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El SONIDO
El sonido es una sensación auditiva debida al movimiento de tipo vibratorio de los cuerpos en un
medio o entorno elástico, sea sólido, líquido o gaseoso. En el tema que nos ocupa, la música, ese
medio es el aire.
Dichas vibraciones u oscilaciones, cualquiera que sea su causa, perturban el aire que las rodea, lo
que provoca que éste, precisamente por su elasticidad, sufra una serie de rápidas compresiones y
dilataciones que se transmiten sin desplazamiento de materiay pueden ser captadas por el oído, un
órgano increíble sensible a esas mínimas variaciones de presión.
Es necesario hacer notar que lo anterior no implica que no puedan suceder o coincidir
simultáneamente con un desplazamiento material:
El lento vaivén de un abanico genera una corriente de aire mucho más evidente y apreciable que el
rápido batir de alas de un mosquito; sin embargo, al contrario que éste, no llega a excitar al oído
(salvo que lo acerquemos y dirijamos el chorro de aire al oído).
Observemos un simple silbido: Cerca y delante de la boca es perceptible el soplido (desplazamiento
de materia); pero alguien situado detrás, si bien no se enterará de éste, sí que escuchará lo que está
silbando.
Las vibraciones sonoras tienen propiedades o características singulares que las diferencian del resto
de efectos derivados de los movimientos vibratorios.
LAS ONDAS SONORAS
El sonido se transmite (‘viaja’) por el aire en forma de ondas, como las ondas de radio, las
electromagnéticas, las luminosas, los rayos X, los rayos gamma, los rayos cósmicos, etcétera; un
mundo variado, complejo y prácticamente ilimitado de ‘perturbaciones’ de las que el sonido forma
tan sólo una pequeñísima parte, aquellas que el oído está especializado en captar. (El oído de los
perros, mucho más sensible, detecta sonidos tan agudos –ultrasonidos– que el ser humano no puede
percibir; el ojo, en cambio percibe las velocísimas ondas que componen el espectro de la luz
visible).
En el caso del sonido, y para diferenciarlas de las demás, reciben el nombre de ondas sonoras.
A modo de símil, son como las ondulaciones que se producen al perturbar la superficie de un agua
tranquila, por ejemplo, la de un estanque; si bien, en el caso del sonido, lo hacen en todas las
direcciones y no sólo en el plano que forma la superficie del agua.
Las ondas se propagan sin desplazamiento de materia; no obstante, sí que se produce un ‘transporte’
de energía. El elemento causante, por ejemplo, el parche de un bombo al ser golpeado, transmite la
energía del golpe, mediante la vibración del parche, a las partículas de aire que están en contacto
con él haciéndolas oscilar, debido a la presión ejercida, respecto de su punto de equilibrio, y éstas, a
su vez, a las contiguas; así, hasta que alcanza, de nuevo, el reposo.
El sonido posee cierta direccionalidad; es decir, cada fuente sonora tiende a emitir más energía en
una dirección que en otras. Esta característica, que depende en gran medida de la frecuencia,
permite establecer un patrón direccional que nos proporciona información sobre la distribución de
la energía acústica emitida por una fuente.
Para la representación gráfica de una onda se analiza y registra su
evolución en función del tiempo, lo que nos proporciona una línea
sinusoidal respecto a un eje central horizontal ‘t’, que facilita su
comprensión y resulta más manejable e intuitivo pues se asemeja
a un hipotético corte transversal de la onda.
Representación gráfica de una onda sonora.
Las ondas sonoras (el sonido, en definitiva) poseen características y parámetros cuantificables que
las definen y nos permiten diferenciar unas de otras.
Las cualidades del sonido, también se perciben de un modo intuitivo y pueden ser seleccionadas por
un músico, quién, además, puede elegir su fuente y su calidad.
Este, digamos, ‘sometimiento’ del sonido a la voluntad del músico es lo verdaderamente relevante y
mágico para él, puesto que con ello se origina el campo sonoro musical con el que podrá trabajar y
componer.
Rendimiento de un proceso.
Calidad empresarial.
Calidad de los servicios.
Preocupaciones potenciales en relación a la calidad.
Áreas que requieren mayor estudio e investigación.
Transformaciones y evolución del objetivo a medir a lo largo del tiempo, que permiten ejercer un
mayor control.
Por eso, los indicadores elegidos, para que definan a la perfección los estándares de calidad de un
producto, han de ser:
Viables: permite obtener datos de un modo factible y conllevando unos costes proporcionales y un
uso de recursos apropiado.
Válidos: adecuados para medir un aspecto relacionado con la calidad.
Comparables: que hagan posible un análisis comparativo, por áreas, por momentos en el tiempo o
por productos.
Cuantificables: que se puedan medir.
¡Relevantes!
La organización debe determinar, recopilar y analizar los datos apropiados para demostrar la
idoneidad y la eficacia del sistema de gestión de calidad y evaluar dónde es necesario aplicar la
mejora continua para obtener una correcta calidad empresarial. Esto debe incluir los datos
generados como resultado del seguimiento y la medida de la efectividad del sistema de gestión de
la calidad en conjunto.El análisis de datos debe proporcionar información relativa a:
Características y tendencias de los procesos y productos, incluyendo las oportunidades para
acciones preventivas.
La conformidad con los requisitos del producto.
Y puede aportar también información relativa a la satisfacción del cliente o la gestión de
proveedores.
Definición.
Objetivo.
Frecuencia de medición.
Fórmula de cálculo de métricas.
Propósito.
Ámbito de aplicación.
Área de aplicación.
Fuentes de verificación.