Sie sind auf Seite 1von 12

ARTÍCULO DE REVISIÓN, AFASIAS

Paola Andrea Marín Agudelo y María Alejandra Valencia Tabares


Facultad de ciencias sociales- Psicología
Universidad Católica de Oriente
Junio, 2019

Resumen
El presente artículo tiene como objetivo presentar un análisis sobre la literatura científica
enfocada en las afasias, con el fin de identificar si se han presentado modificaciones
significativas durante los últimos 10 años, en cuanto a la definición, clasificación, tratamiento
y otras generalidades de dicho trastorno del lenguaje. Para dar cumplimiento a lo anterior se
toma como referente 10 artículos de revistas indexadas que no superen los 10 años de
antigüedad; después de realizar una exhaustiva revisión se concluye que aún se utilizan
algunos conceptos y clasificaciones tradicionales, pero a la vez han surgido nuevas tipologías
de afasias con el fin de diagnosticar ciertos perfiles de pacientes que no se acoplan a las
clasificaciones tradicionales y en cuanto a las definiciones modernas de afasias vemos que
se ha agregado un componentes psicosocial. Es posible evidenciar que la tendencia de las
investigaciones en cuanto a tratamientos para la afasia está enfocada en la logopedia también
llamada fonoaudiología, aunque también se presenta el uso de fármacos para ciertos tipos de
afasias.

Introducción
La afasia es definida tradicionalmente como una alteración de la capacidad de uso del
lenguaje, que se presenta como secuela de un daño cerebral sufrido luego del desarrollo de
las habilidades lingüísticas básicas. En esta revisión se presentan algunos conceptos de
autores que han tratado el problema de la afasia, las diferentes clasificaciones aportadas por
diversos autores, la localización topográfica de las afasias y cuáles son los tratamientos más
destacados en las investigaciones actuales.

Objetivo
Presentar un análisis sobre la literatura científica enfocada en las afasias, con el fin de
identificar si se han presentado modificaciones significativas durante los últimos 10 años, en
cuanto a la definición, clasificación, tratamiento y otras generalidades de dicho trastorno del
lenguaje.
Metodología
Para la búsqueda bibliográfica se usó bases de datos confiables como Google académico,
proquest y Dialnet, la estrategia usada para la búsqueda fueron palabras claves directamente
relacionadas con el área de interés como: Afasias, clasificación de afasias, epidemiología de
las afasias, tratamiento de las afasias. Se seleccionaron 10 artículos de revistas indexadas en
idioma español, que tuvieran máximo 10 años de antigüedad, adicionalmente, se revisó que
los artículos seleccionados cumplieran con los criterios de calidad. Posterior a la recopilación
de los artículos científicos, se analizó entre los mismos, las diferencias y/o similitudes más
significativas para poder concluir con los conceptos y definiciones generales que actualmente
siguen en vigencia.

Desarrollo y discusión
Las afasias pueden ser definidas como un trastorno parcial o total de la forma del lenguaje.
Se deben a una lesión de las áreas de asociación del hemisferio dominante para el lenguaje,
que en la mayoría de los diestros es el izquierdo (Lhermitte et al. 1969) (Goodglass y Kaplan
1986). Citado por (Donoso, 2012).

En este mismo orden de ideas, la afasia es un trastorno del lenguaje adquirido a consecuencia
de un daño cerebral, que por lo general compromete todas sus modalidades: expresión y
comprensión del lenguaje oral, escritura y comprensión de lectura. Cada una de éstas se
puede afectar cualitativa y cuantitativamente de forma diferente, conformando grupos
sindromáticos que pueden coexistir con deficiencias en el procesamiento cognitivo. (Helm-
Estabrooks, 2005), Citado por (Gonzales, 2014)

Ardila, (2006); Dronkers, Pinker & Damasio, (2004), definen la afasia como la pérdida,
deterioro o alteración de la capacidad de uso del lenguaje, que se presenta como secuela de
un daño cerebral sufrido en cualquier momento posterior a la adquisición y desarrollo de las
habilidades lingüísticas básicas en el sujeto (Martínez et al. 2015).

También, se describe como la pérdida o deterioro de las funciones del lenguaje, que para
cumplir a cabalidad el diagnóstico de afasias, deben tener sus causas, en daños provocados
en regiones cerebrales especializadas en la producción y comprensión de los múltiples
componentes lingüísticos que integran los repertorios comunicacionales de nuestra especie.
En consecuencia, la afasia tiene una dimensión lingüística y una dimensión neurológica, lo
que le confiere a su cuadro clínico, estar delimitado por esas dos condiciones, las cuales son
prerrequisito al momento de diagnosticar afasias. (Parra et al. 2017).

Las definiciones modernas consideran la afasia como un trastorno cognitivo multimodal que
afecta no sólo a la comprensión auditiva, el lenguaje oral, la lectura y la escritura, sino
también a otros procesos cognitivos dependientes de la actividad del hemisferio cerebral
izquierdo (por ejemplo, memoria auditivo verbal a corto plazo y atención) que son
indispensables para el funcionamiento adecuado del lenguaje (McNei y Pratt, 2001).
Además, la afasia compromete otros aspectos cruciales de la vida, incluyendo la capacidad
para mantener relaciones recíprocas con otras personas, trabajar productivamente y participar
en diversas actividades sociales (Hillis, 2007). Citado por (Berthier et al. 2011)

Clasificación afasias
La clasificación de las afasias es compleja; además debe aceptarse que en muchas ocasiones
no se logra clasificar con facilidad a algunos pacientes o en ellos no se observa la correlación
anátomo-clínica que podría esperarse (Basso et al. 1985). Citado por (Donoso, 2012)

Una primera clasificación, divide las afasias en dos grandes grupos: fluentes y no fluentes.
Esta dicotomía que plantean la mayoría de los autores se puede aplicar sólo al 60 o 70% de
los pacientes. Sin embargo, hay un grupo de sujetos que su discurso no concuerda con estos
perfiles (Helm-Estabrooks, 2005) Citado por (Donoso 2012)

Las afasias fluentes se caracterizan por un discurso productivo, en cuanto a la cantidad de


palabras, que en ocasiones puede estar aumentado y llegar a la logorrea. Es frecuente que el
discurso sea poco informativo, presentando más palabras funcionales que de contenido.
Frecuentemente la articulación es sin esfuerzo y adecuada, así como la longitud del
enunciado y la línea melódica. En cuanto a la gramática, se encuentra generalmente
conservada, ya que pueden presentar paragramatismo. Los errores más comunes son: las
parafasias fonémicas, semánticas, verbales y neológicas. Estas afecciones se producen por
lesiones localizadas detrás de la cisura de Rolando (región témporo-parietal) (González,
2014) (Chapey, 2008) (Davis, 1993) Citado por (Diéguez et al. 2012)

Las afasias no fluentes, en la mayoría de los casos, presentan reducción del discurso tanto
cualitativa como cuantitativamente. Se caracterizan principalmente por la dificultad para
iniciar enunciados. La articulación es laboriosa y en los cuadros más graves, se puede
observar producción de sílabas aisladas y estereotipias, llegando en algunos casos al
mutismo. La longitud de los enunciados son breves y la prosodia se encuentra alterada. Las
deformaciones fonológicas y errores semánticos son infrecuentes. La morfosintaxis está
alterada, observándose más palabras de contenido que funcionales. Además, poseen
dificultad para acceder a los verbos con carga semántica. Ésta puede coexistir con disartria y
apraxia del habla. Las lesiones que producen estos tipos de afasias se localizan por delante
de la cisura de Rolando (González, 2014) (Chapey, 2008) (Davis, 1993) Citado por (Diéguez
et al. 2012)
Dentro de las afasias fluentes se encuentran: Afasia de Wernicke, Afasia de conducción,
Afasia anómica, Afasia transcortical sensorial; por su lado dentro de las afasias no fluentes
se encuentran: Afasia de Broca, Afasia no fluente mixta (NFM), Afasia global, Afasia
transcortical motora, Afasia transcortical mixta. Citado por (Donoso, 2012)

También se encuentra la clasificación planteada por Goodglass y Kaplan, la cual es una


reinter-pretación del esquema conexionista de Lichteim y Wernicke. Esta escuela reconoce
las afasias de Broca, de Wernicke, de conducción, anómica, las afasias transcorticales, la
afasia mixta anterior, la afasia global y defectos aislados del lenguaje (afasia táctil, alexias y
agrafias). (Donoso 2012)

Tambien, encontramos que desde la neuropsicología clínica se pueden catalogar de manera


básica, al menos quince diversos tipos de afasias, las que comprenden desde la afemia
(disartria espástica), afasia subcortical (daño lingüístico en regiones subcorticales), afasia
sintáctica (problemas en la morfosintaxis), afasia semántica (alteración en el procesamiento
de construcciones lógico-gramaticales), afasia dinámica (perdida de fluidez lingüística),
afasia de conducción (pérdida de destrezas para replicar palabras por vía auditiva), afasia
cruzada (daño en alguno de los dos hemisferios), afasia mixta (presencia de al menos, dos
tipos de afasia), afasia global (alteración en lenguaje oral, escrito y en su respectiva
comprensión), afasia progresiva primaria (deterioro gradual a nivel lingüístico, sin
compromiso de funciones ejecutivas), afasia óptica (pérdida de destreza en la delimitación
de estímulos visuales), afasia extrasilviana sensorial (incapacidad para el seguimiento de
instrucciones verbales), afasia de Wernicke (léxico paupérrimo y carente de profundidad),
hasta llegar a la afasia de Broca (dificultades severas en la generación del habla) y la afasia
nominal (imposibilidad para recordar objetos, nombres, expresiones y palabras), las cuales
componen toda la amplia gama de trastornos o alteraciones vinculados directamente a las
afasias (Middleton, Schwartz, Rawson & Garvey, 2015). Citado por (Parra et al. 2017).

Generalmente, la afasia se presenta de forma súbita y afecta a todos sus aspectos: social,
laboral, emocional y en todos los momentos de su vida. Una afasia implica una serie de
cambios radicales en la forma de vida del paciente. La pérdida en la habilidad para
comunicarse de forma normal, no solamente afecta al paciente que la sufre, sino también a
todas las personas que le rodean, en particular a su familia. El paciente no puede mantener
los roles que desempeñaba, es incapaz de continuar realizando la misma actividad laboral, lo
cual no sólo tiene implicaciones psicológicas sino también económicas y sociales. El paciente
puede pasar de ser una persona activa, capaz de tomar decisiones, muchas veces al frente de
un grupo familiar y laboral, a ser una persona al menos parcialmente disminuida, dependiente
y limitada. Es natural que esto afecte significativamente su autoestima, y con la disminución
en la autoestima, aparezcan sentimientos de desesperanza, depresión y minusvalía. (Citado
por Villodre y Morant,2011)
Depresión y afasia

La depresión en la afasia tiene una dimensión reactiva a la nueva condición y otra


dependiente de las áreas cerebrales que se encuentran afectadas, biológicamente basada
(Benson & Ardila, 1993).
Durante la etapa de adaptación a la nueva situación, el paciente puede presentar una tendencia
notoria al aislamiento, un sentimiento de vacío, una carencia de motivación, y aún una
ausencia de conductas de auto-cuidado. El paciente puede tratar de evitar las situaciones
sociales, algunas veces se niega a comer y a participar en una terapia.
La reacción emocional al trastorno afásico se correlaciona con el tipo particular de afasia, es
decir, con la localización de la patología cerebral, y en este sentido es también una respuesta
emocional biológicamente basada. La depresión y frustración son típicas de las afasias
anteriores, no de las afasias posteriores. El paciente no sólo es crítico de su situación; puede
también sentir que su vida está terminada y no tiene ya ninguna esperanza. Mientras más
anterior sea la lesión, más altas son las probabilidades de depresión y más grave será ésta
(Starkstein & Robinson, 1988).
Los pacientes con afasias posteriores tienden a tener una respuesta emocional bastante
diferente. Presentan defectos importantes en la comprensión del lenguaje, pero se muestran
poco preocupados por ello. Pueden culpar a otras personas por sus dificultades para
comprender el lenguaje. (Villodre y Morant, 2011)

A continuación se presentan algunos tipos de afasias (las más recurrentes en las


investigaciones revisadas) y su localización neuroanatómica:

Afasia de Wernicke
También llamada afasia sensorial se caracteriza por ser una afasia fluente, con conservación
de prosodia, pero que transmite poca información por la dificultad para evocar sustantivos y
por la existencia de parafasias (Goodglas y Kaplan 1986). Estas parafasias pueden ser
fonémicas, semánticas, verbales o neologismos afásicos. Los pacientes construyen frases y
usan gramemas, pero las parafasias hacen difícil saber si son los adecuados. La comprensión
verbal es deficiente, ya sea que se trate de discriminar estructuras gramaticales, palabras
aisladas o, en menor medida, fonemas.
Con frecuencia los pacientes no tienen noción de enfermedad (anosognosia), y presentan
actitudes emocionales anormales, incluso psicóticas. (Donoso, 2012)

En cuanto al discurso oral algunos pacientes pueden presentar logorrea, llegando a decir más
de 150 palabras por minuto (Davis A, 1983). Producen más palabras funcionales que de
contenido. En muchas ocasiones presentan jergafasia que puede ser neológica o semántica.
Pueden presentar paragramatismo, es decir, dificultad en la selección correcta de palabras
funcionales. La prosodia y la articulación están conservadas. (González y Hornauer 2014).
Topología de la lesión: se sitúa en el tercio posterior de la circunvolución temporal superior,
área 22 y 42 de Brodmann (AB), conocidas como área de Wernicke. Puede implicar la región
angular y supramarginal, AB 39 y 40 respectivamente (González y Hornauer 2014). El
tamaño de la lesión y su extensión a las circunvoluciones angular y supramarginal influyen
en el pronóstico (Alexander MP, 1997).

Afasia de conducción
Ha sido atribuida clásicamente a una lesión del fascículo arcuato, que impide la repetición al
desconectar las áreas de Broca y Wernicke. En los últimos años se ha señalado la importancia
de la circunvolución supramarginal, ubicada sobre dicho fascículo, en el procesamiento
(reconocimiento y selección) de los fonemas (Alexander MP, 1997). El área de Wernicke
conserva sus conexiones con el resto del cerebro a través de la circunvolución angular y la
comprensión es normal; pero existe un marcado defecto de la repetición y en el lenguaje
expresivo, con parafasias fonémicas y moderada pérdida de fluidez. Es característica la
“conducta de aproximación”: el paciente se da cuenta de sus errores e intenta corregirlos.
(Donoso, 2012)

Topología de la lesión: el daño se encuentra en la circunvolución supramarginal que


corresponde al AB 40 y fascículo arqueado, que forma parte del fascículo longitudinal
superior (González y Hornauer 2014). El área de Wernicke está relativamente preservada.

Afasia anómica
Se caracteriza por el defecto en denominar objetos, en evocar el morfema básico, los
sustantivos. Cuando un paciente afásico comete errores para denominar puede ser por un
defecto del léxico o por un defecto semántico. En el primer caso falla en la denominación
pero maneja el concepto, puede establecer asociaciones semánticas entre ese y otros objetos,
puede seleccionar el nombre correcto entre varios. En el segundo caso carece del concepto,
no es capaz de señalar las propiedades ni asociaciones del objeto con otros objetos ni con su
nombre correcto, se conduce como un agnósico. El defecto léxico puede ser considerado una
amnesia procedural verbal. (Donoso, 2012)

Topología de la lesión: se sitúa en la circunvolución angular (AB 39) o segunda y tercera


circunvolución temporal (AB 21 y 20). (González y Hornauer 2014)

Afasia transcortical sensorial


Existe un severo defecto de la comprensión con repetición automática, y el lenguaje
expresivo es vacío, semejante al de una afasia de Wernicke, con gran predominio de las
parafasias semánticas. (Donoso, 2012)
Topología de la lesión: el daño se ubica en el área parieto-temporal posterior, excluyendo el
área de Wernicke. También se puede producir por lesiones del tálamo posterior, pulvinar
(González y Hornauer 2014).

Afasia de Broca
Se caracteriza por la apraxia del habla, pérdida de prosodia y agramatismo. En la apraxia del
habla la articulación de los sonidos es deficiente pero variable: a veces articulan bien un
sonido, luego lo hacen en forma distorsionada, o producen quiebres articulatorios (cambian
un sonido por otro), lo que contrasta con la regularidad del defecto de las disartrias. El
lenguaje expresivo de estos pacientes es poco fluente y presentan dificultad para evocar los
nombres y verbos. El defecto más característico es el agramatismo, con mal uso u omisión
de gramemas (morfemas con significado gramatical); tienden a usar los verbos en infinitivo
y a omitir conjunciones y preposiciones. La comprensión es casi normal, salvo para oraciones
complejas (oraciones pasivas o pasivo-negativas, por ejemplo “el niño no es perseguido por
el perro”), en las que existe agramatismo receptivo. (Donoso, 2012)
Los pacientes con afasias de Broca generalmente tienen clara noción de su déficit, se
angustian y se deprimen. (Donoso et al. 1982)

Topología de la lesión: las regiones dañadas son: pars opercularis, triangularis y orbitalis
(AB 44, 45 y 47), conocidas como área de Broca. También se pueden producir por lesiones
del tálamo, específicamente del núcleo ventral anterior. (González y Hornauer 2014).

Afasia no fluente mixta (NFM)


Existe un defecto de todos los aspectos del lenguaje pero es de menor cuantía, y el paciente
tiene un lenguaje no fluente, con apraxia del habla, parafasias y un defecto importante en la
comprensión10. (Donoso, 2012)

Topología de la lesión: el daño es extenso, compromete áreas anteriores y posteriores a la


cisura de Rolando, abarcando gran parte de la región perisilviana tanto cortical como
subcortical (González y Hornauer 2014).

Afasia global
Existe un severo defecto de la comprensión (comprenden sólo a veces órdenes de un
elemento) y de la expresión, que se encuentra reducida a breves emisiones inarticuladas o a
estereotipias afásicas y a emisiones de algunos sonidos, por ejemplo “í-illó, illó”. Estas
estereotipias llegan a adquirir una prosodia que informa sobre el estado anímico del paciente.
Al pedirles describir la lámina 1 de la prueba de Boston se limitan a repetir esas mismas
sílabas, pero llama la atención que a veces señalan con el dedo cada uno de los detalles
importantes de la escena; tienen un gran defecto lingüístico pero son capaces de reconocer
los elementos esenciales de una escena, a diferencia de los que suele verse en pacientes con
lesiones del hemisferio derecho. (Donoso, 2012)
Topología de la lesión: el daño se extiende a toda la zona perisilviana (fronto-parieto-
temporal), comprometiendo áreas corticales y subcorticales (Helm-Estabrooks, 2005),
(Goodglass et al. 2005). Citado por (González y Hornauer 2014)

Afasia transcortical motora


Existe un severo defecto para formular el discurso, en la capacidad de hablar sobre un tema;
en cambio están respetados la denominación, el lenguaje automático, la repetición y la
comprensión. En la etapa inicial puede existir mutismo. (Donoso, 2012)

Topología de la lesión: se produce por lesiones que se localizan en el lóbulo frontal


izquierdo, por encima y por delante del área de Broca (Helm-Estabrooks, 2005) (Diéguez et
al. 2012). Citado por (González y Hornauer 2014)

Afasia transcortical mixta


Se caracteriza por tener un discurso no fluente y no informativo. Pueden producir algunas
palabras automáticas que presentan defecto articulatorio y a veces pueden ser ininteligibles.
Presentan ecolalias y perseveraciones. En cuanto al lenguaje automático los pacientes logran
decir una serie, pero con ayuda del examinador. Los pacientes destacan por su buena
capacidad para repetir palabras y enunciados.
La denominación está severamente afectada, incluso para palabras de uso frecuente y de
primera edad de adquisición. La comprensión oral está completamente comprometida. El
paciente se comporta como un afásico global, aunque en ciertas ocasiones pueden procesar
órdenes simples con apoyo contextual. No logra leer ningún tipo de material escrito.
Respecto a la comprensión de lectura los pacientes presentan graves dificultades para
comprender, incluso fracasan en tareas de pareo viso-verbal con estímulos de alto contenido
emocional. Existe un defecto con nivel severo en la escritura, comprometiendo hasta la
escritura automática. En algunos casos puede existir una alteración grafomotora. (González
y Hornauer 2014).

Topología de la lesión: daño multifocal en los lóbulos frontal y parietal, conservando la


región perisilviana (aislamiento de áreas del lenguaje). (González P y González B, 2012).
Citado por (González y Hornauer 2014).

Etiología
La afasia se puede producir por una de las siguientes causas: accidente cerebro vascular
(ACV), traumatismo encefalocraneano (TEC), tumor (TU), infecciones y enfermedades
neurodegenerativas (Ardila 2014) (Davis 1993). Citado por (González y Hornauer 2014).
Cabe señalar que existen otras anomalías cerebrales que pueden estar asociadas con
anomalías del habla y del lenguaje (Binney, Zuckerman & Reilly, 2016; Bislick, McNeil,
Spencer, Yorkston & Kendall, 2017; Guo, Togher, Power & Koh, 2016; Rose & Attard,
2015), las que no representan etiologías de afasias específicas, sino que se correlacionan con
otros cuadros clínicos. (Parra et al. 2017)

La posibilidad de sufrir afasia es elevada y el panorama no es muy alentador, teniendo en


cuenta que el ACV es la principal causa de discapacidad y la más común de afasia (Martinez
et al. 2013). En cifras, el ACV es la enfermedad neurológica más frecuente en el mundo;
afecta a más del 5% de la población mayor de 60 años y representa al menos la mitad de las
consultas en hospitales de alta complejidad. Tiene una incidencia por año de 200 casos por
cien mil habitantes y una prevalencia de 700 casos por cien mil habitantes (Berthier, 2005).
Solo en Reino Unido, cada 3 minutos y 27 segundos ocurre un ACV, lo que representa cerca
de 152 000 personas por año. En Norteamérica, las cifras reportan 795 000 personas cada
año, lo que significa que ocurre un ACV cada 40 segundos. En Colombia, esta cifra se acerca
a 300 casos por cada cien mil habitantes (Pradilla et al. 2003). Citado por (Rodríguez, 2015)

Entre el 21% y 33% de las personas que sufren un ACV presentan desórdenes comunicativos
donde predomina la afasia (Stroke Association, 2013). Esto significa que, por cada 100
pacientes con ACV, más de 30 tienen como secuela no poder expresarse o comprender, no
poder interactuar, no poder opinar y, en la mayoría de los casos, no poder trabajar. Si como
secuela de ACV los casos de afasia son elevados, al incluir casos que tiene su origen en otras
enfermedades, la cifra aumenta significativamente. (Rodríguez, 2015).
La afasia global es el tipo más común en el período agudo 25% a 32%. (Lavados y otros
2005).

La afasia constituye el síndrome neuropsicológico grave más frecuente en presencia de daño


cerebral focal. Se presenta en cerca del 38% de las personas sobrevivientes a una enfermedad
cerebrovascular, que constituye la enfermedad neurológica grave más frecuente a nivel
mundial. Sin embargo, a pesar de su carácter discapacitante y niveles de incidencia, los
estudios epidemiológicos de la afasia son escasos. (Martínez & Reyes, 2013)

Tratamiento|
La tendencia de las investigaciones en cuanto a tratamientos para la afasia está enfocada en
la logopedia también llamada fonoaudiología. Este tiene dos objetivos principales: que el
paciente logre satisfacer las necesidades comunicativas de la vida diaria en diferentes
ambientes, y que logre una adaptación psicosocial en relación a su alteración comunicativa.
(Chapey, 2008) (González R, y Donoso, 2000). Citado por (González y Hornauer 2014)

El tratamiento de las afasias es complejo, y muchas veces requiere que participen en la


evaluación y la terapia otros profesionales: kinesiólogo, psicólogo, terapeuta ocupacional,
médico fisiatra, y otros. Además de dirigirse al paciente intenta mejorar el entorno
comunicativo, debe dirigirse a quienes lo rodean para corregir interacciones o actitudes
inadecuadas y lograr que se restablezca la comunicación con el paciente. (González y
Hornauer 2014)

La recuperación espontánea de la afasia tras el ictus ocurre en los primeros 6 meses, mientras
que no deben esperarse cambios sustanciales después del primer año. Es por ello, que el
tratamiento de la afasia consiste en la rehabilitación del lenguaje y la utilización de otras
estrategias (por ejemplo, fármacos). Se ha demostrado que la rehabilitación de la afasia es
eficaz cuando se administra de forma intensiva (más de 2 horas por semana) y/o durante
periodos prolongados. El tratamiento farmacológico de la afasia está en sus comienzos y se
necesitan más estudios para analizar los beneficios. Sin embargo, los resultados preliminares
con fármacos utilizados para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer (donepecilo,
memantina) en pacientes con afasia crónicas post-ictus son esperanzadores. (Berthier, Garcia
y Dávila, 2011)

Conclusiónes
Según la revisión realizada, es posible afirmar que en la literatura actual sobre afasias se
siguen utilizando conceptos tradicionales, sin embargo, también se presentan definiciones
modernas en las cuales se añade un componente psicosocial, orientado básicamente en que
paciente afásico a partir de su alteración en el lenguaje, puede presentar dificultades
psicológicas como depresión, relacionado con las dificultades en las interacciones familiares
y sociales.

En cuanto a las clasificaciones, se evidencia que aún se utilizan algunas clasificaciones


tradicionales, en especial se habla sobre la clasificación realizada por Goodglass y Kaplan y
la clasificación general que divide las afasias en fluentes y no fluentes, también, se puede
evidenciar una serie de tipologías que han venido surgiendo en los últimos años, por la
necesidad de poder diagnosticar ciertos perfiles de pacientes que no se ajustan a las
clasificaciones tradicionales.

En cuanto al tratamiento de las afasias, por la diversidad de trastornos asociados, se requiere


de un abordaje multidisciplinar especializado que lleve a cabo una valoración y un plan de
tratamiento holístico, integrador y personalizado. Las afasias necesitan la intervención de un
equipo multidisciplinar formado por especialistas en neurología, neuropsicología, logopedia,
fisioterapia, terapia ocupacional, psicología, trabajo social, lingüística y la colaboración de
diferentes especialistas que el paciente requiera. Es posible evidenciar que la tendencia de
las investigaciones en cuanto a tratamientos para la afasia está enfocada en la logopedia
también llamada fonoaudiología, también, se recomienda el uso de fármacos para algunos
tipos de afasias.

Debemos tener en cuenta que hay factores que influyen en una mejor recuperación como la
extensión y localización de la lesión, especialmente evidente con relación a la recuperación
de la fluidez del lenguaje (Kertesz, 1988), la edad, la etiología, factores temporales de
instalación y tiempo desde el accidente. En este mismo orden de ideas, existe una serie de
variables individuales que puede afectar significativamente la recuperación del lenguaje,
como la personalidad y factores intelectuales, la motivación y la existencia de trastornos
asociados.

¿Porque es importante que un estudiante de psicología conozca este tema?


Es requisito fundamental que un estudiante de psicología tenga conocimiento sobre las
afasias, su clasificación, cómo se manifiesta en el paciente, y cómo esto puede afectar
psicosocialmente al individuo, ya que actualmente son recurrentes los motivos de consulta
donde familiares o el propio paciente refieren “dificultades en el lenguaje”, con esto se logra
evitar diagnósticos erróneos o confusos.

Adicionalmente, el conocimiento de este trastorno del lenguaje permite al profesional de


psicología tener la claridad en cuanto al momento en que debe remitir al paciente a
neuropsicología y cuál sería su papel de apoyo desde su profesión.

Referencias

 Villodre, R; y Morant, A. (2011). Intervención multidisciplinar en afasias. Instituto


de neurorehabilitación y afasia. INIA NEURAL Valencia: Universitat, pp 193-206

 Berthier, M.L; García Casaresa N y Dávila,G. (2011). Afasias y trastornos del habla.
Unidad de Neurología Cognitiva y Afasia. Centro de Investigaciones Médico-
Sanitarias (CIMES). Área de Psicobiología. Universidad de Málaga España;
10(74):5035-41

 Donoso, A; y González R. (2012). Trastornos del Lenguaje en el Adulto. Revista


Chilena de Fonoaudiología, Vol 11, 7-21

 González, R., Hornauer, A. (2014). Afasia: una perspectiva clínica. Departamento de


Neurología y Neurocirugía, HCUCH. Revista Hospital Clínico Universidad de Chile,
25: 291 – 308

 Martínez, E; Pino, M.; y Broche, Y. (2015). Perspectivas científicas en la


investigación de la afasia. Consideraciones teóricas. Revista Encuentros, Universidad
Autónoma del Caribe, 13(1) 75-84

 Parra, N; Benjumea, J; y Gallego, S. (2017). Características neuropsicológicas y


neurofisiológicas de los distintos tipos de Afasias. Revista Chilena de
Neuropsicología, vol. 12(2), 38-42
 Rodríguez, J. (2015). Afasia: el silencio de los inocentes. Revista Nova-Et-Vetera,
Vol. 1(8)

 González, R., Hornauer, A. (2014). Cerebro y lenguaje. Departamento de Neurología


y Neurocirugía, HCUCH. Revista Hospital Clínico Universidad de Chile, 25: 143 –
53

 Hernández, J. (2009). Afasia transcortical motora. Revista colombiana de


rehabilitación, 77-85

 Reza, L; Calderon, J; Cayambe, J; Lamingo, G; y Solórzano, M. (2018): Afasias de


Broca y de Wernicke y su repercusión en el rendimiento académico. Revista Atlante:
Cuadernos de Educación y Desarrollo.

Das könnte Ihnen auch gefallen