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I. Introducción
Por tal motivo, la norma y la doctrina alemana son las más autorizadas para el
estudio de esta categoría jurídica. De allí que la consulta de los formantes
integrantes de este sistema resulte imprescindible para abordar esta institución. De
acuerdo al BGB alemán:
“El poseedor puede repeler por la fuerza que se emplee contra él y recobrar el
bien, sin intervalo de tiempo, si fuera desposeído, pero en ambos casos debe
abstenerse de las vías de hecho no justificadas por las circunstancias”.
Esta norma reproduce literalmente el artículo 830º del Código derogado y está
dedicada a la defensa extrajudicial de la posesión. [..] dicha defensa figura en el
artículo 86º de la Ponencia y fue formulada en base al artículo 926º del Código
Suizo; del artículo 2470º del Código Argentino y del artículo 859º del B.G.B
alemán. […]En ella se establece específicamente que se puede ejercitar contra
cualquier acto de usurpación o de turbación, que protege la posesión
mobiliaria o inmobiliaria y que este derecho de defensa se extiende también al
servidor de la posesión, normas éstas que no figuran en el artículo en comentario
y a las que se debe llegar por vía interpretativa por la excesiva parquedad del
legislador.[12]
El 12 de julio del 2014 se publicó la Ley Nº 30230, cuya finalidad era establecer
medidas tributarias, simplificación de procedimientos y permisos para la
promoción y dinamización de la inversión privada en el país. Por su parte la norma
citada realiza una modificación al artículo 920º del Código Civil, referido a la
defensa posesoria extrajudicial, en su Capítulo VII, el mismo que versa sobre “las
disposiciones para la recuperación extrajudicial de la propiedad estatal”. No
obstante, el tema de dicho capítulo, la modificación interfiere en el ámbito
privado, pues varía la regulación del mecanismo de autotutela posesoria privada
como parte del contenido del derecho de posesión, al aplicarse a bienes de
propiedad de particulares y no solo a bienes del Estado.
Con la modificación del artículo 920º del Código Civil, efectuada por la Ley Nº
30230, en adelante “la Ley”, el tenor de la norma ha quedado de la siguiente
manera:
Con la dación de esta nueva Ley, se han realizado una serie de modificaciones a la
regulación de la defensa posesoria extrajudicial, donde la gran mayoría de ellas
traen consecuencias negativas, pues lejos de solucionar un problema y pese a sus
“buenas intenciones”, crean más conflictos de los que se proponen resolver,
desnaturalizan completamente la institución posesoria y tienen una redacción
inexacta y ambigua que genera confusiones en su aplicación práctica. Entre las
principales modificaciones realizadas podemos encontrar las siguientes:
Esto como es evidente genera un riesgo inmanente, pues como analizaremos más
adelante, el tiempo de reacción del poseedor se ha ampliado a un margen
complemente desproporcional y además, se ha consignado como deber de las
fuerzas públicas el colaborar activamente con dicha defensa posesoria, bajo
responsabilidad. Lo que contradice el carácter de excepcional del mecanismo de la
autotutela posesoria y la desnaturaliza por completo, provocando un efecto nocivo
sobre el mantenimiento de la paz social, pues se deja de lado la proscripción del
uso de la violencia, el que parece ser se promueve con la promulgación de esta
Ley.
De este modo, la autotutela posesoria puede ser realizada por el mismo poseedor
despojado o con ayuda de la fuerza pública. De acuerdo a la norma, bastará con
la sola declaración del poseedor para hacer uso de la fuerza con el objeto de
recobrar el bien, no necesitando mayor despliegue probatorio que acredite su
derecho.
Una vez más se evidencia la predilección de la norma por la defensa del propietario
y de cierto modo, se vacía de contenido al mecanismo de autotutela posesoria, en
tanto frente al propietario queda sin posibilidad de ser ejercida, aun en el caso de
contar con legitimidad en la posesión.
[3] Idem.
[10] LAMA, Héctor. “La defensa posesoria extrajudicial en el nuevo texto del
artículo 920º del Código Civil”. Gaceta Civil & Procesal Civil: Lima, 2014, p.18.