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Ahorro interno, una variable olvidada del

crecimiento
Desde el 2003 el ahorro interno ha oscilado entre 20 y 22 % y el crecimiento real del PIB
ha sido positivo pero modesto en la mayor parte de los años, promediando 2.3 % anual
entre 2003 y 2016. Han sido años de estabilidad macroeconómica, a diferencia de las tres
décadas previas.

México cómo vamos

México ¿cómo vamos? es un esfuerzo constante y continuo de un grupo plural de expertos


en economía y política pública, cuyo objetivo es definir metas para crecer y generar
empleos a través del seguimiento puntual a diversos índices de coyuntura económica.
Buscamos aportar a la discusión de los temas más importantes para la agenda del país así
como coordinar los esfuerzos realizados por los diferentes actores para maximizar el
impacto de las políticas públicas. Estamos convencidos que debatir y dar seguimiento a los
temas que se consideran fundamentales para el país contribuirá a lograr el crecimiento y los
empleos que todos queremos.
#mexicocomovamos mayo 30 2017 14:33



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FONDEA el periodismo independiente

Por: Félix Vélez (@felixvelez)

Es común que se mencionen factores institucionales (corrupción, delincuencia organizada,


impunidad, estado débil) y microeconómicos (falta de competencia, inadecuada regulación,
baja calidad del capital humano) cuando se analizan los obstáculos para el crecimiento
económico en México. Todos ellos propician que la inversión sea menor y de menor
calidad.

Tal análisis es sin duda pertinente, pero, como casi siempre ocurre, incompleto. Una
variable, sin duda importante, como determinante del crecimiento, es el ahorro. Desde un
punto de vista microeconómico es el sacrificio de consumo presente para poder consumir
más en el futuro. Traducido al mundo macro, son los recursos para financiar proyectos de
inversión, que por lo tanto no inciden a corto plazo en el ingreso, pero sí cuando se
concluyen, al aumentar la producción de bienes y servicios.

El ahorro se divide en interno y externo. El primero a su vez es la suma del que realiza el
gobierno, y el de las familias y empresas. Cuando, como es el caso en la mayoría de los
países la mayor parte del tiempo, el gasto público excede a los ingresos gubernamentales,
en el gobierno hay desahorro, lo cual reduce los recursos disponibles para financiar
inversión.

El ahorro externo es el saldo de la cuenta corriente de la balanza de pagos. La diferencia


entre los egresos derivados de la compra de bienes y servicios en el exterior y los ingresos
por venta de bienes y servicios en el resto del mundo. Si el saldo es negativo se dice que el
ahorro externo es positivo, al contribuir a financiar proyectos de inversión pública y
privada. En general, cuando en un país se recurre masivamente al ahorro externo, crece el
riesgo asociado a una disminución abrupta (e incluso interrupción) de los flujos
provenientes del exterior.

¿Cuál ha sido la trayectoria del ahorro interno en México? Como se puede ver en la gráfica
(datos del Banco Mundial)[i] la proporción del ahorro interno bruto en el Producto Interno
Bruto (PIB), conocida como coeficiente de ahorro, era muy baja a principios de los años
sesenta. En 1962 fue de 14.9 por ciento. Siguió una tendencia creciente a lo largo de los
sesenta y setenta alcanzando un máximo de 30.3 por ciento en 1983. Cabe señalar que en el
primer año el PIB creció 4.7 y en el segundo – 4.2 por ciento, lo cual sugiere una relación
inversa entre ahorro y crecimiento.[ii] La razón es que en 1962 el ahorro externo era
positivo, mientras que en 1983 fue muy negativo, resultado de la masiva transferencia de
recursos al exterior ocasionada por pronunciados desequilibrios en las finanzas públicas
(ahorro público negativo) al finalizar el gobierno de López Portillo.

A partir de 1983 el coeficiente de ahorro disminuye en casi todos los años, hasta tocar 17
por ciento del PIB en 1994. En ese año el PIB creció en términos reales en 4.7, pero al año
siguiente (1995) registró una variación real de -5.8 por ciento, como resultado, entre otros
factores, de los llamados “errores de diciembre”.[iii] El coeficiente de ahorro en dicho año
subió a 21.2 por ciento, pero al igual que en 1983 el ahorro externo se volvió muy negativo.

A partir de 2003 el ahorro interno ha oscilado entre 20 y 22 por ciento y el crecimiento real
del PIB ha sido positivo pero modesto en la mayor parte de los años, promediando 2.3 por
ciento anual entre 2003 y 2016. Han sido años de estabilidad macroeconómica, a diferencia
de las tres décadas previas.
Finalmente, como botón de muestra, el coeficiente de ahorro en América Latina en 2015
fue 17.7, mientras que en Asia Oriental y el Pacífico de 35.2 por ciento. En la primera
región la variación del PIB real fue de -0.2 por ciento, y en la segunda de 4.1 por ciento.
Dichas brechas se han mantenido por al menos 4 décadas, la evidencia empírica sugiere
fuertemente que a largo plazo la relación entre ahorro interno y crecimiento económico es
positiva.

* Félix Vélez ha sido Secretario General del CONAPO y Vicepresidente de la Junta de


Gobierno del INEGI. Forma parte del grupo de expertos de @MexicoComoVamos.

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