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Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol
con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.
nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una
gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo
magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz
El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por
eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas
Una de las calurosas noches de verano, paseando Rodolfo por las orillas del río con unos
amigos, se cruzó con una hermosa doncella que regresaba a la ciudad acompañada de sus
padres. Preguntó a sus amigos quién era aquella joven; le respondieron que se llamaba
Leocadia, y que era hija de un anciano hidalgo tan pobre como honrado.
Quedó prendado Rodolfo de la belleza de Leocadia, y en aquel mismo instante se hizo el firme
propósito de casarse con ella; mas no impulsado por el sano deseo de fundar un hogar, sino
por una baja pasión y voluntad torcida.
Fabula El perro y su reflejo
Un perro muy hambriento caminaba de aquí para allá buscando algo para comer, hasta
que un carnicero le tiró un hueso. Llevando el hueso en el hocico, tuvo que cruzar un
río. Al mirar su reflejo en el agua creyó ver a otro perro con un hueso más grande que
el suyo, así que intentó arrebatárselo de un solo mordisco. Pero cuando abrió el hocico,
el hueso que llevaba cayó al río y se lo llevó la corriente. Muy triste quedó aquel perro
al darse cuenta de que había soltado algo que era real por perseguir lo que solo era un
reflejo.
Moraleja: Valora lo que tienes y no lo pierdas por envidiar a los demás.
Hay míticos relatos que deambulan por los pueblos más inhóspitos, en donde solo un
puñado de personas han sido testigos de verdaderas apariciones, fenómenos extraños e
inclusive de animales que tienen que ver con la brujería, los espíritus y los dioses, como el
mito que el día de hoy les vamos a contar. Los nahuales son seres de la mitología
prehispánica, cuyo nombre significa «Alma de animal».
Se dice que estos desconocidos animales en realidad son brujos que tienen la habilidad de
transformarse en cualquier ser vivo como un perro, caballo, lobo, cerdo y coyote, teniendo
así la ventaja de colarse entre los pueblos para entrar silenciosamente a los hogares y robar
comida, objetos o cualquier clase de hierbas para preparar pociones curativas.
Existen muchas personas que afirman que han visto en carne propia los misteriosos rituales
de los nahuales, los cuales se llevan a cabo bajo la luz de la luna y con la presencia de los
dioses de la noche. Sacrifican a un coyote, le cortan la piel y encienden una gran fogata para
iniciar con sus rezos con un lenguaje que hasta el momento nadie ha sabido descifrar.
Cuando la fogata esta a punto de apagarse, los nahuales cubren sus cuerpos con las cenizas
que aún están encendidas y la piel se les comienza a secar produciendo cortes en todo el
torso.
El humo de la fogata se esparce por todo el lugar y con el, los nahuales desaparecen.
Estos seres raros vienen al mundo real en el cuerpo de un animal con la única finalidad de
hacer maldades, provocar terror entre las personas y alimentarse de otros seres vivos.
Leyenda EL ZAPATERO FELIZ
Copla
1. “Si voy al parque”
Si voy al parque te encuentro
entre rosas y azucenas.