Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Esto es un sueño.
Era en otro lugar diferente de Orario. Subieron colinas, admiraron las hermosas y grandes llanuras, y se
dirigieron al pueblo con un molino de viento que estaba a lo lejos. El cielo era claro, pacífico y gentil.
Cuando Riveria repentinamente entrecerró sus ojos junto a ella, los labios de Aizu se curvaron en una sonrisa, y
ambas rieron como una verdadera madre y su hija.
Esto es un sueño.
Unas Aizu, Tiona, Tione y Lefiya mas adultas charlaban alegremente en un café al aire libre. Tiona se reía
como siempre lo hacía, Tione juró que este año finalmente viviría junto con quien amaba, y una Lefiya madura
se llevó elegantemente el té a la boca.
Aizu las miraba felizmente con una expresión que era mucho más amable que la Aizu habitual.
Esto es un sueño.
Aizu y los demás estaban desplomados en el suelo y cubiertos de heridas. Estaban inmóviles y sangrando en lo
profundo del Calabozo.
Habían sucumbido al oscuro Calabozo que rezumaba de mala voluntad, agotaron su fuerza y fueron
aniquilados.
Esto es un sueño.
Habiendo crecido y volverse tan bella como su madre, Aizu se convirtió en reina.
Era un pueblo de Espíritus con un profundo manantial ubicada en lo profundo de un bosque remoto. Alabada
por los espíritus que flotaban en el aire o sumergidos en el agua, Aizu estaba sentada en el trono como una
muñeca. Llevaba una tela blanca alrededor de su cuerpo y una diadema hecha de hojas y enredaderas.
Con un grito, levantó su bastón, que emitía algún tipo de luz, y jugó con los encantados espíritus.
—¿Esto es un sueño?
Uno de los brazos de Aizu había sido arrancado. Había perdido uno de sus ojos. Había un agujero en su cuerpo.
Estaba cubierta de sangre. Entre las armas rotas, ella sola se enfrentaba a “la oscuridad”.
Gritó mientras tosía sangre, creó un tremendo viento y su espada plateada brillo. A pesar de eso, “la oscuridad”
se tragó a Aizu con una onda negra como si estuviera respirando sobre ella.
Desafortunadamente, ese sueño fascinó a Aizu mas que todos los sueños.
Eventualmente, mientras los otros sueños se desvanecían, Aizu vio un último sueño.
Era la varonil espalda cubierta de heridas de alguien parado frente a Aizu, quien estaba de rodillas.
No sabía por qué, pero Aizu sabía el significado detrás de eso. Era—
×××
Aizu despertó silenciosamente.
La luz del sol fluía a través de los huecos entre las cortinas blancas. Podía escuchar los sonidos de los pájaros
cantando. Era de mañana.
No recordaba mucho de eso, pero le parecio ver escenas maravillosas, tristes y misteriosas.
Cinco años, diez años o tal vez incluso veinte años después.
Levantándose de su cama, Aizu desenvaino a <Desperate>, se paró como un caballero y cerró los ojos.
Eventualmente, se vistió con su atuendo habitual, abrió la puerta y comenzó a progresar hacia el futuro otra vez.