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En estudios estadísticos que hemos encontrado que, en los últimos años, hay aproximadamente 420 grupos adolescentes,
de los cuales la mayoría son pertenecientes a las conocidas barras bravas de distintos equipos de fútbol a nivel nacional. Se
dice que hay 11 mil pandilleros como menores de edad y entre los 18 y 24 años más de 9 mil. A pesar de ellos, los
delincuentes juveniles no pueden ser juzgados penalmente, como muchas personas desearían, ya que muchos de ellos
cometen cualquier crimen sabiendo que de alguna manera están protegidos por la ley.
Muchas razones crean en los adolescentes distintos tipos de conductas agresivas o adictivas, como lo son las drogas, una
familia mal constituida, el alcohol, falta de educación: El principal factor es el descuido que tienen los niños en familias
desestructuradas. Estas personas crecen en un ambiente agresivo y descuidado debido a los bajos recursos que tienen,
además viven la experiencia del maltrato hacia la mujer. En su mayoría, el maltrato a la mujer se da en las familias de nivel
socioeconómico bajo. Estos maltratos generan la separación de los cónyuges y es así como indirectamente los jóvenes
buscan un “segundo hogar”. El cuál son las pandillas que los atraen fácilmente ofreciéndoles distintas cosas que veremos
más adelante. Además, una familia mal constituida puede influir en la conducta de estos jóvenes, ya que no han tenido una
imagen paterna o materna que les haga saber lo que está bien o está mal; por lo que no van a tener un freno para sus
acciones sin delimitar lo bueno de lo malo.
Como segundo factor podemos destacar la pobreza. Los jóvenes no cuentan con mucho dinero para satisfacer sus
necesidades básicas. Consecuente a eso, están en una etapa de desarrollo en la que buscan tener objetos que los
identifiquen de los demás. Es por eso que por medios de robo esporádico pueden adquirir bienes como dinero, ropa,
artefactos u drogas para el consumo. Las drogas es un mal que va creando una dependencia a consumirla frecuentemente
por lo que los jóvenes al buscar tenerla van a recurrir a la delincuencia para poder obtener dinero para su consumo.
Estas drogas también son usadas para la comercialización y atraen a otros jóvenes de diferentes entornos. Por otra parte
tenemos el fracaso escolar causado por las inconductas que tienen los jóvenes. Estas inconductas son el rastro de lo ya
hablado con anterioridad. Al crecer en una familia desestructurada, el joven muestra una conducta inadecuada que se
arrastra hacia los centros educativos, afectando así a sus compañeros. Es por eso que las instituciones educativas suelen
echarlos para evitar problemas, esto genera que empiece una cierta frustración interna de los jóvenes y el odio hacia los
estudios. Finalmente se trunca y ve muy lejanas las oportunidades del éxito.
Otra razón, es el alcohol el cual genera al igual que las drogas una cierta dependencia, y van creando agresividad en las
personas, y en muchos casos los delincuentes juveniles al cometer sus acciones delictivas lo hacen estando drogadas o en
estado etílico.
La falta de educación es otro determinante, ya que muchos de estos jóvenes desde pequeños no acuden a una institución
educativa, por lo que carecen de una formación con valores y principios, y así van a tener una idea errónea de la vida.
Sumado a que muchos padres obligan a sus hijos a trabajar. Ellos desde pequeños tienen la labor de llevar dinero a sus
hogares siendo víctimas del trabajo infantil. Esto desencadena la delincuencia juvenil al ser presionados por sus padres.
Otra circunstancia que aumenta la delincuencia en los adolescentes es que ellos tienen una imagen negativa que da por
parte la televisión, ya que existen muchos programas que fomentan estas conductas o con el solo hecho de ver las noticias
diarias, ya que se observan asesinatos, robos, etc.
El entorno social en el que se vive sumado al mal uso de la tecnología provoca que tengan ingreso a determinadas páginas
las cuales alimentan su violencia y rencor, ya que pueden ingresar a pornografía. Esto alimenta el maltrato ya vivido por la
familia y genera más violencia en los jóvenes. Además, se sabe que en su mayoría los pandilleros son personas que
consumen diariamente drogas para poder llegar a un estado en el cual no tengan preocupaciones para realizar sus actos
delictivos.
Por último, otro factor influyente en los jóvenes pandilleros es la insuficiente enseñanza de valores y normas. Si bien es
cierto que ellos crecen con un concepto diferente de familia, los valores pueden ser inculcados no solo por las familias.
También están las parroquias o grupos de personas que intentan ayudar a estos jóvenes desorientados que solo buscan
olvidar sus problemas con distintos medios que no los lleva a un mejor futuro. Este factor es muy importante, pero es el
más difícil de educar porque los pandilleros siempre se rehúsan a cambiar por la gran presión grupal.