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4. Claves para revisar las prioridades en tu vida- Más y menos.

Todos tenemos prioridades en la vida: trabajo, dinero, familia, salud, ropa, viajes,
lujos, estudios, negocio; pero quizás no todos nos paramos a meditar sobre ellas,
para ver si de verdad estamos tomando decisiones de forma consecuente con
nuestros valores y objetivos.
Esta falta de análisis interno lleva muchas veces a evadir la responsabilidad de
nuestras decisiones, y acabamos poniendo diversas excusas que solo sirve para
engañarnos a nosotros mismos.
Este es el primer hábito que comenta Stephen Covey en su libro los 7 hábitos de la
gente altamente efectiva: Sea proactivo.
Ser productivo quiere decir que tenemos la iniciativa que las cosas sucedan.
¿Sabes que significa la palabra responsabilidad? Habilidad para elegir la respuesta
a cada situación en base a tus valores y no quedarte parado culpando factores
externos.

1. El lenguaje importa.
¿Eres consciente de como hablas o incluso de cómo piensas?
Piensa en un momento cuántas veces dices. ”Tengo que” a lo largo del día.
Más de lo que te imaginas puede parecer una tontería, pero esta forma de
comunicarnos con nosotros mismo nos está diciendo cosas.
Nunca digas “tengo que hacer esto”. Sino “Elijo hacer esto” en base a una
comparación de consecuencias.
Parece que no pero la visión cambia. No es lo mismo “Tengo que estudiar”. Sin
más, que “Elijo estudiar porque es la mejor elección en base a mis objetivos”.

En negativo funciona igual. En vez de decir “No tengo tiempo”. Prueba a decir “No
es prioridad”, y mira cómo te sientes.
“Tengo tiempo para aprender inglés”, pero no quiero”.
“No hago deporte porque mi salud no es una prioridad”.
“No paso más tiempo con mis hijos porque no son una prioridad en mi vida”.
Es así de simple y así de duro. Si frases como estas te remueven y no te sientan
bien, ese es el objetivo.
Cambiar nuestro lenguaje nos recuerda que cada momento es una elección.
Si no te gusta cómo estás usando tu tiempo, puedes elegir cambiarlo, puedes elegir
tus prioridades.
“Es que el trabajo me absorbe”- no te engañes tú lo eliges.
“Mi jefe me explota”- tú lo permites, tú lo eliges.
“No tengo tiempo de comer sano y cuidarme”- no te lo has planteado enserio no
es una prioridad para ti.
“No tengo tiempo de aprender inglés”- ¿cuantas horas ves la tele al día?
Y este “descubrimiento”, es tan molesto como esperanzador, ya que nos abre los
ojos a la posibilidad de que podemos cambiar lo que no nos gusta. Depende de
nosotros.
Tu situación actual es una elección tuya en base a una comparación de
consecuencias.

2. Sal del piloto automático y reflexiona.


Hasta que no te planteas este tipo de reflexiones no eres consciente de las
prioridades que no has elegido si darte cuenta.
Sal del piloto automático del día a día y párate a pensar ¿cuáles son mis objetivos?
¿Cuáles son mis prioridades? Después, “Simplemente”, toma las decisiones de
forma alineada con tus objetivos.
De nuevo podemos citar a qué el hábito 2 de Stephen Covey: Con el fin en mente.
Una vez aceptada la responsabilidad de nuestra vida, tenemos que saber que
queremos, cuáles son nuestros valores y objetivos y así podemos tomar las
decisiones adecuadas.
Imagina que te proponen un ascenso en tu trabajo, vas a cobrar más y tener más
responsabilidad puede que la respuesta inmediata sea; ¡por supuesto que sí! voy a
cobrar más. ¿Quién diría que no a eso?

Pues bien, si tu prioridad es el trabajo y tu objetivo es ganar más dinero, la respuesta


está clara.
Pero si lo que quieres de verdad es pasar más tiempo con tus hijos, entonces la
cosa cambia y probablemente la elección correcta sea rechazarlo.
Este además, es un ejemplo de unas de las prioridades en base a lo que casi todo
el mundo actúa sin haberla elegido.
El dinero.
Parece obvio que todos tenemos que querer más dinero y trabajo lo que haga falta
con ese” objetivo”.
No es así, si te paras a pensar, que quizás te das cuenta de que puedes vivir
perfectamente con menos dinero, pero pudiendo dedicar más tiempo a otra cosas
que te gustan.
Deberíamos tomar las decisiones alineadas en función de cuanto nos acercan a
nuestros objetivos a lo que queremos en la vida. Pero para eso hay que reflexionar
sobre ellas.

3. Analiza lo que haces cada día.

¿Sigues sin saber en base a qué prioridades te mueves? Piensa en tu día a día.
Al final, lo que haces en el día a día es más importante que lo que haces de vez en
cuando, o ¿no? Luego, ahí tienes tus prioridades, te guste o no.
“GretchenRubin”. Si tratas pensar sobre esto, te das cuenta de que a lo que más
tiempo dedicas en el día, no es lo que realmente consideras una prioridad para ti,
hay algo que deberías cambiar.

4. ¿Cuánto estoy dispuesto a sacrificar?

Por supuesto aquí entra también en juego la fuerza de voluntad y lo mucho que
queramos un objetivo. Esta podría ser una conversación contigo mismo. “No tengo
tiempo de aprender inglés”.
“Vale, sí los tengo, pero prefiero la tele”.
“Bueno, podría una hora por la noche para estudiar inglés”.
“Pero es que… Estoy muy cansado cuando llego de trabajar, no me apetece
entonces ponerme con el inglés”.
Ok, acabas de darte cuenta de que quizás, en este momento, no es tan importante
pata ti aprender inglés. No pasa nada, son tus prioridades y cada uno elige, pero
recuerda que ha sido tu decisión.
Por eso es importante dedicar tiempo a escucharnos a nosotros mismos para
determinar nuestros objetivos y prioridades reales y que estamos dispuestos a hacer
o renunciar por ellos, para poder así tomara las decisiones correctas.
Cuando identificas una prioridad y decides apostar por ello, de repente te sientes
realizado y tranquilo, ya que todo encaja en tu interior.
“Cuando apuestas por una prioridad te sientes tranquilo y que todo encaja en
tu interior.
¿Te has parado a meditar sobre tus prioridades? ¿Piensas que has elegido lo que
quiere realmente o lo que la sociedad impone?
-Hay que establecer el hábito de revisar nuestros objetivos periódicamente se
puede conseguir mantenernos alineados con las prioridades.
- Tener un pensamiento positivo amable con uno mismo para lograr superar las
barreras y priorizar lo que reamente aporta a tu vida personal y familiar. Muchas
veces las excusas terminan ganando la batalla. Hay que darse cuenta de ello
para empezar a cambiarlo.
- Aunque parezca una tontería hay que cambiar nuestro lenguaje en algo tan
simple como eso nos hace ponernos en otra situación y asumir que siempre es
nuestra elección.

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