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Cuento ---- El árbol mágico

Hace mucho mucho tiempo, un niño paseaba por un prado en cuyo centro encontró un árbol

con un cartel que decía: soy un árbol encantado, si dices las palabras mágicas, lo verás.

El niño trató de acertar el hechizo, y probó

con abracadabra,supercalifragilisticoespialidoso, tan-ta-ta-chán, y muchas otras, pero

nada. Rendido, se tiró suplicante, diciendo: "¡¡por favor, arbolito!!", y entonces, se abrió una

gran puerta en el árbol. Todo estaba oscuro, menos un cartel que decía: "sigue haciendo

magia". Entonces el niño dijo "¡¡Gracias, arbolito!!", y se encendió dentro del árbol una luz

que alumbraba un camino hacia una gran montaña de juguetes y chocolate.

El niño pudo llevar a todos sus amigos a aquel árbol y tener la mejor fiesta del mundo, y por

eso se dice siempre que "por favor" y "gracias", son las palabras mágicas

Resumen de la novela "La fuerza de la sangre"


LA FUERZA DE LA SANGRE
Vivía en Toledo, en la época de nuestra historia: un joven caballero a quien la riqueza, la sangre
ilustre, la excesiva libertad y, sobre todo, las malas compañías, hacían hacer cosas y tener
atrevimientos que desdecían de su calidad y le daban renombre de atrevido; Rodolfo -que así
llamaremos desde ahora a nuestro caballero por encubrir su verdadero nombre- era apuesto,
simpático e inteligente; pero acostumbrado desde la infancia a una vida sin otro norte que su
capricho, no es de extrañar que jamás emplease su tiempo en nada de provecho. Todo esto
tenía muy disgustados a sus padres, que angustiados comprendían su impotencia para
remediar lo que fácilmente hubieran evitado, sin duda, con un poco más de firmeza y vigilancia
por su parte.

Una de las calurosas noches de verano, paseando Rodolfo por las orillas del río con unos
amigos, se cruzó con una hermosa doncella que regresaba a la ciudad acompañada de sus
padres. Preguntó a sus amigos quién era aquella joven; le respondieron que se llamaba
Leocadia, y que era hija de un anciano hidalgo tan pobre como honrado.

Quedó prendado Rodolfo de la belleza de Leocadia, y en aquel mismo instante se hizo el firme
propósito de casarse con ella; mas no impulsado por el sano deseo de fundar un hogar, sino
por una baja pasión y voluntad torcida.
Fabula El perro y su reflejo

Un perro muy hambriento caminaba de aquí para allá buscando algo para comer, hasta
que un carnicero le tiró un hueso. Llevando el hueso en el hocico, tuvo que cruzar un
río. Al mirar su reflejo en el agua creyó ver a otro perro con un hueso más grande que
el suyo, así que intentó arrebatárselo de un solo mordisco. Pero cuando abrió el hocico,
el hueso que llevaba cayó al río y se lo llevó la corriente. Muy triste quedó aquel perro
al darse cuenta de que había soltado algo que era real por perseguir lo que solo era un
reflejo.
Moraleja: Valora lo que tienes y no lo pierdas por envidiar a los demás.

Mito de Los Nahuales

Hay míticos relatos que deambulan por los pueblos más inhóspitos, en donde solo un
puñado de personas han sido testigos de verdaderas apariciones, fenómenos extraños e
inclusive de animales que tienen que ver con la brujería, los espíritus y los dioses, como el
mito que el día de hoy les vamos a contar. Los nahuales son seres de la mitología
prehispánica, cuyo nombre significa «Alma de animal».

Se dice que estos desconocidos animales en realidad son brujos que tienen la habilidad de
transformarse en cualquier ser vivo como un perro, caballo, lobo, cerdo y coyote, teniendo
así la ventaja de colarse entre los pueblos para entrar silenciosamente a los hogares y robar
comida, objetos o cualquier clase de hierbas para preparar pociones curativas.

Existen muchas personas que afirman que han visto en carne propia los misteriosos rituales
de los nahuales, los cuales se llevan a cabo bajo la luz de la luna y con la presencia de los
dioses de la noche. Sacrifican a un coyote, le cortan la piel y encienden una gran fogata para
iniciar con sus rezos con un lenguaje que hasta el momento nadie ha sabido descifrar.

Cuando la fogata esta a punto de apagarse, los nahuales cubren sus cuerpos con las cenizas
que aún están encendidas y la piel se les comienza a secar produciendo cortes en todo el
torso.

El humo de la fogata se esparce por todo el lugar y con el, los nahuales desaparecen.

Estos seres raros vienen al mundo real en el cuerpo de un animal con la única finalidad de
hacer maldades, provocar terror entre las personas y alimentarse de otros seres vivos.
Leyenda EL ZAPATERO FELIZ

Todavía perdura el recuerdo, en una ciudad de Europa, de un alegre zapatero. Era,


probablemente, una de las personas más felices de la tierra a pesar de su gran humildad.
Un día el zapatero fue visitado por uno de sus vecinos, un banquero muy rico, que al
observar la gran alegría del zapatero entre tanta miseria, no pudo dejar de preguntar:
 Señor zapatero, si no es molestia, ¿podría decirme cuánto gana usted con su humilde
trabajo?
 Es tan poco dinero, señor, que hasta vergüenza me da decirlo, no se lo tome a mal. Pero
dicho dinero me da cada día el pan de mis hijos, y a mí me basta con terminar decentemente
el año, aunque tengamos que privarnos, lamentablemente, de muchas cosas. – Respondió el
zapatero orgulloso.
Aquella excelente y positiva actitud dejó muy sorprendido al banquero que, poco después,
dijo muy conmovido:
 Señor zapatero, tome usted estas monedas de oro que le ofrezco desinteresadamente, y
guárdelas con esmero para cuando las necesite de verdad.
A partir de entonces la actitud del zapatero cambió, con motivo de sentirse poseedor de una
de las mayores riquezas del mundo. Aquella riqueza exigía mucho del zapatero, ya que al
haber escondido bajo el suelo de su casa las monedas de oro, era incapaz de descansar y
vivir con normalidad. El zapatero había enterrado sin saberlo al mismo tiempo el dinero y su
alegría y buen humor, siendo desde entonces huéspedes de su casa, el miedo, la
desconfianza, el insomnio y la inquietud. El menor ruido durante la noche, le hacía llenarse
de temor ante un posible robo y sus consecuencias.
Hasta que un día, cansado el zapatero de su nueva vida, fue a visitar a su vecino banquero:
 Oiga, amable señor; quiero devolverle todo su dinero, pues mi mayor deseo es vivir como lo
hacía antes.
Y, de esta sencilla forma, el zapatero recuperó su alegría.

Copla
1. “Si voy al parque”
Si voy al parque te encuentro
entre rosas y azucenas.

Si voy al puerto te encuentro


entre las olas del mar.

Si voy al monte te encuentro


entre montañas morenas.

¡No tengo que andar muy lejos


para encontrarte en mis penas!

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