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Al entrar en la Edad Moderna, comenzamos a observar cómo el hombre empieza a convertirse en el centro del universo y,
por ello, comienzan a aflorar diferentes corrientes filosóficas encabezadas por pensadores que se han convertido en
personalidades dignas de estudio ya que renovaron la concepción del mundo y la de humanidad.
Supremacía del ser humano frente a la religión
En la Edad Moderna el hombre las cuestiones humanas y naturales empiezan a adquirir una gran importancia dentro del
debate filosófico; esto hace que los aspectos religiosos empiecen a formar un segundo plano pero sin llegar a desaparecer
del todo. Este cambio viene dado por la nueva ciencia promovida por Galileo que aboga por una interpretación mecanicista
de la realidad aportando datos seguros e indudables.
Esta nueva concepción científica influye a las corrientes filosóficas que empiezan a replantearse aspectos de sí mismos y de
la realidad que puedan ser verificables y comprobados científicamente.
Pensamiento y realidad: consideraban que existía una relación directa entre el pensamiento humano y la realidad
creyendo que nuestra mente tenía la capacidad natural de conocer la realidad si sabíamos cómo usarla.
Conocimiento deductivo: es decir, tal y como se establece el conocimiento en ciencias como las matemáticas, los
racionalistas creían que para poder averiguar el funcionamiento del mundo teníamos que partir de las premisas de una
idea para, así, llegar a sus conclusiones. Si la premisa resultaba ser verdadera, entonces la conclusión también lo sería
aunque no hubiera manera de probarlo.
Exclusión de la experiencia: los racionalistas NO experimentaron sus propias tesis de forma real sino que, únicamente,
realizaban su debate mediante la razón, las ideas y el pensamiento ya que consideraban que si lograban pensar de
forma correcta, hallarían la auténtica realidad.
La filosofía moderna y el empirismo
Esta palabra procede del griego "empeiría" y se refiere a la experiencia, aquello experimentado; así pues, podemos
deducir que esta doctrina se basa en la necesidad de la experimentación para poder conocer la realidad. Esta experiencia
puede ser tanto de sentido psicológico, es decir, que vamos teniendo conocimiento a medida que tenemos experiencia,
como epistemológico, es decir, que legamos al conocimiento después de haberlo experimentado personalmente. Uno
de filósofos de la Edad Moderna empíricos que más destaca es Francis Bacon. Bacon defendía el razonamiento
inductivo, es decir, lo contrario que los racionalistas que, como hemos dicho antes, defendían el deductivo. ¿Y qué
significa exactamente este tipo de lógica inductiva? Pues que era necesario evaluar las pruebas, la experiencia, para
poder refutar una tesis; las pruebas pueden indicarnos qué probabilidad de veracidad tienen los argumentos propuestos
y, por tanto, nos acerca a un mayor conocimiento de la naturaleza. Así pues, según los empíricos NO existe la posibilidad
de que un argumento sea considerado completamente válido porque los datos que nos darán la experiencia siempre
serán tratados como "probabilidades". Así, no se usa el término de verdad sino que aparece la fuerza inductiva, es
decir, el grado de probabilidad que tiene una tesis de ser real.
Sin embargo, Bacon no es el único empírico que nos dio la Modernidad, sino que también cabe destacar a Locke,
Bekeley y Hume que fueron los que dieron forma y sistema a esta corriente filosófica. Dentro de las características de
la filosofía moderna empírica, destacamos lo siguiente:
Rechazo de las ideas innatas: según el empirismo, el ser humano no tiene ideas de forma natural sino que las va
consiguiendo a medida que va viviendo en el mundo y, por tanto, va acumulando experiencias.
El conocimiento procede de la experiencia propia: esta puede ser tanto interna como externa, pero las propias vivencias en
el mundo son las que nos darán nuestra base filosófica y nos permitirán conocer mejor la naturaleza.
Importancia de las sentidos: a diferencia de los racionalistas, esta corriente promovía que los sentidos y sensaciones eran la
base del conocimiento porque este comienza con la propia experiencia.
Se trata de un movimiento metafísico que considera que incluso el ser humano es una idea y, por tanto, la verdad que tanto
estamos buscando no existe más que en nuestra mente. Como ves, esta concepción rompe totalmente con el realismo y,
en parte, también con el empirismo siendo, así, una auténtica revolución en la historia del pensamiento.
De los autores de la filosofía moderna que defendieron el idealismo destacamos a Kant y a Hegel. Las
principales características de la filosofía moderna del idealismo son las siguientes:
La realidad es subjetiva: no existe una realidad "extra-mental", es decir, fuera de nuestra mente. Sí que creen que la
reflexión puede ayudarnos a conocer mejor nuestra naturaleza pero estos pensamientos siempre estarán vinculados a la
persona que los está razonando, por tanto, serán subjetivos.
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