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HISTORIAS
DE
INJUSTICIAS
Testimonios de Presos Políticos
Desde la Fundación para el Debido Proceso
(FUNDEPRO), hemos querido recordar a nuestros
presos políticos, contar sus historias y su lucha
desde el año 1999 hasta el presente. Veinte
años donde se han producido más de 15000
detenciones, todas ellas marcadas por la
persecución política, la violación reiterada y
sistemática a los derechos humanos, donde no se
ha respetado edad, profesión, condición social o la
forma de pensar; donde las detenciones
arbitrarias y el intercambio de prisioneros - como
si de rehenes se tratara - están a la orden del día
cuando así lo necesita o precisa el régimen para
limpiar su imagen; donde las torturas y el trato
indigno hacia los detenidos y sus familiares han
estado presente y marcando el recuerdo de tantas
personas, en una Venezuela donde la amnesia
selectiva parece estar vigente.
Muchas de las personas con las que uno ha
conversado a través de todo este tiempo, no saben
o no recuerdan quienes están presos, quienes
logran salir, y por qué han estado privados de
libertad. Sólo el preso, sus familiares y allegados
sufren esa cárcel, esas injusticias. Muchos de
ellos en su interior quieren olvidar, muchos de ellos
al salir, bien sean por una libertad condicional o
plena, se alejan, no quieren saber más de ese
mundo lúgubre, triste y donde se esconden tantas y
tantas historias de injusticias. A otros, por el
contrario, esas mismas vivencias los llevan a
seguir luchando, los empujan a seguir buscando los
que lo llevó a la cárcel: UNA MEJOR VENEZUELA.
Causa de la detención
“Fui detenido el 8 de Mayo del 2014, por liderar las
protestas de la disidencia juvenil venezolana contra
la dictadura roja. Mi detención fue llevada a cabo
por diferentes organismos que fungen como brazo
opresor de los criminales que pretenden retener el
poder en Venezuela. Cabe destacar que dicha
operación militar fue liderada por el ex ministro
Rodríguez Torres y el actual presidente de PDVSA,
Manuel Quevedo.
Estuve privado de libertad dos años y siete meses.
A lo largo de este tiempo, se hicieron presentes
innumerables diferimientos de las audiencias
torturas físicas y psicológicas y el deterioro de mi
salud por falta de asistencia médica, siendo esto el
pan de cada día. Permanecí en los campos de
concentración del SEBIN, ubicados en El Helicoide
y Plaza Venezuela (La Tumba), en Caracas."
¿Cuáles fueron sus actividades dentro del centro
penitenciario?
"Meditar en la soledad y oscuridad de las
circunstancias por las que transitaba.
Leer y escribir cuando se podía. Recuerdo que en
varias oportunidades requisaron y violentaron el
calabozo donde me encontraba en búsqueda de
mis mejores armas: hojas, lápices o libros. Puedo
asegurar que esto que viví también lo vivieron
compañeros que llevaron su cárcel con dignidad."