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1.

Antecedentes históricos de trauma


Las lesiones por causa externa representan un problema creciente de salud
pública, pues constituyen 9% de la mortalidad mundial con más de cinco millones
de muertes cada año. En la región de las Américas, cerca de 300 mil personas
mueren anualmente a causa de lesiones no intencionales o por violencia, lo que
las convierte en la cuarta causa de muerte. En México, en 2001, la Dirección
General de Evaluación del Desempeño de la Secretaría de Salud (DGED)
reportó que 7.4% de los egresos hospitalarios fueron debidos a lesiones. A ello
se le suma el número de muertes, de las cuales aproximadamente 39% se debe
a accidentes de tránsito. (PATEL 2016)

Hipócrates describió una serie de lesiones en la cara, ya en el año 400 a.C. Las
lesiones en las regiones faciales son clínicamente muy significativas, ya que ella
proporciona protección anterior al cráneo y juegan un papel trascendental en la
apariencia. La región maxilofacial se asocia con una serie de funciones
importantes como la vista, olfato, el comer, respirar y hablar. Estas funciones
pueden ser gravemente afectadas y, en última instancia, conducir a deficiencias
en la calidad de vida. (SINGH, 2014)

Por otra parte, da Silva Mendes defiende que la apariencia del individuo es única;
la cara es la primera forma de reconocimiento del ser humano, el rostro expresa
nuestra personalidad, comunica las ideas, expresa la intensidad de las
emociones; la cara es fundamental para la comprensión de nuestra identidad y
de ahí la repercusión o secuelas que pueden derivarse de un traumatismo
maxilofacial (DA SILVA, 2015).

La epidemiología del trauma, según Lee, varía entre periodos de tiempo, no solo
debido a la población y los cambios sociales, sino también debido a los cambios
legislativos. La introducción de la legislación del uso obligatorio del cinturón de
seguridad en algunos países ha llevado a una reducción significativa de los accidentes
de vehículos de motor en las últimas décadas. La incidencia de estos se reduce aun
más en las regiones que hacen cumplir los límites de velocidad. Los estudios
epidemiológicos son una herramienta útil no solo para identificar la carga de trauma,
sino también para ayudar a los proveedores de atención médica en la asignación de
recursos y su planificación. El examen periódico de los datos es importante, para
conocer la carga de trabajo de los hospitales y lograr la planificación; para los
administradores del gobierno para determinar las asignaciones de fondos y para los
proveedores de atención médica para planificar la educación y la formación de
habilidades específicas apropiadas para hacer frente a problemas de salud
particulares. También es importante para los profesionales de la salud que tratan de
refinar los algoritmos de tratamiento para los pacientes con este tipo de lesiones y
para las organizaciones interesadas en la educación directa, en la prevención del
trauma y la mejora de su gestión. (Lee, 2015).
Las causas de la fractura maxilofacial han cambiado continuamente durante las últimas
tres décadas, y continúan haciéndolo. Las principales causas de este tipo de fracturas
en todo el mundo son los accidentes de tráfico, agresiones, caídas y lesiones
relacionadas con el deporte. La epidemiología de las fracturas faciales varía en una
población con respecto al tipo, la gravedad y la causa. La comprensión del trauma
maxilofacial ayuda a la evaluación de los patrones de comportamiento de las personas
en diferentes países y ayuda a establecer medidas eficaces para la prevención y
tratamiento de lesiones. (ABDULLAH 2013)

Kraft expone que el trauma cráneo maxilofacial afecta a una proporción significativa de
pacientes heridos. La epidemiología varía en tipo, gravedad y la causa, en función de la
población estudiada. (Boffano, 2014)

Para Gadre la gran variabilidad se observa en los factores causales y la prevalencia de


lesiones cráneo maxilofaciales, que se relacionan con el medio ambiente, la cultura, el
sexo, la edad y el nivel socioeconómico, así como el mecanismo de la lesión. Considera
que los accidentes del tránsito siguen siendo la causa más frecuente de lesiones
maxilofaciales en los países en desarrollo y que los asaltos se están convirtiendo en la
causa más común en los países desarrollados. (Boffano, 2014)

La epidemiología de las fracturas maxilofaciales parece variar de un país a otro, e incluso


dentro del mismo país. Esto sugiere que muchos factores, incluyendo las condiciones
socioeconómicas y culturales pueden influir. Estos factores deben ser identificados. La
recopilación de datos epidemiológicos es fundamental para evaluar las medidas
preventivas existentes y el diseño de nuevos métodos para la prevención de lesiones.
(McGoldrick 2018)

Arabion agrega como factor influyente en la epidemiología del trauma maxilofacial, a las
características religiosas de la población, Arslan al conocimiento sobre las normas de
tránsito y Mabrouk 33 a las características ambientales. (McGoldrick 2018)

Hoy las lesiones faciales son muy comunes debido a la mayor incidencia del trauma
vehicular, trauma industrial, asalto (con arma de fuego, cuchillo), ataques terroristas, y
lesiones de guerra. En muchos países, los accidentes de tráfico son la causa más
frecuente de las fracturas maxilofaciales. La mayoría de los pacientes están involucrados
en accidentes durante la conducción de un automóvil, motocicleta o bicicleta, o como
pasajeros de estos vehículos. Las fracturas maxilofaciales en peatones lesionados en una
colisión con un vehículo de motor son relativamente raros. (Stathopoulos, 2018)

La violencia del compañero íntimo se refiere a actos de abuso físico, sexual o emocional
por una pareja actual o anterior, con cohabitación o no. De las lesiones físicas
relacionadas con ella, alrededor del 40 % involucran a la cabeza, el cuello o la cara.
Aunque la mayoría de las lesiones son de tejidos blandos, otras graves también pueden
ocurrir. (Stathopoulos, 2018)
2. Definiciones de trauma y lesiones de cabeza y cuello

Para Keesler,3 un trauma se define generalmente como la experiencia de un


individuo de un evento o condición perdurable que es una amenaza real o
percibida para su vida e integridad personal, o la de un cuidador o familiar. La
naturaleza de la experiencia es tan abrumadora para la persona que él o ella no
son capaces de integrar con éxito su respuesta emocional al evento o condición
con experiencias y conocimientos previos. Por otra parte, el impacto del trauma
se manifiesta en secuelas biológicas, psicológicas y sociales. (KEESLER, 2015)

Lendrum4 expone que la palabra "trauma" describe la entidad de la enfermedad


resultante de una lesión física. (LENDRUM, 2015).

García Gutiérrez plantea que el término traumatismo procede y se deriva del griego
trauma, que significa herida, que es un término general que comprende todas las
lesiones, psicológicas u orgánicas, internas o externas y sus consecuencias locales
o generales para el organismo, que son causadas por la acción de cualquier tipo de
agente vulnerante, externo o interno. (GARCÍA GUTIÉRREZ, 2016)

Según de la Torre Martínez el concepto de politraumatizado se define como aquel


paciente que presenta dos o más lesiones traumáticas graves, ya sean periféricas,
viscerales complejas o algunas otras asociadas, que conllevan una disfunción
respiratoria o circulatoria y ponen en riesgo la vida. Sin embargo, preferimos la
definición cubana: se denomina politraumatismo al conjunto de lesiones provocadas
simultáneamente por una violencia externa, que afecta dos o más órganos del
mismo o de distintos sistemas, cuya simultaneidad no solo es la suma de las
alteraciones fisiológicas ocasionadas por cada una de estas, sino provoca su
interacción y reforzamiento; todo lo cual da lugar a un cuadro clínico muy complejo
que compromete seriamente las funciones vitales del traumatizado. Por lo tanto,
debe quedar bien claro que no es el número de las lesiones lo que distingue el
proceso, sino la interacción fisiopatológica entre estas y su gravedad; cuando esta
circunstancia no está presente se trata solo de varias lesiones (poli heridas) que,
aunque hayan ocurrido de manera simultánea, evolucionan de manera
independiente unas de otras. (Torre Martínez, 2016)
3. Epidemiología de lesiones de cabeza y cuello

Las lesiones por algún traumatismo en general se han convertido en un problema


de salud pública a nivel mundial, ya que afecta a la población económicamente
activa generando desde un daño leve hasta problemas incapacitantes. (ILLESCAS,
2015)

Las Lesiones de Causa Externa (LCE) son definidas como el daño o lesión en una
persona en forma intencional o de manera no intencional. Esta lesión o daño puede
originarse por un traumatismo, envenenamiento, agresión, accidentes, etc. puede
ser mortal (lesión fatal) o no conducir a la muerte (lesión no fatal) (OMS; 2016).

Las lesiones por causa externa son consideradas desde hace dos décadas como
un problema sanitario a nivel mundial. Según datos de la Organización Mundial de
la Salud (OMS), aproximadamente 5,8 millones de personas mueren por año por
estas causas, cerca de 16000 personas al día, representando cerca del 10% del
total de las muertes que se registran en el mundo, 32 % más que el número de
muertes que resultan de la malaria, la tuberculosis y el VIH / SIDA. Por cada persona
que muere por esta causa, hay miles más lesionadas, muchas de ellas con secuelas
permanentes. Las muertes relacionadas con vehículo de motor ocuparon el décimo
primer lugar entre las causas principales de mortalidad en el mundo en el año 2002
(OMS; 2016).

De acuerdo con reportes globales, los grupos de edad más vulnerables se


encuentran entre los 16 y 45 años, pero abarcan todos los grupos etarios. En cuanto
a la etiología de las lesiones, los accidentes automovilísticos y en motocicleta se
colocan en primer lugar, seguido de caídas y violencia física en tercer lugar. (LEE,
2016)

El trauma es una enfermedad y en ella encontramos al huésped (el paciente) y a un


vector de transmisión (vehículo de motor, arma de fuego, etc.). En comparación con
otras enfermedades, menor cantidad de esfuerzo se destina a combatirla, afectando
a los miembros más productivos de la sociedad y el más valioso recurso nacional,
sus niños. Más aun, el impacto económico es tremendo. Las pérdidas económicas,
que incluyen gastos médicos, costos administrativos, daños a propiedades y costos
indirectos contribuyen a un consumo superior a 400 000 millones de dólares anuales
solamente en los Estados Unidos. (KEESLER, 2014)

Por la importancia creciente del trauma dentro de la especialidad de Cirugía


Maxilofacial, nos sentimos motivados a realizar una revisión bibliográfica sobre los
aspectos generales de este, que incluyen conceptos generales, características de
la región y del trauma maxilofacial, epidemiología y registro del trauma. Las fracturas
faciales constituyen causa común de tratamiento en los servicios de urgencia. La
cara es importante estéticamente, por lo que fallos en el diagnóstico y manejo de
estas entidades pueden conllevar a alteraciones estéticas, dificultades
masticatorias, sensoriales, trastornos visuales y hasta la muerte. (DEANGELIS,
2015)

4. Resultados de estudios de epidemiología de lesiones de cabeza y


cuello.
Cada año, aproximadamente 50 millones de personas en los Estados Unidos sufren
lesiones que requieren atención médica, lo que resulta en costos de por vida de más
de $ 400 mil millones. En 2004, las lesiones en los Estados Unidos resultaron en un
estimado de 167,000 muertes, 1,9 millones de descargas relacionadas con lesiones
de hospitales de estadía breve y 31 millones de visitas iniciales al departamento de
emergencias. Estas lesiones, que representan el 7% de las muertes por todas las
causas, el 6% de las hospitalizaciones y el 32% de las visitas, constituyen una carga
sustancial para la salud pública. Durante 2004-2006, se estima que el 48% de las
personas lesionadas que requieren atención médica recibieron atención en
entornos distintos de un hospital (por ejemplo, consultas ambulatorias o consultorios
médicos). (FINGERHUT, 2014)

El Hospital General «Dr. Rubén Leñero» en la Ciudad de México es un centro de


referencia de pacientes politraumatizados, por lo que el presente trabajo tiene como
fi nalidad determinar la epidemiología de las lesiones traumáticas en cara en una
institución pública en la capital del país. Se estudió la incidencia de los casos de
trauma facial de enero de 2008 a enero de 2013. Se atendió a 4,814 pacientes: el
83.6% del género masculino y 16.4% del femenino. La edad promedio fue de 36
años (16 a 84); los principales lugares de procedencia fueron el Estado de México
(47%) y la Delegación Iztapalapa de la Ciudad de México (31.4%). El mecanismo
de lesión principal fue la agresión directa en 52% seguido de los accidentes en
automóvil en 18.1% y motocicleta n 17.8%. El 82% de los pacientes valorados
presentaron lesión de tejidos blandos. El 8.2% (396), presentó algún trazo de
fractura facial. Las principales fracturas fueron: tercio superior: frontal 4.5%;
nasofrontal 3.75% y Le Fort III 3%; tercio medio: complejo cigomático-malar 16%,
reborde orbitario 15%, piso de órbita 27%, naso-orbitoetmoidal 6%, Le Fort II 0.75%
y Le Fort I 1.5%; tercio inferior: sínfi sis 7.5%, parasínfi sis 31%, cuerpo 4.5%, ángulo
34%, rama 3%, subcondilar 6% y condilar 4.5%.

El 1.08% presentó lesión de alguna rama del nervio facial y el 0.37% lesión a
glándula parótida. El 2.92% daño neurológico (encefálico) y el 5.11% afectación al
globo ocular. Se realizó tratamiento quirúrgico electivo en el 87.8% de las fracturas
identifi cadas (12.2% manejo conservador), y tratamiento quirúrgico inmediato en el
74% de las lesiones nerviosas o glandulares (el 26% se manejó electivamente una
vez que se estabilizaron las lesiones oculares y neurológicas). (ILLESCAS, 2015)

Los sistemas de vigilancia epidemiológica de lesiones de causa externa han permitido detectar
cambios y tendencias en la ocurrencia de las lesiones, establecer la susceptibilidad del riesgo
de la población de sufrir lesiones, plantear investigaciones sobre factores de riesgo, sugerir
medidas de control y prevención de las mismas, así como evaluar las bondades de algunas
medidas de control. No obstante, la sensibilidad y representatividad de un sistema de vigilancia
epidemiológica de lesiones no fatales de causa externa serán siempre menores que las de un
sistema de lesiones fatales. Esta situación obedece, en gran medida, a la naturaleza del evento.
Aún en zonas urbanas, con un desarrollo notorio en la red de servicios y amplia cobertura del
aseguramiento de la población, la información sobre lesiones de causa externa no fatales se ha
limitado a los registros de egresos hospitalarios y de consulta de urgencias, a investigaciones
puntuales para todo tipo de lesiones o a estudios de asociación de éstas con el consumo de
sustancias psicoactivas. (DÍAZ FERNÁNDEZ, 2014)

Las actividades de vigilancia epidemiológica deben acompañarse de otras acciones de


vigilancia en salud pública, con el fin de promover investigaciones que permitan profundizar en
el conocimiento de la violencia en general y dar cuenta del comportamiento de sus diversas
expresiones en particular, así como de la valoración de las intervenciones orientadas hacia su
prevención y control. Las conclusiones de los expertos señalan que la prevención debe tener
primacía sobre la coerción y la rehabilitación por su potencial de lograr efectos a mediano y
largo plazo; que se debe dar prioridad a las estrategias e intervenciones de refuerzo,
complementarias y sostenibles dirigidas a las poblaciones en mayor riesgo y que las
intervenciones deben enfocarse esencialmente hacia los niños, niñas, adolescentes, jóvenes y
sus familias para modelar actitudes y modificar comportamientos. (DÍAZ FERNÁNDEZ, 2014)

5. Tratamiento de lesiones de cabeza y cuello en cirugía maxilofacial

Los lesionados cada vez más graves han dado paso a una serie de parámetros
predictores y de utilidad para catalogar a los pacientes como graves, re direccionar
el tratamiento, y los cuidados definitivos para los pacientes.
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