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SUBJETIVIDAD EN EL AULA
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HISTORIA ORAL E INVESTIGACIÓN ESCOLAR PARA LA CONSTRUCCIÓN DE
SUBJETIVIDAD EN EL AULA
Trabajo de grado presentado como requisito para obtener el título de Licenciado en Educación
Básica con Énfasis en Ciencias Sociales
Director
BLAS HERNÁN RICO
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A mi madre, Mardy González Rojas.
3
Cada cosa se esfuerza, en cuanto está en ella, por perseverar en su ser.
4
AGRADECIMIENTOS
Inicio con mi familia, encabezada por Rosa Elena Rojas, Luz Elena González y Carlos Alberto
González, quienes asumieron mi crianza en años dificultosos, cuando mi hermano nos
acompañaba con sus sonrisas y requerimientos, en medio de los embates que este mundo le
dispuso tempranamente.
A mis maestros más allegados del Colegio Manuelita Sáenz, aquellos que supieron potenciar mi
fuero docente desde temprana edad y a quienes tanto admiro por sentar las bases de mi axiología
disciplinar y pedagógica durante esos años de irreverencia y avidez en los que desconocíamos
que nos convertiríamos en colegas. Ellos son Fanny Cuéllar, Myrena Niño, Marina Sánchez,
Martha Patricia Correa, Patricia Pérez, Carmen Aída Rincón, Blanca Jácome, Yina Segovia,
Yaneth Lancheros, Ana Junco, Hernando Wiesner, Alonso Pineda, Néstor Vargas, Margoth
Figueroa, Clara Quevedo, Martha López, Gloria Arévalo y Yanila Abadía.
También merecen su lugar aquellas amistades entrañables que suelen acompañarme desde el
exterior, esas mismas que contribuyeron en ambas orillas del Atlántico con suministros
bibliográficos que solidificaron la composición del marco teórico. Personas de estima inigualable
como Sebastián Hernández, Patricia Lugo, Andrea Buitrago y Pamela Guillén. Igualmente,
atesoro la complicidad de Elizabeth Carrillo Padilla y Cristhian Andrey Hidalgo Montoya, mis
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aliados de tertulia, carcajadas y lagrimones, quienes contribuyeron con sus aportaciones y la
lectura previa de algunos borradores del documento.
Dentro de las alternativas renovadoras para la enseñanza de las Ciencias Sociales cabe destacar
el papel efectuado por mis amigos del Colectivo de Historia Oral, especialmente Jenny Ortiz,
Deyanira Daza y Fabio Castro Bueno, quien otrora fuera mi maestro durante el bachillerato,
cuando despuntaba mis intereses didácticos y conceptuales que conllevarían mi inclinación hacia
el ejercicio docente en esta área.
Este trabajo no sería posible sin el enfebrecido apasionamiento académico de los maestros
Eugenio Gutiérrez Cely, Guillermo Moreno y Miguel Ramírez, a quienes adeudo tantísimo de
mis reflexiones alrededor de la historia, la filosofía y la política. De igual forma, enaltezco el ojo
crítico del maestro Fabio Jurado Valencia de la Maestría en Educación de la Universidad
Nacional, pues su disposición hacia mi propuesta facultó un punto de quiebre respecto a los
métodos lecto-escriturales en el aula, mediante una sapiencia que solo su innegable autoridad en
el campo educativo colombiano puede encarrilar.
Por otra parte, siempre apreciaré la cordialidad de los profesores Jorge Beltrán y Nelson Molina
en la supervisión de esta iniciativa. Al igual que la labor de los 69 estudiantes del Colegio San
Francisco de Asís que participaron en el proyecto durante aquel provechoso año.
Serán infinitas las semblanzas y añoranzas de los momentos compartidos con el maestro Blas
Rico, mi tutor. Hombre de alto rigor metodológico e innegable sensibilidad docente, quien hizo
del diálogo retributivo un estandarte durante la dirección de este trabajo.
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Tabla de contenido
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INTRODUCCIÓN
CAPÍTULO I
MARCO REFERENCIAL Y DEFINICIÓN DEL PROBLEMA 14
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO 34
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2.1.3. Crisis de la razón moderna 40
2.1.4. Historia del tiempo presente 43
2.2. Historia oral 47
2.2.1. Problemas historiográficos de la historia oral 47
2.2.2. Perspectivas pedagógicas de la historia oral 50
2.2.3. Lenguaje y procesos lecto-escriturales a través de la didáctica de la 52
historia oral
2.3. Sujeto 56
2.3.1. Subjetividad 56
2.3.2. Deconstrucción 59
2.3.3. Constructivismo 61
CAPÍTULO III
SISTEMATIZACIÓN, DESCRIPCIÓN Y DESARROLLO DE LA PROPUESTA 65
CONCLUSIONES 97
BIBLIOGRAFÍA 100
Índice de imágenes
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IMAGEN 1. Aerografía de la zona de estudio extraída mediante el programa 26
Cloudatag, 11 de febrero de 2014
IMAGEN 2. Entrada Colegio San Francisco de Asís 28
IMAGEN 3. Análisis de fuentes orales en el aula de clase 69
IMAGEN 4. Acercamiento al tiempo histórico mediante la periodización y la 71
cronología
IMAGEN 5. Contrastación de fuentes a partir de la lectura de documentos 72
personales
IMAGEN 6. La importancia de la deliberación conjunta estudiantes-maestro 77
IMAGEN 7. La fuente como instrumento de verificación 80
IMAGEN 8. El conocimiento disciplinar como base para el análisis de coyuntura 83
internacional nacional e internacional
IMAGEN 9. Consulta de problemáticas internacionales y su impacto en la 85
actualidad
IMAGEN 10. Ejercicio de lectura de atlas 87
IMAGEN 11. Construcción de mapas 88
IMAGEN 12. Deconstrucción y análisis de mapas 90
IMAGEN 13. Consulta y análisis de prensa 93
Índice de tablas
ANEXOS
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INTRODUCCIÓN
Durante la Etapa I se hizo énfasis en la elaboración de las historias construidas por los
estudiantes a partir del sustento metodológico enseñado en el aula. Ellos registraron cada una de
las actividades en una carpeta que dio cuenta de su trabajo, apoyándose en la debida asesoría del
docente investigador, quien su vez fue respaldado con asesorías periódicas, encabezadas por el
profesor Blas Rico en la Universidad Distrital Francisco José de Caldas, para lograr de esta
manera la instauración del horizonte metodológico.
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Es prudente advertir que en el proceso se tuvo en cuenta la enseñanza, metodología, análisis y
contraste de fuentes orales, escritas y visuales; gestándose de esta forma espacios para realizar
ejercicios de activación de la memoria, escritura y manejo de testimonios. En ese orden de ideas,
los estudiantes durante el semestre, de acuerdo al tema seleccionado, efectuaron y anexaron a su
carpeta actividades como línea de tiempo, árbol genealógico, listado de fuentes orales, fuentes no
escritas (fotos, periódicos, revistas, registro civil, documentos notariales, actas, entre otras),
entrevistas, análisis de fotografías y trabajo final con bibliografía, manejo de citas y notas. Como
complemento al desarrollo de las propuestas se realizaron dos sesiones magistrales de historia
colombiana contemporánea, a fin de correlacionar los sucesos históricos a nivel micro y macro
textual. Al final de la etapa los proyectos realizados por los estudiantes fueron entregados al
docente investigador.
La fuente base de toda historia escrita por los estudiantes fue la entrevista, en tanto documento
de reconstrucción histórica. Para tal efecto, se les enseñó el tratamiento de las fuentes orales,
escritas y documentales, así como el manejo de los testimonios. Periódicamente se realizaron
distintos talleres en cada clase que fueron consignados en las carpetas. Durante el último mes del
proyecto se brindaron herramientas metodológicas a los estudiantes para la redacción de su
informe final.
La divulgación del proyecto en la institución se realizó en el marco del Foro para la formación
para la paz en la escuela, evento al que fue invitado el docente investigador en calidad de
ponente central en la mesa de Academia y Memoria, el día 22 de octubre en 2013, en las
instalaciones del colegio, ante docentes, estudiantes y padres de familia.
11
Los estudiantes del Colegio San Francisco de Asís IED adquirieron herramientas que en
un futuro les podría permitir el estudio de problemas históricos, respaldándose en el uso
de una metodología rigurosa y alternativa, propia de un historiador iniciático.
Así mismo, al tener en cuenta los marcos normativos de la Ley General de Educación, que
estipulan la enseñanza de la historia moderna y contemporánea en las cátedras de Ciencias
Sociales y Ciencias Políticas (Ministerio de Educación Nacional, 1994), se acordó con los
profesores titulares de la institución ejecutar el proyecto como complemento a los contenidos
exigidos para el último grado de Educación Básica y el primero de Educación Media.1
Los estudiantes respondieron periódicamente a las actividades abordadas durante el proyecto con
ejercicios de orden teórico-práctico que dieron cuenta del proceso, los cuales fueron calificados
por el docente investigador, quien emitió a los docentes de área el concepto del trabajo de cada
estudiante, en una escala mínima de 1.0 y máxima de 5.0.
1
Se recomienda hacer lectura de los objetivos específicos de la Educación Básica en el ciclo de secundaria,
consignados en el Artículo 22 de la Ley 115 del 8 de febrero de 1994, en los que se menciona la importancia del
estudio científico de la historia nacional y mundial, dirigido a comprender el desarrollo de la sociedad, así como el
estudio de las ciencias sociales, con miras al análisis de las condiciones actuales de la realidad social. Del mismo
modo, dentro de los objetivos específicos de la Educación Media Académica, el Artículo 30, numeral c, menciona
“la incorporación de la investigación al proceso cognoscitivo, tanto de laboratorio como de la realid ad nacional, en
sus aspectos natural, económico, político y social”. (República de Colombia, 1994, p.24).
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línea de acción durante la Etapa II, cuando se acordó con el otro docente titular que el trabajo
concerniente al proyecto tendría un valor del 50% de la asignatura Ciencias Políticas y
Económicas.
Para el desarrollo del proyecto se contó con los equipos técnicos disponibles en el Colegio San
Francisco de Asís IED, tales como instalaciones y aulas de multimedia. De igual forma, los
debidos recursos humanos: estudiantes, docentes, padres de familia y directivas; todos
imprescindibles, no solo para la entrega de resultados, sino en tanto potenciales suministradores
de fuentes orales que tras el debido tratamiento se convirtieron en documentos de análisis
historiográfico.
Por su parte, la Universidad Distrital Francisco José de Caldas facilitó los debidos apoyos que se
requirieron en el marco del convenio con el Colegio San Francisco de Asís IED, además de la
supervisión periódica del profesor Blas Hernán Rico.
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CAPÍTULO I
Dentro de aquellos trabajos puede encontrarse, por ejemplo, al profesor Alisher Sabirov (2011),
quien apropia la historia de su país en capacitaciones, seminarios e investigaciones que atañen a
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la metodología historiográfica en el Centro de Historia Oral de Uzbekistán en el que toma como
punto de partida la segunda mitad del siglo XX.
Por su parte, Verena Alberti (2011) aduce la importancia de la memoria colectiva al reconsiderar
las formas en que la academia se ha acercado tradicionalmente al pasado y considera la escuela
como un escenario donde las sociedades disputan su memoria. Toma también el período de
ocupación soviética en la antigua Checoslovaquia.
En Grecia, el profesor Irene Nakou (2005) resalta la historia oral como un método que, junto a
elementos de la multimedia —además de otros materiales—, puede contribuir a potenciar la
actividad de los museos en la ciudad de Atenas si se tiene en cuenta una relación didáctica del
pasado con el presente en términos subjetivos e intersubjetivos.
El Museo para la Memoria del Holocausto en Estados Unidos, colecciona desde 1989 historias
orales alusivas al genocidio nazi durante la Segunda Guerra Mundial en las que se habilitan más
de 9000 testimonios, en audio y video, que se almacenan en un archivo de idiomas inglés y
hebreo. De esta forma se documenta la memoria de varias de las víctimas de la conflagración,
muchas de ellas residentes en ese país (Ringelheim, 2007).
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En el Miami Dade County Public Schools, Kathy Barber Hersh (2008) realiza una serie de
trabajos de historia oral con estudiantes de escuela, quienes, entre muchas otras cosas, han
realizado meticulosas investigaciones en torno a Andrew, huracán que atacó la costa este de
Estados Unidos en 1992. Esta recopilación de testimonios de agricultores, maestros, médicos,
profesionales de la salud mental, biólogos, trabajadores sociales y funcionarios públicos que
vivieron la tragedia, permite recopilar datos valiosos en distintas ramas del conocimiento
respecto a las consecuencias legadas por la catástrofe natural en esa región.
El educador Carlos Sarria Gómez (2008) hace un estudio de la situación del archivo de historia
oral en Málaga, con la finalidad de postular una reflexión respecto a la memoria histórica de su
país y la participación que la escuela debe desempeñar en este ámbito. Así introduce un debate
alusivo a la formación profesoral de su región que concibe al docente como un sujeto
investigador, quien desenvuelve un papel histórico a escala regional y nacional.
En Argentina, Dora Schwarzstein (2001), directora y pionera del Programa de Historia Oral en la
Facultad de Filosofía y Letras de Universidad de Buenos Aires, llevó a cabo durante dos años,
desde 1997, una propuesta de educación en historia a través de fuentes orales en 8 escuelas de
Buenos Aires. Así obtuvo el premio del Primer Concurso de Innovación en Educación de la
Fundación YPF, mediante el cual marcó un punto de partida para que la historia oral se viera
como un importante método de aprendizaje en instituciones adscritas a la Secretaría de
Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Al momento de hablar del desarrollo de la historia oral y los procesos de aula en el país es
imprescindible mencionar la compilación de historias barriales y personales contenidas en el
libro ¡Déjenos hablar! Profesores y estudiantes tejen historias orales en el espacio escolar
(Vega Cantor y Castaño Tamara, 1999). Obra de la Universidad Pedagógica Nacional, que
comprende la importancia de la investigación como una actividad teórico-práctica y sustenta una
selección de trabajos elaborados por estudiantes de algunos colegios públicos de la ciudad de
Bogotá. Dicha iniciativa se produjo en el marco del proyecto Enseñanza de la Historia a partir
de la Historia Oral, encabezado por la Maestría en Enseñanza de la Historia, el cual parte de la
necesidad de llevar la investigación a las aulas escolares del país, a partir experiencias
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internacionales exitosas como la de Thad Sitton y George Mehaffy en Estados Unidos (1989),
quienes apelaban a que la historia oral sirviera como una técnica que acercara a los estudiantes
con sus comunidades y el mundo social directo.
Por su parte, Carlos Augusto Jiménez Fonseca, docente del Colegio Francisco José de Caldas, en
Bogotá, deja clara la intencionalidad de su proyecto Seis pasos para ser un emprendedor de la
memoria y hacer historia:
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En 2010, Deyanira Daza Pérez, docente de la Secretaría de Educación Distrital de Bogotá,
mediante el proyecto “Los lugares de la memoria en el Colegio Alemania Solidaria. De la
integración a la pérdida de identidad” (Castro Bueno, 2010, p.102), aborda una indagación
histórica de las identidades juveniles y las afectaciones del entorno que se generaron tras la
integración de tres antiguas escuelas distritales que hoy día conforman la institución. De igual
manera, esta profesora apuesta por el diseño y la conformación de archivos con documentos
obtenidos a partir de fuentes orales en el contexto colombiano que vayan de la mano con la
instauración de políticas públicas para preservar la memoria en instituciones educativas,
organismos privados y organizaciones comunitarias interesados en rescatar la memoria del
pasado y su divulgación a nivel nacional (Daza Pérez, 2007).
Se resaltan las iniciativas que algunos profesionales de la educación han desarrollado alrededor
de la subjetividad en los procesos de aula, como es el caso de los profesores Verónica Catebiel y
Miguel Corchuelo, de la Universidad del Cauca, quienes lograron instituir un proyecto
cuestionador de la búsqueda de efectos en los estudiantes de parte de un profesor que instruye,
más no educa; situación propia de los modelos tradicional y conductista. A través de la
Propuesta Curricular para el Desarrollo de la Pedagogía de la Investigación en Ciencias con
Enfoque en Estudios CTS+I para la Educación Media, distintos docentes del INEM Francisco
José de Caldas, en la ciudad de Popayán, articularon la malla curricular de varias asignaturas
respaldándose en los aportes de los Estudios en Ciencias, Tecnología y Sociedad (CTS), que
conciben en las metodologías un horizonte interdisciplinar en el que se daba prelación a la
aplicación de los conocimientos en la vida práctica, sin desconocer los contenidos curriculares
propios del ciclo, ya que se correlacionaban los medios artificiales, naturales y sociales de los
docentes y los estudiantes, en tanto actores sociales (Catebiel y Corchuelo, 2005).
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de relatos y biografías que permiten la emergencia de un creador que se agencia a sí mismo e
interviene activamente en sus contextos educativos.
Por su parte, Martha Lucía Correa Ramírez (2012), profesora de la Universidad de Antioquia,
enfoca su estudio en la población escolar que se desenvuelve en procesos de aceleración del
aprendizaje. Al postular dichos procesos como una oportunidad, rompe con la promoción
secuencial de las formas de escolarización y visibiliza sujetos en constante construcción que no
eran reconocidos formalmente, dada su situación de extra edad.
En el caso de Doris Adriana Galindo Escobar y Linda Consuelo Garrido del Castillo (2007),
licenciadas en lenguas de la Universidad de La Salle, se resalta la construcción de relatos
biográficos e historias de vida como elementos de despliegue de la subjetividad, a través de la
actividad creadora en dos estudios de caso de profesores del Instituto Técnico Central La Salle
de Bogotá.
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repercutían en el moldeamiento de la subjetividad y las relaciones sociales de los estudiantes
frente a su sexualidad y los códigos institucionales de comportamiento regulados por
instrumentos de control.
Ante el papel que desempeña la escuela en el presente siglo los profesores de la Universidad
Nacional de San Luis, Beatriz Edith Pedranzani, Liliana Marisol Martín y Carlos Rubén Díaz
(2013) analizan la relación entre la escuela, el currículo y la producción de subjetividades. Este
trabajo sostiene que, lejos de lo que se piensa, la institución aún genera efectos sobre sus
distintos actores al construir órdenes simbólicos característicos de diferentes períodos históricos,
lo cual se evidencia en los contenidos a enseñar, unos que muchas veces denotan pugnas
políticas y sociales de innegable valía.
¿Cómo la historia oral puede generar una construcción de subjetividad en los procesos de
enseñanza de las Ciencias Sociales, en Educación Básica y Media del Colegio San Francisco de
Asís IED, a través de las particularidades de sus estudiantes?
Incentivar en los estudiantes del Colegio San Francisco de Asís IED el interés por el estudio de
la historia, no como un requerimiento curricular, sino como una acepción del rol histórico que
desempeñan en cuanto sujetos inherentes a una realidad y contexto enmarcados en dinámicas
locales, regionales, nacionales e internacionales.
Estimular el valor de los testimonios orales, teniendo en cuenta el contraste que debe
tenerse con otras fuentes históricas para la construcción de la investigación.
Dar cabida a la interrelación constructiva docente-estudiante con miras a plantear
alternativas frente a la escuela tradicional.
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Fundamentar una propuesta lúdica y rigurosa en el ámbito de la didáctica de las Ciencias
Sociales.
Se recalca, entonces, la importancia del saber y el conocimiento que tienen los diversos actores
sociales, quienes pocas veces saben tenerse en cuenta en los procesos de enseñanza y
aprendizaje. De esta manera, por la diversidad de voces que contiene, la organización de este
proyecto deja oír a sus participantes a través de sus perspectivas e intereses, manteniendo un ojo
crítico frente a los individuos y los escenarios que enmarcan los procesos educativos; por tanto,
se trata de trabajar en conjunto docente y estudiantes, a partir de sus roles y el reconocimiento
del derecho a la historia que cada uno posee. Es así como el maestro y su estudiantado realizan
conjuntamente prácticas de reconstrucción de la historia, a través de ejercicios que no se
encuadran convencionalmente en las aulas de clases y que apropian de esta manera los hábitos
que asedian el conjunto de la escuela.
La intención de llevar a cabo tal propósito parte del sustrato teórico, didáctico e investigativo que
confieren la filosofía de la historia, la historia oral y los estudios de la subjetividad para
inspeccionar historias de vida, proporcionándole importancia documental a las entrevistas y su
debido cotejo con otras documentaciones (textos, fotografías, audiovisuales, notas de prensa,
documentos personales, actas y demás), de las que se obtiene como producto elaboraciones que
propician discusiones alrededor de elementos como la construcción y deconstrucción de la
memoria, la periodización, las categorizaciones del tiempo, la semiótica, la semántica y los
procesos lecto-escriturales. Por consiguiente, se trata de una mediación de carácter socio
histórico, dada la reflexividad acerca de la relación pasado-presente de los implicados y sus
contextos.
21
1.6. Justificación
La historia oral en Colombia aún tiene un desarrollo muy incipiente en comparación con las
experiencias labradas en otras latitudes de América Latina como Argentina, Brasil y México. Sin
embargo, el trabajo desarrollado en la última década ha permitido logros importantes como la
convocatoria y realización en 2005 del I Encuentro Internacional de Historia Oral “Oralidad y
archivos de la memoria” y el I Encuentro Nacional de Historia Oral, efectuados
simultáneamente en la ciudad de Bogotá, en cabeza del Colectivo de Historia Oral, entidad
colombiana adscrita a la International Oral History Association (IOHA). Como resultado, se
llevarían a cabo las subsiguientes convocatorias de estos encuentros instalados en Panamá
(2007), Nicaragua (2009), Venezuela (2011), El Salvador (2013) y Costa Rica (2015). De igual
forma, en 2010 se realizaron el II Encuentro Nacional de Historia Oral “Debates, técnicas y
desafíos orales en Colombia” y el I Encuentro Distrital de Oralidad “Usos y desarrollos de la
Historia Oral, Historias de Vida, Memorias e Identidades”, ambos en la ciudad de Bogotá.
Autores como Alfredo Molano (1987), Arturo Alape (1983), Alonso Salazar (1991), Carlos
Arango (1982), Renán Vega Cantor (1999), Fabio Castro Bueno (2004) y Mauricio Archila
(2005), pueden contarse entre aquellos reconocidos por sus aportes directos o indirectos a la
historia oral colombiana. Actualmente –tal y como se explicó en el estado del arte–, algunos
docentes del país gestionan actividades de esta índole al interior de sus instituciones y plantean
nuevas metodologías en la enseñanza y acepción de la historia en estudiantes de bachillerato.
Como mencionara Erich Fromm (1986), el ser humano se distingue de los demás debido a la
especificidad filosófica que le condesciende su dimensión espiritual. En ese sentido, la idea de
humanizar la sociedad tecnológica mediante la recuperación de la tradición humanista es algo
que no se puede desdeñar, tal como alude Héctor Tajonar en el prólogo de El humanismo de
Erich Fromm:
En este sentido […] puede leerse como una paideia contemporánea, es decir, como una
educación, concebida como formación humanista integral, que nos conduzca a la eudaimonía
(felicidad), que el filósofo griego [Aristóteles] distinguió claramente del mero placer (hedoné).
(García Silva, 2006, p.9).
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profesor asumido como investigador a través de la inserción y el estudio del contexto donde
ejerce su función. De esta manera se contribuye a que el estudiante construya su propio
aprendizaje a partir de una perspectiva auto reflexiva. Ello demanda un docente honesto, con un
sentido amplio de la ética profesional y que se acepte como desposeído de una verdad universal,
ya que de lo contrario se arriesga a perder la credibilidad de unos estudiantes que de una u otra
manera lo toman como un modelo a seguir. Para que eso sea posible debe tener la capacidad de
aceptar sus errores y al ser consciente de estos aclarar sus dudas, investigar y disipar sus
falencias para esbozar sus más altas cualidades profesionales.
23
probabilidad” (Weber, 2005, p.43). Por tanto, se tiene en cuenta que para analizar el poder es
necesario tener claridad tanto de la consciencia histórica como del tipo de realidad que nos rodea
(Foucault, 1988).
Dichas relaciones son transversales a todo tiempo y espacio, aunque puedan presentar
particularidades que dependan de su contexto; inmediatas, que cuestionan el estatus del
individuo oponiéndose a los gobiernos que pretendan la individualización en consonancia a sus
preceptos, opuestas a los privilegios del conocimiento y el régimen del saber, cuestionadoras en
torno a la pregunta ¿quiénes somos? Y, ante todo, que no se ciñan a atacar determinada clase,
élite o institución, sino que hacen una mirada objetiva frente al poder que les es impuesto. En ese
orden de ideas, la historia debe entenderse no como una materia que debe rendir resultados
acordes a lineamientos y estándares impositivos, sino como una posibilidad de subjetivación
concienzuda en un individuo que toma posición frente al campo en el que confluyen las
relaciones sociales que lo regulan (Bourdieu, 1996).
Por su parte, Cornelius Castoriadis (2008) reconoce la multiplicidad de subjetividades que hacen
frente a la imposición unilateratista de la progresión ascendente moderna que permite el abuso de
parte de estamentos burocráticos y mercantiles. Es decir que sustenta una necesidad imperante de
la reflexividad ante las crisis contemporáneas que cuestione la restricción del asunto de lo
político a capas selectivas de intelectuales especializados en el tema, pues todo ciudadano posee
la facultad de conocer su realidad inmediata. En consonancia a esto debe reevaluarse la
institucionalidad imperante que resguarda la existencia de un sujeto heterónomo y es en este
aspecto que se hace importante dar un lugar apropiado a la educación, pues ella forma al
individuo que acepta o trastoca el orden establecido, lo cual tiene mucho que ver los cambios que
ha sufrido la familia nuclear, una que ahora es prácticamente inexistente y que ha perdido lugar
frente a medios de comunicación como la Internet y la televisión dentro de las dinámicas del
mercado internacional, es decir, el consumo, ante lo cual el reto pedagógico para los maestros es
mucho mayor que antes. De ahí que sea sustancial fomentar la autonomía a través de los medios
que influyen las conductas e intereses actuales de los jóvenes, a fin de conducir un pensamiento
reflexivo que encamine su búsqueda como sujetos históricos que comprenden el estudio de la
historia, no como algo que está preestablecido para capas ilustradas, sino para todo individuo que
vive su cotidianidad en el tejido social.
24
En síntesis, para ser un profesor crítico se hace impostergable entenderse como un agente de
dinamización en su contexto que logre una deconstrucción de todo lo que el modelo educativo y
la escuela tradicional han implantado: relaciones entre ideología, fines educativos y sistemas de
poder (Foucault, 2002; Freire y Macedo, 1989; McLaren, 1998). Puesto que el docente, antes de
serlo, debe reconocerse como un individuo cuestionador, tanto de sí mismo, como de la
estructura que determina una gama de significados (Giroux, 1997), basándose en una autocrítica
y una concienciación subjetiva que permiten la autonomía del ciudadano democrático,
especialmente en estos tiempos que demandan ir a contracorriente del economicismo
desmesurado y deshumanizado, propio de la globalización.
1.7. Contextualización
El Colegio San Francisco de Asís IED, es una entidad pública adscrita a la Secretaría de
Educación de Bogotá, ubicada en el barrio Eduardo Santos, UPZ 37 (Santa Isabel), localidad 14
(Los Mártires).
La UPZ número 37 (Santa Isabel) está ubicada al costado sur de la localidad número 14 (Los
Mártires), tiene una extensión de 200,80 hectáreas que equivalen al 31% de la localidad. 2
De esta superficie 7,8 has corresponden a zonas protegidas y 3,36 son áreas sin urbanizar. Limita
por el Norte con la Avenida de los Comuneros (Av. Calle 6ª), por el Oriente con la Avenida
Caracas (Kra 14) por el Sur con la Avenida de la Hortúa (Calle 1ª) y la Avenida Fucha (Calle 8ª
Sur); y por el Occidente con la Avenida Ciudad de Quito (Kra 30 ó NQS). (Alcaldía Mayor de
Bogotá, 2014).
Santa Isabel cuenta con 6 barrios (Eduardo Santos, El Progreso, El Vergel, Santa Isabel, Santa
Isabel Sur y Veraguas); el origen de muchos de ellos –los más cercanos al centro de la ciudad–
data de los años 20’s. En cambio, los más alejados vienen de los años 40’s y 50’s.
2
El piso legal de la Unidad de Planeamiento Zonal No. 37 (Santa Isabel), hace referencia al Decreto 349 de 2002
“Por medio del cual se reglamenta la Unidad de Planeamiento Zonal (UPZ) No. 37, SANTA ISABEL, ubicada en la
localidad de Mártires, y se expiden las fichas reglamentarias de los sectores delimitados en el presente decreto”.
25
1.7.1.2. Demografía
Aproximadamente el 50% del suelo de la UPZ, hacia el occidente, se caracteriza por ser una
zona residencial con comercio y servicios (zonas de uso, en las cuales se delimitan unas zonas de
uso residencial exclusivo y otras limitadas para comercio y servicios, localizadas en ejes viales,
manzanas comerciales o centros cívicos y comerciales, las cuales ocupan menos del 30 % del
área bruta del sector normativo).
IMAGEN 1. Aerografía de la zona de estudio extraída mediante el programa Cloudatag, 11 de febrero de 2014
El contorno delimita la UPZ 37 Santa Isabel. Norte: Avenida de los Comuneros (Calle 6ª); Sur: Avenida de La Hortúa
(Calle 1ª); Occidente: Carrera 30; Oriente: Avenida Fernando Mazuera (Carrera 10ª)
26
De acuerdo a los datos suministrados por el Distrito Capital (Alcaldía Mayor de Bogotá, 2013),
aproximadamente un 40% del suelo restante (el sector oriental de la UPZ) corresponde a la zona
residencial con actividad económica, es decir con comercio y servicios en la vivienda (zonas
residenciales, en las cuales además de tener delimitaciones para comercio y servicios en un
máximo del 30% del área bruta del sector normativo, las unidades vivienda pueden albergar –
dentro de la propia estructura arquitectónica– usos de comercio y servicios, clasificados como
actividad económica limitada.). El restante 10% corresponde a áreas residenciales netas, zonas
de comercio aglomerado (comercio y servicios varios en proceso de consolidación) y zonas de
equipamientos colectivos (instalaciones educativas, culturales, de salud, de bienestar social, de
culto, entre otras).
La Cámara de Comercio de Bogotá (2010) define los aspectos económicos más relevantes de la
Unidad de Planeación Zonal de la siguiente manera:
1.7.1.5. Educación
Según datos de la Secretaría de Educación Distrital, la UPZ Santa Isabel alberga 8 colegios
públicos y 44 privados, los cuales ofrecen diversidad en niveles de formación y diferentes
opciones de jornada de estudio. La totalidad corresponden a calendario A.
1.7.1.6. Entidades
La UPZ también cuenta con un Comando de Atención Inmediata (CAI), ubicado en el barrio
Santa Isabel y una Junta de Defensa Civil ubicada en el barrio Eduardo Santos. En cuanto a
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salud, no dispone de infraestructura pública y al contrario alberga 23 IPS privadas, la mayoría de
ellas ubicadas en el barrio Santa Isabel.
Entre 1976 y 2004 operó oficialmente como Instituto Nacional Politécnico Femenino. Tras
integrarse al Distrito Capital su nombre jurídico cambió a Colegio San Francisco de Asís IED, lo
cual trajo muchos cambios, siendo el primero de ellos la inserción de hombres a la población
estudiantil. Tras el paso de los años, la comunidad general del colegio manifiesta algunas
inconformidades, la primera de ellas respecto a la planta física donde se evidencia un excesivo
resquebrajamiento y humedad que amenazan la estructura del claustro. Además, el espacio de los
salones es muy reducido y existen espacios internos que no disponen de un uso determinado, por
lo que se hallan clausurados.3
3
Durante su período de ejecución el presente proyecto se realizó en el plantel. Actualmente, debido a problemas
sanitarios (techos deteriorados, expulsión de malos olores, heces de palomas y roedores), la Secretaría de Educación
Distrital ordenó el traslado provisional de la institución al Colegio Externado Nacional Camilo Torres, ubicado en la
Localidad 3 (Santa Fe).
28
En diálogo con el profesor Jorge Beltrán, se menciona que otra queja constante refiere al declive
académico que hubo –en palabras de algunos profesores y estudiantes, según el docente en
mención–, desde que la institución se insertó al Distrito Capital, pues se eliminó el sistema de
examen de admisión con filtros académico y psicológico previos a la conversión del colegio en
institución mixta. Ante esto, según el profesor, es usual escuchar comparaciones de algunos
estudiantes de la institución con sus pares de los claustros más cercanos: el Colegio Técnico
Menorah y el Colegio Eduardo Santos IED.4
Este proceso de identidad en transición de la comunidad educativa franciscana hace que existan
ciertas particularidades, como por ejemplo, la poca claridad en cuanto al Proyecto Educativo
Institucional (PEI) y la prolongación por más de 2 años (hasta 2012) de los estudios necesarios
para instaurar la articulación de enseñanza media-técnica, en convenio con el Instituto Técnico
Central La Salle (ITC), ubicado también en la localidad de Los Mártires.
La población con la que se desarrolló la propuesta estuvo conformada durante su primera etapa
por los estudiantes de grado noveno, jornada tarde. Los cursos implicados fueron 904 y 905
4
Diálogo de reconocimiento de campo con el profesor Jorge Beltrán, previo al inicio del proyecto, registrado en el
diario de campo del investigador. Julio 11 de 2012.
29
(2012-II) que contaron con 26 y 34 integrantes, respectivamente. De esos grupos la gran mayoría
de estudiantes integrarían posteriormente los cursos 1004 y 1005, conformados por 27 y 28
miembros durante la segunda etapa (2013-I), procedentes en su gran mayoría de los barrios
Eduardo Santos, San Bernardo y Policarpa Salavarrieta, todos pertenecientes a la localidad de
Los Mártires. La edad promedio del estudiantado era 15 años.
Se escogió inicialmente el grado noveno, ya que de acuerdo a lo estipulado por la Ley 115 de
1994 (Ley General de Educación) y los Lineamientos Curriculares para el Área de Ciencias
Sociales, la cátedra de esta etapa concierne a los contenidos relacionados con historia moderna y
contemporánea. Dado el carácter de la metodología de investigación con fuentes orales, se
consideró la pertinencia de la población seleccionada de acuerdo a que la totalidad de los
estudiantes implicados nacieron a finales del siglo pasado, teniendo con ello acceso a un acervo
de índole historiográfico que les permitiría obtener testimonio directo de sus padres, abuelos y
familiares más cercanos.
1.10. Metodología
Por añadidura, vale la pena mencionar dentro de las principales características de este paradigma
la asimilación histórica de la realidad, el vigor de las interacciones culturales, la profundización
de casos específicos, la participación dinámica de los individuos implicados y la orientación
didáctica hacia los procesos que divisan el impacto más allá de los resultados (Torres Carrillo,
1998).
Dentro de este paradigma la validez de los enfoques toma contundencia al momento de encauzar
la práctica como mecanismo garante de mediación social, dado su interés por las relaciones
horizontales estudiante-maestro, quienes adoptan un aprendizaje continuo a través de
30
herramientas que articulan técnicas de aplicación teórico-práctica, formales e informales, que
ubican los análisis de sus marcos históricos y sociales. Puntualmente, el origen de la perspectiva
de investigación cualitativa podría ubicarse en la figura de Max Weber (1958), quien detallaba la
comprensión que debe tenerse alrededor de las subjetividades y sus variaciones frente al contexto
como algo que debe ir de la mano de la descripción y cuantificación en los estudios de los
fenómenos sociales.
1.10.2.1. Observación
31
1.10.2.2. Entrevista
Allí [en los archivos], junto a miles y millones de documentos manuscritos encontrará otros
medios de transmisión de información tales como planos, mapas, fotografías, discos, cintas
magnetofónicas y aún material impreso, ligan más con este tipo de funciones [acercamiento al
tema de investigación] que con la biblioteca o centros de documentación. (Torres Carrillo, 1998,
p.13).
Consiguientemente, esta técnica favoreció el cotejo en las investigaciones realizadas por los
estudiantes durante ambas etapas; la primera de ellas concerniente a la enseñanza de la historia
oral (entrevistas, fotos, registros notariales, documentos de identificación, entre otros), la
segunda alusiva al análisis de coyuntura nacional e internacional (revisión de prensa y lectura de
mapas).
En palabras de Alfonso Torres Carrillo, la historia de vida es para el investigador tal vez el
método que mejor permite acercarse a los significados que los individuos adquieren en su
realidad social.
La metodología de las historias de vida ofrece un marco interpretativo a través del cual el sentido
de la experiencia humana se revela en relatos personales, en un modo que da prioridad a las
explicaciones individuales de las acciones más que a los métodos que filtran y ordenan las
respuestas en categorías conceptuales predeterminadas. (Torres Carrillo, 1998, p.37).
32
modelo de entrevista) acentúa la subjetividad y las maneras que componen el entramado de sus
protagonistas, además de propulsar la contrastación documental.
1.10.2.5. Encuesta
De ahí que durante el desarrollo del proyecto se hiciera uso de esta herramienta como estrategia
de diagnóstico inicial en la caracterización de la población estudiantil (edad, barrio de residencia,
permanencia histórica en el colegio, percepción frente al área de Ciencias Sociales y
composición de su núcleo familiar). Del mismo modo, al término de la propuesta, la encuesta
permitió que los estudiantes y profesores evaluaran el desempeño del investigador en particular y
del proyecto en general.
33
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
El abordaje del presente proyecto se rige por la metodología de la historia oral, que toma como
fuente primaria la entrevista y como fuentes complementarias todos aquellos registros que sirvan
para la posterior construcción historiográfica de los estudiantes. Al tener en cuenta que la
subjetividad atraviesa en gran medida la construcción de la propuesta y que el constructivismo
sustenta su implicación pedagógica, ello envuelve una caracterización de orden ontológico en
torno a cómo se ha desenvuelto la filosofía de la historia a través de sus diferentes postulados y
cómo estos han repercutido, ya por afinidad, ya por oposición, en las discusiones relevantes para
la disciplina y por ende en su enseñanza y acepción durante la modernidad.
María Inés Mudrovcic indica cómo los filósofos no siempre estuvieron interesados en la historia
y de qué manera se le brindó importancia a esta en la modernidad al buscar “una mayor
incumbencia de la razón en la operación historiográfica” (2005, p.5). Si se tienen en cuenta los
énfasis que rigieron la filosofía desde los griegos hasta el siglo XVII (la físico-matemática, el
escolasticismo y las ciencias naturales), se podrá entender por qué la filosofía de la historia, en
propiedad del concepto, se erigió solo a partir del siglo XVIII con Voltaire (1990), quien la
asimiló como una disciplina que debía dar cuenta del pasado mediante la razón y el
posicionamiento de un criterio científico desprendido de cualquier superchería o seudo
cientificidad. Esto, claro está, se coliga a los preceptos de la Ilustración, que encuentran su
anticipación en el cartesianismo y postulan el entendimiento de una historia progresiva y
34
ascendente en procura de la perfectibilidad del hombre, en tanto este solucione racionalmente sus
problemas a través de la duda metódica y que algunos autores, entre ellos Kant, asumen
mediante un sentido teleológico, al remitir la historia hacia la emancipación de un individuo que
se entiende como eje de la naturaleza en su relación con el mundo, siempre y cuando la acción
esté mediada por la racionalidad (Descartes, 1970; Kant, 1994; 2005).
Por su parte, Hegel (1985) entiende la filosofía de la historia no como el estudio del pasado de un
hombre perfectible, sino de una historia universal que envuelve un conjunto de procesos bajo la
lógica de la dialéctica y su triada basada en la tesis, antítesis y síntesis de los hechos históricos,
en tanto categorías. Dicha dialéctica no concibe nada definitivo, dado que existe en el devenir y
el perecer, por esto para Hegel todo lo real es racional y viceversa, en tanto sea necesario en un
proceso dialéctico que, pese a todas sus ideas de cambio, se concentra en un sistema filosófico
determinado por categorías fijadas que obstaculizan el devenir histórico. Acorde a esto y a las
consideraciones que Hannah Arendt escribió al respecto (1961), se encuentra cómo Hegel y la
filosofía de la historia aspiraron pensar razonadamente la realidad histórica y los acontecimientos
que dieron origen al mundo moderno. Todo eso indica una serie de problemas que marcarían la
discusión concerniente al estudio de la historia, como eran, por ejemplo, la instauración de un
método científico y el objeto a estudiar. Un caso afín puede encontrarse en la controversia
generada por la corriente positivista al postular que la historia, en particular, y las Ciencias
Sociales, en general, debían regirse mediante la formulación de leyes de carácter universal, sin
hacer énfasis en las individualidades y equiparando su método al de las ciencias empírico-
analíticas, por medio de un enfoque cuantitativo o de lo que se denominaba entonces como
monismo metodológico (Comte, 1974).
Todas estas posiciones serían replanteadas durante el siglo XX, pues se pondría en debate la
tensión entre la filosofía especulativa de la historia, enmarcada en la organización sistemática de
los hechos, y la filosofía crítica de la historia, preocupada por originar conceptos que
permitieran analizar la realidad histórica (Aron, 1938, pp. 285-290). No obstante, cabe anotar
que hacia mediados del siglo XIX la corriente hermenéutica aparece como la principal opositora
al positivismo lógico, apoyándose en Gustav Droysen como su primer expositor (1982), quien
dilucidaba una metodología amparada en la comprensión de los fenómenos históricos, no en su
explicación universalista:
35
Dos cosas debían surgir aquí con especial claridad. Por una parte, que a diferencia de las ciencias
naturales, no tenemos los medios del experimento; que tan solo podemos investigar. Luego, que
también la investigación más profunda solo puede contener una apariencia fragmentaria del
pasado, que la historia y nuestro conocimiento de ella son inmensamente diferentes. Esto nos
desconsolaría si no hubiera una cosa: aun cuando no se posea el material completo, podemos
seguir el desarrollo de los pensamientos en la historia. Así obtenemos, no una imagen de lo
acontecido, sino una concepción y elaboración espiritual de él. Esta es nuestra compensación.
(p.392).
Indudablemente, ello lleva a pensar reciamente la pregunta ¿qué es la realidad? En ese sentido,
es importante resaltar la definición heideggeriana que ve en el mundo una imagen entendida
como un sistema con un orden determinado por la ciencia y la especialización de cada uno de sus
campos de estudio, logrando con esto que la realidad se establezca a través de cada uno de ellos
mediante el análisis de cada fragmento que de esta se pretenda comprender (Heidegger, 1976).
De tal manera que la modernidad es una época dispuesta por la ciencia en la que la historia, dado
su carácter científico, se adhiere a la especialización de saberes, en tanto disciplina. No obstante,
hay que tener en cuenta que tal y como dijera Thomas Kuhn (2000) la ciencia es una
construcción histórica y cultural, definida de distinta manera en varios períodos, por diferentes
disciplinas, y atravesada por las eventualidades y los conflictos de las sociedades donde se
genera. Por tanto, el conocimiento histórico, al hacer hincapié en lo humano debe advertir las
huellas que ha dejado el paso de la humanidad y la significación que estas contienen. No en
vano, hacia los años 30’s del siglo XX la Escuela de los Annales cuestionaría los postulados
positivistas en el estudio de la historia y replantearía la metodología de estos al darle mayor
importancia a las simbologías, los lenguajes y las particularidades del historiador o, en suma, lo
que podría denominarse como interiorización e intereses en la tensión sujeto-objeto, ya que los
historiadores se limitaban a repasar una historia de acontecimientos sucesivos a registrar (Bloch,
1949). Tal planteamiento comenzaría a cobrar fuerza en las sociedades industriales,
especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, acontecimiento tras el cual autores como
36
Hannah Arendt y Jean-Paul Sartre cuestionarían la legitimidad de la razón moderna que había
llevado a tal hecatombe, haciendo énfasis en el carácter existencial del individuo a partir de los
aportes en torno al ser efectuados por Heidegger, como se explicará más adelante.
Karl Popper, en clara alusión a Platón, Hegel y Marx, puntualizó que el historicismo es la
pretensión de entender la historia a través de una noción predictiva de la misma, encaminándola
hacia un final que proyecta unas tendencias inherentes a la evolución histórica, conducentes a un
destino y que por lo regular suelen darse por sentadas, sin ponerlas en tela de juicio (Popper,
1957; 2006). De igual manera, menciona que han existido distintos tipos de historicismo (teísta,
naturalista, espiritualista, económico) y todos comparten la doctrina de que existen leyes
históricas susceptibles, por un lado, de ser descubiertas, y por otro de dar sustento a la predicción
del futuro de la humanidad (2006).
En este punto, es fácil explicar la necesidad que ha tenido el ser humano de poseer un sentido de
la historia, en tanto “importancia o significación que sus actos tuvieran para los agentes de la
Historia, y también importancia de la Historia para quien la escribe y para quien la lee”
(Benavides Lucas, 1994, p.30); sentido que muchas veces puede recabar en equivocidad al ver
los acontecimientos históricos como eventos regidos por elementos trascendentes, dinamizados
desde su interior por principios que le confieren legalidad y pretenden abarcar la historia como
un todo por igual (pasado, presente y futuro). Al respecto, Manuel Benavides Lucas caracteriza
tres justificaciones, cada una de ellas con sus respectivas fuerzas trascendentales que conducen a
un destino específico.
37
En esa linealidad, a través de Giorgio Agamben (2007), podría verse cómo ciertas justificaciones
que asientan el historicismo responden a determinadas nociones que se han tenido en torno al
concepto de tiempo y cómo estas condicionan la experiencia de la concepción histórica en
diferentes culturas. De acuerdo a esto, el filósofo italiano critica que el pensamiento moderno
aún no haya elaborado una concepción adecuada del tiempo, lo que podría mostrar que, en
efecto, persisten algunas generalidades que entienden la historia como una relación origen-
destino presente a lo largo de la historia humana.
En un sentido similar, vemos cómo en Grecia la sociedad de castas confería importancia a los
intelectuales en un proceso de ‘helenización del mundo’, dando primacía a las ideas, las formas y
los arquetipos encarnados en la figura del Estado. Dicho modelo de sociedad era legitimado por
Platón (2008), quien postulaba la instauración de un rey filósofo que guiara el destino de un
mundo demarcado por la lógica ateniense y el gobierno de los intelectuales.
No se puede perder de vista que en todos estos casos de la Antigüedad se hace presente la
doctrina tribal del pueblo elegido, ya sea por cosmovisión religiosa o pretensión política. Por
consiguiente, el tribalismo marca una pauta de acción en el historicismo, pues el hombre
adquiere significado en función de una colectividad que encarrila los fines de la historia, algo
que no se desprende de la modernidad, pues, como menciona Popper (2006), durante el siglo XX
casos como el fascismo y el marxismo contuvieron cierto grado de colectivismo y por tanto una
acepción historicista de la época, el primero a través de una ley de carácter biológico (raza), el
segundo a través de una de carácter económico (clase social), habiendo en ambas un destino de
herencia.
38
En función de ello, se imposibilita hacer una diferenciación de generaciones, épocas, culturas y
civilizaciones que permitan aprehender la historia, ya que el historicismo, al contener el error de
mezclar religiosidad y política (sociedad unitaria acomodada por Dios o el Estado), permite
malentender la filosofía como religión presentada a través de la racionalización, lo cual se apoya
previamente en Platón, quien además de entender el tiempo en un transcurso circular e infinito,
precisado como una “imagen en movimiento de la eternidad” (2007, p.318), también creía que la
decadencia sería superada por la voluntad de los hombres apoyados en la razón (Popper, 2006),
lo cual podría verse como uno de los legados que tras el Renacimiento se adoptaría para lo que
posteriormente constituiría uno de los pilares del pensamiento moderno: el culto cuasi deificado
a la racionalidad.
39
de la realidad, así se suplantaba un espejismo por otro que a fin de cuentas tenía como curso el
alejamiento del hombre de su vitalidad (Nietzsche, 1972).
A finales del siglo XIX y comienzos del XX, pensadores de la talla de Nietzsche y Heidegger
formularían cuestionamientos a la modernidad y su carácter racionalizador del hombre, en el que
este se configuraba como punto centrífugo del pensamiento occidental a través de las
aplicaciones científicas de la físico-matemática. Se dejaba al margen la pregunta alrededor del
ser y los aspectos ontológicos que propiciaban las reflexiones de este en torno a su tiempo y su
mundo (Heidegger, 2003). Por su parte, Max Weber, a través de sus disertaciones sociológicas
frente a la comprensión de la modernidad, elucidaba elementos como la conceptualización
científica, las leyes, la concentración del poder burocrático –así como su funcionalidad en el
aparataje estatal– en un impacto regulado por la racionalización con arreglos afines en los
terrenos de la ciencia, la economía, la política y la guerra; todos estos aplicados a las relaciones
sociales y sus respectivas expectativas de reciprocidad que recrudecían estructuras de
explotación y dominio desde la vida cotidiana hasta altas esferas de mando en el orden
sociopolítico (Weber, 1984).
40
que sacralizaba al tirano (Balandier, 1994). Fue así como el proyecto moderno se desbordó al
punto de llevar a las sociedades de Europa central a lo que durante el siglo XVI, en términos de
Etienne de La Boétie (1980), se conceptualizó como servidumbre voluntaria:
Paradójicamente, es la cadena de los amos, de los pequeños tiranos, la que mejor permite sondear las
profundidades de la servidumbre, pues –si se nos permite introducir aquí un término de nuestro
moderno vocabulario– no viven más que en la alienación; la autoridad, la propiedad que creen
detentar, o que codician, les impide ver que han perdido la libre disposición de su pensamiento y de
su cuerpo y que una fuerza dirige, sin que lo sepan, todos los movimientos de sus pies y de sus
manos, fuerza que, no obstante, no sería nada sin ellos. (p.35).
De esa manera, a consecuencia de los desmanes ocurridos durante la Segunda Guerra Mundial, el
mundo vivió una crisis que conllevó una mirada crítica a los postulados de la modernidad, ya que
hechos como la Shoa, las masacres sistemáticas y la experimentación con humanos en
Auschwitz, pondrían sobre la mesa la legitimidad de la razón y darían vigencia a las nociones de
autores como Heidegger y su preocupación por el ser. Era muy claro, por ejemplo, que para Kant
tanto espacio como tiempo eran equiparablemente importantes al momento de organizar nuestro
mundo. Sin embargo, Heidegger refutaba esa proposición al darle mayor prelación al tiempo,
pues este está íntima y constantemente imbricado con la existencia humana (1995, pp.402-408).
Ante todo, para Heidegger, el ser es el proceso de llegar a ser, por tanto no hay una sustancia
fija, a diferencia del animal racional que planteaba Aristóteles (1989, p.625), pues esto sería una
abstracción, ya que la razón viene antecedida de la existencia que es el camino mediante el cual
nos proyectamos hacia el futuro en función de la expectativa. Por ese motivo el filósofo alemán
veía en el ser humano uno que se extiende adelante de sí mismo y tiene contacto con su
individualidad, acercándose así a una historia inmersa en una madeja de relaciones con el mundo
y su tiempo. A diferencia de Hegel, para quien el espíritu no existe antes del proceso y solo se
crea después de este.
41
objeto de la ciencia no sería el pasado, sino un hombre de acción que vive un tiempo continuo y
en perpetuo cambio.
Es de precisar, entonces, que la relevancia de autores como Bloch sería innegable en la disciplina
histórica, a la par que en el terreno de la filosofía autores como Hannah Arendt y Jean-Paul
Sartre hacían mella al adjudicar relevancia a temas como la acción y la existencia; en suma, la
condición humana que fue confinada durante la Ilustración, como no fuera para darle un uso
instrumentalizado racionalmente. Al respecto, menciona Hannah Arendt cómo “hemos olvidado
que todo ser humano tiene necesidad de pensar, no de un pensar abstracto, ni de contestar a las
cuestiones últimas acerca de Dios, la inmortalidad y la libertad, sino únicamente de pensar
mientras vive. Cosa que hace constantemente” (1995, p.139). Por ello, para Arendt el hombre
activo es en la medida que su pensamiento ejerza fuerza sobre la acción, pues es lo que lleva a la
experiencia y la comprensión, principal interés de la autora alemana que bien puede conectarse
con Bloch cuando alude que “la ignorancia del pasado no se limita a impedir el conocimiento del
presente, sino que compromete, en el presente la misma acción” (1949, p.11).
Por otra parte, para Sartre el existencialismo faculta la subjetividad y con ello la acción, pues el
hombre está condenado a ser libre, en la medida que se ve obligado a elegir su esencia, sin que
necesariamente eso implique esperanza alguna en su proceder, ya que este está en constante
realización (1946). A diferencia del racionalismo, el existencialismo apuesta por la decisión
subjetivada que posibilita la vida humana:
Ser es elegirse a sí mismo; nada le viene, sea desde afuera o sea desde adentro, que pueda recibir
o aceptar. Sin ayuda alguna del tipo que sea, está por completo abandonado a la necesidad
intolerable de hacerse a sí mismo, hasta el más mínimo detalle. Así, la libertad no es un ser, es El
Ser del Hombre, o sea, su nada. (Sartre, 1966, p.546).
42
Auschwitz dejaban como lección la complejidad de entender la mente de un hombre común, que
era tanto o más difícil que la de un filósofo en el sentido de que nunca la destrucción había
tenido una estructuración y burocratización tan bien definidas y normatizadas (Agamben, 2000;
Agamben, 2006; Arendt, 2002).
En ese orden de ideas, vale mencionar los aportes de Gadamer (2000), quien en continuidad a los
presupuestos teóricos legados por Heidegger postula la constitución de la conciencia histórica
como algo posibilitado por la experiencia alrededor de dos ejes: la tradición, surgida de eventos
del pasado, y la historiografía de los mismos a través del relato. Y es en función de dicha
experiencia que se articulan historia y discurso en torno a la acción que permite al hombre
maniobrar en su interrelación social, como defendiera Arendt en La condición humana (1998),
cuando entendía al narrador (historiador) como un agente captador de la historia.
Es así, como se encuentra en los virajes de la epistemología del siglo XX una correlación directa
con los modos de estudiar la historia, ya no como una disciplina necesariamente ajustada a la
instrumentación de la razón, sino como un campo de saber de y hacia el sujeto, en medio de
preocupaciones de carácter existencial que derivan de su conexión con el mundo, al igual que de
la aprehensión del mismo, surgido de la interiorización de su tiempo.
43
Koselleck (1993). El primero mediante la propuesta de estratos temporales de larga y mediana
duración, alusivas al impacto histórico de las colectividades y los individuos que se distinguían
en función del ritmo y las oscilaciones presentadas. El segundo, en conexión con la
hermenéutica, a través de la reciprocidad entre espacio de experiencia y horizonte de
expectativa; conceptos que relacionan el presente con el pasado y el futuro en un diálogo que
demarca prolongaciones o rupturas históricas. Si bien ambas propuestas son valiosas, es
menester la crítica que hace Roger Chartier cuando enaltece la labor de Paul Ricœur en La
memoria, la historia y el olvido, quien a diferencia de Braudel interrelaciona los estratos
temporales y retoma los aportes de Gadamer (Ricœur, 2004, citado por Chartier, 2007, p.90).
Así pues, la tradición constituiría para Ricœur un elemento inserto en el espacio de experiencia
(1985, p. 414), pues esta se conforma de prácticas antecedentes que son heredadas mediante la
transmisión y leídas durante el presente, lo que en relación con Koselleck, en tanto noción de
tiempo, posibilita una conciencia histórica y por ende una producción historiográfica de acuerdo
al horizonte de expectativas (2001, p.17). Por esta razón, la presente monografía se respalda en la
historia del tiempo presente, definida como un elemento que no es cronológico y defiende la
disciplina, no como pasado, sino como tiempo de las sociedades de gentes vivas que involucran
tanto al testigo como al historiador en la acepción de su rol histórico (Aróstegui,1998; Bédarida,
2001).
44
c) discrimina con relación a la historia oral [...] no toda historia oral es historia del presente, sino
sólo aquella en que el objeto […] y el sujeto […] pertenecen al mismo presente histórico;
d) delimita como presente histórico a aquel marco temporal de sentido determinado por la
intersección de los espacios de experiencia de las generaciones que se solapan. (p.125. El énfasis
es mío).
Así mismo, la historia del tiempo presente propicia la articulación de los estratos históricos de
nivel corto (microhistoria), medio (coyuntura) y largo (acontecimientos estructurales), que en su
momento propusiera Braudel (1958), siempre y cuando el historiador tenga claridad respecto al
tiempo histórico, concepto mencionado recientemente y explicado en detalle por Fazio Vengoa
(2010):
[E]s una cualidad intrínseca de los fenómenos sociales, y de esta premisa se deprende su gran
variabilidad en términos de ritmos, velocidades, densidades y extensiones. El tiempo en la historia
consiste, en el fondo, en un entrelazamiento de diferentes dimensiones, estratos y dinámicas que
entran en resonancia. (p.61).
Del mismo modo, se resalta que la intersección de los espacios de experiencia de las
generaciones involucradas construya el presente histórico y con ello el ejercicio de la historia del
tiempo presente (Mudrovcic, 2005). No obstante, dentro de sus dificultades debe tenerse en
cuenta el hecho de que la historia contemporánea suele ligarse a la ‘demanda social’, de acuerdo
a los portadores de la memoria de eventos particulares como la descolonización de ciertos países,
algunos genocidios, revueltas populares y otros eventos de reciente impacto que obligan al
historiador a tener disposición para autenticar sus investigaciones y azuzar su criterio durante
coyunturas cruciales, dada la interconexión con un pasado inmediato y las tensiones que eso
puede generar (Bédarida, 2003; Garton Ash, 2000; Leduc, s.f.).
Por otro lado, no se puede perder de vista que el presente histórico fluctúa y puede derivar
progresivamente en un pasado alejado de la contemporaneidad que enmarca, por lo que deben
tenerse claros los inicios que componen la significación de los eventos que le envuelven (Fazio
Vengoa, 2010). En ese sentido, la memoria es un aspecto ineludible en la comprensión de los
fenómenos contemporáneos, más cuando en la actualidad la transmisión del conocimiento, a
través de las comunicaciones, hace que la historia sea más planetaria y exponga al mundo como
un solo lugar determinado por las lógicas de la globalización (Aróstegui, 2004). Por tal motivo,
no debe perderse de vista el carácter social de la memoria y por consiguiente su historicidad.
Dicho en palabras de Agnes Heller (1999):
45
La historia vivida permanece fuera de la órbita de la mitología privada [...] Para rememorarla, uno
sigue las huellas dejadas sobre la membrana de la propia memoria y de la memoria de los otros.
Se rememora junto a otros. (p.67).
Esto lleva a pensar seriamente a qué nos referimos cuando hablamos de memoria. En un sentido
particular, Paolo Virno formula que hay que considerar su facultad y de esta manera “hallar
categorías idóneas para pensar la experiencia histórica y, más radicalmente, la historicidad de la
experiencia” (2003, p.13). Es así como le adjudica un carácter individual que hace una
revaloración ontogenética de un ser histórico que contiene su valor suprapersonal de índole
público. Por otra parte, también puede entenderse la memoria como un pasado compartido no
solo en función del recuerdo, sino también del olvido, en cuanto imposibilidad de conservación o
preservación que, por consiguiente, incide en una identidad personal y social inscrita en el
tiempo (Heller, 1999; Jelin, 2002; Ricœur, 1999). Es decir que la memoria solo existe en la
medida que propenda una concienciación histórica construida conjuntamente. No hay una
memoria netamente individual, puesto que el recuerdo se resemantiza en un tiempo público
(Mudrovcic, 2005, p.115).
Frente a este tema, se discierne lo reciente del tiempo presente, en cuanto significación atribuida
a una nueva historicidad vivida por una generación que se entiende como una comunidad de
huellas afines y divisa sus espacios de experiencia (Bloch, 1949; Delacroix, citado por Fazio
Vengoa, 2010, p.101). De acuerdo a Mudrovcic, un ejercicio adecuado de la historia del tiempo
presente debe distinguir tiempo vivido de tiempo universal. Así, la autora ejemplifica el caso del
Holocausto para demostrar cómo existe un tiempo privado que atañe al individuo (alemanes), y
un tiempo público de la historia (humanidad) (2005, pp.109-119).5
46
la investigación historiográfica que no repare meramente en el recuerdo, tal como recalcara Jean-
François Soulet (1989), cuando instaba a indagar la prensa, las fuentes artísticas, orales, icónicas
y audiovisuales sujetas a un método explicativo que evitara asumir la disciplina como una neta
recopilación de testimonios.
A manera de síntesis, se ve cómo la historia del tiempo presente articula una historiografía que
tiene piso en la experiencia de un sujeto reflexivo de su marcha, en tanto ser histórico, quien
apropia significados mediante una formulación comprensiva de los métodos, las
intencionalidades y la axiología de su tiempo histórico. De ello, se despliega su carácter
dinamizador en un tejido social espaciotemporal que le encuentra como un agente de acción,
cuya historicidad toma forma en el ejercicio de la memoria y la escritura.
La historia oral es un método que destaca la reconstrucción del pasado a partir de los testimonios
orales y que adquiere relevancia dentro de la historiografía desde mediados del siglo XX, cuyos
hilos conductores son dos momentos preeminentes: la Segunda Guerra Mundial y el auge de la
Historia Social.
Al término del primer momento, los avances tecnológicos en la fotografía, el cine, la televisión y
los dispositivos magnetofónicos proveyeron practicidad para registrar entrevistas, no solo de los
protagonistas más visibles durante el conflicto, sino de aquellos ciudadanos que vivieron
presencialmente la guerra en distintos lugares del planeta.6 A la postre, en 1948, el profesor Alan
Navin creó el primer archivo de historia oral en la Universidad de Columbia con la intención
recopilar testimonios concernientes a hechos importantes de la historia estadounidense que
favorecieran la catalogación de nuevas fuentes. Posteriormente, durante los años 60’s, la historia
social ofrecería marcos de análisis que basados en el materialismo histórico difundirían estudios
de las colectividades. Fue así que escuelas como Annales (Francia) y Past & Present (Inglaterra),
6
Dentro de las múltiples investigaciones de historia oral existentes alrededor de la Segunda Guerra Mundial, cabe
destacar la obra de Richard Holmes Un mundo en guerra: Historia oral de la Segunda Guerra Mundial, en la que el
autor recupera testimonios recopilados por la televisión británica durante la década del 70 que nunca se divulgaron
hasta la aparición del libro. El compendio incluye más de dos centenares de entrevistas de políticos y militares que
intervinieron en la confrontación, tanto en Europa como en el Pacífico (Holmes, 2008).
47
dirigieron el estudio de la disciplina hacia el pasado de las sociedades e integraron análisis de
carácter económico y sociológico, en procura de renovar la labor historiográfica supeditada al
culto de grandes personajes e instituciones (Vilar, 1964).
Es en ese marco de tensiones que la historia oral paulatinamente ha llamado la atención del
mundo académico en Colombia y el exterior (tal y como se expuso en el Capítulo I), enfrentando
las críticas a su alrededor y reconociendo sus limitaciones, dado el margen de desconfianza
generado por las reticencias de la memoria que puede variar de acuerdo a la edad, intenciones y
omisiones (conscientes e inconscientes) del entrevistado, así como el reto que demandan el
análisis y tratamiento de las fuentes orales (Castro Bueno, 2004; Joutard, 1999; Mariezkurrena
Iturmendi, 2008). Respecto a la volubilidad de la memoria, menciona Virno (2003):
48
Y además consideremos cuán prensiles y perspicuas podrían revelarse nociones como
hipernemsia (incremento de la capacidad mnésica en caso de peligro o trauma), criptomnesia
(tomar un recuerdo, que aflora imprevistamente, por una idea totalmente nueva), allomnesia
(atribuir a una experiencia pasada un contenido o una ubicación distinta a la real. (p.14).
49
que implica (orígenes, acontecimientos, consecuencias, legados), ligada a visiones particulares
que asimilan el contexto de desenvolvimiento y dan cuenta de sus disquisiciones individuales y
colectivas.
En La enseñanza de la Historia a través del medio (s.f., citado por Castro Bueno, 2004, p.91),
Jean Noel Luc critica que la enseñanza tradicional de la historia niegue la capacidad del
estudiante para aprender la disciplina y que de igual forma la escuela no replantee sus métodos
para estimular la conciencia histórica desde sus mismos escenarios. Una realidad que desconoce
la interiorización que el estudiante hace de su aprendizaje y que puede rebatirse al asumir el
testimonio como herramienta de investigación de una historia contemporánea que denote las
omisiones intencionales de las editoriales y sus libros de texto, muchas veces afines a los
intereses de la historia oficial (Borrás, 1989). Por tanto, la historia oral sugiere planteamientos a
contracorriente de la enseñanza tradicional de las Ciencias Sociales que se afinca en los
tecnicismos y relega el apoyo que las nuevas tecnologías pueden suministrar al ámbito educativo.
Se reconoce, entonces, la investigación como un producto del desarrollo humano.
50
En la misma línea normativa, los objetivos depositados en los Lineamientos Curriculares para el
Área de Ciencias Sociales enuncian la indispensabilidad de ayudar “a comprender la realidad
nacional (pasado-presente) para transformar la sociedad en la que los y las estudiantes se
desarrollan –donde sea necesario–”. (Agudelo Colorado, Castro Valderrama y Torres Carrillo,
2002, p.30. El énfasis es mío).
De lo expuesto por distintos autores que han estudiado el problema del pensamiento histórico,
Vega Cantor (1999) retoma algunos elementos que lo caracterizan:
1) Observar un problema en perspectiva temporal (génesis, evolución, desarrollo y solución del
problema)
4) Muestra que las cosas, las sociedades y los individuos no han sido idénticas y que el presente
se ha gestado en el tiempo por múltiples variables y posibilidades
6) Permite entender un dato a partir de su origen, mostrando la parcialidad de donde viene (p.49).
Si se parte de esa base se formula la coherencia didáctica de la historia oral, al igual que su
pragmatismo metodológico en el escenario escolar. Claro está, hablar indistintamente de la
investigación en el aula sin que haya una clarificación meticulosa al respecto es un problema
habitual. Por ejemplo, Castro Bueno señala tres arquetipos existentes al respecto: a)
Investigación educativa tradicional; b) Investigación sobre la práctica docente y; c) Investigación
escolar (2004, p.65). Para efecto del presente proyecto, esta última se hace la más pertinente,
pues la intención de la propuesta lleva al estudiante a una exploración de su subjetividad
histórica de una forma metódica en la que tiene claro que no se va a llegar a una investigación
netamente científica, pues existen marcadas diferencias entre las metodologías escolares y
profesionales en orden temático, conceptual, técnico y contextual. En ese sentido, cabe retomar
el contenido de los Lineamientos Curriculares:
[…] el MEN es consciente que durante la Educación Básica y Media es importante y necesario
que se forme en los conceptos básicos y se practiquen métodos y técnicas propios de las diversas
disciplinas que conforman las Ciencias Sociales. Por ejemplo, un educando que curse la básica y
51
la media, no será un historiador, pero debe aprender a manejar y seleccionar fuentes, que es
algo básico en el conocimiento histórico. (Agudelo Colorado, Castro Valderrama y Torres
Carrillo, 2002, p.29. El énfasis es mío).
Las propiedades del espacio vital del individuo dependen en parte de su condición como producto
de su historia, en parte de su entorno no psicológico (físico o social). La relación de este último
con el espacio vital es similar a aquella que tienen las “condiciones limítrofes” con un sistema
dinámico (p.70).
Señala Fabio Jurado Valencia (1999) que no debe pensarse la universidad como el escenario en
el que la investigación se inicie a espaldas de la educación básica, sino que, por el contrario, debe
respaldarla sentando su posición frente a las metodologías tradicionales de la escuela que
afianzan los resultados por encima de los procesos. En ese sentido, toma relevancia la
52
articulación entre pensamiento y lenguaje que proporciona la enseñanza-aprendizaje de la
historia oral a través de la lectoescritura, sirviéndose de herramientas que entienden a los
estudiantes como unos lectores que organizan su escritura en una red de relaciones sociales que
denotan una serie de prácticas y cambios culturales a comienzos del siglo XXI. Esto implica
nuevos retos didácticos para entender el impacto de la transformación tecnológica en el ejercicio
de la lectura como algo relevante en los discursos, las sociabilidades y la práctica lectora, tal
como mencionan autores como Anne-Marie Chartier y Roger Chartier cuando enfatizan en el
acceso masivo a la información tras la cualificación de instrumentos como la Internet, sin que
eso implique la formación de ‘lectores críticos’, pues el entretenimiento copa sus actividades y se
trastoca el uso del libro –que va de la mano con los preceptos de la industria cultural y las pautas
de mercado que la regulan–, aun cuando este no desaparezca y conviva con una lectura digital
que contiene una continuidad textual fragmentaria (Chartier, Anne-Marie, 2005; Chartier, Roger,
2000).
Ante tal realidad, se ve el hecho de que esas dinámicas indudablemente generan (y seguirán
haciéndolo) nuevos modos de aprendizaje que lejos de producir una mirada alarmista deben
propiciar oportunidades para los maestros de escuela, quienes están llamados a fortificar la
enseñanza de competencias lectoras en el marco de las evaluaciones internacionales y las
estrategias didácticas que deben pensarse en una actualidad en que la textualidad electrónica
facilita una argumentación más abierta y no por ello necesariamente más deductiva, gracias a la
proliferación de hipertextos en la red (Chartier, R. 2005). Se tiene que ver la lectoescritura como
un proceso de significación y un acto de comunicación dialógica posibilitada por la semiósis, es
decir, la representación del sentido, en el que un significado remite a otros tantos de acuerdo a la
interacción humana que desvela el conocimiento e intencionalidades del sujeto (Bajtín y
Medvédev, 1993).
En concordancia, Roland Barthes (1985) entiende la lectura como una herramienta mediadora de
saber, siempre y cuando se distinga la función de los códigos institucionales, es decir, aquel
entramado de elementos que muchas veces rodea el ámbito de la escuela y los significados que
estos pueden generar en el estudiante: docentes, compañeros, cátedras, prácticas, relación con las
jerarquías, contexto socio-histórico de la institución, entre otras. Por tanto, se entiende que el
maestro no debe reflexionar tanto los aspectos formales como los usos del lenguaje y sus
53
repercusiones sociales. Por consiguiente, se comprende al estudiante “como un sujeto que dirige
su deseo, su producción, su creación” (Barthes, 1985, p.248), dado que hay que romper con los
esquemas aleccionadores de antaño al momento de promover la lectura crítica en el estudiantado
y con ella la curiosidad e indagación investigativa. Tal y como dijera Jorge Larrosa (2003), en
alusión a la experiencia lectora como un acto de transgresión:
[U]n mundo que se nos da plano y sin perfiles y de un yo que se nos impone. Aunque eso no
signifique que el juego que intenta trascenderlos no implique riesgos. La renuncia a lo que hay de
seguro y de asegurado en el mundo convencional y en el yo constituido produce también angustia
y espanto [...] la experiencia de la lectura, cuando busca transgredir límites e ir más allá de lo
dado, tiene también una constitutiva dimensión de incertidumbre y de peligro con los que hay que
aprender a convivir. (p.196).
Por tal razón, la didáctica de la historia oral enlaza lectura y escritura integralmente, mediante
procesos de significación que tienen en cuenta un sujeto histórico formado como lector a través
de una interacción en la que, como dijera Emilia Ferreiro “hay una interfase entre el leer y el
escribir; entre el leer, el hablar sobre lo leído, el hablar sobre lo escrito, reflexionar sobre lo
dicho y reflexionar sobre lo leído” (A.A.V.V., 2004, p.32). Dicha apuesta se da a través de la
construcción, el análisis y el cotejo de entrevistas junto a otro tipo de fuentes que sitúan la
pertinencia de la historia oral por medio de la exhaustividad requerida en la relación
entrevistador-entrevistado, así como su posterior transcripción. El enfoque pedagógico se apoya
en los aportes del constructivismo, debido a la importancia que este suministra al lenguaje y sus
modos de comunicación para configurar múltiples maneras de leer y escribir como prácticas de
conocimiento que, en términos de Ferreiro y Larrosa, anteceden las prácticas escolares, ubicando
al estudiante en una compleja red de relaciones que fomentan un desarrollo psicogenético
(A.A.V.V., 2004; Larrosa, 1995). Esto podría conectarse en el aspecto epistemológico de la
investigación histórica con aquello que reflexionaba Agnes Heller, en cuanto a que la conciencia
cotidiana es anterior a la historia escrita y esta última es anterior a la filosofía de la historia
(1999). De ahí la importancia de tener claros los parámetros de las fuentes orales, no como
anecdotarios, sino como instrumentos de investigación:
Para llevar a cabo una buena entrevista son necesarios varios requisitos: una adecuada elección de
los informantes, un profundo conocimiento previo de la temática a investigar, la definición clara
de problemáticas e hipótesis de investigación, la amplitud necesaria para abordar aspectos no
contemplados en las instancias previas a la entrevista, que pueden abrir nuevas vertientes, y el
registro no sólo de lo dicho sino también de lo omitido. (Mariezkurrena Iturmendi, 2008, p.231).
54
Es importante, entonces, entender el carácter simbólico de la entrevista como fuente, en medio
de un proceso de comprensión que pondera el sentido global de un discurso reconocido como
representación de una macroestructura textual (Van-Dijk, 1980). Así pues, la entrevista como
texto histórico posibilita una actividad cooperativa en la cual el estudiante formula
interrogaciones que generan una información con la intención de producir respuestas en los
lectores, quienes renuevan el documento en situaciones específicas adaptadas a su devenir
histórico (Eco, 1981). Por tanto, no es casual que el carácter histórico de la entrevista, en tanto
texto, propicie una lectura del horizonte cultural, lo que Pierre Bourdieu denominara como
habitus (1995, p.387), es decir, el conjunto de esquemas conformados históricamente y a través
de los cuales el sujeto percibe su mundo y lo interviene, mediante la interiorización de la
estructura. De tal manera que la conversación se presta como un elemento en el que la
comprensión surge del diálogo y los problemas que envuelven a los sujetos participantes. Dicho
de otra manera, en mención a la metodología historiográfica de Hans-Georg Gadamer (2007), el
lenguaje cotidiano permite un entendimiento hermenéutico estimulado por la praxis. A su vez, se
reflexiona la existencia del campo de poder (Bourdieu , 1995, p.321), el cual refiere al espacio de
las relaciones de fuerza entre los agentes que tienen facultad para ejercer dominio, lo que permite
analizar el punto de vista del entrevistado y su posición en el campo social.
7
Para mayor comprensión de la intención didáctica de la autobiografía remitirse al ítem 3.1.5.
55
significación (Bruner, 1991; Certeau, 1978; Mudrovcic, 2005). En ese orden de ideas, no debe
perderse de vista cómo los recursos simbólicos suponen una narración histórica que comunica a
través del medio, los códigos y los registros (Burke, 1993; Ricœur, 1995). De ahí que objetos
como una fotografía o una carta, por ejemplo, se sirvan como mecanismos de activación de la
memoria en los que el individuo afirma una conexión con su pasado y da una continuidad que
trasciende significados sociales (Nora, 1997).
2.3. Sujeto
2.3.1. Subjetividad
La formación de la subjetividad implica una apuesta por la generación de criterios que permitan
al estudiante comprender la constitución de mentalidades desenvueltas en las lógicas del
consumo y el mercado, para de esta manera posibilitar un cuestionamiento frente a su situación
en contextos locales, regionales y nacionales que fortifiquen la capacidad de asumir decisiones
propias, en consonancia a sus relaciones con otros individuos que fomentan principios
ciudadanos adecuados para instancias perdurables después de su paso por una escuela que como
institución muchas veces no cumple el propósito de formar en y para la democracia, ya que como
señalan Aguilar y Betancourt (1999), se constituye como un espacio regulado por mecanismos
autoritarios y verticales que se imponen bajo el velo de una educación falsaria para la
participación, en la que se insta al dogmatismo y la sumisión como ejercicios de incorporación
social. Al respecto, Jurjo Torres (1996) considera preciso que en la investigación sobre el
currículum que se desarrolla en las aulas se haga uso de metodologías con un carácter más
etnográfico y participativo, junto a extensos marcos de análisis que tengan en cuenta las
interrelaciones entre el sistema educativo y lo acontecido en otras capas de la sociedad. De esta
manera se pueden captar con mayor entendimiento las conexiones entre el currículum manifiesto
56
y el oculto en la institución escolar, al igual que sus producciones económicas, culturales y
políticas.
Por su parte, Estanislao Zuleta (1985) menciona la urgencia para que la educación deje de verse
como un dispositivo de transmisión de contenidos, así confiere a aquel que recibe la cátedra el
carácter de investigador, no de sujeto a instruir. Para tal efecto, referencia los mínimos del
racionalismo kantiano: pensamiento autónomo desligado de todo prejuicio apriorístico; la
otredad, en tanto oportunidad para la construcción de conocimiento integral y, por último, la
verificación de resultados, aunque estos sean difíciles de aceptar.
Es así como a partir de las sociedades se tiene claro el desarrollo de determinadas nociones de
‘progreso’, entendiéndolo como una concepción de tiempo, por medio de la cual se conduce al
perfeccionamiento de estadios a niveles espirituales y materiales (Bauman, 2008). Hay que tener
en cuenta que durante la modernidad el concepto de educación enfatiza en el desarrollo
económico que genera riqueza a pocas manos a costa del agotamiento de los recursos en la
relación hombre-naturaleza, por eso a medida que la educación amplía sus criterios suele recibir
críticas de degradación, sobre todo si se observa que en la actualidad educar se asimila no como
un acto generoso, humanizado y dignificante para el hombre, sino como un algoritmo
encaminado hacia la civilización de este dentro de las dinámicas competitivas del mercado
(Bauman, 1999). A lo cual se debe que paulatinamente haya un interés desmedido por extirpar de
los claustros la enseñanza de las epistemologías y se incentive con mayor vehemencia la
incorporación a programas técnicos y tecnológicos que suministren sostenibilidad al proyecto
globalizante. Por esto se hace necesaria una memoria que contribuya a prolongar las alternativas
y haga frente a los estándares de educación gubernamentales, sobre la convicción de un proceso
disruptivo que promulgue la innovación y la asimilación de su contexto, aun a riesgo de fracasar
ante las desgracias que pueda estipular lo que Zygmunt Bauman denomina como la modernidad
líquida: “una civilización de excesos, redundancia, desperdicio y eliminación de desechos”
(2013, p.28).
Sin duda, las relaciones de poder en toda interacción social se establecen por medio del
conocimiento –artístico, cultural, científico o tecnológico– que dentro de la educación debe
entenderse como un proceso espiritual, es decir que no debe acentuarse netamente en los
57
contenidos académicos, sino a su vez incentivar una lectura de valores, símbolos, rituales,
técnicas y conductas inherentes a los seres humanos para que cada uno de ellos, o por lo menos
los que se hallen insertos en un proceso de análisis subjetivado, puedan encaminarse en aquello
que se busca: la enculturación. A propósito, José Gimeno Sacristán (2002) resalta las
percepciones y entendimientos que el sujeto asume con relación a sus proyectos y deseos,
valiéndose de la educación como un instrumento imprescindible para la realización de
proyecciones, tanto de sí mismo, como de su sociedad, y apoyándose en el laicismo como
camino hacia la construcción de un crecimiento humano y social que desemboque en las
finalidades de la enculturación. Todo esto implica un repaso en torno a las imposiciones de la
globalización, que progresivamente diluye la criticidad del individuo a través de la mediatización
aunada con el sometimiento del Estado a las determinaciones del mercado, pues los mecanismos
culturales de intrusión crean un espejismo de autonomía que se expresa en el aislamiento y la
despolitización de un ciudadano que solo reacciona al bombardeo que le estimula, en tanto
consumidor.
Los jóvenes viven ahora el tiempo no sólo a través de un poderoso peso del presente sobre el
pasado y el futuro, sino a través del valor de lo sensorial sobre otros valores que antes
representaban y conocían como superiores. Tengo la convicción de que nuestros jóvenes orientan
su vida por la siguiente máxima: vive el instante. Muchas cosas se supeditan ahora a la
denominada “utopía de lo inmediato”. (p.31).
58
Frente a esa problemática, en “Socialización y educación en la época posmoderna”, Ángel
Ignacio Pérez Gómez dilucida 3 aspectos importantes en la reflexión que debe implicar la
enseñanza en la función educativa de la escuela: los procesos de socialización o función
socializada, la función política y la función educativa de la escuela (Goikoetxea Piérola y García
Peña, 1997). Tener en cuenta estos aspectos implica saber qué clase de mundo se ha establecido
en el marco de la posmodernidad, pues la familia ya no se presenta como un espacio nuclear y
homogéneo, la economía exige nuevos comportamientos delineados por el mercado y la política
se muestra como una empresa de marketing en la que el ejercicio ciudadano se reduce a
participar en comicios periódicos (Self, 2013).
2.3.2. Deconstrucción
El concepto de deconstrucción surge durante los años 60’s como una oposición a los postulados
del estructuralismo y hace hincapié en la eventualidad, más allá de lo perenne y la fijación
estructural (Derrida, 1986). Aun cuando era solo uno de muchos aspectos trabajados por Jacques
Derrida, prontamente se asoció este término como centro de su obra, sobre todo por su particular
asociación del individuo con las instituciones mediante los usos del lenguaje y las
caracterizaciones espaciotemporales de determinado momento histórico, acepciones que, a
diferencia del estructuralismo, se postulan como indefinibles e inestables, dadas sus
interrelaciones, como puede verse en su disertación “Notas sobre deconstrucción y pragmatismo”
(Chantal Mouffer, 1998):
[...] las instituciones y el consenso son estabilizaciones [...] esto significa que hay estabilizaciones
de algo esencialmente inestable y caótico. Por lo tanto, se vuelve precisamente necesario
estabilizar porque la estabilidad no es natural; porque hay inestabilidad es que la estabilización se
vuelve necesaria; porque hay caos es que hay necesidad de estabilidad. (pp.162-163).
59
Por consiguiente, la deconstrucción no abarca una sistematización, sino que se ubica como una
propuesta que opta por desmenuzar el todo e invierte sus posibles esquemas para colocar en
contradicción sus partes, de tal manera que las certezas se pongan en cuestión. Es así como en el
aula se pretendió resaltar la posibilidad de ser sujeto; posibilidad inherente a toda persona que es
capaz de entenderse como actor de su existencia en una relación con su tiempo y espacio, a partir
de métodos que propician condiciones introspectivas a través del reconocimiento de la historia.
De esta manera, se entiende la deconstrucción como aquella forma en que se indaga la
constitución de un sistema o modelo cimentado históricamente, a fin de tener acceso a sus
contingencias y significados para estimular una reflexión y contrastación del objeto estudiado. Se
trata, entonces, no de una metodología, sino de una estrategia, puesto que la percepción de lo
deconstruido solo se da posteriormente desde una acepción crítica (Morlley, 1993). En este
aspecto es oportuno comprender el sujeto en la multiplicidad de emergencias, en su desarrollo y
la variedad de subjetividades que constituyen el proceso como una dimensión racional, afectiva y
política. En ese propósito toma relevancia el aporte hecho por los individuos, quienes al realizar
una deconstrucción de sus propias particularidades se comprenden como sujetos. De acuerdo a
esto, en continuidad a lo propuesto a lo largo de este trabajo, vale la pena referenciar lo que
mencionaba Nietzsche respecto a los historiadores que creen que su época es la única verídica y
operan de acuerdo a su presente (1999):
60
del lector al estar predispuesto por estas. En cambio, el presente proyecto concibe al individuo
como un elemento inserto en la realidad, imbuido de ella y, por consiguiente, capaz de efectuar
una interpretación crítica en el marco de situaciones político-ideológicas inherentes a la historia.
Por ende, se resalta la experiencia como parte del proceso, como mencionara el pensador francés
al respecto:
[El acontecimiento] Es otro nombre para la experiencia misma que es siempre la experiencia del
otro. El acontecimiento no se deja subsumir en ningún otro concepto, ni siquiera el de ser. El
“hay” o el “que haya algo y no más bien nada” compete tal vez a la experiencia del
acontecimiento más que a un pensamiento del ser. La llegada del acontecimiento es lo que no
puede ni debe impedirse nunca, otro nombre del futuro mismo. No es que sea bueno, bueno en sí,
que suceda todo o cualquier cosa; no es que haya que renunciar a impedir que ciertas cosas se
produzcan [...], pero uno no se opone jamás sino a acontecimientos de los que se piensa que
obstruyen el porvenir o traen la muerte consigo, acontecimientos que ponen fin a la posibilidad
del acontecimiento, a la apertura afirmativa para la venida del otro. (Derrida, 1994).
2.3.3. Constructivismo
El modelo pedagógico del constructivismo entiende el conocimiento como una construcción del
ser humano y parte de los esquemas adquiridos por el individuo en su interacción cotidiana con
la sociedad y la naturaleza; interacción que depende de la representación inicial adquirida gracias
a la información y los actos internos o externos que el sujeto desenvuelve por medio de procesos
mentales que generan nuevos conocimientos y con ello la concepción de competencias que le
permiten desempeñarse en nuevas circunstancias. Según Piaget (1969), tal concepción se genera
61
si el individuo se relaciona con el objeto de conocimiento. Por su parte, Vygotski (1979)
considera que esa construcción se da en la medida que el sujeto se relaciona con los otros.
Finalmente, Ausubel (2002) postula que ello se da de acuerdo a lo que es significativo para el
sujeto.
En ese orden de ideas, Carretero (2009) analiza los alcances y las reticencias que posee el
constructivismo respecto al conocimiento y sus recursos de socialización en Occidente. Parte por
cuestionar la división que existe en el modelo educativo en cuanto a los niveles de enseñanza,
puesto que después de la niñez el sujeto se confronta a unos sistemas de aprendizaje
academicistas especializados en disciplinas que contienen, cada uno por su parte, un lenguaje
distinto y determinado, viviendo con esto problemas en su adolescencia al encontrar una tensión
entre sus intereses y sus necesidades en medio de aquello que le ofrece la institución educativa.
El constructivismo, entonces, se constituye como una corriente que busca fortalecer la relación
estudiante-maestro y plantea soluciones frente al acartonamiento escolar para entender que las
construcciones hacen parte no solo de la cultura, sino también de la historia (hábito). Sin
embargo, Carretero considera que esta corriente también posee innegables limitaciones que
plantean preguntas como, por ejemplo, ¿de qué manera es posible nivelar el conocimiento que
posee el estudiante que recién ingresa a la escuela? ¿Qué aspectos o individuos convienen la
legitimidad de una representación? ¿Cómo se define una representación incorrecta y se procede a
una correcta?
De ahí que Piaget entendiera la interacción a través del lenguaje codificado. Sin embargo,
Vygotski defiende que el niño ya tiene una capacidad de entendimiento frente al mundo y ello
antecede la posesión del lenguaje. Al mirar ambos postulados, se deduce que en todo individuo
hay presentes unos esquemas iniciáticos que permiten una construcción propia de los hechos y a
su vez hay presentes en él unas series que le permiten llegar al estado de madurez más actual, por
tanto, el aprendizaje se da cuando el conocimiento adquiere significado de acuerdo a los
esquemas que le anteceden. En alusión al aprendizaje significativo en la escuela, Hernández y
Díaz-Barriga (2002) consideran que este involucra un activo replanteamiento de las
percepciones, ideas, conceptos y esquemas que ostenta en su estructura cognoscitiva. Retoman a
Ausubel, quien considera al estudiante como un generador de contenidos de acuerdo a la
existencia de un método de aprendizaje organizado y sistemático, ya que, como puede verse en el
62
caso de la investigación historiográfica, no es suficiente adquirir capacidades de almacenamiento
memorístico, debido a que el sujeto se interrelaciona con sí mismo y al hacerlo asocia sus
acciones con la historia en general. Dicho en palabras de Jurjo Torres (1994):
[...] en consecuencia, todo aquello que les resulte alejado de sus preocupaciones e intereses, que
no esté relacionado con una necesidad, un deseo o la evitación de algún peligro, difícilmente
puede llegar a convertirse en relevante y significativo para aprender. (p.46).
Por añadidura, en términos de Carretero aprender es sinónimo de comprender (2009, p.32). Esto,
traslapado al presente trabajo, denota la imperiosidad del maestro en tener claridad respecto a los
conocimientos que el estudiante ya posee, no solo en función de discernir personajes egregios o
fechas históricas, sino de entender el conocimiento personal que ya posee y brindar las
herramientas para plasmarlo en una investigación. Ante esto serán importantes, tanto los
resultados, como el proceso que se efectúe en el aprendizaje y la investigación en la que el
estudiante se relaciona con su ambiente. Sin desconocer la importancia que en todo currículo
deben adquirir los contenidos, se tiene en cuenta la limitación que los estudiantes tienen al
momento de almacenar la información que aprehenden, pues esta muchas veces no adquiere un
significado concreto, especialmente si los métodos van de la mano con la escuela tradicional que
respalda la estructura jerárquica de dominación profesor-alumno.
Igualmente, Vygotski sustenta con su teoría del desarrollo próximo que las destrezas del
individuo no terminan con sus posibilidades, sino con la asistencia que puede recoger del otro
(1979, p.131). A su vez, Fouréz (2008) señala desde un enfoque socioconstructivista que cada
sujeto construye sus propios conocimientos, bien sea un niño o el receptor de un premio Nobel.
Los conocimientos son construidos en interacción con otros y aspiran aclarar situaciones para
actuar a través de los intercambios generados. Así, los conocimientos científicos son
representaciones estandarizadas y fiables, dado que han sido verificados mediante la
investigación y el debate para que cada uno cuestione el significado que tiene del
‘conocimiento’.
63
responsabilidades directas en torno al quehacer educativo, mediante el ejercicio investigativo y la
afirmación de procesos didácticos que afianzan una dinámica construcción de la visión de
mundo.
64
CAPÍTULO III
3.1.1. Diagnóstico
Inicialmente, el docente investigador realizó un sondeo, por medio del cual se conocieron las
particularidades del estudiantado, a fin de concretar con cada uno de los educandos el trabajo a
realizar: historias de vida. Dichos rastreos indagaron la procedencia del estudiante, su barrio y
localidad en que habitaba, su permanencia histórica en el colegio, la composición de su núcleo
familiar y las reflexiones en torno a cómo visibilizaba la cátedra de Ciencias Sociales. Todo esto
en un marco de construcción y deconstrucción de sujetos que proyectaba su margen de acción
futura, mediante ejercicios y talleres que permitieran acercar los estudiantes a una reflexión
introspectiva y conjunta, en tanto sujetos históricos. Por tanto, se les solicitó a los estudiantes que
remitieran datos como su edad, el barrio de residencia, parientes con quienes residía, percepción
de la clase de Ciencias Sociales en particular y de la institución en general.
El docente organizó los datos en una matriz y encontró serias falencias en la escritura, dado que
muchos estudiantes no reparaban al redactar de la misma forma en que hablaban y su
argumentación era muy reducida. Dicha actividad le permitió al docente hacerse una idea de las
percepciones académicas y personales de los estudiantes, esto como sustento iniciático para
llevar a cabo el proyecto a través de la metodología de la historia oral. De igual manera, ellos
expresaron en sus respuestas reticencia frente a la clase de Ciencias Sociales, sin embargo,
8
Las observaciones de la experiencia fueron consignadas y fechadas en el diario de campo del investigador.
65
también expresaron que les animaba comenzar el proyecto de historia oral, debido a que se
tenían en cuenta sus consideraciones personales.9
Se expuso la historia de la fotografía y su tratamiento como fuente histórica, de tal modo que se
brindara una alternativa para que los estudiantes no centraran su trabajo final exclusivamente en
el análisis de fuentes orales y escritas, sino también gráficas. Se aclaró el tipo de imágenes que
podían ser objeto de estudio (ejemplificando algunas fotografías personales del docente y otras
muy famosas en los medios gráficos de la historia contemporánea), los elementos que la
componen en tanto elemento histórico y sus características al constituirse como fuente. Aun así,
la poca indagación que los estudiantes han tenido respecto al manejo y análisis de la imagen hizo
que algunos se dispersaran durante la actividad.
9
Anexo 1
66
Al trabajar fotografías documentales como complemento a las que llevaron los estudiantes –
reproducidas durante su niñez–, se pudo explicitar el análisis de cambios y permanencias de
aspectos históricos a través de la imagen. Sin embargo, hubo muchas reservas de parte de varios
estudiantes a la hora de compartir sus imágenes, ya que creían que podían ser objeto de burla de
sus compañeros en el aula. En cambio, hubo también estudiantes que se mostraron muy
entusiasmados y relataban con mucho regocijo las situaciones en las que se tomaron las
fotografías (bautizos, cumpleaños, salidas recreativas, entre otras).
Hubo mejores resultados en el curso 905. Eso se debió a que el 904 fue el primero en realizar el
taller y no hubo un buen tratamiento del tiempo de parte del docente. Así, el aprendizaje de la
primera sesión propició cambios considerables con el 905, lo cual se tradujo en los resultados del
análisis de una fotografía personal que los estudiantes debían entregar a partir de varios ítems
que constituían el análisis histórico. En este ejercicio se pudo cumplir el objetivo de suministrar
herramientas metodológicas y conceptuales a los estudiantes para el estudio y construcción de
sus propios análisis, por medio de una deconstrucción de su historia a través de la imagen. 10
En este primer taller se les explicó a los estudiantes el origen del testimonio oral como
documento histórico y su importancia investigativa, especialmente después de la Segunda Guerra
Mundial. De esta manera trabajar de entrada la entrevista permitió clarificar a los estudiantes las
diferencias entre historia de vida, proyecto de vida, historia oral, oralidad y tradición oral. El
hecho de desarrollar el taller durante solo 2 horas exigió una mayor precisión y rapidez de parte
del docente, pues eran muchos los aspectos abordados (tipo de entrevista, tipo de pregunta, razón
de escogencia del entrevistado, recursos previstos por el entrevistador, entre otros). 11
10
Anexo 2
11
Anexo 3
67
por los Aliados durante la confrontación, por medio de un breve repaso desde los inicios de la
guerra, cuando Alemania invadió Polonia, hasta su finalización con el despliegue de las bombas
atómicas en Hiroshima y Nagasaki, lo que despertó la impresión de los estudiantes, quienes se
mostraron muy interesados en escuchar los desenlaces del conflicto
La desatención de algunos de los estudiantes más dispersos en el curso 905 generó por
momentos un ambiente de distracción que causó molestias en el desarrollo de la actividad. Tal
desatención denotaba la indiferencia de algunos ante la propuesta, lo que despuntaba quiénes
potencialmente no querrían dar un buen resultado en el trabajo final que recogería lo adquirido a
lo largo de todas las actividades. El objetivo de suscitar un aprendizaje en los estudiantes
respecto al uso de la entrevista como fuente oral se logró parcialmente, pues, por un lado, hubo
confusión respecto a algunos términos; por el otro, se hacía necesario rematar la finalidad del
ejercicio en su segunda etapa. Por su parte, el profesor titular de la institución expresó mucho
interés y reafirmó su apoyo para consolidar con éxito la pretensión de que los chicos tuvieran un
óptimo resultado final, resaltando la importancia que tenían los procesos escriturales en la
propuesta.
Al término de la sesión en el curso 905, el profesor Beltrán resaltó la pertinencia del taller, pues
una de sus mayores preocupaciones es que los estudiantes presenten bajos resultados en procesos
de comprensión lectora (recuerda experiencias de aula previas en la institución), así que me instó
a que continúe con el proyecto en un sentido de apropiación del lenguaje y el análisis textual, algo
nada fácil, en palabras del profesor. (Becerra González, 2012).
Este taller tuvo un desempeño mucho más riguroso que el anterior, pues se pretendía explicar a
los estudiantes aspectos alusivos a la ética del entrevistador y, por tanto, el tratamiento que debe
brindarse al testimonio en la historia oral. De igual manera se trabajaron aspectos técnicos como
el manejo de citas y notas a pie de página, numeración de páginas, edición de entrevistas, la
presentación del entrevistado y la depuración del documento.
68
IMAGEN 3. Análisis de fuentes orales en el aula de clase
Foto tomada por Paula Aguirre, 904
Algunos de mis estudiantes [curso 904] me manifestaron la dificultad de lograr sacar adelante sus
entrevistas (sic), pues sus parientes se muestran reacios a hablar de los años previos a su
nacimiento por motivos alusivos a rencillas familiares o secretos que no quieren que sean de
69
conocimiento público. Se presentó incluso un caso en el que un estudiante me expresó su
imposibilidad para hacer el proyecto, debido a que su padre está preso en un centro penitenciario
de la ciudad. (Becerra González, 2012).
También debe mencionarse el problema que muchos presentaron al momento de referenciar las
citas y notas a pie de página que daban cuenta del origen de los testimonios contenidos en la
fuente oral. Razón por la que se realizaron constantes asesorías previas a la finalización de la
propuesta. En relación con el objetivo general del proyecto pedagógico, podría decirse que el
ejercicio de las entrevistas cumplió con la intención de estimular procesos basados en la
recuperación de la historia, orientados a la formación de sujetos críticos conscientes de los
desarrollos históricos, pues una vez se efectuaron estas entrevistas varios estudiantes pudieron
realizar ejercicios de activación de la memoria que progresivamente les llevaba a conocer
aspectos desconocidos de su historia, plasmados posteriormente.
Tras el ejercicio de las entrevistas, mediante la autobiografía se buscaba que los estudiantes
escribieran a su parecer los sucesos más relevantes de su vida, sin exigencias y parámetros
previos. A diferencia de los demás trabajos que se realizaron a lo largo del proyecto, el docente
encomendó la redacción de una autobiografía que debía ser entregada en tres momentos (los
estudiantes ignoraban que habría que retomar el trabajo después de la primera entrega).
Puntualmente, la intención del docente era que los estudiantes se explayaran a su gusto, en un
proceso escritural íntimo y concienzudo que les llevara a reflexionar en torno a sí mismos y a los
elementos y eventualidades que consideraran más importantes a lo largo de su existencia.
70
IMAGEN 4. Acercamiento al tiempo histórico mediante la periodización y la cronología
Árbol genealógico adjuntado por Juliana Aguirre a su autobiografía, 904
Durante la segunda entrega el profesor pediría que retomaran el documento inicial, sumándole en
esta ocasión datos históricos puntuales para que en una tercera entrega los relacionaran con
situaciones históricas de Colombia y el mundo, al igual que con datos suministrados por sus
parientes en las fuentes orales. Por ejemplo, si en el primer ejercicio decía algo como “Me llamo
Fabián Becerra, nací en el Hospital Militar el 30 de septiembre de 1988, en la ciudad de Bogotá”,
el segundo momento debía decir “Me llamo Fabián Arley Becerra González, según mi registro
civil de nacimiento. Dicho documento constata que eso fue el viernes 30 de septiembre de 1988,
a las 8:05 de la mañana, en el Hospital Militar. El médico que me recibió fue...”. Por último, la
tercera entrega debía decir algo como “Me llamo Fabián Arley Becerra González, según mi
registro civil de nacimiento. Dicho documento cuenta que eso fue el viernes 30 de septiembre de
1988, cuando Virgilio Barco era presidente de Colombia y la Unión Soviética estaba a muy poco
de su colapso definitivo. Nací a las 8:05 de la mañana, mi mamá me dijo que ese día ‘sentía
muchos nervios y emoción, pues serías mi segundo hijo y eso nos tenía muy expectantes’. Soy
hijo de un matrimonio conformado por Mardy González Rojas e Ítalo Becerra Sandoval, quienes
se conocieron en 1984. Al principio mi abuela no aceptaba esa relación, pues según mi mamá
71
‘era la primera vez que tenía una relación formal y no veía en él las condiciones para que
tuviéramos un futuro estable’. Nací en el Hospital Militar porque mi papá era empleado del Club
Militar de Suboficiales…”.
De esta manera, puede verse cómo dicho ejercicio se presentaba como un preámbulo de cara a lo
que tenía que verse en el trabajo final. Por tanto, la intención del docente era que en la tercera
entrega cada estudiante poseyera un adelanto considerable del proyecto de historia oral. Sin
embargo, solo fueron posibles dos entregas, pues semana a semana se presentaron contingencias
que impidieron que se realizaran varias sesiones de clase (días festivos, enfermedad del docente
y salidas pedagógicas).
Por consiguiente, se decidió realizar una serie de dos clases magistrales en las que se expondrían
los principales acontecimientos de la historia colombiana contemporánea. De tal manera que
sirviera como un ejercicio de orientación para el desenvolvimiento contextual de las historias de
vida de los estudiantes. Otro problema evidenciado fue la dificultad de estos para escribir
fluidamente, presentándose problemas en la cohesión argumentativa y gramatical. Sin embargo,
más allá de los requisitos técnicos, el ejercicio permitía una mayor familiarización de los
72
estudiantes desde la introspección de su subjetividad. Al hacer una reflexión de la práctica, el
docente encuentra que este fue el ejercicio que más le gustó a los estudiantes, se notaba que en
muchos casos hicieron catarsis y adquirieron un sentido práctico del estudio de la historia desde
su cotidianidad, pese a que en varios de ellos la pereza se tradujo en problemas al momento de
redactar.
[E]s problemático que algunos estudiantes sean reacios a escribir. Sin embargo, me entusiasma
ver el compromiso de algunos hacia la propuesta. Un ejemplo se vio en el caso de una estudiante
que llevó a clase un diario escrito por su mamá durante el embarazo. Según lo dicho por la niña,
su madre se lo obsequió al momento que la requirió para la entrevista y fue tal su emoción que la
autorizó para mostrarme algunas partes del documento. Hoy me mostró el cuadernito que sin
dificultad cabe en una de mis manos y me preguntó cómo lo puede referenciar en su trabajo final.
Debo reconocer que eso me conmovió, creo que se los contaré a mis compañeros y al profesor
Blas en la universidad. (Becerra González, 2012).
En ese orden de ideas, puede considerarse que el objetivo general del proyecto era muy cercano
de alcanzar, pues había más estudiantes dispuestos a cuestionar y aprender de su propia historia,
la del país y el mundo a partir de sus vivencias, su cotidianidad y la formulación de sus
preguntas.
Para que hubiese una cohesión temática y conceptual del proyecto con las exigencias del
currículo de grado noveno se desarrollaron dos sesiones magistrales de historia contemporánea
de Colombia, a cargo del docente. Esto con la finalidad de que los estudiantes pudieran encontrar
elementos históricos característicos de la época de sus padres y sus abuelos que les permitiera
establecer conexiones temáticas al momento de redactar el cuerpo final de sus proyectos de
historia oral.
La sesión 1 abordó el período comprendido entre 1930 y 1974 (ascenso de la República Liberal y
finalización del Frente Nacional). Se trabajaron temas como el fin de la Hegemonía
Conservadora en 1930, los procesos de modernización bajo el gobierno de Alfonso López
Pumarejo, el recrudecimiento de las pendencias bipartidistas, el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán
y el Bogotazo, el auge de La Violencia, el surgimiento de los Pájaros y las guerrillas liberales de
73
los Llanos Orientales, la llegada al poder de Gustavo Rojas Pinilla y su posterior caída, la
instauración del Frente Nacional, la aparición de guerrillas como las FARC, el ELN, el EPL y el
M-19.
He disfrutado mucho de las maratónicas sesiones magistrales. Siento que fueron un medidor de
mis conocimientos adquiridos durante la carrera. Sin embargo, debí desacelerarme un poco, pues
lo que para mí era de usanza común mis estudiantes lo escuchaban con cierta dificultad [...] Tuve
momentos de pausa en los que debí aclarar términos como chulavitas, bandolerismo, guerrilla,
mercenarismo y autodefensas [...] No fueron pocos los sorprendidos ante episodios delicados de
nuestra historia política que nunca habían escuchado. (Becerra González, 2012).
Después de la actividad los estudiantes debían entregar dos trabajos de investigación, uno de
cada período, en el que trabajarían alguno de los episodios importantes expuestos durante cada
intervalo. Lamentablemente, la carencia de conocimientos disciplinares previos generó
confusiones en algunos de ellos, lo cual fue en gran medida problemático. Sin embargo, hubo de
su parte demasiadas preguntas y no pocos demostraron interés en indagar algunos sucesos,
especialmente desde el gobierno de Ernesto Samper, pues fue el período en que todos ellos
nacieron.
Me deja un sinsabor corroborar tantos problemas de argumentación y ortografía en las tareas que
he recibido. A pesar de eso, más allá de los criterios netamente formales, debo reconocer que hay
trabajos que me llaman la atención por el hecho de que el tema fue de escogencia libre [...] Por
74
ejemplo, resalto el interés de ciertos estudiantes que leyeron acerca de episodios importantes de
nuestro conflicto como fueron la toma guerrillera de Mitú, las desapariciones forzadas y la
masacre de Mapiripán [...] espero que ese interés se evidencie en sus historias de vida. (Becerra
González, 2012).
Los talleres sirvieron para que el docente pudiera medir los conocimientos y conceptos que
deben manejarse en grado noveno, gracias al ejercicio de la práctica. Por otra parte, sirvió como
método para que los estudiantes adquirieran algunos conocimientos exigidos en el grado y que
infortunadamente nunca les enseñaron a lo largo del año.
También sugirió soportes temáticos para que en sus trabajos finales los estudiantes entregaran un
análisis que contuviera sus aspectos personales, ligados con la historia colombiana. Así, algunos
reconocieron al final de la práctica que los talleres le ayudaron a entender mucho mejor el siglo
XX colombiano y sus repercusiones en nuestro presente. Al inicio, muchos de ellos se
preocupaban porque el proyecto de historia oral no les llegara a brindar elementos importantes
para medidores evaluativos como las pruebas Saber,12 pero progresivamente vieron en las
sesiones un complemento óptimo para las exigencias de su malla curricular.
Debe tenerse presente que las salidas pedagógicas al interior de la institución, la semana de
receso de la Secretaría de Educación Distrital (octubre 8 al 13), las causas de fuerza mayor que
vivió el docente, los días festivos y demás variables, mencionadas anteriormente, limitaron
algunas actividades con el 904, ya que su clase era los días lunes. Razón por la que se les pidió
solo uno de los dos trabajos. En dicho curso se presentó una situación bastante tensa, pues hubo
un enfrentamiento verbal entre dos estudiantes en el que el profesor intentó mediar. La situación
traslució la crudeza de los conflictos personales que se manejaban al interior del aula y se hizo
necesario el acompañamiento del profesor titular de la institución, quien habló con las chicas en
mención. Acordó con ellas unos requisitos para que no volvieran a exacerbar sus confrontaciones
en el aula de clase.
12
Frente a la pertinencia de los contenidos curriculares, en función de las pruebas de Estado Saber, cabe mencionar
cómo estos exámenes suelen constituirse en un factor preocupante para directivas, docentes y estudiantes, debido a
que estas evaluaciones dan cuenta del rendimiento académico de los educandos al término de la Educación Básica
Primaria (grado 5°), la Educación Básica Secundaria (grado 9°) y la Educación Media (grado 11). Dichas pruebas
constituyen un medidor normativo que da crédito a los resultados, más no a los procesos. Es así como se desconocen
particularidades contextuales y socioeconómicas de los estudiantes, dado que la prueba se estandariza para todas las
poblaciones del país sin que se tengan en cuenta las fortalezas y debilidades de las distintas regiones e instituciones.
Para un mayor análisis de estos exámenes, desde la Educación Básica hasta la Educación Superior, se sugiere ver las
recomendaciones del profesor Fabio Jurado Valencia (2008a, s.p).
75
De repente, me sentí entre la espada y la pared, a causa de mi propio proceder, cuando dos
estudiantes discutieron en clase [...] Al intentar mediar incliné la balanza a favor de una de ellas
sin que esa fuera mi intención, craso error. Al parecer había disputas personales que se
remontaban a un pasado incómodo. Por un momento sentí que la situación se salía de mis manos
y llamé al profesor Beltrán, quien me respaldó en el aula. Tan pronto terminó la jornada él
conversó conmigo y me recordó que un buen maestro no solo es quien tiene claros los contenidos
curriculares de su disciplina, sino también aquel que constantemente recuerda cómo en un
colegio, además de enseñar, aprende a negociar con un sinfín de emotividades. Por un instante
recordé mis clases de bachillerato, creo que tuve un viaje a aquellos años. Hoy viví en carne
propia el rol ejercido al otro lado del pupitre. (Becerra González, 2012).
Por otra parte, limitaba demasiado que durante el primer semestre del año los estudiantes no
hubieran aprendido los contenidos exigidos para su grado. Eso representó para el docente
sustentar cuidadosamente 82 años de historia nacional, teniendo presentes los contras que eso
conllevaba. Así, elementos como la memoria y la participación eran el eje de esta actividad; en
algunos de los trabajos que debían entregar los estudiantes se encontró mucho facilismo de parte
de algunos que copiaban lo que encontraban en la Internet. En cambio, es de resaltar que varios
se esmeraron por realizar buenas investigaciones respecto a temas álgidos de nuestra historia
reciente.
La intención de la actividad se encaminaba a que los estudiantes pudieran analizar de una manera
lúdica aspectos del conflicto interno colombiano para realizar en clase el taller de resolución de
conflictos, lo cual no pudo hacerse, pues no se contó con buen sonido en la sala de proyección y
eso hizo que los estudiantes se dispersaran, no pusieran atención a la película y por consiguiente
no entendieran su contenido. Ante esto el docente decidió encargar que la película fuera vista en
casa. Sin embargo, la recepción de la obra cinematográfica no fue buena, dado que les pareció
76
aburridora y se cerraron a la posibilidad de analizarla. Por lo tanto, el taller no pudo realizarse y
la actividad fracasó.
Sin embargo, se rescatan las discusiones posteriores que se dieron en el aula (tan solo con
algunos estudiantes), respecto a temas como fútbol, política y conflicto armado. Posiblemente, la
credulidad del docente y la idealización de la actividad chocó con el desinterés de los
estudiantes, quienes en términos generales opinaron que era una película inentendible y aburrida,
complementado al hecho de que fueron muy pocos los estudiantes que vieron el episodio del El
siguiente programa. Ante tal situación, no cabe duda al afirmar que de todas las actividades
realizadas durante el proyecto esta fue la menos gratificante, ya que no se cumplió el objetivo de
motivar la participación del estudiantado, razón por la que el docente renunció a realizar el taller
de resolución de conflictos, haciéndose una autocrítica con miras a futuros proyectos.
Durante el último mes de clases el docente se dedicó a asesorar a los estudiantes para la
presentación del trabajo final. Sin embargo, las actividades institucionales de cierre de año
limitaron muchos avances. El escaso tiempo para atender a los estudiantes de los dos cursos,
debido a los días feriados (5 y 12 de noviembre), al igual que otras circunstancias internas que
impidieron la realización de muchas de las sesiones, hizo que no se obtuvieran asesorías como
las esperaban tanto el docente como los estudiantes. Se pudo esclarecer quiénes eran los
estudiantes que no tenían fácil acceso a las fuentes orales y con esto el docente pudo hacer
énfasis en el tratamiento de fotografías como alternativa para sacar adelante el producto final,
77
pues, como se dijo anteriormente, por diversos factores varios no dispusieron de sus padres y
parientes para realizar las entrevistas que daban sustento a los proyectos.
Al final hubo riesgo de que en algunos casos correspondiera avanzar más rápido de lo planeado,
debido a que cada vez se hacía más cercano el cierre de año escolar y con ello la presión del
registro de notas, tanto para los estudiantes, como para el docente, quien debía entregar dichas
valoraciones al profesor titular de la institución.
En la última sesión del proyecto, en ambos cursos, el trabajo final fue recogido en presencia del
profesor titular, Jorge Beltrán. Cabe mencionar que la angustia de algunos estudiantes por
cumplir a cabalidad con las tareas finales de las demás materias repercutió en los resultados
esperados, ya que muchos de ellos calcularon la aprobación de la materia con el porcentaje
restante, pues el proyecto en su conjunto equivalía al 30% de la nota definitiva,
despreocupándose por sus historias de vida. Debido a que muchos de ellos tuvieron problemas al
momento de hacer las entrevistas, se optó en algunos casos por hacer trabajos enfatizados en el
análisis de imagen que se había aprendido durante el taller de fotografía.
78
En consecuencia, al ver los trabajos realizados, el profesor titular reconoció los avances
obtenidos por los estudiantes en cuanto al manejo de la escritura y el interés por la materia.
Además, recalcó que desde el momento que aceptó la iniciativa propuesta por el docente
investigador tuvo la férrea convicción de respaldar un trabajo que les daría total reconocimiento
a sus estudiantes, en tanto sujetos activos y propositivos que tienen tanto para aprender como
para enseñarnos.
El balance fue positivo, a mi parecer, ya que más allá de los trabajos y las falencias que se
evidenciaron sentí un sincero reconocimiento de parte de los estudiantes, quienes me despidieron
con un emotivo aplauso y expresaron admiración por la propuesta que se les llevó durante el
semestre. Por otra parte, el profesor Beltrán me manifestó que no abandonara la enseñanza de la
historia oral, pues es una metodología que puede activar procesos de largo alcance, siempre y
cuando se pueda articular con los procesos de aula que me esperen en un futuro muy cercano.
(Becerra González, 2012).
79
IMAGEN 7. La fuente como instrumento de verificación
Registro civil de nacimiento de Diana Patricia Navarro Guillot, 904
En un sentido global, debe mencionarse que si bien no todos los trabajos dieron cuenta de
resultados plenamente exitosos, es de resaltar que algunos de los estudiantes plantearan
alternativas para sus entregas y dieran crédito, por ejemplo, al uso de las imágenes. Algo que es
valioso de acuerdo a lo que se sustentó en el marco teórico y la incidencia didáctica que deben
tener el estudio de la historia y la aplicación de la historia oral, en relación al uso de fuentes poco
convencionales. Fue así como la experiencia de la Etapa I familiarizó al estudiantado con una
metodología propicia para los análisis que les depararía, tanto a ellos como al docente, la
asignatura de Ciencias Políticas y Económicas. Área de desempeño durante la siguiente etapa.
80
3.2. Etapa II (2013-1): Área de Ciencias Políticas y Económicas para Educación
Media
3.2.1. Iniciación
(Miércoles 27 de febrero)
A inicios de 2013, el profesor Blas Rico instó al docente investigador para que retornara 1
o 2 meses al Colegio San Francisco de Asís IED, dado que este último había expresado su
interés de consolidar su trabajo de grado a partir de la práctica realizada en la institución
mencionada. Fue así como se restableció contacto con el plantel para reactivar el proceso
con los chicos que ahora integraban los cursos 1004 y 1005. Al comienzo, la intención del
docente investigador fue realizar el taller de resolución de conflictos que fracasó durante
la Etapa I.13 No obstante, el profesor Nelson Molina propuso asumir el componente
político de la asignatura Ciencias Políticas y Económicas, durante aquel semestre, lo cual
fue aceptado con gusto. Esa situación llevó a definir un plan de acción en el que se
programaron unos contenidos propicios para aquel nivel de enseñanza que a su vez
articularan lo aprendido en grado noveno. De manera que se haría hincapié en el análisis
de problemas internacionales, mediante sesiones que estimularan los procesos lecto-
escriturales abordados con anterioridad en el proyecto de historia oral.
(Martes 5 de marzo)14
La primera sesión en ambos cursos se caracterizó por el factor sorpresa para los estudiantes,
quienes no esperaban volver a recibir clases del docente investigador, tras casi 4 meses desde su
último encuentro. En ese sentido, hubo posiciones diversas:
Me gustó ver tantas sonrisas a mi arribo, en el 1004, por ejemplo, me preguntaron qué sucedió
con el trabajo de Juliana [obra seleccionada y mencionada en el ítem 3.1.9]. Así que les dije que
ese proceso se demoraba porque las revistas manejan unos tiempos muy extensos. También me
comentaron algunos estudiantes que el trabajo del año pasado lo guardan con mucho cariño y que
13
Ítem 3.1.7.
14
Durante esta etapa las sesiones con ambos cursos se realizaban el mismo día de la semana, durante un espacio de
2 horas con cada uno de ellos.
81
se alegraban de volver a verme. En cambio, uno que otro estudiante no me recibió con mucho
entusiasmo, pues al parecer fui muy exigente con los trabajos de historia oral y veían eso como un
problema. (Becerra González, 2013).
En ese orden de ideas, el docente investigador presentó su nueva propuesta, la cual también haría
énfasis en la historicidad de los estudiantes, esta vez a través del análisis de problemas políticos
y las relaciones internacionales. Por tanto, delegó a la clase la tarea de averiguar conceptos como
Estado, Estado-nación, territorio, comunidad, sociedad, cultura, democracia, nacionalismo,
autoritarismo, totalitarismo, fascismo, socialismo y comunismo, para relacionar en un trabajo
escrito cada uno de estos aspectos con la historia de un país que fuera de su interés. A su vez, la
escogencia de cada país debía dar cuenta de su capital, idioma, moneda, recursos, religión, tipo
de gobierno y constitución.
(Martes 12 de marzo)
La segunda sesión giró alrededor de los conceptos investigados en casa. En ambos cursos se
trabajó una discusión grupal, por medio de una charla en la que el docente investigador asociaba
los términos y países seleccionados a partir de las preguntas que le formulaban los estudiantes.
Hago una apuesta mayéutica durante estas primeras sesiones. Quiero ver de qué manera la fluidez
de las conversaciones con mis estudiantes me dará luces para definir las actividades futuras.
Tengo la firme intención de propiciar buenos análisis cuando hagamos el taller Construyendo
naciones, pero eso solo será posible cuando clarifiquemos términos imprescindibles para la
ciencia política. Hoy me hicieron muchas preguntas y eso me gusta porque demuestra interés. Me
apoyé en colectividades cotidianas como la familia y la escuela para ejemplificar términos como
autoritarismo, fascismo, socialismo y democracia. (Becerra González, 2013).
Particularmente, en uno de los cursos la conversación tuvo un marcado interés por las
problemáticas de la República Bolivariana de Venezuela, debido a que hacía una semana los
medios de comunicación divulgaron el fallecimiento de Hugo Chávez y con ello una serie de
discusiones en torno al modelo político venezolano, al igual que la repercusión en América
Latina de un gobierno que contaba con múltiples adeptos y detractores. Así, en ambos grupos se
priorizaron los conceptos, para luego analizar las particularidades de su países y sus respectivas
relaciones internacionales.
82
IMAGEN 8. El conocimiento disciplinar como base para el análisis de coyuntura internacional nacional e
internacional. Trabajo presentado por Andrea Parra, 1005
(Martes 19 de marzo)
En esta sesión los estudiantes expusieron las particularidades de sus países de interés y el
docente les planteó problemas de análisis. Todo problema tomaba en cuenta los datos que los
mismos estudiantes habían suministrado desde la actividad anterior. Por tal motivo, se les instaba
a buscar correlaciones de índole social y político en cada una de esas repúblicas:
Hoy escuché a los estudiantes que quisieron participar en clase, quienes me justificaron el porqué
de su interés hacia equis o ye país. Me expusieron motivos muy interesantes (el manga, la música,
las artes marciales, los videojuegos, el fútbol, la comida), lo que de entrada me gustó, pues la idea
es que sean ellos quienes busquen los contenidos, más allá de las tareas que yo les delegue [...]
Cuando les planteé problemas específicos se dispusieron a pensarlos. Por ejemplo, una niña que
seleccionó a Japón me habló del sintoísmo y le pregunté cómo ese elemento contribuyó al
83
nacimiento del Estado y qué relaciones veía con el cristianismo en Colombia. Me mencionó el
caso del Divino Niño Jesús e intentó relacionar ambos escenarios. Siento que fue un buen día.
(Becerra González, 2013).
(Martes 9 de abril)
Durante esta nueva sesión los estudiantes dieron manejo a la mayor parte de la clase, de acuerdo
a la sustentación que debían hacer en torno al problema internacional que a su consideración
había tenido mayor relevancia durante los días de inactividad. Casualmente, durante ese intervalo
el mundo presenció las tensiones de la Crisis Coreana de 2013,15 lo que implicó una charla frente
al uso de la energía nuclear en la geopolítica contemporánea:
Desde que tuvimos clase por última vez vimos cómo el mundo volvió a centrar su atención en
Extremo Oriente. En esta ocasión, las tensiones entre las dos Coreas fueron el epicentro de la
discusión. Nicoll, una de mis estudiantes más activas, recordó lo que hablamos de Hiroshima y
Nagasaki el año pasado. Así que aprovechamos la actividad para hablar de democracia,
totalitarismo, fascismo y comunismo, mirando el espejo de estos dos países y de otros que han
tenido parte activa en su historia: Estados Unidos, China y Japón. (Becerra González, 2013).
15
Acontecimiento derivado de las complicadas relaciones entre Corea Norte y Corea Sur, generadas tras el
desenvolvimiento de la guerra que a mediados del siglo pasado hizo de la región un enclave estratégico en el marco
de la Guerra Fría. Tras el fin de la bipolaridad, las tensiones entre ambos países se exacerbarían a razón de la política
nuclear norcoreana que llamaría la atención de la comunidad internacional, particularmente de Estados Unidos.
Durante el año en que se culminó este proyecto el Consejo de Seguridad de la ONU emitió la Resolución 2087,
mediante la que sancionaba a Corea del Norte por el lanzamiento del satélite Kwangmyongsong 3-2. Dicha acción
fue respondida por el gobierno de Kim Jong-un, el 12 de febrero, con una prueba nuclear que llevó a Estados Unidos
a pedir una nueva intervención de la ONU, mediante la Resolución 2094, que obtuvo como respuesta el
rompimiento de no agresión mantenido con Corea del Sur.
84
IMAGEN 9. Consulta de problemáticas internacionales y su impacto en la actualidad
Trabajo escrito por Laura Camila Latorre, 1005
85
3.2.6. Discusión de episodios de la serie Los puros criollos
(Martes 16 de abril)
De acuerdo al término de la anterior sesión, en esta ocasión, durante la actividad hubo un diálogo
entre estudiantes y docente en torno a Los puros criollos.16 Así, se acudió a este programa para
discutir el concepto de nacionalidad, tan complejo como controversial en el caso colombiano.
La idea de analizar este programa me surgió cuando en la universidad leía un libro de Adrian
Hastings que analizaba los conceptos de nación y nacionalismo alrededor de la lengua, la
literatura y las costumbres [...] En clase de Nuevo Orden Mundial discutíamos con el profesor la
importancia que adquiere la comida, por ejemplo, para la construcción de un ideario identitario
dentro de muchos países. En el caso colombiano no existe algo que pudiera denominarse comida
nacional, por excelencia. Sin embargo, platos como la bandeja paisa e indumentaria como el
sombrero vueltiao son expuestos como referentes de nuestro país a nivel internacional, aun
cuando al interior la diversidad de regiones lejos de unirnos acrecienta las tensiones y los
estereotipos. (Becerra González, 2013).
En ese orden de ideas, cada estudiante expuso ante el docente y sus compañeros el episodio que
más llamó su atención. Así mismo, comentaba de qué manera el objeto tratado repercutió o aún
tenía incidencia en sus vidas y la de sus familias.
Fue muy divertido compartir con los estudiantes ese momento [...] hicimos un breve recuento de
algunas de sus historias de vida trabajadas en grado noveno, ya que se remitieron a las relaciones
con sus parientes y el recuerdo que les traía elementos como la Chocolatina Jet, el Chocorramo,
los payasos de restaurante, el ciclismo, la ruana, la camiseta de la Selección Colombia, la panela,
el vallenato, entre otros [...] El profesor Nelson escuchó atentamente [...] al final me comentó que
hablar del concepto de nación a partir de esa serie televisiva fue una idea muy pertinente.
(Becerra González, 2013).
Al término de las sustentaciones, el docente planteó a los estudiantes relaciones entre cada uno
los elementos expuestos. A partir de tal base les mencionó acontecimientos importantes para la
construcción de la nación y el Estado colombianos, como fueron los casos de la Expedición
Botánica, la Comisión Corográfica, el nacimiento de los partidos políticos tradicionales, la
Constitución Política de 1886 y las distintas visiones que frente a la modernización defendieron
algunos políticos e intelectuales de finales del siglo XIX y comienzos del XX. Mediante la
16
Este programa de televisión ha sido emitido durante 3 temporadas por Señal Colombia. En cada uno de sus
capítulos se expone algún elemento importante en la constitución de la ‘colombianidad’, es decir, aquellos
imaginarios, situaciones y elementos que han repercutido en la mentalidad de distintas generaciones, a lo largo y
ancho del país. En esta producción se hace una mirada periodística, histórica y sociológica alrededor de objetos
como Macondo, los reinados, el chance, los platos típicos, el catolicismo, la política, los deportes, los productos
comestibles, la economía, la música tropical y demás elementos insertos en la idiosincrasia popular.
86
planeación de un orden programático, todos esos acontecimientos se trabajaron de cara al análisis
y la construcción de mapas que los estudiantes elaborarían durante las siguientes clases.
(Martes 30 de abril)
87
trabajo: colores, crayolas, escarcha, plumones y demás. Todo esto para realizar el taller
Construyendo naciones, del cual solo tendrían conocimiento el día de inicio de aquella actividad.
(Martes 7 de mayo)
De acuerdo al ejercicio de lectura de mapas en clase, el docente explicó los parámetros para
llevar a cabo el taller Construyendo naciones, en el que cada uno de los grupos de trabajo
elaboraría un país imaginario que contuviera muchos de los elementos estudiados durante el
período académico. Así, el docente delimitó las fronteras de los países al unificar y volver a
separar los pliegos de cartulina de cada grupo. De tal manera que cada equipo de trabajo tuviese
unos límites que contuvieran atributos como el nombre del país, una capital, sus características
físicas, tipo de gobierno, instituciones políticas, 10 artículos constitucionales, economía (recursos
naturales y tipos de producción), así como las relaciones internacionales con sus países vecinos
(los 4 grupos restantes).
[...] esta fue la actividad de clase que más disfrutamos [docente y estudiantes] durante el período,
puesto que, a excepción de las fronteras, no tuve incidencia alguna en los mapas elaborados por
88
los chicos, quienes en el corredor y al interior de las aulas debatieron, durante no pocos minutos,
la pertinencia de tal o cual sistema de gobierno (sic). Me gustó ver cómo repartían labores [...]
hubo grupos en los que de acuerdo a los intereses particulares se distribuían el nombre de la
capital y las ciudades, los recursos, la orografía y la función que debían cumplir los ríos. (Becerra
González, 2013).
Al finalizar la sesión, cada grupo consignó estos aspectos en un informe escrito que se entregó al
docente, luego se sostuvo una conversación grupal en la que expusieron las características de sus
respectivos países que propiciaron discusiones alrededor del contenido trabajado durante el
proyecto.
Finalmente, se encargó como tarea para la siguiente sesión que cada grupo delegara un
embajador, quien sería el encargado de discutir con sus pares las políticas económicas y
diplomáticas que debían seguirse, de acuerdo a la composición de cada país construido. El
docente sería quien se encargara de moderar aquellos diálogos venideros.
(Martes 14 de mayo)
En ambos cursos me encontré con una curiosa paradoja [...] al unir los mapas hubo países
fascistas que tenían como vecinos a gobiernos democráticos y comunistas. Incluso hubo dos casos
curiosos: una nación hippie y otra rapera. Al ver que los grupos albergaban sistemas antagónicos
varios estudiantes formularon la eliminación de los demás mediante la guerra. Sin embargo, los
embajadores de cada grupo tuvieron que analizar mejor la situación cuando les expuse, por
ejemplo, que los recursos alimentarios que necesitaban los poseían otros países, mientras que
ellos solamente desarrollaban una industria armamentística. (Becerra González, 2013).
El docente aprovechó estos casos para remitirse a situaciones presentadas en la vida real. Por
ejemplo, al ver que un grupo fascista limitaba con uno comunista y uno hippie planteó a los
estudiantes la posibilidad de pensar sus relaciones, ya que al privilegiar la ideología podrían
traslucirse problemas en el sector económico, como fue el caso de la crisis que padeció el
comercio de la frontera colombo-venezolana durante los gobiernos de Álvaro Uribe y Hugo
89
Chávez, a finales de la década pasada. Por otra parte, el país hippie se resistía a usar armas, pues
el amor y la solidaridad constituían su política de gobierno.
En ese caso [el país hippie] les pregunté qué harían si alguno de sus dos vecinos quisiera
invadirlos y someterlos. Al principio las chicas se mostraron reacias, pero después su embajadora
comentó ante la clase que se aliaría con el país democrático para contener a los fascistas. (Becerra
González, 2013).
Como puede verse en este caso, las niñas de aquel grupo optaron por aliarse con un sistema
democrático que les garantizara una ‘estabilidad institucional’. No obstante, ante esta salida fácil
tuvieron que pensar cómo sostenerse en los aspectos comerciales y culturales.
Al decidir aliarse con un gobierno democrático les pregunté cómo iban a defenderse de los
fascistas, pues ellos eran los únicos que producían armamento. Fue entonces cuando la
embajadora me dijo que les propondría un sistema comercial en el que intercambiarían víveres y
bebidas por armas y así los contendrían, mientras mantendrían la alianza política con el país
democrático. Este último, tuvo que admitir lazos comerciales tanto con los hippies, como con los
fascistas, ya que solo producían tecnología computacional y eso podría llevar a un
desabastecimiento nutricional de su población. (Becerra González, 2013).
90
Este último ejemplo es apropiado en el sentido deconstructivo del ejercicio realizado en clase, ya
que, como puede notarse, lo que al principio cada grupo quería solucionar mediante la negación
y la eliminación de sus contrarios terminó en un proceso de negociación, aunque a regañadientes,
de sus políticas económicas y culturales sin que tuvieran que abandonar su sistema de gobierno.
Por tanto, se llevaron a la práctica las condiciones de complejidad y simultaneidad que suelen
verse diariamente en el sistema internacional. Así, el docente utilizó casos como el litigio
histórico por la delimitación marítima entre Colombia y Nicaragua, las alianzas entre los Estados
Unidos y Arabia Saudita sustentadas en la producción de crudo y la compra de armamento naval
francés por parte de Brasil en tiempos de Lula da Silva, para ejemplificar los problemas que los
estudiantes tuvieron que confrontar tras la construcción libre de sus mapas. Lamentablemente, en
ambos cursos el tiempo fue muy corto para resolver las dudas de los estudiantes que querían
profundizar en estos conflictos. Por otra parte, hubo algunos estudiantes que no quisieron
participar en la actividad con el mismo entusiasmo que sus compañeros. Esto, debido a que
consideraban que la elaboración del mapa concluía la actividad y, por tanto, no habría que
continuar el trabajo en clase.
(Martes 21 de mayo)
Una vez concluidas las etapas de contextualización y profundización de las nociones de política
moderna, solo quedaba bosquejar y asesorar el trabajo final del proyecto, que consistiría en una
consulta y análisis de prensa de parte de los estudiantes, alrededor de 4 fechas clave:
Día de la consulta
Día de su nacimiento
91
problemas de los gobiernos presidenciales de turno, así como las cosas que fueron y ya no son
importantes en el país y el mundo (y viceversa). El estilo escritural sería libre al igual que la
escogencia de eventos registrados. Los estudiantes tendrían en cuenta los acontecimientos
mencionados en el diario El Tiempo en relación a su vida, la de sus padres y sus abuelos, junto a
las coyunturas contemporáneas nacionales e internacionales.
Para lograr un buen resultado, el docente brindó a los estudiantes asesoría en el aula,
mencionándoles detalles necesarios al momento de acudir a la biblioteca, solicitar los filmes y
hacer la lectura de prensa. De acuerdo a la complejidad y novedad de este ejercicio, se acordó un
plazo de dos semanas para que los estudiantes pudieran realizar el trabajo con disposición,
planeación y comodidad.
(Martes 4 de junio)
El día que se expuso en clase la consulta realizada por los estudiantes el profesor Nelson Molina
estuvo muy atento a la actividad. Esto, debido a que ya conocía por medio del profesor Jorge
Beltrán algunas generalidades efectuadas durante la primera etapa del proyecto, período en el
que los estudiantes desarrollaron sus investigaciones de historia oral. Ahora, el reto
historiográfico consistía en desglosar los periódicos de distintas épocas, algo característico en
toda investigación histórica contemporánea.
Fue así, como uno a uno los estudiantes, de ambos cursos, leyeron sus trabajos en voz alta.
Lamentablemente, los resultados de este último ejercicio no fueron los esperados, pues fueron
varios quienes dejaron la indagación a un lado y se dedicaron a mencionar superficialmente los
acontecimientos encontrados, sin establecer un diálogo entre las distintas fechas. A diferencia de
lo que se había visto al término de la Etapa I, cuando las investigaciones de historia oral
denotaban mayor rigurosidad y apasionamiento. Sin embargo, dentro de los pocos trabajos que
se desarrollaron responsablemente, vale la pena mencionar algunas singularidades sustentadas
por los estudiantes.
Particularmente, durante mi práctica docente noté mayor interés en las chicas que en los chicos.
Esa ha sido una eventualidad que le he comentado a Blas en la universidad. Él me decía, por
92
ejemplo, que en las historias de vida por lo regular las mujeres son más abiertas a demostrar sus
emotividades y esto en gran medida se debe al bullying que suele darse entre los hombres,
quienes suelen mofar la sensibilidad de sus compañeros, en función de jerarquizar posiciones de
reconocimiento y dominio que afiancen un concepto de virilidad derivado de un machismo
tradicional [...] Me llamó la atención el enfoque de Natalia Arias [1004], quien direccionó su
análisis de prensa al papel que ha ejercido la mujer en Colombia durante las cuatro épocas
estudiadas (1957, 1976, 1998, 2013) [...] Natalia mencionaba cómo El Tiempo hablaba del
derecho al voto, los reinados, la independencia laboral y la despenalización del aborto en esas
fechas [respectivamente], así vio en estas fuentes la evolución que el papel de la mujer ha tenido
en nuestro país durante más de medio siglo. (Becerra González, 2013).
93
historia una alternativa para dar cuenta de sus intereses más inmediatos, mediante una lectura
que iba más allá del análisis político que suele abarcar este tipo de investigaciones.
En el 1005, hubo una estudiante que habló de la evolución de los electrodomésticos y los
dispositivos digitales porque su abuelita en algún momento le habló de la estufa de gasolina
Haceb, un instrumento que en sus cortos años de vida nunca ha visto. Así que en su exposición
incluyó menciones a radiolas, pipetas de gas, teléfonos de rueda, betamax, máquinas de coser,
celulares de primera generación, tabletas e Internet de banda ancha [...] Ana se interesó por el
divertimento y las actividades culturales para grandes públicos. De ella acabo de aprender apuntes
valiosos sobre las presentaciones de Lucho Bermúdez, los conciertos de Rodolfo Aicardi, las
giras de Def Leppard y las convocatorias del festival Rock Al Parque, todos estos eventos
expuestos como parte integral de la historia de Bogotá. (Becerra González, 2013).
(Martes 11 de junio)
Durante hora y media, el docente realizó un examen de recuperación como última actividad del
proyecto. Dicha evaluación fue de carácter escrito y en ella se midieron los conocimientos
adquiridos por los estudiantes alrededor de las nociones básicas de política, conflictos y
relaciones internacionales.17 Tras la realización de la actividad, el docente recogió las
evaluaciones, cuyas calificaciones fueron emitidas al profesor Nelson Molina, vía correo
electrónico.
17
Anexo 4
94
Finalmente, los resultados preliminares de la intervención fueron expuestos en la Universidad
Distrital, ante el profesor Blas Rico y los compañeros de la asignatura Proyecto Pedagógico III,
como diligencia previa a la consolidación de la presente monografía.
En el Colegio San Francisco de Asís IED se resaltó la responsabilidad del docente investigador,
así como la pertinencia para la enseñanza de los contenidos curriculares y una formación de
sujetos en el aula que brindara un espacio de reflexión y subjetivación metódica. Los estudiantes
reconocieron hechos como el aprendizaje de técnicas pertinentes para el tratamiento de trabajos
escritos, los contenidos curriculares y criterios de análisis de sucesos históricos que valió la pena
estudiar, con la finalidad de obtener buenos resultados en la finalización de su bachillerato. 18
No solo para efectos del proyecto, sino para las demás asignaturas y la vida práctica en general,
el docente quedó preocupado respecto a aquellos estudiantes que presentaron plagio en los
trabajos finales de ambas etapas. En otros casos el afán se hizo notable y por lo mismo el
desinterés en realizar los trabajos de la propuesta. Sin embargo, el balance general denota dos
resultados óptimos; el primero de ellos fue el reconocimiento de la propuesta de parte de la
misma institución, tras invitar al docente investigador como ponente a la mesa de Academia y
Memoria del Foro para la formación para la paz en la escuela. 19 Evento en el que distintos
integrantes de la comunidad académica franciscana conocieron el desarrollo del proyecto e
interactuaron con el docente investigador, quien tuvo oportunidad de departir acerca de sus
percepciones frente a la cátedra de Ciencias Sociales, los procesos de aula y el quehacer
educativo en general.
18
Anexo 5
19
Anexo 6
20
Anexo 7
95
sección Escolar de dicho proyecto editorial, lo que indudablemente constituyó un
reconocimiento al proyecto de historia oral, en general, como a la labor desempeñada por los
estudiantes, en particular, ya que aquella obra –que compitió con muchas otras a nivel Distrital–
configuró en cierto modo un arquetipo de memoria de la metodología efectuada, pues contiene
una asimilación socio-histórica en la que la autora inicia su relato en la época de sus bisabuelos
para concluirlo en situación de su contemporaneidad, mediante la aplicación de las técnicas
adquiridas en clase: entrevista, cotejo de fuentes escritas y orales y escritura intertextual. Así
mismo, este resultado permitió visibilizar el proyecto en un amplio espectro territorial, si se tiene
en cuenta la divulgación con la que cuenta dentro y fuera del país la gestión editorial de la
Universidad Nacional.
96
CONCLUSIONES
Consiguientemente, esta iniciativa conllevó una indagación alrededor de la disciplina que elucidó
varias de las más importantes discusiones en torno a la filosofía de la historia, para así
desmigajar sus aplicaciones en el ejercicio investigativo y la prelación de la reflexividad
individual de cara al mundo y sus relaciones. Esto, a través de un replanteamiento de las técnicas
imperantes en la historiografía y la escuela tradicionales que potenciara una labor investigativa
apoyada en los presupuestos de la historia oral, los procesos lecto-escriturales y el análisis de
coyuntura nacional e internacional. Fue así como los ejercicios de construcción y deconstrucción
permitieron que se abriera una metodología en la que muchos estudiantes se expresaron
abiertamente y encontraron la oportunidad de suministrar su confianza en el docente al
compartirle diversas situaciones de índole afectivo, personal y familiar que supieron aunar a sus
roles académicos.
En ese sentido, cabe mencionar la articulación que la sistematización propicia frente a los tres
ejes del marco teórico: filosofía de la historia, historia oral y subjetividad. Se encuentra,
entonces, cómo la acepción de la historia se puntualizó como un entendimiento del ser, tras
replantear el crédito a la razón y los modelos positivistas que subsumieron la humanidad del
individuo en distintos períodos. Tal entendimiento facultó que metodologías como la historia
oral y elementos como la historia del tiempo presente adjudicaran valor a simbologías y
lenguajes propios de una persona entendida como objeto de historia, quien abarca su espacio
97
vital a través de la comprensión. Es así como en el caso de los estudiantes del Colegio San
Francisco de Asís IED dicha comprensión se medió a través de la interrelación de sus elementos
materiales y sociales, tomando como respaldo la escritura y el análisis de fuentes de una manera
que permitía establecer un margen de acción propicio para sentar posición frente a las
metodologías tradicionales que muchas veces promueve el dispositivo de la escuela.
De manera que el concepto de subjetividad se traslució en las actividades de unos individuos que
intervinieron su propia historia como experiencia, más no como un requerimiento mecánico, lo
que facultó una apropiación de la cátedra en un sentido educativo, no instructivo. Usualmente,
las áreas de Ciencias Sociales y Ciencias Políticas pueden recabar en el error de exponerse como
una madeja de problemáticas generales que se desligan de la vida práctica de los estudiantes. Es
precisamente esa cotidianidad la que coliga elementos trascendentales en la acepción de estas
asignaturas como son el tiempo y la existencia (filosofía de la historia), los saberes articulados
con las conceptualizaciones de los educandos antecedentes a la escuela (subjetividad) y el
correspondiente método de estudio (historia oral).
98
siendo para este caso nuestros estudiantes los protagonistas, aquellos sujetos que vehiculan su
pensamiento en el aula.
Así, la evaluación permitió evidenciar cómo en el actual modelo educativo existen marcadas
falencias en lo que a la formación de la historia se refiere. Por otra parte, la noción positivista
aún se expresa en espacios ceñidos al libro de texto y los monumentos conmemorativos como
fuentes fidedignas del estudio histórico. Por tanto, la recomendación como docente en Ciencias
Sociales se encauza en proyectar estrategias de innovación que aborden el aprendizaje más allá
de las aulas, pues la institucionalización metódica esquematiza el quehacer educativo,
reduciéndolo –en un común denominador y con sus debidas excepciones–, a operaciones
mecánicas en función de cumplir con requerimientos evaluativos, bien sea por el estudiante que
se desempeña en consonancia a la transacción de la nota, el docente en función de su
cumplimiento laboral, o la institución que exhibe resultados exigidos por los estándares y
lineamientos.
Por consiguiente, las estrategias que vayan a contrapelo de la escuela tradicional requieren en un
sentido amplio reconocer al estudiante como un individuo de conocimientos y, para el caso del
presente trabajo, uno con una carga histórica que trasiega unas significaciones en su relación con
la sociedad y la naturaleza que le imprimen una visión de mundo. Seguidamente, la Licenciatura
en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales permitió a través del ciclo de innovación
que el docente en formación se confrontara a distintos elementos: el modelo, respecto a las
funciones que esquematizan la institucionalidad educativa; la escuela, en tanto institución
reguladora de la actividad académica; los docentes titulares y las directivas, como colegas,
asesores y supervisores; los estudiantes mediante una relación horizontal y dialógica; al igual que
sí mismo, cuando atañe a todo el conjunto de conceptos y estrategias que conllevan la formación
profesoral, mediante una apuesta que midió los alcances disciplinares y la vocación docente. En
este sentido, se ultima una práctica que produjo aprendizajes en varias direcciones e instancias
del Colegio San Francisco de Asís IED, pues la construcción, ejecución y divulgación de la
iniciativa así lo demuestran.
99
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