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JORGE DUBATTI

EL CONVMO TEATRAL

Teoría y práctica de Teatro Comparado

Textos Básicos t
02 'DI 0 "2)
KfUEL
PRESENTACIÓN

Incluim os en este libro dos estudios de teona y p ráctica de


Teatro Comparado, disciplina qu e analiza los fenómenos tea­
trales y su reflexión teórica desde un punto de vista interna­
Colección : Textos Básicos cional y/o supranacion al. cuyo desarrollo propiciamos en
espacios universitarios desde hace quince años.
Según la caracterización de las principales áreas del com­
paratismo teatral', los trabajos reunidos corresponden, res­
Tapa: Bilousdiseño pectivamente, a los campos de la Estética comparada y la
Diagramación: Mari Suárez Tematología comparado. Se vinculan indirectamente con otras
áreas: pczética comparada, Relaciones entre teatro y medios de
comwlicación. Recepción inLernacionaL Notación y edición tea­
tral comparadas.
© ATUEL, 2003 En "Teatro, encuentro de presencias" proponemos, a partir
Pichincha 1901 4 A 0
de los ensayos de Florence Dupont sobre las prácticas litera­
Buenos Aires, Argentina rias orales en la cultura "viviente" del mundo greco-latino,
Tel-fax: 4305· 1141 una redefinición de la teatralidad desde el concepto de convi­
vio. Recurrimos a diversos aportes bibliográficos y una meto­
dología empírico-inductiva de base antropológica, fundada en
ISBN 987-9006-94- 1 nu estra enciclopedia de espectador, así como en d eclaracio­
nes d e tea tristas y otros espectadores2 •
[-l echo el de> pósit o qu e m a rca la ley 11. 7 2 3

1 "El cam po ele es tu d ios del Tealro, Compara do", en El tea tro j ero­
IMPHESO E N ARG ENTI NA y litko . H en 'amie nlas d e poética teatral. Bu enos Aires, At u el. Cap.
P RINn~ D IN ARGENTIN A V II. pp . 103- 16 .
'- Al respeclo. q u iero ex p n~ s ar m i agrad ecimien to a los inlegra n tes

5
Sostenemos en este primer articulo que el teatro es una cionalismo en los ensayos y el teatro de Ricardo Rojas",
de las manifestaciones conviviales de esa "cultura viviente", articulamos un modelo metodológico específico para anali­
transmitida durante siglos hasta el presente, en que la letra zar el pensamiento del autor de Eurindia en diferentes ma­
palpita in vivo, con producción , circulación y recepción dife­ nifestaciones de género. Nos enfrentamos a la necesidad de
rentes de la letra in vltTO, "enfrascada" o "enlatada", cristaliza­ proveer hen-arrtientas que permitan responder preguntas del
da propia de la cultura del libro. tipo: ¿cómo estudiar las ideas en el ensayo? ¿cómo estudiar
Dentro de la tradición de la poesía oral. que tan aguda­ las ideas en el teatro? ¿cómo vincularlas?
mente investiga Dupont, el teatro preserva en la actualidad Caracterizaremos luego el sistema de ideas del pensa­
la cultura convivial en una sociedad letrada y regida por el miento nacionalista de Rojas anterior a 1930, considerando
auge de lo sociocomunicacional sobre lo socioespacial, que diversos ensayos aunque con especial atención en La gue­
désdeña cada vez más el encuentro cuerpo a cuerpo , favo­ rra de las naciones (1924c) y Eurindia (l922-1924), textos
rece la comunicación a través de máquinas y exalta el acon­ que -de acuerdo con Rojas y diversos investigadores de su
tecimiento literario de la escritura y la lectura en soledad , obra- proponen una síntesis de sus ideas en el segundo
A contrapelo de esa concepción de la literatura y de las período. Definimos los componentes fundamentales de di­
formas de comunicación no-auráticas, definimos el aconte­ cho sistema, lo vinculamos al romanticismo europeo canó­
cimiento teatral como una tríada de sub-acontecimientos nico para plantear relaciones y contrastes, y oponemos la
concatenados causal y temporalmente: el acontecimiento con­ Visión ideológica del autor a los rasgos más relevantes del
vivial, el acontecimiento de lenglLaje o poético, y el aconteci­ nacionalismo político de ideas antidemocráticas y católicas,
miento de constitución del espacio del espectador. del que Rojas, con mayor o menor grado de explicitación,
Esbozamos luego una aproximación empírico-inductiva al siempre tomó distancia,
convivio teatral a partir de tres ejes : su composición (inte­ Finalmente, realizamos un análisis de Elelín en relación
grantes y vínculos), su estructura diacrónica (formas de con el sistema de ideas de Rojas, Consideramos esta pieza
reunión pre-teatral, teatral propiamente dicha, de los in­ como "puesta en forma teatral" del nacionalismo del autor
termedios y post-teatral) y el comportamiento del público y del programa estético de Eurindia a partir de tres calas: a)
(acciones intersubjetivas y condicionamientos). Finalmen­ los vínculos intertextuales con la literatura argentina ante­
te, señalamos el nuevo sentido y función que adquiere el rior: b} los nexos intratextuales de Elelin con El país de la
convivio teatral en las condiciones culturales del presente y selva y otros ensayos de Rojas: c) la presencia del pensa­
revisamos la nueva concepción de texto(s) dramático(s} y miento nacionalista en los diferentes niveles textuales de
. 10s sistemas de notación del teatro : escritura múltiple, cues­ Elelín, de la fábula a la consideración de la poética como
tionada y de carácter provisorio por necesidad . metáfora epistemológica. Antes de iniciar el análisis de Ele­
Creemos que la reconsideración de la teatralidad desde el lín, caracterizamos el fundamento ele valor desde el que
principio del convivio -a la vez fundamento y avatar inicial­ .Rojas escribe su teatro: la singularidad que otorga al géne­
abre perspectivas fecundas para la teatrología. ro teatral en su teoría de la cultura y dentro de su propia
En "Tematología comparada: el sistema de ideas del na­ producción como vehículo de las ideas de argentinidad e
instrumento de conciencia de nacionalidad, así como su
definición de un proyecto teatral para la "nacionalización"
de la Escuela d e Espectadores y i'l los lealrislas que la visilaron, de la escena "cosmopolita" de Buenos Aires 3 .
por los diálogos intensos . lune:s tras lun es, desde marzo de 200 l .
sobre los acontecimientos de la cartele ra de Buenos Aires. 3 Agregamos al final del s e,gundo trabajo dos apéndices sobre las

ti 7
Con el objeto de facilitar el trabajo del lector. no remiti­
mos a sino que reproducimos los párrafos de EL teatro jero­
gLífico sobre tipología del texto dramático y concepto de
sistema de ideas. De esta manera. podrá leerse El convivio
teatraL autónomamente. sin depender de un volumen ante­
rior.
Para enmarcar estos estudios en campos más amplios
que los específicamente teatrológicos . nos resultó muy pro­
vechosa la asistencia a sendos seminalios de Doctorado
dictados por Hugo F. Bauzá -EL traspaso de la oralidad a TEATRO, ENCUENTRO DE PRESENCIAS
la escritura. Formas de pensamiento y de expresión en la
c u ltura greco-latina y su proyección y alcance en Los tiem­
pos modernos- y Fernando Devoto - Nacionalismo , fas­ Análisis de las e structuras conviviales
cismo y tradicionalismo en la Argentina Moderna -- en la
Facultad de Filosofia y Letras de la Universidad de Buenos como contribución a la teatrología
Aires en 200 l . Agradecemos al Dr. Bauzá y al DI'. Devoto su
lectura de los primeros originales. También. a Nora Lía Sor ­
m ani. por s u diálogo permanen te, siempre lú cido, y al edi­
tor Jorge Garrido, por sus observaciones y su apoyo. o. Introducción
Esperamo~ que los lectores acepten estos artículos que aquí
les ofrecemos bajo la forma de libro, sin -a pesar nuestro. Nos proponemos reconsiderar la definición de la teatrali­
según parece irremediablemente- el convivio que todo lo dad ~ especificidad del lenguaje teatral- a partir de la iden­
torna más huma:1o y cordial. tificación, descripción y análisis de sus estructuras conviviales l •
Nos detuvimos en el problema del "convivio" -del latín,
J. D. convivium. festín, convite, y por extensión, reunión, encuen­
tro de presencias- gracias a la lectura de los estudios de
Florence Dupont (1991. 1994) sobre las prácticas literarias
orales en la cultura "viviente" del mundo greco-latino. es­
pecialmente el sympósion y las diferentes variantes griegas
y latinas del banquete. Dichas investigaciones iluminan el
funcionamiento de formas de " convivialité" -término em­
..J pleado por Dupont- que no son mero contexto del aconte­
cimiento literario sino parte constitutiva e irrenunciable de
él. Sumados a las observaciones de Dupont los aportes de
otras investigaciones (Segal. Murray. Vernant. Bauzá, entre
otros) qu e directa o indirectamen te caracterizan el funcio­
ideas de Rojas r especto d el teatro a pa rtir de su análisis de la namiento convivial, t raspalamos dichas categorías al tea­
produ cc ión d e los dramaturgos españoles J osé Echegaray y Be­ tro. de a cu erdo con los principios d el comparatismo 2 par",
nito Pérez Ga lcl ós. advertir su relevancia y singularidad.

8
9
Para caracterizar el convivio teatral se combinarán en 2. Aproximación empírico-inductiva al funcionamiento
este trabajo aportes bibliográficos diversos con una meto­ de las estructuras conviviales.
dología empírico-inductiva de base antropológica. comple­ 3. Caracterización de la función y el sentido "nuevos"
mentaria en algunos aspectos dc la etnoesccnología (Pradier. adquiridos por el convivio teatral en las condiciones
1996 y 2001; Pavis. 2000). que parte del estudio de casos culturales del presente.
del campo teatral de Buenos Aires en los últimos diez años
y desde lo particular proyecta lo general. Las reflexiones 4. Redefinición del texto dramático a partir de las es­
teórico-analíticas que se propondrán surgen a posteriori de tructuras conviviales.
la observación de la experiencia teatral. de acuerdo con
una visión historicista (Dubatti. 1999) que busca restituir
al teatro su concreta materialidad como acontecimiento. Al 1. E l convivio, principio del acontecimiento

respecto. impulsa estas observaciones una concepción de teatral

la teatrología que "regrese el teatro al teatro". en el sentido


que Laura Cerrato otorga al concepto de "vuelta a la litera­ El c onvivio en la literatura oral antigua
tura", de "hacer regresar la literatura a la literatura" (1992,
pp. 9-10). Para ello, implícitamente fundamos las concep­ Ya en Homere et Dalias (1991), volumen consagrado al
tualizaciones en nuestra enciclopedia de espectador1. así estudio de la epopeya homérica y del canto del aedo, Du­
como en las declaraciones de teatristas y de otros especta­ pont revela la importancia de la situación de enunciación y
dores. Se sigue, mt."ilatis mutandis. el modelo de los trabajos recepción de estas formas de la literatura: el banquete. Al
de MicheIe Petit (2001)4. examinar su ensayo años despues, la investigadora resume:
Un alcance más ambicioso de estos esbozos radicaría en
contribuir a la deseada recomposición de la base epistemo­ "[00.1 l'epopee grecque archaique met les hommes
lógica de la teatrología (Dubatti. 2002a, pp. 39-48) a traves en relation avec Mnemosyne, la Memoire divine du
de una doble operación: monde. dans le cadre rituel du banquet sacrificiel,
par l'intermediaire de l'aede [... 1 Savoir ephemere et
a) el desplazamiento de la semiótica de su lugar actual musical, il n'est accessible que dans lU1 banquet rituel,
de transdisciplina a sus posibilidades originarias como il ne peux pas se thésaurier comme une marchandise"
disciplina de la teatrología (De Marinis, 1997, p. 18); (Dupont, 1994, pp. 9-10).
b) la instauración de un nuevo marco lingüístico (Car­ En apretada exposición Dupont agrupa los componen­
nap) más amplio, polimorfo, a partir de la integración tes de este acontecimiento excepcional: oralidad, memoria
de los estudios culturales. la antropología, la ontolo­ divina y transmisión convivíal en el encuentro de presen­
gía, la filosofia de la historia y la filosofia del lengua­ cias del aedo, los dioses -intermediados por el poeta- y
je. los oyentes-espectadores 5 . Inmediatamente llama la aten­
En la organización de la monografia seguiremos cuatro ción sobre su singularidad: se trata de un modelo de pro­
pasos: ducción, circulación y recepción literarias en las antípodas
de la escritura impresa y la lectura ex visu. silenciosa. del
l. Redefinición del concepto de teatralidad a partir del libro. Los poemas no podian ser conservados en la escritu­
acontecimiento convivia!. ra, bajo la forma de un enunciado único , fijo y definitivo.

10 1]
.1_ __ ____
bajo la forma de un texto . sin perder su razón de ser. "Alté­ Thomas valora la lectura de Dupont como "un verdadero ma­
rité fondatrice" . afirma Dupont, tanto para radicalizar nues­ nifiesto en favor de las culturas de la oralidad y su capacidad
tras diferencias culturales respecto de los antiguos como de improvisacilm y 'enlusiasmo dionisiaco' contra el 'entiia­
para generar expectativas sobre el futuro insospechado que miento' de una literaLura escrita, condenada a estar 'conser­
la posteridad acaso otorgará a los usos de la oralidad y la vada', definitivamente coagulada en los libros y las bibliotecas"
escritura (1994 pp. 24-25). (1997. p. 15).
La misma Dupont se encarga de señalar que L'invention En tanto la transmisión oral exige convivio, reunión , Ou­
de la littérature (1994). su libro siguiente, es una prolonga­ pont se demora en el componente que nos interesa especial­
ción (p. 8) de la problemática de Homére et Dallas . Retoma mente: el encuentro , la colectivización vinculante, que define
sus afirmaciones sobre el banquete homérico para estudiar como "un líen [atadura, vinculo] social" (1994, p . 12).
las formas de producción, circulación y recepción de obras
~Sym-pósif)n: 'boire ensemble': le syn -ensemble­
de Anacreonte, Catulo y Apuleyo en el mundo griego y lati­
est. essentiel. Tout dans le banquet de Oionysos se
no. Muy distantes de nuestro concepto moderno de "insti­
fait en semble . et cet ensemble est la sauvegarde des
tu ción literaria" -cuya aparición marcaría posterior men te
buveurs, car il pcrmet un contrók collectif de I'ivresse"
la "invención de la literatura"-, los textos de Anacreonte,
(1994, p. 30 Y ss.).
Catulo y Apuleyo son " illisib les" (p. 18 Y p assim) y, aun que
t extos , fu ncionan como meros intermediarios de dos gru­ S egú n advierte Os~,ryn Murray, el trato social fue asu­
pos de instancias de oralización: el anterior a la fijación miendo en el devenir de la civilización griega diferentes for ­
textual y aquel que la escritura debe propiciar más tarde, mas: "La relación entre el hombre y la sociedad es dinamica
ya fuera a través de la recreación memorialista o de la lec­ en todas las sociedades: cada época concreta del hombre
tura en voz alta 6 . tiene un pasado y un futuro: y no existe un hombre griego
"Literatura sin lectores", sintetiza Oupont: no existe en sino una sucesión de hombres griegos" (1995, p. 250-251).
el mundo antiguo el concepto de lector en el sentido que Ello le permite, siguiendo el ejemplo de Jacob Burckhardt
actualmente, en forma familiar, otorgamos a ese término (Historia de la cultura griega), distinguir cuatro tipos idea­
(Petit, 2001). De esta manera distingue en los orígenes de les o cuatro edades del hombre grkgo: heroico, agonal, po­
la cultura europea una doble tradición: lítico y cosmopolita. Lo cierto es que, más allá de los cambios
en las formas de sociabilidad, la literatura oral permanece
"O'un coté, une tradition d'écriture, plus récente,
como un constante estímulo de socialización. De las dife­
plus limitée sans doute qu'on a bien voulu le dire: de
rentes formas conviviales vinculadas a la literatura oral,
l'autre, une tradition de poésie (oral e). une poésie ri­
podemos abstraer un conjunto de rasgos invariantes:
tuelle s'inscrivant dans la relation que les hommes
enlretienn~nt avec le dieux et qui, comme le sacrifice, al el convivio implica la reunión de dos o más hombres,
définit leur identité d'hommes civilisés, grecs ou ro­ vivos, en persona, en un centro territorial, encuentro de
mains" (1994, p . 12) . presencias en el espacio y convivencia acotada -no
extensa- en el tiempo para compartir un rito de socia­
Duponl demuestra que la distinción entre oralidad y escri­
bilidad en el qu e s e distribuyen y alternan dos rol es :
tura no implica una conc::;pción meramente utilitaria sino sim­
el emisor qu e dice -ve rbal y no verbalme nte- un
bólica, y que "la priorité symboliquc q Loujours été rlonnée 8
texto, el receptor que lo escucha con atención.
roral, TécTiture apP;1faissc::nt souvcnt romme son auxiliaire"
(1994, p . ] 2) 7. R.diriénduse a L' inuc ntion de la litl.érat Ll re, Joi'l b) el convivio en(raúa compañía -eti m ológi camen te .

12 13
compañero es "el que comparte el pan"-. estar con el tiranos y observar en e[ siglo VI a.C. e[ comienzo de un
otro/los otros. pero también con uno mismo. dialéctica proceso de "enfriamiento" de [as prácticas orales y de resis­
del yo-tú. salirse de si al encuentro con el otro/con uno tencia a [a cultura de la "ebriedad" (1994. pp . 91-105 Y
mismo. Importa el diálogo de las presencias. la conver­ passim). el teatro preserva la estructura convivíal que poco
sación: el reconocimiento del otro y del uno mismo. a poco ira perdiendo protagonismo -muy aceleradamente
afectar y dejarse afectar en el encuentro. suspensión a partir del siglo XVI- al propiciarse a través del libro la
del solipsismo y el aislamiento. lectura en soledad. ex visu. como acto individual. Creemos
que el teatro es una de las manifestaciones conviviales he­
c) el convivio implica proximidad. audibilidad y visibili­
redadas en el presente de esa "cultura viviente" de la que
dad estrechas. así como una conexión sensorial que
habla Dupont. perduración de los hábitos de una sociedad
puede atravesar todos los sentidos -por ejemplo. el
"caliente" y "salvaje" en el marco de una cultura "fría" y
gusto. el tacto y el olfato a través del vino o los ali­
"domesticada" (Lévi'-Stra,uss. 1998). En el teatro la letra
mentos compartidos.
palpita in vivo, a través de las formas de producción, circu­
el convivio es efímero e irrepetible. esta inserto en el lación y recepción diferentes de la letra in uitro. encapsula­
fluir temporal vital en su doble dimensión bergsonia­ da. "enfrascada" propia de la cultura del libro. La relación
na: objetiva y subjetiva. de presencias entre el artista y el espectador resguarda o
restituye a lo literario el caracter situado espacio-temporal­
e) la socialización no es excluyentemente humana: el
mente de la emisión y la recepción, borrando la "modalidad
convivio incluye la ofrenda y la manifestación del or­
de inacabado" . En consecuencia. el teatro -aunque reco ­
den divino en el rito de reunión.
nocidos los reparos de Dupont- pertenece. con sus dife­
f) puede afirmarse. a partir de Muschietti (1986. pp. rencias. a la mencionada tradición de la poesía oral
12-13). que en tanto base de la literatura oral. el -volveremos sobre este aspecto en el ítem 4-. Hoy el tea­
convivio restituye a lo literario el carácter de "situa­ tro preserva la cultura de la oralidad en una sociedad letra­
do" espacio-temporalmente propio de la emisión lin­ da y regida por al auge de lo sociocomunicacional sobre lo
güística corriente en cuanto a los sujetos que socioespacial. como afirma Garcia Canclini: "[.. .1 en la se­
participan en ella (emisor-receptor). Por el contrario. gunda mitad de nuestro siglo la transnacionalización eco­
la emisión del texto literario escrito y no leído en voz nómica y el mismo carácter de las últimas tecnologías
alta sólo queda situada desde la primera parte de la comunicacionales --desde la televisión hasta los satélites y
emisión: el acto de escritura y su sujeto. "el acto de las redes ópticas- reorganizó en un sistema globalizado
lectura remite a una segunda instancia no situada". las comunicaciones" (1995. p . 19). Y ello le otorga al teatro,.
Muschietti llama a este rasgo de la producción litera­ que preserva la territorialidad. un valor de resistencia y
ria escrita y no oral izada "modalidad de inacabado" afirmación de modalidades ancestrales (véase en este tra­
(p. 12). ausente en la literatura oral . bajo el ítem 3).
Llamamos acontecimiento teatral 8 a la singularidad. la
especificidad del teatro según las prácticas occidentales
El c onvivio en el teatro (Goody, 1999). advertida por co ntraste con las otras artes
(Souriau. 1986) o. como afirma Grotowski (Hacia un t.eatro
A pesar de [os reparos que impone Dupont al contrastar pobre). por negación de la cleptomanía artística de aquellas
el banquete y los festivales teatrales en la Atenas de los poéticas escénicas acostumbradas a "tomar prestados" com­

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ponentes o artificios de otros campos del arte que no le son El acontecimiento convivial. Sostenemos que el punto
"propios". Hablamos de acontecimiento porque lo teatral d e partida del teatro es la institLlción ancestral del corLVivio:
"sucede", es praxis, acción humana, sólo devenida objeto la reunión, él encuentro de un grupo de hombres y mujeres
por e! examen analítico. en un centro territolial, en un punto del espacio y de! tiem­
A partir de una reconsideración de lo convivia!, el acon­ po, es decir, en términos de Dupont. la "cultura viviente del
tC'cimiento teatral se manifiesta en su fórmula nuclear com­ mundo antiguo". COnjunción de presencias e intercambio
puesto por una tríada de sub-acontecimientos concatenados humano directo, sin intermediaciones ni delegaciones que
C~¡usal y temporalmente. de manera tal que el segundo de­ posibiliten la ausencia de los cuerpos. No se va al teatro
pende del primero yel tercero de los dos anteriores. para estar solo : el convivio es una práctica de socialización
Los tres momentos d e constitución del teatro en teatro de cuerpos presentes. de afectación comunitaria, y significa
. sen: una actitud negativ.a ante la desterritürializaciiJn socioco­
o El acontecimiento convivíal, qu e es condición de po­ municacional propiciada por las intermediaciones técnicas
sibilidad y antecedente de ... (Garda Canclini. 1995). En tanto convivio, el teatro no acepta
ser televisado ni transmitido por satélite o redes ópticas ni
II) El aconíecimiento de lenguaje o acontecimiento poé­ incluido en internet o chateado. Exige la proximidad del
tico, frente a cuyo advenimiento se produce ... encuentro de los cuerpos en una encrucijada geográfico­
III) El acontecimiento de constitución del espacio d~les­ temporal, emisor y receptor frente a frente o "modalidad de
pectador. acabado".
Sin convivio, no hay teatro, de allí que podamos recono­
El teatro acaba de constituirse como tal en el tercer acon­ cer en él el principio -en el doble sentido de fundamento y
tecimiento y sólo gracias a él. Sin acontecimiento de expec­ punto de partida lógico y temporal- de la teatralidad. A
tación no hay teatralidad, pero tampoco la hay si el diferencia del cine o la fotografia, el teatro exige la concu­
acontecimiento de expectación no se ve articulado por la rrencia de los artistas y los técnicos al acontecimiento con­
naturaleza específica de los dos acontecimientos anterio­ vivial y, en tanto no admite reproductibilidad técnica. es el
res: el convivial y el poético. La idea de espectáculo y de imperio por excelencia de lo aurático (Benjamin). Beatriz
espectador no implican necesariamente teatralidad. En con­ Sarlo testimonia en una entrevista su experiencia frecuente
secuencia, no es la condición aislada de espectador lo que como espectadora:
determina la teatralidad sino lo que la completa concatena­
damente con los procesos convivial y poético. Estos modali­ "Voy mucho al teatro. Hay algo que aprendí en
zan 'la categoría de expectación, la afectan y singularizan Walter Benjamin: el riesgo que tiene el teatro me fas­
tratralmente -distinguiéndola de otras formas de activi­ cina 1· ..1 el riesgo de la equivocación. la cosa de que
dad expectatorial, por ejemplo, la cinematográfica o la tele­ los actores se están moviendo en la cuerda Hoja. Es
visiva--- y a la vez la concitan para el advenimiento del lo que Benjamín llama el aura. El pensaba que hay
teatro si y sólo si la expectación se manifiesta dando enti­ artes que pueden reproducirse técnicamente y otras
dad totalizante al ;:¡contecimiento teatral. no. Uno de los casos en que la reproducción es posi­
Detallaremos a continu;¡ción lé:ls cara cterishcas d e cada ble, por ejemplo, es la flltografia. Un fotógrafo saca la
~mo de cs1;::¡s inslanci8S d el acontecimiento teatral, sus prn­ primera placa y de ese n\.' gahvo Se pucderJ hacer re­
piedades y las catcgor.,ls que involllcran para ~ I análisis producciones infinitas . También hay art<.:s d(: las que
teatrológÍCo. s e pu ed e s acar una reprodllcr.i ón fotográfica aunqu e

16 ' 7
la obra de arte sea un original: la plástica. Puedo nir cerrado, minoritario: gente grande encerrada en la os­
sacar una foto de La Gioconda e imprimirla en un curidad haciendo cosas tontas" (Bartís . 2003) . Traspalando
póster. La Gioconda original tiene aura; la reproduc­ e n ex tensión y radicalidad las c'ategorías de A. Deyermond
ción fotográfica. no . En el caso del teatro y de la mú­ (1996) Y R. M. Wilson (1970) para el estudio de la la litera­
sica tocada en vivo el aura es irreproducible : no hay tura medieval. puede afirmarse que la historia del pasado
foto ni grabación en video de una representación tea­ teatral e s en realidad la historia del teatro perdido.
tral que pueda restituir el aura. En el teatro, el aura En el centro aurático del teatro. el arte adquiere una
está en la presencia inmediata de los cuerpos. Esto dimensión de peligrosidad de la que el cine carece: el actor
es lo que hace que sea tan apasionante. Hay mucha puede morir ante nuestros ojos. puede lastimarse . olvidar­
gente que dice que no tolera el teatro porque están se el texto. la función se puede interrumpir y suspender.
.' los actores; lo que no toleran es el aura, esa cosa El acontecimiento convivial es experiencia vital intrans­
magnética que tienen los cuerpos de los actores, aun ferible (no comunicable a quien no asiste al convivio), terri­
de los malos actores" (Dubatti. 2001b, pp. 13-14). torial. efimera y necesariamente minoritaria (si se la compara
con la capacidad de convocatoria y reprC1ductibilidad técni­
En el convivio no sólo resplandece el aura de los actores: ca del cine o la televisión. ofrecidos simultáneamente en
también la del público y los técnicos. Reunión de auras. el cientos de salas y millones de hogares).
convivio teatral extiende el concepto benjaminiano. El en­ En tanto experiencia vital. aparece atravesado por las
cuentro de auras no es perdurable, dura lo que el convivio: categorías de la estabilidad y la imprevisibilidad de lo real,
en consecuencia. es también imperio de lo efímero. de una está sujeto a las reglas de lo normal y lo posible, a la flui­
experiencia que sucede e inmediatamente se desvanece y dez, el cambio y la imposibilidad de repetición absoluta, a
se torna irrecuperable. Si el teatro sólo acontece en la di­ nuestro mundo común o intersubjetiva, a la realidad com­
mensión aurática de la presencia corporal-espiritual de ar­ partida (Berger y Luckmann). Lo convivial exige una extre­
tistas, técnicos y público -conjunción que inicialmente es mada disponibilidad de captación del otro : la cultura viviente
humana y sólo a posteriori reconocerá la distribución de es eminentemente temporal y volátil y los sentidos (en es­
roles de trabajo-, luego se disuelve y se pierde. Por su pecial la vista y el oído) deben disponerse a la captación
efímera dimensión convivial, el teatro -como la experien­ permanentemente mutante de lo visible y lo audible, con el
cia vital- se consume en el momento de su producción y peligro de perder aquello que no se repetirá, con el riesgo
es recuerdo de la muerte. Ricardo Bartís reflexiona sobre el de pérdida de la legibilidad y la audibilidad.
pasado teatral como pérdida: "El teatro es una performan­
ce volátil. una pura ocasión. algo que se deshace en el El acontecimiento poético o de lenguaje. De pronto.
mismo momento en que se realiza, algo de lo que no queda en el marco del convivía. se detona un segundo aconteci­
nada. Y está bien que eso suceda. porque lo emparenta pro­ miento: el lenguaje poético. Generalmente un indicador con­
fundamente con la vida. no con la idea realista de una copia vencional da la señal de dicho advenimiento: se apagan las
de la vida. sino con la vida como elemento efímero, disconti­ luces de sala. se silencia la música, se corre el telón .. . Se
nuo . En ese sentido el teatro parece contener. al mismo tiem­ inicia así, en el seno del convivio. un acontecimiento de
po que la seriedad de la muerte, la mueca ridícula de la muerte. lenguaje. instauración de un orden ontológico otro . Com­
su patetismo. su ingenuidad. En una época hiperartificial. promeLe centralmente el cuerpo ele los artistas , s u plena
hipervisual. la materialidad del teatro sigue siendo un ele­ (limf'nsión aurática. Si bien se trabaja con la materia lidad
mento primil.ivo. rf'ducido. como una obligación de un deve­ dl" 10'3 cuerpos , no se trata ele un lenguaje natural. sino de

19
18
una desviación . un écar( que instaura --en términos románti­ de la actriz. El personaje acontece en otro plano de n :ali­
cos- una physis poética. diversa de la physis natural (Bauzá. dad . .
1997, p. 4 3). "A través de la poesía [teatral], la palabra [y el La nueva dimensión óntica del acontecimiento poético
lenguaj e no verbal] se revela[n] como un lógos demiúrgico y. a produce una amplificación del mundo. funda nuevos terri ­
través de ella, el poeta -por medio de una suerte de metafísi· torios del ser y es eso lo que disting ue al teatro de otras
ca poética-, a la vez que asume el mundo. crea otro situado formas de espectacularidad qu e podernos definir como "pa­
en la esfera del arte" (Bauzá, 1997. pp. 40-41). Desde el cuer­ rateatrales". La seducción (Geirola. 2000) y el fingimi ento
po de los actores, el lenguaje poético -segundo avatar del cotidianos, el fútbol. las ceremonias religiosas y los ritos
acontecimiento teatral- instala una estr uctura sígnica ver­ lai cos, las fi estas . los desfiles d e m odas, el discurso y el
bal y no verbal que, gracias a un proceso d e s e mioti2ación acto político . la magia. la tauromaquia, el carnaval, la tele ·
(D e Marinis. 1997) . funciona en dos instancias de produc­ visión no ficeianal, buena parte de las destrezas circenses.
ción d e s entido (Muschietti. 1986) : no instauran un mundo otro para lelo al mundo sino que
- En un p rimer estadio del signo, los ,materiales verbales acontecen en la esfera ontológica el e lo r eal intersubjetiva.
y no ver bales se constituyen en signos que fundan-nom­ Las diferencias entre teatralidad y para teatralidad se ratifi­
bran-describen un mundo d e representación y sentido , un can en el acontecimiento d e la expectación.
universo referenciar (Cerrato , 1992). La construcción de ese :"-a aalphtuli de fenómen os estéticos que involucra ..:.1 ca­
m undo marca un s alto/ cambio ontológico: se crea un uni­ rácter referencial ya-referencia! del acontecimiento poético
verso que es paralelo al mundo. su "complemento" (Eco, permite incluir dentro de la esfera de la teatralidad un re­
Obra ahierta) , otro mundo posible dentro del mundo, que pertorio abierto. que no reconoce las exclusiones clasifica­
participa de la naturaleza de la ficción, de lo imaginario y torias de las taxonomías impuestas en los siglos XIX y XXIO:
de lo estético . Pero ese mundo de lenguaje también es a­ el teatro musical. la danza. la narración oral (Bovo. 2002) y
referenciaL (Cerrato, 1992). puro acontecimiento de lengua­ las múltiples expresiones de la juglaría. el teatro leido y el
je, lenguaje sin voluntad d e referir a una realidad otra que semimontado. el recital de poesía y otras manifestaciones
el mismo lenguaje (en escena, las poéticas más abstractas performáticas (Schechner, 2000: Taylor, 1997) son formas
de la danza, el movimiento como puro lenguaje) : los cu er­ del acontecimiento teatral.
pos en si transformados en lenguaje poético , la physis na­
tural permanece en tanto tal pero simultáneamente se El acontecimiento expectatorial. El universo poético
transforma en physis poética. creado por el acontecimiento de lenguaje a partir de los
- En un segundo estadio del signo (MuschiettiJ. la es­ procesos de semiotización , ficción. referencia y función es­
tructura implica el advenimiento d e la semiosis ilimitada: tética -que instauran una dimensión óntica otra-, genera
producción de sentido infInita propia de la función estética un espacio de veda (Breyer) o espacio de reserva del teatro
. que orga niza todos los m a teriales. tanto los verhales como como acontecimiento de lenguaje , La asístencia al adveni­
los no verbales. miento y d evenir de ese mundo , la testificación de ese acon­
Valga la breve d escrip('ir)fl de un caso para advertir la tecer, la contemplación y afección del universo de lenguaje
otredad del acontecimienlo poético. el sallo ontológico: un desde fuera de su régimen óntico constituye el tercer aconte­
espectador conmovido qu e salte a'! espacio del escenario cimiento o la instauración de un espacio complementario al
para a brazar a la víc tima inucl:nt ¡~ de un mel odrama (Inda­ poético: el de la expectación. El espectador se constitu ye como
leeia . por ej em plo. en El desíúojo de Floren cio Sánchez), no tal a partir de la linea que lo separa ónticamente del universo
podrá amparar a l personaj¡ ' sino sól o entorpecer el trabajo otro de lo poético. Esa separación no existe en los espectácu­

20 21
los parateatrales: quien observa se encuentra en el mismo e) Puede darse otro caso que también corresponde a la
nivel de realida d que el acontecimiento observado. La ópti­ abducción poética pero con otra singularidad en su
ca política no entabla referencia con un mundo otro sino la dinámica : el espectador no sabe que está asistiendo a
esfera inmediata del ser o a través de ésta la presentifica­ una escena teatral y en consecuencia no tiene con­
ción hierofánica de 10 numinoso (Rudolf Otto , 1998). ciencia de que es espectador. Se trata de la experien­
Sin embargo , el lugar de la expectación puede perderse cia del "teatro invisible" (Augusto Boal) : el espectador
provisoriamente dentro de un juego específico de la poética -sin conciencia aún de sí- asiste a un aconteci­
teatral . El espectador puede salir del espacio de expecta­ miento -por ejemplo. la pelea de una pareja en una
ción e ingresar en el campo del acontecimiento poético de mesa de un bar. represen tada por dos actores- y lo
lenguaje . Veamos algunos casos de esta abducción poética: observa como acontecimiento real. De pronto algún
signo -voluntaria o involuntariamente deslizado por
a) El espectador puede ser "tomado". "absorbido" por el
los actores- le permite advertir la distancia ontológi­
acontecimiento poético a partir de determinados meca­
ca entre lo poético y lo real. Durante un tiempo de­
nismos de participación (los payasos que involucran a
terminado el espectador sin conciencia de sí fue
alguien del público en sus juegos. la expertencia de
arrastrado al espacio poético. contagiado por él. "atra­
hacer subir al escenaIio al público como en Cegada de
pado" por un orden ontológico desconocido del que el
amor de la compañía española La Cubana o de conver­
espectador se desprende en el momento en que toma
tir la platea en escena, como en Un enemigo del pueblo,
conciencia de sí y puede elaborar la expertencia de lo
versión del director Andrés Bazzalo) y perder momentá­
sucedido. Era espectador y no lo sabía: caso singular
neamente su conexión con el espacio de expectación .
de expectación ingenua. La particularidad de este caso
b) Puede "entrar y salir" del espacio poético en espectá­ radica en que el espectador no está instalado en la
culos de tipo performáticos. en los que se instaura la expectación y "sale" de su espacio momentáneamente
posibilidad de una entrada permanentemente abierta a través de la abducción poética sino que "entra" a la
al orden óntico del acontecimiento de lenguaje (La expectación gracias a ella. El acontecimiento poético
cama, por Batato Barea. en Cemento). no reconocido como tal convierte al observador en un
espectador ingenuo, sin conciencia crítica. hasta el
c) Puede lograr una posición de simultaneidad en el
momento de la toma de conciencia de la distancia
"adentro" y el "afuera" del universo de lenguaje, como
ontológica.
sucede con algunos espectadores de intensa partici­
pación festiva en Período Villa Villa del grupo De La
Lo cierto es que. en el teatro, el espacio de expectación
Guarda: el espectador expecta y participa simultá­
nunca desaparece definitivamente: puede quedar delegado
neamente. y en la mirada de los otros aparece como
a un único espectador mientras el resto de la platea partici­
"parte" del espectáculo . pa "tomada" por el acontecimiento poético. pero dicho es­
d) Puede ser "tomado" por el acontecimiento poético a pectador es el que garantiza que el teatro no se transforme
través de la experiencia que Peter Brook ha denomi­ en parateatro. No hay teatro sin función expectatorial, sin
nado "teatro sagrado " en su El espacio vacío: la fuga espacio de veda. sin separación óntica entre espectáculo y
de la realid a d. lo invisible hecho visible. la conexión espectadur. Si el acontecimiento expectatorial deja de deve­
con lo absoluto. el teatro como hieroJanía (Mircea Elia­ nir. el teatro se transforma en práctica espectacular de la
de. 1999). parateatralidad y el arte s e fusiona con la vida. como en la

22 23
Transcurre. es efímera y es imposible retenerla. recons­
utopía artaudiana (Dubatti. 2001c y 2002a. 'especialmente
truirla o restaurarla en su dimensión presente. Tampoco
la Introducción. pp. 19-38). En las manifestaciones para­
transmitirla (1 transferirla a posieriori. Al convertirla en ar­
teatrales apuntadas arriba (véase "El acontecimiento poéti­
tefacto de la memoria (Vezzetti, 2002 . p. 32), se la desnatu­
co o de lenguaje"). la expectación es desplazada por la
raliza en tanto experiencia misma: no s e transmite la
participación. En tanto no hay distancia ontológica ni es­
experiencia convivial sino un artefacto construido para una
pacio de reserva. no se "expecta" la misa o un partido de
aproximación prácticamente imposible. La experiencia con­
fútbol -por ejemplo-o sino que se participa "dentro" de
vivial se pierde , no puede Sl~r conservada. El artefacto de la
ellos. ya cnmo feligresía celebrante ("hermanos". según el
memoria implica congelamiento, detenimiento, en oposi.ción
término con que el sacerdote se dirige a los participantes
a la fluidez y mutabilidad de la experiencia. Lo convivial
de la ceremonia) o como hinchada. respectivamente.
también se desnaturaliza en la narrativización: pierde es­
La conciencia del carácter de la expectación es un saber
pesor e intensidad y adquiere otros atributos que no son
adquirido en los espectadores avisados y cultos (Dubatti.
originales de ia experiencia.
2003b). Por el contrario . puede suced er entre los niños y
Además, e;1 el convivio hay más 2xperiencia que lengua­
los espectadores adultos ingenuos (o en algunos casos de
je. Hay zor.as de la experiencia de las que el lenguaje no
patología) qu e no haya con ciencia de la separación entre el
puede construir dis c urso. Hay zonas de la experiencia que
arte y la vida ll . no se pueden semiotizél( y en consecuencia, quedan fuera
Las prácticas parateatrales comparten con el teatro una
del marco lingübtico (Ca rnap) de la semiótica Lo. experien­
"óptica política" o "política de la mirada" (Geirola, 2000. p.
cia está slyeta a los límites de la percepción. La realidad es
50). pero no instauran un orden óntico que se desvía, apar­
transformada en experiencia a partir de una percepción
ta y desprende de lo real, produciendo un fenómeno de
fragmentaria. Suceden más cosas que las que percibimos.
despragmalización del lenguaje (Ricoeur) . La vida es campo
Si percibimos "mal" , comprendemos "mal", construimos un
de ejercicio múltiple de la óptica política. de allí el tópico de
artefacto lingüístico deficiente (Beckett). La realidad y el
"la vida como teatro". el "Thcatrum Mundi'. La espectacula­
texto son ilimitados. pero la percepción es limitada, y en
rización de las prácticas sociales -ha señalado Debord­
consecuencia la experiencia es limitada. La experiencia y la
es uno de los rasgos más manifiestos de la cultura actual.
l2 percepción están condicionadas por la cultura y son inmedia­
Pero la vida no es el teatro, al menos para Occidente .
tez: no hay perspectiva, no hay toma de distancia. Compleji­
. dad, multiplicidad, simultaneidad, limitación, velocidad, son
Experiencia Y lenguaje. La composición triádica del acon­
categorías que están en la base de la experiencia convívíal. La
tecimiento teatral permite refundar las bases de nuestra com­
semiótica puede leer el acontecimiento poético-lingüístico, pero
prensión del teatro en el convívío. Si la semiótica trabaja sobre
no desde el régimen de afecciones de lo convivíal, la cultura
el análisis del s egundo acontecimiento y el tercero, es necesa- .
viviente, lo aurático. La teatrología debe emprender el desafio
rio volver al primero para comprender desde allí lo totalidad.
de repensar la teatralidad desde su cimiento convívia!.
y ésta se manifiesta como un campo complejo en el que no
Resulta interesante observar que en algunas prácticas
rigen las cer tezas instaladas por la sernjótica como preceptos
teatrales actuales se r estituye al convivio su dimensión d e
incuestionables . sympósion y comensalía (Murray): baste citar la comida d e
La pri mera constataciún es que . en el acontecimjento
tradición judía qu e s e sirve en Trilogía de las polacas (Pa tio de
convivia l. en la experiencia dt' presencia, d e contacto e in­
Actores . 2002), en las consumisiones del café-concert o en las
tercambio aur ático. no Lodo eslegib[e. La experiencia convi­
golosinas y bebidas que se ven den en los intervalos de esp ec­
vial tiene puntos ciegos y funciona por cont,l.gi r) (Lanclos\vki).

25
24
En cuantu a los técnicos, discernimos para el análisis
táculos del circuito comercial. Pero el beber puede adquirir
dos grupos por la especifiCidad de sus funciones:
una dimensión simbólica. como expresa Ana María Bovo al
reflexionar sobre su conciencia del convivio durante una fun­ l. los abocados al desarrollo del acontecimiento poético
ción: "[ ... ]la palabra 'comunicación' me parece demasiado téc­ (el operador de consola, el asistente de dirección, los
nica para nombrar el fenómeno. Es otra cosa: yo me bebo el servidores de escena, los maquinistas, los utileros. el
silencio [que hacen los espectadores concentrados en el es­ apuntador... );
pectáculo] y ellos se beben mis palabras" (Bovo, 2002 , p . 123) .
2. los encargados del control de sala (acomodadores, per­
sonal de seguridad) .
2. Aproximación empírico-inductiva a las Muchas veces los mismos actores desempeñan funcio­
estructuras conviviales nes técnicas en escena. Aunque generalmente no es reco­
nocido como tal, el técnico (Grupo 1) es un artista o debe
Proponemos a continuación un conjunto de observaciones tener formación artística para responder con la sensibili­
empírico-inductivas que perseguirán una caracterización de dad y la capacitación necesarias a los requerimientos ma­
las presencias humanas en el convivio teatral no sólo en cuanto teriales del lenguaje teatral. Puede haber convivio teatral
al ejercicio de sus roles de trabajo -teatristas, técnicos, es­ sin presencia de los técnicos -por ejemplo, en formas muy
pectadores- sino en tanto su naturaleza de "convivantes". primarias y sencillas de teatro, como el monólogo improvi­
sado en un espacio teatral no convencional. el recitado es­
Composición del conviviD: integrantes y vínculos pontáneo o algunas prácticas de teatro callejero- pero la
importancia de su presencia -cuando es requerida por las
Tal como se señaló antes, asisten a la reunión teatral los exigencias del lenguaje teatral- queda a la vista si se con­
artistas. los técnicos y los espectadores. Se trata de una sidera la complejidad de las partituras de juegos de luces,
asistencia in praesentia. es decir que. de los teatristas, no entradas de sonido o cambios de escenografia. En el teatro
consideramos asistentes sino sólo a aquellos que se en­ ni siquiera la robótica más sofisticada logra desplazar to­
cuentran presentes físicamente en el acontecimiento tea· talmente a los técnicos.
tral. Indudablemente, nos referimos a los actores (cantantes . Llamamos espectadores a los asistentes al convivio teatral
titiriteros, bailarines. mimos ...), agentes protagónicos de la que, no afectados por el trabajo técnico ni actoral -salvo
acción escénica, presencia por principio de necesidad sin la circunstancialmente-, asisten al convivio con la función
cual el teatro es imposible. También los músicos en vivo, en inmediata de expectar el lenguaje poético. Pueden recono­
caso de que los hubiere. Los actores son irremplazables Y cerse entre los espectadores funciones mediatas a posterio­
no pueden ser sustituidos por un holograma, una proyec­ ri de la representación : escribir una crítica o un informe,
ción virtual o una banda de sonido sino sólo por otro actor. Si preparar una clase . cumplir con un compromiso contraído
no hay actores no hay acontecimiento teatral. No sucede así (por ejemplo, la promesa de asistir hecha a un integrante
con el dramaturgo, el director, el escenógrafo. el iluminador. del elenco. más tarde referida en otro encuentro). pero la
el creador de la música, los constructores de la esccnograJia, progresiva autonomización estética del acontecimiento tea­
los electricistas. los integrantes del taller de costura, empre­ tral en Occidente ha otorgado a la expectación una finali­
sarios y representantes, quienes pueden estar presentes in dad en sí misma.
absenlia a través de sus obras o su trabajo para llegar al Sin espectadores. al menos uno . no hay teatro. La im­
montaje pero no participan n ecesariam.ente en el convivio.

27
26
portancia de la integración dt>1 convivio es incuestionable.
Sus modificaciones producen acontecimientos teatrales di­
v~rsos. e incluso opueslos. Un buen actor. en lugar de otro
mediocre. generará cambios relevanles en el acontecimien­
to convivial. en el poético y en la expectación. El reemplazo
de un técnico avezado por otro inexperto pone rápidamente
en evidencia su protagonismo en el desarrollo idóneo de un
espe ctáculo: la mú s ica entra a destiempo y en el volumen
no indicado. un apagón no se produ ce. ruidos entre bam­
balinas. la ausencia de un objeto indispensable para la
r epresentación... Los diferentes tipos de público determi­
nan qu e un mismo espectáculo resulte diverso: baste con­
frontar las fu n ciones de un mismo espectáculo de la
r;'\
,--~nicos Espectadores)
/'-........

programación del Teatro San Martín para todo público en ~.../

horarios n octu r n os y para con tingentes estudiantiles d e la


escuela secundaria por la mañana o la tarde. La platea que Estas relaciones . en una dimensión . son bidireccionales
en funciones ordinarias Se desempeña con un comporta­ (los lados del triángulo: A-E. E-T. T-Al, aunque no simétri­
miento armonioso y previsible en muchos aspectos . se trans­ cas en su calidad e intensidad dé un vértice a otro ; en otra.
forma en las funciones par a estudiantes en el ámbito d e un multidireccionales, en el sentido de su efecto multiplicador
recital de rock con un despliegue de energía física y partici­ de afectaciones: las tres flechas interiores al triángulo s e
pación verbal que constituye un espectáculo en sí mismo. cruzan en una intersección que llamamos punto de multipli­
En el caso de la reciente versión de La casa de Bernarda cación de relaciones conviviales. Describiremos sólo muy
Alba (dir. Vivi Tellas. 2002). el inesperado y expresivo des­ someramente el funcionami ento de algunas de las princi­
nudo de María Josefa. sin duda una secuencia irremplaza­ pales:
ble en el espectáculo creado por Tellas a partir del texto de
Carcia Lorca. debió ser anulado con el uso de un camisón • relación A - E:
en las represent.aciones para adolescentes 13 .
Por otra parte. ninguna función es idéntica a otra. aun­ - unidireccional de E hacia A: Una de sus manifesta­
que en ellas s e mantenga el mismo elenco y equipo de téc ­ ciones radica en la pulsión o motor del espectador que bus­
nicos: las mismas escenas. palabras y procedimientos ca a su actor admirado p ara estar en convivio con él. por la
generan muchas veces respuestas diferentes en públicos fascinación de un encuentro aurático -muchas veces esti­
diferentes . mulado por un vínculo previo de intermediación técnica .
En la r eunión teatra l los vinculas de socialización s on como la televisión o el cine-o El convivio justifica incluso
múltiples y a fectan la esfera del acontecimiento poético y grand es esfuerzos e incomodida des . que no son p ercibidos
d el ex pec ta tori al. Dicha multiplicidad puede sintetiza rse en como tales por el "fanáti co" ya qu e la proximida d aurá tica
los principales "entre" (Pavlovs ky. 19 99) a través del s i­ con s u "ídolo" es ba ls á m ica o in men s a mente estimulante .
guien te es qu ema: En el ca so d e los espectá culos de gran aflu en ci a d e público.
s e impon en ci ertas r utinas qu e moda liza n el convivio: s e
s opor ta la m ala a d aptación de las can ch a s com o es pacio

28 29
. - - - . _'"""'- nr... ,
teatral ; se pelea por conse guir localid ades y en lo posibl e técnic os una compl icidad y un bienes tar que le result an
los mejor es lugare s, aunqu e sea a muy alto costo (el fenó­ indisp ensab les para su trabaj o . Gener almen te se rodea de
meno de la "reven ta"); se utiliza n binocu lares para una ma­ asiste ntes y equipo con una larga relació n de trabaj o , amis­
yor accesi bilidad al artista ; se grita para hacer oír al artista tad e inclus o gratitu d y recono cimien to. Suele suced er que
la propia voz, que por supue sto se suma indife rencia da­ el actor agrade zca el aplaus o final y luego lo dediqu e a los
mente a la masa coral del paroxi smo celebr atorio . técnic os con un gesto de los brazos en direcc ión a cabina o
la extrae scena.
- unidir eccion al de A hacia E : Se advier te, por ejemp lo,
en los actore s que trabaj an 'con poétic as del teatro popula r, - unidir eccion al de T hacia A: el técnic o suele acomp a­
genera lment e ligada s a la expres ión cómic a, que persig uen ñar su idonei dad profes ional con una posici ón tomad a so­
un efecto inmed iato y una alta partic ipació n del públic o . bre los valore s artísti cos y la person a del teatris ta. Duran te
Claud ia Gallar dou y La Banda de la Risa practi can rutina s décad as divers as fu!,!ciones técnic as (opera ción de conso la.
fijas al respec to, que incluy en la interp elació n directa , y a asiste ncia de direcc ión. la labor de ·vestid or" o asiste nte
veces violen ta al espect ador indife rente o disgus tado . Du­
del actor. entre otras) han cumpl ido una tarea forma tiva. Se
rante toda la funció n Gallar dou mira direct ament e al públi­ han consti tuido en una institu ción pedagó gica. ya sea para

co (no hay la menor ilusión de "cuart a pared" ) y busca su la educa ción artísti ca del técnic o como para la transf orma­
compl icidad interp elándo lo. Según nos ha comen tado en ción de T en A (much os directo res. por ejempl o. han traba­
una entrev ista, una de sus rutina s consis te en estar a la jado largos años como asiste ntes de otros direct ores antes
de empre nder su prime r monta je).
pesca del compo rtamie nto singul ar de algún espect ador (le­
- bidire cciona l, el "entre " de T y A compo ne una má­
vantar se para ir al baño. poseer una risa llamat iva, que­
darse dormi do, cambi arse de butaca , etc.) para "toma r de quina relacio nal que es atestig uada por E (flecha dentro del
punto " a ese espect ador una y otra vez, con gran efecto triáng ulo) y le produ ce afecta ción. Por ejempl o. las broma s
cómic o en el resto del públic o. Suele tambi én increp ar a o los juego s que se establ ecen entre los artista s y los técni­
aquell os que manifi estan desagr ado. Gallar dou "para la fun­ cos tradic ionalm ente duran te la última funció n se integr an
ción" , se dirige direct ament e al de "mala cara" y le pregu nta al aconte cimien to poétic o y son celebr adas desde la expec­
una y otra vez: "¿Le gusta el espect áculo? ", y cuand o el tación y conviv ialmen te por el públic o . Recor damos . entre
increp ado "quieb ra", Gallar dou le dice: "¿Sí le gusta? En­ mucho s casos. la prime ra funció n de la segun da tempo ra­
tonces ¿por qué no se lo cuent a a su cara?" . Aunqu e gene­ da de Turan dot. por Los Macoc os, y los chiste s de reen­
ralmen te el efecto es positivo, algún caso ha habido en que el cuent ro con los técnic os del Teatro Argen tino de La Plata.
espect ador se ha levant ado y salido derech o a la bolete ria a cuyas risas llegab an duran te la repres entaci ón desde la
reclam ar su dinero . cabina de conso la y eran festeja das por los espect adores
- bidire cciona l, el "entre " de A y E compo ne una má­

como expres ión conviv ial festiva .


quina relacio nal que es atestig uada por T (flecha dentro del

• relaci ón E - T :

triang ulo) y le produc e afecta ción (según testim onios de los


técnic os respec to de su partici pación en espect áculos o fun­
Es tal vez el víncul o más desdib ujado . al menos en las
ciones con difere ntes respue stas del públic o). prácti cas conviv iales del teatro de Bueno s Aires. Salvo en el
caso de los acomo dador es o los bolete ros. el públic o tiene
• relaci ón A - T: escaso contac to directo con los técnic os. aunqu e es con­
- unidir eccion al de A hacia T : el actor busca en los cientc de su presen cia y su trabaj o duran te el espect áculo.

:w
• relación A - A:
tadores han manifestado la sorpresa de encontrarse en me­
Los vínculos se establecen también dentro del grupo de
dio de una función observándose a si mismos, atravesados
teatristas y ese "entre" de cúdigos intf'rnos produce afecta­
por un alto grado de conciencia sobre su posición eXisten­
ción en E y en T, tanto en la esfera del acontecimiento
cial en el presente. Algunos espectáculos han exacerbado
poético como en la expectatorial. La relación cunvivial entre
ese efecto deliberamente, como Los 8 de julio (dir. Beatriz
los actores puede estar marcada por una subpartitura de
Catani y Mariano Pensotti, Ciclo Biodrama, Teatro Sarmien­
complicidades y técnicas cómicas que incluyen el "salirse
to, 2002) . En el convivio el espectador construye sentido
del personaje" (por ejemplo, el control visible que a las im­
sobre sí y conocimiento sobre el mundo, elabora un espacio
provisaciones de Galla rdou impone la actriz Cristina Frid­
de "intimidad" (Kovadloff, 2002) que puede adquirir una
man en EL Pelele d e La Banda de la Ri sa) o los comentarios
función social reparadora (Petit. 2001 , p. 67) Así como nos
visibles o invisibles d e los actores entre sí en escena (véan­
referimos antes a la importancia de la composición del pú­
se los r ecuerdos de Osvaldo Miranda al respecto e n Gallina,
blico en la definición de su dinámica, debe evaluarse tam­
2002). La estructura interna de los grupos y compañías,
bién la cantidad de sujetos activos en la reunión, es decir,
más allá de los vínculos estrictamente humanos (la tan
la presencia/ausencia de espectadores , el grado de asisten ­
m e ntada "vida de artistas", que a lcanza en los elencos iti­
cia a la convocatoria de un ~spectáculo. En el Teatro Muni­
ner antes ribetes novelescos), es también una institución
cipal de Ingeniero White , Bahía Blanca, en una platea de
pedagógica (por ejemplo, la famosa tra nsmisión esotérica
alrededor de trescientas butacas , asistimos a una función
del "secreto de la commedia dell'arte" según Taviani y Schi­
especial del espectáculo Audiciones Uulio de 2002): durante
ro). La relación A- A incluye el vínculo del teatrista consigo
la primera media hora, en fila 4, al centro, fuimos el único
mismo en escena: la escucha y el grado de conciencia de sí
espectador. Luego se sumó una segunda espectadora, fila
mismo en la actividad convivial como formación de la sub­
seis, al costado derecho. Un sentimiento tuvo primacía: el
jetividad (véanse al respecto las observaciones de Eduardo
de la responsabilidad de no poder delegar la expectación en
Pavlovsky en La éLica del cuerpo y de Ana María Bovo en
otro, y generaba una tensión dispcrsante, que impedía una
Narrar, oficio trémulo '4 ) .
acendrada concentración. ¿Qué sucedía si debía salir en
medio de la función? La asistencia completa -acorde con
• relación E - E:
la capacidad de la sala- o al menos considerable a un
En sus observaciones sobre el espectador, Pavis señala espectáculo, entraña un interés compartido, una complici­
que "no es fácil aprehender todas las implicaciones deriva­ dad y capacidad de delegaCión en el otro, junto al otorga­
das de la ditlcultad de separar el espectador como indivi­ miento de una relevancia implícita al acontecimiento cifrada

en la expectativa colectiva.

duo y el público como agente colectivo" (1998, p. 180). En


el convivio el espectador s e encuentra con los otros (distri­
buido como totalidad del público prese nte o en s ectores) y Estructura diacrónica del convivio
-como h e mos obse rvado sobre los actores- también con­
sigo mismo. El convivío -no s olamente el ejercicio si m bóli­ Tal como se d educe de las experiencias transmitidas en
co , emocional e in telectual de la exp ectación - contribuye a la Esc ue la d e Espec tado res por sus integrantes, el aconte­
la elaboración d e la su bj e tividad, a la "construcción d el s í cimiento convivial exced e ampliamente la duración de) acon­
mismo" (Petit. 2001, p. 41; Dubatti. 2003a). Muchos esp ec­ tecimiento poético. Pueden distinguirse al menos cuatro
mo mentos en la des cripció n de su desarrollo diacrónico :

32
33
bras evaluativas sobre lo que han visto). de trabajo
para los técnicos de sala o los encargados de cambios
• convivio pre-teatral: marca el proceso de confluencia escenográficos o limpieza del escenario.
de los teatristas, los técnicos Y el público hq.cia el
• convivio post-teatral: corresponde al movimien to
convivio en el centro geográfico donde se producirá el
de desconcentración del convivio. en el que los es­
acontecimiento poétiCO . Su inicio es rizomático: los
pectadores se dispersan, se desarticula el "todo" del
espectadores quc valoran especialmente el aconteci­
público en grupos y se produce el progresivo regreso
miento teatral al que asistirán pueden llegar a soste­
de los espectadores a su instancia individual.
ner que se han estado preparando toda su vida para
ese momento . Para otros. comienza en la circunstan­
cia de la compra de la entrada. en el diálogo con el
Comportamiento. convivial en el público:
boletero o en los preparativos para el traslado al tea­
tro en compañia. Incluye la llegada al centro del con­ acciones intersubjetivas y condicionamientos
vivio, los trámites de ingreso. la ubicación Y la
progresiva puesta en estado de disponibilidad o En las relaciones entre E y E dentro del convivio teatral
apertura receptiva en espera del acontecimiento que, se genera un principio de integración y acuerdo por el que
como es sabido. siempre entraña la expectativa de la reunión de las subjetividades genera un agente intersub­
lo inesperado Y de una revelación. Desde el ángulo jetivo. Hay contagio. afectación, muchas veces de sorpren­
de afecciones de los artistas Y los técnicos. el con­ dente velocidad y de unidad inexplicable. si bien no debe
vivio pre-teatral se inicia en la larga tarea de los pensarse que el público llega a ser en ningún momento un
ensayos y el trabajo grupal de preparación del espec­ actor colectivo monolítico u homogéneo. Por el contrario.
táculo . ya sea en el proceso creador antes del estreno este agente intersubjetiva se manifiesta atravesado por ten­
o en las horas de preparativos previas a cada fun­ siones de consenso y disenso en permanente mutación. El
convivio es acontecimiento social (mirar y ser mirado) e
ción. implica guardar las formas establecidas implícitamente de
• conviViO teatAal propiamente dicho: se detona con acuerdo con las convenciones. Esta suma a un sujeto co­
el comienzo del acontecimiento poético y constituye lectivo no implica inmovilidad ni enajenación. La dinámica
la experiencia teatral en si misma. Se cierra con las del convivio favorece el pasaje permanente. el diálogo y los
convenciones rituales del balance celebrativo o cues­ enfrentamientos entre la Sl bjetividad del espe:tador-indi­
tionador. aprobador o descalificativo: frente al salu­ viduo. las sectorizaciones r lecortes grupales o de tenden­
do de la compañía. el aplauso o el abucheo , el grito cias internas) y el organi. mo intersubjetiva del público
de "¡bravo!" o la silbatina. Esta etapa se distingue (Dubatti. 2003a). Como herramientas iniciales para el aná­
de los procesos anterior. intermedio Y posterior por lisis dd comportamiento convivial queremos destacar las
la complejidad de planos ontológicos Y la multipli­ siguientes acciones intersubjetivas:
cidad de los acontecimientos concatenados (c')nvi­
- de conjunción: el agente intersubjetiva responde como
vial. poético y expectatorial).
totalidad de alto grado de homogeneidad en una misma
• convivio de los intermedios: se desarrolla en el tiempo dirección (ej.: el aplauso o la risa generalizados). Se trata
de los intervalOs (para todos los integrantes del convi­ de la ratificación de los gustos y concepciones de una co­
vio)' y de las salidas de escena (sólo para los actores). munidad coincidente en la que cada individuo-espectador
Suden ser momentos de descanso Y distensión para los
artistas Y los espectadores (quienes intercambian pala­
:15

.... ~
es protagonista y testigo de la experiencia teatral comuni­
taria: se asiste a la coincidencia -en rasgos generales­ fo-temáticos del texto dra m á tico. espectacula r o a ctoral ge­
entre lo que uno siente y lo que sienten los otros. nera una disposición convivial diferente a partir del r econo­
- de disyunción: d organismo intersubjetivo se frag­ cimiento de las convencion es (ej. : la actitud propicia toria y
menta en grupos o s ectores que a través d e sus d elegados participativa de los adultos en las funciones de teatro in­
expresan contraste entre si o incluso discriminan política­ fantil; la dinámica del agente intersubjetivo divergente en
los espectáculos cómicos y en los dramáticos).
mente el amigo del enemigo (ej .: la "guerra" de públicos que
generó Európera V de John Cage en el Teatro Colón. 1995. - la composición cultural (en un sentido amplio que
régie de Vivi Tellas). incluye lo étnico) de cada campo teatral: de acuerdo con
- de control: el organismo intersubjetivo genera sus me­ la afirmación d e Pradier. "el hombre danza su cultura", y
canismos para m an tener la armonía convivíal y el acata­ asiste al conVivio teatral con las disposiciones de la totalidéld
miento de ciertas reglas (ej.: las llamadas a silencio con las de su régimen de experiencia y competencias culturales.
que los espectadores se reprenden entre sí cuando a lgunos
hablan o hacen ruido). 3. Función y sentido del convivio teatral en las
- de delegación: del organismo intersubjetivo surgen condiciones culturales del presente
espontáneamente los representantes encargados de llevar
adelante ciertas manifestaciones colectivas, "en nombre de Relativización del concepto de "lo nuevo" en el

todos", "uno en lugar del todo" (ej .: los espectadores que teatro actual

aceptan subir al escenario -la abducción poética- para


q'ue la función siga su curso) . Afirmar a comienzos d el siglo XXI que el princlplO del

teatro es la institución ancestral del conVivio es coh erente

Estos comportamientos conviviales del público aparecen con un rasgo emergente en el campo teatral de hoy: la rela­

condicionados por cuatro variables principales: tivización del valor de lo nuevo. Si la hü;toria del teatro de

Occidente puede ser pensada a partir de pulsos de moder­

- el contexto sociohistórico del presente: la disposi­ nizaCión . de cuestionami ento y superación critica de las

ción que provocan en el organismo intersubjetivo aconteci­ concepciones teatrales previas, lo cierto es que en la actua­

mientos políticos o económicos comunitarios (ej.: el atentado lidad no está muy claro qu é es nuevo y qué no lo es. Esta
a la AMIA; el atentado a las Torres Gemelas; el anuncio y incierta situación de la categoría de lo nuevo en el teatro
primeros ticmpos de incertidumbre frente al acorralamien­ de Buenos Aires -compartida sincrónicamente con el tea­
to de los ahorros). tro de otras grandes capitales escénicas del mundo- evi­
- el espacio teatral (de sala o al aire libre) : cada espacio dencia u n estado inédito en la historia de la escena occidental.
impone un conjunto de reglas al comportamiento colectivo. en estrecha relación con las nuevas condicion es culturales 15.
convenciones que se adquieren culturalmente (ej.: las reglas La relativización de lo nuevo como valor se manifiesta en un
conjunto de fenómenos:
varian en el Teatro San Martín, en el Centro Cultural Ricardo
Rojas o en el Parakultural, en cuanto a la manera de s entarse a) La p aradójica novedad de la "muerte " de lo nue ­
y moverse, comer o fumar, interpelar a los actores , etc.) . vo. Para m u chos teatrista s actu ales lo nu evo "ha
- la poética teatral: el conjunto d e procedimientos mor ­ mu erto" como val or. El campo tea tral se ha d ivers ifi­
cad o a tal pu nto qu e h ay a bsoluta libertad par a b u s ­

36
37
car modelos en las tradiciones Y en las expresiones
retardatarta sólo genera bostezos en Rosario o Córdo­
más distantes, en el presente y en el pasado; dentro
ba. Lo nuevo no vale con la misma medida para todos
del teatro o fuera de él (en otros lenguajes artísticos o
y exige la actitud del "matemático loco" de la que
más allá del arte), en la Argentina o en cualquier otra
hablaba Samuel Beckett: para cada cálculo de medi­
parte del mundo, sin que el valor de lo nuevo parcele
ción, un instrumento diferente .
un campo recortado de investigación para esas bús­
quedas . En el mismo campo teatral conviven De la d) La aceleración de los cambios. El sentimiento o la
Guarda y su teatro de alturas con Claudia Gallar­ emoción de lo nuevo mutan con vertiginosa rapidez .
dou y su recuperación del sainete , el Periférico de Lo que parecía considerablemente nuevo ayer ya no
Objetos y su investigación sobre Heiner Müller, lo parece hoy, a la luz de una reconsideración, y se
Guillermo Angelelli y su búsqueda rttual. Sin embargo, verá menos afectado aun mañana . Lo nuevo parece
el sentido de obsolescencia de lo nuevo es nueva en la reducido a moda instantánea, snobismo de lo efime­
historia del teatro , implica una paradójica novedad. ro. "¿Qué es lo nuevo en la última media hora?", ex­
presión de la contradicción a que se enfrentan quienes
b) La reducción del margen de sorpresa Y contraposi­
no reconocen la zona de clivaje de esta categoria.
ción. La relativización del valor de lo nuevo se expre­
sa en un adelgazamiento de la capacidad de sorpresa e) La vigencia del canon de la multiplicidad, que pro­
del teatro actual. Prácticamente no existen hoy las picia micropoéticas y micropolíticas de lo nuevo.
poéticas de contraposición (Lotman) radicalizada, es Lo propio de los campos teatrales hoyes la desdeli­
decir. aquellas que plantean un contraste profundo mitación, la proliferación de mundos, el "cada loco
con los hábitos de recepción del f';, pectador avisado, con su tema", el valor de la diferencia, la comunidad
¿Cómo sorprender hoy? Las POt' ¡ ~i,¡S del teatro ac­ pacífica o sólo circunstancialmente beligerante, De
tual parecen remitir a un "déjá \'u" permanente, a esta manera cada teatrista, grupo o compañía redefi­
una ratificación del "nada nuevo bajo el sol". nen el sentido de lo nuevo según su propio régimen
de experiencia y su propio ángulo de afecciones, de
e) Lo nuevo es tal en contexto. En el marco de la
acuerdo a su micropoética y su micropolítica (Dubat­
crisis de los universales Y del principio de verdad, lo
ti, 2002b) . No es lo mismo lo nuevo para Vivi TeIlas,
nuevo deja de ser una categoria de valor internacio­
para Ricardo Bartís o para el grupo Catalinas Sur.
nal. común a todos los hombres, para convertirse en
una reformulación de cada cultura en su contexto. f) Un efecto ilusorio de destemporalización. Las nue­
La corriente filosófica del "giro lingüístico" (Scavino) vas condiciones del funcionamiento del valor de lo
pone el acento en la necesidad de preguntar por las nuevo en el teatro actual generan la impresión de
cons trucciones culturales cuando se trata de indagar una puesta entre paréntesis del devenir histórico, de
una visión de mundo y una manera de concebir lo una suspensión ilusoria de! tiempo confrontada con
real. De esta manera, una práctica de teatro ritual la experiencia de "fluir" temporal del pasado . No se
que pueda cargarse de "novedad" para los espectado­ siente "avanzar" el teatro o "progresar" hacia un de ­
res de Buenos Aires tal vez no adquiera la misma terminado modelo futuro sino, por el contrario, las
dimensión en Corrientes o Jujuy, centros más próxi­ prácticas teatrales parecen expandirse en e! espacio
moS a las formas parateatrales. El desnudo que es­ sin progresión temporal.
candaliza a un sector reaccionario de alguna provi.ncia
g) Un efecto real de muItitemporalidad. En el campo

38 39
escénico convivc;n diferentes tiempos teatrales. de las inédito y por cierto complejo régimen de experiencia y fun­
perduraciones dc; la premodernidad a la posmoderni­ damento de valor. La relativización de lo nu evo promueve
dad (Dubatti, 2002 a , Cap. X) . Incluso el imaginario y una reformulación de su valor en el polisistema de la cultu­
la s podicas de algunos de los teatristas brillantes ­ ra. En este sentido, el teatro en los tiempos presentes se
Paco Giménez. Alejandro Urdapilleta, Ricardo Bar­ define novedosamentc por su capacidad de resistencia y de
tís- parecen transcurrir en el futuro, revelando resiliencia. y la valoración de la dimensión convivial del
verdaderas metáforas y estéticas de anticipación. teatro es parte de ese movimiento de resignificación .
h) La emergencia de "nuevas" categorías teóricas para El teatro ti ene en la actualidad la capacidad irrefrenable
definir prácticas ancestrales. En los últimos quince de ir contra la corriente histÓrica en muchos aspectos . El
años s e han formulado dentro del campo teatral nue­ teatro es resistencia contra las nuevas condiciones culturales:
vas categorías para pensar sus manifestaciones ac­ a} contra la des~erritorialización que promu even las
tuales. Entre ellas sobresalen las de "teatrista", nu eva s r ed es comunicacionales -televisión, internet.
"dramaturgia de actor, de director, de grupo" y cree­ con exion es satelitales, chateo (Garcia Canclini,
mos que debe sumarse a ellas la de "convivio". El 1995)- . El teatro exige territorialida d , la reunión en
término teatrísta designa a aquel creador que no res­ un espacio geográfico r ea l -una s ala o c ualquier otro
tringe su actividad a un determinado rol pautado en lugar- o en un centro territorial que preserva 10 so­
términos excluyentes -dramaturgo o director o esce­ cioespacial contra 10 sociocomunicacional.
nógrafo, etc.- e integra en su práctica, indiferencia­
b} contra la desauratización del hombre qu e promue­
damente. diversas a ristas. Todos los oficios en un
ven las intermediaciones técnicas (Benjamin) . A dife­
teatrista y cada oficio en todos. Los conceptos de dra­
rencia del cine, la radio o la televisión, el teatro
maturgia de actor, de director o de grupo buscan re­
preserva el intercambio aurático de los cuerpos re­
conocer prácticas escriturarias que exceden la
unidos en el centro territorial. el convivio, el encuen­
tradicional del escritor de teatro , del dramaturgo lite ­
tro de presencias, rechaza la reproductibilidad técnica
rario o de gabinete, ajeno a la escritura escénica 16. Se
y promueve lo humano efímero, el afectar y dejarse
ha llegado más lejos aún al proponer una dramaturgia
afectar en la experiencia de contacto inmediato con el
de la luz o musical. Pero si bien estas categorías ­
otro. Es por ello que el teatro no admite ser trasvasa­
como la de convivio-- se instalan en el campo teatral •
do al soporte cinematográfico o televisivo sin la pérdi­
porteño en los últimos años, implican el reconocimien­
da de su singularidad discursiva, sin su aniquilación.
to de prácticas ancestrales, tan antiguas como el teatro
El teatro es para el hombre un permanente recuerdo
occidental. Basta pensar en un teatrista como Moliere, de su naturaleza temporal (Bartís).
o en la dramaturgia de actor tan practicada en la Edad
Media o por los artistas de la commedia dell'arte. e} contra la homogeneización cultural de la globali­
zación. A diferencia de otras formas artísticas com­
plementarias con los procesos de planetarización, el
El nuevo valor de lo convivial: man ifestación de teatro favorece en los grupos minoritarios del convi­
resistencia y resiliencia vio la pulsión contraria a la gIobalización, la localiza­
ció n fB e ck , Ro b e r tson J, la singularidad de las
S u ced e qu e lo nu evo teatral se ha r edefinid o fren te a las identidades cultura les, el regreso a l "uno m is mo", al
condiciones históricas y culturales h oy vigentes. a nu estro saber d el grupo. la tribu. la r egión o la nación.

4 .0
41
r

d) contra la insignificancia, el olvido y la trivialidad.


el público. El teatro exalta en su visi ón minimalista
El teatro exige construir sentido y pensamiento. se
-por necesidad el convivio teatral es minoritario, si
plantea como espacio de proyección de la memoria.
se lo confronta con las posibilidades masivas del cine
como oasis de sentido en una realidad que parece
o la televisión- la medida originaria de lo humano:
haber perdido su principio de organización. El tea­
"lo menos es más" resulta una de las fórmulas más
tro se transforma en una herramienta de asunción
frecuentes en los territorios poéticos de la escena.
del horror histórico Y a través de sus metáforas
invita a repensar la historia nacional y a elaborar un h) contra la espectacularización de lo social o la cul­
discurso memorialista. El convivio conduce al encuen­ tura del espectáculo. Si la teatralidad ha sido usur ­
tro con uno mismo y un mayor grado de conciencia pada por lo social -en té rminos de Guy Debord- y
de sí. hoy los políticos son "más" a c tores que los actores de
teatro (Bartisl, la escena resiste reformulando el con­
e) contra la supuesta univocidad de lo real y el pen­
cepto de la teatralidad y denunciando el artificio so­
samiento único. En tanto lenguaje dotado de semi 0­
cial.
sis ilimitada. el teatro propone metáforas de la realidad
que la revelan como multiplicidad Y complejidad. el i) contra la praxis perdida. El teatro se sale de sí y
teatro opera como una amplificación nunca del todo parte nuevamente en busca de su perdida función
abarcable del mundo a través del despliegue de otros social, desde una nueva experiencia y desde nuevos
mundos ficcionales Y poéticos paralelos a este mun­ saberes . ¿Un nuevo teatro social? Las prácticas de
do . los grupos y agrupamientos Catalinas Sur, Los Ca­
landracas, Amanecer, Crear Vale la Pena, Teatroxlai­
f) contra la hegemonía del capitalismo autoritario Y
dentidad , Brazo Largo , Morena Cantero Jr. y de
el neoliberalismo . El teatro se configura en la socie­
muchos otros teatristas así lo demuestran.
dad actual como un típico instrumento de contrapo­
der (Deleuze). de creación de espacios micropoliticos El teatro actual no sólo es resistencia: también resilien­
alternativos para la construcción y el desarrollo de cia, capacidad de construir en tiempos de adversidad. Se­
otras subjetividades (Pavlovsky). Esas micropolíticas gún Néstor Suárez Ojeda y Mabel Munist,
se transforman en armas contra el solipsisimo y el
"la resiliencia es una condición humana que ha
narcisismo introspectivo. favorecen la religación so­
sido estudiada por médicos y científlcos, y tomando
cial. el trabajo en equipo. la práctica comunij:.aria, lo
la palabra de los ingenieros y arquitectos que la apli­
grupal. "No se va al teatro para estar solo". can para referirse a los materiales de la construcción.
g) contra la pérdida del principio de realidad, la trans­ la han definido como la capacidad humana para so­
parencia del mal y el simulacro . En una realidad breponerse a las adversidades y construir sobre ellas.
sumergida bajo un alud de imágenes e información , Es decir que hay dos conceptos importantes: el pri­
agobiada de noticias y vacía de acontecimientos, el mero es esa virtud de enfrentar y sobreponerse a las
teatro nos aleja d e la dispersión enajenante e invita a desgracias; y el segundo es ser capaz de fortalecerse
la concentración. a d e morarse en el apartamiento. a y salir transformado a partir de ellas" .
d e te ners e a mirar. al retiro reflexiVO en la oscuridad
En este s e ntido el teatro resiste contra la pauperización
d e la s a la en convivio con los teatris tas. los técnicoS y
y la fragilización, contra el avan ce del empobrecimiento.

42
43
Para hacer teatro sólo hacen falta un espacio vacío, un
tralidad (conSiderando esta última como resultado de la
actor que lo atraviese y un espectador que lo · observe
imbricación delos tres acontecimientos: el convivial. ellin­
(Brook) . El teatro es, por definición de su identidad no clep­ güístico-poético y el expectatorial).
tómana. una práctica pobre (Grotowski). La falta de dinero
Este fenómeno de multiplicación del concepto de escri­
no paraliza al teatro si éste logra explotar la precariedad
tura teatral permite reconocer diferentes tipos de drama­
como consigna estética e ideológica (BartisJ, como nueva
turgias y textos dramáticos: entre otras disl il~cjones. la de
"riqueza de la pobreza" . Hoy el teatro porteño es pura resi­
dramaturgia de autor. de director. de actor y de grupo. con
liencia. Creemos que una de las manifestaciones de esta
sus respectivas combinaciones y formas híbridas, las tres
capacidad resiliente es la transformación de muchos artis­
últimas englobables en el concepto de "dramaturgia de es­
tas "puros" en artistas "gestores" de su actividad, es decir,
cena". Se reconoce como «dramaturgia de autor» la produ­
creadores de las condiciones d e producción, circulación y
cida por «escritores de teatro». es decir, «dramaturgos
r ecepción de sus obras teatrales desde la problemática de
propiamente dichos» en la antigua acepción restrictiva del
la "gestión". Frente a los avances tecnológicos -en gran
término: autores que crean sus textos antes e independien­
parte inaccesibles por sus costos-, la actitud resiliente del
temente de la labor de dirección o actuación . «Dramaturgia
r egreso al convivio . La adversidad de los tiempos exige es­
de actor> es aquélla producida por los actores mismos, ya
tas mutaciones y redefine la resistencia y la resiliencia como
sea en forma individual o grupal. «Dramaturgia de director.
expresiones de lo nuevo.
es la generada por el director cuando éste diseña una obra
a partir de la propia escritura escénica. muchas veces to­
4. Convivio y texto dramático: ampliación y mando como disparador la adaptación libre de un texto .
aritcrior. La «dramaturgia grupal. incluye diversas varian­
cuestionamiento de la escritura en el teatro
te!? de la escritura en colaboración (binomio. trío. cuarteto.
equipo. :.) a las diferentes formas de la creación colectiva 18.
En diversas oportunidades hemos destacado que . entre
En buena parte de los casos históricos estas categorías se
los cambios aportados por el campo teatral de la post-dic­ integran fecundamente.

tadura. debe contarse la definitiva formulación de una no­


La dramaturgia de actor se aproxima al estatuto de crea­

ción teórica que amplía el concepto de dramaturgia (Dubatti .


dor del aedo yde co-creador del rapsoda. Bauzá afirma que

1995. 1999a y 2001a). la lengua griega distingue

El reconocimiento de prácticas de escritura teatral muy


diversas ha conducido a la necesidad de construir una ca­ ~los términos aoidós, 'poeta'. y rapsodós, 'declama­
tegoría que englobe en su totalidad dichas prácticas y no dor': el primero sería una suerte de creador ·-con las
s eleccione unas en d esmedro dé otras en nombre de una restricciones que implica aplicar este término a un
s1,lpuesta sistematización qu e es. en suma. tosco reduccio­ tipo de poesía que se rcelaboraba en forma oral- [... ];
nismo. En el teatro. ¿sólo escribe el "autor"? Por supuesto el segundo -el rapsoda-- es una especie de ca-creador,
que n o l7 • En el camino de búsqueda de una r~spuesta a dado que no declama un corpus fijo e inmutable, sino
este p r oblema. hoy soste n emos que un texto dramático no qu e -de acuerdo con las necesidades y preferencias
es sólo aqu ella pieza teatral que posee autonomía li teraria del auditorio- hilvana de manera oral el material poé­
y fu e compuesta por u n "autor", sino todo texto dotado d e tico del que dispone" (1997. p. 1(5).
virtualidad escénica o que. en un proceso de escenitlcación .
La multiplicación del concepto de dramaturgia permitt:
ha sido .atravesado por la s matri ces constitutivas de la tea­
tam bién otorgar estatuto de texto dramático a guiones dt:.

44
45
l'

pus. muchí simo más vasto. y sumar al invent ario de textos


accion es o forma s de escrit ura que no respon den a una los produ cidos por ac;tore s. directo res y aunqu e es cierto
notaci ón drama túrgic a conve nciona lizada en el siglo X1X. que estos textos engro san la lista del "teatro perdid o». mu­
Al respec to. es funda menta l difere nciar texto drama tico y
cho es todaví a el mater ial que puede ser recupe rado frag­
notaci ón dramé itica (Duba tti. 1999a ) . El conce pto de texto menta riamen te. en especi al el de las última s décad as.

dramá tico no depen de de la verific ación de los mecan ismos Propo nemos una tipolog ía de textos dramá ticos a partir
de notaci ón teatra l (fijació n textua l: divisió n en actos y es­ del estudi o de casos histór icos y basad a en un recort e de
cenas. didasc alias. distinc ión del nivel de enunc iación de ciertos aspect os releva ntes intern os y extern os del texto: la
los person ajes) hoy vigent es pero que. como se sabe. han enunc iación . la autorí a. la fijació n textua l o notaci ón dra­
mutad o notabl ement e a lo largo de la histor ia de la conse r­ mática . la relació n con el texto espect acular en el conviv io
vación y edició n de textos dramá ticos (baste confro ntar los teatral . A partir de estas consid eracio nes . estable cemos tre­
ce r~sgos combi nados para una tipología:
criteri os de notaci ón de la traged ia clásic a y de las piezas
' 1) . ficción /no-fic ción;
de Shake spean ! en sus respec tivas épocas ). Las matric es de
repres entaci ón -las marca s de virtua lidad escéni ca-- mu­ 2) presen cia/au sencia de matric es de repres entaci ón
chas veces se resuel ven en forma implíc ita. corres ponde n a explíc itas o acotac iones;
lo "no-di cho" en el texto. al subtex to.
Es digno de señala r que la formu lación de esta nueva 3) presen cia/au sencia de enunc iación media ta o ha­
bla de los person ajes;
noción de drama turgia no se ha genera do en abstra cto del

labora torio de la teatrol ogía. sino que ha surgid o de la inte­ 4) relació n tempo ral con el texto espect acular : ante­

racció n de los teatris tas con los teórico s. y especi almen te a rior. simul táneo o poster ior a la escena ;

partir del reclam o de los prime ros. A pesar de que la multi­

plicac ión del conce pto de drama turgia viene desarr ollánd o­ 5) sujeto creado r: drama turgia de autor. actor. direc­

tor. de grupo ;
se desde media dos de los ochen ta. todaví a hoy hay sector es

reacci onario s -tant o entre los teatris tas como entre los 6) sujeto de la notaci ón dramá tica;

invest igador es y los crit.ic os- que niegan este avanc e y per­

severa n en llamar drama turgia a un único tipo de texto. 7) presen cial ausen cia de notaci ón dramá tica: texto

Habla mos de "avanc e" porqu e la recate goriza ción implic a el dramá tico oral-r eprese ntado y texto dramá tico es­
benefi cioso aband ono de la "rígida estrec hez del monot eís­ crito (a partir de la distinc ión de Paul Ricoeur. 2000);
mo epistem ológic o" (Kovadloff. 1998. p. 21) . 8) presen cia/au sencia de autono mía literar ia;
Otra de las grand es conqu istas que aporta el nuevo con­
9) texto conclu ido/ en proces 0 20 ;
cepto de drama turgia radica en la posibi lidad de rearm ar
tradic iones de e~critura hasta hoy escasa mente estudi adas la) texto fuente /texto destin o (texto traduc ido. texto
y. sin embar go. fuerte mente fecund as en la histor ia del tea­ adapta do);

tro argent ino l9 y mundi al. Por ejempl o. la drama turgia de

11) código s de fijació n textua l : verbal , music al. icono­


actor. cuyo origen debe busca rse en los textos de los mimos gráfico . coreog ráfico;
griego s (Canta rella. 1971) e incluy e una rica histor ia (De
Marin is. 1997) . 12) obra abiert a/ obra cerrad a (según el grado de mar­
Este cambi o en la consid eració n del drama turgo hace gen para el llenad o de lugare s de indete rminac ión);
que hoy Se pueda releer la produ cción dramá tica de la his­
toria teatral argent ina a partir del diseño de un nuevo cor­
47
46
13) identidad. semejanza. alteridad entre textos (capa­ diverso tipo, en su mayoría escritos en el período de la
cidad de distinguir texto princeps. variantes. versio­ postdictadura . Se trata de textos dramáticos de caracterís­
nes relevantes que constituyen "otro" texto). ticas diversas (vease el Apéndice bibliográfico a este ítem a
continuación de la Bibliografía). Tomando en cuenta el ras­
Nuestra tipología no pretende crear una taxonomía es­ go "sujeto creador" de la tipología antes propuesta, en algu­
tricta para la clasificación de los textos dramáticos: se trata nos casos los textos responden nítidamente al concepto de
de preguntarle a cada texto estudiado cómo funciona res­ dramaturgia d e autor (Goldenberg, Langsner, Zangaro, Ro­
pecto de las trece pautas indicadas. La combinatoria de dríguez, Tantanian , Laragione, Propato. Accame, Carey,
dichos rasgos será por necesidad diversa. Cura, Ramos .. .). en otros a la dramaturgia de actor (Urda·
Esta reconsideración del estatuto del texto dramático pilletaf', d e director (Bartís. Cardoso). grupal (Macacos) .
implica el cuestionamiento de la escritura dramática como Hay muchos casos en que, a causa d e los procesos de com­
un proceso cerrado . fijo, cristalizado. in vitro. En este senti­ posición , los límites ·entre las categorías se diluyen o se
do, el teatro n o ha hecho suyas las potestades de la escritu­ evidencian fusiones: Veron es e , Sprcgclburd ¡especialmente
ra tal como las concibe la cultura de la literaridad. Como en el caso de Fractal. en el qu e trabajó s obre textos de los
en el caso de Apuleyo señalado por Dupont. la escritura es actores). Lala Arias, Pavlovsky, Briski. Kartun , Dayub, tea­
p ara el teatr o un mero inter m edi a rio desde o h acia la orali­ tristas qu e integra n en su la bor diversé:..s ü.2Lvidadcs (a;:. ­
zación/puesta en escena. t uación, dirección. escritura autora!. etc .).
Desde el punto d e vista d el rasgo "suj eto de la notación
"La invención de la escritura -y la consecuente
dramática". en la mayoría de los ejemplos citados es el dra­
mutación de cultura de oralidad a cultura de literari­
maturgo el encargado de la notación. El texto nos fue en­
dad- no sólo significó el paso de lo auditivo a lo visual
tregado por su autor prácticamente en las mismas
'sino también una tendencia a la abstracción , a la lógi­
condiciones d e notación en que salió más tarde publicado .
ca y al razonamiento científico" (Bauzá , 1997, p. 103).
Sin embargo hay dos casos en 108 que deseo detenerme
Pero estos cambios no afectaron al teatro. ya que porque iluminan la singularidad de la escritura teatral y
sus procesos de fijación textual en la postdictadura.
"el lenguaje hablado [el teatro] exige necesariamen­
El primero es Postales argentinas. En 1989, luego de
te la presencia de un interlocutor. en tanto que el
haber visto unas diez veces el espectáculo de Bartis, le soli­
lenguaje escrito se da en soledad y evidencia un rit­
citamos el texto para estudiarlo. "No está escrito", nos con­
mo más lento, dado que no tiene la premura que
testó Bartis, "y no creo que haga falta escribirlo porque esto
exige dirigirse a un receptor determinado del mensa­
no es literatura" . Convencidos de que la pieza encerraba un
je tal como. por ejemplo, sucede en la oralidad [yen
texto magnifico, insistimos y, luego de una cargosa perse­
el teatro]" (Bauzá. 1997, p . 103). .
cución -incentivada pUl' la invitación de Gustavo Bombini
El nuevo concepto ampliado de dramaturgia implica la a preparar una antología para Libros del Quirquincho, bajo
complejización de nuestra visión del texto dramático, que la supervisión general de Graciela Montes-, Bartís aceptó
requiere s er estudiado según el tipo de texto al qu e respon­ escribir el texto y nos propuso un procedimiento singular:
de. Los trece rasgos s eñalados son algunos ej es propu estos "dicta rl o" en m arzo d e 1990. Durante siete reuniones (a
para la problemati zación de di cha complejid a d. ra zón d e una s e man al). en su viejo estudio de la calle Ra­
Desde 1990 venimos realizando con relativa frecu en cia mírez de Ve la zco y Jua n B. Justo. Bartís nos dictó el texto
un trabajo d e fijación y edición d e textos dram áticos d e mientras iba r ecordand o de memoria el espectáculo. Le pro­

4R 49
pusimos incorporar. antes de cada escena. el breve texto
correspondiente publicado en el programa de mano de la tencia. [.. . 1 me p<lrece que el texto ha tenido siempre
pieza. Pasada la primera etapa del dictado y ya tipeado el una supremacía ideológica en relación con la forma y
texto, asistimos al proceso de la escritura de las acotacio­ el cuerpo, y se ha ido cristalizando la creencia de que
nes. las correcciones y agregados que suplían las lagunas d relato textual es el relato de los sucesos escénicos,
de semejante "proeza" de la memoria. Bartís no creía en el y los sucesos escénicos no tienen nada que ver con el
estatuto textual y menos aún en el !iterarto de Postales relato textual , porque está en juego una situación de
argentinas. Felizmente se equivocaba, y pronto lo compro­ otro orden . Primero, una situación de carácter orgá­
bó, ya que en menos de un año el volumen Otro teatro tuvo nico. Hay cuerpos, organicidad corporal, sangre, mus­
dos ediciones. Bartís expresa en su pensamiento nítida­ culatura, química, energías de contacto que se van a
mente la relativización del valor de la escritura en materia poner en movimiento. Lo otro, el texto, es una excu­
teatral. Así lo afirma en una entrevista, que transcribimos sa para eso. ' Lo otro es una obra que se llama El
in extenso porque ilumina el cuestionamiento del concepto pecado que no se puede nombrar y una sucesión de
de escritura desde el teatro: movimientos y de textos que se van a decir rigurosa­
mente igual que una estructura, pero eso va a fun­
"Mi resistencia a la publicación de los textos en
cionar como una malla, donde uno va a hacer
los cuales trabajo, inclusive adaptaciones como el caso
cabriolas. Las cabriolas son las posibilidades de múl­
de un Hamlet que hice a partir del de Shakespeare, o
tiples combinaciones en el relato, el relato de lo que
de Muñeca, sobre un texto homónimo de Armando
se está diciendo, el sentido. el sentido de por qué se
Discépolo [... ], es porque no creo en el valor de los
actúa, de lo que está en juego, el contacto con el otro,
textos salidos de aquellos sucesos y acontecimientos
la competencia casi deportiva de ver hasta dónde ju­
que se producen en el escenario, que tampoco pue­
gás, hasta dónde soportás el juego de la actuación,
den ser transmitidos por las didascalias, esa pa¡ábra
porque la actuación es un juego de una complejidad
hermosa que los autores han inventado para /nom­
y de una energía muy curiosas. [... ] La palabra. y
brar los comentarios de la escena. Lo más importan­
sobre todo la palabra escrita -que produjo la revolu­
te que pasa ahí es la fuerza y la energía con que se
ción total a causa del fenómeno de la imprenta-, ha
actúa ese texto, pero la actuación no está ni podrá
funcionado siempre como égida y elemento vinculado
estar nunca dentro del texto, nunca podrá estar esa
a la ley y por ende al padre, y nosotros percibimos en
energía, esa decisión, esa voluntad de exi~tenCia que
la actualidad de manera tremenda el dominio de lo
yo busco cuando dirijo un espectáculo. !
que seria la dependencia de la escritura. La literatura
"Siento el texto tan ajeno a mí como si fuera sepa­
empezó a funcionar como un vampiro de la actuación
rado. por ejemplo, el elemento de la luz. como si me
y cuando apareció la escritura poética, la actuación
propusieran transmitir el diseño de la iluminación de
adoptó moralidad. La religión, que la habia prohibido
ese espectáculo, porque a alguien le podría interesar
durante novecientos años. dijo : 'Ah, esto está bien.
el tratamiento de la luz. Es un tanto extremo pero es
estás son las formas cultas' . El texto y la poesía le
casi la sensación de que quedaria muy reducido mi
dan una legalidad a esa otra cosa perversa, primitiva
trabajo. quedaria colocado en un lugar de autor o de
y desagradable que es que alguien quiera actuar, por­
dramaturgo. y no es ésa mi forma de ubicarme en el
que sabe que hay otra cosa mejor que lo que le pasa
teatro. así como no soy un docente . Esa es mi resis­
" e n la vida: que ahí. cuando actüa. vive intensamente.
de manera más pura y más plena. Durante muchos

50
51
si?:los la artuación intentó escapar a ese dominio que de los componentes de improvisación incorporados espon­
había ejercido la literatura y siempr~ hubo un mal­ tánea, casualmente, en dicha función específica23 : rastros
entendido. que legalizaba el teatro en relación con la de convivio. De acuerdo con la exigencia planteada en el
escritura. se creía que el texto era el alma de la obra . prólogo a la primera edición de Rojos gLobos rojos4, para la
Se decía que 'se representaba' el texto . se hacia algo transcripción del nuevo texto sólo incluimos aquel1as aco­
ya existente, no se creaba realidad, no se tomaba al taciones que consideramos mínimas e imprescindibles. Pero
teatro como una idea autónoma. Las formas domi­ es importante señalar que Pavlovsky trabajó detenidamen­
nantes , pedagógicas que se fueron imponiendo du­ te sobre el manuscrito de la desgrabación y anuló muchas
rante el siglo. favorecieron eso: el naturalismo , cil:ftas de las acotaciones, en su búsqueda de la casi absoluta
lecturas de la textualidad, el formalismo , el automa­ desaparición de didascalias (voluntad ya expresada en la
tismo, para no hablar de los groseros mamotretos del · primera edición de Voces! Paso de dos) para preservar el
teatro culto o del teatro comercial. La noción de que carácter "abierto" y ' 'multiplicador'' del text0 25 . Estudiamos
actuar era someterse, que ser buen actor era ser buen los cambios registrados en Dubatti, 1999b
intérprete de eso que ya existía antes de su interven­ En suma , si bien se han ampliado el estatuto del texto
ción. En este s entido , creo que la preeminencia del dramático y la noción teórica de dramaturgia, diversos tea­
valor d e lo literario es más ideológica que estética"22. tristas --entre ellos Bartis y Pavlovsky- cuestionan la ca­
pacidad de la notación dramática para dar cuenta de la
De la misma manera, Eduardo Pavlovsky concibe la es­
escritura en el proceso conviviaJ-poético-expectatorial del
critura de sus textos en estado de apertura a la experiencia
teatro . De esta manera, si bien aceptan finalmente publicar
del convivio y los procesos de escenificación. En nuestra
sus textos , lo hacen desde una ideología que cuestiona la
edición de su Teatro completo l (1997) incluimos una "nue­
literaridad y despliegan dentro de los mismos textos o pa
va versión" de su pieza Rojos globos rojos. El texto publica­
ratextualmente (prólogos, declaraciones en entrevistas, etc.)
do en la primera edición (Co!f>cción Libros de Babilonia,
advertencias contra la supuesta fijación in vi/ro de la nota­
1994) reprodujo el manuscrito entregado por Pavlovsky a
ción. Para Bartis los textos dramáticos son girones de nie­
los editores unos cuatro o cinco meses antes del estreno
bla entre las sombras de una experiencia teatral perdida:
del espectáculo. Durante el trabajo de puesta en escena y,
para Pavlovsky, sólo el estímulo de una multiplicidad que
más tarde, en el curso de dos años y cinco meSeS de tempo­
siempre se renueva en el convivio teatral.
rada (de agosto de 1994 a diciembre de 1996), el texto se
fue modificando notablemente. Es así que le propusimos a
Pavlovsky registrar los cambios y editar una "nueva ver ­
sión". La elaboración de este segundo texto fue resultado
de la grabación de una función con público de Rojos globos
rojos, videada en el Teatro Babilonia, en octubre de 1996, y
la posterior y minuciosa transcripción del texto hablado
por los actores y de la fijación d e la cartografía de acciones.
En esta lenta y compleja tarea contamos con la c olabora­
ción de Nora Lia Sormani. y la revisión final de Pavlovsky.
La nu eva versión da cuenta, sin diferenciarlos. no sólo de
los cambios estables introdu cidos al original sino también

52 53
$ Como a nlecedente de las observa ciones que siguen. véase Dubatti
Notas 2002a , especialmente Capítulo JI, "La tealralidad y el se r: el
acontecimiento teatral" (pp . 49-56) .
9 El acontecimiento de lenguaje o poético involucra el problema de
1 A pesar de que los diccionarios de lengua española señalan que
el adjetivo con-espondiente ~ las voces convite o convivio es "con­ la referencia: a) referencia de lo tealral o autorreferencia: b) refe­
vivar , el uso rioplatens t:: mas frecuente es "convivia!" y preferi­ rencia del mundo representado: c) referencia del mundo exter­
mos para nuestro tra bajo esta segunda nodalidad . no . Véase al respecto nuestro "Hacia una teoría de los efectos"
(inédito) .
2 Véase al respecto Dubatti, 1995a y 2002a.

10 Véase al respecto la nota 5.


3 Valoramos como respaldo de las siguiente;; observaciones nues­

I1 Múltiples testimonios (o ficciones) dan cuenta ele este borra­


tra vivencia expectatorial en más de 140·') espectáculos comen­
tados, desde 1989 h a sta hoy, en ':f¡ferel'.te~ espacios críticos miento ingenuo de los límites entre la vida y el arte: las partici­
profesionales. paciones de los chicos en las funciones teatrales, quienes
4 Nos sirven de guía su uso de las entrevistas con lectores adoles­
increpan directamente al personaje y entran en diálogo con él
centes y el análisis de su propia trayectoria que desarrolla en su como si su ser aconteciera en el mismo plano de realidad en el
"autobiografía como lectora". La invitación de Petit: "Les reco­ que ellos se ubican (Dubatti , 2003c); el episodio del Fausto
criollo de Estanislao del Campo, espléndida exploración cómica
miendo un pequeño ejercicio: escriban su autobiografía como
lectores" (2001, p . 66l, ha sido aplicada provechosamente a las del suceso: la reacción de los gauchos que, en funciones cir­
censes, saltaban al picadero para defender a Moreira de la
trayectorias de expectación de los integrantes de la Escuela de
Espectadores -espacio de estudio que coordinamos desde 2001-, policía; la anécdota referida por Jorge Luis Borges a Miguel
cuyos resultados tendremos en cuenta para la composición de Briante (1970) sobre una muchacha que aseguraba tener un
hijo de Juan Moreira (cuando en realidad lo había tenido del
este trabajo. Remitimos al respecto a Dubatti 2003a, 2003b y
actor que encarnaba el personaje en una compañía itinerante).
2003c.
12 Al respecto, Jack Goody ("Teatro, ritos y representaciones del
5 Fusionamos aquí la doble función de recepción (oír y expectarl
otro", 1999. pp . 115-168) reconoce una "tenderrcia internacio­
destacada por Charles Segal (1995, pp. 213-246l, ya que soste­
nal" europea contra el teatro y en defensa de los ritos. que se
nemos que el trabajo del aedo y del rapsoda generan -siquiera
remonta a los textos platónicos y perdura con avatares diver­
discontinu a mente-- no sólo audiencia sino también expectación .
sos y reformulaciones hasta bien avanzada la modernidad. En
6 Bauzá resume el proceso de pasaje de una lectura ex auditu a
esta última etapa la antiteatralidad se expresa repudiando en
otra ex ViSll: "Con los rollos o volúmenes papiráceos de la anti­
el teatro su distancia ontológica respecto de lo real y el rito.
güedad, con los códices de la Edad Media o con los libros del Paradójicamente. dicho repudio implica de alguna manera el
mundo moderno, se abandona la cultura ex auditu -donde hay
reconocimiento de la especificidad ontológica del acontecimien­
un declamador y escuchas- y se pasa a la lectura: ésta, en un
to poético teatral. Remitimos al respecto a los estudios de J.
primer momento, era en voz alta (tal como aconteció también a Barish (The AnU- Theatrical Prejudice. 1981) e I. Levine (Men in
lo largo de todo el medioevo) pues se la sentía como una prolon­
Women's Clothing. 1994). entre los más recientes.
gación de la conversación y el texto era comprendido en la m edi­
13 Secuencias del espectáculo que en las funciones ordinarias eran
da en que se lo escuchaba, es decir que ingresaba en la mente
no por la vista sino por el oído" (1997 , p. 113). expectadas con respetuoso silencio. en las sesiones para alumnos
se convertían en objeto de coros. interjecciones y comentalios
, 7 Jorge Luis Borges lo afirma en su conferencia sobre el libro : "Los
g¡-itados. Por ej emplo. cuando Adela aparece ante su madre con el
antiguos no profesaban nuestro culto del libro . Veían en el libro vestido verde y se niega a cumplir con el luto exigido, cerca de mil
un sucedáneo de la palabra oral. Aquella frase que se cita siem­ adolescentes vitorearon en la Martín Coronado al personaje. cele­
pre: Scripta manent, verba volant. no significa que la palabra brando su rebe ldía. como se vitorea a los grandes jugadores en la
oral s ea efímera sino que la palabra escrita es algo durad e ro y cancha: "¡Acleeela. Adeeela , Adeeela!" . Digno de ver y oír.
muerto , En cambio , la palabra oral tiene algo de alado, de livia ­
1" En Hasta que me llames, espectáculo sobre el milo de Ulises y
no: alado y sagrado, como dijo Platón , Todos los grandes m a es­
Pe n élope. Bovo utilizaba un vestido tejid o de una amiga muy
tros de la humanidad han sido , c uriosamente , maestros orales"
(Borges oral. 1979) .

55
54
querida. pieza que involucraba una larga historia entre ambas.
"Para mí lodo esto. aunque el público no lo sepa. le alarga otra 2J De esta manera continuamos con una práclica de fijaciÓn tex­
densidad a esa presencia. Ese encaje de lana eslá cargado d e tual ya iniciada por Pavlovsky con Potestad. En el prólogo a
significado para mí. En un momenlo del espectáculo . donde esta pieza el dramaturgo-acL0I cuenta cómo "escribió" el lexto:
debo mirarme en un espejo. siempre me resulta sorprendente "Una amiga lo grabó (en una [unCión) en Montreal y lo pasó a
verme con el vesLido de Silvia. Un vestido. te decía. que SOIM­ máquina. El texto publicado hoyes el de esa noche" (Pavlovs­
mas juntas. Tiene treinta años lel vestido!. diez más de lo que ky. 1987. p. 16).
esperó Penélope por Ulises" (Bovo, 2002. p. lll). 24 Tanto la p¡;mera como la segunda edición de Rojos globos rojos

15 Por razones de extensilln. para una caracterización de las nue­


incluyen estas palabras preliminares de Pavlovsky: "He dejado
vas condiciones culturales, remitimos a Dubatti. 2002a. esp. de lado ex profeso todo tipo de indicaciones de puesta en esce­
Cap. IV , "Teatro. cultura y semántica de la enunciación: funda­ na quedando en libertad cada elenco para poder encontrar los
m ento d e valor. régimen de experiencia". movimientos-ritmos-presencia y ausencia de los personajes. Es
16 Véase un desarrollo más extenso de este concepto en el ítem 4
decir su propia musicalidad. Su tex to dramático . Su propia
de este trabajo. estética de la multiplicidad. Nuestra puesta en escena fue orien­
tada a t ravés de una minuciosa búsqueda de los personajes en
17 Es llamativo cómo este proceso d e redefinición del texto dra má­
los ensayos. Una pregunta se impone: ¿las Popi dónde están?,
tico s e observa en diferentes campos de la investigación tea­
¿qué hacen? Nuestras Popi encontraron su lugar - sus rit­
tral, entre ellos. el medievalism o. Véase a l respecto las valiosas
mos- sus movim ientos prop ios. Pero ella s so n ' nues t ra s Popi'
ob servaciones de Eva Castro Caridad en las páginas iniciales
y deben existir tan tas Popi y tantos movim ientos como elencos
de su Introducción al teatro latino medieval (1996. pp. 9-30).
intenten representar Rojos globos rojos. Por todo esto es que he
18 No se trata en este caso de "grupo de autores" (como en la
dejado de lado indicaciones de esta puesta en escena"
experiencia de El avión negro de Cossa-Rozenmacher-Somiglia­
2~ Ese carácter multiplicador de la escritura escénica. difícilmente
na-Talesnik o en la escritura en colaboración de los binomios.
traducible a la escritura a través de la notación. ya es puesto
al estilo Malfatti-De las Llanderas), sino de "grupo de teatris­
en evidencia por Pavlovsky en sus metatextos a Telarañas (1976)
tas".
y El señor LaJorgue (1982) .
19Paralelamente al movimiento de: reconsideración teórica de la
noción de dramaturgo, han comenzado a editarse los textos de
algunos grandes actores y capocómicos argentinos: Niní
Marshall. Pepe Alias. Enrique Pinti. entre otros.
20 Aprovechamos los aportes de la crítica genética y su considera­
ción de la literalura como una -escrilura viva. (Hay. 1994).
como -texto en movimiento» (Almuth Grésillon. 1994. p. 25).
nunca -cristalizado. del todo. -la literatura como un hacer. como
actividad, como movimiento» (Grésillon, 1994. p. 25). Tuvimos
en cuenta especialmente la práctica de la critica genética apli­
cada al teatro (Grésillon. 1995: Barrenechea, 1995: Cerrato.
1995). Esp ecíficamente en cuanto a las relaciones entre orali­
dad y escritura. remitimos a E . Lois (2001).
:¿I Sobre el caso particular de la edición d e los textos de Alejandro

Urdapill eta. remitimos a Dubatti 2002b .


:¿1 "Ricardo Bartís: ima ginación téc nica y volunlad de juego" . Con­
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(en prensa). jas: un primer período dI:' formación (1894-1907)2; un se­
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(en prensa). 0907-1930); finalmente, un tercer período en el que la pro­
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mente por su actividad política en el radicalismo
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