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Delación premiada:

prohibición para quien


está preso
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28 de julio de 2015
Nunca se vieron tantas delaciones premiadas en Brasil. Esta frase ha
poblado incontables conversaciones en el seno de la población
brasileña.

La delación premiada consiste en un acuerdo celebrado por un lado


por el investigado, acusado o condenado, y por el otro, por el Estado.
Este acuerdo se hace con la confesión o con información relevante del
agente criminal, que negocia con el Estado beneficios que reduzcan su
pena o le propicien hasta la obtención del perdón judicial.

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La legislación brasileña contempla la delación premiada, también


denominada colaboración premiada, desde la Ley de los Crímenes de
Lesa Humanidad -Lei dos Crimes Hediondos- (Ley 8.072, de 1990).
Durante muchos años se debatió el formato de la delación premiada.
Solamente con la promulgación de la Ley de Combate a las
Organizaciones Criminales (Ley 12.850, de 2013), se diseñó un
procedimiento más completo sobre la delación premiada.
La delación premiada, como está prevista actualmente en el
ordenamiento brasileño, establece la necesidad de su efectividad, es
decir, que sea relevante y propicie resultado, identificando autores del
delito y pruebas del delito en sí, estructura de la organización criminal
y su “modus operandi” de manera que se fundamente una condena
judicial. También debe ayudar en la prevención de nuevos delitos y en
la recuperación del producto del delito.

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Petrobras

La ley establece que la negociación, que es el centro de la delación


premiada, no puede tener la participación del magistrado que,
posteriormente, deberá homologarla. Por lo tanto, el acuerdo debe
hacerse entre el delator y el agente del Estado, es decir, el Comisario
de Policía y/o el representante del Ministerio Público, siempre
contando con la presencia del abogado.

Dicho acuerdo, que puede decirse que es un verdadero contrato, debe


contener las condiciones propuestas, negociadas y establecidas por las
partes; además, el delator debe comprometerse a decir la verdad y a
renunciar a su derecho constitucional al silencio.

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directivos

Nunca está de más reiterar que la palabra del delator no es prueba


judicial, sino solamente información, pues para convertirse en prueba
procesal necesita que otros elementos probatorios corroboren lo que
fue informado.

De este modo, la palabra del delator que no encuentre durante la


instrucción elementos de prueba para convalidarla no podrá servir de
fundamento para una sentencia condenatoria. Es importante destacar
que aquí no se habla de la mentira, ya que en dicho caso la delación
premiada será rescindida.

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influencias

Además, la delación premiada solamente se perfecciona y produce el


resultado pretendido en el momento de la sentencia, oportunidad en la
que el magistrado examinará la eficiencia del acuerdo y si todo lo que
fue pactado fue realmente cumplido.

Conviene destacar que el juez que emitirá la sentencia no está


obligado a los términos del acuerdo y podrá decidir
independientemente de lo que haya sido acordado. Aquí, sin lugar a
dudas, yace otro punto de fragilidad y desconfianza con relación al
instituto.

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Petrobras

Una de las principales reglas que se debe observar es la de la


voluntariedad, ya que la delación premiada no puede ser obligada al
delator, que jamás podrá ser forzado a delatar. La voluntariedad está
íntimamente vinculada al origen de la delación premiada, ya que el
delator debe actuar movido por el sentimiento de arrepentimiento o de
colaboración con la justicia, apartándose de la práctica criminal.

Hoy se traba un inmenso debate sobre este punto, ya que la


voluntariedad debe significar que la delación se hará libremente, se
negociará sin presiones ni amenazas, todo esto en un ambiente de
libertad para decidir.
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¿Cómo afirmar que alguien que realiza una delación premiada pueda
hacerlo de forma voluntaria si este alguien ya es objetivo de una
investigación o de un proceso criminal, se encuentra preso
cautelarmente?

Es innegable que el individuo preso preventivamente está sometido a


una enorme carga emocional que lo oprime, sometido a una de las
experiencias más dolorosas y sufridas de un ser humano. No es por
acaso que la humanidad buscó el peor castigo para castigar a alguien
en la supresión de su libertad.

Entonces, ¿cómo alguien que no puede ir y venir libremente, que es


sometido al convivio nefasto del encarcelamiento, que sufre las
humillaciones del encarcelamiento, que soporta la vergüenza de la
prisión para sus parientes y amigos, que muchas veces enfrenta el
hacinamiento carcelario y hasta malos tratos físicos y sexuales, cómo
alguien sometido a esa presión psicológica puede preservar su
voluntariedad?

Por obvio que el espíritu de la voluntariedad inexista en ese ambiente


y comprometa la iniciativa de la delación premiada, que se busca para
obtener la libertad.

Ni se vislumbra aquí la odiosa práctica de hacerse arrestar


deliberadamente para forzar la delación premiada, pues este hecho
representaría un delito estatal tan nefasto como el delito que se desea
combatir, inadmisible en un Estado Democrático de Derecho, donde
todos, Estado y ciudadanos, deben someterse a las leyes.

Así, el instituto de la delación premiada no es un mal en sí mismo,


incluso porque representa, en su esencia, una alternativa para la
defensa, sin embargo, es necesario perfeccionarlo, y la propuesta que
presentamos es la prohibición de la oportunidad de la delación
premiada para quien se encuentra preso cautelarmente, pues de esta
forma se estaría preservando la obligatoria voluntariedad, que
actualmente es tan cuestionada en Brasil.
* Abogado penalista, maestro y doctor en Derecho Penal de la USP,
fue presidente del Colegio de Abogados de São Paulo (OAB/SP) por
tres gestiones, consejero federal del Colegio de Abogados (OAB),
presidente de la Asociación Brasileña de Abogados Penalistas
(ABRACRIM) y profesor honoris causa de la Facultad de Derecho de
la FMU.

Colaboración eficaz sí, excesos no


Ernesto de la Jara Abogado. Fundador y exdirector del Instituto de Defensa Legal

Ideele Revista Nº 267

Poder Judicial

Lo bueno y lo malo de los cambios hechos por el gobierno


Actualmente se habla mucho de la delación premiada que se usa en Brasil. Concretamente
de cómo integrantes de Odebrecht, comenzando por su jefe máximo, Marcelo, están
logrando reducir sus condenas al delatar a sus cómplices o proporcionar información sobre
cómo actuaba y se beneficiaba la sofisticada red de corrupción que habían creado y que
venía funcionando en diferentes países.

¿Qué es la colaboración eficaz?

La delación premiada tiene su equivalente acá, y se le denomina actualmente colaboración


eficaz (antes se llamaba arrepentimiento). Igual que en el caso de Brasil, es el procedimiento
mediante el cual quien ha pertenecido a un fenómeno de crimen organizado, puede lograr
beneficios, como la reducción significativa de la pena y hasta la libertad, a cambio de que
brinde información muy importante y de que pueda ser corroborada con otras pruebas
(documentos, cuentas, otros testimonios).

Esta información, a la vez que genera beneficios para los colaboradores, luego se convierte
en parte de las pruebas que deberán ser evaluadas en los juicios relacionados con dicha
información, conjuntamente con otras. Es decir, primero se evalúa si lo aportado es suficiente
para el otorgamiento de beneficios por colaborar, y luego, ya aplicados los beneficios, se
evalúa su valor probatorio en relación a las acusaciones frente a otros acusados que están
enfrentando procesos judiciales ordinarios.

Se trata de una institución que ha demostrado ser sumamente muy eficaz contra el crimen
organizado (en el Perú, por ejemplo, frente al terrorismo y frente a los graves delitos
cometidos durante la década de los noventa, tanto en cuanto a violaciones de derechos
humanos como actos de corrupción), pero tiene que estar sometida a límites, garantías y
principios, ya que de otra forma puede generar condenas injustas o convertirse en fuente de
impunidad y de corrupción.

Es por eso que debe evaluarse detenidamente los dispositivos que se acaban de dar sobre
esta figura.

Los cambios hechos por el gobierno

Resulta que uno de los Decretos Legislativos (DL) que a finales del año pasado el gobierno
aprobó haciendo uso de las facultades extraordinarias que le concedió el Congreso, el DL N°
1301, reemplazó todos los artículos que en el Código Procesal Penal (CPP) se referían a la
colaboración eficaz (del art. 472 al 481).

Si bien formalmente es una sustitución total de dicha parte, lo cierto es que se han mantenido
varios aspectos, quizá la mayoría, aunque también es verdad que hay importantes
modificaciones y novedades.
Sobre los cambios habría que decir en términos generales que en algunos casos son
positivos, pero en otros son ambiguos, peligrosos y hasta pueden ser cuestionados
jurídicamente.

Está claro que la finalidad ha sido propiciar que haya más gente que se anime a acogerse a
la colaboración eficaz, y que el fiscal tenga más libertad tanto para negociar y llegar a
acuerdos, como para utilizar la información lo antes posible, así no haya sido aprobada por
la autoridad como manda. La finalidad puede ser comprensible, pero como es lógico no
puede servir para justificar excesos.

Se mantiene la estructura: punto a favor

Algo que sin duda es acertado es haber mantenido en lo esencial la estructura del
procedimiento de colaboración eficaz que contenía el CPP, la que había sido tomada de la
Ley 27378, (diciembre del 2000), norma que introdujo por primera vez en el país un verdadero
régimen de colaboración eficaz. La razón de la creación de este régimen fue que se creyó
indispensable para hacer frente a los delitos cometidos durante la década de los noventa.
Desde 1987 se había dado normas de arrepentimiento, pero siempre para delitos específicos
(generalmente terrorismo) y con una vigencia limitada.

De acuerdo a esta estructura, es el fiscal el que recibe y negocia las solicitudes de


colaboración eficaz, y el que decide si la información brindada es lo suficientemente
importante, además de si está rigurosamente corroborada como para firmar un acuerdo con
el colaborador. En ese acuerdo se fija la pena que corresponde, y luego los beneficios que se
le conceden frente a dicha pena en reciprocidad a su colaboración (disminución de la pena
y hasta libertad, como se verá).

La autoridad judicial se limita a hacer un control de legalidad, pudiendo rechazar el referido


acuerdo solo cuando es groseramente incompatible con la ley.

El Decreto Legislativo da continuidad también a otros aspectos contenidos en el CPP como


el hecho de que la colaboración eficaz se pueda aplicar tanto a procesados como a
condenados. También mantiene la condicionalidad de los beneficios al cumplimiento de
obligaciones, lo que supone la posibilidad de revocación.

En ambos cuerpos normativos se prevé que el potencial colaborador deberá comenzar por
reconocer por lo menos un delito o no negarlo, y que los cargos que no reconoce se seguirán
investigando judicialmente por la vía ordinaria y pueden terminar en condenas.

La continuidad de estos y otros aspectos es positiva, porque responden a concepciones


modernas, lo que explica que estén previstos en muchas de las legislaciones relacionadas
con lo que se denomina el Derecho Penal Premial, entendido, precisamente, como el
intercambio de beneficios por información, producto de la delación.
Es en este esquema que se introducen cambios, algunos en una buena dirección, pero otros
cuestionables, tal como se ha dicho.

"Está claro que la finalidad ha sido propiciar


que haya más gente que se anime a acogerse a
la colaboración eficaz, y que el fiscal tenga
más libertad tanto para negociar y llegar a
acuerdos, como para utilizar la información lo
antes posible, así no haya sido aprobada por
la autoridad".

Ya era hora de que los cabecillas pudieran acogerse a la colaboración eficaz, pero faltó
diseñar un régimen especial

El cambio más positivo es sin duda que a partir del DL los cabecillas o jefes de las
organizaciones criminales puedan acogerse a la colaboración eficaz. Anteriormente eso
estaba prohibido expresamente (art. 478. Inc. 5 del CPP). Constituye un acierto porque los
cabecillas son los que más conocen de la organización, al ser ellos los que la dirigen, y son
los únicos que pueden tener una visión de conjunto ya que generalmente se trata de
organizaciones compartimentalizadas. Muchas veces no solo conocen de su propia
organización sino de otras, con la que actúan de manera conjunta o compiten. Por lo demás,
los cabecillas saben que sus subordinados buscarán salvarse echándolos, por lo que son
conscientes de su vulnerabilidad.

Ahora, si bien se está ante una innovación positiva, a la vez, es el primer ámbito en el que el
Decreto Legislativo presenta deficiencias. Para comenzar, no define qué es ser cabecilla, lo
que dificulta establecer cuándo se deben aplicar las normas que en el mismo decreto están
previstas solo para dicha categoría.

Por otra parte, hay problemas sobre el tipo de información que se les exige para que puedan
obtener beneficios: “Los jefes, cabecillas o dirigentes principales de organizaciones delictivas
y los que han intervenido en delitos que han causado consecuencias especialmente graves,
únicamente podrán acogerse al beneficio de disminución de la pena o suspensión de su
ejecución, siempre que su aporte permita identificar a miembros de la organización con mayor
rango jerárquico” (art. 475, inc. 6) [subrayado nuestro].

Al respecto habría que decir que si bien es correcto que se les exija información mucho más
relevante que la que tienen que brindar los de menor jerarquía, es criticable que se restrinja
tanto, tal como se puede ver en la norma citada. Ya si se cambia de criterio y se permite que
los jefes accedan a beneficios, habría que contemplar otras posibilidades de información que
también pueden ser extremadamente relevantes y exigentes, como el lugar donde se
encuentran determinados cadáveres, ubicación de grandes cantidades de dinero, entidades
bancarias, entre otras.

La redacción del dispositivo es también poco feliz, ya que se supone que al ser estos
colaboradores los cabecillas, es difícil que puedan delatar a dirigentes con mayor rango. Lo
que debe haberse querido decir es que solo valen los nombres de otros cabecillas.

También debería haberse redactado con mayor claridad cuáles son los beneficios que se
pueden aplicar a los cabecillas y cuáles no. Se dice que solo pueden acogerse a la disminución
de la pena o la suspensión de la ejecución.

La fórmula descarta obviamente la posibilidad de que se conceda la exención y la remisión,


lo que supone libertad inmediata y eliminación de antecedentes. Pero no queda totalmente
claro si puede ser disminución de pena y a la vez suspensión de su ejecución, tal como se
permite en términos generales en un dispositivo anterior (art. 475, inc. 3: “El beneficio de
disminución de la pena podrá aplicarse acumulativamente con la suspensión de la ejecución
de la pena”). El hecho de que se diga disminución de la pena o suspensión de su ejecución,
como una disyuntiva, abona para interpretar que ambos beneficios no se puedan sumar, pero
aun así se podría argumentar en sentido contrario.

Como la colaboración está prevista para procesados y condenados, también podría


interpretarse que lo que se ha querido establecer es que la disminución es para los primeros,
y la suspensión de su ejecución para los segundos, pero –como se ha dicho–, tratándose nada
menos que de las autoridades máximas de una organización criminal hubiera sido mejor que
no hubiera ninguna incertidumbre.
Tampoco se establece límites para los beneficios de estos cabecillas, como debería ser. Por
ejemplo, en cuanto a la disminución, se podría haber establecido que nunca podrá ser más
allá de un tercio del mínimo legal, o en cuanto a la suspensión, se podrá haber contemplado
como requisito previo que se haya cumplido de manera efectiva con un tercio de la pena.
Esto porque, al tratarse de cabecillas, se suele considerar que, al ser los máximos responsables
de delitos gravísimos, el nivel de benevolencia debe ser menor que cuando se trata de
colaboradores con un rango menor de la organización.

También debió considerarse garantías y obligaciones especiales. Es recomendable, por


ejemplo, que en estos casos las autoridades tengan un mayor margen de discrecionalidad.
Así, por ejemplo, podría haberse previsto que el fiscal podrá rechazar las solicitudes de plano
cuando se trate de cabecillas que constituyen un símbolo del daño que las organizaciones
criminales pueden hacer a la sociedad (por ejemplo, Abimael Guzmán, Montesinos).
Igualmente, podría haberse contemplado obligaciones más drásticas, como pagar la
reparación antes de acceder a los beneficios, o plantear la revocación inmediata de los
beneficios si el cabecilla beneficiado se niega a colaborar con la justicia tal como lo había
ofrecido.

Sobre el punto queda claro, entonces, que, si bien ya era hora de que se permitiera la
colaboración eficaz en el caso de cabecillas, debió establecerse un micro régimen especial
para ellos, con mayores restricciones, para evitar que la colaboración pueda devenir en una
vía de impunidad para los más grandes delincuentes del país.

Los peligros de una disminución de la pena sin límites

El Decreto Legislativo también contiene una diferencia sustancial en cuanto a la disminución


de la pena como uno de los beneficios que la colaboración puede ocasionar, y que puede
generar serios problemas prácticos.

Mientras que en el Código Procesal Penal esa disminución de la pena estaba sometida a un
límite general, además de algunas especificaciones en función de la gravedad del delito, en
el Decreto Legislativo solo se contempla la disminución de la pena, sin límite alguno en
ningún caso.

En el CPP, el límite general es de hasta un “medio por debajo del mínimo legal” (art. 473, inc
2) y, cuando se trata de delitos especialmente graves, la disminución solo puede ser de hasta
un tercio por debajo del mínimo legal de la pena (art. 454, inc. 5 …).

No contar con una escala para fijar el quantum de la disminución de la pena puede
determinar que la decisión sea subjetiva y hasta arbitraria, o que el beneficio pueda ser
excesivo, aun en el caso de los cabecillas, lo que equivale –de nuevo– a impunidad.

Los peligros de promover la colaboración eficaz


También resulta problemático que, con el objetivo de que se produzcan más colaboraciones
y estas sean más rápidas, se hayan introducido disposiciones que pueden ser consideradas
atentatorias de derechos fundamentales, como la libertad para acogerse o no a la
colaboración eficaz o el derecho de defensa. Así, por ejemplo, en el DL se establece que el
fiscal no solo está facultado a recibir solicitudes de colaboración sino a promoverlas, y que
podrá celebrar reuniones con los colaboradores con o sin la presencia de sus abogados.

No solo es poner en tensión derechos esenciales, como se ha dicho, sino que se abre la
posibilidad de presiones indebidas, o de que el colaborador las invente cuando le convenga
poner en cuestión algo de lo que dijo u ofreció.

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l titular del Poder Judicial (PJ), Duberlí Rodríguez, dejó en claro que las
investigaciones que realiza el Ministerio Público sobre el caso
Odebrecht tienen un nivel superior que el trabajo que realiza el Congreso con la
comisión que también sigue el escándalo de los sobornos.

Ante la polémica suscitada hace unos días entre la Fiscalía y algunos


parlamentarios, Rodríguez recordó que este organismo tiene la “titularidad en el
ejercicio de la acción penal, en defensa de la legalidad y de los derechos de las
personas sujetas a investigación”.

PUEDES VER: Presidente Kuczynski: "Lo de Toledo es una gran


vergüenza, una traición al Perú" | AUDIO

“Es facultad del Congreso investigar y formar comisiones investigadoras, pero


esta investigación no puede estar por encima ni sustituir a las investigaciones del
Ministerio Público, que por mandato constitucional es el encargado de investigar
un delito”, expresó en diálogo con Andina.

El presidente del PJ recordó que las comisiones que se instalan en


el Parlamento son de corte político y que las pesquisas que realizan se ponen a
disposición de la Fiscalía.

La postura de Duberlí Rodríguez se suma a la del Fiscal de la Nación, Pablo


Sánchez, quien hace unos días respaldó la decisión de la Junta de Fiscales
Supremos de negar el permiso al fiscal Hamilton Castro de acudir al Congreso
para informar sobre el caso Odebrecht.

"Está claro que hay muchos interesados en bloquear la investigación. No los


dejaremos, la sociedad debe saber de los políticos corruptos que han engañado
al pueblo y han robado al país", había manifestado Sánchez Velarde.
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--------------------El fiscal Hamilton Castro, encargado de investigar el
caso Odebrecht, indicó a Gestión que el acuerdo preliminar suscrito
por el Ministerio Público y la constructora brasileña, fue realizado
en el ejercicio legítimo de sus funciones como titular de la acción
penal y dentro del marco de la investigación en curso.
Bajo esa premisa, rechazó categóricamente cualquier aseveración
que pretenda vincular dicho acto funcional con la satisfacción de
intereses subalternos, reñidos con la ética y el ordenamiento
jurídico.

Asimismo, afirmó que el equipo que lo acompaña en las pesquisas


del escándalo de corrupción brasileño, viene ejerciendo sus
funciones “con total independencia y absoluto respeto a las
normas jurídicas y éticas”.

En ese sentido, el magistrado solicitó a quienes siguen con interés


el desarrollo de esta investigación fiscal, “ejerzan con
responsabilidad su derecho a opinar, sin menoscabo del también
legítimo derecho constitucional al honor de los propios
investigadores”.

Como se recuerda, el parlamentario de Acción Popular e


integrante de la Comisión Lava Jato, Víctor Andrés García
Belaunde, pidió al fiscal Castro que revele el contenido del
convenio firmado e incluso dejó abierta la posibilidad que el
magistrado también fue coimeado ante la reserva del caso.
“¿Por una propina se ha vendido el fiscal? ¿Y quién está encima
del fiscal? ¿Quién los asesora? Ellos mismos (la Fiscalía) se quejan
de que no tienen recursos y han llegado a un acuerdo con una
transnacional del delito”, comentó a este diario. (Gestión
06.01.2017)

El dato
Castro reafirmó el compromiso de todo el equipo a cargo de la
investigación de conducirla hasta sus últimas consecuencias, con
la finalidad de establecer las responsabilidades de quienes estén
involucrados en graves actos de corrupción, sin distinción de
ninguna clase.

Los presidentes de las Juntas de Fiscales Superiores de todo el Perú expresaron


este martes, mediante un comunicado de prensa, su respaldo institucional al Fiscal
de la Nación, Pablo Sánchez Velarde, en su posición de hacer respetar los
principios de autonomía, independencia y legalidad del Ministerio Público, así
como la reserva de la investigación que sigue el fiscal Hamilton Castro en torno al
caso Odebrecht.
Explicaron que la Constitución Política del Estado, en el inciso 2do. de su artículo
139°, como en los artículos 158° y 159° se refieren al Ministerio Público como un
organismo autónomo, presidido por el Fiscal de la Nación, y como tal, le
corresponde tanto la defensa de la legalidad y de los intereses públicos tutelados
por el derecho, así como la conducción de la investigación del delito desde su
inicio y el ejercicio de la acción penal.

“En tal sentido, como titular del ejercicio de la acción penal y responsable de la
carga de la prueba, corresponde al Ministerio Público no sólo conducir la
investigación y velar por la obtención y acopio de los elementos de convicción que
le permitan decidir si corresponde o no ejercitar la acción penal y postular la
pretensión punitiva contra los autores y partícipes del hecho criminal, sino,
además, obrar responsablemente sobre los hechos que investiga. Es por ello, que
debe cuidar al máximo la reserva de su investigación”, señala el comunicado.

Los representantes del Ministerio Público señalaron ser respetuosos del


ordenamiento jurídico ante todas las entidades e instancias y que, por tanto, todas
las instituciones deben cumplir también lo establecido en el ordenamiento jurídico.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------El fiscal de la Nación, Pablo Sánchez, reveló que la
colaboración de Odebrecht está en “stand-by” porque la empresa brasileña
no puede continuar sus negocios en el país….

Lo que dice el fiscal la Nación puede ser cierto como no. Él es el único personaje
que conoce el acuerdo que a título de confidencial firmó con Odebrecht, no
sabemos cuáles son los términos de esa negociación. Me llama la atención que
recién ahora reaccione, cuando bien podría presumir que por ahí andaba la
cuestión. No olvidemos que desde el mes de diciembre Jorge Barata ha mandado
información y la Fiscalía decía ‘sí, señor’. El Ministerio Público recibía, informaba,
cogía a las personas, les habría investigación, a algunas de ellas las mandó a
prisión preventiva. Sánchez dijo que tuviéramos paciencia, que nadie se metiese
en los terrenos de la Fiscalía porque Odebrecht iba a entregar toda la información.
Pero cómo podemos opinar con certeza sino se publica el acuerdo confidencial.
Tenemos la obligación de pedirle a la Fiscalía que ya basta de hacer declaraciones
y que diga a qué se comprometió en ese documento.

¿Cree que Odebrecht está direccionando la investigación del Ministerio


Público?

Yo no puedo afirmar eso a ciencia cierta. Pero toda esta suspicacia nace de la
desinformación, aquí no ha habido transparencia en ningún momento. Yo lamento
decirlo porque pareciera que me estoy inmiscuyendo o emitiendo un juicio de valor,
pero no. Durante varios meses creímos que la Fiscalía venía manejando muy bien
la información y ahora resulta que la única información era la que le pasaba
Odebrecht. Tenemos derecho a saber que es lo que se ha investigado, cuál es la
información propia y que es lo que ha mandado Odebrecht. No por curiosidad
morbosa, sino porque los perjudicados con todo esto somos todos los peruanos
que pagamos impuestos. Sentimos que se ha hecho un mal uso de nuestro dinero.
Tenemos que el derecho de pedir que se nos informe con veracidad.

Hay incertidumbre por el desarrollo de la investigación ahora que Odebrecht


no colabora…
Y ahora, ¿qué valor y qué peso tienen los actos que han presidido a esta
investigación? Hay gente que se le ha embargado cuentas y detenido, ¿en qué
queda todo eso?¿estamos regresando a foja cero porque ya no hay más
información?. Esto no es serio.

El fiscal Sánchez ha puesto como ejemplo que en Brasil Odebrecht ha


colaborado y el gobierno ha dejado que la empresa siga postulando a obras..

O sea que ahora el culpable de todo esto es el gobierno. Esto francamente no me


parece nada serio. Necesitamos que se haga una aclaración pública, que haya un
acuerdo entre el Ejecutivo, el Congreso y la Contraloría para decir qué está
pasando e informar al país. Todo huele a una burla. Si Odebrecht se burla de
nosotros es porque aquí hay un responsable. ¿Quién permite que se rían de
nosotros?

El titular del Ministerio Público también ha señalado que “está absolutamente


probado que el caso Toledo se cometió delito”. ¿Esto afectaría el proceso
contra el expresidente?

El titular de la acción penal no es Sánchez sino el fiscal que ve el caso (Hamilton


Castro). En el caso de Toledo, esto no nació ayer, esto viene desde Ecoteva solo
faltaba cerrar el círculo, eso podría desarrollarse con o sin la información de
Odebrecht.

La Fiscalía, en reiteradas ocasiones, ha hecho hincapié en la reserva que se


necesita para el caso Odebrecht…

Pero resulta que la reserva era que estaban jugando con nosotros.

¿Considera que otras instituciones debieron participar en el acuerdo con


Odebrecht?

Ese acuerdo de confidencialidad debió negociarse a través del gobierno, porque


en realidad es un acuerdo político. Y una vez suscrito el acuerdo, ahí recién se
transfería al Ministerio Público aquello que era materia de reserva del sumario.
Porque no todo es materia de reserva del sumario. Todo se ha hecho mal desde el
comienzo. Me da mucha pena decirlo.

----------------------------------------------------------------------------------------------------------
--------------------La colaboración planteada por la constructora Odebrecht al
Ministerio Público ha permitido hasta el momento el inicio de cinco
investigaciones preparatorias por delitos de corrupción y lavado de activos.
Son cuatro investigaciones nuevas: al ex presidente Alejandro Toledo, al ex
viceministro Jorge Cuba Hidalgo, al ex jefe de Ositrán Juan Carlos Zevallos
Ugarte y al gobernador regional del Callao Félix Moreno, y reforzar una ya
previamente, al ex presidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia.
PUEDES VER: Caso Ecoteva: PJ dicta prisión preventiva de 18 meses
contra Toledo y Karp
Según fuentes judiciales, consultadas por La República, la fiscalía estaría
trabajando entre cuatro y cinco casos más, con información proporcionada por
ex directivos de Odebrecht que se han acogido en el Perú a la colaboración
eficaz.

Colaboración y pruebas
Hasta el momento, hay tres colaboradores eficaces y, al menos, dos testigos
protegidos. De estos se ha revelado la identidad del colaborador eficaz Jorge
Simões Barata y uno permanece con identidad protegida, el N° 03-2016.
A ellos se ha sumado el empresario peruano de origen israelí Gil Shavit, también
acogido a colaboración eficaz. La resistencia que Odebrecht encuentra en el
gobierno y la Procuraduría ad hoc Anticorrupción ha evitado que se presenten
más colaboradores.
En contra de lo que dicen los procesados y algunos políticos, los colaboradores
eficaces han aportado diversos documentos para corroborar su versión de los
hechos. No todo queda en su palabra.
En el caso del ex presidente Alejandro Toledo se acompañaron los nombres de
las empresas offshore, números de cuentas bancarias y nombre de los bancos a
los que se hicieron los depósitos de las coimas negociadas.
Que los pagos se hicieran en depósitos bancarios y no efectivo facilitó la
situación. Lo mismo sucedió en el caso del viceministro Cuba Hidalgo y el ex
jefe de Ositrán Zevallos Ugarte.
La declaración del colaborador eficaz se acompañó de prueba documental que
permitía confirmar la historia.
Además de los documentos bancarios, Odebrecht ha presentado los correos de
coordinación del Departamento de Operaciones Estructuradas en los que se daba
cuenta de los pedidos de los pagos y la salida del dinero.
Según descubrieron las fiscalías brasileña y suiza, la "oficina de las coimas"
tenía un sistema secreto contable, el "MyWebDay-B", y de comunicación,
"Drousys", para coordinar los pagos.
Esa información se guardaba en una oficina en la ciudad de Ginebra, Suiza, y fue
incautada por las autoridades de ese país. Está encriptada, pero los directivos de
Odebrecht colaboran para desencriptarla.

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