El humanismo es un movimiento intelectual que rompió las tradiciones escolásticas,

medievales y exaltó las actividades propias de la naturaleza humana, descubriendo al

hombre y dándole un sentido racional a la vida.

La vida de Cervantes y toda su obra se desarrolla en el marco del Siglo de Oro y

del Humanismo español, como corresponde a las fechas de su vida. Así que todo él está

impregnado de clasicismo. No hay un solo capítulo del Quijote en el que no se encuentre

una referencia directa o indirecta a un autor o personaje clásico antiguo.

Pero no sólo se trata de mostrar una vida diferente y llena de aventura, sino una vida llena

bondad, compasión, generosidad y muchos valores más, una obra dónde muestra el

humanismo en cada uno de los personajes.

En cada capítulo o fragmento de la obra se logra evidenciar un acto de generosidad y

bondad, una ayuda mutua sin importar su locura y sobre todo la aceptación de personalidad

de cada uno.

A ninguno le importó la locura de Don Quijote y solo se dedicaban a comprender y ayudar.

Pero sobre todo se dedicaban a apoyar e impulsar a mejorar, solo buscaban que sintiera una

compañía en sus aventuras y tenían claridad de los riegos que eso traía, pero por amistad y

amor, todo fue logrado.

Cada personaje tenía claro el humanismo, sabían de las cualidades y los defectos que

poseían, además de eso también sabían que existía un todo poderoso como lo dejaron saber

en el siguiente fragmento: “Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los

obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el

miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva,
la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la

soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser

mejores sin ser perfectos, y sobre todo, la disposición para hacer el bien y combatir la

injusticia donde quiera que estén.

Además de eso estaban al borde de emociones, sabían que las tristezas no se hicieron para

las bestias, sino para los hombres; pero los hombres que las sienten demasiado, se vuelven

bestias.

Ellos mostraban cada valor de la vida cotidiana, actuaban como cualquier ser humano, el

autor de la obra se encargó de trasmitir emociones, emociones que son un poco difícil de

sentir sin leer o emociones que muestran una realidad, aquellas emociones que brindan

confianza en el tiempo que suele dar dulces salidas a las amargas dificultades.

Sancho Panza logró ser un excelente amigo, quizá el mejor amigo que cualquier hombre

puede tener, un amigo que sin importar las críticas y los obstáculos lo siguió y lo apoyó.

Don quijote era espíritu, Sancho era la materia cargada de amor, como si estuviera cargada

de una potencia magnética. Esta es una muestra clara de amor mutuo, de generosidad,

confidencialidad y apoyo.

Es un poco complicado entender por qué una persona hace tanto por otra pero no se mira un

poco más allá de la realidad, no se entiende todo el “sacrificio” que se puede tener por

apoyar a quien se quiere, no es fácil actuar de manera tan loca y rara solo por un

sentimiento. Pero se necesita tener un poco de esa locura para poder ser un verdadero ser

humano o para tener tanta bondad. Se necesita de esa locura para valorar cada día y cada
oportunidad que se presenta, así se conoce y se siente el verdadero valor de la vida y se

entiende que para ser feliz se necesita ser humano.