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EXPEDIENTE 290-2013
CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD, INTEGRADA POR LOS MAGISTRADOS
HÉCTOR HUGO PÉREZ AGUILERA, QUIEN LA PRESIDE, ROBERTO MOLINA
BARRETO, GLORIA PATRICIA PORRAS ESCOBAR, ALEJANDRO MALDONADO
AGUIRRE, MAURO RODERICO CHACÓN CORADO, RICARDO ALVARADO
SANDOVAL Y HÉCTOR EFRAÍN TRUJILLO ALDANA: Guatemala, seis de marzo de
dos mil catorce.
Se tiene a la vista para dictar sentencia, la acción de inconstitucionalidad general
parcial promovida por Cámara del Agro de Guatemala, por medio del Presidente de su
Junta Directiva y Representante Legal, José Santiago Molina Morán y; Cámara de
Comercio de Guatemala, por medio del Presidente de su Junta Directiva y Representante
Legal Jorge Eduardo Briz Abularach, objetando del Decreto 4-2012 del Congreso de la
República de Guatemala, Disposiciones para el Fortalecimiento del Sistema Tributario y el
Combate a la Defraudación y al Contrabando: a) el artículo 7 mediante el cual se adicionó
el artículo 14 “A” al Decreto 27-92 del Congreso de la República de Guatemala, Ley del
Impuesto al Valor Agregado, concretamente en su párrafo segundo que prescribe “(…) En
el caso que un contribuyente, en un plazo de 3 meses, reporte en su facturación precios
de ventas promedios menores al costo de adquisición o producción de bienes, la
Administración Tributaria podrá determinar la base de cálculo del débito fiscal, tomando
en consideración el precio de venta del mismo producto en otras operaciones del mismo
contribuyente u otros contribuyentes dentro del mismo plazo, salvo que el contribuyente
justifique y demuestre las razones por las cuales se produjo esa situación y presente
información bancaria y financiera que acredite sus ingresos reales. (…)”; y b) artículo 38
que adicionó el artículo 57 “A” al Decreto 6-91 del Congreso de la República de
Guatemala, Código Tributario. Las postulantes actuaron con el auxilio profesional de los
Abogados José Rolando Quesada Fernández, Edgar Stuardo Ralón Orellana y Mario
Roberto Fuentes Destarac. Es ponente en el presente caso la Magistrada Vocal II, Gloria
Patricia Porras Escobar, quien expresa el parecer de este Tribunal.
ANTECEDENTES
I. FUNDAMENTOS JURÍDICOS DE LA IMPUGNACIÓN
La argumentación de las accionantes, respecto de las normas impugnadas de
inconstitucionalidad, se resume de la siguiente forma: a) a su juicio, el apartado señalado
del artículo 7 de las disposiciones referidas –segundo párrafo del artículo 14 “A” de la Ley
del Impuesto al Valor Agregado-, viola, tergiversa y disminuye el artículo 2 de la
Constitución Política de la República de Guatemala, que contiene el principio de seguridad
jurídica, en virtud que: i) este principio se refiere a la confianza en el ordenamiento
jurídico, lo cual demanda que la legislación sea coherente e inteligible, situación que no
ocurre con esta norma impugnada, pues en ella se establece que la administración
tributaria podrá determinar la base del cálculo del débito fiscal, tomando en consideración
el precio de venta del mismo producto en otras operaciones del mismo contribuyente, u
otros contribuyentes, dentro del mismo plazo, por lo que la determinación presunta del
débito fiscal queda sujeta al arbitrio y decisión de la administración tributaria, quien
puede tomar el precio de venta del producto en cualquier otra operación del
contribuyente, no la misma operación que generó el reporte, ocasionando incertidumbre y
oscuridad en la normativa; ii) estiman que es impreciso y oscuro el hecho que la
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debe exigir al contribuyente el pago previo del impuesto o garantía alguna en materia
fiscal para impugnar resoluciones administrativas en los expedientes que se originen en
reparos o ajustes por cualquier tributo, cuestión que nada tiene que ver con la
mencionada solvencia. Solicitó que la presente acción de inconstitucionalidad sea
declarada sin lugar. D) El Ministerio Público, por medio de la Agente Fiscal Verónica
del Carmen Mazariegos Herrera, manifestó: a) respecto a la supuesta inconstitucionalidad
del apartado referido del artículo 7, del Decreto 4-2012 del Congreso de la República de
Guatemala, indicó que las accionantes no realizaron la debida confrontación de este con
las disposiciones constitucionales que señalan vulneradas, no se efectuó la motivación
necesaria y suficiente que demuestre incompatibilidad de aquél con los principios de
equidad y justicia tributaria y capacidad de pago; es decir, que su exposición no es
suficiente para demostrar por qué el párrafo cuestionado viola los derechos del
contribuyente; b) con relación al artículo 38 objetado, expuso que no se transgrede el
principio invocado por las accionantes, contenido en el artículo 28, párrafo tercero, de la
Ley Fundamental, ni tampoco se violenta la justicia y equidad tributaria, pues la ley
establece que la solvencia fiscal es un documento que se extiende en función del
cumplimiento de las obligaciones tributarias del contribuyente, de manera que todos
participan en el sostenimiento del Estado en proporción a su capacidad económica; es
decir, en la norma objetada se establecen métodos para realizar el pago del impuesto al
momento de cumplir con las obligaciones tributarias y la forma en que los contribuyentes
deben realizar el pago, lo cual no atenta contra el artículo constitucional denunciado; c)
añadió que la norma impugnada obliga a los contribuyentes a mantenerse solventes en
sus deberes tributarios formales y a pagar los adeudos tributarios líquidos y exigibles, en
cumplimiento de sus deberes tributarios. Solicitó que esta acción de inconstitucionalidad
general parcial se declare sin lugar.
IV. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA PÚBLICA
A) Las accionantes -Cámara del Agro de Guatemala y Cámara de Comercio de
Guatemala- reiteraron los argumentos legales que invocaron en el planteamiento de la
presente acción y agregaron: a) respecto al apartado impugnado del artículo 7 del
Decreto 4-2012 del Congreso de la República, afirmaron que en él se establece una
facultad discrecional novedosa para determinar los precios de los productos,
desconociendo la declaración presentada por el contribuyente; además aseveraron que
existe la posibilidad de arbitrariedad por parte de la administración tributaria, porque para
determinar la base del débito fiscal no se atiende a la realidad contributiva del
contribuyente sino que se le compara con otros contribuyentes, lo cual es impreciso pues
la norma no establece qué parámetros deben seguirse para el efecto; b) en cuanto al
artículo 38 cuestionado, argumentaron que si no se tiene solvencia fiscal no se pueden
realizar actividades como auxiliar de la función tributaria, como por ejemplo, emitir
factura, percibir el impuesto y enterarlo al fisco, por lo que se estarían afectando las
operaciones comerciales al exigir un requisito previo a pagar el impuesto, lo cual equivale
a una sanción, sin haber tenido la oportunidad de impugnarla en vía administrativa ni
judicial. Solicitaron que se declaren inconstitucionales las disposiciones impugnadas. B) El
Congreso de la República de Guatemala, argumentó que: a) ambas disposiciones
armonizan y se adecuan a los principios y normas fundamentales y se conforman en
coherencia entre sí, de manera que los artículos 2, 28 tercer párrafo, 239 y 243, de la
Constitución Política de la República de Guatemala, determinan la validez de las normas
impugnadas, por lo que los tribunales de Justicia deben observar en toda resolución o
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sentencia, el principio de que el Texto Supremo prevalece sobre cualquier ley o tratado;
b) los accionantes olvidan las reglas de interpretación contenidas en el artículo 10 de la
Ley del Organismo Judicial, el cual establece que las normas se interpretarán conforme a
su texto según el sentido propio de sus palabras, a su contexto y de acuerdo con las
disposiciones constitucionales, pues los artículos cuestionados son complementarios y
establecen procedimientos relacionados con la recaudación de impuestos, coherentes con
la Ley Fundamental; c) citó el criterio expuesto por la Superintendencia de Administración
Tributaria, respecto a que la facultad de esa entidad para determinar la base del débito
fiscal, contenida en el artículo 14 de la Ley del Impuesto al Valor Agregado, no es
novedosa, así como también lo argumentado por la mencionada entidad fiscalizadora al
pronunciarse respecto al artículo 38 cuestionado; d) indicó que para que una norma
pueda ser considerada inconstitucional, debe reunir condiciones especiales, como la
confrontación de las disposiciones impugnadas con la Constitución y señalar los vicios de
las normas impugnadas, entre otros aspectos, los cuales no fueron expuestos con bases
suficientes ni sólidas en el presente caso, pues considera que los argumentos de las
accionantes son subjetivos, por lo que debe mantenerse el principio “in dubio pro
legislatoris”, y respetarse la decisión del Congreso de la República de Guatemala, de
acuerdo con el principio democrático, por ser este el único autorizado para decidir las
políticas legislativas; e) concluyó que el planteamiento de esta acción carece de razón,
sustento y fundamento, y que las normas señaladas como inconstitucionales no
contrarían lo dispuesto en los artículos 2, 28 párrafo tercero, 239 y 243 de la Ley
Fundamental. Solicitó que se declaren sin lugar las presentes inconstitucionalidades
generales parciales. C) El Ministerio de Finanzas Públicas se pronunció en similares
términos a los expresados al evacuar la audiencia que le fue conferida, y agregó: a) al
decidir, el Tribunal Constitucional, sustentado en el principio democrático, debe respetar
la actividad legislativa según sus ámbitos de competencia y el principio de conservación
normativa, sin detenerse en la conveniencia de las disposiciones contradichas en esta
acción; b) el escrito introductorio carece de identificación correcta de la norma objetada,
de argumentación, motivación jurídica y razonamientos sobre por qué las postulantes
estiman que los preceptos impugnados conculcan la Constitución, por lo que considera
inviable realizar el análisis abstracto que requiere el juicio objetivo de
inconstitucionalidad; c) las normas impugnadas son coherentes con los principios
constitucionales tributarios de legalidad, justicia tributaria, igualdad y conforme a los
criterios jurisprudenciales, por lo que en atención al principio democrático y a la
presunción de constitucionalidad de los actos públicos esta acción debe desestimarse; d)
las facultades de fiscalización y determinación tributaria se encuentran amparadas en los
artículos 19, 98, 98 “A”, 100 y 146 del Código Tributario, ello implica que la
administración tributaria puede tomar en consideración otros precios de venta como
parámetro en el acto de verificación y ajuste de una declaración; no obstante, la norma
impugnada establece la posibilidad de que el contribuyente justifique y demuestre las
razones por las cuales tal venta se produjo a precio menor del costo y consecuentemente,
no se procedería al ajuste efectuado; e) al pronunciarse sobre la suspensión provisional
de la frase “u otros contribuyentes” decretada por esta Corte, acotó que se limita la
verificación y revisión de las declaraciones y determinaciones del pago del impuesto al
valor agregado, el cual ha sido cobrado por el contribuyente que vende a precio menor
del costo; ese monto cobrado (débito fiscal) no es entregado al acreedor del tributo,
porque se ha vendido a un menor precio del costo; tal conducta excepcional necesita un
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Constitución; por una parte, ordena la adecuación de la ley a las normas constitucionales
y, por la otra, impone a los tribunales el deber de observar en toda resolución o sentencia
el principio de que la Constitución prevalece sobre cualquier ley o tratado.
-II-
En el presente caso, Cámara del Agro de Guatemala y Cámara de Comercio de
Guatemala plantean ante esta Corte acción de inconstitucionalidad parcial, objetando del
Decreto 4-2012 del Congreso de la República, Disposiciones para el Fortalecimiento del
Sistema Tributario y el Combate a la Defraudación y al Contrabando, el artículo 7
mediante el cual se adicionó el artículo 14 “A” al Decreto 27-92 del Congreso de la
República de Guatemala, Ley del Impuesto al Valor Agregado, concretamente en su
párrafo segundo que prescribe: “(…) En el caso que un contribuyente, en un plazo de 3
meses, reporte en su facturación precios de ventas promedios menores al costo de
adquisición o producción de bienes, la Administración Tributaria podrá determinar la base
de cálculo del débito fiscal, tomando en consideración el precio de venta del mismo
producto en otras operaciones del mismo contribuyente u otros contribuyentes dentro del
mismo plazo, salvo que el contribuyente justifique y demuestre las razones por las cuales
se produjo esa situación y presente información bancaria y financiera que acredite sus
ingresos reales. (…)”; y el artículo 38, mediante el cual se adicionó el artículo 57 “A” al
Decreto número 6-91 del Congreso de la República de Guatemala, Código Tributario;
argumentando que las normas impugnadas transgreden las disposiciones contenidas en
los artículos 2, 28 párrafo tercero y, 243 párrafo primero, de la Constitución Política de la
República de Guatemala, en virtud que la primera de ellas, a su juicio, transgrede los
principios de seguridad jurídica y capacidad de pago, pues no se establecen parámetros
objetivos para la determinación de la base del cálculo del débito fiscal, quedando sujeta al
arbitrio, discreción y decisión de la administración tributaria, quien puede tomar el precio
de venta del producto en otras operaciones del mismo contribuyente o de otros
contribuyentes, no la misma operación que generó el reporte, ocasionando incertidumbre
y oscuridad normativa, además de que se distorsiona su realidad económica, porque el
impuesto no se aplica sobre una ganancia real obtenida por este. En cuanto al segundo
artículo objetado, arguyó que se contraviene la prohibición solve et repete porque
constituye un mecanismo de exigencia de cumplimiento de los deberes formales y pago
de adeudos tributarios líquidos y exigibles al contribuyente, afectando la realización de las
actividades u operaciones comerciales de este.
-III-
Previo a efectuar el análisis de constitucionalidad requerido, es preciso acotar que,
si bien es cierto, las accionantes identificaron como norma impugnada el segundo párrafo
del artículo 7 del Decreto 4-2012 del Congreso de la República de Guatemala,
Disposiciones para el Fortalecimiento del Sistema Tributario y el Combate a la
Defraudación y al Contrabando, también lo es que del contenido del escrito inicial queda
claro que lo que aquéllas cuestionan es el segundo párrafo del artículo 14 “A” de la Ley
del Impuesto al Valor Agregado, adicionado por el mencionado artículo 7, en virtud que
ese apartado fue citado textualmente como el objeto de impugnación, por lo que se
considera viable hacer el estudio sobre su constitucionalidad.
En ese segmento normativo se regulan varios supuestos para la determinación de
la base del débito fiscal, por parte de la administración tributaria, en la forma siguiente:
a) tomando en consideración el precio de venta del mismo producto en otras operaciones
del mismo contribuyente dentro del mismo plazo; b) tomando en consideración el precio
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de venta del mismo producto en operaciones de otros contribuyentes dentro del mismo
plazo; c) que en cualquiera de esos supuestos, hace la salvedad que el contribuyente
podrá justificar y demostrar las razones por las cuales se produjo esa situación, debiendo
presentar la información bancaria y financiera que acredite sus ingresos reales; d) esos
supuestos aplican en el caso de que un contribuyente, en un plazo de tres meses, reporte
en su facturación precios de ventas promedios menores al costo de adquisición o
producción de bienes.
Respecto al párrafo objetado, las accionantes consideran que se violan los principios de
seguridad jurídica y capacidad de pago.
Con relación al primero de los motivos de impugnación - transgresión al principio
de seguridad jurídica-, es preciso referir que en la Constitución Política de la República de
Guatemala se incluyen principios o valores de especial preponderancia, que se encuentran
expresados normativamente como verdaderos deberes impuestos a la actuación del
Estado. A partir de ahí, el derecho positivo regulará las diferentes instituciones o materias
contenidas en la Ley Suprema, las cuales deberán ser coherentes con esos valores o
principios.
Para el caso del Estado de Guatemala, varios de esos principios o valores se
encuentran contenidos en el artículo 2º, el cual prescribe que: “Es deber del Estado
garantizarle a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la seguridad, la
paz y el desarrollo integral de la persona”. En cuanto al principio de seguridad, este
abarca también la seguridad en materia jurídica, la cual consiste en la confianza que debe
tener el ciudadano hacia el ordenamiento jurídico, incluido el de carácter tributario,
dentro de un Estado de Derecho; es decir, que el conjunto de leyes, coherentes e
inteligibles, garanticen seguridad y estabilidad, tanto en su redacción como en su
interpretación. Este principio debe integrarse al ordenamiento jurídico tributario para que
sea previsible y calculable, a fin de que las obligaciones tributarias sean observadas por
los ciudadanos; ello permite que estos conozcan con precisión sus derechos y deberes, así
como los efectos jurídicos de sus actos.
Por otro lado, la seguridad jurídica también se manifiesta en la aplicación de los
tributos, pues las proposiciones normativas hipotéticas deben destinarse a cada concreta
situación, con estricto apego a lo previsto en ellas, tanto por la administración tributaria
como por los órganos jurisdiccionales, a fin de evitar la introducción de criterios subjetivos
y por ende, la arbitrariedad. Así, dentro de ese proceso, ambos elementos, el fáctico y el
jurídico, interactúan, condicionando su mutua armonía, proceso que será seguro en la
medida en que lo sea la norma que se emplea. De igual forma, las actuaciones de los
aplicadores del derecho, en especial de la administración tributaria, será segura si se
desarrollan siguiendo un procedimiento preestablecido en un plazo razonable. Ello es así
porque esta entidad fiscalizadora está vinculada en su actuación a los principios y
garantías reconocidos por la Constitución Política de la República de Guatemala y la ley,
especialmente, al principio de legalidad, que es un mandato de sujeción al Derecho,
porque esta es la única forma de garantizar la certidumbre al particular. Es decir, la
seguridad jurídica se manifiesta en la existencia de un poder reglado en la administración,
especialmente, conforme los artículos 19 y 69 del Código Tributario, dirigido a los actos
de aplicación de los tributos y de imposición de sanciones; bajo esta perspectiva,
constituye un límite a la libre apreciación de los hechos por la administración tributaria.
Por ende, el control de las normas que le atribuyen potestades discrecionales
debe llevarse a cabo a través de su contraste con el principio de legalidad vinculado al de
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estudio, las accionantes consideran que transgrede el artículo 243 constitucional que
regula el principio de capacidad de pago, en virtud que, a su juicio, el impuesto debe
aplicarse sobre una ganancia real obtenida por el contribuyente y no sobre parámetros de
ganancia de otros contribuyentes, lo que transgrede el principio económico de
competitividad entre los oferentes.
Esta Corte estima que tales argumentos no demuestran transgresión al último
principio constitucional aludido, toda vez que la norma impugnada se refiere a la
determinación de la base del cálculo del débito fiscal del impuesto al valor agregado; este
se caracteriza por ser indirecto, real, objetivo e instantáneo, creado para gravar, entre
otras actividades, la enajenación de bienes y la prestación de servicios, es decir, el gasto
o el consumo. Al disponer de un método impositivo indirecto, la ley concede al sujeto
pasivo la facultad de obtener de otra persona, ajena a la esfera de los obligados en la
relación jurídica tributaria, el reintegro del impuesto que aquél satisfizo; por lo tanto, esta
exacción fiscal es soportada en definitiva por el comprador o consumidor, aunque sea
pagada al fisco por el vendedor quien los ha cargado en los precios. En ese sentido, para
los efectos de la determinación de la obligación tributaria, conforme el artículo 19 de la
Ley del Impuesto al Valor Agregado, “La suma neta que el contribuyente debe enterar al
fisco en cada período impositivo, es la diferencia entre el total de débitos y el total de
créditos fiscales generados”, lo cual significa que el impuesto pagado se ha compensado
con el que se ha cobrado; ello redunda en que el sujeto pasivo de la relación tributaria no
sufre perjuicio alguno en su patrimonio por no ser él quien en realidad soporta la
imposición.
En materia tributaria los efectos impositivos se originan por voluntad de la ley
(ordinaria) que crea el tributo, por lo que, realizado el supuesto de hecho determinado en
la norma respectiva (la que crea la obligación), esta se interesará solamente en aquel
contenido puramente económico que demuestre una capacidad contributiva. En el caso
de los impuestos indirectos, la adquisición o el consumo de bienes o servicios
indirectamente pone de relieve o exterioriza la existencia de una capacidad económica
apta para soportar cargas tributarias, pues constituyen indicios que permiten presumir la
capacidad de pago, excluyéndose la posibilidad de gravar una riqueza ficticia, como lo
afirman las accionantes.
En adición a ello, esta Corte considera necesario indicar que las obligaciones
tributarias están integradas por varios elementos que, en su conjunto, tienden a
demostrar esa capacidad de contribuir, dentro de los que se encuentra la base imponible,
la cual se puede definir como el elemento que orienta la fijación normativa a efectos de
procurar la igualdad en razón del grado de capacidad contributiva de cada presupuesto
objetivo o hecho generador.
Aquél elemento -la base imponible- está inmerso en la norma impugnada, al
establecer que “…la administración Tributaria podrá determinar la base de cálculo del
débito fiscal, tomando en consideración el precio de venta del mismo producto en otras
operaciones del mismo contribuyente u otros contribuyentes…”, regulación que, según las
accionantes, faculta a la mencionada entidad fiscalizadora a distorsionar la realidad
económica del destinatario legal del tributo. Al respecto, sin perjuicio del contenido
impreciso y amplio de la norma transcrita, conforme lo expuesto al analizar la
transgresión al principio de seguridad jurídica de esta misma disposición, es pertinente
mencionar que la capacidad contributiva no se reduce a la mera apreciación económica
del sujeto pasivo, sino que a veces también se involucran fines extrafiscales, como el
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tributarios líquidos y exigibles...”; ello permite a esta Corte determinar que la prohibición
constitucional mencionada no se contraviene, debido a que no se exige el pago del
impuesto previo a impugnar, pues la norma cuestionada no limita los derechos de
defensa o impugnación que resulten de la formulación de ajustes -a donde se dirige la
prohibición constitucional-, porque como se dijo, la ley prevé el procedimiento para el
efecto, sino a adeudos tributarios líquidos y exigibles. Estos son aquellos en los se ha
emitido un pronunciamiento que ya ha causado estado, sea porque se agotó el proceso
administrativo y judicial correspondiente, o por haber sido aceptados tácita o
expresamente por el contribuyente. Tampoco se contraviene tal disposición al hacer
constar que a la fecha de expedición de la solvencia fiscal, un contribuyente se encuentra
“al día” en el cumplimiento de sus deberes formales, pues como fue analizado, estos no
se refieren al cobro de la deuda tributaria.
Por los motivos expuestos se concluye que la norma objetada no contraviene la
prohibición solve et repete contenida en el artículo 28 Constitucional, y que los
argumentos vertidos por las accionantes no son suficientes para demostrar que aquélla
disposición afecte la realización de las actividades u operaciones de los contribuyentes. Lo
anterior, sin perjuicio de lo dispuesto en sentencia de veintinueve de agosto de dos mil
trece, dictada por esta Corte en el expediente cinco mil noventa y cuatro – dos mil doce
(5094-2012).
-V-
Por lo anteriormente considerado, es procedente declarar con lugar la presente
acción de inconstitucionalidad general parcial, únicamente en cuanto al segundo párrafo
del artículo 14 “A” de la Ley del Impuesto al Valor Agregado, Decreto número 27-92 del
Congreso de la República, adicionado por el artículo 7 del Decreto 4-2012 del Congreso
de la República, por lo que así debe declararse, además de los efectos que ello conlleva; y
desestimarla por improcedente en cuanto al artículo 38 del Decreto 4-2012 del Congreso
de la República, sin perjuicio de lo resuelto por esta Corte en sentencia de veintinueve de
agosto de dos mil trece, dictada en el expediente cinco mil noventa y cuatro – dos mil
doce (5094-2012). Por la forma como se resuelve, no procede imponer multa a los
abogados patrocinantes de la presente acción ni tampoco condenar en costas.
LEYES APLICABLES
Artículos citados, 267, 268 y 272, literal a), de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 1°, 3°, 114, 115, 133, 140, 141, 143, 163, literal a), 186 de la
Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad; 39 del Acuerdo 1-2013 de la
Corte de Constitucionalidad.
POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad con fundamento en lo considerado y leyes citadas
resuelve: I) Con lugar parcialmente el planteamiento de inconstitucionalidad general
parcial promovida por Cámara del Agro de Guatemala, por medio del Presidente de su
Junta Directiva y Representante Legal, José Santiago Molina Morán y, Cámara de
Comercio de Guatemala, por medio del Presidente de su Junta Directiva y Representante
Legal Jorge Eduardo Briz Abularach, contra el apartado “(…) En el caso que un
contribuyente, en un plazo de 3 meses, reporte en su facturación precios de ventas
promedios menores al costo de adquisición o producción de bienes, la Administración
Tributaria podrá determinar la base de cálculo del débito fiscal, tomando en consideración
el precio de venta del mismo producto en otras operaciones del mismo contribuyente u
otros contribuyentes dentro del mismo plazo, salvo que el contribuyente justifique y
Expediente 290-2013 16
demuestre las razones por las cuales se produjo esa situación y presente información
bancaria y financiera que acredite sus ingresos reales. (…)”, contenido en el párrafo
segundo del artículo 14 “A” al Decreto 27-92 del Congreso de la República de Guatemala,
Ley del Impuesto al Valor Agregado, adicionado por el artículo 7 del Decreto 4-2012 del
Congreso de la República de Guatemala, Disposiciones para el Fortalecimiento del Sistema
Tributario y el Combate a la Defraudación y al Contrabando, el cual se declara
inconstitucional. II) Como consecuencia, el segmento del precepto aludido en el
numeral anterior, dejará de surtir efectos a partir del día siguiente de la publicación en el
Diario Oficial del presente fallo, con excepción de la frase “u otros contribuyentes”, cuyo
efecto derogatorio se retrotrae al día de la publicación del auto que decretó su suspensión
provisional, según lo estipulado en los artículos 138 y 141 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad. III) Sin lugar la inconstitucionalidad general
parcial promovida por Cámara del Agro de Guatemala, por medio del Presidente de su
Junta Directiva y Representante Legal, José Santiago Molina Morán y, Cámara de
Comercio de Guatemala, por medio del Presidente de su Junta Directiva y Representante
Legal, Jorge Eduardo Briz Abularach, objetando el artículo 38 del Decreto 4-2012 del
Congreso de la República de Guatemala, Disposiciones para el Fortalecimiento del Sistema
Tributario y el Combate a la Defraudación y al Contrabando, mediante el cual se adicionó
el artículo 57”A” al Decreto número 6-91 del Congreso de la República, Código Tributario.
IV) Se revoca la suspensión provisional del artículo indicado en el numeral precedente,
decidida en auto de once de abril de dos mil trece y, como consecuencia, recobra su
plena vigencia con todos sus efectos jurídicos, a partir del día siguiente de la publicación
de esta sentencia, sin perjuicio de lo dispuesto por esta Corte en fallo de veintinueve de
agosto de dos mil trece, dictado en el expediente cinco mil noventa y cuatro guión dos mil
doce (5094-2012). V) No hay condena en costas, ni multa a los abogados patrocinantes,
por las razones señaladas en el apartado considerativo. VI) Notifíquese y publíquese esta
sentencia en el Diario de Centro América dentro del término legal.