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Uno de los temas más recurrentes por parte del empresariado a nivel nacional, es lo que se refiere
a lo que ellos consideran un freno para el desarrollo, como lo es una educación de mala calidad y lo
que redunda en una baja productividad.
Si analizamos esta visión empresarial, no podemos dejar de reconocer que en parte tienen razón,
pero el resultado final, no es consecuencia de algo tan simple como esta afirmación, y tiene
innumerables causas que nunca se mencionan, y donde los trabajadores tienen mucho que aportar.
De partida, hay que reconocer que el desarrollo integral del país, no está actualmente ligado a la
gestión del empresariado, sino que esto está ligado directamente a las capacidades de sus
trabajadores, quienes son los que gestionan operativamente para alcanzar los resultados esperados
(llámense gerentes, supervisores, y operarios en general). Todos ellos trabajadores que con su
intelecto y aporte físico, son los que mueven las industrias que generan las riquezas.
Es indudable que un trabajador mejor preparado puede incidir muy favorable en el desarrollo del
país, más aún cuando toma conciencia que su aporte laboral, se refleja en un mayor bienestar social,
que beneficia a su familia, sus amigos y al pueblo en general.
Antes de continuar estimamos necesario establecer algunas definiciones formales relacionadas con
el concepto de calidad, y que nos servirán para analizar y entender que se espera de la calidad.
Real Academia Española: “Propiedad o conjunto de propiedades inherentes a una cosa que
permiten apreciarla como igual, mejor o peor que las restantes de su especie”.
Extractado de Wikipedia/calidad
Resumiendo lo anterior, podríamos establecer nuestra propia interpretación de la calidad, que
entendemos como:
CALIDAD
Calidad es satisfacer las expectativas del cliente, cumpliendo con los requisitos del pedido y con
un resultado adecuado al uso previsto
MEJORAR LA PRODUCTIVIDAD
En forma simple lo podríamos sintetizar como:
“ Hacer lo mismo con menos”
“hacer más con lo mismo”
Más aún las definiciones modernas de calidad nos llevan a otra definición, que la podríamos asociar
a desafíos de innovación, o lo más probable a acentuar necesidades de nuevos consumos, Esta es:
“Calidad es entregar al cliente no lo que quiere, sino lo que nunca se había imaginado que quería y
que una vez que lo obtenga, se dé cuenta que era lo que siempre había querido”.
Cuando nos empeñamos en entregar una respuesta que satisfaga las expectativas de calidad, será
necesario establecer que calidad esperamos, y ante esto se nos presenta una gran disyuntiva
respecto a lo siguiente: