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Facultad de Psicología
Tesis de grado
Delfina Agradi
LU 389162530
Tutora: Lic. Graciela Tustanoski
DNI 18475468
Diciembre 2018
1
Índice 1
Introducción 2
Planteo de la pregunta e hipótesis 2
Objetivos 4
Estado del arte 5
Acerca de la interpretación: perspectiva Freudiana 5
Acerca de la interpretación: de desciframiento en Lacan 6
Ultima enseñanza de Lacan 7
Lengua y lenguaje desde Saussure 7
Marco teórico 9
Elaboraciones de Roland Barthes 9
Última enseñanza de Lacan: Cuerpo y goce 10
Goce de la palabra 11
Lalengua y lenguaje 11
Encuentro de lalengua con el cuerpo: acontecimiento de cuerpo 12
Interpretación enmarcada en la posición del analista 13
La interpretación en la última enseñanza 14
Doble efecto de la interpretación: sentido y agujero 15
Metodología 18
Método 18
Desarrollo 20
Hacer trampas ¿a la lengua o al lenguaje? 20
Caso de Michel Leiris: ‘Lizmente’ 22
“Hacer trampas” no es descifrar 23
Interpretación propiamente Lacaniana: efecto de agujero 24
Conclusiones 26
Referencias bibliográficas 28
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Introducción
El presente trabajo se encuentra enmarcado en la finalización de la carrera de
grado de Licenciatura en Psicología de la Universidad de Buenos Aires, con el fin de
presentar una tesina que de cuenta del recorrido académico realizado.
Se intentará realizar un abordaje, que de ninguna manera pretende ser
exhaustivo, de la noción psicoanalítica de interpretación presente en la última
enseñanza de Jacques Lacan, principalmente a partir de la lectura y las
conceptualizaciones propuestas por Jacques-Alain Miller.
El interés del tema elegido surge a partir de la experiencia de haber cursado la
materia: Psicoanálisis Orientación Lacaniana: clínica y escritura. La cual acerca a
los estudiantes a pensar los paradigmas del goce, propuestos por Jacques-Alain
Miller, para dar cuenta de la enseñanza de Lacan.
Interrogar y estudiar dicha noción en los distintos momentos de la enseñanza
Lacaniana posibilita reflexionar acerca de sus implicancias en la clínica.
Particularmente el presente trabajo tomará como eje el sexto paradigma del goce
(Miller, 2004, p.257), el goce-Uno. Tomar dicha noción de goce y no otra, tiene
consecuencias directas en la práctica analítica. Particularmente en el modo de
pensar la interpretación, lo cual concierne al objetivo del presente trabajo.
En primer lugar se tomarán algunas de las conceptualizaciones desarrolladas
por Roland Barthes en su texto “Lección Inaugural” (1977). Allí propone que el poder
se inscribe en el lenguaje, y que la lengua es la ejecución del mismo, es un código.
De esta manera, la lengua por su estructura misma implica una relación de
alienación (p.95), obliga a decir. La única manera de poder escuchar a la lengua
fuera del poder, señala Barthes, es a través de “hacer trampas a la lengua”(p.97).
Específicamente se recortará la noción: “hacerle trampas a la lengua” con el fin
de ser estudiada e interrogada a la luz de la siguiente conceptualización de Miller
(2002) acerca de la interpretación:
La cuestión es saber (...) a qué está adherida, clavada, la interpretación, que no
está constituida por contenidos, por enunciados, sino que es un modo de decir
caracterizado por su gratuidad, por su esencia lúdica, y qué supone reconducir el
lenguaje -que es una regulación- a los juegos posibles en la lengua. (p.24)
Para poder perseguir este objetivo, se tomarán las elaboraciones de Jacques
Lacan, en el Seminario Aún (1972-73), acerca de la diferencia que introduce entre el
lenguaje y lo que él llama “lalengua”.
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Objetivos
Marco teórico
Para el abordaje de la pregunta formulada, hilo conductor del presente trabajo, se
puntualizarán, en primer lugar, las elaboraciones de Roland Barthes acerca de la
lengua y el lenguaje.
Luego, como base y principal referencia se tomarán las elaboraciones realizadas
por Jacques Lacan a la altura del Seminario XX, junto con lo desarrollado por
Jacques Alain Miller en relación a la noción de interpretación propia de la última
enseñanza de Lacan.
Cuerpo y goce
El título del Seminario XX (1972-73): “Aun”, en francés: “Encore” resuena
homofonicamente a “En corps”, “en cuerpo”. Cuerpo y goce, son dos nociones que
tomaran un lugar preponderante en las elaboraciones de esta época.
“Hay goce” (p. 269) y el lugar de este es el cuerpo. “Un cuerpo es algo que se
goza” (Lacan, 1972-73, p.32), es decir, se trata del cuerpo vivo como condición de
goce, y el gozar como propiedad de esa sustancia.
Miller señala que, en el Seminario XX, Lacan “prueba que el goce es
fundamentalmente Uno, esto es, prescinde del Otro” (Miller, 1999, p.272). Por tanto
se hace visible la disyunción entre goce y el Otro, entre goce y significante. “El
significante se convierte causa del goce” (Lacan, 1972-73, p.33).
La proposición: “No hay relación sexual” (p.46) es una manera de decir: Hay
goce, goce del Uno, goce sin el Otro. “En este sentido, Lacan demuestra que todo
goce efectivo, todo goce material es goce-Uno, goce del propio cuerpo; es siempre
el propio cuerpo que goza” (Miller, 1998-99, p.272), esto es, el goce-Uno se dirige a
uno mismo.
Desde este enfoque, goce del cuerpo vivo, quedan delimitadas cuatro figuras del
goce-Uno: el goce del cuerpo propio, el goce fálico, el goce de la palabra, y la
sublimación.
11
Goce de la palabra
Como se mencionó anteriormente, debido a la disyunción entre goce y el Otro
que destaca Lacan en su última enseñanza, el hecho de hablar no indica que ese
cuerpo está ligado al Otro, solo está unido a su propio goce.
Miller señala que “…el lugar del goce es siempre el mismo, y el cuerpo puede
gozar masturbándose o simplemente hablando” (p.273) y hace visible el viraje que
sufre la manera de concebir la palabra en este punto de la enseñanza Lacaniana.
Si antes se la pensaba como palabra dirigida al Otro, ahora nos encontramos con
una vertiente de la palabra que apunta a su desconexión (Sotelo, 2018, p.370).
La palabra se aleja de la función de comunicación, y pasa a ser esencialmente
goce. En esta línea, Miller (1999) destaca que:
...uno se da cuenta por el psicoanálisis, y tanto más cuanto que se acortan las
sesiones. No es la elaboración completa de la significación y la solución del enigma
lo que hace volver, sino que se toma la palabra como un modo de satisfacción
específico del cuerpo hablante. (p.273)
Entonces, en dicha satisfacción específica del cuerpo hablante podemos leer al
goce, del cual Miller precisara qué es “lo que no miente” (2014, p.32). Estás
conceptualizaciones tienen incidencia directa en el modo de conceptualizar la
noción de interpretación y la posición del analista en la dirección de una cura.
Lalengua y lenguaje
En Junio de 1973, en el marco del dictado de sus clases correspondientes al
Seminario Aún, Lacan interroga el concepto mismo de lenguaje y va a introducir una
diferencia entre el lenguaje y lo que él llama “lalengua”. Es destacable mencionar
que si bien el neologismo, “lalengua”, es desarrollado con precisión en el seminario
XX, fue introducido por primera vez por Lacan en 1971 en el marco de una clase
que dictó en Sainte Anne.
El lenguaje y su estructura es pensado como secundario y derivado respecto de
lalengua. Esta es “la palabra antes de su ordenamiento gramatical y lexicográfico,
separada por tanto del lenguaje” (Miller, 1999, p.257).
Allí se localiza un enjambre de S1: “un enjambre significante, un enjambre
zumbante” (Lacan, 1973, p.172), no hay articulación entre S1 y S2, se trata de S1
sueltos. Lalengua no sirve para la comunicación; la escritura de la misma sin
distinción entre el artículo y el sustantivo hace referencia a que lalengua sirve para
12
1
Neologismo por condensación entre parler (“hablar”) y être (“ser”).
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es para cada uno algo recibido y no aprendido. “Es una pasión, se la sufre. Hay un
encuentro entre lalengua y el cuerpo, y de ese encuentro nacen marcas que son
marcas sobre el cuerpo (...) algo ocurrió al cuerpo debido a lalengua” (p.75).
El acontecimiento traumático dejará huellas en la vida subsecuente del parletre,
huellas que son de afecto. Miller (1999) indica con precisión que “el afecto esencial
es el que traza la lengua sobre el cuerpo, y no la seducción, la amenaza de
castración, la pérdida del amor, la observación del coito parental, ni el Edipo, hecho
que Lacan resume de una manera excesiva en la fórmula: el significante es causa
de goce” (p.378).
Miller (2018) en su texto inédito “La palabra que hiere” afirma que la
interpretación freudiana es esencialmente una traducción, el desciframiento de un
mensaje cifrado. La elaboró a propósito del sueño para luego hacerla extensiva a
todas las formaciones del inconsciente. Así mismo, Miller señala que Freud detiene
su interpretación una vez que encuentra el sentido sexual de ese mensaje cifrado
inconsciente.
Por otra parte, en el mismo texto, Miller (2018) conceptualiza lo que, en su
opinión, implica hablar propiamente de interpretación lacaniana:
Miller (2004-5) comenta que Lacan en las conferencias que dio en los Estados
Unidos, el mismo año de su seminario El sinthome, plantea que “la interpretación no
debe ser ni teórica, ni sugestiva, ni imperativa, y que no está hecha para ser
comprendida, sino para hacer olas, en el fondo quiere decir que no debe ser
alimenticia, que no debe alimentar el síntoma” (p. 22)
En este sentido, agrega que en un psicoanálisis nos aliviamos. El alivio tiene
lugar en la medida que se aprende a leer el acontecimiento de cuerpo. Pero es lícito
reconocer que siempre se tropieza con lo ilegible. No sé trata de salir de, sino de
arreglárselas con, es decir, no queda más que hacer del síntoma una obra (Miller,
2004-05).
es para Lacan no solo producir equivoco con el sentido, es decir, según el modo de
la antigua interpretación, sino ‘eliminar un sentido’, que hay que entender cómo:
eliminar uno de dos sentidos” (p.177).
Miller (2007) señala que Lacan piensa a la interpretación como un forzamiento,
por el cual un psicoanalista puede hacer sonar otra cosa que el sentido. El sentido,
es lo que resuena con la ayuda del significante, pero no llega muy lejos, es algo más
bien blando. Hacer sonar otra cosa que el sentido, otra cosa que la resonancia, es,
justamente, agregar el vacío. De lo que se trata es de otra resonancia, de la
resonancia del efecto de agujero. “La interpretación es, propiamente, el forzamiento
por el cual, desde un sentido siempre común, puede resonar una significación que
sólo es vacío, vacío únicamente a condición de que nos dediquemos a ella” (p.180).
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Metodología
Método
El presente trabajo se llevará a cabo bajo la forma de una metodología cualitativa
del tipo revisión bibliográfica con articulación de conceptos. Que tiene por finalidad
dar cuenta del recorrido académico realizado a lo largo de la carrera de Licenciatura
en Psicología.
La investigación es un conjunto de procesos sistemáticos, críticos y empíricos
que se aplican al estudio de un fenómeno (Hernández Sampieri, Fernández Collado,
& Baptista Lucio, 2010). Siguiendo a estos autores, el enfoque cualitativo se guía
por áreas o temas significativos de investigación. Se pueden desarrollar preguntas e
hipótesis antes, durante o después de la recolección y el análisis de los datos. La
acción indagatoria se mueve en ambos sentidos: de los hechos a la interpretación y
viceversa, y resulta un proceso más bien “circular”.
La investigación cualitativa se ocupa de un nivel de realidad que no puede ser
cuantificado. Trabaja con el universo de significados, motivos, aspiraciones,
creencias, valores y actitudes, lo que corresponde a un espacio más profundo de las
relaciones, de los procesos y de los fenómenos que no pueden ser reducidos a una
operacionalización de variables (De Souza Minayo, 2004). La metodología de
investigación cualitativa entonces, implica una fase exploratoria de la investigación,
un primer tiempo de interrogación sobre el objeto, presupuestos y teorías
pertinentes y cuestiones operacionales y metodológicas. Luego le sigue el trabajo
de campo, recorte empírico de la construcción teórica elaborada hasta el momento,
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para luego proceder al tratamiento del material recogido en el campo (lo cual
involucra la ordenación, clasificación y análisis propiamente dicho) (De Souza
Minayo, 2004).
En esta línea, la presente tesis se enmarcará en el área clínica, que orientará la
elección de autores acorde al objeto de estudio, y que permitan describir y explorar
los objetivos planteados
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Desarrollo
La poesía erige ritmos y resonancias que (...)
penetran más allá del intelecto, llegando a las
profundidades viscerales del cuerpo y sus
secretos ámbitos físicos. Nos lanza algún que
otro fragmento de sentido, pero sólo para
mantenernos distraídos mientras realiza su labor
sobre nosotros de maneras más sigilosas e
indirectas. (Terry Eagleton, 2007, p.114)
Resulta posible ubicar que la desgracia sufrida por Michel Leiris es consecuencia
del sentido que fijó la operación de elaboración del lenguaje sobre lalengua.
‘Lizmente’ es un S1 suelto, ilustra a lalengua y cómo el azar y la contingencia
quedan del lado de esta misma. Hay un sin-sentido: un real, que se diferencia del
carácter ficcional producido a posteriori y a cuenta del lenguaje.
Rápidamente sobre este S1, aparece un Otro (su madre) que sanciona que no sé
dice de ese modo, se dice: ‘felizmente’. Allí se ve cómo el lenguaje, en un tiempo
secundario, actuò elaborando un saber respecto de ese S1 suelto, que no tenía
como fin la comunicación, y de esa manera lo encerró en un destino desgraciado: el
de la infelicidad.
También es posible leer que en la construcción de esa literatura caracterizada
por un purismo extremo, se halla un trabajo decidido por parte del sujeto de
23
síntoma” (Miller, 2004, p.32) con más sentido. No sé caracteriza por ser un decir que
se explica, o se reitera. En todo caso, consiste en abrir un espacio entre lalengua y
el lenguaje para poder cernir lo real, lo singular de los juegos posibles en lalengua.
Es posible ubicar que ya no se parte de la idea de “eso quiere decir” sino de que
“eso goza”. Hay goce y el lugar de este es el cuerpo. Entonces, la interpretación es
formulada como un decir que apunta al cuerpo hablante (Sotelo, 2018), a leer el
acontecimiento de cuerpo. Desarticular el sentido que elucubro el lenguaje abre la
posibilidad de, en un análisis, apuntar a tocar algo del goce de lalengua. Alcanzar la
opacidad de goce, lo imposible de decir.
Orientarse hacía la perspectiva del “goce que no miente”, como lo señaló Lacan,
supone una interpretación que no es desciframiento, elucubración de saber, sino
que apunta a cernir algo de lo real, por una vía que no es la del sentido, sino más
bien la de su vaciamiento. Desde esta perspectiva, la intervención del analista
produce efectos de resonancia en el cuerpo por sobre el sentido, efectos evocativos
(Sotelo, 2018).
.
Interpretación propiamente lacaniana: efecto de agujero.
Siguiendo a Miller (2006-7) es posible ubicar en las elaboraciones de Lacan
(1974-5) ubicadas en su Seminario XXIV, una aspiración a encontrar un significante
nuevo que dé cuenta de otro modo de interpretación. Este significante nuevo
encontraría su especificidad en no tener ningún sentido” (p.167).
Miller (2007-8) señala que la interpretación posee un doble efecto: de sentido y
de agujero. Desde esta perspectiva, este nuevo modo de interpretación queda del
lado del efecto de agujero. En un análisis se conjugan ambas vertientes, un modo
de interpretación no elimina al otro. Es necesario, en la experiencia analitica,
dispensarse de descifrar los mensajes cifrados, pero también es pertinente situar lo
imposible de decir, hacer resonar el agujero.
“Hacer trampas al lenguaje” alude al agujero en el sentido. Implica hacer resonar
un vacío de significación. A diferencia de la interpretación freudiana, está se dirige
más alla del sentido sexual, apunta más allá, hacía la inexistencia de la relación
sexual. En otras palabras, indica la no relación sexual.
En la poesía es donde Lacan encuentra las coordenadas para introducir esta
modalidad interpretativa. Al igual que la maniobra del poeta, es dable pensar que al
25
Conclusiones
A partir de lo abordado y desarrollado en el presente escrito, se pueden esbozar
algunas respuestas a los interrogantes iniciales.
El desarrollo de esta tesis buscó responder la pregunta acerca de si es posible
pensar a la interpretación como un modo de “hacerle trampas” al lenguaje. Con este
objetivo se recorrió la relación posible entre la expresión “hacer trampas a la lengua”
(Barthes, 1977) y la interpretación lacaniana, tal como la concibe Miller (2003-04) en
“un esfuerzo de poesía”.
Con la introducción del Seminario XX en el año 1972, es posible ubicar en la
enseñanza de Lacan un cambio de dimensión. Ciertas elaboraciones conceptuales
nodales en su obra sufren modificaciones, en tanto Lacan inventa y reinventa el
psicoanálisis. El hecho de interrogar, en ese mismo seminario, el concepto mismo
de lenguaje, y diferenciarlo de lo que él llamara “lalengua”, implica que se produzca
un viraje en la manera de concebir la interpretación.
Barthes ubica qué el lenguaje es el objeto privilegiado donde se inscribe el poder.
No diferencia sustancialmente al lenguaje de la lengua, es decir, concibe que la
lengua es un código mediante el cual el lenguaje encuentra expresión. Por esta
razón es que señala que para alcanzar cierta libertad y escuchar a la lengua fuera
del poder, se deberá hacer trampas a la lengua misma. Justamente porque ella es la
ejecución de todo lenguaje.
En cambio, desde la perspectiva Lacaniana podemos ubicar qué las trampas
estarán dirigidas al lenguaje, ya que este es un dato secundario con respecto a
lalengua. Y más aún, implica una operación de elucubración, de elaboración
respecto de los S1 sueltos en lalengua. El lenguaje opera produciendo un saber
respecto de lalengua, por lo tanto las trampas estarán direccionadas a desbaratar
ese saber, desconsistir el sentido fijado.
La interpretación que puede ser concebida como un modo de hacer trampas al
lenguaje, no es la interpretación de desciframiento, la cual fue primeramente
elaborada por Freud (1900) y luego re conceptualizada por Lacan (1958).
La interpretación propiamente lacaniana implica producir un efecto de
vaciamiento de sentido. No sé dirige a traducir, a generar un nuevo sentido respecto
del discurso del paciente. No sé caracteriza por ser explicativa, ni extensa. En todo
caso, consiste en un efecto de agujero, agujero en el sentido.
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Referencias bibliográficas