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INDICE
Paginas:
Introducción………………………………………………………….………………………..………….…2
El arquitecto…………….……………………………………………………………………….….………3
Movimiento Moderno……………………………………………………………………………….………7
Sistema Helios…………………………………………………………………………………………….12
Proyectos y Obras…………...……………………………………………………………………………15
Conclusión…………………………………………………………………………………….………..….19
Introducción
En ese entonces las tendencias dominantes en la arquitectura local oscilaban entre la "colonial"
y la "clásica" (pseudo-clásica francesa). Cuando en Europa los arquitectos ya no perdían el
tiempo en las polémicas del pro y en contra de la arquitectura moderna, se dedicaban
seriamente a resolver problemas reales, y por lo tanto hacían obras modernas, mientras que en
Buenos Aires la mayoría del público o ignoraba la existencia de este fenómeno o tomaba nota de
él como cosa exótica, "futurista", 'medio loca". Los pocos arquitectos que tímidamente intentaban
apartarse de los "estilos" generalmente aceptados, eran también considerados como "futuristas"
y "medio locos" La arquitectura moderna surgió a título de escándalo social.
Tras su regreso de un viaje por Brasil donde, además de visitar colegas y conocer sus obras en
ese país y de participar del Congreso Panamericano de Arquitectura en Río de Janeiro (1930),
comenzó a darle forma a varios conceptos que conformarían luego su conocido sistema Helios.
En su versión elemental, dicho sistema consiste en un corte aterrazado, protegido del sol con
una losa visera ubicada en el nivel de la cubierta, aunque puede hacerse más complejo…. Helios
será desde entonces una constante en la arquitectura de Wladimiro Acosta.
El arquitecto
Su infancia transcurrió en una casa quinta frente al Mar Negro en Odessa, impactante vivencia
temprana de amplitud espacial y belleza monumental. Educado en un ambiente intelectual de
alta cultura y riqueza artística, hijo y nieto de ingenieros, su abuelo planeó el primer ferrocarril de
Rusia, su hermana Katherine Barjansky, fue talentosa escultora y a la vez de preocupación
social; su padre fue miembro del partido socialista ruso, sus dotes naturales y la influencia de su
medio fijaron desde temprano su destino y el carácter de su obra.
Cuando en 1922 se muda a Berlín para estudiar la técnica del hormigón armado, entra en
contacto con la obra de los Expresionistas alemanes (Mendelsohn y los hermanos Luckhardt
entre otros) y se compenetra con sus postulados teóricos de vanguardia. Para esa altura ya
estaba embebido de las enseñanzas de Le Corbusier, Gropius, Hilberseimer y los
Neoplasticistas holandeses.
Luego de 8 años en Alemania, habiendo proyectado para concursos y construido algunas obras
de pequeña escala, decide viajar rumbo a América del Sur. Buenos Aires lo recibe en 1928, tan
sólo un año antes de la visita de Le Corbusier al continente. Instalado en la capital comienza
trabajando para Alberto Prebisch, una de las figuras de la modernidad argentina del momento.
Pero no tarda en descubrir que en este país “..ambos polos, el del radicalismo estético y el del
radicalismo social, se presentaban divididos a través de grupos artísticos antagónicos” (J.F.
Liernur en “Diccionario de Arquitectura Argentina”).
Sus primeras propuestas proyectuales de esa época son una continuación de preocupaciones
que fueron tema central en los círculos de vanguardia centroeuropea, de dónde Acosta provenía,
sobre todo la cuestión de la vivienda. Así nace su proyecto conocido como City Block, en el que
trabaja desde 1928 hasta 1935 y donde adapta ideas del Plan Voisin de Le Corbusier (en
particular los edificios de planta cruciforme) a la realidad urbana porteña basada en el damero
español.
En 1930 participa en Río de Janeiro del Congreso Panamericano de Arquitectura; en San Pablo,
donde los modernistas estaban vinculados a movimientos sociales, proyecta varias casas (Dr.
Walter Treuherz, Profesor J. K., Pintor A.S., Periodista R. de P.).
En 1931 regresa a Buenos Aires donde residirá en forma permanente hasta 1947. En la primera
parte de los años `30 hay una búsqueda de “reforma de vida”, el descubrimiento plástico de Río,
la relación libre volumen/piel y una crítica radicalizada a la ciudad en una dirección
“expresionista”. Se casó con la médica psiquiatra Telma Reca, a la que acompañó una
temporada en la que residió como becaria en los Estados Unidos. Su esposa sin duda influyó en
lo que sería su obra en el rubro de arquitectura para la salud, realizada hacia fines de esa misma
década.
De 1937 a 1945 realiza estudios sobre bioclimatología y acondicionamiento físico de los edificios
con el Dr. Walter Knoche.
A fines de los ´50 tiene una influyente actividad como docente en la UBA. Por encargo de ésta,
junto con algunos discípulos realiza su último proyecto, la Unidad Vecinal de la Isla Maciel.
Sus vaivenes y su búsqueda interior.
Sus traslados geográficos y andanzas le permitieron conocer de cerca las principales figuras del
movimiento, sus primeros pasos, sus aciertos y sus errores, las interpretaciones diferentes de
que fue objeto. Esos traslados, y la experiencia que de ellos derivó, han trazado en el perfil de
arquitecto. Su juventud vagabunda hizo que comenzara tarde mi propia obra independiente. Los
cambios de lugares de trabajo ocurrían cada vez que sentía agotada la experiencia que en tal o
cual atelier o al lado de tal o cual arquitecto podía adquirir. Los cambios geográficos le
significaron búsqueda y adquisición de nuevos conocimientos, encuentro con otras culturas,
otros idiomas, otros recursos técnicos, otras formas de Vida, en fin, con otros problemas
humanos y técnicos. El paso de un continente a otro significó la agudización al máximo de todas
esas diferencias, a las que se agregaron las disparidades climáticas. Aunque, según el proverbio
criollo en la formulación de Martin Fierro "vaca que cambia querencia se atrasa en la parición",
sus múltiples traslados afectaron sin duda en cantidad su obra, esas mismas periódicas
migraciones le permitieron aprehender y vivenciar intensamente las situaciones teóricamente
previstas, pero no vividas, y dar con ello un sentido de evolución más acentuado y nunca
detenido a lo poco que en esas condiciones pudo realizar. En cada lugar hubo, se observa la
necesidad de empezar desde el principio, de marcar un nuevo punto de partida, que a la vez,
estos le atraían nuevas experiencias, le exigía la búsqueda y el encuentro de nuevos elementos,
convirtiéndose en un nuevo hito, dentro de un plan cada vez más avanzado de desarrollo.
Inicios y formación académica
Acosta inicio sus estudios de arquitectura en Rusia (1914), donde imperaba la escuela más
clásica de Europa, cabe decir en su expresión más sólida y depurada, donde Asimilaban allí la
"clásica" italiana en sus expresiones más puras (Serlio, Scamozzi, Palladio). En 1918 continuo
con sus estudios en Roma, donde se graduó en 1919, y trabajo allí hasta 1922. En Italia
encontró los monumentos arquitectónicos que ansiaba conocer de cerca, pero no la atmósfera
intelectual que buscaba.
Entre tanto, en medio del escenario sereno de la Italia histórica, se gestó la tragicomedia del
fascismo. Su creciente violencia, su histriónica pose y oratoria, impregnaban, cada vez más, la
vida italiana, desplazando y ahogando todo movimiento intelectual. Poco a poco, la vida se hizo
insostenible, por lo que Acosta se traslada a Alemania para tomar contacto a las fuentes mismas
del movimiento y completar su formación de arquitecto, ya que consideraba técnicamente
insuficiente con estudios de ingeniería y planificación.
“…Me hice arquitecto precisamente en aquel momento (1919) de afirmación de la nueva técnica
y de la nueva sensibilidad. Puede ser que por ello, casi desde el comienzo, me incliné a la
teorización, investigación y experimentación….“ (Wladimiro Acosta Vivienda y Clima. Ediciones
Nueva Visión, Buenos Aires, 1976).
Cumplido este último propósito (1922-24) ejerció en Berlín y Fráncfort del Meno la profesión lo
que coincidieron con el periodo de máximo florecimiento intelectual y a la vez máxima
decadencia económica que sufrió Alemania entre las dos guerras. Fueron años de grandes
movimiento en la arquitectura, en artes plásticas, el teatro y el cine. Todo ello sobre un fondo
lúgubre de hambre, de inflación, de angustia y desmoralización de la juventud, en el que se
gestaban el nacismo y la guerra venideros. La atmósfera reinante era una mezcla de lujo
inimaginable y cruel miseria.
Para un joven arquitecto era una época excitante y desesperante a la vez. La lucha elemental
por la Vida transcurría en un trance de inspiración e incertidumbre.
Todo era fantasmagórico e inseguro. Se construía poco, pero se proyectaba mucho. Surgían
planes grandiosos a cada paso, y a cada paso se desvanecían. Trabajé con varios estudios, y
estuve en contacto con varios arquitectos, de los cuales tuvieron gran influencia en Acosta,
Michael Rachlis, (arquitecto Ruso anclado durante la primera guerra mundial en Berlin) y Fritz
Epstein, (Alemán, prácticamente autodidacta). El primero de ellos lo animó en creer en su
capacidad, en los peores momentos de su carrera en Alemania. El segundo, lo ayudo a
completar los conocimientos más profundo e íntimo de la artesanía en la Arquitectura
(albañilería, carpintería, herrería).
En la segunda parte de los años ´30 Acosta va abandonando su intención plasticista, dando
lugar a una prédica social explícita y a un determinismo climático.
En 1932 desarrolla el sistema Helios, que será una constante en su obra, y que consiste en un
corte aterrazado protegido del sol con una losa visera de un ancho y altura calculado para
permitir la protección del sol en verano y su máximo aprovechamiento en invierno, combinado
con parantes verticales que completan su acción.
De 1937 a 1945 realiza estudios sobre bioclimatología y acondicionamiento físico de los edificios
con el Dr. Walter Knoche (Director Nacional de Climatología y uno de los creadores de la Bio-
Climatología) así como con el geofísico Dr. Wladimir Borzacoff, lo lo que le permitió llegar a una
clara comprensión de los procesos fisiológicos termo-reguladores del hombre y de los
determinantes físicos de su sensación de confort climático.
En los años 50, Acosta se dedicó a viajar por distintos países junto a su esposa y a dictar
conferencias como ser en las universidades de Harvard y Cornell (Estados Unidos).. Volvió a
Buenos Aires en 1957, año en el que obtuvo el cargo de Profesor Titular y Jefe de Taller de
Composición Arquitectónica en la FAU. Su taller fue uno de los más concurridos y respetados de
la UBA y allí, bajo el lema “Hoy y aquí”, pudo desplegar sus fuertes convicciones acerca del rol
social que deberían cumplir los arquitectos.
En el año 1960, en el marco de un programa de Extensión Universitaria, tuvo un encargo para la
ejecución de los estudios y proyecto para la construcción de una unidad vecinal por etapas en la
isla Maciel.
El equipo para el proyecto estaba formado por los alumnos René Dunowicz, Arnoldo Gaite, Jorge
Ladizesky, Rubén Movia y Javier Sánchez Gómez, todos pertenecientes al taller que el mismo
Acosta dirigía en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo.
Los edificios proyectados alojarían a los integrantes de la Cooperativa de Vivienda constituida
por los habitantes de la“villa miseria” de Maciel, “cooperativa formada como resultado del trabajo
de investigación de campo efectuado durante varios años por el Departamento de Extensión
Universitaria.
Esa primavera, en la que había empezado a cosechar el reconocimiento de sus pares y
alumnos, le duró unos pocos años: el derrocamiento de Arturo Illia y la intervención en la
Universidad en 1966 terminaron por apagar su vida.
Movimiento Moderno
La primera guerra mundial produjo un parénesis en la edificación, a partir del cual la nueva
arquitectura aparece, no ya como avanzada aislada, sino como movimiento generalizado.
Esta verdadera revolución en el campo de la arquitectura y el mundo del arte, tuvo su germen en
la Escuela de la Bauhaus (1919) y su principal desarrollo en el Movimiento Moderno vinculado al
Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (1928-1959), no sin diferencias, marcadas por
las dos principales tendencias: el funcionalismo racionalista y el organicista.
Pero fue, sobre todo, el uso de los nuevos materiales como el acero y el hormigón armado, así
como la aplicación de las tecnologías asociadas, el hecho determinante que cambió para
siempre la manera de proyectar y construir los edificios o los espacios para la vida y la actividad
humana.
Los protagonistas fueron arquitectos que reflejaron en sus proyectos los nuevos criterios de
funcionalidad y conceptos estéticos. El movimiento se identifica en el momento de su máxima
expresión en los años veinte y treinta del siglo XX.
York, con motivo de la cual Henry-Russell Hitchcock y Philip Johnson escribieron el libro
International Style: Architecture since 1922.
La llegada de Hitler al poder en 1933 y el cierre de la Bauhaus provocó la salida del país de
numerosos arquitectos y creadores que habrían de difundir los principios de este movimiento a
otros países.
En 1936 se acuñó el término Estilo internacional en los EE.UU. y a menudo se llama así a todo el
movimiento.
En la segunda mitad del siglo XX se fueron produciendo tanto nuevos desarrollos del movimiento
moderno en sus múltiples posibilidades, como alternativas críticas. En las últimas décadas del
siglo se produjo incluso un radical cuestionamiento del concepto mismo de la modernidad a
Mediados del siglo XX: Reconstrucción de Europa
El Movimiento Moderno entró en crisis a fines de la década de 1950, cuando se formularon una
serie de críticas muy severas a los excesos del «estilo Internacional» y al urbanismo derivado de
la «Carta de Atenas». Un conjunto de tendencias que se reivindican a sí mismas como
continuadoras del Movimiento Moderno, protagonizan la arquitectura desde los años 1960 hasta
la actualidad.
Movimiento Moderno en Latinoamérica.
La nueva Arquitectura ¿Reforma funcional radical, estilo o moda?
La función de habitar, si se tomaba (lo que rara vez sucedía), no pasaba de la categoría de tema
secundario. La primera consigna de la arquitectura moderna fue un llamado al orden, a la
cordura. Se recordó que la función, la finalidad intrínseca del edificio era alojar al hombre.
Limado de su falso revestimiento decorativo como ser columnas, pilares, ménsulas, etc.,
pegadas a su estructura estática, el edificio empezó a quedar desnudo en su anatomía.
Pero la máquina, la pura expresión espacial de la función, que, por lo tanto, tenía que
representar su perfecta estética defraudó a los nuevos estetas, defraudo a los nuevos estetas.
No resultó ser ni tan pura ni tan perfecta. Por lo contrario, ella misma se contagió del estilo
"funcionalista", que a la larga resultó ser tan ajeno a la función como podría serlo cualquier otro
estilo. Ella misma comenzó a decorarse, sacando para esto cada vez mayor partido del avance
de la técnica propia de la evolución fabril. El revestimiento decorativo de la máquina resultó ser
tan caprichoso y voluble como lo era un edificio en la época pre-moderna, con el agravante de
que la sucesión periódica y la renovación de los aspectos decorativos de la mayoría obedecía,
en su mayor parte, a fines netamente comerciales, ni más ni menos que la sucesión y renovación
de las modas femeninas.
Basta echar una ojeada retrospectiva a los primeros "evangelios" de la arquitectura moderna,
que buscaban apoyo en la belleza del auto, por ejemplo, para convencernos de cuán efímeros
resultaban los valores estéticos que servían de guía en aquel entonces.
La mejor manera de introducir cordura en la vivienda era ordenar su planta. En la planta se pudo
distribuir convenientemente las distintas dependencias de la casa, darle el tamaño y volumen
correspondientes, ubicarlas, agruparlas y vincularlas entre sí de acuerdo a la función que
desempeñaban en el complejo proceso de habitar. Esto significo a la vez la reducción de algunos
elementos y el aumento de otros de acuerdo a la real importancia de su rol en este proceso. La
planta de la casa se hizo de esta manera su decisiva y más expresiva representación.
El transcurso de tres décadas fue tiempo suficiente para que la vasta experiencia acumulada
pusiera en evidencia algunas aberraciones iniciales. La mera reducción del tamaño de los
locales, la simplificación de las formas, no podían de por sí resolver los múltiples problemas
planteados sino en parte.
Muchos nuevos problemas se han cristalizado a medida que la evolución de algunos nuevos
conceptos científicos y su asimilación por los teóricos de la arquitectura lo ha permitido.
Uno de los temas que dio origen a búsquedas, reflexiones y estudios, fue, por ejemplo, el dé la
adaptación al clima. Nuevos conocimientos sobre las sensaciones térmicas y la percepción
climática del hombre han dado pautas a nuevo: medios para conseguir su bienestar ambiental.
Reflexiones sobre la nueva Arquitectura.
De 1932 datan las siguientes reflexiones de la nueva arquitectura que formulo Acosta (Wladimiro
Acosta Vivienda y Clima. Ediciones Nueva Visión, Buenos Aires, 1976), tratando de señalar los
rasgos esenciales que la colocan en categoría radicalmente distinta a la de moda arquitectónica,
y permiten avistar en ella los caracteres de un movimiento que por primera vez ocurre en nuestra
civilización:
- No existe en realidad ningún estilo Moderno:
Las formas evolucionan de acuerdo con el progreso técnico y el desarrollo de nuevos conceptos
de vivienda, liberándose cada día más de las anticuadas tradiciones estéticas y preconceptos
colectivos; el progreso no puede caber de ningún modo dentro del marco rígido de un estilo
estancado.
2) ampliación del dominio del hombre sobre el mundo que lo rodea, mediante una reforma radical
de su vivienda, sea una choza o un palacio.
La nueva arquitectura erige grandes construcciones, pero ellas no son más castillos feudales o
palacios reales, sino viviendas colectivas o edificios públicos.
2) colaboración con los técnicos y representantes de la gran industria para elaborar las bases
técnico-económicas para la realización de las reformas radicales que resulten de los estudios
mencionados. Estandarización, industrialización.
Para elaborar los estándares científicos se toma como constante el factor biológico; los factores
técnico y económico son en este caso las funciones variables. Esto significa que, en la nueva
arquitectura, los factores- técnicos económicos,, a pesar de toda su importancia, tienen que estar
subordinados al factor biológico-social. La vivienda es ante todo un instrumento al servicio del
hombre, un instrumento de funciones muy precisas, y hay ciertos mínimos, determinados por las
bases biológico-sociales, que no pueden ser menoscabados por razones técnico-económicas.
Sistema Helios:
Se conocen muchas definiciones del término vivienda. Pocas sin embargo, determinan con tanta
precisión el sentido higiénico y biológico de la vivienda como la que formuló, a fines del siglo
pasado, él higienista francés Jules Arnould: "La vivienda ves la protección contra-las influencias
nocivas del mundo exterior. No es solamente un simple abrigo contra los factores
meteorológicos, Sino la creación un nuevo medio ambiente, que debe conservar todas las
Propiedades químicas y biológicas benéficas de la atmosférica aire puro, sol, imprescindibles
para la salud".
Es decir, que la vivienda no debe ser tan sólo una mera protección contra el calor, la intemperie,
el frío y el viento, sino que ha de representar un instrumento perfeccionarle, cuya función
consiste en posibilitar una buena adaptación de hombre a su ambiente físico: y el clima.
La finalidad de la vivienda es, en este sentido, proporcionar al hombre un "clima privado". Pero
si, para ello, la vivienda interpone entre el hombre y el mundo exterior una combinación de
superficies termo-aislantes e impermeables (techo, paredes, piso), no debe constituir un medio
cerrado, aislado de la naturaleza. Debe permitir el asoleamiento, la iluminación y la aireación de
su interior, y la posibilidad de comunicación visual con el paisaje.
En la búsqueda de una conformación arquitectónica que, por si misma provea de modo óptimo
los elementos de regulación de la temperatura interior y, por lo tanto, de confort térmico, ha sido
el móvil que ha llevado a Acosta a la creación de la forma y el uso de los recursos constructivos
que, en razón de su finalidad fundamental, de permitir el aprovechamiento del sol y a la vez,
evitar el calor excesivo, regulando su entrada y la exposición del edificio al sol, asignándole el
nombre de Arquitectura Helios.
"… el arquitecto (architectore) será aquel que con un método y un procedimiento determinados y
dignos de admiración haya estudiado el modo de proyectar en teoría y también de llevar a cabo
en la práctica cualquier obra que, a partir del desplazamiento de los pesos y la unión y el
ensamble de los cuerpos, se adecue, de una forma hermosísima, a las necesidades más propias
de los seres humanos" (del Proemio). "El arte de la construcción en su totalidad se compone del
trazado y su materialización (…) el trazado será una puesta por escrito determinada y uniforme,
concebida en abstracto, realizada a base de líneas y ángulos y llevada a término por una mente
y una inteligencia culta" (Leon Battista Alberti, De Re Aedificatoria, 1452 - del Lib. I, Cap. I).
Los primeros ensayos sobre este tipo de vivienda datan del año 1932. Por primera vez fue dado
a conocer en la revista “Casas y Jardines”: luego lo expuso en su libro “Vivienda y Ciudad”.
Proyectos y obras:
- Proyecto del City Block, en el que trabaja desde 1928 hasta 1935 y que es una fusión de los
proyectos de la Grossttadt de Hilberseimer y el rascacielos cruciforme de Le Corbusier, con
el damero porteño.
- Fue contratado como asesor urbanista por la Provincia de Santa Fe y proyectó un hospital,
un leprosario y una colonia para alienados. Durante esos años también escribió varios
artículos para la revista Nuestra Arquitectura y se dedicó brevemente a la escenografía.
- Sus pensamientos están volcados en sus libros Vivienda y Ciudad (1936) y Vivienda y Clima
(publicado en forma póstuma en 1976 por su esposa Telma Reca y los arquitectos Ruben
Movia y Arnaldo Gaite).
El período más fructífero es entre 1935 y 1945: Villa del Parque, La Falda, Bahía Blanca, Ramos
Mejía (1939), el primer proyecto de vivienda colectiva del Hogar Obrero (1941), Figueroa Alcorta
(1942), Castelar (1944).
Realizó la mayor parte de su obra en Argentina, durante las décadas de 1934 y 1940,
destacando entre sus proyectos las viviendas unifamiliares.
Vivienda tipo “Helios”
La planta baja está protegida del sol por una losa visera que sobrepasa la altura de la terraza
del piso superior. En la planta alta están los dormitorios, con una terraza al frente. Sobre la
terraza, hay un techo con una amplia abertura rectangular. La parte posterior de este techo tiene
una saliente calculada como losa visera para los dormitorios. La parte anterior constituye la losa
que protege del sol la planta baja de la casa. La altura y la saliente de la losa visera, así como la
cornisa que protege los dormitorios de la planta alta, fueron calculadas de acuerdo con la latitud
del lugar
Las sombras de los aleros cualifican la masa edificada, repiten como un dispositivo eterno las
axonométricas de estudios de sombra…Los aleros son dispositivos de control pero también otra
cosa, enmarcan nubes por ejemplo. Son dadores de escala.
Espacios amplios y sobrios, doble altura, clara funcionalidad, iluminación natural, grandes paños
vidriados para captar ricas visuales hacia el exterior, ambientes principales ubicados hacia la
mejor orientación, control del asoleamiento, ventilación cruzada, materiales nobles y excelente
calidad constructiva son constantes de la obra de Wladimiro Acosta presentes en esta casa.
El muro del living es de piedra de color amarillento, a la vista tanto hacia el exterior como hacia el
interior. El resto de las paredes son de revoque pintado de blanco. Los aventanamientos de
grandes dimensiones están resueltos con carpintería de madera y cortinas de enrollar. Losas
viseras hacia el oeste y el norte regulan la entrada del sol en el sector del living; hacia el norte se
forma un amplio espacio de sombra delante del living. Los dormitorios están asimismo protegidos
del sol por un gran alero. El techo es plano en el sector de living e inclinado en el área de
dormitorios.
En ella están presentes muchos de los aspectos con los que repensó la forma de habitar y que
se repiten a lo largo de su obra, de gran importancia para la arquitectura moderna argentina.
Conclusión
Si bien muchas de sus ideas habían sido ya experimentadas por algunos otros arquitectos de su
época, el valor de sus propuestas tiene que ver con la superación del funcionalismo más
acérrimo, con su desvinculación del modelo moderno tan ampliamente repetido, abandonando
cierto autismo para dar paso a una dialéctica con cada contexto donde se emplazarán sus obras.
Fueron incontables las figuras que marcaron el camino de la modernidad del país, quizá
Wladimiro Acosta sea lo más cercano que hubo por estas latitudes a un Maestro de la
Arquitectura, en el sentido del relato épico global que se instaló desde el surgimiento del
Movimiento Moderno en Europa. En el país fue sin dudas el primero en vincular la vanguardia
formal con la vanguardia teórica, los avances técnicos con las preocupaciones sociales y
humanas, camino que posteriormente recorrerían muchos otros arquitectos, hasta nuestros días.
"El espacio ideal debe contener en sí elementos de magia, serenidad, embrujo y misterio. Creo
que estos pueden inspirar la mente de los hombres. La arquitectura es arte cuando consciente o
inconscientemente se crea una atmósfera de emoción estética y cuando el ambiente suscita una
sensación de bienestar" (Luis Barragán - Discurso de aceptación del Premio Pritzker de
Arquitectura, 1980)
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Material Audiovisual:
- https://www.youtube.com/watch?v=PCRnq2n3Nlg