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El Perfume: la percepción de Jean-Baptiste Grenouille

En el siguiente texto se pretende analizar como la sensación, la percepción y nuestra


historia de vida influyen en la actualidad de cada ser humano, tomando como referente la vida de
Jean-Baptiste Grenouille, ya que, estos tres temas están implícitos durante el desarrollo de su
existencia en la película “El Perfume”

La mayoría de los seres humanos, tenemos una idea más o menos clara de lo que es
moralmente correcto, somos educados para ser compatibles con todo lo que nos rodea, los
conceptos relacionados a lo que está bien y lo que está mal son claramente definidos y son estos
conceptos los que nos permiten emitir juicios con respecto a otras personas de acuerdo a su
manera de actuar, esto nos da un indicio de que sabemos cómo comportarnos en el mundo de
acuerdo a nuestra cultura, pero ¿sabemos por qué nos comportamos así? ¿De qué manera afecta
al ser humano las condiciones al nacer? ¿Cómo percibimos el mundo de acuerdo a nuestras
sensaciones? ¿Qué sucede con las personas para las que la visión de lo correcto–incorrecto varía
considerablemente de los demás?

Lo cierto es que desde que nacemos entramos en un proceso de preparación para la vida
adulta por ello, todo cuanto percibamos desde ese primer momento y durante nuestra etapa de
desarrollo cognitivo, nos da a groso modo, una idea del mundo que estamos conociendo, es por
esto que los factores externos que interactúan con un individuo en los primeros minutos de vida
son extremadamente importantes y concluyentes, ya que allí se forma el primer concepto de que
y quienes nos rodean, para afianzarse con los conocimientos posteriores y desarrollar nuestro
propio concepto de la naturaleza humana de acuerdo a nuestra experiencia.

Lo anterior quiere decir que si nacemos en medio de la miseria, nuestra percepción del
mundo exterior se basará en este primer contacto con el mundo, y si posterior a esto, nuestra
infancia y adolescencia es desarrollada en ese mismo ambiente, es de esperar que nuestros
conocimientos del mundo giren en torno a estos limitados conceptos.

Claro está que, si lo anterior es sumamente importante para desarrollarnos en el mundo,


también cabe mencionar que, nuestras sensaciones y percepciones pueden y de hecho varían de
persona a persona, y esto cambia sustancialmente lo que el ambiente en el que vivimos nos ofrece
a cada uno como individuos y lo que nosotros podamos brindarle a ese ambiente. Por ejemplo, en
el caso de Grenouille, su percepción del mundo se basaba en lo que su sentido más desarrollado
le ofreció desde el primer instante de vida, todo a su alrededor era percibido a través del olfato, lo
que jugó un papel trascendental en su vida, le dio un propósito a su vacía existencia, y tal vez, a
causa de ese vacío interior, lo convirtió en su única razón de ser, y a causa de sus débiles
conceptos –por no decir ausentes– acerca de la moral, en su obsesión; llevándolo a concebir un
mundo propio, donde la visión de lo bueno y lo malo se diferenciaba únicamente a través del
aroma de cada cosa.

La sociedad juega también un papel determinante en el desarrollo humano, pues cada


quien genera una percepción en los otros y esto nos hace individuos en la sociedad, en el caso de
Grenouille, a pesar de tener un olfato excepcional, no contaba con un olor propio que lo
identificara del resto, por lo cual, era nadie. Esto le supuso el reto de distinguirse entre el resto:
Poseer lo que nunca se le había dado por naturaleza, un aroma tan especial con el que pudiera ser
por fin observado. Este reto, sumado a sus carencias morales, afectivas y sociales hicieron que
Grenouille iniciara una serie de crímenes para completar su único objetivo, capturar la belleza
con base en el único concepto que conocía, el aroma. Ahora, si Maquiavelo conociese a
Grenouille, el fin no hubiese justificado los medios, pues es moralmente inaceptable asesinar a
otros en pro de uno mismo.

Diana Moreno Machado

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