HORA SANTA DE LA OCTAVA DE PASCUA REGINA COELI

V. Adorado sea el Santísimo Sacramento

V. Alégrate, Reina del cielo; aleluya.
R. Por siempre se Bendito y adorado
R. Porque el que mereciste llevar en tu seno; aleluya.
V. Ave María Purísima
V. Ha resucitado, según predijo; aleluya.
R. Sin pecado concebida
R. Ruega por nosotros a Dios; aleluya.
V. Dios mío ven en mi auxilio
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Señor date prisa en socorrerme
R. Porque ha resucitado Dios verdaderamente; aleluya.
V. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
Oración
R. Como era en el principio ahora y siempre por los siglos de los siglos
Oh Dios que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, te
amen. Aleluya.
has dignado dar la alegría al mundo, concédenos que por su Madre, la
Virgen María, alcancemos el gozo de la vida eterna. Por el mismo
HIMNO
Es la Pascua real, no ya la sombra, Jesucristo Nuestro Señor.
la verdadera Pascua del Señor; R. Amén.
la sangre del pasado es sólo un signo,
la mera imagen de la gran unción.
ANTIFONIA 1. María Magdalena y la otra María fueron a ver al
En verdad, tú, Jesús, nos protegiste sepulcro. Aleluya
con tus sangrientas manos paternales;
Salmo 109, 1-5. 7
envolviendo en tus alas nuestras almas,
la verdadera alianza tú sellaste.
Oráculo del Señor a mi Señor:
Y, en tu triunfo, llevaste a nuestra carne «Siéntate a mi derecha
reconciliada con tu Padre eterno; y haré de tus enemigos
y, desde arriba, vienes a llevarnos estrado de tus pies».
a la danza de tu cielo.
Desde Sión extenderá el Señor
Oh gozo universal, Dios se hizo hombre el poder de tu cetro:
para unir a los hombres con su Dios; somete en la batalla a tus enemigos.
se rompen las cadenas del infierno,
y en los labios renace la canción. «Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
Cristo, Rey eterno, pedimos entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
que guardes con tus manos a tu Iglesia antes de la aurora».
que protejas y ayudas a tu pueblo
y que venzas con él a las tinieblas. Amén. El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
(Canto) según el rito de Melquisedec».

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 El Señor a tu derecha, el día de su ira, Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los
quebrantará a los reyes. siglos amen. Aleluya.

En su camino beberá del torrente, ANTIFONIA 2. Vengan y vean el lugar donde habían puesto al Señor.
por eso levantará la cabeza. Aleluya.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

ANTIFONIA 3. Dijo Jesús: ‘’No teman. Vayan a decir a mis hermanos
Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos
que vayan a Galilea, que allí me verán’’. Aleluya.
de los siglos amen. Aleluya.

Cántico Cfr
ANTIFONIA 1. María Magdalena y la otra María fueron a ver al
Apoc 19, 1-2. 5-7
sepulcro. Aleluya
Aleluya.
La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios.
ANTIFONIA 2. Vengan y vean el lugar donde habían puesto al Señor. (R. Aleluya).
Aleluya. Porque sus juicios son verdaderos y justos.
R. Aleluya, (aleluya).
Cuando Israel salió de Egipto,
los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente, Aleluya.
Judá fue su santuario,
Alaben al Señor, sus siervos todos.
Israel fue su dominio.
(R. Aleluya).
Los que lo temen, pequeños y grandes.
El mar, al verlos, huyó,
el Jordán se echó atrás; R. Aleluya, (aleluya).
los montes saltaron como carneros,
las colinas, como corderos. Aleluya.
Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo.
¿Qué te pasa, mar, que huyes, (R. Aleluya).
y a ti, Jordán, que te echas atrás? Alegrémonos y gocemos y démosle gracias.
¿Y a vosotros, montes, que saltan como carneros, R. Aleluya, (aleluya).
colinas, que saltan como corderos?
Aleluya.
En presencia del Señor se estremece la tierra, Llegó la boda del Cordero.
en presencia del Dios de Jacob; (R. Aleluya).
que transforma las peñas en estanques, Su esposa se ha embellecido.
el pedernal en manantiales de agua. R. Aleluya, (aleluya).
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
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 PRIMERA LECTURA
De la primera carta del apóstol san Pablo a los corintios.
Hermanos: Cuando se reúnen en común, ya no es para comer
la cena del Señor porque cada uno se adelanta a comer su
propia cena, y mientras uno pasa hambre, el otro se embriaga.
¿Acaso no tienen su propia casa para comer y beber? ¿O es que
deprecian a la asamblea de Dios y quieren avergonzar a los que
son pobres? ¿Qué quieren que les diga? ¿Qué los alabe? En esto
no los alabo.
Porque yo recibí del Señor lo mismo que les he
transmitido: que el Señor Jesús, la noche en que iba a ser
entregado, tomó pan en sus manos, y pronunciado la acción de
gracias, lo partió y dijo: ‘’Esto es mi cuerpo, que se entrega por
ustedes. Hagan esto en memoria mía’’.
Lo mismo hizo con el cáliz después de cenar, diciendo:
’’Este cáliz es la nueva alianza que se sella con mi sangre. Hagan
esto en memoria mía siempre que beban de él’’.
Por eso, cada vez que ustedes comen de este pan y
beben de este cáliz, proclaman la muerte del Señor, hasta que
vuelva.
Por eso, quien coma el pan o beba el cáliz del Señor
indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del Señor.
Examínese, pues, cada uno a sí mismo antes de comer el pan y
beber el cáliz, porque quien come y bebe sin descernir el
cuerpo, come y bebe su propio castigo. Por eso hay entre
ustedes muchos enfermos y débiles, y son bastantes los que
mueren por esta razón. Si nos hiciéramos la debida autocrítica,
no seríamos condenados. De cualquier manera, el Señor nos
corrige al castigarnos, para que no seamos condenados junto
con el mundo.
Palabra de Dios.
(Todos de pies)
RESPONSORIO
V. El Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó
un pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo:
Esto es mi cuerpo que se entrega por ustedes.
5 R. Hagan esto en memoria mía.
V. Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo:
Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre.
R. Hagan esto en memoria mía.
(Todos sentados)
SEGUNDA LECTURA
Del sermón de Santo Tomas de Aquino
El hijo único de Dios, queriendo hacernos participantes de su
divinidad, tomó nuestra naturaleza, a fin de que, hecho hombre,
divinizarse a los hombres. Además, todo cuanto tomó de
nosotros, lo entregó por nuestra reconciliación, ofreció su
Cuerpo como víctima a Dios, su Padre, sobre el altar de la cruz;
derramó su Sangre, ya como el baño sagrado que nos lava para
que fuésemos rescatados de una miserable esclavitud y
purificados de todos nuestros pecados. Pero, a fin de que
guardásemos por siempre jamás en nosotros la memoria de tan
gran beneficio, dejó a los fieles, bajo la apariencia y pan y vino,
su Cuerpo para que fuera nuestro alimento, y su Sangre para
que fuera nuestra bebida. ¡Convierte precioso y admirable!
¡Convierte saludable y lleno de toda suavidad! ¿Qué puede
haber, en efecto, de más precioso que este convite en el cual
se nos ofrece para comer, no la carne de becerros o de machos
cabríos, como antes bajo la Ley, sino Jesucristo, verdadero
Dios?
Ningún sacramento es más saludables que éste; por él
se borran los pecados, se aumentan las virtudes, y el alma se
nutre de la abundancia de todos los dones espirituales. Se
ofrece en la Iglesia y por los vivos y por los nuestros, para que
sirva a todos lo que ha sido establecido para la salud de todos.
Finalmente, nadie es capaz de expresar la suavidad la suavidad
de este Sacramento, en el cual gustamos en su misma fuente
la suavidad espiritual, en el cual celebramos la memoria del
exceso de caridad se imprimiera más profundamente en el
corazón de los fieles, en la Última Cena, cuando después de
celebrar la Pascua con sus discípulos iba a pasar de este mundo
a su Padre, instituyó este Sacramento como el memorial
perpetuo de su pasión, el cumplimiento de las antiguas figuras
y la más maravillosa de sus obras; y lo dejó a los suyos como
singular consuelo en las tristezas de su ausencia.
(Todos de pie) 6
 Tú, para salvar al hombre,
RESPONSORIO tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.
V. El que come mi carne y bebe mi sangre.
R. En mí permanece y yo en él. Tú destruiste la muerte
V. No hay nación, por grande que sea, que tenga tan cercanos
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.
a sí los dioses como nuestro Dios está cerca de nosotros.
R. En mí permanece y yo en él.
Tú vives ahora,
TE DEUM inmortal y glorioso, en el reino del Padre.

Señor, Dios eterno, alegres te cantamos, Tú vendrás algún día,

a ti nuestra alabanza, como juez universal.
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.
Muéstrate, pues, amigo y defensor
Postrados ante ti, los ángeles te adoran de los hombres que salvaste.
y cantan sin cesar:
Y recíbelos por siempre allá en tu reino,
Santo, santo, santo es el Señor, con tus santos elegidos.
Dios del universo:
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.
A ti, Señor, te alaba el coro celestial
de los apóstoles, Sé su pastor,
la multitud de los profetas te enaltece, y guíalos por siempre.
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.
Día tras día te bendecimos
A ti la Iglesia santa, y alabaremos tu nombre por siempre jamás.
por todos los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza: Dígnate, Señor,
guardarnos del pecado en este día.
Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios, Ten piedad de nosotros, Señor,
Santo Espíritu de amor y de consuelo. ten piedad de nosotros.

Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria, Que tu misericordia, Señor,

tú el Hijo y Palabra del Padre, venga sobre nosotros,
tú el Rey de toda la creación. como lo esperamos de ti.
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 A ti, Señor, me acojo,
no quede yo nunca defraudado. Amén.
V. Bendigamos al Padre, y al Hijo con el Espíritu Santo.
R. Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.
V. Bendito eres Señor en lo más alto del Cielo.
R. Y digno de alabanza, y glorioso y ensalzado por todos los siglos.
V. Bendice, alma mía, al Señor.
R. Y nunca olvides sus muchos beneficios.
V. Señor, escucha mi oración.
R. Y llegue a Ti mi clamor.
(Canto apropiado de pascua)
ACCION DE GRACIAS
A ti, sumo y eterno Sacerdote de la nueva alianza, se ofrecen
nuestros votos y se elevan los corazones en acción de gracias.
Desde el seno del Padre, descendiste al de la Virgen Madre; te
haces pobre, y así nos enriqueces-, tu obediencia, de esclavos
libres hace. Tú eres el Ungido, Jesucristo, el Sacerdote único;
tiene su fin en ti la ley antigua, por ti la ley de gracia viene al
mundo. Al derrumbar tu sangre por nosotros, tu amor complace
al Padre; siendo la hostia de tu sacrificio, hijos de Dios y
hermanos tú nos haces. Para alcanzar la salvación eterna, día a
día se ofrece tu sacrificio, mientras junto al Padre, sin cesar por
nosotros intercedes. A ti, Cristo pontífice, la gloria por los siglos
de los siglos; tú que vives y reinas y te ofreces al Padre en el
amor del santo Espíritu. Amén.
- derrama el fuego del Espíritu Santo sobre los que has
querido fueran testigos de tu resurrección en el mundo.
Que el pueblo de Israel te reconozca como el Mesías de
su esperanza
- y la tierra toda se llene del conocimiento de tu gloria.
Consérvanos, Señor, en la comunión de tu Iglesia
- y haz que juntamente con todos nuestros hermanos
obtengamos el premio y el descanso de nuestros
trabajos.
Tú que has vencido a la muerte, nuestro enemigo,
destruye en nosotros el poder del mal, tu enemigo,
- para que vivamos siempre para ti, vencedor inmortal.
Cristo Salvador, tú que te hiciste obediente hasta la
muerte y has sido elevado a la derecha del Padre,
- recibe en tu reino glorioso a nuestros hermanos
difuntos.
Unamos nuestra oración a la de Jesús, nuestro abogado
ante el Padre y digamos como él nos enseñó. Padre
nuestro.
Oración conclusiva
Dios nuestro, que en este día nos abriste las puertas de la
vida por medio de tu Hijo, vencedor de la muerte,
concédenos a todos los que celebramos su gloriosa
resurrección que, por la nueva vida que tu Espíritu nos
comunica, lleguemos también nosotros a resucitar a la luz
de la vida eterna.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.

PRECES

Oremos a Cristo, el Señor, que murió y resucitó por los

hombres, y ahora intercede por nosotros y digámosle:

Cristo Rey victoriosos, escuche nuestra oración.

Cristo, luz y salvación de todos los pueblos,

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