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“El vigor de nuestra vida espiritual será en exacta proporción al lugar que la Biblia ocupa
en nuestras vidas y pensamientos”
— George Muller.
En el pasado ya he hablado sobre cómo recordar lo que aprendes leyendo en la Biblia, pero
hoy quiero hablarte sobre cómo ser más preciso en eso. Sobre cómo memorizar la Biblia.
A muchas personas todo este asunto de memorizar la Biblia les parece una locura y hasta
algo exagerado, pero no lo es.
La Biblia es muy diferente a todos los otros libros. Es la Palabra de Dios, y algo más
maravilloso que tenerla en físico o en un teléfono celular, es tenerla en tu mente.
Ojala yo pudiera convencer a todas las personas para que memoricen la Biblia. Cuando
trabajo en memorizar la Biblia, medito los pasajes y así conozco la Palabra de Dios mucho
más. Y es que memorizar la palabra de Dios es como predicarme a mí mismo, TODOS
LOS DÍAS.
Memorizar la Biblia…
“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo
puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de
alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto
haced; y el Dios de paz estará con vosotros”. (Filipenses 4:8-9Énfasis añadido)
En otras palabras, pensemos en la Palabra de Dios. Nacimos para amar a Dios con nuestras
mentes. Jesús dijo que el gran mandamiento es el siguiente: “Amarás al Señor tu Dios con
todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente” (Mateo 22:37).
Solo pocos minutos al día es más que suficiente para aprendas la Palabra de Dios. La
siguiente rutina que hago puedes hacerla de día o de noche. Conozco a personas que
prefieren hacerlo en las mañanas, pero yo prefiero hacerlo antes de dormir, ya que soy de
los que retienen mejor la información en las noches.
Lee 10 veces el primer versículo del libro o capítulo que quieres aprender, con
mucha atención.
Luego dilo de memoria por 10 veces más.
¡Listo!
El siguiente día…
Recita 10 veces el versículo que aprendiste ayer (puedes revisar tu Biblia para
refrescarlo).
Luego lee el siguiente versículo 10 veces, con mucha atención.
Recita el nuevo versículo que aprendiste 10 veces.
¡Listo!
El siguiente día…
Recita 10 veces el versículo que aprendiste ayer (puedes revisar tu Biblia para
refrescarlo).
Luego recita una sola vez los dos versículos que ya te sabes (el primero y el
segundo).
Luego lee el siguiente versículo, el que aprenderás hoy, 10 veces con mucha
atención.
Recita 10 veces el nuevo versículo que aprendiste.
¡Listo!
Y así sucesivamente. En eso se resume la técnica que uso para memorizar la Biblia.
Si sabes leer inglés, te invito a leer este pequeño libro, en donde Andrew Davis enseña y
profundiza en este método, y lo adapta para aprender de memoria libros largos. Totalmente
recomendado. Por cierto, este método es el mismo que usa John Piper y creo que también lo
usa David Platt.
Empieza con un capítulo muy importante para ti o un libro corto. Si empiezas tratando
de memorizarte todo el evangelio de Juan, por ejemplo, puedes llegarte a desanimar.
Empieza con algo corto y mediante lo cual Dios te haya hablado de forma especial. Algo
que haya despertado pasión en ti y quieras comprender más. Si estás indeciso, te
recomiendo que empieces aprendiendo Romanos 8 o algunos Salmos, y luego puedes
continuar con una carta corta de Pablo, como Colosenses, Filipenses o Efesios (eso es lo
que yo hice).
Vale la pena el esfuerzo extra de memorizarte los números de los versículos. Esto es
algo que estoy tomando en cuenta recientemente y que Andrew Davis también recomienda
en su folleto. Antes de decir un versículo en tu rutina de memorización, di el número del
capítulo y el versículo (Ejemplo con Romanos 8: “Ocho, uno, ahora pues, ninguna
condenación para los que están en Cristo Jesús, los que andan conforme a la carne sino
conforme al Espíritu”. Memorizar los versículos es súper-útil para cuando prediques o estés
leyendo un libro cristiano en donde el autor haga referencias a la Biblia, ya que no tendrás
que abrir tu Biblia para saber qué dice ese versículo (lo cual es algo cool, por cierto).
Además, eso te ayudará a no saltarte versículos cuando los recites.
Cambias las palabras como “vosotros”, “os”, “vuestros”. Esto me ha resultado muy útil.
Por ejemplo, memorizando Romanos 8:9, en vez de decir “Mas vosotros no vivís según la
carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros…”, digo, “Más
ustedes no viven según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora
en ustedes…”. Es mucho más fácil memorizarlo así, ¿no crees?
Di los versículos en voz alta. Es mucho más fácil memorizar algo cuando lo dices en voz
alta, en vez de solo decirlo en tu mente o susurrando. Trust me.
¡Tómale una foto mental a los versículos! La memorización también tiene un aspecto
visual. Por eso es muy importante que cuando leas un versículo para aprenderlo, prestes
mucha atención al orden de las palabras y a cómo están plasmadas en la hoja en la Biblia.
Luego de que termines de memorizarlo, repite 100 veces. Luego de que te aprendas todo
un libro o capítulo, repítelo de memoria por 100 días consecutivos. Se te será muy fácil
porque siempre que aprendías un versículo, también repasabas todos los anteriores, así que
esto no añadirá nada de tiempo a tu agenda diaria, además de que puedes hacerlo mientras
estás duchándote o haciendo ejercicio, o caminando. Es importante que realmente afiances
lo que aprendiste en tu memoria. Luego de esto, repite un día a la semana el libro que
aprendiste por el resto de tu vida.
Hazlo siempre a la misma hora. Creas un hábito al realizar algo siempre a la misma hora
durante un mes y/o justo luego de hacer algo que haces a diario.
Memoriza una versión o traducción que sea muy conocida. Esto ya es un consejo
personal, pero lo considero muy útil. Así cuando prediques y menciones un versículo, las
personas que te escuchen sabrán mejor de cual pasaje de la Biblia estás hablando.
Estudia sobre el libro y el contexto. Si vas a aprender un capítulo o un libro, estudia sobre
el contexto y sobre la personas que Dios usó para escribirlo. Esto te hará entender mucho
más lo que vas a memorizar y te hará valorarlo más.
¡Dramatiza! Cuando recites algo, ponle emoción y buscar decirlo como crees que tal vez
lo diría el escritor (o las personas del libro). Esto te hará recordarlo más aún, además de que
con esto te auto-predicas mejor cuando memorizas la Biblia.
Espero que esto te anime a memorizar la Palabra de Dios. Es menos tedioso de lo que te
imaginas, es mucho más fácil de lo que crees, y es mucho más valioso que lo que puedes
pensar.