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HATARAKU MAŌ-SAMA

PARTE 1

EL REY DEMONIO SE CONCENTRA EN SU CARRERA CON FINES MONETARIOS

La cuenta bancaria había sido completamente vaciada.

La razón no podía ser más simple: él había gastado todo el dinero.

¿En qué? Bueno, primero estaba ese largamente deseado refrigerador. El cual era una compra
obligatoria, el presintió eso dada su preocupación de conservar la comida, debido al verano
que llegaba a lo lejos.

Después, estaba la bicicleta. Un mecanismo increíblemente barato, pero que funcionaba muy
bien para el viaje de ida y vuelta a su trabajo.

Eso, y la lavadora que compro. Él pensó al principio que con llevar su ropa a las tiendas de
lavandería sería suficiente, pero el tiempo y la molestia que implicaba hacer eso era
demasiado. Definitivamente era otro aparato que él quería obtener antes que el verano
llegara.

Él había hecho todas estas compras con dinero en efectivo. Y ahora, lo que le quedaba en su
bolsillo apenas alcanzaría para una barra de pan.

“Debería ser más cuidadoso con la manera en que gasta su dinero, comprenda.”

La voz acusadora golpeo sus tímpanos.

“… ¿Qué, querías enfermar por comer comida podrida durante el verano, entonces? ¡¿Querías
que lleve puesta la misma ropa todos los días?!”

“Yo no dije eso.” La tranquila voz aún tenía un tono ligeramente reprobatorio. “Pero piense en
esto. Su cuenta puede que esté vacía, pero aún tiene un empleo, ¿verdad? Y además uno
estable. Seria sencillo calcular sus ingresos por los siguientes meses. Fácilmente podría haber
obtenido todos estos artículos pidiendo un crédito.”

“No me gusta pedir préstamos.”

“…Honestamente no creo que usted esté pensando en nuestro…“

“¡Además, hay todo tipo de cargos, intereses y cosas así! No me gusta pagar por cosas que no
puedo ver y sentir con mis propias manos.”

“Pero—”

“Nunca gastes dinero que no tengas. Odio las deudas. Compra todas tus pertenencias con el
dinero que tengas a la mano, o no lo compres.”

En un típico cuarto de tatami de nueve metros cuadrados que cualquiera encontraría en


cualquier casa de Japón. Al centro estaban dos hombres sentados uno frente al otro,
separados por un viejo y decrepito kotatsu1, la única fuente de calor de la habitación.

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Es un marco de mesa bajo hecho de madera y cubierto por un futón o una cobija pesada, sobre el cual
se apoya la superficie de la mesa. Debajo hay un brasero, calentón o estufa, que a veces es parte de la
estructura de la mesa misma.
En un lado estaba el sermoneador, en el otro el sermoneado.

El sermoneador, más alto y delgado que su compañero, se levantó lentamente y puso una
mano en el recién adquirido refrigerador.

“Mi señor, déjeme preguntarle esto.”

El ‘Señor’ siendo sermoneado era un hombre de constitución promedio, estatura promedio, y


cabello oscuro. Su sermoneador abrió el refrigerador, mezcló una punzada de resignación con
su afilada mirada y miro a su compañero.

“¿Cómo planea sobrevivir hasta su próximo día de pago con un trozo de Konnyaku2, un pepino,
y una caja de leche?”

“Yo…pues…”

El ‘Señor’ siendo sermoneado permaneció sentado, incapaz de formular una respuesta.

“T-todavía no estoy completamente en quiebra. Aún tengo algo de dinero en mi billetera.”

Los ojos de su compañero indicaron que esa no era una respuesta adecuada.

“Yo, ehm, también puedo traer algo de comida de mi trabajo…”

“Oh, ¿entonces planea traer y comer comida rápida todos los días hasta su siguiente día de
pago? ¿Piensa que eso sería lo mejor para su salud?

A un costado del refrigerador estaba una bolsa de basura de las que proveía el estado,
resaltando por sobre el resto de cosas de la habitación. Estaba repleto con una gran cantidad
de cajas y empaques de una cadena de comida rápida bastante famosa.

“Aun…aun es joven, este cuerpo.”

“¡Y me pregunto cuan joven se vería después de una década de comer diariamente comida con
alto grado de colesterol y calorías! Cuando finalmente hagamos nuestro regreso triunfal, ¡con
suerte no necesitara un carruaje para moverse!”

La voz sarcástica continuó haciéndose cada vez más rápida. “Además, debería saber que esto
tendrá efectos diferentes en ese cuerpo a diferencia del anterior. Diez años como un humano
quizá no parezca un tiempo muy largo, pero lo es. Su salud es sorprendentemente frágil, Mi
señor. ¿Ha planeado usted todo esto?”

“¡Esta bien, está bien! ¡Dame un respiro! No lo hice, ¡¿De acuerdo?! ¡¿Estas feliz ahora?! ¡Y en
cualquier caso! ¡No solo es mi culpa que estemos en la situación de ahora!”

“Si, por supuesto, mi señor, no hay excusa para justificar la humillación que hemos sufrido.
Pero fue usted, como nuestro único e incomparable Rey Demonio, quien decidió que
debíamos aguardar por el momento oportuno para surgir nuevamente. Y mientras tanto, debe
ser diligente en su trabajo y mantenerse saludable. Y me temo que está fallando en ambos.”

2
bloque que parece ser de goma, de color gris transparente con manchas de color violeta, hecho del
tubérculo de la planta konjac. La peculiaridad de esta raíz es que es rica en fibra, pero muy baja en
calorías y carbohidratos.
El Rey Demonio se quedó callado y giro su cabeza a un lado, aparentando estar apenado por su
comportamiento. Entonces:

“¡Gah! ¡Es hora del trabajo!”

Saltando sobre sus pies, él salió rápidamente de la habitación, como si recién se hubiera dado
cuenta que estaba en la jaula de un león en el zoológico. Su sermoneador, sorprendido por el
repentino giro de acontecimientos, se quedó solo en la cocina.

“¡M-mi señor! ¡Espere! Todavía tenemos que hablar…”

“¡Ahórrate eso, Alsiel! ¡Si tienes más reclamos, te escuchare cuando regrese!”

Justo cuando el hombre llamado Alsiel lo alcanzó, el cerro de golpe la puerta. Pocos
centímetros evitaron que se golpee la nariz.

“¡Mi señor!”

Mientras Alsiel llamaba a su compañero la puerta se abrió. El rey demonio estaba allí, con una
mirada de gran determinación en su cara mientras extendía una mano hacia Alsiel.

“¡Lluvia! ¡El paraguas!”

Por la mañana el cielo había estado despejado, pero nubes grises habían aparecido
lentamente. Algunas gotas estaban comenzando a caer. Antes que pudiera decir otra cosa,
Alsiel entrego silenciosamente el desgastado paraguas colgado al lado de la puerta principal.

“¡Gracias! ¡Nos vemos!”

La puerta se cerró en su cara nuevamente, seguida por el sonido de los pasos del Rey Demonio
quien bajaba rápidamente las escaleras.

“¡Dullahan! ¡Mi querido corcel! ¡Vámonos!”

El Rey Demonio, cuyo vestuario dejaba ver una obvia preferencia a la ropa en oferta de
UNIxCLO3, una cadena de venta de ropa en descuento, hizo sonar heroicamente la campana de
su bicicleta mientras se montaba. Balanceando su paraguas como un caballero que preparaba
su lanza de la justicia, se dirigió rápidamente hacia la pequeña calle en frente del edificio de
apartamentos.

Alsiel, el sermoneador quien también estaba vestido totalmente con ropa de UNIxCLO, estiro
su cuello por encima del barandal de la escalera mientras veía a su compañero conducir bajo la
lluvia. Un largo suspiro salió de entre sus labios.

Después de un momento, se dio vuelta y regreso al apartamento, una sencilla placa de madera
con el nombre del propietario escrito con algún marcador mágico era el único objeto que
adornaba la puerta. Tenía Kanjis escritos en la parte izquierda, y la palabra inglesa ‘Maou’ a la
derecha, con un guion escrito entre ambos. En efecto, se leía en japonés como El Verdadero en
la izquierda, y Rey Demonio en la derecha.

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Nombre en parodia de Uniqlo, cadena de tiendas de Japón especializada en comerciar productos
básicos y de gran versatilidad, opera en varios países a nivel internacional.
Cerrando la puerta tras de sí, Alsiel sacudió su cabeza y suspiro nuevamente. ¿Por qué tenía
que pasar todo esto? Las nubes oscuras y la lluvia tintineante oscurecieron la habitación,
volviéndolo tan deprimente y sombrío como su propio corazón.

La oscura escena solo fue interrumpida por el sombrío sonido del timbre de la puerta.
¿Timbre? Oh, cierto. Este edificio era demasiado barato como para ofrecer algo así como un
sistema de intercomunicadores a sus residentes. Alsiel abrió la puerta una segunda vez.

“…Lo siento, no tenemos una televisión aquí.”

El agente de cobros de MHK-TV4 era una presencia familiar en su vida a esta hora. No era
mentira. No había una televisión en el lugar. El Rey Demonio y el más o menos amo de casa
razonaron que ellos podrían usar un Smartphone para sus necesidades de video-
entretenimiento, pero un dispositivo tan caro no estaba al alcance de su apretado
presupuesto.

“Ciertamente. Solo pensaba que debía revisar. Si usted adquiere alguno, por favor traiga esta
boleta de pago al banco, si puede.”

El agente de cobros entrego un sobre tan inanimado como su tono de voz. Después se fue, sin
siquiera molestarse en presentar una fría sonrisa.

*
En los vastos y abismales continentes de Ente Isla, no había una sola existencia que no
conociera sobre Satán, El Rey Demonio. Él era el emperador del Mundo Demoniaco y de todos
sus habitantes, su nombre era sinónimo de crueldad, perversidad y terror.

Su única motivación en la vida era conquistar Ente Isla, el Sagrado Continente Cruzado
protegido por Dios, y dominar a los necios humanos que lo habitaban mientras transformaba
el continente en un paraíso para sus subordinados.

Haciendo la situación aún más desesperante para la raza humana estaban los fieles generales
de guerra del Rey Demonio, cada uno tan abrumadoramente poderoso como el maestro al que
servían.

Ellos eran Alsiel, Lucifer, Adramelech, y Malacoda, y juntos eran llamados los Cuatro Grandes
Generales Demonio.

Ente Isla, el territorio protegido por los Dioses, estaba compuesto de un Gran Continente
Central en medio del Océano de Ignora, rodeado por cuatro islas. Estas islas se extendían por
el mar en cada dirección cardinal, formando una cruz tosca. El Rey Demonio desplego las
tropas de Alsiel en la isla del Este, las de Lucifer en el Oeste, las de Adramelech en el Norte, y
las de Malacoda en el Sur. Invadiendo el continente por todos lados, haciendo que tanto las
fuerzas humanas y divinas que los protegían casi llegaran a la aniquilación.

Entonces, algo ocurrió en el Este con las tropas de Lucifer.

El aviso llego desde el Oeste indicando que los ejércitos del general belicista habían sido
totalmente derrotados por un solo ser humano.

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Nombre en parodia de NHK-World, es un servicio internacional de radio y TV de Japón.
Esta mujer, que se hacía llamar como ‘Héroe’, había reunido a los pocos soldados
sobrevivientes para formar una resistencia.

Lucifer era un ex-ángel que había caído desde el mundo celestial, y el Continente Occidental
estaba ocupado por las fuerzas remanentes de la Iglesia de Ente Isla, la poderosa institución
eclesiástica que era considerada como ‘lo más cercano al cielo’ en el mundo. El Rey Demonio
había estimado que Lucifer, bastante familiarizado con las estrategias del Cielo, sería perfecto
para destruir a la iglesia y a todo su apoyo divino. Esta suposición había sido destruida por un
solo humano. Una Héroe, mejor dicho.

Por supuesto, cada gran guerra tenía contratiempos. Lucifer quizá había tenido un poco de
mala suerte. Pero Satán concluyo con seguridad que las fuerzas combinadas de sus generales
restantes se encargarían fácilmente de esta Héroe.

Ese fue su primer error.

Satán pensaba en los humanos como si fueran gusanos, arrastrándose por el suelo que el
pisaba.

Pero pensando en ello, ¿Podría alguien verdaderamente erradicar a cada pequeño gusano de
la tierra? Incluso el más poderoso y feroz de los leones podría ser derribado por la mordida de
un insecto, si este tenía suficiente veneno.

Dentro del pequeño espacio de un año, primero Adramelech, y después Malacoda, siguieron a
Lucifer en el camino de la derrota. Alsiel, reconocido por ser el mejor estratega de todos los
generales, sugirió abandonar el Continente del Este y emprender una batalla defensiva en el
Continente Central para proteger la base principal del Rey Demonio. Después de un largo
tiempo de luchar por el destino de Ente Isla, la batalla fue invertida en doce cortos meses. Ya
ni siquiera Satán veía la situación con optimismo.

En poco tiempo los humanos, luego de recuperarse y hacer una gran campaña en el nombre
de la Iglesia y su Héroe, lograron abrirse camino hacia el Continente Central, y sus numerosas
tropas llegaron hasta el territorio del Rey Demonio. Uno se preguntaba donde se habían
estado escondiendo todos esos gusanos hasta ahora.

En un abrir y cerrar de ojos, la isla central fue invadida. Las tropas demoniacas habían sido
brutalmente aniquiladas, todo porque él había subestimado la fortaleza de esta única Héroe,
de este mero gusano.

Satán y Alsiel contraatacaron, luchando contra las fuerzas de la Héroe y sus tres fieles
compañeros en el Castillo Demoniaco en el Continente Central.

La guerra estallo. Incluso la Héroe tuvo problemas para enfrentar al Rey Demonio y a su único
general restante. Pero en términos de fuerza y determinación. Las fuerzas de la Héroe
sobrepasaban enormemente a Satán y a Alsiel.

Eventualmente, una vez que la espada sagrada de la Héroe cortara uno de los cuernos de
Satán, Alsiel aconsejo a su gobernante que era necesaria una retirada. Continuar con la guerra
conduciría no solo a la derrota sino también al final de sus existencias.

Satán debió tomar una decisión angustiosa, pero incluso él se vio en la necesidad de hacerlo.
Las fuerzas demoniacas debían, para ponerlo simple, huir de Ente Isla. Ellos escaparían a otro
mundo y esperarían, reconstruyendo sus tropas hasta que estuvieran listos para regresar.
La mirada de frustración y dolor de la Héroe mientras Satán desaparecía por el portal hacia
otro mundo, justo antes de que ella pudiera atravesar su corazón con su espada sagrada, le
proporciono un pequeño consuelo al señor demonio.

El grito final de Satán se oyó en todo Ente Isla, como si estuviera tratando que su voz llegue
hasta el mundo celestial.

“¡Escuchen humanos! Ente Isla es suya… ¡por ahora! Pero regresare… y cuando lo haga, ¡Todos
ustedes y este mundo me pertenecerán!”

Pero controlar un portal requería una tremenda reserva del poder mágico. Debilitados y
heridos por la última victoria de la Héroe. Satán y Alsiel no tenían la fuerza suficiente para
atravesar el portal.

Atrapados en el flujo torrencial del portal, los dos poderosos demonios pronto se asombrarían
de encontrarse atrapados en un mundo regido por una civilización avanzada.

Estaba lleno de una energía intensa y palpitante, que ni Satán ni Alsiel habían visto antes. Sus
conquistas infernales nunca los prepararon para las colosales estructuras y vasta luz que
rodeaba todo cuanto veían.

Ellos estaban en una gran ciudad, al parecer, llena tanto con callejones oscuros y sucios como
por gloriosos y enormes edificios. Miraron con atención las separaciones entre los edificios,
escuchando asombrados los extraños y ruidosos sonidos que emitia cada uno. ¿Quién diría que
una forma de vida inteligente podría regir este mundo, o que tipo de insidiosos y feroces
monstruos lo poblarían? Aun sin haberse recuperado completamente del shock, el dúo de
demonios decidió encontrar algún lugar para descansar y recuperarse de la batalla.

Justo entonces, una nítida e intensa luz brillo sobre ellos.

“¡Hey, ¡¿Qué están haciendo allí?!”

Era la voz de un hombre, hablando en algo que Satán podía decir que era definitivamente un
lenguaje inteligente. Volteándose hacia la luz, el vio a alguien allí, un humano, exactamente
igual a aquellos que invadieron Ente Isla. El objeto tubular en su mano emitía una luz blanca
cegadora.

“¿Se encuentran bien? ¿Acaso han estado peleando?”

Aparentemente la raza humana regia este mundo. Otro humano estaba detrás de él, vistiendo
ropajes parecidos, sus ojos se dirigieron hacia ellos.

Alsiel deseaba evitar cualquier tipo de problemas.

“¡Atrás, bestias tontas! ¡¿Quién piensan que esta frente a ustedes?!”

Esta temeraria declaración no logro el efecto deseado en el hombre que los alumbraba. El
arrugo sus cejas en aparente exasperación.

Incluso Satán no pudo ocultar su sorpresa ante esta reacción. Había fuerza mágica pura e
inconfundible rebosando de las palabras del demonio. Era simplemente imposible para un
humano ignorar esa esencia dominante, tratándola como si fuera el gemido de algún animal.

“Agh, grandioso. Extranjeros ¿verdad? Hombre…”


El primer sujeto inclino su cabeza antes de sacar un pequeño objeto similar a una caja y
comenzó a murmurar algo en ella.

“Eh, soy el oficial Sasaki. Tengo un posible caso de asalto aquí. Las víctimas son dos hombres
Asiáticos no japoneses. La ubicación es en—”

Los dos humanos estaban vestidos con ropa bien cuidada, hecha con algún tipo de cuero o
tela. Había armas colgando de sus cinturas, las empuñaduras de algo como dagas eran visibles.
En la parte frontal de sus gorras había un emblema dorado modelado con la forma de algún
tipo de planta desconocida. ¿Serían los caballeros de una de las naciones de este mundo
entonces?

Esa caja debía proveer algún tipo de comunicación a larga distancia. Si ellos eran caballeros,
quizá habían llamado refuerzos. Un batallón de ellos resultaría peligroso, especialmente en el
estado actual de los demonios.

Por ahora, eran dos contra dos, ellos tenían la guardia baja. Tratando de eliminar a estos
posibles testigos, Alsiel transformo lo que quedaba de su poder mágico en una bola de energía
crepitante y lo envió hacia los humanos. O eso es lo que quiso hacer.

“¡¿Qué…?!”

La magia no se concentraba, por alguna razón, de la manera que el esperaba. De hecho,


mientras más intentaba utilizar sus habilidades mágicas, parecía que tenía menos reservas en
su cuerpo, algo que él no podía evitar, se giró hacia Satán para explicar esta anomalía.

“¡Mi, Mi señor…Esa…esa forma…!”

La voz de Alsiel se estremeció mientras miraba al soberano del mundo demoniaco, envuelto en
una intensa luz blanca.

“Guarda tu magia, Alsiel. Primero debemos aprender sobre este mundo.”

Satán mostraba una conducta serena, pero tenía los dientes apretados, como si estuviera
soportando algún gran peso.

Tal y como debía ser. Para el Rey Demonio que estaba en una forma humana—la forma de las
insignificantes y débiles criaturas que él había enfrentado, las cicatrices de su batalla aún eran
visibles.

“Bien, escuchen chicos… el carro estará aquí en solo un minuto, entonces… si todo está en
orden, podrán irse a casa justo después ¿De acuerdo?”

Los hombres parecían completamente indiferentes ante la presencia de Satán. Aun aturdido
por el shock. Alsiel se fijó en sus propias manos. Eran manos humanas, manos completamente
extrañas para él.

En poco tiempo llego un carruaje sin caballos que lo condujeran, pintado de blanco y negro y
adornado con un misterioso dispositivo que arrojaba luz roja en toda el área en patrones
deslumbrantes. Más hombres aparecieron, vistiendo igual que el primero, Y Satán y Alsiel
fueron metidos al carruaje.

“¿Hablan japonés? ¿No tienen calor, vistiendo eso en pleno verano?”


El primer hombre le hablo lentamente al dúo de ex-demonios, los una vez nobles, orgullosos, y
con cuerpos que superarían a cualquier humano normal. Ahora ellos mismos eran humanos, su
ropa era tan extraña que se veían como un niño que se vestía con las sabanas, el gran brillo
superficial de su vestimenta que se supone era para demostrar la superioridad de su poder
ahora aflojaba en varios lugares de sus delgados cuerpos.

Satán y Alsiel se miraron mutuamente, pero ninguno tenía nada que decir ante ello. Incluso si
lo hicieran, no parecía que los hombres pudieran entender su idioma.

“…Ah, bueno. No es como si ellos fueran los únicos payasos vistiéndose como tontos por aquí.”

El hombre no siguió hablando, aparentemente satisfecho con lo que les había dicho. En poco
tiempo, Satán y Alsiel fueron llevados a un lugar conocido como ‘la estación’, un edificio
aparentemente destinado para la aplicación de la ley en este reino.

Ellos fueron llevados a una habitación de este edificio para ser investigados, y allí el Rey
Demonio y su general pudieron recuperar una pequeña parte de su esplendor. Satán libero un
ataque mágico de hipnosis en el inspector, tratando de extraer tanta información de este
mundo como pudiera. Parecía que, sin importar en que mundo se encontrara, los nobles y
militares que se vanagloriaban dentro de un castillo siempre tenían una voluntad mucho más
débil que cualquier guerrero robusto.

Según lo que el oficial hipnotizado revelo, el dúo de demonios estaba en un mundo llamado
‘Tierra’, dentro de una nación insular conocida como ‘Japón’. Ellos habían llegado a este
mundo en algún punto cerca de ‘Harajuku’, un puesto de avanzada de una red de transporte
conocida como ‘ferrocarril’ que había sido instalada a lo largo de ‘Tokio’ la capital de esta
nación.

Las cosas como la magia, fuerza mágica, Reyes Demonio, incluso los demonios como ellos,
eran tratados como cosas imaginarias en este mundo, meros vestigios de fantasía que nunca
podrían existir en la actualidad. La magia era algo que los habitantes del mundo demoniaco
utilizaban para ejercer su voluntad en el mundo, igual que la fuerza de gravedad o
magnetismo, pero aquí no había manera de acceder a esa magia si no existía en primer lugar.

“¿Entonces está diciendo que hemos… perdido nuestros poderes mágicos?”

Alsiel se dejó caer en una silla, incapaz de asimilar esta nueva idea.

“…Ah, pero, Maō-sama, usted acaba de…”

“todavía tengo una pequeña reserva de magia. Resulta difícil mantenerla concentrada dentro
de mí, sin embargo…”

El Rey Demonio y sus súbditos demoniacos eran capaces de acumular una gran cantidad de
poder mágico en sus cuerpos. Incluso si sus reservas se habían agotado en la batalla contra la
Héroe, Satán aun almacenaba mucha más magia de la que Alsiel podría. Fue esa fuerza
remanente con la que Satán doblegó la mente del oficial.

“No creo que se desvanezca de inmediato, mientras que controle rigurosamente la cantidad
que utilizo. Pero…”

Pero el problema era que no había ninguna manera de recargar la fuerza que ya había sido
usada.
Sus heridas se curarían con el tiempo, pero a este paso, el nunca recuperaría sus habilidades
mágicas. Sería imposible mantener estable cualquier portal que el pudiera abrir. No solo sería
poco probable que llegara a Ente Isla; él podría llegar incontrolablemente a un mundo incluso
más peligroso.

En vez de tomar acciones arriesgadas, el razonó, sería más inteligente encontrar otro método
de sobrevivir donde se encontraban ahora.

Quizá no había ningún concepto de demonios o magia en este reino, pero el concepto de
dioses y devoción parecía ligeramente ambiguo también, lo que era un alivio. Esta nación,
Japón, aparentemente tenía una gran cantidad de ceremonias oficiales para ahuyentar a los
espíritus malos, pero todas eran formalidades, una fachada, en este punto. Parecía una
conclusión segura que ninguno de sus practicantes tenía ningún poder sagrado en la
actualidad.

Mientras permanecieran en Japón, parecía improbable que alguien intentara asesinar a estos
demonios. Controlando la mente del oficial, Satán le ordeno terminar su investigación y
liberarlos sin mayores inconvenientes.

Escondidos en un callejón estrecho donde el alumbrado de la calle no podía alcanzarlos. Satán


y Alsiel discutieron sus futuros planes.

Primero, ellos necesitaban un método para recargar su magia en este mundo. Conseguir esto
probablemente requeriría una larga estadía, algo a lo que tendrían que resignarse.

Sin haber encontrado un método—para poder recargar su magia—era, para un demonio, una
amenaza aun mayor para sus vidas que simplemente no tener magia.

Los demonios de niveles más altos podían vivir sin consumir alimentos debido a que ellos eran
capaces de convertir la magia en energía corporal. Un mundo donde la magia no existía era lo
mismo que un mundo sin comida.

Pero algunos demonios comían. ¿Por qué? Porque ello les daba energía al igual que las
criaturas menores lo hacían.

Para vivir en este mundo sin una fuente de magia, ellos necesitarían buscar algo de sustento.
Japón aparentemente usaba una economía basada en monedas. Ellos necesitaban dinero para
comer.

Pero, por supuesto, ellos no tenían ninguna moneda de la Tierra.

“Déjame preguntarte esto Alsiel, ¿Si hubieras querido, hubieras podido escapar de esos
oficiales?”

Alsiel sacudió su cabeza estoicamente. Satán asintió en acuerdo.

Los dos grandes demonios, quienes una vez habían puesto la raza humana de rodillas, ya no
eran capaces de enfrentar ni siquiera a un pequeño grupo de ellos.

Y no era porque los humanos de este mundo fueran de alguna manera más fuertes. La única
conclusión que había que hacer era que ellos se habían vuelto mucho más débiles. Ese era el
resultado amargo e hiriente que había traído la batalla contra la Héroe.

“¿Entonces… entonces vamos a permanecer con esta forma…?


Alsiel hizo una mueca de dolor mientras contemplaba su mano, como si estuviera observando
a algún ser extraño y horrendo. La piel suave y ligeramente estirada. La cara pálida y el cabello
revuelto. Las uñas redondeadas y sin filo. Los músculos que conformaban sus cuerpos, tan
flácidos y patéticos.

“Me duele decirlo, pero nuestra falta de fuerza mágica parece hacer imposible que
retengamos nuestras grandiosas formas demoniacas.”

La forma que un demonio tomaba dependía del nivel de poder que tenía dentro de sí. Garras
para atacar al enemigo, poderosas piernas que los impulsaran sobre los muros de los castillos,
fuertes alas en su espalda, serpientes en lugar de cabello, cada aspecto de esta etérea forma
era producto de la fuerza mágica.

“Es increíble pensar en cómo luces cuando eres despejado de ese poder. Tal vez la forma
humana lo que está en la base de toda forma de vida.”

“¡Debe estar bromeando, Maō-sama! Es difícil soportar la sola idea de que nosotros
alberguemos…humanos en nuestro interior. No hay duda de que esto es un hechizo puesto
sobre nosotros por este mundo, o por el portal.”

“…No obstante. Tenemos otros asuntos de los que preocuparnos.”

Ellos carecían de magia para invocar otro portal. Carecían de fuerza para someter a los
humanos de este mundo por la fuerza. En otras palabras, si ellos deseaban sobrevivir, su única
elección era obedecer las reglas de la raza humana en este…Japón.

Seguir reglas humanas. Para un Rey Demonio y un Gran General Demonio, la idea era
suficiente para destruir su orgullo desde la raíz.

Pero esta nueva realidad había sido lanzada sobre ellos—una donde ellos debían comer para
vivir, y trabajar para comer.

Ignorando su perverso ropaje demoniaco, el Rey Demonio y el Gran General Demonio dieron
sus primeros vacilantes pasos hacia un mundo desconocido.

Desde que ellos terminaron en la estación, ellos supieron que vivir en Japón requeriría al
menos dos cosas: un ‘registro censal’ y una ‘dirección’. Sin ellas, parecía que sería imposible
para ellos conseguir un trabajo necesario para ganar dinero.

La ‘inscripción censal’ y la ‘dirección’ podían ser conseguidas en un lugar llamado ‘oficina


distrital’. Ellos decidieron que esta sería su primera misión. Empujando sus cuerpos cansados
por la batalla hacia adelante, ellos se dirigieron hacia la ‘oficina distrital de Shibuya’, la más
cercana a ellos… solo para darse cuenta de que no estaría abierta hasta la mañana siguiente.

Por muy miserables que se vieran, Satán y Alsiel pasaron la noche frente a la puerta de la
oficina estatal, abrazando sus rodillas.

Esta era una ciudad donde las luces aparentemente nunca se apagaban, pero las cosas se
volvieron más animadas cuando llego la mañana. Los humanos trotaban alrededor vestidos
con ropas de miles de colores distintos. Mientras más y más hombres pasaban estos
comenzaron a reemplazar su ropa deportiva con trajes negros y azul oscuro, la oficina estatal
de Shibuya finalmente abrió sus puertas. Precipitándose hacia la ventana, Satán domino la
mente del empleado al otro lado, quien lucía obviamente sorprendido de ver a estos dos
hombres. En poco tiempo, ellos habían creado exitosamente algo llamado ‘registro familiar’.
Su siguiente parada era una ‘oficina inmobiliaria’, que podía proporcionarles un lugar donde
vivir.

Satán y Alsiel dominaron el idioma de los humanos de Ente Isla en solo tres días. Ahora ellos
decidieron hacer lo que fuera necesario para aprender este nuevo lenguaje, ‘japonés’, hasta
llegar a un nivel aceptable.

Notando el japonés entrecortado y la ropa extraña del dúo, el empleado de la inmobiliaria,


asumiendo que ellos debían ser ricos empresarios de un país extranjero, empezó a ofrecerles
cortésmente opulentas casas de precios igualmente exuberantes.

Satán tuvo que explicarle al entusiasta agente que ellos no podían vivir en una casa tan
costosa.

El hipnotismo no consumía una gran cantidad de poder mágico cuando era utilizado solo una
vez, pero ya que ellos serían naturalmente desalojados si no pagaban, la vida en un pent-house
de lujo sin el sueldo necesario para pagarlo requeriría un uso continuo de la hipnosis en el
propietario. Por lo que le dijeron al agente que ellos buscaban un lugar que pudiesen pagar
fácilmente, uno que les diera los requisitos mínimos para vivir. El agente, más que solo un
poco decepcionado, les mostro una posibilidad.

“La casera de aquí es… ¿cómo debería decirlo? Una mujer excepcional.”

Era el cuarto de un edificio de apartamentos en ‘Sasazuka’, aparentemente un distrito de


Shibuya.

La renta costaba 45 000 yenes por mes, sin depósitos, sin pagos por adelantado, y sin
necesidad de garantías. Era la habitación número 201 del ´Villa Rosa Sasazuka’ de 60 años de
antigüedad, de aproximadamente 9 metros cuadrados, sin baño, con un inodoro por
habitación.

“La casera me dice que ella prefiere lidiar con gente como ustedes, quienes son…si me
permiten decirlo, ¿inusuales? O en circunstancias inusuales, debería decir.”

Fue una negociación un poco extraña, pero si eso era todo lo que él les podía ofrecer, que así
sea. Después de viajar en el ‘automóvil’ del agente (¡Eso era a lo que ellos habían llamado
carruajes!), llegaron a un edificio de apartamentos de dos pisos en un tranquilo y casi desolado
vecindario. Las paredes de yeso estaban desgastadas, y al techo le faltaban baldosas por aquí y
por allá. Las cunetas del agua de lluvia en el techo estaban oxidadas, y la escalera que iba al
segundo piso tenía varios desniveles en ángulos precarios. No había ni un alma allí; parecía que
todas las habitaciones estaban vacías.

“Esto…esto es increíble.”

Mascullo Alsiel.

“Si, incluso yo lo pienso.”

El dúo hablo usando el lenguaje demoniaco. Incluso cuando todavía eran nuevos en este
mundo, el total desastre que les fue presentado era demasiado obvio.

Ellos eran, en su mente, la elite demoniaca, dos hombres que habían forjado su camino hacia
lo más alto del mundo demoniaco. Habían caído muy bajo desde entonces, si, pero aún así era
difícil aceptar que vivirían en este lugar durante su estancia. Y si todas las habitaciones estaban
vacías, eso significaba que incluso los humanos inferiores no caerían tan bajo como para vivir
aquí, ¿o sí?

Era simplemente imposible. Justo cuando Satán se volteó para decirle esto al joven empleado,
se dio cuenta de que había alguien más parado allí.

“¿Es…una persona?”

Para sus sentidos demoniacos, era una criatura completamente enigmática y extraña. Era alta,
incluso casi igualaba la altura de Alsiel, que sobresalía por sobre los demás incluso en su forma
humana. El rechoncho y redondo cuerpo—la palabra utilizada no era suficiente para
describirla—hacia que esta criatura fuese apenas reconocible como mujer.

Tenía un colorido tocado de hortensias amarrado a su cabello, teñido de color purpura y


plateado. Una estola5 violeta se extendía sobre sus hombros, cubiertos por un vestido de
verano escandalosamente brillante. Cada dedo de sus manos tenía un gran anillo con
amatistas puesto, y sus altos tacones estaban revestidos con esmalte purpura. Ella tenía lápiz
labial purpura, sobra de ojos purpura, y maquillaje tan espeso que alguien podía imaginar que
se separaría de su cara si le dabas una bofetada. La coloración ligeramente rosada aplicada
encima parecía brillar como el sol. La imagen que mostraba era la de una gigantesca papa
purpura que había sido pelada en lugares al azar.

“¡Hola a todos! ¿Imagino que ustedes dos desean mudarse aquí?”

“¡Pue…puede hablar!”

La instintiva respuesta de Alsiel era comprensible, dada la atemorizante vista que se posaba
sobre ellos.

“Mi nombre es Miki Shiba, y soy la propietaria del Villa Rosa Sasazuka.”

Aun congelados en su lugar, Satán y Alsiel pudieron ver el carro del agente de la inmobiliaria
arrancar detrás de la presencia purpura en frente de ellos.

“El nombre Miki está formado con las palabras de ‘hermoso’ y ‘brillante’. Por favor llámenme
Mikitty, sin embargo.”

Los demonios pensaban que estaban comenzando a agarrar el ritmo de hablar japonés, pero
algo en su instinto hizo que rechazaran las palabras que ella, Shiba, les decía en un confuso
ritmo antes de que les pidiera que la llamaran casera.

Ellos debían mantener la distancia con ella a toda costa. Ellos lo podían sentir en sus venas, y
aun así ellos terminaron dentro de una de las habitaciones de este destartalado edificio de
apartamentos, siendo forzados a firmar una gran cantidad de documentos, y a recibir un
recorrido por las calles cercanas.

“¡Bueno, entonces! ¡Comenzando por hoy, este será su pequeño santuario! Yo vivo en la casa
de al lado, así que si tienen alguna pregunta, por favor, no sientan miedo de llamarme. ¡Hasta
luego, entonces!”

5
Banda larga de piel que usan las mujeres para abrigarse el cuello, también significa banda de tela que
forma parte de la vestimenta litúrgica que los sacerdotes llevan colgada del cuello cuando ejercen su
ministerio, aunque para este caso es más apropiada la primera definición.
El huracán purpura salió. Todo lo que quedaba en la habitación eran un Satán completamente
mudo por el asombro, y un Alsiel igualmente silencioso, y una copia del contrato de renta con
una marca de labios purpura.

Ellos habían firmado el contrato, completamente incapaces de hacer cualquier protesta.


Ambos permanecieron parados allí, con la mente en blanco, esperando recuperar la
compostura para que pudieran reflexionar sobre estos repentinos eventos.

El lugar era un basurero, su propietario alguien que no parecía humana. ¿Pero que otro lugar
estaría dispuesto a aceptar a dos jóvenes desempleados y sin hogar? Ellos se resignaron a su
destino, conociendo muy bien la respuesta. Pero por lo menos, ya no estarían en la calle.

Entonces, en lo profundo de sus corazones, los dos demonios juraron trabajar duro, pagar el
alquiler de cada mes, y por otro lado tener la menor cantidad de asuntos con su casera como
fuera posible.

“’Tienes que comenzar por algún lado’, como al parecer dicen por estos lugares. Quizá esto es
exactamente lo que necesitamos.”

Ellos fueron abrumados en la batalla contra la Héroe, apaleados por el salvaje viaje a través del
portal, y estaban mentalmente fatigados debido a sus aventuras en un mundo desconocido.
Satán, el Rey Demonio, estaba gastando rápidamente su fuerza mágica, su respiración se
volvió delirante después de usar solo dos veces la hipnosis. El sentimiento de cansancio
extremo no fue como ningún otro que hubiera vivido antes.

Así que el Rey Demonio se quedó dormido. Y permaneció dormido por tres días y tres noches,
sanando su cuerpo lleno de cicatrices y su agotada alma.

Entonces, después de dormir tres días consecutivos sin comer ni beber. Satán fue llevado al
hospital por desnutrición. La deshidratación y la falta de vitaminas lo habían inmovilizado.

Para rescatar a su maestro—quien estaba al borde de la muerte, con la piel pálida y seca, y con
los ojos perdiéndose en el vacío—Alsiel se vio forzado a pedirle ayuda a su casera, Shiba, al
tercer día de su mudanza. Él no tenía absolutamente ninguna idea del tipo de atención médica
que había en este mundo.

Usando un dispositivo de comunicación a larga distancia conocido como ‘teléfono’, Shiba


invoco una ‘ambulancia’, un carro blanco que, nuevamente, escupía luz roja.

Sentado en una habitación de hospital, mirando a su maestro mientras un suministro de


intravenosa fluía por su brazo. Alsiel se dio cuenta que ellos eran parecidos a los humanos de
este mundo no solo en apariencia externa, sino también internamente. Y comenzó a llorar,
incapaz de soportar la humillación.

La realidad, sin embargo, les probaría lo cruda que era en maneras que Alsiel aún no había
anticipado.

En este mundo, recibir tratamiento médico costaba una inmensa cantidad de dinero. Existían
ciertos sistemas, aparentemente, para reducir los costos médicos individuales, pero
naturalmente ni Satán ni Alsiel estaban inscritos en ninguno de esos programas.

Los cargos médicos que se les presentaron solo podían ser descritos como explotación sin
escrúpulos, algo que Alsiel podía entender incluso con su vago comprendimiento del valor de
la moneda de esta nación. Una vez que fue dado de alta del hospital, Satán se vio forzado a
usar la hipnosis nuevamente para hacer que la cuenta se desvaneciera.

Ahora mismo, lo que ellos necesitaban más que cualquier otra cosa era dinero. Dinero ganado
con otros métodos aparte de ser arrestado o desperdiciar magia.

Eso, y el sistema nacional de salud. Ellos necesitaban entrar en él, también.

Para cuando Satán utilizara su hipnosis por última vez, el dúo había acordado viajar a un
‘banco’ para adquirir una cuenta y algunos recursos monetarios. Poniendo al cajero bajo su
hechizo, Satán tomo diez mil yenes del empleado y lo uso para abrir una cuenta regular de
ahorros.

Eso era completamente ilegal, pero ningún verdadero demonio se inmutaría ante el concepto
de robo. La emoción de obtener finalmente el dinero inicial para sus nuevas vidas opaco el
molesto sentimiento en la mente de Satán de que ellos estaban cometiendo alguna clase de
error.

Los diez mi yenes fueron usados para comprar alimentos de primera necesidad, así como
también algo llamado ‘formularios de curriculum’. Un ‘curriculum’, al parecer, era considerado
indispensable para conseguir empleo.

[INSERTAR IMAGEN DE SATAN Y ALSIEL AQUI]

(Imagen de referencia)

Todo lo que tenían que hacer era llenar los espacios adecuados, llevar el documento al lugar
apropiado, pedir una ‘entrevista’, y contestar con las respuestas correctas. Entonces podrían
trabajar.

Solo había un problema. Ni Satán ni Alsiel tenían ningún talento especial que pudiera ser
aplicado en esta nación. Satán difícilmente podría escribir: ‘Historial de Trabajo: Rey del
Mundo Demoniaco; Aficiones/Habilidades: Dominación mundial’ en su curriculum. Por lo que
la única opción era enfocarse en los trabajos que mostraban ‘¡Se admiten principiantes!’ en
sus anuncios.

El dúo se sentó y preparó varios curriculums.


Conteniendo la frustración y la humillación, soñando con el día en que derrotarían a la Héroe y
recuperarían su dominio sobre todo lo que vivía y respiraba en Ente Isla, anotaron sus
nombres.

“Nombre… ‘Sadao Maou’. Perfecto”

“Nombre…’Shirou Ashiya’. No suena extraño, ¿o sí?”

Es inútil quejarse de eso ahora. Eso fue lo que escribimos en el registro censal, ¿verdad?”

Entonces, el Rey Demonio Satán (conocido como Sadao Maou, cuyo apellido podía escribirse
en el alfabeto japonés de modo que su pronunciación fuese igual a la de ‘Rey Demonio’) y el
Gran General Demonio Alsiel (conocido como Shirou Ashiya) emprendieron su misión para
reconquistar Ente Isla, con la habitación 201 del Villa Rosa Sasazuka como su Fortaleza
Demoniaca temporal.

El dúo había establecido un punto de apoyo en su motivación para encontrar el trabajo


adecuado para ellos, pero tenían un corto tiempo para descansar. El dinero sería necesario
para otras cosas también: electricidad, agua, gas, otras cosas esenciales,

Una lágrima se deslizó por la mejilla de Satán cuando recordó el tiempo cuando podía reunir
nubes de tormenta, invocar poderosas olas, y devastar la tierra encendiéndola en llamas, todo
con un golpe de su dedo.

Ahora, Satán y Alsiel eran solo Maou y Ashiya, dos jóvenes desempleados, ninguno parecía
mayor de veinte años.

El Rey Demonio y su antiguo General Demonio revisaron cada trabajo que pudieron encontrar
en una revista. Y pronto descubrieron la existencia de algo llamado ‘día de trabajo’.

Todo lo que tenían que hacer era inscribirse en una compañía, y después se les asignaría un
trabajo a corto plazo. Ellos recibirían un pago diario, entre cinco mil y diez mil yenes
dependiendo del trabajo, quizá más si lo hacían bien.

Insertando una de sus últimas monedas de diez yenes en la ranura de un teléfono público,
ellos reservaron una cita para una entrevista.

Luego de viajar a la oficina en Shinjuku, se dieron cuenta de que no era tanto una entrevista
sino más una orientación de trabajo. Se inscribieron de inmediato, encontraron a los gerentes
muy exigentes con las calificaciones, y el trabajo les fue prometido antes de que el día acabara.

Ya que ellos eran principiantes e inexpertos, les fue encargada la tarea de ayudar a un grupo
que instalaba el escenario para un evento al aire libre, realizando su trabajo para ganar el
salario acordado.

Mirando fijamente los siete mil yenes que cada uno había ganado por el trabajo del día. Satán
se sintió confiado en sus convicciones.

Si ellos seguían este pasó, podrían ganar el dinero que necesitaban por ahora. Y una vez que
ahorraran suficiente dinero, podrían enfocar su atención en encontrar trabajos de medio
tiempo a largo plazo.

Esa misión, sin embargo, fracaso en dos cortas semanas.


Ellos habían trabajado en un mismo lugar, hasta el punto donde los empleados regulares
comenzaron a recordar sus caras.

Entonces la compañía recibió un aviso de detención de trabajo del gobierno, obligándolos a


dejar el negocio de asignación de empleos. Algo completamente inesperado.

Abatidos y sin fuente de ingresos, el dúo se dirigió a su hogar. Pasando cerca de un televisor
que mostraba las noticias, ellos entendieron un poco mejor la historia.

El noticiero condenaba a la empresa, acusándola de asignar obreros a emplazamientos ilegales


y encubrir una escandalosa cantidad de dinero de sus ingresos.

Satán enfoco su atención en el reportaje, preguntándose porque un gran demonio como él


tuvo que perder su trabajo por culpa de, entre todas las posibilidades, algunas tontas leyes
decretadas por los humanos. Y repentinamente, se dio cuenta de algo.

“Hey, Ashiya, espera un segundo.”

“Preferiría Alsiel, por favor.”

“Nuestra misión aquí es conquistar el mundo humano, ¿cierto? No pasar cada día de nuestras
vidas apenas juntando el dinero suficiente para sobrevivir.”

“S…sí. Como usted diga.”

“¿Entonces qué tal si tu tan solo te enfocas en encontrar una manera de restaurar nuestra
magia? Mientras que yo mantengo un trabajo. Puede que yo tenga más fortaleza física y
mágica que tú, pero tú, tú eres el único y mejor estratega que tengo. Te necesito para
encontrar una fuente de magia para mí, aquí, en Japón.”

“M-Maou…”

“Es ‘Maō-sama’. Pero como sea, incluso si fuera más cómodo para nosotros que ambos
trabajáramos. Nunca debemos perder de vista nuestras metas. La magia y los demonios no
existen aquí, pero si sus conceptos. Y todo concepto tiene un origen. Si podemos llegar a ese
origen, entonces tal vez…”

“¿…tal vez podamos encontrar una forma de recuperar esa magia?”

Satán asintió discretamente.

“Eso es mucho más preferible a que ambos nos atemos a trabajos de medio tiempo juntos,
¿verdad? Y no hay necesidad de concentrarse solo en la magia, tampoco. Quizá podamos
encontrar algún nuevo poder, algo exclusivo de este mundo. ¡Entonces podremos usarlo para
dominar Ente Isla una vez más!

Ashiya…ehm, Alsiel se puso de rodillas, profundamente conmovido por el primer discurso


realmente motivador de su maestro en muchos días.

“¡Absolutamente, Maō-sama! Arriesgare mi propia vida para encontrar una manera de


regresar a Ente Isla; ¡Para encontrar el modo de restaurar los poderes de mi Señor!”

“… ¿Puedes pararte, Alsiel? Estamos en medio de un crucero peatonal. Me estas


avergonzando.”
Los peatones cercanos se los miraban mientras pasaban a su lado, sin mostrar ninguna
emoción al ver a Alsiel arrodillarse repentinamente y gritar disparates en medio de la tarde.

El Rey Demonio Satán, adentrándose totalmente en el papel del joven japonés Sadao Maou,
puso cada gramo de su fuerza en su trabajo. El realizo muchos de ellos. Como ser regulador de
tránsito en las cercanías de una construcción. Agente de caja en una tienda por
departamentos. Asistente en una compañía de mudanzas. Acomodador de trenes en una
estación. La variedad, por lo menos, no era algo para estar insatisfecho.

Mientras tanto, como Shirou Ashiya, Alsiel se dedicó al cuidado doméstico, asegurando la
salud de Maou para que pudiera seguir trabajando. Y en su tiempo libre, investigaba el
potencial mágico de este mundo, mientras manejaba estrictamente la situación financiera del
dúo.

Exactamente seis meses después de que ellos llegaran a Japón, Maou recibió una oferta para
su primer trabajo de medio tiempo a largo plazo—MgRonald6, el gigante de la comida rápida.

El regreso de su primer día de trabajo con una mirada de satisfacción en su rostro, las bolsas
en sus manos rebosaban con todo tipo de comida frita, mientras decía, “Desde este día en
adelante, no volveremos a preocuparnos por la falta de comida.”

Ashiya, también, estaba contento de haber sido liberado de esa preocupación. Al principio.
Pero comer todas esas hamburguesas, todas esas papas fritas, todo ese pollo frito—esa gran
cantidad de calorías y condimentos, día tras día, término por cansarlo rápidamente. Después
de una semana, la acidez gástrica fue suficiente para hacer que no quisiera volver a ver un
envase de comida rápida.

Pero Maou seguía con esta controvertible dieta, aparentemente tomando cariño por la
‘comida’ en oferta.

Inevitablemente, Ashiya tuvo que poner incluso más atención a sus hábitos de comida diaria
en respuesta. El resultado era que la valiente búsqueda de magia del demonio no estaba
llegando a ninguna parte. Si quería evitar una desastrosa dieta de comida chatarra en cada
comida, Ashiya tenía que correr apresuradamente a los supermercados antes de que cierren,
prestando mucha atención a las cosas que bajaban su precio cada día.

Por lo menos Maou estaba dedicado al trabajo. Y al cabo de dos meses, él ya había recibido un
aumento.

Ese día fue uno que Ashiya probablemente nunca olvidaría. La mirada llena de alegría del Rey
Demonio por haber obtenido un aumento de 100 yenes en su salario por hora, era algo que
nadie podría soportar ver sin que sus ojos se llenaran de lágrimas.

Varias promociones se dieron en las siguientes semanas. Y en poco tiempo, Maou se había
convertido en un miembro de primer nivel del MgRonald ubicado frente a la estación de
Hatagaya.

Su salario por hora era doscientos yenes más alto que cuando el comenzó hace medio año.
Este era, supuestamente, un trato especial de parte de MgRonald. Usar aunque sea un poco de
su magia en hipnosis lo debilitaría tanto que Ashiya reconoció inmediatamente que era un

6
Nombre en parodia de McDonald’s
desperdicio, por lo que concluyo que este debió ser el resultado del esfuerzo de Maou en el
trabajo.

Eventualmente, la evaluación de un cliente llego a la oficina central de MgRonald,


aparentemente llena de elogios al trabajo de Maou. Lo que hizo que ganara el premio al mejor
empleado del mes.

Un marcado cambio de actitud comenzó a partir de ello. Aquí estaba el Rey Demonio después
del trabajo hablando sobre como su trabajo era alabado por su jefa y lo talentoso que estaba
demostrando ser como nuevo empleado. Era difícil decir que este era el astuto plan de un
aspirante a conquistador. Sus aptitudes como Rey Demonio disminuyeron gradualmente, hasta
el punto donde comenzó a afirmar que sobrepasar a la gerente de la sucursal sería el primer
paso para la dominación mundial.

Para alguien como Ashiya, cuyo único placer en la vida era apoyar al Rey Demonio en sus
nobles triunfos, el panorama se volvía muy inquietante últimamente. Y se hacía más difícil
pensar concienzudamente en el futuro.

Ashiya arrojo el sobre con la boleta de pago de MHK en el buzón de la puerta, sin molestarse
en abrirla. El deliberadamente reprimió todas sus preocupaciones y quejas—su voto de fe
seguía siendo igual de fuerte que al principio—y hoy él tenía una galería de arte y un museo
que investigar.

Durante su investigación. Ashiya se había convencido que la magia existió o aún existía, en
algún lugar del planeta Tierra.

Desde el Stonehenge en Inglaterra hasta las Pirámides egipcias y las Líneas de Nazca en Perú,
el mundo estaba marcado con varias culturas y edificaciones que parecían contener magia en
su núcleo.

Este era el resultado de pasar incontables horas en librerías, investigando cada sitio en ruinas y
cada reliquia que el mundo podía ofrecer. La Fortaleza Demoniaca que Maou y Ashiya
llamaban hogar no tenía disponible nada tan conveniente como el servicio de Internet.

El problema era distinguir donde había verdadera magia y donde no.

No había dinero para viajar al extranjero, y aunque usaran los poderes hipnóticos de Maou
para hacer el viaje, no podían decir que una civilización tenía magia a menos que la vieran por
sí mismos.

Si seguían una pista que no conducía a ningún lugar, el estaría demasiado avergonzado incluso
de mirar a su maestro. Eso, y… ¿Quién podría decir que en algún lugar del mundo había
suficiente poder para restaurar su fuerza en primer lugar?

Por ello, Ashiya decidió comenzar por examinar las antigüedades más cercanas que existían.

Los museos y galerías en la ciudad aparentemente mostraban imágenes y videos de museos


extranjeros regularmente. Él quiso ver si alguno de ellos resonaba con su propia magia
demoniaca.

De ese modo, él se dirigió a Shinjuku. Su objetivo: El Museo Nacional de Arte Occidental en


Ueno.
Aún estaba lloviendo afuera, por lo que Ashiya tomo otro paraguas de plástico como el que
Maou había llevado, cogió tímidamente el inestable cerrojo de la puerta para asegurar una
habitación que no ofrecía nada de valor para cometer un robo, y se puso en marcha.

Repentinamente, Ashiya fue asaltado por un horrible pensamiento, y se preguntó, ¿Qué


pasara si este estilo de vida se vuelve eterno? Lo que fue suficiente para hacer que tiemble,
incluso en el clima de la primavera tardía.

“¿Hmm?”

Después, se dio cuenta de que en realidad estaba siendo sacudido. Había un terremoto en
curso.

No era nada para entrar en pánico; durante el último año él aprendió rápidamente que en
Japón ocurrían temblores regularmente. Pero vivir en ese apartamento que podría establecer
el record mundial del “El edificio más antiguo jamás remodelado” era suficiente para que
cualquier terremoto pareciera un treinta por ciento más fuerte, enfermándolo hasta la medula
todo el tiempo.

Pero nada paso, de nuevo. La sacudida se detuvo después de unos diez segundos. En Ente Isla,
cualquier terremoto, sin importar lo fuerte que era, haría que los humanos entraran en pánico,
comiencen a hablar sobre estupideces como dioses vengativos o tropas demoniacas
acechantes. Pero un temblor de esta magnitud no atraería la atención de muchos japoneses.
Los trenes ni siquiera se molestarían en detenerse por ello.

No era que Ashiya necesitara un tren para llegar a Shinjuku. Desde Sasazuka, había solo una
parada de tren si se tomaba la línea Keio. Alrededor de veinte minutos de camino para
cualquier hombre saludable. Giro la manija de la puerta nuevamente para asegurarse que el
seguro aún no se había roto, metió la llave en su bolsillo y bajo cautelosamente la escalera.

Ashiya nunca se dio cuenta que el mismo había caído al punto donde el alegremente ponía
excusas para que le rebajaran el precio de una simple parada de tren.

*
Sadao Maou, montado en su confiable corcel Dullahan, estaba de camino a su trabajo.

Desde la Fortaleza Demoniaca en Sasazuka, eran menos de diez minutos en bicicleta para
llegar al MgRonald de Hatagaya, si no había contratiempos. Gracias al retraso que le había
causado el sermón de Ashiya, sin embargo, la lluvia ahora estaba cayendo a un ritmo continuo.

Era tan fuerte que su desgastado paraguas, con sus varillas dobladas, su bastón oxidado y
plástico transparente que ya no permitía ver al otro lado, no podía protegerlo completamente.

Pero Maou siguió pedaleando, avanzando tan rápido como podía.

Era el último día del mes, un viernes, uno que siempre relajaba sus bolsillos un poco. Un día
importante también. Su tienda estaba compitiendo por el premio regional al ganador en
ventas del menú especial. Lo que hizo que Maou se emocionara. Era hoy. ¡Hoy sería el día en el
que marcaría un nuevo record de ventas de papas fritas sazonadas con pimienta negra!

“No necesito que me grites, Ashiya. También estoy pensando en nuestro futuro… ¡A mi
manera!”
El deseo todavía estaba allí. Su ambición final, como siempre, era conquistar Ente Isla. Pero sin
forma de regresar a casa, no había mucho que pudiera hacer por ello. Incluso si pudiera
teletransportarse ahora mismo, el seria derrotado y asesinado en un parpadeo sin su fuerza
mágica.

Mientras tanto, en Japón, mientras no causaras problemas, las posibilidades de ser asesinado
en una batalla eran bajas. Y si considerabas la rutina actual como pasos de bebe para reclamar
el trono del Rey Demonio, incluso era posible mantener el sentido del orgullo demoniaco de
alguien.

Por ahora, esto estaba bien. Maou sinceramente creía eso.

Él se detuvo en la señal roja de un semáforo, sus frenos chillaron y su llanta delantera cayó en
un charco de agua.

Dullahan era una ganga, pero sus frenos, que sonaban como el grito de una mandrágora
enfurecida, eran una molestia.

En esta intersección, que separaba un área residencial de la autopista Koshu-Kaido, había un


pequeño parque y un moderno restaurante, con sus paredes cubiertas con vidrio desde el piso
hasta el techo.

Al otro lado de la calle, dirigiéndose hacia la dirección de donde el vino, Maou diviso a una
mujer acurrucada bajo el toldo7 del restaurante.

La calle estaba llena de transeúntes que se dirigían a almorzar, pero esta mujer capto su
atención. Aparentemente ella no tenía un paraguas. Incluso a la distancia, él pudo verla fruncir
el rostro mientras pasaba un pañuelo por su cabello y hombros.

Su mirada de irritación apuntaba hacia el cielo mientras la luz permanecía en rojo.


Probablemente ella no esperaba esta lluvia. Incluso cuando la luz finalmente se volvió verde,
ella permaneció bajo el toldo, con la mirada perdida.

Maou, aun consciente de las leyes de tránsito, desmonto su bicicleta y camino con ella para
cruzar la calle. Una vez al otro lado, la mujer noto su presencia por primera vez, sus ojos se
dirigieron hacia él. El asintió ligeramente en su dirección, luego se refugió bajo el toldo del
restaurante a su lado, tomando la precaución de situar a Dullahan entre ellos para evitar
cualquier sospecha.

“Um, si quieres…”

Plegando su paraguas de plástico, se lo ofreció a ella, extendiéndole el mango.

“¿Huh?”

Su clara y refrescante voz sonó confundida al principio. Ella miro a su alrededor, insegura de
cómo actuar.

“Oh, yo… tan solo empezó a llover repentinamente, por lo que pensé que podrías necesitarlo.”

7
superficie en forma de membrana elaborada de lona o tela fuerte que se pone para hacer sombra o
proteger de la lluvia
Ella tenía la apariencia de una mujer madura, juzgando por la manera en que lucía y actuaba
desde el otro lado de la calle, pero estando cerca, ella parecía más joven, quizá incluso tenía la
edad de una universitaria. Ella era, por lo menos, más joven de lo que Maou aparentaba.

Su blusa estampada con flores y sus jeans ajustados combinaban perfectamente con su belleza
natural. La lluvia en su largo cabello, ligeramente rizado en las puntas, le dio un brillo que la
hacía más atractiva. Era una lástima que ella no hubiera pensado en llevar un paraguas
plegable en el pequeño bolso que traía en el hombro.

Sus fuertes y decididos ojos ahora estaban claramente enfocados en Maou, con un rastro de
ansiedad en su cara.

“Pero… ¿estás seguro? No puedo simplemente tomarlo…”

Él no tenía otro paraguas consigo, por supuesto. Este había sido recogido de la basura;
actualmente gastar dinero en algo como esto era un pensamiento ajeno a él.

“Oh, no, yo trabajo cerca de aquí, por lo que… solo son dos o tres minutos en bicicleta.
Tenemos más paraguas allí.”

Nerviosamente, la mujer tomo el mango. Y cuando lo hizo, Maou volvió a montar su bicicleta
rápidamente, deseando que ella no se sintiera endeudada.

“¡Um, muchas gracias! Me gustaría compensártelo de alguna manera…”

Sin embargo, la mujer resulto ser más insistente de lo que Maou esperaba. El levanto su mano
en respuesta.

“Olvídalo. Es una baratija de todos modos. Puedes continuar tu camino y tirarlo una vez que lo
hayas usado.”

“Oh, yo no podría hacer…”

Maou se giró hacia la mujer, quien todavía actuaba indecisa.

“Bueno, ¿Qué tal esto? Yo trabajo en el MgRonald cerca a esta área, así que ¿Por qué no
vienes a comer algo alguna vez?”

“¿En esta área…? ¿Te refieres al que está en la estación Hatagaya?”

Ella asintió al entender la dirección que Maou le indico. “Si. Te daré una porción extra grande
de las papas fritas especiales que tenemos, si estoy allí.”

Esta era la forma de promocionar que Maou puso de moda en todo el vecindario. Él se veía a sí
mismo como empleado del MgRonald en todo sitio público que se encontrara, y cualquiera era
un cliente en potencia. Por como lo veía el, este esfuerzo extra fue el que hizo posible sus
promociones en el trabajo.

“Bien. Seguro que hare eso. Umm…”

La mujer se paró firmemente, mirando a Maou a los ojos.

“Gracias de nuevo.”

Al decir esto, ella hizo una ligera reverencia.


Su sonrisa era como un hermoso rayo del sol asomándose a través de las nubes de tormenta
de su corazón.

“Seguro. Ten cuidado.”

Maou se dio vuelta, tratando de esconder sus torpes movimientos. Agitando su mano, salió
nuevamente a la lluvia, sin voltear para nada.

“¡Brrrr! ¡Que frio!”

Quizá ese intercambio fue demasiado caballeroso para su propio bien. Pero todo fue para un
mejor mañana, a más ventas—no debía olvidarlo—había más oportunidades de dominar este
mundo.

Además, perder el paraguas por una buena razón haría que Ashiya ponga mano de hierro en
las finanzas para conseguir uno nuevo, ¿verdad? Si no, él siempre podría tomar uno nuevo de
la tienda.

De vuelta en la intersección, hace mucho que la luz había vuelto a ser roja, la mujer aún no se
movía, hasta que perdió de vista a Maou a la distancia.

Al final, la tienda de Maou perdió la competencia regional de ventas de papas fritas sazonadas
con pimienta negra. Una de las freidoras se había descompuesto después de la hora del
almuerzo.

Pasaron dos horas antes de que el técnico encargado apareciera, y esas dos horas marcaron la
diferencia.

Una experiencia frustrante para Maou, por no decir más, y una que continuaría incluso
mientras llevaba otra bolsa llena de comida chatarra a casa con él.

La fuerte lluvia se volvió algo del pasado mientras caía la noche. Eso lo detuvo de pedir
prestado un paraguas de la tienda, pero no había duda que el mal clima mantendría a los
clientes en casa.

¿Pero había algo más? Si, estaba el asunto de la freidora y la lluvia, ¿pero la situación podía
ponerse peor de alguna manera? Esta pregunta era todo en lo que Maou podía pensar
mientras regresaba a casa, cuando llego a la intersección donde había prestado su paraguas
esa tarde.

“… ¿Huh?”

Ahora era tarde en la noche. El restaurante en la intersección hacia mucho que había cerrado,
su interior lucia completamente oscuro. La única luz que alumbraba el cruce desierto era un
poste de alumbrado público y las señales de tránsito intermitentes.

Había alguien observándolo desde el toldo del restaurante.

Él no había notado nada en la oscuridad al principio, pero allí estaba la chica con la que se
había encontrado de camino a su trabajo.

“Hey, ¿Tu eres…?”

Maou se detuvo en medio de la frase. Había algo extraño en esto.


La mujer guardaba silencio mientras mantenía su mirada fija en él. Se sentía algo helado, casi
hostil en sus ojos.

Antes su sonrisa era como un arcoíris que atravesaba cielo húmedo, y ahora su expresión era
como un Iceberg del Ártico, suficientemente frio como para congelar el sol.

Ella lo miraba furiosamente, no había duda de ello. Maou trago saliva nerviosamente, casi
acobardándose al sentir su mirada sobre él.

Incapaz de soportar la mirada silenciosa de la mujer por más tiempo, Maou se armó de valor
para hablar.

“Um… ¿te fue bien? No te mojaste, ¿o sí?”

“No, no me fue bien.”

“¿Uh?”

Su voz era como un polo terrestre en medio del invierno.

“Hoy fui a MgRonald.”

“¿Oh? Um. B-bueno, gracias.”

Ahora no parecía un buen momento para promocionar los productos de la tienda. El no


recordaba verla mientras tomaba las órdenes.

La mujer dio un paso hacia Maou, haciendo que pierda el equilibrio y que casi caiga al suelo.
Sofocado, desmonto su bicicleta y—por razones completamente distintas a las anteriores—la
situó entre ellos.

“Estaba observándote. Desde el negocio al otro lado de la calle.”

“¿Observándome?...te refieres, ¿al restaurante?”

Había una librería desde donde se podía ver el MgRonald cruzando la calle. ¿Ella los estaba
mirando desde allí? ¿Era ella uno de esos clientes misteriosos de los que había escuchado?

“No. A ti.”

“¿A-a mí?”

Ahora Maou estaba aún más confundido. Ella vino a la tienda… ¿pero no para devolver el
paraguas, por lo menos? Apenas habían interactuado entre ellos, ¿Y ahora ella lo estaba
acechando? ¡Solo había una—!

“…Te ves tan diferente a antes que pensé que mi mente estaba jugando conmigo. Pero luego
de un tiempo, me di cuenta.”

¡—una mujer que podría—!

“Al principio, dude de mis sentidos. Sabía que estabas cerca en algún lugar, pero no así de
cerca.”

¡—que podría estar buscándolo!

“Puedes intentar esconder la poca magia que aun te queda, ¡pero no puedes engañarme!”
¡Imposible!

“¡Rey Demonio Satán! ¡¿Por qué estás trabajando en el MgRonald de Hatagaya?!”

El espeso cabello negro; la piel hermosa e inmaculada; los afilados ojos que detectaban la
magia, ella tenía que ser—

“¡T-tu eres…! ¡La Héroe Emilia!”

Ella era Emilia Justina, la Héroe que libero Ente Isla de las garras del Rey Demonio. La Héroe
que fue glorificada como la salvadora divina de su tierra natal. ¿Por qué estaba ella en
Sasazuka?

“¡Si! ¡Soy yo, Emilia! ¡Y seguramente debes saber por qué estoy aquí!”

“¡N-no puedes estar…!”

“Tú y Alsiel, tu último general, puede que apenas hayan logrado escapar de nosotros. ¡Pero yo
he viajado a través de los mundos para encontrarte! Si dejo que escapes, ¡nuestro mundo
estará envuelto en la oscuridad una vez más! Y antes de que eso ocurra, ¡Voy a destruirte!”

“¡E-espera! ¡Espera un segundo Emilia! ¡Podemos discutir esto!”

“¡Nunca, Rey Demonio! ¡Prepárate para morir!”

Repentinamente, la Héroe Emilia saco un cuchillo y se abalanzo sobre Maou, cortando el aire.
Maou salto hacia atrás, esquivando la hoja mientras pasaba velozmente junto a su bicicleta. El
alguna vez orgulloso Dullahan cayó al suelo, protestando fuertemente ante la acción
inesperada.

“¡Whoa! ¡Cuidado!”

“¡Deja de esquivar cobardemente! ¡Quédate quieto y déjame matarte!”

“¡Debes estar bromeando!”

El apenas pudo evitar el segundo ataque del cuchillo después que Dullahan cayera.

Maou tardo un momento en recobrar la compostura. Estaba desarmado. El camino a casa


desde la tienda de comida rápida rara vez era frecuentada por alguien. Lo que claramente lo
puso a la defensiva, pero cierto sentido de seguridad aun llenaba la mente de Maou. Una
mirada al arma de Emilia fue suficiente para que supiera como terminaría esta confrontación.

“¿Uh…Emilia?”

“¿Hmm? ¿Ruegas por tu vida, es eso? ¡Nunca negociare con mi enemigo jurado!”

La contundencia de su declaración lo sorprendió ligeramente, pero él se las arregló para


escupir una observación—una que tuco un sorprendente efecto en su oponente.

“¿Dónde está tu espada sagrada?”

“¡…!”

Eso fue suficiente para dejarla visiblemente boquiabierta.

“Compraste ese cuchillo en una tienda de 100 yenes en Sasazuka, ¿cierto? Yo tengo la misma.”
“¡C-como lo…!”

Ahora Emilia estaba visiblemente agitada. El cuchillo en su mano brillo suavemente con la luz
del semáforo rojo.

“Tu…perdiste toda tu magia sagrada, ¿verdad? O incluso si no, no puedes permitirte


desperdiciarla, ¿eh?”

“¡Nnngh…!”

La manera en la que Emilia Apretó sus dientes confirmo lo que Maou sospechaba.

Él había esperado, hasta cierto punto, que aparecieran asesinos de Ente Isla. Pero no la
mismísima Héroe desde el principio. Y sin embargo aquí estaba ella, habiendo cruzado el Portal
al igual que él, olfateando el rastro de su fuerza mágica.

“P-pero…pero tu estas en la misma situación, ¿verdad? ¡Tú poder es tan pequeño…tan frágil!
¡No es nada comparado al que tenías antes!”

“Bueno…si, pero…”

Maou hizo una mueca internamente. Pero no tenía sentido fingir lo contrario.

“Con o sin mi espada sagrada, ¡No tengo nada que temer de un Rey Demonio que es un
cocinero tan débil! ¡Muere!”

Emilia levanto el cuchillo en el aire.

Una luz se encendió engullendo al dúo.

Ashiya, luego de su última decepcionante visita a la sala de exhibición del Museo Nacional de
Arte Occidental, tiro el folleto del museo en el buzón de la puerta. Partiendo por la mitad un
pedazo de udon8 de cuatrocientos gramos expirado y en oferta, comenzó a hervir los fideos en
una olla mientras esperaba que Maou regresara.

No había ninguna manera de que ninguno de ellos pudiera sobrevivir tan solo con la comida
del refrigerador. Ashiya había estado ahorrando su propio dinero también, en parte para
aumentar los fondos para su investigación, así que aún era capaz de realizar algunas compras.
El mantuvo estas reservas en secreto.

“Ugh. Él debe seguir trayendo más de esas papas fritas con pimienta, lo se…”

Expulsando a los insectos que entraban por la ventana abierta. Ashiya reviso rápidamente el
reloj.

“Hmm…Maō-sama se está tardando.”

“Entonces ¿tú eres Sadao Maou, y tú eres Emi Yusa? Bien, ahora ¿podrían decirme porque
estaban discutiendo en esa intersección?”

“¡Estaba allí para matar a este hombre!”

8
es un tipo de fideo grueso hecho de harina de trigo, popular en la comida japonesa. Fue inventado en
Japón en el siglo VI.
El Rey Demonio y Emilia estaban sentados en sillas plegables en la subestación de policía de
Hatagaya, y un oficial de policía estaba frente a ellos.

“Escuche, señorita, no sé qué es lo que hizo su amigo para merecer esto, pero eso no es excusa
para andar blandiendo un cuchillo contra él. Solo necesitas calmarte y discutir estas cosas, ¿de
acuerdo?”

El consejo del oficial fue suficiente para hacer que Emi Yusa, conocida como la Héroe Emilia, se
enfureciera.

“¡Yo… ¿Qué piensa que es el para mi…?!”

“Justo ahora,” intervino Maou, con una mirada furiosa en su rostro, “apuesto a que el piensa
que estábamos en medio de un conflicto de enamorados o algo por el estilo.”

“Bueno, me disculpo si me equivoco. Se ven varios casos así últimamente, ¿sabían? Así que
solo háblenlo y… ustedes saben, si van a romper, intenten no ser muy escandalosos, ¿de
acuerdo?

“Le estoy diciendo, ¡que no hay algo como eso entre nosotros!”

Un residente de la zona llamo a la policía al ver la confrontación. Ahora el Rey Demonio y su


rival, la Héroe, estaban en la estación, oyendo los estatutos de la ley antidisturbios que les leía
el oficial.

Fue una hora o más de lectura sobre los peligros de la violencia domestica antes de que ellos
fueran finalmente liberados.

Emilia anduvo con pasos pesados en cuanto salieron. Esa dura experiencia aparentemente
había causado algún tipo de dolor emocional en ella.

“…Te estoy dejando ir por hoy. Pero la próxima vez… eso pasara.”

“Oh, ¿Qué, estas planeando traer un rodillo de cocina la próxima vez?”

Emilia eligió ignorar la provocación.

“Hmph. Espero que estés feliz de haber alargado tu vida. Y esta noche no fue del todo un
desperdicio. Memoricé la dirección de tu casa, ya te lo dije. Espero que no pienses tener una
noche tranquila por el resto de tu vida.”

“Te oyes más como si fueras mi jefa que como una Héroe.” Incluso mientras Maou hacia una
mueca ante su descarada amenaza, una pregunta llego repentinamente a su cabeza. “Oh, por
cierto, ¿Qué paso con mi paraguas?”

Por un momento, la cara de Emilia traiciono su capacidad de respuesta. Después, ella soltó un
suspiro burlón.

[INSERTAR IMAGEN DE EMI Y SADAO AQUI]


(Imagen de referencia)

Dijiste que podía tirarlo una vez que lo usara. ¡Así que lo hice! Me asegure de destruirlo
completamente antes de hacerlo, también.”

“¡Oh, eso es tan perverso!”

La angustia era sincera, desde el fondo de su corazón. Gracias a los esfuerzos de los habitantes
de Shibuya para limpiar la basura, se hacía más difícil encontrar paraguas abandonados en los
alrededores.

“¿Y por qué una Héroe como yo aceptaría alegremente el paraguas del mismísimo Rey
Demonio? ¡Puede que mi familia sea maldecida por generaciones si lo hago! ¡Nunca
mantendría un algo como un cáncer tan contaminado y putrefacto cerca de mí ni por un
segundo!”

Para demostrar su punto, Emilia saco un pañuelo, que era de un extraño color rosa, y comenzó
a limpiar sus manos.

“Soy la enemiga jurada de la raza demoniaca y de todo lo relacionado a ella. ¡Comenzando por
mañana, será mejor que te cuides durante la noche!”

Con estas para nada heroicas palabras finales, ella desapareció en la noche de Hatagaya, con
sus pasos aun un poco inestables.

“…Bueno, eso es todo lo que me faltaba.” La Héroe había perseguido al Rey Demonio a través
de múltiples mundos. ¿Pero porque? No parecía que hubiera pasado algo del todo importante.
Incluso el aún tenía que ir a trabajar mañana.

El día estaba comenzando a cambiar mientras él se murmuraba a si mismo mientras regresaba


a casa.

“Hombre, Ashiya va a estar enojado si escucha que esta chica está aquí. Quizá debería callarme
por ahora.”

Él fue descubierto la mañana siguiente.

Ya que el turno de Maou empezaba en la tarde, esto significaba que el secreto fue revelado
mientras ambos comían un omelet sencillo, sin relleno—sin kétchup, sin nada—que Ashiya
hizo de los huevos medianos ligeramente malogrados que había obtenido en oferta anoche.
Ambos intercambiaron miradas cuando sonó el timbre de la puerta. MHK había hecho una
visita el día anterior. Y los vendedores de periódicos hacía tiempo que no venían al lugar.

El dinero de la renta y el teléfono era sustraído directamente de su cuenta. Lo que significaba


que debía ser algún nuevo vendedor ambulante.

Ninguno siquiera albergaba la posibilidad de recibir cartas o paquetes. Esa era la realidad.

“¿Si? ¿Quién es?” pregunto Ashiya acercándose a la puerta. Ellos no podían pretender no estar
en casa; el ventilador de la cocina estaba encendido.

“‘¿Quién es?’ Bueno ¡debería agradecerte por semejante saludo! ¡Te he encontrado, Alsiel! ¡El
último de los Cuatro Grandes Generales Demonio!”

Maou reacciono atragantándose. Los huevos revueltos fluyeron hacia su tráquea,


provocándole un acceso de tos que esparció pedazos del huevo en su nariz. Ambas fueron
reacciones agonizantes y nada amenazantes.

“¡¿Qu-quien eres tú?!”

En un instante, Ashiya salto lejos de la puerta, listo para la batalla.

“¿Quién? Creo que la última vez que me preguntaste eso, estábamos en medio de una batalla
en la Fortaleza Demoniaca. No lo has olvidado, ¿o sí? El nombre de la Héroe, ¿Emilia Justina?”

“¡La Héroe Emilia!”

En pánico, Ashiya giro hacia Maou, quien estaba lagrimeando mientras intentaba
descongestionar su nariz llena de pedacitos de huevo.

“¡Ahora, vamos! ¡Abre esta puerta y prepárate para afrontar tu destino!”

Era difícil de creer, pero no había nadie más en Japón además de Maou que conociera el
nombre Alsiel. Él había estado considerando el ser perseguido por presuntos asesinos del Rey
Demonio, ¿pero quién habría esperado que la Héroe llegara a ellos primero?

La realidad de la situación lo sacudió al principio, pero incluso ahora, Alsiel era el mejor
estratega de las tropas del Rey Demonio. Él tenía un gran conocimiento de cada uno de los
movimientos de Emilia, y él ahora alardeaba tener un conocimiento completo de cada una de
las debilidades de sus enemigos.

Mirando la cerradura de la puerta, Ashiya puso el seguro, cerró todas las ventanas que daban
al corredor exterior, y apago la ventilación.

“¡Maō-sama! ¡Es la Héroe! ¡La héroe está aquí!”

“¡Ah…! ¡Espera! ¡Alsiel, espera! ¡Te lo advierto, abre esta puerta!”

Un tono de pánico invadió la voz de la Héroe en cuanto se dio cuenta de la estrategia de Alsiel.

“Si, lo sé, Ashiya, pásame un pañuelo.”

“¡Rey Demonio! Tú también estas allí ¿verdad? ¡Ríndete y abre esta puerta!”

El timbre comenzó a sonar sin descanso, tomando un ritmo constante, Ashiya no le prestó
atención.
“¡¿Qué debemos hacer, Maō-sama?! ¡La Héroe esta justo en nuestra puerta!”

“Ugh, no logro sacar este pedazo de mi nariz. Si, nos encontramos ayer. Siento no haberte
dicho”

“¡¿Qu-que?!”

El comentario distraído que Maou hizo mientras toqueteaba su nariz fue suficiente para dejar
a Ashiya boquiabierto.

“Ella me ataco en el cruce peatonal que hay de camino al trabajo. Después alguien nos
denunció, por lo que fuimos arrestados por la policía. Por eso llegue tarde anoche.”

“¡El momento más humillante de mi vida! ¡Ellos… ellos creyeron que yo era la novia del Rey
Demonio!”

Se podían sentir olas de ira emanando desde detrás de la puerta. Los ojos de Ashiya se
desviaron por un momento, pero volvieron rápidamente a Maou mientras analizaba su
respuesta.

“¡¿Por qué, mi señor?! ¡¿Por qué no me lo conto antes?!”

“Bueno, pues… nadie salió lastimado… Además, ella está de cierta forma en la misma situación
que nosotros.”

“¿Qué quiere decir?”

Maou metió un dedo en su nariz para limpiar los pedazos de huevo restantes.

“Ella me reconoció como el Rey Demonio Satán ayer, pero no pudo sacar su espada. La cual
está hecha de Metal Sagrado, ¿cierto? ¿El metal celestial que fue impregnado con poder
sagrado? Ella no pudo invocarla. ¿Sabes lo que eso significa?”

“… ¿Significa que ella no puede darse el lujo de desperdiciar su poder sagrado? ¡Entonces ella
también ha perdido la habilidad de recargar su poder!”

“Si, no creo que ella piense usar todo su poder sagrado para derrotar al Rey Demonio. Como
sea, tenemos una clara ventaja de nuestro lado.”

“…Su vida dio un vuelco, ¿cierto?”

La masa de furia afuera del pequeño apartamento empezó a patear la puerta en disgusto. Lo
suficientemente fuerte para hacer que uno se preocupara por que la madera barata cediera
ante ella.

“Aunque ella nos asesine, no hay garantía de que ella pueda reunir suficiente poder sagrado
para abandonar este mundo antes de que muera. Los humanos de Ente Isla, ellos tienen suerte
si alcanzan los cincuenta años. Por supuesto, la mujer promedio de Japón llega a una edad
mucho más alta, así que ella probablemente viva alrededor de ochenta años o más. Pero ella
se hará anciana y frágil durante ese tiempo.”

“Entonces a la Héroe le faltaría fuerza para controlar el Portal también, entonces.”

“Básicamente, sí. Hey ¿Vas a dejarla entrar? Ella está comenzando a llorar allí fuera.”

Los sollozos eran lo suficientemente fuertes para atravesar la puerta.


“¡Que basurero!”

La primera reacción de Emilia al entrar fue el grito más heroico que pudo entonar con la cara y
ojos enrojecidos.

Ashiya estaba listo para lanzar una respuesta furiosa, pero Maou lo detuvo, sabiendo bastante
bien que ella no estaba exagerando.

“Oye, al menos no está desordenado ¿bien? Ni siquiera podemos comprar muchas cosas.”

“Me parece difícil creer que dos personas realmente puedan aguantar vivir aquí…”

“Prefiero que mis Fortalezas sean más funcionales que cómodas.”

Maou, cuya nariz finalmente estaba limpia, siguió comiendo su omelet.

“Eso ni siquiera es un desayuno.”

“Mujer, Ashiya es un genio en esto. El hace aparecer el desayuno prácticamente de la nada.


Como magia.”

“Agradezco sus elogios, Maō-sama.”

Ashiya se arrodillo fielmente ante Maou mientras su señor se sentaba con las piernas cruzadas
delante de la mesa, atacando las migajas que quedaban en su plato con sus palillos. Emilia
puso su mirada en blanco por la exasperación. ¿Qué clase de ridícula broma era esta? El Rey
Demonio y su fiel general ¿Saboreaban esta miserable comida?

“¿Estás loco? El Rey Demonio, ¿comiendo huevos y nada más para el desayuno? Podrías al
menos comprar algo de pan.”

“Somos pobres, ¿de acuerdo? ¿Es malo eso?”

La defensa de Maou era gravemente deficiente.

“¡Si! ¡Si lo es! ¿Vine a un mundo completamente extraño solo para que pudiera matar a dos
sucios vagabundos? ¡Esto es horrible…!”

El ver a Maou sentado con las piernas cruzadas delante del viejo kotatsu, disfrutando su
desayuno en bóxers y una camiseta sudada, finalmente hizo que Emilia rompiera en llanto.

Seis piezas de tatami cubrían el piso del apartamento, amarillento debido al paso del tiempo y
a la exposición a los rayos solares. Junto a una de las paredes, había un aparentemente barato
estante de tres niveles, ubicado sobre algunas piezas de cartón para evitar daños a los paneles
de tatami. Y en la otra pared, un armario, cuyas puertas deslizantes también estaban
decoloradas por el sol.

No había balcón, tampoco cortinas o persianas en las ventanas; tan solo algunos oxidados
barrotes de hierro soldados por afuera. La ropa lavada—en su mayoría camisetas de color
entero, ropa interior desgastada y medias—tendida sobre el marco de la ventana, ocupando
cada centímetro de espacio disponible. La lavadora que se había encargado de limpiar esta
ropa estaba afuera en el corredor, demasiado grande para meterla en el apartamento.
Mirando cuidadosamente, Emilia diviso una puerta simple, despintada. Un letrero de plástico
que decía ‘baño’ colgaba en ella, como si los ocupantes tuvieran problemas para recordar
donde estaba.
La cocina en la dirección opuesta exhibía varios accesorios delgados, sin filo, quebradizos y de
plástico, todos probablemente obtenidos de una tienda de 100 yenes, así como también
algunas pilas de tazones cerámicos y también, ninguno de sus diseños estaba influenciados por
la estación o algo parecido. Había una bolsa de basura tirada en una de las esquinas, llenada a
más no poder con paquetes de MgRonald, lista para ser llevada a un basurero una vez que
alguien decidiera hacerlo.

También había un basurero de acero inoxidable con un patrón de flores que olía a moho, con
otra bolsa de basura dentro. Las abolladuras y las viejas marcas de cinta que uno podía
encontrar esparcidos sugerían que el objeto era una reliquia de la tienda que vendía artículos
usados.

El refrigerador que hacia la ya de por si pequeña cocina aún más estrecha era un modelo
mediano, probablemente hecho para las necesidades de una persona soltera. Un calendario de
MgRonald que tenía escrito ‘turnos del mes’ estaba pegado a la puerta con viejos imanes de
cocina.

“Yo…yo vivo por mi cuenta, e incluso tengo algo mejor que esto. Ustedes tienen a dos
personas que trabajan, ¿y esto es lo mejor que pueden hacer?”

Emilia estaba intentando condenar el patético estilo de vida de Maou, pero el interés de Maou
fue atraído por un tema completamente distinto.

“¿Por tu cuenta? ¿No tienes amigos?”

“¡Cállate!”

Inmediatamente, Emilia lanzo la caja más cercana que encontró hacia él. Maou esquivo
hábilmente, y golpeo inofensivamente en una pila de periódicos y revistas de empleo, atadas
con hilo sintético, antes de caer con un ruido sordo sobre los paneles de tatami.

“¡El…el arzobispo iba a venir conmigo! ¡Íbamos a regresar a casa tan pronto como fueras
derrotado! ¡Y ahora…ahora mira lo que ha sucedido!”

Emilia había sido quien decidió perseguir al Rey Demonio apenas este había escapado por el
Portal.

Ella había tomado la posición de líder y se había sumergido en el Portal, pero una vez que lo
hizo, se cerró repentinamente, separándola de los demás.

Su última visión de Ente Isla cuando miro hacia atrás fue la tensa cara de Olba Meyer, su amigo
y uno de los seis arzobispos de la Iglesia, aparentemente incapaz de comprender lo que había
ocurrido.

“Hmm…”

“¿Qué?”

Emi puso su atención en Maou. El sacudió su cabeza para indicar que no era nada, incitándole
a continuar.

Una vez que ella llego a Japón, Emilia paso por las mismas circunstancias que Maou y Ashiya—
conservar lo que quedaba de su poder mientras intentaba construir una vida en este nuevo
mundo.
La principal diferencia era que su trabajo de medio tiempo pagaba mucho más por hora que el
de Maou, suficiente como para permitirle adquirir un apartamento decente en un condominio.

“¿Tienes algún teléfono celular?”

“Si. Docodemo.”

Ella saco un dispositivo táctil bastante delgado, uno de última tecnología, de los que ofrecían el
poder de una moderna laptop en la palma de tu mano.

“…Bueno, tu ganas.”

“¿Gano que?”

El teléfono celular que Maou y Ashiya usaban era un modelo viejo y difícil de encontrar, que
era difícil manipular y tenía una cámara que habría estado de moda hace trece años9. Ellos
habían llegado a la conclusión de que para un teléfono, la capacidad de hacer llamadas y
mensajes de texto eran suficientes.

“¿Entonces cuánto tiempo has estado aquí en Japón?”

“Pues…uh, todavía falta para que se cumpla un año.”

“¿Cuántos años tienes ahora?”

“¡Diecisiete! ¿Y eso qué?”

La mayoría de chicas de diecisiete años de Japón aun deberían estar bajo el cuidado de sus
padres. Asistiendo a la secundaria o al instituto.

¿Entonces cómo podía esta estar viviendo una vida mejor y más relajada que Maou? Esto
sinceramente dejo perplejo a Maou por dentro, pero el opto por no pensar demasiado en ello.
No era como si saber la respuesta mejoraría su vida después de todo.

“Bueno, eso no importa, necesitaremos encontrar una manera de salir de este mundo antes de
que nuestra vida termine. Sé que nos encontraste y todo, pero no tenemos suficiente dinero
para mudarnos de aquí. Entonces, bienvenida a la nueva Fortaleza Demoniaca. Este
apartamento es todo lo que necesitamos para comenzar nuestra misión de conquistar el
mundo.”

Maou intento impresionarla tanto como pudo con su voz, usando sus palillos para señalarla
mientras lo hacía. La expresión que ella mostraba mientras inspeccionaba la habitación era en
parte duda, parte compasión, y en parte cautela.

“Sin embargo… ¿Piensas que puedes respaldarte en toda esa basura? ¿Un Rey Demonio que
vive diariamente de un trabajo de medio tiempo?”

“No soy un demonio cualquiera, Héroe. Sé que no puedo resolver todos mis problemas solo
con la fuerza. Si piensas que voy a vivir toda mi vida en Japón, rondando alrededor de un
trabajo cómodo, estas terriblemente equivocada.”

“¿Eh?”

9
Satoshi(el autor) escribió esta novela alrededor del 2010, trece años atrás era 1997, que
coincidentemente es el año que aparecieron los primeros celulares con cámara en Japón.
Fue Ashiya quien inesperadamente dudo ante esta declaración. Maou lo ignoro mientras reía
sinceramente ante Emilia.

“He tenido la intención de poner a Japón bajo mi poder durante mucho tiempo.”

Emilia se tensó mientras la voz del Rey Demonio comenzaba a cambiar. Notando esto, Ashiya
se endureció, preparándose para lo que fuera que sucediera. Solo necesitaba una palabra de
Maou. Después de una pausa, su maestro hablo.

“Escucha, En MgRonald, si trabajas lo suficiente como empleado de medio tiempo, tienen un


sistema donde puedes convertirte en un empleado de tiempo completo.”

“… ¿Que?”

La siguiente frase fue suficiente para romper inmediatamente la tensión. La expresión


intrigada en las caras de Emilia y Ashiya los delataba. ¿Qué tenían que ver la dominación de
Japón y el departamento de personal de MgRonald entre sí?”

“Tú también deberías saber, Emilia, cuanto afectan la educación y la experiencia laboral en la
posición social de alguien aquí en Japón.”

“Si ¿Y eso que? ¡Soy ‘Emilia La Héroe’ por cierto!”

“Mira. Intenta usar tu cerebro un poco, ¿de acuerdo? En Japón, no tenemos magia ni poder.
¡El único poder que podemos ostentar es el título de un empleado asalariado!”

Maou rio con una voz chillona, la misma risa que una vez sembró el terror en Ente Isla.

“Así que escucha mis palabras con atención, Héroe Emilia. ¡Mi meta final es convertirme en un
empleado a tiempo completo!”

“Hmm…No veo en que me afectaría eso.”

Emilia estaba quieta en su lugar, sin saber cómo reaccionar ante esta declaración inesperada.

“Pronto, llegara el día en el que sobrepase incluso a mi gerente de tienda. Entonces, como
empleado permanente, levantare nuevas tiendas que me darán dinero y posición social. ¡En
poco tiempo, obtendré un gran poder con el que controlare a enormes ejércitos humanos! ¡Y
después usare este poder para invadir Ente Isla una vez más! Bueno, ¿Emilia? ¿Crees que
tienes lo que se necesita para detenerme?”

Ashiya solo pudo permanecer a un costado, incapaz de hablar mientras escuchaba el


desarrollo del discurso en una dirección aterradora.

Con los palillos todavía en su mano, Maou fijo orgullosamente su mirada en Emilia, quien
claramente se quedó boquiabierta.

“…Realmente eres un idiota.”

Después de un momento. Emilia aparto los ojos. Maou, notando esto, inflo su pecho en señal
de victoria.

“¡Jah! ¡Eso pensé! ¡Un simple humano nunca podría comprender la magnificencia de mi
espíritu de pelea!”

“Si me permite”, intervino Ashiya, “Creo que ella dijo eso precisamente porque lo entendió.”
Después de un suspiro, Emilia continuo, obviamente desanimada después de este anticlímax.

“Ya me canse de todo esto… Ni siquiera sé si aún tiene importancia. Me voy a casa.”

Ella limpio sus ojos antes de echar otra mirada hacia Maou.

“Pero espero que no te hagas ideas equivocadas. No entiendo completamente lo que quieres
decir, pero definitivamente no voy a permitir que hagas lo que quieras. Todavía tengo
suficiente poder para matarte cuando quiera. Pero si lo hago, no tendré forma de regresar a
casa. Por lo que sí quiero regresar, entonces no podre matarte. Esa es la situación.”

¿Qué esperaba lograr ella admitiendo eso? Maou quedo perplejo mientras ella decía eso como
si fuera lo más natural del mundo.

“Sería injusto si me cuentas sobre ti y no te devolviera el favor, ¿No crees?”

Esto dejo perplejos tanto a Maou como a Ashiya.

“Bueno, eso es muy honorable de tu parte.”

“Así que…hasta que encuentre una manera de derrotarlos y luego regresar a salvo a casa, no
tomare sus vidas. ¡Pero no bajen la guardia!...Ugh.”

El cansancio adornaba la cara de Emilia mientras caminaba hacia la puerta.

“Además, mi nombre aquí en Japón es Emi Yusa, ¿de acuerdo? Procuren no olvidarlo.”

“Si, seguro.”

Emilia abrió la puerta, volteo hacia los dos hombres...

“Y también, ¿Qué clase de nombre es ‘Sadao’? Suena como el nombre de un abuelo.”

Y entonces cerró la puerta detrás de ella, levantando polvo mientras pasaba. Ashiya miro hacia
la puerta, todavía temblando. Ellos pudieron oírla bajando la escalera, y después todo quedo
en silencio.

El Rey Demonio giro bruscamente y grito hacia el lugar donde estaba Emi hasta hace un
momento.

“¡Discúlpate con todos los Sadao de Japón!”

*
“¡Bienvenida! ¿Será para la mesa?”

“Quiero hablar contigo. Afuera.”

El MgRonald frente a la estación de Hatagaya estaba comenzando a llenarse para esta hora.
Emi, quien vestía un traje gris en lugar de la ropa casual de esta mañana, no se molestó en
esconder su resentimiento mientras permanecía frente a la caja registradora de Maou.

“¿Para llevar entonces? Bien, ¿Qué le gustaría ordenar?”

“Quiero que vayas al lugar donde nos encontramos la otra noche cuando salgas del trabajo. No
aceptare un no por respuesta.”
“¿Puedo añadir algo a su orden?”

“Ven solo.”

“¿Solo la hamburguesa? ¡Por supuesto! ¿podría esperar solo un momento? ¡Un Big Mag, por
favor!”

“Sera mejor que vengas. No tengo intención de pelear.”

“¡Muchas Gracias! ¡Vuelva pronto!”

Emi pago por la hamburguesa, recibió su producto, y se fue.

Todo lo que Maou podía pensar, mientras mantenía una sonrisa profesional en su rostro era
Maldición maldición MALDICION repetidamente. No había manera de que esta pequeña
‘conversación’ se diera tranquilamente.

“¿Maou-san?”

Una voz lo llamo desde atrás.

“¿Qué pasa, Chi-chan?”

Era Chiho Sasaki, una de las nuevas empleadas. Ella era una estudiante de segundo año de
secundaria que había estado bajo el cuidado de Maou durante su periodo de entrenamiento.
Incluso ahora, como miembro oficial, ella todavía recurría a Maou cada vez que algo extraño
ocurría.

Ella levantaba su cabello mediano al caminar, y su cálida sonrisa natural la hacía muy popular
entre los clientes. Maou apreciaba lo rápido que ella aprendió lo que necesitaba para el
trabajo.

“Esa era una cliente extraña, ¿verdad?”

“¿Te refieres a…la mujer que se acaba de ir?”

“Si, era algo intimidante ¿no? Y además no dejaba de hablar en voz baja.”

“Si, bueno, aquí vienen todo tipo de personas.”

“¿La conoces? Sonaba como si estuvieran teniendo una plática.”

Si, el conocía a Emi. No iba a negarlo. Pensando en ello, él se dio cuenta de que Emi, con
diecisiete años, podía tener la misma edad de Chiho, era divertido como ellas podían causar
impresiones totalmente diferentes en la gente. Emi parecía mucho más madura que otras de
su edad…o, mejor dicho, ella tuvo una infancia que la obligo a crecer rápidamente.

“Mmm, si, un poco.”

Maou esperaba cambiar de tema tan pronto como fuera posible, pero el sentido de curiosidad
de Chiho probablemente no aceptaría una respuesta tan ambigua como esa.

“¡Ooh! ¡Hay algo extraño!”

“¿Qué?”

Chiho lo miro fijamente desde abajo, ocultando los brazos en su espalda.


“Ella era muy linda ¿verdad? ¿Verdad? Maou-san ¿verdad?”

“¡No necesitas repetir ‘verdad’ tres veces, Chi-chan! Espera, ¿Qué piensas que somos ella y
yo…?—¡Bienvenida!”

Para este punto, el instinto de saludar amablemente a cada cliente que atravesaba la entrada
estaba grabado en la medula de Maou.

“¿Su orden será para la mesa?”

Esta vez, Chiho se encargó de la atención. Ellos estaban fuera de las horas punta, por lo que
cualquiera podía atender en la caja mientras supiera como hacer el trabajo. Chiho aún era
novata, pero siempre que tenía la oportunidad, ella buscaba y aceptaba nuevas
responsabilidades. Maou estaba tan impresionado que dio un paso atrás y dejo que ella se
hiciera cargo.

La cliente era una mujer amable que llevaba a un bebe en sus brazos, un niño que quizá o
quizá no tenía edad suficiente para asistir a la escuela se aferraba a su lado. Era común ver
esta clase de clientes en el MgRonald de Hatagaya una vez que terminara la hora del almuerzo
y las multitudes de oficinistas regresaran a sus trabajos.

Los ojos de la madre se desplazaban entre Chiho y el menú mientras pedía su orden.
Repentinamente, los dedos de Chiho se detuvieron sobre la pantalla, diciendo “Espere un
momento, por favor” antes de dirigirse a Maou.

“Um… ¿Maou-san?”

“¿Si?”

Por lo general era mal visto que los empleados regulares instruyan a los aprendices en frente
de los clientes. En su lugar, pedir ayuda a los demás para resolver problemas junto a los
clientes ayudaba al entrenamiento y daba una mejor impresión del lugar. Chiho señalo a la
familia con los ojos mientras hablaba.

“El hijo de la clienta tiene algunas alergias.”

“¿Alergias? De acuerdo. ¿Sabe a qué clase de alimentos es alérgico el niño?”

Todavía era la responsabilidad de Chiho atender a la clienta. Maou actuó como intermediario
para hablar de las preocupaciones del cliente tan cortésmente como le fuera posible.

“Parece que es alérgico a los camarones, cangrejos, y algunas frutas, también.”

Maou asintió y le alcanzo un menú a la madre mientras explicaba.

“Bueno, la ley indica que los productos que contienen camarones deben estar especificados en
el menú, como puede ver aquí, están señalados todos nuestros productos con mariscos.”

“¡Oh!”

La madre, al igual que Chiho, parecía curiosamente impresionadas por esta presentación.

“En lo que se refiere a las frutas, el gobierno recomienda incluir información para los kiwis,
naranjas, duraznos y manzanas. De ellos, las manzanas son los únicos productos que usamos
en algunos de nuestros condimentos. Estos están en la salsa de la hamburguesa Teriyaki, por
ejemplo, también en algunas ensaladas. Sobre los productos en oferta, sería mejor evitar el
helado de temporada con sabores de fruta, así como los extractos de vegetales.”

Tanto la madre como Chiho estaban fascinadas por esta explicación, mientras Maou señalaba
las opciones del menú que era mejor evitar. Satisfecha con esto, la madre hizo sus elecciones.

“Por cierto, madame, ¿le gustaría usar nuestro microondas?”

“¿Hmm?”

“¿Huh?”

Chiho y la madre respondieron de una manera idéntica. Maou señalo al bebe y siguió
hablando.

“Si tiene cualquier alimento para bebes que se preparen en microondas, estaríamos
complacidos de ayudares con eso. Si no le molesta mi intromisión, pensé que quizá le gustaría
que su pequeño coma junto a usted y a su hijo.”

La madre miro al bebe en sus manos, una gran sonrisa apareció en su rostro, antes de asentir.

“Bueno, ¡Se lo agradezco mucho! Tenga… deberían bastar cuarenta segundos para que esté
listo.”

Ella saco un pequeño empaque de su bolso mientras hablaba. Maou lo recibió, y luego se lo
entrego a Chiho.

“Toma, Sasaki-san, caliéntalo durante veinte segundos. Asegúrate de que esté listo junto con
el resto de la orden.”

Los empleados de los restaurantes japoneses usualmente se llamaban unos a otros por el
apellido cuando estaban frente a sus clientes. Chiho recibió el paquete y estaba a punto de ir a
la cocina cuando se detuvo.

“¿No había dicho cuarenta segundos?”

“Eso es para un microondas casero. Los que hay aquí son industriales y son por lo menos el
doble de potentes, así que veinte deberían ser suficientes.”

“¡Oh! ¡De acuerdo!”

Chiho se inclinó respetuosamente ante Maou antes de desaparecer dentro de la cocina en la


parte posterior de la tienda.

Maou se encargó de la atención desde allí, acepto el pago, arreglo la orden en la bandeja y se
la entregó al cliente. Quien agradecía repetidamente. Esto simplemente era otro pequeño
paso para llegar a ser un empleado a tiempo completo. Y, después, llegar a conquistar Japón.
El literalmente podía sentir el progreso en su piel el día de hoy.

“¿Mmm? ¿Qué pasa, Chi-chan?”

Chiho, quien había vuelto a su lado en algún momento, lo miró, luciendo realmente
impresionada.

“¡Eso fue asombroso, Maou!”

“¿Eh?”
“Quiero decir, ¡Mírate! ¿Memorizaste toda la información sobre los productos de nuestra
tienda que podían causar alergias?”

“Bueno, todo eso está en el manual, ¿cierto?”

Maou contesto como se eso fuera algo obvio. El entusiasmo de Chiho siguió creciendo.

“¡Pero aun así es asombroso! ¡Y también pensaste en la comida para el bebe!”

“Si… Bueno, hacer ese tipo de cosas es más difícil durante las horas punta, pero cuando hay
suficiente tiempo, es bueno ser flexible con las necesidades del cliente. Eso ayuda a dar una
mejor impresión a largo plazo.”

Para Chiho, quien era joven y estaba llena de deseo de hacer un buen trabajo, esto era
suficiente para hacerla suspirar de admiración.

“¡Eso es tan…tan genial, Maou-san! ¡Eres muy maduro y responsable!”

“Ha-ha… sin embargo todavía soy un empleado a medio tiempo.”

Lo único que podría haber hecho que la mirada de admiración de Chiho fuera más evidente
seria lanzar pétalos de rosa sobre su cabeza. Sin embargo, una vez más su cara se puso seria
repentinamente.

[INSERTAR IMAGEN DE CHIHO AQUI]

(Imagen de referencia)

“¡Oh! Ahora que lo pienso, Maou-san, ¿te sorprendió el terremoto de anoche?”

“Um…”

Siempre era difícil—tan difícil como controlar la puerta hacia otro mundo—predecir qué tipo
de curso podía tomar la conversación con una jovencita adolescente. Era asombroso para
Maou, y algo que había aprendido solo cuando fue asignado como instructor de Chiho, pero él
ya se había acostumbrado.

“Si, no fue para tanto. Vivo en un viejo apartamento, así que imagino que mi compañero creyó
que era uno fuerte, pero no duro mucho tiempo ¿sabías? Incluso casi no sentí nada.”

“¿Oh? Ehh… ¡Oh! Eso creo ¿ehmm?”


Chiho, a juzgar por su reacción, no esperaba esta respuesta, era sorprendente inusual ver su
particular reacción de sorpresa

“Eso es lo que todos mis amigos dijeron cuando les pregunte, ¡pero para mí fue muy fuerte!”

“¿En verdad?”

Captando el interés aparente de Maou, Chiho comenzó a enfatizar su explicación con gestos.

“Mi mama dijo que hubo un sonido realmente fuerte, como si hubiera una explosión, ¡la
sacudida fue bastante fuerte también! Cuando llegue a casa, ¡todos los CDs y otras cosas
habían caído de mi estante! ¡Eso fue lo peor!”

“Wow. ¿Tan malo fue?”

“Oh ¿Tú también estás pensando que miento, Maou-san?”

Chiho inflo sus mejillas en señal de protesta, provocando una risilla de Maou.

“Oh, no, no. ¿Entonces qué fue lo que paso?”

“Bueno, ¡después de eso tuvimos que recoger los platos y cubiertos que habían caído al piso!
¡Mi padre estuvo haciendo muchas llamadas a los alrededores!”

“¿Llamadas, a quién?”

“¡Oh! Mi papa es oficial de policía, pero él estaba en casa ayer porque era su día libre. Sin
embargo él fue una vez alcalde de la ciudad y una persona importante en la asamblea popular,
así que hizo un montón de llamadas a todos sus contactos. La oficina de prevención de
desastres le dijo que no fue un terremoto tan fuerte después de todo. ¡Fue muy embarazoso!”

“Ehmm.”

“¿Maou-san?”

“… …”

“¡Oye! ¡Maou-san!”

“¿Mm? Oh, lo siento. Estaba pensando que era un poco extraño, ¿no crees? Digo, solo tu casa
fue afectada.”

“Sí, es cierto… Oh, Uh, ¿por cierto?”

“¿Hmm?”

Ella había estado muy entusiasmada hasta ahora, pronunciando rápidamente cada frase, pero
ahora el tono de voz de Chiho había disminuido mientras miraba a su instructor.

“¿Acabas de decir que vivías con alguien?”

Algo en su mirada hizo estremecer a Maou.

“Si. Un viejo subordinado mío. Amigo, Amigo mío, de hace mucho tiempo.

Decir que ‘vivía con mi viejo amigo’ era algo que Maou había decidido hace tiempo junto con
Ashiya. Lo que tenía el beneficio extra de ser cien por ciento verdad. Maou suspiró.
“¿Podria ser que s-sea t-tu n-n-no—10“

“Es un chico, Chi. Solo somos dos amigos, viviendo en un viejo edificio de apartamentos.”

“¿Eh? ¿Oh? Ohhhh. Ya veo. Si… lo entiendo. ¡Qué bien!”

“¿Qué está bien?”

“¡N-nada! ¿Vi-vives en el primer piso, Maou?”

“No, en el segundo. Mi amigo no sintió nada en el segundo piso, creo que eso es porque el
terremoto no fue muy fuerte. El lugar realmente se hubiera sacudido de haber sido así. ¿Qué
hay de ti? ¿Vives en un condominio o algo por el estilo?”

“No, es…um, una casa. Uh…”

“¿Hmm?”

“Si…Si quieres, podemos—“

“Terminen ya, chicos.”

La conversación fue interrumpida por Mayumi Kisaki, gerente general del restaurante de
Hatagaya. Ella tenía el cuerpo de una modelo y le llevaba una cabeza a Maou. Tenía un largo
cabello negro, tan brillante y sedoso que la convertiría en una estrella en los anuncios de
champú, estaba atado en una coleta, y el colorido uniforme de MgRonald solo servía para
acentuar su figura.

“¡Oh! ¡Kisaki-san!”

“No se permiten las charlas personales durante el horario de trabajo, por favor. ¿Ya has
completado la revisión nocturna, Chi?”

“¡Oh! ¡Lo siento! ¡Iré ahora mismo!”

Cada dos horas, alguien caminaba alrededor de la tienda para asegurarse que todo estuviera
limpio y en el lugar correcto. Chiho tomo apresuradamente una libreta del estante bajo su caja
registradora y salió rápidamente del mostrador.

“Intenta no consentir demasiado a Chi, ¿de acuerdo, Maa-kun?”

Las cejas de Kisaki estaban fruncidas, pero Maou sabía que ella en realidad no estaba enojada.
A menos que alguien de la oficina principal estuviera vigilando, ella prefería conservar un
ambiente relajado en la tienda, dándole a cada empleado un apodo y rehusándose a ser
llamada ‘Jefa’.

Ella era uno de los gerentes más conocidos de MgRonald. Tanto que algunos clientes regulares
venían a la tienda solo para tener la oportunidad de hablar con ella, también había aparecido
varias veces en los anuncios que la compañía imprimía. El porque una mujer tan inteligente,
atractiva y con un cuerpo tan perfecto estaba conforme con manejar una tienda de comida

10
En japonés las palabras amigo, compañero, así como la una gran cantidad de sustantivos se escribe
igual para varones y mujeres, por eso Chiho piensa que Maou hablaba de una mujer
rápida era un misterio. Los únicos secretos que ella guardaba con más recato eran su edad,
altura y peso.

“¿Pero no me habia dicho que no fuera tan duro con ella, Kisaki-san? Ella probablemente será
la primera estudiante después de mucho tiempo en tener un horario regular de trabajo.”

Justo cuando Maou termino de hablar, se oyó el ruido de varios objetos cayendo detrás de la
puerta del almacén, donde se guardaban objetos de limpieza y otros accesorios,
Probablemente ella tiro algo por accidente. El frenético grito de Chiho “¡Lo siento!” se pudo
escuchar luego del estruendo.

“Bueno, sí, pero la oficina central eta comenzando a enviar clientes encubiertos para revisar el
rumbo de los acontecimientos. Si dejamos que las charlas personales sean demasiado
llamativas, probablemente se convertirá en un problema más tarde.”

Eso era cierto, incluso algunas personas extrañas como Emi espiaban este lugar. Nadie podía
saber quién más los estaba vigilando.

Por supuesto, Maou todavía no había visto que Kisaki tuviera que disculparse con nadie de la
oficina central. De hecho, parecía más como si intentaran evitarla al propósito.

“En todo caso, Maa-kun, ¿te importaría hacer el reporte de ventas de esta tarde?”

Maou dio unos toquecitos en su pantalla, imprimiendo un recibo que enlistaba las cifras de
ventas del periodo entre la hora del almuerzo y la hora de la cena. Kisaki miro el recibo y
asintió, aparentemente satisfecha.

“¡Genial! Alcanzaremos fácilmente nuestra meta de ventas hoy. ¡Buen trabajo a todos! Pueden
tomar una bebida gratis de mi parte. Vamos a seguir así durante la hora de la cena, ¿de
acuerdo? Oh, y Maa-kun, eso fue perfecto, el cómo trataste a ese cliente hace un momento.
¡Sigue siendo un modelo a seguir para los novatos, bien?”

Además de alcanzar diariamente la meta de ventas y mantener relaciones positivas con los
empleados, Kisaki era una mujer de pocas motivaciones, ¿entonces porque ella estaba tan
dispuesta a darle aumentos a Maou? Porque todo lo que él hacía para mejorar su eficiencia y
cantidad de ventas era exactamente lo que ella quería ver.

Maou creía firmemente que superarla sería el primer paso real en el camino de la dominación
mundial.

“Oh, al propósito, ¿le afecto el terremoto de ayer, señorita Kisaki?

“¿Terremoto? ¿Hubo uno?”

Eso fue porque toda la atención de Kisaki estaba puesta en los reportes de ventas. Ella vivía en
un condominio en algún lugar cercano, pero si esa era su reacción, era poco probable que ella
hubiera sentido algo después de todo.

“Ah, no hay nada de lo que preocuparse ahora, supongo.”

El sintió un poco de pena por Chiho, pero por ahora, él sabía que su principal preocupación
debería estar en su inminente reunión nocturna después del trabajo. El turno de Maou de hoy
era hasta la hora de cierre a la media noche, por lo que probablemente llegaría a casa a la
misma hora de ayer. Mientras más pensaba en eso, más entraba su mente en un estado de
depresión.
*
“¿Entonces, de que querías hablar?”

Emi, quien se puso de pie, estaba esperando a Maou en la oscura intersección. Desde su
último encuentro, ella había cambiado su ropa a una blusa y unos jeans ajustados. No había
nada en sus manos, pero nadie podía asegurar que tipo de arma oculta podía sacar para
atacarlo.

La bebida que había sido cortesía de Kisaki, estaba resguardada en la mano derecha de Maou,
lista para ser lanzada en el momento apropiado.

“Solo quería preguntarte algo.”

Su cadera estaba firmemente plantada sobre la silla de Dullahan, dándole la opción de escapar
si la situación lo requería.

“¿Tienes alguna intención de regresar a Ente Isla?”

“¿Qué? ¿De que estas hablando? Maou sinceramente no entendía el sentido de sus palabras.
“Claro que sí.”

“¿Entonces no quieres pasar el resto de tu vida en este mundo?”

“¿Qué, estas bromeando? ¿En cualquier caso, cual es el punto de todo esto?”

“Estuve observando tu trabajo antes.”

“¡¿Qu—Donde?! ¡No en la librería de nuevo!”

Emi ignoro la pregunta.

“Tu sonrisa. Tus rápidas respuestas ante situaciones inesperadas. La confianza que tu gerente y
los demás empleados tienen en ti. Esa relación tan amigable que tienes con los clientes—Eso
necesita talento real. Tu eres como…el empleado ideal de un Maggie.”

“¿Qué, eres de Osaka?”

El debate de cómo era la correcta abreviación del nombre ‘MgRonald’ era muy profundo y
duradero, prácticamente había dividido al país de Japón por la mitad, con ambos lados
luchando por imponer su versión preferida. Maou sabia eso, y como residente del Japón
Oriental, él sabía que ‘Ronald’s’ era la—única—versión correcta.

“Cuando hablamos esta mañana, pensé que estabas hablando de cosas sin sentido al
propósito. Pero al mirar tu trabajo hoy día…realmente estabas diciéndome la verdad, ¿no?”

Emi se encogió de hombros. “Y, ya sabes, si estás dispuesto a vivir tu vida como una tranquila y
feliz persona de este mundo. Entonces no tengo ninguna razón para matarte. Esa chica con la
que trabajabas—ya sabes, ¿la simpática? Parecía que ella siente algo por ti.”

“Si, yo fui quien se encargó del entrenamiento de Chi. Ella ha sido un miembro oficial por tan
solo un par de días, pero ella aprende rápido, y también se relaciona bastante bien con los
clientes…además…”

El Rey Demonio estaba alardeando sobre algunos logros inesperados.


“Piensa en ello. Si vives el resto de tu vida aquí, todo irá bien. ¡Y en paz! Puedes hacer que la
gente alrededor de la estación de Hatagaya sea feliz. Y yo no tendré que pelear
innecesariamente. ¿Por lo menos vas a considerarlo? Tú y Alsiel, ¿vivirán aquí para siempre?”

“Alsiel es un subordinado mío al que aprecio mucho, estoy de acuerdo contigo en eso. Pero
¿porque querría vivir con él hasta mi vejez?”

“Bueno, tu sabes, he escuchado que ese tipo de cosas es muy popular en estos días.”

Maou arrugo su expresión al entender lo que ella quería decir.

“Mira Emi, estas… sugiriendo algo, ¿Estas ordenándome que viva con otro hombre durante el
resto de mi vida?”

“¡No! ¡Claro que no! Solo estaba…dándote una opción, ¿de acuerdo?”

Emi tomo una bocanada de aire. “Solo quiero que dejes Ente Isla. Quiero que te rindas, y
encuentres una nueva vida para ti. En la Tierra.”

Maou respondió rápidamente.

“Eso no pasara. De algún modo regresare a Ente Isla… y después la conquistare.”

El enfatizo cada palabra. Había perdido muchas cosas, pero la fuerza de su voz todavía
permanecía.

Eso quedo claro para Emi también.

“…De acuerdo.”

“¿Eso es todo?”

“Si. Es todo. Ahora está decidido. Voy a perseguirte sin descanso, hasta matarte.”

“Entonces estamos igual que al principio. Genial.”

Maou se posiciono sobre su confiable corcel Dullahan, y empujo desafiante, esperaba hacer
una declaración final para despedirse, cuando:

“¡Yagh!”

Sintió un golpe seco en su rueda delantera. Perdió el balance, y cayo patéticamente al suelo.

Incluso Emi, quien estaba a punto de retirarse de la escena, fue sorprendida por el repentino
movimiento detrás de ella. Si él hubiera estado un poco más cerca de la pista, podría haber
estrellado su cabeza en el bordillo de la calle.

El café helado en su mano hizo un arco en el aire, mientras el líquido y el hielo salpicaban en el
pavimento.

“¿Qué fue eso?”

Sin pensarlo, Emi corrió hacia Maou, ayudándolo a levantarse.

“Oww… Cielos, eso vino de la nada. ¿Pase por encima de algo?”

“¡Hah! ¡¿Y te llamas a ti mismo Rey Demonio?! ¡Toma eso!”

“Cállate.”
Emi reviso la bicicleta mientras levantaba a Maou, Había lágrimas en sus ojos por la repentina
sorpresa.

“Esa bicicleta es nueva, ¿verdad? Oooh, que mal.” Ella señalo la rueda delantera mientras él
desplegaba el pie de soporte.

“¡Ah, no, se desinfló!”

Cayendo de rodillas, Maou gimió de dolor mientras se daba cuenta de la gravedad de la


situación.

Por un momento, Emi se rio de lo que veía.

“¡Vamos, Dullahan! ¡Aguanta! ¡Es solo una pequeña herida! ¡Acabo de comprarte!”

Pero presenciar los profundos lamentos de Maou por una chatarra barata hizo que ella sintiera
una punzada de empatía en su lugar.

“No tienes que actuar así. Solo es una rueda. Simplemente llévala a la tienda de bicicletas
mañana. Cobran solo mil yenes para arreglar el armazón. Remplazar una llanta cuesta más,
pero…”

“¡¿E-En serio?!”

Las manos de Maou todavía estaban examinando a Dullahan mientras el volteaba hacia Emi,
quien también volteo su cabeza en respuesta.

“Um… Si. En serio. ¡Pero aléjate de mí! ¡Estás todo sucio! ¡Es asqueroso!”

“¡No soy asqueroso! Pero…bueno. Iré a arreglarlo mañana a primera hora. Gracias por el
consejo.”

“De nada… ¡No! ¡Espera! ¡No necesito que me hagas cumplidos insignificantes! Estabas
actuando tan patéticamente por una llanta desinflada, que baje la guardia, por eso…”

Emi no pudo terminar la oración.

“¿Huh? ¿Terremoto?”

El suelo claramente se agito bajo ellos por un momento. Antes que ella pudiera fijar la mirada
en Maou, escucharon el pequeño sonido de una explosión lejana. Esta vez, la rueda trasera se
reventó.

“¡Whoa!”

“¡Agh!”

Justo después que ellos gritaran, el semáforo sobre ellos se rompió en miles de pedazos. La
Heroe y el Rey Demonio cubrieron sus cabezas mientras el sonido de vidrios rotos cayendo
contra el suelo los rodeaba.

“¿Estamos siendo…?”

“¿…Nos están disparando?”

El sonido de algo quebrándose a la altura de sus pies se encargó de responderles.

“Whoa, whoa, ¡¿Qué demonios?!”


“¡Tenemos que salir de aquí!”

Ambos corrieron hacia un callejón cercano. Las chispas y sonidos explosivos los persiguieron.

En la oscuridad de Sasazuka, un francotirador silencioso mostraba una sonrisa macabra


mientras veía al Rey Demonio y a la Héroe.

“¿Qué está pasando aquí?—¡Ahh!”

“¡Deja de gritar! ¡Y deja de andar tropezando con los postes de luz, también!”

Ellos habían logrado llegar a la autopista Koshu-Kaido, ocultándose entre los carros aparcados
mientras intentaban evadir al francotirador. Ningún transeúnte pasaba cerca, pero el tráfico de
automóviles era incesante.

La autopista de Shuto pasaba por encima de ellos, bloqueando el cielo nocturno. Ambos
recuperaron el aliento frente a un edificio de oficinas.

“¿Qué acaba de pasar?”

La voz de Emi era más alta de lo usual. Maou también estaba tenso.

“El Rey Demonio y la Héroe están juntos. Y están siendo atacados. Definitivamente tiene algo
que ver con Ente Isla. E incluso si no, ¿Qué tipo de criminal dispararía de esa manera en Japón?
Sabes lo estrictas que son las leyes respecto al uso de armas.”

“¡Lo sé! ¿Entonces podría ser que alguna pandilla callejera nos haya estado disparando con
una pistola de aire?”

“¡Ya no hay pandillas así por aquí! ¡Agáchate!”

Maou obligó a Emi a bajar la cabeza.

Detrás de ellos, justo a la altura de donde había estado la cabeza de Emi, ahora había un
pequeño agujero en las persianas metálicas.

“…Tampoco es posible atravesar una puerta metálica con proyectiles BB11.”

“¡Quítate! ¡Aleja tu mano de mi cabello!”

Emi retiro bruscamente la mano de Maou. Maou le hizo caso, mirando su mano mientras
preguntaba.

“Así que eres igual de fuerte que un japonés común ¿no?”

“…Fuerte o no, ¡aun puedo cortarte! ¡Sera muy doloroso si te chocas con un poste de
alumbrado!”

Maou se dio cuenta que Emi ya no poseía la misma fuerza que tenía en Ente Isla. Como
demonio, el siempre daba por hecho que su fuerza física y espiritual estaba más allá de lo que
podían alcanzar sus enemigos. Ahora, cada atributo de su fuerza estaba a la misma altura que
la de un japonés promedio.

“Eso ultimo vino justo de enfrente.”

11
Esferas metálicas usadas como proyectiles de algunas pistolas de aire.
“No estés tan segura. ¿Acaso has oído algún disparo?”

“No todavía, pero… ¡Ah!”

Justo mientras hablaba, ella se lanzó hacia Maou. Ambos giraron juntos en el aire antes de
golpear el piso. Se ella hubiera sido solo un poco más lenta, ambos hubieran sido perforados.
La lamentable, y recientemente perforada persiana hizo un ruido horrible.

“Eso fue increíble.”

“No soy una tonta. Soy La Héroe.”

“Si, bueno. ¿Podrías quitarte de encima? No puedo esquivar los ataques en esta posición.”

“¡Es tu culpa por caer debajo de mí! ¡Sería muy feliz de apartar tu degenerado cuerpo de mi
lado!”

Cada vez estaban siendo menos amables entre ellos, pero su enemigo actual estaba en otro
lugar. Rápidamente, ambos se levantaron y se pusieron alerta, poniéndose de espaldas
mientras vigilaban sus alrededores, listos para ser atacados desde cualquier dirección.

“¿Podremos llegar a la estación?”

“Buena idea. Los Izakayas12 cercanos a la estación Sasazuka todavía deben estar atendiendo;
habrá mucha gente allí. Es arriesgado, pero es mejor que estar esperando a que nos disparen.
¿Puedes correr?”

“Puedo hacerlo mejor que tú. Que siempre andas con esa bicicleta.”

“Bien. ¡Vamos!”

¿Podría el francotirador acertar mientras ellos dos estuvieran corriendo? Por ahora no había
testigos de la situación, pero mientras más se acercaban a la estación, eventualmente
aparecerían. Los Izakaya cercanos a la estación estaban bañados en deslumbrantes luces de
colores, con grupos de hombres asalariados rondando la zona, buscando donde pasar la
noche.

Ambos miraron cuidadosamente el área, poniéndose de espaldas contra una pared. Un par de
hombres jóvenes vestidos como empresarios estaban discutiendo entre ellos, pero ellos no
tenían tiempo que perder con ellos en ese momento.

Ellos debieron haber permanecido donde estaban durante diez minutos o más. Para cuando
finalmente se aseguraron que no había ningún francotirador cerca, ambos habían quedado
exhaustos fisca y mentalmente.

“¿Entonces…que fue eso?”

Emi soltó un suspiro de alivio, sacudiendo el sudor de su frente mientras lanzaba una pregunta
al aire. Maou primero recupero su aliento antes de responder.

“No lo sé… pero ese no era un francotirador cualquiera. Esas eran balas de energía mágica.”

“¿Magia?”

12
Típico bar o restaurante japonés, que además pueden encontrarse en las ciudades más cosmopolitas
del mundo. Son muy populares en Japón para tomar algo después del trabajo.
Emi abrió mucho los ojos.

“Ese disparo que casi cayo en tu cabeza cerca al edificio de antes. Vino del lugar desde donde
corrimos. Debió cambiar de trayectoria para dirigirse a nosotros, estoy muy seguro de ello.”

“¿Qué quieres decir…?”

“Quien quiera que esté detrás de esto, tiene un gran poder. Además, también sabe nuestras
verdaderas identidades.”

“¿Nuestras? ¿Hay alguien así aquí? ¿Además de Alsiel?”

“Supongo que sí. Sin embargo no se quien pueda ser. No sentí ninguna presencia cercana.”

Maou estiro su cuerpo. La tensión finalmente había comenzado a disiparse.

“Cielos. Mira los problemas en los que me has metido.”

Emi le contesto a Maou con el mismo tono acusador.

“¡¿Yo?! ¡¿Piensas que esto es culpa mía?!”

“Esto no habría pasado si hubieras escogido una mejor hora y lugar.”

“¡Escogí esa ora porque es cuando tu sales del trabajo!”

“En la mañana habría estado bien. Incluso mejor.”

“¡Yo trabajo en la mañana! ¡También en la tarde!”

“No es mi problema”

“¡Hey! ¡¿A dónde vas?!

Emi detuvo a Maou, quien intentaba alejarse, él tenía una mirada cansada.

“A casa.”

“¡¿Planeas irte caminando?!

“Pues, sí. Tú también deberías irte a casa. Estoy seguro que es adónde vas todo el tiempo.
Hasta luego.”

“¡Oye…!”

Maou comenzó a caminar, dejando que el frenético grito de Emi se disipara en la noche de
Sasazuka. El odiaba abandonar su bicicleta tan poco tiempo después de haberla comprado,
pero podría haber más asaltantes cerca. Su fiel corcel Dullahan tendría que esperar hasta la
mañana para reencontrarse con su maestro.

Él no se lo había mencionado a Emi, pero este último ataque había encendido una pequeña luz
de esperanza en la mente de Maou.

El hecho de que su enemigo tuviera la libertad de usar magia hasta cierto punto era un gran
descubrimiento. Sin tener en cuenta contra quien estaba peleando, él todavía era el Rey
Demonio—Rey del Mundo Demoniaco, el demonio que estuvo a punto de conquistar por
completo Ente Isla. Si parecía valer la pena, el alegremente usaría su reserva de magia para
pelear y reclamar la fuerza de su enemigo.
Así, después de todo, era como él había ganado tanto poder mágico en el territorio
demoniaco.

Mañana sería un día completamente normal. Él estaba listo para buscar en todo el vecindario
para encontrar pistas. Había un atisbo de felicidad en su cara mientras caminaba en medio del
barrio residencial en dirección a su apartamento.

Repentinamente, se dio cuenta que alguien lo estaba siguiendo.

¿Un asaltante? Quizá, pero no había señales de fuerza mágica, ni instinto asesino en este
perseguidor. Probablemente se trataba de algún ebrio regresando a casa en la misma dirección
que él. Sin embargo, quienquiera que fuera parecía que le estaba prestando una inusual
atención a Maou, asegurándose de mantener una distancia prudente.

El edificio de apartamentos estaba a la vista, pero con la energía mágica de Ashiya en su nivel
actual, Maou prefería involucrarlo en una pelea.

Ashiya era un recurso invaluable como para darse el lujo de perderlo—para la dominación de
Ente Isla, y para la vida en Sasazuka también.

Rápidamente, Maou se escondió en un callejón cercano, en un área que no era iluminada por
los faroles. Si la persona de antes vivía cerca, probablemente pasaría de largo—y si no, estaría
demasiado asustado para continuar con la persecución.

Los pasos continuaron in detenerse. La figura continuó adelante, sin notar a Maou en la
oscuridad. Maou levanto ligeramente su cabeza, preguntándose si había cometido un error.

Sin embargo lo que vio fue a la figura dirigiéndose directamente al Villa Rosa Sasazuka, el
apartamento que Maou llamaba hogar. La figura pareció dudar por un momento mientras
miraba las escaleras, pero rápidamente comenzó a subir.

La figura se detuvo frente a la habitación 201, donde estaba escrita la palabra ‘Maou’.

“Ugh… Sé que dije ‘ven por mi cuando quieras’, ¿pero ahora?”

Maou llamo hacia la visitante nocturna. Ella se dio vuelta, sobresaltada, no esperaba que le
hablaran desde atrás.

“Escucha, ya he sido emboscado esta noche. Vas a despertar a todos los vecinos. Además, la
casera vive justo al lado, y realmente quiero evitar encontrarme con ella si es posible.”

“…No estoy aquí para atacarte.”

Emi estaba allí, su orgullosa actitud estaba claramente ausente. Su cara estaba blanca como el
papel, su respiración era rápida y agitada. Ella lucia bastante nerviosa. Quizá se había
enfermado; posiblemente porque un rayo mágico le había impactado cuando él no estaba
mirando.

“H-Hey… ¿Qué pasa?”

Maou se acercó, preocupado. Su reacción fue más brusca de lo que él esperaba.

“Es realmente humillante tener que pedirte esto… De hecho, se siente como si estuviera
traicionando a mi mundo y a todos sus habitantes…”

“Si has venido solo para irritarme, está funcionando.”


Este encuentro en la puerta de su casa era lo último que él quería antes de acostarse.

“Si…si no te molesta yo…podría…podría”

“¿Podrías?”

Su pálida piel había adquirido una coloración rojo brillante mientras ella bajaba la mirada.

“¿Podría quedarme aquí esta noche? Perdí…perdí mi cartera.”

Maou no pudo evitar abrir la boca de manera muy exagerada. Paso algo de tiempo antes de
que se diera cuenta y la volviera a cerrar.

“¡¿Qué?! ¡¿La Héroe Emilia?!”

Ashiya, quien estaba esperando pacientemente la llegada de Maou, se tensó al notar a Emi
ocultándose detrás de él. Maou alzo sus manos para tranquilizarlo.

“No, no, está bien. De todos modos, ella no tiene suficiente fuerza para pelear ahora.”

“Maō-sama, ¡¿Cómo puede ser tan imprudente?! Usted, el Rey Demonio, ¡¿Pasando la noche
con la Héroe?!”

“¡No tienes que ponerlo así! ¡Todavía son las dos a.m.!

“¡Eso es demasiado tarde, mi señor!”

Emi estaba firmemente parada frente a la puerta.

“Ambos fuimos atacados hace poco. Por alguien que no logramos identificar. Esa persona uso
magia para atacarnos.”

La explicación de Maou fue casi demasiado directa, pero Emi carecía de fortaleza mental como
para añadir algo más.

“Y mientras escapábamos, parece que ella perdió su cartera.”

Emi parecía hacerse más y más pequeña mientras el continuaba, casi hasta desaparecer.

“Bueno, ya sabes, ella no puede tomar un taxi, no puede pasar la noche en un cibercafé…No
tiene amigos que vivan cerca tampoco. Su casa está en Eifukucho, así que está un poco lejos
para ir caminando.”

“Pero, Maō-sama…Si puede recordar donde lo perdieron, Estoy seguro de que nadie lo ha
levantado a esta hora de la noche…”

“Si, lo sé, pero apenas fuimos arrestados ayer, ¿recuerdas? No sé quién nos estaba atacando,
pero si ella termina siendo asesinada allí, nosotros seremos los primeros sospechosos. No nos
haría daño dejarla pasar la noche en la esquina. ¿O sí? Mientras ella tome el primer tren de
mañana.”

Ashiya puso una mano frustrada en su cabeza.

“Ven, entra, siéntate donde quieras. No esperes que te demos un futón o algo parecido.”

“…Entiendo, ¿de acuerdo?” Emi murmuro suavemente.

“¡Emilia! Después de la piedad que el Rey Demonio te ha tenido, ¡¿Así es como lo agradeces?!”
“Callate, Ashiya. La casera va a escucharnos. Hey, Emi.”

“Qué es lo que—¡oomph!”

Maoiu había lanzado una toalla de baño hacia Emi. “Puedes usar eso si quieres. Si necesitas
una almohada, Usa esas toallas de allá. Te prestare mil yenes, así que vete en cuanto los trenes
comiencen a circular, ¿de acuerdo?”

Apretando los dientes, Emi recogió el billete de algodón que Maou había sacado de un
monedero de plástico que se notaba que había comprado en una tienda de 100 yenes.

“¡Emilia! ¡Esa es una donación de los escasos fondos personales del Rey Demonio! ¡Te ordeno
que lo uses con el debido respeto!”

“¡Cállate, eso lo sé! No les pedí nada de esto ¿de acuerdo? ¡Gracias por el dinero!”

“¡Tu…!” Ashiya lucia tan enojado que parecía que en cualquier momento vapor comenzaría a
salir por sus orejas, pero Maou no presto atención mientras sacaba otra toalla del closet.

Mirándolo, Emi se cubrió con su toalla y se sentó en el piso. Todos podrían ser japoneses
normales ahora, pero a pesar de eso, ella no era tan descuidada como para bajar la guardia
dentro de la fortaleza del Rey Demonio. Aferrándose a la toalla que la cubría, ella descubrió
que estaba recién lavada, con un olor sorprendentemente agradable.

“…Es el mismo detergente que yo uso.”

“No empieces a quejarte de lo rígido que es. Ashiya se rehúsa a comprar suavizante para tela.”
Maou se tumbó en el piso mientras hablaba, había logrado escuchar los murmullos de Emi.

“Yo-solo estaba diciendo…No era necesario que respondieras.” Y pensando que nadie iba a
contestarle, Emi se volteó dándole la espalda a Maou, acurrucándose lo más que podía.

“Bien, bien. Tú también duerme Ashiya. Hey, Emi, no te preocupes por ponerle seguro a la
puerta cuando te vayas, ¿de acuerdo? Buenas noches.”

En unos momentos, Maou se quedó dormido. Por un momento, Emi estuvo asombrada de la
rapidez con la que él se había dormido.

Ashiya, sin embargo, evaluó a la extraña pareja frente a él.

“Date cuenta que no he bajado mi guardia todavía. Intenta hacer algo extraño, y haremos que
pagues el precio. ¡Buenas noches!”

Con esa extraña despedida, él también se tumbó y rápidamente se quedó dormido, una de las
pocas cosas en las que el subordinado se parecía al maestro. Ellos habían actuado muy cautos
con respecto a ella, y ahora habían quedado indefensos debido al sueño.

Ella los observo durmiendo por un momento, pero pronto se dio cuenta de que no tenía
sentido vigilar a dos cuerpos inconscientes. En poco tiempo, ella se había acostado también.

“Voy a tener que cancelar mi tarjeta de crédito, la de débito, también. Oh, ¿Y cuantos cupones
deje en mi pase?”

Recordar las cosas que dejo en su cartera la hizo sentirse aún más melancólica.

“¿Por qué estoy haciendo esto…?”


Solo ella podía oír sus propios susurros antes de que la fatiga la llevara al mundo de los sueños.

Casi al mismo tiempo que la respiración de Emi se hacía más lenta y rítmica, Maou hablo con
los ojos aun cerrados.

“Nosotros somos dos, pero parece que ella está sola, ¿no crees?”

“Es cierto.”

“Nosotros también fuimos miserables al principio, ¿verdad? Y ella tuvo que lidiar sola con todo
eso. Si lo piensas de ese modo… No voy a ser su amigo, no, pero me siento mal por ella.”

“Usted se ha vuelto muy complaciente, Maō-sama.”

“Solo es temporal, Ashiya. Hice que prometa dejar de perseguirme.”

“Bien, entonces se trata de eso.”

“Exactamente. Por eso… ¿Huh?”

En la esquina de su cambio de visión, Maou noto algo brillante.

“¿Qué pasa?”

“Recibimos un mensaje.” Maou levanto el teléfono. La pantalla mostraba dos nuevos


mensajes. “Huh. Uno es de Chi-chan… Hey, deja de mirar.”

Maou se alejó de Ashiya, quien estaba tratando de mirar la pantalla. “El otro es de un número
desconocido, que extraño.”

Era de una dirección no registrada, una dirección de correo que parecía ser una combinación
aleatoria de letras y números. Puede que sea publicidad o se hayan equivocado de número,
pensó Maou…al principio.

“¿Maō-sama?”

Ashiya estaba moviéndose mientras hablaba cuando vio que los ojos de Maou repentinamente
formaron una mirada seria.

“Hey, Ashiya, esto es de locos, ¿no crees? Parece que ambos mensajes fueron enviados al
mismo tiempo…uno de alguien que conozco y otro de alguien que no.”

Los mensajes de Chiho y del remitente desconocido parecían tener relación entre ellos.

-Los terremotos van a continuar. Sean cuidadosos.

-Maou-san, habrá otro terremoto. ¿Qué debería hacer? Chiho.

FINAL DE LA PARTE 1

Total 66388 palabras = 100%

Actual: 20344 palabras = 28.45%; 92.85%

Parte 1: 20344 palabras = 30.64%


TABLA DE RECOLECCION DE OBSERVACIONES

Texto fuente Ubicación observación Solución recomendada


1. Kanjis Pagina 3, ultimo Incluir una nota al
párrafo pie de pagina
2. más o menos Pagina 4, párrafo 4 Cambiar de (solo si lo ves necesario)
expresion
3. flowing jet- Pagina 24, párrafo No conozco una El color de cabello que
black hair 3 traducción tiene Emilia es magenta o
traducido adecuada; aunque rojo, segun varias wikis,
como: espeso también podría ser creo que ‘negro’ fue un
cabello negro una descripción de error de traducción del
la primera versión traductor o una confusión
de la novela, y se por idiomas; sugiero
decidiera ponerlo como:
cambiarle el color fuerte/hermoso/reluciente
para la versión cabello magenta/rojizo: o
final algo que veas por
conveniente, resaltando
el color ‘rojo’ del cabello
de Emilia
4. metal sagrado Pagina 29, párrafo Averiguar los (solo si lo ves necesario)
12 materiales de la
espada de Emilia
5. Docodemo Pagina 32, párrafo Incluir una nota al
3 pie de pagina
6. mujer de pocas Pagina 41, párrafo No entiendo bien
motivaciones 10 la frase y no sé si
concuerda con el
contexto

Estado de revisión: completado

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