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Miguel Kottow
“La salud pública es la ciencia y el arte de social, y la política no es sino una medici-
promover salud y prevenir enfermedad, na a más gran escala.” (Virchow, citado en
mediante esfuerzos organizados de la so- Rosen 1993).
ciedad.” Esta definición ratifica la imposibi-
lidad de identificar una actividad colectiva La salud pública se debate entre una visión
que lleva por nombre dos términos a su vez que relaciona lo público con el Estado, y el
indefinibles: salud y público. Su objetivo, potente movimiento de la Nueva Salud Pú-
sin embargo, es claro: es la preocupación blica, que entrega gran parte de las tareas y
por la adaptación del organismo humano a responsabilidades preventivas al individuo y
su entorno, las amenazas y las deficiencias a su capacidad económica de promover su
de esta adaptación, y la influencia que sobre propia salud y evitar enfermedades. La so-
estos procesos tiene el hecho que los seres ciología, por su parte, no cesa de polemizar
humanos solo pueden vivir congregados en acaso su objeto de estudio es la estructura y
grupos, comunidades, sociedades, colecti- las normas que ordenan la sociedad, o más
vos. De allí que la salud pública tenga por bien debe observar las acciones individua-
referente fundamental a la sociedad y, aun les en su relación con el colectivo.
cuando también esta es una designación
que tiene un perfil conceptual impreciso se Desde otra perspectiva, la salud pública se
da, no obstante, como un concepto desta- pregunta acaso las políticas públicas deben
cado desde el nacimiento de las ciencias ser, al menos en parte, de carácter global o
sociales y, dentro de ella, de la sociología, al menos transnacional, o si corresponde
entendida “como el estudio de las formas adaptarlas a peculiaridades regionales y a
y modos cómo se organiza socialmente la recursos nacionales. La sociología también
vida humana (Joas y Knöbel, 2004). se debate entre teorías sistémicas, propues-
tas de una “sociedad mundial”, y el recono-
Lo social está en el centro de la salud pú- cimiento que la unidad política y económi-
blica y de la sociología, un vínculo que se ca más estable es la nación, aunque debe
vuelve aún más firme cada vez que se rei- respetarse que dentro de los confines nacio-
tera que salud poblacional depende, en nales hay diversidades culturales y corrien-
lo fundamental, de los “determinantes so- tes de cambio exacerbadas por movimientos
cioeconómicos”, una relación que parecería migratorios. Las políticas públicas operan
haber sido descubierta, o al menos enfati- con el concepto de que política, economía
zada, recientemente, aunque las relaciones y comunidad constituyen una unidad nacio-
entre pobreza y enfermedad, salud y bien- nal, en tanto la sociología entiende la na-
estar material, desigualdad y prevalencia ción como una forma de sociedad influida
de enfermedades eran reconocidas desde tanto por los subgrupos y las poblaciones
los albores de la salud pública, por clásicos que en ella conviven, como interactuando
como J. P. Franck y R. Virchow, recibien- en el espacio transnacional y las tendencias
do renovada atención desde mediados del globales.
siglo pasado: “La medicina es una ciencia
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social, siguen siendo los factores predictivos que se lleva. La sociología europea, en es-
determinantes del estatus que alcanzan sus pecial la posbélica alemana, creyó ver un
hijos. Tampoco es creíble la negación neoli- decremento de diferencias sociales gracias
beral de las sociedades de clases que, según al auge económico y al Estado de Bienestar.
Marx, estaban determinadas por las diferen- Entre el estatus social determinado por el
cias entre quienes detentan la propiedad esfuerzo individual y las estructuras sociales
frente a quienes producen los bienes. Para determinantes, se identificó el “medio so-
grandes sectores de la humanidad, Latino- cial” que uniforma las perspectivas de vida
américa incluida, propiedad es el funda- de personas que comparten condiciones
mento de bienestar y riqueza, en tanto que de vida similares, una realidad que es fá-
producción es sinónimo de dependencia cilmente comprensible en la vida de barrio
laboral e ingresos económicos apenas su- que caracteriza a las megápolis latinoame-
ficientes para sobrevivir, imposibilitando ricanas. Más aún, la estabilidad social re-
cualquier ahorro que pudiese permitir algu- señada sobre todo en Alemania Federal, ha
na movilidad social. Esta disparidad se hace mostrado tendencias regresivas bajo efecto
más notoria en la medida que las inestabi- de la globalización, las crisis financieras, el
lidades económicas y las políticas neolibe- aumento del desempleo y las restricciones
rales globales reducen el rol protector del de servicios sociales estatales.
Estado y privatizan la seguridad social.
Junto al tema de las diferenciaciones loca-
La nomenclatura moderna prefiere hablar les, ha sido de interés la discusión sobre mo-
de niveles socioeconómicos, para no evo- vilidad social, un fenómeno notorio en los
car los fantasmas de la conciencia de clase, EE.UU. sobre todo en períodos de bonanza.
sus intereses y la motivación de una lucha No obstante, la movilidad social depende
de clases que revoluciona las injusticias so- más bien de cambios estructurales como la
ciales entre propietarios y proletariado. Los migración urbana, la industrialización o el
desniveles sociales bien podían exacerbar predominio de una sociedad de servicios.
los problemas porque los diversos niveles En ese sentido llama la atención que no se
sociales incluyen poder económico, presti- contemple con más energía la incorpora-
gio social, edad. De este modo, los desni- ción al currículo médico de las humanida-
veles verticales se fueron exacerbando con des y de la bioética, cuyo aporte podría ser
desigualdades horizontales que discriminan de importancia sin entrar en cambios revo-
por etnia, género, edad, origen geográfico, lucionarios.
educación.
El tema de lo que regionalmente se enfati-
Pierre Bourdieu reconoce la importancia del za como determinantes socioeconómicas,
capital económico, pero agrega como factor ha llevado a confusiones conceptuales. El
igualmente determinante el capital cultural concepto “calidad de vida”, aparentemente
consistente en acervo educacional, bienes referido a deseos y a preferencias persona-
y reconocimientos culturales, todo lo cual les, no puede ser entendido así porque la
permite a los individuos desarrollar un es- solvencia económica y cultural de las per-
tilo de vida, ilustrado en el habitus o modo sonas es incapaz de generar un estilo de
de vida y en el gusto o preferencias de la vida individualmente satisfactorio, por lo
forma de vivir. Esta visión más compleja es cual la sociedad establece normas y expec-
de gran interés para la medicina y la salud tativas de rendimiento que fijan paráme-
pública que enfatizan cada vez más cómo tros de calidad de vida en forma colectiva
la vida saludable depende del estilo de vida e impersonal.
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La expansión en espiral de las técnicas mé- co en vez de procesos dinámicos que mo-
dicas -que en un 87% sirve a fines diagnós- difican permanentemente las sociedades en
ticos no terapéutico (Badura y Feuerstein, una continuidad de eventos. La sociología
2007)- tiene múltiples causas tecnológicas, debe demoler los mitos y, como tal, Elias
de legitimación alopática, de relevancia desestimó las críticas sociales y, sobre todo,
profesional, psicosociales, iatrogénicas y el marxismo.
político-económicas; todos los esfuerzos
por racionalizar el desarrollo y uso de ins- El individuo existe para el sociólogo solo en
trumentos sofisticados pero de rendimientos plural, pues el ser humano siempre vive en
médicos marginales han fracasado. una comunidad, dentro de la que establece
un entramado de relaciones interactivas que
se plasman como “figuras” o “modelos pro-
Norbert Elias (1897-1990) cesales”. Cada persona encarna una figura
con una diversidad de valores o valencias, ya
Elias fue un muy productivo sociólogo, cu- que cada figura contiene matices familiares,
yas obras se reconocieron tardíamente por- políticos, laborales, lúdicos, emotivos y otros,
que su destino de exiliado lo mantuvo al los procesos sociales consistiendo justamente
margen de los centros académicos. En su ex- en las modificaciones que las figuras sufren a
tensa obra aparecen reflexiones que son de lo largo del tiempo. Figuras semi-autónomas
gran actualidad para la salud pública. Una y procesos sociales producen un equilibrio
de sus principales ideas es reconocerle a la de poderes que Elias denomina “balance
sociología su autonomía disciplinaria, que él nosotros-yo”, aunque detecta una tendencia
llamó autonomía relativa porque no puede de desviación hacia un balance yo-nosotros.
haber sociología sin el estudio de la historia Todo ser humano está sometido a poderes,
y evolución de las sociedades. Siendo posi- pero a su vez tiene algún poder sobre otros.
blemente la ciencia humana por excelencia, La participación singular de los individuos y
la sociología ha de desarrollar un equilibrio plural de la sociedad haría superflua la divi-
entre compromiso participativo y distancia- sión entre macro y microsociología.
miento observacional. Compromiso porque
el sociólogo es miembro de la sociedad que Elias anticipa que las características dicoto-
estudia, y distanciamiento porque sus pre- mías de la modernidad -subjetivo/objetivo,
guntas fundamentales se refieren, más que real/ideal, natural/artificial-, están siendo
a la significación de los fenómenos sociales, substituidas por equilibrios que van modifi-
al mecanismo que los suscita. Historicidad, cando los balances de poder, produciendo
compromiso y distanciamiento reflexivo son cambios sociales que no son lineales ni pre-
tres elementos que son, asimismo, básicos decibles.
para el estudio de la salud pública.
De especial interés para la salud pública
Al igual que C. Wright Mills, Elias se opuso es el incremento de la autorregulación, un
a la entonces vigente sociología sistémica aumento de la movilidad, mayor poder y
de Parsons, rechazando tanto el racionalis- amplitud de decisiones, seguridad social au-
mo crítico y su tendencia al individualismo togestionada, mayor identidad individual a
metodológico, como las teorías sistémicas costa de la identificación grupal y la con-
que entienden la sociología empeñada en siguiente inestabilidad e intercambio de las
describir estados ajenos al devenir históri- relaciones interpersonales (Elias, 1976).
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tante se refiere a la influencia de la cultura ta, y razón orientada por valores (Wertratio-
y religión sobre el desarrollo económico, nalität) -culturales, religiosos, éticos-, dis-
instigado por su observación que en las na- tinción que ha sido utilizada por Habermas
ciones más septentrionales predominan las para diferenciar la razón instrumental de la
creencias protestantes y una ética puritana comunicativa.
empeñada en generar capitales económi-
cos, pero vivir frugalmente, cuidando de
reinvertir para generar nuevas ganancias. Algunas corrientes sociológicas
actuales
A través de sus estudios sobre el Estado, la
política, la burocracia y la economía, Weber La diversidad temática y la abundancia de
reconoció la fuerte tendencia a la racionali- enfoques teóricos de la sociología contem-
zación de sus procesos sociales y las socie- poránea hacen imposible siquiera mencio-
dades modernas. Con cierta nostalgia, reco- nar a todos sus protagonistas. La apertura de
noció que la modernidad había sellado el la salud pública al pensamiento sociológi-
“desencantamiento del mundo” consistente co requiere delinear algunos de los temas
en la soberbia certeza del racionalismo que, que ambas disciplinas tienen en común,
si así lo quisiera, podría lograr un cabal co- ratificando que la salud pública es, en lo
nocimiento de la realidad que perdería así esencial, una disciplina social, siendo los
los encantos de la imaginación, de la emo- aspectos políticos y económicos más bien
ción y otras experiencias no racionales. El contextuales al matizar la tarea básica de la
ser humano moderno queda encerrado en lo salud pública en sus afanes por enfrentar la
que él llamó la “jaula de hierro” de la racio- dimensión poblacional de la enfermedad.
nalidad. Una de las más interesantes heren-
cias que dejara Weber es la diferenciación Los efectos uniformadores de la globaliza-
entre la racionalidad teleológica y la racio- ción han sido vistos por N. Luhman como
nalidad axiológica, una distinción que ser- la instalación de una “sociedad mundial”,
virá a la sociología de Parsons y otros para facilitada por la expansión de las comunica-
negar que todo lo social, en realidad todo ciones y el transporte. Sin embargo, discípu-
accionar humano, tiene una inspiración es- los de Luhman rebaten que la globalización
tricta y exclusivamente utilitarista. no constituye un supersistema holístico, sino
que entrega elementos para la construcción
A diferencia de Durkheim, Weber propicia- y modificación de estructuras normativas
ba acercarse a los problemas sociales des- nacionales, llamando la atención de unos
de una matriz ideal que oriente el estudio, cómo estas normativas se asemejan en re-
aunque por cierto estos “tipos ideales” son giones culturalmente diversas y geográfi-
apoyos heurísticos que no calzan con la rea- camente distantes, mientras otros enfatizan
lidad explorada. Su propuesta coincide con que estas normativas reflejan idiosincrasias
la epistemología contemporánea de Popper, culturales -civilizatorias- que resaltan seme-
por ejemplo, que entiende las exploraciones janzas que son solo superficiales, en parte
científicas como orientadas por una hipóte- sugeridas por la aceptación generalizada de
sis de trabajo que los hallazgos empíricos ciertos valores como el individualismo, la ra-
terminan por validar o falsear. cionalidad como fundamento de autoridad
y creencias, así como una también racional
De duradera influencia ha sido la distinción confianza en el progreso (Joas, 2007). Sin
weberiana entre razón de fines (Zweckratio- embargo, la crítica actual al utilitarismo, a la
nalität), de orden pragmático y economicis- sociología sistémica y a los estructuralismos,
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tienden a darle menor importancia a una su- Si las sociedades no son entendidas como
puesta “cultura mundial” que a los cambios sistemas estancos, autopoiéticos, incomuni-
sociales inducidos por factores locales. Es cados entre sí, como lo planteara Luhman,
este un tema de capital importancia porque habrá que entender que los colectivos hu-
cuestiona la inspiración de políticas sanita- manos no tienen una evolución lineal his-
rias basadas en una epidemiología transna- toriográficamente predecible, ni teleológi-
cional que provee de datos estadísticos tan camente orientada por un supuesto proceso
generales que dejan de ser relevantes para de progresivo perfeccionamiento. La simple
peculiaridades nacionales: es el problema integración del individuo a una sociedad es-
de la validación externa de protocolos cien- table ya no es pensable en la heterogenei-
tíficos internamente validados por técnicas dad actual, en la cual se producen y ofre-
acuciosas de investigación. cen movimientos sociales con objetivos,
programas y estrategias diversas. Más que
Más allá de aparentes similitudes, hay di- pensar acciones de integración, el individuo
ferencias funcional-sistémicas que se desa- vive experiencias sociales frente a las cuales
rrollan al interior de las sociedades, donde se puede situar críticamente con al menos
la política no ejerce un rol programático tres consecuencias: los ciudadanos son más
creativo sino que supervisa y fiscaliza que autónomos pero también más desprotegi-
la autonomía de los sistemas funcionales no dos, inseguros y sumidos en incertidumbres
se desvirtúe y lesione la producción y dispo- (Bauman, 2001).
nibilidad de bienes colectivos. Para la salud
pública significa que los valores y normas La propuesta de Habermas en el sentido de
de su población nacional constituyen el resolver conflictos mediante la comunica-
marco apropiado de reflexión y programa- ción éticamente legitimada, fue sometida a
ción, donde la política debe jugar un papel revisión por su discípulo y sucesor acadé-
moderador y solo muy excepcionalmente mico A. Honneth quien, apoyado en Hegel,
ejercer el poder de modificar substancial- indica que la comunicación presupone el
mente la voluntad ciudadana y las necesi- reconocimiento mutuo de los interlocutores,
dades poblacionales. Así se evita el error de una idea que Maturana desarrolla como la
plantear programas sanitarios considerados “legitimidad del otro en tanto otro”. Estos
de primera importancia, pero que no se procesos de reconocimiento que aceptan
realizan por cuanto la política económica las diferencias de género, etnia, preferencias
del país mantiene, invariablemente bajo, el sexuales, creencias y costumbres culturales,
presupuesto dedicado a salud. En Chile, y las legitiman con la condición intransable
por ejemplo, donde las necesidades sani- de evitar la discriminación moral y facilitar
tarias van en aumento como en otras par- su participación en decisiones sociales, son
tes, el presupuesto para salud se mantiene los que las sociedades contemporáneas vi-
entre los más bajos del mundo, fluctuan- ven como militancia y lucha del feminismo,
do -en la parte pública- alrededor del 3% de diversas minorías étnicas, de los homo-
y llegando a duplicarse con el gasto del sexuales, los inmigrantes, los marginados,
área privada, pero que solo atiende a un todos los cuales han de ser reconocidos
quinto de la población. A esto se refieren como ciudadanos iguales que participan en
quienes exigen que muchos espacios bá- la construcción de sociedades más justas.
sicos -salud, educación, seguridad- sean
materias de Estado que el gobierno de tur- Se refuerzan así las sociologías interpreta-
no no puede modificar en lo esencial sin tivas -interaccionales y etnometodológi-
desvirtuar las tareas estatales. cas- que se oponen al estructuralismo, en-
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tendiendo que los actores sociales viven en Las sociologías pragmáticas de la técnica
medio de situaciones y contingencias varia- son variadas, desde el pragmatismo clási-
bles, de manera que, en vez de adaptarse a co de Mead y Dewey, la teoría de prácticas
normas y reglas existentes, “las someten a y objetos de Pickering, y los conceptos de
un complejo proceso interpretativo que lle- actor-red de Latour, Callon y otros. En estos
va a renegociar y modificar las estructuras enfoques la acción técnica se entiende como
normativas vigentes” (Joas, 2004: 741, cur- una dirección de medios y fines en perma-
sivas en el original). nente evolución a medida que construye ob-
jetos y observa sus efectos. En la visión del
Queda así enunciada la tendencia a los dualismo moderno, solo los seres humanos
cambios sociales, pero no se explica cuál pueden actuar, a diferencia de las máquinas
sea el gatillo que realmente logra efectuar que funcionan, pero a medida que estas má-
estos cambios, y allí aparece como plausible quinas se vuelven más complejas, autorregu-
la explicación de Boltanski, (citada por Joas, ladas y dotadas de inteligencia artificial, de-
2004:742): “Los cambios en los regímenes velan que toda instalación técnica interactúa
de legitimación parecen vincularse a la for- con los seres humanos que la utilizan, con-
mación de grupos que intentan esquivar los virtiéndose en agentes híbridos -que actúan
obstáculos que se oponen a la mantención o y reaccionan-, de este modo participando de
expresión de sus principios.” Esto significa, la subjetividad de los seres humanos que las
contrariamente a una visión muy generali- crearon. Al perderse la dualidad entre acción
zada, que los actos y cambios sociales son y función, aparece la figura del actante que
producidos por quienes detentan el poder forma parte de una unidad de acción hetero-
cuando se sienten amenazados en su legiti- génea, por Latour llamada red híbrida. Posi-
midad por las protestas de grupos disidentes blemente los procesos no sean tan uniformes
que solo pueden incitar y ayudar a resolver como Latour haya sugerido, porque la capa-
conflictos mediante la crítica y la oposición. cidad de disponer y seleccionar alternativas
de interacción no será la misma para una he-
rramienta que para un complejo computador,
Sociología de la técnica pero se mantiene la idea central que todo ob-
jeto no humano tiene alguna capacidad de
“Las construcciones técnicas son también interacción y de influencia sobre los sujetos
construcciones sociales que involucran a que lo crean y utilizan.
inventores, diseñadores, ingenieros, em-
presarios, legistas y usuarios” (Rammert, La dicotomización de los sistemas, que es
2007:488), de allí que se hable de sociolo- una característica de la modernidad, que-
gía de la técnica y se abra la pregunta aca- da cuestionada al negarse la supuesta dua-
so lo instrumental debe entenderse desde el lidad básica entre el mundo natural y el
determinismo técnico, el constructivismo mundo social. Lo social tiene elementos
social, o desde una visión pragmática. Sien- biológicos, mientras que la biología es mo-
do la evolución de la técnica una mezcla dificada por la cultura, como ilustra el naci-
de ofertas novedosas y respuestas prácticas miento de la biotecnociencia. Por lo tanto,
a necesidades o conveniencias sociales, se tampoco es posible sostener la dicotomía
prefiere la perspectiva de la sociología con entre el mundo subjetivo de los agentes y
enfoque pragmático, que no obedece a una el objetivo de las cosas sobre las cuales se
lógica única, económica, política o cultural, actúa, por cuanto los objetos no son entes
sino a una combinación de todas ellas. pasivos sino que obligan al sujeto a modifi-
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car sus acciones. El ejemplo más simple es coumes y Barthe, 2001). Es fácil imaginar el
el cinturón de seguridad de los vehículos impacto positivo que tendrán las políticas
motorizados, que no solo es un elemento públicas sanitarias si se construyen con la
protector, sino que obliga al sujeto a actuar opinión conjunta del saber científico y las
de determinados modos, acusando el in- necesidades ciudadanas, pudiendo así pa-
cumplimiento con alarmas y disfunciones. liar fracasos como el debilitamiento y la
Estos objetos son, por lo tanto, cuasi-obje- distorsión de Alma-Ata, las falencias estraté-
tos, objetos híbridos o factishes, mezcla de gicas de la “pandemia” viral de 2009-2010,
hechos -facts- y fetiches -artefactos que re- los efectos del turismo médico, la falta de
ciben valor de adoración- y que reaccionan relevancia de estudios biomédicos.
activamente como agentes frente al sujeto
que los creó. El reconocimiento de la amalgama entre na-
turaleza y cultura tendría por efecto negar la
En salud pública hay numerosos cuasi-obje- tendencia dualista de la modernidad y res-
tos que desencadenan respuestas inespera- tarle importancia a la supuesta transición a
das que influyen sobre las decisiones de los la posmodernidad, porque el desarrollo de
sujetos -medicamentos, vacunas, programas las sociedades siempre habría sido, y conti-
sanitarios-, generando nuevas realidades nuará siendo, cada vez más una construc-
que deben ser enfrentadas cuando la inte- ción tecnocientífica de la creación artificial
racción de sujetos y objetos produce fenó- o interferida de seres vivos nuevos, desde
menos inéditos e inesperados que afectan la “Oncomouse” hasta el poshumano, que
también la dimensión ética; el cuasi-objeto, tendrán la capacidad no solo de reaccionar
al comandar actos, adquiere ciertas res- sino de diseñar y crear acciones en forma
ponsabilidades que, cuando era entendido espontánea.
como objeto pasivo, solían quedar en ma-
nos de los sujetos-agentes. Los problemas La modernidad pierde su carácter monolíti-
políticos y morales de un mundo donde la co de racionalidad, cuya tendencia a justi-
expansión tecnocientífica crea cuasi-objetos cia, igualdad y libertad sigue presente, pero
cada vez más potentes y autónomos requie- debe enfrentar pluralismos axiológicos que
re, según Latour, un “parlamento de cosas”, ponen diversos acentos en lo que es la bue-
un ejercicio de democracia donde se reco- na vida o, incluso, buscan el significado
noce que la dicotomía entre lo natural y lo de este supuesto objetivo llamado “calidad
social no existe, tomando conciencia y de- de vida”. Se producen conflictos entre la
liberando sobre la gran cantidad e influen- vida cotidiana y sus valores no utilitarios,
cia de los cuasi-objetos en la vida cotidiana frente a los requerimientos de eficiencia
-ecología, energía atómica, documentación instrumental del mundo laboral. Ante tanta
ciudadana-. inseguridad, queda en duda acaso se logra
complementar las exigencias éticas con
Las reflexiones de Latour convergen con las aspiraciones de individualidad y satis-
aquellas de los científicos sociales que plan- facción personal (Taylor, 1989). Tanto más
tean la ciencia como una actividad en que difícil es aceptar las propuestas de autores
deben colaborar la ciudadanía y el laborato- como Foucault y Touraine que creen en el
rio científico para asegurar relevancia social robustecimiento del sujeto como única de-
y protección del bien común, instalando fensa contra los vicios de una modernidad
una democracia participativa que Callon entregada al utilitarismo y regida por una
llama “foros híbridos” porque se componen biopolítica que defiende a unos a costa de
de expertos y ciudadanos legos (Callon, Las- otros (Touraine, 2006).
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de gestionar el orden social, y la ciudadanía que busca integrar la acción individual con
que carece de participación en las decisio- la generación de un orden social basado en
nes políticas. Uno de los desentendimientos la ética de la comunicación. Toda norma so-
más dramáticos se produce entre las viven- cial gana legitimidad a través de ser delibe-
cias y el significado de enfermedad que cur- rada públicamente con todos los individuos
sa en una sociedad, y las políticas sanitarias que serán afectados por ella; es decir, se
que se desenvuelven según padrones que no trata de generar una democracia participa-
han sido consultivos ni participativos. tiva que se dé su propia constitución ética
y legal. Las propuestas de Apel y Habermas
No hay una lectura común de la realidad en el ámbito europeo, y de Adela Cortina
vivida por la interacción subjetiva y la co- en el iberoamericano, anclan principalmen-
municación entre gobernantes y ciudadanía, te en la filosofía y en la ética tanto teórica
que genera descontentos y discordias entre como aplicada, buscando fundamentar la
los que acusan una deficiencia de gestión e perfección del proceso comunicativo -ra-
indiferencia neoliberal -en salud, educación, cionalidad comunicativa-, participación,
seguridad social-, mientras otros hablan de y la legitimación de normas y leyes. En di-
escasez de recursos, prioridades diversas, versas sociedades se propone programas
demandas excesivas, tendencia nefasta al de participación ciudadana en la gestación
estatismo. La sociología del conocimiento se de políticas públicas sanitarias, con resul-
pregunta, a su vez, cómo los procesos cog- tados dispares que apuntan a la dificultad
nitivos llevan a significaciones discrepantes de una participación genuina y eficaz, al
de, por ejemplo, pobreza, oportunidades, mismo tiempo que se insiste que es preciso
desigualdad. Precisamente porque la reali- seguir explorando esta vía democrática de
dad objetiva es negada, permite el constructi- reflexión y decisiones.
vismo militancias, acusaciones recíprocas de
abusos de poder, afanes de dominación, im- Desde una perspectiva sociológica, se ha
perialismos, discriminaciones, poniéndose al reclamado que la teoría de acción comuni-
servicio de ideologías contra quienes mani- cativa es demasiado racional para explicar
pulan creencias y convicciones, distorsionan movimientos sociales basados en la defensa
o crean realidades, militando contra vicios de de estilo de vida o que tienen fuertes raíces
la sociedad con tal vehemencia, que la ver- emocionales y éticas. Presupone esta teo-
dad presentada pierde credibilidad o termina ría un fundamento ético implícito en toda
por reforzar aquellos que condenan. comunicación y acción humana (Apel), así
como la competencia generalizada de par-
El interaccionismo simbólico desarrolló ticipar en la acción comunicativa racional
una variante denominada etnometodología que se desenvuelve en el mundo de la vida y
(Goffman, Garfinkel) que ha sido especial que se enfrenta con la acción comunicativa
para la sociología de género -feminismo, estratégica de los sistemas político y econó-
cuestionamiento de la dualidad sexual-, una mico.
escuela que será vista en la Parte II de este
texto. El apenas oblicuo reconocimiento de las in-
fluencias sociales que distorsionan la comu-
Teoría de la acción comunicativa nicación, y la confianza en una racionalidad
capaz de purificarla, han suscitado críticas al
Fuertemente inspirado en los trabajos de pensamiento de Habermas, sobre todo des-
Mead y Schütz, se desarrolla un esfuerzo de la sociología. Bourdieu basa su construc-
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ción social de la comunicación en tres pre- afanes de una democracia participativa que,
misas: a) La racionalidad es un atributo y un dado el tamaño de los territorios y de las po-
efecto de interacciones humanas, y no una blaciones, revierte a una forma representati-
propiedad inherente al individuo; b) La inte- va de democracia con todas sus deficiencias
racción comunicativa no es puramente ra- de participación (Crossley, 2004).
cional, conteniendo argumentos, creencias
compartidas y supuestos que buscan primar
sobre las irracionalidades del poder; c) El Dualidad de micro y
proceso comunicativo puede trascender las macrosociología
posturas particulares y resultar en una visión
más universal. Posturas y valores imperantes Las teorías sociológicas se mueven entre la
en una sociedad constituyen un conjunto de preocupación centrada en acciones de ac-
opiniones y de distorsiones de la comunica- ciones individuales en tanto miembros de
ción que se afirman en relaciones de poder, un colectivo, y el enfoque que prefiere estu-
por lo que el análisis de la cultura imperante diar las normas y estructuras que organizan
debe ser mirado críticamente: a través de la a una sociedad. Las sociologías interpretati-
teoría crítica según la Escuela de Frankfurt, a vas concentran su atención en la subjetivi-
través de una hermenéutica de la sospecha dad de los actores y sus efectos microsocio-
formulada por Ricoeur y Bourdieu. Es preci- lógicos, en tanto las teorías sistémicas (Par-
so develar los intereses y las pugnas de po- sons) y funcionalistas (Luhman) analizan las
der que subyacen al conjunto de opiniones estructuras sociales que determinan la forma
que se han constituido en el sentido común de actuar de los individuos. Estos dualismos
de sentimientos, gustos y percepciones, que característicos de la modernidad, son en
terminan por distorsionar la comunicación buena medida artificios de observación que
entre campos sociales -economía y política-, una sociología más integradora debe enten-
así como al interior de cada campo o disci- der como una dualidad entrelazada donde
plina, siendo función de la sociología ayu- acciones y normas se amalgaman e influen-
dar a desentrañar estas distorsiones. Quie- cian recíprocamente. Los representantes
nes discrepan con el orden social actual y más conspicuos de la integración dual de
buscan cambios, desarrollan un discurso acciones individuales y estructuras sociales
racional que se opone a la comunicación son Anthony Giddens y Ulrich Beck.
estratégica de la opinión -doxa-.
Giddens opina que la estructura de clases
Todo este proceso comunicativo tan com- sociales sigue vigente en las sociedades oc-
plejo “donde nunca se encuentran interlo- cidentales contemporáneas, pero no en el
cutores abstractos, es invariablemente el en- sentido marxista, sino como una tripleta de
cuentro de posiciones sociales y relaciones clases baja, media y alta. Para su análisis se
de poder.”, los individuos participando des- requiere, más que una sociología interpreta-
de su posición social -habitus- y sus recur- tiva o una orientación positivista, el desarro-
sos efectivos -capital-. La complejidad de la llo de una teoría social que no se limite a lo
comunicación participativa, con la cual las inmediatamente actual y próximo, sino que
clases educadas tienen mayor familiaridad reconozca ciertos aspectos que trascienden
y suelen estar sobrerrepresentadas en pro- a los grupos locales y a las cotas naciona-
cesos democráticos, distorsiona a su vez los les, tomando relevancia transnacional y aun
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global. Una teoría social relevante debe ciones; la epidemiología habla un lenguaje
combinar objetivismo y subjetivismo, con- poblacional pero luego lo aplica, en segui-
siderando que los actores individuales son miento de la Nueva Salud Pública, a los
relativamente autónomos, que toman con- individuos, transformando la salud pública
ciencia y reflexionan sobre sus actos, pero preventiva en una “medicina preventivista”
que han de desarrollar rutinas en su diario (Kottow, 2010).
vivir para adaptarse a las complejidades de
las sociedades en que viven. La rutina con- Ulrich Beck, quien se hizo vastamente co-
siste en aceptar reglas de conducta o de nocido con su libro sobre las sociedades de
oponerse a ellas si la reflexión práctica sobre riesgo, fue determinante para poner la cate-
el propio actuar así lo aconseja. Las normas goría del riesgo en el centro de la atención
sociales se expresan en una estructura com- social e individual, lo cual también parece-
puesta de reglas y recursos que por un lado ría valer para la salud pública, pero es pre-
facilitan el actuar individual, pero por otro, ciso recordar que la epidemiología de riesgo
lo restringen. se desarrolla con bastante anterioridad a los
escritos de Beck.
Estructura social y accionar individual se
ordenan en el espacio y en el tiempo, pro- Sostiene Beck que la sociedad industrial pro-
duciendo regularidades pero también dis- duce riquezas e instala riesgos cuya magni-
crepancias, estas últimas de especial interés tud excede los límites locales o nacionales
para la medicina y la salud pública. Por de la industrialización tradicional, para con-
ejemplo, la reciente Ley 20.584 y la bioéti- vertirse en factores globales. En estas con-
ca clínica en general, se refieren principal- diciones, las preocupaciones clásicas de la
mente a los eventos médicos que ocurren sociología -clases, diferencias socioeconó-
en el espacio hospitalario y solo muy indi- micas, movilidad y cambio- pierden rele-
rectamente a la mucho más amplia atención vancia porque todos, cualquiera sea su ubi-
médica ambulatoria. Los programas de sa- cación social o geográfica, están igualmente
lud pública tienen un diseño de duración amenazados, aunque Beck reconoce que
prolongada que contrasta con la experien- las probabilidades de riesgo son mayores en
cia aguda, y el tamaño de las poblaciones las periferias menos desarrolladas, y que las
afectadas. personas y poblaciones que sufren necesi-
dades insatisfechas tienden a “atraer” peli-
¿Cuál es la unidad de análisis sociológico? gros y riesgos. Más importante, no obstante,
La pregunta es paralela a la cuestión de cuál es diferenciar entre quienes se benefician de
sea la unidad de acción de la salud pública. la creación de riesgos con respecto a los que
Para Giddens, la sociología no puede tener están amenazados por ellos, una distinción
perspectivas exclusivamente grupales, na- que se hace muy notoria en el desarrollo de
cionales o globales, dada la diversidad de la industria farmacéutica, así como en em-
comunidades y organizaciones que estudia. presas mineras y procesadoras de recursos
Para la salud pública, puede asimismo valer energéticos. Esta diferencia se exacerba por
una variedad de perspectivas, pero han de la expansión de ciencia e información, que
ser más claramente diferenciadas para ana- ha permitido redefinir riesgos y crear discur-
lizar su eficiencia y eficacia. Por ejemplo, sos éticos que manipulan factores de riesgo
los intentos de globalización de programas y su percepción social, como ocurre con
sanitarios chocan con realidades económi- el así llamado “principio de precaución”
cas y políticas contextuales de diversas na- (Kottow, 2010).
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A diferencia de Hans Jonas, que solicitaba recursos y las políticas neoliberales reducen
una reducción de las actividades tecnocien- las tareas protectoras del Estado, y dificultan
tíficas, sugiere Beck evolucionar hacia una la creación de nuevos vínculos y obtención
forma de industrialización que reemplace de servicios básicos que ahora solo se alcan-
la falta de responsabilidad organizacional zan a través del mercado. En los países más
por nuevas estructuras inspiradas en partici- pobres, la sociedad de riesgos no reemplaza
pación, responsabilidad y “accountability”, los problemas de la sociedad de clases, sino
para lo cual es necesario fomentar una “mo- que los exacerba, un argumento más para
dernidad reflexiva” o una “modernización requerir de la salud pública que incorpore y
de sociedades modernas”. robustezca la mirada sociológica a su que-
hacer en todas sus facetas, desde la investi-
El segundo aspecto fundamental de la teo- gación epidemiológica hasta la implementa-
ría de sociedades de riesgo es el proceso de ción de políticas y programas sanitarios.
individualización que en ella se produce, y
que tiene según Beck tres aspectos: a) Los
vínculos tradicionales se debilitan o se des- Sociología del cuerpo
hacen; b) Hay una pérdida de seguridad;
c) Los individuos crean y establecen nuevos Nacida en el siglo XIX, la sociología adop-
vínculos. El efecto social paradójico es que tó la tendencia moderna de las clasificacio-
las clases sociales desaparecen a medida nes dicotómicas, tanto de sus objetos de
que más personas mejoran su ingreso, mas estudios -individuo/sociedad-, como de su
al mismo tiempo se agudizan las desigualda- discurso teórico -enfoques sistémicos y sis-
des sociales. Los aspectos negativos de estos témico-funcionales versus teorías de acción
procesos de individualización -aislamiento, comunicativa y racional-. El cuerpo huma-
inseguridad, desprotección-, afectan espe- no es objeto habitual de estos dualismos,
cialmente a las mujeres, que desde los ini- sea en forma cartesiana de mente y cuerpo
cios de la industrialización fueron destina- material, psiquis y soma, o alma trascenden-
das a actividades no productivas. te y cuerpo mundano. El desarrollo de las
sociedades contemporáneas hace visible
Los efectos de la sociedad de riesgos sobre una creciente separación entre la expansión
la estructura de la sociedad y sobre la ac- de la técnica que en forma creciente busca
ción individual son analizados por el soció- la automatización y la incorporeidad, ante
logo alemán en la década de 1980, cuando todo en el ámbito productivo, y el proce-
su país, densamente poblado y altamente so de individualización que se centra en el
industrializado, desarrollaba preocupacio- cuerpo como la dimensión fundamental de
nes ecológicas, favorecía la política de los la existencia. La sociología del cuerpo estu-
partidos “verdes”, y vivía el pánico social de dia la socialización del cuerpo individual
Tschernobyl. Para países de menor desarro- así como la “in-corporación” o somatiza-
llo, sigue vigente como tema fundamental la ción de lo social.
desigualdad y la falta de justicia distributiva
exacerbadas por los procesos de la econo- Los sociólogos reaccionan desarrollando
mía global. una disciplina social del cuerpo de tal mag-
nitud que se habla de un “giro somático”,
También es conveniente resaltar que los pro- que modifica el enfoque clásico de estudiar
cesos de individualización provocan mayo- el trabajo con el cuerpo -el cuerpo como
res daños en naciones donde la escasez de instrumento-, ahora enfocando sobre la pre-
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