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LA SALUD DEPENDE

TOTALMENTE DE LA ENERGIA.
Parte I
Por: N.D. José Ramón Ortiz A.

LOS SERES HUMANOS SOMOS ENERGIA. ADEMAS VIVIMOS EN UN


AMBIENTE ELECTROMAGNETICO DEL CUAL NO PODEMOS AISLARNOS.

Hoy en día sabemos que cualquier pensamiento puede producir modificaciones en


nuestro cuerpo, esto debido a la segregación de ciertas hormonas y la liberación
de neurotransmisores químicos. Es así como se alteran los latidos del corazón,
aumenta el ritmo de la respiración y la oxigenación de nuestro cerebro, y además
cambia nuestro sistema inmunológico. Todas estas acciones corporales se
producen a causas de nuestros pensamientos.

Estos nuevos hallazgos nos llevan a reconocer un nuevo paradigma concebido por
la física cuántica y la cosmología y nos obligan a modificar nuestra forma de
actuar y de pensar, además de reconocer que existen unas energías internas y
externas que podemos aprovechar para evolucionar y armonizar nuestra vida y
nuestro cuerpo.
LOS TEXTOS SAGRADOS Y LA FISICA CUANTICA..

Los antiguos chamanes conocían estas energías y las utilizaban en beneficios de


ellos y para sus pueblos. Su mundo estaba unido, todos formaban parte de un
Todo. Así lo explicaban los sabios Srihs de India en sus textos sagrados, las
Upanishads. También lo advertían los antiguos textos del taoísmo, el budismo,
el zen, y la tradición sufí.

Años más tarde, la física cuántica y la cosmología estudiaron esa manera de


pensar de los chamanes. Descubrieron que los Upanishads, revelaron unos
conceptos sobre el hombre, la materia, el Universo y la realidad del mundo que
nos rodea, y confirmaron con sus grandes equipos de alta tecnología, como los
grandes telescopios, sus aceleradores de partículas y sus teorías matemáticas lo
que los viejos escritos sagrados habían señalado.

Para los sabios rishis el mundo que nos rodea es “maya” o “mahamaya”, es decir
un espejismo, algo que, en realidad, no es como lo vemos o lo sentimos. Algo que
los físicos cuánticos ya habían señalado cuando descubrieron que somos
moléculas con profundos vacios entre los núcleos y las partículas que giran
alrededor. Pero además, se sabe hoy en día que esas partículas son en ocasiones
ondas y tienen la capacidad de comunicarse entre ellas.

Los tantras aseguran que el universo puede considerarse como una emanación de
la mente (“mahamaya”), es decir, la mayor de las ilusiones. Pero además los rishis
al hablar del alma decían: “La centésima parte de la punta de un pelo, entre cien
nuevamente dividida, del tamaño resultante ha de saberse que es el alma y que
hasta al infinito extiende su forma”. En sus textos antiguos nos hablan del Todo, e
insisten que formamos parte de un Todo que, de una u otra forma estamos unidos
a todas las cosas que nos rodea. Los físicos cuánticos también reafirman que
somos parte de un Todo, que todo influye en todo, que nada está aislado.

En los textos védicos, nada significa movimiento o vibración. Brahma crea la


materia y nada es el primer movimiento producido por la consciencia cósmica
pensante. Coincidencialmente la física cuántica revela que la sustancia Primordial
del Universo parece ser una onda/partícula o quanta. En el universo todo está en
vibración, no existe la materia paralizada, hasta la roca más dura tiene en su
interior átomos y moléculas que vibran.

Si las partículas son capaces de convertirse en ondas energéticas y están sujetas


a la influencia del observador, es decir de nosotros, entonces podemos alterar ese
submundo interior y exterior aprovechando y modificando el comportamiento de
esas ondas energéticas. Sabemos que nuestros pensamientos influyen en nuestro
cuerpo y mas allá de el, en consecuencia tenemos la oportunidad de moldear
nuestro pensamiento y de cambiar nuestra vida.

CONTINUARA

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