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EL MÉTODO SHERESHEVSKY PARA

PROGRESAR EN AJEDREZ

De jugador de club a maestro

M ijaíl Shereshevsky
© Mijaíl Shereshevsky

Traductor: Manuel Suárez Alba


Diseño de portada: Laura Pruneda González

Todos los derechos reservados

ISBN: 978-84-9481 79-2-2


Depósito Legal : AS 02453-201 8
Impresión:
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EDITORIAL CHESSY
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Webmaster: Laura Pruneda
Maquetación: Yago Gallach Pérez
ÍN DICE

Prólogo 7

Introducción 9

PARTE I Perfeccionamiento en ajedrez 17

Capítulo 1 Construcción de un repertorio de aperturas 18


Capítulo 2 Estudiando a los clásicos 87

PARTE 11 E strategia del final 1 16

Capítulo 3 La centralización del rey 1 22


Capítulo4 El papel de los peones en el final 1 28
Capítulo 5 El problema del cambio 1 33
Capítulo 6 El pensamiento esquemático 1 45
Capítulo 7 No apresurarse 1 66
Capítulo 8 El principio de las dos debilidades 1 85
Capítulo 9 En lugar de una conclusión 1 90

PARTE 111 Del siglo XX al siglo XXI 1 97

Capítulo 1 0 Sobre el estatus de los j ugadores de ajedrez 1 98


y los entrenadores
Capítulo 1 1 Libros de ajedrez 21 1
Capítulo 1 2 NATI 22 1
Capítulo 1 3 Pereza 228
Capítulo 14 La técnica del cálculo de variantes 234
Capítulo 1 5 Movimientos resultantes 244
Capítulo 1 6 El método en ajedrez d e losif Dorfman 260
Capítulo 1 7 Antes de la conclusión 295
Capítulo 1 8 Conclusión 303

Índice de jugadores 31 7
PRÓLOGO

Conocí a M ij aíl Shereshevsky en Minsk dos de Perfeccionamiento en ajedrez y de


hace casi 30 a ños, cuando i ngresé en el Endgame Strategy, por supuesto revisados
departamento de ajedrez del I nstituto de forma exhaustiva con los programas
de Educación Física de la capital de Bielo­ modernos de ordenador.
rrusia. Además de un jugador de ajedrez
bastante fuerte (ganador varias veces de En los años 90, Mijaíl Shereshevsky se re­
los campeonatos de Bielorrusia y de las tiró casi por completo del ajedrez y se de­
Fuerzas Armadas de la U RSS, y miembro dicó a los negocios. En esto coincidieron
del equipo n acional de Bielorrusia), Mi­ nuestros caminos en la vida. Sin embargo,
jaíl lzrailevich también era un reputado el ajedrez -lo sé por mí mismo- nunca se
entrenador. Sus mejores alumnos, Alek­ abandona, y hace unos años el famoso
sei Aleksandrov, !laja Kadimova y Elena entrenador empezó a ayudar a jóvenes ta­
Zayats, ganaron el oro y otras medallas lentos. En el año 201 2 organicé el match
en los campeonatos juveniles del mundo por el campeonato del mundo entre Bo­
y de Europa, y en total, Shereshevsky ha ris Gelfand (amigo mío desde los días de
entrenado a siete grandes maestros, ¡en estudiante en Minsk) y Vishy Anand, des­
aquellos a ños en los que ese título era im­ pués el Memorial Alekhine, y ya en 201 4
portante! fui elegido Presidente de la Federación
Rusa de Ajedrez (FRA), y u n poco más tar­
Desde el punto de vista del siglo XXI, sus de, Vicepresidente de la FIDE.
excelentes libros Mastering the Endgame1
y Endgame Strategy2 ya son considerados La palabra clave con la que fui a las elec­
clásicos, y no es de extrañar que el cam­ ciones de la FRA fue popularización. Mi
peón del mundo, Magnus Carlsen, elogie principal tarea: devolver la popu laridad al
los trabajos d e Shereshevsky casi 30 años ajedrez, y el interés, que durante m ucho
después de su publicación. Es una pena tiempo no ha sido suficiente. Para lograr
que otro de sus libros, The Soviet Chess el resultado deseado se desarrollaron una
Conveyor3, que se convirtió en un éxito de serie de programas y proyectos. Uno de
ventas a principios de los años 90, n u nca los resultados más importantes de nuestro
se haya publicado en ruso. Sin embargo, trabajo ha sido la creación de un departa­
ahora esta laguna por fin se verá comple­ mento de ajedrez en el centro educativo
tada: en el nuevo trabajo de M ijaíl lzraile­ para niños «Sirius», en Sochi. La apertura
vich se i ncluyen fragmentos selecciona- tuvo lugar en un ambiente solemne, en
presencia del Presidente ruso Vladímir Pu­
Nota del Editor. Publicados en castel lano con el tin, quien destacó que el país siempre ha
título de Planificación del final, tomos 1 y 2.
apoyado al ajedrez, y el ajedrez al país . . .
2 Nota del Editor. Esa obra no ha sido editada en
castellano.
3 Nota del Trad uctor. Editado en castellano con el El departamento de ajedrez está super-
título Perfeccionamiento en ajedrez.
7
Prólogo

visado por el decimocuarto campeón En su n ueva obra Mijaíl Shereshevsky re­


m undial Vladím i r Kramnik: a pesar de que sume su larga experiencia de entrenador,
juega activamente y se mantiene entre los y revela los secretos de su metodología.
mejores jugadores de ajedrez del mundo, Estoy seguro de q ue este l ibro será útil
Vladímir dedica su tiempo y energía a los tanto para los entrenadores cualificados
futuros campeones. Ofrecí a Shereshevsky como para los jóvenes ajedrecistas, con el
ingresar en el equipo de entrenadores, y objetivo de obtener mejores resultados.
está realizando un g ran trabajo. Logró en­
contrar su lugar en el equipo de colabora­
dores, establecer una buena cooperación
con l a administración de «Sirius» y, lo más
i mportante, proporcionar una prepara­
ción de calidad a los ajedrecistas jóvenes
más capacitados. En cualquier caso, ¡los
resultados de los alumnos de «Sirius» en Andrei Filatov
los últimos campeonatos del mundo y de
Europa infantiles nos han complacido mu­ Presidente de la Federación Rusa de
cho! Ajedrez

8
INTRODUCCIÓN

Este libro representa una mirada al trabajo


de un entrenador especializado que dejó
su actividad en el año 1 992 y que ahora
vuelve a desempeñarlo.

La idea de escribir este libro surgió en una


conversación personal y pertenece a Mark
Glujovsky. Ya e ntablamos amistad cuando
era el redactor jefe de la revista 64 y direc­
tor de Chess TV, e impartí unas lecciones
en la televisión ajedrecística a petición
suya. Podemos decir que fue mi primer
regreso al ajedrez activo. Ahora siguen al­
gunas palabras sobre mí.

Inicié mi trabajo de entrenador a los 25


años, en el año 1 975, en Minsk, cuando era
maestro. Ten ía que dar clases con g rupos
variados. Había un grupo de principiantes,
uno de jugadores de tercera categoría,
otro de primera categoría y uno de can­
didatos a maestro. Cada trabajo tiene sus
Mijaíl Shereshevsky
propias características; sin embargo, ense­
guida me convertí en el entrenador de la
selección j uvenil de Bielorrusia, y tuve que Mi primer entrenador, Abo lzrailevich
dejar el trabajo con los principiantes y los Shagalovich, formó a una g ran pléyade
jugadores de tercera categoría. Empecé a de ajedrecistas en el Palacio de Pioneros
investigar los métodos de entrenamiento de Minsk, que i ntegraron la selección de
para los jugadores de primera categoría Bielorrusia: V. Kupreichik, A. Kapengut, V.
y candidatos a maestro, y advertí que no Didishko, E. Mochalov, S. Segun, T. Golo­
existían. Los g randes maestros y maestros vei, V. Litvinov, G. Archakov. Era una per­
de aquella época, cuando eran jóvenes, se sona educada y con talento, un maestro,
perfeccionaron por sí solos, como pudie­ un jugador fuerte aunque, según los es­
ron. Con frecuencia, a través de los libros tándares actuales, era un amateur. Amaba
y en g rupos de compañeros con talento, el ajedrez, logró inculcar este amor a sus
siguiendo el método de ensayo y error. Yo alumnos, pero no poseía una metodología
no fui una excepción. de enseñanza profesional.

9
Introducción

Cuando era un estudiante, y con poco di­ Maestro, Vladímir l lich Lenin, jugaba m uy
nero, trabajé a tiempo parcial en el Palacio bien al ajedrez, con la fuerza de u n juga­
de Pioneros y acudí a las clases de Shaga­ dor de primera categoría. Así era: él des­
lovich, para aprender a enseñar a princi­ preciaba a los ajedrecistas del tipo de Fima
piantes y jugadores de tercera categoría. Revzin. Los l lamaba «em piristas rastreros»,
Uno de sus monólogos, improvisado, lo lo que equivale a «arrastrarse».
puedo reproducir casi textualmente. En el
tablero mura l reproducía una partida del Todo esto lo decía en un tono absoluta­
match con los jóvenes ajedrecistas de Mo­ mente serio, y mi preocupación pri n cipal
lodechn o, en la q ue el jugador de segunda era no reírme en voz alta y resbalar debajo
categoría del Palacio de Pioneros de Min­ de la mesa por la risa, a u nque yo m e sen­
sk, Fima Revzin, no advirtió u n mate en taba detrás de todos, y los niños no me
dos j ugadas, y como resultado perdió la veían. Más tarde busqué en un diccionario
partida. Monólogo de Shagalovich: filosófico y encontré que a un grupo de
opositores que no entraban en la esencia
- ¡ En esta posición Fima no dio mate e n de los hechos, en opinión de Len in, los de­
dos jugadas! ¿Pero cómo pudo hacer eso? nominó «empiristas rastreros».
Después de todo, ¡ha empezado a jugar
al balonmano! (Cabe señalar que a Abo No obstante, volvamos al método d e en­
lzrailevich no le gustaba mucho que los aje­ trenamiento para los jugadores de p rime­
drecistas combinaran el ajedrez con otro ra categoría y candidatos a maestro. Mi
tipo de actividades. Por lo general, el asun­ siguiente entrenador fue lsaak Efremo­
to terminaba en perjuicio del ajedrez.) Por vich Boleslavsky. ¡Era un superclase! Gran
su puesto, ¡en el estadio hay que apretar maestro de categoría m u ndial, entrenador
los talones! Pero cuál es la diferencia; ¿en de la selección de la U RSS y de cam peo­
cuánto tiempo corre un hombre moder­ nes del m u ndo. Todos los que tuvieron la
no los 1 00 metros, en 1 O segu ndos, 1 1 o suerte de formar parte de la selección de
1 3? ¡Si puedes tomar un avión y volar a m i l Bielorrusia y trabajaron con él, pudieron
metros p o r segundo! He escuchado en la aprender mucho por sí mismos. ¡Pero no
rad io que Mohammed Ali, llamado tam­ había un sistema! Trabajamos en el a n álisis
bién Cassius Clay, pronto golpeará en la de las aperturas y en su conexión con el
cara a su compatriota ... medio juego, y tam bién en el análisis de
las partidas jugadas.
Niños g ritando:
Por supuesto, la comprensión del juego de
¡Joe Frazier! l . Boleslavsky era colosal, su capacidad de
análisis ú nica, su visión combinatoria era
- ¡ Correcto, Frazier! Y usted sabe que el aguda, pero el que tien e oídos tiene que
presidente de la primera federación de escuchar. Nadie te da nada «masticado»
ajedrez de la U RSS fue Nikolai Vasilievich y te lo mete en la boca. En especial no se
Krilenko, presidente del Consejo de Comi­ ocupaba nada del final de partida, solo
sarios del Pueblo4• ¿Y en qué puede con­ cuando se analizaban las partidas jugadas
vertirse, en su o pinión, Cassius Clay? ¡Solo o los aplazamientos. En esa época había
en presidente del partido de los cabrones! algunos manuales i neficaces, escritos por
Quiero recordarle que nuestro g ran Líder y personas que no trabajaron como entre­
nadores, o que trabajaron y no lograron
4 Nota del Autor: En realidad, N. Krilenko fue
ningún resultado. En general, los entrena­
miembro del Consejo de Comisarios del Pueblo, dores i nteresados en s u trabajo tuvieron
pero no su presidente.

10
I ntroducción

que desarrollar por sí mismos una meto­ cios para eliminar los defectos en el juego,
dología. fueron temas que ni siquiera discutimos
específicamente. Sin d uda, es necesario
Es importante tener en cuenta que, por re­ el estudio de la apertura y su conexión
gla general, no vas a trabajar con un Boris con el medio j uego. Este trabajo, fam i liar
Gelfand o un Vasya lvanchuk, cuyo talento para la mayoría de los ajedrecistas y entre­
es notabl e desde el primer i nstante, por­ nadores, es interminable, puedes hacerlo
que ningún trabajo de entrenamiento, i n­ toda la vida. Solo es suficiente sal i r de la
cluso uno deficiente, puede estropearlos o apertura con una posición excelente y
frenarlos. Pero sí puede pasar con jóvenes después empezar a «descoserla» para que
i nteli gentes con ciertas habilidades para la sensación de una buena preparación
el ajedrez, cuyo descubrimiento no es tan de la apertura se desvanezca. La calidad
evidente, y depende en gran medida de de la preparación de la apertura es muy
un sistema correcto de estudio y entrena­ importante a un n ivel elevado, cuando el
miento. resto de los componentes del jugador son
comparables, como el servicio en el tenis.
Quiero señalar que el crecimiento de la Sin embargo, primero debes aprender a
fuerza de un joven ajedrecista es irregu­ jugar, o lo que es lo mismo: entrenar ade­
lar y no se asemeja a un gráfico plano y cuadamente. En la literatura de ajedrez so­
progresivo. Aquí es bastante apropiado viética se halla el libro autobiográfico es­
recordar la ley de la dialéctica sobre la crito por el gran maestro Aleksandr Kotov
transición entre la cantidad de trabajo Piense como un Gran Maestro5, que a borda
bien planificado y la calidad del trabajo el proceso real de entrenamiento del cál­
racionalmente realizado. El trabajo bien culo de variantes. Nos referiremos a él en
planificado y racionalmente realizado, de este libro. Pero el creador del método de
hecho, es cualitativo, sin embargo el salto entrenamiento ajedrecístico basado en la
siempre ocurre inesperadamente. A me­ implementación de diversos ejercicios, di­
nudo, los j ugadores de ajedrez, a primera rigidos a reducir las deficiencias del juego
vista, recu erda n a los «patitos feos» que se del ajedrecista, es el e ntrenador e mérito
convierten en «cisnes blan cos» que igua­ de la U RSS Mark Dvoretsky.
lan o incluso superan a sus compañeros
con cualidades aparentemente superio­ Los resultados del método de Dvoretsky
res. Simplemente el desarrollo del orga­ son bien conocidos. Dicen que la historia,
nismo y la formación de la personalidad incluida la del ajedrez, no soporta el modo
avanzan a ritmos diferentes en cada joven. subjuntivo. Estoy convencido de que ni
Artur Yussupow, ni Sergei Dolmatov, ni
De esa manera l legamos a lo más impor­ muchos otros de sus alumnos, podría n ha­
tante. El e ntrenador debe planificar su tra­ ber obtenido tales resultados en el ajedrez
bajo y empezar a entrenar. ¿Cómo? Para la si no hubieran accedido a su debido tiem­
mayoría de los entrenadores de la época po a Dvoretsky, y el ejemplo inverso con
el proceso de entrenamiento comprendía Valery Chejov lo confirma, aunque es cier­
el estudio de las aperturas, el análisis de to que es imposible verificarlo. Además,
la teoría moderna de aperturas, así como quiero señalar que Mark Dvoretsky sabe
el análisis de las partidas jugadas. Desde sacar a la luz las debilidades humanas de
l uego esto es lo que realizamos con l. E. sus alumnos en el juego de torneo y sabe
Boleslavsky, solo que a un n ivel muy ele­
vado. Los clásicos, el final, la técnica del 5 Nota del Traductor. Su traducción literal del
cálculo de variantes, la selección de ejercí- ruso sería Secretos del pensamiento del ajedrecis­
ta.
11
I ntroducción

Kramatorks, año 1 989. En el campeonato nacional juvenil los equipos de Bielorrusia tuvieron un
gran éxito: las chicas ocuparon el segundo lugar, y los muchachos el tercero.
Sentados: Sagalchik, Gelfand, Gerasimovich, Levitan, Zayats, Smirin.
De pie: Atlas, Aleksandrov, y los entrenadores: Kapengut, Shereshevsky, Mochalov, Raisky

seleccionar un conjunto de ejercicios para a los que había que ayudar a alca nzar el
eliminar uno u otro defecto. Y ese es el
!
nivel de maestro. Además, Dvoretsky po­
pilotaje supremo de l a maestría de un en­ d ía permitirse trabajar con no más de tres
trenador. Tuve la fortuna de que durante alumnos a la vez, en casa y en el momen­
uno de los torneos de la primera liga del to que le parecía conveniente. Por el con­
campeonato d e la U nión Soviética, cele­ trario, un entrenador de niños ten ía que
brado en M insk, Dvoretsky me propusiera ocuparse de varios grupos de al menos
que fuera su ayudante. Mi relación con él seis alumnos cada uno. Aparte de asistir a
me ha proporcionado g randes beneficios. consejos de profesores, redactar informes
Conocí sus métodos de trabajo, sobre los innecesarios que no ten ían relación con el
que a hora se han escrito muchos libros. trabajo, también tenía que hacer de á rbi­
Mi l ibro Estrategia del final no hubiera sido tro en las competiciones. El tiempo que
posible sin la i nfluencia de este notable quedaba para la preparación y la creativi­
especialista. dad era escaso.

Regresemos a la creac1on de métodos Me detendré en mi metodología, con la


propios de los entrenadores de fi nales que preparé a tres campeones de la U RSS
del siglo XX. Dvoretsky se ocupaba de j u­ de chicos y chicas, que más tarde ganaron
gadores jóvenes con un nivel de maestro los Campeonatos del Mundo y de Europa.
soviético, m ientras que un entrenador ha­ Son Aleksei Aleksandrov, Elena Zayats e
bitual tenía que trabajar con j ugadores de llaja Kadi mova. Todos ellos se convirt ieron
primera categoría o candidatos a maestro, en g randes maestros, así como otros cua-

12
Introdu cción

tro a l u mnos míos. Recordaré que entonces un jugador que no ha definido su estilo.
los campeonatos de la URSS, de Europa y Es necesario enseñarle m ucho. Por regla
del M u ndo, no abarcaban los años 8, 1 O, general, es necesario completar e n poco
1 2, etc., sino q ue solo existía la categoría tiempo su alfabetización ajedrecística. En
absoluta hasta 20 años, y la de «cadetes» mi época la situación era exactam ente
hasta 1 6 a ños. Y todos mis alumnos acu­ esa. Ahora, como pude comprobar obser­
dieron a mí como jugadores «bisoños» de vando el campeonato juvenil de Rusia, la
primera categoría o candidatos a maestro. situación no ha cambiado para mejor. Lo
mismo que tú no tienes claro el estilo de
El perfeccionamiento de un jugador de juego de un futuro gran maestro, ni él mis­
ajedrez se compone de varios aspectos, mo conoce sus gustos e inclinaciones en
pero se pueden mencionar como princi­ el ajedrez, sin embargo, es necesario par­
pales la teoría, la práctica y los ejercicios ticipar en torneos, y entonces la conjetura
de entrena miento. El concepto de «teoría» «¿se sentirá cómodo con esta o aquella
es mucho más amplio que el estudio de apertura?» es solo una pérdida de tiempo.
las aperturas. Este concepto, además de Los requisitos para el repertorio de aper­
la creación de u n repertorio de aperturas, turas de los jugadores que yo entrenaba
incluye el conocimiento de los clásicos, l a eran los siguientes:
lectura y e l estudio d e libros «sensatos» y
colecciones de torneos, el estudio de los 1} El repertorio de aperturas debe ser só­
principios del j uego en el fi nal y la me­ l ido, con u nos fundamentos posicionales
morización de posiciones precisas, una sanos; activo, pero no demasiado agresivo.
g ran variedad de técnicas estratégicas
y tácticas en el medio juego, el análisis 2) En el repertorio no debería haber aper­
d e las partidas jugadas, y muchas cosas turas o variantes notoriamente «decaden­
m ás. Con la práctica es mucho más fácil. tes», que cuando el ajedrecista progrese y,
Para mejorar, el ajedrecista debe jugar. En en consecuencia, crezca la fuerza de sus
primer lugar están las partidas de torneo rivales, tenga que ser tarde o tem prano
con un control de tiempo «largo». Las par­ «liquidada». Son aquellas que conducen
tidas rápidas y de blitz se pueden utilizar a posiciones significativamente peores
con moderación, para entrenar y practicar y ofrecen una seria ventaja al adversa­
ciertas habilidades en el juego. rio al inicio del j uego. Por ejemplo, para
las negras en respuesta a 1 e4 la d efensa
Los ejercicios de entrenamiento son el Alekhine, la defensa Escandinava, la de­
tipo de trabajo ajedrecístico que depen­ fensa Philidor, etc. Con ellas el ajedrecista
d e especial mente del entrenador. Si bien terminará i nevitablemente en «bancarro­
para la «teoría» en muchos temas es posi­ ta», y tendrá que aprender nuevas aper­
ble realizar clases introductorias y asignar turas partiendo de cero, aunque existe la
tareas para el trabajo individual, los ejerci­ tentación de obtener éxitos inmediatos en
cios de entrenamiento, en muchos casos, las partidas con oponentes menos cualifi­
son imposibles sin un entrenador. Con cados.
frecuencia las posiciones con una tarea
determinada d eben desarrollarse con el 3) La apertura no debe conducir a desviar
reloj y el entrenador. el juego hacia diversas «tabiyas» estra­
tégicas. Es incorrecto enseñar a un joven
Cuando i n icias el trabajo con u n jugador ajedrecista a jugar con blancas 1 li:Jf3, 2
de primera categoría o candidato a maes­ g3, 3 ig2, 4 0-0, 5 d3, 6 li:J bd2, 7 e4 para
tro, de 1 O a 1 4 años, estás tratando con todas las ocasiones. O bien 1 li:Jf3, 2 c4, 3

13
Introducción

g3, 4 ig2, 5 0-0. Entonces su comprensión


ajedrecística no se desarrollará en su tota­
l idad. En sus partidas surg i rá un rango de
posiciones demasiado pobres y limitadas
en su contenido estratégico. Si quieres
que j uegue posiciones cerradas, entonces
i nvítale a jugar 1 d4, 2 c4 y al principio es
preferible 3 4J c3, pero no 3 CUf3.

4) Lo principal. El repertorio de aperturas


debe establecerse de tal manera que no
sea necesario revisarlo al menos en un
año, y limitarlo solo al análisis de las par­
tidas jugadas.

Cuando tus alumnos se conviertan en


maestros y g randes maestros, constru­
yan un estilo de juego y que sus gustos
ajedrecísticos sean estables; ellos podrá n
cambiar el repertorio de aperturas d iame­
tra l mente. Por eso, que les enseñes ahora
a jugar contra 1 e2-e4 la apertura Españo­
la, la Sicil iana, la Caro-Kan n o la defensa Australia, año 1 988. Abrazando cariñosamen­
Francesa, no tiene especial i m portancia. te a un koala
Lo i mportante es orientarles a una sólida
l ucha posicional. La tarea más importante nicación entre entrenadores se llevaba a
es comenzar a aprender el juego en toda cabo en los diversos torneos de ajedrez y
su diversidad, y acceder a la apertura de en las sesiones de las escuelas de ajedrez.
una manera racional, pero no primitiva. Me complace recordar la comunicación
en las competiciones j uven iles con unos
En m i época los entrenadores con una excelentes entrenadores, que crearon su
práctica activa y de éxito no estaban muy propio método de enseñanza en Rusia: el
dispuestos a compartir con nadie los se­ gran maestro Aleksandr Nikolaievich Pan­
cretos de su trabajo. Aquellos que no po­ chenko y el filósofo-investigador del aje­
nían tanto énfasis en estudiar la apertura, drez Viacheslav Andreievich Chebanenko.
en la conexión de la apertura con el medio Por desgracia, ya no están con nosotros.
juego, o e n el a nálisis de las partidas juga­ ¡Permanecen en la memoria!
das, sino en otros métodos de perfeccio­
namiento ajedrecístico, eran los menos. Tomé parte en el trabajo con las escuelas
Se puede leer algo sobre este tema en de las sociedades deportivas «Burevest­
contados artículos de las revistas de aje­ nik» y «Lokomotiv», donde se realizó un
drez. Sin embargo, no recuerdo que haya interesante trabajo creativo bajo la d i rec­
un lib ro dedicado a este tema, escrito por ción de Dvoretsky, aunque fueron más
entrenadores-jugadores, antes del año bien episodios esporádicos que una prác­
1 999 H e leído o he mirado no menos del tica constante.
95% d e la l iteratura ajedrecística editada
en la URSS. Los trabajos de Dvoretsky fue­ En el año 1 990 acepté una oferta de la
ron publicados posteriormente. La comu- Federación Búlgara de Ajedrez, y traba-

14
Introducción

jé en Sofía d u rante dos años. U na de las castellano fue Perfeccionamiento en aje­


principales razones fue el deseo de sacar drez, y eninglés The Chess Soviet Conveyor.
a mi familia de Minsk, ya que en el año Ermenkov me convenció de que para una
1 986 se produjo la tragedia de Chernóbil, persona de habla inglesa la palabra «Me­
y para los simples morta les era imposible todolog ía» era sinónimo de aburri m iento,
comprender la imagen real de la contami­ y tuvimos que pensar en algo más sonoro
nación por rad iación. En esa época se pro­ para el oído i ng lés.
dujo en Bulgaria su propia «perestroika».
Pronto colapsó la Unión Soviética. Llega­ Ceo que la esencia de la metodología ex­
ron los «difíciles» años 90, y dejó de haber puesta en u n libro que ya tiene vei nte a ños
dinero para el trabajo ajedrecístico tanto sigue vigente hoy. Las correcciones reali­
en Bulgaria como en Bielorrusia. En el año zadas con la ayuda del ordenador lo han
1 994, siendo maestro i nternacional con rej uvenecido. En la primera parte de este
un coeficiente de gran maestro, jugué mi n uevo libro cito capítulos de Perfecciona­
última partida de torneo y decidí abando­ miento en ajedrez, los que se refieren a l a
nar el ajedrez. A petición del presidente construcción de un repertorio de apertu­
de la Federación Búlgara de Ajedrez, Mijaíl ras y al estudio de los clásicos. La segunda
lliev, en el año 2001 fui entrenador-selec­ parte del libro es u n concentrado de End­
cionador del equipo nacional en el cam­ game Strategy, donde se pone el acento,
peonato de E u ropa, y el año 2002 en la con un cambio en la presentación del ma­
última Olimpiada de ajedrez que ganó el terial y una serie de nuevos ejemplos, en el
equipo de Rusia, aunque desde entonces estudio de los principios primordiales de
no he entrenado a nadie individualmente. los finales de partida más complejos. En la
tercera parte del libro se expone la visión
El año 1 992 escribí un libro que describía del autor sobre los enormes cambios que
los métodos d e mi trabajo. Estaba dirigido han tenido lugar en el ajedrez y en el tra­
a jugadores de primera categoría o can­ bajo de entrenamiento durante el último
didatos a maestro para que alcanzaran el cuarto de siglo.
nivel de un m aestro internacional o gran
maestro. En e l libro se describe cómo y Para termi nar, me gustaría añadir q ue el
con qué consecuencias entrenaba a esos ajedrez es multifacético, y que se pueden
ajedrecistas. Como en aquella época en crear infinidad de diversos ejercicios es­
Rusia a los autores casi no se les pagaba tratégicos, tácticos, teóricos y prácticos.
por escribir libros, y las editoriales extran­ Se puede utilizar el viejo programa de V.
jeras te daban un insuficiente porcentaje E. Golenischev, modernizado por V. lvanov
por tu trabajo, decidí publicar este libro en y editado por el brillante periodista llya
inglés y español por mi propia cuenta (Per­ Odessky, y dar clases con él, o con algún
gamon Press, por Endgame Strategy, trans­ otro libro. Es probable que tenga cierta
firió a la agencia de derechos de autor de utilidad, no obstante es dudoso que haya
la U n ión Soviética cierta suma, de la que un progreso serio. Un buen entrenador
me correspond ían a l rededor de 400 libras debe trazar un vector de trabajo, que inclu­
por año, lo que era bastante bueno en la ya una serie de componentes importantes,
Unión Soviética y bastante mísero en la y asegurarse de que el alumno no se desvíe
Bulgaria del a ño 1 993). La traducción del de él. Y en el momento en que esos compo­
libro al castell a no la realizó el candidato a nentes, cada uno de los cuales implica una
maestro Anatoly Timofeevich Bondar, por gran cantidad de trabajo, se llenen, asi­
desgracia hoy fallecido, y al i nglés el gran milen y converjan apropiadamente en un
maestro Evge ny Ermenkov. El título en punto, debe producirse un salto brusco en

15
I ntroducción

la categoría del ajedrecista.Por desgracia,


cada vez con mayor frecuencia observa­
mos serios desequili brios en la educación
ajedrecística de los jóvenes talentos, a u n­
q ue de eso hablaremos con más detalle en
la tercera parte del libro.

16
PARTE 1
PERFECCIONAMIENTO EN AJEDREZ

El l ibro The Chess Soviet Conveyor fue escrito el año 1 992 y no se ha publicado en lengua
rusa. En él intenté explicar mi metodología y describir las etapas de trabajo que u n joven
ajedrecista debe hacer para pasar de ser un jugador de primera categoría o candidato
a maestro a convertirse en dos o tres años en un maestro internacional o gran maestro.

Después de un cuarto de siglo, en mi opinión este método no ha perdido su vige ncia.


Más bien lo contrario. La vieja escuela de entrenadores soviéticos se está yendo poco a
poco, y la nueva no siempre logra distinguir la dirección principal de trabajo y conducir
por e l la a sus a l umnos, para eliminar en el transcurso de su perfeccionamiento los diver­
sos defectos de su juego. En una g ran corriente de información, como en la canción de
Anna German, «se pierde de vista mucho».

Los extractos del l ibro que ofrezco a su atención se presentan con pequeños cambios y
adiciones, y representan una traducción inversa del inglés al ruso, realizada por l a g ran
maestra Anna Burtasova, ya que el manuscrito original del l ibro ya hace tiempo que se
perdió.

En el capítulo dedicado al estudio de los clásicos, para reducir el material de estudio in­
cluyo mi conferencia ofrecida en la escuela de Mark Dvoretsky y A. Yussupow y publicada
en su l ibro conjunto «Métodos de entrenamiento en ajedrez6».

6 Nota del Traductor: Editado en castel lano con el título Entrenamiento de élite.
17
Capítulo 1
Con strucción de u n repertorio de aperturas

El repertorio de aperturas d e cada ajedre­ campeonato individual de la URSS de su


cista puede ser diferente, y no solo por los edad (cualquiera de ellos, hasta 1 O, 1 2, 1 4,
nombres de las aperturas, sino más bien 1 6, 1 8 o 2 1 años), él - y usted como en­
desde el punto de vista del modo de jugar trenador - obtenían el derecho a partici­
la etapa i n icial de la partida. Me gustaría par en el campeonato del mundo, y esto
explicar mi idea. Supongamos que un aje­ garantizaba un viaje al extranjero i ntere­
drecista comienza la partida con la jugada sante y rentable. Y un buen resultado del
1 e4 Su adversario responde 1 ... cs. Ahora, joven ajedrecista en el campeonato del
si las blancas q uieren luchar por la ventaja mundo proporcionaba la oportunidad de
y la i niciativa en la apertura, deben jugar obtener el título de «entrenador emérito»,
2 tll f3 y 3 d4. Además, creo que las blan­ y con ello un aumento de salario vitalicio.
cas deben ser consecuentes, lo que en la Naturalmente, se le daba una gran i mpor­
Najdorf sería jugar 6 ,igs, y en el Dragó n tancia al resultado, y era imposible hablar
el sistema con el enroque largo y el ata­ de una preparación de aperturas «a largo
que en flancos opuestos. Si el ajedrecista plazo». Era necesario atenerse al res ultado
no hace esto, su trabajo analítico pierde el de la partida, ganar a cualquier precio, y el
elemento de l a creatividad, y puede con­ repertorio de aperturas se basaba, entre
vertirse en un j ugador experimentado sin otras cosas, en esquemas superficia les de
u n arma de apertura fiable. «celadas». Al principio este método podía
ser productivo, pero más tarde, a m edida
Poseo una amplia experiencia de trabajo que la fuerza del joven ajedrecista y la
en la a ntigua U RSS, y comprendo la men­ de sus oponentes iba creciendo, los es­
talidad y el deseo de los entrenadores de quemas de aperturas «ingenuos» se con­
que sus alumnos obtuvieran resultados vertían en un boomerang, y el repertorio
ya desde la más tierna edad. Era necesa­ del joven jugador regresaba a la etapa de
rio ganar los campeonatos por equipos embrión. Durante ese tiempo el e ntrena­
del distrito, de la ciudad, de la república, dor, por regla general, ya estaba ocupado
de la URSS. Esto era lo mínimo que debía en la formación de nuevos talentos en el
hacerse para g anarse una vida tranquila: cam i no hacia un éxito rápido. El jugador,
aumento salarial y mejora del estatus de que habitualmente alcanzaba el nivel de
entrenador. candidato a maestro, equipado con un
repertorio de aperturas deficiente, tenía
Más recientemente, además de los tradi­ que resolver el problema por sí solo. Te­
cionales campeonatos del mundo, para nía una oportunidad solo si aprendía a
«cadetes» hasta los 1 6 a ños, y juveniles pensar críticamente y analizar posiciones
hasta los 2 1 años, comenzaron a cele­ objetivamente. Por lo general, tenía serias
brarse campeonatos del mundo en otras dificultades para desprenderse de todo lo
edades. Y si el a l um no conseguía ganar el que había aprendido previamente y co-

18
Construcción de un repertorio de aperturas

menzar de nuevo. Solo unos pocos podían Fischer demostró convincentemente la


conseguirlo. efectividad de 1 e4. Por supuesto, este
enfoque tiene sus aspectos negativos. Ta­
Ahora regresemos a la jugada 1 e4 y la les jugadores a veces penetran profunda­
defensa Siciliana. Debo insistir: creo que mente en «territorio enemigo». El oponen­
el desarrollo d e las blancas en las apertu­ te puede preparar una novedad en alguna
ras abiertas y semiabiertas debe ser con­ variante aguda de la a pertura, tienes que
secuente. ¿Por qué? La respuesta es muy resolver problemas sobre el tablero cuan­
sencilla, y se basa en los mismos funda­ do el tiempo corre, y e n la mayoría de los
mentos del ajedrez. La jugada 1 e4 es solo casos no hay vuelta atrás. Además, es ne­
el primer paso hacia un rápido desarrollo cesario revisar constantemente la crecien­
de las fuerzas, la premisa de un conflicto te cantidad de información ajedrecística,
tem prano en la mayoría de las aperturas. pues no puede permitirse pasar por alto
Supongamos q ue las blancas intentan ju­ una novedad importante en una variante
gar lenta y posicionalmente en cualquier aguda. Voy a citar algunas partidas, aun­
variante aguda de la defensa Siciliana. Tal que el número de ejemplos que ilustran
estrategia solo puede funcionar contra u n este principio pueden ser infinitos.
adversario inexperto y s i n preparación. E n
consecuencia, la iniciativa de la partida
pasa poco a poco a las negras. La titáni­
PARTIDA 1
ca l ucha entre Kasparov y Karpov es un
ejemplo instructivo. El g ran especialista Lembit 011 - Viktor Gavrikov
en jugar la siciliana «ralentizada», Karpov, Defensa Siciliana [B97]
(recordemos su match con Pol ugaievski Tallin 1 983
del año 1 974) no pudo ganar ni una sola
partida con 1 e4 en su segundo match, y 1 e4 es 2 ltJf3 d6 3 d4 exd4 4 etJxd4 ltJ f6 S ltJ c3
a partir del tercer match renunció a jugar a6 6 igs e6 7 f4 'l!Mb6 8 'l!Md2 'l!Mxb2 9 gb1
1 e4. 'l!Ma3 10 fS etJc6 1 1 fxe6 fxe6 1 2 lt::ixe6 bxe6 13
ie2 ie7 14 0-0o-o 1 s @h1 ga7 1 6'l!Me3 gd7
Por otro l ado, los ajedrecistas que inician 17 eS dxeS 18 'l!MxeS
la partida con la jugada 1 e4 y eligen los
caminos más activos para las blancas
(además de la Siciliana también existen
esquemas agudos en la Española, con sus
ataques Marshall y Jaenisch, en la variante
abierta y en varias variantes cerradas; en la
defensa Francesa, en la defensa Caro Kann,
y en una amplia gama de otros sistemas),
pueden esperar obtener un éxito rápido
tras la fase de apertura. Jugar contra aje­
drecistas de este tipo es un verdadero de­
safío y una tarea muy difícil. Los problemas
a los que las negras se enfrentan después
de 1 e4, en comparación con los sistemas 1 8 ...'l!Md6 1 9'11Mas id8 20'l!Ma4 '\!Mes 2 1 ixf6
de aperturas cerradas, son mucho más es­ ixf6 22 fü3 es 23 ie4 gb7 24 ib3 e4 2S
pecíficos y requ ieren decisiones responsa­ ixe4 gxb1 26 etJxb1 ib7 27 m1'l!Me4 28 fü3
bles en una etapa temprana. En su época idS 29 etJa3 '\!Mxf3 Las blancas abandona­
el u ndécimo campeón del mundo Robert ron.

19
Construcción de un repertorio de a perturas

Recuerdo esta partida bastante bien. En


ese torneo era el entrenador de Peter Kor­
zubov, y entré en la sala de juego poco
después del inicio de la ronda. En la mayo­
ría de las partidas los adversarios habían
realizado solo algunas j ugadas, mientras
que 011 y Gavrikov desplegaban sus ju­
gadas a l ritmo de una ametralladora, y el
encargado del tablero mural apenas podía
seguirles. Transcurridos apenas cinco mi­
nutos los adversarios ya habían realizado
veinte jugadas, y en ese momento Lembit
011 empezó a pensar, viendo claro que las Hasta este momento los g randes maestros
blancas ya estaban perdidas. No soy un seguían el curso de la partida Short - Hüb­
experto en esta variante, y no puedo decir ner, Tilburgo 1 988, que terminó a la juga­
quiénes eran los que habían jugado ante­ da siguiente. Hübner jugó 23 ... c5?, y des­
riormente esta partida, y en qué momento pués de 24 :tl:h1 ! abandonó a causa de 24
hubo una mejora del juego de las negras. ... Wg4+ 25 Wf1 c4 26 id1 Eí'.e1 + 27 Wxe1
Como espectador, ese día no puede evitar Wg2 28We2Wxh 1 + 29 Wd2 Además, en el
sentir lástima por el estonio. La derrota de Informador ajedrecístico n.0 46 se ofrece un
las blancas en cinco minutos, cuando en análisis e n el que se demostraba que las
las mesas vecinas la batalla real apenas blancas también obtenían ventaja decisi­
había comenzado, y la circunstancia de va después de 23 ... :tl:e4. Lembit 011 realizó
que tu oponente no tuvo que pensar ni otra jugada: 23 ... '!Wh2+! t y después de 24
una sola jugada sobre el tablero, puede li:.if1 if4! q uedó claro que son las blancas
quitarte durante mucho tiempo el deseo las que tienen que luchar por las tablas. Es
de m eterte en discusiones teóricas. Sin única la jugada 25 Wff3!, ya que tanto 25
embargo, Lembit 011 sacó las conclusiones id1 Eí'.e1 +!, como 25 ixf4 \Wxf4+ 26 Wg2
correctas d e esta situación. Veamos ahora :tl:e3 son insuficientes para las blancas.
su partida del campeonato de la URSS del
año 1 989. 25 ... gel + 26 \i:.ixel '\Wxg1 + 27 li:.ie2 ixc1 28
gxc1 !

Las blancas sacrifican la calidad para for­


PARTIDA 2
zar las tablas, ya que después de 28 Wd3
Andrei Sokolov - Lembit 011 Wxg5 las negras deben ganar. Ahora des­
Defensa Rusa [C42] pués de . . .
Odesa 1 989
28 ... '\Wxc1 29 g6 ges+ 30 li:.id3 '\Wb1+ 31
1 e4 es 2 llJf3 llJ f6 3 llJxeS d6 4 llJf3 llJxe4 5 li:.id2 '\We1 + 32 li:.id3 '!Wb1 + 33 li:.id2 '\We1 +
d4 d5 6 i.d3 i.d6 7 0-0 0-0 8 c4 c6 9 llJ c3 llJ xc3 la partida terminó en tablas. Si las negras
10 bxc3 dxc4 1 1 ixc4 i.g4 1 2 '1Wd3 llJd7 1 3 intentan ganar mediante 30 ... Eí'.e7 (en l u­
lll g 5 llJ f6 1 4 h 3 i.hS 15 f4 h6 1 6 g 4 hxg5 1 7 gar de 30 ... Wb1 +), entonces después de
fxgS b S 1 8 i.b3 l2Jxg4 1 9 hxg4 '!Wd7 2 0 gxhS 3 1 gxf7+ liif8 32 Wh3 Wb1 + 33 ic2 Wxa2
'\Wg4+ 21 li:.if2 �ae8 22 gg1 '\Wh4+ 23 li:.ig2 34 Wc8+ Wxf7 35 Wf5+ todo termina con
jaque continuo.
Véase el diagrama siguiente

20
Construcción de un repertorio de a perturas

PARTIDA 3 �bds 20 E:xd8 E:xds 21 mn �d2 22 �h3 ll:Jg4


Lev Psajis - Tibor Tolnai 23 Wbs+ mh7 24 b4 Wa3 25 Wxa7 Wc1 + 26
Defensa Siciliana [B76]
@g2 .ixc3 27 E:xc3 füe2+ 28 @g3 We1 + 29
mf3 Wf1 + las blancas abandonaron.
Dortmund 1 989
1 e4 es 2 ll:Jf3 d6 3 d4 cxd4 4 ll:Jxd4 ll:Jf6 s ll:Jc3 El g ran maestro S. Makarichev, famoso
g6 6 ie3 .ig7 7 f3 llJ c6 8 W d2 0-0 9 g4 periodista de ajedrez y comentarista de
televisión, realizó los comentarios a la 6ª
Aquí las negras habían probado 9 ... h5, 9 partida del match por el campeonato del
... es y 9 ... ie6. Lev Psajis ya había j uga­ mundo del año 1 990 entre Kasparov y Kar­
do con blancas una partida contra Smirin pov. Escribió en la revista 64 n.º 23, 1 990:
(Klaipeda 1 988), que continuó 9 ... ie6 «Viendo la lucha entre dos de los ajedre­
1 O h4 dS 1 1 0-0-0 lll xd4 1 2 ixd4 de 1 3 cistas más fuertes de n uestro tiempo, in­
gS CU hs 1 4 ixg7 Wfxd2+ 1 5 füd2 �xg7 vol untariamente te preguntas a ti mismo
1 6 lll xe4 l:fad8, con un final más o menos cómo se relacionan entre sí la fi losofía más
igual. Sin duda, Psajis se guardaba en la profunda del ajedrez y la simple práctica
manga una mejora, sin embargo le espe­ terrenal. "Las blancas juegan 1 e2-e4, iY
raba una sorpresa desagradable. ganan!''. proclamó el famoso teórico sovié­
tico Rauzer y . . . desarro l ló un buen n ú me­
ro de sistemas agresivos para las blancas,
que todavía son populares hoy. El g ran
maestro Sveshnikov considera que solo
con esta jugada las blancas obtienen ven­
taja en la apertura. ¿Por q ué? ¿Cómo? Es
una cuestión que es difícil de comprender,
no se puede verificar. Aunque la mayoría
de los jugadores de ajedrez coinciden in­
conscientemente en que objetivamente la
jugada 1 e4 es la más fuerte. Tras este mo­
vimiento, la j ugada del peón de rey exige
un serio enfoque de cara a la preparación
9 ... ixg4! y al juego sobre el tablero, al límite de las
posibilidades. El único lema de las blancas
debe ser "adelante y solo hacia adelante';
El efecto de este sacrificio fue como la ex­ porque las vacilaciones en la apertura
plosión de un «cóctel Molotov». El futuro pueden conducir al fracaso y a la desilu­
nos mostrará la verdadera evaluación de sión».
esta novedad. No obstante, en esta parti­
da concreta las blancas apenas ejercieron El lector ya ha podido convencerse de que
resistencia, aunque la diferencia en el ra­ los problemas de las blancas, cuando se
ting de los dos rivales era de cien puntos a enfrentan a una novedad en el transcurso
favor de las blancas, y aún más en la com­ de una variante de apertura aguda, son
prensión ajedrecística y en la categoría de realmente serios. La catástrofe en la aper­
juego. tura puede suceder i ncluso al más alto
nivel. Ofrezco un ejemplo de la 8ª partida
Después de 10 fxg4 ll:Jxg4 1 1 .igl e6 12 h4 del match entre Vladímir Kramnik y Peter
hS 13 ll:Jxc6 bxc6 14 .ie2 ih6 15 Wd3 ll:Jes Lékó. El precio de la derrota de las blancas
1 6 Wg3 E:b8 17 b3 WaS 18 E:d1 .ig7 1 9 E:xd6 en una discusión teórica puede ser muy

21
Construcción de un repertorio de a perturas

elevado, y esta partida casi le cuesta a todo posible.


Kramnik el título de campeón del mundo.

PARTIDA 4
Vladímir Kramnik - Peter Lékó
Apertura Española [C89]
Brissago 2004 (m/8)

Primero damos el texto completo de esta


partida, donde los adversarios llevaron
a cabo una disputa teórica en la variante
más aguda del ataque Marshall, y después
ofrecemos algunas explicaciones. 21 ... '\Wg6

1 e4 es 2 lDf3 lDc6 3 ibS a6 4 ia4 ll.Jf6 5 0-0 «Cuando Lékó pensaba su j ugada 2 1 , yo
fie7 6 E:e1 bS 7 fib3 0-0 8 c3 dS 9 exdS éD xdS estaba en la sala d e descanso y me pre­
1 0 lDxeS éD xeS 11 E:xeS c6 1 2 d4 id6 1 3 E:e1 guntaba qué jugar a 21 ... '\Wg6 Le q ueda­
W'h4 14 g3 W'h3 15 f!:e4 gS 1 6 1Mí'f1 W'h5 1 7 ban 20 minutos para llegar al control. Si yo
lD d2 il,ts 1 8 f3 éL.Jf6 1 9 E:e1 E:ae8 20 füe8 a mi vez pensaba 40 minutos en respuesta
E:xe8 21 a4 W'g6 22 axbS id3 23 W'f2 E:e2 a 21 ... \Wg6, daría a m i adversario la se­
24 '\Wxe2 ixe2 25 bxa6 '1Mld3 26 @t2 fixf3 27 guridad de que la preparación había ter­
éD xf3 lDe4+ 28 @el ll.Jxc3 29 bxc3 W'xc3+ minado, y que no estaba del todo seguro
30 @f2 '\Wxa1 31 a7 h6 32 h4 g4 Las blancas de la valoración fi nal de la variante. Com­
abandonaron. prendí que si quería ganar esta partida, mi
respuesta -sin importar cuál- debería ser
rápida. Pod ía elegir entre 22 axbS con un
juego agudo o 22 tlie4 con tablas. Tomé
la decisión de jugar a ganar, respaldado
por el criterio del ordenador. Me jugué el
todo por el todo; aquí es difícil culpar a al­
guien, incluso a mí mismo. No cometí un
error, puedo decir que puse todo "a cero"»
(Kramnik).

Con la jugada 1 6 '\Mff1 las blancas entraron


e n los raíles de una variante muy aguda.
Teniendo en cuenta que el g ran maestro
h ú ng a ro conocía perfectamente todas las
líneas de moda de la teoría actual, deci­
d ieron sorprenderlo con una continuación
casi olvidada. En efecto, Lékó pensó bas­
tante tiempo y decidió continuar la lucha
con las damas, aunque 16 ... iM/xf1 + era del

22
Construcción de un repertorio de aperturas

«Las blancas juga ron rápido 23 Wff2? Este nen compensación suficiente por la dama,
es el ú ltimo momento en el que podía sin embargo el ordenador d u rante cierto
haber pensado y corregi r el análisis defi­ tiempo val ora que la posición después
ciente de mis segundos, jugando 23 Wfd l !, de 25 ... W!d3 está ganada por las blancas.
tras l o cual la partida debía terminar en Aunque solo u n min uto o dos después
tablas por repetición de jugadas, ya que cambia a l signo diametralmente opuesto.
las negras no d isponen de fundamentos Solo en este momento Kramnik empezó a
para jugar a ga nar: 23 ... !e2 24 Wf el (24 pensar.
!c2?! !xd 1 25 !xg6 hxg6 26 bxa6 !c7
27 a7 Ela8 28 lZ'ic4 lZ'id7 29 !xg5 !e2). Por 26 <i>f2
ejemplo:
1 ) 24 ... W d3 25 bxa6 !xf3 26 Wifl ; Aunque ya podía haber a bandonado con
2) 24 ... axb5? 25 lt:Je4 (25 Ela7) 25 ... lt:Jxe4 segu ridad, porque toda la va riante es
26 W/xe2 lZ'if6 27 W/d2 g4 28 !c2 W/g7 29 sencilla y muy corta, y no es necesario el
Wif2; ordenador para calcularla: 26 a7 Wfe3+ 27
3) 24 ... !xb5 25 lt:Je4 lt:Jxe4 26 c4 lZ'if6 27 Wg2 !xf3+ 28 lZ'ixf3 ®e2+ 29 Wg l lt:Jg4 30
Wfdl !b4 28 !d2=; a8W/+ Wg7 3 1 !e3 W/xe3+ 32 Wg2 Wfe2+
4) 24 ... !d3 25 Wfd l =. 33 Wh3 lZ'if2+».
No obstante, en primer lugar, Vladímir no
tenía motivos para no confiar en sus fie­ Puede dar la impresión de que el a utor
les ayudantes, y en segu ndo lugar, q uería se contradice a sí mismo. Por un lado,
ejercer presión psicológica sobre Peter, defiende la creación de u n repertorio de
provocándole una sensación de i nsegu­ aperturas fi rme y de cal idad, y por otro
ridad sin concederle u n tiempo adicional lado, asusta a los ajedrecistas jóvenes con
para pensar» (Bareev). catástrofes en la apertura si se meten en
disputas teóricas. No, no estoy tratando
de d isuadir a los jóvenes de que em pleen
sistemas de aperturas ag udos, y mucho
menos, de participar en «combates de
reconocimiento». Al contrario, esta forma
de j uego cu ltiva el coraje y el ingenio, y
merece todo el respeto. Desde el punto de
vista actual el futuro pertenece a los aje­
drecistas u n iversales, que j ueguen «con
las dos manos» cualquier tipo de posición.
Solo qu iero recordar que n uestra tarea es
proporcionar a los jóvenes u n repertorio
relativamente de elevada calidad con u n
La sig u iente jugada de las negras fue 25 ... amplio d iapasón d e posi bil idades estraté­
Wfd3!, y q uedó patente que las blancas es­ gicas, que no haya que cambiar al menos
tán mal. Esto es lo que escribe al respecto durante un a ño. El trabajo con variantes
Evgeny Bareev en el libro From London to firmes y agudas de aperturas abiertas y
Elista: semiabiertas requiere el procesam iento
de un enorme flujo de i nformación, y eso
«Una j ugada que ni nosotros ni n uestro or­ resta tiempo al estudio de los fi na l es, de
denador supi mos valorar correctamente. los clásicos y de muchos otros procedi­
mientos de perfeccionamiento. Para tal re­
En caso de 25 ... !xa6 las blancas obtie- pertorio de apertu ras es necesario seg uir

23
Construcción de un repertorio de aperturas

la práctica de todos los torneos mundiales. opinión, el pri mer grupo l o com ponen : la
El riesgo de derrota «compartida» se i n­ Defensa N imzoind ia, la Defensa I n d ia de
crementa exponencial mente. En res umen, Dama, los diversos sistemas de a pertura
este e nfoque recuerda a la central ización que surgen tras 1 d4 éLJf6 2 c4 e6 3 lll f3, las
del rey en el fi nal: rara vez es i ncorrecta, diversas variantes del Gam bito de Dama y
a unque a veces es i noportuna. la Defensa Eslava. En todas estas a pertu­
ras las negras luchan con todas sus fuer­
E n esencia, la jugada 1 d4 no es tan agre­ zas por el control de las casil las centrales y
siva como la del peón de rey. Y a pesar de j uegan con un gran margen de seg u ridad.
todo en muchas variantes, donde las blan­ Es casi imposi ble imaginar que las blancas
cas j uega n con fi rmeza, las posiciones de pueda n presentar alguna novedad en el
apertu ras cerradas que surgen sobre el sistema Lasker del Gambito de Dama o en
tablero son ricas en ideas estratégicas, lo la Defensa Nimzoi ndia, que pudiera poner
c ual es extremadamente importante para en duda la apertu ra . Claro está que en mu­
el desarrollo del joven ajedrecista en la chas variantes se producen reg ularmente
comprensión del juego posicional. Es bas­ novedades y mejoras. Algu nas veces la
tante más fácil para el ajedrecista elegir las posición de las neg ras parece sospechosa,
variantes adecuadas para él, por ejemplo sin embargo en general las neg ras siem­
en la Defensa I ndia de Rey: puede escoger pre deben tener en reserva una variante
tanto el agudo sistema Samisch como el suficientemente segura, aunque sea pasi­
sistema menos comprometido con g2-g3, va, mientras la línea pri ncipal se encuentre
m ientras que d espués de 1 d4 tt:Jf6 2 c4 «en el Pit stop» para su reparación .
e6 puede elegir 3 tt:Jc3 y jugar la defensa
N i mzoind ia, o la más tranquila 3 tt:Jf3, q ue Un caso disti nto aparece en la Defensa
remite a la Defensa I ndia de Dama. Ambas Grünfeld, la I ndia de Rey o l a Benoni Mo­
decisiones son equivalentes, m ientras q ue derna. En estas apertu ras las neg ras lu­
en la variante del Dragón de la Defensa chan por la i niciativa, aunque al m ismo
Sicil iana, j ugando con bla ncas, solo vale tiempo hacen serias concesiones posicio­
atacar. nales en e l centro. El jugador que co nduce
las blancas puede eleg i r sin problemas la
Así que ya hemos hecho n uestra elección, variante que mejor se adapte a su estilo.
1 d4. Por parte de las negras son de espe­ Las bla ncas pueden elegir l íneas muy agu­
rar dos tipos de estrategia en la apertura, das, donde todo está e n equ i li brio i nesta­
que se pueden defi n i r fácilmente como ble y las negras necesitan tener u n buen
«de casillas neg ras» (las negras ceden el conocimiento de l a teoría, o jugar esque­
centro: 1 d4 tt:Jf6 2 c4 g6 3 tt:Jc3 .tg7, o 1 mas posiciona les tranquilos, que obligan
d4 tt:Jf6 2 c4 es seg uido de u n ataq ue por a las n egras a resolver problemas basta n­
las casillas neg ras) y de «casillas bla ncas», te complejos, aunque menos concretos.
entre las q ue se i ncl uyen también la De­ Está claro que las neg ras necesitan estar
fensa N i mzoindia y la Defensa I ndia de al d ía de todo el flujo de i nformació n q ue
Dama. Las diversas variantes del Gambi­ hay sobre las aperturas, porque cualqu ier
to de Dama ocupan la mayor parte de la partida nueva e importante puede poner
teoría de las aperturas cerradas. La Defen­ todo patas arriba y provocar una derrota
sa Holandesa y la Defensa G rünfeld son en el tablero. El Gambito de Dama, a l con­
u na raza aparte. Personal mente yo sepa­ trario, es una gara ntía contra cualquier
ro los sistemas de aperturas cerradas en tipo de sorpresas, porq ue casi siempre
dos g rupos: las aperturas de «calidad» y puedes lidiar con ellas confiando solo en
las aperturas de dudosa dignidad. En mi e l sentido común.

24
Construcción de un repertorio de aperturas

Cuando j uegas una apertura agresiva, el


peligro rea l con siste en que no haya u n a
«variante d e repuesto». Simplemente
tendrás q ue dejar de jugar una apertura
mientras haya una l ínea que la refute, al
menos temporal mente. Por ejemplo, es
posible jugar la Benoni Moderna y la De­
fensa G rünfeld, aunque sigo considerando
que estas aperturas son poco recomenda­
bles para el repertorio de aperturas de los
principiantes, porque en ellas las negras
deben estar l i stas para enfrentarse en
cualquier momento a problemas d ifíciles la teoría considera que la mejor jugada es
en u na amplia gama de variantes. 4 tll f3, y otorga ventaja a las blancas des­
pués de, digamos, 4 ... tll c6 S a3 (S tllb d2)
Finalmente, hay aperturas que ni siquiera S ... ig4 6 b4 Vf1e7 7 Vf1a4 0-0-0 8 if4 ixf3
pueden aspira r a recibir un signo de cali­ 9 gf � b8 1 O tll d 2 tll xeS 1 1 Vf1b3 tll g 6 1 2
dad. Por ejemplo, el Contragambito Albin, ig3 fS 1 3 f4. Los esfuerzos de las negras se
el Gambito Budapest, la Defensa Chigori n, dirigen a buscar n uevos caminos en esta
1 d4 dS 2 c4 ifs, y alg u nas otras más. H a­ variante. Por eso es bastante más benefi­
bitua lmente i nicio la preparación de las cioso en la práctica algo que puede que
aperturas de los ajed recistas jóvenes con no sea lo mejor, pero q ue sea lo bastante
estas aperturas, porque se pueden exa­ desconocido y desagradable para el ad­
minar fácilmente en poco tiempo. En este versario. Debe tenerse en cuenta q u e los
li bro no voy a analizar com pletamente u n mejores ajedrecistas no j uegan este tipo
repertorio d e a perturas específico, n o obs­ de aperturas. Entonces, veamos 4 a3!? En
tante i ntentaré aclarar la mayoría de los 1 970 yo entrenaba al equipo juve n i l de
pu ntos clave de mi trabajo. Bielorrusia en la Espartaquiada Nacional.
Una de las ch icas de n uestro eq u ipo, G.
Ahora vamos a hablar un poco sobre las Gul, j ugó 4 e3? y perdió después d e 4 ...
apertu ras de baja calidad. No pueden ib4+ S id2 de etc. Tras esta amarga ex­
constitu i r una base permanente del reper­ periencia, en la partida sigu iente j ugó 4
torio de apert u ras de un jugador, es ne­ a3!? M ientras observaba las partidas del
cesario jugarlas de vez en cuando, apun­ torneo, me l lamó la atención esta jugada,
tando al efecto sorpresa. Por lo tanto, no y advertí que merecía una seria atención.
q uiero gastar esfuerzos en su refutación, Las bla ncas retrasan temporalmente el de­
senci llamente sería u na pérdida de tiem­ sarrollo del caballo de rey, previenen ib4
po. Creo que es mucho más importante y ig4, y renuevan la amenaza e2-e3. Pare­
conseg u i r que no te afecte el efecto sor­ ce que no hay nada mejor q ue 4 ... lllc6, ya
presa y q ue puedas conducir el j uego ha­ que a 4 ... es sigue S e4. Ahora las blancas
cia una variante que te sea confortable. juegan S e3 La respuesta más natural es S
. .. dxe3, porq ue a S ... as se j uga ría 6 tll f3
Comencemos con el Contragambito Al­ ics 7 exd4 é2Jxd4 8 ie3 ig4 9 ie2 con
bín. Tras las jugadas 1 d4 dS 2 c4 eS?! 3 dxeS ventaja. 6 '1Wxd8+ @xd8 (en otro caso las
d4 negras se q uedan sin peón) 7 ixe3 lllxe5

Véase el diagrama siguiente Véase el diagrama siguiente

25
Construcción d e un repertorio de aperturas

probable que tras un análisis exhausti­


vo las negras puedan n eutralizar poco a
poco la i niciativa de las blancas. Pero no
olvidemos que no estarnos preparando a
un pretendiente al campeonato m u nd ial,
sino a u n ajedrecista joven. No esperarnos
que venza a su adversario i nmediatamen­
te después de la apertura. Querernos que
consiga una posición compleja con u na
sólida base estratégica, y confia m os en
que obtenga la victoria corno resultado de
u n buen j uego en el medio j uego y en el
Defi n itivamente las blancas han tenido final. Lo deseable sería volver a preparar la
éxito. En general, en el Contragarnbito apertura lo menos posible, así q u e reco­
Al bin procuran crear compl icaciones y miendo este enfoque.
obtener posibil idades de ataque. Ahora
tienen que luchar por la igualdad con las Conti n uemos con el estudio de las a pertu­
damas cambiadas. La posición es si métri­ ras de baja calidad.
ca. Las blancas están mejor desarrolladas,
y deben buscar cómo sacar provecho de
la iniciativa. Defensa Chigorin

8 Cll f3! Quisiera desarrollar esta apertura de la


manera más sencilla posible. Después de
La ú n ica pieza negra activa que hay que 1 d4 dS 2 c4 Cll c6?! merece seria aten ción 3
cambiar es el caballo es. Y debe h acerse e3!?
de i n med iato, porque a 8 lll c3 sigue 8 ...
i.e6, y a 8 lll d 2 responden 8 ... i.fs con
contraj uego gracias a la posición centrali­
zada del caballo.

8 . . ébxf3+ 9 gxf3
.

Desde la época de Steinitz los ajedrecistas


cuentan los tiempos a partir de la posición
i nicia l . Si valorarnos esta posición desde
ese punto de vista, entonces vernos que
las negras han hecho una j ugada bastan­
te dudosa, cii d 8, mientras que las blancas
han realizado tres jugadas de peones y un Si ahora las negras renuncian a la ruptura
movimiento de desarrollo útil con el alfil. en el centro 3 ... eS, la salida del caba llo por
Además, pronto el rey blanco se enrocará c6 parece bastante abs u rda. En caso de 3
en el lado largo con jaque. ... eS 4 dxeS la Enciclopedia de Aperturas
ofrece la siguiente variante: 4 ... d4! 5 exd4
Estoy seguro de que el lector verá fácil­ \Wxd4 6 \Wxd4 lll xd4 7 i.d3 i.g4! 8 f3 i.e6 9
mente que después de 1 O lll c3, 1 1 0-0-0 i.e3 0-0-0 con ventaja negra, Réti - Bogol­
y 1 2 lll e4 las negras se enfrentan a la d u ra j u bov, 1 921 . No obstante, las blancas pue­
tarea de l uchar por las tablas. Es bastante den jugar S a3!, y l legarnos a u na posición

26
Construcción de un repertorio de aperturas

que ya analiza mos en el Contragambito !e2! con ventaja decisiva.


Albin. De n uevo debemos exami nar la ju­
gada 4 ... dxc4?! Después de 5 '1Wxd8+ �xd8 Las negras evitaron de esta variante y e n
las blancas pueden elegir entre 6 etJf3 y 6 su l ugar jugaron 3 ... eS? L a partida conti­
f4. El movimie nto 6 etJf3 parece bastante nuó así: 4 cxdS etJxd4 5 e3 etJfS 6 ttJf3 !d6
sólido, ya que después de 6 ... etJ b4 7 ª7d2! 7 !bs+ !d7 8 \Wa4 etJfe7 9 e4. Las blancas
la j ugada 7 ... !fS no funciona por 8 etJ d4. obtuvieron u na ventaja clara, y l uego la
Las negras pueden jugar 6 ... !g4 7 !xc4 convirtieron fácil mente en una victoria.
!xf3 8 gf etJ xeS 9 !e2, aunque las blancas
tienen ventaja en el final g racias a la pa­ Gelfand forma parte de la él ite del ajedrez
reja de alfi les. La j ugada 6 f4 parece más mundial. Para mantener su estatus, debe
arriesgada, au nque si las blancas consi­ mantener una buena preparación de las
guen mantener los peones unidos sin u n apertu ras, garante contra cualquier sor­
retraso aprecia ble e n e l desarrollo, enton­ presa, u n repertorio perfeccionado acorde
ces tendrán gara ntizada una gran ventaja a su n ivel mundial.
en la apertura. No es conveniente para las
negras el j uego recti l íneo 6 ... etJ b4 7 ª7d2! Quiero hacer algu nas matizaciones desde
!fs 8 etJf3! etJ c2 por 9 etJd4, y en caso de 6 el punto de vista actua l . E l l i bro Perfeccio­
... !e6 sigue 7 etJa3! Aquí el ordenador pro­ namiento en ajedrez se escribió e n el año
mete buenas perspectivas a las blancas. 1 992, en la era previa a los ordenadores.

Como hemos v isto, con ayu da de 3 e3!? las Hoy cualq uier ajedrecista util iza el orde­
blancas pueden canalizar el j uego hacia nador, y no es fácil sorprender al adversa­
variantes i nexploradas, a u nque razona­ rio en la apertura. Por eso la atención de
bles, donde el efecto sorpresa se revierte a muchos jugadores se ha trasladado de
su favor. Este e nfoque es muy racional des­ las g randes avenidas a los caminos más
de el pu nto de vista de un jugador prác­ estrechos. Para crear una i ncomodidad
tico. Este movimiento se halla en plena psicológica a l rival, algunos están l istos
armon ía con el sentido común, y cumple para andar por ca minos rura les cubiertos
todos los req u isitos que exige la posición. de maleza. Los editores comenzaron a
Al menos uno puede estar seguro de que publicar más a menudo monog rafías de­
si la pri mera experiencia con este enfoque d icadas a tales aperturas. Sentí cu riosidad
fracasa, la culpa no es de la apertura. Por y abrí los libros La Defensa Chigorin según
otra parte, puedes ignorar completamen­ Morozévich (Morozévich y Barsky son los
te la práctica de torneos en estas apertu­ autores) y The Liberated Bishop Defence: A
ras. Final mente, si tu adversario encuentra Surprising and Complete Block Repertoire
una vía seg u ra para igualar, puedes dejar against 7 .d4 de Aleksei Bezgodov.
3 e3 y buscar otra cosa. Por ejemplo, du­
rante e l campeonato femenino de Bielo­ Aleksand r Morozévich es un excelente
rrusia del año 1 990, Elena Zayats estaba gran maestro ruso, que d u ra nte m ucho
segura de que su adversaria i ba a jugar la tiempo formó parte de la élite del ajedrez
Defensa Chigorin. Sin embargo, no q uería mundial. Sus victorias sobre los campeo­
j ugar u n final y pidió consejo a u no de los nes mu ndiales Vladímir Kramnik, Viswa­
grandes maestros más fuertes del mu ndo, nathan Anand y otros «dioses» del fi rma­
Boris Gelfand. Él recomendó la sig uiente mento ajed recístico, obtenidas en una
variante: 1 d4 dS 2 c4 etJc6 3 etJc3 etJf6 4 l ucha feroz e i ntransigente, proporciona­
etJf3 !g4 5 cxdS etJxdS 6 e4 etJxc3 7 bxc3 ron a Morozévich la imagen de ser uno de
eS 8 dS etJ b8 9 \Wa4+ etJd7 1 O etJxeS \Wf6 1 1 los ajedrecistas más brilla ntes, más activos

27
Construcción de un repertorio de aperturas

y con mayor ta lento del planeta. Al mismo te: «En la variante 1 d 4 d S 2 c4 lll c6 3 e3
tiempo es uno d e los ajedrecistas más im­ eS 4 dxeS d4 las blancas poseen cierta
predecibles, de pensamiento más original, i niciativa. Con un j uego preciso las negras
au nque, por desgracia, más inestables del pueden igualar las posibil idades g radual­
m undo. Él ve a su manera cada posición, mente, au nque para ello a menudo tienen
penetra en ella y advierte las posibil idades q ue entrar en u n fi nal algo peor». Absolu­
dinámicas más ocultas. Sobre el tablero tamente lo mismo que escribí en m i libro,
sus piezas, en sentido figurado, vibran con a u nque con otras palabras.
tensión, y esta tensión, que literal mente
borbotea, a menudo no puede resistirla No sé cómo denominar a la sigu iente
su oponente. De una manera similar, a u n­ apertura que persigue el mismo plan : 1 d4
que más rig u rosa, jugaba el g ran maestro dS 2 c4 ifS?!
Vladím i r Malani u k, a q uien no se le permi­
tió a ba ndonar el país d u ra nte la época so­
viética, aunque en la actualidad quien más
recuerda al esti lo de Morozévich es H i karu
N a ka m u ra. Y aunque todas estas compa­
raciones son a rbitrarias, Morozévich es
único. Aunque también existe el reverso
de la moneda. Un conocido anuncio de te­
levisión advierte: «No i ntente repetir este
a n u ncio, ¡es pel igroso para su vida!»

En el l i bro La Defensa Chigorin según Moro­


zévich, a la j ugada 3 e3 y su paso al Contra­
gambito Albín media nte 3 ... es 4 dxeS d4 S En los a ños 70-80 g ozó del favor de
a3!? solo se le dedica una partida, Bareev Vladímir Malani u k, uno de los maestros
- Morozévich, El istá 1 997, donde después i nternacionales más fuertes de a q ue l la
de s ... as 6 lll f3 (el ordenador también época en la U RSS. Necesitaba prepararme
propon e la j ug ada 6 f4!?, que l leva a una seriamente para mi enfrentamiento con él
lucha de conten ido com plejo) 6 ... ics 7 en el Campeonato de las Fuerzas Armadas,
ed ixd4 8 ie2 l as blancas obtuvieron po­ q ue se celebró en Odesa el año 1 98 1 , y no
sibi lidades un poco mejores y final mente ten ía a mano n i n g ú n manual de a pertu­
lograron ganar. ras. Después de 1 d4 dS 2 c4 ifS?! centré mi
atención en 3 cxdS Las negras deben jugar
3 ... ixb1, y entonces sigue 4 Wfa4+ Es evi­
dente que después de 4 ... 1Mfd7 o 4 . . . lll d 7
l a s blancas están m u c h o mejor gracias a l a
pareja de a lfiles y el centro, p o r e s o solo
q ueda 4 ... c6! S �xb1 (es mala 5 dxc6? por
5 ... lll xc6 6 fübl eS!) S ... WfxdS Las negras
amenazan la maniobra lll b8-d7-b6, tras la
cual las blancas tend rían problemas con
la defensa del peón. Tras la banal 6 lll f3?!
lll d7 7 e3 lll b6 8 1Mlb3 1Mfxb3 9 axb3 las ne­
g ras en absol uto están peor. Por ese mo­
tivo las blancas jugaron 6 e3 lll d7 7 id2!
La conclusión de Morozévich es la siguien- lll b6 8 WfaS, y después de 8 ... lll f6 9 WfxdS

28
Construcción de un repertorio de aperturas

cxdS ganaron el final.

Pasado algún tiempo, en el campeonato


por equ ipos de las Fuerzas Armadas en
Sebastopol (1 982), Smbat Lputian tam­
bién venció a Malan i u k de la misma ma­
nera . Malaniuk pronto se convirtió en g ra n
maestro y s e i n corporó a l a élite soviética,
y en lo que respecta a su extraña j ugada
2 . . ii.fs, pues . . . ¡simplemente dejó de ju­
.

garla!

U n cuarto de siglo después el g ran maes­ Gambito B udapest


tro Aleksei Bezgodov le dio a esta apertura
u n bonito nombre y publ icó la monografía Tras las j ugadas 1 d4 ctJf6 2 c4 eS 3 dxeS ttJg4
«Apertura del alfil li berado». aconsejo a mis al umnos jugar 4 e3 ttJxeS
S ctJh3!? ¿Por qué esta extrañ a jugada del
Me encanta leer la obra de Aleksei Bezgo­ caba llo a h3? Entiendo perfectamente que
dov. Me gustó especialmente un artículo si las blancas q uieren refutar este provoca­
en el que el a utor da vida a las piezas de tivo comienzo necesitan examinar las ju­
ajedrez y com parte con el lector sus aspi­ gadas 4 ct'lf3 o 4 ii.f4. También vale l a pena
raciones y ansiedades. En un n uevo libro recurrir a los clásicos.
Aleksei Bezgodov, de religión bud ista,
convoca a una persona para que haga de
alfil. Ciertamente, el autor es una perso­
PARTIDA 5
na y un publicista con talento, con q u ien
sería muy i nteresante discutir sus puntos Alexander Alekhine- llya
de vista sobre el ajedrez. Por desgracia, Rabinovich
Malaniuk no entró en el orden de j uga­ Gambito Budapest [A52]
das que elegí en mi partida contra él, por Baden-Baden 1 925
eso no hubo ocasión de discutir el tema.
E n una situación similar, en la monografía 1 d4 ttJf6 2 c4 es 3 dxeS ttJ g4 4 e4!
las bla ncas en l ugar de jugar el alfil por d2
m u even b2-b4, que habría tropezado con «Esta jugada está plenamente justificada
el ag udo contraataque a7-a5 con j uego como el mejor sistema para las blancas
confuso. Aunque en la posición que sur­ en respuesta al Gambito Budapest. Las
ge después de 1 d4 dS 2 c4 ifS 3 cd ixb1 4 blancas devuelven el peón, y a cambio se
Wfa4+ c6 S �xb1 WfxdS 6 e3 ttJd7 7 id2! los apoderan del punto dS. No obstante, las
defectos posicionales de la j ugada 7 ... aS?! blancas de ben jugar los sigu ientes movi­
son tan evidentes, que no tiene sentido mientos con mucha precisión, pues si no
d iscutir la posición del d iagrama. su centro de peones puede ser objeto de
u n fuerte ataque de las neg ras » (Alekh i ne).
Véase el diagrama siguiente
4 ... ttJxeS S f4
Ahora centremos n uestra atención en otra
a pertura. Véase el diagrama siguiente

s ... ttJg6

29
Construcción de un repertorio de aperturas

bajando de la misma manera, com o me


parecía correcto, y en cua nto a la malevo­
lencia, conseg u í no gastar nervios y fuerza
y evitar d isputas i nútiles, sim plemente ig­
norándolas.

Por supuesto, podemos pasar el tiempo


mirando las revistas de ajedrez de los ú lti­
mos a ños, realizar análisis y trazar sistemas
que nos aseguren una ventaja mayor en
el Contragambito Albin o en el Gambito
Buda pest. ¿Pero es necesario esto e n esta
La teoría considera que es mejor la otra re­ época, cuando esta a pertura la j ugare­
tirada del caballo, 5 ... Cli ec6. Puedo ofrecer mos u na vez de cada cincuenta partidas,
al lector esta miniatura: 5 ... Cll ec6 6 !e3 mientras que d isponemos de u n esquema
!b4+ 7 Cll c3 V!1e7 8 !d3 fS 9 Vl1h5+! g6 bastante fiable que no req u iere más tiem­
1 O iWf3 !xc3+ 1 1 bxc3 fxe4? 1 2 !xe4 0-0 po y esfuerzo? Es necesario enseñar a los
1 3 !ds+ ct/h8 1 4 Cll h3 d6 1 5 o-o !xh 3 1 6 jóvenes ajedrecistas a ganar gracias al tra­
iWxh3 iWd7 1 7 fS ! gxfS 1 8 :!%ab1 ! f4 1 9 !xf4 bajo sobre la partida como un todo, y no
\Wxh3 20 !es+!, y las negras abandonaron, solo a ocuparse de la preparación de una
Alekhine - Seitz, Hastings 1 925. apertura súper compleja. ¿No será m ucho
más práctico i nvertir todo ese tiempo en
6 tlJf3! !es 7 fS tlJh4? 8 tlJgS Wle7 9 Wlg4 f6 el estudio de problemas de la apertura
10 WfhS+! g6 1 1 Wfxh4 fxgS 1 2 ixgS Wff7 1 3 realmente im portantes, como los que
ie2 0-0 1 4 Elfl tlJc6 1 5 tlJ c3 tlJd4 1 6 fxg6 van encontrar las blancas en la Defensa
Wlxg6 1 7 �xf8+ ixf8 1 8 .ihS Wlb6 19 0-0- N imzoind ia, la I n d ia de Rey o la Grünfeld,
0 .ig7 20 fül tlJ e6 21 .if7+ iih8 22 .ixe6 en lugar de los que atañen a la Defensa
W!xe6 23 .if6! Las negras a bandonaron. Chigorin o a la apertura 1 d4 dS 2 c4 !fs, y
de esta manera eludir temporalmente las
No hay d uda d e que Alekhi ne era mu­ d isputas sobre la apertura?
cho más fuerte que sus rivales, y que su
estrategia central es digna de estudio. Yo Regresemos a 5 tlJh3
todavía procuro seg u i r m i regla: en las
aperturas de d udosa calidad desviarme
de las principa les l íneas teóricas en favor
de otras menos analizadas, que a cambio
posean un fun damento estratégico. No
puedo evitar realizar una analogía con la
vida ajedrecística en la U nión Soviética.
Trabajé de entrenador en la U RSS d u ran­
te muchos años, y tuve muchas d isputas,
que en ocasiones se convirtieron en con­
flictos. Conozco a muchos j ugadores y en­
trenadores que están dispuestos a discutir
d u rante m ucho tiempo o incl uso a pelear
por minucias. Tuve una rica experiencia Este movimiento me lo enseñó por pri­
de actitudes bastante g roseras e i nj ustas mera vez uno de los jugadores de ajed rez
hacia mí y mis a l umnos, aun así seg u í tra- postal más fuertes del mu ndo, Donatas

30
Construcción de un repertorio de aperturas

La pienis. A menudo coincidíamos como Parece preferible el fianchetto de este alfil.


entrenadores en las competiciones infan­
tiles y analizábamos ju ntos los problemas 8 o-o o-o 9 Clic3 its 10 tiJfdS as?
de las aperturas.
Las negras han realizado alg unas j ugadas
La ú ltima jugada de las blancas parece naturales, pero rutinarias, y como resulta­
muy lógica. U n caballo blanco se sitúa en do tienen una mala posición.
c3, y el otro en f4, y así el punto dS estará
controlado com pletamente. Si las negras
desarrollan su caballo b8 por c6, entonces
uno de los cabal los blancos ejercerá una
fuerte presión desde el puesto avanzado
dS. Por lo tanto, aparentemente las ne­
gras deben controlar la casi lla dS con el
peón, aunque entonces las bla ncas ten­
d rán excelentes posibil idades prácticas en
el j uego contra el peón d6 Entiendo que
si las negras se defienden bien, podrían
obtener un contrajuego suficiente. Sin
embargo, esta forma de jugar la apertura
ofrece a las bla ncas excelentes posibilida­ 11 e4! id7 1 2 f4 l2Jg6 1 3 fS Clies 14 f6! ixf6
des prácticas. 1 S l2Jxf6+ gxf6 1 6 .ih6 l:!e8 1 7 tiJdS l:!e6 1 8
h4
I l u straré mis conclusiones con la ayuda de
tres partidas d e uno de mis alumnos, Ale­ Las negras amenazaban 1 8 ... fS. A hora a
ksandr Zazhogin, que se jugaron en com­ esto sigue 1 9 �gS.
peticiones infa ntiles. Todas estas partidas
son similares entre sí, sin embargo son 1 8 ... Clie7 1 9 Wl'd2!
muy instructivas. Las negras desarrol laron
sus piezas con cierta negligencia, sin u n Las blancas juegan al mate, no se apartan
plan bien pensado, e inva riablemente ob­ de su camino por el peón f6.
tuvieron posiciones peores. Por su parte,
las blancas se desarrollaron de acuerdo a 1 9 ... tlJxdS 20 cxdS l:!e8 21 fü2! fS 22 exfS
u n plan de juego preparado, se apodera­ \Wxh4 23 g3! \Wd8 24 f6 c6
ron de la i niciativa, y después su peraron a
su adversario mediante ataques enérgicos
y efectivos.

PARTIDA 6
Aleksandr Zazhogin - Filimónov
Gambito Budapest [A52]
Grodno 1 989

1 d4 Cll f6 2 c4 es 3 dxeS l2Jg4 4 e3 tlJxeS S


tiJh3 d6 6 l2Jf4 t2J bc6?! 7 ie2 ie7?!
2S .if8! Las negras abandonaron.

31
Construcción d e un repertorio de aperturas

PARTIDA 7 fxg6 28 \Wxg4 Las negras abandonaro n .


Aleksandr Zazhogin - Yakunovich
Gambito Budapest [A52]
Vitebsk 1 990 PARTIDA 8
1 d4 etJf6 2 c4 es 3 dxeS tll g 4 4 e3 tll xeS S Aleksandr Zazhogin - N. Miezis
¿¿j h3 tll bc6?! 6 tll f4 ib4+ Gambito Budapest [A52]
Vilnius 1 990
El cambio de los alfiles de casillas negras
es favorable a las blancas. Ten ía sentido 1 d4 etJf6 2 c4 es 3 dxeS etJg4 4 e3 tll xeS S
jugar 6 ... g6. tll h3 tll g6 6 g3 tll c6?! 7 f4!

7 .id2 ixd2+ 8 'Wfxd2 d6 9 etJc3 0-0 10 ie2 Las negras h a n impedido la l legada del ca­
�e8 11 0-0 etJ g6 12 ¿¿j fdS .ifS?! 13 f4! ballo blanco a f4, sin embargo su propio
caballo está mal situado en g6. Las blancas
j uegan a restri ngir este cabal lo, y al m ismo
tiempo i ncrementan su ventaja de espa­
cio.

7 ... ib4+?!

Era bastante más l ógica 7 ... ics, con ata­


que al peón débil e3.

En esta casilla la dama se convierte e n un


Las negras no h a n cometido todavía erro­ objetivo excelente para el caballo blanco,
res graves, pero han j ugado sin plan. Como que tiende a ocupar la casilla dS.
consecuencia, la posición de las blancas es
bastante superior. 9 'Wfe2 ixd2 + 1O 'Wfxd2 0-0 11 tll c3

13 ... 'Wfd7 14 �ae1 tll ce7 1S e4!

U n a jugada muy enérgica.

1S ... tll xdS 16 cxdS ig4?

Las negras cometen un error fatal, a u nque


incluso después de 1 6 ... ixe4 1 7 ibs c6
1 8 dxc6 bxc6 1 9 lLixe4 cxbS 20 fS el domi­
nio de las blancas es total, a pesar del equi­
l i b rio material. Ahora el alfil de las negras
cae en la trampa, y la partida concluye.
Y de nuevo la ventaja bla nca es induda ble.
17 .ibs c6 18 ia4 ihS 19 fS tll es 20 \Wgs g6
21 h3 'Wfc7 22 g4 ixg4 23 hxg4 h6 24 'Wfxh6 11 ... �e8 12 etJdS 'Wfd6?
¿¿j xg4 25 'Wfh3 'Wfb6+ 26 ©g2 ©g7 27 fxg6

32
Construcción de u n repertorio de aperturas

La retirada a d8 es mejor que esta extraña Cada j ugador debe tener su propia teoría
jugada. de aperturas, que incluirá esquemas n ue­
vos y a ntiguos (¡aunque actual izados!),
13 i.g2 éli d8 14 cS! variantes, ideas y j ugadas. Nosotros i nten­
tamos desarrollar un tipo de repertorio de
Tras este l i ndo golpe táctico la partida aperturas que ayude al ajedrecista a pen­
prácticamente está terminada. El futuro sar estratégicamente, que l e l l eve a me­
gran maestro l etón ya podía haber cesado jorar constantemente las habi l idades del
la resistencia aquí. juego posicional y que le permita plantear
problemas bastante complejos a su ad­
1 4 ... \Wc6 1 5 éli e7+ élixe7 1 6 i.xc6 dxc6 1 7 versario. Si es posible, n uestro repertorio
éli f2 élie6 1 8 0-0 élixcS 1 9 e4 élig6 2 0 \Wc2 de aperturas debe estar algo alejado de la
ttJe6 21 E:ad1 éli ef8 22 E:d2 élie7 23 füdl b6 última moda, para no saturarse con el flujo
24 gd8 i.b7 25 E:xe8 E:xe8 26 b4 élie6 27 fS de i nformación.
éli gS 28 \Wb3 cS 29 bxcS élixfS 30 \Wa4 �f8
31 c6 élif3+ 32 �g2 i.xc6 33 \Wxc6 él'i3d4 34 En consecuencia, si decide ampliar s u re­
gxd4 élixd4 35 \Wxc7 éli bS 36 \Wc6 Las ne­ pertorio de aperturas con n uevas varian­
g ras abandonaron. tes, hágase las siguientes pregu ntas:

Desde luego, el j uego de las negras en es­ ¿Necesito esto ahora, cuando esta variante
tas partidas estuvo bastante alejado del la juega casi todo el mundo en los últimos
ideal. Sin embargo, los j ugadores de n ivel tiempos?
mundial rara vez util izan tales aperturas, y
en todo caso, para empezar, este sistema ¿No sería mejor dirigir mis esfuerzos hacia
con las blancas es bastante normal . una variante menos popular, también con
buenos fundamentos posiciona/es, aunque
Por cierto, si comparamos las partidas de menos investigada?
Alekhine y Zazhogi n (Dios me perdone
por tal blasfemia . . . ), sin saber q u ién con­ Ahora d irigiremos n uestra atención a las
ducía las blancas, sería d ifícil decir cuál de aperturas de buena ca l idad. En estas aper­
ellas la jugó el gra n campeón, y cual u n turas es difícil que las bla ncas pretendan
candidato a maestro desconocido, porque alcanzar una ventaja seria en la apertura,
el nivel de resistencia fue más o menos el y por eso en una primera fase mi trabajo
mismo. con los jóvenes ajedrecistas se l i mita a ex­
plicar las principales ideas estratég icas y a
Tengo q ue reconocer que n u nca abría la la elección de varia ntes que lleven a po­
Enciclopedia de aperturas de ajedrez para siciones complejas, ricas en posibilidades
i ntentar obtener ventaja siguiendo las re­ activas.
comendaciones del autor. Estoy acostum­
brado desde n i ñ o a no confiar ciegamente
en los manuales, y a util izarlos como pun­ Gambito de Dama
to de partida para el trabajo analítico de
las apertu ras, revisando prácticamente Empecemos con el Gambito de Dama re­
cada j ugada en las variantes principales. husado: 1 d4 dS 2 c4 e6 3 él'ic3
La «Enciclopedia» consiste en su mayor
pa rte en una selección de partidas, cla­ Véase el diagrama siguiente
sificada seg ú n d iferentes variantes, y es
adecuada para el trabajo como referencia. Aq uí ya aparece una suti leza: las negras

33
Construcción de un repertorio de aperturas

I ntentaré expl icar cuál es la esencia de la


l ucha por la d iagonal b 1 -h7. E l ataque de
minorías de peones es uno de los p la nes
de j uego posibles para las blancas. En el
fla nco de dama disponen de dos peones
contra tres de las negras. Supongamos
que el peón «b» a lcanza la casilla bS:

pueden elegir entre 3 ... lll f6 y 3 ... lle?.


Poseo una amplia experiencia, y sé que
por l o general el joven ajed recista con el
q ue empiezas a trabajar no comprende
la d iferencia e ntre estas dos jugadas, y
tiene una idea muy vaga de lo que es u n
ataq u e de minorías, si e s que la tiene. Por
lo tanto, es importante atraer su atención
sobre los momentos claves del combate. Y No se puede prevenir la aparición de una
en primer l ugar sobre la importancia de la debilidad en la estructura de peones de
diagonal b 1 -h 7 en e l sistema de Carlsbad. las negras, bien en c6 o en dS.
Después de 3 ... etJf6 las blancas tienen la
pos i b i l idad de conquistar esta diagonal. Ahora supongamos que después d e los
Después puede seg uir 4 cxdS exdS 5 .igS, y movimientos 5 ... .ie7 6 e3 c6 las blancas
ahora las negras no pueden jugar 5 ... llfs no j uegan 7 \Wc2!, sino 7 etJf3?! Las negras
por 6 llxf6. Las negras deben elegir entre deberían aprovechar i n mediatamente la
5 ... lle 7 y 5 ... c6. oportun idad y jugar 7 ... llfS! Para llevar
a cabo el ataque de mi norías las blancas
Tras 5 ... .ie7 6 e3 está claro que de nue­ necesitan la casilla b l para su torre, por lo
vo no vale 6 ... llfs por 7 llxf6 llxf6 8 \Wb3, que tendrían q ue cambiar los alfi les de ca­
y las neg ras pierden peón. Entonces, las sil las blancas. La variante continúa así:
negra s tienen que jugar 6 ... c6, y después
de 7 \&c2! las blancas se apoderan de otra 7 ... .!ts 8 .id3 .ixd3 9 '.Wxd3 etJbd7 10 0-0 0-0
diagonal importante. Preste atención: la 1 1 �ab1 as 1 2 a3 �e8 13 b4
jugada de dama es más precisa q ue 7 id3,
porq u e las negras tienen el recurso 7 ...
lll e4! En cam bio en respuesta a 7 \Wc2 la
jugada 7 ... lll e4? es u n error a causa de 8
llxe7 \Wxe7 9 lll xdS .

Supongamos q u e las negras h a n j ugado


5 ... c6, y las bla ncas 6 e3. Ahora es posi­
ble 6 ... llf5, au nque después de 7 \Wf3 ! las
negras no pueden evitar el debilitamiento
de su estructura de peones en el flanco de
dama, ya q ue no va le 7 ... g6 por 8 g4!

34
Construcción de un repertorio de aperturas

Aquí las negras pueden jugar 1 3 ... tt:Je4 ces todavía maestro i nternacional}, co­
con u n a posición más o menos eq uilibra­ mentando esta partida en el «I nformador»
da, a u nque cuando se han cambiado los n .0 42, apu ntó que en l ugar de 20 ... ge8?!
alfiles de casillas blancas la mejor forma era mejor jugar 20 ... W/d6 con idea de 2 1 ...
de luchar contra el ataque de minorías ge?, y después en caso de necesidad gfc8,
es la d i recta 13 ... b5!?, seg uida de la ma­ aunque las posibilidades de las blancas
niobra posterior del caballo a c4. Es ne­ sig uen siendo preferi bles. En generat en
cesario recordar que cuando están sobre posiciones de este tipo las negras prácti­
el tablero los a lfiles de casillas blancas en camente no tienen perspectivas de jugar
plan con b7-b5 tiene serias deficiencias a ganar. Las blancas pueden «acogollar»
desde el punto de vista posicional. Es útil al peón c6 sin d ificultades y sin riesgo de
para el lector saber que a veces las negras perder. N unca he sido ad icto a las estadís­
emprenden la l ucha por la importante ticas, a u nque creo que entre el 35 y el 40
diagonal con ayuda de la larga maniobra por cierto de estas partidas termina con la
tt:Jd7-f8-e6, g7-g6, tt:Je6-g7 y ifs, aunque victoria de las bla ncas, y el resto en tablas.
generalmente las blancas tienen tiempo Las negras pierden demasiado tiempo en
para «ocuparse» del peón c6, como en la el cambio de los alfiles de casil las blancas.
sig u i e nte partida.
21 bxc6 bxc6 22 �b6 tlJe7 23 fübl W/d6 24
Wlb3 �as 25 �b7 ctJf5 26 ctJc5 �e7
PARTIDA 9
Las bla ncas han conseg uido el domi n io de
Ígor Novíkov - Andrei Jaritónov la columna «b» y del puesto avanzado cs.
Gambito de Dama [036] Las negras deben aceptar la simplificación
Sebastopol 1 986 de la posición a causa de la amenaza 27
E&d7.
La apertura de esta partida tra nscurrió así:
27 �b8+! �xb8 28 W/xb8+ Wlxb8 29 �xb8+
1 d4 d5 2 c4 e6 3 tlJc3 ctJf6 4 cxd5 exd5 5 ig5 @g7 30 g4! ctJh4 31 ctJxh4 ixh4 32 füs
ie7 6 e3 c6 7 id3 tlJbd7 S W/c2 ctJfS 9 ctJf3
tlJe6 1 0 ih4 g6 1 1 0-0 0-0 1 2 �ab1 ctJg7 1 3
b 4 a 6 1 4 a 4 if5 1 5 b5 axb5 1 6 axb5 füS 1 7
füc1 ixd3 1S W/xd3 ctJf5 1 9 ixf6 ixf6 20
ctJ a4 �es

La estrategia de las blancas ha tenido éxi­


to: el peón c6 está perdido. La ú nica con­
trachance de las negras es atacar al peón
f2.

El gran maestro Andrei Ja ritónov (enton- 32 ... �a7 33 �xc6 �a2 34 ctJd3 �d2 35 �c3

35
Construcción de un repertorio de aperturas

f5!? 36 gxf5 gxfS 37 @f1 f4!?

Las negras hacen esfuerzos heroicos para


crear contrajuego. Las blancas amenaza­
ban expulsar a la torre de la casilla d2 y
ocupar la seg unda fila con su propia torre,
tras lo cual la material ización del peón de
ventaja sería solo cuestión de tiem po.

38 tll xf4?

Ígor Novíkov cede a la tentación de ga­


nar otro peón, manteniendo compacta conseg uir ventaja med iante 8 e4 dxe4 9
su estructura de peones, aunque al mis­ ixf6 ixf6 1 O iWxe4+, como jugó Ei ngorn
mo tiempo permite a las negras activar contra Karpov en el campeonato de la
sign ificativamente sus piezas. La decisión URSS del año 1 988. Después de 1 O .. ie6.

correcta era 38 exf4!, y después de 38 ... 1 1 ic4 iWe 7 1 2 ixe6 iWxe6 1 3 iWxe6 fxe6
�f6 39 ©g2 ©f5 40 ©f3 las blancas deben 1 4 0-0-0 tt:la6 1 5 flhe1 tt:lc7 1 6 tt:le4 ©e7
ganar. Aunque es muy probable que tanto 1 7 f\d3 las blancas obtuvieron una ve ntaja
la calidad del j uego como el resultado se m ínima en el fi nal, aunque la partida ter­
vieran afectados por l os apuros de tiempo. m i nó en tablas.

38 ... !:M2+ 39 @g1 :Bd2 40 tll xd5 @g6! Después, y en el mismo campeonato, Kar­
pov probó esta variante con blancas con­
Las negras tienen dos peones menos, sin tra . Las negras eligieron una conti nuación
em bargo ya no tienen nada que temer. de doble filo: 8 ... tt:lxe4 9 ixe7 ©xe7 (9 ...
iWxe7 1 O tt:lxd5!) 1 O tt:lxe4 dxe4 1 1 iWxe4+
41 fü8 @fs 42 fü8+ @g4 43 fü4+ @h3 44 ie6 Aquí Karpov mostró las deficiencias
fü3+ @g4 45 fü1 :Be2 ! 46 Cll f4 :Bxe3 47 Cll g2 de la posición negra medi ante 1 2 ic4
:Be4 48 tll x h4 @xh4 49 :Bd1 @g5 50 @f2 iWa5+ 1 3 ©f1 !, y después de 1 3 ... iWf5 1 4
@f6 51 :Bd3 @e6 52 :Be3 @d5 Tablas. iWe3 tt:ld7 1 5 fiel f\ae8

Ahora centremos nuestra atención en


la j ugada 3 ... ie7 Aprendí sus sutilezas
hace mucho tiempo, tras el match por el
ca m peonato del mundo del a ño 1 963 en­
tre M ijaíl Botvi n n i k y Tigran Petrosian. La
idea, modesta a simple vista, consiste en
que con esta j ugada las negras pretenden
ocupar la d iagonal b 1 -h7 con el alfil en el
caso de que las blancas q u ieran encauzar
la partida por los raíles de la variante de
Carlsbad. Por ejemplo, 3 ... ie7 4 Cll f3 Cll f6
5 cxd5 exd5 6 i.g5 c6 7 'Wc2 g6!?
con el oculto sacrificio de peón 1 6 d5!!
Véase el diagrama siguiente cxd5 1 7 ib5!, comenzó u n ataque contra
el rey que proporcionó a las blancas una
Por ejemplo, las blancas han i ntentado victoria magnífica.

36
Construcción de un repertorio de aperturas

Sin emba rgo, poco a poco, las negras en­


contraron una manera de neutralizar la
iniciativa del a dversario. La partida Ruban
- Dreev, Tiflis 1 989, continuó así: 8 e4 dxe4
9 ixf6 ixf6 1 O '\Wxe4+

i. � .t�· � ��
�¡t(¡ � · · ·�� �i !
L/� � � T
� � � � T
� �
� � � � �·, ..�
�� �� � ��
.� . .0f1f
.. ' � . I!
� .
demasiado opti mista, q ue debil ita una
posición más o menos ig ualada. 29 ixd3
b � - "ft� f'!i 't�

/,
30 iWxd3 c4 no proporcionó a las blancas
t� � º }• ��j�•:t posibil idades reales de éxito.
,u , � . •
• V

Creo que es útil tener en cuenta q ue des­


10 ... '1We7 1 1 ic40-0 1 2 0-0'1Wb4! 13 .ib3 ifS pués de 3 ... ie7 el golpe central 4 e4 no
14 '\Wf4 tll d 7 1 5 füe1 as 1 6 g4 .ie6 1 7 ixe6 ofrece nada a las blancas.

Las negras h a n resuelto todos los proble­


mas de apertu ra, y no temen el golpe 1 7
füe6, porque después de 1 7 ... fxe6 1 8
ixe6+ @ h8 1 9 ixd7 iWxb2 20 iWc1 iWb4
disponen de u n fuerte contrajuego.

17 ... fxe6 1 8 '\We3 :Efae8 1 9 tll e4ig7 20 �adl


tll b6! Las neg ras se apoderaron de la i n i­
ciativa y más tarde ganaron la partida.

El i nterés teórico por la variante que em­


pieza con 7 '\Wc2 empezó a decaer. En la
partida A. Karpov - A. , Rotterdam 1 989, Comparemos esta posición con la que
las blancas consiguieron ganar después surge en el gam bito eslavo después de 1
de una ag uda l ucha: 1 c4 e6 2 d4 dS 3 Cll c 3 d4 dS 2 c4 e6 3 lll c3 c6 4 e4 dxe4 S lll xe4
ie7 4 Cll f3 Cllf6 S cxdS exdS 6 igS c6 7 iWc2 ib4+
lll a 6!? 8 e3 (a 8 a3 sigue 8 ... g6) 8 ... Cll b4 9
iWd 1 ifs 1 o El:c 1 as 1 1 ie2 o-o 1 2 o-o lll d 7 Véase el diagrama siguien te
1 3 ixe7 iWxe7 14 iWb3 füb8 1 S Cll a4 lll a 6
1 6 ixa6 füa6 1 7 Cll cS El:b6 1 8 iWc3 El:bs 1 9 Aqu í las bla ncas pueden sacrificar u n peón
füe1 h6 20 b3 ie4 2 1 Cll d2 ig6 22 Cll fl mediante 6 id2 iWxd4 7 ixb4 iWxe4+ 8
ie2, porque la posición de las negras se
Véase el diagrama siguiente ha debil itado con el movi miento c7-c6.
Sin embargo, en el Gambito de Dama des­
22 ... lll x cS 23 dxcS b6 24 cxb6 El:8xb6 2S pués de 4 ... dxe4 S lll xe4 ib4+ las blan­
lll d 2 iWa3 26 lll f3 es 27 \M/d2 ie4 28 lll e s cas deben jugar 6 Cll c 3, y entonces las ne­
El:e6 (28 ... c4!?) 29 Cll d 3 gS?! U na j ugada g ras mediante 6 ... es obtienen suficiente

37
Construcción de un repertorio de aperturas

im presión.

PARTIDA 10
Mijaíl Botvinnik - Paul Keres
Gambito de Dama [036]
Moscú 1 952

1 d4 lll f6 2 c4 e6 3 éll c3 dS 4 cxdS exdS S ,igs


.ie7 6 e3 0-0 7 .id3 él\ bd7 8 Wfc2 l"!e8 9 él\ ge2
éll fS 10 0-0 c6 1 1 l!ab1
contraj uego.
Las blancas han desarrollado e l cabal lo de
Regresemos a la j ugada 3 ... lt:Jf6. Después rey por e2 y muestran sus i ntenciones de
de 4 cxdS exdS 5 �gS �e7 6 e3 c6 7 Wc2 i n iciar el ataque de minorías de peones. Es
la d iagonal b 1 -h7 está en manos de las más habitual q ue el ca bal l o de rey se en­
blancas. Pueden elegir entre el ataque de cuentre en f3.
minorías de peones u otros planes de jue­
g o. El ataque de minorías de peones es u n
plan m uy seg u ro, n o obstante l a s neg ras
d isponen de medios para resistir. Para los
al um nos que deseen conocer l os planes
de las dos partes en este caso, les será útil
estudiar el capítulo «Posiciones típicas en
la estructura de peones de Carlsbad», del
corto aunque instructivo libro de Boris
Zlotn i k Tipovie pozitsii mittelshpilya7, que
publ icó en el año 1 986 la editoria l « Fi S8».

Sin embargo recuerdo el i rónico comenta­


rio del maestro Oleg Dementiev, que fue 11 ... .id6?
entrenador del g ran maestro Arshak Pe­
trosian: «Si en tus mejores años atacas al Keres emplea u no de los mejores m éto­
peón c6, ¿qué harás cuando seas mayor?» dos para contrarrestar el ataque de mi­
Com parto la opinión de que en la varian­ norías de peones; sin embargo, no presta
te de Carlsbad del Gambito de Dama un atención a la d iferencia en la situació n del
ajedrecista joven debe elegir un plan con cabal lo blanco. En efecto, con el caballo
u nas posi bilidades estratégicas más am­ en f3 el plan de las negras i ncl uye las ju­
plias que el ataque en el flanco de dama. gadas �e7-d6, lt:Jf8-g6, h 7-h6, el cambio
La siguiente partida me produjo una gra n en f6, �g5xf6 Wd8xf6, después �c8-g4 y
lt:Jg6-h4, lo que con frecuencia con d uce a
7 Nota del Traductor. Su traducción al castel lano un ataque devastador en el flanco d e rey.
sería Posiciones típicas en el medio juego. Aq u í el ca ballo blanco ha sal ido por e2, y
8 Nota del Traductor. Fizkultura i Sport (Cultura esto permite a Botvin n i k desvia rse del ata­
Física y Deporte). Este libro no se ha traducido al
que de minorías de peones e i n iciar u n a
castellano, pero el citado capítulo se puede en­
contrar en el libro Fundamentos estratégicos del
ofensiva e n e l centro. L a situación del alfil
ajedrez, de la editorial Martínez Roca, Colección negro en d6 solo contribuye a l desarrollo
Escaques, n.0 77, 1 985.
38
Construcción de un repertorio de aperturas

de la i niciativa de las blancas y viene a ser


una pérdida de tiempo decisiva.

12 cJih1

La amenaza consistía en 1 2 ... �xh2+ y 1 3


... tll g4+

1 2 ... lll g6 1 3 f3!

«Las blancas estaban preparadas para el


ataque está nd a r en el flanco de dama, 1 1
:i'l'.ab1 . Ahora, por supuesto, rechazan este Keres se prepara para responder al ataque
plan en favor d e l ataque en el centro. Las por la columna «h», apoyado con 3 0 :i'l'.h3,
negras no pueden i mpedi r el avance e3- mediante 30 ... f5, pero inesperadamente
e4, porque en esta posición es difícil reali­ aparece un golpe táctico: 30 lll fS! füe8 31
zar el contragolpe c6-c5. Esta es la conse­ tll h6+
cuencia de la desafortunada jugada 1 1 ...
�d6» (Mijaíl Botvi n n i k). Botvinnik no se conforma con ganar la ca­
l idad y concluye la partida con un ataque
13 ... .ie7 1 4 �be1 lll d7 enérg ico en el flanco de rey.

La jugada 1 4 ... h6 puede refutarse me­ 31 ... cJit8 32 '\Wf6 lll g7 33 füf3 fü8 34 tli xf7
diante 1 5 �xh6 gxh6 1 6 �xg6. �e6 35 '\WgS tll fS 36 tll h 6 '\Wg7 37 g4 Las ne­
gras abandonaron.
1 5 Í1.xe7 �xe7 1 6 lll g 3 lll f6 17 '\Wf2 Í1.e6 1 8
lLl fS! !xfS 1 9 .ixfS '1Wb6 2 0 e4 En la actualidad el plan de M ijaíl Botv i n n i k
y a hace tiempo que no e s u na revel ación
En el plano estratégico la partida ya está en el campo de la estrateg ia, sin embargo
decid ida. Las negras no pueden oponer es uno de l os métodos de juego típicos en
nada al abrumador ataque del adversario. este tipo de posiciones. Por eso, ahora las
blancas no en mascaran sus i ntenciones
20 ... dxe4 21 fxe4 �d8 22 eS tll d S 23 tll e4 ag resivas en el centro mediante 1 1 :i'l'.ab 1 ,
y juegan d i rectamente 1 1 f3
El caballo bla nco penetra en el campo
contra rio, porq ue 23 ... (fjc? 24 (fjd6 (fjes
es imposible por 25 (fj cs o bien 25 {fjxf7.

23 ... lll f8 24 lll d6 '\Wc7 25 !e4 lll e 6?!

La mejor posib i l idad práctica de las negras


era el sacrificio de cal idad en d6.

26 '\Wh4 g6 27 .ixdS cxdS 28 fü1 '\Wd7 29 fü3


fü8

Véase el diagrama siguiente


La posición es muy tensa, no obstante las

39
Construcción de un repertorio de aperturas

blancas sostienen firmemente la inicia­ es el doblaje por la col u m n a «Í».


tiva estratégica. Por cierto, no han fi rma­
do n i n g ú n «j u ramento sagrado» que las 1 5 ... ttJe6 1 6 fgaf1 fü8
com prometa a j ugar e3-e4, y, digamos,
pueden jugar g2-g4 y después lll g 3, o a Las negras evitan el debilitamiento de la
veces, cuando el alfil negro está en e6, y el posición, pero pierden m uchos tiempos
caba llo e n g6, pueden em prender el avan­ en la defensa del peón «f7». Ahora las
ce del peón «f». No obstante, la ruptura en bla ncas se apoderan de la i n iciativa.
el centro es su idea principal.
1 7 dS?!
La teoría ya se ha ocupado en gran medi­
da de la posición del ú ltimo diagrama, sin La elección de qué peón avanza es u na
embargo en este l i bro me gustaría fami lia­ cuestión de gustos. Yo me decanté por el
rizar al lector con mis métodos de trabajo, peón de dama, a u nque la j ugada 1 7 es
y no escri bir una monografía de aperturas. ta mbién tiene sus ventajas. Posteriormen­
Por eso, en la medida de lo posi ble utili­ te, Vasily lvanch u k en el match de candi­
zaré mis propias partidas y las partidas de datos contra Artu r j ugó de forma a ná loga
mis a l u m nos, au nque también algunas a la partida Botvinnik - Keres: adela ntó el
partidas de eminentes ajedrecistas que peón «e», trasladó el caballo a e4, o btuvo
pertenecen a la herencia clásica. ventaja y ganó la partida en un esti l o ex­
celente.
Las neg ras no pueden evitar el avance
del peón «e», excepto con la jugada 1 1 17 ... ltJcs 18 ttJ d4 '\Wes 1 9 ttJ b3 ttJ xd3 20
... es?, sin embargo a este movi miento '\Wxd3 ttJf6
es m uy fuerte 1 2 É\ad 1 !, que amenaza 1 3
�xf6 o 1 3 dxcS �xcS 1 4 lll x dS. Por eso, de En hS el ca ballo carece de perspectivas;
momento deben apunta r al contraj uego además, en todas las variantes las negras
contra el i nestable centro adversario. Las deben considerar la amenaza füS.
blancas, sin embargo, necesitan preparar
sus acciones activas en el centro, ten iendo 21 h3 ic8
en cuenta la posición de sus torres.
Si 21 ... �d7, entonces es pel igrosa 22 lll c s.
En u n a partida contra mí del campeona­
to por eq uipos de las Fuerzas Armadas 22 ttJd2! id7 23 ttJ c4 '\We7
de la URSS (Minsk 1 984), el g ra n maestro
Timoshenko intentó determinar i n media­ La primera impresión es q ue las blancas
tam ente la posición central con la j ugada poseen una seria ventaja, s i n emba rg o no
11 ... ttJh5 Después de 1 2 ixe7 '\Wxe7 13 e4 es fácil derrumbar la posición de las ne­
dxe4 1 4 fxe4 las negras j ugaron 14 ... ig4; gras. ¿Cómo deben jugar las blancas?
ahora prácticamente han concluido la mo­
vilización de sus fuerzas y están prepara­ Véase el diagrama siguiente
das para atacar el centro blanco mediante
É\a8-d8 y lll f8-e6. Las blancas necesitan Quería decidir la partida por med ios estra­
jugar con energía . tégicos, y perdí mucho tiempo pensando
en la j ugada 24 '\Wd4!? Si a hora las negras
1 5 fü2!? perm iten el sacrificio de calidad tras 2S
füf6 gxf6 26 d6 y después füf6 y es, su
La mejor posición para las torres blancas posición será desesperada. Por eso 24 ...

40
Construcción de un repertorio de aperturas

es es u n a j ugada ú n ica. I ndagué d u ra nte Es mala 33 ... fü8 por 34 e6, mientras que
bastante tiempo el fi n al que surge tras 2S la jugada 33 ... ie6 se refuta medi ante 34
WeS9 WxeS 26 éll xeS, sin embargo no al­ Wc6, y también pierde 33 ... �d8 a causa
cancé a comprender si estaba o no gana­ de 34 Wc7 Wgs 3S fü6!
do. Por eso descarté la j ugada 24 Wd4 en
favor de 24 d6!? Aq uí puede parecer que el ataque de
las blancas se ha extingu ido, porque a
En real id ad, apenas consideré esta conti­ 34 Wc8+ Wd8 3S Wc6 tropieza con 3S ...
n uación, porque este movimiento solo fue Wb6+, mientras q ue después de 34 Wic6
una a lternativa a 24 Wd4 en la posición del �d8 no vale 3S e6? por 3S ... We3+ S i n em­
último diagrama. Después de 24 ... Wi e6 25 bargo las blancas tienen a su disposición
eS lLJdS tuve miedo de caer en el zeitnot, la jugada tranquila 35 Wid6!! con la amena­
porq ue en ese momento ya ha bía gastado za � h 1 , y solo después eS-e6; resulta que
mucho tiempo. En la partida se acordaron las negras aqu í están i ndefensas.
las tablas después de 26 Wd4 éll xc3 27
bxc3 es 28 We4 ic6 29 Wg4 Wxg4 30 hxg4 Sin embargo, regresemos a la posición del
ibs 3 1 fü4 füe8. último d iagrama. El ordenador encontró
un camino corto y muy efectivo para al­
No obstante las blancas tenía n a su dispo­ canza r el objetivo: 30 g4! Wixh3 (30 ... Wh4
sición la i nteresantísima jugada 26 lDe4! 3 1 éi'lg2!, y cae la dama) 31 lDxdS!! Wixd3 32
Dura nte el j uego, con el reloj corriendo, la lDe7++!; tampoco ayuda 31 ... Wxg4+ 32
desca rté por 26 ... bS 27 lDgS Wih6 28 lDxf7 �g2.
WihS 29 lDe3 ie6, y las blancas pierden
una pieza. En la partida Riskin - Deiko, Minsk 1 984,
las negras también conti n uaron 1 1 ... lLJhS
Véase el diagrama siguiente 1 2 ixe7 Wixe7 13 e4, aunque aquí Deiko
decidió no a brir la col umna «f» y en su
Cuando mostré esta partida a mis al um­ lugar jugó 1 3 ... ie6 Riskin respondió di­
nos, u n o de ellos e ncontró la excelente recta mente 14 eS!? g6 1 5 f4 lLJg7 1 6 lD g3, lo
posi bilidad 30 lLJxdS cxdS {30 ... ixdS 3 1 que obligó a las negras a bloquear el flan­
d 7) 31 d 7 Ahora 3 1 . . . ixf7 pierde después co de rey con la j ugada 1 6 ... fS
de 32 e6, y solo queda 31 ... �xf7 32 �xf7
ixf7 33 Wic3! WigS! Ahora las blancas, en posesión de ventaja
de espacio y con las piezas mejor situadas,
9 Nota del Editor: El ordenador considera que es
comenzaron a atacar a su oponente en el
más fuerte 25 We3! con una gran ventaja de las flanco contrario: 17 lDa4 �ac8 1 8 a3 b6 1 9
blancas.
41
Construcción de un repertorio de aperturas

b4 !d7 20 é2J c3 é2Jfe6 21 l2Jge2 1 988, precisamente el j ugador de 1 4 años


Aleksa ndr Zazhog in, y el de 1 5 a ños Oleg
Romanov, con los que acababa de empe­
zar a trabajar.

PARTIDA 7 7
Aleksandr Zazhogin - Ziu lev
Gambito de Dama [036]
Minsk 1 988

1 d4 d5 2 c4 e6 3 é2Jc3 é2Jf6 4 cxd5 exd5 5 i,g5


c6 6 \Wc2 !e7 7 e3 0-0 S !d3 é2Jbd7 9 l2Jge2
Las negras está n restri ngidas. Sus caballos �es 10 o-o lLJfS 1 1 f3 g6 1 2 �ad1 é2J e6 13
no pueden ocupar a la vez la casi l l a e6, la ih4 \Wc7?!
posición del alfil en d 7 tampoco es envi­
diable. Las blancas d isponen de u n plan Plantea una celada, sin emba rg o es u n a ju­
de acción claro con una idea principal: e l gada d udosa. A 14 e4? las neg ras pla nean
ataque a la cadena de peones d e l adversa­ responden 14 ... dxe4 1 5 fxe4 lll g 4 1 6 �g3
rio mediante b4-b5. La posición negra está \Wd8, con ataque al peón d4 y a la casi l la
estratégicamente perd ida. e3.

21 ... �edS 22 b5 !es 23 W!'b3 W!'b7 24 bxc6 14 \Wc1 !?


ixc6 25 �ac1 a6 26 l2Ja2 b5 27 l2Jb4 \Was 2S
l2Jxc6! Una decisión original. Las bla ncas contro­
lan la cas i l la e3 con la dama y permiten
Sin siqu iera dudarlo, Riskin cambia el alfil que e l alfil de casillas blancas retroceda a
«malo» del adversario, que j uega u n papel la casi l la b l . Sin embargo, parece más na­
importante en la defensa. tural 1 4 � h 1 .

2S ... �xc6 29 �xc6 \Wxc6 30 W!'b4 füs 31 fü1 1 4 ... l2Jh5 1 5 ixe7 \Wxe7 1 6 e4 �dS
W!'d7 32 �xcS+ \WxcS 33 @f2

Las blancas culminan los preparativos


para la ruptura de peón a3-a4.

33 ... W!'dS 34 g3 @f7 35 a4 W!'b6 36 axb5


l2Jc7 37 é2Jc3 l2Jge6 3S l2J a4 \Wxd4+ 39 \Wxd4
l2Jxd4 40 b6 l2J ce6 41 !xa6 lLJ dS 42 é2Jc3 g5
43 !es gxf4 44 gxf4 lLJ4e6 45 l2Jxd5 Las ne­
gras a bandonaron.

Ahora veamos cómo se probó el esq uema


de Mijaíl Botvi n n i k en los campeonatos
juveni les. Quiero presentar al lector las Una posición pecul iar. ¿Qué plan deben
partidas de dos candidatos a maestro en elegir las blancas? E l desarrollo más natu­
el campeonato juvenil de M i nsk del año ral parece ser el avance de los peones «e»

42
Construcción de un repertorio de a perturas

y «Í», sin emba rgo las negras en respuesta Las negras no aguantan la tensión e ini­
a 1 7 es tienen preparado el contragolpe cian el contraataque, que al estar i nsufi­
central c6-c5. Zazhogin empieza l a prepa­ cientemente preparado se vuelve como
ración del ataq ue en el centro. un boomerang. Era imprescindible 24 ...
hxg4, con una posición confusa.
17 .ibl
25 éLi xd4 '1Mh4?! 26 tLi xe6 tLi xe6 27 .ixe6 fxe6
También eran ventajosos otros planes. 2S cxb6 Wxg4+ 29 '1Mg3 '1Mf5 30 bxa7 Wc2 31
Merecía atención 1 7 Wle3, para después fS! exf5 32 Wxg6+ ilhs 33 Wxh5+ 'it>g7 34
de 1 7 ... b6 cambiar drásticamente el ca­ Wgs+ i>hS 35 füdS Las negras a bandona­
rácter del j uego mediante 1 8 exdS cxdS ron.
1 9 füe l o incl u so 1 9 g4 t/Jf6 20 füe l , en
analog ía con la 1 4ª partida del match Bot­
vinnik - Petrosian, que examinaremos más
PARTIDA 12
adelante.
Oleg Romanov - Ziulev
17 ... b6 1 S '1Me3 .ib7 19 a3 :Bes 20 es :BadS Gambito de Dama [D36]
21 f4 Minsk 1 988

Las blancas son consecuentes en sus ac­ 1 d4 ds 2 c4 e6 3 éLi c3 ClJf6 4 cd ed 5 ,igs c6 6


ciones, aunque en comparación con l a e3 .ie7 7 Wc2 o-o S .id3 éLi bd7 9 .éLi ge2 :Bes
partida anterio r l a s piezas d e l adversario 10 0-0 ClJfS 1 1 f3 g6 1 2 :Bad1 éLie6 1 3 .ih4
están situadas con mayor armonía, y las ClJh5 1 4 .if2
negras no necesitan bloquear mecán ica­
mente los peones blancos mediante f7-f5. Las blancas evitan el cambio del alfil de
casi llas negras.
21 ... cS! 22 ia2 ClJ hg7
14 ... Wc7
Las n egras amenazan cambiar dos veces
en d4, con la posterior maniobra lli g7-f5 y Las negras aparta n su dama del enfrenta­
el avance del peón «d». miento con la torre bla nca. En caso de 1 4
... fS podía seg uir 1 5 e4!? Por ejemplo: 1 5
23 g4!? ... fxe4 1 6 fxe4 dxe4 1 7 ii.xe4 y 1 8 d S a la
jugada siguiente.
Una decisión muy arriesgada, aunque
concreta y directa. 1 s i>h1 .id6

23 ... hS

Era m ucho más lógico abrir el centro me­


d iante 23 ... cxd4. Podría seg uir 24 t/J xd4
t/Jxd4 25 füd4 (25 Wlxd4? Wlh4) 25 ... t/J e6
26 :r'l'.xdS! (26 t/J xdS? WlcS 27 t/Jf6+ m h8) 26
... Wlh4 27 h3, y la posición blanca es pre­
ferible.

24 dxc5 d4?

43
Construcción de un repertorio de aperturas

Apunta al peón h2. Parece muy natural negras respondieron 1 2 ... W!as, q u e pre­
16 .llg 1 con idea de preparar e3-e4. Sin viene 1 3 e4.
embargo, los ajedrecistas jóvenes están
llenos de optimismo y aman los ataques 13 a3! E!:ad8 1 4 @h1
al rey, por eso no es sorprendente que las
blancas prefirieran 16 g4!? Cll f6 1 7 h4 b6? Las bla ncas no se apresura n .

Demasiado lento. Las negras necesitaban 14 ... ic8


tomar medidas contra el ataque i n m i nen­
te. Val ía la pena decidirse por 1 7 ... hS !?, La posición negra es sólida, pero muy pa­
permitiendo e l sacrificio de pieza en g6, siva. Sus piezas están colocadas estética y
con la posterior retirada del caballo de e6 a rmoniosamente e n el centro, sin e m bar­
a g7. go, si las blancas consiguen ava nzar sus
peones centrales, toda esta armon ía se
1 8 E!:g1 ib7 1 9 hS vendrá abajo.

Ahora el ataq u e blanco no se puede dete­ 1 5 ih4!


ner.
El alfil se traslada a g l , desde donde in­
19 ... E!:ac8? 20 ih4 Cll d 7 21 f4! Cll g7 22 Wfd2 terferirá constantemente las maniobras
ie7 23 ig3 Wfd8 24 fS! de las piezas neg ras. Si en la jugada pre­
cedente las negras h u bieran j ugado 1 4 ...
En el leng uaje futbol ístico, las bla ncas ctJg6, entonces las blancas no ha bría n con­
cuelgan el balón al área de su adversario. seg uido trasladar el alfil por la ruta g5-h4-
f2-g 1 , aunque podrían haber i ncrementa­
24 ... ig5 25 fxg6 fxg6 26 Cll f4 gxhS 27 gxh5 do la presión mediante ctJ e2-g3-f5.
Cll f6 28 h6!
15 ... Cll g6
Culmina con elegancia el enérgico ataque.
Las negras conti n úan con el j uego movi­
28 ... ixh6 29 Wfh2 ig5 30 ih4 ixh4 31 miento a movimiento, sin un plan para la
Wfxh4 Cll e4 32 E!:xg7+! @xg7 33 E!:g1+ Las partida. Debería n pensar seriamente en
negras a bandonaron. cómo obtener contraj uego. Como c6-c5
en este momento no es constructivo, me­
recía atención 1 5 ... g6 con idea de ctJ f8-e6.
En g6 la posición del caballo es demasiado
PARTIDA 13
pasiva. Es evidente que Ziatdinov se pro­
Alexéi Aleksandrov - Rashid pone l uchar por la casi lla f4 para sus piezas
Ziatdinov en el momento en que el peón e3 avance
Gambito de Dama [036] a e4, sin e mbarg o esta esperanza no se
Primorsko 1 990 hace real idad.

1 d4 Cll f6 2 c4 e6 3 Cll c3 d5 4 cd ed 5 igS c6 6 1 6 if2 id6?! 17 ig1 Cll hS 1 8 b4!


Wfc2 ie7 7 e3 Cll bd7 8 id3 0-0 9 Cll ge2 E!:e8
10 0-0 Cll f8 1 1 f3 ie6 1 2 E!:ad1 Esta j ugada es posi ble gracias a la u bica­
ción del alfil en d6, porque después de 1 8
Esta j ugada se corresponde con el espíritu ... W!xa3? 1 9 l=í'.a1 1J!ixb4 20 füb1 las negras
de la idea estratégica de las blancas. Las pierden la dama.

44
Construcción de un repertorio de aperturas

1 8 ... Wfc7 Clig4+ @g6 41 @h4 '8ee8 42 Clies+ @g7 43


@hS Las negras abandonaron.

Me g ustaría agrega r a lo dicho a nterior­


mente que cuando el caballo blanco está
situado en e2, entonces el salto del cabal lo
negro a e4 no es demasiado efectivo n i en
la 1 Oª j ugada, ni en la 1 1 ª (después de 1 O
. . h6 1 1 �h4). En la partida Sheresh evsky
.

- Aslanov, Minsk 1 98 1 , después de 10 ...


h6 1 1 ih4 Clie4 12 ixe7 Wfxe7 las blancas
j ugaron 13 '8ae1 !?

Me d ispongo a preparar el avance del


1 9 e4! peón central.

E l momento adecuado para la ruptura e n 13 ... Cll df6 1 4 f3


el centro. Las n egras no pueden jugar 1 9
... t/Jhf4 por 20 eS!, y 20 ... t/Jxd3 se refuta Era i nteresante probar 1 4 t/J d l , con el fi n
mediante 21 exd6. Aquí, al igual que en l a d e conservar sobre e l ta blero otra pieza
partida Botvin ni k - Keres, la u bicación del menor.
alfil en d6 constituye u n obstáculo para las
negras. 14 ... Clixc3 1 5 Clixc3 c5

19 ... dxe4 20 fxe4 if4 Las negras previenen e l avance del peón
e3-e4, pero entran en un final desfavora­
Quizás para ser consecuentes, las negras ble.
ocupan la casi l l a f4 con el alfil, sin embar­
go ésto solo facil ita la tarea de las blancas. 16 dxc5 Wfxc5 1 7 lll b 5! Wfxc2 1 8 ixc2
No obstante, ya era m uy difícil defender la
posición de Ziatdi nov.

21 es ih6 22 if5! '8e7 23 Clie4

Observamos el mismo escenario que en la


partida de Botv i n n i k. Él d ictó cómo debe
seg ui rse.

23 ... ixf5 24 '8xf5 Cll hf4 25 Clixf4 ixf4 26


fül ih6 27 g4!

Las blancas cosecha n el fruto de su estra­


tegia. Todavía siguió: En e l l ibro Estrategia del final dedico u n ca­
pítulo completo a los fi na les de este tipo.
27 ... if4 28 '85:f4 Cli xf4 29 '8xf4 f6 30 Wfb3+ Tales posiciones son muy desag radables
@hs 31 Wff3 W/d7 32 exf6 gxf6 33 Clixf6 Wfe6 para las negras, aunque son defendibles
34 d5! cxd5 35 id4 Wfe1 + 36 @g2 Wfe2+ con un j uego preciso. En este caso se man­
37 @g3 Wfxf3+ 38 '8xf3 '8e6 39 g5 @g7 40 tienen sobre el tablero los dos pares de

45
Construcción de un repertorio de aperturas

torres, lo que permite a las bla ncas crear ches de candidatos, en u n buen n ú mero
una debi l idad adicional en el flanco de rey de torneos fuertes, y en las Olimpiadas.
med iante el avance, tras la preparación Sus posiciones se caracterizan por una es­
correspondiente, de los peones «h» y «g». tructura di námica de peones en el centro
Además, la amenaza 20 ltJc7 es bastante y en el flanco de rey. Son atractivas para
desagradable. aquellos j ugadores que aspira n a la i nicia­
tiva y al avance de los peones, y para aque­
Mi ingenioso contrinca nte j ugó 19 ... llos a q u ienes les gusta contraatacar. A los
i.d7?!, y tras u na corta reflexión respon­ seg u ndos l es g usta sacar partido de l os
dí 20 é2J d4?!, au nque después de 20 ltJc7! defectos de la estructura de peones de su
:E\ec8 21 4Jxa8 füc2 22 :E\c1 :E\xb2 23 fü2 adversario, que generalmente apa recen
las negras no tienen suficiente compen­ tras una actividad excesiva . En resu men,
sación por la calidad. Estaba demasiado podemos aprender mucho del estudio de
i nteresado en j ugar un fi nal sobre el que las partidas de los g ra ndes jugadores clá­
ya había trabajado a ntes. Lo gané gradual­ sicos. Demos paso a la historia.
mente, más o menos tras i 80 j ugadas! Así
pues, es d udoso que se pueda aconsejar
a las neg ras jugar la posición del ú ltimo
PARTIDA 14
diagrama.
Mijaíl Botvinnik - Tigran Petrosian
En concl usión, qu1s1era agregar que a Gambito de Dama [031]
veces las blancas consiguen preparar el Moscú 1 963 (m/14)
avance de los peones centrales con l a ayu­
da del e n roque largo. El gra n maestro le­ 1 d4 dS 2 c4 e6 3 élic3 i.e7 4 cxdS exdS 5 i.f4
tón Sh írov es u n partidario devoto de este c6
plan en la apertura. Antes de profu nd izar
en el estudio de la jugada 3 ... f¿e7, q u iero Las negras l uchan por la d iagonal b 1 -h7.
señalar q ue n u nca i ntenté enseñar a mis
alumnos obtener en la apertura algún tipo 6 e3 .ifS 7 g4! .ie6
de ventaja «abstracta». Es mucho más im­
portante que conozcan los pla nes estraté­ Una j ugada prácticamente forzada. En
gicos de cada posición, q ue siempre estén caso de 7 ... f¿g6?! Las blancas d isponen
l istos para tomar la i niciativa, y que tien­ del ataque 8 h4!, y 8 ... f¿xh4 es mala por 9
dan a u n a l ucha com pleja sobre el tablero. Wb3 b6 1 O füh4! iWxh4 1 1 ltJ xdS. Si no se
captura el peón, entonces a 8 ... h S sigue 9
De acuerdo con los man uales de apertu­ gS, y a 8 ... h6, el avance 9 hS, y las blancas
ra, la j ugada 3 ... i.e7 fue i ntroducida por obtienen ventaja de espacio en el flanco
el g ran maestro soviético Alatortsev. Si las de rey.
blancas q u ieren jugar el sistema Carlsbad,
deben conformarse con el desarrollo más Véase el diagrama siguiente
modesto del alfil por f4 después de 4 cxdS
exdS 5 .if4 Esta continuación ha sido com­ 8 h3
probada numerosas veces en torneos del
nive l más alto. Por ejemplo, en los matches En esta posición también es posible 8 j¿d3,
por el campeonato del m undo Botvi n n i k ­ como jugó Botvi n n i k en la 1 2ª partida del
Petrosian, 1 963, Karpov - Korchnoi, 1 98 1 , match, y también 8 h4!?, otra i nvención de
Karpov - Kaspa rov, 1 985, Kasparov - Kar­ Botvinnik, que probó en su partida contra
pov, 1 986 y 1 987, y también en los mat- Spassky en Leiden, 1 970.

46
Construcción de un repertorio de aperturas

s ... é2Jf6 9 id3 es Las blancas se han apoderado por com­


pleto de la i niciativa. Las negras no tienen
Parece q ue todo está en reg la: al ataq ue debil idades, la coord inación entre sus pie­
en el fla nco las negras responden con el zas tampoco es mala, y sin embargo su
contragolpe en el centro. Las blancas no posición no es agradable. Su principal de­
buscan aislar un peón en d5, abriendo la fecto es la ausencia de posibil idades para
posición, y siguen con el desarrollo tran ­ crear un plan de contraj uego constructivo.
q u i lo de sus piezas. I ntentemos una vez más realizar u n a ana­
logía con el fútbol. Imagine que un equi­
10 é2Jf3 é2J c6 1 1 @m po avanza, i ntenta marcar u n gol, y el otro
solo observa las acciones de su oponente
El rey blanco se sentirá cómodo en g2, y la y procura neutralizarlas, sin ni siqu iera in­
torre h l está activa en su posición original. tentar contraatacar.
La posición del peón blanco en g4 no es
tan extravagante. Al contrario, este peón 17 ... id6
permite a las piezas blancas ocupar l as ca­
sil las g2 y g3, para conservar la ventaja de Petrosian q uiere simplificar la posición, sin
espacio en el flanco de rey. embargo el cambio de los alfiles de casi­
llas neg ras con los peones a islados mu­
1 1 ... 0-0 1 2 @g2 cd 1 3 é2J xd4! é2Jxd4 1 4 exd4 tuos solo favorece a las bla ncas.

Con el cambio de caballos las blancas ga­ 18 É!ael ixeS 19 füeS


nan un tiempo para ocupar con el peón la
casilla f3. La captura 1 9 dxe5? sería un «descuido»
posicional por 1 9 ... d4 20 exf6 \Wxf6.
14 ... é2J d7 1 5 \Wc2! élif6
19 ... g6 20 Wlf2 élid7 21 É!e2 é2Jb6 22 É!hel!
Petrosian regresa con el caballo a su pues­
to. En caso de 1 5 ... g6 las negras tendrían «La j ugada de doble filo 22 h4 era u n a de­
que considerar 1 6 ih6 Eí'.e8 1 7 f4, mientras cisión que no se correspondía con e l espí­
que a 1 5 ... h6 es muy fuerte 1 6 iWd2, con el ritu de la posición, porque las perspectivas
plan id3-c2 y después iWd2-d3. de ataq ue son confusas, mientras q u e el
final se presenta favorable a las blancas »
1 6 f3 füS 1 7 ies (Mijaíl Botvin n i k).

Véase el diagrama siguiente 22 ... é2Jc4

47
Construcción d e un repertorio de aperturas

Las negras i ntentan jugar activamente, sin


emba rgo tras e l cambio de piezas meno­
res el caba llo blanco será claramente más
fuerte que el a l fi l del adversario.

23 .ixc4 E:xc4

Si 23 ... dxc4, e ntonces 24 dS y 25 iWd4.

24 E:d2 E:e8 2S E:e3 a6 26 b3 fü6 27 lll a4 b6


2s lll b2 as 29 lll d3 f6

tras el cual su posición se deteriora.

38 ... a4 39 bxa4

«En caso de 39 llies l:k3 40 bxa4 ga3 41


gb2 füa4 42 füb6 ÉÍ'.xa2+ desaparecían
todos los peones del flanco de dama, lo
que facil itaba la defensa de las negras»
(M ijaíl Botvi n n i k).

39 ... fü4 40 as! bxas 41 llics .its 42 ©g3 a4


43 ©f4 a3 44 ©es E:b4 4S lll d3 E:bS 46 ©d6
30 h4! ©f7 47 ©c6 .ixd3 48 füd3 E:b2 49 E:xa3 E:g2
SO ©xdS E:xgS+ S1 ©c6 hS S2 dS E:g2 S3 d6
A pesar de todo las bla ncas realizan esta fü2+ S4 ©d7 h4?!
jugada, a u nque no con la idea de atacar
en el flanco de rey. Botvin n i k prepara la Botvi n n i k i ndicó q ue i ncluso tras la mejor
apropiación de la casi lla es, mediante el 54 ... gS! 55 ÉÍ'.a5! <ii f6 56 <ii d 8 h4 57 d7 h3
avance del peón «g». 58 ga6+ \t>g7 59 ÉÍ'.e6 h2 60 gel las blan­
cas deben ganar.
30 ... .if7 3 1 E:xe8+ .ixe8 32 'W!e3 .if7 33 gS
ie6 34 lll f4 .if7 SS f4 fü2 S6 ©es E:xf4 S7 E:a7+ Las negras
a ba ndonaron. Una partida excelente, en la
El alfil debe retroceder. En caso de 34 ... que las negras no cometieron n i u n solo
�fS puede seg u i r 35 gxf6 iWxf6 36 iWeS, y error g rave, y sin emba rgo se vieron su pe­
las negras pierden el peón dS. radas completamente.

3S lll d3 .ie6 36 gxf6 'Wfxf6 37 'W!gS! 'W!xgS+


38 hxgS
PARTIDA 75
Véase el diagrama siguiente Viktor Korchnoi - Anatoly Karpov
Gambito de Dama [D31]
La posición se h a simplificado, no obstante Merano 1 98 1 (m/13)
el final es d ifícil para las negras. Petrosian
intenta crear contraj uego, sin emba rgo a 1 c4 e6 2 lll c3 dS 3 d4 .ie7 4 cd ed S .if4 c6 6
la j ugada siguiente comete u n error grave, e3 .ifs 7 g4 .ie6 8 h3 éD f6 9 .id3 o-o 1 o lll f3

48
Construcción d e u n repertorio d e aperturas

cS 1 1 @n lll c6 1 2 @g2 fü8 propuso 1 6 ... Wb6!? 1 7 Vfib3 ctJxd4 con


idea de responder a 1 8 exd4 con la agu­
Petrosian jugó 1 2 ... cxd4. da 1 8 ... fü4!?, mientas que después de 1 8
tt:Jxd4 «no se puede hablar de nada más
13 fü1 �e8 que una mínima ventaja de las blancas».
He estudiado muc hos finales simi lares y
V. Lepeshkin y D. Plisetsky critican la úl­ les dediqué un capítulo completo en el li­
tima jugada de las negras, y en su l ibro bro Estrategia del final. Las negras pueden
Match por el campeonato del mundo. Mera­ mantener la posición con u n juego preci­
no 1 98 1 proponen la jugada 1 3 ... a6. Sigue so, aunque generalmente esto no es una
esta va riante: 1 4 dxcS ixcS 1 5 ctJ bS .ite7 tarea fácil.
(es más fuerte 1 5 ... ctJ b4! [Redacción]) 1 6
ctJ bd4 tt:Jxd4 1 7 füc8 ixc8 1 8 tt:Jxd4 ( 1 8 1 7 �xc8 W!xc8 18 exd4!
exd4 ctJe4 1 9 Eí:e1 fS) 1 8 ... .itd6 1 9 ixd6
\Wxd6 20 Wc2 Eí:e8 con idea de tt:J e4. «Cree­ Una idea de Mijaíl Botvinnik.
mos que las debilidades en el fla nco de rey
no permiten a las blancas esperar u n a ven­ 18 ... W!d7 1 9 t2J c7 fü8 20 ll:l xe6 fxe6
taja significativa», concl uyen los autores.
Es mala 20 ... Wxe6 por 21 ifs .

Puede parecer que las blancas no tienen


una ventaja apreciable, sin embargo des­ La su perioridad de las blancas es i n duda­
pués de 21 Eí:c1 (que amenaza 22 Wxc8 ble: tienen la pareja de alfi les, mejor desa­
o los movimientos de la dama a es o c7) rrollo, y espacio para maniobrar. Además,
la defensa de las negras será compl icada. en la posición de las negras aparece una
Hay que decir que en el match del año debilidad en e6.
1 98 1 Karpov jugó mejor que Korchnoi y
ganó con fi rmeza. Sin embargo, en los pe­ 21 �e1 a6
riód icos soviéticos l os comentarios sobre
este match fueron u n ilaterales. El motivo Tah l dijo que era mejor 21 ... Vfif7.
fue que entonces el ajedrez y la política
estaban demasiado entrelazados. Dicho 22 gS!?
esto, regresemos a la partida.
Las blancas podían jugar más tranqui las,
14 dxcS .ixc5 1 5 tll b S i.f8 1 6 tll fd4! tll xd4 sin embargo Korchnoi prefiere material izar
su ventaja de una forma más enérgica.
En lugar de la ú ltima jugada Mijaíl Tah l

49
Construcción de un repertorio de a perturas

22 . . tLi e4 23 W!g4 ib4 24 :B:e2 fü8 25 f3 Wff7


. Los dos adversarios cometen errores.
26 .ie5 é2J d2 27 a3 Muchos comentaristas advi rtieron q ue
las negras podían salvarse con ayuda del
Tah l comentó q u e las blancas d isponía n fantástico recurso táctico 29 ... ctJ h4+!! No
de u n camino técnico para obtener la se puede capturar el caballo: a 30 Wxh4 si­
victoria: 27 f4 tt:J e4 28 füe4 dxe4 29 i.c4 gue 30 ... \Wf3+, y si 30 i.xh4, entonces 30
<ii h 8 30 i.xe6 1'&e7 3 1 f5; sin embargo, las ... Wfl + 3 1 <ii h 2 i.d6+ 32 i.g3 fü2+ Solo
neg ras pueden defenderse: 29 ... l2e8 30 f5 q ueda 30 <ii h2 ctJf3+ 3 1 � h l , y ahora de
e3!, y en caso de cambio en e6, la dama nuevo 31 ... ctJ h4!! Las variantes dem ues­
negra penetra en f2. Por supuesto, en vez tran que las negras tienen todo en orden:
del sacrificio d e calidad las blancas sen­
ci llamente pueden capturar el peón: 28 1 ) 32 fü2? ctJfS!;
i.xe4 dxe4 29 l2xe4, aunque aquí ya las es­
peran dificultades técn icas. Tras la j ugada 2) 32 fü2? Wf3+ 33 1'M/xf3 füf3 34 i.xh4
de la partida la posición se compl ica con­ i.d6 35 <ii g 2 füd3;
siderablemente, a u nq ue objetivamente es
la conti n uación más fuerte. 3) 32 i.xh4 Wfl + 33 <ii h 2 i.d6+ o 33 Wg 1
Wxh3+ 34 :1l:h2 Wxd3;
27 ... tlixf3 28 g6?
4) 32 Wxh4 \Wf3+ 33 l2g2 Wxd3 34 axb4
«La ingeniosa i n iciativa de las negras ha­ fü1 + 35 <ii h 2 1'Míd 1 o 35 l2g1 \Wf3+ 36 <ii h 2
bría sido i nsuficiente si las bla ncas h u bie­ We2+ 37 l2g2 Wd l , y las blancas no tienen
sen j ugado aquí 28 i,g3! con las amena­ nada mejor que repetir la posición.
zas 29 axb4 o 29 fü2» (Mijaíl Tahl). 28 ...
ctJ h4+ tampoco ayuda después de 29 <ii h 2 Tras la jugada de la partida las blancas
tt:Jf3+ 30 <ii h 1 ctJ h4 por 3 1 i.xh7+ <iix h7 32 pueden exprimir a l máximo su ventaja.
Wxh4+ cii g 8 3 3 fü2. Siguió:

28 ... hxg6 30 fü2 él'l e1 + 31 <ii h 1 \Wxf2 32 ixf2 él'l xd3


33 W!xe6+ :B:f7 34 .ig3 él'lxb2 35 \WxdS .if6
Proporcionaba u n contraj uego suficiente 36 id6 g5 37 Wlb3 ixd4 38 \W e6 g6 39 \W e8+
28 ... ctJel +! 29 � h2 We7. <ii g 7 40 ies+ .ixe5 41 \Wxes+ <ii h 7 42 \Wxb2

29 .ig3 Aq uí se aplazó la partida, sin embargo las


negras abandona ron sin reanudar. No se
consigue constru i r una fortaleza.

29 ... ie7?

50
Construcción de un repertorio de a perturas

Esta es la mejor pos1c1on que pueden


constru i r las n egras. Las blancas ganan
con el paso a un fi nal de peones, mediante
el sacrificio de la dama en fS.

PARTIDA 16
Mark Taimánov - Josip Rukavina
Gambito de Dama [031]
Len i ngrado 1 973

Esta partida fue galardonada como u na de cambio) quieren empujar al rey negro a l
las mejores del torneo l nterzonal de 1 973. flanco d e rey, para después, con el avance
g4-g5, abrir la col u m na «g» para las ope­
1 d4 d5 2 c4 e6 3 éll c3 ie7 4 cxd5 exd5 5 if4 raciones de ataque. En esencia, las negras
c6 6 e3 if5 7 g4 ie6 8 h3 éll f6 están i ndefensas contra este plan» (Mark
Taimánov).
Es mala 8 ... hS? 9 gxhs ttJd7 1 O ie2 tt:'idf6
1 1 l:!h2! id6 1 2 ixd6 \Wxd6 1 3 l:!g2! con 13 ... éll c7 14 ghgl ixf4?!
ventaja blanca, Korchnoi - lvkov, Budva
1 976. «Ya q ue las n eg ras han esperado tanto
tiempo para realizar este cambio, va l ía la
9 id3 id6 pena ag uanta r u na jugada más, j ugando
primero 14 ... tt:'ie6» (Mark Taimánov).
Así jugó Spassky contra Korchnoi en su
match de candidatos del año 1 968 en 15 éll xf4
Kiev. Korchnoi n o pudo extraer ventaja de
la apertura, sin emba rgo en la partida que También era mala 1 5 exf4.
examinamos MarkTaimá nov consig uió re­
futar prácticamente el plan de las negras. 15 ... '\Wd6 1 6 g5 hg 1 7 gxg5 @f8

10 tll ge2 h6?! A 1 7 ... g6 seg u i ría 1 8 l:!eS+

Es d udoso que sea necesario crear esta 18 geg1 éll ce8 1 9 éll ce2 b6 2o @b1 !
debilidad. Como indicó Taimánov después
de la partida, es mejor 1 O ... ixf4 1 1 tt:'ixf4 Un movimiento preparatorio muy útil an­
\Wd6. tes de la ofensiva en el centro.

11 '1Wb3 ic8 12 0-0-0 él\ a6 20 ... gh6

Véase el diagrama siguiente Es mala 20 ... ixh3 a causa de 21 l:! h l \Wd7


22 l"1g3.
1 3 gdel
21 f3 éll h7
«El plan de las blancas es claro. Con la
amenaza potencial de abrir la columna «e» Después de 21 ... ixh3 22 e4 las bla ncas
(mediante e3-e4, o bien e3xf4 en caso de tendrían un fuerte ataq ue.

51
Construcción de un repertorio de aperturas

22 :9:Sg3 ie6 23 Wl'c2 iig8 24 e4! dxe4 2S fxe4


étJfS 26 Wfc3!

dali dades de la Defensa Benoni: 3 .. eS, 3


.

... e6, 3 ... g6, y del Gambito Valga, 3 . . bS .


.

Con u n juego senci llo y lógico las blancas Empecemos con 3 ... eS Las blancas pue­
han obten ido una posición ganada. Las den conti nuar 4 éD c3 d6 S e4 ie7
negras no pueden oponer nada al avance
de los peones enemigos en el centro y al Forma parte del plan relacionado con el
ataque en el flanco de rey. cambio de los alfiles de casi l las negras. En
su época el gran maestro Boleslavsky me
26 ... f6 aconsejó como réplica a este sistema de
las neg ras j ugar:
Amenazaban 27 dS.

27 eS! Wl'e7

No es mucho mejor 27 ... fxeS debido a 28


dxeS \Wd7 29 tll d4.

28 éD xe6 éD xe6 29 Wl'xc6 :9:d8 30 ic4 fxeS


31 :9:g6! :9:d6 32 Wl'cs :9:xg6 33 :9:xg6 iif7 34
:9:xe6! :9:xe6 3S dxeS gS 36 éD d4 éDg7 37 a4 a6

«Solo quedan movimientos de peones, y


son pocos . » (Mark Taimá nov).
..

38 idS bS 39 aS b4 40 i.b3 g4 41 hxg4 Las


negras aba ndonaron. Con esta j ugada las blancas evitan el cam­
bio de alfi les y provocan el posterior debi­
l itamiento de l a posición de las neg ras, lo
Aperturas que surgen desp ués que crea la posibili dad de tra nsición a un
de 1 d4 ti:lf6 2 c4 c:: S 3 d5 fi nal favorable.

Véase el diagrama siguiente 8 ... g6

Tras estas tres j ugadas pueden surgir va­ Las negras siguen su plan obsti nadamen­
rias a pertu ras. Por ejemplo, d iversas mo- te. El peón h4 estaba envenenado por

52
Construcción de un repertorio de aperturas

Whs, pero ahora de nuevo es vul nera ble. a l ataque de las blancas en el fla nco de
dama. Las blancas pueden jugar tra nqui­
9 .ih6 tLlg7 10 hS! lamente f3, a3, Eí'.b 1, b4, doblar torres por
la columna «b», etc., y si es necesario, abrir
Las blancas no necesitan entrar en compli­ otro frente en el flanco de rey (¡acuérdese
caciones después de 1 O 1Mfd2 ixh4. Parece del peón hS!). Las neg ras no tienen dón­
que a hora las negras pueden realizar su de mostrar actividad. Si en la posición
plan, sin embargo la posición emergel!te del diagrama ensayan 1 4 ... fS, entonces
será claramente favorable a las blancas. después de 1 5 hxg6 hxg6 1 6 exfS gxfS
las blancas pueden jugar tranquilamente
10 ... igs 1 1 ixgS \WxgS 12 Wld2 \Wxd2+ 1 7 f3, para detener los peones negros, y
también pueden i ntentar desarrollar in­
De lo contrario las blancas tend rían la po­ mediatamente u n ataque por la col u mna
sibil idad de jugar 1 3 \Wh6 con un fuerte «h» mediante 1 7 Eí'.h6, Eí'.ah 1 , tt:'lhs etc., y es
ataque al rey. poco probable que las negras sobrevivan
a esta ofensiva.
1 3 Wxd2 a6 14 .id3
Puede aprender más sobre las posiciones
de este tipo con las sigu ientes partidas.

PARTIDA 17
Mario Bertok - Efim Geller
Defensa Benoni [A56]
Kiev 1 959

1 d4 tLlf6 2 c4 es 3 dS es 4 tLlc3 d6 s e4 .ie7


6 tli ge2 o-o 7 tLlg3 tLle8 8 h4 a6 9 id3 g6 10
hS igS 11 id2 \Wf6 1 2 \Wc1 ixd2+ 1 3 \Wxd2
Las negras ya han obtenido lo que que­ \Wf4 1 4 tli ge2 \Wxd2+ 1 5 Wxd2
rían : han cambiado su alfil «malo» por el
alfil «bueno» del adversario. Sin embargo,
el factor decisivo para la valoración de
esta posición es la ventaja de espacio de
las blancas, y no el razonamiento abstrac­
to sobre a lfiles «malos» y «buenos». Obje­
tivamente, el alfil de las negras es bastan­
te peor que su oponente blanco, porque
está restringido por la cadena de peones
blancos. Por otra parte, su alfil cambiado
podría haber j ugado un papel importante
en la defensa del flanco de dama contra el
ataque de las blancas.
1 S ... tlig7 16 tLlg3 tLld7 17 a3 tLlf6 1 8 hxg6
Yo creo q u e la posición del ú ltimo diagra­ fxg6 1 9 b4 tLl d7 20 f3 l!b8 21 l!ab1 tli e8 22
ma estratégicamente está perdida para las l!b2 tli c7 23 l!hbl l!a8 24 tlige2 cxb4 25 axb4
negras, porque no pueden oponer nada as 26 bxas l!xas 21 llic1 ©u 28 ic2 lli cs 29
Construcción d e un repertorio de aperturas

etJ b3 etJxb3+ 30 füb3 @e7 31 gb6 etJa6 32 éDd2 etJ h7 1 1 etJ bS Wfd7 1 2 f3 a6 1 3 etJ c3 Wfe7
lli bs gd8 33 g4 ga2 34 gS fü8 3S etJc3 ga3 1 4 gbl éD d7 1 S a3 etJdf6 1 6 b4 b6 1 7 Wlb3
36 gh1 fü7 37 tll bS ga2 38 tlixd6 gxf3 39 id7 1 8 bxcS bxcS 19 Wfb6 füe8 20 Wfxc7 gxe7
lli xe8+ @d8 40 fü6 gg3 41 fü8+ @c7 42
gxh7+ Las neg ras a bandonaron.

PARTIDA 18
Alberic O'Kelly - Olaf Ulvestad
Defensa Benoni [A56]
Málaga 1 966

1 d4 etJ f6 2 e4 es 3 dS es 4 éDc3 d6 s e4 g6 6
id3 ig7 7 éD ge2 0-0 8 f3 llie8 9 ie3 ih6
10 °1Wd2 ixe3 1 1 '\Wxe3 °1Wh4+ 12 g3 Wfh3 1 3
éD dl @g7 1 4 etJ f2 Wfh6 1 S @d2 Wfxe3+ 1 6 21 0-0 llie8 22 gb6 if6 23 ixf6 éD hxf6 24
@xe3 tll d 7 1 7 a 3 a6 1 8 b4 gb8 1 9 ghb1 etJc7 füb1 ie8 2S idl gaa7 26 ia4 gab7 27 ie6
20 étJc3 b6 21 ie2 gb7 22 étJd3 fS füb6 28 gxb6 éD d7 29 �b1 @f8 30 éD a4
rJle7 31 @f2 fS 32 @e3 f4+ 33 @t2 lli ef6 34
etJ b3 gS 3S etJaS @t7 36 etJ b6 etJxb6 37 füb6
@e7 38 ia4 éD d7 39 gb1 @f6

23 bxeS bxcS 24 exfS tll b6 2S éDf2 gxfS 26 g4


rJlt6 27 ga2 id7 28 gxfS ixfS 29 etJfe4+
rJle7 30 gab2 �fb8 31 @t2 ie8 32 tli xd6
@xd6 33 tll e4+ rJle7 34 d6+ @d8 3S llixcS 40 g3 @e7 41 h4 fxg3+ 42 @xg3 gxh4+
Las negras aba n donaron. 43 @xh4 @f6 44 @hs @f7 4S ixd7 E:xd7
46 llie6 fü7 47 @xh6 ih3 48 @gs ig2 49
etJd8+ rJle8 SO E:b8 l!g7+ S1 @f6 Las negras
abandonaron.
PARTIDA 19
Svetozar Gligorié - Miguel
Quinteros Aperturas de uso limitado
Defensa India de Rey [E92]
Manila 1 973 Ahora estudiaremos la apertura 1 d4 etJf6
2 .igS
1 d4 etJ f6 2 e4 es 3 dS g6 4 etJc3 ig7 s e4 d6
6 tll f3 o-o 7 ie2 es 8 ,igs h6 9 ih4 Wfc7 1 0 Véase el diagrama siguiente

54
Construcción de un repertorio de aperturas

Empezaremos con las varia ntes donde las


blancas eliminan a l caballo negro f6.

1 d4 ctJf6 2 !gS cS?!

Creo que este movimiento tiene m uchos


más defectos q ue virtudes. Después del
cambio las negras deben capturar en f6
con el peón «g», y soy muy escéptico so­
bre tales decisiones.

3 !xf6
Invertí bastante tiempo en escribir el li­
bro Endgame Strategy. En aquella época La continuación más lógica, a u nque tam­
trabajaba de entrenador y a veces jugaba bién son posi bles j ugadas del tipo 3 dS o
en torneos. Prácticamente no me que­ 3 lll c 3. Ofrezco al lector mi partida «loca»
daba tiempo para estudiar y anal izar la contra Zhelyandi nov:
i nformación vigente sobre las aperturas,
ya que trabajaba mucho con los clásicos,
y preferí leer l i bros dedicados a la heren­
PARTIDA 20
cia ajedrecística de los viejos maestros e n
detrimento de los n uevos «I nformadores Mijaíl Shereshevsky - V.
de aperturas». Por eso motivo tomé la Zhelyandinov
decisión temporal de dejar la j ugada 2 c4 Apertura Trompovsky [A45]
después de 1 d4 ctJf6, y empecé a jugar 2 L'vov 1 977
lllf3 o 2 j,gs, con la confianza puesta más
en el medio j uego y en el final. Gradual­ 1 d4 ctJf6 2 !gs es 3 dS '11Nb6 4 ctJc3 '11Nx b2 s
mente esto me l levó a formar mi «particu­ !d2 '11Nb6 6 e4 d6 7 f4 e6 8 E:b1 '11Nd8 9 ibs+
lar» teoría de apertu ras, a la vez que mis !d7 1 O dxe6 fxe6 1 1 eS dxeS 12 fxeS ctJdS 13
resultados prácticos, aunque parezca raro, !d3 ic6 14 '11Ng 4 ctJb4 1 S ctJge2 ctJxd3+ 1 6
mejora ban . Después de terminar mi obra cxd3 ctJa6 1 7 '11Nxe6+ '11Ne 7 1 8 '11Nh 3 ctJc7 1 9 0·0
Endgame Strategy regresé a la j ugada 2 c4. 'l1Ne6 20 'l1Ng3 0-0-0

Así pues, 1 d4 ctJf6 2 igS Las negras se en­


frentan a un problema estratégico real en
la segunda j ugada. Las blancas se propo­
nen capturar en f6 y después, seg ú n con
qué peón capturen las negras, elegirá n el
transcurso posterior de la partida.

Las negras tienen a su d isposición varias


posibi l idades, a u nque lo primero que de­
ben decidir es si permiten la captura en
f6 Si las negras q uieren evitar los peones
doblados, e ntonces pueden jugar 2 .. lll e 4
.

o 2 ... e6; si esto no les importa, entonces 21 E:be1 !e7 22 ctJf4 '11Nd 7 23 '\Wxg7 E:hg8 24
pueden mover 2 .. dS o 2 ... cs.
. '11Nx h7 E:h8 2S '11Nf7 E:df8 26 '11Nc4 bS 27 '11Nb 3 c4
28 '11Nc2 ics+ 29 d4 '11Nxd4+ 30 iih1 E:xh2+

55
Construcción de un repertorio de a perturas

31 <.f:?xh2 ghs+ 32 etJh3, y las negras sobre­ con peón del punto h5. El caballo b lanco
pasaron el tiempo. va a penetrar por allí.

9 ... hS 10 h4
PARTIDA 2 1
Naturalmente, las blancas impiden q ue
Mijaíl Shereshevsky - Albert este peón avance más. Ahora en lugar de
Kapengut u n pu nto débil las neg ras tienen u n peón
Apertura Trompovsky [A45] débil.
Minsk 1981
10 ... es
1 d4 etJ f6 2 ,igs cS?! 3 ixf6 gxf6
¿Qué deberían hacer a hora las negra s para
En caso de 3 ... exf6 4 tlic3 las negras tie­ coordi nar las acciones de sus piezas en los
nen problemas con el peón «d». flancos de dama y de rey? Kape n g ut in­
tenta dejar li bre la sexta fi la, a u nq ue como
4 d5! d ijo con humor N i mzowitsch, la debilidad
de los peones doblados se puede com pa­
rar con la cojera de una persona sentada.
No se puede decir que tiene problemas
de salud hasta que se levanta. Ta n pronto
como los peones se ponen en movimien­
to, su debil idad se manifiesta claramente.
Ahora es muy vulnerable el peón f5 .

1 1 etJg3 Wl'g6

Puede parecer que tras el cambio del alfil


de casi llas negras las blancas estén obli­
gadas a mantener sus peones centrales
en casillas negras, para restringir al alfil
adversario. Sin embargo aquí es mucho
más importante ganar espacio y meter
una cuña en la posición de las negras, para
dificu ltar la coord i nación de sus piezas en
am bos flancos.
Y ahora, ¿cómo deben continuar las blan­
4 ... Wl'b6 5 Wi'c1 etJa6 6 e3 e6 7 c4! cas? Parece muy fuerte 1 2 a3 d6 1 3 Wlc2
seg uido del enroque largo. Las blancas
El peón d5 debe ser defendido sólidamen­ también pueden i ntentar forzar el mo­
te. vimiento e5-e4 y aprovechar el puesto
avanzado f4. Sin embargo, d isponen de
7 ... .ig7 8 etJc3 ts 9 etJge2 un movim iento más decisivo.

La captura 3 ... gxf6 eliminó la protección 12 d6!!

56
Construcción de un repertorio de aperturas

U n «estacazo» m uy fuerte. El peón d6 d ivi­ 22 ... ctJb8


de la posición de las neg ras en dos partes.
Ahora se desarrolla una l ucha vital a l rede­ La captura del peón 22 ... exf3 23 gxf3 �xf3
dor del peón d6. 24 �e2 conduce a una posición práctica­
mente desesperada para las neg ras. Con
1 2 ... e4 1 3 'Wd2 ies 1 4 o-o-o gh6 15 tll b 5 su ú ltimo movimiento Ka pengut i ntenta
�b8 complicar el juego a cualquier precio.

Las negras pretenden l l evar el caballo a c6 23 fxe4 a6 24 tLi c3 f6


a través de b4 y preparar la jugada a7-a6.
Por eso . . . Muy consecuente. No ofrece n in g ú n a l ivio
a las negras 24 ... füd6 debido a 25 lll cdS
1 6 a3! con un ataque blanco devastador.

Ahora el cabal lo negro q ueda excl uido del 25 gxf5!


juego.
De momento las blancas aceptan el reto,
16 ... b6 1 7 tll e2 ib7 1 8 tll f4 '\Wg7 1 9 �h3! que provoca más com plicaciones. Consi­
deré que el sacrificio de calidad era el ca­
La torre de rey blanca entra en j uego de mino más rápido y directo para la victoria,
forma majestuosa. y lo más razonable.

25 ... ixe4 26 �xe5 fxe5 27 tll h 3 ig6 28 tll g 5


'\Wg7 29 id3

Las bla ncas poseen una g ran superioridad


de fuerzas en el flanco de rey. No es de ex­
trañar que su ataque sea i rresistible.

29 ... e4 30 ixe4 ixe4 31 tLi cxe4 '\Wes

Esta jugada permite a las bla ncas rea lizar


sus sueños. De todos modos, la posición
de las negras estaba perdida h acía tiempo.

32 '\Wf2+ 'it>g8 33 Wff7+ <i>h8 34 '\We7 tll c6 35


Las negras descubren por fin cómo expul­ tll f7+
sar al caballo adversario de bS: se propo­
nen retirar el caballo a su casilla de parti­ Véase el diagrama siguiente
da, para después jugar a7-a6. Las b lancas
deben actuar con energía, si no pueden En los fel ices a ños de mi i nfancia, solo co­
tener dificultades con la materialización nocía los conceptos básicos de la ciencia
de su ventaja. ajed recística, y no pensaba que el ajed rez
sería mi profesión. Entonces obtenía más
22 f3! placer a l jugar una pa rtida. Recuerdo que
a veces conseguía hacer u n ataque doble
Es necesario a bri r la posición. 22 �e2 es al rey y la dama, e incluso en momentos
floja, por ser demasiado lenta. más afortunados la horq u i l l a era triple;

57
Construcción de un repertorio de a perturas

por ejemplo, al rey, a la dama y a u na to­ 4 g3 es 5 e3 1.Mfb6 6 tll c3 e6 7 �b1 tll c6 8 tll f3
rre. Aunq ue, desafortunadamente, n u nca id7 9 ig2 cxd4 10 exd4 1.Wa6
con seg u í una horqu illa a las cuatro prin­
cipales piezas enemigas. Ahora j ugaba en Aq u í surge una situación psicológica muy
un torneo contra un fuerte maestro, y por especial. E n las posiciones de este ti po, en
pri mera vez (y muy probablemente, por las que la casilla hS es débil, se ve muy se­
última vez) ¡lo había conseguido! ductora la maniobra del ca bal l o desde c3
a f4. Por eso parece bastante natu ral 1 1
Aq u í las negras ya podían haber a bando­ a3, seguida de 1 2 é2ie2, 1 3 0-0 y 1 4 é2lf4.
nado, sin em bargo mi adversario conti nuó Yo había i ntentado profu ndizar en la esen­
el j uego: 35 ... ©g7 36 tll x eS+ tll xe7 37 dxe7 cia de la posición y com prendí que en la
�es 38 tll d6! �xe7 39 tll ts+ 9ª j ugada era bastante mejor desarro llar el
alfil por h3, y no por g2: en ese caso ten­
¡Una partida así debería j ugarse en el año d ría mejores perspectivas. Por ese motivo
del caballo! decidí jugar...

39 ... ©t6 40 élixe7 ©xeS 41 �xd7 fü6 42 1 1 if1 . . .


�d2 ©e4 43 tll dS �f1 + 44 ©c2, y aquí por
fin las negras a ba ndonaron. con la esperanza d e aclarar las i ntenciones
de mi oponente. Evidentemente, Don­
Ahora volvamos n uestra atención a la con­ chenko i nterpretó la jugada 1 1 �f1 como
tin u ación más fuerte. u na oferta velada de ta blas y sobreestimó
su posición, aunque en respuesta a 1 1 ...
\Wb6 las blancas habría n j ugado 1 2 �h3.
Otro logro de las blancas en esta situación
PARTIDA 22
fue que las negras gastaron alrededor de
Mijaíl Shereshevsky - A. vei nte minutos en su reflexión.
Donchenko
Apertura Trom povsky [000] La partida continuó:
L'vov 1 977
11 ... 1.WaS 12 ih3 bS 13 a3!?
1 d4 tll f6 2 igs dS 3 ixf6 gxf6
U n sacrificio de peón i nteresante. Por su­
La captura 3 ... exf6 la anal izaremos en la puesto, pod ía haber j ugado sencillamente
sig u iente partida. 1 3 .8:a1 o 1 3 0-0, no obstante la jugada de
la partida me pareció m uchos más prome-

58
Construcción de un repertorio de aperturas

tedora. m ismo tiempo refuerza la presión por la


col u m na «e».
13 ... ixa3 1 4 W'd3 ie7
18 ... h5?! 19 liJf4 liJd6 20 liJ d2!
Las blancas tendrían una compensación
posicional excelente por el peón sacrifica­ Todas las casi l las por don de las negras
do después de 1 4 ... ib4 1 5 0-0 ixc3 1 6 podrían mostrar sus i ntenciones ag resi­
bxc3. vas están cubiertas. Ahora se amenaza 21
ttJxdS WxdS 22 ig2.
15 0-0 b4 1 6 lDe2
20 ... fü8 21 E:a1

Han pasado solo ci nco jugadas, y la posi­


ción se ha convertido de confusa en clara­
mente ganada por las blancas.

21 ... W'b5 22 E:xa7 f5

En caso de 22 ... l'J:xc2 el sacrificio del caba­


llo en e6 decide el resultado de la partida.

23 if1 Wb8?! 24 E:ea1 lDb5 25 E:7a5 iif8 26


liJ b3 if6?
Es el momento para hacer un resu men de
la apertura. Las blancas han terminado el Las negras han preparado la evacuación
desarrollo y están preparadas para l uchar de su rey a g7, pero en el proceso han de­
por la i niciativa en el centro y en el flanco bil itado la casilla cs. El ataque final de las
de rey. Las negras tienen en su haber u n blancas es sencillo y natural.
peón más y la pareja d e a lfi les. S i n embar­
go su rey está atascado en el centro y no
encuentra refugio en n i n g u no de los dos
flancos, y esto le traerá a las negras mu­
chos problemas. Es difícil valorar con exac­
titud esta posición, sin embargo en u na
partida práctica es mucho más fácil jugar
con las blancas (y es lo que suele pasar).

16 ... liJ d8?!

Donch e n ko pretende llevar el caballo a


d6, sin embargo esta man iobra pa rece de­
masiado lenta. Como ya indiq ué, es bas­ 27 lDc5 ie8 28 ixb5 ixb5 29 lDcxe6+! Fxe6
tante más complicado jugar esta posición 30 '\Wxe6 E:h6 31 E:xb5 Las negras abando­
con negras que con blancas. naron.

17 füe1 lDb7 1 8 We3! Ahora vamos a anal izar la captura en f6


con el otro peón: 3 ... exf6
La dama blanca apunta a la casilla h6, y al

59
Construcción de un repertorio de aperturas

negras cambian, dSxc4 b3xc4, entonces la


posición del alfil en g2 sin duda será pre­
ferible para las bla ncas, porque ataca al
peón b7. Por otra parte, si las negra s elu­
den la captura en c4, entonces en g 2 el
alfil puede cu mplir una fu nción defensiva,
en especial si el peón «O> avanza a cs. La
posición adquiere un carácter cerrado, y
las blancas disponen de tiempo suficien­
te para trasladar el alfil a la d iagonal f1 -a6,
con el objeto de preparar la ruptu ra de
peón b3-b4-bS en el fla nco de dama.
Esta posición se puede jugar más o menos
media nte u n esquema. Por lo general, las Para encontrar la disposición óptima de las
blancas p rocuran desarrol lar sus piezas piezas necesitaba una amplia experiencia
más o menos así: e2-e3, i!i.d3, 4Jd2, l1Jgf3 o práctica en los torneos; sin embargo, esta
Wlf3, l1Je2 seguido de c2-c4. Las negras re­ no era suficiente. H abía comprobado en la
accionan situando los peones en c6 y fS, y práctica algunas posiciones tras el cam bio
después trasladan el caba llo por el iti nera­ dxc4 bxc4, sin embargo las posiciones en
rio 4J b8-d7-f6-e4. En respuesta a la j ugada las que las neg ras eluden el cambio solo
c2-c4 las n egra s cambian en c4 y obtienen las había anal izado. Vea mos a hora alg u nas
u n contraj uego conforta ble en el centro partidas con el cambio y las variantes prin­
por las cas i l las bla ncas dS y e4. cipales de mis análisis.

Como ya d ije a ntes, e n los años ochenta


dejé de estudiar el Informador ajedrecístico
PARTIDA 23
y centré m i atención en los clásicos. En­
contré u n concepto i ncreíble en los co­ Mijaíl Shereshevsky - Vladím i r
mentarios de Alekhine a u nas partidas, l l i nsky
creo recordar, del libro del torneo de B led Apertura Trompovsky [DOO]
1 93 1 , que me habían prestado para leer Moscú 1 979
durante a lg u n os días. En las posiciones
de este tipo el cuarto cam peón mundial 1 d4 ({\f6 2 igs dS 3 ixf6 exf6 4 e3 ie7 5 g3
considera ba que era impresci ndible pre­ 0-0 6 ig2 c6 7 ({\d2 ie6 8 ({\e2 ({\d7 9 O·O
parar el avance c2-c4 mediante la previa E:e8 1 0 b3 fS 1 1 c4 ({\f6 1 2 a3 dxc4?
b2-b3, para en caso de cambio tener la
posi bil idad de capturar en c4 con peón . Si
las negras no cambiaban en c4, entonces
las blancas podía n avanzar el peón a es e
i n iciar un asalto de peones en el flanco de
dama mediante b3-b4, a2-a4, b4-bS. Y la
pregu nta es: ¿cuál es la posición más ra­
cional de las piezas para lleva r a cabo este
plan?

No está claro q ue en ese caso las blancas


necesiten tener su alfil en d3. Tal vez su
desarrollo por g2 tenga más sentido. Si las

60
Construcción de un repertorio de a perturas

El j uego de las negras en la apertura deja '.We7 32 '.Wd3 @h8 33 ge2 '.Wd7 34 ct:\ e5 ixe5
mucho que desear. El desarrollo del alfil 35 fxe5 f6 36 exf6 ge4 37 @gl '.We6 38 gg2!
por e? es d udoso, el enroque temprano gxe3? 39 f7! gel + 40 gxel '.Wxel + 41 Wff1
no tiene n i n g ú n sentido, aunque todo Las negras a bandonaron.
esto es u n a bagatela. Sin embarg o, la ú lti­
ma j ugada de las neg ras, el cambio en c4,
es u n serio error posicional, que concede a
PARTIDA 24
las blancas u n a ventaja posicional prácti­
camente decisiva. Mijaíl Shereshevsky - Vladími r
Litvinov
13 bxc4 '.Wa5?! 14 '.Wc2 :Bad8 1 5 fübl ic8 1 6 Defensa Holandesa [ASO]
c5! Minsk 1 988

Las neg ras no pueden oponer nada a la 1 d4 f5 2 J\g5


presión del adversario en el flanco de
dama. De momento sus alfiles no pueden La j ugada mágica de alfil a gS también es
trabajar, y el pu nto dS es muy bonito a la posi ble contra la Defensa Hola ndesa. Su
vista, pero solo eso. justificación táctica consiste en la siguien­
te variante: 2 . . h6 3 �h4 g S 4 �g3 f4? S e3
.

16 ... '.Wc7 1 7 ctJ c4 g6 1 8 '.Wa4 a6 19 gb2 ctJ d5 es 6 exf4 exf4 7 �xf4 gxf4 8 iM!hS+ �e? 9
20 gabl J\g5?! iM!es+

La presión de las blancas en el flanco de 2 ... ¿¿jf6?!


dama se vuelve insoportable, y la jugada
de la partida, que va unida a u n sacrificio Esta jugada es un error. En com pa ración
de calidad, no las ofrece ningún a l ivio. con las posiciones anteriores el peón do­
blado está situado en f6 en l ugar de f?,
21 ixd5 cxd5 22 ctJd6 b5 23 ¿¿jxe8 gxe8 24 con lo q ue las negras están privadas de la
'.Wb3 id7 25 a4 h5 26 axb5 axb5 27 f4 if6 maniobra tll b8-d7-f6-e4. La respuesta co­
rrecta a la j ugada de alfil es 2 ... dS.

3 ixf6 exf6 4 e3 c6 5 ¿¿j d2

La ú ltima j ugada de las negras parece una


provocación. Las blancas pueden avanzar
el peón a es sin n i nguna preparación, sin
em bargo después de S c4 dS es precipita­
da 6 es por 6 ... b6, mientras que la j ugada
6 b3 conduce a cierto debilitam iento en el
flanco de dama. Decid í posponer de mo­
mento el estudio de las consecuencias de
esta j ugada y segu í por los caminos cono­
Las blancas tienen ventaja de calidad y cidos:
mejor posición . La materialización de la
ventaja no req uiere g randes esfuerzos. La 5 ... d5 6 g3 id6 7 ig2 ie6 8 ctJe2 ctJ d7 9 b3
partida contin uó:
Véase el diagrama siguiente
28 @f2 ic6 29 ctJg1 g5 30 ctJf3 gxf4 31 gxf4

61
Construcción de un repertorio de aperturas

20 él\ c4 él\ f4?!

Cuando real izaron su j ugada a nterior las


negras contaban con este salto. Tenía
cierto sentido el contraataque desespe­
rado que empieza con la j ugada 20 ... f4!?,
au nque para jugar así las negras deberían
haber visto que después de 20 ... l/Jf4 su
posición se torna desesperada.

21 exf4 ixc4

Las blancas no quieren enrocarse en el


lado corto antes que su adversario, por
miedo al ataque por la col umna «h». Yo
rea l icé el plan recomendado por Alekhine,
perma necer por ahora con el rey en el cen­
tro.

9 ... �b6 10Wi'c1 Wi'e7 1 1 a3 füS 1 2 0-0

Decidí que ahora mis acciones en el flan­


co de dama serían bastante más efectivas
que las posibles contramedidas de mi ad­
versario en el flanco opuesto, y que había 22 dS!
l legado la hora de enrocarse.
Este sacrificio posicional de peón permi­
12 ... gS 13 c4 ibS 1 4 a4 dxc4 te a las blancas de forma i nesperada in­
cl u i r todas sus piezas e n el ataque a l rey.
Tras este cambio las blancas adquieren La atención de las negras estaba d i rig ida
nuevas ventajas posiciona les, aunq ue, casi completamente al fla nco de dama, y
¿qué se puede recomenda r a las negras? allí tienen éxito, s i n embargo tras esto el
Después de 1 4 ... hS 1 S as lll a8 1 6 cxdS fla nco de rey se q ueda prácticamente in­
cxdS 1 7 1Wb2 las blancas va n muy por de­ defenso.
la nte de su rival en el desarrollo de la i n i­
ciativa. Debo señalar que al jugar 2 �gS las blan­
cas están obl igadas constantemente a
1S bxc4 Wi'f7 16 es éll d s 17 Wi'b2 hS 18 fübl buscar y encontrar sol uciones creativas y
�h7 1 9 �a3 as? originales.

Litvinov tiene la i ntención de repeler el 22 ... gxf4?!


ataque con la construcción de una barrera
mecá n ica, a saber, con el peón en as y el El cam bio brusco del carácter de la posi­
caballo en b4, sin em barg o su construc­ ción afectó negativamente a Litvinov, que
ción defensiva es socavada por una mina al mismo tiempo se encontraba en g raves
táctica. Merecía atención 1 9 ... h4, para ob­ apuros de tiempo. Como resultado, perdió
tener algún tipo de contrachance práctica. en unas pocas jugadas. Es d udoso q ue las
negras pud ieran salvar la partida después

62
Construcción de un repertorio de a perturas

de 22 ... ixdS 23 ixdS cxdS 24 Cll d4, aun­ Ahora las bla ncas tienen la posi bilidad de
que en cualquier caso esta variante las deteriorar la estructura de peones del ad­
concedía mayores posibilidades. versario también en el otro flanco.

23 d6! S ibS!

Ahora el alfil de casillas negras está exclui­ En las posiciones en las que el adversario
do del juego, mientras que las torres blan­ dispone de la ventaja de la pareja de alfi­
cas acceden a la casi lla e?. les, es muy importante cambiar el otro ca­
ballo, es decir, dejarle solo con la pa reja de
23 ... ia7 24 lll xf4 �f8 alfiles, sin caballo. Por ejem plo, si hacemos
estas j ugadas: 1 d4 Cll f6 2 igS dS 3 ixf6
También era desesperado 24 ... ixcS a exf6 4 e3 c6 5 g3 fS 6 ig2 id6 7 Cll e2 0-0
causa de 25 E\e l + y 26 E\e7. 8 0-0 Cll d7 9 Cll d 2 Cll f6 1 O b3 Cll e4 1 1 f3, en­
tonces llegamos a esta posición:
25 �e3 �e8 26 �xe8+ Wfxe8 27 Wfxf6+ �g8
28 Wfxf5 Las negras abandonaron.

PARTIDA 25
Mijaíl Shereshevsky - Eduard
Barkovsky
Apertura Trompovsky [DOO]
Minsk 1 98 1

1 d4 lll f6 2 igs d S 3 ixf6 exf6 4 e 3 ifs 5


id3
Aq u í las negras cometerían u n g rave error
Las negras han desarrollado su alfil pre­ posicional si cambiara n su cabal l o me­
maturamente, y las blancas i ntentan i n­ diante 1 1 ... 4Jxd2? 1 2 1Wxd2. Las blancas
mediatamente a rrebatar a su adversario la pueden hacer frente fácilmente a l ataque
ventaja de la pareja de alfiles. de su adversario por l a columna «e», de­
fendiendo el peón e3. Para conseg u i rlo
5 ... ig6 6 lll e2 id6 7 0-0 lll c6?! es s uficiente mover el rey a f2 y, si es ne­
cesario, la torre a e l . E n algún momento
las blancas pueden poner de relieve los
defectos del cambio de caballos con la ju­
gada f3-f4!, que inuti liza a la pareja de al­
fi les. El defecto de la jugada f3-f4 es la de­
bilitación de la casilla e4, sin embargo las
negras no pueden ocu parla si les falta el
cabal lo. Las blancas continuarán el avance
en el flanco de dama, trasladan su peón
hasta es, y el resto ya lo sabemos.

Ahora regresamos a la partida:

63
Construcción de un repertorio de aperturas

8 ... 0-0 9 .ixc6 bxc6 1 O éLJ bc3 E:b8 1 1 b3 Wlc8 Merecía atención 1 8 c4!? para a 1 8 ... dxc4
1 2 éll f4 1 9 bxc4 Elb4? responder 20 es füa4 21
Wb3! Sin embargo, el traslado i nesperado
Las b la ncas ma ntienen fi rme su i ntención al otro flanco de la dama 1 9 ... WaS! permi­
de ca mbiar uno de los alfi les. tiría a las negras obtener buen contraj uego
después de 20 tt'lc3 ib4 2 1 ctJ d 1 cs.
12 ... E:d8 13 é2J a4 1Mi'f5 14 é2Jxg6 hxg6 1 5
1Mi'd3! Wlh5 18 ... W.fg4 1 9 c4 dxc4 20 bxc4 E:b4 21 a3

No era conveniente 21 es a causa de 21


... ixf4! (pero no 2 1 ... Ele8? 22 Wa3!) 22
exf4 E\e2 23 :Sg3 Wxf4 24 fü1 (pierde 24
Wxe2? Wxd4+) 24 ... Wxd4+ 2S Wxd4 füd4
26 tt'lc3 :Sc2; las negras tienen tres peones
por el cabal lo, y las torres m uy activas.

21 ... E:xa4 22 W.fb3 E:xe3 23 W.fxe3

Era más fuerte 23 :Sxe3, tras lo cual no


salva 23 ... ixf4 24 :Ses+ � h 7 2S Wxa4
ixh2+ 26 �xh2 Wh4+ 27 � g 1 Wxd4+ 28
16 f4!? �f1 \1J/f4+ 29 �e2 Wg4+ 30 �e3, y e l rey
blanco se escapa del jaque conti n uo. Solo
Esto parece excesivo, pero a u n así es la queda 23 ... Wxf4
manera correcta de protegerse contra el
mate. Las blancas debilitan el peón e3 y
el pu nto e4, sin embargo el adversario
no tiene un cabal lo para aprovecharse de
ello. Además, las blancas obtienen otras
opciones de j u ego, l igadas con la manio­
bra fü1 -f3-h3. Por otro lado, la j ugada na­
tural 1 6 g 3 permitiría a las neg ras obtener
la iniciativa en el fla nco de dama, seg ú n el
esquema: g6-gS-g4, g7-g6, �g7, Elh8 etc.

16 ... E:e8

En caso de 1 6 ... gS las blancas responde­ Dura nte la partida calculé la variante 24
rían con el movimiento 1 7 Wfs. Ele8+ �h7 (es mala 24 ... if8 2S :Sxf8+!)
2S Wh3+ Wh6 26 Wxh6+ gh 27 es if4 28
1 7 fü3 E:e7? Eld 1 , y las blancas tienen la posibi lidad de
capturar el peón c7 tras la j ugada g2-g3.
Las negras no comprenden el proyecto de En el final las blancas d isponen de bu enas
su adversario y debilitan la ú ltima fila, y al posi bil idades para obtener la victoria. Sin
mismo tiempo obstacu l izan a s u propio embargo, decidí jugar al ataque.
alfil.
Y a pesar de todo, en la posición del ú lti­
mo diagrama las blancas tienen un bon ito

64
Construcción de un repertorio de aperturas

ca mino para ganar: 24 Wb8+ if8 (es mala Tras esta j ugada «activa» la ventaja podría
24 ... iih7 25 8 h3+) 25 8ae1 ! ! Se amenaza haber pasado a manos de las neg ras. Man­
el golpe en f8 seg uido del mate en e8, y tenía la igualdad 29 Wh3! Wxd4+ 30 ii h 1
en respuesta a 25 ... Wxd4 las blancas sim­ if8 3 1 füf8 c;t>xf8 3 2 Wh8+ cii e 7 3 3 8e 1 +
plemente apartan al rey de la clavada, 26 c;t>d6 34 \Wf8+ c;t>d5 35 Wxf7+ c;t>c5 36 fxg5
c;t> h 1 , y renuevan la amenaza. Si se defien­ fxg5 37 8b1 !
de a hora el alfil con el movimiento 26 ...
\Wd6, entonces 27 8e7!!, i Y a pesar de todo 29 ... gxf4??
las blancas capturan en f8!
Las negras se encontraban en u n terrible
23 ... E!:xc4? zeitnot y no pudieron encontrar el ca­
mino exacto. Después de 29 ... 8c1 + 30
Era i mprescind i ble 23 ... if8. c;t>f2 Wa2+ 31 We2 (31 8e2 \Wc4 32 8ee8
Wc2+!) 31 ... Wxe2+ 32 c;t>xe2 gxf4 tend rían
24 E!:bl tres peones por la cal idad, y las bla ncas
deberían esforzarse mucho para conse­
Perdía en el acto 24 We8+ if8 25 8e1 !, y g u i r u n empate.
para defenderse de la amenaza 26 \Wxf8+
c;t>xf8 27 8h8++, las negras deben entre­ Ahora todo termina con un mate:
gar la dama.
30 E!:gs+ @h6 31 :B:hs+ @95 32 h4+ @g4 33
24 ... Wfe6 Wfh3++

J ugada ú n ica. Vamos a examinar las posiciones q ue sur­


gen cuando las negras evitan el cambio
25 Wfg3?! del caba l lo f6 por el alfil blanco.

Y aq u í llevaba a la victoria la j ugada para­ 1 d4 tll f6 2 .ig5 lll e4


dójica 25 We1 !!, y g racias a la amenaza 26
8e3 las bla ncas se apoderan de la col u m­ Esta j ugada conduce a una posición agu­
na «e». da y compleja.

25 ... g5 3 ih4

Las blancas amenazaban dar mate a su ad­


versario después de 26 8b8+ if8 27 8h8+
c;t>xh8 28 füf8+ c;t>h7 29 \Wh4++

26 Wfd3?!

Esta j ugada natural, con cuya ayuda las


blancas de nuevo plantean u na amenaza
de mate, en realidad deja escapar la ven­
taja. Se conserva ban las posibilidades de
victoria después de 26 We 1 ! if8 27 Wxe6
fxe6 28 fxg5 fxg5 29 8b7.
3 ... g5
26 ... g6 27 E!:e3 Wfd5 28 E!:e8+ @g7 29 E!:bb8?!

65
Construcción de un repertorio de a perturas

La respuesta p rincipal. En ocasiones las las blancas obtienen buena com pensa­
negras juegan aquí 3 ... es, 3 ... dS e i ncluso ción por el peón. Esta opinión se confirmó,
3 ... c6. Después de 3 ... es lo mejor para las en particu lar, en la partida jugada en el
blancas es jugar 4 f3 (si 4 ctJd2, entonces 4 cambio de siglo Chepukaitis - Emel i n, San
... dS! proporciona a las negras buen jue­ Petersburgo 2000.
go). Después d e 3 ... es 4 f3, en la partida
Shereshevsky - Gufeld, Daugavpils 1 978, Si las blancas no q uieren jugar tan agu­
las negras jugaron 4 ... ctJf6!? Si compara­ do y sacrificar un peón, entonces pu eden
mos esta posición con la que surge tras 1 probar la jugada S c3. El juego puede con­
d4 ctJf6 2 igs es, vemos que aquí el alfil tinuar así: S ... iWb6 6 iWd2 dS 7 e3 ifs 8
blanco está situado en h4, y el peón en g4 ig6 9 0i e2 con una posición bastante
f3. Ahora el cambio S ixf6, a diferencia i nteresante y compleja, que por lo q u e yo
de 3 ixf6, es i mposible para las blancas, sé todavía no se ha probado en la práctica.
porq ue las negras pueden responder con
impunidad S ... exf6! Otro cambio, 6 dxcS En lugar de 3 ... es hay otra posi b i l idad
ixcS, ahora o más tarde, tampoco lo acon­ más: 3 ... dS 4 f3 ctJd6. Así siguieron las
sejaría el doctor, a causa de los agujeros partidas Shereshevsky - Kupreichik, M i nsk
por la diagonal g 1 -a7. Y después de S 0ic3 1 979, y Shereshevsky - Tukmakov, Moscú
(en l u gar d e S ixf6) S ... cxd4 6 iWxd4 0i c6 1 98 1 . En la primera partida después de S
7 iWd2 e6 la posición se asemeja a una ex­ 0ic3 las negras jugaron sin precisión : S ...
traña Sici liana. Por desgracia, estoy muy c6 6 e4 iWb6 7 l'fü 1 g6 8 if2, consigu ieron
lejos de ser considerado u n experto en una posición muy mala y perd ieron. Tu k­
la variante Rauzer de la Defensa Siciliana, makov reaccionó con mayor energía: S ...
y me resulta d ifícil hacer u na evaluación cS! 6 de ctJfS 7 if2 d4!, con com pensación
exacta, no obstante creo que las negras no más que suficiente por el peón; la partida
tienen nada de lo q ue q uejarse. terminó con una victoria convincente de
las negras.
Posteriormente llegué a la conclusión de
q ue las blancas deberían haber i ntenta­ La q u i nta j ugada de las blancas es mala:
do sacar provecho de los dos tiempos de en lugar de S ctJc3?! debieron jugar S c3!
ventaja con la ayuda de un sacrificio de Ahora la maniobra S ... es 6 dxcS ctJfS 7 if2
peón después de S dS iWb6 6 e4 iWxb2 (6 no es tan fuerte, porque las blancas con­
... ttJxdS? 7 iWxdS \Wxb2 8 iWxcS 0ic6 9 \Wc3) trolan la casi l la d4. Por otro lado, las blan­
7 ctJ d2 cas aventajan a su adversario en el desa­
rro l lo y tienen buenas expectativas para
apoderarse de la iniciativa.

Para terminar, la jugada 3 ... c6 va u n ida a


una trampa: las neg ras pretenden empeo­
rar la estructura de peones de su adversa­
rio con ayuda de 4 ... iWas+ y s ... iWhs. La
solución más sencilla es 4 c3, aunque tam­
bién son posi bles otras jugadas.

Regresemos a la jugada 3 g5 La partida


.•.

puede conti nuar así: 4 f3 gxh4 5 fxe4 c5 6 e3

En mi opi n i ón, e n la posición del diag rama Véase el diagrama siguiente

66
Construcción de un repertorio de a perturas

PARTIDA 26
M. Shereshevsky - B. M a ryasin
Apertura Trompovsky [A45]
Minsk 1 978

6 ... Wfb6 7 lll c3 cxd4

En caso de 7 ... e6 8 lll f3 \Wxb2 las bla ncas


pueden i ntentar tomar la i niciativa. Por
ejemplo: 9 lli bs \Wb4+ 1 0 �f2! \Was 1 1
llies.
La i nusual estructura de peones de ambos
bandos hace q ue la posición del diagrama 8 exd4 lll c6 9 lll f3
sea muy original. Aqu í no existe u na teo­
ría tan extensa como en la vieja y buena Es muy prometedora 9 lll d S \Wd8 1 O c3.
Apertura Espa ñola o el Gambito de Dama.
La antigua partida Bondarevsky - Boles­ 9 ... ig7?
lavsky, Moscú 1 945, aparece en todos los
l ibros de texto, y en base a ella esta posi­ Durante varias j ugadas seg u idas las ne­
ción ha sido considerada d u rante mucho gras eluden capturar el peón b2, por te­
tiempo como favora ble a las negras. Des­ mor a la i niciativa del adversario. Con su
pués de 6 ... �h6 7 \Wd3 llic6 8 lll d2 cxd4 último movim iento Maryasin provoca el
9 exd4 \Wb6 1 O lLi b3 as 1 1 a4 dS 1 2 élif3 paso a l fi nal, que acepto con gusto. Era
lLi b4 1 3 \W d 1 0-0 1 4 �d3 llixd3+ 1 5 \Wxd3 mejor 9 ... e6.
\W g6 1 6 llixh4 \Wxe4+ 1 7 \Wxe4 dxe4, Bo­
leslavsky, efectivamente, obtuvo ventaja. 10 lll d s 1.WaS+? 1 1 Wfd2! 1.Wxd2+ 1 2 iixd2 o-o
Sin embargo el j uego de las negras d ista 13 c3 e6 14 lll e3
de ser el ideal, de acuerdo con los estánda­
res modernos. En primer lugar, el caballo
b 1 debe desarrollarse por c3, y la coord i­
nación entre la torre a1 y la dama no debe
i nterrumpirse con la jugada 7 \Wd3.

La posición del diagrama tras la sexta


j ugada de las blancas es muy i nteresan­
te. El poderoso centro de peones de las
blancas es impresiona nte, en especial si
logran mantener los peones en su posi­
ción actual. Los peones doblados negros
del borde del tablero, definitivamente, son
una debilidad, que se puede explotar en el La pareja de a lfi les no compensa la de­
fi nal, aunque por ahora las blancas deben bilidad de los peones doblados «h». Las
estar preparadas para las complicaciones blancas poseen un centro poderoso y u n
que pueden surgir en cuafq u ier momento. desarrollo excelente de piezas; de hecho,
Quiero mostrar algunas partidas donde lo­ ¡una posición ganada!
g ré pasar al final.
14 ... if6 1 5 es ie7 1 6 dS! exdS 17 lll x dS d6

67
Construcción de un repertorio de aperturas

1 8 ibs idB 19 exd6 rio a retirarse a d8, y así tener la posi b i l idad
de jugar tt:'ig5-e6 con ganancia de tiempo.
La ventaja de calidad (de posición) se
tra nsforma en ventaja n umérica (de peo­ 30 ... E!:g7 31 h4 E!:g6
nes). Lo que sigue es la fase de real ización.
El fi nal de piezas menores es tan desespe­
1 9 ... h3 20 gxh3! rado para las negras como el de torres.

Típico en posiciones de este tipo. Es mejor 32 E!:x96+ hxg6 33 ©f3 <;tig7 34 ©g4 .ie3 35
no dejar al riva l los peones que han pene­ lll e 4 'kt>h6 36 b3 ib6 37 c4 id4 38 éll g s a6
trado demasiado en tu propio campo. 39 éll e4 ig1 40 h3 id4 41 lll g3 if2 42 éll e4

20 ... ie6 Aq u í se aplazó la partida, sin embargo las


negras abandonaron sin rea nudar el jue­
La captura 20 . . !xh3 no afecta ba particu­
. go. Las blancas ganan fácilmente: avanzan
larmente al resultado de la partida. el peón «h» hasta hS, obtienen un p uesto
avanzado para el rey en fS y después cap­
21 lll f4 ib6 22 llixe6 fxe6 23 ixc6 bxc6 24 turan el peón es.
©e2 E!:ad8 25 E!:ad1

La posición está más o menos defi n ida. El


PARTIDA 27
resto es cuestión de técn ica sencilla.
M. Shereshevsky - S. Yuferov
25 ... es 26 E!:hf1 fü6 27 d7 fü7 28 lll g s fü:d7 Apertura Trompovsky [A45]
29 E!:xd7 E!:xd7 Minsk 1 985

Las negras incl uso han consegu ido recu­ 6 ... ih6 7 c;ti12
perar el peón, aun así sus cuatro peones
«tu l lidos» no d ejan posibilidades de salva­ Esto es mejor q ue 7 IWd3.
ción. La posición de las neg ras está com­
pletamente perdida.

7 ... éll c6

30 fü6! En esta posición son posi bles otras j uga­


das; por ejemplo, 7 ... e6 y 7 ... cxd4, aun­
A las blan cas les resultará muy útil contro­ que por l o general por tra nsposición de
lar la sexta fila, para obligar al alfil adversa- jugadas conducen a la misma posición. La

68
Construcción de un repertorio de aperturas

jugada 7 ... \Wb6 es imprecisa, porque las todos los pati nadores se lanzan detrás de
blancas j uegan 8 lli c3 con la amenaza 9 él para arri nconar a los adversarios e n su
llia4, y 8 ... cxd4 proporciona a las blancas zona. Esta analogía con el hockey tiene su
una opción adicional, 9 \Wxd4. sentido: las blancas i ntentan establecer u n
cabal lo en la retag uardia de su adversario
Examinaremos las consecuencias de los y lo apoyan con sus peones. Sin embargo,
movimientos 7 ... e6 y 7 ... cxd4. Al jugar la práctica ha demostrado que tras una
7 ... cxd4 las negras comienzan a ejercer defensa correcta las negras se apoderan
presión con sus piezas sobre el centro del de la i niciativa. Por ejemplo, 1 1 lli bs 0-0!
oponente y a menazan capturar el peón 1 2 c4 d6 1 3 llixd6 es 1 4 \Wb3 exd4 (aú n
b2. Los acontecimientos pueden desarro­ e s más fuerte 1 4 . . . \Wd8! 1 S dxeS llixeS 1 6
llar de esta manera: 8 exd4 lli c6 9 llif3 \Wb6 gd 1 llig4+) 1 S \Wxb6 ie3+ 1 6 We 1 axb6,
1 O llic3 \Wxb2 (son mejores las j ugadas con posi bilidades un poco mejores para
que se han dado en la práctica, 1 O ... d6 o las negras, Aleksandrov - Log i nov, Kstovo
1 0 ... e6) 1 1 tli bS Wd8? (es i mpresci ndible 1 994.
1 1 ... 0-0 con j uego de doble filo) 12 gb1
\Wxa2 1 3 dS!, y las negras sufren pérdidas Regresemos a la partida Shereshevsky -
materiales. Por ejemplo: 1 3 ... lli b8 1 4 \Wd4 Yuferov.
\Wxc2+ 1 S ie2 gg8 1 6 gb2.
7 ... lll c6 8 dS
En caso de 7 ... e6 8 lli c3 llic6 9 llif3 cxd4
1 O exd4 \Wb6 el juego de las negras parece Ya había j ugado a nteriormente con este
bastante sensato. De hecho, en la variante adversario en 1 979 y probé 8 c3 (sería u n
anterior se puede l legar a esta posición si error 8 llic3?? por 8 . . . ixe3+). L a partida
las negras juegan 1 O ... e6 en lugar de 1 O contin uó así: 8 ... \Wb6 9 Wfb3 cxd4 1 O cxd4
... \Wxb2? ( 1 0 exd4? ic 1 !) 1 0 ... \Wxb3 1 1 axb3 es 1 2
llif3 d6; más adela nte las blancas obtuvie­
ron u na gra n ventaja posicional, proba­
blemente decisiva. Era evidente q ue Yufe­
rov había encontrado una mejora; tal vez
quería entregar una pieza por tres peones
después de 1 O ... ixe3+!? 1 1 Wxe3 (1 1
\Wxe3 \Wxb2+) 1 1 ... \Wxd4+ 1 2 We2 \Wxe4+.
Decidí desviarme yo primero, porq ue con­
sideré que la posición de la partida del a ño
1 979 era bastante confusa.Así,

s ... lll es 9 Whs d6 10 ibs+ id7 1 1 lll f3


ig7 1 2 a4
Aqu í la conti n uación más fuerte es 1 1
ibs, porque en cua lquier momento las Véase el diagrama siguiente
bla ncas pueden optar por eliminar el ca­
ballo enemigo para al iviar la presión so­ Las bla ncas se han hecho con la i n iciati­
bre el peón central d4. Las blancas tienen va, sin embargo no pueden subestimar
la maniobra más emprendedora, a u nque el margen de seg u ridad de la posición de
arriesgada, 1 1 tlibS?! A los jugadores de las negras. Yuferov debió ganar u n peón
hockey canadienses les gusta arrojar el mediante 1 2 ... llixf3 1 3 gxf3 ixb2 1 4 ga2
disco al centro del adversario, y después if6, y aunque después de 1 S f4 la posición
Construcción de un repertorio de a perturas

lado opuesto del tablero. Lo mejor para las


blancas es aclarar primero la situación en
el flanco de da ma, i ntentar crear a l l í debili­
dades, y solo después comenzar u n j uego
combinado en ambos flancos.

21 ga3!

De esta manera las blancas liquidan la


amenaza b6-b5 y preparan b2-b4.

21 ... gab8 22 'if:?d3 if6 23 h3


de las bla ncas pa rece muy amenazadora,
no se ve nada concreto: 1 5 ... a6! 1 6 �xd7+ Las blancas no deben darse prisa: debe
\Wxd7 1 7 t2Jd2 fí:g8 seg uido del enroque impedirse que la torre negra acceda a la
en el lado largo. col umna «h» con gana ncia de tiempo.
Además, en posiciones de este tipo a ve­
Las negras no q u isieron entra r en esta po­ ces es útil conceder al adversario la posibi­
sición de doble filo y prefirieron jugar u n l idad de mostrar actividad.
final con u n peón menos.
23 ... 'if:?g7 24 gb1 füc8 25 lll f3 fü7 26 b4 c4+
12 ... 0-0 1 3 ixd7 Wfxd7 14 lll x h4 Wfg4?
Ahora las blancas obtienen un excelente
Era mejor conservar las damas en el table­ puesto avanzado en d4, aunque apa rente­
ro, mediante la j ugada 1 4 ... <ii hs. Ahora la mente parecía más desagradable pa ra las
suerte de la partida está decidida. negras abrir la posición.

15 Wfxg4 lll xg4 1 6 'if:?f3 éll e s+ 17 'if:?e2 lll g6 27 'if:?c2 ghs 28 gaa1 fücs 29 bS as
18 lll xg6 hxg6 1 9 lll d2 b6 20 c3 a6
Ahora las blancas deben preparar l a ma­
niobra t2Jf3-d4-c6. No obstante d eben
tener cuidado, porque las negras pueden
obtener cierto contraj uego con el movi­
miento fí:h4. Además, tras el cambio t2J d4-
�xd4-cxd4 surge u n fi na l de torres en el
que las negras pueden crear algún tipo
de contraj uego en el flanco de dama. Las
blancas deben paralizar las acciones del
oponente, ejerciendo presión por la co­
lumna «f».

30 fü1 ghs 31 gad1 gds?! 32 gd2 ies


Las blancas tienen un peón más, y es hora
de deci d i r un plan para su materialización. Véase el diagrama siguiente
Sería muy ingenuo empezar a avanzar in­
mediatamente los peones del flanco de Las negras i ntentan oponerse a la presión
rey, para crear u n peón pasado. Las ne­ de las blancas por la col u m na «f», pero
g ras podrían obtener contraj uego en el conceden a las blancas la excelente posi-

70
Construcción de u n repertorio de a perturas

bil idad de jugar 33 éD d4! 8 étJd5! '1.Wd8

Justo a tiempo, porque las negras no pue­ El ajed recista francés admite su error. Era
den avanzar el peón «h. i nteresante el sacrificio de torre median­
te 8 ... \Wg6. Después de 9 Clic?+? mds 1 0
33 ... :Bh4 34 :Bdf2 if6 35 éll c6 fü8 36 fü4 Clixa8 \Wxe4 las neg ras tienen cierta com­
pensación; sin embargo, las blancas pue­
Todo ha termi nado. El caballo se ha situa­ den jugar la sencilla 9 \Wf3 con idea de l le­
do en la casi l l a c6, y a hora el peón c4 es var el caballo g 1 a f4. Debe señalarse q ue 8
vul nerable. Todavía siguió: ... W/as+ 9 c3 e6 no vale por 1 O iWhS! exdS?
1 1 \!Mes+
36 ... igs 37 :Bxh4 ixh4 38 es :Bes 39 fü4
i,gs 40 :Be4 fS 41 exf6+ ©xf6 42 ©d2 e6 43 9 \Wh5 ig7 10 Wfxh4 cxd4 1 1 \Wg3 ©fs
h4 ih6 44 g4 g5 45 h5 e5 46 :Bxc4 e4 47 Cll d4
Las negras aba ndonaron.

PARTIDA 28
Mijaíl Shereshevsky - Manuel
Apicella
Apertura Trompovsky [A45]
Budapest 1 99 1

1 d4 éll f6 2 igs éll e4 3 ih4 es 4 f3 g 5 5 fe gh


6 e3 'l.Wb6?!
12 exd4!
Como ya sabemos, es más precisa 6 ... �h6,
que obliga al rey blanco a desplazarse a f2. No soy d iferente de la mayoría de jugado­
res de ajedrez, que prefieren atacar con
7 étJ c3 ih6? material equili brado a defenderse con
ventaja material. Dura nte el juego calcu­
Esta j ugada ya es un error. Las negras ya lé que las complicaciones después de 1 2
se a bstuvieron de desarrollar el alfil por h6 Clic? dxe3 1 3 Clixa8 \!Mas+ 1 4 c3! �xc3+ 1 S
en la jugada precedente, por eso debieron me2, probablemente red u ndaban e n fa­
seguir con el m ismo espíritu y jugar 7 ... e6. vor de las blancas; sin embargo, no q uise

71
Construcción de un repertorio de aperturas

ponerme a la defensiva. I ntuitivamente 19 ... ixb2+ 20 ©xb2 ©g7 21 éll c7! fü8 22
tomé la decisión correcta, porque después �hf1 ! Las negras a bandonaron.
de 1 S ... \WbS+! 1 6 mxe3 \Wxb2 1 7 l3.d 1 d6
el ataque de las negras compensaba de Nos queda analizar algu nos de los movi­
sobra la pérd ida de material. mientos que por transposición l l evan a
va riantes principa les de la apertura. Por
Para completar el cuadro, añadiré que des­ ejemplo, las negras pueden jugar 6 ... é2i c6,
pués de 1 3 0-0-0! (en lugar de 1 3 t2ixa8) y después 7 é2i c3 ih6.
1 3 ... l3.g8 1 4 ii b 1 ih6 1 S \Wh4 \Wxc7 1 6
\Wxh6+ l3.g7 1 7 \Wxe3 las posi bilidades de
las bla ncas también son preferi bles, a u n­
que la conti n u ación de la partida es bas­
tante más fuerte.

12 ... ixd4 13 0-0-0 �g8 14 Wfh4

Algo más fuerte que 1 4 \Wc7 ib6 1 S \Wf4


é2i c6 (pierde 1 S ... e6? a causa del 6 \Wh6+!
l3.g7 1 7 é2if6 ie3+ 1 8 \Wxe3 \Wxf6 1 9 \WcS+)
1 6 é2if3.

14 ... éll c6 1 5 éll f3 ig7 1 6 éll g s Las blancas no pueden jugar 8 mf2 por 8
... ixe3+ Sin embargo, pueden jugar 8 dS!
é2i b8 9 es ixe3 1 O ic4 con u na iniciativa
mortífera por el peón. A veces las negras
juegan 6 ... cxd4 7 exd4 es

16 ... h6?

El error decisivo en una posición mala. La


última jugada de las neg ras es demasiado
optimista e ignora las amenazas tácticas Aqu í es muy fuerte 8 \WhS! d6 9 é2if3 l3.g8
del adversario. Resistía más 1 6 ... éLi eS, 1 O é2ic3!, Ker - Kulash ko, Auckland 1 997.
au nque tampoco salvaba. Ta mbién es i nteresante 8 ic4!? con bue­
nas posibilidades de ataque. Esta posición
17 éll xf7! ©xf7 1 8 Wfh5+ ©f8 1 9 ic4 merece u n análisis cuidadoso.

No hay defensa contra el ataque de la to­ No i ntento demostrar q ue las blancas ob­
rre bla nca. Tod avía siguió: tengan ventaja con el movi miento !gS en
la seg u nda jugada. Si este fuera el caso,

72
Construcción de un repertorio de aperturas

esta jugada se encontra ría en las parti­


PARTIDA 29
das de los matches por el campeonato
Mijaíl Shereshevsky - lvica Raicevié
del mundo. Sin emba rgo, el lector ya de­
bería estar convencido, vistas alg u nas de Apertura Trompovsky [A45]
las partidas precedentes, de que u n movi­ Doiran 1 992
miento i mpreciso a menudo lleva a las ne­
gras a d ificultades insuperables. Además, 1 d4 ét:if6 2 igs e6 3 e4 h6 4 .ixf6 '\Wxf6 s ét:ic3
las blancas no necesitan complica r mucho .ib4 6 '\Wd2 cS!?
la l ucha, y pueden jugar tranqui las, con­
tan do con una ventaja cómoda en el fi nal. Una decisión i nteresante. Las neg ras in­
Me gustaría q u e el lector i ntente formar su tentan atacar inmediatamente el centro
propia teoría, d iferente de la teoría de esta blanco, para impedir la j ugada f2-f4.
variante ofrecida por los li bros, que por
supuesto en el futuro se refinará aún más. 7 es '1We7 8 a3 ias

Ahora examinemos la j ugada 2 ... e6 Después de 8 ... cxd4 9 axb4 dxc3 1 O iWxc3
0-0 1 1 bS las blancas están un poco mejor.

Las blancas deben jugar 3 e4, en otro caso


la j ugada de a l fi l no tiene ningún sentido. 9 b4!

3 ... h6 Las bla ncas necesitan jugar enérgicamen­


te, de lo contrario las negras destruyen
Hace tiempo anal icé la jugada 3 ... es y no los restos del centro de su adversario y se
pude encontrar nada convi ncente para las q uedan con la fuerte pareja de alfiles.
bla ncas después de 4 eS h6. Decidí jugar
de esta manera con negras contra el gran 9 ... cxd4
maestro Lputian en el campeonato de las
Fuerzas Armadas de 1 984; sin embargo, En caso de 9 ... cxb4 sigue 1 0 tli bS tli c6 1 1
después de 4 dS! h6 5 ixf6 W/xf6 6 tlic3 axb4 ixb4 1 2 c3 ias 1 3 tlid6+
a6 7 tlif3 eS? 8 a4 b6 9 id3 d6 1 O tli d2
conseguí salvar la partida solo a costa de 10 étJ bS .ib6 1 1 ét:id6+ ci>d8 1 2 ét:if3
gra ndes esfuerzos y con la ayuda de mi
adversario. Merece atención 1 2 f4, como se jugó en
algunas partidas posteriores.

1 2 ... ét:ic6

73
Construcción de un repertorio de aperturas

U na a lternativa i nteresante es 1 2 ... f6!? 1 6 lDf3 fxeS 1 7 0-0-0 fü8 1 8 llJxeS �xf2 1 9
Wlc3
1 3 .ibS f6 1 4 .ixc6 bxc6 1 5 l2Jxd4
E l principio de «no apresu rarse» en acción :
l a s blancas i ncrementan la presión, y man­
tienen todas las amenazas. Por desgracia,
pasé por alto u n contraj uego ocu lto del
adversario, tras lo cual comencé a repro­
charme por pensar abstractamente y des­
cartar otra continuación prometedora que
vi sobre e l tablero: 1 9 tt:l xc8 c/1Jxc8 20 1Mlc3,
y las negras no pueden defender el punto
d7. Sin embargo, objetivamente la j ugada
de la partida es más fuerte.

19 ... �e2! 2o @b1


1 5 ... @c7?
No era posible la captura en c8 por 20 ...
Hasta este momento ambos adversarios 1M/g5+
habían jugado b ien, pero a hora las negras
deberían haber capturado con sa ngre fría 20 ... �e3
el peón es. Después de 1 5 ... fxeS 1 6 tll 6f5
1Mlf6 1 7 tt:lxc6+ �e8 ( 1 7 ... c/1Jc7? 1 8 1Míd6+ Ahora a 20 ... iWgS sigue 21 tll e 8+
c/1J b7 1 9 tt:l as+ �xaS 20 bxaS) 1 8 tll d6+
c/1Jf8 1 9 tt:laS! (1 9 tll e4? 1Mlh4 20 1M!d6+ r:/1Jg8 21 Wlb2 .ia6
21 tt:le7+ c/1Jf7) se llegaba a una posición
muy i nteresante: El ingenio de las negras las permitió evitar
una catástrofe inmediata.

Esta posición es crítica para evaluar las


acciones precedentes de am bos rivales. 22 bS?!
Requiere u n a nálisis detallado, au nque
defi n itivamente prefiero la posición de las Esta imprecisión se debe a un mal cálculo
blancas. de la variante. No era d ifícil encontrar 22
tll dc4!, tras lo cual la varia nte 22 ... �xc4
No obstante, volvamos a la partida. 23 füd7+ 1Mfxd7 24 tt:lxd7 mxd7 25 1Mlxg7+
c/1Jc8 26 :r:l:d1 �dS 27 fü1 proporcionaba a

74
Construcción de un repertorio de aperturas

las blancas una victoria senci lla. fil por d3, mientras que las negras quieren
situar su caballo en f6 tras el avance del
22 ... gbs? peón «f», para evitar tener que defender el
peón f5 med iante g7-g6. Al mismo tiem­
Agobiado por el zeitnot el gra n maestro po las negras perm iten que el adversario
yugoslavo comete un error decisivo. Era avance su peón «e».
im presci ndibl e jugar 22 ... cxb5, y ahora
en caso de 23 élif5 exf5 24 füd7+ \Wxd7 25 7 ctJe2
éli xd7 �xd7 26 \Wxg7+ �c6 27 l]dl apa­
rece 27 ... �c8! Ambos pasamos por alto Ahora y en la j ugada siguiente las blancas
esta oportun idad, gracias a la cual la ven­ podían j ugar e3-e4, aunque esto llevaría a
taja pasaba al bando de las negras. Si bien una posición a bsol utamente disti nta.
es cierto que en lugar de 23 élif5? es bas­
tante más fuerte 23 l]hfl ! l]d8 24 élixb5+ 7 ... llid7 8 b3 fS 9 c4 llif6 10 'IWc2 ctJe4
�xb5 25 \Wxb5 con amenazas imparables,
aunque no estoy seg uro de pudiera haber Las negras han conseguido continuar sin
encontrado sobre el tablero esta conti­ la j ugada g7-g6.
n uación.
1 1 o-o o-o 12 es i.c7 1 3 b4
Después de 22 ... l]b8? las blancas conser­
van la ventaja de material y ganan sin es­
fuerzo. La partida terminó de la siguiente
manera:

23 llifS exfS 24 gxd7+ '1Wxd7 2S llixd7 ©xd7


26 '\Wxg7+ ©e6 27 '1Wxh6+ ©e7 28 '\Wf4 gb7
29 '\WgS+ ©e6 30 '\Wg6+ ©es 31 bxa6 gbs
32 fü1 i.d4+ 33 ©c1 fü8 34 '\Wg7+ fü6 3S
g4 ©ds 36 gd1 gxa3 37 gxd4+ Las negras
a bandonaron.

No pretendo convencerle de que con


blancas es suficiente jugar 2 �g5 para ga­ Las blancas siguen la l ínea estratégi­
nar, por eso mostraré una partida que ter­ ca principal. Las neg ras deben b uscar
m i nó a favor de las negras. contraj uego en el otro lado del tablero.

13 ... i.d7 14 a4 ge8 1S ctJf3 ge6 1 6 bS gh6


PARTIDA 30
Las negras amenazan el sacrificio del alfil
Mijaíl Shereshevsky V. -
y obligan a las blancas a debilitar su flanco
Bogdanovsky de rey.
Apertura Trompovsky [DOO]
Doiran 1 992 1 7 g3 '\We7 1 8 bxc6 bxc6 1 9 gab1 i.cs

1 d4 ctJf6 2 i,gs dS 3 i.xf6 exf6 4 e3 i.e6 s Véase el diagrama siguiente


ltJ d2 c6 6 i.d3 i.d6
20 aS?
Las blancas han decidido desarrollar su al-

75
Construcción de un repertorio de aperturas

«desechable» en este libro, que se i n icia


con las j ugadas 1 e4 es 2 d3

¿Cómo se me ocu rrió la idea de empezar


la partida de esta manera? A fi nales de los
a ños setenta y principios de los och enta,
Peter Korzu bov, mi alumno con mayor ta­
lento, obtuvo buenos res ultados en mu­
chas competiciones. Por ejemplo, en 1 978
ganó un torneo clasificatorio para el m u n­
dial de cadetes, en el que luchó con aje­
d recistas de la talla de Andrei Sokolov, Ehl­
No es fácil imitar a Petrosian. Las bla ncas vest y Novíkov. En el campeonato m u ndial
no advierten el peligro y conti núan ab­ obtuvo el cuarto puesto detrás de Short,
sortas el j uego en el flanco de dama. M i que fue tercero. Korzubov obtuvo dos nor­
último movim iento s e puede com pa rar mas para el título de maestro i nternacio­
con el antiguo ritual japonés del «haraki­ nal, sin em bargo solo había j ugado 22 par­
ri». Entonces m e encontraba en m uy baja tidas, y la F I DE exigía como mínimo 24. No
fo rma, y solo calculé varia ntes de este tipo: había d udas de que en el próximo torneo
20 ... !xaS? 21 W/a4 !c7 22 !a6, tras lo cual Korzubov obtendría el título de maestro
la i niciativa de las blancas en el flanco de i nternacional. Sin embargo, s ucedió algo
dama se i ncrementa. Era imprescindible imprevisto. I n esperadamente, su salud
ocuparse de m edidas profilácticas e n el se deterioró bruscamente y se graduó en
flanco de rey. Por ejemplo, h2-h4, i>g2, el ejército antes de lo previsto. Korzubov
Eí:h 1 , y solo después pensar en acciones en continuó su participación en los torneos
el otro lado del tablero. de vez en cuando pero, por desgracia, es­
taba lejos de su forma a nterior. . .
20 ... gS!
Ten ía que contar esta triste historia, por­
Di recto a l a diana. Las negras preparan la que a Korzubov no le g ustaba jugar 1 d4,
apertura de la posición med iante f5-f4, y sino 1 e4, aunque evitaba jugar las va­
la j ugada 21 füel no lo impide, porq ue las riantes agudas de la Defensa Siciliana y
neg ras captura n el peón as con gana ncia procuraba elegir opciones con u n j uego
de tiempo. En esta partida las negras no estratégico tranqu ilo. Con frecuencia ob­
pud ieron hacer frente al ataque del adver­ ten ía posiciones sin perspectivas claras. A
sario en el fla nco de rey, y perdieron, de veces le decía en broma: «Petya, me d ivier­
hecho, sin luchar. Es poco probable que el te ver cómo llevas el caba l l o a b3, y l uego
motivo de esto pueda l lamarse apuros de te esfuerzas en traerlo a f3». Se trataba de
tiempo. la variante Najdorf en la Defensa Sici l i a na.

21 a6 f4 22 exf4 gxf4 23 Wlc1 ig4 24 lll es Korzubov era u n maestro experi mentado,
ixeS 2S dxeS ixe2 26 ixe2 W/xeS 27 :gb7 ya había participado en la Primera liga del
gf6 28 W/b2 Wlxb2 29 :gxb2 f3 30 id1 lll xcS Campeonato de la URSS, y a ese n ivel no
31 :ga2 :gbs 32 :gas :gbs 33 :ga3 lll e4 34 :gel es fácil cambiar el repertorio de aperturas
:gb1 3S :gd3 :gal 36 m e3 lll c3 Las bla ncas en dos semanas. Por ese motivo me pa­
abandona ron. reció lógico eludir d u ra nte algún tiempo
la teoría principal de la Defensa Siciliana.
Examinaremos ahora la ú ltima apertura Tuvimos que recurrir a las aperturas con

76
Construcción de un repertorio de a perturas

colores cambiados. Trabajamos mucho


con el siguiente orden de j ugadas en la
Apertura I nglesa: 1 c4 d6 2 d4 es. Ahora
las negras no temen el cambio de damas,
porque el caba l lo no se ha desarrollado
por f6, y después de 3 dxeS dxeS 4 \Wxd8+
<ii x d8 S ctJf3 las negras pueden jugar sen­
cillamente S ... f6. Esta es la d iferencia con
la variante 1 d4 ttlf6 2 c4 d6 3 ttlc3 es 4
dxeS dxeS S \Wxd8+ <iix d8 6 ctJf3 ctJ bd 7,
donde las blancas d isponen de u n plan
muy bueno, relacionado con el avance
del peón «g». Además revisamos una par­ en la variante con las j ugadas 3 ctJd2 ttlf6,
tida de Larsen, en la que el gra n maestro las bla ncas no consig uen acceder a esta
danés real izó con las neg ras un plan muy posición debido a la i ndefensión del peón
i nteresante: 1 c4 d6 2 d4 es 3 ctJf3 e4 4 d4. Y en la variante con la j ugada 3 es las
ctJd2 fS S lli c3 ctJf6 6 e3 c6 7 f3 dS 8 \Wb3 bla ncas no tienen tiempo para el avance
!e7 9 !e2 0-0 1 0 fxe4 fxe4 1 1 cxdS cxdS f2-f4. Aq uí, a costa de la pérdida de u n
1 2 tt:Jdxe4 tt:Jxe4 1 3 ctJxe4 ttlc6 con buena tiempo ( e l peón d2 ha avanzado a d4 e n
com pensación por e l peón sacrificado. No dos j ugadas), ¡las blancas han conseguido
recuerdo si Larsen sacrificó efectivamente mantener el caba l lo en la casilla ideal b1 !
el peón o simplemente lo recomendó, no Lo ún ico neg ativo, o más bien positivo,
obstante l legué a la concl usión de que se es la i nsegu ridad temporal del peón es,
podía jugar así con colores cam biados. Me ya que es muy peligroso para las negras
d ispuse a comprobar esta variante en el aceptar su sacrificio.
campeonato de Bielorrusia del año 1 983,
contra Mochalov. 9 ... !e7

Mochalov reh úsa el sacrificio. La varian­


te princi pat 9 ... fxeS, la veremos en la si­
PARTIDA 3 1
guiente partida.
Mijaíl Shereshevsky - Evgeny
Mochalov 10 'it>hl 0-0 1 1 lDa3
Defensa Sic iliana [B25]
Minsk 1 983 Las negras no han conseg uido el
contrajuego contra el rey bla nco típico en
1 e4 es 2 d3 é2Jc6 3 f4 dS 4 ie2 estas posiciones de la Defensa Francesa, y
ahora la superioridad de las bla ncas (gra­
El orden de j ugadas más preciso para las cias a su ventaja de espacio) es evidente.
blancas en esta variante.
1 1 ... cxd4 12 cxd4 '\W d8 13 l2J c2 l2J b6 1 4 exf6!
4 ... é2Jf6 5 e5 l2J d7 6 é2Jf3 e6 7 c3 f6 8 d4 '\Wb6
9 0-0 J usto en este momento, cuando el caballo
negro ha perd ido el control sobre la casi­
Véase el diagrama siguiente lla f6, es hora de cambiar la estructura de
peones.
Llegamos a la posición que había prepara-
do. En la Defensa Francesa, y en concreto 14 ... ixf6 1 5 b3 id7 1 6 id3 l2Jc8 1 7 '\We2

77
Construcción de un repertorio de aperturas

t¿j d6 18 ia3 W1c7 19 t¿j es g6 20 gacl caballo e3, la partida term inaba i nmedia­
tamente.
La ventaja de las blancas se acrecienta
con cada j ugada, y ahora empieza a ser 26 ... bxc6 27 ics? eS!
decisiva. Pueden encontrarse algunas im­
precisiones en las acciones de las neg ras, Pasé por alto completamente esta jugada.
sin embargo me parece q ue fue más fáci l
j u g a r con blancas esta posición, mientras 28 fS exd4 29 llic4
que las negras empezaron a estar mal ya
al sal i r de la apertura. Vea lo que h ice con mi posición absol uta­
mente ganada. Por suerte logré recupe­
20 ... füe8 21 Wffg4 llie4 22 lli e3 gad8 rarme. Y en el zeitnot m utuo organicé u n
ataque ganador.
Al defenderse de la amenaza 23 tt:lxd5, las
negras pasan por a lto un golpe táctico.

29 ... ci>h8

23 lli xg6 El «columpio» del zeitnot. Después de 29


... !'í:d5! 30 b4 e3 son las neg ras las que tie­
Esto da fi n prácticamente a la l ucha. nen ventaja.
Después de 23 ... hxg6 24 Wxg6+ i.g7 el
procedimiento más rápido para ganar es 30 1.?NgS
25 i.xe4 dxe4 26 d5. Sin embargo, hacía
tiempo que no j ugaba en torneos y me Llevaba a ventaja blanca 30 !'í:ce l ! e3 3 1
encontraba en muy baja forma; esto expli­ Wh4.
ca los milagros que em pezaron a suceder
a conti n uación.

23 ... ig7 24 ixe4?! No vale 31 ... füd6 por 32 i.xd6 Wxd6 33


f6, y es mala 33 ... i.f8? (mantiene más o
Un ca mbio injustificado. ¿Para qué abrir la menos el eq uili brio 33 ... Wf8) por 34 f7 y
col u m na «d»? 35 Wg8++

24 ... dxe4 25 llies ic8 26 lli xc6? 32 tLJbS! V!íd7?

Una j ugada horrorosa. Después de 26 Si 32 ... cxb5, entonces 33 i.f8! Los saltos
Wh5, con idea de incluir en el ataque a l del caballo confund ieron a las neg ras, y no

78
Construcción de un repertorio de a perturas

encontraron la retirada correcta 32 ... \Wf7!,


tras la cual conservaban mejores posibili­
dades.

33 ixd4 l:!xbS 34 ixeS fües 3S füdl l:!dS 36


l:!xdS 1M!xdS 37 1Mle7! 1M/g8 38 f6

Llevaba más rápido al objetivo 38 :8.d 1 !


if8 39 i1Me8.

38 ... .ita 39 1M/xe4 1M/e6 401M/d4 es?

¡ Error en la jugada de control! Después de rrecto para desarrollar la i niciativa. En esta


40 ... \Wf7 las blancas tendrían que aplicar partida Kupreichi k no consigue resolver
una técni ca excelente para ganar la parti­ este problema.
da.
l S .ibS?
41 1M/d8 @g8 42 f7+ @g7 43 1M/gS+ Y las ne­
g ras a ba ndonaron. Después de 43 ... \Wg6 Era necesario desarrollar el alfil por el otro
gana 44 \Wes+ ct?h6 45 \We8. flanco. Después de 1 5 ihS+! g6 1 6 if6!
(si 1 6 \Wf3, contando con 1 6 ... \Wxd4+? 1 7
Cuando me preparaba j u nto con el eq uipo ct? h 1 ie7 1 8 i1Mf7+ ct?d8 1 9 ixe7+ Ci'Jxe7
de Bielorrusia para la Espartaquiada de los 20 ie2, y los dos peones demás no salvan
Pueblos de la U RSS del año 1 983, mostré a las negras, entonces sigue 1 6 ... ie7! 1 7
el sistema con 2 d3 al gran maestro Viktor \Wf7+ ct?ds 1 8 ixe7+ Ci'Jxe7 1 9 \Wf6 :8.e8 20
Kurpeich i k, q u ien lo aplicó con éxito en ig4 :8.c8 con una posición de doble fi lo)
varias ocasiones. 1 6 ... :8.g8 1 7 Ci'Ja4! \Wb4 1 8 a3 i1Md6 1 9 ig4
con compensación más que suficiente por
el peón.

PARTIDA 32
La idea de Kupreichik de continuar el ata­
Viktor Kupreichik - Jaan Ehlvest que en el final parece original. Sin embar­
Defensa Siciliana [B25] go, tuvo éxito solo por un error de las ne­
Moscú 1 983 gras.

1 e4 es 2 d3 e6 3 f4 dS 4 ie2 tlJc6 S tlJf3 ttJ f6 lS ... 1M!xd4+ 1 6 1M/xd4 ttJ xd4 1 7 ixd7+ @xd7
6 es ttJd7 7 c3 f6 8 d4 1Mlb6 9 o-o cxd4 10 cxd4 1 8 fü7+ @e8?
fxeS 1 1 fxeS ttJ dxeS 1 2 tlJxeS tlJxeS
Ahora las bla ncas tienen todo en orden:
Ehlvest acepta el reto. recuperan uno de los peones entregados,
y conservan u n fuerte ataque. Era bastan­
13 tlJc3 .id7 1 4 .igS tlJc6 te más fuerte 1 8 ... ct?c6! Por ejemplo: 1 9
fü 1 ics 20 © h 1 :8.af8 21 füg7 Ci'Jfs, y cae
Véase el diagrama siguiente la torre g7. Después de 1 8 ... ct?c6 las ne­
gras rechaza ban el ataque y conservaban
La posición del diagrama parece muy la ventaja material.
atractiva para las blancas; sin embargo, no
es n ada sencillo encontrar el camino co- 19 l:!xb7 h6?

79
Construcción de u n repertorio de a perturas

q ueda 36 g b3+ �xa8 37 gc8 g4+ 38 � h4


füS (amenaza tanto 39 ... g hS++, com o 39
... gS++) 39 gc:b8+ �a7 40 g8b7+ �a8
(pero no 40 ... �a6? 41 m b6+ �as 42 b4+
�a4 43 ga7+) 41 gb8+, y todo termina
con jaque continuo.

36 �b3+ ©xa8 37 fü6 .ics 38 g4 �dS 39


�a6+ .ia7 40 �xe6 �d7 41 �es �dS 42 �e7
Las negras a ba ndonaro n .

Enseg u ida s e probó d e n uevo el sacrificio


20 lD xdS! hxgS 21 lDe7+ ©d7 22 tlJxa8+ de peón.
©es 23 �xa7 ©bs 24 �a4! ©b7

Si 24 ... il.cs, entonces 2S gas (2S b4?


PARTIDA 33
tt:Je2+ 26 �f1 id4) 2s ... il.b4 26 fügs
�xa8 27 füg7 conserva las posibil idades Peter Korzubov - Lem bit 011
de victoria. Defensa Siciliana [B20]
Tallin 1 983
2S fü1 'De2+ 26 ©t2 tDt4 27 ©t3 .id6 28
�d1 tlJ dS 29 �e1 �es 30 g3 .ibs 31 fü1 �e7 Las negras ensayaron cambiar el orden de
32 �as �f7+ 33 �g4 füS 34 �a3? jugadas en la apertura.

Tras esta j ugada descuidada las b la ncas 1 e4 es 2 d3 e6 3 f4 dS 4 .ie2 tlJf6 5 es tlJfd7 6


pod ía n caer bajo u n ataque, y ya ten drían c3 tlJ e6 7 tD f3 f6 8 d4 '1Wb6 9 0-0 cxd4 1 O cxd4
que buscar la salvación. Era imprescindi­ fxeS 1 1 fxeS tlJdxeS 12 tlJ xeS 'DxeS 1 3 tlJc3
ble 34 fücS. Aq u í las negras jugaron 1 3 ... tlJc6?

34 ... tlJ f6+ 3S ©h3 Ahora las blancas se ven obl igadas a situar
el alfil en bS, a u nq ue resulta ser muy útil:
esa j ugada prácticamente gana.

14 .ibs .id7 15 !xe6! bxc6 1 6 .igs eS?

La decisión de 011 de provocar una crisis


i n mediata resulta catastrófica para él, aun­
que en todo caso la posición de las negras
prácticamente era desesperada.

Véase el diagrama siguiente

1 7 tlJa4
3S ... .id6?
Korzubov e l ige la vía posicional tran q u ila.
Era correcta 3S ... fü2! con la amenaza 36 ... En su lugar podía realizar u na combina­
g4+ 3 7 � h4 füS!, y las mismas bla ncas no ción espectacular: 1 7 \Whs+ g6 1 8 gxf8+!
pueden jugar 36 g4 por el mate en h2 Solo Las neg ras no pueden capturar la torre

80
Construcción de un repertorio de aperturas

PARTIDA 34
Aleksandr Ryskin - Kuczynski
Defensa Siciliana [B20]
Opole 1 99 1

Las pri meras 1 2 j ugadas son las mismas


que las de las partidas Kupreichi k - Ehlvest
y Korzubov - 011, aunque en lugar de 1 3
ct:'lc3 Ryskin jugó 1 3 ih5+!?

con el rey, 1 8 ... cii xf8, por 1 9 Wh6+ ciif7


20 fü1 + cii g 8 (20 ... !fs 21 füfs+ gxfs 22
W/f6+ ciig 8 23 We6+ cii g 7 24 !h6++) 2 1
!f6, por eso es obligado j u g a r 1 8 ... füf8.
Y entonces 1 9 \Wxh7 Wxd4+ 20 cii h 1 \!Mes
21 Wxg6+ fü7 22 2'.e1 ! gana. Es cierto que
la variante elegida por Korzubov tampoco
deja a las negras esperanzas de salvación .
Siguió:

17 ... Wlb4 1 8 a3 W!d6 1 9 dxe5 Wlg6 20 ie3?!


Siguió 13 ... g6 14 ©h1 ! lll c6
Una imprecisión, era bastante más fuerte
20 e6! WxgS 21 exd7+ cii x d7 22 W/b3 . Si 1 4 ... ct:'lf7, entonces 1 5 Wf3 \Wc7 1 6 ct:'lc3
gxhS 1 7 !d2! ct:'ld6 1 8 ct:'lxdS! exdS 1 9
20 ... if5? 2'.ae 1 + !e7 20 W!f6 2'.g8 21 !gS con ame­
nazas decisivas.
Las negras podían resistir más después de
20 ... !e7! 15 Wlf3 ie7 1 6 ih6! id7

21 Wlf3 id3 22 �f2 ie7 23 ic5 ih4 24 g3 Es mala 1 6 ... gxhS por 1 7 !g 7.
�b8 25 id6 �b5 26 lll c5 füc5 27 ixc5 id8
28 e6 ie7 29 ixe7 ©xe7 30 W! e3 Las negras 1 7 Wlf7+ ©d8 1 8 ig4 ©c7
a ba ndonaron.
Es más tenaz 1 8 ... ct:'lxd4, aunque después
Otro de mis alu mnos, Aleksandr Ryskin, de 1 9 ct:'ld2 2'.e8 20 !e3 la i n iciativa de las
e nsayó una idea excelente en esta va rian­ blancas compensa de so bra el peón de
te en u n torneo de ajedrez activo en Po­ menos.
lonia.
19 lll c3 �af8 20 ixf8 �xf8 21 Wxh7 Wxb2
22 füc1 con una posición ganada para las
bla ncas.

Veamos algunas partidas más j ugadas con


esta variante.

81
Construcción de un repertorio de a perturas

disfrutan de u na coordi nación excelente


PARTIDA 35
entre sus piezas. O bjetivamente la posi­
Peter Korzubov - Semen Dvoiris
ción está más o menos eq uili brada, y se
Defensa Siciliana [B20] avecina una lucha tensa.
Vilnius 1 984
B id2
1 e4 es 2 d3 e6
Excelente j ugada profiláctica, que refuerza
En la partida Korzubov - Glek, Mi nsk 1 983, el peón c3.
las negras jugaron 2 ... lll c 6. La partida con­
tinuó así: 3 f4 d S 4 il,e2 Cll d4 5 lll f3 lll xe2 6 13 ... éll b6 14 éll e3 tLias 1S id3 é2J ac4 1 6
iWxe2 e6 7 ed iWxdS 8 Cll c3 iWd8 9 il,e3 lll f6 Wfe2 id7
1 O d4 iWaS 1 1 0-0-0, y aquí las negras no
encontraron nada mejor que el sacrificio Las maniobras negras parecen bastante
de peón 1 1 ... c4. Después de 1 2 iWxc4 il,b4 naturales. En caso de 1 6 ... cxd4 las negras
1 3 iWbS+ il,d7 1 4 iWxaS il,xaS 1 5 il,d2 il,c6 debían tener en cuenta la respuesta 1 7
1 6 g hfl il,xc3 1 7 il,xc3 lll e4 1 8 il,d2 il,ds lll xd4.
1 9 b3 bS 20 il,as f6 21 lll e l su actividad se
q uedó en nada, y las blancas materializa­ 17 é2Jxc4 éll xc4 1 8 ixc4 dxc4 1 9 ie3 Wfas 20
ron su ventaja material. dxcS ixcS?

3 f4 dS 4 ie2 éll c6 S c3 é2Jf6 6 eS é2Jd7 7 éll f3 Era mejor 20 ... iWxc3!, y después de 21
bS 8 éll a3 :E'!:b8 9 é2Jc2 b4 10 d4 bxc3 1 1 bxc3 gfc l iWa3 el peón c4 invul nerable. En ese
ie7 1 2 0-0 0-0 caso las posibilidades de las negras h u bie­
ran sido preferi bles.

21 ixcS WfxcS+ 22 fü2 ic6 23 éll d 4

Este tipo de posición recuerda mucho a la


Defensa Francesa. Las negras han abierto
una columna en el flanco de dama, donde
pueden seg u i r e l consejo de N i mzowitsch La posición se ha aclarado. El caballo blan­
de socavar la base de la cadena de peo­ co es bastante más fuerte que el alfil ad­
nes del adversario. Aunque las blancas versario, y en esta posición esta ventaja
tam bién disponen de m uchos triunfos. será «de larga d u ración».
La ventaja de espacio y el peón avanzado
es sirven de premisa para el ataque al rey. 23 ... g6 24 Wfe3 idS 2S éll fS ! füc8 26 WfxcS
Las blancas m a ntienen fi rmemente sus fücs 27 éll d 6 as 28 :E'i:d2 ©ts 29 ©t2 ©e7 30
puestos avanzados en el centro y además ©e3 ic6 31 :E!:adl ! ia4 32 éll e4 fü7 33 m1

82
Construcción de u n repertorio de aperturas

.ic6 34 tll d6 f6? posición excelente. Después, en el m edio


j uego, Korzubov superó con firmeza a su
En juego de las negras en las diez ú ltimas adversario, a partir de 24 �e3!
j ugadas podría mejorarse aquí y a l lá. Aun
así, el carácter de la posición no ha cam­ 1 e4 es 2 d3 tll e6 3 f4 élif6 4 tll f3 d5 s es éli g4
biado mucho. Dvoiris se encontraba en 6 .ie2 f6 7 h3 tLl h6 8 0-0 fxeS 9 fxeS g6 1 O c3
zeitnot y con su última j ugada decidió d4 1 1 Wfb3 .ig7 1 2 tll b d2 b6 1 3 tll e4 tll a s 1 4
cambiar bruscamente el transcurso de la 1We2 dxc3 l S bxc3 O·O 1 6 .igs .ib7 1 7 tll d 6
pa rtida. Sin embargo, como suele s uceder, .ie6 18 1Wd2 élifs 19 éli xfS E!:xfS 20 .ih6 1Wc7
la medicina no cura la enfermedad, sino 21 d4 exd4 22 exd4 .idS 23 E!:ac1 1W d7
que mata al paciente. Las negras debieron
jugar 34 ... hS, para red ucir el n ú mero de
peones en el flanco de rey, y atenerse a
una defensa pasiva.

3S g4 fü8 36 E!:ff2!

Korzubov encuentra de n uevo u n golpe


claro como el ag ua, que incrementa su
presión posicional.

36 ... .id7 37 gS fxeS?

Las negras no necesitaban abrir el j uego. 24.ie3 E!:af8 2S 1We2 E!:Sf7 26 <i>h2 e6 27 tll d2
Han perdido claramente el control de la füf1 28 .ixf1 .ib7 29 1Mfb2 WfdS 30 fü7 1Mfd8
posición y juegan sin fortu na el resto de la 31 Wfcl ms 32 tl\f3 .if8 33 .id3 fü7 34 E!:xf7
partida. Aunque después de 37 ... fS tam­ <i>xf7 3S éli gs+ @gs 36 tll xe6 Wfd5 3 7 tll f4
bién era muy d ifícil sostener la posición de 1Wxa2 38.ib1 1Wf7 39 e6 Wfe7 40.ia2 <i>h8 41
las neg ras. d5 Wfd6 Las negras sellaron su siguiente ju­
gada, sin embarg o después abandonaron
38 fxeS füS 39 füf8 <i>xf8 40 tll e4 fü7 41 sin reanudar el juego.
tl\f6 ia4 42 E!:d8+ @g7 43 E!:g8+ <i>f7 44
E!:h8 Las negras abandonaron. Para ilustrar el posi ble curso de los aconte­
cimientos sin damas, tenemos la siguiente
Es sorprendente la similitud de esta par­ partida, donde las blancas legaron demos­
tida con la sig u iente, que ofrezco sin co­ trar fácilmente la superioridad del peón e4
mentarios. sobre el peón cs.

PARTIDA 36 PARTIDA 37
Peter Korzubov - Aleksandr Viktor Kupreichik - El mar
Petrushin Maguerramov
Defensa Siciliana [820] Defensa Siciliana [820]
Tallin 1 983 Moscú 1 983

Las negras jugaron la apertura con origi­ 1 e4 es 2 d3 tll e6 3 f4 d5 4 .ie2 dxe4 S dxe4
nalidad y diligencia, y consiguieron una 1Wxd1+ 6 .ixdl tll f6 7 tll e3 e6 8 .ie3 .id7 9

83
Construcción de un repertorio de aperturas

etJ f3 0-0-0 10 ie2 ie7 1 1 0-0-0 etJg4 1 2 ig1 las bla ncas se retiran con \Wd4-d2, para
fS 13 h3 etJ h6 14 exfS etJ xfS 1 S etJ e4 :9: hf8 después desarrol lar el alfil por la gra n d ia­
gonal (en la casi lla b2). Aqu í este enfoq ue
sería demasiado a udaz debido al s i g nifica­
tivo retraso acumu lado en el desarrollo.

6 g3 etJf6 7 ig2 e6

Muy modesta. Sin embargo es obligada.


En es el peón se convertiría en u n objetivo
de ataque.

8 0-0 ie7 9 b3!

Las blancas deben preparar el avance de


1 6 c3 etJ h4 1 7 etJ xh4 :9:xf4 1 8 etJ d6+ ixd6 1 9 peón d3-d4. Tras la apertura de la posición
g 3 füh4 2 0 gxh4 if4+ 21 @c2 b 6 2 2 ih2 es los a lfi les fianchettados desarrolla rá n su
23 ig4 ixg4 24 füd8+ etJxd8 2S hxg4 ixh2 máxima actividad.
26 :9:xh2 @d7 27 fü2 @e7 28 @d3 etJf7 29
@e4 Las negras abandonaron. 9 ... 0-0 10 ib2 Wfc7 1 1 Wfe2 :9:d8

En otra ocasión probé u na n ueva modifi­


cación de la variante que se i n icia con 2 d3.

PARTIDA 38
M ijaíl Shereshevsky - Leonid
Yurtaev
Defensa Siciliana [B25]
Gomel 1 983

1 e4 cS 2 d3 dS 3 exdS WfxdS 4 etJf3 etJc6 S eLlc3

En posiciones de este tipo, con la misma


apertura, a un q ue con colores cambiados, Las negras necesitan trasladar el alfil de c8
con frecuencia las negras, en lugar de ata­ a e8 para term inar el desarrollo y coordi­
car i n mediatamente a la dama con el ca­ nar sus piezas. Sin embargo, la jugada 1 2
bal lo, fianchetan pri mero el alfil y después ... ibd7 tapa la col umna «d» y permite que
desarrollan el caballo por c6. Sin emba rgo, las blancas j ueguen 13 d4, tras lo cual las
decidí que con un tiempo de más tenía negras tendrá n que sufrir bajo el pel i g roso
sentido atacar enseg u ida a la dama. «bom bardeo» de los alfi les blancos, siendo
el alfil catalán g2 especial mente peligroso.
s ... Wfd8 No obstante, las negras necesitaban l legar
a esa posición. Yurtaev pensó aquí media
De n uevo existe u na pequeña diferencia hora, y en l ugar de realizar esa j ugada de­
en com pa ración con la posición a náloga cidió modificar la estructura de peones.
con colores cambiados. Con frecuencia

84
Construcción de un repertorio de aperturas

1 2 ... élJd4?! 13 é2Jxd4 cxd4 14 étJ bS Wl'b6 1 S a4 Las negra siguen el camino de menor re­
.ics sistencia: en el final la superioridad de las
blancas será a brumadora. Sin embarg o, es
Ahora me llegó el turno de pensar seria­ dudoso que otros movi mientos de las ne­
mente sobre la posición. Era necesario gras pudieran cambiar el resultado.
encontra r a cualquier coste la forma de
imped i r que las negras terminara n el de­ 23 dxc4 füd 1 ?
sarrollo.
Las negras s e aferran en vano al peón.
1 6 1.WeS! Después de 23 ... id?! 24 ixb7 :gab8 25
ie4 f5 26 ig2 :gbc8 las bla ncas a u n ten­
Ataca al peón d4 y el pu nto el. d rían que superar d ificu ltades técn icas.

16 ... é2J d7 1 7 Wl'gs f6 1 8 Wl'h4 é2Jf8 24 �xd1 @f7 2s es

Las negras están listas para terminar el Las bla ncas no se apresuran en ganar el
desarrollo e ig ualar la posición. De n uevo peón mediante 25 ctJd6+, y continúan re­
debía buscar u n remed io táctico. forzando tranquilamente su posición .

1 9 b4! .ixb4 20 .ixd4 .ics 21 .ixcS 1.WxcS 2S ... �b8?! 26 ctJxa7 .id7 27 �b1 Las negras
abandonaron. En caso de 27 ... ixa4 sigue
28 c6.

Para que el lector no crea q ue intento con­


vencerlo de que 2 d3 conduce a una ven­
taja automática de las blancas, este es el
i nicio de una partida en la que las negras
resolvieron fácilmente y con elegancia los
problemas de la apertura.

PARTIDA 39
Las blancas h a n obtenido alguna venta­ Peter Korzubov - Silvia Danailov
ja, sin embargo las negras amenazan la Defensa Siciliana [B21 ]
j ugada 22 ... a6, y da la im presión de que Pernik 1 984
ejercerán una resistencia seria. El sigu ien­
te movi miento de las blancas resuelve el 1 e4 es 2 d3 é2Jc6 3 f4 g6 4 é2Jf3 .ig7 s c3 d6 6
problema. .ie2 e6 7 0-0 é2Jge7 8 .ie3 fS! 9 é2Jbd2 0-0 10
étJgS h6 1 1 é2Jh3 b6 1 2 .if3 .ib7 13 Wl'e2 Wfd7
22 Wl'c4!! 14 .if2?! �ae8, y las blancas ya necesitan
pensar seriamente en cómo igualar.
Es agradable realizar este tipo de jugadas.
Con frecuencia son más efectivas que una Véase el diagrama siguiente
combinación bril lante.
La partida termi nó en tablas, a u nque las
22 ... 1.Wxc4?! negras tuvieron ventaja d u ra nte bastante
tiempo.

85
Construcción de un repertorio de aperturas

Para concluir, debo señalar u na vez más


que en mi opi n ión d icho sistema debería
estar i ncl u ido en el arsenal de cualquier ju­
gador fuerte. El título del capítulo debe re­
cordarle q ue no se debe usar como arma
princi pal, sino que sim plemente se aplica
de vez en cuando. En otro caso, tarde o
temprano su repertorio de aperturas en­
trará en crisis.

86
Capítulo 2
Estud i a n d o a los clásicos

Recientemente le pregu nté a u n ajedre­ Praktische Schaaklesen1º. Además, hay u n


cista con talento cuál era su opinión sobre l ibro m u y cu rioso y m u y raro d e E. Znosko­
las partidas d e Alekhine. Me respondió: Borovsky, Teoría del mediojuego en ajedrez.
«¿para qué voy a estudiar las partidas de En él se desarrollan los métodos de valora­
Alekhine?, no voy a jugar contra él». De ción de la posición típicos de aquella épo­
donde se ded u ce que solo estudia las par­ ca. Ahora están en gran parte olvidados.
tidas de sus adversarios. Estoy convencido
de que con ese enfoque las perspectivas Anteriormente a Stein itz los ajedrecistas
de este j ugador son muy limitadas. suponía n que el transcurso de los aconte­
cimientos sobre el tablero dependía solo
¿Por qué necesitamos estudiar hoy a los de ellos mismos. Era suficiente sentirse
clásicos? bien, tener u n a i nspiración creativa, y obli­
gadamente saltaría la chispa, aparecería
El ajedrez moderno comienza con las teo­ una combi nación genial. En aquel la época
rías de Steinitz. Anteriormente a él h u bo se jugó la partida «inmortal» Anderssen
jugadores muy fuertes, como Philidor, de - Kieseritzky (que lamentablemente está
La Bourdonnais, Morphy, sin embargo el lejos de ser perfecta, y desde el punto de
comienzo del ajedrez posicional moderno vista actual no resiste la crítica). Steinitz
se i n icia a partir de Stein itz. fue el primero en pensar si rea lmente esto
sucedía así, y empezó a i nvestigar esta
Yo, como entrenador, me preocupo por cuestión.
los resultados prácticos de los alumnos.
Por lo tanto, el estudio de los clásicos es Llegó a la conclusión de que las com bi na­
de i nterés, en primer l ugar, desde el pun­ ciones no son posi bles en todas las posi­
to de vista del j ugador práctico. Tengo un ciones, que su implementación no depen­
programa de trabajo determi nado, q uizás de solo del talento del jugador, sino de las
subjetivo, sobre los clásicos, que sugiero a propiedades de la posición en sí misma.
mis alumnos. Hay situaciones en las que e l jugador más
genial no p uede realizar ninguna combi­
No estoy demasiado i nteresado en el aje­ nación. Esto l levó a Steinitz a i nvestigar
drez anterior a Steinitz. Y aunque Morphy, d iversas posiciones, y empezó a buscar las
por supuesto, fue un notable ajedrecista, leyes g enerales del juego posicional. Sin
el estudio de sus partidas no se i ncl uye embarg o su logro más importante (¡debo
en mi programa. El programa comienza reca lcarlo!) fue la conclusión de que era
con la teoría de Steinitz. Creo que su me­ necesario jugar al ajedrez sigu iendo u n
jor descripción se halla en dos l ibros: el plan, que s u s acciones s e podían planear.
de Em. Lasker Manual de ajedrez (capítulo
«El j uego posicional») y el de Max Euwe 1O Nota del Traductor. Su traducción al castellano
sería Lecciones prácticas de ajedrez.
87
Estud iando a los clásicos

Y el plan, a su vez, dependía de la valo­


POSICIÓN 1
ración de la posición . Stein itz desarrolló
muchos principios i nteresantes del j uego Aaron Nimzowitsch - José Raú l
posicional, la mayoría de el los han resisti­ Capa blanca
do la prueba del tiem po, otros no se han San Petersburqo 1 91 4
justificado. Sin emba rgo su idea principal
es q ue es necesario jugar seg ún u n plan,
y que el plan emana de la valoración de la
posición. Esta i dea es total mente cierta, y
demostró ser muy importante para el de­
sarrollo de la teoría del ajedrez.

El enfoqu e típico de esa época acerca de


la valoración de la posición se describe
con mucha claridad en el mencionado li­
bro de Znosko-Borovsky. Estos son los tres
factores principales que i nfluyen en d icha
va loración: la su perioridad en fuerzas (o lo
que es l o mismo, la ventaja de material), Esta partida es u n ejemplo clásico del j ue­
la ventaja de tiempos (en la actualidad, en go lógico y activo del genio cuba no. El
el desarrol lo) y la ventaja de espacio. De decimotercer campeón del mu ndo, Garri
acuerdo al tema de la ventaja de tiempo, Kasparov, no la pasó por alto en su obra
los ajedrecistas empezaron a contar los fu ndamental «Mis geniales predecesores»;
tiempos partiendo de la posición i nicial. más adelante cito algu nos de sus co men­
Por ejemplo, podía resultar que u n ban­ tarios.
do tenía seis tiempos, y el otro d iez (esto
ocu rre no solo por una pérdida d i recta de Las bla ncas tienen u n peón más, y las ne­
tiem pos, sino también debido al cambio g ras ventaja de desarrol lo. Contemos los
de u na pieza que h izo varios movi mientos tiempos: las blancas han j ugado e4, un
por otra q ue apenas se ha movido). Ahora, tiempo, llic3 dos, el enroque tres, la dama
por supuesto, nadie cuenta los tiempos, el en a6, son dos tiempos; en total, ci nco. Las
ajed recista sencil lamente echa un vistazo negras tienen más tiem pos. Las j ugadas
y valora la ventaja de desarrollo de u no u de peones g6, d6, bxc6, tres tiempos; E:c8,
otro bando. E:e8, Wfd7, �g7, llif6, y el enroque seis más
(por supuesto, no todos tienen el m ismo
Una vez establecidos estos tres factores, se va lor; por ejemplo, el de E:c8 no es muy
pasaba a la eval uación de la posición y a la claro).
ela boración de u n plan de j uego. Este en­
foq ue puede ser útil e n ocasiones, incluso Repito que no es necesario hacer estos
en la actualidad. Veamos u nos ejem plos. cálculos. Salta a la vista que las negras tie­
nen ventaja de desarrol lo, y las bla ncas un
peón más.

El peón e4 está atacado, y las bla ncas de­


ben plantearse cómo defenderlo. Se pue­
de hacer la j ugada Wíd3, que al m ismo
tiempo extrae a la dama de u na posición
peligrosa, y se puede jugar E:el o f2-f3.

88
Estudiando a los clásicos

N i mzowitsch e l igió 1 5 Wfd3, y posterior­ mente.


mente perdió la partida de una manera
muy instructiva. Capa blanca respondió 15 Desde la casilla a6 la dama ataca al peón
... Wfe6, que ataca d e n uevo al peón e4 y c6 e impide la reorgan ización \We6, lll d7,
fuerza a las bla ncas a realizar otra j ugada lll b6(e5), lll c4. Por eso la j ugada correcta
defensiva . Después el j uego conti nuó de era 1 5 f3 ! Por supuesto, debemos tener en
acuerdo a la estrateg ia actual del Gambito cuenta ga8, aunque entonces se puede
Volga: a través de d7 el caba l lo se trasla­ jugar \Wc4. Todo consiste en no reti ra r el
dó a c4, las torres ocuparon las columnas ataque de la dama bla nca sobre e l peón
semiabiertas <<a>> y «b». Las blancas no con­ c6.
siguieron neutralizar esta presión.Esto es
lo que pasó después: Hay que señalar que a 1 5 f3 Capabla nca
habría reaccionado con la j ugada 1 5 ...
1 6 f3 é2Jd7 17 id2? d5!?, y la i n iciativa de las negras es una
compensación suficiente por el peón .
«Nimzowitsch no advierte el pel igro cre­
ciente. Era correcta 1 7 if4, para en caso M e gustaría ofrecer u n ejemplo d e la idea
de 1 7 ... lll es eliminar el caballo: 1 8 ixes de mantener la dama en el campo adver­
ixeS 1 9 gabl . Con semejante alfil las ne­ sario con una partida más moderna. Este
g ras no pueden perder, sin embargo re­ ejemplo lo comenta Mark Dvoretsky en
solvemos otro problema: cómo no perder el cuarto tomo de la serie Schoo/ of future
con las blancas . . . » (Kasparov). champions11 •

17 ... l2Je5 18 W!e2 l2Jc4 1 9 l!ab1 l!a8 20 a4?


POSIC/ÓN2
«Apenas cam bia nada 20 b3?! lll x d2 2 1
\Wxd2 ga3! (pero no enseguida 2 1 . . . \Wes? John Nunn - Artur Yussupow
por 22 lll a4!), y después de 22 ... \Wes las Linares 1 988
negras recuperan el peón y conservan su
poderoso alfil. Sin embargo, era mucho
mejor 20 !el , aunque después 20 ... dS!
2 1 b3 lll d 6 22 a4 fS las negras tienen u n
j uego cómodo y activo» (Kasparov).

20 ... éll xd2 21 Wfxd2 Wfc4 22 füd1 l!eb8 23


Wfe3 l!b4 24 W/g5 id4+ 25 iihl l!ab8 26
l!xd4 Wfxd4, y las neg ras materializaron su
ventaja de cal i dad.

Solo encontré la explicación correcta de


lo q ue ocurrió en Znosko-Borovsky. Él es­
cribe que si su adversario tiene ventaja de «Las negras tienen u n peón más, sin em­
tiempo (de desarrollo), y usted de mate­ bargo las piezas enemigas apu nta n peli­
rial, entonces en ningún caso debe desviar g rosamente al flanco de rey. Las dos torres
a la defensa las piezas que ejercen presión blancas pueden d i rigi rse a l l í instantánea-
sobre la posición del adversario. Déjelas
en peligro, déjelas corriendo riesgo, pero 11 Nota del Editor: Los dos primeros tomos han
impida q ue el adversario maniobre l i bre- sido editados en castellano con los títulos de En­
trenamiento de Elite 7 y Entrenamiento de Elite 2.
89
Estud iando a los clásicos

mente. Ahora se amenaza 1 9 ih7+


El primer deseo sería apartar la dama de
la zon a de pel i g ro con la j ugada 1 8 ... Vflc7.
Sin emba rgo, entonces sigue 1 9 VflhS, y
la dama blanca se i ncorpora al ataque al
rey. Se amenaza 20 l'í:g3 o 20 l'í:g4; es pe­
lig roso 1 9 ... fS 20 l'í:g3 VflxeS 21 tt'lf3 Vflc3
22 Vflxh6. Hay que devolver el peón: 1 9 ...
tt'lfS 20 ixfS ef 21 VflxfS tt'lc4, a u nque en
ese caso las blancas conservan mejores
posibilidades.
18 ... @h8!
Por supuesto, en c3 la dama se siente i n­ 28 ... fü4!
cómoda, s i n emba rgo desde ahí ataca a l Ya no vale 29 h4? debido a 29 ... l'í:bb4.
caba l l o d 2 , l i m ita la movilidad de la dama 29 c3
blanca, y e n g e neral atrae la atención del Otra trampa más: la atractiva 29 ... d4 se re­
adversario, desviándola del flanco de rey. futa mediante 30 tll xd4 tt'lxd4 3 1 Vflf1 ! Aun
1 9 g4?! así era más tenaz 29 tt'ld2.
Es mejor 1 9 Cll f 3. 29 ... a4! 30 Cll d 2 Cll cxe5!! 31 Wfa1
19 ... lll ac6! También era triste 31 Cli xc4 Cli xc4 3 2 l'í:e2
Al atacar al peón es las negras impiden la a3.
apertura de l íneas en el flanco de rey me­ 31 ... fü7 32 Wfxa4 �bc8 33 Wfas lll c4 34
dia nte g4-g5. lll xc4 �xc4
20 Cll f3 �ab8! La gran superioridad de las negras está
De n uevo un movimiento profiláctico, en fuera de toda d uda, y en adelante la mate­
este caso contra la amenaza 21 ic4 Vflb2 rializaron con éxito».
22 l'í:b3. Y en caso de 2 1 g S sigue 21 ... l'í:b4!
21 1c4! Wfb2 22 ib3! Cll g6! 23 �a2 Cómo no vamos a recordar la varia nte
La dama negra final mente está atrapada, Najdorf de la Defensa Sicil iana, en la que
pero la compensación que se obtiene por la dama captura el peón b2 y despu és se
ella es más que suficiente. retira a a3. Esta dama es un trastorno para
23 ... füb3 24 �xb2 füb2 25 Wlc1 ?! el adversario. Se encuentra en una s itua­
Es mejor 25 l'í:b3. ción peligrosa, no obstante impide que
25 ... �b4! el enemigo maniobre l i bremente. Ahora
ha advertido la trampa tendida por el g ran mostraré u na posición q ue surge d e u na
maestro i ng lés: a la natural 25 ... l'í:fb8?! si­ va riante de la defensa Ragozi n .
gue 26 l'í:b3 l'í'.2xb3 (obligada) 27 cxb3, y la
dama bla nca tiene a su d isposición la co­ 1 d4 éll f6 2 c4 e6 3 Cll f3 dS 4 Cll c3 ib4 5 cxdS
lumna «C>>. exdS 6 1gs
26 h3 füb8
Ahora 27 l'í: b3 ya es i n útil: las negras res­ El cambio de peones seg uido de la clava­
ponden 27 ... a S ! Es menos convincente 27 da del caballo es uno de los pla nes más
... tt'lgxeS 28 Cli xes Clixes 29 Vfle3. desagradables para las negras. Por reg la
27 @h2! as 28 @g3 genera l responden con el contraataq ue
¿Qué pretenden hacer las blancas ahora? c7-c5, tras realizar previamente la j ugada
Evidentemente, h3-h4-h5. 6 ... h6. Aunque se puede jugar de otra ma­
nera.
Véase el diagrama siguiente

90
Estudiando a los clásicos

6 ... c6 7 e3 l legamos a la siguiente j ugada de torre.

Ahora se puede jugar 7 ... Was, au nque es 12 ... l::!: g 8


útil incluir primero h7-h6.
La dama debe quedarse en c3. La dejamos
7 ... h6 8 ih4 Wfa5 en una posición algo avanzada y extrava­
gante, sin embargo desde aquí estorba al
Las blancas deben elegir: o bien sacrificar adversario. Digamos que en caso de 1 3
el peón con la jugada 9 ixf6, o bien pasa r Whs surge una buena posibilidad d e con­
a una defe nsa pasiva; por ejemplo, des­ traataque: 1 3 ... ig4 1 4 Wxh6 ifs, y a 1 5
pués de 9 Wb3 tll e4. Está claro que en este füb7 Wcl + 1 6 Ke2 ig4+ (o 1 6 ... ic2!?).
último caso las negras no tendrá n n ingún Todo esto es muy peligroso para las blan­
problema. cas.

9 ixf6 ixc3+ 1 0 bxc3 '\Wxc3+ 1 1 éLid2 gxf6 Desafortunadamente, las blancas tienen
una posibilidad para situar problemas di­
Las negras pla ntean una amenaza posi­ fíciles a nte su oponente.
ciona l: ifs y después Wc2. Si consiguen
cam biar da mas, d igamos después de 1 2 13 g3! ,ig4?! 14 ie2
ie2 ifS 1 3 0-0 \Wc2, entonces se agotará
la iniciativa de las blancas. La posición de las neg ras es peor. A pesar
de todo, las debili dades crón icas se no­
12 l::!: b 1 tará n . Sin embargo deben l uchar de esta
manera: no retirarse, i ntentar resistir al
Sin lugar a d udas, una jugada correcta. Las adversario con las fuerzas ya existentes.
blancas i mpiden la sal ida del alfil adversa­ Tenga en cuenta que a las blancas no les
rio y al mismo tiempo apartan la torre del resultó fácil decidirse por la j ugada g2-
ataque de la dama, l l evándola a una posi­ g3, ya que sin duda el cambio de alfiles
ción activa. provocado por la j ugada ig4 debilita sus
casillas blancas y reduce el n úmero de pie­
zas sobre el tablero, y esto no resu lta muy
agradable cuando tienes un peón menos.

En una de las variantes menos habituales


de la Defensa Grünfeld puede surgir la si­
guiente posición: 1 d4 etJf6 2 c4 g6 3 etJ c3 d5
4 if4 ig7 5 e3 c5 6 dxc5 '\Wa5 7 Wi'b3 id7 8
ies etJa6 9 cxd5 etJxc5 1 0 Wfc4 etJ a6

Véase el diagrama siguiente

Las blancas tienen un peón más, y las ne­


Ahora en caso de retirada de la dama (por gras ventaja en el desarrollo. Si las blancas
ejemplo, a través de a3 hacia e?), es proba­ i ntentan red ucir la ventaja de desarrollo
ble que las negras sufran un ataque m uy del adversario moviendo u na pieza del
desagradable. Deben i ntentar frenar al flanco de rey, d igamos, 1 1 tll f3, entonces
adversario con las piezas que ya están mo­ las negras tienen la posibi l idad de desa­
vilizadas. Después de anal izar la posición, rrollar su i n iciativa mediante 1 1 ... bS se-

91
Estudiando a los clásicos

terminar cuál es n uestra peor pieza, y


ta mbién entender qué plan va a real izar
n uestro adversario. Tras ello, es necesario
mejorar la posición de esa pieza, y a l mis­
mo tiempo dificultar el plan del riva l . Todo
esto se muestra con eje mplos concretos.

La teoría de Steinitz contiene muchos pos­


tu lados diferentes, algunos indiscutibles y
otros muy controvertidos. Escri be sobre la
ventaja de la pareja de alfiles, sobre la de
la mayoría de peones en el flanco de dama
guido de b5-b4 o la j ugada 1 1 ... l:l:c8. (sin emba rgo la mayoría de peones en el
flanco de dama, como ha demostrado la
Las blancas deben i ntentar sofoca r la ini­ práctica posterior, no constituye una ven­
ciativa del adversario con las fuerzas que taja por sí misma, debe estar específica­
tienen en j uego, por lo que el desarrollo mente vinculada con otros elementos de
del caballo de rey debe esperar. Se puede la posición). Podría decirse que alg u nos
recordar el refrá n sobre el hombre ham­ de sus principios adq u ieren un carácter
briento q ue lame el plato después de co­ filosófico. Si tienes ventaja, estás obl igado
mer: «El lamer no q uita el hambre». A la luz a atacar, de lo contrario la ventaja se eva­
de estos a rgumentos, viene a la mente el porará i nevitablemente; esto no es ajed rez
movimiento 11 a3!, para a 11 bS respon-
... pu ro, sino un princi pio fi losófico.
der con la j ugada 12 b4!, y a 1 1 ... l:l:c8 elegir
entre 1 2 iM!d4 y 1 2 b4. losif Dorfman h izo un comentario im­
portante a este postulado de la teoría de
Por lo tanto, ya hace mucho tiempo nació Steinitz. Él cree que es necesario acla rar
una idea útil para la práctica actual: «Con qué tipo de ventaja está en cuestión: es­
ventaja de material y retraso en el desarro­ tática o di námica. Debes atacar solo s i po­
l lo, no retire las piezas desarrolladas que sees una ventaja dinámica. No obstante,
ca u sen problemas al adversario». En otras anal izaremos la doctrina de Dorfman en la
pa la bras, no pases a una defensa pasiva. tercera parte del libro.
Ahora este concepto ya está olvidado.
En general, el enfoq ue propuesto por
Tam bién es i nteresante la idea de Znos­ Steinitz para va lorar la posición merece u n
ko-Borovsky acerca de las posiciones con estudio serio. E s e e s un capítulo m u y i nte­
ventaja de espacio. Él expresa la idea ge­ resante en la historia del ajed rez. Es con­
neral de q ue no es necesario aumentar la veniente estudiarlo a través de los l i bros
ventaja de espacio, q ue lo importante es a ntiguos, para conocer d i rectamente el
conservarla. Tarde o temprano habrá u n pensamiento de las personas que descu­
momento crítico: el adversario i ntentará briero n todo esto.
liberarse. Y es necesario estar preparado lo
mejor posible para cuando acontezca ese El defecto de la teoría de Steinitz reside
momento crítico. en su i n movi lismo. En los institutos téc­
nicos se estudia la teoría de la mecánica,
Tam bién ofrece recomendaciones sobre que consta de tres secciones principales:
qué hacer cuando tenemos un espacio estática, cinemática y d i námica. A g ra ndes
red ucido. Znosko-Borovsky aconseja de- rasgos, la estática es cuándo todo está en

92
Estud iando a los clásicos

reposo, la ci nemática, si hay algún tipo de mático a Tarrasch, no es del todo correcto.
movimiento, y la d i námica, cuando todo Simplemente en su época d iscutió con
se mueve. Entonces, la teoría de Steinitz Chigorin, considerado el fun dador de l a
solo comprende uno de los capítulos de escuela de ajedrez rusa. Y a l a s personas
la «teoría de la mecán ica» del ajed rez. que no nos g ustan les colocamos todo
Stei nitz, por desgracia, no tuvo en cuen­ tipo de etiquetas.
ta la dinámica de la l ucha, tomó todo en
u n estado estático. S us valoraciones son Ahora vamos a exa minar un ejemplo que
adecuadas para muchas posiciones, pero muestra la ventaja dinámica, el enfoque
de ningún modo para todas. Sin embarg o, concreto de una posición a nteriormente
¿cuánto puede exigi rse a una persona? Él estática. Es un ejemplo tomado del exce­
h izo una aportación enorme a l desarrollo lente l ibro de Lipnitsky Cuestiones sobre
del ajedrez. Teoría Moderna en Ajedrez.

Es muy i nteresante conocer las partidas de


Stei nitz, au nque debemos admitir que las
partidas de sus segu idores i lustran su teo­
ría mejor que las suyas propias. En ocasio­
nes se aferraba a su teoría con demasiado
rigor, sin tener en cuenta la d i námica de
la l ucha. Y esto a veces le l levaba a tristes
resultados.

Akiba Rubinstei n aplicó perfectamente en


la práctica las enseñanzas de Steinitz. E n
s u l ibro Manual de ajedrez, Lasker expresó
la opinión de que las partidas de Rubins­ Es e l turno de j uego de las blancas. Poseen
tei n son ejemplares bajo el punto de vista la ventaja de la pareja de alfiles, sin emba r­
de la teoría de Stein itz. Además, Rubins­ go su estructura de peones en el flanco
tein poseía una excelente técnica del final. de dama está deteriorada. Si las negras
En la colección «Gra ndes ajedrecistas del consiguen llevar a cabo el plan estándar
mu ndo» se i ncl uye el excelente l i bro de Y. en estas posiciones, !a6, éi'lc6, \Wa4, éll a s,
Razuvaiev y V. Murajveri, Akiba Rubinstein. capturarán el peón c4 y l o más probable
Recomiendo su estudio a todos los ajedre­ es que ganen.
cistas con los que tra bajo.
Si se siguen los principios genera les del
Aconsejo estudiar las partidas de Rubins­ juego en la apertura (desarrollar las piezas,
tei n de la siguiente manera. Una vez termi­ en rocarse), entonces es necesario j ugar 1 1
nada la apertura, debe cu brir las j ugadas e e3. Me temo, sin embarg o, q ue en ese caso
i ntentar adivinarlas. Es decir, i ntentar jugar el plan concreto triunfará sobre los pri n­
como Rubi nste i n . Dedique a esta labor al cipios abstractos, y las blancas perderán
menos 45 min utos para cada partida, y se gradual mente.
le q uedará mucho más en la cabeza que si
simplemente la reproduce. En la posición actúan otros principios, no
menos obvios. No siempre es fácil formu­
Siegbert Ta rrasch escribió un l ibro exce­ larlos con palabras, con frecuencia un ju­
lente, La partida moderna de ajedrez. Ga rrí gador de ajed rez los siente i ntu itivamente.
Kasparov lo elogia. Cuando se llama dog-

93
Estudiando a los clásicos

Tras un examen detal lado de la posición filaxis, la sobreprotección. Es decir, como


se puede ver que las negras no tienen resultado de la discusión entre h ipermo­
piezas en el flanco de rey. De esta mane­ dernos y «clásicos», el ajedrez evolucionó.
ra, podemos llegar a la j ugada 11 g4!!, que
cambia drásticamente la va loración de la N imzowitsch fue u n opositor i rreco ncilia­
posición . Esta j ugada se corresponde con ble de Tarrasch y sus p untos de vista. Por
el principio: «ataca al adversario en el lu­ desgracia, eran ajedrecistas de generacio­
gar más vul nerable para él». nes d iferentes. Los picos de fuerza práctica
de N i mzowitsch y Tarrasch decayeron en
Las blancas crean u na amenaza muy de­ períodos d istintos. En sus enfrentam ien­
sagrada ble, 12 i,g2. Digamos que a 1 1 ... tos a menudo obtuvo la victoria N im­
fxg4 sigue 1 2 i,g2 tli c6 1 3 dS, y la posición zowitsch, a u nque esto no sign ifica q ue el
negra se desmorona. Si j uegan 1 1 ... i,b?, hipermodern ismo fuera superior. Solo q ue
entonces después de 1 2 :gg 1 las blancas Tarrasch era más viejo, jugaba más flojo
tienen un ataq ue formidable en el flanco que en su j uventud.
de rey. Tal vez la mejor decisión sea el mo­
vimiento 1 1 ... cxd4, que traslada el j uego Por supuesto, se puede extraer m ucho
a un fi nal d ifícil para las negras. de l os l i bros de N i mzowitsch Mi sistema y
La práctica de mi sistema. E n primer l ugar,
Si el peón estuviese en f7, y no en fS (¡algo hablaremos de la profilaxis y la sobre­
tan i nsign ificante!), todo el j uego que se protección . Los ajedrecistas actuales han
i nicia con g2-g4 no ten dría sentido, y la aprendido y desarrollado m uy bien las en­
ventaja estaría del lado de las neg ras. Aun­ señanzas de N i mzowitsch. Hoy el término
que el flanco de rey sigue sin estar defen­ «profilaxis» se expresa mejor con las pala­
dido por ninguna pieza neg ra, las blancas bras «prevención» o «preca ución», y Mark
no tienen nada que hacer, porque no exis­ Dvoretsky i ntrodujo el término «pensa­
te el peón fS, que es el «gancho» al que miento preventivo» como un elemento
pueden agarrarse las blancas. Y es muy im portante para tomar una decisión a la
im portante tener en cuenta tales detalles hora de elegir una u otra j ugada. Si toma­
específicos al evaluar la posición. mos la creatividad de los campeones del
mundo, entonces la idea de profilaxis o
Después de Ste i n itz l legaron l os hipermo­ prevención del plan del adversario se ex­
dernos (¡una palabra d ivertida!). Steinitz presa más claramente, en mi opi nión, en
consideraba que era bueno tener un cen­ las partidas de Petrosian, Karpov, Kra m n i k
tro de peones fuerte, y que q u ien tenía y Magnus Carlsen. Tam bién h a cam biado
ventaja en el centro también ten ía ven­ la comprensión del término «sobrepro­
taja en general. Sin embargo ajedrecistas tección» (ver la partida Karpov - Timman,
como Réti, N imzowitsch y B reyer -prin­ Montreal 1 979).
cipales representantes del hipermoder­
n ismo- afirmaron q ue no era necesario Sin embargo, no debe creerse sin reservas
tener un centro de peones fuerte, que se todo lo escrito en los l ibros Mi sistema y
podía ceder el centro al adversario y l ue­ La práctica de mi sistema. N i mzowitsch se
go atacarlo con piezas. Surgieron nuevas enfrentaba a menudo con riva les muy in­
aperturas. Por ejemplo, la Apertura Réti , la feriores a su fuerza de j uego, y en ese caso
Defensa Nimzoi ndia, la Defensa Alekhi ne; no es difícil probar cualquier teoría.
se desarrolló la comprensión de otras
a ntiguas, como la Apertura I nglesa. N i m­ Vyacheslav Andreevich Chebanenko, co­
zowitsch elaboró pri ncipios como la pro- nocido entrenador moldavo, por desgra-

94
Estud iando a los clásicos

cia hoy fallecido, crió a toda u na pléyade d rez, sin em bargo Nimzowitsch aspiraba
de gra ndes maestros y maestros. Fue tam­ al mismo estatus. Creo que este choque
bién un teórico, cuyo nombre lleva uno de de vanidades, que empezó con una pe­
los sistemas para las negras en la Defensa queña confrontación, fue el factor pri nci­
Eslava más difíc i les de penetrar, u n filósofo pal q ue esti muló el deseo de N i mzowitsch
del ajed rez, un i nterlocutor i nteresante, u n de bajar a Tarrasch de su pedestal». Ade­
buen amigo mío, q u e e n su época publ icó más Marín echa en falta que Nimzowitsch
en la revista «Ajedrez en la U RSS» d iversos realizara su i nvestigación de las cadenas
artículos de opi nión. En el los Chebanen ko de peones en la Defensa Francesa, donde
cuestiona el principio de N i mzowitsch la ruptura de la parte superior de l a ca­
que establece que es necesario atacar la dena de peones de las blancas mediante
cadena de peones en su base. I magínense f7-f6 debil ita la posición del rey negro, y
la cadena de peones de las blancas en la que casi no se ocupara de las formacio­
Defensa I ndia de Rey: dS, e4, f3, g2 (y los nes i ndias. La razón de esto estuvo en la
peones negros c7, d6, eS). N imzowitsch valoración de Tarrasch sobre la jugada 3
escribe que las negras deben jugar f7-f5, e4-e5 en la Defensa Francesa, a la q ue e l
y después, qu izás, l levar este peón a f4 y ajedrecista alemán tuvo la imprudencia d e
avanzar el peón «g». La base de la cadena colocar u n signo de interrogación .
de peones blancos es el peón f3, e i ncluso
el peón g2. Sin embargo a menudo vemos «¡Destronar a Tarrasch! ¡Solo a s í podría
ejemplos en los que las neg ras no em­ ocu par su lugar en el trono y recibir el re­
pieza n con f7-f5, sino con c7-c6. Es decir, conocimiento de mejor pensador de aje­
socavan el centro no por la base de la ca­ drez entre los vivos! Destronar a Tarrasch
dena de peones, sino por su vértice, y con por todo, incluyendo i ncluso la Defensa
frecuencia también da buenos resultados. Francesa, confirmando, reafirmando, pro­
N i mzowitsch construyó sus conclusiones bando y remacha ndo contra la opi nión del
principalmente sobre la base de la Defen­ maestro del clasicismo que 3 eS es la ú lti­
sa Francesa, pero i ncl uso en ella a veces no ma palabra en el ajedrez moderno cuando
es necesario atacar la cadena de peones se refiere a la cuestión fu ndamental de la
por la base, sino por la cúspide, es decir, restricción y el bloqueo.
jugar f7-f6.
La hipótesis de desacreditar a Siegbert
Respondió a los comentarios de Cheba­ Tarrasch explica mejor la obsesión de
nenko, más o menos u n cuarto de siglo N i mzowitsch por la Defensa Francesa, y el
después, el admirador más devoto de abandono respecto a los conceptos flore­
Nimzowitsch, el maestro i nternacional cientes de la cadena de peones y la mayo­
a rgentino Enrique Marín, quien a l parecer ría cual itativa en los territorios i nd ios. Y si
ha estudiado dura nte toda su vida el le­ bien los j ugadores de club y los amantes
gado del padre del H i permodernismo. En del ajed rez perdieron mucho por este mo­
su i nteresante obra Cómo ganar peones en tivo, entonces el mayor perdedor fue el
las defensas indias aclara m uchos términos mismo N i mzowitsch, cuya idiosincrasia lo
poco conocidos para el lector de habla dejó enredado en las ruinas de una obse­
rusa. sión ciega con la j ugada 3 es en la Defensa
Francesa» (E. Marín).
Ya hemos mencionado la enemistad entre
N i mzowitsch y Tarrasch. Acerca de el lo, es­ Bellamente expresado. ¡Vaya, muy próxi­
cribe E. Marín: «En aquella época Tarrasch mo al ajedrez de V. Nabokov! Ahora h abla­
se consideraba el mejor pensador de aje- remos del término «mayoría cual itativa»,

95
Estudiando a los clásicos

mencionado casualmente en el párrafo


POSICIÓN 3
anterior.
Viktor Korchnoi - John Nunn
Ámsterdam 1 990

«Si conoce n uestras opin iones sobre la


cadena de peones, entonces asimi lará fá­
cil mente el con cepto de la mayoría cuali­
tativa: el flanco que avanza en d i rección a La posición de las neg ras en el fla nco de
la base de peon es del adversario natural­ dama es muy restringida. En la partida se
mente es superior desde el punto de vista jugó 1 7 cxd6 ixd6 1 8 éll d3 l!g7 19 éll cs, y
cualitativo» (Ni mzowitsch, Mi sistema). las blancas obtuvieron la victoria e n una
l ucha aguda.
La noción de la «mayoría cualitativa» fue
introducida por N i mzowitsch sin recalcar Sin embargo, cinco años después, e n su
la atención del lector sobre este térmi­ enfrentamiento con Xie J u n, Wenzhou
no. Por eso no q ueda muy impreso en la 1 99S, en la posición del diagrama Kor­
memoria, o por lo menos no en la m ía. En chnoi jugó 1 7 c6!? y obtuvo una victoria
rel ación con la posición del d iagrama, las convincente: 17 ... hS 1 8 @h1 l!h7 1 9 cxb7
blancas tienen mayoría cual itativa en el ixb7 20 a6 ic8 21 éll b s g4 22 CiJxa7 g3 23
flanco de dama, y las negras en e l de rey. ctJc6 W/d7 24.igl ctJ g4 25 fxg4 hxg4 26 ixg4
En consecuencia, el plan de las blancas i n­ W/xg4 27 W/xg4 ixg4 28 éll f3 ixf3 29 l!xf3
cluye el asalto d e peones b2-b4 y c4-cS, y ctJh4 30 a7 ig7 31 l!aS gxh2 32 if2 tlJ xf3
para las negras f7-fS seguido de fS-f4 y g6- 33 gxf3 if6 34 l!bS @f7 35 l!b7 @g6 36 bS
gS-g4. Una vez q ue el peón blanco llegue @h6 37 l!b8 l!h8 38 gxh8+ ixh8 39 ih4
a es, las blancas buscarán la manera de in­ gg8 40 @xh2 Las negras a ba ndonaron.
vadir l a casilla c 7 con la torre o el caballo,
con el cambio previo en d6. Además, en En su l ibro E. Marín, opon iéndose a l a críti­
algunos casos, cuando el peón blanco está ca de N i mzowitsch efectuada por el maes­
en as o una pieza menor de las negras en tro i nternacional John Watson, escribe lo
d7, las blancas p ueden pensar en cambiar sigu iente: «Sin embargo, a fina les del siglo
el objetivo del ataque con el movimiento XX, la crítica de Watson a l "principio" de la
c5-c6 i rrumpiendo en el campo negro. cadena de peones se d i rige contra la mis­
ma apertura q ue consideró N imzowitsch.
Esto sugiere que su verdadero objetivo era
criticar al maestro del H i permodernismo,
lo mismo que el objetivo de este último
consistía en atacar a Tarrasch». Después

96
Estudiando a los clásicos

Marín conti n ua: « É l describe la ruptura en el zeitnot, donde se vul nera el curso ló­
en términos de ataque (por ejemplo, g ico de la l ucha. A un j ugador i nexperto
"ataque al peón delantero de una ca­ le será d ifícil entender esta partida, i ncl uso
dena de peones"), mientras que yo, si­ es d ifíci l a veces para un maestro. Sin em­
guiendo a N imzowitsch, lo considero bargo, si j uegan, d iga mos, Alekh i n e con
com o una medida fundamentalmente Tartakower, entonces ya existe una d ife­
defe nsiva». rencia notable en la categoría de j uego.
El plan proyectado por Alekh ine fun ciona
Si pasamos del esti lo elevado «de Na­ como un reloj. Ta rtakower no lo compren­
bokov» al leng uaje de los simples morta­ de, no obstaculiza su ejecución. De esta
les, e ntonces Marín dice que la j ugada c7- manera, todo el plan aparece a nte noso­
c6 con el posterior cambio del peón dS -la tros en su forma más pura. Contra j uga­
cúspide de la cadena de peones blancos­ dores actuales, tales como Aronián, Giri,
es, e n primer lugar, una acción defensi­ Caruana, no se vería una imagen tan clara,
va, ¡no atacante! En efecto, si miramos porque su poder de respuesta es m ucho
una vez más los d iagramas de las partidas mayor. Por eso las pri meras lecciones de
Korc hnoi - N u n n y Korchnoi - Xie Jun, po­ estrategia, las lecciones de elaboración de
demos advertir que las posi bilidades de los planes para la l ucha, deben tomarse de
las negras en el flanco de dama son muy los clásicos.
limitadas. G racias a la ventaja de espacio
las bla ncas tienen la opción de em prender Ha blemos un poco sobre la descripción de
acciones activas. Sin embargo, si j uegan los planes de j uego por parte de los clási­
c7-c6 con un peón blanco en c4 y cambian cos.
en dS, las neg ras prácticamente obligan al
adversario a un cambio i n mediato en d6
en la posición del diagrama. Por lo tanto,
POSICJÓN 4
obtienen una posición más específica en
el flanco de dama, y les resulta más fácil E. Znosko-Borovsky - Alexander
plan ificar sus acciones en esta parte del Alekhine
tablero. París 1 933

Fi n a l mente, tenemos dos ajedrecistas


destacados. Son Capablanca y Alekhi ne.
No estuvieron i nfluenciados por n inguna
ten dencia, jugaron de ma nera completa­
mente diferente, y no obstante sus parti­
das si rven del ejemplo hasta n uestros d ías.

Pensemos cómo se ve el ajedrez moderno.


Supongamos que juegan dos adversarios
del mismo n ivel. Por ejemplo, Lékó con
Topalov. U no de ellos proyecta un plan
de j uego, el otro advierte este plan, e in­ Juegan las blancas
tenta obstacul izarlo. Como resultado de
la col isión de planes las blancas obtienen Ofrecemos los comentarios de Alekhine a
una ligera ventaja. Fijan u n n uevo plan de esta posición:
juego, en respuesta sigue un nuevo contra
plan. Por fin, ambos contendientes caen «El j uego en este final dista de ser tan

97
Estudiando a los clásicos

sencillo como parece, en especial para las


blancas. El plan de las negras, que se coro­
na con todo éxito, consta de las siguien­
tes pa rtes: 1 ) cambio de u n par de torres;
2) traslado del rey a e6, donde defendido
por el peón puede impedir la i nvasión en
la casilla d 7 de la restante torre blanca;
3) operando con la torre por la columna
abierta «g» y avanzando el peón «h», for­
za r la apertura de la col umna «h»; 4) tras
esto el rey blanco, y posiblemente el a lfi l,
estarán atados a la defensa de los puntos
h 1 y h2 contra la i nvasión de la torre; 5) fxe4+ ©xe4 48 füc7 ©f3 49 :Bxe7 �xf2+
mientras tanto las negras, avanzando los SO ©el b2 S1 gb7 fü2 S2 c6 ©g3 S3 c7 f3 S4
peones «a» y «b», tarde o temprano con­ ©dl gxc7 SS gxb2 f2 Las blancas a ba ndo­
siguen abri r alguna columna en el flanco naron.
de da ma; 6) como el rey blanco en ese mo­
mento se encontrará en el otro flanco, las Me parece que Alekh i ne es u n poco pí­
bla ncas no podrán i mped i r la i nvasión de caro cuando describe su grandioso plan
la torre negra en la primera o la segu nda de j uego, que planeó a l rededor de la ju­
fila. gada 1 6. Lo más probable es que pensara
Se puede estar de acuerdo en lo sigu iente: esquemas, componentes cortos del plan
si las blancas desde el princi pio h ubieran que luego describió como u n todo. E n re­
advertido que existe un peligro real de sumen: es útil para las negras cambiar u n
perder este fi nal, es posible que consi­ p a r de torres y conservar el segundo par.
g u i eran salvar la partida con una defensa Sería bueno centralizar el rey en la casi lla
atenta. Pero sucedió que las negras j uga­ e6, y avanzar el peón «f» hasta f5. Y para el
ron sig uiendo u n plan, mientras que las resto, como dijo Winston Churchill e n u na
blancas jugaron solo con la convicción ocasión: «La guerra mostrará el plan».
de q u e la partida tenía que terminar en
tablas. Como resultado se sucedieron u na La categoría de Alekh i ne en el final era
serie de instructivos procedimientos y tru­ m ucho más elevada que la de Znosko­
cos típicos, bastante más útiles para los es­ Borovsky, y después de ganar la partida
tudiosos, q ue las l lamadas "bellas" partidas el campeón del mundo descri bió l a se­
cortas». cuencia de sus acciones, que no encon­
traron una respuesta digna, y las con ectó
16 .ih6 füd8 17 @n ts 18 gxd8+ gxd8 19 g3 con un ingen ioso plan original. Esto me
©f7 20 i.e3 hS 21 ©e2 ©e6 22 gd1 gg8 23 recuerda el deseo actual de u n excelente
f3 h4 24 i.f2 hxg3 2S hxg3 gh8 26 .ig1 i.d6 comentarista de ajed rez, el gra n maestro
21 @n :Bg8 28 .if2 bS 29 b3 as 30 ©g2 a4 31 Sergei Shi pov, sobre la necesidad de que
gd2 axb3 32 axb3 ga8 33 c4 ga3 34 cS .ie7 3S después de cada partida los contendien­
:Bb2 b4 36 g4 f4 tes den una conferencia de prensa, para
comprender lo que los g ra ndes maestros
Véase el diagrama siguiente vieron d u ra nte el j uego, y lo que no ad­
virtieron. Al comentar la aguda victoria
37 @n :Ba1 + 38 ©e2 fül 39 :Ba2 fü3 40 de Magnus Carlsen sobre el g ran maestro
:Ba7 ©d7 41 :Bb7 füb3 42 gb8 gb2+ 43 @n chino Li Chao en Doha 201 5, Shipov es­
b3 44 ©gl ©c6 4S ©f1 ©ds 46 gb7 e4 47 cribe en la revista 64, n .0 1 , del año 201 6:
Estudiando a los clásicos

«¡ Una parida espectacular! Es una pena métodos para su implementación . Aq u í,


que a su final ización no h u biera una rue­ en lugar de lo concreto, es más bien ne­
da de prensa. Al final de u n combate tan cesaria la representación de las imágenes.
agudo es necesario tomar suavemente a Cuando Nimzowitsch, al debatir sobre la
los artistas por el cuello y extraerles toda la fuerza o debilidad de los peones dobla­
verdad oculta. Por ejemplo, ¿Magnus supo dos, los compara con la cojera de una per­
que después del peón tend ría que sacrifi­ sona sentada, que solo se advierte c ua ndo
car el caballo y la dama? ¿O simplemente se l evanta, la imagen es recordada d u ran­
siguió la corriente, sin saber lo que suce­ te mucho tiem po, si no para siempre. Y no
dería al giro siguiente? Los comentarios en importa en absol uto si N i mzowitsch tenía
vivo y puramente huma nos de los mejores o no razón en el ejemplo concreto con va­
jugadores del mundo también son útiles riantes concretas. Podemos encontra rnos
para l os j ugadores jóvenes y prometedo­ con u na desafortunada excepción a la re­
res. Deben aprender a mirar las posiciones gla, aunque en esencia N imzowitsch, sin
con los ojos de los maestros. Si se les deja d uda, ten ía razón. No me gusta el a ntiguo
ir, tras la partida estos mismos maestros dicho: «Platón es mi amigo, pero la verdad
vuelven a casa, abren los ordenadores por­ me es más q uerida». En mi opinión, es as­
tátiles (o mira n los chads) y descubren las tuto e i nmoral.
variantes exactas. ¡Y entonces se vuelven
terriblemente i nteligentes y perspicaces! Así pues, el uso del ordenador para la
En ninguna ma nera lo mismo que fueron presentación de las reglas estratégicas
dura nte la partida. Las varia ntes del orde­ del ajed rez clásico, en mi opin ión, debe­
nador son como un ruido que se superpo­ ría consistir en un retoque de asperezas
ne sobre las sensaciones del j uego, y así se en el avance hacia la dirección principal.
obtiene un cuadro analítico impersonal. Después de todo, cuando enseñamos a u n
Pasado u n tiem po, ya es d ifíci l separar l os ajedrecista princi piante y le decimos que
componentes». en el i n icio de la partida es aconsejable en
los siete primeros movimientos sacar las
En la posición de la partida Znosko-Boro­ piezas menores h acia el centro y enrocar­
vsky - Alekhine todo el plan profundo de se, no vamos a desorientarlo con excep­
Alekhine podía haber l l egado a su fin casi ciones a la regla. Y cuando expl icamos que
de inmed iato, si las blancas en l ugar de 1 7 después de las j ugadas 1 e4 es 2 lli f3 las
mf1 ?! h ubiesen j ugado 1 7 f4! con u n j uego negras cometen un error decisivo si hacen
absol utamente equ i li brado ( 1 7 ... e4 1 8 fS) . el horrible movim iento 2 f7-f6?
...

Sin embargo, de n i n g u na manera q uiero


criticar las debilidades h umanas de los
gra ndes campeones. Más bien, viceversa.

U nas palabras sobre el uso del ordenador


para editar a los clásicos y estudiar los pri n­
ci pios generales del j uego en el final. En
las colecciones de partidas de los clásicos
del pasado y en sus l i bros sobre estrategia,
la tarea principal es centrar la atención del
alumno en la asimilación de los principios
de acción en u na situación dada, en el es­
tudio de los pla nes de ambos bandos y los en la variante 3 llixeS fxeS 4 WfhS+ cJle7

99
Estudiando a los clásicos

s \WxeS+ <tíf7 6 ic4+ ctlg6 7 \Wts+ ctlh6 8 casi total de análisis táctico. Los comen­
d4+ gS 9 h4 ie7 10 hxgS+ <tlg7 1 1 \Wf7++ tarios se centran excl u sivamente e n las
modest a m e nte nos calla mos que la mejor ideas, que a mi parecer, yacen detrás de
defensa es 6 dS!, y a nadie se le pasa por
... los movimientos. El análisis táctico en ge­
la cabeza analizar esta posición con el or­ neral - y especialmente su superabu ndan­
denado r. cia - destruye la armonía de las lecciones
que se pueden extraer de la esencia de las
Después d e todo la jugada 2 f6? es real­
... partidas, y d ificulta tanto el análisis cru­
mente h orrible, y el principiante, desde u n zado de ideas, como s u u so en el j uego
pu nto d e vista metodológico, debe tener práctico por parte del lector. Después de
la con v i cción de que debe castigarse me­ todo, de hecho, real mente estamos i ntere­
diante 3 él:ixeS! Y de hecho, en el proceso sados en la partida misma. No me interesa
de entre n a m iento de los princi pia ntes u na partida virtual que se desarrolle en
no tie n e sentido esta blecer cuál de las va riantes, ese j uego que s u rge del eterno
dos j ug a das: 3 lDxeS, 3 d4 o 3 ic4, es ob­ "¿y si?" y conduce a u na partida comple­
jetivam ente más fuerte. En mi j uventud tamente diferente. Pero si nos i nteresa
adopté un pensamiento i nteresante de precisamente "la parte analítica': entonces
Lion Feu c htwa nger en su notable trilogía podemos h acernos la preg u nta: ¿por qué
La guerra judía. En la disputa entre Flavio no nos su merg imos en una n ueva partida
Josefa y J u sto de Tiberíades, este ú ltimo analítica, que surge de la partida analítica?
afirma que la verdad, o más bien la verdad Por eso no q u iero deslizarme a lo largo de
pura, e s siempre a bsolutamente fea. En una espiral infin ita, prefiero adherirme es­
contraste, la verdad con u na pequeña frac­ trictamente a la l ínea de la l ucha de la vida
ción de mentira la hace hermosa y com­ real, que es el fruto de l os esfuerzos físicos
pleta m ente digerible. Cuando estudiamos y psicológicos de l os oponentes. Así razo­
las parti das de Ca pablanca o de Rubi ns­ né a l elegir las docenas de partidas com­
tei n, a prendemos estrategia, técn ica y a r­ pletas que incl uyo en este l i bro. La econo­
monía, n o inte ntamos derrocar al ídolo del mía de comentarios es, por lo tanto, u na
pedesta l, y estamos más preparados para decisión consciente, i ncluso aunque esta
la d u lce verdad que para la fea verdad, que política pueda provocar el descontento de
se puede obtener con la ayuda de l os a ná­ q uienes j uzgan la calidad de un l ibro por
lisis del ordenador. la frondosidad de las ra mas de los árboles
de va riantes».
Me g ustó mucho la manera en que expre­
sa maravil l osa mente un pensamiento si­ Después Marín conti nua: «A los lectores
milar E n ri q ue Marín en su original estudio que deseen l legar a la verdad táctica de
de las cadenas de peones, con el estilo de posiciones concretas, les recomiendo ana­
N imzowitsch, a u nque en las estructuras l izarlas por sí mismos o con la ayud a de
i nd ias: «¿Debería incluirse en los comen­ un motor de análisis en un ordenador. ¡El
tarios la justificación táctica de los mo­ ordenador está diseñado para eso! ¿Para
vimientos? ¿ Deberíamos profu nd izar en qué perder tiempo y espacio, acu mulando
va riantes, su bvariantes, ramas y ramifica­ una masa de variantes y subvariantes, si se
ciones laterales, o deberíamos l i mitarnos pueden obtener rápida mente con la ayuda
a debatir ideas tácticas, operaciona les y de Fritz, Rybka, Houdini o Stockfish? Entre
estratégicas, q ue puedan guiar a los j uga­ otras cosas - esta es nuestra premisa básica
dores en sus propias partidas? - es un error animar al alumno a realizar un
análisis táctico profundo, sin proporcionarle
Yo me decanté a favor de una a usencia una clara comprensión estratégica de lo que

1 00
Estudiando a los clásicos

está sucediendo en el tablero.12 I nsistir en el


a n á l isis significa obligar al al umno a coger
ag u a con el cesto de su deseo de mejo­
rar. Además, este tipo de "contamin ación
a n a l ítica': además de au mentar el costo
del l i bro, puede simplemente asustar al
lector. Creo que a aquellos que necesitan
y a m a n la i nvestigación táctica profunda
les resultará más útil i nvestigar la táctica
con sus propias fuerzas y con la ayuda de
los motores de ordenador. La experiencia
muestra que cuando se trata de estudiar
estrategia, los aficionados están más i nte­ cha estratégica gira alrededor del pu nto
resados en la explicación de los principios e4. Si las blancas consiguen poner en mo­
genera les y en las ideas que se derivan de vimiento la masa de peones en e l centro
ellos». med iante f2-f3 y e3-e4, entonces ten d rán
de su parte una clara ventaja posicional;
Bell amente expresado. Enrique Marín es si las negras pueden impedirlo, entonces
u n excelente estilista y una persona i nge­ su ventaja de espacio y e l alfil blanco de
niosa. Qu izás expresa sus sentimientos de casillas negras malo j ugarán su papel. Di­
una manera un tanto radical, sin em bargo dishko está l isto para j ugar 1 5 f3. Es inte­
en el plano metodológico es a bsol uta­ resante la reacción de Korzubov 14 ctJ e7!
...

mente preciso. Yo no sé presentar el ma­


terial de una manera tan figurativa y bella, La i ntención de las negras se basa en lo
sin embargo como entrenador practico siguiente: 1 5 f3 g5! 1 6 1Mlg3 h6 1 7 f4 (se
procuro q ue tras el estudio de cada tema amenazaba 1 7 ... mh8) 1 7 ... etJh5 1 8 1M/f3
los pensamientos que tenga el a l umno g4 1 9 1Mld 1 f5, para bloquear la posición en
en la cabeza n o formen u n revoltijo, sino el centro y mantener la ventaja de espacio.
que se al ineen en u n orden estricto. Por
la experiencia de trabajo puedo decir que 15 h3?
cuanto más fuerte se vuelve u n j ugador
de ajedrez, más necesita muchas variantes Las blancas toman el control de la casi lla
concretas, a u nque él ya sepa obtenerlas g4 e insisten en la j ugada 1 6 f3, ya que
por s í mismo. Ofrezco u n ejemplo del libro después de 1 6 ... g5? 1 7 1Mlg3 h6 1 8 f4 ya es
Perfeccionamiento en ajedrez. imposible la respuesta g5-g4. Sin embar­
go, siguió ...

15 ... Wfc7!
POSICIÓN 5
Viacheslav Didishko - Peter Korzubov corta de raíz el j uego de las
Korzubov bla ncas, al advertir sutil mente que el mo­
Minsk 1 983 vim iento 1 5 h3? perdía la defensa con
peón si la dama se sitúa en g3. Estas son
Véase el diagrama siguiente todas las variantes necesarias para com­
prender la l ucha estratégica, y sin embar­
El último movimiento de las blancas fue go sin el las no se comprendería nada.
1 4 1Mld 1 -e 1 . Está bastante claro que la lu-
Después la partida de las blancas se desli-
12 Nota d e l Autor. E l texto en cursiva e s m ío.

1 01
Estudiando a l os clásicos

zó por la pendiente, sin embargo n uestro so existe una frase: «La percepción es más
objetivo no es mostrar la mejor defensa importante que la realidad», que se u sa en
para el las. Es suficiente asimilar la idea ge­ la propaganda política, en la publ icidad
neral. E l j uego conti n uó: y en l os métodos de e nseña nza. N uestro
libro solo habla de ajed rez, a u nque en la
1 6 1Mfb1 id7 1 7 :!! e 1 étJe4! 1 8 :!! e2 aS! 1 9 tll f3 tercera parte, cuando toquemos el resba­
étJg6 20 @h1 :!! a 6 21 1Mfg1 'Wc8 22 'Wh2 fü6 ladizo tema de determinar el g rado de ge­
23 ixe4 dxe4 24 étJ g1 étJ h4 25 fü1 :!! h 6 nial idad de un ajedrecista, tendremos que
volver a esta frase.

Va mos a resumirl o con u na peq ueña se­


lección. En mi opi n ión, un cu rso corto de
estudio de los clásicos, desde la perspecti­
va actual, donde el proceso de aprendiza­
je es cada vez más acelerado, debería ser
más o menos así:

1 ) Explicación de l os principios generales


enseñados por W. Stei n itz y reproducción
con marcadores (para ocultar las j ugadas)
de las partidas de Akiba Rubinstei n .
La ventaja posicional de las negras es
enorme. Didishko hace un i ntento deses­ 2 ) Reproducción con marcadores de las
perado por liberarse. partidas de José Raúl Capa blanca.

26 f4 exf3 27 gxf3 étJg6! 3) Reproducción con marcadores de las


partidas de Alexander Alekhine. Prefe­
N ítida rea l ización táctica. rentemente de l ibros de Alekhine con sus
propios comentarios.
28 @g2 ixh3+ 29 étJxh3 :!! xh3 30 1!Nxh3
étJ t4+ 31 exf4 :!!xe2+ 32 @g3 'Wxh3+ 33 4) Estudio sin marcadores de los l i b ros de
@xh3 füb2 34 :!! e 1 @f8 35 a4 fü2 36 :!! e3 Aaron N i mzowitsch Mi sistema y La prácti­
:!! a 2 37 @g4 :!! xa4 38 @ts :!! a 2 39 @es :!! b2 ca de mi sistema.
40 @ds a4 41 @xc4 a3 Las blancas abando­
naron. Es necesario seg u i r exactamente este
orden en el estudio de los clásicos. Por
Por supuesto, se podrían añadir más va­ supuesto, también tenemos a M ijaíl Bot­
ria ntes, pero se correría el riesgo de «no vinnik, Vassily Smyslov y otros g randes aje­
ver e l bosque por culpa de los árboles». d recistas. Sin embargo para una compren­
sión profunda del ajedrez moderno es
Al estudiar a l os clásicos, conscientemen­ preciso adquirir una cultura ajed recística
te no intentamos cavar profu ndo. Para elevada, siguiendo primero un cu rso so­
aprender l os proced im ientos estratégicos bre los clásicos.
es útil para el estudia nte aceptar la d u lce
verdad, aunque una cierta cantidad de En mi práctica de entrenador he verificado
mentiras debe estar presente en dosis mí­ y gara ntizado que con un estudio i ntensi­
n i mas. Por desgracia, en la vida d ia ria no se vo de los clásicos y de los princi pios que ri­
dosifican las porciones de mentiras. l nclu- gen los fi na les com plejos, u n joven ajedre-

1 02
Estudiando a los clásicos

cista mejora l a técnica de materialización se convirtieron en fundamento para una


de la ventaj a . Comienza a percibir mejor la "ciencia" semiescolástica, y la idea de este
armonía de i nteracción entre las piezas, a enfoque del ajedrez es una contrib ución al
encontrar m á s rápido los esquemas con­ acervo del juego».
ven ientes pa r a la disposición y actuación
de las piezas, o, como se d ice en la jerga Alekhine fue realmente un g ra n j ugador
profesional, a «jugar con la mano», y no de ajedrez. Podía planear sus acciones
con la cabeza , es decir, poseer la facilidad basándose completamente en u n a valo­
necesaria para tomar decisiones. ración muy precisa de la posición. Podía,
mejor que nadie, encontrar l os recu rsos
Llamo la atención del lector sobre la narra­ específicos ocultos en u na posición, q u e l e
ción de uno de los más fuertes ajedrecistas permitieran jugar de forma creativa y muy
actuales, el g ran maestro Levon Aronián, efectiva.
donde cuen t a cómo superó un largo es­
tancamiento en su j uego y ganó la Copa
Sinquefield del año 20 1 5 (64 n .0 9/201 5):
«Para supera r l a crisis en mi j uego, tra ba­ PARTIDA 40
jé i ntensamente un mes con mi ayudante Alexander Alekhine - Akiba
pri ncipal Ashot Nadanian. Y revisé de nue­ Rubinstein
vo muchas pa rtidas de los clásicos y de los Gambito de Dama [030)
campeones del mundo. Ten ía curiosidad La Haya 1 92 1
por compre n d er q ué era lo q ue los dete­
n ía . Y despu és realicé algunos autoanálisis
sig uiendo los ejemplos de otros ajedrecis­
tas. En general fue útil examinar las parti­
das de los g ra ndes maestros del pasado,
para com prender hasta dónde l legaba m i
calidad de j u eg o. También estudié l a s par­
tidas de S myslov, Euwe, Botvinnik y Petro­
sian. Y gané confia nza».

Hablemos u n poco más sobre la relación


entre Znosko-Borovsky y Alekhine, y la
valoración d e Alekhine de l li bro Teoría
del medio juego en ajedrez, dedicado a las
enseñanzas d e Stein itz. Alekhine escribió:
« . . . En aquel e ntonces él estaba casi termi­
nando su estupendo (por su concepción)
l i bro Teoría del mediojuego en ajedrez. Dig o Alekhine comenta así esta posición: «Des­
por su concepción, porque su método de pués de trece movimientos se ha l legado a
a bordar el tema y algunos de sus concep­ una posición poco frecuente en el gambi­
tos es ligeramente d iferente de mis pun­ to de dama. En las trece primeras j ugadas
tos de vista y valoraciones. Sin embargo es las blancas han hecho tres j ugadas con
m uy i nteresante e l hecho de que el a utor el peón «O>, tres j ugadas con el peón «h»
sitúe en un lugar secundario la necesidad de y cuatro jugadas de alfil, tras lo cual han
un enfoque analítico del ajedrez, teniendo obtenido una posición, si no ganada, de­
en cuenta que ciertas reglas generales son cisiva.
en efecto más importantes. Estas reg las

1 03
Estudiando a los clásicos

Se ha hablado mucho en relación con la nado Cuestiones sobre Teoría Moderna en


origi nal apertura de esta partida, de una Ajedrez. Él propone el siguiente esq uema.
n u eva técnica "hipermoderna'; de una es­ Supongamos que tenemos una posición
cuela "neorromántica'; etc. En realidad el bastante confusa, y queremos com pren­
asu nto es mucho más simple. der a q u ién le es favora ble. Determin amos
quién tiene el turno de j uego, e i nten­
Las negras han hecho en la apertura a lgu­ tamos encontra r las mejores posi bil ida­
nas j ugadas excéntricas (3 ... a6; 5 . . {¡je?;
. des para am bos bandos. No es necesario
6 ... {¡jg6), las cuales, si el adversario no i ntentar anal izar todo « hasta el mate»,
h u biera reaccionado (por ejemplo, con la solo es necesario i ntentar alca nza r u na
j ugada 7 e3 en lugar de 7 .te3, o 9 g3 en posición defin ida, que pueda valora rse
vez de 9 h4), h u bieran d ado a las negras correctamente con n uestros conocimien­
una buenísima partida. Y no a bsol uta men­ tos, basá ndonos en las leyes, princi pios y
te adrede, sino obligado por la necesidad, habilidades posicionales que hayamos ad­
adela nté el peón «h» para evitar que las qui rido. Lipnitsky clasifica estas posiciones
negras tuvieran superioridad en el cen­ como definidas. Por ejemplo:
tro. Sin embarg o, como reg la, semejantes
experimentos en la apertura no están de
acuerdo con mi temperamento ni con mi
POSJCIÓN6
estilo».
Yury Averbaj - M ijaíl Botvinnik
Creo que sobre la base de la teoría de Moscú 1 955
Stei n itz la posición del d iagrama se puede
valorar correctamente para planificar las
futuras acciones de las blancas. Aunque si
sig ues demasiado estrictamente esa teo­
ría, es poco probable q ue encuentres en
posiciones semejantes j ugadas del tipo de
7 .te3 ! y 9 h4!

Tanto Alekhine como Znosko-Borovsky


emigraron de Rusia y, hasta donde sabe­
mos, se mantuvieron en buenos térmi nos,
respetándose profundamente. Al parecer,
es por eso que Alekhine fuera tan del ica­
do: « . . . Se diferencia ligeramente de mis
pu ntos de vista». Alekhine difícilmente
habría estado de acuerdo con que el enfo­
que analítico pudiera ocupar un lugar se­
cundario, porq ue la mayoría de las veces
este enfoque es suficiente para determi­
nar la esencia de la posición.

¿Cuáles son las pri ncipales ca racterísticas


del enfoq ue a n a l ítico? En mi opinión, la
mejor expl icación del enfoque analítico
y de la misma esencia del a nálisis la pro­
porcionó Lipnitsky en su l ibro ya mencio-

1 04
Estudiando a los clásicos

POSIC/ÓN l POS/C/ÓN 9
László Szabó - Gedeon Barcza
Estocolmo 1 952

En el primer caso no necesitamos calcular


n i n g u na variante n i tener en cuenta los
matices de la posición . La ventaja de las
POSIC/ÓN B neg ras es tan evidente que no requiere
Alexander Alekhine - Friedrich n i n g u na cuestión. En el seg undo y ter­
Samisch cer ejemplo las blancas están claramen­
Baden Baden 1 925 te mejor, y en el cua rto tenemos sobre
el tablero una posición completamente
igualada. Cuando un ajedrecista se vuelve
más fuerte y experimentado, el n úmero
de posiciones que puede llamar defin idas
a umenta. Es basta nte obvio que para un
j ugador principiante muchas posiciones
serán complejas, mientras que para u n
gran maestro serán claras. S i n embargo,
muchas posiciones no se pueden evaluar
correctamente solo mediante el u so del
método de valoración «óptico», y Lipnits­
ky sugiere que tales posiciones se deno­
minen críticas. Por lo tanto, u no de los
objetivos del análisis ajedrecístico es la
transición de una posición crítica a u na
posición definida.

Hoy la defin ición «posición crítica» se usa


ampliamente para determinar la d i rección
del ritmo de juego. En la doctrina de Dor­
fman, que trataremos en la tercera parte
del l i bro, esto generalmente es una pied ra
angu lar. En la actualidad, la comprensión
del término «posición crítica» se identifica
más bien con posiciones en las que se de-

1 05
Estudiando a l os clásicos

cide la suerte de la partida, lo q ue, no obs­ en e4.


tan te, está próximo a la visión de Lipnitsky
a mediados del siglo pasado. De esta manera, en fS la dama se encuen­
tra como sobre u n barril de pólvora, y las
Me gustaría ofrecer al lector dos ejem plos negras necesitan vigilar constantemente
de enfoque a n a l ítico de las posiciones to­ que las blancas no enciendan la mecha. Y
mados del l i bro de Lipnitsky, comentados como no se aprecia qué ventaja tienen las
por su a utor. negras a cambio, entonces la valoración
general que se im pone es ésta: la ú ltima
j ugada de las negras es mala y deja s u po­
sición amenazada.
PARTIDA 41
Erich Eliskases - Yury Averbaj Pasemos a la seg u nda etapa, más d ifícil,
Defensa Ragozin [D38] la penetración concreta en la posición . El
Estocolmo 1 952 caballo atacado e4 está defendido por la
dama bla nca, que a su vez puede se r ata­
1 d4 e6 2 c4 CLlf6 3 CLlf3 d5 4 CLlc3 ih4 5Wf a4+ cada y solo dispone de una casilla pa ra re­
ll'l c6 6 e3 id7 7 1Mfc2 0-0 8 id2 dxc4 9 ixc4 tirarse. Tras esto las negras pueden forzar
id6 10 CLl gS e5 1 1 ll'l dS g6 1 2 ll'l xf6+ Wfxf6 un asalto en el fla nco de dama.
13 CLle4 Wlts 1 4 d5!
¿Es esto suficiente compensación para las
negras? Averbaj, a l jugar 1 3 ... \Wfs, prob­
a blemente pensó así. Por eso, sigamos el
curso de sus razonamientos concretos en
esta posición crítica (a la que llamaremos
convencional mente n.º 1 ) .

De esta manera, 1 4 ... lb b4 1 5 °1Wb1 bS 1 6


ii.b3 as

«I ntentaremos pri mero valorar esta posi­


ción crítica. E m pecemos con u na "tosca"
va loración general. La posición de la dama
negra en el papel de patrulla avanzada
aq u í es poco atractiva: la dama priva al
peón «f» de la posibil idad de avanzar dos
casil las, y además, está a lejada del flanco
de dama, donde pueden prod ucirse acon­
tecimientos i m portantes.
Ahora se aclaran las i ntenciones de las ne­
Las blancas pueden crear d iversas amena­ gras. Amenazan expu lsar al alfil blanco b3,
zas sobre la dama encerrada, en especial para ganar el peón central dS y l iberar de
ten iendo en cuenta que el alfil d7 le corta paso a su dama. Por ejemplo, 1 7 0-0 a4 1 8
la retirada, y además la debilidad de la ca­ ii.d l lbxdS, y l a j ugada 1 9 ii.g4 es imposi­
silla f6 es apreciable con el caba llo blanco ble debido a q ue después de 1 9 ... \Wxg4

1 06
Estudiando a los clásicos

casilla f6 está defendida por el caballo ne­ baj encontró para las negras u na d efen­
gro. sa suficiente, 1 9 ... h5!, con las sig u i e ntes
variantes: 20 h3 !e8! 2 1 g4 Wc8, y no es
Al jugar 1 3 ... \WfS Averbaj, proba blemente, posible 22 gxhS por 22 ... Wxh3, o 20 g4
tuvo en cuenta esta posición, q ue l l a mare­ hxg4 21 h3 gxh3 22 iii h 2 mg7 23 l'i:g 1 , y
mos posición crítica n .0 2. Ya que ha surgi­ después de 24 !g4 las blancas, por fin,
do de manera forzada de la posición críti­ ganan la dama, au nque las negras reciben
ca n .0 1 , entonces es extraordinariamente suficiente com pensación por ella.
i mportante tener una exacta val oración
concreta de ella. Las variantes que siguen después de 1 9
!d 1 ! las ofrece el maestro Baranov e n el
N aturalmente, en primer lugar hay que li bro Torneo internacional de ajedrez de
ver cómo entró en ella el adversario. En Estocolmo. Y ya que la j ugada 1 9 !c2 (en
la partida tuvo l ugar: 1 7 0-0 a4 1 8 !xb4 lugar de 1 9 !d 1 ) no ofrece ventaja a las
axb3 1 9 !xd6 cxd6 20 f3 gS 21 axb3 con blancas por 1 9 ... !e8!, entonces la j ugada
peón de ventaja y gra ndes posibilidades 1 8 ... !xb4! aseg u ra ba a las neg ras posibi­
de victoria para las blancas. Si estas j uga­ l idades de igualdad.
das fueron obligadas, entonces podemos
decir que la jugada 1 3 ... Wfs fue mala, ya ¿Se puede decir a hora que la j ugada 1 3 ...
que forzosamente las l levó a u na posición Wfs no es mala y q ue no colocó a las ne­
d ifícil. ¿Pero fueron obligadas o no? ¿Por g ras bajo la amenaza de derrota? Antes de
qué en la j ugada 1 8 las negras no respon­ responder a esta pregunta, es necesario
dieron 1 8 ... !xb4 ? aclarar si las blancas podían j ugar más
fuerte. Regresemos de n uevo a la posi­
Resulta que du rante la partida Averbaj ad­ ción crítica n .0 2.
vi rtió que tras la respuesta 1 9 !d 1 ! la posi­
ción de las negras estaba perdida.

En l ugar de 1 7 0-0 proponemos para las


blancas jugar 1 7 a3! a4 (j ugada ú n ica,
E n efecto, en esta posición crítica n .0 3, pierde 1 7 ... ll'ia6 por 1 8 !c2!) 1 8 !xb4
q ue por lo visto ambos adversarios tuvie­ (pero no 1 8 ll'ixd6 ll'i d3+! 1 9 me2 Wxf2+!
ron en cuenta en sus cálculos, las blancas 20 mxd3 cxd6, y las negras tienen un po­
tienen las peligrosas amenazas 20 g4 (en deroso ataq ue por la pieza, amenazan
caso de 1 9 ... iii g 7) y 20 !g4! (a 1 9 ... !e8), axb3, e4+ y !fs+) 1 8 ... !xb4+ 1 9 axb4
para ganar la dama. axb3 20 f3!

Sin embargo, en el anál isis posterior Aver- Véase el diagrama siguiente

1 07
Estudiando a los clásicos

Surge la posición crítica n .0 4 No favorece


a las blancas jugar a ganar peón. Por ejem­
plo: 1 9 tt:lxd6 cxd6 20 �xd6 fí:fc8 con ame­
naza de i nvasión en c2. O bien 1 9 �xd6
cxd6 20 tt:lxd6 WgS!, y no es posible 2 1 0-0
por 2 1 ... �h3, y a 2 1 We4 es buena 21 ...
We7 para «pescar» e l caba l l o blanco.

Sin embargo, las blancas desesti man la


ga nancia inmediata de peón, y juegan 1 9
0-0! (también es buena 1 9 f3!), tras l o cual
surge una posición que tiene u n carácter
Esta posición ya no adquiere un carác­ bastante determinado.
ter crítico, sino definido, que es a lo que
se reduce el objetivo del a nálisis. Tras el
cambio de dos piezas menores, como an­
tes, la dama fS y el alfil d 7 están mal situ­
ados.

Por ejemplo, 20 ... �g7 21 0-0 hS (tampo­


co es atractiva 21 ... füa 1 22 1Wxa1 �e8 23
Wa7 Wc8 24 fí:c1 , y las negras están mal)
22 fí:c 1 , y es muy d ifícil para las negras de­
fender las numerosas debilidades del flan­
co de dama.

Es cu rioso el «pastel de hojaldre» de peo­ Como antes las bla ncas tienen un fuerte
nes por la columna «b». Así, las blancas tie­ caballo en e4, que ataca el pu nto d6. La
nen ventaja. dama negra está fuera del j uego en fS. Se
amenaza 20 f3 y 21 g4. Por ejemplo, 1 9 ...
¿Se p uede juzgar por fi n, en base a estos �xb4 20 f3! etc.
análisis, la jugada 1 3 ... WfS? Para respon­
der satisfactoria mente y con toda la razón, Aunque este a nálisis tampoco es com ple­
todavía es necesario someter a una inves­ to, podemos decir que después de 1 3 ...
tigación detallada el sacrificio de peón ne­ Wfs la i n iciativa y la ventaja están del lado
g ro e n la variante 1 7 a3! a4 1 8 �xb4! axb3 de las blancas. ¿Tenemos ya las bases sufi­
cientes para j uzgar, por fin, como mala la
j ugada 1 3 ... Wfs?

Resulta que no. El asunto está lejos d e ser


tan sencil l o. Antes es necesario aclara r si la
jugada 1 3 ... Wfs era sencil lamente «e l mal
menor». Desde luego, ¿se puede excluir
que cualquier otra j ugada fuera aun peor?

Regresemos a la posición anterior a la ju­


gada 1 3 ... Wfs y veamos otras posibilida­
des.

1 08
Estudiando a los clásicos

Así, 1 3 ... Wie7 1 4 d5 (probablemente, la decir que ofrecen a las negras posibilida­
mejor) 1 4 ... ltJ b4! Esto es más activo que des de igualdad.
14 ... lt'id8.
Solo ahora, si se compara n los resultados
obtenidos tras 1 3 ... \Wf5 y 1 3 ... Wie7 ( 1 3 ...
Wih4), se puede l legar a la conclusión fi nal
de que la j ugada 1 3 ... V!if5 era mala. Ella es
la causa de las posteriores d ificultades de
las negras en esta partida.

Ahora se puede expresar con ayuda de


sig nos este análisis:

1 3 ... Wif5? ( 1 3 ... V!ie7! o 1 3 ... Wih4!) 1 4 d5!


ttJ b4! 1 5 1Wb1 ! b5! 1 6 !b3! a5! 1 7 a3! (fue
más débil lo j ugado en la partida Eliska­
1 5 \Wb3 (no son mejores otras jugadas de ses - Averbaj: 1 7 0-0?, ya que después de
la dama blanca) 1 5 ... a5! (no val e 1 5 ... !f5 1 7 ... a4 1 8 !xb4 en l ugar de 1 8 ... axb3?
1 6 ttJxd6 ttJc2+ por 1 7 me2 V!ixd6 1 8 fí:ac1 I igualaba 1 8 ... !xb4! 1 9 !d 1 ! h5! etc.) 1 7 ...
y las blancas consiguen ventaja material) a4 1 8 !xb4!, y las blancas obtienen venta­
1 6 lt'ixd6 (a la i nmediata 1 6 a3 sigue 1 6 ... ja tanto tras 1 8 ... !xb4+ 1 9 axb4 axb3 20
a4! y 1 7 ... lt'ia6) 1 6 ... V!ixd6! 1 7 a3 ttJa6 1 8 f3!, como después de 1 8 ... axb3 1 9 0-0 (o
!xa5 lt'ic5, y las negras recuperan el peón 1 9 f3).
tanto tras 1 9 V!ic3 ttJa4, como después
de 1 9 !b4 lt'ixb3 20 !xd6 lt'i xa 1 21 !xf8 Así, solo como resultado del análisis, he­
ttJ c2+! (pero no 2 1 ... mxf8 22 iid2!) 22 mos visto que n uestra pri mera i mpresión,
md2 ttJxe3! etc., con j uego igualado. la «tosca» valoración g eneral de que la ju­
gada 1 3 ... Wif5 es poco atractiva, se confir­
En lugar de la i nmed iata 1 3 ... Wie7 es i nte­ ma. Se puede suponer que Averbaj recha­
resante y qu izás más fuerte 1 3 ... Wih4, zó la j ugada 1 3 ... Wif5 probablemente, por
consideraciones generales; la jugada se
h izo a parti r de un análisis concreto, que
sin embargo contenía un error».

Este análisis demuestra que el proceso de


tran sición de una posición crítica a una
posición defi n ida es un proceso largo y
que consume mucha energía.

En este ejemplo hemos considerado un


anál isis relativamente sencil lo, con un n ú­
mero de variantes diferentes no muy ele­
vado. Sin embargo, muy a menudo tene­
para en caso de 1 4 d5 responder 1 4 ... !f5, mos que lidiar con situaciones en las que
y a 1 4 g3, 1 4 ... Wie7. una posición crítica entra en otra, y es ne­
cesario por doqu ier calcular con exactitud
Sin entrar en un anál isis detallado de las n u merosas variantes. En ese caso no es
j ugadas 1 3 ... Wie7 y 1 3 ... Wih4, se puede fácil red ucir todo a posiciones defi n idas, y

1 09
Estudiando a los clásicos

a veces i ncluso es imposi ble. De esta ma­ blero, desde donde participa en el ataque
nera, el j ugador debe ser capaz de detener al rey y obstacu l iza el desarro l lo del fl anco
en algún momento el análisis e i ntentar de dama negro;
eva l uar la posición en fu nción de sus co­ 2) se a bre la diagonal d 1 -h5 para la i ncor­
nocimientos y experiencia. poración inmediata al ataq ue de la dama
blanca, lo que permitiría concentrar cua­
Cua nto más precisa y correcta sea la eva­ tro piezas contra el rey negro;
l uación, más aumenta la probabil idad de 3) es muy d ifícil expulsar al caballo de e5,
encontrar u n plan correcto. En el libro de ya que no valen tanto 1 1 ... f6 por 1 2 \Wh5!,
Lipn itsky hay u n magnífico ejemplo en el corno 1 1 ... éll d 7 a causa de 1 2 lll c 6!
q ue compara el proceso de eval uación de Así, de las consideraciones generales he­
la posición y la elaboración de u n plan con mos extraído una j ugada extraordinaria­
la rea lización de un disparo aproxi mado y mente atractiva. No obstante todo esto
otro preciso. solo es u na «puntería aproximada». ¿Qué
nos proporciona una «puntería» más exac­
ta, más concreta? El acercamiento concre­
to a la posición permite descubrir la res­
PARTIDA 42
puesta del adversario 1 1 ... i.a6!, con cuya
lsaak Lipn itsky - Anatoly Sidorov ayuda las negras se li bran del fuerte alfil
Defensa Nimzoindia [E53] blanco d3 ¿Qué hacernos ahora? ¿A pesar
Riga 1 954 de todo, rea lizarnos la j ugada 1 1 lll e5 ? An­
tes de torna r u na decisión es necesario ver
1 d4 ttJ f6 2 c4 e6 3 ttJ c3 i,b4 4 e3 es s ttJ f3 o-o si se puede refutar la j ugada 1 1 ... i.a6.
6 i,d3 dS 7 0-0 b6 8 cxdS cxd4 9 exd4 élJxdS 1 0 Por lo tanto, 1 2 i.xa6 lll x a6 1 3 \Wa4! \Wc8
élJ xdS exdS 1 4 lll c 6 i.d6 1 5 i.f4!, y no se puede tornar
en f4 por 1 6 lll e 7+

«Las blancas tienen la i n iciativa (disponen


de posibilidades de ataque al rey negro, Sin embargo las negras descubren una de­
mientras que el adversario no tiene j uego fensa suficiente: 1 5 ... \Wc7! Si no exisiera
contra el peón aislado). ¿Cómo desarro­ esta j ugada, las blancas podrían detener
l larla, especial mente mientras el flanco de su elección en la j ugada 1 1 lll e s, ya que la
dama negro esté sin desarro l lar? respuesta 1 1 ... i.a6 estaría refutada. ¡Pero
En primer lugar se impone la fuerte j uga­ la j ugada 1 5 ... \Wc7 existe! Después de 1 6
da posicional 1 1 lll e s. A favor de esta j uga­ i.xd6 \Wxd6 1 7 :;::l.a c1 lll c7 la posición se
da habla lo siguiente: simpl ifica m ucho.
1 ) el caba l lo se afirma en el centro del ta- Las bla ncas aun tend rían una pequeña

1 1o
Estudiando a los clásicos

iniciativa, a unque considera blemente 1 7 füc l Wxc2 1 8 füc2 podrían pasar a


menor que la que ten ía n en la posición un fi nal con muchas piezas, en el que las
inicial. Si sopesamos los pros y los contras, negras tendrían g randes d ificu ltades con
apartaríamos la jugada 1 1 lll es, ya que no el desarrollo posterior de sus piezas. Por
aseg u ra el desa rrollo posterior de nuestra ejemplo, 1 8 ... g6 1 9 if6+! (para esto era
iniciativa. necesario el jaque en h 7) 1 9 ... ª7g8 20 ih3
Merece preferencia la j ugada 1 1 Wla4! etc.
Después de 1 4 ... lll a 6 siguió 1 5 a3 llic7
16 llies ixeS 17 dxeS, y la iniciativa de las
blancas degeneró en un fuerte ataque en
el fla nco de rey».

Hemos visto que en el primer caso el a ná­


l isis corroboró consideraciones inconcre­
tas, basadas en el sentido común, y en el
seg u ndo las refutó. En el ajed rez moderno,
el enfoque analítico prevalece a la hora de
formar u n plan y valorar posiciones con­
fusas. Cuando u n ajedrecista analiza en
casa de manera precisa y profu nda las
La dama blanca l lega a a4 con ganancia posiciones críticas de la apertura y del me­
de tiempo, y desde esta casi lla imp ide el dio j uego, realmente complica la vida a su
desarrollo natural de las piezas del adver­ adversario sobre el tablero. Cuando usted
sario. analiza las posiciones, comprende por sí
Es bien sabido que cuando se dispa ra se mismo su esencia y no confía solo en el
recurre a la puntería aproximada y a la sentido com ú n, le resu lta más fácil elabo­
exacta. La pri mera sirve para fijar la direc­ rar un plan correcto.
ción, y la segu n da permite fijar la atención
en el objetivo. En el ajedrez una valoración El enfoque analítico y concreto para eva­
precisa a menudo puede l levar a cambiar luar la posición fue precisamente lo que
la d i rección misma. En este ejemplo, el d isti nguía a los representantes de la es­
sentido com ú n d ice que la dama puede cuela soviética de ajedrez (tema que se
estar bien ubicada en hS, mientras que verá en la tercera parte del libro), y ase­
el a nálisis concreto muestra que la dama guró su dominio en el mundo d urante
debe i r en otra dirección, hacia a4. décadas. La teoría, y no solo las apertu­
La partida conti n uó: 1 1 ... id6 12 igS! ras, comenzó a desarrollarse a pasos agi­
Fuerza la torpe j ugada 12 ... Wld7, ya que gantados. H u bo u n replanteamiento de
después de 1 2 ... f6 1 3 ih4 toda la posi­ los valores de los factores estratégicos,
ción negra estaría ag ujereada. Tampoco establecidos tanto por la escuela clásica
es agradable 1 2 ... ie7 1 3 ixe7 Wxe7 1 4 como por los h i permodernos, para cada
füe l , y las blancas ocupan la col umna situación específica. Reconsiderados,
abierta «e» con ganancia de tiempo, como ¡pero no negados! Por mi experiencia de
en la famosa partida Botvi n n i k - Alekh ine, trabajo con u no de los ajed recistas más
torneo AVRO 1 938. fuertes del mundo de mediados del siglo
13 Wlc2 h6 1 4 ih4 llia6 pasado, el gran maestro lssak Efremovich
¿Y por qué no ahora 1 4 ... ia6?, puede Boleslavsky, puedo asegu rar que poseía
preguntar el lector. En ese caso las blan­ una enorme erudición y que conocía bien
cas mediante 1 5 ih7+! ª7 h8 1 6 ifs Wc6 a los clásicos. Junto con Boleslavsky, tanto

111
Estud iando a los clásicos

Bronstein y Geller, como los que se u nie­ peones.


ron a ellos más ta rde, Mijaíl Tah l y Leonid
Stein, arg u menta ron con mayor convic­ El peón débil d6 ya apa recía sin n i n g una
ción que los factores d i nám icos en cual­ timidez por parte de las negras en l a De­
quier situación concreta pueden ser más fensa I ndia de Rey.
importantes q ue, digamos, los defectos de
la estructura de peones. Es el caso del sis­
tema Boleslavsky en la Defensa Siciliana,
POSICIÓN 12
predecesor de la todavía más desafiante
variante de Chelíabinsk. Mijaíl Botvinnik - Efi m Geller
Budapest 1 952

POSICIÓN 10

Efi m Geller obtuvo en esta partida u n a b ri­


l la nte victoria sobre el campeón del m u n­
do.

Los ajedrecistas fueron mucho más con­


POSICIÓN 1 1
descendientes con la cesión del centro por
pa rte de las negras con la j ugada e5:d4 en
el sistema C higorin de la Apertura Españo­
la.

POSICIÓN 13
Wolfgang Unzicker - Paul Keres
Hamburgo 1 956

Véase el diagrama siguiente

¿Le agrada l a posición del sigu iente


Para u n ajedrecista actual estas posiciones diagrama? Se produjo en el match por el
tienen u n aspecto común, sin embargo en campeonato del mundo del año 1 96 1 ,
aquel los d ías era casi un desafío a los pun­ entre M ijaíl Tah l y M ijaíl Botvinnik; e n esa
tos de vista estrictos sobre la creación de partida el entonces joven j ugador de Riga
debilidades cró n i cas en la estructura de su peró con seg u ridad e n la l ucha d i námi-

112
Estudiando a los clásicos

los «árboles de variantes frondosos». Y


ahora afirmo que el enfoque concreto de
la posición que surge del análisis es la ver­
dad a la que u no debe aferrarse. Aq u í me
gustaría cita r a Vladímir Kramnik en sus co­
mentarios sobre el resultado del torneo de
Wijk aan Zee del año 201 3 (64 n .0 2/201 3):
« . . . En muchos encuentros (del torneo) no
hubo en a bsol uto resistencia, n i un atisbo
de l ucha. En esas partidas, los que jugaron
bien solo tenían que ven i r, sentarse en la
silla y luego ten der la mano, para aceptar
ca a u n maestro más experimentado. las fel icitaciones por una victoria bien me­
recida.

Y puedo decir que TODOS (excepto aque­


POSICIÓN 74
l los que term i naron en "plus") tienen par­
Mijaíl Tahl - Mijaíl Botvinnik tidas i nexplica blemente débi les. U n listón
Campeonato del Mundo 1 960 de candidato a maestro, no superior. . .

Si se comparan los jugadores d e 2800


con el conj u nto de ajedrecistas con rating
2730 o i nferior, en los últi mos tiempos,
por alguna razón, la diferencia entre el los
se ha vuelto más grande. No se puede ha­
blar por u na sola partida, ¡pero es q ue en
general fueron un MONTÓN! Miro y me
pregunto: a veces con los j ugadores del
"top ten" no pueden ni siquiera esta ble­
cer una l ucha, no digamos hacer tablas.
Y no tengo la sensación de que nosotros
(entre ci nco y diez) juguemos más fuerte
Tarrasch o N i mzowitsch apenas aproba­ que antes. Senci llamente por debajo de
rían la estrategia de las blancas, que in­ nosotros se produce alg ú n fa l lo. Tal vez se
fringe todos los principios del desarrollo deba a una i nformatización excesiva. He
rá pido de las piezas, con solo la dama y el visto las partidas, y creo que ni siqu iera
rey en juego, y la estructura de peones del se trata de descuidos (hubo suficientes,
flanco de dama en ruinas. aunque es algo que le sucede a todos).
Me causaron mayor impresión los errores
Todo esto ven ía precedido por un minu­ posicionales g roseros. Creo que se debe al
cioso trabajo analítico, y podemos decir hecho de que la gente se ha acostumbra­
que entonces nació el prototipo de aje­ do a mirar las posiciones en el ordenador.
d rez actual, donde gobierna el ordenador. El j uego "j ugada a jugada'; "estoy mejor,
estoy peor". Se empieza a olvidar que hay
El lector tiene derecho a preg u ntar si el au­ u nos principios generales del ajedrez que
tor no se contradice a sí mismo. Después es mejor no violar. Creo que a hora todos
de todo, unas pág inas atrás me solidariza­ los jugadores al n ivel de 2700 son víctimas
ba con E. Marín, q u ien en su obra cortaba del ordenador, mientras que los j ugadores

1 13
Estud iando a los clásicos

del n ivel más alto l levan mejor a cabo la m uchas comod idades, sin emba rgo s u uso
simbiosis». inadecuado conduce a desviaciones y a la
aparición de lagunas en e l desarrollo del
En m i opinión, el decimocuarto campeón ajedrecista.
m u n d ial revela con gra n precisión la esen­
cia del problema. Aunque no nos i nteresan En primer lugar, a ntes los ajedrecistas
los «setecientos», de los que nos separa obtenían u na experiencia enorme con el
un cielo. Por cierto, en los ú ltimos a ños los trabajo analítico, con el análisis de las po­
«setecientos» probablemente han traba­ siciones de las partidas aplazadas. Con el
jado en sus errores, corrigiéndolos y «aca­ adven imiento de los ordenadores, la idea
ricia n do» seriamente a los celestiales. El 1 de aplazar las partidas m u rió por sí sola.
de e nero del año 201 6 solo dos jugadores En segu ndo lugar, la preparación d e las
pudieron mantener el «listón» de los 2800: aperturas (así como el flujo de i nforma­
el campeón del mundo Magnus Carlsen ción) no era tan profunda en esos d ías, sin
y el mismo Vladímir Borisovich. Aunque embargo se realizaba individualmente o
Mag n us, desde su estratosférico 2889, en reducidos gru pos de trabajo, lo que de­
obte n ido en el año 20 1 4, cayó a la para él sarrollaba el «músculo analítico». Por su­
modesta cumbre de 2850. Mientras que puesto, no se puede detener e l progreso.
Caruana y Aronián, con picos máximos de Nadie estará hoy de acuerdo en cambiar
285 1 y 2835 respectivamente, y con ellos un tren rápido por el asiento en u n ca rrua­
Topa lov, Anand, Nakamura y Grisch u k, ca­ je enganchado por caba l los. Sin embargo
yeron en compañ ía de los «setecientos». cuando se viaja con u n enganche de ca­
bal los una persona siempre está mejor
Dios está con e llos, con los «setecientos». preparada para los obstáculos y paradas
Contin uemos la narración con los candi­ i nesperados, que debe eliminar co n su
datos a maestro y con los maestros, con propio esfuerzo, g racias a la experiencia
los q ue empiezan a asaltar las cimas aje­ adqui rida. Esto es l o que escri be Vladímir
d recísticas. Hace poco hemos comproba­ Kramnik sobre los g raves errores posicio­
do, con los ejemplos del excelente l ibro de nales y las i nfracciones de los principios
Lipnitsky, que la esencia del enfoque con­ generales del ajed rez cometidos por los
creto de la posición se basa en el a nál isis. grandes maestros, i ncluso los de a lto ni­
Y que el objetivo del análisis es llevar una vel, que miran la posición con los ojos del
posición de tipo i ndefi n ido a u na posición ordenador, «estoy mejor, estoy peor».
cuya eva l uación verbal pueda ser dada
por su apariencia exterior, o, como les gus­ En tercer lugar, en el análisis de las par­
ta decir a los ajedrecistas, por considera­ tidas propias entonces no existía la ten­
ciones generales. El ajedrecista debe rea­ tación de examinar la posición con el or­
l izar el a nál isis du rante el j uego, sin tocar denador, presionar una tecla y reci b i r una
las piezas sobre el tablero, pensando casi valoración, del tipo de «+ 1 ,3» o «-0,7», y
cada j ugada. Esto es así. En este compo­ después detectar los errores mirando el
nente los actuales candidatos a maestro y brusco cambio de las valoraciones del or­
maestros son sign ificativamente i nferiores denador. Antes era necesario que entrara
a sus coetáneos soviéticos, que jugaron en tu cabeza.
con un n ivel similar en los a ños 30-40 del
siglo pasado. ¿Por qué pasa esto? La res­ ¿Cuál es la receta actual para mejorar
puesta es senci l la: ¡el ordenador! Un traba­ n uestras habilidades analíticas? El primer
jo adecuado con él propicia el perfeccio­ pu nto desaparece. Ya no hay partidas
namiento del ajedrecista y proporciona aplazadas, y es d ifícil simular una posición

1 14
Estudiando a los clásicos

aplazada. El g rado de responsabi l idad del


análisis será menor. Después de todo, in­
cluso el ajedrecista más responsable, que
aspire a la perfección, i nconscientemen­
te sentirá que en este caso un análisis de
mala ca l idad no con l l eva la pérdida de u n
pu nto e n e l torneo. S i n embargo, e l se­
g u ndo pu nto, y en especial el tercero, son
bastante adecuados para el entrena mien­
to. Es necesa rio analizar l os esq uemas de
apertura y rea l izar el análisis de las parti­
das j ugadas sin la ayuda del «motor», es­
cri birlo, y solo después encender el orde­
nador, para verificar los resultados. Porque
si enciendes el ordenador de i nmediato,
involuntariamente caes bajo su i nfl uencia,
y la efectividad del proceso de anál isis i n­
dependiente se derru mba. Todos tienen
ordenadores, sin embargo la calidad de la
preparación de las aperturas es diferente
para cada u no. Solo los mejores ajedre­
cistas del mu ndo, como escribe Kramnik,
l levan bien a cabo esta simbiosis, es decir,
utilizan los puntos fuertes del ordenador y
lo «guían» en la dirección correcta. Y para
sentir y encontrar esta d i rección correcta,
es necesario realizar el análisis sin «motor».

Resumiendo lo anterior. Para n uestro can­


didato a maestro o maestro, en esta etapa
de enseñanza del ajed rez, le será útil reali­
zar análisis q ue no sea n demasiado largos
e i ntrincados, definidos en conformidad
con la estrategia, y cortar las «ramas de los
árboles frondosos del ordenador».

115
PARTE 1 1
ESTRATEGIA DEL FINAL

La mayor parte de la élite del ajedrez actual posee, d iría yo, una técnica sofisticada del
final de j uego. N o puede ser de otra ma nera. Es demasiado elevada la posibilidad d e q ue
los adversarios tengan casi el mismo n ivel en todos los demás componentes del j uego.
Sin embargo, incluso los mejores de los mejores cometen errores en el final. En primer
lugar, las personas tienden a equ ivoca rse. En segundo lugar, el ajedrez actual es m uy
competitivo y requiere mucha energía. Estos errores se asocia n con m ucha frecuencia
con la fatiga y con la falta de tiempo para pensar, y no con la comprensión del j uego y el
conocimiento de los principios genera les que rigen el final.

La i magen que vemos hoy en las competiciones j uveniles, i ncluso del n ivel más alto, es
muy d istinta. Ofrezco un ejemplo del campeonato del m u ndo sub-1 2.

POSICIÓN 75
A. Nesterov - M. Muradli
Porto-Karras 201 5

Juegan las blancas

La partida se jugaba en la ú ltima ronda, y en el plano deportivo era muy importante.


Tanto el ajedrecista ruso como el azerbaiyano l i bera ban el torneo con 8 puntos de 1 O
pa rtidas j ugadas. Sobre el tablero a pa rece u n final bastante ag udo con una ventaja de las
bla ncas visual mente sign ificativa. Nesterov idea una i nteresante man iobra táctica, q ue
con d uce a la ganancia de un peón, aunque al mismo tiempo permite que su adversario
active su rey.

116
ESTRATEGIA DEL F INAL

40 �d8+? ila7 41 �d7? �gs 42 lLic6+ ilb6 43 éLi dS ilbS 44 �xb7+ <Jlc4 4S a3 as

Una mirada a la posición es suficiente para comprender hasta qué pu nto se han com­
pl icado la vida las blancas al ganar el peón b?, mientras que las negras, al contrario, han
mejorado. El ordenador aprueba las acciones de las blancas, sin embargo yo las marco
con u n signo de interrogación. Existe un principio de j uego general en los fi nales ag udos
de torres con peones igualmente avanzados por ambas partes: el rey debe acompañar
a su peón, y la torre luchar contra el del adversario. La presencia de caballos sobre el
tablero cambia poco el pu nto de vista de esta regla. Hay que tener en cuenta que el rey
negro acompaña al peón dS y está preparado para apoyar su avance, mientras que las
piezas bla ncas andan desorientadas.

Tras las j ugadas 46 lLi e6 �es 47 lLif4 d4 48 fü7+ ilb3 49 �d7 �e4 SO f3 gxf3 Sl ilf2 a4 S2
ilxf3 ilxa3 S3 �d6 ilb3 la posición de las blancas se convirtió en pési ma, y después de
algunos movi mientos el ajedrecista azerbaiyano ganó la partida y el torneo.

No me i nteresa dónde y cuándo podía n las blancas jugar más fuerte. En la posición i n icial
del diagrama cometieron u n error de concepto, persig u iendo al peón b?. Era imprescin­
dible jugar 40 lZJxdS! lZJxa2 41 f4! gxf3 (de lo contrario el avance del peón «f» decide) 42
�f2 con una g ra n ventaja, que en el j uego práctico es decisiva.

Las blancas tienen todo de acuerdo con las reglas: el rey avanza con sus peones, y la torre
l ucha contra los e nemigos. En general aquí no era necesario hacer cálcu los. Solo era ne­
cesario saber y comprender.

117
ESTRATEGIA D E L FINAL

Para hacer una comparación examine deten idamente el sigu iente final: Geller - Smyslov,
l nterzonal de Palma de Mallorca 1 97013.

El l i bro Endgame Strategy está dedicado precisamente a los verbos «saber» y «compren­
den> los pri nci pios generales de j uego de los fi nales complejos.

De acuerdo con el espíritu de la época actual, he reducido con siderablemente el volumen


del material y lo he com puesto de forma diferente, con la i nclusión de algu nos eje mplos
modernos n uevos. Al fi na l de cada capítulo hay un ejercicio. Creo q ue después de a nalizar
todos los ejemplos, podrá decir con confia nza que ya tiene una idea de los principios de
juego en los finales complejos.

La idea conductora del l i bro es u n a rtículo sorprendente por su brevedad y profun d idad
de contenido, especialmente teniendo en cuenta que fue escrito h ace casi cien a ños.
Se trata de un a rtículo del ingenioso maestro soviético Sergei Belavenets, por desg racia
fa llecido en los a ños de la Gran Guerra Patria.

Llamó mi atención sobre este artículo y su trabajo sobre él Mark lsrailevich Dvoretsky, sin
cuya amistad el l i bro Endgame Strategy no habría visto la l uz.

13 Nota del Editor: Este final viene comentado al final del capítulo 6, partida n.0 40.

1 18
ESTRATEGIA DEL FINAL

Principios fu ndamentales del juego en el fi nal

Sergei Belavenets, maestro

E n las feroces batallas del medio j uego las pasiones estallan. En el aire penden los sa­
crificios, las combi naciones espectaculares, cada uno de los j ugadores observa de cerca
los gol pes tácticos, las trampas astutas, las sutiles j ugadas i nesperadas. Y de repente se
prod ucen cam b ios masivos, la poesía de las ag udas refriegas combinativas final iza, viene
el prosaico final. El paso al final procede a veces de la volu ntad de una de las partes, que
cree que en él será más fácil materializar su ventaja. Otras veces el final surge como resul­
tado del deseo mutuo de los j ugadores.

En el final la técn ica pasa a primer plano. Lo primero que debe hacer el ajedrecista es re­
constru i r su pensamiento, su estado de á n i mo. Es necesario olvidarse de la «belleza» o de
la táctica. Aconsejo a cualquier jugador, si lo permite el tiempo que le q uede en el reloj,
gastar algunos minutos para «calmar las furiosas pasiones de su i nterior». Este gasto dará
sus frutos en el futu ro, pues el ajedrecista considera rá la posición correctamente, «como
un final». ¿Qué significa esto?

Necesitamos p rofu nd izar en la respuesta, ya que los manuales de fi nales agrupados en


vol úmenes, que ofrecen i n numerables ejemplos y posiciones, no le prestan suficiente
atención al cu rso del pensamiento ajedrecístico en el final.

E n el medio j uego el pensamiento está ocupado, principalmente, en e l cálculo de va­


riantes, subord i nadas a cualquier objetivo. Lo principal que hace un j ugador en el medio
j uego es comp robar todo tipo de gol pes tácticos, calcular combinaciones, variantes. En el
fi n a l la situación es diferente. Solo en raros fina les, l os llamados combinativos, debemos
centrarnos en el cálcu lo, en la táctica. En la a brumadora mayoría de los fi nales debemos
pensar un plan . Aquí las va riantes j uegan un papel secunda rio. El primer violín pertenece
a los esq uemas del pensam iento, y la posibilidad de construi r una posición en particu lar
ya se verifica con la ayuda del cálculo de variantes. Pla neamos la disposición necesaria
de n uestras propias piezas, contando por supuesto con lo que el adversario pueda hacer.
Después verificamos con ayuda del cálculo de variantes la posibilidad de alcanzar esta
posición. Por ejemplo: en la siguiente posición de la partida Capablanca - Ragozin, Mos­
cú, 1 936, las blancas form u laron sus acciones de manera muy sucinta.

POSICIÓN 16
Capa blanca - Ragozin
Moscú, 1 936

Véase el diagrama siguiente

Capablanca escribe sus pensamientos d u rante la partida. «El plan de las blancas consiste
en i mpedir el avance del peón «C>> (tras lo cual podría crearse un peón débil «b») y en con­
trolar todo el tablero hasta la quinta fila. Esto se consigue l levando el rey a e3, situando la
torre en c3, el caballo en d4, y los peones en b4 y f4. Una vez obtenida esta posición, las

1 19
ESTRATEGIA DEL FINAL

bla ncas i ntentarán avanzar l os peones del flanco de dama».

Como hemos visto, a Capablanca no le i nteresaban las va riantes, i ncluso no le i nteresaba


el tiempo, la velocidad con la que se consegu iría la posición concebida. Lo principal está
hecho, el esquema necesario de la posición está d iseñado, el resto es jugar siguiendo las
notas ya escritas.

1 ctJ d4 gb7 2 b4 átd7 3 f4 ©e7 4 ©f2 ga7 5 fü3 ©d6 6 gd3 ©e7 7 ©e3 ga4 8 fü3 ©d6

La construcción planeada por las blancas ha terminado. Ahora se enfrentan a un n uevo


desafío: rea l izar el avance de los peones del flanco de dama. Para ello, en primer l ugar,
necesitan trasladar su rey para que apoye el avance de l os peones.

9 gd3 ©e7 1 O fü3 ©d6

A propósito de la repetición de j ugadas. La reg la pri ncipal del final es: ¡no te apresures! Si
existe la posibilidad de avanzar u n peón dos casillas o una, avance con él primero una ca­
silla, mire cuidadosamente, y después avance una casilla más. Por supuesto, la regla de no
apresurarse es necesaria en finales tranq u i los, en los combinativos el asunto es diferente.
La reg la «no apresurarse» para muchos puede parecer paradójica, sin emba rgo apa rece
en casi todos los finales de los g ra ndes maestros del final. O bserve con atención los fi­
nales de Capabla nca, Flohr, y verá con qué lentitud, a veces bordeando el aburrimiento,
materializan su ventaja.

La repetición de movi mientos j uega un papel m uy importante en el final. Apa rte del h e­
cho de que ahorra tiempo para pensar, hay que advertir que al repetir movi mientos el
bando activo obtiene cierto beneficio psicológico. El defensor, cuya posición es peor, a
men udo no ag ua nta, i ncu rre en n uevas debil itaciones y faci lita la tarea de su adversario.
Además, la repetición ayuda a aclarar la posición tanto como sea posible. Sabemos que
algu nos defensores del arte ajedrecístico «puro» nos reprocharán este consejo. Sin em­
bargo no podemos dejar de aconsejar a los ajedrecistas: ¡repitan a veces las j ugadas en el
final! En un com bate es necesario aprovechar todas las posib i l idades, y no hay nada feo
ni deshon roso en la repetición.

11 ctJ e2 g6 1 2 gd3+ ©e6

120
ESTRATEGIA DEL F I NAL

13 i>d4

Volveremos más adelante a la posición del d iagrama.

13 ... !!a6 1 4 !!e3+ i>d6 1 5 l2Jc3 fS 1 6 bS

Los peones i nician su avance, y las piezas blancas están l istas para apoyarlos. Cabe señalar
que Capa blanca solo empezó a avanzar sus peones cuando sus piezas alcanzaron las posi­
ciones más fuertes. Por supuesto, aquí no se puede capturar el peón a3 debido a 1 7 lt:Je4+

1 6 ... !!a8 1 7 i>c4 .ie6+ 1 8 i>b4 es+ 1 9 bxc6 .ig8 20 l2J bs+ i>xc6 21 !!d3

Ahora ya se puede demorar el avance del peón <<a>>. Las negras tienen débiles los peones
del flanco de rey, y uno de ellos perece.

21 ... gS 22 !!d6+ i>b7 23 fxg S hxgS 24 !!g6 fü8 25 !!xgS f4

26 l2J d4

U n movi miento muy importante. Capablanca a rrebata a su adversario cualquier posibili­


dad l igada al avance f4-f3.

26 ... fü8 27 !!g7+ i>b6 28 !!g6+ i>b7 29 lD bS fü8 30 l2J d6+ i>bs 31 h4 Las negras a ba ndo­
naron.

121
Capítulo 3
La centra l ización del rey

Cuando la partida entra en e l final, cambia


sobre todo el papel del rey. Si en la aper­
tura y en el medio j uego el rey procura
encontrar u n refugio seg u ro y observa la
batalla a distan cia, sin participar d i recta­
mente en e l la por reg la general, en el fi­
nal, cuando la posibilidad de un ataque de
mate se reduce significativamente, el rey
se convierte en una u n idad de combate
activa. A menudo un jugador con expe­
riencia, que prevé de a ntemano la transi­
ción al final, acerca su rey al centro, para
obtener más tarde ventaja en el j uego. car el peón b3 desde l a casilla a3, o para
hacer retroceder al rey bla nco a la prime­
La central ización del rey es una de las le­ ra fila con e l jaque ;ga2+ Sin em bargo, las
yes principales del fi nal. Sin embargo, pa­ bla ncas también tienen cartas de triunfo.
radój icamente, muchos jugadores a veces La torre f6 ataca al peón e6 y corta a l rey
descuidan esta regla. La central ización del adversario el paso a l centro.
rey en el fi nal casi n u nca está mal. Alg u na
vez puede ser solo i noportuna. Muy a me­ M ueven las blancas. Sergey Ka riakin cap­
nudo, cuando u n o de los bandos d ispone turó el peón e6 y cometió un error deci­
de varios planes de juego equivalentes, el sivo.
más fuerte suele ser aquél donde lo princi­
pal es la centra l ización del rey. Por l o tanto, 36 füe6?
puedo aconsejar al lector: si la partida en­
tra en el final y considera u n plan de j uego, Era necesario lleva r urgentemente el rey
¡nu nca se o lvide del rey! al centro, para aprovech a r la circunstancia
de que el adversario no podía responder
lo mismo. Lo correcto era 36 mf2! ;ga3 37
me3 füb3+ 38 md2, y e l rey blanco con­
POSICIÓN 77
sigue defender el peón clave c4. Tam bién
Sergey Kariakin - Wang Yue se podía activar el rey después de 38 me4.
Bakú 2008 Por ejemplo: 38 ... fü3 39 ;gg6+! mhs 40
füe6 füc4+ 41 mfs l"í:c2 42 l"í:c6 c4 43 e6
Véase el diagrama siguiente con contraj uego suficiente para obtener
ta blas.
Las negras tienen ventaja. Disponen de u n
peón más y u n a torre activa, lista para ata- 36 ... i>fS!

1 22
La centralización del rey

El rey negro es el primero en dirig irse a l 1 ... iig7 2 b4?!


centro, y toma e l control del peón pasado
eS. Es evidente que las blancas pasaron El rey blanco está demasiado lejos del cen­
por a lto este fuerte recurso. Ahora no pue­ tro, y cualquier paso a un final de cabal los
den salvar la partida. es favorable a las negras. Debieron j ugar
2 <iif 1 .
El j uego continuó así: 37 '8.e7 '8.a3 38 e6
2 ... /J¡je7 3 a4?!
Tampoco ayudaba 38 fü7+ <ii xeS 39 fü3
por 39 ... bS! 40 cxbS c4 con victoria en el No valía 3 Wes+ Wxes 4 ttJxeS <ii f6 s ttJf3
final de peones o 40 �e3+ <ii d4 4 1 �g3 <ii e6 6 ttJ xd4+ <ii d s 7 ttJ bS <ii c4 8 ttJ d6+ (es
bxc4 42 �g4+ <ii d 3 43 füc4 füb3 44 fücS mala 8 lll x a7 por 8 ... <iix b4, que gana el
�c3 con victoria en el final de torres (va­ cabal lo) 8 ... <ii xb4 con ventaja negra; las
riante de Mark Dvoretsky). bla ncas necesitaban activar el rey, y solo
después avanzar los peones.
38 ... '8.xb3 39 iif2 '8.b4 40 '8.xc7 iixe6 41 '8.h7
'8.xc4 42 '8.h6+ iids 43 '8.xb6 '8.e4 44 '8.b1 c4 3 .. , /J¡Jd5 4 g3?
45 '8.e1 c3 46 '8.xe4 iixe4 47 iie1 iie3! Las
bla ncas abandonaron. Las blancas creen que la ventaja está to­
davía de su lado, y rechazan la amenaza
4 ... lll f4 con el paso a un fi nal de damas
ig ualado. Sin embargo, después del mo­
POSICIÓN 78
vimiento de la partida es d ifícil evitar e l
Abram Roizman - A. Mijalevsky intercam bio d e damas, mientras que en e l
Minsk 1 979 final d e cabal los las negras son superiores
gracias a la actividad de su rey.

En caso de S Was era desagrada ble el ata­


que doble s ... \Wd7!, y después de 5 Wcs
se hacía notar la d iferencia en la posición
de los reyes: el negro alcanzaba antes la
casilla c4.

Mantenía la igua ldad S Wb7! Por eje mplo:


S ... lll x a4 6 Wxa7 ttJc3 7 Wb? etc.

El peón pasado negro está bloqueado, 5 ... '\We6! 6 '\Wxe6 fxe6 7 as iif6 8 iif1
mientras que las bla ncas d isponen de to­
dos los req u isitos previos para crear u n Las blancas no podían imped i r el avance
peón pasado a lejado en el flanco de dama. del peón «e» med ia nte 8 f4 por 8 ... <ii fs 9
En caso de cambio de caballos el j uego lll cs es, y tras el cambio de peones el rey
debería terminar en tablas, mientras que negro penetra en c4.
tras el cambio de damas i nfl ui ría mucho
la posición m utua de los reyes. Por eso las 8 ... e5 9 tlJ c5
neg ras empiezan a central izarse.
Y aquí tampoco ayudaba 9 f3 debido a 9 ...

1 23
La centralización del rey

©e6 1 o ©e 1 ©ds 1 1 étJ b2 e4. 24 gxhS ©fs 2S h6 ét:Jes+ 26 ©e3 ©g6 27


©d4 ét:Jc6+ 28 ©es ét:Jb8 29 ©bs ©xh6
9 ... e4 1 0 @e1 ©eS 1 1 tlJd7+ @dS!

Lo más importante: ¡la activación del rey!

12 bS

Debe considera rse también el movimien­


to 1 2 ét:J f6+. La variante 1 2 ... ©c4 1 3 ét:Jxh7
©d3 1 4 ét:Jf6 ©c2 1 S ét:J g4 d3 1 6 ét:J e3+ ©c1
1 7 ©f1 ( 1 7 ét:J c4 étJ b 1 ! 18 bS ét:Ja3!) 1 7 ... d2
18 ©g2 ét:JdS no dejaba n in g u na esperan­
za a las blan cas.

12 ... ttJxbS 13 étJf6+ @c4! El cabal lo, desde su posición i n icial, j u nto
con el peón a7, ha levantado una barrera
i nfranqueable para el rey blanco. Las ne­
gras ganan.

La partida continuó: 14 ... tlJd6 1 5 tD xh7


e3+ 16 fxe3 tlJe4+ 17 @dl d3, y las blancas
abandonaron.

EJERCICIO 7
Y. Kotkov - Mark Dvoretsky
Moscú 1 972
14 @d2?

Tras esto las negras ganan muy fácil. Las


blancas ten ía n a su d isposición dos posi bi­
l idades: 14 ét:J xe4 y 1 4 ét:Jxh 7. La captura en
e4 es floja. Es mejor la captura en h 7, para
intentar crear un peón pasado alejado en
el flanco de rey.

Por lo ta nto, 1 4 ét:Jxe4 ©d3 1 S ét:Jd2 (pierde


1 S ét:Jcs+ ©c2 1 6 ét:Ja6 a causa de 1 6 ... ét:Jc7!
1 7 ét:J b4+ ©c3 1 8 ét:Jc6 d3) 1 S ... ©c2 1 6 f4
d3 1 7 g4 ét:Jd4 1 8 h4 ct?cl 1 9 ét:J e4 ét:Jc2+ 20 Mueven negras. Especifique el esquema de
©f2 d2 con una victoria senci lla. acción para las negras y la jugada concreta
con la que deben empezar.
Veamos ahora 14 ét:Jxh 7! ct?d3 1 S ét:JgS. Des­
pués es posi ble: 1 S ... e3 1 6 h4 e2 1 7 ét:J f3
ét:Ja3 1 8 ét:Jxd4 ct?xd4 1 9 ©xe2 ét:Jc4 20 a6
©es 2 1 ©f3 ©fs 22 g4+ ©es 23 hs gxhs R E S P U ESTA: En esta posición, a ntes de

1 24
La centralización del rey

i n iciar las acciones activas, es útil incluir en ganar el caba l lo.


el juego a l rey, acercán dolo al peón blanco
pasado es. La j ugada i nicial concreta es 54 58 ... c3
... E:b5!
También ganaba 58 ... ctJe7!? (Mark She­
Esto es l o que escribe sobre esta posición reshevsky).
Mark Dvoretsky en el qui nto tomo de
School of future champions: 59 élixc3 cJ:?xc3 60 d5

«Las negras tienen u n sano peón de ven­


taja. Resulta atractivo empezar enseguida
las acciones activas con 54 ... Eí'.a3+. Sin
duda este movimiento es suficiente para
ganar, a u n así no me pareció técnico. El rey
negro está atascado en el borde del table­
ro y todavía no participa en e l juego. Esta
es u n a posible (aunq ue, por supuesto, no
forzada) variante, en la que se nota esta
ci rcu nsta ncia: 55 md2 CiJ xd4? 56 ctJxd4
Eí'.d3+ 57 mc2 füd4 58 Eí'.e1 !, y son las blan­
cas q u ienes ganan.
En mis cálculos llegué rápidamente a esta
Me agradaba más acercar pri mero el rey posición, y me asusté por un momento,
para, si fuera necesario, apoyar al peón «O> al no ver cómo detener los peones. Sin
o detener al peón pasado enemigo «e». embargo, l uego me preg u nté: «¿A dónde
Por eso empecé por probar el ca mbio de debería l legar mi cabal lo?» Por supuesto, a
torres. d6, además si es posible con ganancia de
u n tiempo. Enseg u ida vi la ruta.
54 ... E:b5
60 ... élJa5! 61 e7 éli c4+ 62 cJ:?e2 éli d6
Si 55 Eí'.a1 +, e ntonces 55 ... @ b7. El rey se
acerca al centro, mientras q ue el jaque Todo este episodio es i nstructivo desde el
por l a tercera fila no conduce a nada para pu nto de vista de la técnica de materiali­
las negras. La ú nica pregunta es qué pasa zación de la ventaja. Está claro que es más
si el adversario cambia en bS y después conveniente jugar el rey a b7. Una vez es­
captura el peón dS. I ntente encontrar la tablecido que las blancas no pueden cam­
respuesta. Al mismo tiempo la respuesta biar torres, las neg ras, al jugar 54 ... E:b5,
debería ser convi ncente y relativamente facilitan su tarea posterior. Por este motivo
simpl e. La posición i n icial es demasiado vale la pena esforzarse en contar con una
buena para permitirse corre riesgos. variante forzada, en especial si puedes ha­
cerlo de forma rá pida y precisa (a mí el cál­
55 E:xb5 @xb5 56 élic3+ @b4 57 étJxd5+ culo me l levó u nos tres minutos). Creo que
@b3 58 e6 ahora el pensamiento se vuelve más cla­
ro, que /a base de una buena técnica es, en
En caso de 58 md2 ctJxd4 el resultado del gran medida, una táctica corta y precisa».
combate está claro. Ahora es posible la ju­
gada 58 ... ctJ e7!?, au nque a ntes es mejor Los comentarios de Mark Dvoretsky son
considerar una contin uación más forzada, muy instructivos y exhaustivos. Recomien-

1 25
La centralización del rey

do especialmente que los e ntrenadores y maestro Bareev sobre este momento, en


los lectores presten atención a la última la clase impartida e n la escuela Dvoretsky­
frase en cursiva. Yussupow:

En la partida las blancas eludieron el cam­ «Un movim iento algo extraño (no es sor­
bio de torres, y las negras mostraron la prendente ¡es el cuadragésimo!). Desde la
técnica segura para materializar la ventaja: infancia se nos ha enseñado que en el fi­
nal el rey debe avanzar hacia el centro, por
SS l'!a1 + ©b7 S6 i>f2 l'!b2 S7 ©e3 l'!b3+ S8 eso se imponía 40 ... iifl. ¿Y qué recomen­
i>f2 l°!b2 S9 ©e3 l'!b3+ 60 i>f2 daríamos a hora para las blancas?
Sí, se puede hacer la jugada 41 :Eí:c2, aun­
que, ¿para qué? ¿Para poner en marcha
la torre? Penetremos con la torre, n o hay
problema, sin embargo la torre junto con
el alfil no ganan. ¡Y si incluimos al rey en el
ataque! I magine el rey blanco en e6 y el al­
fi l en e5; aquí las negras tendrían que ren­
dirse, incluso si no me quedaran peones.
Por lo tanto era necesario adivinar la juga­
da 41 iic3!, que i ntenta "rodear" al peón
d5 con el rey por el flanco. Probablemente
la posición sería de tablas, sin embargo las
blancas no arriesgan nada y pueden cau­
60 ... h4 61 e6 ©c7 62 l'!a8 h3 63 l'!g8 éiJ e7 sar problemas al adversario».
64 l'!h8 ©d6 6S éiJ gl c3 66 ©e3 c2+ 67 ©d2
l'!g3!_Las blancas a bandonaron. 41 ieS?! i>f7!

Por supuesto, no 41 ... füh5? 42 ii d 4!


POSICIÓN 19
42 l'!e2 l'!xhS 43 ©d4 <;t>e6!
Evgeny Bareev - Garri Kasparov
Linares 1 992 El rey negro se libera, y la partida termina
en tablas.

44 ibs+ ©ts 4S l'!e3 l'!hl 46 fü3+ <;t> g4 47


l'!g3+ ©ts 48 fü3+ Tablas.

Muchos a ños después, cuando Evgeny


Bareev ya representaba a la selección de
Canadá, jugó en la Olimpiada de ajedrez
de Bakú la siguiente partida, un fi nal que
se convirtió en un ejemplo excelente para
los dos primeros capítulos de la sección
Estrategia del final: «La centralización del
rey» y «El papel de los peones en el fi nal».
Con apuros de tiempo, en su última juga­
da (la 40) Garri Kasparov retiró el rey de g7
a g8. Ofrecemos los comentarios del g ran

1 26
La centralización del rey

POS/C!ÓN20
Prepara el traslado de la torre a as a través
de la casilla a4.
Pável Eliánov - Evgeny Bareev
Bakú 20 1 6 32 í"!a3 í"!b4 33 a7 llia8 34 dS í"!b1+ 35 @h2
fübS 36 e4 í"!aS 37 fü3 @es!

El rey negro, a diferencia de su colega, par­


ticipa activamente en el juego.

38 fü3 @d8 39 d6 í"!xa7, y pronto las negras


ganaron.

U n primer vistazo a la posición muestra


una aparente superioridad de las blancas.
En el final tienen tres peones por una pie­
za, y el más pel igroso en la lucha contra el
caballo, el peón extremo de la columna
<<a>>, ya ha alca nzado la sexta fila y es un
peón pasado defendido. La valoración vi­
sual sería un veredicto final de condena
para las negras, si el rey blanco estuvie­
ra más cerca del centro, al menos en e2.
Sin embargo, la lejanía del rey blanco del
centro aquí es un factor decisivo para la
valoración de la posición, y las blancas ni
siquiera consiguen salvarse.

29 ... fü8!

Las negras aprovechan la circunstancia de


que en caso d e cambio de torres los peo­
nes bS y a6 serán eliminados debido a la
lejanía del rey blanco, con lo que obligan
a su adversario a ceder la única columna
abierta.

30 í"!b1 (30 f1a 1 lll c 3) 30 ... fü4! 31 í"!b3

Aquí tampoco ayuda 31 f1a 1 por 3 1 ... lll c 7


32 a7 lll a8, y los peones blancos del flanco
de dama perecen.

31 ... t/Jc7

1 27
Capítulo 4
E l papel de los peones e n el fi n a l

Por l o general, e n e l final e l objetivo prin­ por tres peones! Sin embargo, en los fina­
cipal no es dar mate al rey adversario, sino les hay una diferencia entre el valor abso­
avanzar los peones para transformarlos en luto y el valor relativo de los peones. Ob­
dama. Por eso en el final, en comparación servemos el asalto de la infantería blanca,
con el medio j u ego, el valor de los peones que no pueden detener las fuerzas supe­
se incrementa. riores del adversario.

22 ... ixc6 23 f6 h6
POSICIÓN 21 Se amenazaba 24 Eí:gS+ seguido de �xf7.
Valentin Lu kov - Semko Semkov
Bulgaria 1 977 24 ge3 c4!

U na defensa ingeniosa. Con el sacrificio de


un cuarto peón las negras abren la colum­
na «C>> y obtienen contrajuego.

25 .ixc4 gec8?

El error decisivo. El sitio de la torre se halla


en e8. Proporcionaba contrajuego sufi­
ciente la i n mediata activación de la torre
de dama: 25 ... Eí:a5!

26 b3!
Las blancas sacrificaron u n caballo, a cam­
bio obtuvieron tres peones, y uno de ellos Refuerza el alfil y abre una salida al rey.
ha alcanzado la séptima fila. Con su última N o valía 26 Eí:g3+ mh8 27 �xf7?? por 27 ...
jugada tt'l b8-c6 las negras plantearon una �e4+
amenaza doble a la torre y al peón pasado.
En caso de 22 füc5 l:l:xe7 23 �d5 tt'l b4! 24 26 ., gas
.

�xb 7 l:l:e1 + 25 gc1 l:l:a 1 +! se da mate al rey


blanco. Sin embargo, las blancas tienen la Para en caso de 27 gg3+ tener la respues­
posibilidad de mantener la iniciativa. ta 27 ... l:l:g5.

22 gxc6! 27 g4! .ie8 28 f4

¡Ahora las negras tienen una torre extra Los peones avanzan en estricto orden de

1 28
El papel de los peones en el final

combate.

amenazador. Sin embargo, con l a j ugada


tlie2-d4 las blancas pretenden i nterrum­
28 ... füa8 29 l:!d3 pir la interacción entre las piezas negras.
Fabiano Caruana descubre una sol ución
Apunta a la casilla d8. táctica bri l lante:

29 ... i>h7 27 ... aS! 28 éLi d4?!

N o ofrecía nada el jaque con las torres. La única posibilidad de salvación, indicada
por Caruana, era 28 �el, aunque era difíci l
30 E:d6 para las blancas prever la brillante combi­
nación del adversario.
I m pide que se libere el rey negro: 30 ...
iig6?? 31 �d3+ 28 ... axb4! 29 éLixc6 b3 30 E:xc7

30 ... fü8 31 h4 E:a7 32 <it>b2 Tampoco era «una cura» 30 tli b4 b2 3 1


:gd 1 tlia3.
Hay tiempo para mejorar la posición del
rey blanco, porque el avance de los peo­
nes blancos es inevitable.

32 ... E:d7 33 E:xd7 ixd7 34 ixf7 E:b8 35 gS


hxgS 36 fxgS �e8 37 g6+ Las negras aban­
donaron.

POSICIÓN 22
Liviu N isi peanu - Fabiano Ca ruana
Dortmund 201 5
30 ... ttJd6!! Las blancas abandonaron.
Véase el diagrama siguiente

Mueven las negras. A simple vista la po­


sición no está clara: el poderoso caballo
c4 y el peón pasado «a» tienen u n aspecto

1 29
El papel de los peones en el final

POSIC/ÓN23
Magnus Carlsen - Aleksandr
Grischuk
Linares 2009

POSIC/ÓN 24
Artyom Timofeev - Denis
J ismatu llin
Moscú 2009

La superioridad de las blancas es evidente.


Sus peones pasados son más peligrosos,
más compactos y más avanzados. Si con­
siguen eliminar el último obstáculo serio,
el peón b7, entonces será casi imposible
detenerlos. La idea del primer movimiento
es obvia.

33 ia6! if6!

Grischuk se defiende con tenacidad. Era


desesperado para las negras 33 ... bxa6 34
d7 if6 35 c6. Tras jugar en la apertura la variante de la
Defensa Siciliana con 3 ibs+, surgió una
Ejercicio. ¿ Cómo continúan las blancas? ¿Es posición i nsulsa, más o menos igualada, y
posible 34 bbl? daba la impresión de que los adversarios
terminarían repartiéndose el punto. Sin
embargo, los jóvenes ajedrecistas tenían
SOLUCIÓN: 34 ixb7! �xb7 35 c6 �xb6 ganas de l ucha y buscaron la posibil idad
de continuar el combate. Artyom Timo­
Véase el diagrama siguiente feev sacrificó la calidad, para inmovil izar a
la torre b6, y Denis J ismatullin rescató de
36 fü1 ! su cautiverio a la prisionera con la j ugada
43 ... dS!?
La única jugada ganadora. El resto pierde.
Por ejemplo, 36 el? Ei'.c6. Tras la captura obligada 44 exdS las negras
debieron defender tranquilamente con
36 ... ixb2 37 d7 Las negras abandonaron. su rey el peón f6 mediante 44 . . ít>f7 y al
.

mismo tiempo apartar al rey de un posible


doble de caballo en la casilla c7 tras la cap-

1 30
El papel de los peones en el fi nal

tura del peón dS. En ese caso sus posi bi­ me, pero su posición está perdida. El ejér­
lidades serían, quizás, i ncluso preferibles. cito de peones blancos barre todo a su
paso. No tiene sentido comentar el poste­
Desconozco si las negras tenían poco tiem­ rior transcurso de la partida. Simplemente
po de reflexión, el caso es que Jismatul l i n vamos a ver y disfrutar cómo Artyom Ti­
e l i g i ó 44 ... gd6?! y s e convirtió en coau­ mofeev demuestra el triunfo del espíritu
tor de un ejemplo único, que demuestra sobre la materia.
perfectamente el papel cambiante de los
peones en el fi nal. En las páginas de este so ... gas Sl a6 e4 S2 fxe4 @d7 S3 Cll fS ges
libro no solo consigue ganar bril lante­ S4 c6+ @ds SS éll d 6 ge7 S6 @es fS S7 exfS
mente (ver final Jismatullin - Eliánov), sino ge2 SS Cll b7+ @es S9 d6 gxg2 60 d7+ @e7
tam bién, en cierta medida, perder con 61 f6+ @xf6 62 c7 Las negras abandonaron.
m ucho ingenio.

4S cS gdd8 46 @d4 gacS 47 gxaS eS+ 4S


EJERCICIO 2
@c4! b6
Martín de Ortueta - José Sanz
Madrid 1 934

La idea de las negras consistía en este do­


ble de peón. Al perder las blancas el peón Mueven las negras. Calcular las
es las negras tenían todas las posibili­ consecuencias de 30 . . gd2.
.

dades para ganar. Sin embargo, siguió la


asombrosa 49 b4!! bxaS SO bxaS

SOLUCIÓN: A la j ugada 30 ... E\d2 la res­


puesta única de las blancas es 31 Cll a4
Ahora se plantea la PREGU NTA: ¿vale el
golpe combinativo 31 ... füb2?

R E S P U E STA: ¡sí! 31 ... füb2!!

De lo contrario las blancas equilibran el


juego después de 32 �f1 .

La ventaja material de las negras es enor- 32 éll xb2 c3

131
El papel de los peones en el final

La respuesta es obvia. Después de 33 ttJd3


c4+ 34 l'lxb6 cxd 3 las negras transforman
el peón en dama. Sin embargo, después
de 33 �xb6!, ¿qué hacen ahora las negras?
En caso de captura de la torre 33 ... axb6?
ya ganan las b lancas con la jugada 34
ttJd3. Sin embargo, las negras tienen un
golpe de peón, 33 ... c4!, que arrebata la
casilla d3 al caballo blanco y amenaza el
movimiento 34 ... c2.

Sin embargo las blancas hallan la defensa


34 �b4!, que ataca al peón c4. ¿Ganan las
blancas? ¡No! Las negras tienen a su dispo­
sición un golpe definitivo de peón de rara
belleza, 34 ... a5!!

¡Una posición fantástica! La torre y el ca­


ballo blancos no están en condiciones de
resistir a los tres peones negros, dos de
ellos doblados.

35 CLJ xc4 c2 Las blancas abandonaron.

1 32
Capítulo 5
El problema del ca m bio

Con una relación de material limitada, el


problema del cambio se vuelve primor­
dial. Si en la apertura o en el medio juego
a veces las consecuencias de un i ntercam­
bio desafortunado pueden corregirse en
el futuro, en el final semejante error ya
puede ser grave. Por supuesto, en la mayo­
ría de los casos un ajedrecista experimen­
tado determina fácilmente qué cambio es
ventajoso para él. No obstante a veces sur­
gen situaciones en las que el cambio que
sugieren las consideraciones generales es
rutinario y no se corresponde con las exi­ f4, que es la joya de la posición. No obstan­
gencias de la posición, mientras que una te, en la partida siguió: 23 ... ltJxd3!
decisión que a simple vista parece paradó­
jica se convierte en la única correcta. Capablanca entrega su hermoso caballo
por el alfil malo de las blancas, y demues­
Con frecuencia la simplificación de la po­ tra una fina valoración de la posición.
sición es el mejor procedimiento para Aparentemente, hay algo de verdad en la
material izar la ventaja de material y posi­ broma que se cuenta entre ajedrecistas,
cional. El resultado concreto de la partida «el peor alfil es mejor que el mejor caba­
depende en g ran medida de la capacidad llo». Por supuesto, en f4 el caballo negro
del ajedrecista para resolver correctamen­ ocupa una posición ideal, aunque, ¿qué
te el problema del cambio, con la simpli­ provecho real se puede sacar de él? El al­
ficación oportuna de la posición o, por el fil blanco parece malo, pero consolida la
contrario, el m antenimiento de la tensión. estructura de peones del flanco de rey y
tiene buenas perspectivas en caso d e un
posible juego en el flanco de dama.
POS/CIÓN 25
Las negras quieren pasar el juego al final,
Harry Kline Jósé Raúl Capablanca
-
donde su alfil puede ser más fuerte que el
N ueva York 1 9 1 3 caballo blanco.

Véase el diagrama siguiente 24 éDxd3 .ie6 25 �dl �ed8 26 b3 ltJf4 27


ltJg2?!
La posición del diagrama está lejos de ser
un final. Las n eg ras poseen ventaja de es­ Una jugada extraña. Eran más naturales 27
pacio, mejor alfil y u n caballo «eterno» en lll fs o 27 lll xf4.

1 33
El problema del cambio

27 ... é2Jxd3 28 :Bxd3 :Bxd3 29 Wlxd3 :Bd8 42 Wff1 cxbS 43 @g2 b4 44 Wíbs b3 4S Wl e8+
@g7 46 Wfe7 b2 47 éLixgS ib3
Es posible que las blancas calcularan 29
... ixg4 30 tll x h4 gxh4?! 31 :gg2, aunque Las amenazas blancas se rechazan fácil­
aquí después d e 30 ... ih3! las posibilida­ mente, mientras que el peón negro ya está
des de las negras también son claramente listo para transformarse en dama.
mejores. Sin embargo, Capablanca elige
una vía más tranquila para fortalecer la 48 é2Jxf7 ixf7 49 Wlgs+ @ta so Wíh6+ @e7
posición. S1 Wlgs+ @es Se acabaron los jaques, y las
blancas abandonaron.
30 Wle2 h3! 31 é2J e3 as
Es curioso que en su libro Mi carrera
Las negras com ienzan a crear debilidades ajedrecística José Raúl Capablanca ni si­
en el flanco de dama. La superioridad del quiera se detuviera en la jugada 23 ...
alfil sobre el caballo es evidente. 0Jxd3! Para él ese plan fue una continua­
ción natural.
32 fü1 a4 33 c4

Ahora se debil ita la casilla d4, aunque 33


POSICIÓN 26
bxa4 era aún peor por 33 ... \Wf4! seguida
de :gas. Robert Fischer - Tig ran Petrosian
Buenos Aires 1 97 1
33 ... :Bd4 34 lll c 2 :Bd7 3S lll e3 Wfd8 36 :Bd1
füd 1 + 37 é2Jxd1

En caso de 37 W/xd 1 también es m uy fuer­


te 37 ... \Wd4.

37 ... W/d4 38 lll f2

L a partida s e aproxima al fi nal. Las p iezas


blancas están mejor movilizadas, y no se
ve n i nguna compensación para las negras
por la debilidad de los peones dS y a6.
Sería favorable para las blancas cambiar
los alfi les de casillas negras, tras lo cual la
debilidad de las casillas d4 y es adq uiere
38 ... bS 39 cxbS axb3! 40 axb3 ixb3 41 lll x h3 tintes reales.
id1
1 6 ie3 0-0
El peón pasado negro «b)) y la debilidad
del flanco de rey de las blancas predeter­ En caso de 1 6 ... 0Jd7 las negras tendrían
minan el resultado de la partida. que considerar la actividad de las blancas

1 34
El problema del cambio

en el flanco de rey. Por ejemplo: 1 6 ... tt'ld7 28 iif3! fS 29 'tti e3 d4+ 30 iid2 é2J b6 31 l3ee7
1 7 f4 g 6 18 �d4 0-0 19 fS!? gxfS 20 �xfS étJds 32 l3f7+ 'tti es 33 l3b7 é2Jxb4 34 .ic4
con buen juego.
También se podía jugar directamente 34
1 7 .ics füe8 1 8 .ixe7 l3xe7 1 9 b4! gh?. Las negras abandonaron.

Impide el avance liberador a6-a5, al que Muchos años después, ya en la era i nfor­
seguiría b4-b5. mática, el gran maestro Sarjan Guliev ana­
l izó la posición del diagrama inicial en su
19 ... iits 19 lt:i es .ics 20 f3 i nteresante obra La idea en la partida de
ajedrez14, bell amente editada por el bri­
Escamotea al caballo la casilla e4 y prepara llante periodista de ajedrez llya Odessky.
la central ización del rey. Ofrezco los comentarios a la jugada de
Fischer 22 lt:ixd7!?
20 ... l3ea7 21 l3e5 .id7
«Muy característico de la creatividad de
Fischer. Se desprende fácilmente de un
fuerte caballo, cambiándolo por un alfil
negro que bajo consideraciones genera­
les es malo, para obtener una posición con
propiedades cualitativamente diferentes.
Si las blancas hubiesen jugado 22 a4, para
impedir 22 ... �b5, las negras responderían
22 ... �c6, que prepara tt'lf6-d7» (Lev Polu­
gaievski).

Ahora comenta Sarjan Guliev:

22 lt:ixd7+! «Polugaievski escribió los comentarios en


caliente. Cada uno de los analistas que
Robert Fischer hizo esta j ugada muy rápi­ posteriormente i nvestigaron la posición,
do. Las blancas entregan su hermoso ca­ de una u otra manera se solidarizaron con
ballo por el alfil pasivo de las negras. ¿Para Lev Abramovich. Dijeron, el caballo está
qué? Resulta que este a lfil amenazaba muy bien en es, es una lástima despren­
desplazarse a b5 y tornarse activo, mien­ derse de él, pero es necesario. Y todos sus
tras que en caso de a4 es posible �c6. argumentos fueron iguales.
Además, tras el cambio las blancas ocupan Sin embargo, esto no es así. Al menos, no
la columna «O>. del todo. En la variante 22 a4 .ic6 23 l3e2
é2Jd7 las blancas emprenden una com­
22 ... l3xd7 23 fül l3d6 24 fü7 é2Jd7 25 l3e2 binación: 24 é2Jxa6! l3xa6 25 .ixa6 l3xa6 y
g6 26 iif2! ahora hacen u n movimiento tranquilo, 26
fü1 !!
Ahora no hay que darse prisa.
Véase el diagrama siguiente
26 ... hS 27 f4 h4
con la amenaza inevitable b4-b5 (26 ...
Provoca mayores debilidades.
1 4 Nota del Editor. En castellano saldrá publicado
próximamente con Editorial Chessy.
135
E l problema del cambio

partida práctica, con tiempo limitado


para pensar, encontrar la combinación de
movimientos 22 a4! y 23 �e2! solo está al
alcance de los grandes maestros de clase
extra. Y el propósito del l ibro Estrategia
del final es explicar al lector los principios
del juego en los finales complejos, la lógi­
ca de la toma de decisiones y la ejecución
de ciertos procedimientos técnicos en el
juego práctico de los g randes maestros y
maestros. De hecho, de los que en principio
ven la jugada CiJcSxdl.
!xa4 27 2'%c8++).
Y en caso de 23 ... g6 (a fin de evitar el Para que al lector no le surja la idea d e que
matet entonces 24 fü1 llid7 25 aS, y ya no la j ugada CiJc5xd7 debe conducir a la vic­
se ve qué jugar a continuación. Por ejem­ toria de la manera más sencilla en todos
plo, a 25 ... @g7 decide 26 llixa6 �xa6 27 los casos de la vida, ofrezco el siguiente
�b2! ejemplo.

POSICIÓN 27
Yuri Balashov - Manuel Rivas
Minsk 1 982

Lo que significa que el cambio en d7 no


era obligado. No, no lo era. El asunto es
otro. Se trata de que en principio había que
fijarse en la jugada CiJ cSxdl. Había que huir
de la rutina para incluirla entre las jugadas
candidatas (lo que desde luego no es ape­ Mueven las negras
tecible, porque el caballo ocupa una posi­
ción excelente). Había que diferenciarla de Las negras tienen una posición ganada.
las otras. Y por fin, decidirse a hacerla, con No solo tienen un peón de ventaja, sino
el cálculo variantes concretas». tam bién superioridad abrumadora en la
actividad de las piezas, en g ran medida
He decidido resaltar en cursiva la tercera debido a la superioridad del caballo c4
frase del párrafo final de Sarjan Guliev. sobre el alfil d2. Tras la natura l 49 ... 2'%b3!
Las bellas variantes y las finas maniobras con la amenaza 50 ... �b 1 + y 5 1 ... 2'%b2, las
de las blancas, en especial la que se basa blancas podrían abandonar la partida con
en el golpe táctico CiJ c5:a6, se encontra­ la conciencia tranquila.
ron con la ayuda del ordenador. En una

1 36
El problema del ca mbio

En vez de esto siguió 49 ... lll xd2?! h3 SS Eí'.a8 iif4 S6 fü8+ ©g3 S7 Eí'.g8+ iif2
ss fü8+ ©g2 S9 Eí'.g8+ iih 1 60 es füas 61
La jugada de la partida no deja escapar la e6 Eí'.es 62 Eí'.e8 etc.
victoria, sin embargo ya exige u n juego
exacto, porque es sabida la tendencia a 51 :gbs :gxaS?
tablas de los fi nales de torre. Para el bando
débil esto constituye una oportunidad. Llevaba a la victoria Sl ... h4! S2 füb4 h3
S3 Eí'.b 1 h2 S4 Eí'.h1 mes SS ©e2 iif4! etc.
50 @xd2 :ga3?!
52 :gxb4 @es
Esta j ugada y la siguiente evidencian una
mala comprensión de la posición, en gran Continuación de la misma táctica. Las ne­
parte debido a la ignorancia de las posi­ gras no solo no i mpiden la l legada del rey
ciones típicas donde la torre del bando blanco a h2, sino que se puede deci r que
más débil lucha con éxito contra torre y lo conducen allí. Después de S2 ... Eí:eS! las
dos peones del adversario. Y este es caso negras conservaban posibilidades de vic­
en el que la u n ión del cambio de un ca­ toria, sin embargo nuestro propósito no
ballo excelente por un alfil malo con la ju­ i ncluye u n análisis preciso de esta conti­
gada siguiente provoca no el asombro con nuación. Sigamos el transcurso de la par­
la consiguiente consideración y respeto, tida.
sino solo un comprensivo movimiento de
cabeza. 53 @e3 :ga3+ 54 @f2 h4 55 @g2 h3+ 56
@h2 @f4 57 fü4 as
H ay que advertir que después de SO ... h4
Sl Eí'.b8 las negras tenían un bonito truco
táctico:

58 e5+!

En estas posiciones el bando débil, para


Sl ... h3 S2 Eí'.xb4 Eí'.c1 !!, y si S3 ©xcl h2 S4 no conceder al adversario ninguna posibi­
es+, entonces S4 ... ©gs y ganan. lidad, lo mejor que puede hacer es desha­
cerse rápidamente de su peón y «engan­
En la posición del último diagrama solo lle­ charse» lo más rápido posible a l peón «a»
va a tablas S l ... Eí'.b3 S2 ©c2 Eí'.a3 S3 Eí'.b6+! de su adversario.
(como indicó Nesterov, es mala S3 Eí'.xb4?
h3; sobre el tablero hay equilibrio mate­ 58 ... @xes 59 füS+! @d4 60 füs
rial, sin embargo las blancas ya pueden
rendirse). Por ejemplo: S3 ... ©gs S4 Eí'.xa6 Sobre el tablero tenemos una posición

1 37
El problema del cambio

teórica de tablas. Después siguió: ría en tablas. Por eso Jólmov debió jugar
4 ... i.d8!, como indicó M ijaíl Botvinnik.
60 ... a4 61 fü4+ ci>e3 62 E:g4 <i>e2 63 E:e4+ Entonces mediante 5 ... Cll e 7+ las negras
<i>f3 64 fü4 <i>e2 65 E:e4+ ci>d2 66 fü4 expulsaban al rey blanco, mientras que el
E:a1 67 E:d4+ <i>e2 68 E:e4+ <i>f3 69 fü4 a3 cambio de cabal los después de 5 Cll e S+
70 fü3+ <i>e2 71 E:xh3 E:a2 72 E:g3 E:a1 73 llevaba a tablas. En lugar de esto Jólmov
E:g2+ <i>f3 74 E:g3+ <i>e4 75 E:g4+ ci>d5 76 jugó:
E:g5+ ci>c6 77 E:g6+ ci>b7 78 E:g7+ ci>as 79
l!g8+ Tablas. 4 ... h5?! 5 ig7!

Una maniobra muy fuerte, que arrebata al


caballo la casilla e7. En caso de 5 ... id8 si­
POSICIÓN 28
gue 6 if8, y a 5 ... i.d6 6 i.f6.
Mijaíl Botvinnik - Ratmir Jólmov
Moscú 1 969 5 ... ida 6 ita .ib6 7 ic5 ét:Je7+ 8 <i>c4
ixc5?

Error en la resolución del problema del


cambio. Después de 8 ... ic7 las negras
mantenían un equilibrio aproxi mado.
No obstante, el margen de segu ridad de
su posición todavía es bastante elevado,
aunque el final de caballos es mucho más
peligroso para ellas que la posición con los
alfiles sobre el tablero.

9 ci>xc5 ci>c7 10 ét:Jg5 f6 1 1 ét:J h7 f5 1 2 h4

Las blancas poseen la pareja de alfiles. Sin


embargo los caballos negros encuentran
fácilmente puntos de apoyo, y además ya
se amenaza 1 ... fS con tablas probables.
Por eso las blancas cambian voluntaria­
mente, haciendo una apuesta por la acti­
vidad de su rey.

1 .ixd5 exd5 2 e4! dxe4+ 3 <i>xe4 ci>d7 4 ci>d5

En caso de cambo de caballos el fi nal es


tablas. Si se cam bian los alfiles, las blancas
tendrán oportun idad de ganar, ya que en Al valorar esta posición, Botvinnik escribe:
un final de caballos la ventaja de espacio «El zugzwang está próximo. En caso de 1 2
y la posición activa del rey son cruciales. ... b6+ 1 3 md4 md6 1 4 Clif8 lbc6+ 1 s me3
Tras el cambio del alfil por el caballo ne­ Clies 1 6 mf4 no se consigue defender el
gro las blancas solo tendrían una ventaja peón g6. Jólmov busca la salvación e n las
mínima, y por fin, si se produce el cambio complicaciones tácticas».
del caballo blan co por el alfil negro, en­
tonces probablemente la partida termi na- Sin embargo, si las negras en lugar de la

1 38
El problema del cambio

variante indicada por Botvinnik 1 3 ... md6?


jugaran 1 3 ... �c6! 1 4 élif8 (1 4 a4 bS 1 S as
élidS) 14 ... � bS, obtendrían suficiente
contrajuego para hacer tablas.

12 ... f4?

En esencia, solamente esta jugada de


Jólmov es el error decisivo. Solo tras él la
partida de las negras se desliza por la pen­
diente.

13 etJf8 b6+ 14 cii d4 tll f5+ 15 ©e4 tll xh4 1 6 Las negras debían buscar el cambio de ca­
tll e6+! ©c6 1 7 tll xf4 cii b 5 ballos, y no el de alfiles, pues en un final de
caballos la ventaja de espacio a menudo
«En caso de 1 7 ... gS 1 8 g3! gxf4 1 9 gxh4 las es u n factor decisivo.
blancas ganan el final de peones. Esto es
lo que pasaron por alto las negras cuando 2 ixf6 tll xf6?!
jugaron 1 3 ... b 7-b6+» (Botvinnik).
Ahora el rey blanco irrumpe en el centro,
1 8 g3 tll f5 1 9 tll x g6 tll h 6 20 tll e5! por delante del rey negro. Lo mejor era
debilitar su propia estructura de peones a
Corta todos los intentos de contrajuego. cambio de detener al rey blanco, median­
te la captura en f6 con peón. En ese caso,
20 ... cii a4 21 tll c4 ©b3 después de 2 ... gxf6 3 me2 mf8 no prome­
te nada a las blancas el sacrificio de peón
Después de 21 ... bS el caballo se dirige a 4 md3 élixf2+ s �d4 por s ... éli d l o s ...
c6. me?!?, y tendrían que perder tiempo para
a lejar al cabal l o neg ro de e4.
22 etJxb6 cii xa3 23 tll d 5 cii b 3 24 f4 cii c4 25
tll c7 cii xb4 26 éll xa6+ Las negras abando­ 3 ©e2 ©ta
naron.
Era peligroso 3 ... élie4 por 4 �d3! élixf2+ S
md4, y ahora a s ... élidl ya es buena 6 e4.
En lugar de S ... éli d 1 es más fuerte S ... b6,
POSIC/ÓN29
aunque entonces las negras tendrían que
A. M ijalevsky T. Akopov
-
considerar 6 mes o 6 a4; en ambos casos
Rostov 1 977 tiene lugar un agudo j uego de cálculo.

Véase el diagrama siguiente 4 ©d3 ©e7 5 ©d4 tll d 7 6 tll d2

La posición del diagrama parece más o Las blancas previenen la activación del
menos igualada. Tras la exacta 1 ... élid6 2 rey negro, ya que a 6 ... md6 sigue 7 élic4+
élid2 f6 con la posterior centralización del mc6 8 e4, con una posición todavía más
rey, las negras tenían todos los fundamen­ apretada para las negras. Las complicacio­
tos para contar con las tablas. Sin embar­ nes que surgen tras 6 e4 md6?! 7 es+ mc6
go, siguió 1 ... if6? 8 éligs mbs 9 élixf7 devienen a favor de las
blancas, aunque es más fuerte 6 ... f6.

1 39
El problema del cambio

6 ... lli b6 7 e4 debieron exclu i r del juego al caballo negro


mediante 1 7 ctJd3, y entonces la maniobra
El fi nal de peones que surge tras 7 lt:Je4 Wc4 seguida de b4-bS decide la partida.
lt:J a4 8 lt:Jcs lt:JxcS 9 mxcS Wd7 1 o Wb6, es Por ejemplo: 1 7 4Jd3! Wd7 1 8 mc4 mc6 1 9
peligroso para las negras. Lo correcto para ctJf4! md7 20 ctJ hS.
ellas era 7 ... Wd7, y en caso de 8 lt:Jgs dis­
ponen de la respuesta 8 ... eS+! seguido de 17 ... lli b2+ 1 8 @c3 ébd1+ 1 9 @d4 lli b2 20
9 ... f6. g4?!

7 ... éba4?! Lo más sencillo era ceder el turno de jue­


go al adversario con la maniobra 20 Wc3
¿Qué motivo hay para llevar el caballo al lt:Jd 1 + 21 Wd3 4J b2+ 22 Wd4, y ahora es
borde del tablero? Era más lógico trasla­ mala 22 ... lt:Ja4 por 23 ctJd3, mientras que
darlo a e7 a través de c8, después de la en caso de 22 ... ctJ d l es muy fuerte 23 a4!
jugada 7 ... Wd7. Es más floja 7 ... Wd6 por Por ejemplo: 23 ... ctJb2 24 as bS 2S ctJd3
8 es+ ©c6 9 lt:Je4, y a 9 ... ©bs es posible con victoria en el fi nal de peones.
1 0 lt:Jc3+
20 ... fxg4 21 fxg4 lli d1 22 gS?!
8 e5 f5
Esta jugada era mejor no real izarla, porque
En lugar del peón retrasado f7 las negras las negras podían obtener contrajuego
se quedan con una debilidad en e6. con la maniobra me7-f7-g6. Era buena
22 a4! Ofrezco una variante demostrativa:
9 lli c4 @d7 10 lli d6 b6 1 1 f3 lli b2 22 a4 ctJb2 23 aS bS 24 mes gS 2S hxgS
hxgS 26 lt:Jg6+! Wf7 27 mb6 ctJd3 28 mxa6
lt:Jxb4+ 29 mxbS ctJdS 30 a6 ctJc7+ 31 Wb6
lt:Jxa6 32 ©xa6 ©xg6 33 Wb6 y ganan .

2 2 ... hxgS 2 3 hxgs lli b2

12 h4!

Las blancas procuran debilitar el flanco de


rey adversario, ya que las negras no están
en condiciones de evitarlo.
24 g6
12 ... lli a4 13 lli f7 @e7 14 lligs h6 15 lli h3
i>d7 1 6 ébf4 i>e7 1 7 @c4?! Las blancas han restringido al máximo la
posición de las negras, sin embargo les fal­
El j uego preciso de las blancas les ha pro­ ta un tiempo de espera. Lo cierto es que
porcionado una posición superior. Ahora en caso de 24 Wc3 ctJd l + 2S Wd3 CDb2+

1 40
El problema del cambio

26 md4 l/J a4! (es mala 26 ... lll d 1 por 27 a4) Korzubov elude correctamente el cambio
27 l/Jd3 <ii f7! 28 mc4 mg6 29 mb3 bS 30 de a lfi les.
l/Jcs <ii xgS 31 l/Jxa6 las negras disponen
de un contrajuego serio. s :Bd6?

24 ... tll a4 2S tll d 3 @ds 26 @c4 @d7?? Una actividad falsa. Las blancas solo ten­
drá n preocupaciones con la torre en d6
Un error g rave. Después de 26 ... bs+ 27 Debieron preferir S a4.
cii d4 md7 28 l/JcS+ tt:JxcS 29 mxcS las
blancas no disponen del tiempo gS-g6, y S ... @e7
el juego termina en tablas.
Las negras acosan al peón es.
27 bS axbS+ 28 @xbS tll c3+ 29 @xb6 Cll d S+
30 @b7 tll e7 31 a4 Cll xg6 32 aS Las negras 6 @d4 ibS!
abandonaron.
Ahora e l paso a un final de torres plantea
problemas difíciles a las blancas. Las pie­
zas blancas están demasiado avanzadas, y
POSICIÓN 30
tras el cambio de alfiles no tienen tiempo
D. Kayumov - Peter Korzubov para ocupar las posiciones necesarias.
Grodno 1 984
7 ixbS :BxbS 8 :Ba6 :BdS+ 9 @e4 fü7

Las torres blancas están separadas, y el rey


solo no puede ocuparse del cuidado del
peón es.

1 o @f4 h6 11 h4

Kayumov previene el movimiento g 7-gS,


pero a cambio esta jugada de peón crea
los requisitos previos para la aparición de
nuevas debilidades.

La posición de las blancas es algo peor por 11 ... g6!


la debilidad de su estructura de peones y
la disposición pasiva de sus piezas. Sin em­
bargo, la probabilidad de un resultado de
tablas es más elevada que el de victoria de
las negras.

1 ... ids 2 :Bd4 as

El paso a u n fi nal de torres no ofrece a las


negras n i nguna ventaja en especial.

3 :Be2 @ts 4 @d3 ic6!

1 41
El problema del cambio

1 2 ge4? 2 cJibs

No se puede permitir que la torre negra Las blancas entregan la pieza; no obstan­
acceda a l a segunda fila sin lucha. Podía te, 2 h3 mes 3 tt:J c3 ít>b4 tam bién era deso­
mantener la resistencia 1 2 2'.a8 2'.ccS 1 3 lador para ellas.
2'.e3 2'.d4+ 1 4 ít>f3 2'.d2 1 5 mg4.
2 ... tll a 3+! 3 cJib6 tll x b1 4 a6 d2 S a7 d1VQF 6
12 ... fü2! a8'1W '1Wb3+ 7 @c7

Sitúa a las blancas frente a problemas in­ Como resultado de una serie de jugadas
solubles. Amenaza el jaque desde la casilla casi forzadas las negras han obtenido ven­
t2 y 1 4 . . . ms. taja material y una posición que se gana
con facilidad. La contin uación 7 ... Wlf7+ 8
13 ga7 + cJits 1 4 g4 füa2 mb6 W/f6+ 9 ít>c? tt:Jc3 llevaba rápidamen­
te a la victoria.
El primer botín.
7 ... '\Wc4+ 8 cJid6 '\Wes+ 9 cJie6 '\W es+ 1 o @f7
1S fü4 gbS 1 6 fü8+ cJig7 1 7 fü3 ga3 1 8 fü3
gbxb3 19 gxb3 gxb3 20 gxaS gh3 21 gal hS
Las blancas abandonaron.

POSICIÓN 37
A. S o n - E. Jorobets
Tahskent 1 978

10 ... '\WdS+?

¡El problema del cambio! Proporcionaba


una victoria sencilla 1 O ... W/f4+ seguido de
1 1 ... tt:Jc3. Con las damas sobre el tablero
el caballo de ventaja decide rápidamente
el asunto, mientras que tras su cambio sur­
ge sobre el tablero u n fi nal casi de peones,
que solo se puede ganar con un juego ex­
El peón pasado de las negras es mucho cepcionalmente preciso.
más peligroso que el de su adversario, y
además su rey y su caballo ocupan posi­ 1 1 'IWxdS+ @xdS 12 @f6 tll d 2
ciones ideales.
Véase el diagrama siguiente
1 ... h4!
13 cJifS!
Las negras sellaron esta jugada, que sitúa
a su oponente ante una difícil elección. La rutinaria 1 3 \t>g s ? pierde después de 1 3

1 42
El problema del cambio

Repetición de jugadas para ganar tiempo


para pensar.

2o @f4 llie3 21 @f3 @d2!

Las negras guían al rey blanco, que se ve


obligado a mantener la oposición, lejos
del peón h4.

22 @t2 l2JdS!

La maniobra decisiva .
... llif3+ 1 4 Wg4 We4 o 1 4 Wf4 llixh2 1 5
Wg5 tll f3+ 1 6 �f4 tll g 5. También es mala 23 @f3 llie7 24 'it>g4 l2J g6 25 @gs 'it>e3 26
1 3 h3 We4 14 Wg5 tll f3+ Vemos una vez @xg6 'it>f4!
más cuán peligroso es el momento del
paso a u n final de peones (el juego se de­ Todavía era posible equivocarse: 26 ...
sarrolla de forma semejante al de un final Wf3?? 27 Wf5 Wg3 28 We4 con tablas. Las
de peones). blancas abandonaron.

13 ... l2Jf3
EJERCICIO 3
No hay nada mejor.
Alexéi Shírov - Viswanathan Anand
1 4 h3! Moscú 2001

A esto ha conducido el cambio equivoca­


do de las damas. Las blancas amenazan
empujar al caballo hacia atrás con la ju­
gada 1 5 Wf4 segu ido del ataque a l ú nico
peón negro.

Es cierto que las negras tienen u n cami­


no de problema que las lleva a la victoria.
Compruébelo, estimado lector, encuentre
personalmente la manera de ganar para
las negras, y solo después siga la contin ua­
ción de la partida. Mueven las negras. Valore la posición,
procure identificar su esencia y encuentre el
1 4 ... 'it>d4 1 S @f4 l2Je1 ! 1 6 'it>g4 l2Jg2 1 7 @f3 esquema dejuego posterior para las negras.
l2Je3! 1 s @f4

Con j ugadas ú nicas las negras han con­


seguido defender su peón, sin embargo, RESPUESTA: La posición está más o me­
¿cómo se puede apartar al rey blanco? nos igualada, sin embargo las blancas
tienen la iniciativa. Sus fuerzas están cen­
18 ... 'it>d3 1 9 @f3 l2Jf5 tralizadas, y es más fácil jugar con ellas.
Como acertadamente anotó el g ran maes-

1 43
El problema del cambio

tro Sarjan Guliev en su ya mencionado e


i nteresante l ibro Winning Chess Manoeu­
vres: Strategic Ideas that Masters Never Foil
to Find, las blancas pueden hacer algunas
jugadas «al toque»: fül - d l , mg H2-f3, e3-
e4, con las que mejoran su posición. Las
negras necesitan un plan de acción bien
pensado. Como i ndica el gran maestro
azerbaiyano, la simple 23 ... füd8 24 füd l
;gds, a l a espera de 2 5 e4?! tll xe4!, no pro­
porciona la igualdad por 25 tll b6! füd4 26
füd4 ;gbs 27 tll c4
a h7 las negras se defienden del cambio
de torres en la casilla d8 Entre el peón «a»,
que avanza hasta a4, y la torre situada en
la columna «b», las negras «enganchan» a
las blancas al flanco de dama y aseg u ran el
contrajuego necesario.

26 g 1 d2 a4 27 @f3 ga7!

La reorganización de las piezas negras


se ha completado. Después de 28 e4 gb4
Shírov fuerza las tablas por repetición de
movimientos.
El cam bio de u n par de torres no ha alivia­
do a las negras, mientras que el peón a6 29 é?Jd6 gbs! 30 é?J c4 gb4 31 tll d 6 g bs 32
después del movimiento b2-b3 se vuelve ctJ c4 Tablas.
vulne rable .

L a esencia d e la posición consiste en que


las negras deben mantener las cuatro to­
rres sobre el tablero y crear contrajuego
en el flanco de dama. Sigamos la acción
modélica de Anand.

23 ... gfb8! 24 füd1 a5! 25 @f2

Véase el diagrama siguiente

25 ... @h7!

¡Sin prejuicios! Con las cuatro torres sobre


el tablero el rey negro no estaría seguro
en el centro. Anand se prepara para rea­
l izar el plan de defensa que ha pensado.
La torre a8 se ubica en a? para defender
la séptima fila. Con la evacuación del rey

1 44
Capítulo 6
El pensam iento esq uemático

La historia del ajedrez conoce muchos distribución lógica de sus piezas, surg ida
ejemplos en los que en una posición com­ de la valoración de la posición y diseña­
pleja, y prácticamente en algunos minu­ da para resolver problemas concretos no
tos, u n jugador toma una decisión, cuya demasiado complejos. En el transcurso
corrección es confirmada posteriormente del juego un esquema reemplazó a otro,
con largos análisis, aunque para el juego y l legó un momento en el que Capa blanca
práctico parece irreal . Es legendaria la in­ decidió descartar el avance de su peón de
tuición de J. R. Capablanca. V. Smyslov, R. más en el flanco de dama. Es decir, cambió
Fischer, A. Karpov, V. Kramnik y muchos el plan de juego estratégico, porque Rago­
otros jugadores de ajedrez, que se han zin tenía debilidades en el flanco de rey, y
hecho famosos por sus análisis excepcio­ el juego contra esas debilidades prometía
nalmente rápidos y precisos de todos los mejores posibilidades.
detal les de la posición.
Todo esto es muy característico del aje­
En el final los esquemas mentales propor­ drez moderno. Por supuesto, hay posi­
cionan al ajedrecista experimentado ven­ ciones que nos permiten diseñar un plan
taja sobre su adversario, i ncluso aunque estratégico global, contra el que el adver­
éste lo supere en la velocidad y la longitud sario no puede oponer nada. Sin e mbar­
del cálculo de variantes, pues a pesar de go, es más frecuente cambiar los planes
ello solo pone su atención principal en el de acuerdo con los cambios de situación
cálculo. sobre el tablero, causados por las acciones
del adversario. Y ahí es necesario dedicar
No obstante, pensar con esquemas no todo el tiempo a pensar en esquemas, en
debe confundirse con la formu lación del las pequeñas partes que componen u n
plan principal de j uego, aunque en ambos plan, con la excepción de l a s posiciones
casos hay mucho en común. Tanto los es­ calculables, donde las consideraciones
quemas mentales como el plan general de generales pasan a un segundo plano, y ce­
juego derivan de una estimación concreta den su lugar al cálculo concreto.
de la posición. Por ejemplo, en la partida
Capablanca - Ragozin la idea principal de
las blancas fue la realización de un peón
POSIC/ÓN 32
de ventaja en el flanco de dama. La crea­
ción del momento favorable para la imple­ Boris Spassky - Eugenio Torre
mentación de ese plan vino precedida por Hamburgo 1 982
un g ran trabajo de preparación para me­
jorar la disposición de las propias fuerzas y Véase el diagrama siguiente
prevenir el posible contrajuego del adver­
sario. Tras ello Capablanca aprovechó la En el diagrama aparece u n final de torres

1 45
El pe n s am iento esquemático

Sin embargo, permite que Spassky se sal­


ga de los caminos trillados y gane la par­
tida.

9 a6 i>g6 10 a7!

Con el peón situado en f6 esta jugada es


posible.

10 ... i>h7 1 1 i>h2 ga1 1 2 g3 ga2+ 1 3 i>g1


@g6?!

típico con un peón más de las blancas en Tras esta j ugada las negras ya no tienen
el fla n c o d e dama. ninguna posibilidad. El único intento para
mantenerse al borde del abismo era la ju­
1 ... g d 1 + 2 i>h2 hS 3 h4 gd2 4 i>g3 gd3+ 5 gada 1 3 ... g5! Ahora las blancas necesita­
f3 g d2 6 gas+ i>h7 7 a4 ga2 8 as f6? rían encontrar la elección correcta y jugar
14 fü8! (es errónea 14 hxg5? fxg5 1 5 f4
por 1 5 ... exf4 1 6 gxf4 �a1 +! 1 7 i;t>f2 l"í:a2+!
con tablas). Con un juego correcto de su
adversarios las negras no pueden salvar
la posición que surge tras 14 fü8! �xa? 1 5
füf6 gxh4 1 6 gxh4

Hasta ahora el juego transcurría por el


cami no habitual . El plan estándar de las
blancas consiste en llevar el rey al flanco
de d a ma cuando la torre esté situada en
a? y e l peón e n a6. Durante ese tiempo
las n e g ras capturan uno de los peones
del fla nco de rey e i ntentan crear allí un La torre blanca ocupará una posición fuer­
peón pasado, y entregan la torre por el te en f5, mientras que el rey apartará a la
peón blanco <<a>>, que ya habrá llegado a torre negra de la quinta fila. No obstante,
a? con la torre blanca situada en b? o c?. El las blancas tendrían que superar dificulta­
contraj uego de las negras es más difíci l de des técnicas.
org a nizar que e n un final similar con tres
0 dos peones por cada bando en el flanco 1 4 f4!
de rey, aunque a veces funciona.
Véase el diagrama siguiente
A primera vista es difícil entender por qué
la última jugada de Eugenio Torre está 14 ... i>f7
marcada con u n signo de i nterrogación.

1 46
El pensamiento esquemático

POS/C/ÓN 33
Lev Polugaievski - Evgeni Vasiu kov
Tiflis 1 967

Ahora empieza a comprenderse cuál es la


diferencia debida a la posición del peón
«fo. Con el peón en f7, las negras obten­
drían las tablas con el cambio en f4 segui­
do del movimiento g7-g6, y las blancas no
pueden crear un peón pasado en el flanco En nuestra opinión, los finales de torres
de rey. Ahora la captura con peón en f4 es se encuentran, por así decirlo, en una cla­
com pletamente desesperada para las ne­ sificación aparte de los finales de ajedrez.
gras debido al avance hacia la transforma­ Son extraordinariamente complejos, y es­
ción en dama del peón pasado blanco por tán sujetos a sus propias leyes y principios
la columna «e». específicos, que a menudo no tienen nada
que ver con los principios que rigen la lu­
1S fxeS cha en los finales complejos. A menudo en
los finales de torres es difícil describir las
Era mala 1 5 fS, con idea de g3-g4 y h4-h5- acciones de ambos bandos debido al gran
h6, a causa de los jaques de la torre negra, número de posibilidades disponibles, las
que desplazarían al rey blanco al flanco de posiciones que surgen son irracionales, y
dama, con lo cual la jugada g3-g4 sería im­ la elección de la jugada, ante todo, se basa
posi ble. en variantes concretas.

1S ... fxeS 1 6 ©f1 ga1 + 1 7 ©e2 ©96 1 8 ©d2 Sin embargo, a menudo contemplamos la
ga4 1 9 ©c3 ga1 20 ©c4 ©f7 21 @ds gas+ imagen opuesta: las variantes concretas
22 ©d6 son prácticamente irrelevantes, y el pen­
samiento se lleva a cabo exclusivamente
Esta posición, o bien la misma posición mediante esquemas. A ese tipo de fi nales
con el rey en la casilla h7, era i nevitable pertenece este final. El método de defensa
para las n egras. Ahora pierden el peón eS para el bando débil en este tipo de posi­
debido al zugzwang. ciones se conoce desde hace tiempo. La
torre negra se sitúa detrás del peón blan­
22 ... ©g6 23 © e6 ga1 co, y mientras avanza hasta b6, las negras
esperan. Cuando el rey blanco acuda en
No cambiaba nada 23 ... <j,Jh7 24 cii fs g6+ ayuda de su peón pasado, las negras cap­
25 <j,Jf6. turan uno de los peones blancos del flan­
co de rey y crean u n peón pasado e n ese
24 ©xes ©f7 2s ©ts gas+ 26 es g6+ 27 lado del tablero. Después ya están listas
©e4 Las negras abandonaron. para entregar la torre por el peón pasado

1 47
u ático
El pen sam ien 11:: o esq em
a e­
blan co, y todC" se redu ce, por regl gen está en su camino el peón g6. Las blancas
ral1 a u n fi nal de «rey y torre contra rey y podrían apartarlo enseguida del cami­
peón». El resu 1:: ado de 1� part ida d : pende, no tras asestar la puñalada 1 hS. Cuando
por supu esto d � l � s rncunstanc 1a s con­ las negras capturen en hS o permitan a
.
ltante, s i. n em­
r

cret as de la p o s1c 1on resu las blancas capturar en g6, la idea de las
barg o el resu l t a d o de tabl as es más com ún blancas de crear un segundo peón pasa­
que la victori a d el ban do que tien e peó n do adquiere tintes de real idad, y sobre el
de ventaja. P a re ce que en n uestro caso la tablero emerge u n final teórico ganado.
acci ón tam bi é n se desa rrol lará sigu iendo Durante la partida me d isponía a jugar h4-
el citad o esq u e ma. hS en la j ugada siguiente, sin embargo el
análisis me convenció de que mi esperan­
1 bS? za era i nfundada. Porque ahora es el turno
de juego de las negras, y a ntes de situar la
La jugada sec r eta de las blan cas es un erro r torre detrás del peón «b», pueden cortar
ria. ofrece ­
g rave, que d ej a es �apar la victo . .
de raíz todas las i ntenciones agresivas de
mas el com e n t n a o de Lev Polu ga1evsk1: su adversario e n el flanco de rey jugando
«Sol o en el a n á l isis cons eguí desc ubrir un previamente 1 ... hS! En ese caso, si el rey
.
mat iz en esta posició n, y muy sign ificativo blanco se acerca al peón «b», el juego si­
El hecho es q u e tras avan zar su peón hast a gue según el esquema mencionado al
la casi lla b7, 1 a s blan cas enca denan a la to­ principio, y pueden confiar en mi palabra,
rre y al rey a dve rsari os, y desp ués, con una entonces a las blancas como mínimo les
man iobra e nv o lven te de su rey, med iante falta un tiempo para obtener la victoria.
la "tria ngu la c ió n '; cap turan el peó n es. No
obst ante, in c l u so desp ués de esto solo Por mucho que lo repasé, no encontré
obti enen la v i c toria si cons iguen crea r u n una victoria para las blancas. Aunque las
Í
peón pasad o e n l a columna « ». blancas ganan el peón es con ayuda de la
"triangulación" (esto es posible), después
solo pueden crear un peón pasado en las
columnas «g» o «h», lo que es insuficiente
para ganar».

Estos comentarios del gran maestro Po­


lugaievski tienen ya medio siglo. Lástima,
hoy los programas de ordenador d etec­
tan fácilmente un «agujero» en ellos: 1 hS
gxhS 2 bS fü4! 3 f3 h4+ 4 <ii f2 h3! S gxh3
e4 6 'lti e3 exf3! con tablas.

1 ... :Bb4?
Med iante fs-f6+, las blan cas arreb atan al
rey negr o la po sibili dad de "bail ar" en las Es evidente que las negras no descu brie­
casil las g7 y h 7, Y tras 'lti g7-f7 gana n con ron la esencia lógica de la posición, y ya
ayuda de )% b 8-h8, mientras que en caso de en la primera jugada de la reanudación
iig7xf6 obti e ne n la posib ilidad de asestar cometen un error decisivo. Como ya se ha
u n jaq ue m o rtal : f&b 8-f8+ y b7- b8\W. dicho, la jugada correcta era 1 ... hS!

Í
En la pos ici ón a plazada el peó n blan co « » 2 hS! gxhS 3 b6?
n o tien e u n opone nte en su colu mna, pero

1 48
El pensamiento esquemático

Es fácil e ntender la alegría del g ran maes­ Por eso en respuesta a 3 ... Eí:b3+ las blan­
tro Po i u gaievski tras la primera j ugada cas tendrían que probar suerte con 4 ª1h4.
de l a re a nudación. Sin embargo las emo­ Sin embargo, en caso de 4 ... e4! (además,
ciones, i ncluso las positivas, no siempre también es posible 4 ... l=&b2) la atractiva
son un buen asistente en un combate S WxhS solo l l eva a tablas después de la
ajedre c í stico. Al saborear por anticipado jugada tranquila S ... l=&b4!!, y las blancas
la rea l i za ción del plan mencionado, las están condenadas a l uchar "sin rey': ya
blanca s s e apresuran y pasan por alto una que no puede poner un pie en la "minada"
posibi l ¡ d ad oculta de contrajuego para su cuarta fila. Y la temática 6 f4 l lega tarde
advers a ria, que Vasiukov no aprovecha. Lo por un tiempo: 6 ... e3 7 fS e2 8 Eí:e8 Eí:xb6 9
correcto e ra 3 ª1f3! Por ejemplo, es posible füe2 Eí:b1 . Tampoco cambia nada 6 g4: el
esta v a (' i a nte: 3 ... Eí:b3+ 4 We4 Eí:b2 S We3 avance g4-gS se detiene con 6 ... Eí:bS+!!».
E&b3 + 6 ª7 d2 Eí:b2+ 7 ª1c3 füf2 8 Eí:e8, y las
blanca s d eben ganar. 4 @13 i>h7

3 ... h4+? No cambiaba nada 4 ... Wg6 S b7 WhS 6


g4+! hxg3 7 fxg3, y las negras no están en
Cede rn o s de n uevo la palabra a Polugaie­ condiciones de defenderse contra el avan­
vski: «L a posibilidad de salvación consistía ce 8 g4+ y 9 gS!
en la j u g ada 3 ... Eí:b3+! En ese caso apa­
recía u n i ncreíble estudio de tablas des­ 5 b7 i>g7 6 i>e3 e4
pués de 4 f3 e4 S b7 (S Wf2 l=&b2+ 6 We3
Eí:xg2 7 b7 l=&b2 8 fxe4 h4, y el peón «h» no La táctica de espera tampoco tenía éxito.
es m á s d ébil que cualquiera de sus opo­ Si 6 ... Wh7, entonces 7 Wd3 Wg7 8 Wc3
nente s blancos) S ... h4+ (pero no S ... e3 l=&b1 9 Wc4 Eí:b2 1 O WdS, y cae el peón es,
a cau sa de 6 f4 e2+ 7 ª1f2), y después de ya que pierde enseguida 1 O ... Eí:bS+? 1 1
6 ©f2 salva a las negras la directa 6 ... h3, Wc6!, y el rey blanco se acerca al peón b7
mien tra s que en caso de 6 Wxh4 e3 7 Wg3 con ganancia de tiempo, tras lo cual deci­
sigue l a sutil 7 ... Eí:b4!!, y las blancas están de la retirada de la torre por la octava fi la.
en zugzwang.

Las b l a ncas no tienen otra jugada más que


8 f4 (e l cambio del peón b7 por el peón e3 9 , gb2
..

con d u ce a un fi nal de tablas teórico), aun­


que e ntonces 8 ... e2 9 Wf2 füf4+ 1 O ©xe2 El peón e4 está condenado. Si 9 ... Wh7,
Eí:b4 d e n uevo no las ofrece nada. entonces 1 O ©es l=&b2 1 1 ª1c6 l=&c2+ 1 2

1 49
El pensamiento esquemático

©ds fí:b2 1 3 �xe4. te el rey a su peón pasado.

1 0 ©xe4 gb4+ 1 1 ©d3 gb3+ 1 2 ©c4 gb1 2 ©b3 bS 3 ©c2 a4 4 gh6 ©es s gxg6 gxh4
13 f4 6 g9s gg4

U na posición similar a la que esperaban Ambos bandos actúan de acuerdo con u n


alcanzar las blancas en la reanudación. To­ escenario preestablecido.
davía siguió:
7 g6 ©b6
13 ... fü1 + 14 ©d3 gb1 15 fS gb6 1 6 f6+ Las
negras abandonaron. H ubiera sido un error g rave 7 ... ©c4? 8 g7
fí:g2+ 9 ©b1 �b3 1 0 fí:c8!, y a 1 0 ... fí:g 1 +
sigue 1 1 fü1 fí:xg7 1 2 fí:c3++
POSICIÓN 34
8 g7!
V. S m i rnov - Mijaíl Sh ereshevsky
M i nsk 1 979 La marcha del rey hacia el peón carecía ab­
solutamente de perspectivas.

8 ... ©b7 9 ©d3

Empieza a esbozarse el plan de las blan­


cas. Tras la llegada del rey blanco a f3 la
torre negra se ve obligada a dejarlo pasar
a la cuarta fila. Después el rey blanco em­
prende camino hacia as . . .

Tarde o temprano se producirá un inter­


cambio de peones en el fla nco de rey,
tras el cual las blancas se quedarán con
un peón pasado de ventaja en la columna
«g». La torre negra se situará a su retaguar­
dia, y si el rey blanco se dirige a l peón g6,
las negras capturan el peón b2 y crean un
peón pasado en el flanco de dama. La par­
tida terminaría e n tablas. Ese es el esque­
ma habitual en este final. En esta posición las blancas entregan el
peón g7 con la jugada fü8, y después de
1 ... as füg7 j uegan füs, capturan los peones del
flanco de dama y ganan. Sin embarg o, las
A las negras les favorece retirar los peones negras tienen una defensa.
de la séptima fila. Además, cuanto más
avance el peón «a», más rápido se conse­ 9 ... ©a7 10 ©e3 ©b7 11 ©f3 ggl 12 ©t4
guirá crear un peón pasado, si las blancas gg2 1 3 ©es gg3 14 ©ds ggs+ 1s ©d6
ceden el peón b2 para acercar rápidamen-

1 50
El pensamiento esquemático

Hasta aquí las negras mantenían una tác­ EJERC/C/0 4


tica de espera, sin embargo ahora se en­
Oleg Moiseev - Vladímir Bagírov
cuentran en zugzwang. La torre no pue­
Moscú 1 956
de impedir que el rey blanco llegue a es,
mientras q ue el rey negro debe proteger
la casilla c6. Con el método de exclusión
es fácil encontrar la jugada que da tablas.

1S ... b4!

Las negras sacrifican sus peones del flanco


de dama, y a cambio destruyen la estruc­
tura de peones de su adversario. Surge un
final increíble, en el que las blancas tienen
tres peones de ventaja, ¡pero no pueden
ganar!
Mueven las negras. Indique el plan dejuego
1 6 axb4 gg6+ 1 1 mcs ggs+ 1 s @c4 @a7 1 9 y la primera jugada.
b S gg4+ 2 0 @es @ b 7 21 b 6 ggs+ 2 2 @b4
gg4+ 23 @bs Tras el análisis de los fi nales precedentes
la tarea no debería causar dificultades es­
Las negras están en zugzwang. Se ven peciales.
obligadas a entregar el peón a4, aunque
esto no tiene importancia.

23 ... ggs+ 24 @xa4 gg4+ 2S b4 gg1 26 SOLUCIÓ N . 1 .. gS! 2 hxgS Wg6 3 1%a7 a2
.

@as ggs+ 21 bS gxbS+! 4 Wh2 WhS 5 Wg2 g6, y las negras, tras la
captura del peón gS, ganan sin la ayuda
Véase el diagrama siguiente de su rey, mediante la creación de un peón
pasado en la columna «f».
Tablas.
En la partida las negras se precipita­
ron al jugar 1 ... a2?, y permitieron un
contrajuego oculto del adversario. Las
blancas respondieron 2 ga6! @h6 Ahora
2 ... gS no daba nada debido a 3 hxgS, y

151
El pensamiento esq uemático

el rey negro nunca podrá capturar el peón


gS. En caso de 3 ... g6 el rey blanco impedi­
rá que su oponente penetre a través de f3
en g4 (sencillamente las blancas esperan
con su torre en la columna <<a>>), y después
de 3 ... cii g 8 4 g6 las negras no pueden me­
jorar la posición.

El j uego continuó de la siguiente manera:


3 'kt>h2 ©hs

La j ugada exacta. Las blancas no ceden a la


tentación de atacar a l peón g7. Sería erró­
neo 1 4 2'.c7 fü2+ 1 5 cii g 1 2'.a2 1 6 2'.xg7+?
ciif3, y la presencia en el tablero del peón
fS impide a las blancas salvar la partida.

14 ... fü2+ 15 ©g1 E:e2 1 6 E:a8 ©f3 1 7 E:a3+


E:e3 1 8 E:a1 g2 ( 1 8 ... cii g 4 1 9 2'.a8) 19 ©h2!

La sutileza final ( 1 9 2'.b1 ? cii g 3 20 2'. a 1 fü3


Las negras amenazan jugar 4 ... g5 y 2 1 2'.b1 fü1 + con un final ganado).
ganan. ¿Cómo deben reaccionar las
blancas? 19 ... ©t2 20 E:a2+ E:e2 21 E:xe2+ ©xe2 22
©xg2 Tablas.

Con frecuencia la defensa se enfrenta a la


SOLUCIÓN: Lo correcto es 4 E:a4!! con siguiente elección: pasar a una d efensa
idea de a 4 ... gS responder 5 g4+! pasiva o sacrificar u n peón para obtener
contraj uego.
Después siguió: 4 ... ©h6 5 E:a6! ©hS 6
E:a4! gS 7 g4+! 'kt>xh4! A este respecto es muy interesante la
opinión de Nimzowitsch: «Si n vacilación
Después de 7 ... fxg4 8 hxgS el asunto se y con plena conciencia de la responsabi­
reduce a la posi ción de la partida Smirnov lidad asumida, tomamos la decisión de
- S hereshevsky. Ahora la presencia de un establecer la siguiente regla: si hay que
peón blanco en fS crea algunos problemas decidir entre defender con la torre un peón
a las blancas, y se requiere que jueguen atacado, que por ese motivo se vea obligada
con precisión. a ocupar una posición pasiva, o simplemen­
te sacrificar el peón para que la torre tenga
8 gxfS+ g4 9 ©g2 E:b1 1 0 füa2 E:b4 11 fü2 libertad de acción, lo mejor será elegir la úl­
g3 12 E:a2 ©g4 1 3 fü2 fü4 tima opción.

Véase el diagrama siguiente Esta regla, como ya se ha d icho, debe


adoptarse con precaución. El mayor o me­
14 fü8! nor g rado de actividad (o de pasividad)
debe contrastarse en cada caso con espe-

1 52
El pensamiento esquemático

cial cuidado. N o es nuestra i ntención pre­ mucho más convincente.


dicar el sacrificio por el bien de la víctima.
Sacrifique, ¡pero razonadamente!» 4 @f2 �a8 5 e4

En la sig uiente partida el bando débil se Tukmakov rehúsa la captura del peón b6.
salva mediante el sacrificio de material Después de 5 füb6 a3 6 bxa3 füa3 la torre
con el fin de activar las piezas. negra se ubica detrás del peón «b», y para
tener probabilidades de ganar tras situar
la torre en b7 y el peón en b6 las blancas
deben intentar acudir con su rey en ayuda
POS/C/ÓN 35
del peón pasado. Durante ese tiempo las
Vlad ím i r Tukmakov - Mijaíl negras capturan el peón g2, y aunque e l
S hereshevsky peón blanco esté situado en b7, y la torre
Tiflis 1 980 negra, digamos, en c7, el peón pasado ne­
g ro de la columna «h» proporciona a las
negras suficiente contrajuego. La tarea de
las negras sería más difícil si el peón blan­
co estuviera en g4, y el negro en h6.

5 ... a3 6 bxa3 �xa3 7 exdS exdS 8 �d6

La captura del peón dS no promete a las


blancas posibilidades de éxito.

Las blancas tienen ventaja. Dominan la


única columna abierta. El peón negro b6
es débil, y ya d eben pensar en un plan de
defensa.

1 ... hS!

Un procedi mi ento típico. Las negras


apuestan por un contrajuego activo, que
va asociado al sacrificio de un peón. Para
las futuras acciones activas es muy impor­
tante «apretar» a los peones blancos en 1 1 @h2 �b1 1 2 g4 hxg4 13 fxg4 �b3 14 g3
el flanco de rey. Si las blancas hubiesen @ta
tenido el turno de juego, habrían j ugado
inmediatamente g3-g4. El rey negro se dirige a la casilla e6, tras lo
cual las blancas n o pueden conservar su
2 fü6 �b8 3 f3 a4! peón de ventaja. Tablas.

Puede ser que la defensa pasiva llevara a


tablas; sin embargo, el plan asociado al
sacrificio del peón para activar la torre es

1 53
El pensamiento esquemático

Si 6 E\c7, entonces 6 ... füa3 7 2:xe7 E\a l +


POS/C/ÓN36
8 ct?e2 E\a2+ 9 ctífl as, y e l peón negro se
Oleg Pavlen ko - Vladími r Bagírov
dirige rápidamente a la casilla a2.
Bakú 1 964
6 ... as 7 ic2 )"'Sb2 8 @d1 ib3! 9 ixb3 E!xb3

Ahora se puede valorar el mérito de la ju­


gada 1 ... g5!

N imzowitsch ya describió los fi nales de


este tipo en su obra Mi sistema: «En la prác­
tica de los maestros es habitual que uno
de los contendientes emprenda largas
maniobras y, en general, realice máximos
esfuerzos, solo para lograr una posición
agresiva de su torre como resultado de to­
das estas acciones, imponiendo al mismo
Las negras tienen ventaja posicional. La tiempo al adversario un papel pasivo. En­
diferencia en la posición de las torres su­ tonces la torre activa, con aires de "prima
giere que las blancas tendrá n g randes di­ donna'; que interpreta el papel pri ncipal,
ficultades con la defensa del peón «a». Lo mirará a su rival en el desempeño de un
más probable es que las blancas tengan papel secundario. En ese caso no hay que
que desprenderse de este peón con el fi n sorprenderse si "humillado" el rival... alega
d e pasar a u n fi nal d e torres. enfermedad y suspende la función. Algo
parecido sucede en la siguiente posición:
Ahora mueven las negras. En previsión de
un posible final de torres, Bagírov hizo la
jugada 1 ... gS!, que paraliza la estructura
de peones negros en el flanco de rey y ex­
cluye cualquier contrajuego en esa zona
del tablero.

2 @n h6 3 @e1 fü2

Las negras impiden que el rey enemigo se


acerque al flanco de dama. Este objetivo
podía lograrse tal vez con mayor efecto
con la jugada 3 ... 2:b3!
La torre negra agradece, pero no acepta, el
4 .ie4 papel pasivo que se le i mpone ( 1 ... 2:a7), y
prefiere la acción activa: 1 ... 2:b2! 2 2:xa5
En respuesta a 4 E\dl las blancas tuvieron 2:a2. Ahora la torre negra ha adqu irido
que contar con la posibilidad 4 ... 2:a2 5 gran elasticidad, y con ello puede asegu­
2:d3 �c4, sin embargo este era el mal me­ rar las tablas; probablemente, la jugada 1
nor. ... 2:a7 l l evaba a la derrota».

4 .. , gb2 S fü1 gb3 6 ga1 En n uestro ejemplo la salida de la torre


blanca al espacio operativo no salva la

1 54
El pensamiento esquemático

partida, principalmente debido a la posi­


ción activa de los peones en el flanco de
rey. Volvamos a la continuación de la par­
tida.

POSICIÓN 37
Mijaíl Shereshevsky - Valentin
Arbakov
Gomel 1 983

10 a4 gb2 11 @el gb4 1 2 ga2 @g7 13 @d2


hS 14 @e2 e6 1 5 @f3 fS 16 @g2 @f6 1 7 h3
ge4 1 8 ga3 fü4 1 9 ga2 @e7

Una vez fortalecida la posición en el flanco


de rey, las negras envían a su rey a con­
quistar el peón blanco a4.

2o ga1 @d6 21 h4

Pavle n ko comprende que la partida está


perdida, e intenta confundir a su adversa­
rio.
La posición de las blancas parece prefe­
21 ... gxh4 22 gxh4 @cs rible. Su estructura de peones es mejor y
tienen una mayor concentración de piezas
Por supuesto, no 22 ... füh4? 23 f4. en el centro. Si bien es cierto que las ne­
gras están gestando el contrajuego E1c8-
23 f3 es 24 @g3 @b4 25 gd1 fü3 26 @f2 füs b8-b3. Por eso las blancas tomar la deci­
27 f4 exf4 28 exf4 @xa4 sión de entrar en un final de torres.

Véase el diagrama siguiente 1 fS if7 2 CDdS ixdS

Las n egras han ganado el peón del flanco Prácticamente obligado, debido a las
de dama, y no han permitido contrajuego amenazas 3 tfje? y 3 tfjxf6.
en la otra parte del tablero. Todavía siguió:
29 @e3 @bs 30 gds a4 31 @d4 @b4 32 3 gxdS gb8 4 gd4 gb3 5 fü:c4 gxc4 6 gxc4
gbs+ gbs 33 fü8 a3 34 fü4+ @b3 Las blan­ gxa3
cas a bandonaron.
La serie de jugadas forzadas ha finalizado.
Valoré esta posición con mucho optimis-

1 55
El pensamiento esquemático

mo. Las blancas tienen cuatro peones mo­ f6 a l \W 22 füa l füal 23 f7


nolíticos ligados contra los cuatro peones
dispersos de las negras.

7 � f2 hS! 8 E!:d4!

23 ... E.\a2+! 24 ©fl E.\a8 2S g6 ©f3 26 ©el


®e3 27 ©dl ©d3 28 ©el ©c3 29 ©bl
E.\b8+ 30 ®el E.\a8, y se repite el mecanis­
mo de tablas.
8 .. h4!!
.

Las n egras entregan uno de sus peones y


POSICIÓN 38
están preparadas para sacrificar u n segun­
do peón. Lo principal es separar los peo­ Gennadi Timoshenko - Mijaíl
nes blancos del flanco de rey y apostar por Shereshevsky
su peón pasado «a». Tiflis 1 980

Reconozco que yo había calculado la ju­


gada 8 ... E.\a6, y entonces las blancas ga­
nan mediante 9 ©g3 ©g7 1 O ©h4 ©h6 1 1
E.\d3! (con la amenaza 1 2 E.\g3) 1 1 ... E.\a4 1 2
füd6 füe4+ 1 3 g4 hxg4 1 4 füf6+ ®g7 1 S
E.\g6+ y 1 6 hxg4.

9 E:xd6 �g7 10 E:d7+ �h6!

Por supuesto, no 1 O ... ©g8 por 1 1 E.\d4


seguido de 1 2 es, y las blancas conservan
todas las posibilidades de victoria.
La situación de las negras parece pel igro­
11 fü7 sa. El peón blanco ya ha alcanzado d7, el
rey negro se encuentra en una posición
En esta posición se aplazó la partida, y más vulnerable que el blanco, y las negras
los contendientes firmaron las tablas sin tienen que tener en cuenta el ataque de
continuar. La variante principal del análi­ las torres blancas por la columna «d». Solo
sis es la siguiente: 1 1 ... ©gs 12 E.\g7+ ©f4 se puede aliviar la situación mediante u n
1 3 E.\g4+ ©es 1 4 füh4 as 1 S E.\h6 a4 1 6 g4 cambio d e damas.
fü 1 (también es posible 1 6 ... E.\b3) 1 7 gS
a3 1 8 füf6 a2 1 9 E.\e6+ ©f4 20 E.\a6 E.\hl 21 1 ... \Wc3!
E l pensamiento esquemático

Para hacer esta jugada las negras tuvieron peones del adversario, la mayoría de las
que calcular las consecuencias del paso veces deberá escogerse la segunda deci­
no solo a un fi nal de torres, sino tam bién sión.
a uno de peones.
El lector puede objetar que con la elimina­
2 Wfxc3 ción del peón a4 las negras obtienen un
par de peones pasados y ligados. La va­
Las blancas n o tienen elección. A la retira­ riante 7 ... :8.a2 8 :8.h7+ @d6 9 füa7 fü2 no
da de la dama seguiría el jaque con torre parece peligrosa para ellas. Sin embargo
desde la casilla gS. después de 7 ... :8.a2 8 fühS füa4 9 lii g 4
surge un fi nal agudo, en el que los dos
2 ... E:xc3 3 E:d6 fü7 4 E:xg6 fü:d7 5 E:xd7+ bandos avanzan sus peones pasados en
E:xd7 6 E:h6 flancos opuestos.

Después de 6 :8.g7+ lii e 6 7 füd7 @xd7 el En estos fi nales rige el siguiente principio:
fi nal de peones tiene un carácter tablífe­ el rey debe marchar con sus peones, y la to­
ro. Para las negras es suficiente situar el rre luchar contra los peones enemigos. Las
peón a7 en a6 y mover el rey entre las ca­ piezas blancas actúan de acuerdo con este
sillas d6 y e6 El rey blanco situado en d4 esquema, y las negras todo lo contrario.
no dispone de casillas para penetrar, y la I nvito al lector a que verifique por sí mis­
captura del peón f4 sería imposible debi­ mo que sería mucho más difícil obtener
do al avance del peón pasado negro en el las tablas en este agudo final, que en la
flanco de dama. continuación que tuvo lugar en la partida.

6 ... E:d2+ 1 W h3 7 ... fü2 8 E:xhS E:xf3+ 9 Wg4 E:a3 10 E:h7+


We6 1 1 E:xa7

Las blancas han ganado un peón, sin em­


bargo las negras pueden obtener tablas
sin especial dificultad debido al reducido
y disperso número de peones que q uedan
sobre el tablero.

1 1 ... f3 1 2 Wg3 i>es 13 E:e7+ Wd4 14 i>t2

Amenazaban 1 4 ... cii e 3.

14 ... E:a2+ 15 Wxf3 E:xh2 16 E:d7+ WcS!


Las n egras tienen q ue eleg i r: ¿atacan al
peón a4, o al peón f3? Por regla general, en Es errónea 1 6 ... cii eS? 1 7 :8.dS+ lii e 6 1 8
estas posiciones se puede hacer la jugada :8.bS, y las blancas ganan.
a partir de consideraciones generales y sin
necesidad de un cálculo de variantes de- 17 es
tal lado. En los finales de torres los peones
dispersos no representan un gran peligro, Véase el diagrama siguiente
mientras que los ligados son muy fuertes.
Por eso, si existe la posibilidad de eliminar 1 7 ... E:h4!
un peón separado o romper el «grupo» de

1 57
El pensamiento esquemático

tades. Aunque en el final torre y caballo,


por lo general, son más débiles que torre
y alfil, después de 3 ... �xd4! 4 füd4 é2ie6
5 :;; e4 :;; e s las blan cas no tenían m uchas
razones para contar con la victoria. Ulf An­
dersson prefiere mantener las mismas pie­
zas que el adversario, y cambiarlas por su
equivalente. Pronto salen los cabal l os del
tablero, y después los alfiles; sin embargo,
en el final de torres las dificultades de las
negras solo aumentan.

El procedimiento estándar. Separar al rey 4 .id2 élJ es 5 b3 h6 6 h3 fü8


del peón.
Hubiera sido un g ravísimo error 6 ... :;; d s
18 e6 E:h6 19 e7 E:e6 20 @f4 @c6 21 E:a7 por 7 füd8+ �xd8 8 f4 seguido de 9 é2lc6.
@d6 Tablas.
1 @e2 ctJc6 8 ctJxc6 �xc6 9 E:d7 a6 10 @d3

Debido a la torre activa y a l rey centraliza­


POS/CIÓN 39
do, las blancas ya tienen ventaja.
Jan Timman U lf Andersson
-

Wijk aan Zee 1 981 10 ... @f8 1 1 a4 @e8 12 E:b7 E:d6+ 1 3 @e2
.id4 14 .ie3! E:e6 15 b4.ixe3 1 6 fxe3

Sobre el tablero existe igualdad de mate­


rial y una estructura de peones simétrica. La partida ha entrado en u n final de torres,
Las blancas tienen una ventaja posicional que es difícil valorar unívocamente como
mínima debido a la ubicación más activa ganado por las blancas o de tablas. Aun­
de sus piezas, sin embargo las negras tie­ que si comparamos esta posición con la
nen todas las posibilidades para igualar el inicial, entonces es evidente que las blan­
juego. cas han mejorado sus posibilidades de vic­
toria, y es dudoso que pudieran aspirar a
1 @n .if6 2 E:xe8 E:xe8 3 ctJd4 ét:Jg6?! más, mientras que las negras han empeo­
rado considerablemente su posición.
Una imprecisión, Tras la cual las negras
empiezan a experimentar ciertas dificul- 1 6 ... h5 1 7 @d3 h4

1 58
El pensamiento esquemático

En caso de 1 7 ... �g6 seguiría 1 8 �a7.

18 'Ba7 bS

U no de los momentos más difíciles para el


bando defensor en los finales de torres es
tomar la decisión sobre qué táctica de lu­
cha debe seg u i r, cuando el adversario for­
talece su posición. Por regla general exis­
ten dos posibilidades: entregar un peón
y activar la torre, o bien continuar con la
táctica de espera. No existe una receta
mágica. En unos casos la única decisión g4 28 a6) 28 <J?a6! h3 29 bs g4 30 b6 g3 3 1
correcta es la primera, y en otros la segun­ b 7 �b3 3 2 füh3, y las blancas ganan. Aun­
da. Mucho depende de las características que a primera vista el final parece agudo,
propias del jugador, porque no siempre es un ajedrecista experimentado enseguida
posible prever hasta el final todas las con­ advierte que las complicaciones deben
secuencias de la decisión tomada. Anders­ terminar en favor de las blancas, y las va­
son prefiere mantener el equilibrio mate­ riantes concretas lo confirman. Puede for­
rial y es derrotado. mularse la siguiente regla para los finales
de torres con peones pasados avanzando
Es posible que si las blancas hubiesen es­ en flancos distintos: la torre debe luchar
cogido la continuación 1 8 ... as 1 9 bxaS contra los peones adversarios, mientras que
bxaS 20 füas 2Jg6 21 �hS �xg2 22 füh4 el rey debe apoyar el avance de sus propios
también perdiera n el final sin peón, y en­ peones pasados. En la mayoría de los casos
tonces los comentaristas habrían conde­ esta regl a es correcta.
nado la jugada 1 8 ... as y recomendado la
contin uación 1 8 ... bS. El fi nal se a molda al 23 ©es 'Be6 24 'Bb7!
carácter del jugador, y es extraordinaria­
mente difícil dar un diagnóstico preciso. Tras reforzar al máximo su posición, las
blancas emprenden acciones activas. A su
19 as 'Bc6 20 ©d4! vez, las negras obtienen contrajuego, sin
embargo casi n u nca se consigue ganar
Es posible que el gran maestro sueco sub­ un fi nal de torres con material equilibrado
estimara esta maniobra del rey. Resulta «sin perder sangre», sin dar contrachances
que a 20 ... l'k4+ sigue 21 <Jíds füb4 22 al oponente.
iid6! f6 23 füa6, y las blancas tienen g ran­
des posibilidades de victoria. 24 ... 'Bxe4 2S ©b6 'Bxb4 26 ©xa6 'Bb2 27
©b6 'Bxg2 28 a6 'Ba2 29 a7
20 ... ©t8 21 ©ds 'Bg6 22 e4!
Véase el diagrama siguiente
Véase el diagrama siguiente
Las blancas han salido victoriosas de la ar­
22 ... ©e8 dorosa lucha. Esto lo ha faci litado en gran
medida el «pernicioso» peón bS.
En caso de 22 ... �xg2 es posible la siguien­
te variante: 23 füa6 2Jg3 24 �a8+ <J?e7 2S 29 ... gS 30 ©es ts 31 'Bb8+ iif7 32 a8\W
<Jíes füh3 26 iixbS gS 27 �h8 �a3 (27 ... 'Bxa8 33 'Bxa8 g4 34 ©d4 gxh3 3S 'Bh8 Las

1 59
El pensamiento esquemático

negras abandonaron. las negras tienen todo en regla: su rey


apoya al peón pasado c4, y la torre luchará
con los peones enemigos. Las blancas, sin
embargo, tienen a su rey lejos de la arena
POSJC/ÓN 40
de las acciones militares, y la ventaja ma­
Efim Geller - Vasily Smyslov terial solo las permite no perder la partida.
Palma de Mallorca 1 970
Contin uemos la variante de Geller: 52 h4
Eí:b3 53 h5 c3 54 h6 c2 55 Eí:cS (es mala 55
h7? c 1 \W 56 h8\W \Wf4+) 55 ... Eí:c3 56 füc3
mxc3 57 h7 el \W 58 h8\W \Wf4+ 59 mh3
\Wfs+ 60 �g3 \Wf4+ con tablas.

En caso de 46 füeS Eí:a8 47 @g3 �d6 48


Eí:e3 Eí:a2! (indicada por Geller) las negras
disponen de contrajuego suficiente para
alcanzar las tablas.

En la variante 46 Eí:b6 Eí:a8 47 fübs Eí:a3


48 Eí:cS füc3 49 Eí:c6 Eí:b3 50 füc4 @d6 51
Mueven las blancas. Tienen un peón de Eí:c6+ �xdS 52 Eí:g6 Eí:xb4 53 füg7 h5 54
ventaja, y es posible tanto capturar el Eí:gS h4 la partida también debe terminar
peón es, como atacar con la j ugada 1 en paz.
Eí:g6 el peón g7, o con la j ugada 1 Eí:b6 el
peón bS. Sin embargo, las negras tienen U na cosa está clara. En los fi nales de torres
contrajuego. Su torre, desplazándose por agudos la ventaja de material no j uega
la col um na <<a>>, tendrá la oportunidad de un papel principal. ¡ Las blancas necesitan
atacar al peón c3. En el momento en que cambiar la tendencia d esfavorable y co­
la torre blanca abandone la sexta fila, des­ nectar su rey con el peón dS! Por eso, 46
de la casilla d6 el rey negro atacará al peón ©g3!
dS, y la torre al peón c3, y entonces podrán
permitirse perder peones en el flanco de Las blancas están d ispuestas a despren­
rey y obtener contrajuego suficiente para derse de la ventaja de material con tal de
salvarse. En la variante indicada por Geller obtener la distribución de fuerzas correc­
46 Eí:g6 Eí:a8 47 füg7+ @d6 48 Eí:g6+ @xdS ta.
49 füh6 Eí:a3 50 Eí:b6 füc3 5 1 fübS+ @d4

1 60
El pensamiento esquemático

46 ... gas 47 iif3 ga3 48 iie4 gxc3 49 gg6 rJlc7 63 1:\c6+ rJld7 64 d6 c2 65 1:\c7+ 'ítie6
66 <ii x bS rJlxd6 67 1:\c8.

63 ge6+ iid7 64 ge3! c2 6S fü3 gh2 66 h4!


gxh4 67 gxc2 gxg4 68 gh2! gg6 69 iixbS
@d6 70 �hS @c7

También era desesperado 70 ... 1:\gS 71


füh6+ rJlxdS 72 rJlb6.

71 @es fü6 72 �hl iih7 73 bs �g6 74 ghs


iic7 7S ms �gl 76 b6+ iib7 77 fü7+ @bs
78 d6 fü1 + 79 iids Las negras abandona­
ron.
La irrupción del rey blanco en el centro
ha cambiado por completo los papeles.
Ahora el rey negro está presionado contra
EJERCICIO 5
las cuerdas (octava fila), y su adversario se
lanza al ataque junto con el peón dS. La Boris Gelfand - Vladímir Maláj ov
torre blanca combina las acciones de ata­ Dagomys 2005
que con la vigilancia del peón enemigo
c4. Solo han transcurrido cuatro jugadas, y
la posición se ha convertido de confusa a
claramente ganada por las blancas.

Continuemos el desarrollo del fi nal: 49 ...


fü2 SO gxg7+ iid6 S1 gg6+ iid7 S2 g97+
iid6 S3 gg6+ iid7 S4 iixeS ge2+ SS @d4
gxf2 S6 gg7+ iid6 S7 gg6+ iid7 SS g4
gd2+ S9 @es ge2+ 60 @d4 gd2+ 61 @es
c3 62 gd6+!

Mueven las blancas. Indique el plan de


acción y lajugada concreta.

La ventaja blanca es evidente. Las negras


están situadas en la ú ltima línea de de­
fensa. Es necesario que el rey blanco en­
tre en f7, ya que la base de la cadena de
los peones centrales negros la constituye
el peón e6. La ventaja más importante
de las blancas es el hecho de que en casi
cualquier situación el cambio del caballo
por el alfil conduce a u n final de peones
62 ... iie7 ganado por ellas. Solo queda encontrar la
manera de poner a las negras en posición
Las negras tampoco tenían muchas po­ de zugzwang.
sibilidades de salvación después de 62 ...

161
El pensamiento esquemático

SOLUCIÓN: Para resolver esa cuestión es


necesario hacerse la pregu nta: «¿En qué
ubicación del caballo blanco el alfil ne­
gro no tiene m ovimientos? La respuesta
es obvia, el caballo debe ir a h5. Al mismo
tiempo debe i mpedirse el contrajuego
asociado con la maniobra del alfil negro
ih8-f6-h4-f2. Boris Gelfand descubre una
solución elegante y forzada:

45 Cll f7! if6 46 tll g S! J\h8 (es desesperado


46 ... ixg5 47 fxg5) 47 Cll h7! @es
presencia de los alfi les sobre el tablero no
Val ía la pena ensayar la última posibilidad, deja a las negras ninguna esperanza de
47 ... \t>d6. Entonces las blancas tendrían salvación, porque en caso de i ntercambio
que responder, como en la partida, 48 de torres su posición estaría completa­
lilf6!, para evitar las complicaciones in­ mente perdida. Por el contrario, el fi nal de
necesarias 48 \t>f7?! e5! 49 fxe5+ �xe5 50 torres concede a las negras posibilidades
dxe5+ <j;¡xe5. de salvación.

48 tlit6+ @t8 49 tli hs! @gs so @h6 1 'Bc7?

Una decisión equivocada en la solución


del problema del cambio. Simplemente
debieron abrir una «ventan i l la» para el rey
con la j ugada 1 h3, y en caso de 1 ... :gd5 es
desagradable 2 :gb4.

1 ... J\e4!

Ahora el juego pasa a un final de torres, y


las esperanzas de las negras de obtener u n
resultado positivo s e incre mentan.

Las negras abandonaron. Después de 50 ... 2 @f1 ixc2 3 �xc2


iif7 51 iih 7 if6 52 éll xf6 <j;¡xf6 53 \t>g8 las
blancas ganan.

POSIC/ÓN 4 1
B . Maryasin - Peter Korzubov
M insk 1 982

Véase el diagrama siguiente

Las blancas tienen u n peón de ventaja y


excelentes posibilidades de victoria. La Pregunta n.0 1: ¿ Qué juegan las negras?

1 62
El pensamiento esquemático

de las blancas entre las jugadas 4 g a2 y 4


l"lc3, y por qué?
RESPUESTA: 3 ... �a8!

Cuando Sieg bert Tarrasch, tras recibir las


críticas por su famoso aforismo "en los fi­ RESPUESTA: 4 fü3!
nales de torres la torre debe situarse detrás
del peón pasado, del propio o del contra­ No es rentable para las blancas situar su
rio'; añadió irónicamente "si esto es favora­ torre detrás del peón pasado. Después de
ble"; por supuesto tenía en mente las ex­ 4 l"la2?! l"la4! 5 <ii e 2 <iifs 6 <i?d3 me? 7 <i?c3
cepciones concretas a la regla. El presente <i?d7 S <i?b3, con la jugada S ... l"le4 las ne­
final de torres tal vez se pueda incluir en la gras recuperan el peón, a la vez que su rey
categoría de excepciones. Porque el peón consigue bloquear el peón pasado.
blanco «a» casi no ha avanzado, mientras
que las negras mantienen la torre en una 4 . f6!
..

posición más activa, y conservan al mismo


tiempo la posibilidad de un ataque frontal. Las negras se dan prisa en organizar el
contrajuego.
No obstante, en caso de 3 ... gdl + 4 <ii e 2
ga 1 las blancas, aparte del juego estándar S exf6
s ges+ <ii h 7 6 gas, y el peón es restringe
la posición del adversario en el flanco de En caso de 5 f4? fxeS 6 fxes <iif7 las neg ras
rey, d isponen de la posibilidad igual de disponen de suficientes contrachances en
peligrosa para las negras de saltar con la el flanco de rey.
torre blan ca a la tercera fila. Después de
5 gc3!? las blancas i ntentarán situar sus S . . gxf6 6 'ifle2
.

peones del flanco de rey de tal manera


que el objetivo potencial de ataque de las Las blancas solo tienen un plan: acercar su
negras, la base de la cadena de peones, rey a l peón pasado.
también se encuentre en la tercera fila y
sea defendida por la torre. Por ejemplo, 6 . es 7 @d2 'iflf7 8 'iflc2 'iflg6?!
..

podría ser el triángulo de peones f4, g3,


h4. En ese momento el rey blanco partirá Las negras iniciaron correctamente la eje­
en ayuda de su peón pasado <<a>>. Con la ju­ cución de su contrajuego, y ahora debían
gada de la partida Peter Korzubov i m pide jugar S ... fS! La jugada del rey es menos
la primera posibilidad de juego activo del flexible, ya que en ocasiones el rey negro
adversario, aunque necesitó evaluar las podría dirigirse al centro desde la casilla
consecuencias de la jugada 4 ga2. f6, y la columna «g» podría ser útil para la
torre negra para el ataq ue al peón g2.
Debe añadirse que sería un error atacar al
peón enemigo con la j ugada 3 ... gdS?! por 9 'iflb2!?
4 ge2 gd 1 + 5 ge 1 gd3 6 ga 1 !? (tam bién es
posible 6 l"le3) 6 ... l"ldS 7 a4! (7 f4? gS!) 7 ... U na jugada astuta. En caso de 9 <ii b 3 las
l"lxeS S aS!, y las blancas avanzan el peón negras se verían obligadas a jugar 9 ...
hasta a7, con todas las posibilidades de l"lbS+, y después de 1 O <ii a 2 l"ldS 1 1 l"lc2
victoria. fS 1 2 a4 e4, por lo visto, mante n ían un
contrajuego suficiente para las tablas.
Pregunta n.0 2: ¿ Cuál debe ser la elección Ahora se las deja elegir, y como suele su-

1 63
El pensamiento esquemático

ceder en estos casos, comenten un error.

9 . . . f5?

Deja la partida a l borde de la derrota. Era


correcta 9 ... :g b8+ 1 O ma2 E':d8, que trans­
pone a la posición mencionada anterior­
mente.

10 fü4!

Aquí la torre ocupa una posición exce­ Pregunta n.0 3: Encuentre el movimiento
lente, mientras que los peones blancos para las blancas que prácticamente gana la
del fla nco de rey se encuentran en una partida, y explique por qué.
posición ideal en térmi nos de evitar el
contrajuego de las negras en esa parte del
tablero.
RESPUESTA: Para responder a la pregun­
10 ... e4 ta planteada, es necesario recurrir a l pen­
samiento preventivo. Para ello debemos
Apenas es más fuerte 1 O ... f4 1 1 a4 <ii fs 1 2 entender qué van a hacer las negras en su
f3 E':g8 1 3 fü2 e4 1 4 fxe4+ mxe4 1 S <ii a 3 próximo movimiento. Un análisis l ógico
:gas 1 6 :ga2. simple sugiere que el único juego activo
del que disponen las negras es jugar 1 6
11 a4 'kt>gs ... fü8 y 1 7 ... <ii f3. Tras esta reflexión ya es
fácil encontrar la j ugada 1 6 :gbs!, para a
Aquí se hace n otar el defecto de la jugada 1 6 ... fü8 ganar la partida mediante 1 7 a6
8 ... mg6. Si el rey estuviera en f6, las negras mf3 1 8 a7, mientras que en caso de 1 6 ...
dis pondrían de la posibilidad 1 1 ... mes . :ghs 1 7 a6 füh3+ 1 8 <ii b4 :ghs 1 9 a7 E':a8
Por ejemplo: 1 2 :ges+ <ii d4 1 3 füfS füa4 20 El:aS mg4 las blancas ganan fácilmente
1 4 fü6 hS 1 S füs :gas con contrajuego. con ayuda de la maniobra del rey 21 mes
f4 22 md4 mf3 23 E':a3+
12 'kt>b3 hS 1 3 füs h4 1 4 as
En la partida se jugó 16 'kt>b4?, lo que per­
Las blancas no obstaculizan la jugada 1 4 mitió que las negras escaparan m i lagrosa­
... h3, ya que después de 1 4 h 3 mf4 las ne­ mente.
gras obtenían contrajuego mediante 1 S ...
:gg8. 16 ... fü8 1 7 fü3

14 ... h3 1 5 gxh3 'kt>f4! A 1 7 a6 es posible la siguiente conti nua­


ción: 1 7 ... <ii f3 1 8 a7 f4 1 9 füs E':a8 20 fü7
No alcanzaba su objetivo 1 S ... :ghs 1 6 fü3 mxf2 2 1 füf4+ mg 1 ! 22 fü7 e3 23 mc3 E':e8
f4 por 1 7 <ii c2!, y las blancas deben ganar. 24 El:e7 füe7 2S a8\Mf e2, y las negras obtie­
nen las tablas.
Véase el diagrama siguiente
Véase el diagrama siguiente

26 \Mfg8+ <ii x h2 27 W/b8+ m h 1 .

1 64
El pensamiento esquemático

POSICIÓN 42
Vasily Smyslov, 1 938

1 7 ... @eS 1 8 a6 f4 1 9 a7 E:a8!

Era erróneo 1 9 ... e3? 20 fxe3 f3 por 21 fü4!


f2 22 fü4 gas 23 füf2 füa7 24 fü3.
1 E:gl+
20 fü7
No vale 1 fügS? con idea de 1 ... a 1 \W? 2
Las blancas no conseguían nada con 20 gg 1 + por los jaques intermedios 1 ... gb2+
ga3 por 20 ... e3 21 fxe3 f3 22 ga 1 ©e4 23 2 Wc4 gc2+, y solo después 3 ... a 1 \W.
WbS f2 24 Wb6 ghS, con tablas.
1 ... i?b2 2 f4!
20 ... e3 21 fxe3 fxe3 22 @es
Las blancas deben despejar la segunda fila
No cambiaba nada 22 <ii c3 We4 23 ©c2 para los ataques de flanco de su torre.
Wf3 24 fü7+ <ii e4 25 Wd1 ggS, y la torre
negra alcanza la casilla a2 a través de una 2 ... gxf4 3 a7 :i!d4+! 4 i?bs E:d8 s E:g2+ i?b3
de las columnas abiertas. 6 E:g1 f3 1 m1 1 t2 s i?b6 iic3 9 i?b7 i? d3

22 ... e2 23 iib6 E:e8!

Precisión hasta el final.

24 'Bel iif4 25 h4 i?e3 26 i?b7 E:e7+ 27


i?b6 E:e6+ 28 i?bs !!es Tablas.

Quisiera añad i r que el método de defensa


de las negras repite la idea de un estudio
de Vasily Vasilievich Smyslov, compuesto
en el año 1 938.

Las negras están listas para rom per la


defensa del adversario con la jugada 1 O
... We2, pero sigue 10 !!al ! i?c3 1 1 fül !, y
sobre el tablero tenemos una posición de
tablas.

1 65
Capítulo 7
No a p resura rse

La capacidad para utilizar este principio POSICIÓN 43


requiere que el ajedrecista posea una g ran
Richard Réti - Piotr Romanovsky
experiencia en el desarrollo de los finales.
¿Cuántos fi nales ganados no han alcan­ Moscú 1 925
zado la victoria simplemente porque el
bando más fuerte buscaba ganar lo más
rápido posible y pasó por alto jugadas
sencillas d e refuerzo antes de emprender
las acciones decisivas? Siguiendo el prin­
cipio d e «no apresurarse», se puede luchar
por la victoria en posiciones con una ven­
taja pequeña aunque estable. Solo de esta
manera es posible provocar debil idades
en el campo enemigo, enmascarar tu plan
de juego, embotar la vigilancia del adver­
sario. No obstante, no se debe abusar de
este principio. Es necesario estar prepara­
do para en el momento adecuado pasar a En esta posición los alfiles de distinto co­
una acción activa decidida, de lo contrario lor dan ventaja a las blancas. Los peones
el adversario eliminará las debilidades de negros es y es crean una barrera i m pene­
su campo, que a menudo son temporales. trable para su propio alfil, mientras q ue las
La capacidad para sentir y no dejar esca­ blancas tienen un plan claro para desa­
par este momento crítico no se adquiere rrollar la iniciativa: llevan la torre a c4, y el
fácilmente. Veremos en los ejemplos que rey a f3 seguido de e2-e3, ie4-dS . La torre
incluso los ajedrecistas muy fuertes se negra debe defender el peón es, mientras
equivocan llegados a este punto. que las blancas pueden trasladar su torre
al flanco de rey y continuar con la ruptura
Las leyes q ue rigen el principio «no apre­ de peones h2-h4, g 3-g4, g4-gS. Las negras
surarse» son, a nte todo, de carácter psi­ no están en condiciones de impedir este
cológico. La ejecución de este principio plan.
puede ser particularmente recomendable
en el momento en que el adversario se ve 1 fü4 i>tB 2 iif3 fü8 3 e3 �c3
privado de contrajuego activo.
Véase el diagrama siguiente

Es necesario detenerse en esta posición.


Conocemos el plan de las blancas: ie4-dS,
:1l'.c4-h4, mf3-e4, :1l'.h4-hS, h2-h4, g3-g4, g4-

1 66
No apresurarse

gS etc. Muchos ajedrecistas jugarían así 1 2 ie6!


enseguida, y es posible que tuvieran éxito.
Sin embargo la técnica del final dicta otra La respuesta ganadora.
jugada.
12 ... fxe6 13 fxg6 gd8 1 4 gxa7 ©gs
4 a4!
«El alfil llega tarde exactamente por un
¡No te precipites! Las blancas aprovechan tiempo: 1 4 ... ie 1 1 S as ih4 1 6 a6 if6 1 7
la oportun idad para mejor la posición de g7 f&g8 1 8 f&b7 ixg7 1 9 a7, y ahora debido
su peón a2. ¿Vale la pena distraerse por a la amenaza f&b8 las negras se ven obliga­
esto? Sin ning una d uda. Si después esta das a jugar 1 9 ... f&a8, y las blancas, con la
«trivialidad» fuera necesaria para ganar, captura del alfil, ganan fácilmente» (Réti ).
sería un castigo justo por no seguir el prin­
cipio «no apresurarse». Si en a4 el peón 15 g7 ©h6 1 6 as ©h7 1 7 a6 gd6 1 8 h4 ie1
está ligeramente mejor que en a2, enton­ 19 hS ih4 20 h6 Las negras abandonaron.
ces debe situarse allí, y después continuar
la rea l ización del plan.
POSJC/ÓN 44
4 ... ©e7 s ids fü7 6 gh4 h6 7 ©e4 ©t6 8
ghs gd7! 9 g4 Salo Flohr - Ígor Bondarevsky
Moscú 1 939
Es evidente que las blancas no advirtieron
el contrajuego oculto de las negras. Se po­
día preparar el ataque mediante idS-c4,
h2-h3, g3-g4, sin conceder al adversario
n i nguna contrachance. Sin embargo na­
die es inmune a este tipo de descuidos.
En las compl i caciones combinativas que
surgen va a jugar u n papel importante la
posición del peón blanco en a4.

9 ... g6!? 1 o füh6 @gs 11 gh7 ©xg4

Amenaza mate.
Las blancas están mejor. Su caballo es es
Véase el diagrama siguiente claramente superior al alfil negro, y su es-

1 67
No a presurarse

tructura de peones centrales es más móvil. Probablemente, este es el error d ecisi­


La movilidad de la masa de peones negros vo. Las negras debían jugar 3 ... b6 4 fül
del flanco de dama está muy limitada, y el ie8, que conservaba la posibilidad de
peón pasado h7 no es muy peligroso. Las contrajuego. Después de la jugada 3 ... ifs
blancas trazaron el siguiente plan: las blancas fuerzan a7-a6, y la estructura
de peones de las negras se queda conge­
1 . Provocar el avance a7-a6 y de esta ma­ lada.
nera asegurarse contrajuego en el flanco
de dama, gracias al puesto que consigue 4 fü1 a6
el caballo en cs.
Forzado, debido a la amenaza aS-a6.
2. Traslado del caballo a es, sin permitir su
cambio por el alfil, para lo que es necesa­ s E:h1
rio el avance e3-e4.
La torre ha cumplido su trabajo en el flan­
3. Mejorar la posición del rey, invadi r con co de dama y toma de nuevo el control so­
la torre el espacio enemigo, atacar a los bre el peón pasado de las negras. Después
peones débiles h7 y b7, y después conse­ la torre blanca se traslada a h4, donde
guir el i ntercambio de las torres y pasar a apoyará el avance e3-e4.
un final de piezas menores ganado.
s ... E:g7
Es interesante ver con qué precisión y arte
realiza este plan Flohr.

1 as

Con la amenaza aS-a6.

1 ... fü7 2 E:h6+!

Precisamente con este tipo de jugadas


se demuestra estar en posesión de una
elevada técnica en el final. Para realizar
el avance aS-a6 las blancas necesitan te­
ner la torre en e l . Por eso se podía jugar 2
2'\h l , sin embargo resulta que tras el jaque
cualquier jugada de las negras empeora ¡No hay prisa! Las negras están privadas
ligeramente su posición. Tal vez este <<li­ de contrajuego, mientras que las blancas
gero» empeoramiento no decida nada, sin tienen un plan claro para ganar. La ú ltima
embargo Flohr aprovecha la más mínima jugada de la torre de nuevo invita a las
posibilidad para mejorar la posición. negras a que empeoren la posición de sus
piezas. En estos casos el adversario se ve
2 . ig6
.. afectado psicológicamente por la a usen­
cia de amenazas específicas. Podemos su­
Ahora la columna «g» está obstruida para poner que con la jugada 6 2'lh2! las blancas
la torre negra. ganan un tiempo valioso para la reflexión.

3 E:h1 ifS? 6 ... fü7 7 !'!:h6+ ig6 8 E:h4 ifS

1 68
No apresu rarse

En caso de 8 ... mgs seguiría el jaque en


POS/C/ÓN 45
g4.
Anthony Saidy - Robert Fischer
9 e4 dxe4 1 0 fxe4 ig6 1 1 fü4+ i>e6 1 2 i>e3 USA 1 964

Las blancas centralizan el rey, ya que el


traslado del caballo a es lo tienen asegu­
rado.

12 ... '8g7 13 éll d 3 'it>d6 14 éll cs '8e7 1S fü8


'it>c7

Se amenazaba la j ugada 1 6 �b8.

Si no estuvieran en el tablero los peones


d4 y dS, entonces las posibilidades de las
blancas no hubieran sido peores. Sin em­
bargo, los peones mutuamente aislados
crean una barrera i nfranqueable para el
alfil blanco, sin l imitar la movil idad del ca­
ballo negro. Por eso las blancas se e nfren­
tan a una lucha difícil por las tablas.

16 es '8e8 1 i>f1 éll f8 2 i>e2 éll e 6 3 'it>d3

Las negras ofrecen el intercambio de to­ ¿Qué plan de juego deben elegir las ne­
rres porque la presión de las blancas se gras? Ante todo, es necesario activar el
acrecienta con cada j ugada. S i n embargo rey. Parece que debería dirigirse al centro,
el final de piezas menores lo tienen perdi­ a d6. Sin embargo, el gran maestro ameri­
do. Tras la pérdida del peón h7 esto será cano tiene i ntención de jugar en el flanco
bastante obvio. de rey, con la i ntención de crear allí objeti­
vos de ataque. Por eso lleva el rey a fS por
17 füe8 .ixe8 18 i>f4 b6 19 éll a4! bxaS 20 el camino más corto, la casilla h7.
bxas .if7 21 � es .ic4 22 @gs .ie2 23 'it>h6
i>d8 24 i>xh7 'it>e7 2S 'it>g6 .if1 3 . hS!
..

Las blancas eligen tal vez no el camino Para conseguir la formación requerida,
más corto, aunque sí el más fiable para lle­ Fischer no realiza ni una sola j ugada de
var su rey a cs. más. Es conveniente no apresurarse cuan­
do debe enmascararse al enemigo el plan
26 i>ts .ih3+ 27 i>t4 .ig2 28 'it>e3 .if1 29 concebido.
i>d2 i>f7 30 'it>c3 @g6 31 'it>b4 'it>f5 Las ne­
g ras abandonaron. 4 .ie3

Las blancas mantienen una táctica de es-

1 69
No apresurarse

pera. Quizás era mejor activar el alfil me­ 1 5 ©e2 f4 1 6 if2 é2Jg7 1 7 h3 élJfS 1 8 @d3
diante a3-a4, b2-b3 y icl -a3 con el rey g4!?
situado en e3.
I n esperadamente las negras realizan una
4 ... @h7 5 f3 @g6 6 a4 @fs 1 @e2 gS s @f2 ruptura, aunque era posible llevar el caba­
llo a e6, y el rey a fS.

1 9 hxg4 hxg4 20 fxg4 ttJ h6

Las negras han alcanzado la ubicación


planeada y ralentizan drásticamente el
juego. En el libro Mis 60 mejores partidas,
Robert Fischer, en el comentario de una El momento crítico. Ahora se requiere de
de sus partidas con Tig ran Petrosian, escri­ las blancas un enfoque concreto para re­
be: «A Petrosian le gusta jugar"al gato y el solver los problemas a los que se e nfren­
ratón'; a la espera de que sus adversarios tan. Debieron activar i nmediatamente el
se equivoquen en ausencia de amenazas alfil mediante 2 1 ih4 lll xg4 22 id8, con
directas. ¡ Lo más sorprendente es que en idea de a4-a5. Es cierto que las blancas
efecto se equivocan!» pierden un peón después de 22 ... llie3;
sin embargo, la contin uación 23 g3 lli c4
Una descripción muy figurativa del princi­ 24 gf Cll x b2+ 25 mc2 Cll xa4 26 mb3 bS 27
pio de «no apresurarse». El curso posterior mb4 a6 28 mas Cll c 3 29 ie7 las daba fun­
de la partida demuestra que Fischer asi­ damentos para contar con las tablas. En
miló bien la lección aprendida. Y aunque cambio, por inercia las blancas continúan
A. Saidy n o comete u n error claro, para no la táctica de espera, y muy pronto se en­
crear debilidades en su campo también cuentran en una situación desesperada.
empieza a jugar «al gato y el ratón». Sin
embargo en el momento crítico, cuando 21 ie1 ? élJ xg4 22 id2 @fs 23 ie1 é2J f6 24
necesitan mostrar actividad inmediata­ ih4 élJe4 25 ie1
mente, las blan cas no están psicológica­
mente preparadas para ello. Ahora ya es tarde para 25 id8, porque
después de 25 ... mg4 el rey blanco debe
8 ... é2Jd8 9 id2 @g6 10 @e3 élJe6 11 @d3 acudir en defensa del peón g2, y ya no se
©ts 12 ie3 f6 1 3 ©e2 @g6 14 @d3 fS puede ni hablar de actividad en el fla nco
de dama.
Observe cómo el peón negro «Í» avanza
lentamente, como si lo hiciera de mala 25 ... ©g4 26 ©e2 é2Jg3+ 27 @d3
gana.
El final de peones es claramente deses-

1 70
No apresurarse

perado, y después de 27 mf2 el rey negro 1 ... .ig4+?!


se apodera de la casilla e4 mediante 27 ...
mfs 28 mf3 élie4 seguido de éligS+. Si aho­ No debieron permitir voluntariamen­
ra 29 ih4, entonces 29 ... tlid2+ 30 me2 te que el rey blanco accediera al centro.
tlic4 31 b3 tlias 32 b4 tlic6, y las blancas Merecía atención 1 ... ies, que apunta al
pierden un peón. peón g3 y a la casilla f4.

27 ... �fS 2 i>f4 .ic3 3 .ids .id2+ 4 i>e4 .ic3 s :B:a7+


i>tB 6 fü7 .ifS+ 7 i>f4 .id4
Resulta que las blancas no tienen una de­
fensa satisfactoria contra la amenaza tli h4. Con idea de a 8 mgs dar jaque continuo
mediante 8 ... ie3+ y 9 ... id4+
28 .if2 t2J h4 29 as
8 .if3 .ig7 9 E:b7
Un intento de a ctivación tardío.
Hay que tener en cuenta que no daba
29 ... �xg2 30 ©c3 i>f3 31 .ig1 i>e2 32 .ih2 nada a las blancas 9 ixhs ih6+ 1 o mes
f3 33 ,ig3 etJe3 ig7+ Sin embargo, como se mantiene la
amenaza imaginaria de captura en hS, las
No hay defensa contra la amenaza élifS. negras desean deshacerse de ella lo antes
Las blancas abandonaron. posible.

9 ... .ih6+?
POS/CJÓN 46
No había necesidad de dejar pasar al rey
Rafael Vaganian - Mijaíl blanco. Si las negras hubieran adivinado
Shereshevsky el plan del adversario, posiblemente ha­
M i nsk 1 972 brían conseguido las tablas. Sin embargo,
el problema radica precisamente en que
las negras no sabía n cómo podían perder
esta posición.

10 i>es .ig7+ 11 ©d6 .id4 1 2 .ids .if2 13


:B:b3 .id4 14 E:bs+ ©g1 1 s :B:b7+ i>hs

En caso de 1 5 ... ci>h6 es desagradable 1 6


ig8 g S 1 7 1:%b5, mientras que la jugada 1 5
... mfB no era del agrado de las negras de­
bido a 1 6 fü7 + mes 1 7 ie6, y el rey negro
se encuentra en una posición peligrosa.

Las blancas tienen calidad de ventaja. Si Véase el diagrama siguiente


se cambian los alfiles de casillas blancas,
surge una posición teórica de tablas. Las 1 6 :B:b4!
blancas no pueden acercarse al peón g6,
por eso son tablas. Confiadas en hacer ta­ La tarea de las blancas consiste en domi­
blas, las negras hacen una primera j ugada nar la casilla f7 para el rey. Sin embargo a
imprecisa. 1 6 ci>e7 las negras pueden responder 1 6 ...

1 71
No a presurarse

\tig7! 1 7 ltie8+ lii f6, que conserva las po­ 25 i>e7!


sibilidades de tablas. Por eso las blancas
continúan real izando movimientos ino­ U na vez realizado el tratamiento psicoló­
cuos, para enmascarar su proyecto. gico del adversario, se pueden emprender
las acciones activas.
16 ... !c3 1 7 E:b3 !d4 1 8 !f7 i>g7 1 9 E:b7
25 ... !c3?
Amenaza jaque descubierto.
Error decisivo. Era imprescindible 25 ...
19 ... i>h8 \tig7 26 ltie8+ \tif6 seguido de g6-g5. Las
negras ya creían que el juego pasivo era
Pero no 1 9 ... iih6 por 20 .m.gB. suficiente para las tablas, y no quisieron
sacar al rey de su acogedor rincón, sin
20 @ds !c3 21 E:b3 !al 22 i>d6 @g7 23 darle i mportancia a la d iferencia de l a po­
E:b7 sición del rey blanco e ntre e7 y f7. Por lo
visto, si las blancas hubieran situado su rey
Otra vez amenaza jaque descubierto. en e7 en l a decimosexta j ugada, las negras
habrían respondido 1 6 ... \tig7!, aunque
23 ... i>h8 psicológicamente en este momento era
m ucho más difícil jugar así.
Por supuesto, no 23 ... ii h6. Recuerdo que
en este momento pensé en broma que no 26 i>f7!
se pueden otorgar las tablas por triple re­
petición de la misma trampa. Con el rey situado en la casilla f7 el final
después del cambio de los alfiles de casi­
24 .ic4!d4 llas blancas está perdido para las neg ras, y
esto no lo tomaron en cuenta.
Véase el diagrama siguiente
26 ... !d4 27 E:bS i>h7 28 E:b3
Compare esta posición con la posición
después de la decimoquinta j ugada de las Empieza la persecución del alfil negro. Las
negras. Vemos que es idéntica, solo que el negras debían apresurarse, ya que q ueda­
alfil blanco en lugar de estar situado en la ba poco para las tablas por la regla de las
casilla d5 ocupa la casilla c4, lo que en rea­ 50 jugadas.
lidad no tiene n i nguna importancia.
28 ... !e4

1 72
No apresu rarse

Rechaza la a menaza 29 td3.


POS/C/ÓN 47
A. Donchenko - Mijaíl Shereshevsky
29 ie6
Kaliningrado 1 973
Con la amenaza 30 :gb4.

29 ... ic2 30 �a3 ies 31 ic4 id4

Para a 32 td3? responder 32 ... tb2! con


tablas.

32 fü3 ies 33 �e3 id4

En esta posición se aplazó l a partida. El


a nálisis demostró que a pesar del peón
de ventaja las negras no pueden ganar la
partida, aunque para obtener las tablas las
blancas deberían realzar una defensa muy
precisa.

1 ... ie1 2 d6
34 �e2! .ia4!
Forzado, ya que es mala 2 txh5 por 2 ...
Jugada ú nica. Era mala 34 ... tf5? 35 te6 mxd5, y en caso de 2 tg2 sigue 2 ... me3
tb1 36 :ge1 tc2 37 fü1 y ganan. con el consiguiente avance del peón «f».

35 �e7! J\g7 2 ... exd6 3 ixhS J\d2

En caso de 35 ... tc2 a las negras no les No daba nada a las negras la directa 3 ...
gustaba la j ugada 36 td3!? me3 por 4 tf7 f4 5 hS f3 6 h6 f2 7 mg2.

36 J\dS ic2 37 ie4! J\b3+ 38 ©es ia4+ 39 4 .if7 dS 5 hS @e4 6 J\g6


©ds J\b3 40 �b7 ie6

Con la tra m pa: 41 :gb6?! tf7 42 me? td4,


y después de 43 ... mg? el j uego comienza
de nuevo.

41 ©e7! Las negras abandonaron. No hay


defensa contra 42 :gb6.

1 73
No apresurarse

6 ... ie3 embargo las blancas n o advirtieron que


las negras pasaban al juego activo.
En caso de 6 ... d4 las blancas mantenía n la
defensa mediante 7 ©g2 d3 8 ©f2 il.e3+ 9 1 9 ie8? .igS
©e1 ©es (9 ... <ii f4 1 o h6) 1 o il.f7 ©f6 (1 o ...
f4 1 1 h6) 1 1 il.c4 d2+ 1 2 ©d1 ©gs 1 3 il.d3
f4 1 4 Íl.e2 ©h4 1 5 h6 ©g3 1 6 h7 il.d4 1 7
Kxd2 f3 1 8 il.xf3 ©xf3 1 9 ©d3 con tablas.
Por eso las negras no fuerzan los aconte­
cimientos, e inician maniobras con el alfil
con el fin de empezar las acciones decisi­
vas en una situación lo más favorable po­
sible (en correspondencia con el principio
«no apresurarse»).

7 @g2 d4 s @n il,gs 9 @e2 ie3 10 @d1


@es 1 1 @e2 @e4 1 2 @e1 .igs 1 3 @e2 .ih6
14 m12 20 if7?

Una jugada que indica que las blancas es­ Esta jugada pierde. Por lo visto, las blancas
tán segu ras de hacer tablas. calcularon 20 ... ©g4 21 il.e6, y tienen todo
en orden. Probablemente, la mejor posibi­
14 ... d3 l idad para salvarse era la jugada 20 il.d7. Si
20 Íl.g6, entonces 20 ... Íl.h4+! 21 <iifl ©gs
Dado que el rey blanco ocupa una posi­ 22 il.e8 d2 23 ©e2 il.e1 , y con el avance del
ción peligrosa, las negras se activan. peón «f» las negras capturan el peón h5,
tras desviar al alfil de su defensa. Así mis­
1 S @el @es 1 6 mf2(?) mo hay que advertir que ya era tarde para
20 ©el por 20 ... ©e3.
El rey se aleja del peón d3.
20 ... ih4+!
1 6 ... mt6
Esto es lo que no vieron las blancas. El res-
Para las negras es primordial no asustar al to es sencillo.
adversario.
21 mn me3 22 h6 @d2 23 ib3 mc1 24 h7
17 .ie8 .if6 2S @f2 d2 26 @e2 f4 Las blancas aban-
donaron.
Era más fuerte 1 7 ©el . Las blancas no ad­
vierten las i ntenciones de las negras.

17 ... mes 18 .ig6 mf4

Ha llegado el momento crítico del fi nal. Si


las blancas hubieran j ugado 1 9 ©e1 , toda­
vía podían obtener las tablas, ya que a 1 9
... <±ig4 20 ©d1 d2 2 1 il.e8 il.e3 d isponen
de la maniobra 22 il.d7! ©gs 23 h6! Sin

1 74
No a presurarse

ción que destruya los frágiles reductos de­


EJERC/C/0 6
fensivos del adversario.
Vladímir Kramnik - Anish G iri
Doha 201 4 32 !e4!

Para empezar, las blancas quieren arreba­


tar a su adversario la ventaja de la pareja
de a lfi les con l a jugada 33 il,d3, y al mismo
tiempo persiguen un objetivo más ocul­
to. Las blancas mueven el alfil a e4 para
después trasladar el caballo de es a d4, y
avanzar el peón e2 a e3. ¡Un plan excelen­
te!

32 ... f6

Mueven las blancas. Tienen un peón de Giri se defiende de la primera amenaza de


ventaja, y para su materialización, ante su oponente, pero no puede evitar la se­
todo, deben resolver el problema del gunda.
cambio. ¿Es aceptable el final de torres
después de 30 e3, o es mejor evitarlo 33 tlJf3! �d8 34 e3
mediante 30 il,g2?
Cinco jugadas han sido suficientes para
que Kramnik cambiara la posición de muy
buena a absolutamente ganada, sin con­
SOLUCIÓN: ceder a su ingenioso oponente n inguna
posibilidad. ¡Una obra maestra!
30 !g2!
34 ... es 35 fxe5 fxe5
Comenta Kra mnik: «Una jugada fuerte.
Aquí tuve mis dudas. Lo más simple era
30 e3, y estuve a punto de jugar así, sin
embargo después pensé que las negras
podían tener alguna posibilidad después
de 30 e3 il,xf1 31 �xfl il,xeS 32 fxeS fü8
33 E\c4 E\aa8. Creo que aunque lentamen­
te, las blancas deben ganar. Puedo llevar
el rey al centro, y siempre dispongo de la
maniobra Eld2-d6, aunque esto es un final
de torres, que siempre son tablas, como
me dijeron en mi i nfancia. Sin embargo
sobre este particular tengo mis dudas».
La posición de las blancas está com ple­
30 ... �a7 31 c6 !e7 tamente ganada, y siguen el principio de
«no apresurarse». Vladímir Borisovich des­
Las negras se defienden contra el ataque cribió sus acciones posteriores de forma
de la torre en cs. Las blancas deben hacer muy figurada y con autoironía en 64 n.º
un último esfuerzo y encontrar una posi- 1 /201 S:

1 75
No apresurarse

«36 fü1 de rey están situados e n casillas del color


Otra jugada de jubilado. No amenazo del alfil contrario, y representan un objeti­
nada, pero me gustan estos movimientos. vo para las piezas blancas. Además, cada
Lo a prendí de Karpov, que era un maestro pieza blanca es más fuerte que la homó­
de este tipo de j uego profiláctico tan len­ n i ma de su adversario. La posición de las
to. En una posición ganada, cuando las po­ negras es poco agradable, aunque defen­
sibilidades de tu oponente son pequeñas, dible. Sobre el tablero hay igualdad ma­
simplemente haces movimientos útiles y terial, y es conocida la tendencia a tablas
le das la posibilidad de equivocarse. de las posiciones con alfiles de distinto
36 ... a4 color. Para ganar esta posición las blancas
Desesperación. En caso de 36 ... ib4 yo necesitarán la ayuda del adversario, y por
podía ganar de una manera forzada: 37 c7 lo tanto no podrán hacerlo si no siguen el
:9'.c8 38 :9'.ac2 (amenaza ifS) 38 ... id6 39 principio de «no apresu rarse».
tligS g6 40 ids + �g7 41 ic6, y debido al
doble en e6 las negras no pueden captu­ S3 f4
rar el peón c7. El juego ha concluido.
37 bxa4 Es evidente que en el flanco de rey l o me­
Anish se rindió a causa de 37 ... :9'.xa4 38 jor es situar los peones en casil las de color
:9'.xa4 ixa4 39 el :9'.c8 40 ifS». negro y construir el tri á ngulo de peones
es, f4, g3, h4, para fijar la cadena de peo­
nes del adversario en casillas del color del
alfil blanco. Por eso no tenía mucho senti­
POS/C/ÓN 48
do retrasar el avance del peón «f» y con­
Magnus Carlsen - Sergey Kariakin ceder al adversario la posibilidad, i ncluso
Wijk aan Zee 20 1 3 aunque no fuera demasiado afortunada,
de reducir el número de peones con la ju­
gada g6-gS.

S3 ... id6 S4 E:e8

Empieza el juego siguiendo el principio


de «no apresurarse». Es posible que ya en
este momento Magnus Carlsen esbozara
su plan de acción y empezara a ocultarlo
a su oponente. Da la impresión de que su
idea principal es el avance de peón e4-
eS-e6. Si consigue trasladar su alfil a e4
y cambiar peones en e6, entonces tras la
En la posición del diagrama la ventaja po­ captura en e6 con la torre blanca estaría
sicional de las blancas es evidente. Tienen en peligro el peón negro g6. Además, las
una estructura de peones monolítica, con negras deben vigilar constantemente el
perspectivas de ganar espacio en el cen­ paso de la torre blanca a la séptima fi la,
tro y en el flanco de rey, y posibilidades con ataque al peón f7.
potenciales de ruptura. Las negras tienen
dos islotes de peones. Los peones cS y d4, S4 ... E:b7 SS E:a8
fijados por el peón blanco d3 y el alfil c4,
no tienen movilidad y limitan la actividad De momento la torre negra permanece en
de su alfil. Los peones negros del flanco la séptima fi la, y el avance e4-eS-e6 no da

1 76
No apresu rarse

resultado por l a respuesta f7-f5. avance del peón bla nco «e».

SS ... !e7 S6 @g2 �b1 ! 64 @t2 �d1 6S �e8 !f8 66 !c4 �b1

Las negras se defienden activamente. Se repite de n uevo la posición represen­


Era pel ig roso permanecer pasivas en l a tada en el a nterior diag rama. Se crea una
séptima fi l a . Si l a s bla ncas consiguen j u ­ i lusión de segu ridad, y e l adversario está lo
gar g 3-g4 con el rey situado en h3 o f3, suficientemente agotado. Es difícil defen­
entonces, tras el i ntercambio de peones der constantemente u na posición peor,
en la cas i l la g4, la amenaza h4-h5, con la especialmente cuando tienes sentado
destrucción de la defensa del adversario, frente a ti a u n gra n finalista q ue es el aje­
sería muy desagradable. d recista más fuerte del mundo. ¡El miedo
salta a la vista! Carlsen realiza una ru ptura
S7 es inesperada.

En caso de 57 §:a? las negras mantienen la 67 g4! hxg4 68 hS!


defensa con la j ugada 57 ... <iif8.

S7 ... �el S8 @f2 �b1 S9 �e8 !f8

Con toda probabilidad, si Carlsen hu bie­


ra realizado esta ruptura en la j ugada 60,
entonces Kariakin habría sabido encontra r
60 fü8 una defensa mejor, pero casi 1 O j ugadas
después no pudo conseg u i rlo. A mi pare­
No alcanzaba su objetivo 60 e6 fxe6 6 1 cer, quien describió con mayor colorido
füe6 por l a maniobra 61 ... §:b7 6 2 id5 esta situación fue el g ra n maestro Sergei
§:d7 63 ie4 §:d6. Shipov en 64 n .0 2/201 3 .

60 ... !e7 61 �a8 �b2+ 62 @n �b1! «68 ... �h1 ?

De momento esto fu nciona. En caso de 63 No se puede culpar por este error. Pocos
g4 se da jaque desde la casilla f1 . habrían logrado adivinar la salvación d ivi­
na 68 ... gxh5 69 f5 h4 70 f6+ cii g 6 71 füf8
63 !dS �e1! <iif5! (solo así, porque todavía no se sabe
cuál de los peones negros avanzará, y si
Las n egras no necesitan pensar; la ame­ será necesario el jaque en b2), y menos en
naza era 64 ga? cii f8 65 e6 fxe6 (65 ... f5!?) la sexta hora, cansado y hambriento».
66 ie4. La jugada de la partida impide el

1 77
No a presurarse

69 hxg6 fxg6 70 ge6 iih6 71 .id5! Svídler hizo el movimiento útil 27 �g2?
y dejó escapar buena parte de su ventaja.
Es posible que Kariakin pasara por alto
este movi miento en sus cálcu los, y exami­ El movimiento es útil, a unque i noportuno.
nara solo 7 1 f5 �gS, con contrajuego. Las Era necesario i ncluir el pensamiento pre­
blancas capturan el peón g6, y después ventivo y responder a la pregu nta: ¿Cómo
sigue una materialización precisa. se proponen las negras mejora r l a d isposi­
ción de sus piezas? Es d ifícil proponer algo
71 ... gh2+ más razonable que f7-f6, g 7-g5, ie6-f7 y
if7-g6, e n uno u otro orden. El procedi­
Tam poco ayudaba 7 1 ... g b l 72 ie4. miento más radical para i mpedi r q ue el
adversario mejore su posición consiste en
72 <Jig3 gh3+ 73 iixg4 gxd3 74 f5 ge3 75 la j ugada 27 lll c7!!, y de hecho las negras
�xg6+ iih7 76 .ig8+ iih8 77 iit4 fü3 78 no tienen nada que j ugar. Despu és las
f6 d3 79 iie3 c4 80 .ie6 iih7 81 .if5 fü2 82 blancas pueden ocuparse tranq u i lamente
�g2+ iih6 83 �xc2 dxc2 84 .ixc2 @g5 85 de las debilidades de su adversario en el
iid4 .ia3 86 ii xc4 .ib2 87 <Jid5 iif4 88 f7 flanco de dama .
.ia3 89 e6 @g5 90 iic6 iif6 91 iid7 @g7 92
e7 Las neg ras a ba ndonaron. Son muy c uriosos los comentarios del pro­
pio Svídler, efectuados en 64 n .º 1 1 /20 1 4:
«Llevando hasta lo abs u rdo la idea d e no
apresurarse en un final mejor. En honor
EJERCICIO 7
a la verdad, si mplemente no consideré el
Piotr Svíd ler - Shakhryar movi miento correcto. Creo que si me hu­
Mamedyarov biera venido a la mente, i ncluso d u ra nte
Bakú 201 4 u n seg u ndo, lo habría h echo».

En efecto, es d ifícil que se te ocurra la ju­


gada 27 lll c7!!, aunque depende en gran
medida de la forma deportiva del jugador
en ese momento.

27 ... f6!

La vida de las negras se ha vuelto más ale­


gre.

28 füd1 ?!
Mueven las blancas. Indique la jugada y el
esquema de acción para las blancas. Habla Svíd ler: «Otra j ugada seg ú n las
consideraciones generales. Era m ucho
más fuerte 28 ic7 ge8 (28 ... fü8 29 lll xcS
bxcS 30 id6 fü7 3 1 lll c 7) 29 lll d 6! ixd6
SOLUCIÓN: La posición de las blancas es (me preocupaba 29 ... gxc7 30 lll x e8 gc6,
claramente mejor. Las piezas negras están sin emba rgo después de 3 1 lll x b4 gc8 32
mal coordinadas, y es muy d ifícil defender lll d 6 ga8 33 lll d 3! ixd6 34 gc6 las blancas
los peones débi les b6, b4 y dS. Partien­ ganan fácilmente) 30 ixd6 fü3 3 1 lll x b4
do de consideraciones generales, Piotr füe3 32 füel !, y a pesar de los ca mbios, la

1 78
No apresu rarse

posición de las neg ras todavía está lejos 33 ... E!:c8


de la igualdad. Sin embargo en este mo­
mento perdí el control del timón». En caso de 33 ... l'i'.aS lo más sencillo es 34
füaS ! bxaS 35 l'i'.a l , y las bla ncas e l i m i nan
28 ... if7 29 éll xcS todos los peones enemigos del flanco de
dama. Ahora cae en desgracia la torre ne­
«Pánico. Me disgustó horriblemente que g ra b2.
las neg ras estuvieran preparadas para ju­
gar l'i'.a8, Íl.g6, y crear u n contraj uego se­ 34 ixb4 éll cs 35 ia3 :gxb3 36 ixcS Las ne­
rio. Sin embargo la captura en es no es el gras abandonaron.
proced imiento correcto para resolver este
pro blema. Además ese d ía no veía la j uga­
da correcta: 29 4Jc7! de nuevo muy fuer­
PARTIDA 43
te. Después de 29 ... gS (¿Qué otra cosa?
Como antes, las negras no tienen jugadas) Mijaíl Shereshevsky - Vladími r
30 ct:J xcS CLixcS (es favorable a las bla ncas Veremeichik
30 ... bxcS 3 1 Jid6) 3 1 Jig3 las negras están Apertura Trompowsky [A45]
mal» (Svíd ler). Minsk 1 978

29 ... :gxcS 1 d4 Cll f6 2 igs es 3 Cll c3 '\Was 4 ixf6 gxf6 s


e3 fS 6 '\Whs cxd4 7 exd4 '1Wb6 8 o-o-o '\Wh6+ 9
Es mala 29 ... bxcS por 30 tfJc7. '\Wxh6 ixh6+ 1 o ©b1 d6

Le l lega el turno de equivocarse a Ma­


medyarov. Era correcta 30 ... l'i'.dc8, y las
negras están cerca de igualar el j uego.
Ahora las blancas de nuevo son d ueñas de
la situación.

Como resultado de un desarrollo original


de l a apertura, hubo u n cambio rápido de
damas, y la partida entró en una posición
comp leja de tipo de final de j uego. Las ne­
gras tienen algo comprometida su estruc­
tura de peones en el flanco de rey, pero a
cambio poseen la ventaja de la pareja de
alfiles.

Pregunta n.0 1 . ¿Cómo pueden desplegar


La posición de las negras está perd ida. Sus las blancas sus acciones con actividad?
torres han perdido terreno, y además su
rey corre riesgo de ser atacado.

1 79
No apresurarse

RESPUESTA: 1 1 g3!

Las blancas d eben jugar de manera ra­


zonable y sistemática, si no pueden caer
g radualmente i ncluso en una posición
peor. En primer l ugar es necesario l i m itar
el alcance de l os alfiles neg ros, y ya des­
pués pensar en jugar contra las debilida­
des existentes en el campo del adversario.
Con ese objetivo el alfil se i ncorpora por
g2 y se construye la col umna de peones
h2, g3, f4, l o que l i m ita la movi l idad del al­
fi l de casi l las n egras. Ahora no vale 1 1 ... f4 Pregunta n.0 2. ¿De qué forma pueden
por 1 2 tt:Jds. materializar las blancas su gran ventaja po­
sicional?
11 ... .id7?!

Las negras planean oponer al alfil «cata­


lán» g2 su propio alfil en c6. RESPUESTA: Las blancas de nuevo deben
trazar u n plan de j uego. Las negras tienen
1 2 .ig2 .ic6 13 dS! débiles los peones hS, fS y e7. No obstante
estas debilidades están próximas entre sí,
Esta j ugada acentúa la lentitud de ma­ y es fácil defenderlas. Por eso, de acuerdo
niobra del adversario. Las b lancas ganan con el principio de las dos debil idades, las
espacio, adela ntan en el desarrollo a s u blancas necesitan crear objetivos vul nera­
oponente y fija n e l peón e7 en la col umna bles en el otro extremo del tablero. Aun­
semia bierta «e» como debil idad potencial. que antes que nada es necesario mejorar
la posición de las piezas y encadenar a las
1 3 ... .id7 1 4 f4! ig7 15 ltJ ge2 hS 1 6 h4 negras en el flanco de rey. Para ello se cen­
tral iza el rey blanco, el caba l lo se traslada
Ta l es movi mientos deben hacerse a uto­ a e3, y después las torres tienen la posibi­
mática mente. No se puede permitir que el l idad de atacar en el flanco de dama del
peón negro siga avanzando. adversario.

16 ... lt:ia6 1 7 E:he1 lt:ic7 18 lt:id4 <JifS 1 9 E:e3 22 <l:?c1 ! <l:?g7 23 <Jid2 <Jif6 24 <l:?e1 fü8 25
.if6 20 ih3 ixd4?! .if1 lt:ie8 26 E:d2

Ahora empieza el j uego «en una portería». Prepara el traslado del caba llo a e3.
Las negras se condenan a una defensa
pasiva. En caso de 20 ... e6 podía seg u i r el 26 ... lt:i g7 27 lt:i dl E:he8 28 E:a3 a6?!
sacrificio de pieza 2 1 dxe6 fxe6 22 tt'lxfS ! ?
�xc3 23 :E\xd6, aunque, p o r supuesto, no Era mejor abstenerse de este debilita­
era necesario. Al menos en esta conti n ua­ miento y j ugar 28 ... :E\a8.
ción las negras obtenían posibil idades de
contraj uego y una l ucha táctica. 29 E:b3 fü7

21 E:xd4 E:e8 En caso de 29 ... bS es desag radable 30 a4.

1 80
No a presurarse

3o gb6 Tras haber delineado este plan mental­


mente, las blancas, temerosas del posi­
Primer objetivo alcanzado. Se ha fijado el ble zeitnot, decid ieron actuar sig u iendo
peón b7. el principio de «no apresu rarse» y repetir
una vez más la posición, para después de
30 ... gds 31 i.e2 @96 32 tll e3 élies 33 gd4 la j ugada 40 aplazar la partida y o btener la
tll f6 34 i.d3 ggs 3S @e2 gas?! 36 gdb4 ga7 victoria después del análisis casero.

¡Lástima! Este plan no está predestina­


do a realizarse. No hay que abusar del
principio de «no apresurarse», que debe
usarse solo en los casos en los que el ad­
versario está completamente privado de
contrajuego, y estás seguro de ello.

37 ... !bS!

Desagradable sorpresa táctica. Debido a


la clavada del alfil d3 el peón fS es i nvio­
lable. En caso de 38 �xbS axbS 39 a3 ges
Las negras están completamente atadas las piezas negras recuperan la l i bertad. Las
y solo hay que observar cómo las blancas blancas no qu isieron jugar 38 c4 porq ue
fortalecen su posición. esa casilla estaba desti nada a la torre. E n el
zeitnot decidí sacrificar la calidad:
Pregunta n.0 3. ¿Qué deben hacer las blan­
cas para romper la resistencia de su indefen­ 38 fübS axbS 39 tll xfS ga4 40 b4 gxa2, y
so rival? tuve que ganar la partida por segu nd a vez
en una aguda l ucha.

El análisis de agudas complicaciones tác­


RESPUESTA: Las blancas d isponen de u n ticas en el final no es la idea principal de
plan claro para materializar la ventaja. la obra Endgame Strategy, y ofrezco este
ejemplo principalmente para mostrar la
1 ) fijar la debil idad del peón b7 mediante idea de que no debe abusarse del p ri nci­
a2-a4-a5; pio de «no apresurarse». Por eso el resto
de la partida, que seg u ramente está lleno
2) cambiar la ú n ica pieza activa de las ne­ de inexactitudes y errores m utuos, solo lo
g ras, la torre e?, con la j ugada gc4; acompaño con comentarios breves. Si lo
desea, con la ayuda del ordenador el lec­
3) tras situar el alfil en d3 y el caballo en e3, tor puede encontrar él mismo todos los
encadenar las piezas negras a l peón fS, y «lapsus» en el j uego de los contendientes.
trasladar el rey a d4;
41 @f3 gc3 42 élixe7+ @g7 43 tll fs+ @fs 44
4) realizar la ruptura c2-c4-c5, tras lo cual @e2
la posición de las neg ras comenzará a de­
rrum barse. Las blancas de n in g ú n modo pueden ce­
der el peón c2, porque él y el alfil d3 son el
37 gd4? soporte de toda la posición.
No apresurarse

44 ... fü8?!

Las negras escogen de n uevo la táctica


pasiva, quizás porq ue no adivinaron el
proyecto de las blancas. A simple vista la
situación de las negras no es tan mala. Una
torre se dirige a d8 para la defensa, la otra
ataca al peón g3 después de q ue el caballo
alcance g7 a través de e8 para desplazar o
interca mbiar el ca ballo bla nco fS . Sin em­
bargo, era más lógico y desagradable para
las bla ncas el contraataque 44 ... E!c7 45
©d2 E! a 1 46 !xbS E!g 1 , con j uego ag udo. La j ugada tranquila plan ificada por el
gra n campeón 11 ©d4? es un error táctico.
45 ©d2 gds 46 .ixbS ga1 47 ©c3 gel Como ind icó Mark Dvoretsky, las negras
obtenían una posibi lidad afortu nada para
Era más razonable la i n med iata 47 ... E!g l . salvar la partida mediante 1 1 ... !bS! 1 2
lt'i c3 (1 2 E!e3+ ©d6, planeando 1 3 ... es+)
48 .id3 CLJg8 49 ©c4! 1 2 ... !xd3 1 3 lt'ixa4 !fl . Según Dvoretsky,
la conti n uación correcta para las blancas
El rey blanco se i ncorpora al ataque, aplas­ era la activa 1 1 g4, o la más arriesgada
ta ndo la defensa de las neg ras. 1 1 fS+!? ©e7 ( 1 1 ... gxfS 1 2 llif4+ ©e7 1 3
lt'i dS+) 1 2 lt'ic3!
49 ... CiJ e7 so ©bs CiJxfS 51 i.xfS ©e7 52
©b6 ©f6 53 ©c7! No hay cielo sin n u bes. Nadie está a salvo
de un descuido táctico. Sin embargo, con
Era errónea 53 il.d3 por 53 ... E!e7. el examinen del siguiente ejemplo pode­
mos apreciar de qué forma tan sutil si ntió
53 ,., gg8 54 .id3 ge7+ SS ©xd6 fü8 56 fü4! el tercer campeón del mundo el ritmo del
j uego y, cuando fue necesario, cómo supo
Obstaculiza 56 ... E!cc7. actuar de manera extraord i nariamente ac­
tiva y precisa. Recomiendo reproducir este
56 ... gds+ 57 ©es fü7+ ss ©b6 füd7 59 final tapando las j ugadas de Capablanca
fü7!? con un marcador, para compa ra r en cada
ocasión nuestra versió n con los movi­
Lo más sencillo. mientos del genial cubano.

59 ... gxdS 60 ©xb7 gxd3


POS/C/ÓN 49
Desesperación.
Emanuel Lasker - José Raúl
61 cxd3 füd3 62 bS füg3 63 b6 E!b3 64 Capa blanca
E!cS E!b4 65 ©c7 Las negras aba ndonaron. La Habana 1 92 1

Es momento de regresar a la posición Véase el diagrama siguiente


que refleja el diagrama de la partida
Capablanca - Ragozi n, procedente del ar­ La estructu ra de peones negros es una
tículo de Sergei Belavenets (pág ina 1 1 9) . masa monolítica, mientras que las blancas

1 82
No apresu rarse

blanco estaría apartado del j uego d u ra nte


mucho tiempo. Si las negras no h u b ieran
hecho la j ugada a nterior con la torre a b6,
entonces las blancas d ispond rían de la
fuerte respuesta 3 f\b2 con contraj u ego.

3 g4 hxg3 4 fxg3

Era muy mala 4 llixg3?? f\a 1 + 5 iii g 2 lli d6,


y las blancas ya tienen cuatro peon es dé­
biles.

tienen dos puntos débi les, en b3 y d4. Sin 4 ... fü2 5 é2Jc3 fü2!
embargo, la distancia entre estas dos de­
bil idades es mínima, por lo que no es fáci l Con la amenaza 6 ... lli xd4.
para el bando fuente saca r provecho de
ellas. 6 é2J d1 é2:\e7!

Sin embargo, aparte de las debilidades El cabal lo negro se traslada a c6 para ata­
estáticas es m uy im portante la posición car las debil idades del adversario. La po­
de las piezas. Todas las piezas blancas son sición de las blancas em peora con cada
muy pasivas, y el rey está s ituado m uy le­ j ugada.
jos del escena rio principal de la batal la,
los peones b3 y d4. Si imagi namos que en 7 é2Je3
esta posición los reyes estuvieran respec­
tivamente en d3 y d6, entonces la partida Es mala 7 b4 por la man iobra f1c2-cl -bl .
term inaría en tablas. Por eso las negras de­
ben mantener todo el tiempo la iniciativa, 7 ... fü1 +!
atacar las debil idades de las blancas, y tra­
tar de evitar q ue el rey blanco las proteja. A la natural 7 ... f\b2 podría segu i r tanto
8 lli d l , con u na contin uación análoga a
En otras palabras, las negras deben actuar la q ue sucede en la pa rtida, como 8 f\c3!?
muy concretamente, es decir, ((a toda pri­ f1d2 9 llic2 llifs 1 o b4 lli xd4 1 1 llixd4 füd4
sa». 1 2 f1b3, con posibilidades de tablas. No
tiene sentido para las n eg ras brindar al ad­
1 ... �b6! versario posibilidades adicionales.

El objetivo de esta j ugada es em peorar la 8 �f2 é2Jc6 9 é2Jd1 �b1 ! 1 0 �e2?


posición de la torre contraria.
Un descuido. Las blancas perdían i nevi­
2 �d3 tablemente el peón b3, sin embargo de­
bían haber procurado perder el peón con
Obligado. En caso de 2 Eí'.b2 o 2 llic1 sigue el cambio de torres, ya q ue en el fi na l de
2 ... f1b4 con l a captura del peón. caballos las negras ten drían ciertas d ificul­
tades técnicas con la material ización de la
ventaja, en vista del l i mitado n úmero de
peones. Era correcta 1 O iii e l !, defendien­
Crea u na amenaza nueva, 3 ... Eí'.a l +, y el rey do el caballo ( 1 0 iii e 3? lli b4), y en caso de

1 83
No a p resurarse

1 o ... tlia5 sigue 1 1 �d2 füb3 1 2 füb3 con 22 Z!e3 ©g6 23 :!! d 3 f6 24 :!! e3 ©t7 2S :!! d3
posi b i lidades d e salvación. ©e7 26 :!! e 3 ©d6 27 Z!d3 fü2+ 28 ©e1 :!! g2
29 ©f1 :!!a 2 30 :!! e3 es 31 Z!d3 exd4 32 :!! xd4
10 ... :!':!xb3! 11 'ii? e3 :!! b4
Es mala 32 Cll e2 Hd2 33 füd4 Cll g3+!

32 ... ©es 33 :!! d 1 d4 34 fü1 + ©ds Las blan­


cas abandonaron, ya q ue a 35 Hdl sigue
35 ... tlig3+ 36 �el Hg2.

Las n egras ha n ganado un peón. Ahora


el ritmo de j uego cambia bruscamente,
entra n en vigor las leyes del principio «no
apresu rarse». Veamos cuán tranqui las se
vuelve n las acciones de Capa blanca.

1 2 Cll c3 Cll e7 1 3 Cll e 2

A 1 3 g4 sigue 1 3 ... g5.

1 3 ... Cll fS+ 14 'ii? f2 gS 1 S g4

La defensa pasiva no cambia nada.

1S ... Cll d6 1 6 ltJgl Cll e4+ 17 ©f1 Z!bl+ 1 8


©g2 Z!b2+ 19 ©f1 fü2+!? 2 0 ©el :!! a2 2 1
©f1

Forzado. En caso de 21 llif3 ga naba 21 ...


Cll f2, y a 2 1 Cll e 2 sigue 2 1 ... Ha 1 +

21 ... 'ii?g 7

En el plan de l a s negras se i ncluye el tras­


lado del rey a d6 seg uido de f7-f6 y e6-e5.
Es curioso adverti r que en el transcur­
so de veinte movimientos en este final
Capablanca n o hace n i u na sola j ugada
con el rey. Un fenómeno bastante raro en
sus partidas.

1 84
Capítulo 8
El principio d e las dos d e b i l idades

Veamos un ejemplo sencil lo. POSIC/ÓN 50


Mijaíl Shereshevsky - Aleksandr
Beliavsky
L'vov 1 977

En este final de peones elemental las blan­


cas ganan con el sacrificio del peón pasa­
do a4 para pasar el rey al flanco de rey y
eliminar los peones negros.
Las bla ncas deben elegir: ganar calidad
La primera debilidad en la posición de las con una l ucha aguda y poco clara, o pasar
negras es el peón pasado blanco a4; la se­ a un final con igualdad material, a unque
gunda, el flanco de rey. Si realizamos un li­ con evidentes debilidades de las negras
gero cambio e n la posición, a ñadiendo un (peones b4 y e6).
peón blanco a c4, y uno negro a es, enton­
ces las blancas no ganan, ya que una de­ 20 �d4!?
bilidad -el peón de ventaja a4- no es su­
ficiente para la victoria, pues el flanco de Fuerza el paso al final, donde las n egras
rey es i nexpugnable. Seg ú n N imzowitsch, tienen peones débiles en los dos flancos,
en este ejemplo a las blancas les falta e l y las piezas menores no consig uen defen­
«eje d e maniobra»: l a casilla d 4 para e l rey. derlos. Además las negras están privadas
de contrajuego.
El principio de las dos debilidades con fre­
cuencia determina la táctica de j uego en 20 ... 1xd4 21 '\Wxd4 '\Wxd4 22 exd4 :gxf1 + 23
el final. Lo veremos en una serie de ejem­ :gxf1 b4 24 g4 él:i g7 25 axb4 axb4 26 él:i f3
plos.
En el plan de las blancas se incl uye el tras­
lado del caba l lo a es, el rey a e3 y solo des­
pués el asedio a las debil idades neg ras.

1 85
El principio de las dos debilidades

26 ... ttJe8 27 ttJ eS ttJd6 28 ©t2 ventaja en b2 (primera debilidad d e las


negras). Sin emba rgo el movimiento in­
Permite e l cambio de alfiles, aunque esto mediato de este peón para su transforma­
ya no importa. ción en dama expondría al rey blanco, y le
daría a las negras serias posibilidades de
28 ... ia6 29 ©e3 ixd3 30 élixd3 fü8 3 1 salvación. Por eso Alekh ine se d ispone a
ttJxb4 fü3+ 32 ©f4 ©t8 3 3 fü3 '8c7 3 4 crear una seg unda debil idad en el campo
©e3+ ©e7 3 5 ©d2 ttJe4+ 3 6 ©c1 de las negras.

Las blancas h a n ganado un peón y conser­ 1 °1Wd4


van su ventaja posicional.
«Con esta y la sigu iente j ugada las blancas
36 ... ttJ c3 3 7 �e3 ©d7? 38 ttJa6 Las n egras comienzan el plan correcto para ganar,
abandonaron. q ue consiste en avanzar los peones del
flanco de rey. El peón pasado «b» debe
En el final precedente las blancas apro­ avanzar solo más tarde, cuando con el
vecharon las dos debil idades de peones cambio de damas desaparezca el peligro
negros en flancos opuestos. Sin emba rg o de jaq ue contin uo» (Alekh i ne).
la concepción d e «debilidad» e s basta n­
te más a m pl i a que la idea de un solitario 1 ... '\We7 2 id3! '\Wc7 3 g4 ©f7 4 h4 éli b6 5 h5
(aislado) peón, que puede ser atacado. La gxhS 6 gxh5
debi l i dad puede ser una columna abierta
ocu pada por una pieza pesada del adver­ Se crea la segu nda debil idad, el peón h7.
sario, un peón pasado enemigo distante,
una pieza estancada, un rey cortado, etc. 6 ... '\Wc6 7 ie4!
En resumen, la debilidad es, ante todo, u n
defecto posicional. Se abstiene del cambio de damas, que era
posible después de 7 '\We4, solo por fijar
el peón débil h7. Por supuesto, no valía 7
Jixh7 '\Wxf3 8 '\Wxb6? Wd l + con tablas.
POSICIÓN 57
Alexander Alekhine - Friedrich 7 ... '\WbS 8 h6 '1Wb3 9 ic2! 'IWbS 10 °1Wd3 '\Wxd3
Samisch 1 1 ixd3
Baden Baden 1 925
Las bla ncas consig uen el cambio de da­
mas en una situación más fa vorable: el rey
negro está encadenado a la protección del
peón h 7, y el caballo no puede hacer fren­
te a l peón «b», apoyado por el rey y e l alfil.

11 ... llic8 12 ixh7 Las negras abandona­


ron.

Las blancas tienen un peón pasado de

1 86
El principio de las dos debilidades

de las blancas: la debilitación del flanco de


POSICIÓN 52
dama negro.
A. Kovalev - M. Azos
Tahskent 1 978 s i>c4 i>e4 6 élJ gs+ i>ts

En caso de 6 ... me3 es posible 7 Eí:g4 Eí:e8 8


mdS Eí:eS+ 9 mxd6 fügS+ 1 O füf4.

1 @ds

Ahora se puede entregar el peón h4: la in­


vasión del rey bla nco decide.

7 ... :B:xh4 8 l2Jf7 :B:hs 9 l2J xd6+ ixd6 10


i>xd6

El resultado de la l u cha está decidido, aun­


Las blancas tienen un peón de ventaja que en el final de torres las bla ncas deben
pasado en h4, la primera debil idad de las supera r algu nas d ifi cultades técnicas.
negras. Plan de las blancas: crear una de­
bilidad a las negras e n el flanco de dama 10 ... i>e4 1 1 :B:g7 a6 12 fü7 :B:h2 13 :B:b7 c4
(provocar el avance c6-cS o d6-dS), des­ 14 @es i>d3 1 5 a4 :B:hs+ 1 6 @b6 :B:h6+ 1 7
pués el peón pasado «h» desvía a las fuer­ i>a7 a5
zas negras, en el momento preciso lo en­
tregan, y al mismo tiempo atacan el flanco Se amenazaba 1 8 as y 1 9 Eí:b6.
de dama debilitado de las negras.
18 :B:b6 :B:h8 19 @a6 :B:a8+ 20 @bs :B:a7 21
1 @e3+ @g4 2 :B:g2+! i>ts :B:b8! Las negras abandonaron unas j uga­
das después.
Tam bién era triste para las negras 2 ...
mxh4 3 Cll f 3+! mh3 (3 ... mhs 4 :ggs+ mh6
s tll x eS) 4 :gg6 :ges (o 4 ... �g3 s tll gs+ y 6
POSIC/ÓN 53
Cll e4) S Cll xeS füeS+ 6 md3 :gds+ 7 mc2,
y el final de torres lo ganan fácilmente las Pál Benko - Bruno Parma
blancas, porque el rey negro está a islado Belgrado 1 964
del campo de batalla. Por ejemplo: 7 ...
mh4 8 a4 mhs 9 :gg7 aS 1 0 :gg2 es 1 1 :gd2
füd2+ 1 2 mxd2 c4 (de lo contrario b2-b4)
1 3 me3 mg6 1 4 md4 y ganan.

3 élJf3 if4+

En caso de 3 ... �f6 es desagradable 4 :r::fd 2


:r::fe 8+ s mf2 con n u merosas amenazas.

4 i>d3 c5

Se ha cumplido la pri mera parte del plan

1 87
El principio de las dos debi lidades

En esta posición el alfil de las blancas es mes seguido de f4-fS .


mucho más fuerte que el caballo enemigo,
que no dispone de pu ntos de apoyo en el
centro. También es activa la posición de las
torres blancas, mientras q ue las torres ne­
gras cumplen solo una función defensiva.

1 �b3

Crea la amenaza de cambio en e8 seg uido


de gd?, lo que no va l ía d i rectamente por
la respuesta ltJeS.

1 ... t2Jt6 2 Wg2!


9 �c4!
Las b lancas inician la centralización del
rey, sin temor al cambio de torres por la Maniobra típica, que se da con frecuencia
columna «e». en estos fi nales. El alfil blanco dom i na al
caballo negro.
2 ... �xel
9 ... t2J e6 10 g4 tfJc7 1 1 ©es
Es poco probable que las negras pudieran
evitar este cambio d u rante mucho tiempo. Las negras están en zugzwang. Las poste­
riores concesiones posicionales son i n evi­
tables.

Las bla ncas han calculado con precisión 11 ... f6+ 12 We4 Wf8 1 3 hS!
sus posibil idades en el final de piezas me­
nores. En oposición a los cánones gene­ E n la mayoría de los casos l os consejos de
ra lmente aceptados -torre y alfil son más Capablanca sobre la d istribución de los
fuertes que torre y cabal l o- las bla ncas peones con la presencia del alfil en el final
acuden al cam bio de torres, para centra l i­ son ciertos; sin embargo, el enfoque dog­
za r lo más rápido posible el rey. mático al respecto es i naceptable. En esta
posición es importante apoderarse de la
Después de 4 gel ? ! ge?! las negras no de­ casilla es para el rey, el «eje de maniobras»
jaban pasar al rey blanco a l centro y ten ían para atacar tanto el flanco de dama, como
todas las posi bilidades para hacer tablas. el flanco de rey de las negras. Cabe seña­
lar que la estereoti pada 1 3 gS después de
4 ... t2J xe8 5 Wf3 Wf8 6 We4 etJc7 1 3 ... hxgS 14 hxgS rJ:l e7, con la amenaza
1 S ... fxgS y 1 6 ... l2ie6, proporcionaba a las
Las negras han logrado contener la prime­ negras posibil idades excelentes para una
ra embestida del adversario. Ahora la tarea defensa con éxito.
de las blancas es provocar debilidades en
el flanco de rey de las negras. 13 ... gS

1 h4 We7 B t4 h6 Tampoco es mejor 1 3 ... gxhS 1 4 gxhS


seg uido de 1 S ít>fs, y las negras están en
En caso de 8 ... hS es muy desagradable 9 zugzwang.

1 88
El principio de las dos debilidades

14 fxg5 fxg5 1 S @fs @g7 1 6 @es práctica de mi sistema, el excampeón del


mundo Petrosian escribe: Reconozca que
La penetración del rey bla nco en el flanco no sabía que « . . . dos debilidades, que en sí
de dama es inevitable. mismas son completamente defendibles,
pueden ser atacadas a lternativamente, y
16 ... ttJ eS 1 7 ie6 ttJf6 que el atacante se apoya principalmente
en su superioridad territorial, en el mejor
estado de sus líneas de comunicación . La
partida se pierde porq ue en un momento
determinado al defensor le resulta i m posi­
ble reag rupar sus fuerzas a la misma velo­
cidad que el adversario».

Como ú ltimo ejemplo ofrezco un estudio


de S. Zhig uis, compuesto el a ño 1 930.

1 S b4!

¡No hay que darse prisa! Antes de la pene­


tración decisiva del rey es útil avanzar los
peones del flanco de dama l o más l ejos
posible.

1 S ... ttJeS 1 9 b5!

Las blancas realizan una aproximación En la posición de las negras hay dos o bjeti­
concreta a la posición y colocan todos sus vos vul nerables: el peón h7 y la casi lla e6, o
peones en casi l las del color del alfil. también se puede decir, dos debilid ades.

1 9 ... ttJf6 20 a4 ttJeS 21 ifS ttJf6 22 ©e6 1 ©f3 ©c7 2 ©g4! ©d7
ttJ es 23 ie4!
Las negras logran defenderse del ataque
El caballo negro cae de nuevo bajo la do­ del rey blanco al peón h7. En caso de
minación del alfil. 3 cii h s? sigue 3 ... cii e6 4 cii h6 ciif s, y las
blancas pierden. Sin em bargo, ahora el rey
23 ... ttJf6 24 if3 ttJgS 25 ©d6 blanco gira y se d i rige a la casilla e6.

¡Ahora al flanco de dama! 3 ©f5! ©es

25 ... ©f6 26 ©c6 ©e7 27 ©b7 ©d6 28 No cambia nada 3 ... cii d 8 4 cii e6 cii e 8 5 d4!
©xa7 ©cs 29 ©a6 ttJf6 30 ic6! ttJxg4 31 as
bxa5 32 b6 éll e S 33 .ie8 Las negras abando­ 4 ©e6 iifs 5 d3! ©es 6 d4 iifs 7 d5
naron.
Las negras están en zugzwang.
En el prólogo del l i bro de N i mzowitsch La
7 ... ©es 8 g6! hxg6 Ahogado.
1 89
Capítulo 9
En l u g a r d e u na con c l usión

Para terminar el estudio d e la versión re­ ese caso es mejor jugar en varios torneos
ducida del l i bro Endgame Strategy, me seg uidos, que no sean im portantes desde
gustaría añadir un extracto del l i bro Per­ el punto de vista del resultado obten ido o
feccionamiento en ajedrez. de la clasificación para otra compet ición.
En ellos el j ugador debería intentar poner
No es fácil seg u i r mi consejo «i ntenta me­ más el acento en el final q ue en la a pertu­
jorar tu técnica del final desde e l mismo ra. Debería procurar llegar al final y coger
comienzo de tus clases de ajedrez». Mi el há bito de j ugarlo h asta que estén los
práctica de entrenador me ha demostrado dos reyes solos.
que el j ugador estudia alg unos esquemas
de apertura, l uego i nvierte mucho esfuer­ Para i l ustrar mis palabras, me es más fácil
zo en el proceso de transición de la aper­ ofrecer como ejemplo mis propias parti­
tu ra al medio j uego, y ni siquiera piensa en das.
el final. Sin embargo, no hay que forzarlo.
Pasado algún tiempo, u no o dos a ños,
sus resultados mejorarán, y mostrará una
PARTIDA 44
buena comprensión de l os problemas de
la apertura y del medio j uego. Será mu­ M ijaíl Shereshevsky - Eduard
cho más d ifícil evaluar su progreso en el Zelkind
fina l, porque el n úmero de partidas cuyo Apertura del Peón de Dama [A48]
resultado se decida en el final seg u i rá sien­ Minsk 1 978
do relativa mente bajo. Al mismo tiempo,
después de estudiar a los clásicos, su cul­ 1 d4 tLJf6 2 tlJf3 g6 3 iJ4 i.g7 4 e3 d6 5 tlJ c3
tura ajed recística se enriquecerá conside­
rablemente y adquirirá su propio esti lo de El j ugador que lleva las blancas siem pre
juego. Adq u irirá la costu mbre de aprender tiene una amplia elección a la hora de em­
esq uemas y seg u i r caminos conocidos. Tal pezar el j uego. La j ugada t2Jc3 por delante
tendencia es comprensible. Sin embargo, del peón «O> puede ser fácil mente critica­
con la mejora en la calidad de su j uego la da o justificada, eso no im porta. La idea de
categoría de los rivales también au men­ esta extra ña j ugada es d irig i r el j uego a un
tará, y los cami nos tril lados se volverán canal desconocido y, más tarde, en el me­
demasiado estrechos. Todos estos proble­ dio juego, luchar por la i niciativa.
mas aparecen al n ivel de maestro i nterna­
cional. En ese momento el j ugador llegará S ... 0-0 6 i.c4
a u n pu nto muerto en alg u nas aperturas,
lo que dará l u g a r a tablas cortas en posi­ La misma táctica que a ntes. Después de 6
ciones absoluta mente igualadas, y es muy ... es las blancas se proponen jugar 7 dxcS
probable que su progreso se ralentice. En dxcs 8 1Mf xd8 füd8 9 ttJes e6 1 o �e2 y des-

1 90
En lugar de una conclusión

pués 1 1 if3. nes, con cierta i niciativa para el bando


blanco.
6 ... c6 7 a4 '1Wb6 8 '@'d2 .if5
14 ... h6
El peón b2 está envenenado. Si 8 ... \Wxb2?,
entonces 9 :r'í: b 1 \Wa3 1 0 0-0 y la dama ne­ Las blancas amenazaban 1 S lll gs.
gra q ueda atrapada. El desarrollo del alfil
negro por fS tiene sus defectos, sin embar­ 1 5 füc1 füc8 1 6 a6!
go es aceptable. De momento las blancas
no pueden aprovechar alguna desarmo­ Esta jugada es la base de la futura victoria.
nía en la d isposición de las negras (el alfil
en fS y el peón e n g6). Sin em bargo, 8 ... as 16 ... bxa6 1 7 .ixa6 füb8 1 8 b3 lll f6 1 9 '\WaS!
parece más seg u ra. '\Wb6 20 :Ba3!?

9 0-0 é2J bd7 En el espíritu de las jugadas precedentes


estaba 20 h3. No vi ninguna necesidad de
Como antes, n o vale la captura 9 ... \Wxb2?, ocuparme del alfil f4, l a ú n ica pieza blan­
en este caso por 1 O ib3 . ca mal situada. Además, el cambio del al­
fil por el caba llo bueno del adversario es
favorable para las blancas, por eso decidí
provocarlo. Si 20 h3, entonces 20 ... lll e4,
con e l posible avance de los peones ne­
gros en el flanco de rey.

20 ... étJ hS?!

Zel kind no resiste la tentación, y para ata­


car al alfil sitúa su caballo en el borde del
tablero. Era mucho más cautelosa 20 ...
lll e4.

La apertura ha finalizado. La posición está 21 .ig3 fS 22 füa1 gS?!


más o menos i gualada.
Esta actividad es absol utamente i l u soria.
10 lll h 4 Las negras creen q ue toman la in iciativa,
aunque en realidad el movimiento de la
Las blancas i ntentan hacer algo para in­ partida conduce a un final bastante desa­
terrumpir el c u rso tranquilo de la partida. gradable. Lo más lógico era 22 ... if7, que
Ta mbién merecía atención 1 O as. previene 23 Wfxb6 axb6? 24 ic8, y prepara
e7-eS . Al parecer las blancas tend rían que
10 ... .ie6 1 1 .ie2 jugar 23 ie2, a lo que podría seg u i r 23 ...
\Wc6 con una posición i nteresante. Ahora
El cambio en e6 no es muy favorable para las negras ya están peor.
las blancas. Ahora amenaza n 1 2 e4.
23 '1Wxb6! :Bxb6 24 .id3 :Bb7
1 1 ... étJdS 1 2 étJ xdS cxdS 1 3 as '\Wc7 14 lll f3
Las complicaciones después de 24 ... f4 2S
Finalmente se rompe la simetría de peo- exf4 g4 26 lll h4 ixd4 27 füa7 son favora-

1 91
En lugar de una conclusión

bles a las blancas. cimientos en la partida, Zel kind se pone


cada vez más nervioso. La amenaza de las
25 h3! bla ncas de avanzar su peón a bS y d oblar
torres por la columna <<a>> es desagradable,
sin embargo las n egras tenían defensa.
Debieron elegir 29 ... E:l:b8 30 bS ,td7 con
posibilidades de una resistencia tenaz.

30 gxf4 gxf4 31 exf4 iJ.g7 32 :9:e1 if5

25 ... etJxg3?

Hasta el momento las negras han logrado


superar más o menos con éxito todos sus
problemas, sin embargo aquí cometen u n
grave error posicional, yendo a u n cambio
desventajoso. No creo que fuese u n error 33 g3!
casual. Du rante toda la partida las negras
han tenido que resolver tareas bastante Tras esta fuerte j ugada se hace evidente
atípicas, y los contornos de la Defe nsa I n­ que la operación táctica de las negras ha
dia de Rey eran demasiado borrosos como fracasado. Ahora la partida entra en la fase
para confiar en ellos. En segu ndo l ugar, el de explotación del peón de ventaja de las
alfil de casi l las negras (¡que los ind ios me blancas.
perdonen!15) es como una deidad para la
mayoría de los segu idores de la I ndia de 33 ... ixh3 34 :9:xd5 :§:b8 35 b5 ic8 36 sYf2
Rey. Además, se cierne sobre las negras la ib7 37 :9:h5 fü8 38 :9:e2 ic8 39 f5 ib7 40
amenaza del zeitnot. i>e3 ic8 41 i>d2 ib7 42 :9:e3 if6 43 :9:xh6
ixf3 44 :9:g6+ sYf7 45 :9:xf3 ixd4 46 ie4
26 fg fü7?! 27 :9:a5! if6 28 fül !
En este final con torres y a lfi les de distinto
Esto fue una sorpresa bastante desagrada­ color, las negras sufren menos por la pe­
ble para las neg ras, porque a hora tanto los queña ventaja material del adversario que
peones fS y dS, como también el peón a?, por la enorme ventaja posicional de las
se vuelven muy débi les. blancas.

28 ... fü8 29 b4 f4? 46 ... :9:h8 47 id5+ i>f8 48 c4 ig7 49 :9:a3!


id4
A medida q ue se desarrollan los aconte-
Amenazaban 50 b6.
15 Nota del Traductor: Aquí el autor hace un juego
de palabras: el vocablo ruso Slon (que se emplea
para el alfil) significa elefante. Así, sugiere que el
50 i>d3 ib6 51 :§:al fü5 52 :9:e1 id8 53 :9:e4
elefante (alfil) es un animal sagrado para los in­ La torre blanca se traslada a g4 con un ata-
dios (de la nación India).
1 92
En l ugar de una conclusión

que de mate. Las negras abandonaron. con fuerte presión sobre el flanco de rey
y excel entes posibil idades de castigar a
su adversario por su actitud indolente en
la apertura. En l u gar de ello inician una
PARTIDA 45
operación táctica que no es obligada, con
M ijaíl Shereshevsky - Aleksandr lo que también obtienen una buena posi­
Sarbay ción, aunque a cambio facil ita la tarea del
Apertura del Peón de Dama [D04] adversario.
Minsk 1 978
9 ... lll xd4?! 10 cxd4 e4 1 1 ie2 exf3 12 lll xf3
1 d4 lll f6 2 lll f3 d5 3 e3 axb5 13 ixb5 lll e4 1 4 ib2 c5! 1 5 a4

Ya hemos dicho que la l ucha por obtener Las blancas detienen la posi ble \Wd8-b6.
ventaja en la apertura no entra en los pen­
samientos de las bla ncas. 15 ... ig4! 16 E!:e1 cxd4?!

3 ... g6 4 id3 ig7 5 O·O O·O 6 c3 lll c6! Sarbay se equivoca y permite que las
blancas se liberen y coordinen la i nterac­
Las negras desarrollan la apertura con ción de sus piezas al precio de un l ig ero
energía, y preparan e7-e5 para hacerse deterioro en su estructura de peones del
con la iniciativa. flanco de rey. Era necesa rio jugar 1 6 ... \Wf6
1 7 ie2 c4 (aqu í las negras pueden tener
7 b4 mejores movimientos), manteniendo la
presión posicional.
Esta j ugada es muy arriesgada, ya que
después de e7-e5 se aumenta la zona de 1 7 ixd4 ixd4
i nfl uencia del alfil g7. Sin embargo, la posi­
ción después de 7 tll bd2 es 8 tll xeS tll xeS Las negras no tienen nada tang ible des­
9 de tll g4 1 O tll f3 tll xeS es claramente des­ pués de 1 7 ... tll c 3. Esta j ugada l levaría a
favorable para las blancas. una posición más o menos equilibrada
después de 1 8 \Wd3 tllx bS 1 9 axbS ixf3 20
7 ... a6 8 lll bd2 e5! 9 b5 gxf3, pero es obvio que las negras q uerían
conseguir algo más.

18 '1Wxd4 ixf3 1 9 gxf3 '\Wg5+ 20 ©n lll f6

Era más lógico retirar el caballo a d6, sin


embargo las negras evitan el cambio de
piezas l igeras, con la esperanza de con­
seg uir todavía más ventaja. No me esfor­
cé en absoluto en jugar a tablas en esta
partida, porque pensé que la necesidad
de jugar a la defe nsiva a menudo es parte
de la real idad objetiva, y es en sí misma un
camino para jugar a ganar.
Las negras han jugado muy bien la aper-
t u ra, y su posición es mejor. Solo necesitan 21 id3
jugar 9 ... axbS 1 O ixbS e4 1 1 tll e 1 tll e 7,

1 93
En lugar de una conclusión

Es hora de mostrar algu nas cartas de tri un­ 31 :f!b:a4 lt.Jxa4 32 i.c6!
fo. El peón negro b7 es débil, y las blancas
se d isponen a atacarlo por la columna «b». Una j ugada fuerte. Me d isponía a respon­
Objetivamente la posición todavía está der a 32 ... l=J'.as con 33 l=J'.a 1 , para ganar el
cerca de la igualdad, sin embargo la inicia­ peón «d». No da nada 32 ixbS debido a
tiva psicológica está ahora del lado de las 32 ... Cll b6.
blancas. Yo d isponía de hora y media para
las vei nte j ugadas restantes, mientras que 32 ... :f!d8 33 ixb5 ctJ c5 34 :f!a7 ctJe6
a mi adversario le quedaban solo veinti­
ci nco minutos. En este momento me pregunté: «¿Cuáles
son mis posibilidades de ganar si m i ad­
21 ... lt.J d7 22 :f!eb1 '\Wh5 23 '\Wg4! versario no juega bien?» No encontré la
respuesta, sin embargo Sarbay lo h izo por
¡Es hora de pasar al final! m í.

23 ... '\Wxg4 24 fxg4 tt:Jc5 25 i.b5 35 <;tie2 d4?

Toda actividad tiene su l ímite. Los defec­


tos de la ú ltima jug ada son obvios, y esto
muestra q ue el espíritu de las neg ras se
rompió j usto en este m omento debido a
la presión del tiempo.

36 e4

Ahora la posición de las blancas es algo


mejor, aun así, con una defensa correcta
de las neg ras, la partida debería terminar
en tablas. Sin embargo estaba decidido a
jugar hasta que los reyes se quedaran so­
los.

25 ... :f!a5 26 :f!b4 füa8 27 g5


36 ... :f!b8?
Es útil crear premisas para un j uego activo
en el flanco de rey. Otra decisión impulsiva que provoca a las
negras problemas serios. Las negras ha­
27 ... lt.J e4 28 h4 ctJ c3 29 i.d7 b5 30 :f!a3 :f!xa4 bían j ugado 35 ... d4, y ahora lo lógico era
conti nuar 36 ... d3+ 37 ®d2 Cll d4. Las blan­
Era más conveniente para las negras cap­ cas pueden elegir entre 38 ixd3 Cli c6 39
turar este peón con el cabal lo, sin emba r­ l=".a3, con u n final de torres mejor, aunque
go su i ntención de simplificar la posición de tablas, y 38 ic4!? Cll f3+ 39 ®d 1 . Aún
en los apuros de tiempo es razonable y era más fuerte 36 ... l=".c8!, consiguiendo un
comprensible. contrajuego real contra el rey bla nco.

1 94
En lugar de una conclusión

Tras el movimiento de la partida las posi­


PARTIDA 46
bil idades de sa lvación de las negras son
M ijaíl Shereshevsky - Naum Kag a n
ínfi mas.
Defensa Inglesa [A40]
37 !c4 gb2+ 3S ©f3 fü2 39 !xe6! fxe6 40 Minsk 1 978
gd7 fü3+ 41 ©g4 fü4 42 f3 ga4
1 d4 e6 2 c4 b6 3 CLJc3 ib7 4 a3
Este final de torres es muy incómodo para
las negras. La debil idad de e6 impide a las Aq u í se puede dar por terminada la discu­
neg ras pasar a un final de cuatro peones sión teórica. Las blancas e l uden la conti­
blancos contra tres negros en el flanco de nuación pri ncipal 4 e4 y prefieren un de­
rey. E n cualquier caso, las negras deberían sarrollo tranquilo.
haber aplazado la partida una jugada an­
tes, y buscar la salvación en un contraj uego 4 ... fS S dS etJf6
activo. En l ugar de esto mi adversario con­
tinúa el j uego a la defensiva, lo que me
permite mejorar mi posición.

43 hS! gxhS+ 44 ©xhS gb4 45 g6!

Ahora sentí que tenía una posición gana­


da, y pedí un sobre. La j ug ada secreta no
deja a mi rival posibil idades de salvarse.

4S ... hxg6+ 46 ©xg6 gbs 47 füd4 es 48 gd7


ges 49 gg7+ ©fs so ©t6 gbs s1 ga7 ges
S2 gas ©gs S3 gxeS füs+ S4 ©e6 gxf3 SS
ggs+! Ahora las blancas podían forzar el cambio
de damas mediante 6 dxe6 dxe6 7 IM!xd8+
Ahora las negras no pueden jugar 55 ... riix d8; sin embargo, las negras desarrollan
rii fs por 56 fü5+, y tras la retirada del rey fácil mente sus piezas, mediante 8 ... �d6 y
negro a la col umna «h» las blancas ganan 9 ... rii e 7, con buen juego.
con la ayuda de un procedimiento conoci­
do, la construcción del «puente». Todavía 6 etJf3 !e7 7 dxe6!? dxe6 8 'IWxdS+ ixd8?!
sigu ió:
Las negras hicieron esta jugada al instan­
SS ... ©h7 S6 es ga3 S7 ©t6 gas SS gg1 te. En su lugar merecía atención 8 ... i;t>xd8,
ga2 59 e6 fü2+ 60 ©e7 ge2 61 ©f7 fü2+ con idea de obtener la disposición de pie­
62 ©es ge2 63 e7 ©h6 64 gd1 ga2 6S ©d7 zas a ntes mencionada, porque la carga de
Las negras abandonaron. caba llería 9 tll g 5 no conduce a nada.

9 if4 etJc6 10 h3 h6?

Las negras pierden tiempo con esta extra­


ña j ugada.

1 1 e3 0-0 1 2 ie2 geS 13 0-0-0

1 95
En lugar de una conclusión

La posición de las negras es incómoda. Su sas. No obstante decid í q ue la posición


problema principal es la falta de coordi­ del diag rama era tan buena que n o tenía
nación entre las piezas de los dos flancos, sentido sacrificar y conceder al adversario
debido a la mala ubicación del alfil d8 y la posi bil idades adicionales.
debil idad de la casilla central es.
Por supuesto, mucho depende del tempe­
13 ... e5?! ramento del j ugador y de su sentido esté­
tico, aunque si recorda mos la definición
Tras esta j ugada la posición de las negras de Capablanca de que e l camino más be­
en el centro se vuelve aún más vulnerable. llo hacia la victoria es e l más corto, enton­
Era mejor para las negras jugar defensiva­ ces 20 bS es preferible a 20 cs. La partida
mente: a6, E&c8 y !ke7, para intentar neu­ no se alargó m ucho.
tra l izar gradualmente la iniciativa del ad­
versario. 20 ... ttJ b8 21 éll es ie7 22 @b2 :!:!cd8 23
éll g 4!
1 4 Íh2 g5?
J ugada decisiva. Las negras no están en
Actividad que pretende asusta r al adver­ condiciones de defender sus numerosas
sario. debi lidades.

15 b4! f4 1 6 :!:!he1 fü8?! 23 ... :!:!xd1 24 :!:!xd1 ttJxg4 25 ixg4 c6 26 if3


if6 27 :i:!d6 @g7 28 bxc6 ixc6 29 ixc6 Las
Esta jugada ya no tiene sentido. En cual­ negras abandonaron.
q u ier caso la posición de las negras ya era
muy difíci l.
En las partidas que acabamos de ver las
1 7 exf4 exf4 1 8 g3 fxg3 19 ixg3 as blancas o bien no intentaban obtener ven­
taja en la apertura, o bien hacían i ntentos
muy tím idos. Los l i bros de teoría apenas
consideran tales apertu ras, porq ue no son
muy lógicas, aunque como ya d ije, mi idea
era evitar el debate en la apertura y trasla­
dar el peso de la l ucha al med io juego y al
final. Desde luego, no se puede jugar así
constantemente, porque es d ifícil superar
así a un contri ncante fuerte, sin plantearle
problemas serios en la apertura. Sin em­
bargo es bastante apropiado como medi­
da provisional deliberada. Así e l ajedre­
cista comienza a comprender el ajed rez
20 b5! mucho mejor. Cuando regrese al enfoque
actual normal, lo hará mucho más cons­
H ice esta j ugada después de mucho pen­ ciente y con nuevas ideas para resolver la
sar. Vi que 20 cS!? proporcionaba un ata- mayoría de las cuestiones de la apertura y
que muy fuerte. Por ejemplo: 20 ... axb4 del med io j uego.
21 axb4 tlixb4 22 !kc4+ ciJf8 (22 ... ciJg7
23 füe8 tlixe8 24 E&d7+) 23 füe8+ mxe8
24 ctJd4, con m uchas a menazas pel igro-

1 96
PARTE 1 1 1
Del siglo XX al siglo XXI

Finalmente, comenzamos la tercera parte del l i bro, en la que trataremos todos los cam­
bios que han sucedido en el ajedrez y en el entrenamiento en el último cuarto de siglo.
Pri mero hablaremos sobre el estatus actual del ajedrecista y del entrenador. Voy a hablar,
en primer lugar, de Rusia como sucesora de la U n ión Soviética y como país más g rande
en el territorio postsoviético. En mi opi nión, este estatus ha cambiado d u rante los ú lti mos
25 años. Primero, bruscamente y para peor, y después para mejor. Antes, el ajedrez en la
U n ión Soviética a nivel profesional era un med io de a utoexpresión y la oportunidad de
escapar de la mediocridad de la vida cotidiana. En el plano material el maestro de ajedrez
estaba mejor provisto que un médico o un ingeniero, y la mayoría de los habitantes del
pa ís solo podían soñar con la posibilidad, que estaba a l alcance del maestro, de viajar a
expensas del estado o tener un horario de trabajo flexible. Cuando debido a la edad la
fuerza práctica del ajedrecista disminuía, siem pre era posible convertirse en entrenador
y obtener una remuneración bastante decente por su trabajo. El nivel de vida del gran
maestro a veces era superior al de la media nacional. Recuerdo l o que nos d ijo en broma,
al ingresar en su escuela, A. l. Shagalovich: «Si el ajedrez interfiere con el estud io, ¡de­
jad lo!» Después de una pausa sign ificativa, agregó: «¡Dejad los estudios!»

En esta broma había mucho sentido común. ¿Por qué gastar energías en la educación,
para i r tirando como un triste empleado soviético? ¿ No era mejor i nvertir ese tiempo
en alcanzar el éxito con e l ajed rez, ya q ue en aquella época los deportistas obte n ían el
«diploma» de estudios, si lo deseaban, sin muchos problemas? E n la actualidad todo esto
ha cambiado. Para obtener una remu neración decente por tu trabajo, tener la posibi l idad
de viajar por el mundo, vivir una vida creativa i nteresante, es necesario ser un buen espe­
cialista en tu campo de actividad. Y esto implica, en primer lugar, tener una buena edu­
cación y conoci miento de idiomas e i nformática. Y resulta que tras el colapso de l a U nión
Soviética, la vida de los jugadores del territorio postsoviético y de los países del Este, con
la excepción de la élite, se ha deteriorado notablemente. Como resultado de las reformas,
la h iperinflación y las terapias de choque, la mayoría de las personas perdieron todos sus
a horros. En una corriente furiosa de i nformación contradictoria la orientación de la vida
cambió, y las ideologías y los valores morales fueron revisados.

La gente dejó el ajed rez. Empeoró todo: desde las cond iciones de j uego, a la calidad de
los hoteles y el pago por tu trabajo. Anteriormente, cada torneo era como un d ía de fiesta.
Se encontraban viejos amigos y conocidos, competían y defendían sus pu ntos de vista
creativos. A los que no les había ido bien el juego, con frecuencia se i ban de juerga, se di­
vertían, y nadie pensaba en el dinero para vivir, ya q ue todos tenían l o suficiente y tenían
más o menos aseg u rado su salario.

1 97
Capítulo 1 0
Sobre e l estatus d e l os j ugadores d e ajed rez y los
entrenadores
Como ya mencioné, en l o s a ños 200 1 - de Marx-Engels-Leni n-Sta lin todavía era
2002 fui entrenador y seleccionador del originalmente un producto importado, y
equ i po de Bulgaria en el Campeonato de la adaptación a las condiciones locales pe­
Euro pa y en la Olimpiada. Entonces en el culiares no estuvo exenta de d ificultades.
equipo j uveni l no se encontra ban todavía El ejército de ideólogos estatales tuvo que
Vesel i n Topalov y Kiril Georgiev. En estas lidiar con alg unos problemas. Esto reque­
competiciones me reuní con mis colegas ría un trabajo constante con la población.
de la antigua U nión Soviética, que ahora La planta del ajed rez, por el contrario,
jugaban para equipos de diferentes paí­ creció en un s uelo soviético ú nico, no dio
ses. Casi todo lo que escuché fueron que­ lugar a otros brotes, y por lo tanto estaba
jas sobre la vida, cuya esencia se reducía destinado a demostrar las ventajas del s is­
a lo b ien que estaban en la Unión Sovié­ tema soviético como u n todo. Y com pren­
tica y lo mal que vivían ahora. Algunos de der este fenómeno no solo es i nteresante,
ell os, desafortu nadamente, ya no están sino también i nstructivo. De hecho, en aje­
vivos. Intenté responderme a la pregun­ d rez la pala bra "soviético" durante m uchas
ta: «¿Qué ha cambiado en la atmósfera de décadas fue sinónimo de a lta ca lidad, un
los torneos?» Comprend í lo sigu iente: «Se hecho confirmado reiterada y convi ncen­
ha perdido la atmósfera de celebración y temente. Así pues, la definición de esta
buena vol untad. En el a i re hay una atmós­ combinación de palabras no causa d udas.
fera negativa de miedo, ansiedad, i ncerti­ La palabra clave "escuela'; en mi opinión,
dumbre». no refleja la esencia y las razones de la
domi nación de los jugadores de ajedrez
Hace poco leí el interesante l i bro de soviéticos.
Vladímir Tu kmakov Ajedrez. La clave de la Parece que en este asu nto cualquier crí­
victoria. En este libro el venerable g ran tica es inapropiada. La hegemonía (no
maestro d uda de la val idez del término tengamos miedo a las palabras g randilo­
«Escuela soviética de ajedrez», y sugiere cuentes) de los ajedrecistas soviéticos en
reemplazarlo por «Organ ización soviética la seg unda mitad del siglo XX fue incues­
de ajedrez». Qu iero expresar mi opinión tionable (la aparición de Fischer podría
sobre este asunto. considerarse un episod io enojoso). Con­
d ucidos por su l íder M ijaíl Botvi n n i k, ga­
Pero antes que nada, los a rg u mentos de naron todos los títulos mundia les.
Tu kmakov: «En la l iteratura ajedrecística El país del social ismo desarrollado no d is­
la "Escuela soviética de ajedrez" tiene la ponía de tantos a rgu mentos en la l ucha
misma conexión q ue la enseñanza mar­ contra el Occidente capitalista, por eso
xista-leninista en la vida de los soviéticos. el ajed rez, de ser u n j uego i ntelectual y
Además, el pri mero era un prod ucto más entretenido, fue d i rigido a otro departa­
ecológico, por así decirlo. La enseñanza mento. Ahora el ajed rez fue d iseñado para

1 98
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

simbolizar simu ltáneamente e l deporte, el ser atribu idos en mayor medida como se­
arte y la ciencia. g u i dores de Botvinn i k, aunq ue, como ya
Ta mbién se construyó una noble genea­ sabemos, no era n soviéticos. Sin embargo,
logía: Petrov-Ch igori n-Alekhine-Botvin n i k debe haber algo que explique el fenóme­
etc. Lo cierto e s q u e e l pa rentesco era du­ no i nnegable: la abrumadora superioridad
doso, Alekhine fue desplazado a la fuerza de un país frente a l resto del mu ndo.
desde otro ca mpo ideológ ico, aunque a Sí, indudablemente, existía ese factor. Y
qué trucos no se recurre en a ras de la con­ esa cosa misteriosa fue: la organización.
ven iencia política. El estilo de Botvi nnik no El estado proporcionó a los jugadores de
tenía nada que ver con sus denominados ajedrez soviéticos condiciones sin prece­
predecesores, sin embargo esta bagatela dentes, con las q ue sus competidores de
pod ía ser obviada. Lo mismo que a par­ otros países no podían n i soñar. Los g ran­
tir de las i nvestigaciones económicas de des maestros, e i ncl uso los maestros, reci­
Marx, con la ayuda de d iestros equilibris­ bían un salario solo por su actividad profe­
tas ideológicos, se creó la doctrina triun­ sional, el prestigio del j ugador de ajedrez
fa l de Marx-Leni n-Stalin, así los modestos se elevó a una altura sin precedentes. Los
artículos de Botvinnik sobre su propio mejores representantes de la profesión te­
sistema de preparación para las competi­ n ían derecho a viajar al extranjero, q u e en
ciones se convirtieron en una Enseñanza, ese momento era privilegio de unos po­
una especia de evangelio de los ajedrecis­ cos. Además, todos estos beneficios evi­
tas soviéticos. De esta manera se crearon dentes no eran un freno para el éxito en
los req u isitos previos para el surgim iento otras áreas y compromisos de mayor peso,
de la escuela de ajedrez soviética, en abre­ como ser miembro del Partido Com u nista
viatura SShSh, si recu rrimos a la moda de o fu ncionario del KGB.
aquellos tiempos. En la ciencia y en e l arte La contri bución del Patria rca, como se so­
una escuela se representa como un grupo l ía llamar a Botvi nnik, es realmente gran­
de seg u idores, unidos por un l íder, que de­ d iosa. Él era el l íder incondicional de este
sarrollan la teoría o la d i rección propues­ partido creado artificia l mente, el símbolo
ta por el l íder. Sin embargo, si lo piensas y el esta ndarte del ajed rez soviético. En
bien, el sistema de preparación de Bot­ muchos aspectos, fue gracias a Botvinnik
v i n n i k solo puede considerarse como el que la pala bra «g ran maestro» se pro n u n­
primer (im portante para su tiem po, aun­ ciara en la i nmensa U n ión con admiración,
que algo i ngen uo) manual para j ugadores y que los torneos de ajedrez convocaran a
profesionales de ajedrez. Al mismo tiem­ mi les de espectadores.
po, la ideología y la ciudadanía j uegan un La feroz competencia, debida, por un lado,
papel secundario. La contin u idad también a la i ncreíble popularidad del ajed rez, y
es una condición importante, aunq ue, por otro lado, al a islam iento del sistema,
por citar u na, la serie Morphy-Zukertort­ también contribuyó a l crecimiento de la
Marshall-Reshevsky-Fischer parece, como maestría. En estas condiciones solo so­
m íni mo, igual de impresionante, y sin brevivió el más fuerte, combinando con
em bargo no hay alegatos serios sobre la fortuna el puro talento ajedrecístico con la
existencia de una escuela de ajed rez ame­ esta bil idad psicológica, y la capacidad de
ricana. Si exam inamos detenidamente el trabajar sin descanso con el pragmatismo
retrato creativo de los ajedrecistas sovié­ deportivo. Por lo tanto es correcto l lamar
ticos, no encontraremos mucho en común a esta conglomerado no Escuela, sino
entre Botvinnik y Bronstein, Keres y Geller, Organización: Organización soviética de
Tah l y Petrosian, Korchnoi y Spassky. Al ajed rez (SShO). Fue la SShO la q ue creó las
mismo tiempo Gligorié y Portisch podrían cond iciones necesarias para el desarrollo

1 99
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

masivo y el perfeccionamiento del ajedrez municación suficientes de los ajedrecistas


profesional; un concepto que estuvo au­ de los países socia listas con los jugadores
sente en Occidente». y entrenadores soviéticos. Una paradoja
dentro de otra. Ta n pronto como la U n ión
El gran maestro Tu kmakov escribe libros Soviética colapsó y hubo grandes cambios
interesantes en un leng uaje hermoso y en los países de Europa del Este, la vida de
exuberante. Me g ustó especial mente el los ajedrecistas de estos países empeoró.
libro Risk & Bluff in Chess: The Art of Taking Y en ese momento en Bul ga ria y H u ngría
Ca/culated Risks. Él conoce profu ndamente aparecieron Veseli n Topalov y Peter Lékó,
el ajed rez, y a menudo plantea temas que que j ugaron dignamente tres matches por
no son destacables, pero tampoco fáciles el campeonato del mundo con Vladímir
de articu lar por la mayoría de los especia­ Kramnik y Viswanathan Anand. A mi pa­
listas. Por ejemplo: «En el poder de la emo­ recer, esto se debe mayormente al hecho
ción, o El coraje de la desesperación». Sin de que la oportunidad de trabajar con es­
embargo, a q u í el g ran maestro carga las pecialistas soviéticos se volvió mucho más
tintas. E l título del capítulo en sí «¿SShSh o accesible, y Topalov y Lékó (yerno del g ran
SShO?» me recuerda el título de un artícu­ maestro y entrenador Arshak Petrosian)
lo de cierto periódico bielorruso: «V.V.P. no aprovecharon su actividad.
es lo m ismo q u e Y.B.N.», en el que se com­
paraban las actividades de los Presidentes Ha blemos de las escue las. Citamos a Tuk­
de Rusia V. V. Putin y B. N . Yeltsi n. makov: «La palabra clave "escuela'; en mi
opin ión, no refleja la esencia y las razones
Va mos a desa rrollarlo por orden. Recor­ de la dominación de los jugadores de aje­
demos lo últi mo. Comencemos con l a d rez soviéticos . . . En la ciencia y en el arte
misteriosa organización SShO: «Y esa cosa una escuela se representa como un g rupo
misteriosa fue: la organización. El estado de seguidores, u n idos por u n l íder, que de­
proporcionó a los j ugadores de ajedrez so­ sarrollan la teoría o la d i rección propues­
viéticos cond i ciones sin precedentes, con ta por el l íder. Sin em bargo, si lo piensas
las que sus com petidores de otros países bien, el sistema de preparación de B otvi n­
no podían ni soñar. Los g randes maestros nik solo puede considerarse como el pri­
e i ncluso los maestros recibían un salario mer (importante para su tiempo, au nque
solo por su actividad profesional . . . ». Yo algo ingen uo) manual para jugadores pro­
he trabajado como entrenador de ajed rez fesionales de ajedrez. Al mismo tiempo la
en B ulgaria. Y vaya, esa misteriosa «lo­ ideología y la ciudadanía j uegan un pa pel
gia masónica» también existió a l l í. De las secundario».
conversaciones con los j ugadores de los
Balcanes puedo atestiguar que también En mi opin ión, hablamos de una susti­
dejó su marca en H ungría y en la antigua tución de conceptos. Si en la historia del
Yugoslavia. No puedo decirlo con seg u ri­ ajedrez, no muy antigua, después de
dad, no obstante supongo que también Phil idor y Morphy hablamos de escue­
operaba en la A lemania Oriental j unto con la como un grupo de seg u idores, u n idos
la célebre «Stasi». En todos estos países los por un l íder, que desarrollan la teoría o la
ajedrecistas estaban subvencionados y dirección propuesta por el l íder, entonces
podían ded ica rse de forma seg u ra al aje­ solo pueden menciona rse dos escuelas. La
drez. Y sin em bargo en n i nguno de ellos, Clásica (W. Stein itz, Em. Lasker, S. Tarrasch,
por alguna razón, apareció ningún aspi­ K. Schlechter, A. Rubinstein), y la Hipe rmo­
rante real al título de campeón del mun­ derna (A. N i mzowitsch, R. Réti , G. B reyer,
do. Todavía no existía un contacto y co- X. Ta rtakower, E. Grünfeld). En su enfoque

200
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

sobre el j uego las dos escuelas ten ía n mu­ en sí mismas muy diferentes, ten ían un
chas d iferencias; sin embargo, la principal alma mater común: la escuela de los cam­
fue la actitud hacia el centro. Los clásicos peonatos individuales, de pioneros y por
lo respetaban y procuraban apodera rse de eq uipos de la Unión Soviética. Compitie­
él con peones, mientras que l os h ipermo­ ron, se relacionaron en torneos por equi­
dernos lo cedían vol untariamente, para pos y entrenaron con gigantes de la talla
luego atacarlo con peones y piezas. Los de Mijaíl Botvi n n i k y V. Smyslov, Mijaíl Tah l
pri nci pales ideólogos de ambas escuelas, y T. Petrosian, B . Spassky, P. Keres, E. Geller,
Tarrasch y Nimzowitsch, no se soporta­ V. Korchnoi, L. Polugaievski, L. Stein, D.
ban el uno al otro. José Raúl Capablanca Bronstein, l . Boleslavsky, Mark Taimá nov,
y Alexander Alekhine no se i ncluyeron en Y. Averbaj. Crecieron y se convirtieron en
ninguna escuela. Absorbieron lo mejor de A. Karpov, G. Kasparov, V. Kramnik, B. Gel­
las dos corrientes y simplemente enten­ fand, V. lvanchuk, A. Beliavsky, R. Vagan ian,
dieron perfectamente el j uego y l o juga­ A. Yussu pow, Andrei Sokolov, Y. Ehlvest, G.
ron bri llantemente. Kamsky, A. Jálifman, V. Salov, V. Tseshkovs­
ky, V. Malaniuk, G. Kuzmín, M. Gurévich, A.
Cuando el asu nto va sobre la escuela so­ Chernin, E. Bareev, A. Dreev, G. Agzamov,
viética, entonces no se trata de un artículo V. Kupreich i k, E. Sveshni kov, S. Rublevs­
de Mijaíl Botvi nnik sobre sus métodos de ky, A. Aleksandrov, V. Bologan, K. Sakaev,
preparación, sino de u n cierto sistema de Lev Psajis, B. G u lko, O. Romanishin, Y. Ba­
desarrollo masivo, de la transición de la lashov, S. Dol matov, A. Sh írov, P. Svíd ler, V.
masificación a la maestría, de la continui­ Tukmakov, l. Dorfman y muchos otros aje­
dad de las generaciones, del intercambio d recistas sobresalientes, de cuyos nom­
de experiencias de los campeones fa mo­ bres se enorgul lece la Escuela soviética de
sos con los futuros sucesores, de la prepa­ ajed rez. Si habla mos de departamentos
ración de un cuerpo técnico, y de muchas de entrenamiento, en ese caso fuera de
otras cosas. la Unión Soviética no había ningu no. Es
poco proba ble que en otro entorno Mark
La misma palabra «escuela», y para los Ovoretsky h ubiese desarrol lado su méto­
maestros y g randes maestros, «Un iversi­ do de entrenamiento, aunque la historia
dad», está d irectamente relacionada con no acepta el modo subj untivo.
el aprendizaje y la comu nicación. Cuan­
do se dice de alg uien que se g raduó en En lo que los ajedrecistas soviéticos supe­
Ha rvard, en Oxford o en el MFTl16, signifi­ raron a sus colegas de occidente, con la
ca que una persona estudió con algunas excepción de Robert Fischer, es en el arte
«lumbreras» y se relacionó con los futuros del análisis. Y me refiero no solo y no tan­
premios Nobel. La Unión Soviética era u n to a la apertura, sino a todo el proceso de
país enorme. Por ejemplo, si tomamos reducción de la posición, seg ún Lipn itsky,
Ucran ia, de donde procede el g ran maes­ de una i ndefin ida a otra definida, es decir,
tro V. Tukmakov, en ella h abía tres g randes sujeta a la valoración visual. Desde l uego
centros de ajedrez: �vov, Odesa y Jarkov. durante el j uego el ajedrecista, en esen­
En Rusia: Moscú, Leningrado y U ra l más Si­ cia, tiene que realizar un análisis menta t
beria. Pero hablar de las escuelas de �vov, sin mover las piezas en el tablero. Y en
Odesa, Jarkov, Mi nsk, Chisi nau, R iga, etc. los torneos por equipos l os l íderes de los
sería, en mi opi nión, incorrecto. Todos los equipos, los g randes maestros más desta­
a lumnos y entrenadores de estas escuelas, cados, dirigían los análisis, y esto fue una
escuela muy va l iosa para los jugadores
16 Nota del Traductor: Instituto de Física y Tecno­ jóvenes.
logía de Moscú,

201
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

Ahora hablemos de la, seg ún Tukmakov, para entrenarse en el cálculo de varian­


«noble genealogía Petrov-Ch igorin-Ale­ tes. En mi época i ntenté h acer l o m ismo.
khine-Botvi n n i k etc.», y sobre el liderazgo Elegí dos doce nas de posiciones del l i bro
i ncondicional de Botvinnik en el ajedrez de Grekov Mijaíl Chigorin, las anoté y pa­
soviético. El térm ino «pedig rí» es bien sado algún tiempo comencé a calcu lar. No
conocido por los ci neastas, y aunque me conseguí nada. En una de las posiciones,
g ustan los perros, apl icado a los grandes en la variante elegida por Chigorin, había
ajedrecistas me parece humil lante. El gran un «ag ujero», en la siguiente una solución
maestro Aleksandr Kotov llevó a cabo la tranquila, y en otros casos de nuevo algo
conexión a rtificial entre las partidas de «no encajaba». Después de más o menos
Ch igorin y Alekhine, pero no recuerdo cinco posiciones abandoné esta ocupa­
que hiciera lo mismo para incluir a M ijaíl ción inútil. Si un ajedrecista desarrolla y
Botvinnik. Si existió algo así, no dejó una mantiene mal la in iciativa, entonces pue­
imagen seria en las mentes y en la memo­ de examinar las partidas de Chigorin . Sin
ria de mi generación. Por supuesto, siem­ embargo, en mi opinión, M ijaíl lvanovich
pre h ubo suficientes a rri bistas e imbécil es fue un ajedrecista ingen ioso, pero no un
en la Unión Soviética; sin embargo, lemas profesional, mientras que el ajedrez mo­
como «La enseña nza de Len in es in mortal, derno comenzó con Steinitz.
porq ue es verdadera», en el ajedrez no po­
d rían tener éxito, porque la respuesta a la Y, finalmente, lo ú ltimo. «La contrib ución
pregunta «Si esta o aquella tendencia es del Patria rca, como se solía llamar a Bot­
verdadera» enseguida la proporcionaba la vi nnik, es realmente grandiosa. Él era el
práctica. Sobre A. Petrov como ajed recista, l íder i ncondicional de este partido creado
en general no puedo decir nada. artificialmente, el símbolo y el estandarte
del ajed rez soviético. En m uchos aspec­
Aleksandr Aleksandrovich Kotov escri­ tos, fue g racias a Botvi n n i k que la palabra
bió muchos l i bros e investigó con pro­ «g ran maestro» se pronu nciara en la in­
fundidad en dos tomos la creación de A. mensa U nión con admi ración, y que los
Alekhine. Sin embargo, para e l programa torneos de ajedrez convocaran a miles de
de estudio de los clásicos recomiendo el espectadores».
libro 300 izbrannij partii Aliojina17, con los
comentarios del mismo Alekhine. Tam­ Esto puede ser discuti ble. El l íder incon­
bién considero i nteresante y recomenda­ d icional, símbolo y estandarte del ajedrez
ble e l l i bro de Kotov Piense como un Gran soviético a partir del año 1 975, fue Anatoly
Maestro. Kotov fue el primero en describir Karpov. Desde el año 1 975 al año 1 985 fue
u n método de entrenamiento del cálculo el ajedrecista más fuerte del mundo, y lo
de variantes, a hora completamente mo­ confirmaba todos los a ños. i Botvin n i k no
dernizado, y fue el pri mero en introducir el ganó ni un solo match por el campeonato
término <qugada candidata», que también del m u ndo! Todas sus victorias las o btuvo
se utiliza actual mente. en los matches de reva ncha, y perdió el
título en el año 1 957 con V. Smyslov, en
En todo caso, en su creación l iteraria Ale­ 1 960 con M. Ta hl, y el año 1 963 con Tigran
ksa ndr Kotov tenía una debilidad por Petrosian. Y en los a ños 1 95 1 y 1 954 retu­
todo lo puramente ruso. Escribió sobre vo el título con grandes d ificultades, em­
cómo util izaba las posiciones complejas patando los matches (1 2 a 1 2) con David
e i ntrincadas de las partidas de Chigorin Bronstein y V. S myslov respectivamente.

17 Nota d e l Trad u ctor. Su traducción al castellano En mi opinión, los matches de reva ncha
sería 300 partidas selectas de Alekhine.
202
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

fueron suprimidos demasiado tarde, en campeón del mundo de V. Smyslov en el


el año 1 963. El pretendiente, tras superar año 1 957, Mijaíl Botvin n i k dejó de ser el l í­
u n duro ciclo de cal ificación de tres años, der indiscutible, símbolo y estandarte del
vencer a l campeón del mu ndo y alca nzar ajedrez soviético.
la preciada m eta, inconscientemente re­
lajado, celebraba y disfrutaba el título de Para terminar, quiero ped i r discu l pas a l
ajedrecista más fuerte del planeta. En ese lector por mi tono posi blemente dema­
momento psicológicamente no estaba en siado duro en esta parte del l ibro. Des­
cond iciones de i niciar la preparación para conozco los motivos personales de Tuk­
un match de revancha. I nmediatamente makov para escri bir sobre el mejor estado
Botvi n n i k comenzaba a prepararse para ajedrecístico del mundo, en el que él vivó
el siguiente match, ten iendo en cuenta durante muchos años, con un aislam iento
todos los errores del a nterior. Tanto Vasily tan frío. De Boris G u l ko, Lev Psajis o Viktor
Smyslov como Mijaíl Tah l se prepararon Korchnoi, e i ncluso losif Dorfman, h ubiera
superficialmente para el match de revan­ sido fácil de entender; sin embargo, Tuk­
cha y lo j ugaron «rotos». El resultado fue makov siempre fue u no de los favoritos
triste. Todo el mundo conoce la prepara­ del «SShO» y fue tratado con todas las
ción psicológica de M ijaíl Botvi n n i k sobre bendiciones.
un adversario al que consideraba enemi­
go personal. Esto le daba u na motivación Hablemos un poco más sobre las escue­
adicional y, tal vez, u n a carga energética las. En la actual idad es bastante apropia­
dura nte las partidas. do plantear el tema de la escuela china
de ajedrez. El equipo mascu l i no chino
lsaak Efremovic Boleslavsky, que me en­ ganó convi ncentemente y con mucha se­
trenó desde 1 967 hasta 1 977, era u n a gu ridad la Olim piada de ajedrez del año
persona i ntel igente, tranquila y pacífica, 20 1 4, y con un amplio margen, confirmó
de los que dicen que «no matan ni u na su superioridad en el Campeonato del
mosca». Ten ía excel entes relaciones de mundo por equi pos del año 201 5 . Abrí
amistad con los mejores ajedrecistas del la l ista de Elo mascul i no de 1 de agosto
mundo. Excepto con u no. Adivine quién del año 20 1 5. De 47 ajedrecistas con Elo
era. Con esa actitud hacia sus colegas, 2700 o superior había ocho ajedrecistas
M ijaíl Moiseievich apenas podía conta r chinos. Los rusos también están en la l is­
con un afecto recíproco, y h u bo u n caso, ta: diez personas, y la misma ca ntidad de
siendo en ese momento Mijaíl Botvi n n i k representantes de los países formados
campeón d e l mundo, que no fue i ncluido después de la caída de la U RSS. Es i ntere­
en el equ i po de la U RSS. Además, rara vez sante comparar la edad de los j ugadores.
jugaba en competiciones, era más viejo De los chinos solo un ajedrecista, N i H ua,
que sus rivales, y en el mejor de los casos tiene más de 30 años. Los rusos tienen cin­
podría decirse que era el primero entre co personas menores de 30 a ños, la otra
iguales. Por lo tanto la afirmación de q ue mitad son mayores. Los más jóvenes, S.
M ijaíl Botvi n n i k era el l íder i ncondicional, Kariakin, D. Andreikin y Y. Népomniaschi
símbolo y esta ndarte del ajedrez soviético, nacieron en el año 1 990. El mayor es V.
como mínimo es d iscutible. En el periodo Kramnik, nacido en 1 975 . De los chi nos 1 6
que va del año 1 928 a l año 1 957, es po­ y 32 respectivamente. Los representantes
sible. Sin embargo, entonces V. Tukmakov de los países de la antigua Unión Soviéti­
era muy joven para percibir la verdadera ca tienen peores estadísticas: solo dos de
imagen de la jerarquía en el ajedrez sovié­ los diez ajed recistas son menores de 30
tico. Después de la conquista del título de a ños, y ocho son más viejos. l. Kovalenko

203
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

(1 988), T. Radjabov (1 987), y el de mayor


experiencia, V. lvanch u k, nació el año 1 969
Ding Liren ( 1 992) se incl u ía entre los d iez
primeros, con 2770, y el joven Wei Yi, del
que se habla como una estrella en ascenso
del nivel de Magnus Carlsen, tenía un ra­
ting de 2725 pu ntos. Veamos un fragmen­
to de una partida suya del Campeonato
del m u ndo por equipos.

PART/DA 41
ksei Kuzmín en el n.0 5 de 64 del año 201 5:
Wei Yi - Maksim Rodstein «¡A primera vista parece la j ugada d e un
Apertura de los cuatro caballos [C48] princi piante! ¡Aunque solo "a primera vis­
Tsaghkadzor 201 5 ta"! De hecho, Houdini muestra que en
el mejor de l os casos las negras pod rían
1 e4 es 2 éll f3 éll c6 3 i.bS éll f6 4 éll c3 éll d 4 5 mantener el equili brio, pero nada más. En
i.a4 c6 6 éll xeS dS 7 d3 i.d6 8 f4 i.cS 9 exdS cua nto a la partida práctica, i ncluso Mak­
0-0 1 O dxc6 bxc6 sim Rodstein, que se esfuerza en la pre­
paración de la apertura, no pudo oponer
nada a la man iobra del chino Wei Yi».

13 ... éll xeS 14 fxeS E:xeS 15 E:e1 E:xe 1 + 1 6


W/xe1 i.fs 1 7 W/es WffB 1 8 i.xc6 éll xc6 1 9
W/xfS

A partir de esta posición Wei Yi h izo tres


jugadas, dos de los cuales son absoluta­
mente increíbles:

11 h3!

En la partida Berbatov - Mijalevsky, Aix les La compensación es insuficiente, las blan­


Bains 201 1 , se j ugó 1 1 <ii fl l%e8 con buen cas tienen clara ventaja. Si las jugadas 1 2
juego para las negras. Wld2!!? y 1 3 <ii d l !!? se h u bieran hecho
en la época previa a l ordenador, y tras su
11 ... !!es 12 W!d2!!? éll d 7 1 3 <itid1 !!? comprobación h ubieran resultado correc­
tas, o al menos permisibles en una zona de
Véase el diagrama siguiente riesgo razonable, e ntonces sería apropia­
do hablar del inmi nente triu nfo del enfo­
Esto es lo que escribe el g ra n maestro Ale- que concreto en la valoración de la posi-

204
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

ción. En ese caso se podría decir del joven como son muy jóvenes, y los jugadores de
chino que es un genio ascendente, como ajedrez jóvenes poseen inso lencia, m ucha
no ha conocido nunca la h istoria del aje­ energía y mantienen la concentración du­
drez. Sin emba rgo, en la actual idad es cier­ rante el juego, para tener éxito en la l ucha
tamente un fruto extravagante y hermoso con China en las O limpiadas es necesario
de la preparación con el ordenador, aun­ tener una fuerza comparable a la de sus
que m uy inmad uro. Se puede encontrar jóvenes ajedrecistas.
más adelante la opinión del g ran maestro
Konstantin Sakaev sobre este tema. En relación con lo d icho, me gustaría ha­
blar sobre otros aspectos de la prepara­
En el ajedrez femenino las jugadoras chi­ ción de un j ugador de ajedrez, a los que
nas han ocupado posiciones dominantes. nosotros prestamos menos atención, y es
Hou Yifan es la líder i ndiscutible del aje­ probable que los chinos los usen activa­
d rez femenino mundial. Y aunque perdió mente. Durante el campeonato del mun­
el campeonato del mundo por el siste­ do por sistema KO del año 2001 estuve
ma KO, que en el buen sentido, como e l una vez en la sala del torneo. Me i m pre­
campeonato masculi no, debería llamarse sionó mucho que el joven chino Z hang
Copa del mundo, y a sus participantes pre­ Pengxiang, después de haber terminado
tendientes, pocos dudaron del resultado en tablas sus dos partidas a ritmo clásico
de su match con Mariya Muzych u k. Hou contra Karpov, d u rante el descanso antes
Yifan ya es la cuarta campeona del mundo del tie break se q uedara aparte, se concen­
china. La selección femenina de China es trara en sí mismo, y se puede decir que
una de las favoritas en todas las Olimpia­ cayó en trance. Karpov ya no era el m ismo
das. Y los nuevos talentos jóvenes chinos, que hace 1 O o 1 5 años, aunque a pesar
tanto en hombres como en m ujeres, cre­ de todo era el favorito en el match contra
cen como hongos. ¡ De hecho es la «cade­ el j ugador chino. En resumidas cuentas,
na de montaje china de ajedrez»! Zhang Pengxiang obtuvo una victoria
sensacional sobre el g ran campeón . Re­
No he oído nada sobre el trabajo de espe­ lajarse y recogerse, un rá pido descanso y
cialistas ajedrecísticos extranjeros en Chi­ concentrarse, todo esto no tiene nada que
na en el siglo XXI. China es una civil ización ver con e l entrenamiento de ajedrez puro.
general mente cerrada, con una antigua Los chinos saben cómo trabajar con ener­
cu ltura misteriosa. Hoy el mundo se ha gía. Su antigua y desconocida práctica del
g lobal izado. El famoso tratado chino an­ «Qigong» anteriormente solo estaba dis­
tiguo «Tao Te Ching», l ibro de la sabidu ría ponible en Ch ina. «Qi»: energía, «Gong»:
del g ran pensador Lao Tse, q ue discurre trabajo. Aq uí, creo, existe una g ran reserva
sobre la natura leza del ser, se convirtió en para au mentar la fuerza práctica del j uego
el más traducido, después de la Bibl ia, en de nuestros ajedrecistas.
varios idiomas del mundo. Sería muy inte­
resante conocer los métodos de trabajo Al inicio del capítulo hablé sobre el he­
de los entrenadores chinos; sin em bargo, cho de que el estatus de los jugadores y
no tenemos i nformación sobre ell os. Prác­ entrenadores de ajedrez h abía ca m biado
ticamente todos los ajedrecistas chinos en Rusia dos veces. Pri mero bruscamente
poseen un sano sistema n ervioso, son ex­ a peor, y l uego a mejor. En Rusia funciona
celentes tácticos y calcu lan perfectamen­ de nuevo la misteriosa, según Tukmakov,
te las variantes. Es difícil jugar contra el los, organización. Y se l lama RShF18• La Fede­
porq ue el precio de un error táctico es mu­ ración está d i rigida por Andrei Vasil ievich
cho más alto q ue el de uno estratégico. Y
18 Nota del Traductor: Federación Rusa de Ajedrez.

205
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

Filatov, que q u iere, puede y hace todo un n ivel determinado los mejores deben
lo posible para recuperar las posiciones ponerse en manos de especia listas más
perd idas. E n poco tiempo se han hecho cualificados. Y aquí ya hay un problema
m uchas cosas. En el plano de desarrollo serio. Hay pocos o ningún especiali sta de
de masas h a recuperado la «Torre blanca». ese ti po. No obstante volveremos a este
Las clases de ajed rez se introducen activa­ problema más adelante, ahora hablare­
mente en las escuelas. Se enseña el ajedrez mos de otra cosa. En Armavir me puse a
en los orfanatos. El calendario de ajedrez pensar que en una ciudad de 200.000
infantil se ha h echo intensivo. He visitado habitantes había mil niños jugando al
los centros de ajedrez del área de Krasno­ ajed rez, mientras que en M insk, con dos
dar y vi el campeonato juveni l de Rusia en mil lones de habitantes, no alca nza ba un
Loo, un suburbio de Soch i. Me impresionó tercio de ese número. Sí es cierto que en
la imagen q ue vi en la ciudad de Armavir. Minsk hay entrenadores cualificados, y
Varias mujeres, candidatas a maestra y ju­ que uno de los al umnos se convertirá en
gadoras de pri mera categoría, enseñaban gran maestro. En Armavir, si no s ucede un
ajed rez a más de mil niños de 6 a 1 O años. milagro, nadie será gra n maestro. ¿ Esto es
Los padres ag radecen de todo corazón tan im portante? U n alumno mío, e l g ran
este esfuerzo y ayudan como pueden. Por maestro Gennadi Sagalch i k, vive en Amé­
ejemplo, en la reparación de las a u las, en rica desde hace tiempo. No tiene ca paci­
la adqu isición de equipamiento, etc. Los dad física para atender a todos los que l e
ni ños, que no saben jugar y no conocen sol icitan clases de ajedrez pagadas. Y el ni­
las reglas, com ienzan a aprender partien­ vel de los niños en el plano ajedrecístico es
do de cero. Esto contribuye a la mejora del bastante ordinario, por no decir otra cosa.
rend i miento escolar, al desarrollo del pen­ No o bstante sus padres comprenden el
samiento analítico y lógico, al hábito de beneficio del ajedrez para el niño, no pre­
tomar decisiones por sí mismo, y m uchas tenden q ue de mayores sean ajedrecistas.
otras buenas cua lidades. Cuando a lcanza, en el mejor de los casos,
la seg unda categoría, el joven abandona
Sin embargo, lo especialmente im portan­ bruscamente el ajedrez. Cuando d ij e a los
te es que el ajed rez protege a los niños de entusiastas entrenadores de Armavi r que
la infl uencia d añina de la calle. No conoz­ estaban trabajando sig u iendo el sistema
co ajedrecistas d rogadictos. Sí, los ajedre­ estadoun idense, no me entendieron, y
cistas jóvenes fumadores han disminuido tuve q ue hablarles de Sagalchik.
considerablemente, aunque se usa el al­
cohol para aliviar el estrés después de una Aunque si lo piensas bien, los ni ños que
partida perdida. Si el ajed recista anal iza estud ian en Almavir mantendrán su amor
y calcula varia ntes, las consecuencias del por el ajed rez, y cuando crezcan, apoyarán
uso de las d rogas son visibles desde la pri­ el desarrollo del ajedrez en su lugar de
mera jugada. En una entrevista con A. Fi­ residencia de todas las maneras posibles.
latov me resultó interesante conocer que Es probable q ue enseñen a sus h ijos a ju­
en u n pasado reciente, en China, millones gar, descu bran sus capacidades y qu ieran
de personas estaban casi completamente convertirlos en jugadores de ajed rez pro­
idiotizadas por el opio. Para solucionarlo fesionales. Y si esto no sucede, entonces
recurrieron al j uego del go y al ajedrez, en cualquier caso tendrán una maravil lo­
que ayudaron a la gente a sacar conclusio­ sa posibil idad de pasatiem po, jugando al
nes lóg icas. ajedrez en las horas de ocio con am igos.
Recuerdo mis pri meros pasos en el aje­
Por supuesto, cuando los n iños alcanzan d rez, y a veces envidio a las personas que

206
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

obtienen esos maravillosos sentimientos momento no era una norma de vida. Una
de fel icidad cuando logran dar un jaque vez nos q uedamos hasta las tres de la ma­
de caballo en l a casilla f7, atacando al rey ñana, y conseg ui mos ganar ci nco partidas
en h8 y a la dama en d8. Recuerdo que en­ seg u idas. ¡Sería im posible encontrar una
tonces me asalta ba la i dea: «¿Puede pro­ persona más feliz! La parte material no le
ducirse en una partida un ataque triple al interesaba en absol uto, a u nque para él
rey, la dama y la torre? ¿Y uno cuádruple a ganar ci nco partidas a su a busador, i nclu­
todas las piezas pesadas del adversario?» so con mi ayuda, fue más importante que
No pude imaginar que i ba a cumplir el realizar muchas veces un negocio favora­
sueño de mi i nfancia, ya de maestro, con­ ble. Cantaba constantemente: «¡Qué do­
tra el maestro Kapengut. ¿Cómo no pue­ lor, qué dolor! Argenti na - Jamaica 5-0».
do jactarme de ello aquí? Esa partida se Por cierto, no cobró el dinero por su victo­
ofrece en el apartado «Apertu ras de uso ria algo i njusta. Por desgracia, hace algún
limitado» de la parte anterior del libro. Por tiempo su adversario murió.
desgracia, hoy ya es imposible tener esos
sentimientos. El trabajo no puede conver­ El ajedrez no solo es necesario para los
ti rse en un hobby. profesionales, o para que los ni ños desa­
rrollen el pensamiento lóg ico, también es
Contaré una h i storia sobre un verdadero un j uego maravil loso para millones de afi­
amante del ajed rez. Tengo un viejo amigo cionados.
en Moscú, u n hombre muy rico, copro­
pietario y director de varias compañías En Rusia existe hoy un cierto aug e del
importantes ocu padas en la producción. ajedrez. Cuando en el campeonato j uve­
Es autodidacta, y j uega con un nivel de nil de Loo, entre todas las categorías, se
primera categoría. Obtiene un gran placer reunieron 1 500 niños, un millar de padres
del ajedrez. D u rante a ños estuvo j ugando «enloquecidos» y un buen número de en­
por teléfono, d ebido a su empleo, con un trenadores, todo esto me causó una fuerte
compañero suyo candidato a maestro, un im presión.
hombre no tan acomodado. Las partidas
se jugaban con una apuesta de cien dóla­ Pasemos del ajedrez masivo a l profesional.
res. De mutuo acuerdo no se utilizaba el
ordenador. Los resultados de mi amigo Rusia ha consegu ido elevar el prestigio
fueron decepcionantes. Según creo, per­ del ajed rez profesional en poco tiempo.
día los matches con un resultado entre 7 a Fue a bsolutamente inesperada y tuvo un
3 y 8 a 2. En u n mes, probablemente per­ éxito sorprendente la idea de A. Fi latov de
día alrededor de mil dólares, que para él celebrar el match por el campeonato del
no era nada o neroso. Sin embargo, cuan­ mundo del año 201 2 entre Anand y Gel­
do volví de B u lgaria a Moscú, a menudo fand en la Galería Tretyakov, en Moscú. La
pospo n ía todos sus asu ntos de tra bajo, celebración de g randes competiciones
y esto pod ía ocasionarle g raves pérdidas de ajedrez en los principales museos del
financieras, así que lo visité en su casa. mundo l lamó la atención de patrocinado­
Llamó a su amigo por teléfono y comenzó res serios y de la administración de l as ciu­
la partida. Él jugó la apertura, y después dades y regiones de Rusia. El Memorial A.
me incorporé yo. La imagen de la partida Alekhine, cuya primera parte se celebró en
y el resultado cambiaron d rásticamente. el Louvre, y la seg unda en el Museo Ruso,
El tiempo para pensar las j ugadas era i l i­ consolidó el éxito de la empresa. Ahora to­
mitado, y rara vez se podían jugar más de das las Su perfinales de Rusia mascu l i nas y
dos partidas. Además, la sobriedad en ese femeninas se l levan a cabo en los mejores

207
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

museos regiona les de Rusia: con un sól ido años, cuya formación ajedrecística term i­
fondo de pre mios y retransmisiones en nó con las palabras de la antigua ca nción
vivo. Rusia se ha convertido en uno de los soviética «Volad, pa lomas, volad», es pro­
pri nci pales centros m u ndia les para la ce­ bable que se hu biera n e ncontrado una
lebración de competiciones de él ite. Solo docena de talentos con los que era nece­
en los años 201 4-201 5, con el interval o de sario seg u i r trabajando. De hecho, la trans­
u n os pocos meses, se celebraron en Sochi ferencia de niños de un entrenador a otro
el match por el campeonato del m u ndo es un asunto sutil y del icado. No sé si por
entre Magnus Carlsen y Vishy Anand y el el traspaso de su al umno pierde dinero el
campeonato del mundo femenino por el entrenador, si es así, es una cuestió n que
sistema de KO. Tampoco se ha olvidado debe resolver obligatoriamente la Federa­
a los g randes campeones soviéticos. Los ción Rusa de Ajedrez.
memoriales M ijaíl Botvinnik, M ijaíl Tah l y
Tig ran Petrosian se llevaron a cabo a u n Daré un ejemplo de mi práctica de en­
nivel m u y alto. trenador. Cuando comencé a practicar y
desarrollar mi metodología, me pareció
Se presta g ran atención al trabajo con jóve­ prometedora una chica bielorrusa de u nos
nes con talento. Para este objetivo se han catorce a ños. Le propuse a su entrenador
incorporado especialistas cual ificados, y (un candidato a maestro mediano) trans­
se asignan medios considerables. Por su­ ferir la ajedrecista a mi gru po, a lo q u e me
puesto, los equipos mascu l i no y femeni­ respondió que él mismo la convertiría en
no están bien provistos fina ncieramente gran maestra. Cuando en dos o tres años
y están rodeados de unas atenciones y mis alumnos se hicieron maestros y logra­
cuidados comparables, si no mayores, a ron éxitos notables, este entrenador me
los que recibían en la U nión Soviética. En propuso trabajar con la ch ica, que ya tenía
las mujeres ya se obtienen resultados: en 1 7 años y se había estancado en un nivel
las tres ú ltimas Olim piadas, aún situado de candidata a maestra. Ya no me interesa­
por debajo de las chinas en el ran ki ng, el ba. Poco después la chica dejó el ajed rez.
equipo femenino de Rusia ganó sensacio­ Como d icen, cada cosa a su tiempo.
nal mente. En hombres, lamentablemen­
te, las cosas van peor. No obstante, como Quiero ag rega r a esto que en otros d epor­
d icen, para construir hay que demoler: es tes hay casos en los q ue un entrenador,
i m posible poner en orden de la noche a la que en el pasado n i siqu iera fue u n d epor­
mañana la administración del ajedrez des­ tista mediocre, conduce a su pupilos al más
truida de un país tan g rande. Ya ha cam­ alto nivel. La mejor evidencia de esto son
biado a mejor en térmi nos materiales, así las novedosas tácticas de entrenamien­
como en el prestigio moral y en el estatus to de uno de los entrenadores de fútbol
del ajedrecista profesional y del entrena­ más exitosos del mundo, José Mourin ho,
dor de ajedrez. La afl uencia de personas o nuestro Leonid Sl utsky, que no j ugaron
que desean convertirse en profesionales al fútbol a un alto nivel profesiona l . Una
del ajedrez excede claramente a las que lo persona puede ser un estratega bri l l a nte y
abandonan. Podemos decir que la «ferti li­ com prender perfectamente los esq uemas
dad» supera a la «mortalidad». tácticos del fútbol, desarrollar excelente­
mente los métodos de entrenam iento y la
Volvamos de n uevo a la ciudad de Arma­ d istribución de esfuerzos, y sin emba rgo
vir. Hablemos del hecho de que si h u biera no jugar a l fútbol . Sin embargo, en el aje­
especia listas de un nivel superior, enton­ d rez para enseñar algo necesitas saber, en­
ces de entre l os cientos de n iños de diez tender y hacerlo tú mismo. No tengo nada

208
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

en contra de los entrenadores candidatos real, es la edad de 1 0-1 1 a 1 5 años.


a maestro. En los años 70 en la Unión So­
viética convertirse en maestro era algo ta n En el campeonato j uven i l de Rusia en Loo
difícil como hoy l legar a g ran maestro. Yo me pidieron que observara a una ch ica de
trabajé con los candidatos a maestro l lya 1 5 a ños. Vi lo sigu iente. La apertura ag resi­
Botvi nnik y Aleksandr Mijalevsky. Ambos va, aunque poco fiable y deficiente. Cono­
j ugaban muy fuerte y entendían muy bien cimiento superficial. Tendencia a resolver
el ajedrez, aunque para obtener la norma la partida con un ataque de mate. Ataca
de maestro carecían más bien de ca rácter bien. Cálculo de varia ntes seguro. Com­
y de salud que de cond iciones ajedrecísti­ prensión del final confuso. Pensamiento
cas. Han estado viviendo en Israel durante estratég ico débil.
mucho tiempo, donde se convirtieron en
entrenadores de éxito muy demandados. Un cuadro bastante típico. Expresé mis
Llevé a mi grupo a Elena Zayats cuando concl usiones a l especialista que me pidió
estaba en el 7° g rado, a petición de su en­ que observara el j uego de esta ajedrecis­
trenadora en la ciudad de Baranavichi, Ta­ ta. Puedo suponer que a los 1 1 -1 2 a ños
tiana Aleksand rovna Pozdnyak, y a A leksei j ugaba más o menos así. Entonces, si hu­
Aleksandrov lo tomé a la edad de 1 O años biera caído en las manos de un buen es­
a petición de su entrenador de Kobrin, pecialista, sus perspectivas h ubieran sido
Stepa n losifovich Davydyuk. Los honro y disti ntas. Pronto tendrá que ingresar en el
los alabé por e llo. Es g enial cuando todo instituto, y entonces sus prioridades serán
el mundo hace su tra bajo. Por ejemplo, yo otras.
no sé cómo e nseñar ajedrez a ni ños que
no conocen las reglas del j uego; sin em­ Ahora todos pierden la cabeza por los
ba rgo, en Kobrin han desarrollado una campeonatos de Europa y del mundo para
metodología completa con acertijos lógi­ edades de 1 O, 1 2, 1 4, etc. años. Apa recen
cos y ejercicios i nteresantes para los ni ños, multitud de entrenadores que cobran
de los que no tengo ni idea. por clases ind ivid uales, que entrenan a
jóvenes talentos con miras a un éxito in­
¿Por qué me detengo con tanto detalle en mediato. Entiendo que las organizaciones
esta cuestión? Me pa rece que aquí residen deportivas necesiten publ icitar sus éxitos,
l os pri ncipales problemas y la pérdida de obtener premios, reforzar su financiación
jóvenes talentos, que quisieron convertir­ y atraer a patrocinadores. Y sin embargo,
se en j ugadores profesionales, pero per­ ¿quién recuerda hoy al campeón del mun­
d ieron esa oportunidad. Hoy el tiempo se do o europeo de 1 O, 1 2, 14 años, de hace
comprime más que n unca. El ajedrez no seis años? Y todo esto inflama la pasión
es una excepción. Si antes la mejor edad deportiva y la am bición de los padres. No
pa ra que los hombres ganaran el campeo­ ven que esa actitud conduce a un g rave
nato del mundo se consideraba que era deseq u i l i brio en el desarro l lo del ajedrez
de 33 años, hoy esa edad está cercana a de su hijo. Sí, el entrenador que descubre
la jubilación, q ue ronda los cuarenta años. un a un n i ño con talento no lo transferirá
Los grandes maestros tienen qui nce años, a nadie, temeroso de perder posi bles ga­
y Sergey Kariakin lo fue a los 1 2. A sus 25 nancias. Así que vagan de torneo en tor­
a ños Magnus Carlsen ya ganó a Viswana­ neo, a menudo dando un «baño» a otro
than Anand dos matches por el campeo­ niño martirizado. Desde l uego es nece­
nato del mundo. El momento más val ioso, sario jugar el cam peonato reg ional, i nd i­
por no l lamarlo «dorado», para convertir vid ual, por equi pos, apoyar a tu escuela
un ta lento en un gran maestro potencial o infantil, y en partidas clásicas, y en rá pidas,

209
Sobre el estatus de los jugadores de ajedrez y los entrenadores

etc. Sin embargo, ¿para cuándo se deja el


trabajo serio? ¿Y cómo? ¿Y con quién?

¡Si se pudiera explicar a los padres que no


tiene sentido l l eva r a sus h ijos a l campeo­
nato del mundo o de Europa, si no obtu­
vieron el primer, segundo o al menos el
sexto puesto en el campeonato de Rusia!
No es necesario pagar a veces el triple o
más por alojarse en los hoteles «oficiales»,
que proporcionan beneficios a los organi­
zadores del torneo. Hay que explicar que
estos títul os son i l usorios y no representan
un va lor particular. Que en lugar de perse­
g u i r valores imagi narios uno debe l uchar
por lo verdadero, es decir, aprender a j ugar.
En ese caso sería posible que el n úmero de
g randes maestros en Rusia fuera un de un
20 a un 30 por ciento más. Pero el círcul o
despiadado y a está cerrado, y l a s a rd i llas
siguen girando en la rueda. El abandono
de los jóvenes que querían ser profesiona­
les del ajedrez, desechados y desilusiona­
dos, se i ncrementa artificialmente por el
deseo del entrenador de conseg u i r u n éxi­
to instantáneo. Para mí este es un camino
hacia ninguna parte, aunq ue es bastante
comprensible y agradable para muchos
especialistas. Desde l uego los errores en
la metodología y el concepto de trabajo
incorrecto pueden atribuirse y explicarse
fácilmente por la necesidad de obtener un
resultado i nmediato. Y después, como en
el viejo chiste, hacer un gesto de impoten­
cia y decir: «Yo no he sido, yo no he sido».

Para terminar el capítulo, una frase del


g ran maestro John Nunn, de la introduc­
ción a su nota ble l ibro Claves del ajedrez
práctico: «Estoy convencido de que l a ma­
yoría de los ajedrecistas no se aproximan
a todo lo q ue pueden dar de sí, y eso sig­
nifica que es posible a u mentar significati­
vamente la fuerza del j uego, si se entrena
adecuada mente y se emplean en la prácti­
ca los conocimientos adquiridos».

210
Capítulo 1 1
Libros d e ajed rez

Contin uemos l a conversación sobre lo que Tukmakov, Lev Psaj is, y entre los más jóve­
más me interesa como entrenador des­ nes Konstantin Sakaev y el aún más joven
pués de un cuarto de sig lo. Daniel Naroditsky. Durante estos a ños se
ha publicado la colección completa de las
¡ Los l i bros de ajed rez! Hay q u ien dice que obras del fundador de la escuela moderna
el ritmo de la ciencia se ha mu ltiplicado de entrenamiento, Mark Dvoretsky. E n los
por d iez en comparación con la época l i bros de Dvoretsky se puede encontrar
a nterior a los ordenadores, mientras que la respuesta a casi cualquier pregunta y
otros creen que es más correcto hablar elegir un conjunto de ejercicios para eli­
de una aceleración de cinco a d iez veces. minar ciertas deficiencias en el juego de
Sea lo que sea, me sorprendió gratamen­ los alu mnos. Sin embargo, estoy de acuer­
te la aparición de una gran cantidad de do con Sakaev en que estos libros están
libros electró n icos, que pueden ser de diseñados para jugadores de nivel alto, y
g ran ayuda para el trabajo de entrena­ es mejor comenzar con otros menos com­
m iento. Los a utores presentan conceptos plejos. Haré una comparación. Una familia
n uevos, a veces controvertidos y discuti­ joven adquiere una vivienda y piensa en
bles, aunque particula rmente interesante comprar muebles. En principio acuden a
para cuestiones tan importantes como una tienda de muebles domésticos bara­
el perfeccionamiento del ajedrecista, el tos pero sól idos, o incluso a la red sueca
cálculo de variantes y la valoración de la «IKEA», y terminan en una tienda de mue­
posición. Escuché por primera vez térmi­ bles italianos caros y l ujosos, donde los
nos tan curiosos como «j ugada resultan­ ojos se te van a todas partes, la elección
te», «pensamiento en túnel» y «NATI». Me es enorme y los precios prohi bitivos. Todo
sorprendió aprender de losif Dorfman que a su tiempo.
los j ugadores de ajedrez están d ivididos
en dos g rupos: jugadores del momento Por eso me g ustaría empezar con una obra
crítico y j ugadores de la fase técnica. «En brillante de Valeri Beim Calcule con éxito en
mi opin ión, pertenecen al primer grupo ajedrez.
Alekhine, Botvinnik, Spass ky, Kasparov, y
al seg undo Capablanca, Smyslov, Fischer, Desafortunadamente no conozco perso­
Karpov». nalmente al g ran maestro Beim. Hace años
escuché que había un maestro en Odesa
Descubrí nuevos autores: Valeri Beim, John que había abandonado la U n ión Soviética
N u nn, Sarjan G u liev, Zenón Franco, Alfon­ en los años 90 y que se había convertido
so Romero, Amador González de la Nava, en gran maestro en el extranjero. U na h is­
Lars Bo Hansen, Enrique Marín, así como toria habitual. En el año 1 974, d u rante un
los antig uos y venerables grandes maes­ torneo de jóvenes maestros en Chelyabin­
tros soviéticos losif Dorfman, Vladímir sk, compartí habitación con el j ugador de

21 1
Libros de ajedrez

Odesa Semion Palatn i k, y a veces anali­ rencia d e la definición d e pu nto y casilla


zábamos j u ntos. En una ocasión, cuando en el ta blero de ajedrez. Por ejempl o, si en
llegamos a u n pu nto de cambio masivo la Defensa Siciliana un caballo blanco está
de piezas, exclamó en broma y benévola­ situado en dS, entonces ocupa el pu nto
mente: « i Beim! i Beim!». No supe qué q u i­ dS, y si no hay ninguna pieza, entonces
so decir con « i Beim! i Beim!». Memoricé el senci llamente es la casilla dS. U n a frase
nombre, y dura nte el campeonato j uvenil es suficiente para explicarlo; sin embargo,
de Rusia, e n Loo, donde habia u n anima­ pa rece que V. Alatortsev necesitaba para
do mercadillo de l ibros de ajed rez, casual­ este propósito un libro entero.
mente compré e l libro antes mencionado.
I nmediata mente me fascinó. El estilo de Si antes de haber leído el l i bro de Beim me
exposición era fácil y accesible, con el h u­ h u bieran preg untado q ue diera una defi­
mor s uave de Odesa; la lógica de las for­ nición de qué es la combinación, habría
mulaciones y la presentación del material respondido q ue es una varia nte forzada
eran i rreprocha b les, y el a utor expresaba con un sacrificio, q ue proporciona algún
su deseo, plenamente realizado, de ofre­ tipo de ventaja al bando activo. En reali­
cer al lector a l g o n uevo. Aprendí muchas dad, así lo expl icaba siempre cuando daba
cosas i nteresantes como jugador, y tam­ clases a grupos con una cualificación rela­
bién como entrenador. tivamente baja. Porque n u nca se me pasó
por la cabeza dar una defi nición a lo que
En general, me g usta aprender algo que es un golpe táctico o la táctica en g eneral.
va lga la pena, n o veo nada vergonzoso en Sin embargo, Beim abordó la cuestión, por
decirlo y n o d udo en admitirlo a mi vene­ un lado, conceptualmente y, por otro lado,
rable edad. El l i bro comienza con las de­ de una forma accesi ble y concisa: «Comen­
finiciones: ¿Qué es la táctica? ¿Qué es un cemos, seg ún lo acordado, con la defini­
golpe táctico? ¿Qué es una combinación? ción de la esencia del fenómeno que es­
Enrique Marín, a q u ien ya cité anterior­ tudiamos. Resulta q ue aunque el té rmino
mente, escribe en su l i bro: «La subestima­ "táctica" aparece en casi todas las pági nas
ción de la importancia de los términos, de casi todos los l i bros de ajed rez, no es
o con otras pa la bras, la negligencia en la nada fácil encontrar una definición exac­
enseñanza, es e l total olvido del aforismo ta, comprensible y convincente, mientras
de Platón, que d ice: "El conocimiento de los que para otros elementos cruciales, rela­
términos lleva al conocimiento de las co­ cionados d i rectamente con la táctica, sí se
sas"». encuentran defin iciones apropiadas. Por
ejemplo, así es cómo define el concepto
En efecto, los golpes tácticos y las com­ requerido del término «Ajed rez» un sólido
bi naciones son m uy importantes para diccionario enciclopédico (Moscú, Enci­
la comprensión del proceso de determi­ clopedia soviética, 1 990): "La táctica es un
nación de la táctica. Para esto no vale la conjunto de técnicas y métodos de ope­
pena detenerse en el l ibro de Vladímir Ala­ raciones ajedrecísticas ind ividuales, que
tortsev Problemas de la teoría moderna del forman parte del plan estratégico y de su
ajedrez. H u bo u n tiempo en que tuve que culminación''. ¿Qué dice usted sobre esta
viajar en a utobú s desde M i nsk a peq ueñas definición? ¿Ha l ogrado entender la esen­
ciudades de Bielorrusia para asistir a com­ cia de lo que se expresa? Yo, de momento,
peticiones juveni les. Una vez, en un viaje no. Todavía es más d ifíci l estar de acuerdo
de seis horas a Kobrin, l l evé este l i bro con­ con lo expuesto, ya que no está claro en
migo. Lo ú nico q ue se q uedó en mi cabeza a bsol uto por qué es necesario distinguir
es el razonamiento del a utor sobre la dife- los dispositivos y métodos puramente tác-

212
Libros de ajedrez

ticos de cualquier otro procedimiento no debes prepara rte, y de repente te llaman


táctico. ¿O deberían ser considerados tác­ y te dicen que te han incluido en e l equi­
ticos todos los proced imientos anteriores? po, y que mañana debemos i r a u n torneo
Aunque entonces resultaría que en el aje­ importante, fuerte, y más i nteresante que
d rez la táctica es un todo continuo. estudiar la geog rafía. ¡El examen desapa­
Es evidente que se necesita una definición rece, la vida es bel la y sorprendente! E l ex­
más clara. Creo que la mejor manera es ceso como signo de expresión de la táctica
esta: la táctica tiene el objetivo de resolver en ajed rez, es un hallazgo figurativo de
los problemas del momento actual, es decir, Valeri Beim excepcional mente apropia­
los problemas q ue requieren una solución do, que está respaldado por importantes
aquí y a hora». ejemplos ajedrecísticos. Este es uno de
e llos.
Breve, accesible y sin sombra de engorro­
sa. Después el autor hace un comentario
exacto y agudo: «Para mí también es m uy
EJERC/C/0 8
importante la circunstancia de q ue en el
ajedrez la d iferencia entre los procedi­ E. Pogosiants ( 1 963)
mientos tácticos y otros tipos de proce­
d i mientos empleados para resolver pro­
blemas apremiantes, transcurren en g ran
medida a través de l íneas d e percepción
emocional. En otras palabras, los j ugado­
res de ajedrez conocen tradicionalmente
como operaciones tácticas aquellas que
a pri mera vista parecen inesperadas, ori­
g i nales, y que con frecuencia cambian
d rásticamente la dirección y la i ntensidad
de los acontecimientos que transcurren
sobre el tablero. En la vida cotidiana estos
fenómenos se denominan excesos». Estudio

Bien d icho. Cuando se trata con jóvenes


de 1 O a 1 3 años, para ellos la palabra ex­
ceso es desconocida. No o bstante es bas­ SOLUCIÓN: 1 Wlc6+ @b8 2 Wld6+ @ca 3
tante fácil explicar su sign ificado. Tanto Wld8+ @b7 4 Wlxb6+!! @xb6 5 as+, y las
en la vida como en el ajedrez los excesos blancas ganan: 5 ... ma6 6 tt:lcs++, 5 ...
pueden ser alegres o tristes. Pasas por alto mb7(c6) 6 ttJ d8+
u n golpe táctico i nesperado, y tu posición
se derrum ba. Hoy tenías planeado i r con
tu papá a un torneo de blitz, pero tu pa­ Dice Beim: «¿Por qué era d ifícil ver por an­
d re ha tenido la noticia de que su anciano ticipado la milagrosa cua rta j ugada de las
tío fal leció en el pueblo, y en vez de i r a blancas? Porque es el mismo exceso men­
u n torneo de blitz tuviste que asistir a un cionado anteriormente, u n fenómeno que
fu neral. O has asestado un bel lo golpe rompe el ritmo habitual del transcurso
táctico y has vencido espectacularmente. de la vida. Un fenómeno i nesperado, bri­
Tienes un exa men difícil y aburrido en la llante, excepcional. La psique h umana
escuela sobre una asignatura que no te no sabe cómo superar esas barreras sin
g usta (por ejemplo, geografía), para el que esfuerzos (¡en ellos está toda la esencia!)

213
Libros de ajedrez

ad icionales». nario de Ajedrez d a esta definición: "Golpe


combinativo, q ue se inicia con una j ugada
Comprobé en la práctica la afirmación de combi nativa, general mente asociada a
Beim mediante la presentación de esta po­ u n sacrificio, y con frecuencia inesperada
sición, aparentemente no demasiado difí­ para el adversario''. En pri ncipio esta es
cil, a a lgunos buenos candidatos a maes­ una buena definición, que en g ran medi­
tro, que poseían una buena capacidad de da concuerda con nuestra formu lación de
cálculo de varia ntes, dándoles 1 5 mi nutos la noción de táctica. Por lo tanto podemos
para pensar. Encontraron la solución, aun­ estar de acuerdo con esta defi nición, solo
q ue con d ificu ltad. Y en las variantes más necesita un l ig ero retoq ue. En primer lugar,
largas, ramificadas y aparentemente más u n golpe táctico puede ser perfecta mente
complejas, los jóvenes se orientaron mu­ una unidad i ndependiente, no siempre
cho mejor. se requiere que la conti nuación tenga un
aspecto combi nativo. En seg undo lugar,
Y aún es más i naccesible la j ugada 2 J\g8- u n golpe táctico no siempre va asociado
b3!! de este estudio de A. Gu rvich, com­ a un sacrificio (y además, no es obligado
puesto en el año 1 959. que el inicio sea una j ugada combinativa,
aunque esto es un detalle insign ificante),
aunque es necesario que haya un "exceso';
es decir, que lleve a un cambio rad i cal en
la situación que hay sobre el tablero».

En calidad de ilustración de sus pensa­


mientos Beim da una serie de ejemplos, y
entre ellos el siguiente es especial mente
indicativo.

POSICIÓN 54
1 J\g8! �b2! (1 ... iixa4? 2 g h5++) Max Euwe - Alexa nder Alekhine
Ámsterdam 1 935 {m/20)

2 J\b3!! füb3 3 �a8! i>xa4 4 i>b6++


Esta es una posición famosa, que Mark
Sigamos avanzando. Así es cómo Beim ex­ Dvoretsky i ncl uye en el capítulo «El pen­
plica lo que es u n golpe táctico: «El Diccio- samiento preventivo». La superioridad

214
Libros de ajedrez

de las bla ncas es indudable. Las fuerzas así?


negras están clavadas en la columna <<a>>, La razón no consiste en que esta manio­
la estructura de peones de las blancas es bra prevenga la posibilidad de un ataque
m ejor, y su alfil domina en el centro del táctico del adversario (con frecuencia los
tablero. Todo esto es correcto y lógico, sin gol pes tácticos se pueden preve n i r por
embargo las negras amenazan l i berarse medios más comu nes), sino en la forma en
con la jugada 30 ... ii.bS!, y la ventaja de que se ha realizado: la torre se tra sl ada a
las blancas comenzará a derretirse rá pi­ una casil la donde está protegida bajo una
damente. Euwe encontró la elegante solu­ condición específica, la apl icación del con­
ción táctica 30 �a2!!, que defiende l a torre tragolpe del adversario. Por lo tanto, por
con el alfil dS a través del peón c4, tras l o sus características la j ugada trigésima de
c u a l la partida de l a s negras s e desl iza por las blancas se corresponde adecuadamen­
la pend iente. te con la noción de exceso, postulada en
este capítu lo».
El jue g o conti nuó de la siguiente manera:
30 ... ©e7 31 f4! gxf4 32 gxf4 @f6 33 e4 gS 34 Si esto no lo hubiera expresado Beim, sino
fS! hS 35 h4! gxh4 36 @h2 @gs 37 @h3 �as Tarrasch, N imzowitsch o Lasker, o más
38 ib7! @f6 39 ids @gs 40 ib7! @f6 41 adelante cualqu iera de l a l ista de cam­
ic8 Las negras abandonaron. peones del mundo, entonces haría m ucho
tiempo que e l concepto «exceso» estaría
Son i nteresantes los comentarios de Beim: vagando de un manual de ajed rez a otro,
«A pesar de que ya se ha d icho mucho so­ y probablemente se habría convertido en
bre la presente posición, considero que un término popular como «sobreprotec­
es necesario agregar un razonamiento ción» o «centralización del rey en e l fi na l».
adicional, importante para nuestra inves­
tigación. ¿Cómo podemos apreciar este razona­
En primer lugar, sostengo que la j ugada miento de Beim? « . . . Pues un golpe táctico
trigésima de las blancas, que es lo más es la unidad de medida mínima de la táctica
destacado de todo e l final, fue un golpe ajedrecística. ¿Cómo debe entenderse esta
táctico, y sin embargo en este caso este frase? Porque la táctica no es un objeto,
golpe no fue un suceso aleatorio, sino sino u n fenómeno, y no se puede medir
todo lo contrario, pues ayudó al bando cuantitativamente ("Si hace el favo r, iP é­
fuerte a resolver un problema posicional seme doscientos gramos de táctica!"), y
i mportante. En otras palabras, ayudó a su encarnación física en el tablero se ob­
las blancas a i mplementa r su l ínea de jue­ tiene mediante golpes tácticos. Lo d icho
g o estratégica. Esto está de acuerdo con se puede expl ica r fácil mente con e l ejem­
n u estra noción de táctica como un ins­ plo de un muro. Un muro no puede existir
trumento para resolver problemas espe­ como un todo ind ivisible, necesariamente
cíficos q ue surgen d u rante la implemen­ debe estar compuesto por elementos se­
tación de la l ínea estratégica planificada. parados: bloques de h ormigón o de otro
Este importante tema lo d iscutiremos con tipo, como troncos, piedras, lad rillos. Para
mayor detal le más adelante. la táctica estos «ladrillos» son los golpes
La seg unda o bservación también se re­ tácticos.
fiere a la famosa trigésima j ugada de las
blancas. Como se d ijo anteriormente, es Cu riosamente, el l i bro de Beim fue publi­
u n golpe táctico. Sin embargo, no hay en cado por la editorial Russian Chess House
ella n i nguna intriga especial, y no va l iga­ en mayo de 201 2. Ha pasado mucho tiem­
d a a u n sacrificio. ¿Por qué l o denomino po, y no he visto ning u na crítica al respec-

215
Li bros de ajedrez

to en las revistas de ajed rez o en las "sites" h icimos a ntes: La combinación es un sis­
más popu lares. Lo más probable es que en tema de golpes tácticos entrelazados entre
el espacio postsoviético la g ente empiece sí, que tiene una naturaleza forzada y está
a leer menos. Se estudian pri ncipal mente dirigido a la obtención de beneficios para
los li bros de jugadores famosos y a utores el bando activo. Es un sistema, porq ue en
reconocidos, y el resto del tiempo lo aca­ la combi nación, que a menudo com ienza
para el ordenador. con algún tipo de g ol pe táctico, los even­
tos posteriores fluyen a través de este
La presentación teórica sobre el capítulo gol pe, después de algunas j ugadas con
dedicado a la «táctica» lo concluye con frecuencia sigue otro gol pe, y así s ucesi­
la defi n ición del término q ue, de acuerdo va mente. La obligatoriedad de la combi­
con el ingenioso comentario del a utor, es nación, en lazada e ntre golpes tácticos, es
el más famoso « representante de la familia su característica más i mportante, que está
de los tácticos», la combinación: garantizada por la presencia de una serie
de movimientos que no tienen en su i nte­
«Repetidamente se han hecho i ntentos rior el elemento del exceso. Por supuesto,
para encontrar una defi n ición exacta y la combi nación persigue el objetivo de
satisfactoria de este térm ino. Es ampl ia­ proporcionar beneficios al bando activo,
mente conocida la defi nición dada por y esto también coincide con la defi n ición
Mijaíl M. Botvi n n i k: "La com bi nación es de Botvin n i k.
u na variante forzosa con un sacrificio, que Ahora reunamos todo lo d icho sobre la
redu nda en favor del bando activo". Esta táctica.
defi n ición me parece bastante acertada, En ajed rez la táctica se ocupa de los pro­
con la excepció n de un deta l le importan­ blemas que requieren una sol ución i n me­
te, del cual hablaré más tarde. Por su pues­ d iata. Trad icionalmente los ajedrecistas
to, la defi n ición de Botvin n i k fue criticada, entienden como métodos tácticos de ac­
porq ue siempre es agradable critica r. Las ción ajedrecística aquellos métodos que,
críticas, básicamente, se red ucían al hecho a pri mera vista, parecen inesperados, origi­
de que existen combi naciones sin sacrifi­ nales, con frecuencia con una dirección muy
cio. Por lo tanto se presentaron otras suge­ errática, con un intenso desarrollo de los
rencias. H u bo i ntentos para mejorar esta acontecimientos sobre el tablero. En otras
definición; por ejemplo, en el ya conocido palabras, lo q ue generalmente llamamos
Diccionario de Ajedrez: "La combinación es excesos.
una variante forzada en la que se emplean La táctica es un concepto abstracto. En­
diversos m étodos tácticos; por l o general cuentra su encarnación sobre el ta blero
el elemento concom itante de la combi­ de ajedrez a través de golpes tácticos, que
nación es el sacrificio''. En esencia, esta son l os excesos en el j uego del ajedrez y
defin ición no se diferencia mucho de la al mismo tiempo los elementos mínimos
de Botvi n n i k; solo se a ñade la mención de de la táctica ajedrecística. A parti r de es­
la presencia de motivos tácticos, mientras tos elementos, como con los ladri l los, se
que se pone en d uda la n atura leza obl iga­ construye la combinación de ajedrez, que
toria de la presencia de un sacrificio. es un sistema de golpes tácticos y ligamen­
Esta definición ya se aproxima mucho a tos entre ellos. Tiene una naturaleza forzada
mi visión del problema, a u nque me pa­ y la tendencia a obtener beneficios para el
rece q ue aquí todavía es posible una me­ bando activo».
jora. Por lo tanto, quisiera presentar a su
atención mi propia defi n ición, sig u iendo Solo tengo u n comentario, y se reduce a
consistentemente las concl usiones que la preg u nta preferida de Beim: «¿Cómo

216
Li bros de ajedrez

se las arregló para pensar en todo esto?» posible predecir cuáles de las caracterís­
Por el estil o de presentación, uno puede ticas de la posición serán importantes en
adivinar q ue el autor no es un pensador el futuro. Ahora realizaremos ese trabajo
ortodoxo, conceptual, sino una persona con detalle para para mostrar cómo se
completamente terrenal e ingeniosa. La lleva a cabo esa revisión. En nuestro caso
mejor confirmación de esta observación todo es relativamente simple. No hay mu­
la obtuve med iante el análisis del siguien­ chos detal les en la posición que estamos
te ejemplo. considerando. Al revisar la posició n y las
consecuencias lógicas que aparecen en
el análisis, es importante seg u i r siem pre
cierto orden. Esto disciplina el pensamien­
POSICIÓN SS
to, facilita y acelera el proceso, y a u men­
M. Hoffman G. Papp
-
ta la calidad del trabajo. En primer lugar,
Budapest 2004 determi namos la correlación material en­
tre ambos bandos. E n ig ualdad de otros
factores las negras tienen un peón más,
aunque en esta posición de momento no
ejerce ninguna infl uencia. Por lo tanto re­
cordaremos este factor, aunque por ahora
lo dejaremos de lado.
Después es necesario examinar las es­
tructuras de peones de cada bando. Ob­
servamos la evidente su perioridad de las
negras, tanto cualitativa como cuantitati­
va, de peones en el flanco de dama; en el
flanco de rey y en el centro existe ig ualdad
de material y simetría.
D ice Beim: Hemos examinado los factores estáticos
de la posición, que cambian lentamente.
«Tenemos ante nosotros una posición en Tras esto, es hora de evaluar el compo­
la que un experto en resolver combinacio­ nente dinámico de la posición, es decir,
n es reconocerá fácil mente motivos tác­ aquellas características que cambian rápi­
ticos típicos. Aunque sobre esos motivos damente. Por ejem plo, entre ellas se inclu­
tácticos hablaremos un poco más adelan­ yen la movil idad de las piezas y s u g rado
te. De momento seamos un poco fi losófi­ de i nteracción. En este aspecto la d iferen­
cos. En general, ¿cómo se puede concebir cia es evidente. Salta a la vista el podero­
u na idea sobre los posi bles golpes tácticos so grupo de piezas pesadas blancas en el
en una posición? ¡De dónde proceden es­ flanco de rey. Ese grupo de piezas i nte­
tos golpes? Tratemos de buscar un méto­ ractúa excelentemente, y solo necesitan
do común para detectarlos. un espacio operativo para sus acciones,
E n principio, veamos cuál puede y debe sin embargo de momento el peón g7 las
ser el primer paso en la búsqueda de tales estorba bastante, aunque está sometido a
golpes para un j ugador de cualquier nivel. una presión muy fuerte. Debe reconocer­
La respuesta esta pregu nta siempre es se que el pu nto g7 es al mismo tiempo el
ú n ica: debemos comenzar con una revisión punto más importante y el más débil de la
de la situación sobre el tablero. posición de las negras, lo que atrae espe­
Para ello es conveniente no pasar por alto cial mente la atención del adversario. Hay
los detalles más pequeños, porque es im- que tener en cuenta q ue el ca ballo blanco

217
Libros de ajedrez

también está m uy bien situado, y está l isto ble!». Puede compararse e n su percepción
para i nteractua r con el resto de las piezas. emocional con expresiones ta n s utiles
Las fuerzas neg ras están peor distri buidas. como «el principio de las dos debilida­
Aún no han establecido una i nteracción des», «no apresura rse», o «esq uemas de
real, aunq ue las negras ya están l istas (¡un pensamiento». Bromas aparte, antes del
detalle i m portante!) para a liviar la situa­ cálculo de variantes el análisis lógico de
ción med i a nte 1 ... tt'ie4. Valeri Beim comienza con una descri pción
Por lo que se h a d icho, se puede sacar la general, o con un «escaneo», segú n John
siguiente conc l usión: la superioridad de Nunn, de todos l os detal les, para eva l uar la
las blancas reside en la mejor interacción posición y trazar un plan de acción.
de sus piezas. El pri ncipal objetivo de la
agregación de estas fuerzas es e l peón g 7, Llegamos a u n momento muy serio, los
así como e l rey adversario cubierto por él. fundamentos de la teoría de Steinitz, con
Es cierto que a pri mera vista no se ad­ la que se originó el ajedrez moderno. Se
vierte cómo p u eden acceder las blancas ha escrito mucho sobre la valoración de la
al objetivo. No obstante es obvio que es posición e n los libros de estrategia. En casi
necesario hacerlo, en otro caso se perderá todas las partidas con a notaciones los co­
todo lo obtenido, y el peón de ventaja del menta ristas han prestado s uficiente aten­
adversario puede convertirse final mente ción a este problema.
en un factor operativo rea l. Y aquí salta a
la arena u n pri ncipio todavía desconoci­ Me gustaría cita r un extracto de un a rtícu­
do en la l iteratura ajedrecística (¡aunque lo profu ndo y d ifícil de entender del gran
bien conocido en la práctica!), que está maestro y fi lósofo del ajedrez Ígor Za itsev:
en el corazón d e todas las tácticas ajedre­ «¿Continuará el ajedrez siendo un arte?»,
císticas. Este p ri ncipio es bien conocido publ icado en el n.0 6 de 64 del año 201 5,
por cualqu iera, que en edad consciente, ded icado al ya muchas veces mencionado
viviera la d efu nción de la U nión Soviética. l i bro de Enrique Marín: «A j uzgar por los
Se define de la s i g u iente manera : «Si es im­ esfuerzos intelectuales que se han dedica­
posible, pero en gran medida sería deseable, do al ajedrez d u rante el último siglo y me­
¡entonces es posible!» No importa cuán di­ dio, y por las monta ñas de papel gastadas
vertida parezca esta frase, de hecho expre­ por los teóricos y comentaristas, se podría
sa perfectamente la verdadera esencia del esperar que ya hoy h u biera en el ajed rez
fenómeno de la táctica en ajed rez: ¡quien una Enseñanza Estratégica Única, desa­
verdaderamente es el más fuerte en la posi­ rrol lada y constantemente actual izada. Y
ción, alcanza el objetivo, que a primera vista esto, por supuesto, ya podría haber suce­
parece imposible! En el caso que conside­ d ido si el pensamiento inquisitivo de los
ramos esto se man ifiesta de la sigu iente investigadores se centrara en establecer
manera: el anál isis lógico llevado a cabo patrones generales (con el ordenador o
anteriormente, si se ejecuta hasta el final, sin él), y no estuviera casi completamente
obligará al jugador a centrar su atención dedicado al estudio exhaustivo de casos
en la casilla g7, y final mente saldrá por sí particulares».
solo. Solo queda dar la solución: 1 Cll e8!
'i!?h8 2 Cll x g7 Las negras abandonaron». Por supuesto, se puede objetar al respe­
table gran maestro que si la enorme po­
Qué hermoso suena este g lorioso princi­ blación de C h i na en su época no h u biera
pio soviético apl icado a todas las tácticas concentrado sus esfuerzos para proteger
del ajedrez: «Si es imposible, pero en gran al país en la construcción de la Gran M u ra­
medida sería deseable, ¡entonces es posi- l la, sino en la i nvención, suponga mos, del

218
Libros de ajed rez

tanque, habría n tenido la posibil idad de


sobresalir en ese empeño, pero la historia,
incluida la del ajed rez, no tiene el modo
subjuntivo.

Un intento valiente para hacer algo similar


y crear una Enseñanza Estratégica u niver­
sat fue rea l izado por el gran maestro losif
Dorfman, quien escribió en dos volúme­
nes su obra pionera El Método en Ajedrez.
Habla remos d e este libro, aunque ahora
q uiero describir brevemente la escala de­
creciente de l a valoración estática de la ¿Por qué traigo todo esto? Senci llamente
posición, propuesta por Dorfman: quería complementar el análisis lógi co de
Beim, quien solo mencionó casual mente
1 . La posición del rey; la situación en peligro del rey negro: «El
principal objetivo de la agregación de es­
2. La coord i nación de las fuerzas materia­ tas fuerzas es el peón g7, así como el rey
les; adversario cubierto por él». Sin embargo,
si el rey negro estuviera en el flanco de
3. ¿Quién tiene mejor posición después de dama, y no en el de rey, los arg u mentos
cambiar las damas? in iciales tendrían un carácter completa­
mente d iferente. Seg ú n Dorfman, las ne­
4. La estructura de peones. gras tienen una gran ventaja en todos los
factores estáticos, excepto en uno: la posi­
Por supuesto, es d ifícil imaginar que se ción del rey, aunque esta es decisiva.
pueda inventar un método universat que
permita realizar una estimación precisa de Me g ustaría poner a l lector a l corriente de
casi cual q u ier posición, sobre la base de la opinión de Vladímir Kramnik sobre este
resolver el algoritmo correcto para encon­ tema, que fue expresada por Konstantin
tra r la conti nuación más fuerte. Dorfman Sakaev en la obra The Complete Manual of
propuso u n procedimiento relativamente Positional Ches, y por Mark Dvoretsky en
simple de revisión de la posición i n icial el qui nto tomo de School of future cham­
para un análisis lóg ico posterior. En al­ pions:
g unas posicione su método puede ser
de ayuda para un ajedrecista que q u iera «De esta manera, tenemos ante nosotros
mejorar su juego. Y el primer elemento es­ una posición. Antes de empezar a consi­
tático de valoración de la posición, seg ún derar algunas va riantes, debemos evaluar­
Dorfman, es la posición estática del rey. Si la. Vale la pena mencionar q ue m uchos
realizáramos la valoración de la posición métodos sugieren usar todas las fórmulas
del diagrama, posibles para establecer los criterios de
esta eval uación. En mi opinión (y no solo
Véase el diagrama siguiente en la mía, sino también, por ejemplo, en
la de Vlad ímir Kramnik, como conseg u í
utilizando el método de Dorfman, obten­ averig uar en una conversación personal),
d ríamos el sig uiente resultado: 1 ±, 2.:j:, esto es totalmente incorrecto. El "pesaje"
3.+, 4.+. de todos los matices debe ser intuitivo,
estimando "a ojo" la importancia de este

219
Libros de ajedrez

o aquel componente. ¿Cómo se puede a base de experiencia y conocimiento, y


hacer esto? Solo con la acumulación de por eso debe reponer constantemente sus
experiencia práctica y teórica, con la ayu­ conocimientos en las más d iversas etapas
da de una precisa estimación posiciona l . del j uego del ajed rez, iY no solo en la aper­
Cuanto mayor sea el bala nce de conoci­ tu ra!))
miento correspondiente y más elevada la
categoría de j uego, menor será el nú me­
ro de variantes que se deben calcular» (K.
Sakaev).

«En alg unos l ibros se puede leer que el


proceso de evaluación de la posición
consiste en aislar y pondera r todos l os
factores posiciona les que actúan en ella.
¡Tonterías! De hecho, la mayor parte de
este trabajo se realiza su bconscientemen­
te. El arte de la valoración es la capacidad
de comprender la esencia de una posición:
identificar el problema más importante
(posicional o táctico), que debe ser resuelto,
sentir la dirección correcta de nuestra bús­
queda, percibir la conveniencia o inconve­
niencia de una operación. Está claro que
una i ntuición bien desarrol lada contri bu­
ye a la velocidad y corrección de nuestra
percepción» (M. Dvoretsky).

Val eri Beim no se atiene a ninguna fórmula


para evaluar la posición, como en el l i b ro
El Método en Ajedrez de Dorfman, o en el
curioso l i bro de V. Chejov y V. Komlyakov
Programa de preparación de ajedrecistas de
primera categoría y candidatos a maestro
del Deporte», d e título ambicioso, aunque
controvertido por sus recomendaciones.
Sus ejemplos son siempre puntuales, la re­
dacción es precisa e ingeniosa, y un entre­
nador reflexivo puede aprender de cada
capítulo muchos conocimientos nuevos y
ejercicios excelentes. Ahora «pasaremos la
lista)) del l i bro de Beim a la excelente obra
de John Nunn Claves del ajedrez práctico,
aunque antes q uiero citar lo que dice Va le­
ri Beim sobre la intuición en el capítulo «El
cálculo grad ual»:

« . . . En consecuencia, al ajedrecista l e será


d ifícil avanzar sin la i ntuición, construida

220
Capítulo 1 2
NATI

Vocablo de J o h n N u n n : sobre el pu nto e4, lo q ue reconfortaría e l


espíritu a cualquiera q ue j ugase contra la
«NATI. Abreviatura que significa: si tienes Defensa India de Rey. Para d isgusto d e las
d udas, entonces «No analices tácticas in­ bla ncas, en lugar de en g7 el alfil negro
necesarias». está situado en al, y la presión sobre el
El análisis táctico es una acción predis­ peón f2 proporciona a las negras suficien­
puesta a los errores. No advertir una suti­ te contraj uego.
leza importante puede cambiar completa­ 13 ... exd4
mente el resultado del anál isis. Si tiene la
opción de eleg i r en favor de una contin ua­
ción posicional, es necesario decantarse
por ella: esto es más rápido y más seg u ro.
Por supuesto, hay muchas posiciones en
las que un análisis concreto j uega un pa­
pel esencial, a unque i ncluso en tales casos
solo deben analizarse variantes específi­
cas si nos obliga la necesidad.
El siguiente ejemplo es un caso extremo.

PARTIDA 48
Enseguida alg unas piezas blancas han
John Nunn - Martín Pribyl puesto su mirada sobre el solitario rey
Apertura Italiana [CSO] adversario, lo que crea los requisitos pre­
Bundesliga 1 995/1 996 vios para un j uego forzado. Sin embargo,
¿qué j ugada deben escoger? 1 4 0,egS, 1 4
1 e4 es 2 ét.Jf3 CLJ c6 3 .ic4 CLJf6 4 d3 !es S 0-0 0,fgS, 1 4 �b3+ y 1 4 �gS son conti nuacio­
d6 6 c3 0-0 7 ét.J bd2 a6 8 .ib3 !a7 9 h3 ClJd7 1 0 nes bastante razonables. Yo interpretaría
.ic2 fS 1 1 exfS �xfS 1 2 d4 � f8 esta posición como un caso l ímite, donde
Las negras han jugado la apertura de una es necesario tomar u na decisión: gastar
manera bastante provocativa, para abrir la tiempo con el estudio cuidadoso de todas
col u m na «f» e intentar crear contraj uego las j ugadas. Desde un punto de vista pu­
g racias a la presión sobre el peón f2. Sin ramente estratégico la posición, en efecto,
em bargo, se verán o bl igadas a pagar por pa rece prometedora; sin embargo, el g ran
este retraso en el desarrollo. n úmero de j ugadas elegi bles que tienen
13 ClJ e4 las blancas a su disposición sug iere que
Después de 1 3 dS 0,e7 1 4 t;Jgs t;Jf6 1 5 un análisis completo l levará demasiado
t;J de4 t;Jfs las blancas toman el control tiempo.

221
N ATI

Como res u ltado elegí una continuación pensación suficiente».


forzada y d i recta, que proporciona a las Después la partida continuó así:
blancas l i gera ventaja posicional. En rea­ 14 ... éli f6 1 5 '1Wd3 g6
lidad las blancas podía n obtener una 1 5 ... h6? 1 6 tll h7 ge8 1 7 \Wg6 con ataq ue
ventaja mayor con otra variante, aunque decisivo.
cuando tomas la decisión de no profun­ 1 6 llixd4 éli xd4 17 cxd4 dS
d izar demasiado en la posición, ese riesgo Las negras preparan la salida 1 8 ... if5, q ue
siempre existe. Sin embargo, defin itiva­ no valía enseg u ida por el jaque 1 8 \Wb3+
mente ahorré tiempo, y además podía no 18 éli xh7! .ifS
existir una a lternativa más favora ble. Es mala 1 8 ... 'ítixh 7 por 1 9 \Wxg6+ m h 8 20
14 lli egS ig5 con ataq ue.
Este es el análisis de las otras posibil ida­ 19 llixf6+ '\Wxf6 20 '1Wb3 .ixc2 21 '1Wxc2 ixd4
des: 22 ih6 �f7 23 �ad1 �h7?
1 ) 1 4 ig5 \We8 1 5 gel tll d e5 1 6 tll xd4 N u n n señala q ue era más fuerte 23 ... ixb2
ixh3 1 7 gxh3 ixd4 1 8 cxd4 tll f3+ 1 9 mg2 24 gxd5 ge8 25 füd 1 ie5, aunque en ese
tll x el + 20 \Wxe l tllxd4, y las negras están caso la posición de las b lancas también se­
un poco mejor. ría preferible.
2) 1 4 \Wd3 tll ce5 1 5 tll xe5 tll x e5 1 6 tll f6+
\Wxf6 1 7 \Wxh7+ mf7, y las negras se de­
fienden.
3) 1 4 ib3+ mh8 1 5 tll fg5 \We 7 (pero no 1 5
... tll de5 1 6 tll x h 7!) 1 6 tll e 6 (son favorables
para las negras 1 6 \Wh5 g6 1 7 \Wh6 tll f6 y
1 6 tll x h 7 \Wxe4 1 7 tll xf8 tll xf8 1 8 \Wh5+
ttJ h 7 1 9 \Wf7 !xh 3 20 gxh3 dxc3) 1 6 ... tll f6
1 7 tll xf8 \Wxe4 1 8 gel \Wh4 1 9 tll e6 dxc3,
y las negra s tienen dos peones por la cali­
dad, en una posición poco clara.
4) 1 4 tll fg5!, y ah ora:
4a) 1 4 ... d5 1 5 tll e6 (también es buena 1 5
\Wh5 h6 1 6 tll e6) 1 5 ... \We7 1 6 tll 4 g5 tll f6 Aq u í el «NATI» ya es inapropiado. La posi­
1 7 tll xf8, que gana la calidad. ción req uiere la máxima concentración y
4b) 14 ... tll de5 1 5 tll x h7! fü5 1 6 tll e g5 d3 precisión. Dice Nunn: «¡Tenemos ante no­
1 7 ib3+ (es poco clara 1 7 ixd3 tll x d3 1 8 sotros un caso en el que defi nitivamente
\Wxd3, porq ue l os caballos no tienen un es necesario buscar una victoria forzada!
camino de regreso desde sus posiciones Tras el sacrificio en d4 el rey negro se que­
avanzadas) 1 7 ... d5 1 8 g4! fü7 1 9 tll xf7 da sin la cobertura de peones. A las blan­
tll xf7 20 \Wxd3 tll ce5 2 1 \Wxd5 \Wxd5 22 cas les basta con trasladar el alfil a la gran
!xd5 mxh7 23 gel , y con torre y dos peo­ d iagonal o incorporar l a torre al ata que, y
nes contra los dos cabal los las blancas tie­ todo term ina. Las varia ntes son bastante
nen ventaja en el final. directas y forzadas, no cabe la posibi lidad
4c) 1 4 ... dxc3 1 5 iWh5 (es poco clara 1 5 de equ ivocarse».
tll e 6 \We7 1 6 tllxf8 cxb2 1 7 !xb2 tll xf8) 1 5
... h6 1 6 \Wg6 con ataque decisivo. 24 �xd4 '\Wxd4 25 '\Wxg6+ @hs 26 �el �d7
4d) 1 4 ... h6 1 5 tll e6 \We7 1 6 tll xf8 tll xf8 1 7 2 7 '\WhS! '1Wd3 28 �e6 �g8 29 .ig7+! @xg7 30
gel ie6, y aunque las negras tienen peón '1Wh6+ Las negras abandonaron.
por la calidad y l igera ventaja en el desa­
rrollo, esto no las proporciona una com-

222
NATI

Ya hemos mencionado que en los l ibros tantin Sa kaev, que leyó el manuscrito de
de Mark Dvoretsky se puede encontrar este li bro durante las sesiones de ajed rez
una respuesta a casi cualquier pregunta. en el centro educativo/deportivo «Si rius».
«NATI» no es u na excepción. Citamos u n
breve extracto d e l primer tomo de School Debo decir que a Sakaev le gustó la par­
of chess excellence: tida en sí como ejemplo del principio
«NATI», aunque básicamente no estaba
«Quiero adverti r contra un error común. de acuerdo con algunas valoraciones del
Durante el entrenamiento en e l cálculo gran maestro ing lés.
de va riantes, n o intente en ninguna posi­
ción ver todo hasta el final. El ajed rez es Ofrezco ahora la partid a N un n - Pribyl con
un j uego funda mentalmente inexacto. breves notas del gran maestro ruso.
Con frecuencia es imposible agotar la po­
sición mediante el cálculo; por lo general 1 e4 es 2 ttJf3 ttJc6 3 ic4 ttJf6 4 d3 ics 5 o-o
n o se puede continuar sin una eva l uación. d6 6 c3 0-0 7 ttJ bd2 a6 8 ib3 ia7 9 h3 ttJd7
El tiempo para pensar los movimientos 1o ic2 f5?
en una partida siempre es lim itado, y te­
nemos muchos problemas por delante, lo «Al comentar la partida es d ifíci l no men­
q ue significa q ue es necesario actuar de la cionar este momento: las negras realizan
manera más económica. N uestra tarea no la ruptura con su alfil de casillas blancas
es considerar variantes tanto como poda­ obstruido. El movimiento anterior podría
mos, sino tomar decisiones ópti mas. realizarse mediante la previa 1 O ... :ges se­
Considere la serie de movimientos mínima guida del traslado del caballo a través de
(enfatizo, ¡la mínima!) necesaria para tomar f8 a g6. Las negras tend rían una posición
las decisiones correctas. La profundización sól ida.
excesiva del cálculo provoca fatiga, presión 11 exf5 �xf5 1 2 d4 fü8 13 tb e4 exd4
del tiempo y, como consecuencia, errores
inevitables.
La capacidad para evitar el cálculo de va­
riantes que no son necesarias para la toma
de decisiones es tan importante como la
capacidad para calcu lar lejos y con preci­
s ión. En realidad, esta habilidad es la parte
más importante de la técnica del cálculo»19•

En esencia la cita de Dvoretsky es una de­


fi nición del g ran entrenador anterior a l
principio «NATI» de J o h n N u n n, aunque
no va decorada con una abreviatu ra bri­
llante, y por lo tanto no se q ueda g rabada 14 Cbeg5?
en el recuerdo de la corriente de grandes La contin uación más antinatural y débil
pensadores. El g ran maestro N u n n mostró de las posibles formas de desarrollo de la
cómo utilizó el principio NATI, y explicó su iniciativa (la cursiva es mía). Presenta ma­
visión de la situación d urante la partida. yores perspectivas 1 4 ctJfgS, ejerciendo
una influencia poderosa sobre las casi llas
Ahora quis iera poner en conocimiento del blancas débiles; el cabal l o e4 es bastante
lector la opinión del g ran maestro Kons- más activo que el caba llo f3. Después de
la forzada 1 4 ... h6 (1 4 ... Cli deS 1 5 lli xh7)
1 9 Nota del Autor: El texto en cursiva es mío.

223
NATI

1 S llie6 ®e7 1 6 lli xf8 llixf8 1 7 gel no es alfil está ubicado perfectamente, con el
d ifícil eva l uar la posición: las blancas de­ punto de mira en el peón h7. Los arg u­
berían materia l izar su enorme ventaja. mentos generales de este plan ta m bién
Otra continuación lógica es 1 4 ii.gS . El a l­ disting uen a Sakaev de muchos ajedrecis­
fil en gS no es para las negras tan terrible tas a la hora de elegir la jugada.
como el caba l l o, aunque a cambio entra
en j uego con ganancia de tiempo. Des­ Contin uemos el desarrollo de l a partida
pués de 1 4 ... ®es se impone la senci lla 1 S con las expl icaciones de Sakaev.
cxd4 en l ugar d e 1 S gel ?, que h urta a los
caballos la cas i l l a es. En la variante 1 S ... dS 14 ... etJf6 1 5 Wfd3 g6
(es más tenaz 1 S ... füf3 1 6 ®xf3 tli xd4 1 7
®d3 dS 1 8 llig3, aunque aquí, además de «No es tan evidente la cuantía de la ven­
la desventaja de material, las negras tam­ taja de las blancas después de 1 S ... llies
bién tienen problemas para completa r el 1 6 llixeS dxeS 1 7 cxd4! (es más floja 1 7
desarrollo) 1 6 gel ! (también mantiene llixh 7 e4 1 8 llixf6+ ®xf6 1 9 ®xe4 ii.fS;!;) 1 7
una clara ventaja 1 6 llig3 llif6 1 7 ge l ) 1 6 ... ®xd4 (1 7 ... ilxd4 1 8 llixh7 e4 1 9 lli xf6+
... ®f7 1 7 ii.e3 ! ! h6 la j ugada 1 8 fü1 !, aun­ ®xf6 20 ®xe4 ii.xf2+ 2 1 � h 1 ) 1 8 ®b3+
que no es evi d ente, sencil lamente acaba ct?hs 1 9 ii.e3 ®h4±; la posición blanca es
con la ang ustia de las negras, ya q ue a 1 8 preferible, aunque las negras poseen re­
... llif6 gana 1 9 lli es llixeS 20 llixf6+ gxf6 cursos defensivos.
2 1 ii.xh6!». 16 etJxd4 etJ xd4 17 cxd4 dS 18 etJxh7 .ifS 1 9
etJxf6+ Wxf6 2 0 Wb3 ixc2 21 Wxc2 ixd4 22
La frase continuación antinatural es la me­ ih6 gn (22 ... füd8!?) 23 gad1 gh7??
jor descripción de la d iferencia entre el U n error g rave. La principal preg u nta es si
algoritmo de b úsq ueda de la j ugada de las blancas tienen alguna ventaja ta ngible
N u nn y el de Sakaev. La j ugada 1 4 lliegS?!, después de 23 ... ii.xb2 24 füdS ge8, ya
realizada por el g ran maestro ing lés, y que que todas las piezas negras están en j ue­
para N u n n es u n miembro de pleno dere­ go, y solo les preocupa algo la exposición
cho en la lista de jugadas candidatas, reci­ del rey. Probablemente es más floja 23
be el rechazo de Sakaev, q u ien ni siquiera ... es a causa de 24 b4!± (pero no 24 ile3
la considera. ilxe3 2S fxe3 ®c6 26 füf7 �xf?;!;)».

La opinión del g ran maestro ruso es que si 24 gxd4 Wxd4 25 Wi'xg6+ iih8 26 gel gd7
q u ieres hacer un movi miento al «toque», 27 Wi'hS Wfd3 28 ge6 gg8 29 .ig7+ 'itixg7 30
sin entrar en el cálculo de variantes, en­ Wi'h6+ Las negras abandonaron.
tonces debes real izar el movimiento de
desarrollo 14 ii.gS!?, que ataca a la dama Regresemos a Valeri Beim.
adversaria, o la j ugada natural 1 4 cd, que
Nunn ni siquiera menciona. Y si q u ieres
castigar al oponente por su actividad pre­
PARTIDA 49
matura sin un desarrollo adecuado de las
piezas, entonces anal iza el movi miento 1 4 M ijaíl Botvinnik - Bent Larsen
llifgS!, y no 1 4 lli egS?!, ya que el caba l lo Apertura Réti [A 14]
central izado e4, que controla la casilla f6, Palma de Mallorca 1 967
realiza una carga de trabajo considerable­
mente mayor q ue su compañero en l a ca­ 1 c4 étJf6 2 etJf3 e6 3 g3 dS 4 ig2 ie7 S 0-0 0-0
silla f3. Y no pie rdas tiempo en el análisis 6 b3 es 7 ib2 etJ c6 8 e3 b6 9 etJc3 i.b7 10 d3
de la j ugada 1 4 ii.b3+?!, porq ue en c2 el fü8 1 1 fü1 fü7 1 2 Wi'e2 gd7 1 3 füd1 ge8 1 4

224
NATI

cxdS ttJxdS 1 5 ltJxdS füdS 1 6 d4 Wfa8?!

• U na inexactitud grave. Seg ún Botvinnik,


era impresci nd i ble 1 6 ... f1d7.

17 dxcS! �xd1+ 1 8 �xd1 i.xcS?

Esta jugada es un error decisivo. Después


de 1 8 ... bxcS la posición de las negras sería
claramente peor, aunque al menos evita­
rían los ataq ues directos al rey.

1 9 4J g5! h6 sin em bargo está claro que no profu nd izó


su cálculo, permitiendo así que su adver­
sario d i l atara el j uego y d ificu ltara su ta­
rea. Aq u í (¡lo más importante!), en lugar
del cálculo de una sola variante forzada
las bla ncas debieron estudiar también
los métodos posicionales, no forzados. En
otras palabras (adelantándonos u n poco):
el cálculo de una sola variante forzada tie­
ne un lado positivo, q ue d irige los esfuer­
zos del ajedrecista a través de un canal
relativamente estrecho, l o que facil ita su
tarea. Hablaremos con más detalle sobre
esto más adelante.
D ice V. Beim: 20 ... i.f8

«20 ltJe4?!
Ahora las blancas empiezan a perder la
oportunidad de terminar la l ucha con un
ataque d i recto. Esta es la primera ocasión.
El golpe obvio 20 tlixf7! conducía a la vic­
toria: 20 ... Wxf7 21 Wfg4 �f8 (las negras su­
fren un mate rápido después de 21 ... eS?
22 �dS+, y tam bién pierden en caso de 2 1
. . . tlid4 2 2 exd4 �xg2 23 dxcS).

Véase el diagrama siguiente

Y ahora gana de manera forzada 22 �e4! 21 �d7?!


f1d8 (en caso d e 22 ... tlie7 decide 23 Wff3+; De nuevo las blancas cometen un error en
las bla ncas también dan mate en la varian­ una situación saturada de táctica (y por lo
te 22 ... tlias 23 f1d7+ f1e7 24 Wf g6+ Wg8 tanto, en el cálculo de variantes). A lo di­
2s Wfh7+ <ii f? 26 �g6++l 23 Wfg6+ wgs 24 cho a nteriormente se puede agregar que
Wfxe6+ W h8 25 Wfxh6+ con mate. si el j ugador deja escapar la primera posi­
No hay la menor duda de q ue Botvin n i k bil idad de resolver el j uego con un golpe
examinó sobre e l tablero la captura en f7, táctico, la seg unda posibil idad (si aparece

225
NATI

alguna vez) suele ser más d ifíci l de detec­ 22 etJd6!


tar y aprovechar. En este caso las blancas Ahora la elección, en u n a posición a guda,
la tienen porq ue hay demasiadas piezas en favor de una contin uación que n o fuer­
neg ras fuera de juego. za los acontecimientos inmediatamente,
Después de la introducción bastante ob­ está j ustificada. Era más floja 22 é2Jf6+!?
via 21 é2Jf6+! gxf6 22 W/g4+ Wh7 las blan­ gxf6 23 Wh5 Ele? 24 W/g6+ Elg7 (es peor
cas tienen que elegir. En sus comentarios 24 ... ig7 25 ixc6 gxd7 26 ixd7 ihl
Botvi nnik i ndicó la varia nte 23 ie4+ f5 27 ixe6+ Wh8 28 f3! y ganan) 25 2:xg7+
24 ixf5+ exf5 25 Wxf5+ Wg8, y aquí solo ixg7 26 ixc6 ixc6 27 ixf6 W!f8 28 ixg7,
exa m i na 26 Wf6? tbe5! 27 ixe5 Elxe5 con y a las bla ncas les queda trabajo por de­
ventaja negra, y sobre esta base rechaza el lante para materializar su ventaja.
sacrificio de cabal lo. Sin embargo tras la i Y sin embargo otra vez era posible una
correcta 26 W/g4+! Wh7 27 Eld7! las blan­ victoria forzada! Botvi n n i k afirma que du­
cas fuerzan el mate. Por ejemplo: 27 ... rante e l juego examinó la va ria nte 2 2 Wh5!
tb e5 28 füf7+ tb xf7 29 Wf5+ o 27 ... tbe7 Ele? 23 füe7 tbxe7 y encontró el golpe
28 füe7 füe7 29 Wf5+ <ii g 8 30 Wf6 Wh7 24 é2Jd6! ixg2 (24 ... g6 25 Wh4) 25 Wf7+
31 g4! Además, lo que es importante, en la Wh7 (25 ... Wh8 26 tbe8+-t aunque por los
jugada 23 todavía es más sencil lo 23 Eld7 apuros de tiempo pasó por a lto la sencil la
Ele? 24 ie4+ etc., y una j ugada más tarde variante 26 ixg7 ixg7 27 tbe8 Wxe8 28
tienen la posibilidad alternativa 24 Eld7! Wxe8 ganando.
tbe7 (24 ... Ele? 25 ixf5+ exf5 26 Wxf5+ 22 ... .ixd6
Wg8 27 W/f6) 25 Elxe7 füe7 26 ixf5+ etc.
21 ... fS?

23 �xd6?
Esta omisión pod ría haber cerrado para
Resu lta interesante que Botvinnik no con­ siempre el tema de la victoria de las blan­
sidere que su j ugada 2 1 no fuera acerta­ cas en esta partida mediante un ataque
da. Pues ahora las negras, en lugar de s u d i recto. Es muy interesante el comentario
respuesta errónea, que de nuevo abrió a de Botvinnik sobre este momento (todos
las blancas el camino hacia la victoria for­ los comentarios del sexto campeón mun­
zada, pudieron (y tuvieron q ue) responder dial que se ofrecen aquí están tomados
21 ... es. En ese caso las blancas induda­ del l ibro Trabajo analítico y crítico. 1 957-
blemente tend rían ventaja, aunque para 1 970, Moscú, «Fizku ltu ra y Sport», 1 986).
«llevarla a término» habrían necesitado Respecto a su jugada 23 escribe: «Una
mucho tiempo y esfuerzos considerables. decisión práctica, prefi riendo en el zeitnot
Este suele ser el precio de las oportunida­ una victoria posicional a complicaciones
des perdidas . . . inciertas». Con toda mi admiración por

226
NATI

Botvin n i k como ajedrecista y comenta­ hubiese tenido treinta años menos, como
rista, este pasaje me afl ige. Sí, en efecto, en su h istórica partida con Capabla nca en
después de 23 füd6? las blancas mantie­ el año 1 939, sin duda habría seg uido una
nen una ventaja perma nente e indudabl e, de las variantes forzadas para ganar. En lo
pero en esta frase la resonancia del des­ que respecta a la anotación de Beim sobre
precio encubierto del elemento táctico la negligencia implícita de Botvi n n i k del
en el ajedrez puede desorientar a much os elemento táctico del ajed rez, entonces,
mi les de j ugadores de ajed rez, que buscan por un lado, el ajedrez de 1 967 no era tan
aprender de una de las más grandes a uto­ d ifícil como lo es hoy y, por otra pa rte, Mi­
ridades del ajedrez de todos los tiempos. jaíl Botvinnik sufrió un gran desgaste en
¡ La táctica y e l cálculo no deben despre­ los matches por el campeonato del mun­
ciarse en ning ú n momento! Tal ind iferen­ do ante gen ios tácticos como M ijaíl Tahl y
cia es castigada casi siempre. David Bronstein, cuyo estilo de juego no
En esta partida Botvinnik tuvo mucha comprendió y, como en la anécdota, «el
suerte de que Larsen dejara escapar va­ sedi mento se mantuvo».
rias veces las posibil idades de salvarse.
Se obtenía la victoria con el sacrificio de En su l i bro Valeri Beim también se refiere a l
pieza 23 füg7+! mrn, y ahora, seg ún dice tema del «NATI», por supuesto s i n la defini­
Botvinnik, debido a los apuros de tiempo ción de John N un n . Esto es lo q ue escribe
solo vio la va riante 24 iWh5 �e7 25 �g6 después de analizar la interesante partida
tt:J d8!, que le pareció poco rentable. Sin de ajedrez rápido Anand - Kasimdzhanov
embargo, si h u biera continuado el cálculo, (Lyon 2005): «Sin embargo, debería decir­
h abría advertido que aquí las blancas de se que el tema que discutimos a nterior­
n u evo ganan de una manera forzada: 26 mente es bastante resbaladizo. El hecho
if6! �h7 (26 ... ixg2 27 füh6 tt:Jf7 28 �h7! es que en la práctica a menudo se presen­
�e8 -ún ica- 29 ixe7+-) 27 ixd8 ixg2 ta un dilema: realizar inmed iatamente la
(27 ... \Wxd8 28 ixb7) 28 fü6+ mg8 29 pri mera j ugada que nos agrade, o comen­
\We8+ mg7 30 �g6++ Esta forma de ganar zar a calcular otras jugadas candidatas en
es complicada, y no solo por la presión del busca de una continuación más fuerte. Al
tiempo; sin embargo las blancas tenían a elegir un movimiento «simplemente bue­
su d isposición un camino más sencil lo, 24 no», el j ugador, por u n lado, economiza
� h 7!, y a las n egras solo les q ueda a ban­ tiempo y esfuerzos, a u nque por otro lado
donar». corre e l riesgo de com pl icar su tarea y di­
latar el j uego, perdiendo una oportu n idad
El cu rso posterior de la partida estuvo re­ más convincente. La resolución exitosa del
pleto de im precisiones y errores por am­ d ilema la proporciona la experiencia y l a
bos bandos en los apuros de tiempo; sin intuición. Aunque, por supuesto, existen
embargo, Botvinnik consiguió ganar. situaciones en las que, en efecto, solo hay
un movi miento, y tras su descu brim iento
Con la comparación de estos dos ejem­ enseg u ida vemos claramente q ue hemos
plos he q uerido demostrar cuán d ifícil es encontrado la solución».
usar el «NATI» en el j uego práctico inclu­
so para jugad ores destacados. En cuan­
to a las críticas sobre los comentarios de
M ijaíl Botvi n n i k en un libro publicado en
1 986, hay que tener en cuenta que en
ese momento ya tenía 75 años. La parti­
da contra Larsen la jugó con 56 a ños, y si

227
Capítulo 1 3
Pereza

John N u n n concreta por qué el «NATI» portante. La j ugada W h l después de 0-0


puede ser «resbaladizo»: (o Wbl después de 0-0-0) puede ser una
pérdida de tiempo. Cuando esta j ugada
«La pereza en el tablero se manifiesta de está j ustificada, general mente depende
dos formas. Primera: cuando tiene a su dis­ de una posición específica, y no de que le
posición una continuación compl icada, y moleste la necesidad de calcular cada vez
sin emba rgo decide no anal izarla porque un poco más».
requerirá demasiado esfuerzo. Tenga en
cuenta que este no es el mismo caso que Tras pensarlo mucho, decidí incluir e n mi
cuando apl icamos el principio «NATI», des­ obra el siguiente extracto completo, bas­
crito anteriormente. Aqu í se sopesa cons­ tante amplio, del l i bro de N unn. Por un
cientemente el equilibrio entre el tiempo lado, me pareció m uy importante mostrar
que se dedicará a pensar y la posibil idad al lector la apl icación del principio «NATI»
de encontrar el mejor movimiento. Se pro­ no solo en el j uego práctico, sino ta m bién
d uce cuando existe una a lternativa ade­ en el análisis casero de esquemas de aper­
cuada que req uiere un pequeño cálculo. turas d udosas y de variantes por parte del
Por otra pa rte, la pereza significa descartar adversario. Por otra parte, quería i nvitar al
deliberadamente una j ugada, que de he­ lector a abrir el libro de Nunn Claves del
cho podría llegar a ser muy fuerte. Perder Ajedrez Práctico y aconsejarle que estu­
una partida porque se ha omitido una ju­ diara el capítulo «Libros sobre apertu ras
gada es una cosa, ¡pero si ha visto la j uga­ marginales».
da correcta y n o se molesta en analizarla,
es una cosa muy d istinta! Probé estos buenos deseos con migo m is­
La seg unda forma de pereza, más com­ mo y comprendí que no se d iferenciaban
prensi ble, se manifiesta en el caso de que en modo alguno de otras buenas intencio­
el oponente d isponga de una posibilidad nes de las que están sem brados ca mi nos
q ue te molesta. Debe considera rla en cada conocidos. Por eso, como este libro es del
j ugada, hasta el momento en que se h arta tipo Manual autodidáctico/asistente para el
de ella y decide no gastar más tiempo en entrenador, decidí proporcionar al entre­
prevenirla por completo. La manifestación nador la posibil idad de no perder tiempo
más comú n de este tipo de pereza es la con la búsqueda del material necesario en
prevención de un posi ble jaque del ad­ otras fuentes.
versario. Tiene que considerar este jaque
en cada va riante, y al final decide evitarlo Así, d ice John Nunn:
moviendo el rey. Por supuesto, en muchos
casos este movimiento estará plenamen­ «Es muy d ifíci l dar detal les sin ejemplos
te justificado, aunque en m uchos otros la concretos, lo q ue significa que tengo que
pérdida de un tiempo j uega u n papel im- elegi r u n par de víctimas. En este g énero,

228
Pereza

el porcentaje de l ibros de mala cal idad es La j ugada 2 fS parece d udosa: no desa­


...

depri mente alto, y por eso es bastante fácil rrolla pieza y debil ita las d iagonales h 5-e8
elegir uno e l los y diverti rse a su costa. En y c4-g8. Esta ú ltima es especial mente im­
rea l idad elegí uno de los mejores l ibros, El portante si las blancas deciden en el futu­
Gambito Letón, de Tony Kosten («Batsford, ro en rocarse en el lado corto. Siempre he
1 995). Este l ibro es inusual en el sentido de considerado que la jugada más lóg ica es 3
que un gran maestro examina una apertu­ éll xeS, pues las negras deben ser castiga­
ra rara con mala reputación. ¡Desde l uego, das por no defender su peón es mediante
Tony asumió una tarea muy d ifícil! Cuan­ 2 ... ébc6. En mi juventud este movim iento
do se publicó el l ibro, me q uedé perplejo: me trajo buenos resultados, por eso decidí
cómo pudo lograr el autor l lenar 1 44 pági­ concentrarme en él.
nas; pensaba que una refutación detal lada La pri mera sorpresa me estaba esperando
debería ocupar, a lo su mo, d iez pági nas. cuando examiné el conten ido. El capítulo
Decidí usar este l i bro como punto de par­ 6 se titu laba (después de 3 tDxeS) 3 4Jc6
...

tida para un par de horas de análisis del y otras terceras jugadas para las negras.
«Gam bito Letón». Por supuesto, se j uega Estaba aturdido: ni siquiera sospechaba
m uy raramente, y no esperaba que n i ngún que 3 ... ébc6 fuera, al menos en cierta me­
g ran maestro decidiera aplicarlo, aunque d ida, posible. De hecho, Tony rechazaba
en ese caso el efecto sorpresa sería mayor. correctamente las «otras terceras j ugadas
Desde luego, sería desagradable encon­ para las negras», mientras que ded icaba
trarse con este gambito, ¡y sumergirse en alrededor de nueve páginas a la j ugada 3
una profunda reflexión ya en la tercera ju­ ... étJc6
gada! Además, cuando aparece un nuevo
libro sobre apertu ras, siempre habrá varias
personas q ue decidan incorporarla a su ar­
mamento, por lo que las posi bil idades de
tropezarse con el «Gambito Letón» eran lo
suficientemente altas como para justificar
pasar unas cua ntas horas estudiándolo.
Cuando era un adolescente, alg unos j u­
veniles empleaban este gambito que, por
si no lo sabe, se caracteriza por los movi­
mientos 1 e4 eS 2 éll f3 fS Para m uchos aje­
d recistas esta apertura ofrece una gran
ventaja: proporciona una defensa más
o menos com pleta contra 1 e4. Si usted Cuando encuentro un movimiento desco­
j uega cualquier variante de la Española, nocido en un l ibro, no miro el análisis del
tendrá que preocuparse de d iversos sis­ autor, antes coloco la posición en e l table­
temas para las blancas, como la varia nte ro y decido q ué respuesta me parece más
del cambio o un temprano d3, además de natural.
la apertura Escocesa y 3 !c4, una buena Advertí que las blancas pueden ganar la
porción de teoría para estudiar. El Gam­ calidad mediante 4 iWhS+ g6 5 ébxg6 ébf6
bito Letón elimina todas estas posibili­ 6 iWh4 hxg6 (6 ... l"&g8!?) 7 iWxh8 iWe7. A
dades; a excepción del Gambito de Rey y cambio las negras obtienen una ventaja
alg unas otras aperturas, no debe estudiar sustancial en el desarrollo. La evaluación
nada más en respuesta a 1 e4. La cuestión de esta posición bastante compleja l l eva
es: ¿es el Gambito Letón suficientemente tiem po; por eso, teniendo en cuenta el
aceptable? pri ncipio «NATI», decidí busca r algo más

229
Pereza

simple. pequeña nota: «4 ... \Wh4! 5 id3 fxe4 6 g3


Otra j ugada evidente es 4 ttJxc6, sin em­ Wh3 7 ixe4 tll f6», con la valoración «ex­
ba rgo sentí que después de 4 ... dxc6 la celente» para las negras. S í, 4 ... Wh4, des­
posición se podía jugar perfectamente de l uego, ¡fue una sorpresa! Sin embargo
con las negras. Todas las piezas negras no me q uedé convencido. Las negras ig­
pueden entrar en j uego inmed iatamente, noran casi todos los princi pios del j uego
mientras q ue las blancas aún deben avan­ en la apertura, hacen j ugadas de peones
za r el peón «d» para desarrollar su alfil e l . debil itadoras, entregan u n peón, y a hora
Además, no tienen piezas menores en el desarrollan su dama antes que las d emás
flanco de rey, y si las blancas se enrocan piezas; ¡cierta mente, debe haber una for­
en este lado, pueden sufrir un ataque. N in­ ma de obtener, como míni mo, una clara
guna de estas variantes pa rece bastante ventaja! De repente descubrí una idea.
clara; sin emba rgo, el objetivo de la eva­ Qué tal si 5 tlJf3 \Wxe4+ 6 i.e2
luación in icial no es va lorar escrupulosa­
mente cada posibil idad, sino sim plemente
decid i r q u é jugada cumple mejor con los
princi pios básicos. Si no h u biera encontra­
do una posibi lidad que real mente me pa­
reciera la más p rometedora, habría vuelto
atrás y estudiado en segunda vuelta 4
Whs+ y 4 ll'ixc6.
Sin emba rgo, en este momento advertí
una jugada muy atractiva, 4 d4! Me pareció
que era la q ue mejor cumplía con el prin­
cipio de desarro l lo rápido de las piezas en
la apertura. Las blancas crean un centro
con dos peones y permiten q ue su alfil e l Cuanto más mira ba esta posición, más me
entre en j uego sin hacer concesiones d e g ustaba. Simplemente las blancas a mena­
su parte. La res puesta m á s evidente e s 4 zan jugar 0-0 y :i'i:el . Las negras no tienen
... fxe4, sin embargo pierde senci l lamen­ tiempo suficiente para desarrollar las pie­
te por S tll xc6 dxc6 6 WhS+: ahora 6 ... g6 zas menores del flanco de rey y enrocarse.
cuesta una torre, por eso las negras deben Por ejemplo, 6 ... Cll f6 7 0-0 ie? 8 :i'i:e l , y 8
mover su rey. También es mala 4 ... tll f6, ya ..0-0 pierde por 9 ic4+ En el mejor de los
que s tll x c6 seg uida de 6 es proporciona casos las negras tendrán que hacer varios
a l as blancas un peón de ventaja y mejor movim ientos con la dama y retrasarse i rre­
posición. Las negras, por supuesto, pue­ mediablemente en el desarrollo. Además
den jugar 4 ... tll xeS; sin embargo, después también es necesario tener en cuenta:
de S dxeS el peón es impide jugar S ... a) la penosa posición del peón fS, que no
tll f6, y en consecuencia dificu lta el desa­ sirve de nada y solo debilita el campo de
rrollo de las negras. Si intentan recuperar las negras;
el peón mediante S ... We7, entonces pa­ b) la posibil idad d4-dS, que fuerza la reti­
rece muy desag radable 6 W/d4 con la ame­ rada del ca ballo c6; y
naza tll c3-dS. Después de cinco minutos e) el plan de ataque al punto c7 med iante
de meditación, no pude encontrar ningún tll c 3-d5 (o bS), posiblemente en conjun­
movimiento aceptable para las negras, así ción con if4.
que decidí com probar qué proponía Kos­ Resum iendo lo dicho, podemos suponer
ten. Sus variantes principales eran 4 tll xc6 que la posición de las negras ya está per­
y 4 iWhS+, mientras que a 4 d4 seg u ía una d ida. Solo q ueda verifica r una posi bilidad,

230
Pereza

a saber: si las negras no podrían aprove­


char la actividad temporal de su dama
media nte 6 ... lll b4. Sin embargo, sería u n
m i lagro q u e l a s negras pudieran permi­
tirse infringir la ú ltima reg la del j uego en
la apertura que no se han saltado, la que
establece q ue no debe moverse la misma
pieza cuando el resto del ejército todavía
está en su cuartel.
El análisis, no obstante, es bastante sim­
ple: 6 ... éll b4 7 0-0 '\Wxc2 8 '\!&el Jle7 (8 ...
iM/e4 9 lll c 3 iM!e7 1 0 iMfd 1 lllf6 1 1 %'í:e1 lll e4
1 2 a3 lll c6 1 3 J\d3, y ganan) 9 éll c3 éll f6 1 0 una ventaja significativa en el desa rrollo,
éll eS (amenaza 1 1 J\d 1 ) 10 ... f4 1 1 a 3 éll c6 aunque las negras también han obteni­
( 1 1 ... d6 1 2 axb4 dxeS 1 3 dxeS lll g4 1 4 do ciertas ventajas estratégicas. Tienen
tll ds J\d8 1 5 e6 lll f6 1 6 lll xf4 o-o 1 7 J\d3 y u n peón central extra, y la posición de su
ganan) 1 2 Jld3 '\Wb3 1 3 éll bS éll xeS 1 4 dxeS, y dama demostrará ser bastante útil si las
la posición neg ra se derrumba. Pero todo negras se enrocan en el lado corto y ejer­
esto ni siquiera es necesario deta llarlo; el cen presión por la col umna «f». De hecho,
desarrollo de las negras es tan penoso q ue queda claro rápidamente que tend ría n u n
n o sería precipitado condenar su posición juego excelente si se les conceden algu­
sin u n análisis específico. nos tiempos para terminar el desa rrollo.
Descartada 3 ... lll c6, pasé a la l ínea princi­ Después de ...J\d6, ... lll e 7 y ...0-0 el rey
pal, 3 ... '\Wf6, volviendo a centrarme en la estaría seg u ro en g8, y los caba llos blan­
variante que se había j ugado unas déca­ cos mal situados. Los peones centrales
das antes, en concreto: 4 éll c4 fxe4 5 éll c3 neg ros impiden que los caballos salten
En aquellos d ías lejanos la continuación hacia delante, y el caba llo e3 bloquea a l
principal e ra S ... '\Wg6, después de lo cual a l fi l e l . U na mirada rápida al análisis d e
yo había obte n ido algu nas victorias me­ Kosten confirmó estas conclusiones: en la
diante 6 d3 ib4 7 de '\Wxe4+ 8 éll e3 Kosten mayoría de las va riantes las blancas se ven
considera que esta contin uación es muy obligadas a sacrificar una pieza med ia nte
favorable para las blancas, y su varia nte lll e xdS o lll c4, para impedir que las negras
principal se i nicia con la jugada S ... '\Wf7, enroquen. Todas estas variantes son muy
q ue era prácticamente desconocida en el complicadas, y por ello, recordando de
año 1 970. Yo l a conocía e incl uso me ha­ n uevo el principio «NATI», decidí regresar
bía enfrentado a ella recientemente, en u n a la posición del ú ltimo d iagrama. Y de in­
torneo d e hu manos contra ordenadores, mediato me h ice una pregunta: ¿por qué
en una partida contra Fritz. Gané aquella no pueden las blancas capturar el peón
partida, a u nque debido a la fa lta de cono­ e4? Desp ués de 7 llixe4 dS 8 éll g S '\Wf6 9
cimiento j ugué la apertura con bastante éll f3 de n uevo confié en la fortaleza de la
prudencia. posición de las blancas. Estoy de acuerdo
La variante pri ncipal de Kosten es 6 éll e3 en que las bla ncas han movido varias ve­
c6! (el signo de exclamación es suyo). ces los cabal los, sin embargo las negras
apenas pueden presumir de esto, ya que
Véase el diagrama siguiente ellas mismas han movido varias veces una
pieza, la dama. E n lo que respecta al desa­
Aquí su variante pri ncipal es 7 d3 exd3 8 rrollo, ambos bandos están más o menos
J\xd3 dS. Por supuesto, las blancas tienen eq u i librados, y en la posición de las blan-

231
Pereza

cas no hay pu ntos débi les, de hecho no


se advierte que las negras tengan alguna
compensación por el peón . Kosten ofrece
dos variantes: 9 ... ie6, con idea de enro-
carse la rgo, y 9 ... !d6 Empezando por 9 ...
ie6, Kosten d a esta conti n uación: «10 d4
ltJ d7 1 1 !d3 0-0-0

Ahora las negras ya están mal:


1 ) 13 ... !d6 14 Wla4 'iil b 8 1 5 cS !c7 1 6 b4 con
peón de ventaja y u n ataque muy fuerte.
Si las negras j uegan 1 6 ... a6, entonces las
blancas pueden sacrificar i n med iata men­
te una pieza en a6 o preparar el sacrificio
media nte 1 7 ;gb1 .
2) 1 3 ... g4 1 4 cxdS cxdS 1 5 Cli es.
12 c3 gS 1 3 0-0 hS, sin miedo a 1 4 Cll x dS?! 3) 1 3 ... dxc4 (relativamente, la mejor) 14
ixdS 15 ixgS Wlg7». Cll xc4 h6 ( 1 4 . . . g 4 1 5 lll feS ixc4 1 6 lll xd7
Esta variante demuestra un truco típico, füd7 1 7 ixc4 también es m uy mala, por
aplicado con el fin de presentar una va­ ejemplo: 1 7 ... füd4 1 8 Wb3 lll e7 1 9 ie3)
riante muy dudosa como aceptable: u na 1 5 ie3 seg uida de \Wa4, fü1 y lll feS . Las
jugada absolutamente i rrelevante. Nadie neg ras tienen un peón menos por nada.
criticará los m ovimientos naturales de Si las negras eligen otra d uodécima j uga­
desarrollo 1 O d4 y 1 1 id3, aunq ue, ¿para da, por ejemplo 1 2 ... id6, entonces las
qué si rve 1 2 c3? El peón d4 no está ataca­ bla ncas también pueden jugar 1 3 c4, y en
do, es poco probable que sea atacado, y este caso las cosas aún son peores para las
las bla ncas han l i berado el caba llo f3 para negras, porque ahora l a j ugada lll xc4 se
no moverlo a n i n g ú n lado. Si las blancas rea lizará con ganan cia de tiempo.
no hacen nada, entonces, por supuesto, La otra variante de Kosten empieza con 9
las negras finamente crearán un ataque ... !d6, y aquí i ndica las j ugadas 10 d4 Cll e7
serio contra el fla nco de rey; sin embargo, 1 1 c4!, que real mente son las más fuertes
en posiciones con enroques en flancos para las blancas. La contin uación es: 1 1 ...
opuestos la velocidad es una cuestión 0-0 1 2 Wlb3 iih8!?
esencia l. El plan correcto para las blancas
es jugar c2-c4, con el fin de desarrollar rá­ Véase el diagrama siguiente
pidamente el contrajuego en el centro y
en el flanco de dama. 1 3 !d2!? dxc4 1 4 ixc4 Cll d7 1 5 0-0, y Kosten
Supongamos q ue las blancas comienzan valora esta posición como favorable para
con el movi miento más obvio, 12 0-0, y las las blancas (y por eso recomienda la a nte­
negras responden, como en la variante de rior 9 ... ie6).
Kosten, 1 2 ... gS Las blancas j uegan 1 3 c4, La clave de la j ugada 1 3 !d2 es i m pedir
el jaque en b4, y así se amenaza ganar el
Véase el diagrama siguiente peón dS. Ta mbién es posible 1 3 ie2 se­
g u ido de 0-0, y las blancas de nuevo ame-

232
Pereza

a cambio? Hablando objetivamente, muy


poco: solo una ligera ventaja en el desa­
rrollo y mucha complacencia». No sue­
na demasiado optimista para las negras,
aunque, por supuesto, al escri bir u n libro
el a utor no puede reconocer que la aper­
tura completa es simplemente incorrecta.
Sin duda, ¡el editor no estará contento si el
man uscrito consiste en u n a refutación de
la apertura de diez pág i nas! Son análogas
frases clave como «puede atraer a un ju­
gador de estilo táctico», «ofrece posibi­
naza n al peón dS, y además para lograr lidades tácticas» y «la posición negra no
ese o bjetivo solo se usan j ugadas de de­ es peor que en las variantes principales
sarrol lo. Por lo tanto esta variante puede de otras aperturas, como la Apertura
ser un poco más precisa. De n uevo no se Española», ¡Depende de qué va ria nte, su­
aprecia compe nsación para las neg ras. La pongo!
posición se asemeja a la posición de u n a Autores menos honestos no muestran
apertura n ormal como la Defensa Rusa, ninguna vergüenza en este tipo de asun­
con l a excepción de que el peón negro «f» tos. No se son rojan cuando recomiendan
ha desaparecido del tablero de una mane­ variantes descaradamente incorrectas.
ra i ncomprensible. Por supuesto, n u nca las j ugarían ellos mis­
Cuando exami namos los análisis de las mos».
«aperturas d udosas», llamé la atención so­
bre los sigu ientes momentos: He citado este frag mento bastante exten­
1 ) Jugadas «inocuas» por parte del ad­ so del libro de John N u n n en su total idad
versario (es decir, del bando que se porque él, en primer lugar, detalla la posi­
opone a la apertura dudosa), que solo bilidad de util izar el princi pio «NATI» en el
son una pérdida de tiempo. análisis de aperturas excéntricas, y en se­
2) Variantes en las que el adversario gundo lugar, demuestra un método para
debe imaginarse que se encuentra en e l refutar u obtener una ventaja sólida con­
siglo XIX: colaboración del adversario tra una l ínea de apertura de d udosa cali­
capturando todo el material que se le dad. Esto se corresponde por completo
entrega con un final brillante. con n uestro concepto de construcción de
3) Variantes dadas si n inguna evalua­ u n repertorio de aperturas, y nos perm ite
ción . ver lo fácil que es que la búsq ueda de u n
4) Palabras codificadas. resultado momentáneo pueda hacer q u e
El cuarto punto requiere alguna explica­ u n joven ajedrecista caiga en «bancarrota»
ción. Si el autor es u n hom bre honesto y en la apertura.
u n fuerte ajedrecista, tendrá algunas du­
das sobre las variantes que ofrece, y esto Pasemos al siguiente tema importante.
se traduce en frases que pueden ser el
equ ivalente ajedrecístico de la limitación
de responsabi l idad de u n contrato.
Después de 6 ... c6! en la variante a nterior
Kosten escribe: «Dejan tranquilamente el
peón e4 abandonado a su suerte; ¿qué es
exactamente lo que las negras obtienen

233
Capítulo 1 4
La téc n i ca del cá l c u l o d e va riantes

En la l iteratura de ajedrez este tema está A algunos les g usta examinar primero las
poco cubierto. Nos centraremos de n uevo posi bilidades más d ifíci les, y solo después
en la «conm utación» de Valeri Beim con las más fáciles, mientras que otros hacen
John N u n n, a unque, como ya hemos men­ lo contrario.
cionado, se pueden encontra r respuestas 3) Todas las variantes posi bles en la posi­
a cualquier tema de ajed rez más o menos ción se presentan en forma de «árbol de
importante en las obras de Mark Dvorets­ cálculo».
ky. Ta mbién resulta interesante el artículo 4) La reg la principal para calcular las va­
del g ran maestro M ijaíl Krasen kov «Vagan­ riantes es que e l ajedrecista debe desarro­
do por el bosque», así como el capítulo llar el hábito de recorrer las ramas solo una
correspondiente en el l i bro de V. Chejov y vez . . . ¡En n in g ú n caso debe volver a una
V. Komlya kov Programa de preparación de variante ya exami nada!»
ajedrecistas de primera categoría y candida­
tos a maestro del Deporte. Beim conti núa: «En esta cita, tras e l i m i nar
algunas repeticiones, he concentrado y
E mpecemos con Valeri Beim. Al comienzo d ividido en puntos separados lo más im­
del capítulo él recordaba al lector muy la­ portante q ue expresa Kotov en los libros
cón ica y concentradamente la esencia de mencionados, en el marco de su teoría del
la teoría del cálculo de variantes de Kotov, cálculo de variantes. La misma teoría que
expuesta en los libros Piense como un Gran h izo que estos libros fueran tan populares.
Maestro y Juegue como un Gran Maestro, Me atrevería a decir que el resto de lo es­
publicados respectivamente en los años crito por él sobre este tema es pura «líri­
1 979 y 1 985: ca», i nsignificante desde un pu nto de vista
práctico.
« 1 ) Cuando se i nicia el cálculo de las va­ Me propongo regresar repetidamente a la
riantes, en primer lugar estamos obl iga­ cita a nterior d u ra nte el tra nscurso de pre­
dos a enumerar mentalmente y registrar sentación del material en mi l ibro».
con precisión todas las posi bles jugadas
cand idatas en la posición, a fi n de no dejar Después Beim demuestra el método de
escapar n i n g u na posibilidad i mportante Aleksandr Kotov con u n estud io d e los
más adelante. famosos compositores V. y M. Platov, y da
2) Una vez determinadas y enumeradas, su defi n ición de j ugada cand idata: «Por lo
comenzaremos a calcu lar por turno va­ tanto, para empezar debemos encontrar
ria nte tras variante. El orden en que se todas las j ugadas candidatas. Sin embar­
colocan las j ugadas candidatas, y por lo go, es alarmante q ue el pionero de este
tanto el cálcu lo de las varia ntes, depende­ concepto realmente básico (por lo que yo
rá del carácter y los há bitos de cada j uga­ sé no existe nada que refute la prioridad
dor y de las características de la posición. de Kotov en esta cuestión), por desgracia

234
La técnica del cálculo de variantes

n u nca dijera ni una sola vez qué es exac­ por aquellas que parezcan más adecuadas
tamente una j ugada candidata y por qué para lograr el objetivo). Al m ismo tiempo,
principio debe busca rse y seleccionarse. en cada situación el orden de prioridad
Tratemos de pensarlo nosotros mismos. del cálculo también está determinado por
Creo que la respuesta debería sonar así: la prioridad de los movimientos posibles
debería llama rse jugada candidata a toda (en relación con el objetivo).
continuación de aspecto lógico que tiene lu­ 4. Si se encuentra una continuación que
gar en la posición». conduzca al objetivo previsto, entonces el
resto depende de la reserva de tiempo: si
En la ú ltima parte del libro, donde nos es­ no es suficiente, la parte principal del cál­
peran muchas cosas i nteresantes, Valeri culo se puede completar con ese tiempo
Beim realiza u nos ajustes serios a la teo­ (seguiría s iendo necesa ria la «comproba­
ría del cá lculo de variantes de Aleksandr ción de B l u menfe ld»). Si todavía h ay una
Kotov mediante ejemplos específicos. Sin reserva de tiempo, se puede especifica r
embargo, antes de conti nuar con el es­ (aumentar) el objetivo, afi nar el conj u nto
tudio de este tema i nteresante y leer la de j ugadas candidatas a ú n no considera­
opinión de John N u n n, q u isiera citar u n das y conti nuar el cálculo; si no se alca nza
fragmento del excel ente artícul o d e Mijaíl un n uevo objetivo, detenerse en la conti­
Krasen kov, ya mencionado, «Vagando por n uación encontrada.
el bosque»: 5. Si como resultado del cálculo no se
encuentra un camino que conduzca al ob­
«En este artíc u lo se i ntenta proponer (e jetivo, las acciones posteriores deberían
i lustrar con un ejemplo) el algoritmo más depender de lo que marque el reloj. Si no
complejo del cálculo (que au nque no es hay tiempo suficiente, debe red ucirse el
formal, es util izado -inconscientemente­ objetivo, aj ustar e l conju nto de j ugadas
por muchos jugadores de ajed rez en posi­ candidatas y continuar el cálculo. En este
ciones confusas; el cálcul o tipo «bosque»). caso, con frecuencia u n a de las varia ntes
1 . Formulación del objetivo del cálculo, es exami nadas ya satisface el nuevo objetivo,
decir, el criterio por el cual eval u a remos o bien es relativamente sencillo encontrar
las variantes calculadas, nos satisfagan o una continuación apropiada. Lo ú n ico: no
no. Por ejemplo, puede ser la obtención puede hacer u na j ugada «a ojo», sin cálcu­
de una ventaja material decisiva; incre­ lo.
mento de la ventaja posicional; eq u i librio 6. Si todavía hay mucho tiempo, y la i ntui­
del j uego; resistencia en una posición ción sugiere q ue el objetivo debe log rarse
mala, etc. El o bjetivo debe ser real, es de­ (un ajedrecista cualificado debe confiar
cir, basado en la eval uación de la posición más en su i ntu ición, debido a la cantidad
y en las consideraciones i ntuitivas; si hay de conocimiento ajedrecístico que acu­
suficiente tiempo para calcular, es posible mula), entonces es posi ble (y necesario)
incrementar el objetivo, si hay poco, debe rea l izar conscientemente una «repetición»
reducirse. del cálculo de algu nas variantes. Para ha­
2. Buscar ideas para la obtención del obje­ cer esto, es necesario encontrar n uevas
tivo, seleccionando las jugadas candidatas ideas para el logro del objetivo. De acuer­
apropiadas y (lo más importante) determi­ do con esto se buscan nuevas jugadas
nar su prioridad, o l o que es lo mismo, se­ ca ndidatas y variantes candidatas. Expli­
leccionar aquel las q ue conduzcan al éxito caré en qué consiste. Dura nte la pri mera
con mayor o menor probabilidad. etapa, en muchas de las continuaciones
3. Cálculo de variantes (lo más profundo ya se encuentra n las respuestas ú nicas o
posible) en orden de prioridad (empezando más fuertes del adversario, una serie de

235
La técnica del cálculo de variantes

jugadas forzadas. Con frecuencia una n ue­ descuido g rave indica que el jugador no
va i dea, u na j ugada candidata, no se en­ está en condiciones de llevar a cabo una
cuentra en la posición i nicial, y j unto con l ucha compleja».
ella una «variante candidata». Tras esto co­
mienza el cálcu lo de n uevas posibilidades Como entrenador profesional me gusta
(punto 3), una segunda etapa del cálculo todo lo escrito por M ijaíl Krasenkov. El tér­
(y a u nque sea raro, sucede, a veces este mino «variante cand idata» no lo he encon­
ciclo tiene lugar por tercera vez). trado en n i n g ú n otro lado. Después da un
En térm inos general es, la repetición del ejemplo excelente tomado de su propia
cálculo es u n defecto, por l o que es con­ práctica, q ue mostraremos u n poco más
ven iente para alcanzar el objetivo abarcar adelante. Todo esto fue escrito, con toda
tanto como sea posible todas las ideas en probabi l idad, en el g lorioso tiempo a nte­
la primera etapa del cálculo. Sin embargo, rior a los ordenadores, cuando te daban 2
como vi mos a nteriormente, esto no siem­ horas y media de reflexión para 40 j uga­
pre es posible. das, y después la partida se aplazaba. Todo
7. Puede ocurri r que en el momento del lo que se expone en el a rtículo está escrito
cálculo aparezca una nueva idea, una ju­ en un lenguaje académico competente, y
gada candidata, que no está relacionada para l legar al fon do del asunto, debes pen­
con esa va ria nte. En ese caso es necesario sar casi en cada frase. Si Krasen kov h u bi era
determinar su prioridad, sin emba rgo no escrito u n peq ueño libro sobre este tema
proceda a su consideración hasta que se y explicado cada uno de l os ocho puntos
com plete el cálculo de la variante q ue está con ejemplos específicos, sin duda h u bie­
rea l izando en ese momento. Una excep­ se sido u n buen l ibro. Desafortunadamen­
ción puede ser el caso en que es comple­ te, ahora la gente no lee m uchos libros en
tamente obvio que la nueva idea es mejor papel, pocas personas q uieren reflexionar
que la conti n uación que está consideran­ dura nte mucho tiempo para l legar al fon­
do (aunque lo sea solamente en la priori­ do de la cuestión, mientras que con el so­
dad). porte electrónico l o h acen rápidamente.
8. Una de las mayores d eficiencias en el Como se s uele decir, por un oído e ntra y
pensamiento de muchos jugadores es la por el otro sale. Desde l uego, en esencia,
«ceguera ajedrecística», pasar por alto una los pensamientos de Krasen kov se hacen
respuesta elemental del adversario en 1 eco de l os pensamientos de N u n n y Beim,
o 2 j ugadas. Para combatir este mal en el solo que los dos ú ltimos se expresan de
cálculo de varia ntes existe «la regla d e Blu­ forma más clara y accesible, con nuevos
menfeld» (de la que ta mbién habla Kotov): términos que permanecen en la memoria,
habiendo term i nado el cálculo y tomada tales como «NATI», «movimiento res u ltan­
una decisión, es necesario hacer una pau­ te», «ranking de j ugadas ca ndidatas», «es­
sa (anotar l a j ugada en la planilla) y obser­ caneo rápido».
var la posición con la «mirada de un prin­
cipiante»: ¿no será la j ugada planeada u n El tema «NATI» ya lo hemos desarrol lado,
grave descuido, q u e lleva a u n a catástrofe pasemos a los siguientes térmi nos. Dice
in med iata? Solo después de asegu ra rse de N unn:
que no hay u n error grave, se puede ha­
cer la jugada. Si se detecta un error, debe «Autores modernos, como Tisdall en el
continuarse el cálculo de variantes. En libro lmprove your chess now, exponen ar­
ese caso, por reg la general, es necesario g umentos a favor y en contra de las reco­
red ucir e l objetivo del cálculo, tender a la mendaciones de Kotov, no obstante mi ta­
simplificación, ya que la detección de u n rea es dar consejos prácticos, no participar
.

236
La técnica del cálculo de va riantes

en discusiones académicas. «Las negras asestaron un golpe obvio: 20


Surgen varios problemas como resultado ... !xh2+
del uso del método de Kotov. El más ob­ Es d ifíci l imagi nar que a Ta hl se le escapa­
vio es que el método puede resultar ex­ ra semejante posibilidad. Es proba ble que
tremadamente i neficaz. Supongamos que Spassky en algún momento fuera dema­
en una posición estándar donde surge u n siado sutil y no revisara algo, para a d m itir
fam i l iar golpe táctico sobre la casi lla h 7 conscientemente este movimiento.
analiza l a posi ble continuación 1 !xh7+ 21 ©xh2
©xh7 2 lLlgS+ Hay dos defensas: 2 ... ©g6 Hemos l legado al momento del j uego
y 2 ... ©g8 Usted empieza a estudiar 2 ... que nos i nteresa. En la posición creada las
©g6; esta conti n uación es muy confusa; negras tienen dos j ugadas candidatas: el
sin embargo, d espués de veinte minutos jaque con caba llo en g4 o con l a torre en
de reflexión llega a la conclusión de que hS. Supongamos que las negras i nician
las blancas tienen ventaja. Entonces em­ el cálculo con la j ugada de caballo. Para
pieza a examinar 2 ... @g8 En u n par de esto, dicho sea de paso, hay una razón por
mi n utos resulta evidente que esta j uga­ la que precisamente este jaque es típico
da refuta el sacrificio. Como resultado del para este tipo de combi nación: ¡no siem­
enfoq ue i nflexible de Kotov h a gastado pre la torre está situada en la q u inta fila!
20 minutos de tiempo solo porque tuvo Así pues, 2 1 ... tlig4+ 22 mg3
la desgracia de comenzar el anál isis con
la j ugada errónea. Era más racional pasar
a lgu nos min utos revisando cada u na de
las dos alternativas. Es muy probable que
encontrara que una de ellas refuta el sacri­
ficio, por lo tanto la j ugada 1 !xh7+ debía
ser descartada».

Ahora veamos los comentarios de Valeri


Beim, en el aná l isis de la partida:

POS/C/ÓN 56
El asu nto está en esta j ugada. En caso de
Boris Spassky - Mijaíl Tahl retirada del rey a g 1 , tras la respuesta 22 ...
Montreal 1 979 �hS surge la m isma posición que sucede­
rá más tarde en la partida. Aunque en este
caso las negras están a nte un d ilema: o, si­
gu iendo las recomendaciones categóricas
de Kotov, empiezan a anal izar variantes
bastantes com plicadas (incluso a primera
vista) después de 22 ... �gS 23 f4 tlie3+ 24
fxgS, o bien, registran (un término útil) en
su conocimiento esta variante como com­
pleja y por ahora poco clara, la dejan a u n
lado d e momento, y s e ocupan de la se­
gunda j ugada candidata. De repente todo
resulta más sencillo . . .
21 ... ghs+

237
La técnica del cálculo de variantes

Así es. formu lado y reforzado con ejemplos, los


22 @91 profu ndos (sin rastro de i ronía) pensa­
En caso de 22 �g3 decide 22 ... élie4+ 23 mientos de Krasen kov en estos p u n tos de
!xe4 Wfh4+ 24 �f3 Wxe4+ 25 º1g3 Wfh4++ su artículo te envuelven agradablemente,
aunque no queden fijados en la m emo­
ria. En cambio, el punto 1 del artíc u lo de
Krasenkov: Formulación del objetivo del
cálculo es bastante comparable con la
idea del capítulo del li bro de Bei m «An­
tes de comenzar el cálculo», dedicado al
a nál isis lógico. Ana lizando un estud io de
F. Prokov (1 925), ofrece esta conclusión:
«La conclusión más importante es: sin un
análisis lógico preliminar de la situación es
incorrecto comenzar un cálculo inmediato.
Esto conduce a la confusión y, por lo tanto, a
la pérdida de tiempo y de fuerzas en un tra­
22 ...éll g4! Las blancas abandonaron a bajo innecesario)).
causa de la variante 23 !%e 1 l%h 1 + 24 º1xh 1
Wfh4+ 25 º1g 1 Wfh2+ 26 º1f1 Wxg2++ Y aquí está lo que John N u n n escribe so­
Com o hemos v isto, la tarea de las negras bre esto:
resultó ser muy simple.
Ahora está claro sobre qué momento «Por supuesto, el á rbol de variantes es u na
importante de la técnica del cálculo se herramienta técnica útil en posiciones tác­
discutía un poco antes. Esta es la reco­ ticas, sin embargo debe usarse de manera
mendación, o hablando estrictamente, flexible y complementado con otros tipos
la regla: si en el proceso de cálculo de las de pensamiento ajedrecístico. Es necesa­
jugadas candidatas se advierte que una rio observar un equilibrio entre el segui­
de ellas conduce a consecuencias compli­ miento inquebrantable de los principios
cadas y difíciles de predecir, entonces sería de Kotov y los saltos d emasiado frecuen­
más prudente posponer temporalmente su tes de una variante a otra.
cálculo y verificar otras continuaciones. Si Por lo general, prefiero un «escaneo rá­
entre ellas se encuentra algo convenien­ pido» : estudio brevemente todas las va­
te (como en el ejemplo que acabamos de riantes importantes para determi n a r cuál
considerar), entonces hay que conservar de ellas se puede calcular rápidamente.
fuerzas y tiem po, que será n útiles en el Si tengo suerte, esto será suficiente para
juego posterior. Sin embargo, si el análisis para terminar con éxito el análisis; si no
de las otras jugadas ca ndidatas no aporta es así, al menos descubrirás dónde está la
nada, entonces será posi ble encargarse de parte más confusa».
la continuación pospuesta, aunque ahora
hay q ue concentra rse solo en ella, sin dis­ Pasemos al ejemplo del libro de Valeri
traerse. Los beneficios prácticos de este Bei m : «El sigu iente fragmento de parti­
enfoque son evidentes». da es interesante no solo como ejemplo
de partida clásica, sino también como u n
Se sobreentiende más o menos los mismo ejemplo poco conocido de comentarios
en los pu ntos 1 y 2 del artículo de Mijaíl de categoría, tomados del excelente li­
Krasenkov, y si bien John Nunn y en espe­ bro de Mijaíl M. Botvinnik Match-Revansh
cial Valeri Beim lo tienen todo claramente

238
La técnica del cálculo de variantes

Aliojin-Eive20• Este l i bro se publicó el año der a la búsqueda y selección de las j uga­
1 939 con una tirada de 5000 ejemplares das cand idatas. No hay que añadir nada
(solo e n lengua rusa) y ha sido reeditado a este razonamiento, solo es necesario
recientemente ta mbién con una tirada aprender la metodología util izada en él.
muy pequeña. Solo quiero decir una cosa: tal razona­
miento lógico solo puede llevarse a cabo
tras un examen exhau stivo de la posición
y la identificación de todos sus detal les.
POS/C/ÓN Sl
A menudo sucede que algunos detal les
A. Alekhine - Max Euwe insignificantes repenti namente parecen
La Haya 1 937 {m/1 O) importantes. En ese caso, es imposible sa­
ber de a ntemano si esos detal les son tan
importantes. Por eso la revisión preliminar
debe ser muy cu idadosa.
Y ahora, por fin, cito a Botvinnik: «Se pue­
de encontrar la j ugada correcta sobre la
base de las siguientes consideraciones.
Para atra pa r a la dama neg ra en h4, el peón
blanco «g» debe estar en g4, el caballo
blanco en f3, y el peón blanco h3 defendi­
do. Es fácil ver que si las blancas hubieran
j ug ado 23 Wfl !!, entonces Euwe podría
haber depuesto las armas tranquilamente.
La ventaja de esta j ugada consiste en que
Esta posición surgió como resultado de en caso de 23 ... h6 (no se puede encon­
u n grave error de las negras. En el movi­ trar nada mejor) 24 g3 1Mlh5 25 g4 Wlh4 26
miento precedente jugaron 22 ... Eí'.d8-e8?, tlif3 las blancas ganaban un tiempo, y la
h u rtando ellas mismas a su caballo la ú l­ dama negra está atrapada». Además Bot­
tima casilla d isponible para su retirada, vinnik d ice que n u merosos comenta ristas,
y otorgando al adversario un motivo d e incl uidos los mismos Alekhine y Euwe {!),
combi nación. En u n esfuerzo por real izar no indicaron la j ugada 23 Wlfl !!
este motivo, Alekhine respondió: Regresemos a 23 g4
23 g4?
La mayoría de los comentaristas colocaron
un signo de admiración a la jugada 23 de
las blancas, y solo Botvinnik i ndicó ... ¡que
era u n error! También señaló correctamen­
te que era insuficiente la preparatoria 23
m h2. A esto sigue 23 ... h6 24 g 3 W!h5 25
g4 W!h4, y ahora el i ntento de ganar mate­
rial 26 tlif3?!, después de 26 ... tlixg4+ 2 7
m g 2 Wl h 5 2 8 hg W!xg4+ 29 m h 1 Wlh5+ 3 0
tli h2 Wxe2 3 1 füe2 tl'ixc4, l leva a u n a posi­
ción mejor para las negras.
Después Botvin n i k da un ejemplo clásico
de razonamiento lóg ico, q ue debe prece- En la partida las negras no encontraron la
réplica correcta a este golpe erróneo de
20 Nota del Traductor. Su traducción en castellano apariencia terrible, que consistía, como
sería Match revancha Alekhine-Euwe.
239
La técnica del cálculo de variantes

ind icó Botvi n n i k, en la respuesta 23 ... h6 este trabajo se realiza subconsciente men­
(es mala 23 ... 1Wxh3? 24 El'.d3 1Wh4 25 ©g2 te. El arte de la valoración es la capacidad
llixg4 26 lli xg4! llixc4 27 El'.h3 \Wd8 28 de comprender la esencia de una posición:
El'.eh l \Wd5+ 29 f3 con ataque decisivo de identificar el problema más importante
las blancas) 24 ©g2 tli h7 25 f4 Vlie7, y el (posicional o táctico), que debe ser resuelto,
juego es poco claro. En cambio, las negras sentir la dirección correcta de nuestra bús­
cometieron otro error g rave: 23 ... llic6? queda, percibir la conveniencia o inconve­
Tras esto las blancas ganaron u na pieza, y niencia de una operación. Está claro que
con ello la partida: u na i ntuición bien desarrol lada contribu­
24 iig2 éll xeS 25 dxeS éll h S 26 gxhS E:xc4 ye a la velocidad y corrección de n uestra
21 \Wt3 ms 2s h6 ts 29 \Wg3 \Wxg3+ 30 fxg3 percepción».
füc8 31 hxg7 fü2+ 32 iif3 E:2c3+ 33 .!e3
E:xa3 34 E:d7 fü4 35 iif2 fü2+ 36 E:e2 E:aa2 Botvi n n i k describió la esencia de la posi­
37 E:xc2 E:xc2+ 38 iif3 as 39 .!h6 fü8 40 E:a7 ción en una frase: «Para atrapar a la d ama
Las negras abandonaron. negra en h4, el peón blanco «g» debe es­
Así, a hora ya n os parece más obvia la ne­ ta r en g4, el ca ballo blanco en f3, y el peón
cesidad de u n análisis lógico que preceda blanco h3 defendido . . . ».
al cálculo de variantes. Este anál isis no solo
nos permite determinar l os detalles más ¡ Eso es todo! Y luego, si es un jugador de
importantes de la posición y la dirección ajed rez, piense cómo logra rlo y si puede
del cálculo, sino que además con su ayuda hacerlo. Solo un ordenador puede e ncon­
ta m bién podemos elaborar el ranking de trar la j ugada 23 Viifl !!, mediante el u so de
las j ugadas candidatas, l o q ue nuevamen­ la fuerza bruta en la b úsqueda de varian­
te mejorará la calidad del cálculo. tes.
Expl icaré lo d icho. Después de i nspeccio­
nar la posición, cuando sacamos conclu­ Esta posición fue propuesta para su solu­
siones sobre las posibil idades de ambas ción a los jóvenes ajedrecistas del depar­
partes, empiezan a acla rarse las priorida­ tamento de ajedrez del centro educativo
des de la posición y los objetivos,21 y qué «Sirius». B oris Ofitserian encontró la sol u­
debe busca rse de acuerdo con las exigen­ ción en 5 min utos gracias a las habilidades
cias de la posición. El conocimiento de es­ adquiridas en su trabajo conjunto con el
tos objetivos permite no solo determinar g ra n maestro Sakaev. Como me dijo, se
las j ugadas candidatas, descartar l o i n útil h izo a sí mismo la preg u nta: «¿Qué piezas
y enfocar toda la atención en lo necesario, blancas rea l izan una carga de trabajo i nsu­
sino también descubrir el orden de cálcu lo ficiente y cómo debe mejorarse s u u bica­
más práctico, q ue permita a l jugador eco­ ción?». La respuesta vino a mi mente rápi­
nomizar tiempo y energía para la l ucha damente, «la dama», y después encontré
posterior>>. la j ugada 23 Viifl !

Ahora me gustaría recorda r la cita de Contin uemos el razonamiento de Beim


Dvoretsky relativa a la eval uación de la sobre la necesidad de u n análisis lóg ico
posición, y en consecuencia al análisis ló­ previo al i n icio del cálculo: «A menudo di­
gico: «En algunos l i bros se puede l eer que cho análisis permite identificar las j ugadas
el proceso de eval uación de la posición candidatas, dirigidas no solo al fortaleci­
con siste en aislar y ponderar todos los miento de la posición o a la preparación de
factores posicionales que actúan en ella. las acciones planeadas, sino a la obtención
¡To nterías! De hecho, la mayor parte de de manera inmediata y directa del objetivo
deseado. Por su puesto, debe considerarse
21 Nota del Autor. Recordar a Krasenkov.

240
La técnica del cálculo de variantes

que tales j ug adas tienen «signos espe­ es un término más o menos comprensi ble,
cialmente brillantes». Entre las j ugadas que se i nicia considera ndo jaques, captu­
ca ndidatas de este tipo también deben ras o amenazas d i rectas, sobre el anál isis
incluirse los movimientos que cond uz­ lóg ico me gustaría añadir algo: el ajedre­
ca n inmediata mente a un choque di rec­ cista debe ocuparse del cálculo de varian­
to entre las fuerzas de ambos bandos, en tes con cada j ugada, mientras que un a ná­
otras pala bras, dirigidas a un desarrollo de l isis lógico en profu ndidad debe real izarse
los acontecimientos más forzado. La lógica en momentos importantes y cruciales del
sugiere que la probabilidad de encontrar juego, lo que los ajedrecistas denominan
una solución exitosa entre los movimien­ momentos «críticos». Aq uí ya nos acer­
tos de este tipo debería ser mucho mayor camos a los libros mencionados de losif
que en el resto de jugadas candidatas, por Dorfman, no obstante d iscutiremos sobre
lo tanto deben considerarse en primer lugar. ellos un poco más tarde. Por eso, mientras
Es bastante probable que después de em­ que la profu nd idad en el a nálisis lógico del
pezar el cálculo en ese orden, encontre­ ajedrecista durante el j uego es poco fre­
mos de i nmed iato (o muy rápidamente) cuente, el «escaneo rápido» de John N u n n
una solución convi ncente, y por lo tanto s e puede hacer mucho m á s a menudo.
desaparecerá la necesidad de un cálculo
posterior. En esto consiste la importancia Ahora, cuando ya hemos visto el exce­
práctica de rea l izar en u n orden correcto l ente ejemplo de a nálisis lógico de M ijaíl
el cálculo de las j ugadas candidatas: por­ Botvinnik, recordado los comentarios de
que la l ucha continúa después de u n cál­ Mark Dvoretsky sobre la eval uación de la
culo realizado con éxito, y el tiempo y las posición, y descifrado el ranking de j uga­
fuerzas ahorrados serán muy útiles en el das candidatas segú n Val eri Beim, es hora
juego posterior. Sin embargo, si la pri mera de citar el ejemplo prometido de la obra
jugada candidata, planificada seg ú n este de Krasenkov, que culmina su i nteresante
método, no nos satisface, entonces debe­ artículo:
mos proceder a considerar el segu ndo de
tales movimientos, y así sucesivamente.
Ta rde o temprano, i nevitablemente «dare­
POSICIÓN 58
mos en la d ia na».
Lagunov - Mijaíl Krasenkov
Ahora vamos a comparar este argumento Dnepropetrovsk 1 985
con el consejo de Kotov: «El orden en que
deben ordenarse las j ugadas candidatas, y
por lo tanto, la consideración de las varian­
tes, depende de la naturaleza y hábitos de
cada jugador y de las características de
la posición. A algunos les g usta examinar
pri mero las posibil idades más d ifíci les, y
solo después las más fáciles, mientras q ue
otros hacen lo contrario».

Acabamos de conocer el «término ran­


ki ng» de las j ugadas candidatas, seg ú n
dice Beim, y hemos hablado sobre la nece­
sidad de un anál isis lógico de la posición «La desafortu nada posición de las piezas
previo al i n icio del cálcul o. Y si «ra n ki ng» blancas y la debil idad de la primera fila

241
La técnica del cálculo de variantes

ind icaban a las negras que era necesario buscar ideas n u evas. S u rgió la idea de si­
buscar una victoria forzada, es decir, una tuar la dama detrás de la torre; tras esto es
amplia ganancia de material (el objetivo necesario imped i r la j ugada �b 1 -c2, q ue
del cálculo). La idea es com binar el ata­ defiende el p u nto d1 . Aparecieron otras
que al alfil con la amenaza de i nvasión j ugadas candidatas:
por la primera fi la . Se estableció el orden A 1) 23 ... Wdl 24 <i>f1 \Wa4 2S �d2 :1%d6;
de prioridad de las jugadas ca nd idatas: 1 ) A2 2S ... :1%dS;
23 ... \Wd l ; 2) 23 ... \Wb4; 3) 23 ... \Wa4; 4) 23 A3) 2S ... :1%d4;
... \Wg4; S) 23 ... \!Mes, y se i nició la primera 8 1 ) 23 ... \Wa4 24 �d2 :1%d6;
etapa del cálculo. 82) 24 ... :1%dS;
1 ) 23 ... \Wd l 24 <i>fl ; 83) 24 ... :1%d4;
1 a) 24 ... \Wg4 2S �d2 \Wc4+ 26 We2, y no C l ) 23 ... Wd 1 24 <i>f1 Whs 2S �d2 Wbs+
hay nada; 26 <i>g1 :1%d6;
1 b) 24 ... \WhS 2S �d2; C2) 26 ... :1%dS;
1 b l ) 2s ... Wxh2 26 f3! Wh l + 27 <i>f2 \Wh4+ C3) 26 ... :1%d4 (en todos los casos con la
28 <i>f1 1Wc4+29 We2; amenaza \Wd7).
1 b2) 2S ... Wbs + 26 <i>g l Wxb2 27 �e3 Las tres pri meras las descarté rápidamen­
1Wc3 28 1Wf1 o 27 ... \Wb4 28 Wcl :1%c7 29 te debido a 26 We2, y las tres ú ltimas a
Wfd l ; causa de 27 �c3, m ientras que en el resto
1 e) 24 ... \Wa4 2S �d2 Wbs+ 26 <i> g l Ver de los casos encontré:
7 b2). 8 1 ) 23 ... \Wa4 24 �d2 :1%d6 2S \We2! (2S
En estas variantes las negras solo ganan <i>f1 ? Wbs+ 26 We2 Wxb2 27 �d3 \Wd4)
u n seg undo peón; no se alca nza e l obje­ 2S ... \Wd7 26 �el o 2S ... Wa6 26 Wel (es
tivo. peor 26 \We3 Wb6!), con i ntención de �c3
2) 23 ... \Wb4 24 Wc l \!Mes (24 ... fü7 2S y �c2, defendiendo todo.
\Wd l ) 2S �c2 :1%c7 26 \Wd2! f6 27 �b3! o 27 82) 24 ... :1%ds 2S �e4! y después 26 �f3, ya
�f4!, y las negras no logran nada. que no va l e 2S ... :!%es? 26 �xh7+.
3) 23 ... 1Wa4 24 �d2 (pero no 24 b3? \WaS), 83) 24 ... :1%d4 2S \We2 (es peor 2S <i>fl
y no se ve nada. Wbs+ 26 We2 Wxb2 27 �d 3 Wxa2) 2S ...
4) 23 ... \Wg4 24 �d2. Wd7 26 �e l o 2S ... 1Wa6 26 \We3!
S) 23 ... \!Mes 24 �e3 En las dos ú ltimas va- En todas las variantes no se advierte cómo
riantes las posibil idades de las negras se pueden las negras obtener la victoria. Por
agotan claramente. lo tanto, la seg unda etapa del cálculo tam­
Así, l a primera etapa del cálculo no me bién term i nó s i n resultados.
proporcionó la solución deseada. Si ahora Así pues, ¿había que «virar» el cá lcu lo, re­
las negras carecieran de tiempo, debería n n u nciar al objetivo máxi mo? Aun así, deci­
ajustar e l objetivo (por ejemplo, buscar l a dí buscar más. Y no fue en vano. Como u n
gana ncia de u n segundo peón en las me­ rayo, u n pensamiento pasó p o r mi cabeza.
jores condiciones). Por cierto, entonces en 23 ... Wfa4 24 .id2 E!:d6 25 Wfe2 Wfd4!!
el análisis realizado ya tendríamos l a juga­
da ca nd idata. Véase el diagrama siguiente
6) 23 ... Wxb2 (q ue claramente no respon­
de al objetivo máximo i nicial), y las negras Desde luego, la idea de regresar con la
ten drían que elegir entre 1 b1 ), 1 b2) y 6). dama no es nada evidente. Creo q ue es
Sin embargo, por fortu na, había tiem­ imposible encontrarla s i n calcular previa­
po suficiente (en el torneo se aplicaba el mente n umerosas variantes, sin adentrar­
«bueno y viejo» control de 2 horas y me­ se en la j u ngla de los d iversos ataq ues y
dia en 40 jugadas), y las negras decid ieron defensas. A cambio el cálculo posterior

242
La técnica del cálculo de variantes

(¡ya en la tercera etapa!) es sencil lo. Con la


dama blanca situada en e2 la penetración
de la dama neg ra en dl decide: 26 !el
Wídl 27 W/e4 fS o 26 Wíbs [1d8 27 !el Wídl
28 W/as b6.
Todo el cálculo de las tres etapas (junto
con la compro bación) duró exactamente
una hora. En la partida, después de 23 ...
\Wa4! 24 .id2 E!:d6!, el ajedrecista de No­
vosi birsk, por desgracia, jugó 25 Wf1(?) y
después de 25 ... \Wb5+ se rindió. Lásti ma,
la idea principal de las negras se q uedó
entre bambalinas . . .» .

¡ U n ejemplo maravi l loso, un artículo exce­


lente y una partida bril lante de Mijaíl Kra­
senkov! La maniobra de ida y vuelta de la
dama negra causa u na fuerte impresión.
¡Bravo!

Ahora pasemos al estudio de otro térmi­


no i nteresante, que los especialistas en la
teoría del cálculo de varia ntes mencionan
casualmente, y q ue solo Valeri Beim, en mi
opin ión, ha con seguido a islarlo como u n
fenómeno i ndependiente y darle u n a de­
fi n ición.

243
Capítulo 1 5
Movi m ientos resu lta ntes

Recordemos el pu nto 7 del artículo de Kra­ «Tras calcu lar la variante 1 fü4 exf4 2 gxf4,
senkov: «Puede ocurrir que en el momento donde las negras responden 2 . dxc4, para
..

del cálculo aparezca una nueva idea, una controlar la casilla g 1 , l l egamos a la idea
jugada cand idata, que no está relacionada de saltar primero con el caballo: 1 lll d S o 1
con esa variante. En ese caso es necesario lll a4! (y después 2 fü4) . La jugada 1 Cll a4 es
determinar su prioridad, sin embargo no el cami no más corto hacia la victoria. Pero
proceda a su consideración hasta que se sin el cálculo (a unque sea elementa l) de la
complete el cálculo de la variante que rea­ va riante con 1 fü4 no se advierte por q ué
l iza en ese momento. U na excepción pue­ razón debe incluirse en el n ú mero de ju­
de ser el caso en que es completamente gadas cand idatas».
obvio que la n ueva idea es mejor que la
contin uación q ue está considerando (aun­ Ahora John N u n n :
que lo sea solamente en la prioridad)».

Al comienzo del a rtículo de Mijaíl Kra­


POSICIÓN 60
senkov y en el libro de John N u n n, en el
capítulo correspondiente, hay dos ejem­ Gennad i Kuzmín - Evgeny
plos casi idénticos. Em pecemos dando la Sveshni kov
palabra a Krasenkov: Moscú 1 973

POSICIÓN 59
Conel Hugh O'Donel Alexander -
E.T. Marshall
Cambridge 1 928

«La posición parece especialmente prepa­


rada para el doble sacrificio de los a lfi les
en h7 y g7. El ú n ico problema es que esta
idea todavía no funciona: 1 6 �xh7+ i>xh7
1 7 \Whs+ i>g8 1 8 �xg7 i>xg7 1 9 \Wg4+
i>h7 20 fü3 (por supuesto, las blancas

244
Movimientos resultantes

pueden dar jaque continuo) 20 ... lll xf4 2 1


:gxf4 fS, repeliendo el ataque. Para encon­
trar el camino hacia la victoria las blancas
deben d efinir el recurso que permite a su
adversario refutar el sacrificio (aq u í es la
posibilidad de capturar en f4 con el ca­
ballo), y te haces la pregunta: «¿Qué pasa
si ... ?». En este caso la pregunta sonará así:
«¿Qué pasa si consigo desviar al caballo de
dS?». Entonces la sol ución resulta eviden­
te:
16 etJ b6! etJ xb6
Ta mpoco ayuda a las negras la retirada de de variantes. Por otro lado, el contenido
la torre. Por ejemplo: 1 6 ... :gbs 1 7 lll x dS estratégico de los estudios, por lo gene­
cxdS 1 8 �xh7+ ©xh7 1 9 Whs+ ©gs 20 ral, es bastante sencillo y comprensible.
�xg7 WxcS+ 21 © h 1 ©xg7 22 \Wg4+ ©h8 E n n uestro caso el objetivo es extremada­
23 fü3 Wc2 24 fS! WxfS 25 füfS exfS 26 mente obvio: transformar en dama el peón
Wh3+ (si las negras h u biesen jugado 16 ... a. En este sentido las negras solo pueden
:ga7, entonces aquí seg ui ría 26 Wd4+) se­ detenerlo con el caballo. Tenga en cuenta
guido de W g 3+, y cae la torre b8. una cosa: la esencia de la posición es tan
1 7 .ixh7+ c;tixh7 18 W/hS+ @gs 19 .ixg7 simple que la ú n ica j ugada candidata ló­
iixg7 20 W/g4+ iih7 21 fü3 Las negras g ica es 1 as. Las j ugadas de rey no tienen
abandonaron. sentido; tampoco está claro a dónde debe
N un ca encontrará una jugada como 1 6 i r el alfil (sus maniobras, por lo ya expues­
lll b6! con el método del árbol de variantes to, deben subord i narse a las acciones del
(a menos que sea un ordenador), porque caballo negro).
si no la consideramos parte de una ope­ 1 aS Los acontecimientos se desarrollan de
ración táctica, entonces no tiene n in g ú n la sig uiente manera: 1 ... etJf6 2 a6 etJ dS 3
sentido en a bsoluto, y por lo tanto no en­ a7 (3 �d6 lll b6; 3 �cs lll c ?) 3 ... etJc7 4 .id6
trará en n uestra lista de «j ugadas candida­ etJa8 S iig2 @g6 6 iif3 iif6 7 iif4 iie6 8
tas». .ib4 éDc7, y las negras obtienen las tablas
sin d ificultades.
Es el turno de Valeri Beim. Primero ofrece­ 1 dS! Ahora todo "funciona" para las blan­
mos su respuesta a la preg u nta: cas. 1 ... cxdS 2 as étJf6 3 a6 éD e8 (a 3 ... lll d 7
sigue 4 �cS) 4 .id6!, y e l peón no puede
¿no sería posible en nuestros ejem plos ac­ ser detenido.
ceder a las j ugadas 1 éDa4! y 16 etJ b6! con
la ayuda de la lógica, sin, como dice él,
n i n g ú n razonamiento «exótico»? El autor
a na l iza este estudio de A. Troitsky, del año
1 924, que empieza con la j ugada 1 dS!:

Véase el diagrama siguiente

«Por u n lado, resolver un estudio es u n


asu nto d ifícil, porque e n los estudios solo
existe u n a solución, cuyo descubrimiento
requiere una gran precisión en el cálcu lo

245
Movimientos resultantes

Entonces, ¿qué conclusiones se pueden


POS/C/ÓN 6 7
extraer ahora? No vamos a seg uir adelante
Eduard Gufeld J a n i s Klovans
y l i mitarnos a confirmar q ue, de hecho, la
-

jugada clave d e l estudio fue encontrada, Moscú 1 966


como en la partida Flohr - Geller, no so­
bre la base de u na revisión de la posición,
sino como resu ltado del cálculo de las ju­
gadas ca ndidatas (en este caso, una). Es
cierto que aquí hay un matiz interesante
e importante para nuestro razonamiento.
U n escéptico m eticuloso diría : "Bueno, con
respecto a la partida a nterior, esta teoría
es correcta. ¿Pero no es más simple en el
estud io? ¿No se podía l legar a la j ugada 1
d5! sin ningún razonamiento exótico, solo
con la ayuda de u na lóg ica simple? a) el
peón solo puede ser detenido por el caba­
llo; b) el caba l l o solo se pone en marcha «La partida se aplazó, y tras la rea nudación
a través de f6, y después es obvio que se se llegó de una manera forzada a la posi­
dirige a la casilla central polivalente d5; c) ción del diagrama que, por supuesto, fue
por lo tanto, ¡debemos a rrebatarle esa po­ examinada deta lladamente en el a nál isis
sibilidad!''. No hay duda de que la pregun­ casero. El estudio de las j u gadas candida­
ta es relevante. tas dio estos resultados:
La respuesta puede ser: el razonamiento a) 43 fü7+?? ct?gs 44 E1.d l ? E1.cg3+ 45 mfl
lógico anterior, de hecho, es la expresión E1.g 1 + 46 ct?e2 E1.h2+, y las negras ganan;
verbal de las variantes que hemos exami­ b) 43 E1.gd l ? E1.cg3+ 44 mfl E1.g l + 45 me2
nado (la cursiva es mía). Su sencil lez per­ E1.h2+ 46 mf3 E1.h3+ 47 ct?e4 E1. h4+ 48 mf3
mite hacer tales arg umentos sin d ificultad, E1.h3+ 49 ct?e2 E1.h2+ con tablas;
a u nque la esencia de esto no cambia, las c) Parece q ue lo mejor es 43 E1.d8+ me?
va riantes siguen siendo variantes. Por eso 44 E1.e8+ md6 45 E1.d 1 + ii.d4 46 mfl 2'.h5, y
declaro lo sig uiente: en las situaciones más las bla ncas deberían sacar provecho poco
simples las j ugadas clave de un tipo parti­ a poco de su ventaja material, aunque no
cular (cuya denom i nación será dada más sin d ificultades.
tarde) se pueden encontrar no solo como Sin embargo, en el transcurso posterior de
resultado del cálculo de las consecuencias la partida tuvo u na infl uencia decisiva el
de las jugadas ca ndidatas, sino también hecho de q ue la partida se jugaba en un
media nte el razonamiento lógico». campeonato por equipos, y G ufeld tuvo
la suerte de estar en el mismo equipo que
Antes de pasar al ejemplo pri ncipal del Geller. El jugador de Odesa encontró una
artículo, explicaremos el sentido de la in­ solución espectacular a l problema de las
troducción rea l izada. Leamos lo que d ice molestas torres negras:
Va leri Beim: 43 if4!!
No es d ifícil imaginar en q ué condiciones
dejó a las negras este gol pe, ¡porque man­
dó a la basura todo el a ná l isis casero! Si­
g u ió:
43 ... �hd3
La fuerza y la esencia de la jugada de las

246
Movimientos resultantes

blancas se revela en la varia ntes 43 ... exf4 l lamado la percepción estética! Ta mpoco
44 gd8+ r:!!J e 7 45 ge8+ r:!!J d 6 46 gd l + ghd3 debe olvidarse la ventaja del efecto psico­
47 füd3+ füd3 48 gd8+ y 43 ... �xg l 44 lógico.
fü7+ r:!!J g s 45 ge? �es 46 ges+ �f8 47 Ahora i ntentemos descri bir el mecan ismo
�ds+ del fenómeno que estamos considera ndo
44 �xd3 �xd3 45 �h1 y elijamos u n nom bre para él. Así, en algún
momento sale a la l uz no la habitual j uga­
da cand idata (un concepto que conoce­
mos bien), sino u na jugada que se deriva
de las jugadas cand idatas. Con frecuencia,
al examinar una posición, ni siquiera se
ven ind icios de ta l jugada, y sin em bargo,
de repente, salta, como un diabl illo de una
caja sorpresa, i Y resulta ser la mejor solu­
ción! Ya hemos visto ejemplos similares
y los veremos más de una vez. Tam bién
hemos conseg uido advertir que la idea de
tal jugada aparece solo como resultado del
cálculo de las consecuencias de las jugadas
45 ... <J1e7 candidatas más naturales.
Quizás porque Janis Klovans q uedó con­ Recordemos que en el fragmento de parti­
mocionado por la jugada 43 de las blan­ da que acabamos de ver la notable j ugada
cas, o bien debido a la falta de tiempo, en 43 �f4!! proporcionó a las blancas no solo
todo caso el efecto es evidente. Las negras la salvación contra la molesta pareja de to­
perdían i nmed iatamente después de 45 ... rres enemigas, que tanto las i ncord iaban
�d4 46 f:í'.h8+ r:!!J e 7 47 �h6! Sin em bargo, en las varia ntes <<a>> y «b», s i no que también
la obl igada 45 ... r:!!J g 8 conservaba la posi­ destruyó efectivamente l a defensa del ad­
bil idad de una resistencia prolongada. Y versario por la col umna «d», resolviendo al
aunque después de 46 �el fi nalmente las m ismo tiempo el problema de la varia nte
blancas deberían ganar, al menos el j uego «O>. En otras pa labras ( iY este factor me
pod ría d urar bastante. parece extremadamente im portante!): la
Ahora después de 46 gh8! Klovans reco­ jugada milagrosa que hemos exam i nado
noció su derrota, con toda la razón . Des­ fortaleció decisivamente la posición de las
pués de 46 ... gd8 (46 ... exf4 47 ge8+ �d6 blancas en varias líneas.
48 gd8+) 47 füd8 mxd8 48 �d2 el rey Cuando estaba escri biendo el l ibro Chess
blanco se dirige al centro, y las neg ras no Recipes from the Grandmaster's Kitchen,
están en condiciones de resistir su próxi­ en el que se i ntrodujo por pri mera vez e l
ma ofensiva. concepto de jugada resultante, me tomó
Esta pequeña joya no la estropea ni siquie­ bastante tiempo encontrar un nom bre
ra el hecho de que proba blemente tam­ adecuado para el fenómeno descrito, aun­
bién daba la victoria a las blancas 43 gd8+ que final mente me detuve a nte una ima­
En primer lugar, al conservar su adversario gen residual en mi memoria del programa
la pa reja de torres combinadas, todavía escolar de matemáticas y física. Se trataba
q uedaría mucho trabajo por delante para de los vectores, es decir, de las l íneas que
ganar (en el momento en que se cam­ representan la acción de una fuerza deter­
biaron un par de torres en la partida, las mi nada sobre un objeto.
negras se vieron condenadas a una pasivi­ Hagamos un experimento mental. En ca­
dad eterna), y en seg undo lugar, ¡ hay algo l idad de objeto, tomemos un globo. U n

247
Movi mientos resultantes

n i ño lo ha gol peado, y el globo vuela hacia i nferior a l a j ugada 43 .if4!! de la partida


delante. Pero l u ego sopla u na l igera brisa, Gufeld - Klovans.
y la pelota no solo vuela hacia delante,
sino hacia dela nte y ligeramente hacia Ofrecemos a l g unos ejemplos más d e ju­
arriba. De esta manera, la d i rección en la gadas resultantes «emocionales». Para
q ue vuela e l globo es el resultado de la ac­ comenzar i niciaremos la lista de presencia
ción de dos fuerzas o vectores diferentes con John N u n n . En el sigu iente ejemplo el
sobre él. La suma de las acciones de estas gran maestro i n g l és describe el cu rso de
dos fuerzas tam bién se puede expresar en sus pensamientos en la partida:
forma de vector; en matemáticas tal vec­
tor se suele llamar resultante.
Como en n uestro caso el asu nto a veces se
POSIC/ÓN 62
refiere a una j ugada que también aparece
bajo la i nfl uencia de varios factores en el Adam Kuligovsky - John Nunn
proceso de cál c u lo de las j ugadas candida­ Wijk aan Zee 1 983
tas, creo q ue es lógico darle el nombre de
<qugada resultan te». Por lo tanto: la jugada
resultante es una derivación de las jugadas
candidatas, pero no se la puede considerar
como una jugada candidata.
E n este caso la presencia potencial en la
posición de la j ugada resultante no afec­
ta de n inguna manera al orden de cálculo
que ya conocemos. Ya q ue la jugada resul­
ta nte (si existe) en cualquier caso solo se
puede detectar como resultado del cálcu­
l o de j ugadas candidatas, q ue a su vez (lo
recuerdo una vez más) solo se revelan en
el momento final de la revisión de la po­ «Las blancas acaban de jugar 1 9 gg 1 -gS.
sición». Las negras amenazaban seg u i r con 1 9 ...
tll d 3+ segu ida de 20 ... lli cs+, sin emba rgo
Después de que Valeri Beim i ntrodujera ahora esa amenaza está elimi nada, por­
la defi n ición de <qugada resultante» y ex­ que en respuesta al jaque descu bierto las
plicara con un ejemplo lo que significa, blancas ca ptu ran en fS. Además, 20 gxfS
m uchas cosas se vuelven claras y com­ gxf5 2 1 gg 1 ya es u na amenaza seria.
prensi bles. Recordemos a P latón: «El co­ Mis pensamientos i n iciales se d i rigieron
nocimiento de los términos lleva al conoci­ a la prevención: 1 9 ... e6, sin embargo 20
miento de las cosas». El ajedrecista se cruza hxg6 fxg6 2 1 gdg1 cond uce a una posi­
con bastante frecuencia con las jugadas ción confusa, por eso em pecé a buscar
resultantes. Desde l uego, las j ugadas 1 alternativas. De pronto advertí una idea
éi:Ja4! y 16 éi:Jb6! de los fragmentos de las táctica. Tras 1 9 ... �h6 la respuesta más evi­
partidas Alexa nder - Marshall y Svesh­ dente es 20 gxfS, sin embargo l uego me
n i kov - Kuzmín, ofrecidas recientemente, pregunté si a lg u na combinación con �xe3
ta mbién son resultantes, sin embargo solo y lll x a2+ podría forzar el mate. Después de
resumen un cálculo de variantes bastante pensar un rato establecí que 20 ... lll x a2+!
sencillo y sin ra mificaciones, por eso no se 21 lll x a2 (2 1 �xa2 �xe3) 21 ... Wxb3 22
perciben como excesos, y la fuerza de su �xh6 Wxa2 da la victoria a las negras, lo
im pacto emocional y psicológico es muy que significa que en caso de 1 9 ... �h6 las

248
Movimientos resultantes

blancas tendrán que sacrificar la calidad 3) 20 hxg6 llixa2+ 21 �xc2 (21 llixa2
en gS. La posición fi na l promete a las ne­ !xb3) 21 ... W'xb3+ 22 @d3 llixc3 23 bxc3
g ras cierta ventaja. La partida contin uó: W'c4+ 24 @c2 W'a2+ 25 @d3 l:'%b2, y ganan
1 9 ... .ih6! 20 E:dg1 ixgS 21 fügS e6 22 hxg6 la dama».
fxg6 23 hS?!
Después de 23 W'g2 fü6 24 hS las blan­ El sigu iente ejemplo del li bro de N u n n
cas tendría n buenas posibil idades de e s una idea i ncreíblemente hermosa d e
contrajuego, a u nque mediante 24 ... llic2 Viswanathan Anand, q u e consta d e dos
las negras conservarían una gran ventaja. jugadas resultantes consecutivas.
23 ... E:b7 24 1Mf g2 E:g7 25 h6 E:b7 26 E:xfS
exfS 27 \Wxg6+ �h8 28 \&g2
Después de 28 !gs W'xd4 las negras se de­
POS/C/ÓN 63
fi enden.
28 ... f4 29 .ig1 E:g8 Las blancas abandona­ Viswanathan Anand - Joel Lautier
ron. Biel 1 997
Sin embargo, al advertir la posibi lidad
. . . llixa2+ en la variante con 1 9 ... !h6, de­
bía haber vuelto atrás para comprobar si
esa idea no afectaba a mi l ista de j ugadas
candidatas. El punto clave es que la captu­
ra en a2 es posible en las situaciones don­
de la dama blanca no defiende el peón b2.
Y de repente a parece 1 9 ... !c2! !».

Dice John N u n n :

«¡Hay tantas piezas colgando que son


necesarios va rios m i n utos para capta r l a
esencia de la posición! Las blancas van a
perder la calidad en e3, pero el alfil g2 está
atrapado, y el resultado más probable po­
dría ser una posición con dos alfiles contra
La jugada 1 9 ... !c2! ! es u na típica jugada torre y dos peones.
resultante, derivada de otras j ugadas can­ Sin embargo a Anand se le ocurrió una
d i datas con todos los signos de exceso. idea táctica impresiona nte, a sa ber, e l sa­
crificio de la dama con el movimiento ma­
Las variantes q ue confirman la i ndefen­ ravilloso 20 !g6. Por desgracia, después
sión de la posición de las blancas, como de 20 ii.g6 W'xd l 2 1 l:'%xe6+ las negras hu­
i ndicó el gran maestro N unn, son sencillas: yen con el rey, 2 1 ... @fB 22 !a3+ (22 füf7+
@g8) 22 ... lli e7 23 !xe7+ @g8, y las blan­
« 1 ) 20 llixdS lli xa2+ 2 1 @xc2 W'xb3+ 22 cas pierden. Aq u í las blancas pueden ha­
�bl l:'%b7 23 h xg6 fS con victoria negra. cerse la pregunta: «Y s i tuviera un peón en
2) 20 l:'%dg 1 llixa2+ 21 llixa2 W'xb3 22 W'xc2 h6?» Entonces la variante con l:'%xf7+ l leva
\Wxa2 también decide. al mate: l:'%xg7 y !a3+

249
Movimientos resultantes

20 h6!!22 gxh6? gran maestro Denis Jismatul l i n en la revis­


Es evidente que las neg ras no compren­ ta 64 n .º 4/20 1 5, donde describe en deta­
d ieron la idea de Anand, en caso contra­ lle, con sinceridad y con humor el cu rso de
rio habría n eleg ido 20 ... ttJxe3, aunque las sus pensamientos, y cómo consiguió «su­
blancas mantienen la ventaja después de bi r>> la bri l lante j ugada resultante:
21 ixe3 We5 22 hxg7 Eí'.g8 23 Wc 1 ! Por su­
puesto, la varia nte 20 ... g6 21 ixg6 es la «Llegamos a u na posición donde en reali­
encarnación ideal de la idea de las blancas. dad l o ten ía todo planeado. Tras esta par­
21 ig6!!23 IJiJ.e7 tida muchos, por n o decir la mayoría, me
Ahora la casi l l a h6 está d ispon ible para preg u ntaron cómo me las había arreglado
el alfil blanco, y la variante 21 ... Wxd 1 22 para encontrar mi siguiente j ugada. I nten­
Eí'.xe6+ mf8 23 ixh6+ cii g 8 24 ixf7 termi­ taré reproducir mis pensamientos en este
na en mate. momento dura nte la partida.
22 '\M!xd4 gxd4 23 gd3! gds 24 gxd8+ 'kt>xd8 En primer lugar, estaba muy molesto por
25 !d3! Las neg ras abandonaron». el hecho de que mi adversario amenaza­
ba mate en u na j ugada. Calculé con bas­
Y para concl uir el tema, presentaremos u n tante facil idad la poco agradable va riante
ejemplo m uy reciente. 44 Eí'.a1 (o 44 Eí'.e1 ) 44 ... fü6 45 f4+ m h4 46
Wh6+ cii g 3 47 Wg5+cii h2, y simplemente
no vi la idea 44 h4+ cii h 5 45 g4+ cii x g4 46
Wxf7!! Wxd 1 + 47 mg2 con jaque contin uo
POS/C/ÓN 64
i nevitable, lo cual no es sorprendente.
Den is J ismatullin - Pável Eliánov No quería jugar 44 f4+ por la posible pe­
Jerusalén 20 1 5 netración del rey en h2 (después de 44 ...
cii h 4), sin embargo aquí 45 Wxd6 (¡Pardiez!
¡Captura la torre!), cubriendo la casilla g3,
ofrece unas ta blas fáci les, l o que tam bién
«olvidé».
Aunq ue, sin d uda, la pied ra con la que tro­
pecé fue la contin uación 44 We7+ f6 (44 ...
fü6 45 f4+ cii h 4 46 \Wxf6+ cii g 3 47 Wg5+
cii h 2 48 Wg4! ganando; esto sí pude verlo).
Aquí caí en un ligero estupor, las variantes
se mezclaban en mi cabeza, en mi reloj el
tiempo se consumía desesperadamente, y
en ese momento de algún sitio surgió la
idea de que el rey negro en muchos casos
En la posición del diagrama juegan las escapa de la persecución por la casilla h2 ...
blancas. Antes de leer los comentarios, Entonces, ¿quizás debería controlarla?
invito al lector a colocarla en un tablero y ¡ Profilaxis en s u forma más pura! Creo que
que i ntente hacer una valoración y el cál­ si no se toman en cuenta los nombres de
culo de las j ugadas candidatas, tomándo­ los jugadores, a Mark lzrai levich Dvorets­
se para ello 30 m i n utos. ky le habría gustado. Otra posible expli­
cación es que cog í el rey para que no me
Ahora estud iaremos los comentarios del diera n mate en una . . .
44 'kt>g1!!
22 Nota del Autor. Primera jugada resultante.
Por la reacción de Pasha, me di cuenta de
23 Nota del Autor. Segunda jugada resultante, ex- que la jugada del rey fue una completa
ceso.
250
Movimientos resultantes

sorpresa para él, así como para todos los


que estaban al rededor de n uestra mesa.
Es como si tras crear amenazas, atacar a la
torre y calcular los jaques n aturales, aban­
donaras tu torre y en respuesta ignoraras
por completo las amenazas del adversario.
Y sin embargo, ¡lo que h ice fue defender­
me del mate en una j ugada!
44 ... Wfxd1 +?
U na jugada natural, ¡sin embargo, la cap­
tura de la torre con jaque pierde de ma­
nera forzada! Examinemos otras conti n ua­
ciones. sona encuentre todos estos movi mientos,
No salva 44 ... \Wxc6 45 ®xf7 fü6 46 \We7! especialmente con falta de tiempo.
(46 \Wxh??! füf2 47 \We7+ \Wf6 48 \Wc7 mh6 45 @h2
49 \W g3 füS 50 füd3 solo con l igera venta­ La combi nación de amenazas de mate y el
ja de las bla ncas) 46 ... mh6 47 füd3 o 46 avance del peón «C>> no deja a las negras
... \Wd6 47 \Wxh7 d2 48 h4+ mfs 49 hS, y las ninguna posibilidad, ¡sin embargo, en este
blancas ganan. momento todavía no veía la forma de ga­
Lleva a la posición de la partida 44 ... füc6 nar!
45 \Wxf7 \Wxd 1 + 46 mh2. 45 ... gxc6 46 Wf e7+ @h6 47 Wft8+ @g5 48
La más tenaz, y posiblemente, la salva­ Wfxf7!
dora, es 44 ... Ei:dS 45 mh2!! (¡Paso a paso Por suerte, saqué fuerzas de flaq ueza y en­
hacia el sueño! No da nada 45 f4+ mf6 46 contré esta j ugada. ¡Si no todos los esfuer­
\Wh8+ �e7 47 Ei:a 1 ®xc6 48 Ei:a7+ Ei:d7 49 zos a nteriores habrían sido en vano! Las
Ei:a8 \Wxa8 50 \Wxa8 d2 51 \We4+ md8=) blancas dan mate.
45 ... mf6 (única: en caso de 45 ... \Wxc6 las 48 ... fü6 49 f4+ @h6 50 Wfxf6 Wfe2 51 Wff8+
blancas pueden ganar media nte 46 \Wg7! @h5 52 Wfg7 h6 53 Wfe5+ @h4 54 Wft6+
\We6 47 f4+ mfs 48 e4+; es más prosaica 46 @h5 55 f5 gxf5 56 Wfxf5+ @h4 57 Wf g6 Las
\Wxf7 füs 47 ®e7+ mh6 48 füd3 y ganan) negras abandonaron».
46 e4 Ei:cs (46 ... ®xd 1 47 exdS) y ahora:
a) 47 eS+ mxeS 48 Ei:e1 + md4 49 ®d6+ Quiero hacer la siguiente observación
mc3 50 c7 d2 51 Ei:a1 \Wb3 52 \WxcS+ (52 acerca de este fi nal bril lante. Cuando De­
Ei:aS füc7 53 ®xc7+ mb2 54 \WeS+ mc2 55 nis J ismatul l i n bromea d iciendo que la
\We4+ mc3 56 \Wes+ mc2=) 52 ... bxcS 53 j ugada 44 'it>g1 !! l e gustaría a Mark Dvoret­
c8\W mb2 54 fü1 d 1 \W 55 füd 1 \Wxd 1 56 s ky como ejemplo de pensamiento pro­
\WxcS \Wb3=; fi láctico, transmite u na idea i nteresante
b) 47 \Wd6+ mg7 48 füd3 füc6 49 \Wes+ de Beim: «Lo cierto es que a menudo las
fü6 50 fü3 ®c6 5 1 g3 jugadas profilácticas son al mismo tiempo
¡jugadas resultantes! Esto sucede porque
Véase el diagrama siguiente a ntes de tomar una decisión de ca rácter
preventivo, el ajedrecista debe adentrarse
Esta es la posición a la que podían haber en la posición y comprender la esencia de
l legado las negras con u n juego perfecto las amenazas del adversario. Y para ello
tras 44 @g1 Creo que está más cerca del casi siempre es necesario calcu lar las va­
empate y que todo termina en u n fi nal de riantes; en otras pala bras, hacer todo lo
damas de cuatro peones contra tres, aun­ que hace el jugador, ¡antes de apl icar la
que, por supuesto, es i rreal que una per- j ugada resultante!».

25 1
Movimientos resultantes

Concluiremos el tema del cálculo de va­ blancas i m pedía q ue las negras coord i na­
riantes con tres ejemplos de la creación de sen la acción de sus piezas. Y obtuvo u na
los campeones del m u ndo Ana nd, Kram­ victoria muy bella.
n i k y Karpov, tras lo cual daremos a cono­ Es d ifícil criticar la decisión de Ana nd,
cer al lector nuevos términos y procedere­ porque le permitió obtener una ventaja
mos a hacer un resumen. forzada, a u nque para los simples mor­
tales (entre ellos los g randes maestros
Lista final de llamadas. Tiene la palabra ord i narios como yo) ese camino es defi­
John N u n n : nitivamente un salto al abismo. En la po­
sición del diagrama tiene sentido advertir
1 9 f4, juzgarla: «es posi ble que sea u na
j ugada buena, au nque es muy com pleja.
POS/C/ÓN 65
Si es necesario, la analizaré, ¿pero no ha­
Viswanathan Anand - Gata Kamsky brá otra va riante que me asegu re ventaja
Linares 1 994 con menos riesgo?». La j ugada 19 i.e2 se
ve bastante natural; ahora se amenaza f4
y es s i n ningún sacrificio. Las neg ras no
pueden bloquear el peón mediante 1 9 ...
gS, porque 20 hxgS hxgS 21 \Wxb4 (o 20
\Wxb4 gxh4 2 1 füd4) favorece claramente
a las blancas. Anand descartó este movi­
miento por 19 ... d3, y esta es realmente la
ú n ica respuesta razonable. Sin embargo,
entonces se puede jugar 20 \We3!, y las
negras tienen grandes problemas. Se re­
nueva la amenaza f4 y es, y el peón d3 está
colgando. Sería posible esta contin uación:
20 ... !xh4 2 1 !xd3 Wic7 22 tli b6 tli xd3+
«En esta posición casi todo depende de la 23 füd3 E':d8 24 füds+ \Wxd8 2s tli ds, y
movil idad de los peones blancos «e» y «f». las negras pierden. No pueden enrocarse
Si consiguen avanzar a es y f4 con ganan­ por 26 \Wxh6, el peón g7 está colgando, las
cia de tiempo, las cosas i rán mal para las blancas amenazan jugar \Wcs, y el podero­
neg ras. Sin em bargo de momento éstas so caballo central izado domina al alfil.
amenazan un doble en f3 . Esta variante recti l ínea es bastante sim­
Anand decidió que el avance de los peo­ ple de calcular, y tal vez i ncl uso no hay
nes a f4 y es era tan importante que valía necesidad de calcularla con precisión, ya
la pena sacrificar la torre g 1 La partida se que está claro que después de 22 tli b6 las
adentró en un complejo camino táctico: blancas están muy bien . Por lo tanto, las
19 f4! CLJf3 20 \Wg2 C2Jxg1 21 es o-o 22 i.d3! blancas podían log rar, al menos, la mis­
ixeS! 23 fxeS \Wxh4 24 :Bxg1 \Wf4+ 25 iib1 ! ma ventaja que en la partida con la sen­
\WxeS cilla j ugada 1 9 !e2. Es fácil imaginar que
I ncluso para u n gran maestro no es fácil habiendo calculado la compleja y atractiva
orientarse en esta varia nte, y eso no es variante con 7 9 f4, las blancas no tuvieran
todo. En la posición fi nal las negras tienen ganas de buscar una continuación sencilla
torre y tres peones por alfil y caballo, que equivalente, aunque las jugadas del tipo
sobre el papel es una ventaja material con­ de 7 9 !e2 y 20 \We3 sean un juego de niños
siderable. Sin embargo, Anand demostró para un jugador de la categoría de Anand».
que después de 26 lLl cS! la i n iciativa de las

252
Movimientos resultantes

He puesto en cursiva la ú ltima frase de completa mente i nesperado. En l ugar de


John N u n n . Le pido al lector que la lea con u n trabajo técnico seg u ro y prometedor,
atención, es m uy importante para asimilar entró en una variante muy espectacular,
el material posterior. au nque i ncomprensible a primera (y en
parte también a segunda) vista, l igada no
Ahora leamos l o que dice Valeri Beim: a la obtención de material, sino a su sacrifi­
cio, y además sin consecuencias forzadas».
Como en el ejemplo precedente, he selec­
cionado esta frase y le pido que la preste
POSICIÓN 65
atención. El j uego transcurre por un g u ión
Vladímir Kramnik - Garri Kasparov ya conocido. Conti n uamos el desarrollo
Zúrich 2001 (ajedrez rápido) de la partida con los comentarios de Beim.
«24 i.xa6!? :Bxd1
Pierde al i nstante 24 ... !xa6 25 füd4 Vflxd4
26 4:\c6+ En caso de 24 ... Eí:e4 25 Vfld2
füeS (son malas tanto 25 ... !xa6 26 4:\ c6+,
como 25 ... Vflxa6 26 fü7+) 26 !xb7 Eí:d8 27
Vflxd8+ Vflxd8 28 füd8 ©xd8 29 b3! ©d7
30 Eí:c4 las blancas tienen una ventaja sig­
n ificativa en el final. ¿Y por qué razón van a
rechazar las negras una pieza de más?
25 :Bxd1 i.xa6
La captura con dama 25 ... Vflxa6 pierde de­
bido a 26 Vllxb4+ ©e8 27 Eí:d6 Vfla7 (27 ...
4:\ds 28 füa6 4:\xb4 29 Eí:b6) 28 Vll b s+ ©e7
A simple vista no parece sencillo valorar 29 Eí:b6 Eí:b8 30 Vf1c5+ �e8 31 füe6+
esta posición. Las neg ras, aparte de u n 26 Wfxb4+! '\Wxb4 27 lt:Jc6+ iif8 28 :Bd8+
peón extra, tienen u n a ligera ventaja de lt:Je8 29 lDxb4
espacio, y además controlan u n g ran n ú­ La parte obl igada ha fi na l izado, ¿y qué es
mero de casi l l as en el centro. No obstante lo que ha sucedido finalmente? El resulta­
todas estas ventajas pueden ser poco sig­ do, a primera vista, es extraño: las bla ncas
n ificativas debido al retraso de las negras tienen una pieza menos, no hay d amas,
en el desarrollo. ¿Cómo pueden aprove­ ataque tampoco. Sin embargo, además
char las blancas este factor? El método del peón por la pieza entregada, las blan­
usual en estos casos es incordiar al adver­ cas poseen u n par de peones l igados y
sario con ataques, para impedir que ter­ pasados en el flanco de dama, y además
mine el desarrollo e i ntentar aprovechar las piezas negras carecen de coordi nación.
la ventaja en la acción de las fuerzas. Si ¿Qué pesa más? ¿La ventaja material de
se busca una j ugada acorde con ese prin­ las negras o los triunfos de las blancas? A
ci pio, i nmediatamente salta a la vista 24 pri mera vista no es fácil responder a esta
4:\c4. Este movi miento es realmente bue­ pregunta, lo que sign ifica que tenemos
no, porque obliga a las negras a entregar a nte nosotros el mismo caso al que está
la torre por el caballo: 24 ... füc4 (pierde dedicado el capítulo.24
24 ... Vflc5? 25 4:\e3 Vllg s 26 Eí:c7+ Eí:d7 27 Ahora q ueda claro q ue Kramnik, al co­
V!lxb4+). Después de 25 füc4 as las blan­ menzar la combi nación, no solo tuvo que
cas tienen una ventaja i nd udable y todas trabajar en el cálculo de las va riantes, sino
las posibilidades de ganar. también penetrar profu nda mente en la
Sin embargo, Kramnik eligió otro camino
24 Nota d e l Autor. Entre cálculo y evaluación.

253
M ovimientos resultantes

esencia de esta posición forzada, ¡que re­ 30 ... h5


sulta muy difíci l para las negras! En la varia nte 30 ... ©el 3 1 lli c6+ <iif6 32
b4 ic4 33 bS ids 34 as los peones se
transforman en dama.
31 b3!
¡La «caja» está l ista!
31 ... �h6 32 iif2

29 ... .!e2?!
Pierden tanto 29 ... ©el 30 llic6+ ©f6 3 1
b4, como 29 ... ic4 3 0 fü8 ids 3 1 llixds
exdS 32 as (variantes i ndicadas por Lutz).
Los ordenadores actuales son más poten­
tes q ue los usados hace l-8 años, y los pro­ ¡ Este es el verdadero resultado de la com­
g ramas de ajedrez también son más fuer­ bi nación de las bla ncas! El resto está claro.
tes. Hoy se puede comprobar sin esfuerzo, 32 ... �g6 33 iixe2 �xg2+ 34 iid3 �g3 35 as
con la ayuda del «monstruo de sil icio», �xf3+ 36 iic4 Las negras abandonaron.
q ue Lutz se eq u ivocó en sus comentarios. La partida es buena por sí misma, pero le
Con la maniobra 29 ... ic4! 30 �c8 ie2! añade u n encanto especial la negativa de
Garrí Kasparov contaba con todas las posi­ Kramnik a contin ua r de forma rutin a ria y
bili dades para salvar la partida. Las neg ras aburrida en la j ugada 24, y su evaluación
deben desviar a la torre adversaria de la de la posición profunda y precisa. Esto es
casilla d8 a c8, para dar una pizca de aire especialmente i mpresionante, dado q ue
a su rey (la casilla dl en caso de jaque del la partida se jugó en u n torneo con u n
caballo blanco en la casilla c6). Esta fina control d e tiempo reducido».
maniobra escapó a la vista de dos g randes
ajedrecistas. Debe recordarse que la par­ Dos grandes ajedrecistas, dos campeones
tida se j ugaba a ritmo rápido. Después de del mu ndo, como un papel de calco re­
29 ... ic4! 30 �c8 ie2! 31 f3 ©el 32 ©f2 pitieron la misma trama extraña. Los dos
<ii d l 33 �c3 ibs 34 axbS llid6 3S b6 �b8 rechazaron conti nuaciones prometedoras
36 �el+ ©es 3l fü6 ©dl 38 ©e3 füb6 comparativamente simples, prefiriendo
39 füb6 llic4+ las posi bil idades de éxito otras mucho más complejas q ue, como
de las blancas en el fi nal de caballos, a di­ expresó John N u n n figuradamente, inclu­
ferencia del final de peones, son bastante so para u n g ra n maestro era n u n salto al
red ucidas. abismo. ¿Qué nos d ice esto? S í, que pro­
30 f3! bablemente solo piensan y toman deci­
¡ Excelente! L a situación s e aclara p o r com­ siones de forma diferente. Y ciertamente
pleto. El alfil neg ro, su ú n ica pieza más o no mediante el método de Aleksandr Ko­
menos útil, final mente se ve privada de la tov. No estoy seg u ro de que Viswanathan
posibilidad de conectarse con el resto de Anand no haya oído hablar de ese ajedre­
sus fuerzas. cista, aunque no tengo d udas de que tie-

254
Movimientos resulta ntes

n e su propio a lgoritmo para encontrar u n zonamientos son bastante aproximados


movi miento. y esquemáticos, la vida siempre es más
concreta y complicada. Un ajedrecista ex­
Hace u nos treinta años, cuando a rdía la peri mentado tiene en cuenta al elegir su
batalla por el título de campeón del mun­ jugada la situación en el torneo, la fuerza
do entre Karpov y Kasparov, en una entre­ de su adversario, su estado de sal ud, el
vista con Artur Yussu pow, que ha bía es­ tiempo que marca el reloj y otros factores
tado a las puertas del trono ajedrecístico, variados. No obstante, espero que haya n
expresó la sigu iente opinión. «En posicio­ captado la esencia del fenómeno. E l g ran
nes buenas, complejas, por lo g eneral hay maestro Sergei Arjipov ha llamado a este
alg unas j ugada s prometedoras. Su ponga­ método de cálculo «tunelización».
mos que son tres. A una de ellas, la más
fuerte, la vamos a llamar de clase A, a las i Y qué pasa con las j ugadas candidatas?
otras dos, menos fuertes, de clase B. Tanto ¡Encuentre y clasifique! Pero al mismo tiem­
Karpov como Kasparov lo más probable po desarrolle su intuición, construya su túnel
es que hagan la j ugada más fuerte, solo y calcule a partir de él, aunque con alguna
que l legan a ella por caminos diferentes. reserva.
Garri Kasparov, que es capaz de calcular
variantes hermosas, profu ndas y ramifica­ La mayoría de los torneos en los q ue jue­
d as, a unque no siempre «limpias», como gan hoy los jóvenes ajedrecistas se llevan
u n ordenador, lo calcula todo y elige la a cabo con un control de 1 hora y m edia
conti n uación resulta nte. Mientras que para toda la partida con u n añadido de
Karpov, gracias a su fenomenal i ntu ición, 30 seg u ndos por j ugada, sin ningún agre­
de alguna manera sabe que esta j ugada es gado de tiempo tras haber efectu ado el
de categoría A, y las otras dos de catego­ cuadragésimo movimiento. I ncl uyendo el
ría B. Calcula la j ugada A, probablemente, campeonato de Rusia. Con tal control, si
no con tanta profund idad como Kaspa rov, encuentra algunas jugadas candidatas y
pero lo hace de una manera más «li mpia», las clasifica, entonces tendrá gara ntizado
s i n errores graves, y es posible que ni s i­ alrededor de la j ugada trigésima el cruel
q u iera considere las otras dos j ugadas de zeitnot «para el resto de su vida».
clase B».
Por mi contrato con la FRA, a fi na les del
Artur Yussupow era muy versátil, objetivo, año de 201 5 trabajé con el joven y talento­
seguro de sus fuerzas, u n joven simpático, so ajedrecista Arseniy Nesterov. Este joven
a u nque triste porque advi rtió que él era ajedrecista posee una fantasía abunda nte,
capaz de encontrar el movimiento más ataca bien y calcula las variantes con sufi­
fuerte, pero i nvirtiendo más tiempo que ciencia. Al mismo tiempo se mete en pro­
Karpov o Kaspa rov. blemas de tiempo en cada partida. En el
prólogo a l capítu lo Endgame Strategy exa­
Es evidente que tanto Anand como Kram­ minamos el error i nstructivo que cometió
n i k confían en su i ntuición. Ambos son en u na partida decisiva del campeonato
excelentes «contables» cuando es nece­ del mundo de jóvenes menores de 1 3
sario. Sin embargo entre las posi bil idades años. El estrés psicológico provocado por
dispon ibles en la posición ellos eligen in­ este fracaso fue fuerte, y como resultado
tu itivamente a su gusto u na prioridad, la el j uego de Arsen iy en el i nteresante tor­
anal izan, y si el resultado les conviene, no neo-festival anual «Cascanueces», patro­
pierden tiempo n i energía en otras conti­ cinado por el mecenas Oleg Skvortsov en
n uaciones. Por supuesto, todos estos ra- el centro comercial Dvorkovich, iba de mal

255
Movimientos resultantes

en peor. En las partidas con las chicas, en Le expliqué a Arseniy que si se deshacía
apu ros de tiempo, se lo dejaba todo. de los apuros de tiempo en breve tiempo
i ncrementaría su ratin g en 200 p untos.
En ese tiempo yo estaba en Moscú y me Me equivoqué. Tras 5 meses su rating au­
alojaba en la hospitalaria casa de mi ami­ mentó más de 250 puntos, y obtuvo u na
go fgor B u rshtein. Yo no asistía a las parti­ norma de maestro i nternacional. S i n em­
das, s i n embargo Burshtein casi todos los ba rgo, hace poco todavía perdía con las
d ías iba a ver las partidas de Boris Gelfand. ch icas en los apuros de tiempo . . .
Una n oche me d ijo: «¡Bueno, tu cascan ue­
ces otra vez lo ha estropeado todo en l os Citaremos, por fi n, la partida prometida de
apuros de tiempo!» En enero de 20 1 6 tra­ Karpov, con l os comentarios profundos e
bajé con A. Nesterov otros cinco d ías. Le i nteresantes de Valeri Beim, extra ída del
di para resolver alg unas posiciones, y u na capítulo que lleva por título «El cá lcu lo por
vez establecido su algoritmo de búsqueda etapas».
de las j ugadas, conseg uí realizar u n «diag­
nóstico» y recetar u n «medicamento».

POS/C/ÓN 67
Resumiendo, consistía en lo sigu iente. Si
hay a p u ros de tiempo, y con el control de A natoly Karpov - Boris S passky
tiempo actual este defecto se manifies­ Moscú 1 973
ta enseg uida, a ntes de «sumergirse en el
túnel» es necesario actuar de acuerdo con
este esq uema:

1) Encontrar rápido una j ugada «sólida»,


que mantenga la tensión y no req uiera u n
cálculo serio d e las variantes. Recalco: an­
tes del cálculo del «túnel».

2) Entonces, supongamos que le q uedan


25 m i nutos. Concédase 5 min utos para
buscar la l uz al final del túnel.

3) Si no ve la l uz, entonces con mano fi r­ «Con su ú ltima j ugada (24 ... c6-c5) las
me haga la j ugada «sólida», preparada con negras han gol peado la posición de su
anterioridad. Y no se arrepienta porq ue tal adversario. Con el objetivo de luchar por
vez h aya dejado escapar u na victoria, es la i n iciativa Anatoly Karpov tomó una de­
uno de los i nconven ientes del «NATI». cisión admirable, q ue requiere u n cálculo
excelente y, no menos importante, una
Porq ue sin duda esto es lo que le pasaba valoración precisa de las posiciones q ue
anteriormente. El j ugador «se zambullía» s urgen en las diferentes variantes.
en el «tún el». De los 25 minutos perdía 22, 25 a4!
y después de 1 O min utos de reflexión ya Como veremos enseguida, con esta j uga­
estaba fatigado y la calidad de su a nálisis da las blancas prepara n u n sacrificio de
ha bía disminuido. Luego, al no encontrar material.
nada que val iera la pena, hacía la prime­ 25 ... c4
ra jugada que encontraba y en el zeitnot La continuación principal. Sin embargo,
«fu n d ía» su buena posición. esto no significa que sea la mejor. En caso

256
Movimientos resultantes

de 2S ... cxb4 Karpov indica esta varia nte: que. Sin embargo, en caso de 31 ... �ec8!
26 as gac8 27 Wa2 lt'ia8 28 Jixb4! lt'ics surge una posición completamente con­
29 gel con ventaja decisiva. No obstan­ fusa.
te, como l uego q uedará claro, el camino b) Es mucho más convincente 30 \Wc2! c3
elegido por las negras tampoco resulta 3 1 iel lt'i b2 32 �dS!, y l as neg ras está n
favorable para ellas. Por eso era mejor 2S mal tanto después de 32 ... lt'if6 33 ixc3!
... gac8!; después de 26 as lt'ia8 las piezas lt'ixdS 34 ixdS, como tras 32 ... gec8 3 3
neg ras estarían ubicadas con mayor ar­ ixc3 lt'ic4 3 4 \Wd3.
monía q ue en la partida, y las blancas solo Este «error analítico» de J<arpov e s bastante
tend rían una l igera ventaja. curioso a la luz del tema que estamos con­
26 .ia2 .ic6 27 aS! siderando. Nos sugiere que cuando J<arpov
Por supuesto, las blancas planearon esta pensaba su jugada 25, tal vez no calculó las
conti n uación en el cálculo de su j ugada variantes con demasiada profundidad, aun­
2S. Por otra parte, a hora es obl igada, ya que hizo algo más práctico, se contentó con
que en caso 27 Jixc4 lt'ixc4 28 Wxc4 Jixa4 la valoración de la posición que surge tras
la ventaja pasa a las negras gracias a su pa­ la jugada 28 de las blancas, que consideró
reja de alfi les. que le era favorable. Tampoco albergamos
27 ... .ia4 28 Wfc1 dudas de que si las negras hubieran escogi­
do esta variante, ¡la jugada 30 Wc2! con sus
continuaciones posteriores no habría esca­
pado a Ja atención de J<arpov! Estas conside­
raciones refuerzan la opinión de que hubo
un cálculo por etapas en esta partida».25

29 .ixh6 .ixd1 30 :¡'gxdl

Se ha l legado a esta posición de manera


forzada a partir de la j ugada 2S de las ne­
gras. Tiene un carácter más claro que la
posición i n icial: aquí las negras pueden
eleg i r entre dos posibilidades pri ncipa les.
Se puede decir que en este caso tenemos
un cálculo por etapas (la primera etapa va
desde la j ugada 2S a la 28 de las blancas, Dice Beim:
ambas i nclusive).
28 ... ctJ c8 «De n uevo se advierte con claridad una
Esta cont i nuación es más fuerte que 28 .. . etapa corta (desde la j ugada 28 de las ne­
Jixd l 29 füd l lt'ia4? (lo correcto es 29 .. . gras hasta la j ugada 30 de las blancas) . La
lt'ic8 30 Jixh6 tra nsponiendo a una posi­ posición del diagrama surge de manera
ción de la partida) con las sigu ientes rami­
ficaciones posibles:
25 Nota del Autor: He marcado el último párrafo
a) 30 ixh6 Jixh6 31 \Wxh6, y a hora Karpov en cursiva, porque es muy i mportante para en­
ofrece la variante 3 1 ... lt'if8 32 gel con ata- tender el pensamiento de uno de los mejores
jugadores de la historia del ajedrez.
257
Movim ientos resultantes

forzada tras la decisión de las negras en la muestra el anál isis, la posición de las ne­
jugada 28. I ntentemos entender la eval ua­ gras ya era difícil. Así, en caso de 30 ... fí:a7
ción. Las blancas ya tienen un peón por la parece muy fuerte la respuesta 31 �xc4!
calidad sacrificada, y ahora se proponen (no es lo bastante fuerte la va riante indi­
capturar otro en c4. Si lo consiguen, el al­ cada por Karpov 3 1 ixg7 lii x g7 32 Wfxc4
fi l de casillas blancas adq u i ri rá una fuerza debido a 32 ... tll b 8!, y las negras consi­
considerable, mirando de cerca no solo guen esta blecer la cooperación entre sus
a la posición ya debil itada del rey negro, fuerzas. Otra confirmación del enfoque
sino también al peón a6. A su vez, con la más i ntuitivo q ue puramente conta ble de
caída de este peón tendrá n mucho que Karpov en esta posición; ¡después vere­
decir la pareja de peones blancos pasados mos hasta qué punto esto es importante!},
y ligados. En la valoración de la posición y después de 31 ... tll d 6 es muy buena la
j uega un papel primordial la situación d is­ man iobra propuesta por Fritz 32 �gS ! �f6
persa de las fuerzas negras. Sin embargo, 33 �e3, con clara ventaja de las blancas.
para evaluar correctamente la importa n­ En respuesta a 30 ... tll f8 sigue 31 �xg7
cia de estos dos factores (las perspectivas lii x g7 32 Wfxc4 fí:a7 33 Eí:dS !?, y las n eg ras
del alfil blanco y la falta de armonía en la deben contener la fuerte em bestida del
u bicación de las fuerzas negras), es nece­ adversario. Después de 30 ... tll f6 31 �xg7
sario responder a la pregu nta: ¿es posible lii x g7 32 Wf g5! las b lancas ta mbién tienen
mover el cabal lo a d6? u na iniciativa fuerte.
No hay la menor duda de que la importan­ Queda por considerar el i ntercambio pre­
cia de esta pregunta era evidente para am­ vio de los a lfi les: 30 ... ixh6 3 1 Wfxh6, y solo
bos adversarios. Y como a partir de la j uga­ después 31 ... tll d 6, sin embargo después
da 25 de las negras no había u na elección de 32 tll g S las negras también están mal:
real para n i ng u no de los bandos, la varian­ 32 ... tll f8 33 tll h5! gxh5 (33 ... f6 34 Eí:xd6! y
te principal se i nicia con la j ugada 25 de ganan) 34 füd6 Eí:ec8 35 fü6 o 32 .. ttJ f6 33
.

las negras y termina en la j ugada 30 con füd6! Wfxd6 34 �xc4 Eí:a7 3 5 Wfxg6+ ltif8
el salto del caballo a d6, tras el cual surge 36 Wfh6+ con victoria en ambos casos.
una posición crítica para evaluar todo el 31 .ixg7 @xg7
plan de las blancas.
¿Podemos eva l uarla a simple vista? Sin
n i ng u na d uda, no. Todo depende de si las
negras están en condiciones de mantener
sin pérdidas su pareja de caballos en la
col umna «d», y es imposible determinarlo
sin un cálculo adicional. De esta manera,
tenemos a nte nosotros otro ejemplo de
que en situaciones tensas y complejas es
imposi ble real izar una valoración precisa
de la posición sin el cálculo de variantes.
Además, ambos j ugadores, al la nzarse a la
refriega en la j ugada 25, ya deberían haber
visto justo esta posición principa l y com­ Aq u í de n u evo siguió un golpe tan efecti­
prenderla con exactitud. Como mostró vo como i nesperado:
el transcurso de los acontecimientos, las 32 WigS!!
blancas lograron hacerlo mejor. Por lo visto, Spassky solo esperaba la con­
30 ... éll d6? tinuación 32 Wfd2? En ese caso, después
¡El error decisivo! No obstante, como de 32 ... tll f6! 33 Wfxd6? Eí:ad8 ¡ganan las

258
Movimientos resultantes

negras! Ahora todo termina rápida e ine­ «li mpio», enseguida l l evaron a Karpov al
vitablemente. título de cam peón del mundo.
32 ... f6
Era más obsti nado el i ntento de conservar Valeri Beim comenzó su análisis en u n mo­
el peón c4, 32 ... fí:ac8, aunque entonces mento crucial y clave de la partida, en una
después de 33 füd6! \Wxg5 34 lll x g5 lll f6 posición completamente dinámica, y con
35 lll e2 (o 35 füa6) también ganaba n las la ayuda de u nos comentarios excelentes
blancas. descubrió cómo realizaba la toma de de­
33 Wi'g4! �h7 cisiones Anatoly Karpov. En cuanto a las
O bien 33 ... fí:ac8 34 füd6, 33 ... f5 34 exf5 imprecisiones de Karpov en su anál isis
y ganan. de las continuaciones secu ndarias, es del
34 lll h4 Las negras aba ndonaron. Después todo probable que fueran causadas por
de 34 ... fí:g8 gana enseguida 35 füd6! el hecho de que el futuro campeón del
\Wxd6 36 lll hf5!, a u nque tam bién es sufi­ mu ndo apenas las analizó. Simplemente
ciente 35 �xc4. sabía que a l l í ten ía ventaja, y la manera
E n el curso del análisis de esta partida de material izarla, si l legaba a ese punto, la
ya se han expresado muchas considera­ resolvería entonces. En otras pala bras, Kar­
ciones diferentes, aunque hay un aspec­ pov vio desde lejos la luz al final del t ú nel,
to más importa nte, que es muy útil para la j ugada 32 Wi'gS!!, y solo miró u n poco a
discutirlo precisamente en este ejemplo. ambos lados.
Estamos convencidos de que el cálcu lo
de las variantes entre las jugadas 25 y 32 Este mismo pensamiento fue expresado
de las blancas (incluyendo las consecuen­ por Beim, solo que con otras palabras. Me
cias de la j ugada 32) bien podrán haber gustaría añadir que las posiciones d i námi­
suced ido por etapas: las etapas mismas cas de este tipo siempre han sido conside­
son claramente visi bles, además esto se radas como la «joya de la corona» de Boris
evidencia indirectamente por los errores Spassky, sin embargo en esta partida el
característicos en los comentarios de Kar­ décimo campeón del mundo fue s upera­
pov. Al mismo tiempo las acciones de las do convincentemente por el d uodécimo.
blancas en la línea principal fueron impeca­
blemente precisas, y es muy difícil imaginar
que al realizar su jugada 25 iKarpov no tu­
viera prevista su jugada 32!». 26

Las acciones d e Anatoly Karpov en esta


partida causan una fuerte impresión. Su­
peró a su poderoso rival, aunque Boris
Spassky estaba entonces en su plenitud,
en la forma de jugar posicionalmente ac­
tivo, cuando la valoración de la posición
tras un sacrificio de calidad i ncierto se en­
trelaza constantemente con e l cálculo de
varia ntes. La capacidad de aislar e l cami­
no pri ncipal e n el desarrollo de la l ucha, el
sentido de la i ntuición en la dirección co­
rrecta combi nado con la vigilancia táctica,
la cobertura de todo el tablero y el cálculo

26 Nota del Autor: La cursiva es m ía.


259
Capítulo 1 6
El Método en Ajedrez d e losif Dorfm a n

H a l legado el momento, por fi n, de ha­ terior del j uego y el resultado de la partida


blar del libro de l osif Dorfman, El Método dependen de la elección de las blancas.
en Ajedrez. Aunque antes volvamos a la Como ya sabemos, el principio «desarro­
excelente obra de Lipn itsky Cuestiones llo rápido de las piezas y real ización del
sobre Teoría Moderna en Ajedrez, que fue enroque» l l eva a las blancas a un cal lejón
reeditada recie ntemente por la editorial sin salida, mientras que otro principio, que
Russian Chess House, e incl uso se ha visto no siem pre es fácil n i siquiera formu larlo:
mejorada después de la excelente edición «ataca al adversario en su pu nto más vul­
creativa de l l ia Odessky. nerable», aquí es domina nte g racias a un
«gancho», el peón fS, al que pueden asirse
En el capítulo Perfeccionamiento en ajedrez con la j ugada 1 1 g4!
ofreci mos la exp l icación de lsaak Lipnitsky
de que el objetivo del análisis ajedrecístico Así pues, l os l i bros de Dorfman ayudan al
era cómo pasa r de una posición i ndeter­ ajed recista y al entrenador, en primer l u­
m i nada (visualmente poco clara) a una de­ gar, a identificar estas posiciones críticas,
fi n ida (una valoración que se pueda hacer y en seg u ndo lugar, respectivamente, a
a primera vista, o en casos extremos, con ayudarles a tomar l a decisión correcta y a
un segundo vistazo). formu larla con u nas pocas frases cortas.

Recordemos la posición del diagrama, to­ Esto es lo q ue escribe Artur Yussupow so­
mada de la obra de Lipnitsky, que aparece bre las posiciones críticas en el artículo
en mi artículo «Sobre el estudio de los clá­ «Análisis de las partidas propias»: «Ante
sicos». todo, es necesario encontrar los puntos de
inflexión, para determinar dónde se come­
tieron los errores, cambió la valoración de
la posición o no se aprovechó la posi bili­
dad de cambiar d rásticamente la situación
sobre el tablero. Solo la capacidad para
encontrar en el anál isis ese momento críti­
co de la partida, excepcional mente i mpor­
tante, le ayudará a identificar tal momento
en el proceso del j uego. Esto tal vez es lo
más d ifícil en ajed rez, advertir el c rucial
momento crítico en la partida, cuando ne­
cesita pensar seriamente y resolver e l pro­
blema, cuando de u na j ugada depende el
La posición del diagrama, sin d uda, debe resultado de toda la l ucha».
atribu i rse como crítica. La naturaleza pos-

260
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

Dorfman da u na defi n ición de posición


POSIC/ÓN 68
crítica en su primer l i bro «Dinámica y es­
Alexander Alekh ine- Max Euwe
tática».
La Haya 1 937 (m/1 O)
«Identificación de posiciones críticas.
Propongo tres criterios para identificar
una posición crítica.
1 ) Posición en las que es necesario tomar
una decisión sobre un posible cambio. Si el
cambio es forzado, entonces no hay n i n­
guna variación en comparación con la po­
sición crítica precedente.
2) Posición en la que es imprescindible to­
mar u na decisión sobre un posible cambio
en la estructura de peones. Especialmente
de los peones centrales.
3) El final de una serie de movimientos for­
zados. Aquí no se deben establecer pa­ No seamos remisos y repitamos la cita de
ra lelismos entre movimientos forzados y Mijaíl Botvinnik: «Se puede encontrar la ju­
movimientos relacionados con u na com­ gada correcta sobre la base de las siguien­
bi nación. tes consideraciones. Para atrapar a la dama
I ntuir una posición crítica ya es un g ra n neg ra en h4, e l peón blanco «g» debe es­
éxito. En base a mi experiencia como e n ­ tar en g4, el caba llo blanco en f3, y el peón
trenador, sugiero a l lector que la marque blanco h3 defendido. Es fácil ver q ue si las
con algún signo. Será útil apu ntar el tiem­ blancas h u bieran j ugado 23 \Wfl !!, enton­
po i nvertido en pensar cada posición críti­ ces Euwe pod ría haber depuesto las a rmas
ca, y después de la partida restablecer su tranqu ilamente. La ventaja de esta j ugada
balance estático». consiste en que en caso de 23 ... h6 (no se
puede encontrar nada mejor) 24 g3 \Whs
El tercer punto, tal vez, es el más difícil 25 g4 \Wh4 26 ctJf3 las b la ncas ganaban u n
de perci bir, a u nque con el primero solo tiempo, y la dama negra está atrapada».
puedo estar parcia lmente de acuerdo. S í,
a menudo sucede que después de u na Lid iamos con u na posición crítica que sur­
serie de mov i m ientos forzados (¡por am­ gió de una forma completamente espon­
bos bandos!) s u rge una posición crítica, tánea. Por supuesto, por razones formales
en la que es necesario del i near un plan de podemos referirnos al punto 2, donde se
acción, aunque de hecho puede ocurrir habla del cambio de la estructura de peo­
que una posición crítica surja accidental­ nes. Sin embargo en el punto 2, cuando
mente, como consecuencia de un error o habla sobre la posibi lidad de un cam bio
inexactitud de una de las partes. Recor­ en la estructura de peones, Dorfman tiene
demos la partida Alekhine - Euwe, donde en mente algo completamente d iferente.
las negras con s u ú ltimo movimiento 22 .. . Aqu í el objetivo del análisis lógico de Mi­
gd8-e8? hurtaron a su caballo la casilla e8 jaíl Botvi n n i k es la captura de la dama, y el
y crearon los req u isitos para el ataque a la movim iento del peón «g» primero a g 3, y
dama negra h4. después a g4, sirvió solo como u n instru­
mento para conseg uir el objetivo. El resu­
men del balance estático, del que habla­
remos u n poco más adelante, apenas nos

261
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

acerca a la esencia lógica de la posición, 16 ... cS!


q u e M ijaíl Botvi n n i k reveló con dos frases.
En la posición se produjo un cambio d i ná­ «Se necesitan medidas fuertes, s i no se
mico instantáneo. hace así la posición puede deteriorarse rá­
pidamente después de h4-h5» (Dorfman).
Aq u í me gustaría decir que la idea banal
de q ue el ajedrez es un j uego complejo y No he encontrado en n i n g uno de los co­
no siempre exacto, es cierta. No se puede mentaristas de ajedrez que he conocido
i nventar u n método u niversal, u n sistema, previamente la expresión «degradación»
u n a estratagema, que pueda aplicarse en con respecto a la va lora ción de la posición,
la mayoría abrumadora de los casos. ¡ Ha­ a u nque desde l uego esta palabra es l a que
bría demasiadas excepciones! Y el atracti­ caracteriza de forma más exacta el posible
vo del ajedrez se desvanecería. No obstan­ desarrollo de los aconteci mientos.
te cualquier empresa i nnovadora en este
campo, especial mente cuando se trata de Después de 17 dxcS WfxcS 18 tlJe4 é2J xe4 1 9
u n excelente gran maestro, que entiende ixe4 �d8 2 0 h 3 b S Tivia kov encauzó e l jue­
el ajedrez, solo puede ser bienvenida. g o con el movi miento 21 ixdS, y ensegui­
da los adversarios acordaron las tablas.
Dorfman d ivide la eval uación de la posi­
ción en dos componentes: estático y d i ná­ Dorfman: «Existe u n método vulgar que
mico. I ntroduce el concepto de «balance27 permite obtener de i n mediato una eva­
estático» y te obl iga a pensar a dónde se l uación estática de la posición:
d i rige la partida, y así ayuda a mira r hacia 7) analizar la posibilidad de evolución de tu
el futuro no solo a los jugadores jóvenes propia posición con independencia de la del
y en desa rrollo, sino también a los que ya adversario;
tienen bastante experiencia y formación. 2) analizar la posibilidad de evolución de la
posición del adversario con independencia
de la nuestra.
Estáticamente es mejor aquella posición
POSIC/ÓN 69
que está preparada para evolucionar.
Sergei Tiviakov - losif Dorfman
Mondariz 2000

PARTIDA SO
Murshed - Dorfman
Apertura Inglesa [A21]
Mallorca 1 989

Después de las j ugadas 1 d4 d6 2 c4 eS 3


ctJc3 exd4 4 W!xd4 tlJc6 S Wfd2 g6 6 b3 ig7 7
ib2 tlJf6 8 g3 0-0 9 tlJh3

Véase el diagrama siguiente

Aq u í se puede advertir la evol ución por


parte de las blancas mediante lll f4, i,g2,
27 Nota del Editor. Este concepto de «balance es­
0-0.
tático» puede denominarse igualmente «equili­ Por parte de las negras no existe nada
brio estático».
262
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

semejante. Esto significa q ue las blancas Aqu í las negras deben reagru parse me­
poseen una ventaja estática. Por eso las dia nte l/Jc6-b8-d 7-b6 o bien h6, ile7-f8,
negras recurrieron a medidas d rásticas. lll c6-e7-d5.
Surgió una situación de doble filo después
de 9 as 10 lll f4 a4 1 1 lll xa4 lll e4 1 2 1Wc1
... En la partida, después de 15 ... h6 16 l=1.c2
ll.J d4 1 3 ig2 �e8 14 0-0 ig4 1 S f3 gS ilf8 1 7 l=1.cd2 lll e 7 1 8 l/Je5 l/Jed5, las negras
consolidaron la situación, y su ventaja es­
tática resultó i nd udable». (Dorfman).

Este es otro ejemplo donde solo una de


las partes puede progresar i ndependien­
temente de la otra. losif Dorfman no sobrecarga su li bro con
variantes. Con un plan metódico el autor
q uiere concentrar la atención del lector en
las l íneas estratégicas importantes. Esto
PARTIDA 57
d isti ngue su trabajo del de n umerosos
Vladímir Petrienko - losif Dorfman comentaristas de ordenador de n u estro
Defensa Siciliana [B28] tiem po. Por supuesto, uno puede encon­
Moscú 1 984 trar imprecisiones y errores, aunque q u ién
no los tiene, profundizando en detal les y
1 e4 es 2 lll f3 a6 3 c3 dS 4 exdS 1WxdS S d4 e6 6 empa ntanándose en ellos. Por ejemplo,
ie3 cxd4 7 cxd4 Cll f6 8 lll c3 1Wd6 9 ie2 lll c6 en la partida Murshed - Dorfman la j uga­
1 0 0-0 ie7 1 1 a3 0-0 1 2 fü1 :Bd8 1 3 b4 bS 1 4 da 1 O l/Jf4 plantea preguntas. Parece más
1Wb3 ib7 1 S füd1 natura l 1 O ilg2, y si 1 O ... a4, entonces 1 1
l/Jxa4 ilxh3 1 2 ilxh3 l/Je4 1 3 1Mlc2, a u nque
Véase el diagrama siguiente la idea conceptual del autor consiste en

263
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

que la posición de las negras estática men­


te es peor y con el tiempo se degrada. Por
lo tanto, n ecesitamos u rgentemente bus­
ca r u n juego d i n ámico, y si este j uego es
correcto o no, si todo fluye o no j ugada a
jugada, es u na cuestión secu ndaria.

También es cierta otra cosa. La idea sobre


la evolución de la posición no es nueva.
Es posible que lo sea el mismo térm ino
«evol ución» apl icado al ajed rez, a u nque
la idea, por supuesto, ya se conocía. Como
ya mencioné recientemente, en las obras de espacio. Sin embargo no se ve ningún
de Mark Dvoretsky se pueden encontrar contraj uego para las blancas. Si no se les
respuestas a casi todas las pregu ntas. E n ocu rre algo, su posición se deteriorará g ra­
e l seg u ndo tomo de su tetralogía «Escuela dual mente.
de elevada maestría», editado el año 2002, Advirtiendo el peligro a tiempo, aprove­
antes de a naliza r su partida con Ta imá nov, ché de buena gana la pri mera oportu ni­
Dvoretsky escribe: « . . . Nos limitaremos a dad para «apretar» el juego.
una consideración más cuidadosa de la 13 a5! b5
situación, cuya d iscusión ya ha comenza­ No tiene n ingún sentido para las negras
do: cuando la sensación de encontrarse destrui r su cadena de peones: 1 3 ... bxa5
en u na situació n desfavorable obliga al 1 4 tlife5 o 1 3 ... tlixaS?! 1 4 tlixa5 bxa5 1 5
ajedrecista, sin temor al riesgo, a tomar V!la4 (también es posible 1 5 tli e5).
medidas d rásticas. Y cuanto a ntes advier­ 1 4 a6 ic8
ta el peligro, más oportu n idades variadas Si 1 4 ... bxc4, entonces 1 5 dxc4! Tras 1 4 ...
de cambiar el c u rso de la lucha tendrá a su !as 1 5 tli ce5 el j uego habría transcu rrido
disposición». con más calma que en la partida, s i n em­
bargo Mark Taimánov prefiere comenzar
A conti n uación ofrecemos el análisis de la inmediatamente la caza del desca rriado
situación mencionada con los comenta­ peón a6. Pensé que incl uso si lo perd ía ob­
rios de Mark Dvoretsky. tend ría a cambio suficientes contrachan­
ces tácticas.
1 5 Cll fe5!
Es más floja 1 5 tlice5?! por 1 5 ... E\b6!
POS/C/ÓN 70
15 ... Cli xe5 1 6 Cli xe5 l'fü6 1 7 id2!
Mark Dvoretsky - Mark Ta imánov Está claro que las blancas no pueden pres­
Leningrado 1 974 cindir de c3-c4, au nque de momento esta
j ugada sería precipitada: 1 7 c4 bxc4 1 8
Véase el diagrama siguiente dxc4 tlib4! con ventaja de las negras. An­
tes es preciso mantener el control de la
«La posición pa rece más o menos eq uili­ importante casilla b4.
brada. No obstante pensemos en lo que
puede hacer cada uno de los adversarios. Véase el diagrama siguiente
El plan de las negras es claro: se proponen
jugar V!lc7, situ a r una torre en d8, después 1 7 ... if6!
expulsar al caballo de la casilla c4 me­ Pierde 1 7 ... füa6 1 8 E\xa6 ixa6 1 9 tlic6
diante a7-a6 y b6-b5, obteniendo ventaja y 20 !xd5. Surge una posición poco cla-

264
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

Dvoretsky explica que en una situación


estratég icamente desfavorable u n cambio
brusco del carácter del j uego es la mejor
posibilidad desde el pu nto de vista psico­
lóg ico:

«A veces incluso es más efectivo el j uego


psicológ ico. Si de repente puede cambiar
d rásticamente la situación en el tablero
(incluso si ha elegido una continuación
bastante arriesgada q ue objetivamente
no es la más fuerte), entonces su adversa­
ra tanto en caso de 1 7 ... ixa6 1 8 c4 ltJ b4 rio, que ya se ha acomodado a un determi­
( 1 8 ... bxc4 1 9 ia5) 1 9 ixb4 cxb4 20 cxb5 nado curso del juego, a menudo no tiene
(20 lt'i c6 i1Jfe8) 20 ... ixb5 21 füa7, como tiempo para reestructurarse y empieza a
tras 1 7 ... i1Jf c7 1 8 c4 ttJb4 1 9 ixb4 cxb4 20 cometer errores».
cxb5. En caso de 1 7 ... id6 yo había pla­
neado 1 8 c4 ixe5 1 9 füe5 i1Jfd6 20 l%g5!, Después Dvoretsky conti núa: «En situa­
ten iendo en cuenta un sacrificio de cali­ ciones estratégicamente difíciles es útil
dad: 20 ... f6 21 füg7+ �xg7 22 cxd5 exd5 agudizar el j uego, para forzar al oponente,
23 i1Jfh5 o 20 ... h6 2 1 füg7+ �xg7 22 i1Jfh5! que se d ispone a una tranquila materia­
18 tll g4! l ización de la ventaja, a ocu parse del cál­
Es más floja 1 8 c4 ltJ b4 1 9 ixb4 cxb4, y la culo concreto de variantes, a la búsq ueda
presión ejercida por la diagonal a 1 -h8 por de movi mientos precisos ú nicos. Para este
el formidable alfil f6 aseg u ra la ventaja a propósito a veces tenemos que rea l izar
las negras. sacrificios materiales o, por el contrario,
18 ... :Bxa6 1 9 :Bxa6 ixa6 20 1Wa1 1Wb6 21 capturar algo, incluso a riesgo de sufri r
éll xf6+ éll xf6 22 b4!? un ataque terri ble. Para terminar, también
No tiene éxito 22 ie3? a causa de 22 ... cambian el ritmo del j uego l os movi m ien­
lt'ig4, sin embargo era completamente tos comprometidos en cuanto a su i mpor­
posible 22 Wa3!? Reh usé este movimiento tancia estratégica, l igados a ciertas conce­
debido a 22 ... b4 23 cxb4 cxb4 24 ixb4 siones posiciona les».
l%c8, con las amenazas posiciona les 25 ...
lt'ig4 y 25 ... ib7; sin embargo en ese caso Regresemos a la posición que tomamos
era muy fuerte 25 d4! Lo mejor para las ne­ del libro de Lipnitsky.
g ras es devolver cuanto a ntes el peón, 22
... ib7.
22 ... cxb4 23 ie3 IWd6 24 if4
No val ía 24 cxb4 Wxb4 25 fü1 Wa4!
24 ... 1Wb6 25 ie3
N i ng uno de l os adversarios puede evitar la
repetición de movimientos. En caso de 25
cxb4?! es desagradable 25 ... lt'ig4! seguida
de ib7.
25 ... 1Wd6 26 if4 \Wb6 27 ie3 \Wd6 28 if4
IWb6 Ta blas».

En el mismo l ibro, u n poco a ntes, Mark

265
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

Si se utiliza el método vulgar de Dorfman d) Estructuras típicas».


para la eva l uación estática, se puede en­
contrar con fac i l idad la jugada 1 1 g4! Después l. Dorfman empieza a operar con
la ayuda de los símbolos convencionales
El razonam iento se l i m ita a una frase. Si en ajed rez: ;!;, ±, =, etc.
las negras juegan Wla5-a4, �a6 y éli b8-
c6-a5, entonces la posición de las blancas Veamos algu nos ejemplos del libro El mo­
se degrada, y por eso es necesario buscar mento crítico. Comenta Dorfman:
contraj uego u rg entemente.

Aquí, por cierto, me g ustaría mencionar la


PARTIDA 52
brilla nte observación de Dorfman acerca
de que en ajedrez la pala bra «si» casi siem­ áscar d e la Riva - Joseph Gallagher
pre es sinónimo de tiempo. Defensa Siciliana [B80]
Francia 1 998
Me gustó mucho el método inmediato de
valoración estática de la posición, a u nque 1 e4 es 2 CL:i f3 d6 3 d4 cxd4 4 CL:i xd4 CL:i f6 s CL:i c3
cuando Dorfman pretende l legar a u na a6 6 f3 es 7 Cll b 3 ie6 8 ie3 ie7 9 Wi'd2 0-0
valoración más precisa y realiza el «balan­ 1 o o-o-o bS 1 1 g4 b4 12 CL:i dS ixdS 13 exdS as
ce estático», entonces hay más preguntas 1 4 @b1 Wfc7 1 S gS Cll fd7 16 h4 Cll b6 1 7 hS a4
que respuestas. Sin embargo, veamos pri­ 18 Cll c1 Cll c4 19 ixc4 1.filfxc4 20 ghg1
mero las definiciones del a utor del l i bro El
Método en Ajedrez.

«Realización del «balance estático».


Antes de la elaboración del balance estáti­
co qu iero resaltar dos puntos importantes.
Primero: propongo una escala decreciente
de factores estáticos, dispuestos en orden de
importancia.
Segundo: algunos factores existen en una
forma estática y dinámica.
Escala decreciente del balance estático
de la posición.
La idea de usar una escala decreciente Las negras no han jugado muy bien la
es típica en cualquier proceso complejo. apertura. E n caso de g 5-g6 su rey se verá
Consiste en el a nálisis y la síntesis. Primero expuesto a un fuerte ataq ue. Además, la
la posición se d ivide en elementos estáti­ estructura de peones es favorable a las
cos en orden decreciente (método de aná­ blancas debido a la debil idad de la casilla
l isis). Después se l l eva a cabo u n bala nce c6 y del peón d6, fijado en una casi l l a ne­
estático (método de síntesis). g ra. Es por eso que el g ran maestro i nglés
Propongo s ituar l os elementos estáticos recurrió a l a d inámica.
en el siguiente orden, de acuerdo con su 20 ... b3 21 cxb3 axb3 22 éLi xb3 Cll d7
importancia.
a) Posición del rey. Véase el diagrama siguiente
b) Coordinación de las fuerzas materiales.
c) Quién tiene m ejor posición después del Se ha l legado al momento crítico de la par­
cambio de damas. tida. Es importante tener en cuenta que el

266
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

su posición. Las blancas despiertan dema­


siado tarde. Siguen hasta el final en sus va­
nos i ntentos de molestar al rey contrario.
32 f4 h6 33 !'!g6 e4 34 W/92 llJxh5 35 !'!xh6
W/xd3 36 W/g6
En el zeitnot se altera el ritmo lógico del
juego, y los contendientes i ntercambian
errores. Después de 34 ... 4Je8 35 ttJcl (35
ttJ b4 füb4) 35 ... 1Mld4 36 4Ja2 füf4 las ne­
gras conservaban todas las posibilid ades
de victoria. Mientras que las bla ncas a hora
obtenían las tablas después de 36 1=í:xh5
balance estático se ha vuelto positivo para 1'í:a7 37 1Mlh2 füa3+ 38 bxa3 1Mlc3+
las negras: 1 . :¡:; 2. ;!;; 3. ;!;; 4. ;!;. 36 ... füb2 37 !'!h8+ @xh8 38 W/xh5+ @g8
23 lDcl? 39 !'!xg7+ @xg7 40 W/g5+ @h7 41 Wl'h4+
Confusión. Algunas veces se puede escu­ @g8 42 W/g5+ !'!g7 43 Wl'd8+ @t1 44 Wl'd7+
char que el ajed rez es un modelo a escala @t6 45 Wl'd8+ @e6 Las bla ncas abandona-
reducida de la vida, y que sus leyes están ron».
próxi mas a las leyes que operan en la na­
turaleza. Le pido al lector q ue preste atención a los
Parece lógico que si antes de Ja jugada 20 comentarios de Dorfman después de la
Ja ventaja pertenecía a las blancas, ésta no · jugada 22 de las negras: «Se ha l legado a l
se haya evaporado tras una serie de movi­ momento crítico de l a partida. E s im por­
mientos forzados. tante tener en cuenta q ue el eq u i l i brio
El ajedrecista d e Andorra debió decantarse estático se ha vuelto positivo para las ne­
por el juego dinámico y Juchar por Ja inicia­ gras: 1 . :¡:; 2. ;!;; 3. ;!;; 4. ;!;».
tiva media nte 23 4Ja5!! 1Mla4 24 b4. En ese
caso, las blancas habrían ten ido muchas En real idad, solo se otorga u n signo positi­
posibilidades de consolidar su posición vo para las neg ras «:¡:» a u n punto: la posi­
mediante 1'í:g4, 1'í:c1 , ttJ c6. ción estática del rey. El resto de los puntos
23 ... f5 24 gxf6 !xf6 25 !'!g4 W/a6 26 !'!dg1 son favorables a las blancas. La posición
fü7 27 ig5 ixg5 28 E!xg5 llJf6 29 a3 !'!b8 30 del rey es el pu nto prin cipal en la eval ua­
@al Wl'b7 31 lD d3 W/xd5 ción de cualquier posición, y por supues­
to, en la escala decreciente de Dorfman
está situada en primer lugar. Simbol iza la
expresión esotérica «aquí y ahora», y no
un futuro brillante distante, o más cerca­
no. Pero si esto es así, entonces surge la
pregu nta: ¿Cuánta i mportancia tienen,
digamos, los pu ntos tercero y cuarto de la
escala decreciente de l . Dorfman, deberían
tenerse en cuenta en general? Recorde­
mos la opinión de Kram n i k, expresada por
Sakaev en el excelente libro The Complete
Manual of Positional Chess: «Vale la pena
mencionar que m uchos métodos sugieren
Las negras h a n restaurado el equ ilibrio usar todas las fórmulas posibles para esta­
material, y con servan todas las ventajas de blecer Jos criterios de esta evaluación. En mi

267
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

opinión (y no solo en Ja mía, sino también, Recordemos que la fortuna sonríe a los au­
por ejemplo, en la de Vladímir Kramnik, daces. Así, sin vaci laciones:
como conseguí averiguar en una conversa­ 18 'LidS! exdS 19 cxdS Wfc8 20 e6 0-0 21 Wfc3
ción personal), esto es totalmente incorrec­ f6 22 d6 ttJ a4
to. El ''pesaje" de todos los matices deber ser El fi n de una serie de j ugadas forzadas. Las
intuitivo, estimando "a ojo" la importancia bla ncas podía n haber entrado en u n fi nal
de este o aquel componente. ¿ Cómo se pue­ mejor después de 23 1Mld4 ixd6 (23 ... 1Mfc6
de hacer esto? Solo con la acumulación de 24 if3 1Mlxd6 25 ixb7 no deja n in g u n a es­
experiencia práctica y teórica, con la ayuda peranza) 24 Wxa4 ic5+ 25 � h l Wc6 26
de una precisa estimación posicional. Cuan­ Wxc6 ixc6. Supongo que Petrosian advir­
to mayor sea el balance de conocimiento tió esta posición antes de realizar su jugada
correspondiente y más elevada la categoría 18. Ahora es posible tomarse u n respiro y
de juego, menor será el número de variantes aclarar los matices específicos.
que se deban calcular». 23 Wfxc8 gfxc8 24 i.a1 fü2
Las blancas también tenía n una ventaja
El seg u ndo comentario a la j ugada 23 significativa después de 24 ... ifB 25 e7.
de las blancas: «Parece lógico que si antes 25 dxe7 gxe2 26 gds+ iig7 27 fü1 gxe6 28
de la jugada 20 la ventaja pertenecía a las fü7 iih6 29 i.xf6 i.e4 30 i.gS+ Las negras
blancas, ésta no se haya evaporado tras una aba ndonaron».
serie de movimientos forzados», lo necesi­
taremos después de analizar el fragmento ¿Qué ha sido esto? Según Dorfman, en la
de la sigu iente partida. Tiene la palabra posición del diagrama todos los com po­
Dorfman: nentes, i ncluida la posición del rey, conce­
d ía n a las negras una ventaja casi decisiva.
Está claro que las blancas se lanzaron a un
com bate cuerpo a cuerpo, y tras una serie
POSICIÓN 77
de movimientos forzados resulta que l a po­
Tigran Petrosian - Gerhard Pfeiffer sición de las blancas está casi ganada.
Leipzig 1 960
¿Dónde está la lógica y cómo encaja esto
con los comentarios anteriores?

Va mos a ver otra partida más de El momen­


to crítico con los comentarios de Dorfman:

POSICIÓN 72
Viktor Korchnoi - Anatoly Karpov
Hastings 1 97 1 /72

Véase el diagrama siguiente


«En este caso el balance estático es catas­
trófico para las blancas: 1 . +; 2. =; 3. +; 4. +. «En la siguiente posición, que propongo
En posiciones simila res a la que vemos al lector q ue anal ice, las negras poseen la
en el d iagrama, no debería haber ningún pareja de alfiles en una situación estable.
problema psicológico con la toma de de­ Esta superioridad se refleja en e l balance
cisiones. estático: 1 . =; 2. :i:; 3. :i:; 4. :i: .

268
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

recto después de 21 ... :r::\ a c8 22 :r::\ g 2 l2Jf8 23


:r::\ d g 1 ª7h7 24 :r::\x g6 \Wxg6 25 füg6 ®xg6
26 id 1 ª7f7 27 \Wf3+ if6 28 l2J xg7 ®xg7
29 lLJfs+ ª7h8 30 l2Jxd6.
El resto es cuestión de técnica, en este
caso no muy d ifícil.
22 éli c7 Wf7 23 13df1 b5 24 élixa8 ixa8 25
c4 13b8 26 id3 1.We8 27 fü1 Jlf6 28 13g2 13b6
29 füg1 13b8 30 Wl'f1 b4 31 ie2 h4 32 13xg6
Wxg6 33 13xg6 élixg6 34 ig4 élit4 35 1.Wd1
b3 36 axb3 ib7 37 élig2 ic8 38 ixc8 13xc8
39 1.Wg4 13e8 40 élixf4 exf4 41 Wxf4 !es 42
Las blancas no pueden permitirse perma­ Wxh4 fü8 43 b4 Jld4 44 bxc5 Las neg ras
necer i nactivas, ya que después de b6-b5, abandonaron».
c5-c4, l2Jd7-c5, a6-a5, ib7-a6, :r::\ e8-c8 y
b5-b4 su flanco de dama vuela como u n De nuevo no se puede expl ica r la lógica de
castillo de naipes. Korch noi actúa sin pre­ la l ucha y el resultado fi na l de la partida si
j uicios. se apl ica el balance estático de Dorfman.
1 6 g4! 1.Wd8 Desde luego, en la posición crítica i nicial
Visualmente la posición de las negras es había tres factores a favor de las negras y
similar a u na fortaleza bien fortificada. Sin uno igual. Dorfman no i ndica nada sobre
emba rgo, ahora med iante u n sacrificio las cualquier error grave de Karpov. Au nque si
blancas aclara n la situación q ue hay sobre se recurre al método vulgar de eval uación
el tablero. estática, entonces todo será mucho más
17 gS h5 sencil lo.
Tras otras defe nsas también era d ifícil que
las negras frenara n el desarrollo del ata­ Dorfman indica figuradamente que la po­
q ue d el adversario: 1 7 ... hxgS 1 8 :r::\d g 1 sición de las blancas en el flanco de dama
ie7 ( 1 8 ... f6 1 9 h4 gxh4 20 l2Jxh4) 1 9 h4 puede degradarse rápidamente, y expl ica
gxh4 20 lbfs g6 21 lb 3xh4 ixh4 22 \Whs; que por ese motivo no pueden permitirse
1 7 ... g6 1 8 gxh6 ixh6 1 9 h4 if4 20 hS. permanecer inactivas. Korchnoi, sin vacilar,
18 g6 fxg6 1 9 13hg1 1.Wf6 20 élig5 ie7 21 élie6 procedió a realizar una ruptura de peón.
Mientras que Karpov no tuvo suerte con
la ubicación de la dama: estaba en un
mal sitio en el momento i nadecuado. Por
ejemplo, si h u biese estado en d8 o i ncluso
en e7, a la j ugada 1 6 g4 las negras habrían
tenido la respuesta 1 6 ... g6!, y el ataque de
las bla ncas en el flanco de rey se vería obs­
tacul izado significativamente. Es decir, las
particula ridades concretas de la posición
(la dama negra en f6 y el peón en h6) eran
tales, que proporcionaron a las bla ncas un
«gancho» para la ruptura del peón prác­
ticamente en un instante (media jugada),
21 ... élif8 y esto fue suficiente para propiciar que el
El momento crítico. Las negras entregan j uego dinámico fuera favora ble a las blan­
material con el fin de evitar el ataque di- cas.

269
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

En lo que respecta al fragmento de la par­


POSICIÓN 73
tida Petrosian - Pfeiffer, a l l í después de la
decimoséptima j ugada de las negras no es Dm itry Yakovenko - Maksin
necesario poseer el don de la clarividencia Matlakov
para determinar que si las negras consi­ Janti-Mansysk 2 0 1 4
g u en enrocarse a las blancas las espera u n
juego aburrido para la obtención d e dos
resu ltados (tablas o derrota).

Hemos visto q ue la valoración estática


aproxi mada de la posición, que puede de­
fi n i rse con algu nas frases, es mucho más
cercana y comprensible para un j ugador
práctico q ue l a realización de un balan­
ce con ayuda de ventajas, desventajas e
igualdades. Además, esto está más próxi­
mo al enfoq ue «a simple vista» de Kram­
n i k y Sakaev. Mark Dvoretsky fue a ú n más
categórico acerca del método de cálculo Hace dos j ugadas q ue se produjo el cam­
con pros y contras: «¡Tonterías! De hecho, bio de damas, y sobre el tablero tenemos
la mayor parte de este trabajo se realiza una posición compleja más cercana al tipo
su bconscientemente. El arte de la va/ora­ de medio j uego. E l caba llo bS está ataca­
ción es la capacidad de comprender la esen­ do, y tras su retirada las blancas captu ra­
cia de una posición: identificar el problema rían el peón g7. La valoración de la posi­
más importante (posicional o táctico) que ción no es muy clara, depende mucho de
debe ser resuelto, sentir la dirección correcta cómo pueden situar las negras sus piezas
de nuestra búsqueda, percibir la convenien­ menores en el flanco de dama.
cia o inconveniencia de una operación. Está
cla ro q ue u na i ntuición bien desarrol lada 17 ... é2J d6?!
contri buye a la velocidad y corrección de
n uestra percepción». Aq u í están los comentarios a esta j ugada
y la valoración de la posición com pleta,
En apoyo de las pala bras de estos repu­ dada por Ya kovenko en la revista 64 (20 1 5,
tados expertos me gustaría aportar u n n .0 1 ): «Es d ifíci l creer q ue este movi m ien­
ejemplo actual, l a partida Ya koven ko - to sea u n error casi decisivo, así que me
Matlakov (Janti-Ma nsysk 201 4), donde el detendré con detalle en la posición que
gran maestro Dmitry Yakoven ko ofrece un surge tras la captura en g7. A pri mera vista
análisis lógico detal lado de una posición pa rece que las negras no tienen motivos
compleja. En la valoración de la posición para preocuparse. Sus piezas están desa­
n i siquiera hay i nd icios de fórmulas y su­ rro l ladas, d isponen de un puesto avanza­
mas con restas, mientras que el problema do en b4, las perspectivas por parte de las
del cambio se describe verbal mente, lo blancas de creación de un peón pasado
mismo que la c i rcunstancia de que uno de son nebulosas, y todavía no se manifiesta
los bandos debe darse prisa, porq ue de lo la fuerza de los alfiles blancos. Sin e mbar­
contrario su posición se degrada. go, las negras se encuentran en gran pe­
ligro estratégico,28 y si solo hacen jugadas
natural es, se enfrentarán a serios proble-

28 Nota del Autor. El texto en cursiva es m ío.

270
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

mas. Honestamente, yo mismo no entien­ d3.


do por qué esto es así, aunque d u ra nte la
partida valoré mi posición como muy pro­
metedora. Quizás el asu nto rad ique en l a
ventaja espacial q u e proporciona el peón
e4. Debido a esto, todas las casillas bue­
nas para las piezas menores negras -b4,
b6, es, c4, es, e6- se encuentran delante
de sus peones. Por eso no pueden poner
mucho tiempo u n pié en estas casillas, a
excepción de l a casilla b4, la ú nica de to­
das el las. Además, es im posible jugar b7-
bS, ya que a esto siem pre sigue e4-eS, y
los peones negros del flanco de dama
simplemente se desploman. No obstante, 24 ... cS?
no debemos olvidar que el ajedrez es u n Un error grave, tras el cual la l ucha prácti­
juego concreto, y todos l o s razonamientos camente fi nal iza. No obstante, la posición
abstractos pueden ser refutados con una de las negras era muy difícil . Es indicativa
variante. la pri mera variante del ordenador: 24 ...
De u na manera u otra, las negras deben r:JJ c 7 2S f4 CiJg4 26 h3 CiJ gf6 27 g4 E%ge8 28
apresurarse,29 m ientras las bla ncas no ac­ es CiJg8, con perspectivas sombrías para
túen de una manera conveniente. Si las ne­ las negras.
gras consiguen cambiar al menos una pieza 25 lll xc5 lll xc5 26 ixes+
menor, y situar otra en b4, sus asuntos me­ A Maksin se le pasó que podía captu rar
jorarán sensiblemente.30 Por eso debieron también este caballo.
jugar 1 7 ... CiJc7 1 8 !xg7 E%g8 1 9 !b2 CiJcS!, 26 ... ©a7 27 if4
para empezar a i ncordiar al alfil b2. Por lo U n peón extra, rey negro débil : para no ga­
visto, las blancas no tienen nada mejor nar esta partida es necesario cometer u n
que 20 CiJd2 CiJd3 2 1 id4 CiJe6 22 !e3 !es error m u y grave. Las ú ltimas jugadas d e
23 CiJ c4 !xe3 24 fxe3!? El caba llo c4 es muy la partida s e pueden ofrecer sin comenta­
fuerte, pero al menos ambas partes corren rios.
riesgo. 27 ... bS 28 axbS ©b6 29 if3 gd3 30 ie2
18 ixg7 gg8 1 9 id4 lll c4 20 fü1 lll ceS 21 fü3 31 gxc3 ixc3 32 gd1 a4 33 ie3 fü8 34
lll d2 0-0-0 22 lll b3 ib4 23 fü2 gd6+ ©as 35 fü6 füc6 36 bxc6 lll xe4 37 c7
Ahora sucede precisamente lo que se lll d6 38 ics A 38 ... CiJc8 sigue 39 ig4. Las
d ijo más arri ba. Las piezas blancas están neg ras abandonaron».
completamente seg uras, mientras que las
negras deben retirarse a peores y peores Me parece que el mérito i ncontestable de
posiciones. Dorfman consiste en que él llamó la aten­
23 ... ©b8 24 i>f1 ?! ción de los ajedrecistas sobre las posiciones
I nesperadamente las blancas podían ga­ críticas, dividiéndolas en dinámicas y estáti­
nar un peón mediante 24 ic3!, sin em­ cas, proponiendo un método simple de eva­
bargo en este momento pensaba más en luación estática de la posición, que nos ayu­
l im itar el contrajuego de m i adversario. Mi de a comprender: si es necesario realizar un
jugada va dirigida a que no exista la ame­ cambio brusco de escenario con ayuda de
naza de u n doble en el después de CiJeS- un juego dinámico o, por el contrario, evitar
el choque, manteniendo el balance estático.
29 Nota del Autor. La cursiva es mía. En l o que respecta a ±, ;!; o =, esto se ase-
30 Nota del Autor. El texto en cursiva es m ío.

271
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

meja al deseo de acceder a la valoración


POSICIÓN 74
de la posición en el ajed rez como si fuere
una ciencia académ ica, aunque de hecho l osif Dorfman - Anatoly Va'iser
se convierte en un encaje de la teoría para Moscú 1 989
la práctica no siempre afortu nado.

Dorfman acertó en el sentido de propor­


cionar una valoración estática simple y u n
pronóstico d e l desarrollo de l o s aconteci­
mientos. El libro contiene todo un conjun­
to de formu laciones lacón icas y expresio­
nes, de las que d icen : «No en la ceja, sino
en el ojo31». I ntentaré proporcionar a l lec­
tor unas cuantas.

Antes de comenzar a dar ejemplos y citas


de la obra de Dorfman, recuerdo al lector
que él entiende como medios dinámicos 23 E:e2!
de la l ucha la modificación de la estructura
de peones, el cambio de material y la toma «¡Estática pura! No es necesario preocupar­
de la i niciativa. Comencemos: se, porque la posición está ganada estáti­
camente. Primero es necesario reforzarse
«Sin embargo e ncontré incorrectos los co­ al máximo (desde luego la posición del ad­
mentarios que lo acompañaban, e i nclu­ versario no se presta a una evolución cons­
so dañi nos para los ajedrecistas jóvenes: tante) y solo después pasar a las acciones
«¡El jugador que tiene la ventaja debe ata­ activas».
car!» Si a la palabra «ventaja» se le agrega
«d inámica», entonces estoy dispuesto a «En las posiciones ganadas estáticamente,
adheri rme a este postulado. De hecho es como regla, a un movimiento activo le co­
simplemente una de las consecuencias de rresponde uno profiláctico».
mi método».
«El j uego d i námico se l l eva a cabo hasta
Esta es una precisión importante a uno de que el adversario se vea privado de sus
los fu ndamentos de la teoría de Stein itz. ventajas estáticas».

«Pero el problema es que en posiciones es­


táticas inferiores no se puede jugar estática­
mente».

«En la lucha contra la pareja de alfi les


debe jugar por las casil las del color de tu
alfil restante. Como con secuencia de esta
31 Nota del Traductor. Expresión rusa que en este estrategia a menudo aparece un tándem
caso significa con exactitud, con precisión. Pro­ favorable de dama + caballo».
viene de una leyenda que cuenta que un cosa­
co prometió a lván el terrible que mataría a u n
tártaro que había retado a l Zar, acertándole con
una flecha en el ojo derecho. La flecha se clavó
entre ceja y ceja. A pesar del fallo el cosaco fue
premiado por el Zar.
272
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

1S !f3 E:aa8 1 6 E:acl es


POS/C/ÓN 75
De n uevo tenemos sobre el ta blero una
losif Dorfman - Arnaud Hauchard
posición crítica. Las negras quieren definir
Mondariz 2000 la estructura, pero no consiguen que el ad­
versario coi ncida con sus deseos.
17 dS e4 1 8 ie2
No da nada 1 8 lll xe4 lll xe4 1 9 !xe4 lll c s
20 Wc2 lll xe4 21 Wxe4 !xb2 22 !f4 Wc8
(22 ... Wd 7 23 dxc6 Wxc6 24 Wxc6 be 2S
E:b1 !c3 26 cS±) 23 E:b1 E:e8 24 Wf3 !g7.
18 ... es 19 ie3 mes

1 4 !xe4

«Un momento excepcionalmente impor­


tante. Como regla general, al bando que
tiene la ventaja de la pa reja de alfiles le re­
s ulta favora ble mantener su caballo. U na
de las razones q ue yo veo es red ucir l a pro­
babil idad de q u e el adversario obtenga el En esta ocasión la posición crítica se ve
tándem favorable de dama + caba llo. coronada por una serie de movim ientos
1 4 ... Wfc7 forzados.
Parece que las negras no pueden eliminar Si el alfil negro consigue ocupar u n a po­
el potente alfil s i no es a costa de una pos­ sición de bloqueo frente al peón pasado
terior degradación de la posición. La torre blanco, el rey blanco se volverá estática­
de dama está mal situada, la casilla d6 es mente débil. Ahora sigue una serie de mo­
débil (se amenaza el salto del alfil a b4), y a vimientos dinámicos.
todo esto hay q ue añadir u n posi ble !gs. 20 d6 Wfc6 21 '1Wa4 E:ac8 22 b4 '\Wxa4 23 él:Jxa4
Ofrezco algunas variantes que prueban, cxb4 24 cS hS
como a mí me parece, la s uperioridad de Las negras no pueden oponer nada a los
las bla ncas. fuertes a rgumentos del adversario, y ha­
1 4 ... él:Jxe4 1 S tt:Jxe4 cen una j ugada útil, sin dejarse apretar en
a) 1 S ... !xd4? 1 6 !gS f6 ( 1 6 ... lll c s 1 7 Wc2 el flanco de rey y con la i ntención de cam­
Was 1 8 b4+-) 1 7 füd4 fxgS 1 8 E:ad 1 b6 1 9 biar los alfi les.
es+-; 2S E:b1 as 26 a3 bxa3 27 E:xb7
b) 1 S ... \Wh4! El peón pasado de las blancas es i rresisti­
b 1 ) 1 6 \We3 E:aa8 1 7 \Wf3 lll f6 1 8 lll d 6 E:ad8 ble.
1 9 !f4 l':1d7=; 27 ... él:Jds 28 E:xds a2 29 E:d1 füd8 30 ic4
b2) 1 6 Wf3 lll f6 1 7 lll d6 (1 7 lll c s b6 1 8 al'\W 31 E:xa1 ixal 32 !gs E:b8 33 E:xb8
lll b3 We4 1 9 Wxe4 lll xe4 20 !f4 fí:d8 2 1 füb8 34 c6 E:b1 + 3S !fl Las negras a ban­
E:e1 lll f6 2 2 a4 aS=) 1 7 ... lll e8; donaron».
b3) 1 6 E:e1 ! !xd4? 1 7 Wd3 es 1 8 !gS lLles
1 9 \We2+-

273
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

Las negras no solo no han conseg uido rea­


POSICIÓN 76
l izar los cambios ventajosos, sino q u e ade­
Vas ily Smyslov - Wolfgang Uhlmann
más han debil itado irremediablemente la
Skopje 1 969 posición de su rey.
1 9 füd1 l.Wc7 20 ttJe2 !xh2+ 21 ©fl Jles 22
ttJ d4 1.WdB 23 g3 l.Wf6 24 a4 1.Wt7 2S as ttJdS
26 !xdS cxdS 27 ttJf3 d4 28 1.Wxf7+ ©xf7
29 exd4 !bB 30 :1:!:e1 !a7 31 :1:!:xe8 ©xe8 32
:1:!:e1 + ©d8 33 ile7+ i>eB 34 !gs+ @tB 3S
!h6+ ©g8 36 :1:!:e7 :1:!:d8 Las negras abando­
naron».

POSICIÓN 77
Ennio Arlandi - Giulio Borgo
Mueven negras
San Vicente 1 998

«¿Cómo se puede justificar el j uego tan


provocativo, a pri mera vista, del j ugador
alemán? Las negras tienen un punto de refe­
rencia estratégico claro. Necesitan obtener
el cambio de los alfiles de casillas negras y
de los caballos.
1 3 ... ttJ 8d7?
A la l uz de lo anterior era necesaria la sutil
man iobra 1 3 ... tll c4! 1 4 !e 1 ( 1 4 l:kd 1 Vl1c7
1 S g 3 tll x d2 1 6 füd2 tll a6 1 7 füd 1 :r::& a d8=)
1 4 ... Cll d6 ( 1 4 ... tll a 6 1 S !e2), para contro­
lar al caballo blanco. Ofrezco un análisis
orientativo de esta posición, que muestra «I ncluso visualmente la ventaja de las
los procedi mientos técnicos de j uego de blancas es i n negable. ¿Pero es estática esta
las negras en las posiciones de este tipo. ventaja?
a) 1 S !e2 Vl1e7 1 6 !d3 (1 6 !d2 Cll d7 1 7 En real idad, si intercambian las torres las
füe 1 füe8 1 8 !f1 :r::& a d8 1 9 b3 Clics 20 g3 negras obtienen un tándem favorable, debi­
tll ce4 2 1 tll xe4 tll xe4 22 !as !c7) 1 6 ... do a la estructura de peones fija.
Cll d 7 1 7 a4 füe8 1 8 e4 :r::&a d8 1 9 :r::& d 1 tll b6 Como consecuencia de esto, las blancas
20 f4 !d4+ 2 1 �h 1 ; deberían buscar la ventaja en el p rimer
b) 1 S g 3 tll d7 1 6 !g2 :r::&e 8 1 7 e4 ébcs 1 8 elemento de la escala decreciente. Creo
E\d 1 V!ib6; que la sig u iente variante responde a las
c) 1 S tll a4 tll d 7. exigencias de la posición: 22 Vl1g4 Cll g 6 (22
1 4 ttJ e4 fS ... :r::& d 7 23 h4 :r::& cd8 24 hS) 23 g3 füd6 24
Reconocimiento del colapso de la con­ exd6 Vl1d7 25 h4. Aquí la debilidad estática
cepción estratégica de las negras. Tampo­ del rey pasa a primer plano.
co iguala 1 4 ... tll d S 1 S tll g 3 :r::& c8 1 6 V!ib3 22 g3
ttJ 7b6 1 7 a4. Una pérdida de tiempo y el primer paso
1S ttJ g3 as 1 6 b4 axb4 1 7 !xbH!:e8 1 8 l.Wb3+ hacia el abismo.
©g7 22 ... :1:!:xd6 23 exd6 1.Wd7 24 11&g4

274
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

Ahora el avance del peón «h» no genera


d ividendos tangibles después de 24 h4 f6
25 hS h6.
24 ... es 25 We4 f6 26 a3 as 27 id Wf7

dem favorable).
Se puede recomendar 24 ... b4! 25 a4 iras
26 b3 c4. Las negras no tienen problemas,
lo que no se puede decir de su rival, ya que
27 �dl tropieza con u n sacrificio de pieza
28 f4? después de 27 ... cxb3 28 füd4 b2.
Un error de concepto más en u n momento Sin embargo, el g ra n maestro croata eligió
crítico del juego. 24 ... c4?
Las blancas debilitan insensatamente la Esta decisión precipitada provoca la de­
posición estática de su rey. Era apropiado y gradación de la posición de las neg ras.
oportuno otro intento dinámico: 28 d7 �d8 25 Wf2 c3 26 b4 Wc4 27 .id3 Wds 28 Wg2 fS
(28 ... élixd7 29 ifb7 �d8 30 ifc7 ife7 3 1 29 exf6 ixf6 30 Wxd5 �xdS 31 @92
b4) 29 ifc 6 füd7 3 0 �dS. También era una
opción seria estudiar e l cambio de damas
después de 28 if ds if xdS 29 füdS �f7 30
f4».

Después de 28 ... exf4 29 Wxf4 ébd7 30


�e1 �e8, tras haber cometido una serie
de errores, las blancas perdieron g radual­
mente la partida.

POSICIÓN 78
Alexander Onischuk - Ognjen La situación ha cambiado rad icalmente.
evitan Con la desaparición de las damas, la cues­
Ereván 1 996 tión de la seg u ridad de l os reyes ha per­
dido relevancia, así como la imposib i l idad
Véase el diagrama siguiente para las negras de formar el tándem dama
+ caballo. A parti r de ahora la estructura
«Creo que la línea estratégica de juego para de peones puede evolucionar en favor de
las negras es conservar las damas, un jue­ las blancas, y el papel de los a lfiles se h a in­
go dirigido a fijar la estructura de peones y crementado notablemente. E l balance es­
el cambio de los alfiles de casillas negras (y tático es favorable a las blancas en todos
como consecuencia, la creación de un tán- sus elementos, y las negras ya no son ca-

275
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

paces de crear u na posición crítica. El g ra n u n ida a los ca mbios y a la l ucha por la ini­
maestro ucraniano g a n ó en la j ugada 48». ciativa.

La clave metódica de Dorfman tiene éxi­


to al conseguir a lumbrar los planes de los
ban dos en posiciones en las que uno de
los contendientes realiza un sacrificio de
calidad en la l u cha por la i n iciativa. Vea­
mos dos ejemplos.

POSICIÓN 79
Ígor Glek - Vidmantas Malisauskas
Tallin 1 986
La variante aproximada 1 7 ... © h8! 1 8
4'ld5 ( 1 8 \Wh6 \Wd8 1 9 fül ESg8 n o ofrece
d ividendos especiales) 1 8 ... \Wd8 1 9 fül
(después de 1 9 \Wh6 ESg8 20 4'lxf6 ESg7 2 1
fül \Wd4 22 g f3 Wxb2 23 h 3 Wa l + 24 © h 2
W e l l a s negras rechazan el ataque) 1 9 ...
fS 20 exfS �xdS 21 f6 e4 cumple con los
requisitos de la posición .
1 7 ... @g7?
El error decisivo, debido a u na falta de
comprensión de los requisitos de la d i ná­
mica.
18 fü1 �h8 1 9 Wfh4 Wfe7 20 Cll dS
«En esta posición las negras tienen ventaja En este tipo de situaciones no es aconseja­
estática en vista de la pareja de alfiles junto ble distraerse con la ga nancia de material.
con una estructura de peones variable. En caso de la primitiva 20 4'le2 hS 2 1 4'lg3
1 . =; 2. '.i=; 3. '.l=; 4. ;!;. ESh6 22 4'lxh5+ i>h8 23 füf6 \Wxf6 los sue­
Después de la maniobra �f6-e7 esta ven­ ños de las negras se real izan .
taja se volverá i rreversible. 2 0 ... ixdS 21 exdS gad8 2 2 c4 a s 2 3 ie4 b6
Aq u í las j ugadas d i nám icas cand idatas El j ugador l ituano ha construido u n a ba­
son 1 6 füf6 y 1 6 4Jds. En caso de 1 6 4Jds rrera, que será insuficiente. Con la ayuda
�xdS 1 7 exdS �e7 la mayoría de peones de una ruptura las blancas crean u n par
de las negras en el fl anco de rey más la de peones pasados que barren todo a su
presencia de alfi les de distinto color, que paso.
refuerzan el ataque, predeterminan el re­ 24 b4 axb4 2S as gd6 26 axb6 gxb6 27 \MIg3+
sultado de la partida. Se necesitan medi­ @f8 28 Wle3 gb8 29 es
das más decisivas:
16 gxf6 gxf6 1 7 WlhS Véase el diagrama siguiente
En el transcurso de pocas j ugadas el ba­
lance estático h a cambiado sensiblemen­ El ú ltimo eslabón de un ataque cond ucido
te: 1 . ±; 2. +; 3. +; 4. ;!;. excelentemente. Se puede bajar el telón.
En base a esto, las negras deben j ugar di­ 29 ... hS 30 d6 Wle6 31 Wld3 b3 32 c6 gb4 33
námicamente. E n este caso la dinámica va ifS e4 34 ixe6 exd3 3S c7 @g7 36 d7 Las ne-

276
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

enemigo.
17 ... fxe6 1 8 ig6 fü8 1 9 'W!e2

g ra s abandonaron».

19 ... l2Jc7?!
POS/CJÓN BO
Un error de concepto, l igado a una eval ua­
Victor Bologan - Eduardas ción errónea de la posición.
Rozentalis Las negras estaban seg u ras de la necesi­
Belfort 1 998 dad de proteger el peón e6 Otra posibili­
dad, 1 9 ... \Wd6 20 :r:l'.e1 , no se diferenciaba
mucho de la j ugada de la partida. Es lógi­
co que la posición requiera acciones diná­
micas, y en este caso concreto, el cambio
de material. Yo propongo 1 9 ... !d6. E n ese
caso el caballo permanece en dS, lo que
propicia la simpl ificación salvadora. Ade­
más, el adversario debe tener en cuenta
la réplica !d6-f4. Las va ria ntes son muy
complejas, y no es fácil ofrecer algo que
sea exhaustivo. E n la continuación pri nci­
pal 20 \Wxe6+ �h8 21 lll e s (2 1 lll h4 Cll g8!)
21 ... lll xc3 22 !xc3 !xeS 23 dxeS ctJdS la
«Los adversarios han d ispuesto sus fuerzas estrategia de las negras triunfa.
de u n a forma típica en este tipo de situa­ 20 E:e1 id6 21 ib1
ciones. La tarea de las negras consiste en
mantener el balance estático favorable:
1 . =; 2. =; 3. :t:; 4. +.
16 ... �e8?
Las negras tenían a su disposición dos pla­
nes de desarrol lo de las fuerzas más o me­
nos equivalentes: 1 6 ... \Wc8 1 7 \Wc2 :r:l'.e8
seg uido de !e7-d6, Wc8-c7, fü8-d8, y 1 6
... \Wd6! con idea de 1 7 ... :r:l'.ad8.
17 E:xe6!
Las blancas aprovechan la oportu n idad, y
s i n d udarlo, sacrifican la calidad para debi­
l itar las casi llas es, f7, g6 a l rededor del rey

277
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

21 ... Wffe7 No obstante, regresemos al método de


Las negras dej a n pasar el momento propi­ Dorfman. Ahora ofrezco un fragmento de
cio para realizar la ruptura 21 ... cs. Ahora la partida Kra m n i k - N épomniasc h i, del
22 dxcS �xcS 23 lli e4 tropieza con 23 ... campeonato por equipos de Rusia del año
lli xe4 24 \Wxe4 �xf3. Y después de 22 llie4 201 S, con el aná lisis de Pável Ma letín en 64
cxd4 23 llixf6+ \Wxf6 24 \We4 \Wfs 2S \Wxd4 n.0 6/201 S.
\Wds las negras tienen una posición total­
mente defendi b le.
22 Cll e S ixeS
POSICIÓN 87
La tarea de las blancas se simpl ifica
sustancialmente. Se apoderan de una ca­ Vladímir Kramnik - Yan
silla clave con el peón, manten iendo el Népomniaschi
juego contra el i nseg u ro rey negro. Soch i 201 5
23 dxeS Cll fdS 24 llixds llixdS 25 Wffe4 gS 26
'W!! g6+ 'W!!g 7 27 Wffx e6+ <i>hB 28 h4 llif4 29
Wffc4 :Bad8 30 .ic3 lli dS 31 hxgS hxgS 32 .id2
lli f4 33 .ib4 Wif7
En caso de 33 ... füe8 también decidía la
j ugada del texto.
34 e6 llixe6 35 .ixf8 Las negras a bandona­
ron».

Con esto casi concl uye el análisis de los


ejemplos del l i b ro de Dorfman El Método
en Ajedrez. Confío e n h aber convencido al
lector para que lea los li bros de Dorfman.
No obstante, i ncl uso sin mi recomenda­ 21 ... .ia6!
ción la enseña nza de Dorfman ya está
da ndo vueltas por el mundo del ajedrez. «U n movimiento d uro. Las neg ras prácti­
Me gusta mucho leer en la revista 64 los camente obligan a su adversario a «descu­
resúmenes de las com peticiones y los co­ brirse».
mentarios a las partidas del gran maestro 22 bS .ib7 23 c4 i.b4 24 :Bxb4 axb4 25 es
Pável Maletín. Este joven comprende per­ Por supuesto, el sacrificio de calidad esta­
fectamente el j uego y hace comentarios ba pla neado de antema no; sin embargo,
profu ndos no solo sobre ajedrez, sino tam­ no estoy seg u ro de que las vaya a propor­
bién sobre los aspectos psicológ icos de la cionar una b uena vida. Las blancas no te­
lucha. Al mismo tiempo, domina la pluma nían nada especial q ue elegir; después de
y tiene una actitud am istosa hacia sus co­ la «normal» 24 lli b3 cS !? las neg ras senci­
legas. Recomiendo encarecidamente es­ l l amente están mejor.
tudiar sus comenta rios en 64 n .0 1 2/20 1 4, No obstante, el sacrificio es muy fuerte
a la decisiva sexta partida del seg undo desde un punto de vista práctico: n o es
match Carlsen - Anand, y la explicación de fáci l para las negras encontrar la forma
los terribles errores q ue cometieron am­ de reaccionar. La a rtimaña consiste en
bos adversarios en la j ugada 26. El traslado que parece que las negras pueden hacer
del rey blanco del flanco de dama al flanco cualquier movi miento normal. ¿Qué po­
de rey lo com paró fi g u radamente con el dría ir mal en una posición con cal idad
paso de Suvórov a través de los Alpes. de ventaja? Sin embargo, como resu ltó
más adelante, simplemente están estática-

278
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

mente peo r32 y, en consecuencia, el lento aunque objetivamente las blancas tienen
desarroll o d e los aconteci mientos favore­ problemas, mientras que las negras no se
ce a las b 1 a n ea s. Las posibilidades de las arriesgan prácticamente a nada; en cual­
negras y el a nálisis muestra que ésta es
_ quier caso siempre tendrán j uego contra
una opo r t u n idad excelente para tomar la el rey. Yo examiné 30 iel !, con idea de cu­
i niciativa -se encuentran exclusivamente brir la columna «g», sin embargo aquí es
en la din á rn ica».33 desag radable 30 ... c6 con idea de poner
en el j uego al alfil después de 31 b6 ia6.
¿Esto no re recuerda algo, querido lector? 26 ttJ c4!
I nesperadamente las negras tienen pro­
Contin u e rn o s el anális is de la partid a con blemas serios: el traslado del caba l l o a d4
los com e n t a rios de Mal etin: no genera g randes d ividendos, y mientras
tanto las bla ncas tienen tiempo para cap­
turar en b4 y consolidar la posición.
26 ... bxcS 27 ixcS ttJe6 28.ixb4 ttJ d4 29 °'lf1c3
ic8 30 ias

25 . .. Vf1f6?

«Dmitri Kryakv i n indicó que lo correcto


era 25 . .. g5!! (también merece atención
25 ... c6, a u n q u e esto sigue siendo terreno 30 ... °'lf1e7
de los o rdenadores de ajedrez). Para ser Tal vez fuera más conveniente 30 ... l]a7!
honesto, v i e n d o la partida online, estaba con idea de devolver la calidad en res­
práctica m e nte seg u ro de que Yan jugaría puesta a la sugestiva 3 1 b6: 3 1 ... füaS!
de esa ma nera (espera lo mejor, ¡prepára­ 32 bxc7 (32 WxaS? é/J b3) 32 ... l]c5! 33
te para lo peor!); semejantes decisiones de cxd8®+ Wxd8, y las negras tienen buenas
pura e n e rgía son típicas de él. Después de posibi lidades para salvarse. Probablemen­
26 é/Jc4 bxc5 27 ixc5 (es mala 27 g3 é/J h3+ te Kramnik no forzaría los acontecimien­
28 ixh 3 \Wxh3 29 é/JxeS We6 30 WxcS l]d2; tos; por ejemplo, podría seg u i r 31 ©hl !?,
en pos i c i o nes tan a biertas la ventaja de y solo después de 31 ... ie6 32 b6! Aho­
calida d se nota más) 27 ... g4! 28 ixb4 gxf3 ra después de 32 ... füaS 33 bxc7 füS 34
29 gxf3 4? h7! Las neg ras, como mín i mo, cxd8®+ Wxd8 35 ®b4 Wc7 36 )]el las
tiene u n fuerte contraj uego, y lo que es blancas mantienen el peón de ventaja en
más es e n cial: o btienen una col u m na im­ una versión l igeramente más favorable y
porta n te para s u torre «extra». Por supues­ conservan las posibil idades de victoria.
to, la p o si ción sigue siendo muy compleja Sin embargo, parece que éste era el me­
y confu sa para un ajedrecista humano, nor de los males. En la partida las negras
estuvieron sometidas a u na presión espe­
-

32 Nota d el Autor. El texto en cursiva es m ío.


l uznante, q ue recuerda a las victorias de
33 Nota d el Autor. El texto en cursiva es m ío.
279
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

A natoly Karpov en los a ños 70. Algo así i n i cial «reseña de libros». Ya mencioné
como q u e el tablero está repleto de pie­ que me sorprendió aprender de Dorfma n
zas, incl uso tienes calidad de ventaja, y sin q ue l o s ajedrecistas s e d ividía n e n dos
embargo no tienes nada claro qué jugar. g rupos: jugadores de momento crítico y
Vladím i r Borisovich juega con gran placer jugadores de fa se técnica. Él escribe: «Así,
y fantástica maestría las posiciones con a mi parecer, pertenecen al primer grupo
u na correlación de material i n usual. Cada Alekh i ne, Botvi n n i k, Spassky y Kasparov, y
año, al estudiar la selección de Maksim al seg undo Capabla nca, Smyslov, Fischer y
N otki n en «La partida del a ño», regular­ Karpov».
mente encuentro 2 o 3 ejem plos sobre
este tema. Este encuentro no fue una ex­ En mi opi n ión, aquí vemos una su perpo­
cepción. Tal vez no destaque para ser «la sición obvia en las ca racterísticas de los
partida del año», sin embargo, a partir de g ra ndes campeones. Para un ajedrecista
este momento, Yan ya no tubo posi bil ida­ no i lustrado, como lo e ra yo antes de leer
des reales de escapar de la tenaza. el l i bro de Dorfman, los mismos térmi nos
Después de a l rededor de una docena de «j ugadores de momento crítico y j ugado­
jugadas man iobrando (31 @h1 ib7 32 res de fase técnica» suenan extra ños y u n
ib4 Wfe6 33 ttJa5 Wfb6 34 ttJc4 Wfe6 35 ttJaS poco ofensivos. Me recordó una a nécdota
Wlb6 36 g c1 gd7 37 h3 @h7 38 ttJ c4 Wfe6 39 sobre un fa moso músico. Un famoso vio­
as gb8 40 ttJ el h5 41 a6 ia8 42 Wfes Wfb3 43 l i n ista, cuyas giras estaban programadas
ic3 Wfe6 44 ic4 Wff6) surgió la sig uiente con un año de a ntelación, respondió a la
posición: solicitud de reunirse con sus compañeros
de clase y encontró tiempo en su apretada
agenda de conciertos. N aturalmente, en
la reu n ión se le pidió que tocara algo. Al
final iza r la i nterpretación, uno de sus com­
pañeros de clase se le acercó e h izo una
valoración de s u i nterpretación: «¿Quieres
que sea h onesto? Cuando sostienes con
tu mano derecha el a rco sobre las cuerdas,
obtienes un sonido que l lega al alma y las
lágrimas resba lan por mis ojos. Pero cuan­
do tocas las cuerdas con tu mano izq uier­
da, entonces, en mi opi n ión, ¡simplemente
presu mes!».
Com pá rela con el diagrama anterior. ¡Qué
hermosas y con qué efectividad están si­ En el tema del ajedrez al que nos refe­
tuadas ahora las piezas bla ncas! Con el rimos, estoy listo para tomar el lugar del
cambio d e la ú n ica pieza activa del adver­ aficionado ignorante de la a nécdota. losif
sario, Kra m n i k conduce el juego a una fa se Dorfman escribió u na dilog ía muy i ntere­
técnica. sante, El Método en Ajedrez, que ayuda a l
4S ixd4 exd4 46 ttJd5 Wfh8 47 gd1 d3 48 ajedrecista a tomar una decisión en el mo­
gxd3 Wfa1 + 49 Wlg1 Wlxg1+ SO @xg1 @g7 mento crítico y a arg umentarlo. Describió
51 gal fS S2 a7 gb7 53 ga6 fxe4 S4 fxe4 fü7 algunas posiciones tan bien que «llega al
SS es c6 S6 ttJ b6 füe7 S7 bxc6 gxa7 58 ttJxa8 alma y las lágri mas salta n de los ojos». Sin
Las n eg ras a ba ndonaron». embarg o, la división de los grandes aje­
d recistas en maestros de momento críti­
Sin embargo, es hora de volver a nuestra co y de fase técnica (para Dorfman la fase

280
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

técnica es un segmento de la partida entre i nesperadas, a menudo demasiado senci­


momentos críticos) es como una descrip­ llas, no sienten con la sutileza suficiente
ción de los procesos de u na vida completa los pu ntos de i nflexión de la l ucha». (Mark
solo en dos tonos: negro y blanco, a u nque Dvoretsky, Artur Yussupow A ttack and De­
la paleta de dichos procesos es mucho fence. How creative Thought Develops in a
más rica. Recordemos cómo Karpov (se­ Chess Player, 1 997).
gún Dorfman, maestro de la fase técnica)
superó brillantemente a Spassky (maestro Concluimos el tema de la clasificación del
de momento crítico, segú n Dorfman) en estilo de juego de los g ra ndes ajedrecistas,
u n a posición crítica. propuesto por Dorfman, con la partida:
Si hay un deseo de establecer para lel is­
mos entre los ajedrecistas «celestiales»,
me parece más adecuado clasificarlos de
POSICJÓN 82
acuerdo con el carácter del pensamiento
de Mark Dvoretsky: «Tradicional mente los Eugenio Torre - Anatoly Karpov
jugadores de ajedrez se d ividen en com­ Bad Lauterberg 1 977
binatorios y posicionales. H ubo un tiempo
en que era relativamente fácil distinguir a
los jugadores por este criterio, pero ahora
la situación es diferente: casi no q uedan
jugadores puramente posiciona les o pu­
ramente combi natorios. Además, esta d i­
visión habla solo de la manera de j uego,
no de las características del pensamiento.
No es suficientemente informativo en tér­
m i nos de eleg i r la dirección y el contenido
del entrenamiento req uerido por un aje­
d recista.
Me parece más productivo distinguir al ju­
gador de ajedrez por el tipo de pensamiento «El ajedrecista filipino, con blancas, tiene
que domina en su enfoque creativo para Ja cierta ventaja estática:
toma de decisiones: intuitivo o lógico. 1 . =; 2. =; 3. ;!;; 4. ;!; .
Los g randes maestros de tendencia in­ Torre p u d o concentrarse en la conti n ua­
tu itiva -José Raúl Capa blanca, M ijaíl Tah l, ción 21 \Wd2, y preparar el plan típico a3-
Tigran Petrosian, Anatoly Karpov- sienten a4, :8'.cl -bl y a4-a5. Sin emba rgo, haciendo
sutilmente los matices más pequeños de caso omiso de las exig encias del momen­
la posición, tienen u na visión combi nativa to, prefi rió u n j uego dinámico.
más n ítida. Son más débiles en el plantea­ 21 g3
m iento de la partida, en la estrateg ia, no A partir de aquí el rey blanco se encuentra
les gusta demasiado calcular variantes y i rremed iablemente debil itado.
cometen errores en el cálculo. 21 ... id8 22 ttJ d2 if6 23 h4 h6 24 hS ttJ gf8
En el polo opuesto están, por ejemplo, Cabe señalar que la estrategia provocado­
Akiba Rubinstein, M ijaíl Botvinnik, Ga rri ra de Karpov le ha dado excelentes resul­
Kasparov. Ellos conciben pla nes profu n­ tados. Su posición es firme y segu ra.
dos en la apertura y en las etapas poste­
riores, piensan de una manera d isciplina­ Véase el diagrama siguiente
da, calculan con precisión las variantes.
Pero a veces se les escapan ideas tácticas La distribución de las piezas negras puede

281
El M é todo en Ajedrez de losif Dorfman

mejo ra rse med i ante 'tJ,c7 seg uido de 'tJ,ec8, Estrictamente hablando, he seleccionado
mientras que el caballo d2 está condena­ esta partida sin deseo de sacar de contex­
do a l a inactividad debido a la idea �xc3 to una frase: «He oído repetidamente que
y C/J f6. A las bla ncas les resulta más d ifícil Karpov gana a menudo permaneciendo en
encontrar las maniobras adecuadas. la octava fila. A mí me parece que la explica­
He o íd o repetidamente que Karpov gana a ción es más simple: es uno de los jugadores
men u d o permaneciendo en la octava fila. estáticos más grandes».
A m í m e parece que la explicación es más
si m p l e: es uno de los jugadores estáticos De n uevo el tono blanquineg ro. No es fá­
más g randes. cil, nada es sencillo. I ncluso hoy d ía mu­
25 g4 chas personas no comprenden el j uego de
Este gesto desesperado acelera lo inevita- Karpov. Recuerdo una conversación con
ble. Gennadi Kuzmín d u ra nte un Memorial A.
25 .•• tD h7 Sokolsky en M i ns k. El g ran maestro ucra­
La a menaza estratégica consiste en e6-e5. n i a no habló con entusiasmo de su forma
El ava n ce del peón «f» ha entregado todas de jugar. Dura nte la Olimpiada estud iantil,
las casillas neg ras. Las negras sacan pro­ donde jugaron juntos en el equipo de la
vec h o i n med iatamente con el cambio del U RSS, el joven Karpov, a petición de Kuz­
alfi l �f6-g5 y la posterior ocupación de las mín, le mostró sus partidas y com partió
cas i l la s f6 y gS. Por otro lado, 26 C/Jf3 (tras sus pensamientos sobre el transcurso del
la i m prudente 26 \Wg2 dS 27 cxdS �xc3 28 j uego. A Kuzmín le l lamó la atención cómo
l"1xc3 'tJ,xc3 29 'tJ,xc3 exdS las negras toman instantáneamente Karpov captaba los
la i niciativa) tropieza con la réplica típica más míni mos cam bios en las posiciones,
26 ... �xc3 27 'tJ,xc3 C/J hf6. que eran i nvisibles para los demás, y cómo
26 e 5 dxe5 27 g5 exf4 28 ixf4 !es de i n med iato reorgan izaba sus planes de
acuerdo con esos cam bios. Desde el ex­
Véase el diagrama siguiente terior esto se veía más o menos así: man­
tener prácticamente ig ualada la posición.
La partida está prácticamente finalizada. Los contendientes hacían una decena de
Por supuesto, n o es fácil aceptar este tipo j ugadas adelante y atrás, cada uno en su
de derrota. Probablemente por esa razón propio campo, sin cometer errores al me­
las b la ncas prolongan su resistencia i nsen­ nos aparentes, y resulta que entonces la
sata . posición del adversario de Karpov estaba
29 g6 fxg6 30 hxg6 ixf4 31 gxh7+ @h8 32 perdida o muy cerca de ello.
fü1 fü8 33 ie4 l2Je5 34 '\Wg2 l2Jxc4 Las blan­
cas aba ndonaro n». La mayoría de los j ugadores pueden mo-

282
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

ver las piezas en su propio campo sin por lo que se j uega sin pensar en las posi­
entrar en contacto con las piezas del ad­ bil idades del adversario.
versario. Sin em bargo superar completa­ 9 ... �e8
mente al adversario de esta manera es u n Todas las esperanzas de obtenercontrajuego
arte reservado a unos pocos. Todavía es por parte de las negras van unidas a la pre­
más d ifícil explicar por qué sucede esto, sión sobre el peón e4.
porque para ello es necesario compene­ Este sí es u n pensamiento preventivo. Kar­
trarse y simular el pensa miento del gran pov determina i nmediatamente la idea
ajedrecista. principal del adversario, que vig i la rá aten­
tamente d u ra nte el tra nscurso de toda la
En mi opinión, quien mejor ha descrito y partida.
explicado la forma de jugar de Karpov ha 1 o igs
sido Mark Dvoretsky en sus comentarios Un procedim iento está ndar: las blancas
a la partida Ka rpov - Timma n (Montreal provocan h 7-h6, para después desarrollar
1 979). Al mismo tiempo, Dvoretsky de vez la dama por d2 y atacar al peón h6.
en cuando i n sertó los comentarios del 10 ... h6
mismo Karpov, que resalto en cursiva. Era tentadora 1 O .. . exd4 1 1 étJxd4 h6 a la
espera de 1 2 ie3 ltJc5, y es incómodo de­
fender el peón e4 (1 3 Jtf4 étJ h5). Sin em­
bargo las blancas responden 1 2 if4! g5 1 3
PARTIDA 53
ic l , y en el futuro se notará la debil idad
Anatoly Karpov - Jan Timman de la casi lla f5.
Defensa Pire [B07] Tras 10 ... Wlb6 las blancas podían obtener
Montreal 1 979 ventaja con la sencilla 1 1 '%1,b 1, porque es cla­
ramente insatisfactoria 1 1 ... exd4 12 étJxd4
1 e4 d6 2 d4 ¿¿¡ f6 3 ctJc3 g6 4 g3 ig7 5 ig2 ltJc5 1 3 b4 ltJcxe4 1 4 he4! ltJxe4 1 5 ltJxe4
0-0 6 ctJge2 es 7 0-0 ctJa6?! hd4 1 6 étJf6+.
¡No es un comentario del todo convi ncen­
«La teoría reco m ienda 7 ... étJc6 o 7 ... c6. En te! Por supuesto, no se debe capturar el
caso de 7 ... c6 la respuesta habitual es 8 a4 peón e4; la respuesta normal es 1 3 ... étJe6.
(previ n iendo la jugada útil para las negras Además en l ugar de 1 2 ... ltJ c5 Timman
b7-b5), pero entonces el desarrollo del ca­ podría probar bien 1 2 ... d5, o bien 1 2 ...
ballo por a6 está más justificado, porque ltJg4!? 1 3 hxg4 ixd4 1 4 ie3 ixe3 1 5 füe3
tiene a su d isposición la casi l la b4. d5! con juego confuso. Esta variante tiene
8 �e1 c6 9 h3 su propia lógica i nterna: en g5 el alfil casi
«Jugada profiláctica típica en este tipo de si­ no participa en la l ucha por el centro, y las
tuaciones, -escribe Karpov- restringiendo negras aprovechan esa circu nstancia.
al alfil enemigo, al mismo tiempo las blan­ 11 ie3
cas también crean una «zona de obstruc­
ción» en el flanco de rey para el resto de las Véase el diagrama siguiente
piezas menores» (Karpov).
«El resto de las piezas». Sin duda se refiere Es evidente que las blancas q u ieren con­
al caballo f6. El alfil bla nco desea situarse cluir el desarrollo med iante 1 2 Wld2 (¡ga­
en e3, y para ello debe aseg u rarse contra nando tiempo!) 1 2 ... ª7 h 7 1 3 '%1,ad l . ¿ Es po­
el salto ltJg4. Aquí advertimos una jugada sible i nterferir en la real ización de su plan?
profiláctica, sin embargo de momento no En caso de 1 1 ... exd4 1 2 ixd4! lLlc5?! (es
es u n pensamiento preventivo. E l avance mejor 1 2 ... lLlc7) es desagradable 1 3 e5!
del peón a h3 es típico en estas posiciones, étJ h 7 1 4 exd6 Wlxd6 1 5 b4 (o 1 5 ixg7 W/xdl

283
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

1 6 �a:d 1 @xg7 1 7 b4 élia6 1 8 bS) 1 5 ... éli a6 Ahora se imponen 1 4 f4 o 1 4 g4. ¿Cómo
1 6 bS cxbS 1 7 éll x bS con ventaja blanca. hace Karpov su elección?
M erece seria atención la jugada profilácti­ «En el umbral del mediojuego siempre es útil
ca, ind icada por Ka rpov, 1 1 ... � h7!?, que sopesar una vez más los recursos de ambos
defiende por a ntici pado el peón h6. Su bandos y corregir los planes iniciales. Aquí
sentido es q ue a 12 \Wd2 sigue 1 2 ... exd4! reflexioné y pronto llegué a la conclusión
1 3 ixd4 (es más fuerte 1 3 élixd4 élics 1 4 de que un juego sencillo en el centro ya no
f3, y s i 1 4 ... dS, entonces 1 5 4Jxc6) 1 3 ... promete nada. Ahora/ con el fin de obtener
éli cs, y 14 eS? es imposible por la clavada nuevos puestos avanzados1 será necesario
de alfil después de 1 4 ... dxeS. avanzar los peones del flanco de rey. Sin em­
Con el movi miento 1 2 g4 (en lugar de 1 2 bargo no quería jugar enseguida 14 f4. No
\Wd2), las blancas conservaban una po­ es lógico aumentar Ja tensión de inmediato,
sición algo mejor. Aunque las neg ras, en porque más tarde tendré que jugar g3-g4.
todo caso, no perdían nada: tras hacer Entonces, ¿por qué no aprovechar primero
una jugada útil, d ificu ltaban la agru pa­ un recurso para reforzar Ja posición, como
ción n atural de las piezas del adversario, g3-g4 y llie2-g3? Al mismo tiempo las blan­
planteándole p roblemas en la apertura en cas resuelven su principal tarea estratégica,
base al pensam i ento preventivo. reforzar el peón e4 en caso de una ruptura
1 1 ... 'Wc7? en el centro».
Jan Timma n ni siquiera i ntenta l uchar Por cierto, esta partida ilustra a la p erfec­
contra el plan de su adversario. Además la ción la idea de N i mzowitsch acerca de la
dama negra le a rrebata una casilla al ca­ sobreprotección de los pu ntos estratégi­
bal lo, q ue a hora está atascado en el borde cos importantes. Karpov l o recuerda todo
del tablero. el tiempo, trata de fortalecer al máximo e l
12 '®d2 i>h7 peón central e4.
Tras 1 2 ... exd4 1 3 élixd4 las negras ten­ 14 g4 E:ad8 1 5 etJg3 ic8 1 6 f4 bS
drían q ue perde r tiempo para rechazar la Conociendo su estilo, ahora es bastante
amenaza 1 4 ixh6. fácil adivinar la jugada de Karpov.
13 �fad1 id7 17 a3! b4?!
Merecía atenci ó n 1 3 ... ie6, y si 1 4 g4 �ad8 Timman es un jugador activo, a veces de­
1 5 f4 ic4 1 6 éli g 3 (Karpov), entonces 1 6 ... masiado activo. Es dudoso que valga la
exf4 1 7 ixf4 cs. pena debilitar los peones del fla nco de
dama.
Véase el diagrama siguiente 1 8 axb4 Cll x b4 1 9 etJce2
«La idea de las negras consiste en ... ». Perdo­
Las bla ncas se h a n consol idado con éxito. ne, ¡cuál es aquí la idea de las negras! A pri-

284
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

mera v ista, está claro que las blancas han consolidar el peón e4».
con se g u ido una sól ida ventaja posicional. Como se puede ver, aquí se combinan las
Pro b a b lemente pensaríamos cómo uti li­ dos formas de profi laxis mencionadas por
zarla l o más rápido posible: mover f4-fS, N i mzowitsch: obstaculización de los pro­
prep a ra r g4-gS, etc. Sin em bargo, Karpov yectos del a dversario y sobreprotección .
pien s a de otra manera: i ncluso en estas E s curioso q ue Ka rpov n i siquiera conside­
situaciones él, sobre todo, controla las po­ re 22 lll xc6? Wxc6 23 es, una contin uación
sibles i ntenciones del adversario y procura a la q ue seg u ramente otros jugadores le
i m ped i rlas. prestarían una atención seria. ¿Por q ué?
Así, o tra vez: «La idea de las negras consis­ Porque tras esto las piezas negras cobran
te en agrupar de alguna manera sus piezas vida. Si bien es cierto que después de 23 ...
con las jugadas a7-a5, ic8-a6, e5xd4 y c6- Wc7 24 exf6 ixf6 2S lll e4 seg u ido de id4
c5. Pero este camino es largo, y las blancas o 23 ... dS 24 exf6 las blancas todavía ten­
consiguen impedir el proyecto de su adver­ d rían mejores posi bilidades.
sario». 22 ... id7
Ahora a 1 9 ... as sigue 20 c3, que expulsa Otra vez las negras q u ieren jugar lll cs (23
al caballo y refuerza el centro. Las negras ... lll c s 24 b4 ab 2S cb lll e6, y el peón c6
tam bién tienen una posición mala tras 1 9 está defendido), y de nuevo las blancas l o
... cS 2 0 fxeS dxeS 2 1 dS. impiden .
1 9 ... exd4 20 CD xd4 as 23 CDf3! �e7?!
«En esencia, eljuego posterior de las blancas En caso de 23 ... lll c s Karpov ten ía prepara­
se reduce a evitar que las piezas enemigas do 24 es. Timman con fía en la pala bra de
entren en juego». su adversario, y por lo visto, en vano.
21 c3 ttJa6 En situaciones d ifíciles es necesario com­
probar detenidamente cualquier oportu­
n idad para ag ravar la l ucha. No veo cómo
se refuta el movimiento 24 ... lll dS. Si 2S
exd6 Wxd6 26 Wf2 (26 c4? lll x e3), enton­
ces 26 ... füe3! 27 füe3 ®xf4 28 l=&ee l lll e6
con cierta compensación para las negras
por la calidad sacrificada. Probablemente,
las blancas deberían lim itarse a j ugar la
tranquila 2S ixcS dxcS y ahora: 26 lll hs
(Ad ianto) 26 ... ih8 o 26 ®el (Nunn) 26 ...
c4 27 lll e4 f6 28 lll d6 fü8.
La recomendación de Karpov 23 ... es tam­
bién era preferible a la j ugada de la par­
La sigu iente j ugada de Karpov, sin d uda, tida.
es la mejor de la partida. ¿Cómo la en­
contró? Es evidente que se preguntó qué Véase el diagrama siguiente
q uería hacer e l adversario. La respuesta es
clara: poner en j uego el caballo a través de 24 if2!
la casilla cS. ¿Cómo impedirlo? «Uno de Jos últimos movimientos preven­
22 1M/c2!! tivos. Antes de emprender las operaciones
«Un movimiento sutil, que, en primer lugar, ofensivas, las blancas disponen sus fuerzas
impide que el caballo negro salte a c5 (debi­ con Ja máxima armonía y... ¡de nuevo refuer­
do a Ja respuesta b2-b4), y en segundo Jugar, zan el puesto avanzado central e4! Era preci­
continúa Ja precedente línea estratégica, pitada 24 Wfd3 debido a 24 ... icB».

285
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

Karpov.
24 ... ie8?!
Era más tenaz 24 ... ibc8.
25 1Mfd3 1.Wb7
Si 2S ... l2Jb8, entonces 26 eS!
26 �a1 !
Las modestas man iobras de las piezas
blancas en su campo han l levado a una
conquista de material: el peón as esta in­
defenso.
26 ... fiJ c7 27 �xaS �dd7
Es mala 27 ... iWxb2? 28 l'1b1 .
Para m í, q u izás el ú ltimo comentario de 28 b4 fiJe6
Karpov es el q ue aporta mayor informa­
ción. I ntentaré util izarlo para reconstru i r
el curso aproxi mado de su pensamiento:
« Es tentador el ataque doble 24 iWd3,
s i n emba rgo después de 24 ... ibc8 2S es
lLJ ds 26 exd6 l'1xd6 no vale 27 c4? por 27 ...
füe3! (pero no 27 ... l2Jxe3? 28 iWxd6 lLJxd1
29 iWxe7) 28 füe3 l2Jxe3 29 iWxd6 l2J xd 1
(indicado por N u n n). No, ¡no necesito tales
aventuras!
¿Y cómo q uiere jugarTimman, para qué ha
hecho su ú ltima jugada? Es poco probable
que sea pa ra 24 ... l'\de8, entonces sigue la
sencilla 2S \Wd3, y pierde un peón. ¿Ta l vez Por supuesto, ahora es mala 29 fS ? l2Jf4.
24 ... Íl,e8, para reforzar el peón d6, y dejar Es necesario defender el peón f4, au nque,
l i b re la casilla d7 para el caballo o la torre? ¿de qué manera? Karpov está vigi lante
Pero entonces sigue 2S \Wd3, y el alfil ya no hasta el final.
puede defender al caballo. En caso de 2S ... «La posición está completamente ganada
iWb7 puedo atacar as. para las blancas, pero aún requiere cierta
Esto sign ifica que solo necesito esperar. precisión. Así, después de 29 Wd2 d5!? las
¿Qué j ugada útil puedo hacer? Sin d uda, negras podrían obtener cierta apariencia
24 ibf2; n o está mal defender una vez más de contrajuego: 30 e5 lLJ e4 3 7 lLJxe4 dxe4 32
el peón e4, y l a amenaza e4-eS (después lLJd4 es, y la cosa se complica».
de 2S iWd3) gana fuerza». 29 ie3! c5 30 fS fiJd8 31 bS
Como se puede ver, el pensamiento pre­ Por supuesto, hay que impedi r que el ca­
ventivo no es sinónimo de pasividad, se bal l o salte a c6.
asocia con el cálculo simultáneo tanto de «Para alcanzar la «felicidad plena» a las
los recursos propios, como de los del ad­ blancas les resta jugar c3-c4, con lo que con­
versario, con e l cálculo preciso de varian­ siguen dominar todo el tablero».
tes cortas. 31 ... �h8 32 if2
Es extremadamente d ifícil enfrentarse a El alfil ha cumpl ido su trabajo en e 3 y se
esa forma de jugar, es necesario igualar al retira de nuevo para reforzar el punto e4.
adversario en l a capacidad de prever los 32 ... 1.Wc7 33 �a4 Wfb8 34 c4
planes de otra persona. A este respecto, Además de material, las blancas tienen
Timman n o era un oponente válido para una ventaja posicional enorme; las piezas

286
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

enemigas están completamente asfixia­ recursos. U na organización depende de


das. El golpe decisivo no está l ejos. una multitud de recursos, muchos de los
34 ... ga7 35 gxa7 gxa7 36 eS dxeS 37 lll xeS cuales son proporcionados por proveedo­
ga2 38 ixc5 Las negras abandonaron. res u otros socios de la firma. La org a niza­
Una vez más voy a repetir que tras u n exa­ ción depende de estos recursos; si a l g u nos
men superficial de la partida no hay nada recursos importantes para la organ ización
que l lame la atención, da la impresión son escasos, entonces los proveedores
(en general, cierta) de que «se ha j ugado tendrá n una ventaja en su relación comer­
en una sola portería». Y solo tras u n serio cial. La organización no ten d rá la l ibertad
estudio empiezas a percibir la elevada de acción necesaria y su destino estará en
maestría q ue se esconde tras las en apa­ manos de los proveedores.
riencia modestas j ugadas de las blancas, Un gerente i nteligente de d icha org a niza­
una maestría, en g ran medida envuelta en ción desa rrol lará estrategias que red uci­
el pensam iento preventivo». rán el poder de los proveedores y a umen­
tarán la l ibertad y las posi bles variantes
Un trabajo de fi ligrana de Anatoly Karpov. para las acciones de la organ izació n . Una
De n uevo llamo la atención del lector so­ variante (de su conjunto) de esta estrate­
bre el hecho de que si exceptuamos la gia es tener más proveedores, lo que redu­
j ugada décima de las blancas con el mo­ ce la dependencia de cualq u iera de el los.
vimiento del alfil a gS, que provoca la res­ La m isma idea se puede usar en ajedrez. El
puesta h7-h6, Karpov realizó todas las ma­ primer paso clave es identificar los pu ntos
n iobras restantes en su propio campo, sin críticos de la posición, desde un punto de
traspasar la cuarta fila, y logró una ventaja vista estratégico, lo mismo que el g erente
decisiva en la j ugada 27 contra uno de los de negocios evalúa también qué recu rsos
gra ndes maestros más fuertes del mundo son importantes y de qué carece la or­
en ese momento. Cabe señalar los comen­ gan ización. En ajedrez a menudo son los
tarios absolutamente bri l lantes de Mark peones y las casillas centrales. Estos son
Dvoretsky, que nos descubren la lógica in­ los pu ntos que deberá n sobreprotegerse.
terna de todo lo sucedido en esta partida. La sobreprotección de hecho aumenta la
flexibilidad y reduce la fuerza del adversa­
Para terminar me gustaría citar un extrac­ rio, así como las estrategias comerciales
to del original e i nteresante libro del gran pueden aumentar la l i bertad de acción de
maestro d anés Lars Bo Hansen Fundamen­ la compañía y reducir el poder de los pro­
tos de la estrategia ajedrecística, en el que veedores. Si el punto crítico (por eje mplo,
el autor se centra en la importancia de te­ un peón central) está atacado tres veces
ner en cuenta, al tomar una decisión, no por el adversario y está protegido solo tres
solo la valoración objetiva de la posición, veces, entonces el adversa rio tiene supe­
s i no tam bién l as forta lezas y debil idades rioridad estratégica, porque en cualquier
por ambos lados, tanto en tu j uego como momento puede desplegar el ataque en
en el j uego de tu oponente. Además, Han­ otra parte del tablero. Las piezas d efensi­
sen establece paralelismos entre la estra-· vas están q u ietas y dependen de los mo­
tegia en el ajedrez y la estrategia en los vimientos del adversario. No pueden mo­
negocios modernos. Esto es lo que escri­ verse, ya que esto supondría la pérdida de
be sobre la sobreprotección de un punto u n peón central importante. Por otro lado,
fuerte: «Aquí propongo mi propia explica­ si el peón está protegido cuatro veces (o
ción de este concepto, comparándolo con más), entonces las piezas defensoras tie­
la noción de teoría de la organización, co­ nen l i bertad propia. Cualqu iera de ellas
nocida como teoría de dependencia de los puede abandonar su rol pasivo y actuar

287
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

activamente en otra parte, ya que el peón


seg u i rá protegido. La sobreprotección del
peón a umenta la movi lidad de las piezas,
y la ventaja de elegir acciones ya no está
en ma nos del adversario.
Lo principal, tanto en los negocios como
en el ajed rez, es identificar los puntos es­
tratégicos importantes, q ue necesita n
sobreprotección. Una buena regla prác­
tica es fijarse atentamente en el centro.
Los pensadores clásicos ten ía n razón al
enfatizar la importan cia del centro. Sin
embargo, como N imzowitsch y otros hi­ Además la posible clavada con el alfil por
permodernos nos enseñaron, para domi­ la gran diagonal, con ataque simultáneo
nar el centro no es necesario ocuparlo con a la torre b2, puede ser decisivo. Es muy
peones: la sobreprotección con las piezas atractiva 36 !es! En la actual idad el orde­
puede ser igual de fuerte». nador dictamina enseg uida que las blan­
cas ganan después de 36 ... tlixeS 37 V!ifxeS
Recuerdo muy bien la fuerte i m p resión Eld2 38 !c4.
que me produjo la semidesconocida par­
tida Karpov - Kupreichik, jugada en Riga Los pensamientos de todos los presentes
el año 1 975, en la Espartaquiada de los se d irig ieron en esa dirección; sin em bar­
pueblos de la URSS, e n el match Rusia - go, en el zeitnot Karpov jugó 36 '\Wc1 ?!!
Bielorrusia. Ese d ía me tocaba descansar
y observé con i nterés las partidas d e mis La partida terminó así: 36 ... E:a2?! 37 '\Wc4!
compañeros de equi po. Sobre todo des­ E:d2 38 if4 E:b2 39 '\Wc3! E:b4 40 gS .id4 41
pertó mi i nterés el enfrentamiento en el '\Wxc6 bxc6 42 ét:\xd4, y las negras a ba ndo­
pri mer tablero e ntre Vi ktor Kupreichik y naron. El ordenador muestra que en lu­
el n u evo campeón d el mu ndo, Anatoly gar de 36 ... fla2 las n egras necesitaban
Karpov. Poco a ntes de esto Robert Fischer retirar la torre a b4, permitiendo 37 V!ifa l .
había ren u nciado a defender su título en Después de 36 ... El b4! 37 Vlia l @g8 con­
u n match con el g ran maestro soviético, y servaban posibilidades de resistencia. Me
Karpov fue proclamado decimoseg u ndo sorprendió ver hasta qué punto Karpov
cam peón del mu ndo. La partida transcu­ abarca con su mirada todo el tablero. La
rrió m uy tensa y terminó con apuros de dama blanca se cierne sobre la posición
tiempo m utuos. del rey neg ro, que parece a punto de de­
rru mbarse. Y de repente se retira a el .
¡ Nadie en a bsol uto miró en esa d i rección!
Parece que a2 es la ú nica casilla de retirada
P05/C/ÓN 83
para la torre b2, y después de 37 V!ifc4! la
Anatoly Karpov - Viktor Kupreichik dama bla ncas se mueve a c3 con ganancia
Riga 1 975 de tiempo y con el a ñadido del ataque de
peón g4-g5 . Todo s uced ió m uy rápido, y
Véase el diagrama siguiente nadie excepto Karpov vio esta maniobra.

Las neg ras tienen un peón extra, s i n em­ Aq u í sería muy apropiado cita r al gra n
bargo las blancas poseen la pareja de maestro Lev Psajis, autor d e l excelente l i ­
alfiles y sus piezas apuntan al rey neg ro. bro Advanced Chess Tactics, en referencia

288
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

a la decimoséptima j ugada de Mijaíl Tah l a rdiente, una forma de vida bohem ia y un


contra Anthony Miles (Porz 1 981 ): «Seré desprecio total por el régimen deportivo,
franco: esta jug ada nunca se me habría como Mijaíl Ta hl?
ocurrido, y por muchas razones. Sobre
todo, porq ue es una j ugada genial (y por Hoy para responder cualquier pregu nta es
cierto, no me refiero a su cal idad), ¡y los habitual buscar en «Wi kipedia». Hagamos
pensa mientos de las personas ordinarias nosotros lo mismo.
y de las genia les son bastante d iferentes!»
«Genio es el grado más elevado (a d ife­
La repetición es la madre del aprendiza­ rencia del ta lento) de manifestación de las
je, y volvemos de n uevo a una sabia cita habilidades creativas del i nd ividuo». Ejem­
de Mark Dvoretsky: «Los grandes maes­ plo: el genio es el grado más elevado que
tros de la tendencia i ntuitiva -José Raúl puede conseg uir la capacidad huma na».
Capablanca, M ijaíl Tahl, Tigran Petrosian,
Anatoly Karpov- perciben finamente los «Genio - (del latín genius - espíritu) - es l a
matices más i n sig n ificantes de la posición, capacidad del hombre, i ncreíble y admira­
poseen una visión combi nativa más níti­ da por todos, para crear y dar a luz n u evas
da». ideas».

Hace cuarenta años Anatoly Karpov j uga­ Si tomamos como base la pri mera defini­
ba de una forma i n i mitable con u na fuer­ ción, entonces para una persona q ue co­
za fantástica, y creo que Robert Fischer lo nozca el deporte será evidente que es muy
comprendió mejor que nad ie. Por desgra­ d ifíci l ser u n genio dura nte mucho tiempo,
cia, ¡ nu nca se celebró ese match tan i nte­ ya que no se puede mantener siempre e l
resante! más alto g rado que una habi l idad h u mana
pueda alca nzar. Y desde luego, a hora en e l
En la actual idad se i ntenta revisar la his­ ajedrez el componente deportivo domina
toria, i ncluida la del ajed rez. Existe una sobre el resto. No es ningún secreto que
controversia sobre q uiénes de los g randes en la actualidad el ca mpeón de ajed rez
ajedrecistas son genios, y quiénes no tan­ más fuerte no está en condiciones de ga­
to. La opinión general: Capablanca, es u n nar un match a u n ordenador. Los matches
genio; Alekhine, e s u n genio; Fischer, e s u n y los torneos al más alto n ivel despiertan
gen io; Tahl, e s u n genio; Kasparov, es u n el i nterés de millones de personas. Sin
gen io; lva nchuk, e s u n genio; pero Karpov embargo las competiciones y campeona­
no es un g enio. Acerca de Kramnik, un mo­ tos entre programas de ajed rez solo son
desto silencio, para Magnus Carlsen, voces i nteresantes para un n úmero limitado de
tímidas, mientras que Mijaíl Botvi n nik, V. especialistas. Sin d uda, a nadie se l e pasa
Smyslov, T. Petrosian y B. Spassky es como por la ca beza ver un campeonato de le­
si no h u bieran existido en el ajedrez. En vantamiento de pesas entre g rúas, sin
I ndia, por supuesto, Anand es Dios, a u n­ em bargo a m ucha gente le gusta ver los
que más allá n o hay nada claro. Me g us­ campeonatos de levantamiento de pesas,
taría entender los criterios que rigen estas i ncluso los femeni nos. Por lo tanto, hoy
eval uaciones, y al mismo tiempo, ¿genio se habla de genio en el ajed rez solo con
es u n títu lo de por vida o por un tiempo? referencia a los campeones del m u n do.
Si es por u n tiempo, entonces cuál es el Vasily lvanchuk, un destacado j ugador de
período: ¿diez años, un año, un match, u n ajedrez, que ha obten ido grandes éxitos,
torneo, u na partida? ¿Es necesario u n am­ y cuyo talento no es i nferior al de u n cam­
biente externo? Por ejemplo, ¿una mirada peón del mundo, es una excepción a la re-

289
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

gla, en gran med ida debido a su imagen cometer errores». ¡Sin e m ba rgo Fischer no
y entorno. Después de todo, nadie habla se equivocaba o casi n o se equ ivocaba!
como genios d e Viktor L'vovich Korch noi,
Pa ul Keres o, d igamos, Veseli n Topalov o Y luego, por alguna razón, estando i n victo,
Boris Gelfand. abandonó el ajedrez.

El destino de Robert Fischer muestra el he­ En el año 1 992 o 1 993 vi la película Fe­
cho de que no se puede ser u n genio del dora. Trataba sobre una famosa actriz de
j uego hoy y veinte a ños después. Desde ci ne, que había su perado los 40 años ha­
l uego, si se hace la preg u nta: ¿quién es el cía tiempo, se somete a repetidas cirugías
j ugador más genial de toda la h istoria del plásticas, i nterpreta a jóvenes heroínas, y
ajedrez?, entonces Fischer sería el ca ndi­ colecciona Oscars. Una de las operacio­
dato n .º 1 , si no hu biera j ugado u n seg un­ nes no tiene éxito, y Fedora se convierte
do match con Boris Spassky veinte a ños en u na anciana. En ese momento esta lla
después. Recordemos sus fa ntásticos re­ la Seg u nda Guerra M u ndial, y el m u ndo
su ltados en su camino hacia el títu lo m u n­ del cine pasa a un seg undo pla no. Fedo­
dial: en el torneo l nterzonal, ¡3,5 pu ntos de ra y su hija, sorprendentemente similar a
ventaja sobre el segundo clasificado! Mat­ el la, viven en el olvido en una isla privada.
ches de candidatos: i Fischer - Taimá nov Durante la guerra la niña crece y la madre
6:0!; i Fischer - Larsen 6:0!; ¡ Fischer - Petro­ le enseña las a rtes escénicas. Terminada la
sian 6,5:2,5! Fischer - Spassky 1 2,5:8,5 con g uerra, la eternamente joven Fedora vuel­
incomparecencia de Fischer en la seg u nda ve a aparecer en el escenario m u n d ial, y
partida, que se le dio por perdida. N unca como nadie sabe nada sobre la existencia
nadie pudo mostrar tal su perioridad sobre de su hija, todos creen que es la misma ac­
sus adversarios en la historia moderna del triz que antes de la guerra. Todo va bien,
ajedrez, y de h echo se enfrentó a lo me­ el éxito es fabuloso, hasta que la h ija se
jor del mundo, i ª la Escuela soviética de enamora. Cua ndo le d ice a su madre que
ajedrez! El gra n maestro Boleslavsky me q uiere revelar a s u ama nte su verdadera
habló sobre la forma de actuar sobre el ta­ identidad, esta se niega categóricamen­
blero del campeón americano. Por lo ge­ te, y en su desesperación la h ija se s u icida
neral, al hacer u n a jugada, un ajedrecista tirándose a l paso de un tren. Dos meses
considera varias respuestas del adversario. después, Fedora m uere . . .
Para cada una de ellas considera las va­
riantes posibles, a unque no siem pre hace H e narrado este m elodrama para mostrar
un cálculo profu ndo: demasiado consu­ que la imagen de ser la mejor actriz era
mo de energía. Desde l uego, si elige tres más importante pa ra la madre que la fe­
movimientos, d espués de la respuesta del l icidad de su h ija. La vida es más prosaica
adversario el cá lculo de dos variantes des­ que el cine. Fischer simplemente se q ue­
aparece automáticamente. Con frecuencia dó sin dinero, y la ú nica forma con l a que
en ese momento los ajedrecistas prefieren sabía ganarlo era con el ajedrez. Por eso
pasear por la sala o ir al baño. Sin embar­ accedió a jugar un seg undo match con
go, Fischer no se levantaba del tablero, Spassky, y estropeó su imagen. La calidad
pensaba y calcu laba todo. Cuando el ad­ de las partidas fue baja, y se hizo eviden­
versario realizaba su j ugada, respondía te que no solo Kasparov o Ka rpov habrían
casi sin pensar, ya lo tenía calculado todo. derrotado a este Fischer, sino tam bién
Desde un pu nto de vista psicológico esto Timman, Short, e i ncluso los bastante jó­
es muy i ncómodo para los adversarios: venes Anand, l vanchuk y G elfa n d podrían
«Bueno, no puede jugar tan rápido y no tenerlo a su alcance.

290
El Método e n Ajedrez de losif Dorfman

Por lo tanto el genio, como grado más ele­ casi sin sacrificios, como, por ejemplo, el
vado que puede conseguir la capacidad brillante d uelo Caruana - Aronián de la
h u mana, no solo no puede ser permanen­ ya mencionada Copa Sinq uefield del año
te, sino que es muy raro que se prolongue. 201 4, provoca, por regla general, menos
De los ejemplos recientes puedo mencio­ emociones. Y ya no hablo de los ejemplos
nar la i ntervención de Fa bio Ca ruana en la demostrativos de una técnica fantástica
Copa Sinquefield del a ño 201 4. Su juego en los fi nales de Magnus Carlsen. Si no
y el resultado de 7,5 de 9 ( iY por las posi­ fuera el campeón del mundo, l íder indis­
ciones podrían haber sido 8,5 pu ntos!) en cuti ble del ranking mundial con alrededor
uno de los torneos más fuertes en la h is­ de 50 pu ntos sobre el seg u ndo de l a lista,
toria del ajedrez fueron absolutamente nad ie ni siquiera plantearía el tema de su
geniales. Por desgracia, Caruana no volvió genialidad.
a repetir nada igual. ¿Es posible conside­
rarlo u n genio? En e l momento del torneo, ¿Por qué pasa esto? Muy probablemente,
¡sin d uda! ¿Y en general? por la misma razón q ue es d ifícil para el
ajedrez entrar en las pantallas de los te­
Se puede cavar y profundizar. ¿Es u n genio levisores. Para comprender y reconocer la
Rashid Nezhmetdinov en base a s u fa mosa bel leza de este tipo u no debe tener cier­
partida con Lev Polugaievski (Sochi 1 958), tas habilidades y comprensión del juego.
o Vi ktor Kupreichik por su partida, pon­ A menudo pasa desapercibida para aje­
ga mos, con l os if Dorfman (URSS 1 980)? drecistas i ncluso con n ivel de candidato a
D urante un tiempo m uy corto, en el que maestro. Mientras q ue los sacrificios y las
una de las partes alcanzó el g rado más jugadas resultantes son i nmediatamente
elevado de man ifestación de la capacidad visibles.
h umana, sí, en lugar de no. Sin embargo,
ni Kupreichik, n i, especialmente, Nezh me­ ¿Quién tendrá un mayor porcentaje de ta­
tdi nov, estuvieron incluidos alguna vez les acciones? ¿ U n jugador que tienda a u n
en la él ite del ajedrez, y por lo tanto nadie juego agudo, rompiendo e l eq uili brio o,
pensó que fueran genios. No obstante, de como se d ice ahora, a posiciones deseq u i­
hecho casi cualquier g ran maestro fuer­ l i bradas, u otro que se atenga más estric­
te puede sacar de su alforja u no o varios tamente a la observa ncia de los pri ncipios
«lienzos», iY demostrar que en a l g ú n mo­ posicionales del juego? La respuesta es
mento él también fue u n genio! evidente. ¿A quién es más fácil reconocer
como un genio? Por supuesto, a Tah l a ntes
Expresó muy b ien este tema Fazil lskan­ que a Petrosian, o a Kasparov antes que a
der: «La i nspiración puede ser i ntermiten­ Karpov, o a Kramnik antes que a Carlsen.
te, y en ese caso la maestría consiste en
rel l enar las pa usas». Y la maestría estable La opinión públ ica tiende a reconocer a
la poseen, en primer l u gar, los campeones Garrí Kaspa rov como e l genio ajedrecístico
del m u ndo. más sobresaliente de la actualidad. Quiero
recordar en términos generales cómo fue
¿Cuál es el criterio ajedrecístico para defi­ su pri mer y más memorable match con
n i r un juego g enial? Como regla g enera t Anatoly Ka rpov, al que no se le puede con­
s e asocia a l a percepción emocional d e siderar genio con la misma opinión.
u n sacrificio i nesperado, o a tácticas, j u ­
gadas resu lta n tes o excesos, segú n Valeri Este match se jugó a seis victorias sin l ím ite
Beim. Una partida completamente lóg ica, de partidas j ugadas, q ue por supuesto es
con un plan estratégico originat a u nque una absol uta falta de respeto al trabajo y a

291
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

la salud de los ajedrecistas. Gracias a Dios ten ía n inguna posibilidad con ese tipo
fue, eso espero, el ú ltimo match sin l ímites de j uego contra Karpov. Simplemente no
en la h istoria del ajedrez. El match empezó entend ía cuál era su fuerza. Como u n blo­
el 9 de septiem bre de 1 984, y terminó el 1 5 q ue contra el que saltas y rebotas. Y en la
de febrero de 1 985, poco antes de la «per­ técnica del fi nal, en la técnica de materia­
estroika» de G orbachov y de los enormes l ización de la ventaja, en la objetividad y
cambios que destruyeron la U n ión Soviéti­ precisión e n la valoración de las posicio­
ca. El match estuvo seriamente politizado. nes, en ese momento Karpov su peraba
Joven, impulsivo, con una mirada a rd ien­ claramente a Kaspa rov.
te, Garri Kaspa rov, jugando al ataque de
una manera extremadamente agresiva, E l match comenzó desalentador para
simbo l izaba todo lo nuevo y progresivo, Kaspa rov. Atacó a Karpov tres veces en
contra el fa vorito del Partido Comunista y cinco de las pri meras partidas s ig u iendo
su dirección, el símbolo del «i nmovilismo» su manera favorita. Los sacrificios fueron
y el cola pso, el rudimento del pasado, el aceptados. La i n iciativa se extinguió g ra­
conservador Anatoly Karpov. Así es como dualmente. Se realizó la ventaja material.
se expuso al públ ico g eneral en la prensa El resu ltado, dos victorias para Karpov con
democrática. tres em pates. Y podían haber sido tres vic­
torias con dos empates. Entonces el aspi­
El j uego de Kasparov, realmente, impresio­ rante tomó la decisión de jugar activo (con
na ba. En la fase de la apertura i ntroducía neg ras la defensa Tarrasch), au nque ya no
m uchas variantes y novedades, la mayoría tan ag resivo. El resultado fue el mismo. En
de las veces asociadas con el sacrificio de dos partidas con negras Karpov obtuvo las
un peón por la i niciativa. Sus análisis, por tablas, y en dos con blancas ganó, l l eva n­
lo general, eran más extensos y profundos do el j uego a posiciones algo mejores y sin
q ue los de sus rivales, y no tenía igual en i n iciativa para el adversario. Se puso de
el mundo en la longitud y rapidez del cál­ manifiesto la d iferencia técn ica.
culo de variantes, asociado a la búsqueda
de movimientos, como h ace el ordenador. Transcurrieron n ueve partidas. Se j ugaba
Sacrificaba un peón, obtenía una i n iciati­ a seis victorias. El marcador era de 4 a O a
va calculada en una posición la mayoría favor de Ka rpov. Y lo más importante: no
de las veces estudiada de a ntemano, y los estaba claro cómo jugar. En ese momento
adversarios no aguantaban la tensión de Kasparov tomó una decisión brillante des­
la lucha. Todo seguido de una culmi nación de el pu nto de vista deportivo. Renu nció a
enérg ica. Kaspa rov había ganado todas las jugar a ganar con las blancas, ofreciendo
competiciones de esta manera tan vigoro­ tab las nada más sa l i r de la apertura, y con
sa, no obstante antes del match se había neg ras em pezó a j ugar el repertorio de
enfrentado a Karpov solo en tres ocasio­ aperturas de Karpov. El objetivo era, a ntes
nes, y todas las pa rtidas terminaron en ta­ q ue nada, paralizar el match, no perderlo
blas. El eq uipo de relaciones públicas del en las sigu ientes 4 a 6 partidas, y recupe­
candidato ofreció n umerosas entrevistas rarse un poco. El objetivo de Karpov era
elogiosas, a veces i ncluso jactanciosas, en completamente diferente. No solo ganar
u na de las cuales (y q u izás en más de u na) e l match, sino hacerlo con el pu ntaje 6:0
incl uso llamaron cobarde a Karpov. de Fischer, para, por un lado, asestar u n
K.O. psicológico a s u oponente demasiado
M i opi nión antes del match fue inequívo­ presu ntuoso, y por otro lado, demostrar
ca. Consideré, y mis a l u m nos de esa épo­ a todo el mundo q ue el ajedrecista más
ca pueden confirmarlo, que Kasparov no fuerte de la historia era Anatoly Karpov.

292
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

Kaspa rov tuvo éxito en la realización de su partidas 47 y 48, tras lo cual el match fue
plan. Con blancas solo una vez, en la de­ interrumpido por decisión del Presidente
ci mosexta partida, no ofreció tablas des­ de la FIDE, Florencia Campomanes, y se
pués de la apertura, obtuvo u na posición designó un nuevo encuentro para el año
excelente, y sin embargo al fi nal apenas sig u iente, a 24 partidas y con el marcador
«escapó» con u n em pate. i nicial O a O.

La copia del repertorio de aperturas de Debe rendirse homenaje a Garrí Kaspa­


Karpov constituyó para este último u na rov. Se dio cuenta de la fuerza a la que se
gra n sorpresa. Si a la primera jugada 1 enfrentaba, y realizó un trabajo enorme
e2-e4 tú j uegas, supongamos, la defensa para corregi r l os defectos que había en su
Rusa, y tu adversa rio la defensa Siciliana, j uego. Algo lo logró mejor, algo peor, pero
entonces antes de i niciarse el match no solo este trabajo le perm itió converti rse
esperas tal insolencia por parte de tu ad­ en el mejor ajedrecista, considerado con
versario. Pero si le m uestras cómo j uegas toda la razón como u nos de los más desta­
con las bla ncas la defensa rusa y no l e ga­ cados en la historia del ajed rez.
nas, entonces mañana él jugará contra ti
1 e2-e4, ¡y entonces tendrás problemas en Desde entonces Kaspa rov y Karpov j uga­
la apertu ra ya con negras! Karpov decidió ron cuatro matches más por el título de
actua r con seguridad y d u ra nte bastante campeón del mundo. Todos tran scurrie­
tiempo se ada ptó a la táctica de su adver­ ron con gran porfía. En cada uno de ellos
sario. Sin embargo subestimó los 1 2 a ños se jugaron 24 partidas. En tres matches
de d iferencia en la edad y sobreestimó ven ció Kasparov, u no terminó en tablas.
su fuerza física. Siguió una serie prolon­ Sin embargo ya se hizo evidente q ue sus
gada de tablas, y solo en la partida 27 el «trenes ajedrecísticos» empezaban a mo­
campeón del mundo demostró su supe­ verse en direcciones diferentes en relación
rioridad en u n final técnico, conduciendo con el Ol impo del ajedrez. El de Kasparov,
brillantemente u n final u n poco mejor. El en sentido ascendente, el de Karpov, en
marcador estaba 5 a O. En la partida 3 1 , sentido descendente.
e n u n fi nal ganado, Karpov tuvo ciertos
problemas con el tiempo y permitió que N u nca pensé que debería hablar en públi­
Kasparov se salvara. Quedaba medio paso co de algo en apariencia bastante obvio:
para lograr el objetivo, y si esta partida no la genial idad de Anatoly Karpov como aje­
h ubiera s ido la 3 1 , sino, d igamos, la 2 1 o la drecista. Y además, tam bién la de Vladímir
23, las posibil idades de salvación de Kas­ Kra mnik, Viswanathan Anand y Magnus
parov ha brían sido insignificantes. Pero Carlsen. Si no es u n gen io, ¿cómo pudo
la historia no tiene subj u ntivo. Kasparov Kra m n i k derrotar al genio Kasparov, cuan­
venció en la trigésimo seg unda partida. do este ú ltimo estaba en l o más alto, en un
match por el campeonato del m u n do, sin
A partir de ese momento comenzó la cuen­ perder una sola partida en quince j uegos?
ta atrás. La genial i ntuición de Karpov, bajo
el fondo de la fatiga extrema, empezó a De hecho este tema es muy su bjetivo,
funcionar mal, y la ventaja de Kasparov resbaladizo, molesto para la vanidad de
en el cálculo de variantes largas pasó a u n alg uien. Hay g ustos para todos. A m í, por
primer plano. El juego transcu rría con cla­ ejemplo, el estilo de j uego y las partidas
ra ventaja para el pretendiente, aunque de un trío como A. Ka rpov, V. Kramnik y
dura nte 1 4 partidas Karpov todavía logró Mag n us Carlsen me agrada más que el trío
aferrarse a las tablas. Se derrumbó en las Mijaíl Ta hl, G. Kasparov y V. Topalov, aun-

293
El Método en Ajedrez de losif Dorfman

que en mi gusto, sin d uda, se advierte la


huella del trabajo de entrenador. Los crite­
rios de genialidad son vagos y abstrusos.
Hoy en muchas esferas de la actividad hu­
mana predomina el princi pio: la percep­
ción es más im portante que la real idad. El
título de campeón del mundo de ajedrez
qu izás sea el título más honorable del
planeta. Si esto es tan importante para el
«ego» h u mano como para q ue la mayoría
de las personas no puedan presci ndir de
él, yo propongo llamar gen ios del ajed rez
a todos los campeones del mundo que
consiguieron vencer en u n match a l cam­
peón precedente.

294
Capítulo 1 7
Antes d e la con c l usión

M e gustaría hablar u n poco más sobre los expl ica específicamente cómo hacerlo.
estilos de juego y los enfoques diferentes
a la hora de tomar una u otra decisión por En su obra Fundamentos de Ja estrategia
parte de los jugados más destacados. Hoy ajedrecística Lars Bo H ansen d ivide a los
el lema del gran maestro yugoslavo Sve­ ajedrecistas, como Mark Dvoretsky, entre
tozar Gligorié, Yo juego contra las piezas, los que toman decisiones i ntuitivas y los
parece arcaico. En el ajedrez el elemento que lo hacen por medios lógicos. Sin em­
deportivo prevalece sobre el resto, y por bargo él va más lejos. A los jugadores de
lo tanto nadie desea dar al oponente una ajedrez i ntuitivos, que tienden al ataque,
ventaja adicional en la lucha. Como ya los llama «activistas», y a los más tra nqui­
mencionamos, el gra n maestro danés Lars los, que tienden a u n juego posicional es­
Bo Hansen real izó un estudio sobre este tricto, los llama «reflectores». A los lógicos
tema. Por ejem plo, estudió las estadísticas también los d ivide en «pragmáticos» y
de juego con b la ncas de Karpov y Kaspa­ «teóricos». Los pri meros, seg ú n el danés,
rov en la estructura de Carlsbad del Gam­ se basan más en hechos, y los seg u ndos
bito de Dama. La conclusión es i nteresan­ en conceptos generales.
te: Karpov, centrándose en el desarrollo
del caballo de rey por la casilla f3, con el Como resultado Lars Bo Hansen construye
posterior ataq ue de minorías de peones, la siguiente tabla, bastante interesante.
obtuvo el 80% de los puntos, mientras
que Kasparov, mediante el desarrollo del Luego el gran maestro danés d istingue
ca ballo por e2 con el posterior juego en por su forma de jugar a los determi nados
el centro f2-f3 y e3-e4, ¡logró acumular tipos de ajedrecistas, así como a cada ju­
el 90% de los puntos! En opin ión de L. B. gador concreto de su tabla de cal ificación.
Hansen, estas tendencias de j uego se co­ Por ejemplo, esto es lo que escribe acerca
rresponden claramente con el carácter, de las características de los «reflectores»:
temperamento y estilo de juego de los
dos g randes campeones. Si ambos cam­ « 1 ) U n acusado insti nto para detectar dón­
biaran entre sí sus opciones, por supuesto de deben u bicarse las piezas, con u na ex­
el resultado sería positivo, au nque no tan celente comprensión de la coordi nación
sobresal iente. entre las piezas.
2) U na excelente habilidad para sentir y
El gran maestro danés cree q ue cada ju­ acumular las ventajas más i nsign ificantes,
gador debe mirar en su interior y com­ que con el tiempo se pueden convertir en
prender su estilo, así como determinar algo más tangible.
los g ustos y las preferencias d e los rivales. 3) A menudo son muy fuertes en el fi nal,
Aunque, lo cual es muy importante, no se donde su principal fortaleza es l a materia­
lim ita solo a dar consejos útiles, sino que l ización de una ligera ventaja.

295
Antes de la conclusión

Activistas Reflectores
Tahl, Anand, Shírov, Morozévich, Ca pablanca, Smyslov, Petrosian,
I ntuición
Topalov Ka rpov, Adams
Pragmáticos Teóricos
Lasker, Alekh i ne, Euwe, Spassky, Steinitz, Ta rrasch, N imzowitsch,
Lógica Fischer, Kasparov, Korchnoi Botvinnik, Kramnik
Hechos Conceptos generales

4) Capacidad para eval uar los sacrificios Kramnik es el que usa con mayor consis­
posicionales a l a rgo plazo; por ejemplo, el tencia el concepto de profi laxis en sus par­
sacrificio posicional de calidad. tidas. De hecho su estil o, por así deci rlo, se
5) Ca lculan un n ú mero relativamente pe­ basa en la "prevención"».
queño de varia ntes, y toman decisiones
basándose pri n cipal mente en los princi­ Estoy preparado para estar de acuerdo
pios g enerales del ajed rez, tratando de con Hansen, a u nq ue al mismo tiempo
uti l iza r su profu ndo conocimiento y senti­ debo agregar que se puede decir lo m ismo
do del j uego». del actual Vlad ímir Borisovich, quien para
elegir su j ugada tiene en cuenta la edad
A primera vista, todo está razonado y pa­ del adversario, el estado de salud d u rante
rece bastante lóg ico. Au nque puedo estar el juego, el reloj, el estilo del oponente y
en desacuerdo i nmed iatamente con el lu­ muchos otros factores. Mientras que hace
gar en la ta bla d e clasificación de Vladímir u nos 1 0-1 5 a ños sus criterios para elegir la
Kra m n i k. En mi opin ión, él es u n j ugador j ugada eran diferentes. No obstante, este
universal, y al tomar sus decisiones sobre enfoq ue de «pensionista» hacia el j uego le
el tablero la i nt u ición j uega un papel no permite obtener resultados brillantes. En
menos importante que la lógica, y casi to­ el año 201 5 Kra m n i k terminó en seg undo
das las características de los «reflectores» l ugar en la lista de ra n ki ng mundial por
son i n herentes a él. El lector podrá verifi­ detrás de Magnus Carlsen.
carlo con el examen de la partida Kram­
n i k - Topalov, q u e se encuentra al fi na l del En el l ibro de Lars B o H ansen se hace refe­
l i b ro. Sin emba rgo, en el capítulo ded ica­ rencia a las obras d e E. Znosko-Borovsky y
do a Vladímir K ramnik, Ha nsen escri be: l . Dorfman. Resumiendo lo dicho, le reco­
«Creo q ue e ntre los j ugadores más fuertes, miendo que adqu iera y lea este i nteresan­
Vladím i r Kramn i k y Peter Lékó pueden ser te y controvertido trabajo.
clasificados en mayor medida que otros
en la categoría de teóricos, aunque debe El libro Fundamentos de la estrategia
tenerse en cuenta q ue los jugadores de ajedrecística de Lars Bo Hansen se publi­
ajedrez más fuertes de hoy en d ía son más có en lengua rusa el a ño 20 1 5, mientras
versátiles q ue los del pasado». que el orig inal vio la luz ya hace bastante
tiem po, por eso salta a la vista la ausencia
En otro li bro i nteresante de Lars Bo H an­ en la tabla del actual campeón del mun­
sen, lmprove your Chess by Learning from do Magnus Carlsen. H ablemos u n poco
the Champions, que adquirí después del sobre él. En mi opi n ión, refleja la i magen
pri mero, hay otra característica i ntere­ de j ugador u niversal más vívidamente
sante del j uego de Vladímir Kramnik: «De que Vladímir Kramnik, tal vez debido a la
todos los ajedrecistas actuales Vladímir d iferencia de edad, aunque tienen u n es-

296
Antes de la conclusión

tilo de juego s i mi lar. Carlsen puede jugar


a bsol utamente cualquier tipo de posición.
Posee un instinto posicional fenomenal y
una técnica fantástica, considera perfecta­
mente las varia ntes y se defiende i ncluso
mejor que ataca (¡Una cosa muy rara para
un ajedrecista q ue entre los 1 7 y 1 8 a ños ya
se encontraba en la é lite del ajedrez mun­
dial!). Pienso q ue Lars Bo Hansen situaría
a Magnus en compañía de Capablanca y
Karpov como «reflectores» i ntuitivos, a u n­
que el genio noruego también se corres­
ponde con la l ógica. abierta «C>>. A pri mera vista sus posi b i l i­
dades, como míni mo, no son peores. Con
Una vez más recomiendo leer el a rtículo dieciséis a ños, Carlsen concibe u na ma­
ya citado de Pável Maletin sobre «el paso niobra fantástica, que neutral iza progresi­
de Suvórov � través de los Al pes», donde vamente la actividad de su adversario.
se describe con detalle la lóg ica del pen­
samiento de Carlsen en la sexta partida de 13 ttJ d2!!
su seg u ndo match con Anand. Si me pidie­
ra n que mencionara la partida de Magnus ¡Traslada el caballo de f3 a a 1 para defen­
que más i mpresión me ha causado, seña­ der la casilla c2! Esto me recuerda la ma­
laría inmediata mente su siguiente enfren­ n iobra de computadora del n i ño prod igio
tamiento en la Copa del Mundo.34 chino Wei Yi 1 2 iWd2!!? y 1 3 ª7d1 !!? en su
partida contra Rodshtein, con la ú nica di­
ferencia de que Mag n us probablemente
encontró su idea sobre el tablero sin la
PARTIDA 54 ayuda del «monstruo», y es absolutamen­
Magnus Ca rlsen - M ichael Adams te correcta.
Defensa Nimzoindia [E36]
Janti-Mansysk 2007 Un ajedrecista, i ncluso del n ivel de can­
didato a maestro, que exa mine la partida
1 d4 ttJf6 2 c4 e6 3 ttJ c3 !b4 4 '\Wc2 dS 5 a3 sin comentarios, puede no advertir la idea
!xc3+ 6 '\Wxc3 dxc4 7 '\Wxc4 b6 8 !f4 !a6 9 del joven noruego. Para mí este traslado
'\Wxc7 '\Wxc7 10 !xc7 0-0 1 1 ttJf3 fü8 1 2 !f4 del caballo es más hermoso que cualquier
ttJ bd7 golpe «resulta nte». Esto constituye otro
retorno a la cuestión de la subjetividad de
Véase el diagrama siguiente los criterios para evaluar e l genio de u n ju­
gador de ajedrez y eva luar la be l leza e n e l
Deja mos a un lado la fase de la apertura ajedrez.
y comenzamos el análisis a partir de esta
posición. Las blancas poseen la ventaja de 13 ... fü2 14 �b1 �ac8 1 5 ttJ b3! ic4
la pareja de alfiles y un peón extra, mien­
tras que las negras tienen superioridad en Las negras se decantan por la dinámica.
e l desarrollo y dominan la ú n ica columna Después de 1 5 ... ttJdS 1 6 i.d2 fS ( 1 6 ...
ttJ7f6 1 7 f3), con un i ntento de bloqueo de
34 Nota d e l Editor. Analizada ampliamente por Mi­
las cas i l las blancas, las blancas se desenre­
jalchishin en su libro Magnus Car/sen, el Mozart dan lentamente mediante 1 7 tli a 1 ! E\2c7
del ajedrez, pu blicado por Editorial Chessy.
297
Antes de la conclusión

1 8 e3 ixfl 1 9 mxfl eS 20 dxeS Cllx eS 21 24 mxe2 Cll c4 25 fiel Ele? 26 f\c2 bS 27 b3!
me2. tll x a3 28 füc7 Cll xc7, y con el caballo a3
cortado, es dudoso que las negras puedan
16 é2Ja1 ! ia2 1 7 l2Jxc2 ixb1 1 8 etJa1! etJdS 1 9 mantenerse en el final. Después es posi ble
J\d2 e5 29 md3 (con la amenaza ib4) o 2 9 ib4
ttJ b 1 30 md3».

20 ... exd4 21 exd4 etJb8 22 f3 etJc6 23 ic4?!

«Una negl igencia, que perm ite a las negras


reforzar el bloq ueo sobre el punto d S . Era
más precisa 23 mf2 con la amenaza ia6.
Ahora es dudosa 23 ... ia2 24 b3 Cll xd4 25
ic4, y las negras tienen problemas con el
rescate del alfil errante.

Por eso prometía más reforzar el caballo


dS, 23 ... ifs 24 ic4 ie6, tendiendo de
¡ U n a pos1c1on im presionante! Todas las paso una peq ueña celada: 25 f\dl Cll e3! 26
piezas blancas están u bicadas en la pri­ mxe3 ixc4» (A. Mijalch ishin, O. Stetsko).
mera y seg unda fi las. Los peones tam bién
están congelados en su lugar de origen. 23 ... �d8?!
Solo han avanzado los peones a3 y d4.
Las negras se han activado al máximo, sin Las negras desdeñan su suerte. En esta
embargo sus fuerzas no son suficientes posición Carlsen recomienda 23 ... Cll cb4
ni siqu iera para igua lar. El caba llo al y el 24 b3 Cll d 3+ 25 mf1 Cll c 7 26 me2 f\e8+ 27
alfil d2 controlan todos los puntos vulne­ ie3 Cll f4+ 28 mf2 Cll d 3+ 29 ixd3 ixd3, y
ra bles, y con cada movimiento, como en con los a lfi les de distinto color las negras
el hockey tras una penalización de dos tiene todas las posib i l id ades para salva rse.
m i n utos, i ngresan en la batalla los «j uga­
dores expu lsados». La mayoría nu mérica 24 @t2 its 25 ltJ b3 ie6 26 fül f6
de las blancas ya gravita seriamente en la
posición.

20 e3!?

Es comprensible el deseo de Carlsen de


trabar a l caballo neg ro d 7 con el peón d4.
Sin embargo, podía haberse a horrado la
arroga ncia y j ugar 20 dxeS Cll xeS 21 e3.
Esto es lo q ue escri ben Adrian M ijalchishin
y Oleg Stetsko en el libro Magnus Car/sen,
el Mozart del ajedrez: «2 1 ... id3 (es más
débil 21 ... Cll d3+ 22 ixd3 ixd3 23 f3 fS 24
mf2 mf7 25 f\d 1 ) 22 ie2, donde las piezas La posición se ha estabil izado. Las blancas
negras ocupan las posiciones más activas poseen el peón extra d4, que está blo­
(variante de Adams). Pero esto no es per­ q ueado sólida mente. Las piezas n egras
manente. Prosigamos: 22 ... fS 23 f4 ixe2 están bien coordinadas, mientras q ue la

298
Antes de la conclusión

posición del caballo blanco y el alfil de ca­


sil las neg ras, muy bien situados para la de­
fensa, están lejos de ocupar una posición
ideal para la realización de la ventaja ma­
teria l. Se avecina una lucha porfiada, en la
que l as posibil idades blancas de victoria
son más o menos equiva lentes a las de las
negras de tablas.

27 a4

Las blancas intentan activarse en el flanco


de dama mediante a4-a5. Cuando posee Las blancas intentan a brir el juego, y no
la ventaja de la pa reja de alfiles, el bando se aferra n a conservar el peón con la j uga­
fuerte debe contener la posición del ad­ da 30 !:%d 1 ?! debido a 3 0 ... ixc4! 31 lll xc4
versario, envolviéndolo en los fla ncos con tLldS!
sus peones de los extremos.
30 ... t2Jxd4 31 :ge1 tlJdc6 32 tlJ c4 tlJ dS
27 ... as

Una respuesta automática. Las negras pre­


vienen la ganancia de espacio por parte
de su oponente y toman bajo control el
fuerte pu nto de apoyo b4 para sus caba­
l los. En este momento era extremadamen­
te d ifícil prever que e l debilitamiento del
peón b6 j ugaría un papel importante.

28 ic3 if7?!

Las negras se salen del camino correcto.


Como indican Mijalchishin y Stetsko, de­
bieron acercar el rey a l centro y defender
el alfil con la j ugada 28 ... iif7! Las negras ¡Muy bien j ugado! Cabe señalar que am­
pretenden cambiar los alfiles de casillas bos rivales experimentaban una ag uda
blancas media nte 29 ... lll d e7, y en caso fa lta de tiempo, o d iciéndolo sencillamen­
de 29 !:%el insisten en ello, j ugando 29 ... te, se encontraban en zeitnot. Las blancas
lll c e7 con idea de 30 ... lll c 7. Es cierto, en advierten una debilidad oculta en la posi­
retrospectiva todo esto es fuerte. Sin em­ ción del adversario, el peón b6.
bargo, es i rreal prever la siguiente manio­
bra brillante de Magn us, además estando 33 ... �f8?!
cerca los apuros de tiempo.
El efecto psicológico de la j ugada de torre
29 tlJ d2 tlJ de7 a bl es bastante comparable con un fuer­
te golpe táctico. Por e l lo no es sorpren­
Véase el diagrama siguiente dente que en el zeitnot Adams no advierta
la mejor posi bilidad, 33 ... il,g6 34 !:%d 1 ic2
30 if1 ! 35 füd5 füd5 36 tLl e3 ib3 37 tLlxdS ixd5.

299
Antes de l a conclusión

La posición blanca es superior, aunque to­ riencia en el a rte de la man iobra posicio­
davía no hay nada claro. nal, jugando solo en su propio cam po. En
el curso de 35 movimientos n i una sola vez
34 ie1 iie7?! u na pieza blanca traspasó la cuarta fila, si
exceptuamos la captura del peón c7 en la
apertura. Recordemos la partida Karpov -
Timman, donde vi mos el m ismo caso, en
el j uego de un campeón del mundo con
28 a ños, ¡no un joven de 1 6 años!

36 if2

«Como dijo el propio Carlsen, gastó e l res­


to del tiempo en el estudio de la persecu­
ción del rey después de 36 tt'lxb6! tt'l xb6 37
�xaS ctJ8d7 (37 ... l::\d 6? 38 �b4) 38 �b4+
lt>e6 39 l::\ e l + \t>fs (es mala 39 ... mds? 40
La central ización del rey rara vez está mal, �bS!), y no pudo encontrar la forma de ga­
aunque a veces puede ser i noportu na. En nar. Sin d uda, con tiempo suficiente h abría
el zeitnot el g ra n maestro inglés h ace un encontrado la contin uación 40 �d3+ \t>gs
movimiento «al toque», y lleva el rey al 41 l::\ e 7 ctJf8 42 füf7 füd3 43 �xf8 tt'lxa4
centro. Era mejor jugar 34 ... tt'lcb4 o sim­ 44 l::\ x g7+ con n ueva ganancia de material.
plificar el juego mediante 34 ... �g6 35 Añadimos que tampoco salvaba 39 ... tt'les
%&d l �c2 36 l::\ d 2 �xa4, aunque aquí en 40 �aS %&b8 41 f4 tt'lxa4 42 fxeS \t>d7 (42
caso de 37 tt'lxb6! sería necesario ver la res­ ... tt'lxb2 43 exf6+ iixf6 44 �c3+ \t>g6 45
puesta 37 ... �b3 con la bandera colgando %& b l ) 43 exf6 gxf6 44 b4 con un fi n a l téc­
(ind icada por Mijalchishin y Stetsko). nicamente ganado. En resumen, este fi n a l
podría haber s i d o un fi nal d i g n o para l a
35 ii g 1 !! partida» ( A . Mijalchishi n, O . Stetsko).

¡Bri llante! Otra j ugada «no apta para men­ 36 ... lll d7 37 gel + iifs 38 gd1 ©e7 39
tes medianas». El final es ú nico. Las blan­ ge1 + iif8 40 lll d6
cas refutan la centralización del rey enemi­
go con la descentral ización creativa de su
propio rey. Sin preju icios. Primero el caba­
llo se traslada desde la casilla f3 a la casi l l a
a l , y después el rey desde f2 s e retira a g l ,
con lo que cede su sitio a l alfil para que
pueda atacar al peón b6.

35 ... lll b8

El caba l lo se d irige a la casilla d 7 para de­


fender el peón b6. La coord i nación entre
las piezas negras se ha roto, y las blancas
obtienen una ventaja decisiva. Tenga en 40 .. lll e5?!
.

cuenta que el joven Magnus logró superar


por completo a u n riva l con mucha expe- En la j ugada de control las negras recha-

300
Antes de la conclusión

zan la amenaza 41 Clixf7 y 42 ic4, pero co­ tbxd6 S3 ixb6 éLJe4 S4 !es+ iid7 SS !f1
meten un error en la solución del proble­
ma del cambio. Los caba l los dS y es se ven Magnus prefiere conservar la pa reja d e al­
muy bon itos e n el centro. Y si las neg ras fi les. También ganaba fácil SS b3!?
consiguen gara ntizar la estancia del caba­
llo es en el centro con la jugada g7-gS, la ss ... tbxb2 S6 !bs+ iid8
decisión de Adams de l uchar con los caba­
l los contra los a lfi les estaría justificada. Sin Tampoco ayuda S6 ... r:Jic7 por S7 if8
embargo, la debi l idad del peón b6 i mpide Clixh3+ S8 r:Jih2 ctJf2 S9 gS.
que los caballos negros se afirmen en el
centro. Era más tenaz 40 ... ig8. S7 !b6+ iie7 S8 iih2 éLJ dS S9 !xaS iid6
60 !d2 @es 61 @g3 tbe7 62 !e3+ iib4 63
41 tbxf7 iixf7 42 :gd1 ! iie7 id2+ @es 64 ie1 tbe4 6S !xe4 iixc4 66
id2 tba6 67 as iibs 68 iif3 éLJeS 69 !c3 h6
Se amenazaba 42 ixb6. 70 iie3 iie4 71 id4 tba6 72 iie4 tbb4 73 h4
iibs 74 ic3 tb a6 7S iids tbes 76 !d4 élJ d3
43 f4! lLJg4 44 :gel+ @f8 4S id4 :gd6 46 h3 77 iie6 Las negras abandonaron.
éLJ h6
La forma de jugar de Carlsen en esta par­
«Adams considera que era factible captu­ tida me recuerda la lucha de brazos cana­
rar el peón, 46 ... Clixf4 47 ge4 Clie6 48 füe6 diense armwrestling, cuando u no de los
füe6 49 hxg4 ge4 SO ixb6 gxa4, a u nque l uchadores toma la i n iciativa con g ra n es­
es d udoso que las negras consigan salvar fuerzo; sin em bargo, el otro l uchador, más
este final. Por ejemplo, S1 ibs ga1 + (en poderoso, resiste la embestida i n icial, y
caso de S1 ... füg4 S2 ixaS r:Jie7 S3 ic3 como una pri mavera implacable, empieza
el d istante peón pasado, apoyado por l os a abrirse. Primero, las manos vuelven a su
alfiles, debe dar la victoria) S2 r:Jif2 gb1 S3 posición i nicial, sin em bargo la i n iciativa
ics+ r:Jif7 S4 ic4+ r:Jie8 SS b3. El rey se ya está del lado del l uchador q ue estaba
acerca al centro, tras lo cual cae el peón as. a la defensiva. Sigue otro esfuerzo, y el
Sin embargo, tal vez ésta era la ú n ica posi­ adversario, q ue fue el pri mero en atacar,
bil idad práctica, ya q ue a partir de ahora reconoce su derrota.
Carlsen no va a dar n inguna, aproximando
lentamente la partida a u n final ganado» Los ejemplos de un j uego semejante al
(Mija lchishin, Stetsko). más alto n ivel son muy raros. Recuerdo
solo una partida, jugada por el maestro
supremo de la defensa y el contraataque,
un bri l la nte Viktor �vovich Korchnoi, a l a
Un poco de táctica. No es posible capturar edad de cuarenta años, en u n match de
el peón f4 por 48 icS! cand idatos contra Efim Petrovich Geller.

47 ... tbts 48 if2 iie7 49 g4!

De nuevo un motivo táctico. Las negras no


pueden dar el sa lto 49 ... Clife3 por SO ge1
ge6 S 1 fS ges S2 ig3 ge4 S 3 ig2. Es obli­
gado retirarse a l borde del tablero.

49 ... éLJh6 SO fS tbf7 S1 !g2 tbt4 S2 :gxd6

30 1
Antes de la conclusión

POS/CJÓN 84
Viktor Korchnoi Efim Geller
-

Moscú 1 97 1

21 i.d2!
Con las piezas del adversario activas es ne­
cesario ser extremada mente cuidadoso.
En caso de 21 f4?! ®b6(a7) es claramente
desafortu nada la captura i n med iata de la
Mark Dvoretsky ofrece esta posición e n pieza 22 fxe6? dxe6 (con la amenaza de
s u cuarto l ibro d e los cinco volú menes de penetrar con la torre en c2), mientras q ue
Schoo/ of future champions, escrito en co­ después de 22 :gbl (o 22 ®bl ) 22 . .. i,e8
laboración con Artur Yussu pow . Esto es lo parecen estar en riesgo.
que escribe el g ra n entrenador en el capí­ Sin embargo merecía atención 21 e4!? se­
tulo dedicado a l concurso de resol ución guida de i,e3.
de ejercicios posicionales: «Las negras es­ 21 ... i.e8 (2 1 ... llixdS? 22 b4) 22 l!ae1 '®'b6
tán más activas. En primer lugar, debemos 23 l!xe7 füc7 24 i.c3 i.bs 25 '@'d2 i.xe2 26
considerar la ofensiva en el flanco de dama i.a5! '®'a7 27 4Jxe2 'f!:.c8 28 fül '®'b8 29 fü2
b7-b5-b4. ¿Qué podemos oponer? La so­ (29 :gxc8+!? \1J/xc8 30 \1J!el ) 29 ... éLi ed7 30
lución exacta fue encontrada por Maksim '®'el 'f!:.c5 31 füc5 4Jxc5 32 '®'c2 '®'e8 33 4Jd4,
Boguslavbsky y Vadi m Zvyagi ntsev. y las blancas están claramente mejor; po­
17 a3!! seen la pareja de alfi les y ventaja de espa­
Una jugada profiláctica suti l . A 1 7 ... bS cio».
planea 1 8 llia2! y después lli b4, para saca r
provecho de la debilidad de la casi lla c6. Por cierto, la recomendación de Shaba­
Al mismo tiempo las blancas se proponen l ov es total mente acorde con la doctri na
exp ulsar al terri ble caba l lo c4 mediante de Dorfman. Efim Geller no supo predeci r
iWa2, llice2 y b2-b3. las sutiles man iobras de Korchnoi y con la
Efi m Geller no consig uió elaborar un plan jugada 1 7 ... ®cS?! perd ió l a ocasión para
contrario efectivo, y como resultado las convertir la posición en d i námica median­
bla ncas ensegu ida fi nal izaron el desarro­ te e7-e6. Después ya era d ifícil cambiarla.
llo de sus piezas y tomaron la i niciativa. La fuerza inexorable, como en la lucha con
Era necesario decidi rse por un ca mbio en los brazos, comenzó a a proximar su mano
la estructura de peones, media nte el avan ­ hacia la mesa. La posición de las negras
ce del peón «e»: 1 7 ... e6!? 1 8 dxe6 fxe6 (re­ entró en una fase de degradación.
comendado por Aleksa ndr Shabalov) o 1 7
... bS 1 8 llia2 eS! 1 9 dxe6 fxe6.
1 7 ... '@'es 1 8 '®'a2 'f!:.c7 1 9 4J ee2! l!bc8 (1 9 ...
llixdS? 20 lli b3!) 20 b3 4J e5!?
20 ... lli b6 2 1 e4 con clara ventaja bla nca.

302
Capítulo 1 8
Concl usión

Para concluir l a revisión d e l a l iteratura ¿Qué debería decir? Los l i bros son excelen­
ajedrecística seria, me gustaría volver nue­ tes. Los ejercicios de gran calidad. El traba­
vamente a los entrenadores. Después de jo continúa. Y sin embargo los resultados
todo, mi l i bro continúa la serie Manual au­ son pobres, apenas hay resultados. A este
todidáctico/asistente del entrenador, que respecto es b uena la historia mencionada
se i n ició con e l excelente The Complete por Va leri Beim en la i ntroducción de su in­
Manual of Positional Chess de Konstantin teresante li bro «La d i námica del ajedrez».
Sakaev y Konstantin Landa. En mi obra yo Está dedicado a los comentaristas-hackers
i ncl uso cambia ría el orden de las palabras de ajedrez, y yo añadi ría a algunos a uto­
en el títu lo de la serie: Asistente del entre­ res de l i b ros de ajedrez. « . . . Recordé a u n
nador/manual a utodidáctico. amigo de mi i nfancia ajedrecística, Pavl i k
Lasker, con el q u e jugaba al ajedrez en
Hoy en d ía, con el desarro l lo de la tecno­ el campamento de pioneros en Odesa.
logía, seleccionar ejercicios de entrena­ Cuando crecimos, comenzó a trabajar
miento y asig n a r tareas a los alumnos se como sastre en la confección y reparación
ha vuelto inconmensurablemente más de panta lones. Pero él me d ijo: «¿Realmen­
fácil que hace u n cuarto de siglo. Para te coso pantalones? ¡Yo hago vareniki35!»
construi r unos ejercicios de resol ución,
a ntes solo había un l ibro decente, The best Permítame llamar de n uevo su atención
move, de Hort y Jansa. Hoy en d ía los ya sobre u n pensamiento ya expresado an­
mencionados Zenón Franco o Alfonso teriormente: «En conclusión, me gustaría
Romero y Amador Gonzál ez de la Nava señalar que el ajed rez es multifacético, y
nos proporcionan posibil idades cómodas que se pueden crear infinidad de d iversos
para impa rtir c lases d u ra nte varios meses ejercicios estratégicos, tácticos, teóricos
sin preocuparnos de una preparación es­ y prácticos. Se puede uti l izar el viejo pro­
pecial. También puede usar con el mismo grama de V. E. Golen ischev, modern izado
propósito el excelente l i bro de Lev Psaj is por V. lvanov y editado por el bri llante pe­
Tácticas de ajedrez para perfeccionamien­ riodista l lya Odessky, y dar clases con él, o
to. Si desea mejorar la comprensión del con algún otro libro. Es probable que ten­
paso de la apertura a l med io j uego, tiene ga cierta uti l idad, aunque es d udoso que
a su d isposición Caminando con la defensa haya un progreso serio.
Francesa de Korchnoi y Kal i nin, o El medio
juego siciliano d e Y. Ya kovich. No digo nada Un buen entrenador debe trazar un vec­
sobre la posibil idad de usar el ordenador. tor de trabajo, que incluya una serie de
Sin embargo, e n este caso se corre el peli­ componentes importantes, y asegurarse
g ro de convert i r a una persona creativa en de que el alumno no se desvíe de él. Y en
u n a rtesano.
35 Nota del Traductor. Pequeñas empanadillas
con requesón, bayas u otros ingredientes.
303
Conclusión

Konstantin Sakaev, Mijaíl Shereshevsky y Vladímir Belikov

el momento e n que esos componentes, dependientemente de la situación eco­


cada uno de los cuales impl ica una g ran nómica de sus padres, con los mejores
cantidad d e tra bajo, se l lenen, asimilen y entrenadores del pa ís, como i nd ica el g ran
converjan apro piadamente en u n pu nto, maestro Sergei Shi pov, solo tiene paran­
debe prod ucirse un salto brusco en la ca­ gón en China. Es posible q ue esté suce­
teg oría del ajedrecista». diendo algo similar en I rán y en la I nd ia,
donde hay un rápido crecimiento y g ran­
No puedo ignorar el reciente logro de la des éxitos en el ajed rez juvenil. Ahora es el
Federación Rusa de Ajed rez, cuya i m por­ turno de Rusia de ponerse al día.
tan cia no se puede sobreestimar. Se trata
de la apertura de u n departamento de En «Siri us» el ajedrez es su pervisado por el
ajed rez en el centro educativo «Sirius» en decimocuarto campeón mundial Vladímir
Sochi. Borisovich Kra m n i k, q uien ya se reunió
con los participantes de la pri mera sesión
«Si rius» es u n p royecto ú nico, cuyo obje­ e impartió una clase mag istral. Para el año
tivo es crear las cond iciones ideales para 201 7 está previsto realizar 1 6 sesiones de
la formación, el crecimiento profesional entrenamiento de 1 2 d ías cada una. Ahora
y l a comun icación creativa de los n i ños los jóvenes talentos ajedrecistas, no solo
más dotados de Rusia en los campos de la de los g ra ndes centros del ajedrez de Ru­
ciencia, el a rte y los deportes. El proyecto sia, sino tam bién del interior, tienen dere­
fue aprobado por el Presidente de Rusia, cho a contar con la asistencia cualificada
Vladímir Vladímirovich Putin, y disfruta de entrenadores fa mosos.
de su total apoyo y atención. Creo que no
existe en el mundo u n centro simi lar. Me gustaría decir algunas palabras sobre
el cuerpo técnico q ue forma la col u mna
En cuanto al ajedrez, el apoyo estatal es vertebral de «Si ri us». Además del a utor de
con stante, no ocasional, y el trabajo de este libro, la componen los g ra ndes maes­
entrenamiento con jóvenes talentos, i n- tros Konstantin Rufovich Sakaev y Vladímir

304
Conclusión

Stanislavovich Beli kov. ejemplos de este libro.

Sakaev obtuvo éxitos im presionares como Pri mero, la partida Wei Vi - Maksim Rods­
j ugador de ajed rez activo. Baste decir que tein, Tsajkadzor 201 5:
ganó dos veces el «oro» con la selección de
Rusia en las Oli mpiadas de ajed rez, y tam­
bién que fue campeón de Rusia a bsoluto.
Como entrenador trabajó con Kramnik.

En lo actualidad lo ha dejado para trabajar


con chicos y ch icas de talento, con los que
ha tenido m ucho éxito. Sus conocimientos
enciclopéd icos le proporcionan la posibili­
dad de «levantar» en pocos d ías casi cual­
quier tema de apertura. Por su erudición
y comprensión del j uego, me recuerda
al excelente entrenador del equ ipo de la
U n ión Soviética, lsaak Efremovich Bolesla­ 11 h3
vsky, solo que armado con un ordenador
moderno. «Yo no d i ría que este movimiento es i ncreí­
ble, al igual que los sig u ientes. De h echo,
Por su esti l o de juego y su enfoq ue en la ¿qué otra cosa se puede sugeri r?
toma de d ecisiones, Konstantin Sakaev es No hay movimientos normales que com­
similar al mejor pupilo de Boleslavsky, el pleten el desarro llo. Lo que es increíble,
noveno ca mpeón mundial Tigran Varta­ más bien, es el transcurso de la partida que
novich Petrosian. Aunque con la energía han seg u ido las bla ncas vol untariamente
activa y completa del Petrosian de trein­ para l legar a esta posición. Creo que aquí
ta años, no el de cincuenta. Konstantin hay una falta de comprensión del ajedrez
Sa kaev posee la capacidad de captar la por parte del bando que l leva las blancas.
esencia de la posición con mucha rapidez, Estoy segu ro de que jugadores de cate­
aunq ue a d iferencia de muchos j ugado­ goría elevada de la escuela clásica, como
res de ajed rez intuitivos que no pueden Kramnik y Ana nd, no habrían l legado has­
explicar fácilmente la secuencia lógica de ta aquí, aunque el ordenador les asegure
sus decisiones, él puede hacerlo con una que es posi ble jugarlo. Y no creo que ideas
o dos frases. S u a lgoritmo para la toma semejantes sean el ajedrez del futuro.
de decisiones es muy claro. Las impre­ 1 1 ... :Be8 1 2 Wfd2 CLJ d7?
siones de ordenador de las conferencias Si Maksim Rodstein hubiera encontrado
sobre la a pertura de Sakaev son como un la más activa 1 2 ... lt'ih5! 1 3 @dl ( 1 3 llie4
«prensado» seco de partidas y variantes, \Wh4+ 1 4 @d 1 füe5 1 5 fxe5 ig4+ 1 6 hxg4
por así deci rlo, un «recordatorio» para los \Wxh l + 1 7 \Wel ®xg2 1 8 id2 ctJf3 1 9 \We2
estudiantes que le escucharon. Son solo \Wg l + 20 ie 1 lt'id4 21 \Wd2 \Wxg4+ 22 @el
una adición modesta a los pensamientos llif3+; 1 3 ®f2 f6 1 4 ixc6 fxe5 1 5 ixa8
e ideas expresados por Sakaev d u ra nte las lt'ig3+) 1 3 ... é2Jg3 1 4 2'.e l \Wh4 1 5 ctJf3 ig4
clases, que comparte g enerosamente con 1 6 hxg4 \Wxg4+, las blancas h u bieran te­
sus alumn os. nido que arrepentirse de su aventura. A
cambio, el ajedrecista chino hubiera sa­
Como evidencia de lo que digo qu iero cado conclusiones para el futuro. N o es
citar los comentarios de Sakaev a varios muy agradable entrar en la colección de

305
Conclusión

miniaturas de 1 5 j ugadas con un signo tiene un aspecto poco claro;


«menos». No o bstante esta vez la golfería 1 b) 20 � b 1 d3! con j uego confuso;
le sale bien al j ugador de las blancas. 1 c) es necesario decidirse por 20 f4! if2 2 1
13 'it>d1 Cli xe5 1 4 fxe5 füeS 1 5 !!el !!xe1+ 1 6 fxeS ie3 22 Wxe3 dxe3 23 füd8+ fí:xd8±;
\Wxe1 if5 1 7 \We5 \Wf8? las blancas tienen ventaja, a u nque la va­
U n movi miento monstruoso, la dama se loración del fi nal está lejos de ser i nequí­
autoexcl uye del combate. Las negras to­ voca.
davía ten ían una posición normal. Des­ 2) Probablemente lo más fuerte sea 1 9
pués de 1 7 ... ib6 1 8 ixc6 podían forzar ... d3 20 We3 Wc7 2 1 ixd3 fí:d8 22 ixa6
las tablas med i ante 1 8 ... ic7 1 9 Wcs ib6 füd 1 + 23 füd 1 0-0 24 f4 ixh4; las blancas
20 Wes ic7 o 20 Wds Wf6 2 1 ixa8 ig4+ están mejor, a u nq ue las negras d isponen
22 hxg4 Wf1 + 23 �d2 Wf2+ de u n contraj uego claro.
1 8 ixc6 CLi xc6 1 9 \Wxf5 No despierta dudas la va loración de la
Ahora la ventaja está defin itivamente del posición q ue surge tras la larga, a u nque
lado de las blancas. La compensación absolutamente forzada (lo que sig n ifica
parece i ns uficiente: se han cambiado u n que es susceptible de cálculo) variante 1 9
gran número de piezas, y l a dama f8 está ... Cll f3 20 \Wg2 Cll xg1 21 es 0-0 2 2 id3 ixe5
demasiado lejos del rey blanco». 23 fxeS \Wxh4 24 !!xg1 \Wf4+ 25 'it>b1 \Wxe5
26 élJc5
Ahora ofrecemos los comentarios de
Sakaev a la partida Anand - Kamsky, Li­
nares 1 994:

Las bla ncas tiene el rey bien cubierto, el


alfil ocupa una casi l la d e apoyo poderosa,
y sus piezas interaccionan perfectamente.
1 9 f4!! Las casillas del flanco de rey de las negras
son débiles, y no pueden simplificar el j ue­
«Al ataque; una jugada ofensiva. Me g usta go. No tienen posi bilidades.
bastante más q ue la «defensiva» 1 9 ie2 . 26 ... !!a7 27 \Wc6 \We3 28 !!g2 'it>h8 29 !!e2
Estoy seg u ro de que es objetivamente \Wg1 + 30 i>a2 !!aa8 31 Cll d7 !!ac8 32 \Wf3
más fuerte. Tras ie2, a u nque las negras f5 33 Cll xf8 fü5 34 Cll g6+ \Wxg6 35 !!e1 \Wf6
tienen u n a posición desagradable, pue­ 36 \Wa8+ 'it>h7 37 ic4 fü6 38 \Wg8+ 'it>g6 39
den escoger entre varias opciones: !!g1 + Las negras abandona ron».
1 ) Las cosas no son tan simples después
de la captura 1 9 ... ixh4 Regresemos a la posición a nterior a la
1 a) la posición que surge tras 20 Wxb4ie7 decimonovena j ugada de l as blancas. Lo
21 ®d2 (2 1 ®xd4? igS+ 22 �b1 Wxd4 23 siguiente es i nteresante: si se i ntroduce
füd4 ie3+) 2 1 ... d3 22 f4 dxe2 23 Wxe2 la posición en el ordenador, todos los pro-

306
Conclusión

gramas dan como pri mera l ínea la j ugada Vladímir Kramnik en la preparación y en
1 9 ie2, mientras que la jugada 1 9 f4!! n i el transcurso de sus cuatro matches por el
siquiera aparece en las tres primeras l í­ campeonato mundial. En repetidas oca­
neas. Si la i ntroducimos, grad ualmente se siones asistió al deci mocuarto campeón
convierte en la primera l ínea, com pitien­ del mundo en g randes torneos i nternacio­
do con las j ugadas 1 9 ie2 y 1 9 ihllg 2. E n nales: Wijk aan Zee (Holanda), Madrid, Dos
la posición después de 2 7 ihllc6 Stockfish, Hermanas (España), Dortm und (Alema­
después de pensar un tiem po, da a las n ia), Moscú, Budapest (Hungría), Astaná
blancas + 1 .37. (Kazajistan), Shamkir (Azerbayan).

Resu miendo todo lo d icho: la j ugada de En general, es u na persona modesta y


Anand 1 9 f4!! es g en ial, aunque como tranqui la, reacia al alboroto excesivo, exa­
dije, «no es apta para mentes medianas». geración y autopromoción. Debido a esto
En caso de 1 9 ie2!? d3 20 ihlle 3 ihll c7 2 1 posi blemente pierda algo, porq ue es u n
ixd3 :r::&d 8 las blancas n o pueden perder el especialista d e elevada categoría, n o obs­
tiempo con la captura del peón a6, y con­ tante la comodidad i nterna tam bién vale
ti n úa n su j uego en el centro: 22 ie2!? Por mucho. También ha tenido éxito como
ejemplo: 22 ... ixh4 23 iii b l t/Jg6 24 t/J b6 entrenador de los juveniles rusos. Anna
:r::&xd l + 25 füd l 0-0 26 t/J d5, conservando Kochu kova, de la región de Boronezh, a la
una ventaja esta ble. El ordenador la valora que Vladímir ha entrenado algunos años,
más o menos con +O 95. en 201 5 se proclamó campeona de Euro­
pa de menores de 14 años. Sin embargo,
Vladímir Stanislavovich Bel i kov es un es­ el éxito principal como entrenador de
pecialista famoso, gran maestro y entre­ Vlad ímir Beli kov en su trabajo con l os ju­
nador fuerte y con experiencia. Fue uno ven i les rusos sin d uda está por llegar.
de los jóvenes más fuertes en Rusia y en
la U nión Soviética. Cuatro veces ca mpeón Justo a ntes de la entrega de este libro para
j uven i l de Rusia, campeón del mu ndo de su publ icación, pude examinar la o bra de
estudiantes y miembro de la selección de Boris Gelfand La toma de decisiones en el
la U RSS. Campeón absol uto de las Fuerzas ajedrez posiciona/36• El trabajo de Gelfand,
Armadas. Trabajó dura nte cuatro años en en mi opinión, es caso aparte.
la escuela de M ijaíl M. Botvi n n i k, donde
conoció y se h izo amigo del futuro cam­ Este es el l i bro de ajedrez más i nteresante
peón del mundo Vladímir Kra m n i k. En el que he leído en el último cua rto de siglo.
año 1 994 aceptó la oferta de entrenador En primer lugar, es un libro muy h ermoso
permanente de Vladímir Kramnik. La pre­ e inusual mente construido. No conozco
paración de las aperturas del decimocuar­ otro caso en la l iteratura de ajed rez, en
to campeón del mundo está considerada el que uno de los más fuertes ajedrecis­
como un patrón de referencia, y se han tas del mundo d ialogue con el lector en
escrito muchos li bros de ajedrez a l respec­ un lenguaje comprensible e i nteresante,
to. El mismo Vladími r Kramnik es m uy exi­ tanto para un g ra n maestro como para u n
gente en el trabajo, tanto consigo mismo principiante. L a esencia del d iálogo e s la
como con sus ayuda ntes. Y e l hecho de comparación de las partidas de casi u n si­
q ue Vladímir Belikov trabajara con él inin­ glo de a ntig üedad de Akiba Rubinstei n, el
terrumpidamente d u rante 1 7 años, habla representante más brilla nte de la escuela
de su elevada categoría como especialista. clásica, con su j uego super moderno. Des­
pués de todo, cuando hablas en «Sirius»
Belikov fue entrenador asistente de
36 Nota del Editor. Publicado por Editorial Chessy

307
Conclusión

a los ajedrecistas jóvenes de la necesidad


de tener a l menos un conocim iento abre­
viado del ajedrez clásico, y les expl icas
cóm o obtenerlo, te da la sensación de que
la mayoría de el los considera esta ocu pa­
ción tan útil como estudiar la Guerra de
las Rosas. U n completo «tostón», seg ú n su
termi nología.

En segundo lugar, e l a utor revela esta


con exión de la manera más detal lada,
muestra con ejemplos concretos l o q ue Rubinstein-Takacs, Budapest 7 926
aprendió del gra n Aki ba, y qué beneficios
específicos le aportó en el j uego práctico. En una forma abstracta tenemos aquí el
principio de las dos debilidades: Akiba
En tercer l ugar, u n entrenador sensato ob­ mejora la posición en el fla nco de dama
ten d rá de este l ibro u n g ra n número de y l uego traslada el j uego al flanco d e rey.
excelentes ejercicios de entrenamiento. Él hacia constantemente acciones d e este
tipo en sus partidas, y esto obviamente
Y en cua rto, en q u into, en sexto lugar. . . me causó una g ra n impresión.
este l i bro está adornado con toda u na d is­ El patrón visual también me impactó. El
persión de sabios pensamientos, algu nos cabal lo as, que ataca a los peones b 7 y c6,
de ellos, como por ejemplo el que trata el es una imagen poderosa».
desarrol lo de la i ntuición, se han conver­
tido en u n a revelación para mí. A veces «En general me gustaría añadir que creo
existe la sensación de que la cantidad de fi rmemente en el valor de la educación
información, que el súper gran maestro ajedrecística basada en el conocimiento
extrae de algún lugar de sus fuentes crea­ profundo de l os clásicos. Cualquier i nten­
tivas en un duelo con un oponente igual to de emular los módu los de j uego y sus
de fuerte, es trasladada a l lenguaje simple 2 mi llones de movi mientos por seg undo
de los humanos y recogida en este l ibro. está condenado a l fracaso. Necesitamos
Para demostrarlo, ofrezco algunas frases complementar el cálcu l o con todas las he­
de este encantador l i bro. rram ientas de las q ue d isponga mos. Y una
de ellas, l a i ntuición, tiene fuertes raíces en
«Pero también tenemos patrones sobre el el reconoci miento de patrones.
tablero. A d iferencia del tenis, en el ajed rez Si siendo n i ño descargaste m uchos ejem­
no intentamos repetir u n a y otra vez los plos ajedrecísticos en tu cerebro, a menu­
mismos movimientos. Para perfeccionar do tienes una fuerte sospecha sobre qué
nuestras debilidades, debemos entrenar­ jugada es la más fuerte en una pos ición
nos con posiciones desconocidas. Sin em­ determ inada, a u nq ue n o tienes idea de en
bargo, es muy útil conocer tantas partidas qué se basa ...»
y planes clásicos como sea posi ble. N u nca
se sabe en qué momento algunos patro­ «Jugado para mantener todo bajo control.
nes nos serán útiles en n uestras partidas. Esto también lo aprendí de Rubinste i n . Es
Tomemos la sig u iente e i nteresante par­ im portante ganar no de manera rápida,
tida de Rubinstein, q ue es instructiva por sino fiable. Esto significa que puedes em­
dos razones. plear muchas más j ugadas en posiciones
ganadoras que un ordenador o incl uso

308
Conclusión

algún otro jugador, a u nque si finalmente importantes de la posición, ¡antes de des­


ganas, no importa. El cam i no hacia la vic­ cubrir qué movimiento considera m ejor el
toria se asegu ra al minimiza r el número de ordenador!»
decisiones difíci les que debes toma r en el
proceso de su real ización. Precisamente Además de revisar l i bros de ajedrez bue­
esto es lo que b uscaba Rubinstein con sus nos, qu isiera decir algunas palabras sobre
j ugadas». el periodismo moderno sobre ajedrez.
De los periódicos principales ed itados en
«Pero el pu nto principal al que regresaré Rusia solo q ueda 64. Tras el fal leci miento
constantemente en el libro es que el aje­ de Aleksandr Borisovich Roshal aduirió la
d rez es u n juego, y lo que rea lmente im­ revista mi amigo Ígor Moisieevich Burs­
porta es q ue las negras tendrá n que pro­ htein, un gran ama nte del ajedrez. Siendo
poner ideas más profu ndas y encontrar u n ca ndidato a maestro, h izo u na j ugada
recursos más d ifíciles para aseg u rar que fuerte, ofreciendo el puesto de redactor
su posición n o se desmorone. Con una jefe a Mark Gl ujovsky. En poco tiempo la
presión cada vez mayor, au mentan las po­ revista cambió, y cuando Glujovsky debió
sibilidades de q ue cometas u n error, y esto dejarlo por u n trabajo administrativo en
en realidad es lo que le pasó a Kasparov la Federación Rusa de Ajedrez, la persona
en esta partida. ¡ I ncluso los más g randes que lo reemplazó, Maksim Notkin, mantie­
experimentan d ificu ltades sometidos bajo ne el l istón en un n ivel muy alto. La revista
presión!» coopera tanto con g randes maestros de
élite como con jóvenes a utores. Los gra n­
«Al fi nal, decid í confiar en mi instinto y des maestros Pável Maletin, Dm itry Kryak­
entrar en lo desconocido. Por supuesto, vin, Sergei Shi pov y m uchos otros real izan
fue u na elección d ifícil, y se puede d iscu­ crónicas i nteresantes de los torneos con
ti r si tal acto fue coraje o estupidez. Desde una explicación profu nda de la esencia
luego, ¡en el m u ndo real te juzgan por los de lo que está sucediendo. En u n género
resultados! Me imaginaba que mis segun­ especial, una mezcla de ficción y análisis
dos estarían de muy mal h umor si yo no ajedrecístico, sobresale brilla ntemente el
aprovechaba el fruto de su trabajo y gana­ gran maestro Aleksei Kuzmín. Es u n ex­
ba la partida, después de que estuvieran celente estilista y u n hombre ingen ioso
despiertos toda la noche, yéndose a la con una fantasía férti l. Lo encontramos
cama solo a las siete de la mañana (y así al i n icio de su artículo: «¡Gurévich es d ife­
dos semanas segu idas). ¡ Está claro que me rente»! O en referencia a la u bicación de
encontraba en una posición muy incómo­ la redacción de 64, para cuyo acceso era
da! necesario subir por una empinada esca­
Todo se reduce a una cosa: sentí que debía lera de caracol desde el patio trasero del
confiar en mi i ntu ición; es muy difícil cal­ TsShK37, aportó el genial poema d e Bella
cular todo por adelantado» Ajmadú lina:

«Con demasiada frecuencia las personas «Y desaparecen


ven tales j ugadas, sugeridas por u n orde­ Oblicuamente
nador, y por a l g u na razón piensan que es Bandadas de olores y sonidos».
fácil encontrarlas. ¡ Está lejos de ser así! A
menudo s ucede que se da u na expl icación Creo que si publ icáramos todos sus a r­
después de q ue una persona haya sido tículos reu n idos en un l ibro, tend ría u n
advertida por el ordenador. En ajedrez la lugar digno en la l iteratura ajedrecística
d ificultad es comprender los elementos
37 Nota del Traductor: Club Central de Ajedrez.
309
Conclusión

en idioma ruso, ya q ue e l contenido jemos las bromas y el h umor. U n lector


ajedrecístico d e los a rtículos de A. Kuzmín atento puede haber notado que entre los
es un co nj u nto que podría servir para la autores permanentes de 64 no mencio­
construcción de un repertorio de aper­ na mos al a utor de n u merosas artículos y
turas pa r a j óvenes ajedrecistas. El género entrevistas interesantes, excelente perio­
de Alekse i Kuzm ín se amplía y profund iza d ista y editor de l i bros de ajedrez (y en
con la fue rza del ingen ioso g ran maestro algunos casos pod ría ser con siderado más
Anton K órobov. Este joven risueño está coautor que ed itor), el a utor i nternacional
excepcio n a l m e nte dotado para tal traba­ Ylya Odessky. Hace ya algunos años q ue
jo. Desafortunadamente, rara vez aparece no publ ica . En real idad le sucedió u n a h is­
en las páginas de 64, au nque su victoria toria m ística. Escribió u n artículo bri l l a nte,
sobre Fa b i a n o Caruana con bla ncas en el sobre el q ue estuvo trabajando d u ra nte
Ga mbito Volga, comentada en forma de bastante tiem po, con el pa radójico título
diálogo- d i scusión entre un proleta rio y un de «Abismo». Si hubiera un premio anual
intelectu a l, me recordó el fa moso reporta­ para el mejor trabajo en el campo de los
je de A l e ksandr Galich sobre el partido de fi nales, se lo da ría a Odessky. Desafortuna­
fútbol e ntre las selecciones de I nglaterra y damente, el artícu lo pasó desapercibido,
la U RSS. Me reí d e todo corazón. porque pocas personas están i nteresadas
seriamente en los fi nales de torres. El mis­
En m i época como entrenador del equipo mo autor pareció mirar a l abismo, y perdió
juvenil d e Bielorrusia a menudo tuvimos la energía y el i nterés por el trabajo. Me
que org a n izar campamentos en la base gustaría desearle a l lya que supere la crisis
ol ímpica «Sta i ki», cerca de Mi nsk. A l l í na­ creativa y vuelva a deleitar al mundo del
ció el sig u iente ejercicio de entrenamien­ ajedrez con la manifestación de su talento.
to. Cerca de la salida de la sauna había dos
mini pisc i n as pa ra refrescarse. En cada una Quisiera termi nar el tema y el libro con mis
de ellas situé a un j ugador, para que juga­ im presiones sobre las partidas comenta­
ran a ciegas, y yo mismo era el árbitro. Las das en la revista. En mi opinión ese es su
jugadas se podían pensar el tiempo que hermoso escaparate. La selección de las
quisieras, aunque con una condición, ¡es­ partidas en sí es m uy buena, así como el
tando debajo del agua! Por ejemplo, las trabajo de los a utores. De l os relativamen­
blancas juegan 1 e4. El j ugador de negras te nuevos, además del ya mencionado
se s umerge. Emerge y j uega 1 ... cs. Se su­ Pável Maletin, me gustan los comentarios
merge el blanco. Emerg e y juega 2 tll f3, de Den is J ismatul l i n y Dm itry Bocha rov. Y
etc. si hablamos de maestros, entonces en mi
opinión está fuera de competencia el de­
Ahora todos piensan cómo llevar el aje­ cimocuarto campeón del mundo Vladímir
drez a las panta l las de l os televisores. Aq uí Kra m n i k. Sus comentarios muestran u na
hay una idea perfecta para el espectáculo combi nación de franqueza y profundidad.
del ajedrez. Solo que en lugar de j ugado­ A d iferencia de sus g ra ndes predecesores,
res debemos traer a jugadoras simpáticas, Karpov, quien compartió con moderación
¡y poner de comentarista a Anton Kóro­ la i nformación de sus pensamientos du­
bov! Tal espectáculo bien podrían verlo rante las partidas, que fue necesario ex­
personas poco versadas en el ajed rez, ya traer y reu n i r poco a poco, y Kasparov, que
que para los profanos el j uego a ciegas es aportó u n n ú mero enorme de varia ntes,
algo m ístico. Vladím i r Borisovich habla fra ncamente so­
bre sus d udas y preocu paciones d u rante
Volvamos de n u evo al ajedrez serio y de- el jueg o. Expl ica sus ideas al lector, dosi-

31 0
Conclusión

fica hábilmente las variantes necesarias, Tras el orden de movi mientos h abitual
descu bre el velo de su preparación con e l en la I ndia de Dama con e2-e3 las negras
ordenador, y lo más va l ioso, en mi opinión, disponen de vías más prometedoras para
m uestra cuándo y cómo utilizó la lógica ig ualar: no tienen que apresura rse con c7-
para tomar u na decisión y cuando actuó c5 y pueden empezar con d7-d5 . La posi­
de forma i ntuitiva. Para demostrar que no ción resulta nte en sí misma no es sencilla
hablo sin fundamento, ofrezco un ejemplo para las negras, además ya hay que andar
reciente. Se publicó en 64 n.0 1 1 /20 1 5. Co­ con cu idado. Aparentemente, Topalov no
menta Vladímir Kramnik. conocía o no recordaba esta variante. Gas­
tó mucho tiempo, aunque reaccionó bas­
tante bien, en la medida de lo posi ble: q u i­
zás aquí las neg ras ya no puedan iguala r.
PARTIDA SS
1 o . 0-0 1 1 '\Wg4 fs
. .

Vladímir Kramnik - Veselin Topalov Está claro que tal movi miento en estruc­
Defensa India de Dama [E14] turas de este tipo no es síntoma de buena
Copa Europa Clubs, Skopie 201 5 salud. De hecho las blancas ya tienen nu­
merosa amenazas, una de las princi pales
1 d4 ctJ f6 2 ctJf3 e6 3 e3 1 2 �h6 �f6 1 3 We4. A la j ugada teórica
principal 1 1 ... tllf6 sigue 1 2 Wh4, y a las
«Este esq uema de apertura fue una sor­ negras les cuesta desarrol larse. Quizás lo
presa para mi adversario. Solo u nos días mejor que puedan pensar es entrar en
a ntes de n uestro encuentro jugué así en complicaciones: 1 2 ... tll e4 1 3 Wh3 Wxd4
el Campeonato del mundo de ajed rez rá­ 1 4 �f4. La teoría no termina aquí; es bas­
pido y blitz en Berlín, y con bastante éxi­ tante complicado meterse en este j uego
to; sin embarg o, al parecer Topalov no vio sin u n a nálisis previo del ordenador. (Agre­
esas partidas. Comenzó a pensar y eligió go: especialmente después del aná lisis
u n orden de movimientos erróneo. con el ordenador).
3 ... es 4 id3 b6 s o-o ib7 6 c4 1 2 '\We2 if6
En esta posición las negras ya no tienen Así juga ron los mejores ajedrecistas, aun­
m uchas opciones. que es evidente que las bla ncas tienen
6 ... cxd4 7 exd4 ie7 8 ctJ c3 dS una i n iciativa perd urable. Ya no se puede
Hay que j ugar así, porque a 8 ... 0-0 sigue llamar aislado al peón d4, porque no es
9 dS, y las bla ncas tienen una ventaja es­ más débil que el peón e6. Estaba satisfe­
table, como ya ha demostrado la práctica. cho con el resultado de la apertura.
9 cxdS ctJxdS 10 ctJ eS 13 ic4 �e8 14 �d1

31 1
Conclusión

Ten ía vagos recuerdos de esta posición . tendría que captu rar e n d5.
Recordé q ue a la principa l 1 4 . . . éLlc6 me 1 7 éll xd5 ixd5 1 8 WihS
pareció que lo más i nteresante era 1 5
éLlxd5 exd5 1 6 f4, ¡una j ugada i nesperada!
El alfil no está colgado, y tras, digamos, 1 6
... \Wd6 1 7 ib3, la posición de las negras
es m uy desagradable. El caba l lo en e4 no
ataca nada, las b lancas hacen lo que q u ie­
ren y, probablemente, pasado u n tiempo
em pezarán a jugar en el flanco de rey. En
b7 e l alfil está mal, las bla ncas tiene u na
ventaja posicional clara.
14 ... Cll d7
Debo admitir q ue no recordaba cómo
responder a esta jugada. Ta l vez no presté
mucha atención a esta l ínea, al conside­ Extrañamente, en esta posición a las ne­
rar que era favorable para las blancas. Es gras ya les resulta d ifícil ma ntener el equi­
evidente que pueden ma ntener la pre­ li brio material. Se amenaza 1 9 ig5, y lo
sión casi de cualquier manera; por ejem­ más importante es q ue 1 8 ... h6 cond uce a
plo, con 1 5 id2. Aun así q uería jugar más u n final malo después de 1 9 ixh6 gxh6 20
du ro. Tras una larga reflexión me i ncl i né \Wg6+ \Í?f8 2 1 \Wxh6+ \Í?f7 22 füd5 exd5 23
por 1 5 ib5, que prácticamente fuerza a las iWh7+ \Í?f8 24 \Wxf5+ VJ!f7 25 ixd7 VJ!xf5 26
neg ras a j ugar 15 ... ixe5 1 6 dxe5 Wle7 ixf5 füe5 27 �d3 füe8 28 \Í?f1 . Creo que
No vale la i nmediata 1 6 ... a6 por 1 7 éLlxd5 está ganado técnicamente por las blancas,
axb5 (en caso de captura con el alfil en d5 a u nque el ordenador lo estima solo con
se q ueda colgado el peón a6, y captu ra r un «más-igual». Los peones avanzan, y no
con el peón es malo desde el pu nto de vis­ veo cómo pueden crear contraj uego las
ta posicional), y aquí consideré que lo me­ negras, a menos que i ntenten cambiar las
jor era 1 8 éll f4, sin embargo el ordenador torres por la col u m na «C>>, aunque i n cl uso
muestra el recurso 1 8 ... \Wc7 1 9 gd6 id5, esto no las gara ntiza una vida apacible.
y las negras, aun estando a la defensiva, en Creo que Topalov debería haber optado
cierto modo se mantienen, y conservan por la continuación activa 1 8 ... éLlxeS. Las
las posibilidades de tablas. Es más fuerte variantes después de 1 9 ig5 ya las consi­
1 8 éLl b4, ya que en caso de 1 8 ... \We7 1 9 deré cuando pensaba en 1 5 ib5. Vi que la
gd6 las negras empiezan a derrumbarse. atractiva 1 9 ... \Wb7 20 ixe8 ixg2 pierde
De u na forma u otra, yo consideré que 1 6 por 21 gd7. Ta mbién está el recurso tác­
... \We7 era la continuación principal. tico 1 9 ... if3, un remedio bon ito, pero
Aq u í las b la ncas pueden j ugar sin apre­ dudoso, ya que tras 20 gxf3 \Wxg5+ 2 1
sura rse, a u nque me pareció que el movi­ \Wxg5 éLlxf3+ 2 2 \Í?g2 éLl xg5 2 3 ixe8 füe8
miento de la dama a h5 era la contin uación 24 gd? el final con la torre situada en la
principal. Lo único a lo que, por alguna ra­ séptima fila debe estar g anado.
zón, dediqué m ucho tiempo para enten­ Por lo tanto es necesario retirarse, 1 9 ...
derlo, fue s i hacerlo d i rectamente o tras el iWf8, y después de 20 ixe8 füe8 21 gacl
cam bio previo en d5, aunque lo más pro­ el ordenador concede a las blancas una
bable es que no haya mucha diferencia. Si ventaja bastante seria, y probablemente
a 1 7 iWh5 las negras, como en la partida, sea así, a u nque las negras tienen posibili­
j ugasen 1 7 ... g6 1 8 iWh6 gec8 1 9 ig5 \Wf7, dades de tablas.
entonces, a l pa recer, tarde o tem pra no Está también el cu rioso ataque 1 8 ...

312
Conclusión

\Wb4!?, que reconozco que no vi d u ra nte la


partida. 1 9 �xd 7 'fiel, y cu riosamente las
negras no p i e rden pieza, sin embargo las
blancas pu eden capturar el peón de dos
maneras: 20 .ixe6+ füe6 21 \We2 .ib7 22
b3 o 20 a3 1iM! e4 21 f3 \Wc4 22 .ixe6+ füe6
23 \Wxf5 \Wc5+ 24 � h 1 'fif8 25 \Wd3 füe5
26 il.d2. P r efiero la seg unda variante. En
cualquier momento se cambiará n las da­
mas, y las n e g ras tendrá n un fi nal aburrido
con pocas posibilidades de tablas. Es evi­
dente qu e esto tampoco es una forma de
salir de la s i t u ación, a u nque debe tenerse 23 b3
en cuenta q ue la jugada elegida por Topa­ H ice esta jugada «al toque», sin pensarla
lov es la m á s fuer te. seriamente. Decid í que tarde o tem prano
1 8 . . g6 1 9 '\Wh6
.
tend ría que hacerla. Es muy i mportante
Quería rea 1 me nte situar e l alfil en f6, para prevenir la maniobra defensiva 'fic4, que
crear amen azas. Aunque en e3 también tiene lugar en muchas posiciones cuando
estaría bien situado, y el rey negro seg u i ría las bla ncas avanzan el peón «h».
siendo déb i l . Por ejemplo: 1 9 \Wg5 a6 20 El ordenador indica la posibil idad de j ugar
Jlxd7 \Wxd 7 2 1 il.e3 b5 y después h4, b3, enseguida 23 'fid3, para crear un ataque
siguiendo e l m ismo esquema. d irecto sin perder tiempo. De momento
19 .. �ec8 20 ,igs Wff7 21 .ixd7
. 23 ... 'fic4 sería un tiro al ai re, pues después
Aquí otra vez podía elegir. Me pareció que de 24 b3 la torre no tiene casillas d isponi­
e l alfil en f6 y el ataque potencial eran muy bles en la cua rta fila. Sin emba rgo existe
peligroso s. S e podía conservar la pa reja de la defensa 23 ... 'fic2 24 'fig3 'fiac8 25 h4
alfi les, lo q u e también tiene sus ventajas. 'f18c4. Aunque con dificultades, las negras
Por ejem plo, 2 1 il.f4 a6 22 il.f1 b5 23 b3, y mantienen la posición, y en conclusión la
jugar lenta m e nte esta posición. Sin d uda, casilla c4 resulta ser importante. Después
las blanca s ejercen presión, sitúan el peón sigue un j uego bastante forzado, 26 h5
en f3 y s e refuerzan . En algún momento 'fig4 27 füg4 fxg4 28 \Wgs h6 (un recur­
las negras cambiará n las damas en la ca­ so algo a locado) 29 \Wxg4 (29 \Wxh6 \Wh7)
silla g7, y será d ifíci l romper su posición. 29 ... g5. La dama se i ncorpora al j uego a
Me pareci ó que el cambio en d7 tenía más través de h 7, y probablemente las negras
perspecti vas, a u nq ue, como demuestr a el tienen todo en orden; todas sus piezas se
análisis, l a s neg ras también mantiene n las han vuelto dolorosamente activas.
tablas. Po r otro lado, el ajedrez general­ Me gusta mucho restringir el j uego del
mente es un j uego a tablas, y a menudo oponente, y me pareció que en ese senti­
debes ele g i r la continua ción que más te do 23 b3 no era mala. A pesar de la p resión
gusta. por la columna «O>, las neg ras no disponen
21 ... W!x d7 22 .if6 Wff7 de u n contraj uego especial. Sin emba rgo,
U n mom e nto esencial. Las negras se ven ahora tienen la posibil idad de montar la
obligadas a perder u n tiempo moviendo defensa con el peón ubicado en h6.
la dama, ya que pierde 22 ... 'fic 2 (o 22 ... 23 . . Wff8 24 Wff4
.

'fic 4) 23 'fixd5! exd5 24 e6. Después de 24 Aquí d udé. De hecho, la posición es bas­
... \Wc7 2 5 e7 la casi lla el está defendida, y tante d ifícil de jugar, a pesa r de la aparente
las blanca s sim plemente dan mate. simpl icidad y claridad de los planes. Am­
bos bandos tienen que alternar el ataque y

31 3
Conclusión

la defensa. Las negras quieren emprender caso d e q ue las negras tengan, digamos,
el contraj uego, sin emba rgo todavía tiene u na solución táctica al problema muy con­
q ue aseg u rar a su rey. Las bla ncas qu ieren creta, como en la varia nte precedente. 24
atacar, pero deben vig ilar su segunda fila. ... h6 es una jugada pasiva, pero obligada.
Es difícil realiza r la elección, a menudo se Después de 25 h4 hay otro movi m iento
hace i ntuitivamente. Si se mira la partida i mportante, 25 ... 2'.cS! Las negras, como
como un todo, entonces puede verse q ue se suele decir, deben ponerse en pie y
h ice m i elección a favor de la restricción aguantar. El caso es q ue es muy d ifícil
del j uego de mi adversario, mientras que romper su posición. S i se precipitan con
Topa lov lo hizo a favor de u n contrajuego el contraj uego con la j ugada 25 ... 2'.c2, en­
rápido. Aq u í se pusieron de manifiesto las tonces es muy fuerte el sacrificio de cali­
preferencias de estilo. dad, que está constantemente en el a i re.
24 W/gs tiene una apariencia más acti­ Tras 26 füdS exdS 27 2'. d l Wcs 28 hS las
va e impide h 7-h6, aunque parece q ue bla ncas tienen u n ataq ue terrible. La torre,
las negras consiguen poco a poco crear situada en es, previene este sacrificio.
contraj uego: 24 ... 2'.c2 25 h4 2'.ac8 26 hS Al término de la partida analicé la posi­
Wb4 (precisamente esto es lo que no ción después de 25 ... 2'.cS. Como h u mano
q uería permitir; ahora todo termina for­ mi deseo era no cam biar torres y jugar
zado en u n final de tablas) 27 hxg6 W/g4 26 2'.d3 2'.ac8 27 2'.ad 1 , para ma ntener el
28 \Wxg4 fxg4 29 gxh7+ ©xh7 30 2'.d4 g 3 mayor número de piezas sobre el tablero,
(sacrificio de u n seg u ndo peón) 3 1 2'. h4+ teniendo en cuenta un potencial ataq ue.
©g6 32 2'.g4+ ©fs 33 füg3 2'.cl + 34 fücl Au nque en real idad es imposi ble adivinar
2'.xcl + 35 m h 2 fü2. y el ordenador empie­ cómo abrirse paso en caso de 27 ... ©h7
za a escrib i r ceros fijos. 28 ©h2 \Wf7; no hay ningún plan a la vista.
24 Wf4 ralentiza un poco el ritmo del ata­ En consecuencia, curiosamente lo más
q ue, a unque a cambio impide la activa­ fuerte es el ca mbio de torres. Digamos, 26
ción de la dama. 2'.acl 2'.ac8 27 fücS 2'.xcS 28 2'.cl m h 7 29
©h2 fücl 30 W/xcl W/cs 31 W/d2 Honesta­
mente, durante la partida consideré que
las blancas podían apretar u n poco, a u n­
que concl u í que eran tablas fáciles. Des­
pués de analizar, me di cuenta de q ue el
asunto no era tan simple. En realidad las
negras no tienen a bsol utamente n i n g ú n
movim iento: el rey está encadenado al
peón h6, el alfil no puede moverse, por­
que entonces penetra la dama, y en caso
de a7-a5 siempre existe la posibilidad de
«engancharse» med iante �d8, sin conce­
der el camb io de da mas. En algu nos casos,
Quizás aquí las negras cometieron el úni­ si las negras entregan peón para cambiar
co error en toda la partida (sin contar la damas, pueden l legar a u n final de a lfiles
apertura, j ugada con i ndecisión), y resulta de disti nto color perdido: el rey blanco
ser decisivo. corre hacia el flanco de dama. Aunque pa­
No ten ía n i n g u na duda de que Topalov ju­ rezca raro, hay motivos de zugzwang. Las
garía 24 ... h6, n i siqu iera consideré otras blancas refuerzan la posición, f3, ©g3, y
contin uaciones. Me pareció obvio que era en cualquier momento i ntentan penetrar
pel igroso permitir h4-h5, excepto en el con la dama en el campo negro. Y esta po-

314
Conclusión

sición, probablemente, se puede obtener


con un tiempo extra, con el peón ya en f3.
Por ejemplo, si no se ca mbia en es, y se
empieza con la j ugada Wh2.
No tengo duda de que esta posición pue­
de defenderse con un j uego preciso, sin
embargo a pesar de todo hay problemas
prácticos, no es tan sencillo. Las negras
ten drían que realizar una defensa larga y
pasiva.
En cualq u ier caso, era su mejor oportuni­
dad. Creo que Peter Lékó no dudaría en
jugar de esa manera, aunque sospecho humano 30 e6 es mejor, porque con duce
que i ncluso si Veselin hubiera jugado h6, a u na victoria forzada en todas las l íneas.
después de h4, a pesar de todo, habría Tal vez sea un poco más complicado, no
continuado con 8c2, porq ue su estilo no obstante al hacer mi jugada ya tenía calcu­
se ajusta a 8c5 . ladas todas las variantes que se enu meran
24 ... fü2? 25 h4 :Bac8 26 hS a contin uación.
Con toda probabilidad la posición negra 30 ... :B3c7
ya no se puede defender. Resulta que no En este momento Topalov ya había gas­
hay contrajuego real, y el rey realmente se tado casi todo el tiempo que le q ueda ba.
somete a un ataque m uy fuerte. Al parecer, solo aquí se dio cuenta de que
26 ... Wfe8 la j ugada que había planeado, 30 ... 83c6,
Era algo más lógica 26 ... Wf7, aunque aquí pierde por 31 1'1d3 füe6 32 8g3+ i>f7 33
después de 27 8d3 1'12c3 28 8ad 1 gxh5 la Wh6! Cuando vi este recurso, ya estuve se­
posición de las negras tampoco sería envi­ guro de la jugada 30 e6. A pesar de la ca­
d iable. Se puede jugar sin apresurarse 29 l idad de más, las negras están i ndefensas.
Wh2, au nque es más fuerte 29 füdS exdS La variante principal es 33 ... füf6 34 Wg7+
30 8xd5. La torre es i ntocable, y las blan­ We6 35 8e3+, y las blancas recogen toda
cas tienen u n ataque poderoso. la cosecha. El i ntento de entregar la torre
27 :Bd3 :B2c3 por el alfil, 30 ... Wg6, tampoco vale debido
Obligado, ya q ue se amenazaba hxg6 a 31 i,xc3 füc3 32 Wb8+ Wg7 3 3 e7. Solo
hxg6, 8h3. queda la j ugada de la partida.
28 :Bad1 gxhS 31 :BxdS Wfxe6
Es evidente q ue esta era toda la idea. Sal­ Me parecieron muy bonitas, en el lenguaje
tar con la dama a g6, de lo contrario las de los compositores, las variantes con eco:
blancas darían mate sin prisas. si 3 1 ... Wg6, entonces 32 Wxc7, y en caso
de 31 ... fül + 32 i>h2 \Wg6 33 Wxcl . La to-
Véase el diagrama siguiente rre no puede escapar de la persecución de
la dama.
29 :BxdS! 32 Wfgs+ ©ts
Tan fuerte como natural. No tenía ninguna Resistía u n poco más 32 ... Wf7, aunque
duda con esta j ugada, no obstante me es­ esto no cambia el asu nto: 33 8xf5 füS 34
forcé y calculé con cuidado las variantes. Wxh5+ Wf8 35 i,es+ i>e7 36 Wxh7+ We8.
29 ... exdS 30 e6 Yo había planeado 37 8g5 (el ordenador
Según el ordenador, a ú n es más senci lla considera que 37 f4 aún es más sencil lo).
30 8xd5. Valora la posición como comple­ Amenaza 8g8+, y después de 37 ... 8xe5
tamente ganada por las blancas. Para u n 38 Whs+ con dos peones de más . . .

315
Conclusión

33 �xfS
Aq u í «el joven soldado de repente perdió
la cabeza38». El o rdenador indica que des­
pués de la ú nica 33 ... :t::í:c 5 34 !e7+ ©es
gana enseguida 35 fü8+ ©d7 36 !xc5, lo
que por s u puesto es cierto. Sin embargo,
consideré la continuación más segu ra 35
!xc5 füc5 36 W/xh5+ ©d7 37 1'\xc5, que
ta mbién gana fácilmente.
33 fü7 34 Wí'h6+ i>es 35 �es fü6
...

En los apuros de tiempo las negras pusie­


ron todas sus esperanzas en este recu rso.
Las blancas tienen va rias formas de ganar;
sin embargo, elegí la más elegante y sim­
ple.
36 W/xhS
Las neg ras están atadas por todo el ta ble­
ro y pierden u n a gran cantidad de mate­
rial; en este m omento Vesel i n se rindió.
Creo que esta pa rtida es buena, i nteresan­
te, de g ran calidad, y en esencia solo h ubo
un ú n ico error».

¡Estimado lector! En este libro he i ntenta­


do expresar con sinceridad mi concepto
de entrenam iento y mis opiniones sobre
el ajed rez. Espero q ue haya aprendido
algo n uevo e i nteresante para usted. ¡Bue­
na suerte en el ajedrez!

Mijaíl Shereshevsky

38 Nota del Traductor. Estrofa de la canción patrió­


tica rusa Allí, más allá del río.
316
ÍN DICE D E J UGADORES
Las partidas vienen con s u número, las posiciones las clasificamos como [PJ y los ejercicios
como [EJ. En negrita cuando juegan con negras.

Adams 54 Dorfman 50, 5 1 , [P69], [P74], [P75]


Alekhine 5, 40, [P4], [P8], [P5 1 ], [P54], Dvo iris 35
[P57], [P68] Dvoretsky [P70], [E1 ]
Aleksandrov 1 3
Alexander [P59] Ehlvest 32
Akopov [P29] Eliánov [P20], [P64]
Anand [P63], [P65], [E3] Eliskases 41
Andersson [P39] Euwe [P54], [P57], [P68]
Apicella 28
Arbakov [P37] Fili mónov 6
Arlandi [P77] Fischer [P26], [P45]
Averbaj 4 1 , [P6] Flohr [P44]
Azos [P52]
Gallagher 52
Bag írov [P36], [E4] Gavrikov 1
Balashov [P27] Gelfand [ES]
Ba rcza [P7] Geller 1 7, [P1 2], [P40], [P84]
Bareev [P1 9], [P20] Giri [E6]
Barkovsky 25 Glek [P79]
Bel iavsky [PSO] Gligorié 1 9
Benko [P53] Grisc h u k [P23]
Bertok 1 7 Gufeld [P6 1 ]
Bogda novsky 30
Bologan [P80] Hauchard [P75]
Bondarevsky [P44] Hoffman [PSS]
Borgo [P77] lli nsky 23
Botvin n i k 1 0, 1 4, 49, [P6], [P1 2], [P 1 4],
[P28] Jaritónov 9
J ismatu llin [P24], [P64]
Capablanca [P1 ], [P 1 6], [P25], [P49] Jólmov [P28]
Carlsen 54, [P23], [P48] Jorobets [P3 1 ]
Caruana [P22]
Cvitan [P78] Kagan 46
Kamsky [P65]
Danai lov 39 Ka pengut 2 1
De la Riva 52 Kariaki n [P1 7], [P48]
Didishko [PS] Karpov 1 5, 53, [P67], [P72], [P82], [P83]
Donchen ko 22 Kasparov [P1 9], [P66]

317
Índice de jugadores

Kayumov [P30] O'Kel ly 1 8


Keres 1 O, [P1 3] 011 1 , 2, 33
Kl i n e [P25] Onischuk [P78]
Klovans [P61 ] Ortueta [E2]
Korchnoi 1 5, [P3], [P72], [P84]
Korzubov 33, 3 5 , 36, 39, [P4L [PS], [P30], Pa pp [PSS]
[P4 1 ] Parma [P53]
Kotkov [El ] Pavlenko [P36]
Kovalev [P52] Petrienko 5 1
Kra m n i k 4, 55, [P66L [P8H [E6] Petrosian 1 4, [P26], [P7 1 ]
Krasen kov [P58] Petrushi n 36
Kuczynski 34 Pfeiffer [P7 1 ]
Ku ligovsky [P62] Pogosiants [ES]
Ku preichik 32, 3 7, [P83] Pol u gaievski [P33]
Kuzmín [P60] Pribyl 48
Psajis 3
Lag unov [P58]
Larsen 49 Rabinovich 5
Lasker [P49] Ragozi n [P1 6]
Lautier [P63] Raicevié 29
Lékó 4 Réti [P43]
Lipnitsky 42 Rivas [P27]
Litvinov 24 Rodstein 47
Lu kov [P2 1 ] Roizman [P l 8)
Romanov 1 2
Maguerramov 37 Romanovsky [P43]
Malájov [ES] Rozentalis [P80]
Mal isauskas [P79] Rubi nstein 40
Mamedyarov [E7] Rukavina 1 6
Marshall, E. T. [P59] Ryskin 34
Ma ryasin 26, [P4 1 ]
Matlakov [P73] Saidy [P45]
Miezis 8 Samisch [PSL [P5 1 J
Mijalevsky [P1 8L [P29] Sanz [E2]
Mochalov 3 1 Sarbay 45
Moiseev [E4] Sem kov [P2 1 ]
M u radli [P1 5] Shereshevsky 20, 2 1 , 22, 23, 24, 25, 26,
M u rshed 50 27, 28, 29, 30, 3 1 , 38, 43, 44, 45, 46, [ P34L
[P3 5L [P37L [P38], [P46], [P50]
Népomniasch i [P8 1 ] Shírov [E3]
Nesterov [ P l 5) Sidorov 42
N imzowitsch [P l ] Smi rnov [P34]
Nisipeanu [P22] Smyslov [P40], [P42], [P76]
Novíkov 9 Sokolov 2
N u n n 48, [P2L [P3], [P62] Son [P3 1 ]
Spassky [P32], [P56L [P67]
Qui nteros 1 9 Svesh n i kov [P60]
Svídler [E7]

31 8
Índice de jugadores
Szabó [P7 ]

Tah l [P1 4] , [ P56]


Taimánov 1 6, [P70]
Ti mofeev [P24]
Timos he n ko [P38]
Ti mman 5 3 , [P39]
Tiviakov [ P 69]
Tolnai 3
Topalov 5 5
Torre [P3 2], [P82]
Tukmako v [P35]

U h l m a n n [ P76]
Ulvestad 1 8
Unzicker [ P 1 3]

Va'iser [P74]
Vaga ni a n [ P46]
Vasiukov [ P33]
Verem e i c h i k 43

Wang Yue [ P 1 7]
Wei Yi 47

Ya kovenko [P73]
Ya kunovich 7
Znosko-Borovsky [P4]
Yuferov 2 7
Yurtaev 3 8
Yussupow [P2]

Zazhog i n 6, 8, 7, 1 1
Zel ki n d 44
Zhelia n di nov 20
Ziatd i n ov 1 3
Ziulev 1 1 , 1 2

319

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