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Resumen Luis-Fernando Gómez J.*
Palabras clave
Economía, ícono, motivación, proceso cognitivo, signo lingüístico.
Abstract
This paper is an essay on two fundamental principles (iconicity and motivation), that Cómo citar este artículo: Gómez J., Luis-
are fundamental in academic discussion on modern linguistics. The author claims Fernando (2012), “La relación del signo
that the distance between linguistic expressions may constitute an iconic index of the lingüístico con la mente y los procesos
conceptual and psychological distance between the terms or events that said expressions cognitivos: un ensayo de conceptualiza-
denote. On the other hand, the length of an expression may also have a relationship ción desde una perspectiva histórico-cul-
with the degree in which the expression presents new or unknown information, and tural”, en Rastros Rostros, vol. 14, núm. 27,
thus a reduced form may constitute an economically motivated index of familiarity. pp. 14-24.
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Ponencia presentada en el English day de
Keywords la Universidad Cooperativa de Colombia,
Economy, icon, motivation, cognitive process, linguistic sign. sede Bucaramanga. Mayo 13 del 2011.
* Licenciado en Educación de la Universi-
dad Pontificia Bolivariana. Ph.D. Applied
English Linguistics de la Ball State Uni-
versity. Docente de tiempo completo de
la Universidad Cooperativa de Colombia,
sede Medellín. Correo electrónico:
luis.gomezj@campusucc.edu.co
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Luis-Fernando Gómez J.
P
• Continúan la discusión entre ano- • Son figuras preminentes del rea-
ara examinar únicamente la lingüística occi- malía (o convención) y analogía (o lismo, San Agustín (354-430) y
dental, sabemos desde los griegos de la discu- naturalismo). DunsScotto (1265-1308).
• Santo Tomás de Aquino (1225- • Las palabras están unidas intrínse-
sión entre convención y naturalismo. Platón, 1274) y Guillermo de Occam camente a las ideas.
por ejemplo, sostiene la tesis naturalista por medio (1280/1288-1349) son conven- • Las palabras son las representacio-
cionalistas. nes materiales de las cosas.
de la cual las palabras tienen cierto significado pre- • Las ideas se dan en el espíritu hu-
determinado porque únicamente pueden reflejar la mano y las palabras son nombres
aplicados por convención a las
naturaleza eterna e inmutable de la idea. En el mar- cosas.
co de la filosofía de Platón, se entiende que existe • Las palabras no son las cosas.
relación ontológica entre el objeto del mundo real
Fuente: el autor
y su nombre, unión quizá basada en las similitudes
fonéticas u onomatopéyicas. Estas similitudes pare- La discusión es retomada por Ferdinand de
cen fortuitas a los lingüistas modernos, pero algu- Saussure (1985), el primer lingüista moderno, quien
nos semiólogos las aceptan con mayor generosidad. reafirma el concepto de arbitrariedad (y, por tanto,
De todas maneras, la versión naturalista podría de convención). Para Saussure, el aspecto fónico de
resumirse así: el signo es equiparable al símbolo. la lengua tiene una causalidad independiente de la
Existen las cosas y sus esencias y entre ambos as- que rige su aspecto semántico. Además, los signos
pectos existe una relación lógica-ontológica entre no son independientes de los demás miembros del
la palabra que designa la cosa y la cosa misma. De sistema. Por tanto, los signos no son imitaciones de
concepto de motivación. Algunos lingüistas prefie- línea que se extiende desde el extremo de la arbitra-
ren constatar la relación significante-significado en riedad hasta el de la motivación; doble rol para el
tanto necesidad, pero no reconocen la existencia del pensador de las dicotomías: el eje vertical del desa-
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concepto de motivación. rrollo histórico de una disciplina, y el eje horizontal
El concepto de motivación también fue introdu- del continuum entre dos enfoques que se suponen
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la continuidad están a priori al alcance del observa- adquieren una existencia autónoma con respecto a
dor; no ocurre lo mismo con las causas de alteración los hablantes; son registrados sin ninguna premedi-
a lo largo del tiempo. Más vale renunciar provisio- tación ni reflexión en el cerebro de un conjunto de
nalmente a dar cuenta exacta de ellas, o limitarse a individuos, y sin ninguna premeditación y reflexión
hablar en general del desplazamiento de las relacio- son reproducidos en la actuación lingüística.
nes. El tiempo altera todo; no hay razón para que la
Los factores sociales:
lengua escape a esta ley universal.
la ideología y la cultura
Con todo, Saussure plantea otro concepto que le
Si Saussure destaca el aspecto arbitrario del signo
permitirá limitar la noción de arbitrariedad absolu-
en sí mismo, Voloshinov (1976) atribuye a ese vín-
ta: el concepto de valor. Mediante él, Saussure puede
culo una carga ideológica. En este sentido, el valor
explicar la divergencia entre las lenguas no solo en
de un signo no solo está ideológicamente motivado,
términos de significante, sino también de significa-
sino que —quizás lo más importante— ese valor
do, aunque, por supuesto, siempre en tanto oposi-
o, en sus términos, su acento, no es unívoco. Para
ciones dentro del sistema de la lengua. En el marco Voloshinov, en cada signo coexisten los acentos que
saussureano, el valor de un término cualquiera está surgen de las diversas posiciones ideológicas de los
determinado por lo que le rodea; ni siquiera de la pa- usuarios. El signo, así, no solo es ideológico, sino
labra significante /sol/ puede fijarse inmediatamen- también pluriacentual. En tanto arena de la lucha de
te su valor, si no se considera lo que le rodea. clases, la pluriacentualidad del signo se verá siempre
Respecto de la arbitrariedad relativa, Saussure amenazada por los esfuerzos de la clase dominante
plantea que solo una parte de los signos es absolu- por imponer su orientación. Voloshinov extrae esta
tamente arbitraria (inmotivada), mientras que otros conclusión de la evidencia de que distintas clases
características del objeto como por los intereses del idioma que ha venido a ser el medio de expresión
hablante. Estos últimos, por su parte, son definidos de su sociedad. Es una ilusión imaginar que uno se
como la expresión de una configuración temporaria ajusta a la realidad sin el uso de la lengua y que la
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de las representaciones internas producidas social y lengua es solo un medio incidental de resolver pro-
culturalmente. blemas específicos de comunicación y reflexión. El
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Kress no olvida la dimensión referencial y, al res- hecho es que el “mundo real” está hecho inconscien-
pecto, argumenta la importancia de insistir en que temente en gran parte de los hábitos lingüísticos
el signo es siempre motivado desde el punto de vista del grupo. En este sentido, vemos, oímos y experi-
del objeto, es decir, el signo siempre tiene dimensio- mentamos de cierta manera porque los hábitos lin-
nes referenciales en aquellos aspectos particulares güísticos de nuestra comunidad nos predisponen a
del objeto que son afectados. Esto condiciona en- ciertas selecciones de interpretación.
tonces las características de lo que el productor va a Benjamin Lee Whorf (1941) llegó a conclusiones
usar para construir significados y, a la vez, de lo que parecidas analizando causas de siniestros para una
puede funcionar como significante. Sin embargo, es compañía de seguros. Así, descubrió que los supues-
el interés del hablante el que determina en última tos descuidos que originaban los accidentes se de-
instancia qué aspecto, dentro del espectro de signi- bían a una interpretación excesivamente lingüística
ficantes potenciales, será utilizado, qué característi- de la realidad. Luego, en su trabajo con los Hopi, des-
cas del objeto serán seleccionadas y representadas. cubrió que las diferencias gramaticales —la noción
La noción de significado que se desprende de las de tiempo, de plural, etc.— encubrían diferencias
ideas arriba comentadas es muy diferente de aquella cognitivas respecto de las culturas occidentales.
idea de concepto mental que formulara Saussure. De A pesar de las críticas que recibió su trabajo,
hecho, es una noción que contempla abiertamente creemos que Whorf fue fundamental a la hora de
el uso. Pero, y en relación con esto, está además pro- revelar las profundas relaciones entre el lenguaje y
fundamente relacionada con el discurso, entendido las formas de concebir el mundo; podemos proponer
como instancia real —no teórica— que involucra, que, para estas teorías, formas y conceptos —o sig-
en principio, tanto a los hablantes como al contexto nificantes y significados— sufren una motivación
comunicativo. de orden cognitivo.
En este sentido, otro abordaje posible es, por
Las relaciones signo y mente: ejemplo, el de la lingüística cognitiva, que retoma
la motivación y la cognición esta problemática aunque de un modo no lineal:
Otra línea de investigación que presupone una re- propone que, si bien conceptualizamos la realidad
lación no arbitraria entre el significado y el sig- en términos lingüísticos, también es cierto que cier-
nificante —ligada en sus inicios a los estudios tas estructuras —la metáfora, por ejemplo— son
etnográficos— es la que centra su campo de interés cuestiones del pensamiento que se ven trasladadas
en la relación entre las formas lingüísticas y los pro- al lenguaje. La cultura, o al menos nuestro hacer co-
cesos cognitivos. tidiano, sería el resultado de esa interrelación.
Tal como sintetizó Edward Sapir (1954), una de En Metáforas de la vida cotidiana, George Lakoff
las vertientes de esta posición postula que los seres y Mark Johnson (1986) postulan que la mayor par-
humanos no viven solamente en el mundo objetivo te de nuestro sistema conceptual es de naturaleza
ni en el mundo de la actividad social, como gene- metafórica, y que estas metáforas, que impregnan
ralmente se entiende, sino que están a merced del el lenguaje y se trasladan de uno a otro campo
semántico, estructuran la manera en que percibi- a. Dadas dos expresiones lingüísticas, se podría
mos, pensamos y actuamos. Las expresiones meta- argumentar que la distancia entre ellas es mo-
fóricas constituyen un sistema coherente respecto a tivada icónicamente.
determinada metáfora conceptual subyacente, que b. La longitud de una expresión lingüística pue-
se manifiesta tanto en el nivel gramatical como en de corresponderse con el grado en que ella
el léxico. Es decir que, por ejemplo, diversas expre- transmita información nueva o desconocida.
siones, como “está que explota”, “me tiene hasta la c. Las formas reducidas pueden, por tanto, ser
coronilla”, “le sale humo por las orejas”, “está levan- indicadores económicamente motivados de
tando presión”, etc., son manifestaciones coherentes familiaridad.
de una metáfora conceptual subyacente (la ira co- d. Mucho de la arbitrariedad de la estructura gra-
mo fluido caliente en un contenedor) que estructura matical surge cuando las motivaciones de eco-
la forma de concebir un aspecto de la realidad en nomía e iconicidad, siendo ambas igualmente
una cultura determinada. plausibles, están de hecho compitiendo por la
Estas metáforas, por supuesto, no son asigna- expresión del mismo significado lingüístico.
das de manera arbitraria: tienen sus raíces en la
Más adelante veremos en detalle los fenómenos
experiencia física y cultural de los individuos, pe-
de iconicidad y economía en algunas lenguas natura-
ro también dependen de la coherencia global del
les del mundo. Por ahora, una alternativa de solución
sistema. Así, esta teoría plantea un límite para lo
ante la aparente contradicción sería postular que
arbitrario, que está dado por las características de
los signos lingüísticos son arbitrarios (en la relación
nuestro sistema conceptual, estructurado en gran
significante/significado) pero no son inicialmente mo-
medida en términos de metáforas. Es decir, cada
tivados. La motivación sería un proceso de internali-
cultura influirá sobre los contenidos expresados en
signos icónicos, se basa en el conocimiento de que esencia del diagrama radica en que su arte sí sea pa-
los usuarios tienen de una convención dada. recido a la relación entre las partes del concepto que
La iconicidad depende de alguna similitud o representa. Esta similitud justifica que al diagrama
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parecido natural, geométrico o funcional, entre el lo llamemos ícono, un ícono diagramático.
signo y su objeto. Nuestro reconocimiento de esta si- El sistema de números romanos es inicialmente
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militud entre signo y objeto se basa, frecuentemen- icónico: el número de líneas corresponde al número
te, en nuestro conocimiento de ciertas convenciones de objetos enumerados. Pero el sistema deja de ser icó-
culturales de interpretación. Por tanto, icónico no nico: el número 50, L, es mucho menos icónico que el
puede equipararse con natural (sino, tal vez, con número 3, III. Los números arábigos, por supuesto, son
motivado). Los íconos son una subclase de signos no totalmente simbólicos y no tienen nada de iconicidad.
arbitrarios en los que la similitud puede ser natu- Nótese que existe una relación de grado en la dis-
ral o cultural. Aún más, en tanto la similitud sea de tinción entre íconos y símbolos que Pierce reconoce:
diferentes tipos, en los idiomas y en otros sistemas ningún signo se asemeja al objeto completamente,
semióticos, la iconicidad es por lo menos una pro- y, por tanto, todos los íconos son imperfectos (Pierce
piedad heterogénea y compleja. los llama hipoíconos).
La iconicidad en cuanto parecido entre forma y En el desarrollo histórico de cualquier signo,
significado puede denominarse iconicidad prima- o sistema de signos, encontramos un sinnúmero
ria. Esta es, claramente, dependiente del medio. Por de ejemplos de este fenómeno de desiconización o
ejemplo, la palabra española kikirikí es icónica en el convencionalización. Citemos solamente el caso del
medio fónico, no en el gráfico. Lo mismo puede de- número 90 en francés: la expresión quatre-ving dix,
cirse de la palabra inglesa cuckoo. literalmente cuatro veintes y diez, es morfológica-
Existe una forma más compleja de iconicidad, mente icónica.
mediada por lo que podría describirse como una
extensión del significado básico de una expresión a Motivación icónica en gramática(s)
un significado metafórico. Este sería un ejemplo de Desde la filosofía aristotélica hasta nuestra época, la
iconicidad secundaria que se basa en la asociación posición dominante ha sido que el lenguaje humano,
icónica primaria. Por ejemplo, en inglés owl —bú- en oposición a varios tipos de comunicación huma-
ho— al caracterizar la palabra gráficamente como na, es esencialmente simbólico, y que tal distinción
el llanto del búho, la onomatopeya resultante se ba- constituye, tal vez, la brecha insalvable entre ellos:
sa en la asociación icónica primaria.
El lenguaje animal [...] hace uso de un número fi-
El punto central acá sería que la relación icónica nito de dimensiones lingüísticas, cada una de las
y la convencional no se oponen la una a la otra. Esto cuales se asocia con una dimensión no lingüísti-
es así no solo en el esquema de Pierce, sino en otros ca particular, de tal manera que la selección de
esquemas propuestos. un punto en la dimensión lingüística determina
y señala un cierto punto en la dimensión no lin-
Noción de iconicidad diagramática güística [...] El mecanismo y principio empleados,
sin embargo, son totalmente diferentes de los
Esta noción también tiene su origen en Pierce, para empleados por el lenguaje humano (Chomsky,
quien un diagrama es un signo complejo que repre- 1972, p. 69).
senta un concepto complejo. En la teoría de Pierce,
cada una de las partes de un diagrama puede ser Esperamos ejemplificar acá que la dimensión lin-
un símbolo, más que un ícono de su referente. La güística (formal) corresponde directamente a una
En yuxtaposición, O1 O2, Fue al mercado com- se expresa con un nombre separado, mientras que
prar cocos lo inalienable se expresa con un afijo añadido a lo
En conjunción, O1 ni O2, Fue al mercado y (más poseído. En resumen, la distancia lingüística entre
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tarde) compró cocos. poseedor y poseído es mayor cuando la posesión es
alienable, que cuando no lo es. Además, este parece
En esta lengua, la oración b. implica la separa-
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• ¡Su madre morirá! vs Su madre está muy delicada este trabajo como escala de iconicidad, pueden re-
y debemos prepararnos para un eventual resul- flejar, de forma motivada, similitudes y diferencias
tado final. comparables entre las categorías conceptuales. Las
De lo anterior podríamos deducir que la función limitaciones de tal motivación icónica surgen como
instrumental de distancia física es un ícono y garan- consecuencia de la necesidad de generalización, pe-
tía de distancia social. La prolijidad de los registros ro, en principio, no son diferentes de la naturaleza,
formales también puede constituir un ícono verbal parcialmente abstracta y parcialmente arbitraria,
de distancia social. de las categorías en fonología.
Un ejemplo final de distancia (social) emocional Debe quedar razonablemente claro que los di-
y distancia lingüística en español lo constituyen las versos principios de iconicidad discutidos acá son
expresiones de parentesco: interpretativos, más que generativos. La mecánica
de la posesión alienable e inalienable, por ejemplo,
• Mi tío vs un tío mío (la forma más corta denota
debe describirse con cualquier mecanismo descrip-
cierto grado mayor de cercanía, y por tanto de
tivo que parezca apropiado. Otros principios deben
afecto).
permitir predecir solamente cuál de dos formas en
• Mi suegra vs la mamá de mi esposa; mi consuegra
contraste se puede asociar con un significado dado.
vs la mamá del esposo de mi hija.
Si estas especulaciones acerca de los orígenes de
Los casos anteriores ejemplifican distancia so-
la iconicidad son válidas, entonces se podría decir
cial y afectiva presentes en la expresión lingüística.
que, en tales casos, la iconicidad tiene un referente o
Otros casos de iconicidad una base cognoscitiva y, así, una distinción lingüís-
tica está llamada a prestar el servicio de describir
Quedan dudas sobre el significado de los participios
una distinción conceptual. Sin embargo, en el len-
Critical Discourse Analysis. Discourse & Society, vol. 4, Voloshinov, V. (1976), El signo ideológico y la filosofía del
núm. 2, pp. 169-191. lenguaje, Buenos Aires, Nueva Visión.
Lakoff, G. y Johnson, M. (1986), Metáforas de la vida coti- Whorf, B. (1941), “The Relation of Habitual Thought and
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diana, Madrid, Cátedra. Behavior to Language”, en Language, culture and per-
Pierce, C. (1931), Collected Papers of Charles Pierce, Cam- sonality. Essays in memory of Edward Sapir, Menasha,
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