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© Paulina Krzyżak
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Vatican Insider | Ago 02, 2016
Esto es lo que Papa Francisco dijo durante el encuentro con los obispos
polacos durante la Jornada Mundial de la Juventud de Cracovia. Fue un
diálogo a puerta cerrada que se llevó a cabo el 27 de julio en la Catedral. El
padre Federico Lombardi, desde hace dos días ex director de la Sala de
prensa de la Santa Sede, había indicado que se trató de un encuentro con
un clima «muy simple y familiar», y había insistido en que «la mayor
parte de los obispos son simples, no son las viejas guardias que ponen un
poco en dificultades, pero no es que haya misterios, el encuentro se
desarrolló en absoluta familiaridad».
Ningún misterio, de hecho, pues hoy el Vaticano publicó la transcripción
del encuentro con los obispos polacos, que hicieron cuatro preguntas al
Papa. El tema de la teoría de género fue uno de los temas particularmente
afrontados por Papa Bergoglio, quien afirmó que está de acuerdo con su
predecesor Benedicto XVI: «Esta es la época del pecado contra el
Creador».
«Hoy a los niños (¡a los niños!) se les enseña esto en la escuela: que cada
quien puede elegir el sexo. ¿Y por qué enseñan esto? Porque los libros son
los de las personas y de las instituciones que te dan el dinero. Son las
colonizaciones ideológicas, apoyadas también por países muy influyentes.
Y esto es terrible. Hablando con Papa Benedicto -refirió-, que está bien y
tiene un pensamiento claro, me dijo: ‘Santidad, ¡esta es la época del
pecado contra Dios, el Creador!’ ¡Es inteligente! Dios ha creado al hombre
y a la mujer; Dios ha creado el mundo así, así y así… y nosotros estamos
haciendo lo contrario».
Parroquias con las puertas cerradas. Pero también hay parroquias con las
puertas abiertas, parroquias en las que, cuando alguien va a preguntar, se
dice: ‘¿Sí, sí? Pásele, ¿cuál es el problema?’. Y se escucha con paciencia».
El Papa subrayó que en la actualidad ser párroco es cansado, pero «el
Señor nos ha llamado a nosotros para que nos cansemos un poquito, para
trabajar, no para descansar». Después contó lo que sucedía en una
parroquia de Buenos Aires: «Cuando los novios llegaban: ‘Nosotros
queremos casarnos aquí’. ‘Sí -decía la secretaría- estos son los precios’.
Esto no funciona, una parroquia así no funciona», exclamó.
Encontrar, observó, «a Dios sin Cristo, un Dios sin Cristo, un pueblo sin
Iglesia. ¿Por qué? Porque la Iglesia es la Madre, la que te da la vida, y
Cristo es el Hermano mayor, el Hijo del Padre, que te revela el nombre del
Padre. Una Iglesia huérfana: el gnosticismo de hoy, puesto que se trata de
una descristianización, sin cristo, nos lleva a una Iglesia, digamos mejor, a
cristianos, a un pueblo huérfano. Y nosotros debemos hacer que nuestro
pueblo escuche esto».
El consejo del Pontífice: «La cercanía. Hoy, nosotros, servidores del Señor
(obispos, sacerdotes, consagrados, laicos convencidos), debemos estar
cerca del pueblo de Dios. Sin cercanía solo hay palabra sin carne». Por
ello hay que pasar por las obras de misericordia, «tanto corporales como
espirituales».
Para Jorge Mario Bergoglio «esta mujer, y muchas como ella, han dejado
su país (es italiana, de Brescia), han dejado su país para tocar la carne de
Cristo. Si nosotros vamos a estos países de misión, en la Amazonía, en
América Latina, en los cementerios encontramos las tumbas de muchos
hombres y mujeres, religiosos que han muerto jóvenes, por las
enfermedades de aquella tierra y no tenían anticuerpos, y morían
jóvenes».
Sobre los migrantes dijo que, al hablar con economistas mundiales, «que
ven este problema, dicen: ‘Nosotros tenemos que invertir en aquellos
países’», de los que provienen. «Haciendo inversiones —explicó— tendrán
trabajo y no necesitarán migrar. ¡Pero está la guerra!». La guerra «de las
tribus, algunas guerras ideológicas o algunas guerras artificiales,
preparadas por los traficantes de armas que viven de esto: ta dan las
armas a ti que estás contra aquellos, y a aquellos que están contra ti. ¡Y así
viven ellos! De verdad la corrupción es el origen de la migración».
Entonces, «¿qué hay que hacer? Yo creo que cada país debe ver cómo y
cuándo: no todos los países son iguales; no todos los países tienen las
mismas posibilidades. Sí, ¡pero tienen la posibilidad de ser generosos!
Generosos como cristianos. No podemos invertir allí, pero para los que
vienen… ¿Cuántos y cómo?».
Hay países «que han sabido integrar bien a los migrantes, ¡desde hace
años! Han sabido integrarlos bien. En otros, desgraciadamente, se han
formado como guetos». Hay una «reforma que hay que hacer a nivel
mundial sobre este compromiso, sobre la acogida. Pero es, de cualquier
manera, un aspecto relativo: absoluto es el corazón abierto a acoger. ¡Esto
es lo absoluto! Con la oración, la intercesión, hacer lo que yo puedo. ¡Pero
el problema es mundial! La explotación de la Creación, y la explotación de
las personas. Nosotros estamos viviendo un momento de aniquilación del
hombre como imagen de Dios».
https://es.aleteia.org/2016/08/02/tiene-razon-benedicto-xvi-es-la-epoca-del-pecado-contra-el-
creador/