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ANDANDO EN TUS ALTURAS

“Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y
los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en
los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el
Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar”.
Habacuc 3:17-19

Hace poco el Señor trajo a mi mente este pasaje. Hemos estado trabajando, recibiendo
bendiciones del Señor y están pasando cosas hermosas en nuestro ministerio. Creemos que
estamos trabajando bien y el Señor ha hecho cosas en la cuales nosotros no hemos puesto mucho
esfuerzo, solo la determinación de trabajar, apoyar, participar y estar disponibles para lo que Dios
diga.

Pero como es de esperarse, es cuestión de tiempo para que la artimañas del que anda “como”
león rugiente, comience su plan de destrucción. Nota que dije que anda como león, porque ni
siquiera es león, quiere imitar al león de la tribu de Judá. Esta no es la primera vez que lo hace, ya
en repetidas ocasiones este tipo de dardos vienen con motivos de querer desanimar o destruir.

Pero el Señor, sigue trayendo a mi vida con esta palabra:

“Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace
andar”.

Bueno, el Señor insiste tanto que andando por la librería, tome varios libros. Cuando llegue a mi
casa tome el primero de ellos, apenas comencé a leer y la primera meditación reflexiona sobre las
alturas en la que Dios nos quiere llevar.

¿Pero tu dirás cuáles son esas alturas? ¿Cómo alcanzo esas alturas? ¿Que quiere decir con eso?

Normalmente en un lugar alto vas a encontrarte solo y sobre todo un lugar alto es un lugar donde
no muchos van a querer acompañarte. ¿Has estado en esas situaciones donde nadie entiende tu
punto y quieres invitar a los demás para que compartan contigo esas ideas y esas verdades no las
entienden? ¿Has estado en alguna etapa de tu ministerio donde crees que nadie sabe lo que tú ya
comprendiste? ¿Tal vez han mal interpretado tus buenas intenciones?

El profeta Habacuc estaba pasando por situaciones similares, donde el pudo ver la escases, la
injusticia, la maldad. ¡Pero algo un mas allá, el llegó a dudar de la justicia de Dios! El pudo ver los
problemas graves por lo que narra su oración. Tal vez el vio mortandad, destrucción, tal vez
terremotos y tsunamis sucediendo. Pero era tanto la calamidad que le llego hasta sus huesos, tal
vez en forma de enfermedad física, mental o espiritual. Muchos problemas que el entendió y que
también eran un ataque directo a su persona.
Entiendo que después de un periodo, Habacuc pudo comprender toda la situación desde una
perspectiva diferente, desde un panorama muy diferente, desde las alturas de Dios. Entonces
pudo comprender y orar así:

“Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace
andar”.

Me llama la atención que este pasaje dice: “Y en mis alturas me hace andar”.

No dice en las alturas me hace andar, dice en mis alturas. Pero cuando pensamos en alturas la
verdad es que pocos queremos ir a esos lugares altos porque significan riesgos, significan peligro.
Inmediatamente pensamos en caídas, accidentes, en grave peligro así lo relacionamos. Entonces
decimos no puedo arriesgarme. No puedo ir más allá, estoy yendo equivocado.

En lo espiritual es lo mismo. ¿Pero entonces tiene algo bueno andar en las alturas?. Pero antes de
aclararte el punto déjame decirte. No sé si ya te fijaste pero, pero esta oración está en la primera
persona, toda completa. Primeramente porque son tus problemas, son tus circunstancias, son tus
motivos los que te hacen ver las cosas de cierta manera. Por lo tanto eres tú y Dios los que deben
enfrentar estas situaciones juntos. Por eso Habacuc oro: “Mi Fortaleza”, “Mis pies”, “Mis alturas”.

Habacuc tuvo que reconocer que el ya no podía soportar lo que estaba viendo y viviendo. El
panorama era tan gris y obscuro que Habacuc se deprimió por todas estas circunstancias. ¿Yo no
sé si a ti te este pasando lo mismo? No es para menos, el panorama es triste. Crisis económica
cada vez más fuerte, destrucción, tumultos, gobiernos derrocados, amenazas nucleares,
terrorismo, mortandad, hambruna, violencia cada vez peor. Todos deberíamos estar deprimidos
por la situación en el mundo. ¡Todos deberíamos reclamarle a Dios lo que está pasando!. Pero al
final de su reflexión Habacuc hizo esta oración:

“Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace
andar”. Habacuc se dio cuenta de varias cosas:

“JEHOVÁ EL SEÑOR ES MI FORTALEZA”

Si tu le preguntaras a Habacuc después de esta oración: ¿De dónde sacas fuerzas para soportar
esta situación? ¿De dónde sacas la entereza para enfrentarte a este problema? ¿Qué es lo que ves
en el problema? ¿Cómo ves la situación económica y social de estos tiempos? ¿Qué piensa de lo
que sucedió recientemente en la ciudad? ¿Crees que la situación mejore pronto?

Habacuc te respondería: “Jehová el Señor es mi fortaleza”, “Jehová el Señor es mi fortaleza”,


“Jehová el Señor es mi fortaleza” “Jehová el Señor es mi fortaleza”

Y yo te digo:
¿Crees que tu problema, tu enfermedad, la economía y los problemas del país no tienen solución?
¿Crees que tu situación es la peor de todas y no podrás soportar más?

Responde como Habacuc: “Jehová el Señor es mi fortaleza”, “Jehová el Señor es mi fortaleza”,


“Jehová el Señor es mi fortaleza” “Jehová el Señor es mi fortaleza”

Entonces vas a poder entender lo que significa:

“EL HACE MIS PIES COMO DE CIERVAS”

Me llama la atención como pone por ejemplo a la cierva y no al ciervo. La cierva es un tipo de
venadita. Una característica que pude encontrar de la cierva (venada) es su habilidad de liderazgo
basado en su experiencia y respetada por las ciervas mas jóvenes. Pero la característica mas
importante a la que se está refiriendo aquí, es a sus patas. Sus patas llegan a ser tal hábiles que
pueden alcanzar lugares casi imposibles de escalar por humanos y otras amenazas para ella.
Ahora, esto significa para ti que Dios te da una habilidad especial, tal vez te pase por experiencias
que te enseñen a escalar esas alturas. Pero es Dios el que habilita tus pies para escalar esos
lugares. ¡No eres tú!. Es Dios el que te da la habilidad para seguir la voluntad de Dios y como lo he
mencionado en otras ocasiones, tus pies son el símbolo de tu caminar, tu diario vivir. Tus pies son
el símbolo del rumbo que toma tu vida. ¡Son las decisiones que tomas cada día para dirigir tu
vida!. ¿Quien hace tus pies como de ciervas? Dios. Dios te ayuda y te da la habilidad para alcanzar
esas alturas. Así que en las alturas no debes andar en tus habilidades, debes andar en las
habilidades que te dio él.

Esto es, debes dar pasos de fe, debes dar pasos basado(a) en lo que Dios dice de ti en su palabra.
Debes confiar en las habilidades y basado(a) en las experiencias anteriores donde Dios te ha
mostrado que él ha estado contigo y no te ha dejado nunca. No en tu astucia o habilidad. La
próxima vez que visites las alturas y el problema te diga “acá te espero abajo”. Tu dile: “Te
quedaras esperando por que ando en las habilidades que Dios me ha dado, no en las mías”. Cada
vez que el problema te amenace y te diga “la caída duele”. Tu dile: ““El hace mis pies como de
ciervas” ,El es el que me hace andar en estas alturas. ¡No soy yo!

Pero aquí esta lo más importante de este mensaje:

“Y EN MIS ALTURAS ME HACE ANDAR”.

Porque Dios ha diseñado esas alturas solo para ti. Por eso son tus alturas. No te preocupes que
nadie te entiende, Dios te entiende. No te preocupes que estas solo, Dios está contigo. No te
preocupes del problema, sigue subiendo para que lo veas desde el punto de vista de Dios”. No te
preocupes que vas solo, son las alturas que Dios diseño para ti”. No te preocupes que te vas a
caer, tienes la preparación y habilidades que Dios ha puesto en ti para mantenerte”. No te
preocupes que el enemigo te va a atacar, el enemigo no llega a ese lugar, le tiene miedo”. No te
preocupes disfruta las alturas, el paisaje es más hermoso allá arriba”. No te preocupes, sube a esos
lugares celestiales.
Cada vez que venga la duda y la amenaza, la tristeza y desesperanza. la amenaza de muerte y
destrucción,dile:

“El hace mis pies como de cierva, Y en mis alturas me hace andar”.

Es por el que estoy aquí, voy a lugares más altos, mas plenos, de más alta presencia.

“Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y
los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en
los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el
Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar”.
Habacuc 3:17-19

La higuera es tu trabajo, es tu provisión. Los frutos son el resultado que tu esperabas. El producto
del olivo es tu alimento espiritual se amenazado, esto es tu fe se ve amenazada esta debilitada o
parece fallar. Las fuerza se te han ido de tal manera que no te quedan ganas de sembrar para el
bien. Tu riqueza y tus bienes se ven amenazados, eso representan las oveja y vacas. Has perdido
tus bienes. Decide confiar en el Señor que te lleva a lugares más altos y dilo con convicción:

“Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es


mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar”.

No importa lo que pase en mi vida, yo seguiré confiando en Dios. No importa la amenaza en mi


vida, yo seguiré confiando en Dios. Y buscare las alturas que él ha preparado para mí: “MIS
ALTURAS”

Dios te bendiga y te haga andar por esas alturas; nos vemos en las alturas:

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