Sin lugar a dudas, cada una de las estrategias expuestas en la lectura aporta habilidades y
herramientas fundamentales que resultan imprescindibles. No obstante, selecciono dos que
considero cimientos de todo aprendizaje efectivo. El Aprendizaje Colaborativo y el Aprendizaje Basado en Problemas son semejantes en muchos sentidos, pero cada uno aporta lo propio. Definitivamente, sin la generación de problemas no se puede aprender a aprender. El enfrentarse a un problema desarrolla un aparato crítico en el alumno capaz de buscar soluciones de forma que antes no se consideraban. Sin embargo, no basta con enfrentar dichos problemas solos. Incluso, me atrevo a decir que no basta la figura del tutor para fortalecer el aparato crítico de un alumno. El Aprendizaje Colaborativo permite llevar el Aprendizaje Basado en Problemas a otro nivel. A través del diálogo se incita a formular argumentos y contraargumentos, llevando a los alumnos a pulir sus ideas y retroalimentarse, no sólo por el tutor, sino entre ellos mismos. En pocas palabras, ambos están encaminados en generar una capacidad de cuestionamiento y argumentación, que trae como consecuencia la capacidad de aprender y seguir aprendiendo bajo el mismo problema, así como en otros. Se resalta, pues, su complementariedad. Es imperativo agregar que son dos estrategias que el tutor virtual debe considerar como fundamentales, pues permiten que el alumno sea capaz de pensar por sí mismo y fortalecer su idea con la interacción de sus compañeros, quienes pasan a ser tutores entre sí. De ese modo, el tutor puede optimizar los espacios de aprendizaje más allá de una interacción lineal. Nuevamente reitero la importancia de cada una de las estrategias y sus aportaciones para la enseñanza-aprendizaje. Así como su consideración en todo momento del desarrollo de la tutoría.