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La grandeza del discípulo proviene del servir

“El que quiera ser grande entre ustedes, debe servir a los demás.”—Mat. 20:26, Versión Popular.
1. ¿Qué diferencia se ve entre la vida de Jesús y la de muchas personas hoy día?
EL PRESTAR servicio está en el mismísimo corazón del discípulo verdadero. Jesús dijo: que había venido,
no “para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” (Mat. 20:28, Versión Moderna)
Su vida está en fuerte contraste con la actitud egoísta, ambiciosa, de tantas personas de hoy día a quienes no les
preocupan las necesidades de otros. Por medio de una vida de servicio altruista, Jesús puso el modelo perfecto
que deben copiar todos sus seguidores genuinos. La vida de ellos, como la de él, se debe distinguir por prestar
servicio y por el espíritu de dar.
2. ¿De qué manera participaron otras discípulas en el servicio?
Sin embargo, no solo el ‘servir a las mesas,’ sino todos los servicios de una naturaleza personal similar llegaron
a estar abarcados por ese término. La Biblia dice que “de sus bienes” ciertas discípulas “ayudaban” o “servían”
a Jesús y sus apóstoles según éstos lo necesitaban, tanto en Galilea como en Jerusalén. (Luc. 8:1-3; Mat. 27:55;
Mar. 15:41; NM; Versión Popular) Es posible que hicieran las compras y prepararan los alimentos, remendaran
y lavaran la ropa, o prestaran otros servicios de naturaleza similar, y hasta utilizaran su propio dinero y
posesiones para proporcionar los materiales que se necesitaran.
NO HAY LUGAR PARA UNA ACTITUD DE SUPERIORIDAD
3. ¿Por qué no hay ninguna razón para una jerarquía en una congregación?
No, pues eso ciertamente no estaría en armonía con el consejo de Jesús y el principio que enseñó a sus
apóstoles. En realidad, todos los que servían de “ancianos” eran también servidores o siervos de sus hermanos,
incluso de los llamados “siervos” de la congregación (“siervos ministeriales,” NM). Jesucristo mismo había
venido, ‘no para que se le sirviera, sino para servir.’ El inspirado apóstol Pablo declaró que Jesús “ha sido hecho
servidor [diákonos] de la circuncisión en favor de la verdad de Dios.” (Mat. 20:28; Rom. 15:8, Besson) Pablo se
llamó a sí mismo (así como llamó a sus colaboradores, Timoteo y otros) “siervo” (diákonos).
4. ¿Cómo expresó Pablo su humildad al escribir a los de Corinto, donde había trabajado con tanta
diligencia?
Pablo jamás fue culpable de elevarse o querer que otros lo consideraran con deferencia como un ‘principal’
entre ellos. A aquellos corintios, entre quienes había trabajado durante año y medio, dijo de sí mismo y de un
colaborador: “¿Quién es Pablo? ¿Quién es Apolos? Somos solamente siervos [diákonos, ministros, NM] de
Dios, por medio de los cuales ustedes creyeron en el Señor. Cada uno de nosotros hizo el trabajo que el Señor le
señaló. Yo sembré la semilla, Apolos regó, pero Dios es el que la hizo crecer. De manera que ni el que siembra,
ni el que riega, son nada; pero Dios es todo, pues él hace crecer la planta. . . . Somos compañeros de trabajo al
servicio de Dios, y ustedes son como el terreno que Dios está trabajando. O también, ustedes son como un
edificio que Dios está construyendo.”—1 Cor. 3:5-9, VP.
Conclusión
La palabra servicio viene de la raíz griega DIA-KONIA. Que significa, uno que se esfuerza en beneficio de los
demás.
Es aquel que presta algún beneficio para ayudar a los demás al ejercer el llamado de Dios.
Este servicio debe ser un honor para la persona, puesto que es un llamado por Dios para ayudar, beneficiar con
esfuerzo a favor de los miembros de la iglesia y para el bien de la obra de Dios.
Este ministerio de servicio está conformado por un personal altamente dispuesto para SALUDAR, RECIBIR Y
SERVIR A TODOS.
QUE ES EL SERVICIO
Es una actitud interna que hace de una persona tenga un corazón de siervo, pues sabe que Dios lo llamo a servir.
El servicio proviene de un actitud interna, tiene su fruto en lo externo.
El servicio es una característica no solo del diacono sino de todo discípulo misionero de Cristo.

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