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Asignatura: Psicología General

Clase 4

Lic. Federico de la Vega


El Paradigma de la Complejidad y las tendencias actuales de la
Psicología
La semana anterior se trabajó a Sistémicos, Constructivistas y Construccionismo
Social. Como vieron en la clase de Gladys Adamson, tanto el Constructivismo como el
Construccionismo Social, tienen en común su enfrentamiento con la idea racional-
positivista de la existencia de un "mundo real" que sea ajeno al ser humano y que pueda
conocerse de manera objetiva y certera. Vimos, además, como ambas corrientes
coinciden en reconocer el papel constructivo del conocimiento y del lenguaje. También se
señaló como para ellos, al ser constructores de la realidad, no podemos considerar un
lugar exterior desde donde poder observarla.

Este pensamiento articula con el Paradigma de la Complejidad en tanto que, en


ambos casos, autorreferencia y reflexibilidad construyen conocimiento. También se puede
ver como la capacidad de objetivar del ser humano consiste, precisamente, en convenir,
en lograr acuerdos en el seno del colectivo ya que, lo que el paradigma anterior del
positivismo, llama "el mundo objetivo" es, para las ciencias de la complejidad, una
"construcción imaginaria compartida"

Para esta última clase de la materia Psicología General proponemos adentrarnos en


ese cambio paradigmático como forma de acercarnos a un objeto de conocimiento del
que estas escuelas son eco o precursores y, unido a ello, intentaremos realizar un punteo
de las tendencias más actuales dentro de la Psicología. Partiremos, para comenzar el
recorrido, del siguiente presupuesto: un paradigma, un modo de ver el mundo, funciona
mientras es relativamente congruente con la dinámica de la realidad social de la que
busca dar cuenta. Esto no es solamente así en las Ciencias Sociales ya que también, en
las Ciencias Naturales, hay un límite de lo pensable o impensable que está atravesado
por esa organización social, sus presupuestos, los cambios tecnológicos, los nuevos
instrumentos de observación (que provienen de una determinada organización social que
los produce) etc.

Los cambios, las nuevas organizaciones de la realidad, podríamos afirmar, generan


preguntas que nuevas conceptualizaciones buscan responder. Pensemos, por dar un
ejemplo proveniente del psicoanálisis, en la Clínica del Vacio. Para ella los nuevos
síntomas no se constituyen en torno a la dialéctica entre represión y retorno de lo
reprimido, sino que se configuran con relación a la identidad misma del sujeto. La Clínica
del Vacío afirma que el sujeto contemporáneo (y como resultante de un discurso
capitalista que ya no reprime los cuerpos sino que actúa sobre la dimensión de la falta
degradándola a la condición de vacío) alojaría un vacío de sentidos que es producto de
ese discurso y al que el consumo de objetos promete llenar. Una problemática donde un
abordaje clínico, muchas veces, va a tener que ver con el formar pequeños grupos de
personas que padezcan el mismo síntoma.

En el ejemplo anterior, la emergencia de nuevos síntomas que marcan el paso de la


sociedad disciplinar a la del consumo implica nuevas conceptualizaciones para
comprender y abordar el síntoma pero sin necesidad de romper con el corpus conceptual
previo. A veces los cambios son tan profundos que, lo que se necesita, es modificar el
“edificio conceptual entero”, el paradigma desde el que se ve. Desde nuestra perspectiva
existe una interrelación dialéctica donde, los cambios fácticos, van a precisar de nuevos
esquemas para pensarlos y donde, estos nuevos saberes, van a actuar en el mundo
fáctico, en muchos casos modificándolo.

Lo antedicho sirve para ubicarnos en el eje de esta clase que va a tratar acerca de las
nuevas formulaciones de la psicología que se engloban dentro del cambio de modelos
generales para ver los fenómenos denominado Paradigma de la Complejidad. La
psicología clásica buscó leyes generales que explicaran todo fenómeno psíquico y, este
modelo, entró en crisis en los 70. Por eso en corrientes como el Constructivismo,
Construccionismo Social y posteriores podemos rastrear formulaciones que intentan
resolver lo que, para ellos, es una incapacidad de la psicología clásica de captar la
articulación entre macro y micro, cuerpo y mente, objetivo subjetivo etc.

Si vamos a partir de un cambio paradigmático y epistemológico para pensar ciertas


producciones y cuestiones de la psicología en las últimas décadas empecemos,

2
entonces, por recordar a que refiere un paradigma. En una definición de 1962 que aún se
`

toma de modelo, el filósofo y científico Thomas Kuhn expresó que un paradigma es el


pilar de la investigación, que opera como definitorio de problemas y métodos y, además,
es asumido por una comunidad científica que va a basar su práctica en presupuestos,
terminología, canales de comunicación, métodos y valores comunes propuestos por ese
paradigma. De ahí que podamos decir que, un paradigma, implica un conjunto coherente
y relativamente autónomo de premisas que operan como modelo organizador y
suministrador de una orientación epistemológica. Es decir que, en resumen, los modelos
paradigmáticos son modelos que proporcionan el "contexto" en que se forman los
distintos modelos teóricos y enmarca las directrices generales de agrupamiento de las
diferentes teorías.

Como modelo paradigmático, entonces, los supuestos de la complejidad son los que
van a dar un “contexto”, que va a enmarcar varios de los modelos teóricos de la
Psicología en las últimas décadas. Este paradigma no corresponde solamente a una
reacción al racionalismo clásico, ni al positivismo en las ciencias, sino que es, sobre todo,
una toma de posición epistemológica y filosófica que estudia los fenómenos del mundo
asumiendo su complejidad. Que busca crear modelos predictivos que incorporen la
existencia del azar y la indeterminación. Que opera como una forma de abordar la
realidad que se extiende tanto a las Ciencias Naturales como a las Ciencias Sociales.

Las primeras referencias al Paradigma de la Complejidad las va a dar Edgar Morin


para poder dar cuenta de la producción de pensamientos convergentes que ya se estaban
sucediendo en las distintas ciencias. Por ejemplo la Teoría de los Sistemas Complejos de
Friedrich Hayek, que es un modelo explicativo de los fenómenos del mundo con
capacidad predictiva. Lo interesante del Paradigma de la Complejidad es que no opera
solo como un marco epistemológico sino que, también, puede operar como una opción
ético-ideológica que, asumiendo las aportaciones de la ciencia de la complejidad, es
orientadora de un modelo de pensamiento y de acción en el mundo de lo social. El
Paradigma de la Complejidad constituye, a la vez, una forma de pensar y una propuesta
para el accionar que orientan el conocimiento de la realidad y la adquisición de criterios
para posicionarse y cambiarla. La dimensión ética en autores como el mismo Morín y
Maturana es claramente reconocible y propone, por ejemplo, la idea de equidad como
superadora a la idea de igualdad o, también, frente al concepto de dependencia

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establecido por las sociedades dominantes reivindica la inclusión del concepto de
autonomía, que incluye la responsabilidad y la solidaridad.

Modelo para el pensar, propuesta para el actuar, Edgar Morin es quien define los siete
principios básicos, complementarios e interdependientes del pensamiento complejo que
son:

 El principio sistémico u organizacional que permite relacionar el conocimiento de


las partes con el conocimiento del todo y viceversa, de manera tal que, para
comprender cualquier fenómeno o acontecimiento, será necesario estudiar las
partes y el todo al mismo tiempo, ya que, en todo sistema u organización, los
cambios que se producen en los elementos constitutivos también originarán
cambios en su nivel general.
 El principio hologramático que, partiendo del funcionamiento de un holograma
donde cada una de las partes que lo conforman tiene a su vez el registro de la
totalidad, nos muestra que no sólo la parte está en el todo, sino que, el todo, está
en la parte. (Pensemos, por ejemplo, como una sociedad está conformada por la
totalidad de sus integrantes que, a su vez, tienen internalizada esa sociedad como
totalidad).
 El principio del bucle retroactivo (o feedback) que refleja como una causa actúa
sobre un efecto y, a su vez, éste sobre la causa quebrando así la lógica
unidireccional del pensamiento clásico. El bucle retroactivo es el principio que
permite comprender el mecanismo autor regulador que permite la autonomía de un
organismo.
 El principio del bucle recursivo, en el cual los productos y los efectos son, al mismo
tiempo, causas y productores de aquello que los produce. Este principio, que va
más allá del anterior, desplaza la noción de regulación por la de autoproducción y
auto-organización. Los productos y los efectos son, ellos mismos, productores y
causadores de lo que los produce (como por ejemplo, si seguimos pensando la
sociedad , allí se puede ver que, ésta, es producida por las interacciones entre
individuos, pero que, una vez producida, retroactúa sobre los individuos y los
produce ya que, el individuo, hace cultura y la cultura hace a los individuos)
 El principio de autonomía / dependencia por el cual los seres vivos son seres auto-
organizados que se auto- producen sin cesar. Es decir que operan como sistemas
autónomos pero que, paradójicamente, dependen de la energía del medio para
salvaguardar su autonomía.

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 El principio dialógico que opera asociando y uniendo díadas de conceptos que
son, a la vez, complementarios y antagonistas. Conceptos que, aunque
aparentemente opuestos, son indisociables y conjuntamente necesarios (como,
por ejemplo el orden y el desorden que pueden permitir la emergencia de una
nueva organización).
 El principio de reintroducción con el que se señala que, todo conocimiento, es una
reconstrucción /traducción que lleva a cabo una persona, de acuerdo a una cultura
y tiempo específicos.

Ideas como que, para comprender cualquier fenómeno o acontecimiento, será necesario
estudiar las partes y el todo al mismo tiempo. Que no sólo la parte está en el todo, sino
que, el todo, está en la parte. Que una causa actúa sobre un efecto y, a su vez, éste sobre
la causa. Que los productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de
aquello que los produce. Que los sistemas autónomos, para su funcionamiento,
dependen del medio. Que díadas de conceptos aparentemente opuestos son
indisociables y conjuntamente necesarios. Que todo conocimiento es una
reconstrucción /traducción que lleva a cabo una persona, de acuerdo a una cultura y
tiempo específicos, son, sin dudas, ideas muy desafiantes y ricas en implicancias para
pensar el psiquismo, la subjetividad, el sistema terapéutico. También los son para
nosotros como psicólogos sociales.

Vale aclarar que algunas ideas análogas a estos principios recién enunciados ya
estaban, de manera parcial, en teorías como las de la Gestalt y el Interaccionismo
Simbólico. Es claro que todo desarrollo parte de antecedentes pero, como pensamiento
total, solo termina de formularse en el Paradigma de la Complejidad. Como dice Sergio
Moriello1 “El pensamiento basado sobre el nuevo paradigma complementa al pensamiento
reduccionista. Se focaliza en las interrelaciones, en las interconexiones y en las
interdependencias, en las causalidades múltiples y en las realimentaciones. Es que
ningún fenómeno de la Realidad tiene una única causa; las relaciones causales
constituyen una enorme trama y en esa inmensa red –con múltiples caminos y
muchísimos elementos– sólo las conexiones más próximas (tanto en el tiempo como en el
espacio) pueden asimilarse a una cadena lineal y unidimensional de causas y efectos”. 2
1
Moriello, S.: "Es necesario cambiar la forma de pensar" disponible en http://www.tendencias21.net/Es-
necesario-cambiar-la-forma-de-pensar_a3375.html
2
De acuerdo a lo que dice Moriello y para volver a la relación entre realidad fáctica y paradigmas, pensemos
las nuevas formas de intercambio e interconexión en red (Redes Sociales, Internet, Twiter, WhatsApp) y este
tipo de pensamiento que se conceptualiza desde la idea de una estructura dinámica siempre abierta, en
permanente construcción y reconstrucción que se auto-organiza a partir de sus nuevas conexiones y

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Es por eso que, desde los principios que venimos describiendo, la psicología en sus
corrientes más actuales enfoca el desarrollo y el funcionamiento del psiquismo
(incluyendo el comportamiento como su manifestación contextualizada) desde el pensarlo
como un sistema complejo, dinámico, alejado del equilibrio y con calidad de
autoorganización. También es desde allí que, estas tendencias dentro de la psicología,
verán el síntoma como una co- construcción del individuo en interacción paralela con la
familia, sociedad y entorno ecológico que sucede a modo de proceso emergente
contextualizado y autoorganizado (cualidad autoorganizativa que implica, a su vez, una
función y sentido en el síntoma).

Por otro lado, y siguiendo con los desarrollos en la psicología que se proponen
desde un pensamiento complejo, la situación terapéutica se verá allí como una situación
que incluye dos personas que se observan mutuamente desde sus subjetividades
individuales y, donde, lo que existe, es una interacción de aprendizaje mutuo que crea
una “unidad terapéutica”. Por último desde esa mirada también se propondrá que, desde
la investigación, es necesario cruzar permanentemente las fronteras que separaban las
ciencias para comprender, de manera global, problemas que se presentan de manera
global.

Como Claude Bastien3 hace notar “En la vida real todo acontecimiento es al mismo
tiempo complejo y significativo. Es necesario ver los hechos tal cual se dan y en las
condiciones reales de existencia. Asimismo cada conducta es el centro de anudamiento
de una compleja trama de vínculos y relaciones sociales y cada situación dramática
(situaciones vinculares o de grupalidad) el ámbito de abordaje posible a través del cual
comprender el acontecer institucional”.

Conviviendo con corrientes que elijen formas de pensar reduccionistas, más cercanas
al Paradigma Clásico, las líneas de pensamiento que vamos a trabajar buscan dar a la
psicología un pensamiento que de cuenta de la complejidad, un pensamiento que puedan
articular las diferentes dimensiones de la realidad. "...somos muchos los que ya no nos
concebimos como pura objetividad ni pensamos que, como sujetos, seamos sólo pura
subjetividad... “diría Denise Najmanovich 4. A partir de ese marco englobador vamos a

relaciones. Y es que el nuevo paradigma debe afrontar, aceptar, pensar lo borroso, lo inesperado, lo
imprevisible, la incertidumbre, la contradicción que son parte de nuestra realidad cotidiana.
3
Cita tomada del articulo Filosofía y epistemología: Pensar la Psicología desde el Paradigma de la
Complejidad disponible en http://psicopsi.com/PENSAR-PSICOLOGIA-PARADIGMA-COMPLEJIDAD
4
Najmanovich, D. “El juego de los vínculos. Subjetividad y redes”. Editorial Biblos. Buenos Aires. 2005.

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abordar algunos de los aspectos que hacen la complejidad de tendencias, problemas y
pensamientos en la psicología actual. Lo haremos a partir de tres líneas de recorrido: a)
Los abordajes terapéuticos propios de construccionismos y constructivismos. b) Las
búsquedas actuales de crear un paradigma científico-experimental para la psicología. c)
Los debates en torno a la unificación de la psicología o el pensar desde una
transdisciplina.

Mirada necesariamente fragmentada, que ilumina solo algunas partes de la intrincada


superficie del campo o los campos de la disciplina, este recorrido que haremos en forma
casi de punteo, permite acercarnos a perspectivas (co-construcción operativa,
transdisiplinariedad, terapia colaborativa etc.) que también pueden hacernos eco con
nuestro estar como psicólogos sociales, que, acaso, amplíen nuestra caja de
herramientas.

a) Estar con otros: la Terapia como construcción social

El primer punto de este recorrido hace a las implicancias de este pensamiento en el modo
de pensar la relación terapeuta – paciente o, mejor dicho, “el sistema terapéutico”. Es
claro que nuestro hacer y nuestro rol son diferentes al de un psicólogo. De todas maneras
en estos abordajes hay conceptos (el rol del terapeuta desde el no saber, la operatividad
como criterio de verdad) que resuenan particularmente cercanos para nosotros.

Como ya expresó Gladys Adamson5, en los años 80 el Constructivismo aporta una


nueva mirada al paradigma dominante donde el terapeuta era pensado como observador
externo y donde, en la práctica, se actuaba como si existiera una realidad objetiva exterior
que era necesario develar para ayudar a los pacientes a deshacerse de la “red en la que
estaban capturados”. Desde la mirada del Constructivismo la idea de una “construcción
mutua de lo real” era más importante que la búsqueda de una supuesta verdad o realidad
externa. Por eso, en el Constructivismo, una psicoterapia exitosa no implica que el
terapeuta haya tenido razón, devele una verdad, sino que, lo central, es que la
construcción que él haya edificado con los otros miembros del “sistema terapéutico” sea
operativa. Una operación terapéutica que, desde lo discursivo y el lenguaje, pueda
construir una mirada que aumente el campo de las posibilidades.

Bajo esta premisa de pensar la terapia como creación dialogal de una nueva
narración que permita aumentar el campo de posibilidades vitales, Harry Goolishian y

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Ver Psicología General Unidad 4 Clase 2 - Sistémicos, Constructivismo y Construccionismo Social.

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Marlene Anderson (precursores, además, de la Terapia Colaborativa) se preguntarán
¿Cómo podemos crea la clase de relaciones y conversaciones con los otros que le
permitan, a todos los participantes, acceder a su creatividad y desarrollar posibilidades
donde no parecían existir antes? También estos autores afirmarán que la intervención
terapéutica es un principio obsoleto: el terapeuta no interviene más sino que se contenta
de participar en la conversación terapéutica a partir de una "posición de perplejidad".

Pocos años después, el Construccionismo Social, afirmará que la construcción del


mundo se sitúa en el interior de diferentes formas de relación. Y que, por eso, el diálogo
entre el terapeuta y el paciente no refleja una cierta verdad sino un comprometerse en un
diálogo potencialmente productivo. Para el Construccionismo Social la psicoterapia opera
como un contexto para la resolución de problemas, la evolución y el cambio.

Dentro de esta línea que articula terapia, narrativa y construcción social, Michael White
Carr va a pensar lo que él llamará “Terapia Narrativa” y que reúne los aportes del
Construccionismo Social junto a los trabajos de Foucault y Derrida. Este autor analizará
con particular atención los efectos en las subjetividades de los discursos dominantes
donde, los problemas humanos, aparecen y se mantienen gracias a las historias
opresivas que dominan la vida de las personas. Para él los problemas humanos surgen
cuando las personas cuentan su vida a sí mismos o a otras personas mediadas por esos
discursos dominantes de un modo que no se ajusta en forma significativa con su
experiencia de vida. Desarrollar soluciones terapéuticas, en White, devendrá de abrir
espacios para la expresión de historias alternativas, las que probablemente fueron
desplazadas por las narrativas dominantes saturadas de problemas.

Por último quisiera cerrar este brevísimo recorrido con la mención de otro autor
enmarcado en las Terapias Colaborativas, Tom Andersen, que postuló que la terapia no es
una relación entre un experto y quienes demandan ayuda sino que debe ser pensada
como una colaboración entre personas con distintas experiencias y perspectivas por lo
cual, el terapeuta, debe aceptar instalarse en un "no-saber" a fin de abrirse a las
posibilidades que el saber haría peligrar. Esta posición, que permite mantenerse en un
proceso de aprendizaje, privilegia la búsqueda común sin implicar, sin embargo, el
rechazo de todo saber anterior.

La Perspectiva Dialógica Cooperativa que acabamos de presentar y que emerge


desde el Constructivismo en adelante es una de la más fecundas en pensamiento y
propuestas de práctica dentro de la perspectiva más humanista de la psicología. La

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corriente más experimental, entre tanto, buscará otros caminos que ahora
mencionaremos.

b) La “Psicología del encéfalo”

La idea de adecuar la psicología a las premisas de las Ciencias Experimentales ha


recorrido la psicología desde sus orígenes. La Psicología Experimental de Wundt y la
Psicología Conductista de Watson son, apenas, dos de los intentos por hacer científico el
estudio de la psicología. Para quienes siguen preguntándose por los sustentos científicos
de la psicología hay dos líneas de desarrollo que, en las últimas décadas, merecen una
atención especial: Por un lado, dentro de la Psicología Cognitivista, el denominado
enfoque de procesamiento de información, cuya característica fundamental es,
precisamente, la consideración del ser humano como un procesador de información y que
tuvo, a partir del modelo de Broadbent (1958)6, una expansión tal que, muchos autores,
suelen proponerlo como un nuevo paradigma (e incluso “el paradigma”) de la Psicología
Experimental. Por otro lado estás décadas también están marcadas por el avance de la
Neurociencia.

En el cruce de estas corrientes, la Neurociencia Cognitiva (que es un área académica


que se ocupa del estudio científico de los mecanismos biológicos subyacentes a la
cognición, con un enfoque específico en los sustratos neurales de los procesos mentales
y sus manifestaciones conductuales) aparece, para quienes siguen buscando un núcleo
irreductible que legalice objeto de estudio y prácticas científicas dentro de la psicología,
como un horizonte de posibilidad. La Neurociencia permite aportar explicaciones de la
conducta en términos de actividades del encéfalo. Lo hace desde la observación de cómo
actúan las células nerviosas individuales para producir la conducta y cómo, a su vez,
estas células están influidas por el medio ambiente, incluyendo la conducta de otros
individuos.

Este intento de reunión de la Psicología con la Neurociencia y la Biología actualiza una


tradición que intenta encontrar una Psicología “verdaderamente científica”. Esa búsqueda
de un sustrato científico y marco teórico que opere como organizador de la psicología es
parte del complejo y contradictorio campo de pensamientos de la psicología.
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Para este autor nuestra memoria, en función de su eficiencia, estaría organizada a partir de tres estructuras: la
memoria sensorial, la memoria a corto plazo y la memoria a largo plazo que es donde se inscriben con mayor
firmeza los datos y de donde difícilmente desaparecen en circunstancias ordinarias. En la teoría de Broadbent el
filtro encuentra su posición entre la memoria sensorial y la memoria a corto plazo y se encarga de hacer llegar a ésta
la información relevante así como de despachar la que no sirve. Este filtro vendría moldeado en función de: a) Las
propiedades o circunstancias del sujeto. b) La intensidad, novedad o frecuencia del estímulo. c) La motivación del
sujeto.

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c) La Psicología hacia la “diáspora”. Vaciamiento o transdisiplina

A más de 140 años del primer laboratorio de Psicología Experimental, la psicología sigue
enfrentándose a la difícil tarea de definir cuál es su objeto de estudio, su metodología
experimental y, en definitiva, sique preguntándose ¿que es la Psicología?. Si la respuesta
es que la psicología es la ciencia de la mente y los procesos psíquicos estos aparecen,
hoy, también abordados por la Neurociencia. Si decimos que, de lo que se encarga, es de
estudiar el comportamiento humano “la pedagogía, la economía, la lingüística, la
antropología, la sociología, la historia, etc., son disciplinas encargadas de estudiar el
comportamiento humano, relacionado con el aprendizaje, el dinero, la comunicación, la
cultura, la evolución temporal, etc., y en este cuadro parece no existir una definición clara
del objeto de la psicología como área de estudio del comportamiento humano relacionado
con algo”. 7

Esta falta de definición del objeto de estudio, como se ve, no es por falta sino por
exceso. ¿Qué quiero decir? .Que el problema de la psicología aparece porque su objeto
se expande en múltiples sentidos posibles, hace frontera con distintas disciplinas. Y de
allí que el fantasma de la disolución aparece, en la psicología, en forma de diáspora. Un
éxodo hacia el área de la biología, la neurociencia, las escuelas de economía, las
disciplinas laborales según la perspectiva de cada psicólogo.

Frente a esta “amenaza” dos direcciones opuestas conviven en el complejo campo de


la psicología que venimos describiendo: Por un lado aquella que pugna por delimitar un
campo específico, por proponer una psicología unificada con capacidad de delimitar
claramente sus fronteras. Este movimiento centrípeto es más fuerte dentro de la
Psicología Experimental y el Neoconductismo (que propone que la psicología se define
por ser el estudio científico del comportamiento, considerando la conducta humana como
fenómeno natural dentro de la perspectiva evolucionista). También vimos como la
Neurociencia Cognitiva se proponer como centro de una “nueva psicología”.

Otro movimiento, que nos resulta más cercano (en tanto formados en la
“epistemología convergente”, ese diálogo de saberes propuesto por Enrique Pichón
Rivière,) tiene que ver con quienes encuentran, en la indeterminación de objeto y campo,
en la multiplicidad de fronteras difusas que rodean la psicología, una posibilidad de
ampliar miradas a través de la interacción con otras disciplinas. Que desea el encuentro

7
Barrull E. ¿Cuál es el objeto de estudio de la psicología?, 2000. Disponible en
http://www.biopsychology.org/biopsicologia/articulos/reflexiones/psicologia.htm

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con nuevos modelos de investigación y encuadres de formación. Que busca abrevar en
distintas fuentes dentro de un horizonte que, se propone, quede abierto. (Y eso las
diferencia de la Neurociencia que busca los aportes de otra fuente pero para establecer
un horizonte cerrado.)

Resultan interesantes, en ese sentido, la formulación sobre Sistemas Humanos


Complejos (individuos, redes de interacción social, sistemas sociales), que articula la
Psicología Socio-histórico-cultural basada en el pensamiento de Vigotsky, la Sociología
de la Complejidad de Nicklas Luhman y el pensamiento complejo de Morín. También
resuena como muy cercana, sugestiva en sus posibles implicaciones, la postura de
Stanley F. Schneider quien, pensando en el área formativa, propone para la psicología
una formación interdisciplinaria y multidisciplinaria, en el estudio, la investigación y el
compromiso con la comunidad, a través de lo que él va a denominar como “Colegio de
Estudios Biopsicosociales”.

Si, para Schneider, la psicología tiene raíces muy profundas que se adentran tanto en
lo biológico como en lo social, entonces podría la psicología ser capaz de liderar una
empresa de pluralización, en un ámbito de formación que contendría: psicología y ciencia
cognitiva, biología, neurociencia, sociología, economía, antropología social entre otras
materias.

La Transdisciplina es una forma de organización de los conocimientos que busca


trascender las disciplinas de una forma radical. La Transdisciplina, derivación lógica del
Paradigma de la Complejidad, postula una indagación que, a la vez, se realice entre las
disciplinas, las atraviese y continúe más allá de ellas en la búsqueda de una comprensión
del mundo bajo los imperativos de la unidad del conocimiento.

Ciencia plural en sus manifestaciones, productora de saberes que nutran el pensar


transdiciplinario, la explosión y mestizaje de la psicología, su condición hibrida, no es
solo, entonces, un campo de problemas sino uno de oportunidades. Lo difuso en la
psicología, visto así, no debería ser negado con búsqueda de nuevos núcleos comunes e
irreductibles, debería aceptarse como condición que permite la multiplicación de
pensamientos en el cruce de fronteras. Sin dudas una posibilidad cargada de promesas.

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