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Quiere decir todo ello que el ser humano no está `determinado´ por sus
predisposiciones a ser un criminal; nadie está `condenado´ a ser un drogadicto, o un
alcohólico. Las personas nacemos con unas predisposiciones genéticas y psicológicas,
pero las podemos encauzar a lo largo de nuestra vida en un sentido u otro. De ahí que,
como nos recuerdan Zubiri y Aranguren, los seres humanos contamos con dos tipos de
propiedades: aquéllas que no elegimos, porque nacemos con ellas o las recibimos de
nuestro entorno social (la `lotería natural y social´), y otras que vamos adquiriendo poco
a poco por apropiación, es decir, otras de las que nos vamos apropiando.
- ``Es la ciencia de los valores que dirige, orienta e ilumina nuestra libertad para
vivir de acuerdo a la dignidad de la persona y al misterio que encierra la misma´´
Ahora bien, como la distinción entre ética (como filosofía moral) y moral
(como saber de la vida cotidiana) es un negocio que sólo importa en buena ley a los
filósofos, es perfectamente legítimo en la vida cotidiana –en el habla ordinaria, en los
medios de comunicación- emplear indistintamente las expresiones moral y ética, y decir
de los valores o de las normas que son morales y éticas, refiriéndose en ambos casos a la
forja del carácter.
La caracterización de la Etica como Filosofía moral nos conduce a subrayar que esta
disciplina no se identifica, en principio, ningún código moral determinado. Ahora bien,
esto no significa que permanezca ``neutral´´ ante los distintos códigos morales que
hayan existido o puedan existir. No es posible semejante ``neutralidad´´ o ``asepsia
axiológica´´, puesto que los métodos y objetivos propios de la ética la comprometen con
ciertos valores y la obligan a denunciar a algunos códigos morales como ``incorrectos´´,
o incluso como ``inhumanos´´, al tiempo que otros pueden ser reafirmados por ella en la
medida en que los encuentre ``razonables´´, ``recomendables´´ o incluso ``excelentes´´.
En este sentido los creyentes reconocemos la existencia de un sustrato moral común que
alimenta la vida y el comportamiento de todas las personas y que se asienta sobre el
valor y la dignidad de la persona. Sin embargo, profesamos que la fe cristiana impregna
toda la vida de la persona y que lejos de mermar el empeño ético intramundano, lo
fortalece desde un horizonte de trascendencia.
1.4 La Etica como ciencia
- por deducción, la mente parte de un principio o ley universal para explicar algo
particular o para obtener conclusiones o aplicaciones concretas de lo general.
La ética debe, pues, empezar por reconocer los datos de la conciencia moral para tratar
de interpretarlos, y al descubrir su significación última, llegar a los principios que hacen
posible la deducción. O sea, hay que partir del hecho moral para reducirlo al
fundamento último de su significación y de su valor (método reductivo).
La ética es la ciencia que nos indica cómo formar nuestro carácter (no
en el sentido de temperamento), sino ``como modo de ser´´ como ``forja del carácter´´,
como la paulatina apropiación de una segunda naturaleza, que tenemos que ir haciendo
inteligentemente si queremos vivir mejor.
A nivel social ayuda a construir una sociedad que pueda albergar sujetos con dignidad
humana. Una sociedad, dirá María Zambrano,`` que sea adecuada a la persona humana;
su espacio adecuado y no su lugar de tortura. En este sentido si se hubiera de definir la
democracia podría hacerse diciendo que es la sociedad en la cual no sólo es permitido,
sino exigido, el ser persona´´
- Fundamentar la moralidad, es decir, intentar dar razón de por qué hay moral o
cuáles son las razones por las que tiene sentido que los seres humanos se
esfuercen en vivir moralmente, ``la cuestión del fundamento de lo moral´´
- Y, por último, procurar aplicar a los distintos ámbitos de la vida social los
resultados obtenidos en las dos primeras funciones, de manera que se adopte en
esos ámbitos sociales una moral crítica (racionalmente fundamentada) en lugar
de un código moral dogmáticamente impuesto o de la ausencia de referentes
morales (cuestiones de ética aplicada). Porque la ética es un saber moral, y no
sólo un saber acerca de la moral.
1.8 Contraste entre el ámbito moral y otros ámbitos (Adela Cortina y Emilia
Martínez, Etica, Akal, Madrid, 1996, pp 40-49
Bibliografía