vicisitudes de la historia subje-
Si bien el analista co-participa con la tiva y quedó registrado como gesto psíqui-
activación de su inconsciente, lo hace para co”. (Sapisochin, G. op. cit.)
'interpretar' el papel de un objeto ausente Todo gesto psíquico, aunque su forma
que dejó huellas de identificación en el pa- de registro sea imaginaria, es símbolo de la
ciente, registradas como secuencias de ges- presencia del objeto primordial en la subje-
tos psíquicos que se manifiestan a través del tividad. Es por ello que en esta conceptuali-
enactment. En este modelo la co- zación, lo registrado como gesto psíquico
producción simbólica que es el objeto-de- jamás es lo no simbólico, aunque se trate de
escucha-psicoanalítica es una formación simbolizaciones diferentes a las verbales.
intersubjetiva para conocer la intrasubjeti- Añade: “creo que hay que dejar de concebir
vidad del analizando, que pre-existe al en- los procesos de representación simbólica
cuentro. como procesos binarios, en el sentido de

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simbolización verbal o nada, y considerar- al adjudicarle proyectivamente la identi-


los como procesos con gradientes crecien- dad de alguien que significa el encuentro
tes en las cualidades formales de represen- con lo real, de una manera y en un contex-
tación. Por ello hablo de simbolizaciones to específicos. Una primera forma de
imaginarias”. vínculo emocional radicalmente desligado
De acuerdo a cómo se conceptualicen de la palabra, relacional desde el comienzo,
los registros de lo inconsciente-no- que se registra en el psiquismo mediante
reprimido dependerá la visión que se tenga esta gestualidad arcaica.
de agieren-en-sentido-ampliado, llámese El psiquismo no reprimido busca una
puesta en acto dramático o enactment. Si vía de expresión donde re-presentarse in-
pensamos que estos registros no "entien- tersubjetivamente. Dada su modalidad de
den" la palabra, la interpretación verbal del registro requiere de una realización inter-
analista sólo puede traducirlos al lenguaje subjetiva para ser conocida por el Yo de la
verbal après-coup de un enactment que los narrativa coherente que funciona con regis-
torne visibles para la pareja analítica. Y por tros verbales.
ello la puesta-en-acto-dramático es la vía Cuando Freud considera que el pacien-
regia irreductible de acceso a los gestos psí- te sólo recuerda experiencias vivenciadas en
quicos. épocas muy tempranas, a través de la dra-
El autor postula un modelo de psi- matización en el presente del escenario ana-
quismo con diferentes niveles de funcio- lítico, está subvirtiendo su propia teoría de
namiento, de representación y modos de la escucha psicoanalítica al abordar, de ma-
expresión sincrónica. Lo inconsciente re- nera implícita, el problema de la imposibi-
primido se expresa según las formaciones lidad de recordar todo el pasado a través de
psíquicas de lo representado verbalmente: la verbalización. Y al proponer la idea de
asociación libre, lapsus, sueños. Por el con- recordar a través de Agieren supone el re-
trario el inconsciente no reprimido se pre- conocimiento implícito de la insuficiencia
senta en forma de enactments, que sólo se del método psicoanalítico, basado en el par
ponen de manifiesto en la relación inter- asociación libre por parte del paciente y
subjetiva por ser portadores de marcas de atención libremente flotante por parte del
experiencias no inscritas en el registro analista, para escuchar la expresión de estos
mnémico, producto del vínculo con los elementos del psiquismo que hoy decimos
objetos primarios. Estos enactments sólo que se expresan por este rodeo de la impli-
son percibidos por el analista como disrup- cación contratransferencial puesta en acto
ciones en su contratransferencia. dramático.
Y por ello sostiene que el gesto psíqui- Es decir que el método analítico devie-
co es "[...] el testimonio de la huella del ne proceso analítico dado que el foco de la
objeto en la subjetividad y la expresión de escucha se descentra del discurso verbal y
este funcionamiento arcaico patognomó- pasa a focalizarse en los intercambios sim-
nico del psiquismo no reprimido. Resto bólicos que se dan entre analizando y ana-
anacrónico que invade al sujeto conde- lista a lo largo de un eje diacrónico. M.
nándolo a un eterno trabajo de apropia- Klein denominó a esta manera de recordar
ción, ligazón y transformación de eso ex- “memories in feelings” para enfatizar la
traño que lo invade y se resiste a ser re- idea de que se recuerda un estado emocio-
significado verbalmente [...]” Gesto nal vivenciado a través de realizaciones en
aprehendido en el encuentro con el otro el presente del escenario analítico. Una idea
primordial, que salvó al sujeto infantil del del trabajo del recordar en el cual lo ausen-
desvalimiento representacional originario, te, al devenir acontecimiento presente, en el

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aquí y ahora del proceso analítico, adquiere mostró un vivo interés por nuestro trabajo.
a posteriori (Nachträglich) estatuto de re- Sus comunicaciones eran claras pero con
cuerdo. esa distancia emocional que ya se había
Es por ello que, actualmente, trabaja- manifestado en las entrevistas. Poco a poco
mos con el supuesto de que el pasado que se fue manifestando una dificultad impor-
conoceremos será siempre un pasado re- tante para cumplir con los horarios de las
creado a posteriori de un agieren-en- sesiones. Llegaba tarde, las separaciones del
sentido-ampliado desde el presente de la fin de semana las vivía con mucha angustia
situación analítica. y los reencuentros de los lunes le producían
El autor concluye que se trata de algo mucha inquietud y en ocasiones sentimien-
jamás pensado por el Yo, inscrito como un tos persecutorios hacia mí.
guion-relacional-imaginario, llamado gesto Era frecuente su referencia a los re-
psíquico. Gesto psíquico que ahora puede cuerdos infantiles, donde unos padres inte-
ser nominado, es decir pensado con lógica lectualmente poderosos y muy autoritarios
verbal y adquirir existencia bajo una nueva tenían graves carencias emocionales. Su
forma apropiable por el Yo de la narrativa. hermana mayor era la compañía más valo-
Como he señalado antes esta perspecti- rada, con quien formaba un grupo defensi-
va, además de ampliar el ámbito de lo sim- vo, frente a lo que vivían como despotismo
bolizable, puntualiza de manera interesante de los padres. No describía abusos ni vio-
la interrelación entre los procesos intrapsí- lencia física aunque sí un desapego emo-
quicos, las transformaciones intrapsíquicas cional importante y una autoridad repre-
que se manifiestan en el encuentro inter- sentada por el padre con accesos de ira. Su
subjetivo y aquellos procesos propios de la refugio preferido fueron sus estudios, hizo
relación interpersonal directa entre pacien- una carrera destacada, practicó algún de-
te y analista como personas reales. porte y en general desarrolló una vida soli-
taria, con algunas amistades de su mismo
Una pequeña viñeta sexo, pero escasas relaciones afectivas con
La paciente procede de una familia econó- muchachos y alguna relación sexual que la
micamente acomodada de otro país euro- llenaba de insatisfacción y vergüenza.
peo, que se había instalado en España poco Si bien el clima que predominaba en las
antes que nacieran ella y su hermana ma- sesiones era de cordialidad y delicadeza, a
yor. Julia tenía casi 30 años cuando me con- medida que el análisis avanzaba surgían
sultó por dificultades en sus relaciones per- cada tanto episodios de violencia explosiva
sonales. De buen aspecto y excelente capa- por algún gesto mío que había interpretado
cidad de comunicación me explicó con cla- como hostiles y que frecuentemente la de-
ridad sus logros académicos y cómo empe- jaban agotada con molestias físicas diversas.
zaba a abrirse camino en el campo laboral. Esto ocurría especialmente cuando mis
Sus dificultades estaban en las relaciones interpretaciones se dirigían a lo que ocurría
afectivas, porque no podía establecer rela- en el presente de la sesión, es decir, direc-
ciones que no fuesen más que encuentros tamente en nuestra relación.
esporádicos e insatisfactorios. El relato era Esto me llevó a adoptar una actitud de
muy claro, explicativo pero carente de la prudencia en mis intervenciones y hasta en
tonalidad afectiva que reflejara su sufri- mi modo de hablar que se hizo más cuida-
miento. Para mí era fácil entenderla, pero doso, para evitar lo que podría desencade-
más difícil empatizar con su padecimiento. nar una descompensación. Si yo hablaba de
Empezamos un análisis de cuatro se- esa manera, ella también asumía un tono
siones a la semana y desde el comienzo reflexivo y amable, pero desprovisto de vi-

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talidad afectiva. La entrada y salida de las relación transferencia-contratransferencia,


sesiones, el mínimo contacto visual, la for- es decir, en el nivel que simbolizaba sus
ma de dejar sus cosas, abrigos, carteras, conflictos más arcaicos, su sintomatología
libros, manifestaban una gran ansiedad que se fue suavizando a punto de poder estable-
se calmaba cuando estaba en el diván. cer relaciones afectivas satisfactorias y al-
Esto me hizo comprender que la rela- canzar una sexualidad más plena.
ción analítica sería cordial y reflexiva si la
distancia quedaba establecida, si no surgían Reflexiones finales
modificaciones como al principio o el fin de Espero que la viñeta, a pesar de ser una
las sesiones o las interrupciones de fin de apretada síntesis de un trabajo muy prolon-
semana o las vacaciones. Si bien en amplios gado, permita observar en un mismo indi-
aspectos de su vida profesional y de trabajo, viduo zonas de pleno pensamiento simbóli-
pudimos analizar de manera provechosa co, junto a otras en que los objetos arcaicos
sus dificultades, era evidente que allí que- han quedado detenidos en su desarrollo;
daba un núcleo de muy difícil acceso. esto impide la evolución simbólica en el
Llegué a la conclusión de que esa rela- área afectiva y sexual de su personalidad,
ción amable pero distante, era la expresión atascada en una situación edípica primitiva
simbólica de sus dificultades sexuales ex- que hace comprensibles sus problemas de
presadas en la transferencia. Ni ella ni yo relación.
nos podíamos acercar más allá de unos lí- Es evidente que éste no fue el punto
mites claros y establecidos, conteniendo de partida del análisis, sino algunas con-
cualquier proximidad emocional. Este pro- clusiones siempre provisorias, después de
blema ha sido uno de los ejes de un largo una prolongada elaboración. Pero parece
trabajo analítico, en el cual fue posible en- indudable, que el favorecer el vínculo en-
tender, interpretar y elaborar el sentido tre sus inhibiciones y síntomas somáticos
profundo que había adquirido para ella la y la cualidad de sus objetos internos,
proximidad y la separación emocional, así permitió un desarrollo simbólico que
como cualquier compenetración física. Mu- abrió las puertas a una comunicación in-
chas de sus comunicaciones no trascurrían terna y externa, fundamental para su me-
a través de la verbalización, no por déficit joría clínica.
en la misma, sino debido a que provenían En el caso presentado, como en mu-
de zonas que sólo se expresaban a través de chos otros, permanecer en el plano de las
actos o manifestaciones somáticas. El análi- elucubraciones racionales, puede parecer
sis permitió reconocer la existencia de figu- un trabajo de simbolización pero en reali-
ras parentales internas tan distantes como dad esconde una barrera defensiva. Creo
intrusivas, lejanas pero autoritarias, que se que en este caso, fue fundamental la irrup-
hacían presentes en la actualidad de sus ción, a veces incómoda, de emociones, de
relaciones incluida la relación analítica. hostilidad, de sentimientos de amenaza,
No puedo extenderme en el detalle de para que la relación fuera una experiencia
este largo y difícil trabajo, pero debo decir viva, que alienta a pensar en la autenticidad
que después de varios años centrados en la del proceso de simbolización.

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