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Universidad Nacional de La Plata

Facultad de Humanidades y Ciencias de la


Educación
Materia: Teoría de la Argumentación
Profesor: Oller Carlos
Estudiante: Calderón F., Malen Azul.
Año de cursada: 2014
La ética de la liberación y la ética del cuidado como una alternativa a
la ética consecuencialista de Peter Singer, acorde al propósito cuya obra
titula Salvar una vida
Introducción Esto no es una introducción sino un resumen corto (abstract).
La introducción de una monografía tiene una función diferente de la del resumen
corto:

El resumen corto suele tener una extensión de entre 100 y 250 palabras. Un
resumen corto puede dividirse en cuatro partes que responden a las siguientes
preguntas:
− ¿Cuál es problema tratado en el ensayo?
− ¿Cómo se resuelve este problema en el ensayo?
− ¿Cuáles son los resultados obtenidos?
− ¿Cuál es la importancia de estos resultados?
El resumen corto está atado al título del artículo y, por lo tanto, es de esperar que
sus primeras oraciones expandan el título y contengan las palabras significativas
que aparecen en el título. Si esto no sucede, es necesario revisar el título o el
resumen, según corresponda.
La introducción de un ensayo contiene la enunciación de la cuestión a tratar y de
sus antecedentes teóricos, la formulación de la tesis a defender, de la metodología a
usar y del plan de trabajo. La introducción debe proporcionar el contexto en el
cual surge la investigación expuesta en el ensayo y debe tratar de zanjar la brecha
de conocimiento entre autores/as y lectores/as. Por ello, es deseable que la
introducción pueda ser comprendida por alguien que no sea especialista en el tema
específico del ensayo. Es importante notar que la introducción nunca debe ser un
mero índice del contenido del ensayo.

Es necesario que agregues una introducción a tu monografía.

La propuesta de este trabajo es abordar los principales argumentos de Peter


Singer, en su obra Salvar una vida, en donde se muestra a favor de la donación
internacional, y criticar dos de sus principales argumentos, parándonos desde una ética
de la liberación que sostiene Dussel. En la primera sección, se expondrá la base de
partida del autor y los principales argumentos, luego se mostrará la defensa de aquellos
y algunas objeciones que el mismo autor esboza. En la segunda sección, se comenzará a
esbozar los cimientos del cual este trabajo parte para criticar el argumento tanto de la
donación como su alcance global, desde una perspectiva latioamericanista y de la ética
feminista del cuidado. Se intentará para ello, poner en tela de juicio la premisa
singeriana de que las muertes por hambre son las únicas que importan, para poder re-
configurar el papel de cada persona en el mundo en la lucha contra las muertes injustas
o muertes que pueden ser evitables.

Keywords: Peter Singer, pobreza absoluta, ética consecuencialista, cultura de la


donación, ética de la liberación, ética del cuidado.
Primera Sección
El objetivo que Peter Singer se presenta en el libro “Salvar una vida” es, en
primer lugar, demostrar cómo la cultura de la donación puede reducir la pobreza
extrema del mundo, y en segundo lugar, convencer al lector a que accione en esos
términos.

Este trabajo sostiene que, a través de la lectura del libro completo se puede
observar que el autor intenta demostrar inductivamente en primer lugar, que ayudar a
los pobres es una obligación moral, luego que la mejor opción para tal fin es la donación
(a organismos internacionales) y porqué es incorrecto no donar. Veremos a lo largo del
trabajo y en su conclusión final, si luego de la crítica se puede sostener lo mismo que
pretende el autor y por qué.

Base de partida de “Salvar una vida”

En la primera parte del libro, el autor expone la argumentación a través de


diversos ejemplos y muestra a través de ciertos estudios lo que es la pobreza extrema
por un lado, y la abundancia –en contraposición- por el otro.

El estudio que ofrece para mostrar qué se entiende por pobreza extrema es el
realizado por el Banco Mundial, el que a través de una investigación logra documentar
la experiencia de 60.000 hombres y mujeres de setenta y tres países. El estudio revela la
pobreza, explicada por quienes la padecen, es: ingerir sólo una comida al día, no poder
ahorrar y tener que recurrir a prestamistas locales si algún miembro de la familia
enferma, no poder mandar los hijos al colegio, vivir en condiciones de vivienda
inestable, no disponer de fuentes de agua potable. De modo que la pobreza extrema es
no sólo la carencia para satisfacer necesidades materiales, sino también vivir en un
estado de indefensión degradante.

La cifra que surge de dichos estudios, a modo general, es una cantidad de 1.400
millones de personas que viven en la pobreza extrema y otras 1.000 millones que viven
en un nivel de prosperidad muchísimo más alto. Ambos números se encontrarían en
polos opuestos, como una suerte de distinción entre pobreza y riqueza extrema.

Singer pone de manifiesto la medida que indicaría lo ricos que somos, siendo
esta la cantidad de horas que tenemos que trabajar para satisfacer las necesidades
alimentarias básicas. Los estadounidenses gastan sólo el 6% de sus ingresos, lo que les
da lugar a disponer gran cantidad de su renta en artículos de consumo y ocio. Un
arqueólogo, Timothy Jones dirigió un estudio financiado por el gobierno estadounidense
en donde concluye que en los Estados Unidos se desperdician cada año alimentos por
valor de 100.000 millones de dólares [sic]i.

A través de esta sección, Peter Singer parte de una base real sobre la diferencia
abismal entre personas que se encuentran en extrema pobreza, y personas que pueden
vivir holgadamente.
Argumentos para la importancia de prestar ayuda (económica)

A través de unos ejemplos, el autor del libro establece el razonamiento del que
luego se encargará de ampliar y argumentar:

“Primera premisa: El sufrimiento y la muerte por falta de


alimento, cobijo y atención médica son malos.

Segunda premisa: Si podemos impedir que suceda algo


malo sin sacrificar nada tan importante como el mal que
pretendamos evitar, es incorrecto no hacerlo.

Tercer premisa: Aportar dinero a organismos de ayuda


internacional puede impedir el sufrimiento y la muerte por falta
de alimento, cobijo o atención médica, sin sacrificar nada tan
importante como los males que podemos evitar.

Conclusión: Por consiguiente, si no aportamos dinero a


organismos de ayuda internacional, estamos haciendo algo
incorrecto.”ii

El autor propone pensar dichas premisas desde un punto de vista ético,


considerado este como poder ponerse en la situación de los demás. Llama a esta
posición “ética de la reciprocidad”, que equivale a tratar a los deseos de los demás
como si fuesen propios. De este modo no se puede negar que el sufrimiento y la muerte
ajena por falta de las necesidades básicas (alimentos, atención médica, y vivienda) son
malos.

La segunda premisa es difícil de rechazar ya que nos exige que el sacrificio para
impedir que alguien sufra o muera (ayudar a que no suceda aquello) sea menor al mal
que se quiere evitar. Peter Singer se detiene en la argumentación de esta premisa,
aludiendo a las creencias tradicionales sobre la ayuda hacia los pobres. Primero se
refiere a la religión cristiana, la cual –alega- concibe la ayuda para con los pobres no
como un acto de caridad sino porque es nuestra obligación y su derecho (p. 37). Para el
judaísmo, la caridad tiene la misma importancia que cualquier otro mandamiento, y los
adeptos deben donar al menos el 10% de sus ingresos en prueba de la “justicia”
(traducción de la palabra hebrea tzedakah, utilizada para referirse a la caridad). Por su
parte, el Islam exige que se done un 2,5% cada año en proporción a todos los bienes que
se posean. Por último, la tradición china a través de Mencio (considerado como el
intérprete más respetado de la tradición confucianista) -300 a.C- en unas de sus
enseñanzas hace hincapié en la responsabilidad del rey de que sus súbditos mueran de
hambre, y no de las circunstancias espacio-temporales. Si bien habla de un rey, podría
trasladarse esa responsabilidad en tiempos contemporáneos como compartida por todos
los ciudadanos de una región y del mundo –acorde a la pretensión de Peter Singer-.
Las posibles objeciones expuestas por el propio autor

A continuación se expondrán aquellos argumentos que pueden o intentan debilitar la


postura de Peter Singer:

• Aquellas que sostienen un relativismo moral.

Respecto a la primera, resulta de una postura que sostiene una alumna del autor al decir
“No existe un código universal tajante que pueda aplicarse a todo el mundo. Es mejor
aceptar que cada cual tiene una opinión distinta al respecto, y que todas las personas
tienen derecho a dejarse llevar por sus propias creencias”iii , haciendo alusión a que no
se debería juzgar a las personas que deciden no hace donaciones. Peter Singer refuta
esta postura mediante un ejemplo: una persona que disfruta de calentar un gato en un
horno eléctrico y responde la misma respuesta que da su alumna. De modo que,
concluye el autor, si se rechaza el relativismo moral en una situación, se lo debe
rechazar en todas.

• Aquellas que sostienen una filosofía política liberal.

La segunda postura corresponde a otro alumno suyo también que dice “Si alguien quiere
comprarse un coche nuevo, que lo haga. (…) Trabajan para ganar dinero y tienen
derecho a gastárselo en sí mismos”. La postura de dicho alumno correspondería a cierta
filosofía política que afirma “si tú me dejas en paz, yo te dejaré en paz”. Esta filosofía,
sostiene el autor, niega la responsabilidad que tenemos sobre aquellas personas que,
pese a no haber cometido ningún error viven en la necesidad. Singer sostiene al
respecto, que una cosa es el ámbito de lo que se tiene derecho a hacer, y otra es qué es
lo que se debería hacer. Él mismo escribe “quiero ocuparme de lo que deberíamos
escoger hacer con nuestro dinero si queremos vivir de un modo ético”iv.

El autor apela tres ejemplos para llegar a una conclusión y refutar la segunda
postura, este trabajo tomará los dos que considera principales. Primero, un informe –
respaldado por un habitante de la isla de la cual trata- de la Comisión Europea, que
asegura que los calderos de una isla de Senegal han quedado devastados por flotas
industriales procedentes de China, Europa y Rusia. El segundo ejemplo respecta a los
gases de efecto invernadero que se encuentran en la atmósfera, dos tercios de los cuales
provienen de Estados Unidos y Europa. Estos gases acarrean bruscos cambios
climáticos, los cuales caerán sobre las regiones más pobres del mundo próximas a
Ecuador. De modo que en países como Malawi, en donde el 90% de la población son
agricultores de subsistencia, habrá grandes problemas con las sequías, la elevación del
nivel del mar, y demás catástrofes naturales como consecuencias de aquellos gases de
invernadero. Lo que Singer intenta hacer con estos datos es, por un lado refutar la
postura liberal política, y complementariamente dar apoyo a la afirmación de unas de las
personas más ricas del mundo (Warren Buffet), que cita en su libro: “si me dejan en
mitad de Bangladesh o de Perú, averiguarán lo poco que es capaz de producir todo este
talento en un territorio equivocado”v; demostrando que la responsabilidad de que ciertas
personas mueran de hambre por no tener recursos para alimentarse en su zona
geográfica, es una responsabilidad que compete a aquellos países desarrollados que
explotan los recursos naturales de dichas zonas para sus propios fines. Concluye
entonces Singer que, en base a una postura de política liberal, aceptando que quienes
perjudican a los demás deben resarcirlos, no se puede negar que los países
industrializados deben compensar a muchos de los pueblos más pobres del mundo. De
modo que, la filosofía de “si tú me dejas en paz, yo te dejaré en paz” se vuelve
imposible de cumplir, pues exigiría que los países desarrollados no sólo resarzan a los
más perjudicados, sino que se dejen de verter gases de infecto invernadero en la
atmósfera.

• Aquellas que sostienen que este modo de solidaridad mantendría las estructuras
del sistema económico mundial, el mismo que genera aquella pobreza extrema. Este
argumento es presentado por el filósofo Paul Gomberg, quien afirma que la filantropía
traería como consecuencia una especie de "quietismo político" al desviar la atención de
las causas reales de la pobreza (el sistema de producción y reproducción capitalista).
Peter Singer se defiende ante esta objeción, alegando que lo que él intenta hacer es una
cuestión práctica: encontrar una estrategia a corto plazo que brinde resultados reales
sobre cómo ayudar a algunos pobres. Esta objeción debería tener una respuesta en tu
trabajo. ¿Qué debemos hacer —es decir, cuáles son nuestras obligaciones
morales— hasta que la(s) sociedad(es) adopte(n) una ética del cuidado?

• La perspectiva de hacer donaciones hasta ponerle fin a la extrema pobreza puede


hacer que disminuya o se paralice la economía local (Colin McGinn). Acorde con
Singer, la perspectiva que él defiende deja muchas posibilidades para el crecimiento
económico empresarial e individual, ya que se podría incorporar las personas que viven
hasta el momento al margen de la economía mundial al crear, por ejemplo, nuevos
mercados.

En su siguiente capítulo, La naturaleza humana, Peter Singer intenta demostrar


por qué es falsa la creencia de que ayudamos más a personas que se encuentran dentro
de nuestra frontera en relación a aquellas que viven en lugares mucho más remotos, y
cómo es mejor preocuparse por el mundo global en el que vivimos (y no tener una
visión localizada de la solidaridad). Nos centraremos sólo en lo que el autor llama
“provincianismo”, al aludir a la ayuda en localidades cercanas, en oposición a la ayuda
más globalizada o hacia lugares remotos. En base a un ejemplo del tsunami al oeste de
Asia por el año 2004, Singer demuestra que la ayuda más prometedora vino de países
alejados e industrializados. A partir de allí, deduce que quienes viven en países
industrializados están en mejor posición de prestar ayuda hacia aquellos lugares remotos
en donde sí se encuentra la extrema pobreza.

A continuación se pasará a la segunda sección en donde se intentará refutar el


punto de partida de Peter Singer desde, primero, una filosofía de la liberación, en
oposición a su ética consecuensialista –de ayuda vertical- y luego, y a modo de
complemento, desde la ética del cuidado y el conocimiento del otro.

Segunda sección
Consideramos que los argumentos puestos como posibles objeciones desde el
mismo Peter Singer no hacen justicia a las verdaderas posibles objeciones que se le
pueden hacer; ya que, en primer lugar, son argumentos bastante simples y refutados
también en una o dos líneas de argumentación, y en segundo lugar, no tiene en cuenta
para sustentar la defensa de los mismos, varias posturas que sí creemos pueden
refutarlo. Esta crítica parece injusta: Singer no contesta a “a las verdaderas
posibles objeciones que se le pueden hacer” sino a las que efectivamente se le han
hecho y debería evaluarse su respuesta a estas últimas, algo que no hacés en tu
trabajo. Una cuestión diferente es que puedan presentarse otras objeciones a su
propuesta como las que aparecen en tu monografía. A continuación se intentará
desarrollar esto mismo.

Peter Singer se pregunta qué hacer con el hambre absoluto, qué hacer desde los
sectores más ricos para con las situaciones letales que deja la falta de comida en muchas
partes del mundo, cómo ayudar para que esas miles de personas dejen de morir en la
pobreza. Su solución y propuesta es mediante una cultura de la donación de dinero hacia
las empresas o multinacionales que se dediquen a ello. Ahora bien, ¿estas acciones
como modo ético de vida solventarán el problema del hambre del mundo? ¿si las
múltiples causas que lo generan no se distinguen, no se analizan, no se suavizan, no es
posible que sus efectos se sigan reproduciendo y tapando con aquella posible cultura
que postula Singer, la de la donación? ¿No se generaría así una especie de “círculo
vicioso”? En este sentido, se argumentará a favor de una ética localizada (es decir, para-
con personas que viven en el mismo contexto que uno), y una ética de las virtudes en
contraposición a la ética normativa y utilitarista singeriana. Ambas dos se esbozarán
desde una ética de la liberación, propuesta por Dussel, otorgándole importancia al
contexto y proceso histórico del lugar de cada persona, y la ética de las virtudes desde
una perspectiva feminista en relación a la ética del cuidado. Pasaremos a exponerlas y
mostrar los puntos de relación.

Hay algo que el autor en todo el texto no explica y es por qué la muerte por
hambre –por condiciones de pobreza absoluta- es el peor mal de todos. En primer lugar,
no creemos que aquello sea necesario de argumentar o justificar, y en segundo lugar, de
hacerlo, excedería a los fines de este trabajo. Sí consideramos que hay otras muertes que
pueden tener la misma importancia a ser luchadas o subsanadas, y que incluso pueden
estar, desde un análisis causal, relacionadas. Cuando hablamos de pobreza absoluta, nos
referimos a la definición que ofrece Macario Alemani García, en su trabajo titulado Una
nota sobre la responsabilidad moral individual frente a la calamidad del hambre,
citando a Peter Singer: “unas condiciones de vida que se caracterizan de tal forma por
una desnutrición, analfabetismo, enfermedades, entorno miserable, alta mortalidad
infantil y una baja esperanza de vida, que se encuentran por debajo de cualquier
definición razonable de decencia humana (Singer, 1995: 272)”vi. Ahora bien, ¿cuáles
son las condiciones que permiten que una persona esté en estado de desnutrición y
analfabetismo? ¿qué tipo de políticas públicas estatales permitirían que aquella persona
pueda salir de esos estados?

Ética de la liberación, como alternativa a la ética práctica y utilitaria capitalista

La ética de la liberación parte de una la ética de la afirmación de la vida humana,


permitiendo pensar filosófica y racionalmente esta situación concreta y real del
individuo, como escribe Dussel “vida humana que no es un concepto, una idea, ni un
horizonte abstracto, sino el modo de realidad de cada ser humano en concreto,
condición absoluta de la ética y exigencia de toda liberación”vii. Esta ética, que viene ya
desde la filosofía de Lévinas, intenta dar esqueleto a una situación de dominación que se
vive desde los territorios llamados “tercermundistas”. Dussel explicará en su obra Ética
de la liberación en la edad de la globalización y la exclusión, pero con más detalles en
Método para una filosofía de la liberación Falta la referencia bibliográfica a esta
última publicación, cómo sobre todo a partir de la modernidad, se comenzó a marcar
una subjetividad de la dominación, subjetividad que atraviesa modos de vida y distintos
ámbitos en los que se desenvuelve la persona. De esa manera, encontramos en el plano
mundial la noción de centro-periferia (Norteamérica-latinoamérica, Occidente-Oriente),
a nivel nacional elite-masa o burguesía-clase obrera; en el plano erótico varón-mujer; en
el plano educacional cultural imperial/occidental-cultural popular [sic]viii. Esto también
tiene que ver con el propósito de descubrir las condiciones que hacen posible, en este
caso que compete al trabajo, la situación de hambre de las personas que viven en
pobreza absoluta. Esta situación está atravesada por todas aquellas variables antes
mencionadas. Así, consideramos que el hambre proveniente de la pobreza absoluta de la
que habla Singer es producto del cruzamiento de aquellas variables, es decir, de la
opresión de un continente sobre otro (hecho que Singer se encarga de exponer en un
ejemplo para luego concluir:

“Si aceptamos que quienes perjudican a los demás deben resarcirlos,


no podemos negar que los países industrializados deben compensar a
muchos de los pueblos más pobres del mundo. Ofrecerles ayuda
adecuada para mitigar las consecuencias del cambio climático sería
una forma de hacer efectiva dicha compensación” ix.),

de la subyugación de la mujer al varón, de la falta de políticas públicas que permitan la


producción y generen trabajo, etc. Consideramos que la propuesta de Singer no es
suficiente para “la cura” a aquellos males, sostenemos que es una visión parcializada
que se centra sólo en los efectos de los modos o dinámicas –tanto micro como
macroscópicamente-, esta visión sólo permitiría aminorar las consecuencias –como él
bien lo dice- pero no garantiza que van a dejar de suceder, ni mucho menos desaparecer
a la pobreza absoluta, justamente porque ésta es producto de todas aquellas causas que
Singer parece no otorgarles importancia.

Se podrá objetar, como el mismo autor es cuestión lo hacex, que la intención de


“salvar una vida” es bien inmediata, práctica, y que investigar el modo posible de
invertir o re-acomodar las causas es un trabajo que lleva más tiempo. Este problema
sigue siendo una cuestión (¿moral?) a la que hay que dar respuesta aunque Singer
esté equivocado respecto a la solución que propone. ¿Cuál es tu respuesta? Esto
podría ser tomado en cuenta si el autor no hubiese subtitulado su obra “Cómo terminar
con la pobreza”, ni tuviese un capítulo denominado “Crear una cultura de la donación”,
que evidencia que las intenciones o creencias del autor son firmes: es posible crear una
cultura de la donación, y a partir de ella se puede terminar –definitivamente como el
verbo lo indica- con la pobreza. Desde la posición de este trabajo, consideramos que si
la absoluta pobreza es un producto (uno de los tantos) del modo de producción
capitalista –el cual, desde un análisis marxista necesita un opresor y un oprimido como
modo de dominación-, no se podrá terminar en tanto y en cuanto no se enmienden
aquellos modos que actúan como causa. En este sentido incluso la propuesta de Singer
puede resultar algo perversa, ya que los países industrializados –es decir, aquellos
responsables de muchas situaciones de pobreza absoluta de países subdesarrollados-
serían los “encargados” de suavizar las consecuencias de sus acciones (a través de las
donaciones), y mediante ésta acción, como bien lo indica el título, “salvar una vida”.
Así, los que colocan a las personas en situación de víctima son los mismos que la
“salvan” de aquél lugar, un salvamiento inmediato y contingente ya que no le garantizan
ni que sus condiciones materiales cambien, ni que puedan producir por sus propios
medios, ni que puedan crear o utilizar distintas herramientas, ni que se empoderen de
sus derechos al exigirlos, ni calidad de vida, ni mucho menos garantiza una continuidad
de esa vida salvada.

La filosofía de la liberación como tarea individual y colectiva consta de cinco


momentos –explicados en términos metafísicos-, que se pueden resumir en tres, los dos
primeros referirían a una dialéctica, y el tercero al momento analéctico que aleja al
método de la perspectiva occidental hegeliana (como el todo que lo abarca, que se
realiza, que ya está dado): uno negativo, que es la crítica al sistema que se auto-inscribe
o impone como un todo, como lo total único y bueno (Dussel analiza y describe esta
idea también en términos metafísicos, a lo largo de toda su obra, análisis que excede el
presente trabajo); y un momento posterior positivo que es la construcción de una
filosofía de la alteridad, o un sistema alterno que involucra o habla de los otros, de lo
que no se encuentra dentro de lo uno, de lo que el todo excluye. Como lo explica C.
Berloegui:

“Esta estructura filosófica se componía de dos momentos: uno


negativo, de crítica a la cosmovisión filosófica occidental, constituida
por una Totalidad prepotente y egocéntrica, basada en la
autosuficiencia del Mismo; y otra positiva: el intento de configurar una
‘metafísica de la alteridad’, alternativa a la filosofía de la Totalidad y
basada en los cimientos teóricos de la experiencia (…) de la alteridad
del otro como pobre”. xi

Podemos decir que tan autosuficiente es este sistema de lo Uno que pretende solventar
él mismo las no deseadas consecuencias que genera, sin si quiera preguntarse la
posibilidad de ayudar o empoderar al Otro para que pueda comenzar a criticar y mejorar
por sí y a través de sí mismo su situación real, y así poder construir no sólo una
filosofía, sino también una lucha, una política y una ética basada en la alteridad de aquél
sistema que los ha excluido, invisibilizado o negado como miembros del mismo.

El momento analéctico se basa en la imposibilidad de pensar al otro desde la


propia totalidad ontológica, es la necesidad de no categorizar al otro desde “lo mismo” o
“lo uno” para empezar a pensarlo desde él mismo. Esto implica también que se
comienza a ver al otro no como lo que está ‘afuera’ de uno, sino como otro análogo a
mí, yo soy otro para él. De modo que la noción de alteridad juega un papel fundamental
en la filosofía de Dussel, porque se trata de una revelación desde el otro y no desde el
sistema totalizante hacia el otro, designándolo como tal, es un realzamiento del otro
apropiándose de sí pero sin continuar la dialéctica de constituirse en lo uno, sino como
un todo abierto, no cerrado, que no deja afuera de sí a ‘los otros’, sino que los deja en el
horizonte para ser él también, porque uno necesita del otro para ser, para ser reconocido
y nombrado, sólo que esta vez como quiero que me nombren y como quiero que me
reconozcan.

La ética singeriana, como una ética normativa de una cultura de la donación, no


permite el empoderamiento del otro porque sigue ayudándolo en términos verticales,
sigue reconociéndolo como otros pero desde el mismo sistema que totaliza, están afuera.
Para que ello sea posible y, para poder compatibilizar una solución inmediata a la
pobreza absoluta con cambios más estructurales focalizados en las causas de aquella y
no tanto en ella como mero efecto, comenzaremos a complementar lo visto hasta el
momento con la noción de ética del cuidado de Carol Gilligan y una ética de las virtudes
desde la perspectiva de Macario Alemany García.

La ética del cuidado como una responsabilidad desde lo privado a lo público y


en contraste con la ética mercantil de ‘una cultura de la donación’

Carol Gilligan plantea la ética del cuidado desde una perspectiva feminista,
aludiendo a los juicios morales de mujeres como juicios contextuales, centrados más en
la situación del otro, empatizando con él, respetando sus necesidades y haciendo un
esfuerzo por satisfacerlas (en tanto y en cuanto me entiendo a mi mismo como en
relación con los demás, o en términos en los que veníamos hablando, como otro
también). Esta perspectiva critica a las éticas universalistas ya que terminan por totalizar
todas las experiencias desde el punto de vista moral dominante, negando el derecho de
considerar la experiencia del otro –Latinoamérica, mujer, alumno, pobre, obrero- como
un punto de vista legítimo moral. Así la ética singeriana y su cultura de la donación se
inscribiría en un discurso contractualista moderno, se define lo que “debe ser” como
aquello en lo que todos deberían estar racionalmente de acuerdo para garantizar una
sociedad civilizada, esto prohíbe que la persona o el colectivo inscripto dentro de ese
sistema pueda verse a través de los ojos de otro más que de sí mismo.

Este análisis se explica a través de dos distinciones que hace la autora del otro
concreto y el otro generalizado. A este respecto el presente trabajo se posicionará frente
a la concepción globalizada de Peter Singer y sus argumentos sobre porqué lo que él
llama “provincianismo” no sería eficaz. Cabe aclarar que no sería eficaz dentro de una
cultura de la donación que pretende que ésta sea destinada a organismos internacionales
que trabajen por todo el mundo, pero sí sería eficaz e importante dentro de una ética que
pretende en primera instancia, liberar a las víctimas de las opresiones de un sistema
mediante su empoderamiento, y en segundo lugar, a través de un modo de actuar que
paulatinamente se vuelva –por así decirlo- carne, como un modo de vida, de ser
colectivo (para esto luego se explicará el rol de la ética de las virtudes). El otro
generalizado presupone que todos tenemos las mismas conciencias o criterios de
racionalidad, y pretende que nos rijamos por normas de igualdad formal para-con-hacia
el otro, explica Mónica Esteve: “las categorías morales serían el derecho, la
obligación… y los sentimientos morales el respeto, el deber, la dignidad”xii ; el otro
concreto intenta considerar al otro como un individuo con una historia personal,
teniendo en vista las distintas condiciones materiales: “las categorías morales del otro
concreto son responsabilidad, vinculación y colaboración, mientras que los
sentimientos morales, el amor, el cuidado, y la solidaridad.”xiii No resulta adecuado en
un trabajo académico basar la exposición de las ideas de una autora —Carol
Gilligan— solamente en bibliografía secundaria. Sería conveniente que leyeses
alguna obra de Gilligan. Por ejemplo, su libro La moral y la teoría : Psicología del
desarrollo femenino se puede tomar en préstamo de la biblioteca de la FaHCE.

Es imposible construir una ética o una moral desde una concepción universal, ya
que supone que las los individuos al tener o ser portadores de deberes y derechos, son
todos iguales, y por lo tanto las situaciones o injusticias se resolverán por la semejanza.
Pero ¿de qué semejanza estaríamos hablando? Porque las situaciones concretas son
particulares, el discurso se torna así, sin la consideración del individuo concreto, un
discurso formal vacío. Ahora bien, una ética de la universalidad sin tener en cuenta al
individuo concreto no es posible, pero tampoco lo es –como lo advierte la autora- una
ética del individuo concreto sin pretensiones de universalidad, que se ajuste a las
sociedades modernas:

“No se trata de prescribir una teoría moral y política en relación al


concepto del “otro concreto”, sino utilizar este concepto para criticar
los límites ideológicos del discurso universalista. En este sentido, el
universalismo sustitucionalista descarta el otro concreto, mientras que
el universalismo interactivo reconoce que todo otro generalizado es
también otro concreto.” xiv Habría que aclarar el significado de
“universalismo sustitucionalista”
Compartimos la reflexión de Macario Alemany García en su trabajo Una nota
sobre la responsabilidad moral sobre la calamidad del hambre, al decir que la ética de
Singer presenta una excesiva individualidad metodológica, en donde la discusión y el
consenso no ocupan ningún papel ni mucho menos las virtudes morales. Éstas tratan de
comenzar a hacer ‘lo correcto’ no por acciones exteriores, como es por ejemplo, donar
un porcentaje de nuestro sueldo a una organización, sino desde los actos más pequeños
como no contaminar, no derrochar el agua, no despilfarrar dinero, etc. El autor advierte
que una ética basada en virtudes morales tiende a normativizarse, pero con mucho más
contenido. En este sentido, Alemany García utiliza como ejemplo tres virtudes que
parecen complementarse: austeridad, justicia e integridad, y explica:

“Por último, si queremos ser justos debemos estar dispuestos a


renunciar a nuestro poder para imponer en los organismos
internacionales los arreglos que más nos interesan, en
detrimento de arreglos equitativos aunque no sean los mejores
para nosotros. No debemos pensar que el mejor gobierno es el
que saca lo máximo para nosotros, sino el que saca lo máximo
siendo justos. La virtud de la integridad impone, en ocasiones,
límites a la realización de nuestros deseos, pero, como ya se ha
dicho, esos límites pueden resultar menos gravosos si somos
austeros.”xv

La ética de las virtudes tiene íntima relación con la ética del cuidado sobre el
otro y su visión del otro concreto. Así no ayudamos al otro porque hemos generado su
daño (como plantea Singer, los países industrializados deben ayudar a los
subdesarrollados porque la pobreza absoluta que han causado en ellos es insostenible),
como un deber o porque nos haga sentir bien, sino como un acto ético moral que es
parte de una concepción de vida, ayudar al otro porque el otro soy yo también, porque
su bienestar es mi bienestar. No ayudo a personas abstractas o números o porcentajes de
víctimas que pueden ser salvadas, ayudo a rostros en los que me identifico y a partir del
cual me identifican. Es, de nuevo, otro modo u otra cultura distinta a la planteada por
Singer “de la donación”, éste sería un proyecto de terminar con el hambre producto de
la pobreza absoluta en los lugares a los que podemos ir y asistir, para generar al mismo
tiempo y paralelamente una cultura del cuidado, de las virtudes, y de la liberación,
atendiendo paulatinamente a las causas que producen aquella pobreza absoluta, al
tiempo que se ayuda a resolver sus consecuencias más inmediatas, como la
desnutrición.

Creemos que esta ética del cuidado y de la liberación del otro, se puede llevar a
cabo si se la practica en contexto. El contexto o el presente de una sociedad o país tiene
que ver con el proceso histórico que éste ha tenido, no se puede aislar la situación
presente sin tener en cuenta los por qués. Por un lado, consideramos que la idea de
prestar ayuda económica a países subdesarrollados no nos significa un gran esfuerzo
(como plantea la tercer premisa singeriana), sin embargo creemos que no se trata del
esfuerzo o sacrificio que pueda significar, sino más bien de un modo de vida. América
latina tuvo un proceso de colonización y conquistas que hicieron que tuviese un modo
de desarrollarse económicamente bajo las alas de occidente y Estados Unidos. Como
parte de este proceso, recibió durante los noventa un neoliberalismo brutal, que se
impuso sobre estructuras de desigualdad y miseria; la globalización fue avanzando, con
una racionalidad neoliberal que concibe al mercado como la institución social capaz e
idónea para maneja los recursos, para regular políticas sociales. El neoliberalismo en
Latinoamérica significó el achicamiento del estado y la desregulación del sector
privado, el modelo globalizador se apoya en un fuerte supuesto como integrador e
igualitario, pero la segregación, exclusión y la desigualdad son la otra cara del mismo.

Consideramos que la propuesta de Peter Singer forma parte de este tren


globalizante y neoliberal, al querer establecer una cultura de la donación en donde una
vida significa un precio estimativo en dinero a donar a una organización, acción que
seguirá invisibilizando u ocultando los mecanismos y estructuras que permiten y siguen
permitiendo que en los países subdesarrollados haya una pobreza absoluta. Mientras
aquellos no se discutan ni se intente proponer modos de ‘suavizarlos’ la pobreza
absoluta seguirá existiendo. La ética que postula Peter Singer, está guiada por una
mercantilización propia de un capitalismo globalizado, la medida de todo es el dinero y
la capacidad económica de quienes más tienen para ayudar a los que menos tienen. Las
relaciones que se establecen entre ellos son relaciones mercantiles, contractuales,
indiferentes, descontextualizadas. En contraposición a ello, la ética del cuidado (en
relación y conjunción con una ética de las virtudes) se mide desde una perspectiva no
mercantil, su valor y accionar no se relacione con el precio ni el dinero, sino que tiene
que ver con la atención y el cuidado mutuo, esta conciencia ética exige escuchar la voz
del otro, sobre la base de una responsabilidad social y no una mera elección individual.
La contra apuesta Singer sería el fomento de una “sociedad del cuidado” y la exigencia
de un Estado que garantice las condiciones y posibilidades de crecimiento y trabajo
hacia todos sus ciudadanos, haciendo que la supervivencia y el bienestar de los mismos
no dependa de organizaciones internacionales ni de la donación de personas físicas o
jurídicas individuales, tal como propone Singer.

Algunas conclusiones

El trabajo comenzó con la intención de desarrollar algunos de los argumentos de


Peter Singer a favor de una cultura de la donación como solución al problema de la
pobreza absoluta. En la sección primera se mostró el argumento principal del autor, sus
premisas y la conclusión. Respecto a la primer premisa establecimos que, discutir si
otras causas de muerte pueden ser tan malas como las que describe Singer, sería una
tarea que excedería los límites de este trabajo. Por lo que se aceptó dicha premisa pero
se agregaron otras causas previas a las expuestas por el filósofo norteamericano, como
promotoras de muerte (falta de cobijo, de salud y alimentos). Con “causas previas”
hicimos referencia al modo en que las relaciones económicas, políticas y culturales
están fijados en el sistema de producción como condición para permitir que dichas
muertes por falta de alimentos, cobija y salud sean posibles. Cabe agregar que, por
ejemplo, la falta de trabajo, la falta de recursos propios como para producir a través de
ellos, es una causa a la falta de cobijo y alimentos. Así, expusimos la perspectiva de la
filosofía o ética de la liberación (Enrique Dussel) como una alternativa al problema de
la pobreza extrema, ya que se consideró que era mucho más abarcativa: el problema de
la pobreza extrema es el problema de aquellos que quedan excluidos del sistema, del
mundo de países desarrollados, el problema de éstos es el problema de los oprimidos, y
si de opresión se habla hablamos de un sistema excluyente y opresor que atraviesa todos
los ámbitos de la vida de una persona (género, clase, raza, etnia, región). De ese modo,
se criticó el verticalismo consecuensialista de la ética de Peter Singer, profundizando en
la objeción que él mismo anticipó sobre las estructuras económicas y sociales de un
sistema, demostrando así que sus pretensiones no son tan prácticas ya que pretender una
“cultura de la donación” implica todo un sistema de educación y políticas públicas
también. En la misma línea, argumentamos que como indica el subtitulo de su libro, no
se podrá “terminar con la pobreza” en tanto y en cuanto esas estructuras no sean al
menos diputadas o discutidas. Como alternativa, se ofreció la ética de la liberación junto
a la ética del cuidado y la ética de las virtudes (estas dos últimas pueden implicarse
mutuamente, esto es el cuidado del otro como una virtud), que implican un modo de
vida más involucrado con el otro, en relación al planteo dusseliano sobre constituir
nuevas concepciones o éticas a partir del otro, no a partir de aquellos que representan
(por no estar excluidos) del sistema que se muestra como Uno o Todo. Éstos tipos de
acciones permitirían que la lucha contra la pobreza absoluta sea una lucha que quiera
penetrar incluso en las causas más últimas, no sólo en los efectos inmediatos o mediatos
del sistema que los produce en cuestión, de esa manera el otro oprimido, excluido (tanto
el que se encuentra en situación de pobreza absoluta, como la mujer respecto al varón,
etc) puede empoderarse y apropiarse de ciertas actitudes o ethosxvi que le permitirán
liberarse de las sogas que al tiempo de ahorcarlos, pretenden ‘salvarlos’. Consideramos
que la ética de la liberación y la ética del cuidado presentan una alternativa mucho más
profunda para comenzar a terminar con la pobreza absoluta, y también con cualquier
otro tipo de exclusión (de género, de educación, de trabajo), con base en la historia de
un continente latinoamericano en pos de su liberación, desde él mismo en tanto ha sido
‘el otro’ distinto de occidente o Norteamérica. Al mismo tiempo, la intención “práctica”
de Singer puede no dejarse de lado, la diferencia radicaría que en vez de ayudar al otro a
través de donaciones se lo puede hacer a través de la participación en la propia
comunidad en donde se vive, comprendiendo la real situación del otro, necesitándolo
tanto como a ‘uno’ para la construcción de una sociedad basada en la igualdad de
posibilidades.

En ese sentido, y a través de todo lo desarrollado en el trabajo, no consideramos


que la propuesta de Singer sea muy convincente cuando se la mira de cerca, creemos
que hay otras alternativas más profundas y comprometidas, y consideramos que los
argumentos que Singer establece tanto para la defensa como para las respuestas a las
posibles objeciones no son lo suficientemente persuasivos, o el modo de persuasión es
bien estadístico, herramienta que el autor utiliza para la construcción de una ética, ética
que la de la liberación y la del cuidado pretenden erradicar: basada en estadísticas,
preocupada por solventar las consecuencias y no sus causas.

i
Peter Singer, Salvar una vida, Cómo terminar con la pobreza. Ed. Capital Intelectual. Madrid: 2009. Pág
29
ii
Peter S. Ob. Cit, pág 33
iii
Peter S. Ob. Cit, pág 43
iv
Peter S. Ob. Cit, pág 46
v
Peter S. Ob. Cit, pág 45
vi
Macario Alemany García, Una nota sobre la Responsabilidad moral individual frente a la calamidad
del hambre. España: 2012. Pág 17
vii
Enrique Dussel, Ética de la liberación en la edad de la globalización. Ed. Trotta. Madrid: 1998, pág 11
viii
Carlos Beorlegui, La influencia de E. Lévinas en la filosofía de la liberación de J.C Scannone y E.
Dussel (2da parte), archivo de Revista Realidad, Universidad Centroamericana José Simoeón Cañas.
ix
Peter Singer, Salvar una vida, Cómo terminar con la pobreza. Ed. Capital Intelectual. Madrid: 2009.
Pág 50-51.
x
“Pero se trata de una cuestión práctica; si hay pocas posibilidades de alcanzar ese tipo de revolución
que algunos buscan, debemos mirar a nuestro alrededor y encontrar una estrategia que ofrezca mejores
perspectivas para ayudar realmente a los pobres”. Peter Singer, Salvar una vida, Cómo terminar con la
pobreza. Ed. Capital Intelectual. Madrid: 2009 Pag 54
xi
Carlos Beorlegui, La influencia de E. Lévinas en la filosofía de la liberación de J.C Scannone y de E.
Dussel (2da parte), archivo de Revista Realidad, Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Pág
351
xii
Mónica Esteve, Contraste de dos perspectivas más allá de la ética de la justicia: Seyla Benhabib y
Carol Gilligan. Universitat Jaume I, Jornades de Foment de la Investigació, pág 10.
xiii
Ibídem.
xiv
Mónica E. Ob. Cit, pág 11.
xv
Macario Alemany García, Una nota sobre la Responsabilidad moral individual frente a la calamidad
del hambre. España: 2012. Pág 28.
xv
Se alude al concepto de “ethos” en un sentido foucaultiano, como una actitud crítica del presente, o lo
que Foucault llama una crítica ontológica del presente histórico, esto es, una actitud que permita
desentrañar las condiciones de posibilidad que hacen que la historia del presente sea así y no de otra
manera, y así a raíz de ello, poder construir paulatinamente otras (propias o conjuntas, colectivas)
condiciones. El texto en el que se puede encontrar esto es ¿Qué es la Ilustración?, en Actual n° 28 [1984],
traducción de Jorge Ávila, 1991

Bibliografía
----------------------------Alemany García Macario, Una nota sobre la Responsabilidad
moral individual frente a la calamidad del hambre. España: 2012 Faltan datos de la
publicación periódica en la que aparece este artículo.
----------------------------Beorlegui Carlos, La influencia de E. Lévinas en la filosofía de
la liberación de J.C Scannone y E. Dussel (2da parte), archivo de Revista Realidad,
Universidad Centroamericana José Simoeón Cañas Faltan datos de la publicación
----------------------------Dussel Enrique, Ética de la liberación en la edad de la
globalización. Ed. Trotta. Madrid: 1998
----------------------------Página web: http://enriquedussel.com
----------------------------Esteve Mónica, Contraste de dos perspectivas más allá de la
ética de la justicia: Seyla Benhabib y Carol Gilligan. Universitat Jaume I, Jornades de
Foment de la Investigació Faltan datos de la publicación. Si es una publicación en la
internet debe proporcionarse la dirección del sitio desde el cual puede descargarse
y la fecha de la consulta o descarga del documento.
----------------------------Foucault Michel, ¿Qué es la Ilustración?, en Actual n° 28
[1984], traducción de Jorge Ávila, 1991.
----------------------------Solas Silvia, Oller Carlos, Luján Ferrari, Introducción a la
filosofía, Argumentación filosófica, Lectura académica. Ed. De La Universdad de La
Plata (EDULP). La Plata: 2013
----------------------------Singer Peter, Salvar una vida, Cómo terminar con la pobreza.
Ed. Capital Intelectual. Madrid: 2009

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