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TOMOII

El pulso c;Jel planeta


Biodiversidad, 'ecosistemas
y ciclos biogeoquímicos

"\
Zenón Cano-Santana
Teresa Valverde Valdés

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f; DGDCUNAM
..... _ .............v . ~
~ siglo veintiuno
~ editores
19

l. La biodiversidad

¿Qué es la biodiversidad?

Cuando observamos a los seres vivos, podemos ver qu~ és-


tos vaiian en muchos aspectos, como su edad, tamaño, sexo,
color, conducta y forma. Nos podemos dar cuenta de que
hay distintas especies (pinos, perros, seres humanos, chim-
pancés, champiñones, peces payaso, mariposas monarca,
yucas, ballenas jorobadas, etc.) y que incluso los organis-
mos de una misma especie también varían entre ellos: hay
gatos y palomas de distintas razas o variedades; y hay se-
res humanos de distinta estatura y color de piel. Entre los
perros, por ejemplo, existen individuos de diferentes razas,
como pastor alemán, salchicha, chihuahua, collie, dálma-
ta o San Bernardo, todos ellos muy diferentes en~·e sí. El
concepto de biodiversidad denota esta variedad de expre-
siones de la vida en la Tie1Ta, que se manifiesta desde los
genes hasta los ecosistemas.
En el capítulo anterior esbozamos la idea de que la Tie-
rra puede concebirse como si fuese un organismo comple-
to, constituido por !os diferentes componentes biológicos
que conforman la biodiversidad (el tema del presente ca-
pítulo), y con su propio "pulso", que refleja el ritmo de sus
movimientos de materia y energía. Así como en un ser hu-
mano el pulso refleja el movimiento de la sangre y ésta, a
20 EL PULSO DEL PLANETA

su vez, está constituida por una gran diversidad de compo-


nentes (glóbulos rojos, diferentes tipos de gh5bu1os blan-
- cos, plaquetas, el plasma, etc.), de esa misma forrna los
componentes biológicos de la Tierra son muy variados, y
dicha variedad se expresa en diferentes ni veles. Pr~cisamen-
te a esto es a lo que hace referencia el concepto de biodi- •
versidad.
Esta palabra es relativamente nueva, aunque desde an-
tes de la década de 1980 los ecólogos ya presagiaban este
concepto al hablar de la "diversidad biológica" o "diver-
sidad biótica" para referirse a la variedad de especies que
coexiste en un hábitat. En 1980, Elliott A. Norse y Roger
E. McManus usaron el térrnino diversidad biol6gica e in-
cluyeron a la variedad de genes, esto es, las unidades de la
herencia que almacenan la información que determina gran
parte de los rasgos de un organismo (véase recuadro 1.1);
y en 1985 se utilizó por primera vez la palabra biodiversi-
dad, que reúne los términos biowgía y diversi,dad. Su primer
usuario fue Walter G. Rosen, durante la primera reunión
de planeación del Foro Nacional sobre Biodiversidad, que
se llevó a cabo en 1986 en la ciudad de Washington, en
Estados Unidos. En este foro Sí! hizo un llamado de atención
a educadores y políticos de todo el mundo para advertir
sobre los peligros que representaba la rápida destrucción
de los hábitats naturales y los serios daños que esto causa-
ba a mile~ de especies. Desde entonces, los gobiernos de
diferentes países reconocieron que la conservación de la
biodiversidad debe constituir una preocupación de toda
la humanidad, ya que el desarrollo económico y social de los
países depende totalménte del capital natural que repre-
sentan los ecosistemas con todos sus componentes.
1 LA BIOOIVERSIOAD 21

La biodiversidad se expresa en distintos niveles de com-


plejidad de la materia viva, denominados niveles de orga-
nización, los cuales, a su vez, abarcan desde las moléculas

.
que constituyen a los organismos vivos hasta el total de la
'
biósfera (el conjunto de todos los organismos que habitan
el planeta), pasando por las células, los tejidos, los órganos,
los ind~viduos y los conjuntos de individuos (poblaciones
y comunidades bióticas). Al interior de cada uno de estos
niveles de organización existe una gran variación, la cual
es parte integral de la biodiversidad del planeta. La diver-
sidad a nivel de las células se observa, por ejemplo, en las
diferentes formas y características que tiene una neurona,
en'comparación con un espermatozoide, o una espiroque-
ta, una amiba, un glóbulo rojo, una célula de la piel o una
célula del parénquima de una planta.
A pesar de lo anterior, es muy común que cuando al-
guien escucha la palabra biodiversidad, inmediatamente.la
asocie con las diferentes especies de animales y plantas que
viven en la Tierra. En realidad, como vimos, la biodiver-
sidad es mucho más que eso. Existen tres componentes o
niveles fundamentales de la biodiversidad que la mayoría
de los biólogos reconocen: la diversidad de genes, la diver-
sidad de especies y la diversidad de ecosistemas (figura
1.1). En este capítulo hablaremos primero de cada uno de
estos niveles de la biodiversidad de manera general, y pos-
teriormente analizaremos con más detalle la diversidad de
especies.
22 EL PULSO OEL PLANETA

Genes
~ -- - - - - - diferencias genéticas
entre los individuos de
_una misma especie

Especies
diferencias entre organismos - -....
de distintas especies

Ecosistemas
diferencias entre los distintos ecosistemas

Figura 1.1 Niveles de la biodiversidad: genética, de especies y de ecosistemas.


l. LA BIOOIVERSIOAD 23

Niveles de la biodiversidad

La diversidad genética

El nivel más básico e inmediato en el que podemos obser-


var la diversidad biológica es en el hecho de que los orga-
nismos de una misma especie difieren entre ellos. Así como
cada uno de nosotros tenemos un material genético único y
a todas luces somos diferentes de otros seres humanos, in-
cluso de nuestros propios hermanos y primos, de esa misma
forma los organismos de otras especies también difieren en-
tre ellos. Si tenemos alguna mascota en casa y hemos tenido
la oportunidad de ver nacer a sus crías, seguramente hemos
visto que cada cría tiene sus características propias: su
color particular, su patrón de manchas o rayas, la form~ de
su cuerpo y sus gestos. Esta variación
, es la expresión de la di-
versidad genética que existe entre los individuos de cada
especie.
El material genético que posee cada organismo, es decir,
el ADN que tiene en el núcleo de cada una de sus células y
que forma los genes, determjna tanto sus características
morlológicas (su aspecto) como sus rasgos fisiológicos (su
funcionamiento) y sus patrones conductuales (véase el re-
cuadro 1.1). Todas estas características, en interacción con
el ambiente, deterrninan qué tan exitoso será cada organis-
mo a lo largo de su vida, es decir, si podrá sobrevivir, cre-
cer y reproducirse en las condiciones particulares que le
toque enfrentar. Entre los organismos de una especie ha-
brá algunos que puedan enfrentar mejor los retos que les
imponga su ambiente y que por lo tanto dejen más descen-
dencia, de tal forma que sus genes estarán representados
24 EL PULSO DEL PLANETA

en las generaciones futuras. Esta supervivencia y reproduc-


ción diferencial entre los organismos de una especie es lo
que constituye el proceso de selección natural, que lle-
va a la evolución de las especies. Por esto, la diversidad
genética es muy importante, pues representa el almacén de
genes que cada especie tiene para evolucionar. Cuando dis-
minuya la diversidad genética de una especie, aumentarán
sus probabilidades de extinción en el momento en el que
se presenten cambios ambientales, pues no tendrá muchas
posibilidades de enfrentarlos con éxito. Por otro lado, en-
tre mayor sea la diversidad genética de una especie, ésta
tendrá más posibilidades de adaptarse a los cambios am-
bientales que se le presenten a través del tiempo. Por ejem-
plo, si en una población de conejos hay genes que pueden
dar lugar a diferentes colores del pelaje, entonces en un
ambiente con nevadas frecuentes sobrevivirán mejor los
conejos de pelaje blanco, mientras que en un bosque so-
brevivirán mejor los conejos de pelaje oscuro, pues serán
menos notorios ante los ojos de sus depredadores. Pero si
la población de conejos sólo tuviera genes para pelaje os-
curo, entonces éstos no podrían sobrevivir en un ambiente
en el que.empezaran a ser frecuentes las neva?as.
Cuando una especie presenta una alta diversidad ge-
nética, tiene la posibilidad de diversificarse, es decir, dar
origen a otras especies que ocupen distintos ambientes y
que manifiesten rasgos diferentes como resultado de distin-
tas adaptaciones. Esta diversificación puede ser el produc-
to de la selección natural, o bien de la selección aitificial,
que es un proceso similar pero dirigido por el ser humanq,
al favorecer ciertos rasgos en las plantas y los animales que
elige para su consumo o compañía. Como resultado, surgen
l . LA BIODIVERSIDAD 25

razas e incluso especies distintas de plantas y animales a


partir de la selección artificial. Este proceso conduce a la
domesticación, a partir de la cual ha surgido un sinnúmero
de animales domésticos y de granja, como perros, gatos, pa-.,.
lomas, caballos y reses; así como plantas cultivadas, como
el trigo, el arroz, la cebolla, la manzana y el aguacate. A
través de los siglos, por ejemplo, los habitantes de Mesoa-
mérica domesticaron un~ gran variedad de especies de
plantas a partir de las cuales se derivaron, entre otros, el
maíz, el frijol, la calabaza, el chile y el ji tomate que cono-
cemos hoy en élfa y que se cultivan en muchas partes del
mundo. Como México es el centro de origen de estas espe-
cies vegetales, es e n nuestro país en donde se localiza su
mayor diversidad genética (figura 1.2). Por lo tanto, México
tiene la responsabilidad de valorar y salvaguardar la gran
diversidad genética con la que cuentan estos cultivos, de tal
manera que no pierdan la posibilidad de seguirse diversi-
ficando y adaptando a nuevas condiciones ambientales.
Además de presentarse entre los individuos de una po-
blación, la diversidad genética también se expresa entre las
poblaciones de una misma especie. Por ejemplo, conta-
mos con una gran diversidad de variedades de maíz, aun-
que todos ellos son la misma especie: Zea mays. Sólo por
nombrar unos cuantos, existe el maíz pozolero de semillas
grandes y redondas; el maíz palomero (con el que se hacen
las palomitas de maíz); el mafz harinoso; el maíz amarillo,
que tiene un sabor ligeramente dulzón, y el maíz azul, tan
apreciado para hacer tlacoyos en el Estado de México.
Las diferencias genéticas entre dos poblaciones de la
misma especie se pueden ir desvaneciendo si hay migra-
ción de individuos entre ellas, de tal manera que los indi-
N
°'

Razas de maíz
., 4

por reg1on

1-2
3-4
5-7
_ 8-11
1111 12-16
l. LA BIOOIVERSIDAD 27

Figura 1.2 Ejemplos de la diversidad genética del maíz. En la imagen de arriba


se muestran mazorcas de distintos tamaños y colores. El mapa muestra áreas
con diferentes niveles de diversidad genética para este cereal.

viduos de un¡_población se reproducen con los de la otra


(recuadro 1.1). Pero cuando las poblaciones están aisla-
das, y además se encuentran en ambientes muy diferen-
tes, la selección natural poco a poco puede incrementar
la diversificación genética entre ~Has, de· tal manera que
puede llegar un momento en que los individuos de las dos
poblaciones sean ya tan diferentes que se consideren es-
pecies di·stintas. Este proceso se conoce como especiación,
y es uno de los mecanismos que pennite el constante sur-
gimiento de nuevas especies.
28 EL PULSO DEL PLANETA

RECUADRO 1.1

¿Cómo se mide la diversidad genetica?

Existen diferentes formas de evaluar la diversidad genética dentro de


una población y entre poblaciones de la misma especie.
El material genético está constituido por largas cadenas de ADN
(ácido desoxirribonucleico) que se encuentran empaquetadas en for-
ma de cromosomas en el interior del núcleo de todas las células de un
organismo (figura Rl.1). Cada especie tiene un número característi-
co de cromosomas. Por ejemplo, los seres humanos tenemos 46 cro-
mosomas, que están formados por un juego de 23 cromosomas que
heredamos de nuestra madre (del óvulo del que nos formamos) y
otro juego de 23 cromosomas que heredamos de nuestro padre (del
espermatozoide que fecundó a dicho óvulo). Por esa razón contamos
los cromosomas por pares y decimos que tenemos 23 pares de cro-
mosomas. Los dos cromosomas de un mismo par se conocen como
cromosomas homólogos.
En el cariotipo (conjunto de cromosomas) de un ser humano, los 23
pares de cromosomas se encuentran ordenados en ocho grupos de
acuerdo con su tamaño y morfología. El último par es del que depen-
de el sexo de un ser humano.
Un gen es un fragmento de ADN que tiene el código para formar
una proteína. El lugar que ocupa un gen en un cromosoma se conoce
como locus (que significa "lugar" en latín; su plural es /oci). Existen dos
copias de cada gen: una en un cromosoma y otra en su cromosoma
homólogo; es decir, una copia la heredamos de nuestra madre y la
otra de nuestro padre. A veces las dos copias de un gen son idénticas,
pero otras veces son ligeramente diferentes. Cuando un gen tiene
varias versiones ligeramente diferentes, a cada versión se le conoce
como un alelo.
Existen índices que se han diseñado para evaluar diferentes aspec-
tos de la diversidad genética. Algunos de ellos son los siguientes:

a] Número promedio de alelos por gen (A). Evalúa cuántas versiones


diferentes existen, en promedio, para los genes de un organismo. Su-
pongamos que un organismo tiene cinco genes. El gen a tiene 3 alelos,
l. LA BIOOIVERSIDAD 29

el gen b tiene 2 alelos, el gen e es monomórfico (sólo tiene una ver-


sión), el gen d tiene 2 alelos y el gen e tiene 3 alelos. Entonces, A =
(3 + 2 + 1 + 2 + 3)/5 = 2.2 alelos por gen.

b] Proporción de /oci polimórficos (P). Mide qué proporción de los ge-


nes de un organismo tiene formas únicas, o si tienen dos o más ver-
siones ligeramente diferentes (alelos). Para el caso anterior, de los
cinco genes, cuatro son polimórficos (es decir, tienen varias formas
alternativas o alelos} y uno es monomórfico. Entonces, P = 4/ 5 = 0.8.

c] Heterocigosis observada (H0 ). Para cada /oci con varios alelos, anali-
za qué proporción de los individuos son heterócigos (es decir, si tienen
versiones diferentes de ese gen en sus dos cromosomas homólogos).

d] Índice Fsr- Mide las diferencias en la estructura genética de dos po-


blaciones de la misma especie; identifica qué proporción de la varia-
1
ción genética total corresponde a diferencias entre poblaciones.

Crometina

Nul:léolo

Figura Rl.l El material genético está formado 'por cadenas de ADN que se
encuentran en el interior del núcleo de las células, empaquetadas en forma de
cromosomas. Cada cadena de ADN está formada por una secuencia particular
de nucleótidos y se encuentra asociada a otra cadena, lo que forma una "doble
hélice".

\
30 ' EL PULSO DEL PLANETA

La diversidad de especies

Este nivel se refiere a la gran cantidad de especies diferen-


tes que se agrupan en los cinco reinos: animales, plantas,
hongos, moneras (organismos unicelulares pero sin núcleo,
como las bacterias) y protistas (organismos que tienen una
sola célula con núcleo, como las amibas), que coexisten
en un lugar (figura 1.3). Los biólogos han propuesto dife-
rentes formas de definir a una especie; una de las defi-
niciones más utilizadas propone que es el conjunto de
organismos que pueden aparearse entre ellos y dar lugar
a hijos fértiles.
La diversidad de especies se puede evaluar a diferentes
escalas espaciales. Así como podemos valorar la salud de
un ser humano a diferentes niveles (por ejemplo, si vemos
el funcionamiento del aparato circulatorio, podemos con-
centrarnos en el corazón, o bien en las venas y arterias ma-
yores, o en el sistema de venas y arterias periféricas), de
esa misma forma, al evaluar la diversidad de especies po-
demos utilizar diferentes escalas. La variedad de especies
que viven en un área relativamente pequeña, digamos, una
superficie de bosque del tamaño de unas seis canchas de
futbol (lo que los ecólogos llaman "escala local"), se co-
noce como diversidad alfa. Esta diversidad alfa se puede
evaluar de diferentes maneras. Una muy utilizada es sim-
plemente el conteo del número de especies que viven en
el área de interés, lo que se conoce como riqueza especí-
fica. Además, los ecólogos han desarrollado otro tipo de
medidas que no nada más toman en cuenta el número de es-
pecies, sino también cuántos individuos hay de cada una,
es decir, su abundancia relativa. Por ejemplo, si en un
l. LA BIODIVERSIOAD 31

~-

Reino Animalia

Reino Fungí Reino Manera

Reino Protista Reino Plantae

Figura 1.3 Seres vivos pertenecientes a cada uno-de los cinco reinos:
un elefante (reino Animalia), hongos (reino Fungí), una bacteria (reino
Monera), una amiba (reino Protista) y un árbol (reino Plantae).
32 EL PULSO DEL PLANETA

t
bosque 90% de los árboles son pinos y sólo 10% son en-
cinos, se puede apreciar una fuerte dominancia de los pi-
nos. Por otro lado, si en otro bosque 50% de los árboles son
pinos y 50% son encinos, entonces se ve más heterogéneo
que el primero, es decir, es más diverso; aunque la rique-
za específica sea la misma en ambos. A partir de este tipo
• de consideraciones, los ecólogos han desarrollado diferen-
tes índices para medir la diversidad alfa tomando en cuen-
ta otros elementos de heterogeneidad, además de la riqueza
específica. Los nombres de estos índices se asocian con los
investigadores que los propusieron (por ejemplo, índice de
Simpson, de Shannon-Wiener, o de Berger-Parker).
A una escala espacial mayor, por ejemplo, para compa-
rar qué tan semejantes o diferentes son dos localidades más
o menos cercanas, se utiliza la diversidad beta. _En este ca-
so, la diversidad se evalúa en términos de la diferencia entre
las dos comunidades bióticas de interés. Por ejemplo, si
en la paite alta de una colina hay un bosque con cuatro es-
pecies de árboles (oyameles, pinos, madroños y ailes) y en
la parte baja el bosque tiene cinco especies de árboles (pi-
nos, madroños, fresnos, encinos y tepozanes), podemos ver
que la riqueza específica es mayor en la parte baja de la co-
lina. Pero además, notamos que los dos bosques compar-
ten dos especies de árboles Qos pinos y los madroños), a la
vez que hay otras dos especies que sólo se encuentran en
la parte alta' Qos oyameles y los ailes) y tres especies que
sólo se encuentran en la parte baja Qos fresnos, los enci-
nos y los tepozanes). El parecido entre las dos comunida-
des se evalúa utilizando un índice de similitud, como el de
Sf!rensen o el de Jaccard, cuyos valores van de O a l. Como
estos índices evalúan la similitud entre las dos comu"nida-
l . LA 81001VERSIOAO 33

des, para obtener la diversidad beta (que se refiere a la di-


simili,t,ud, o a la difere ncia entre comunidades) se utiliza su
inverso, es decir, 1 entre el valor del índice de similitud.
Por último, pode mos medir la diversidad de especies de
toda una región, incluyendo la diversidad local de cada una
de las comunidades bióticas que contiene (diversidad al-
fa) y las diferencias entre comunidades (diversidad be ta),
lo que da lugar a la diversidad gamma. E n esta escala es-
pacial regional, la diversidad de especies generalmente es
un sinónimo de su riqueza específica, sobre todo cuando se
trata de grandes extensiones de tierra. Así, cuando se ha-
bla de la diversidad gamma de una región del planeta (por
ejemplo, la cuenca del río Balsas, en México), se hace re-
fere ncia al número de especies que habitan en esa región.
En resumen, tenemos tres escalas espaciales e n las que se
mide la diversidad de especies: la diversidad alfa (nivel
local), la diversidad beta (difere ncia entre comunidades
contiguas) y la diversidad gamma (número de especies que
habitan en una región) (figura 1.4).

La diversidad de ecosistemas

El último ni vel se refiere a la variedad de siste mas ecoló-


gicos que se presentan en una región. Una forma relati-
vamente sencilla de comprender esta biodiversidad es en
términos de paisaje. Si pudiéramos observar una cierta re-
gión del planeta desde lejos, ¿cuántos paisajes diferentes
podríamos ver e n ella? Hay algu nas regiones, como la Pe-
nínsula Arábiga, que tienen baja diversidad de ecosistemas,
pues presentan paisajes más o menos similares a lo largo de
w
,¡,..

Bosque boreal
Diversidad alfa
( 6 especies)

¿Cuántas especies
comparten? ¿Cuántas especies
Dlvet'sidad gamma
Número global comparten?
de especies
~
z

Figura 1.4 Las diversidades alfa, beta y gamma se utilizan para medir la diversidad de especies en diferentes escalas espaciales. ~
l . LA BIOOIVERSIOAD 35

grandes extensiones de tierra (en este caso, desiertos are-


nosos); pero hay otras regiones que presentan una gran di-
versidad de paisajes. Un ejemplo es Colombia, que tiene
desde selvas tropicales, pastizales, desiertos, lagunas, ríos
y manglares, hasta bosques templados, páramos de altura y
tundra en las altas montañas andinas.
Es increíble la gran diversidad de paisajes que pode-
mos encontrar sobre la Tierra. Hay paisajes áridos y húme-
dos, boscosos y rocosos, helados y cálidos, montañosos y
planos, terrestres y acuáticos. La diversidad de paisajes en
nuestro planeta desborda nuestra imaginación: no es nece-
sario invocar paisajes hipotéticos en otros mundos para sen-
timos maravillados. A su vez, en cada una de estas categorías
encontramos una inmensa variedad de tipos de vegetación:
imagina una pradera, un bosque de secuoyas, una nopalera,
un matorral, un manglar o una selva. En realidad, es im-
posible encontrar dos paisajes idénticos.
El concepto de biorna es útil para discernir entre la di-
versidad de paisajes . Un bioma es un tipo de paisaje ca-
racterístico de una región climática del planeta. Los biomas
terrestres más conocidos son la selva tropical húmeda y la
sabana (en climas tropicales), el desierto (en climas áridos),
el bosque templado (en climas templados), el bosque bo-
real o taiga (en climas fríos) y la tundra (en climas polares).
En conjunto, los bosques cubren poco más de la mitad del
área del planeta ocupada por ecosistemas terrestres, se-
guidos por los desiertos y los pastizales. Por otro lado, la
tundra ocupa sólo alrededor de 5 por ciento.
En el capítulo 3 analizaremos el concepto de ecosistema
en todo detalle, para explorar a mayor profundidad este
nivel de la biodiversidad y evaluar la huella que ha dejado
36 EL PULSO DEL PLANETA

el ser humano en nuestro planeta en términos ambientales.


Pero antes dedicaremos las siguientes páginas a estudiar
con más detalle la biodiversidad, en particular la diversidad
de especies, así como su origen, sus causas y su distribu-
ción en el planeta.

¿Cómo y cuándo surgieron tantas especies?

Como comentamos antes, actualmente los biólogos clasifi-


can a los organismos en cinco reino : en el reino Monera se
incluye a las bacterias y las arqueas (que son organismos
constituidos por una célula que carece de núcleo); en el
reino Protista se agrupa a los organismos constituido por
una célula con núcleo (unicelulares) y a sus "parientes" que
ya están constituidos por muc has células (muJticelulares),
como los protozoarios y las algas; en el reino Fungi están
los hongos; y en los reinos Plantae y Animalia se ubican las
plantas y los animales, respectivamente (figura 1.3). En una
categoría totalmente diferente se considera al grupo de los
virus, que no son organismos vivos estrictamente hablando,
sino que se les considera como estructuras orgánicas que
interactúan con los seres vivos. La razón que sustenta a
esta noción es que los v-irus no tienen vida propia, sino
que dependen totalmente del aparato bioquímico y estruc-
tural de las células que infectan.
El mome nto e n el que urg-ió la vida en la Tierra es in-
cierto, pero se presume que fue hace unos 4 000 millones
de años. Se estima que la Tierra se formó hace alrededor de
4 600 millones de años y durante la mayor parte de los pri-
meros 1 000 millones de años fue un planeta inerte. Los
l. LA BIODIVERSIDAD 37

restos fósiles más antiguos de organismos procariontes


rudimentarios del tipo de las bacterias se remontan a hace
3 800 millones de años. Se presume que eran organismos
fotosintetizadores, a partir de cuya actividad metabólica la
atmósfera de la Tierra empezó a cambiar para contener
una proporción cada vez mayor de oxígeno. Es posible que
durante los primeros 1 000 millones o 2 000 millones de
años sólo hubiera organismos procariontes. Los organismos
eucariontes (constituidos por células con núcleo) apare-
cieron después. Los fósiles más antiguos de eucariontes
unicelulares son de hace alrededor de 2 000 millones de
años y a partir de entonces empezaron a diversificarse
muy rápidamente. Posteriormente, los eucariontes multi-
celulares evolucionaron. Una de las teorías más aceptadas
sobre el origen de los eucariontes propone que surgieron
como resultado de asociaciones simbióticas entre éélulas
procariontes, de modo que unas células procariontes al-
bergaron en su interior a otras, lo cual dio lugar al núcleo y
a otros organelos celulares a través de un largo y compli-
cado proceso evolutivo.
Los primeros representantes del reino animal surgieron
hace aproximadamente 700 millones de años. Su aspecto
probablemente se parecía al de algunos invertebrapos ma-
rinos que existen hoy en día, como las medusas o las espon-
jas. Desde hace 400 millones a 500 millones de años, el
registro fósil indica la presencia de algunos invertebra-
dos marinos del tipo de los moluscos y los crustáceos ac-
tuales, así como algunos vertebrados y plantas. Durante los
siguientes millones de años aparecieron poco a poco to-
dos los demás grupos de organismos que existen hoy en día.
Algunos de aparición más reciente son los mamíferos, las
38 EL PULSO DEL PLANETA

aves y las plantas con flor (angiospermas), que s urgieron


en el planeta hace unos 200 rnillEmes de años y se diver-
sificaron hace poco más de 60 millones de años.
Entre los mamíferos de origen más reciente se encuen-
tran los homínidos, el grupo al que pertenece la especie
humana. Los primeros humanos primitivos vivieron hace
unos siete millones de años; pero los seres humanos mo-
dernos, con características anatómicas similares a las ac-
tuales, datan de apenas 200 000 años. Estas escalas de
tiempo de miles y millones de años nos permiten asomar-
nos a lo complejo, fascinante yextenso que ha sido el pro-
ceso de evolución de la vida en la Tierra. En este inmenso
periodo, la especie humana ha estado presente sólo un pe-
queño lapso. De manera similar a la propuesta del astró-
nomo Carl Sagan (1934-1996), quien compactó la historia
del universo desde su origen hasta nuestros días en un año
terrestre hipotético al que llamó año cósmico, podemos
compactar la historia del planeta en un ciclo anual hipo-
tético que hemos llamado año planetario. Según esta vi-
sión, si la Tierra se originó en el primer segundo del 1 de
enero de este año planetario, entonces la vida apareció el
17 de febrero, poco después de mediodía; los primeros ho-
mínidos surgieron el 31 de diciembre a las 10:40 horas;
los seres humanos primitivos, a las 23:37 horas de ese día,
y los seres humaños modernos aparecieron en los últimos
22 minutos y 51 segundos del año planetario. Lo dramá-
tico de esta concepción es que, a pesar de lo cortísimo de
nuestra vida como especie, hemos provocado transforma-
ciones muy profundas en la natw-aleza y hemos tenido efec-
tos muy marcados sobre el resto de los seres vivos con los
que compartirnos este mundo.
J. LA BIODIVERSIDAD 39

El momento actual de la vida sobre la Tierra es el resul-


tado de millones de años de evolución biológica. El gran
número de especies que existen en los cinco reinos que
conocemos es realmente impresionante. La enorme varie-
dad de formas de vida que constituyen "la sangre" del Sis-
tema Tierra empezó a formarse desde el 1 7 de febrero del
año planetario, y continúa en ese maravilloso proceso de di-
versificación. La teoría de la evolución considera que todas
las formas de vida que existen en nuestro planeta surgie-
ron a partir de ancestros comunes que, con el paso del tiem-
po, se diversificaron y formaron distintos grupos biológicos.
Como vimos en la sección anterior, el proceso de especia-
ción dio lugar a esta gran diversificación de los seres vivos,
conocida como radiación adaptativa, la cual surge a par-
tir de eventos como el aislamiento geográfico de poblaciones
de la misma especie, divergencias evolutivas entre ellas
causadas por distintas adaptaciones que se fueron dando
en distintos lugares, o bien fenómenos genéticos como la
duplicación de cromosomas. A lo largo de los últimos 4 000
millones de años, estos procesos han dado lugar a todas las
especies que ahora existen o que han existido en el planeta.
¿Y cuántas especies existen en la Tierra? La realidad de
las cosas es que nadie lo sabe, pero se calcula que pue-
de haber entre tres millones y 100 millones de especies, lo
cual nos da una idea de la magnitud de nuestra ignorancia.
Algunas estimaciones modernas han llegado a La conclu-
sión de que debe haber entre ocho millones y 11 millones
de especies. De todas éstas, los biólogos han descrito sólo
cerca de dos millones, y en promedio se descubren 14 800
nuevas especies cada año. Esta gran variedad de especies
es parte de la biodiversidad de la Tierra y representa, a su
40 EL PULSO DEL PLANETA

vez, una riqueza extraordinaria de rutas evolutivas que se


han traducido en esta multiplicidad de expresiones. Cada
una de las especies que existen hoy en nuestro planeta es,
entonces, el representante más reciente de una larga his-
toria de aventuras evolutivas. Desgraciadamente, lo más
probable es que nunca sepamos con precisión el número
exacto de especies, pues, como veremos más adelante, mu-
chas de ellas se están extinguiendo como resultado de las
actividades humanas.
Los biólogos observan y recolectan organismos duran-
te sus expediciones, para identificar, describir y nombrar
a las diferentes especies que conocemos hoy en día. Los
ejemplares recolectados-se depositan en colecciones cien-
tíficas (como museos y herbarios) y se analizan en detalle
para definir a qué grupo taxonómico pertenecen. Si se
descubre una especie nueva que no está registrada en nin-
guna de las colecciones científicas del mundo, los biólo-
gos han adoptado la convención de nombrarla con dos
palabras (una se refiere al género y la otra a la especie)
en latín. Así, por ejemplo, el nombre científico de los ca-
racoles de jardín es Heli.x aspersa y el de la vainilla es Va-
nilla planifolia.
Aunque se han llevado a cabo exploraciones en todos
los países del mundo y se ha intentado abarcar todo tipo de
ambientes y paisajes, la realidad es que apenas se han ex-
plorado algunos ecosistemas. Tal es el caso de las cuevas,
los acantilados, el fondo del mar o los bosques húmedos
de diversas regiones montañosas. Por otra parte, es común
que algunos grupos taxonómicos estén mejor representa-
dos que otros en las colecciones científicas, quizá porque
son más llamativos o más v?sibles. Un ej emplo son las
l . LA BIOOIVERSIDAO 41

RECUADRO 1.2

¿Cuántas especies existen?

El número total de especies que se conocen es de alrededor de dos


millones (cuadro Rl.2). Algunos grupos están muy bien estudiados,
como es el caso de los mamíferos o de las plantas con flor (monoco-
tiledóneas y dicotiledóneas). Pero apenas se han estudiado superfi-
cialmente otros grupos como los hongos o las algas.
Entre los grupos taxonómicos más diversos en cuanto al número
de especies, están los insectos; y dentro del grupo de los insectos, la
mayoría de las especies son escarabajos.
Algunos grupos, como los de las coníferas, los rotíferos y los ma-
míferos, se encuentran muy bien representados en México. Sin embar-
go, de otros grupos existe una menor representación proporcional,
como de los grupos de los ciempiés y milpiés, platelmintos (gusanos
planos) y moluscos (caracoles, almejas y pulpos).

plantas con flor (angiospermas), o los vertebrados, en par-


ticular los mamíferos. Los insectos son un grupo muy diver-
so: se piensa que quizá la mitad de las especies conocidas
son insectos (recuadro 1.2), y de ellos, las mariposas han
sido muy estudiadas, mientras que de otros grupos se sabe
muy poco.
Entonces, es evidente que las cerca de dos millones de
especies que se han descrito representan sólo una frac-
ción (que puede ser de 2%, o hasta 67%) del total existen-
te. Por otro lado, las especies que hoy en día comparten el
planeta con nosotros son una pequeña parte de todas las
especies que han vivido sobre la Tierra. Algunas espeqies,
antes de extinguirse, han dejado huellas de su presencia en
un "archivo" de rocas sedimentarias al que los paleontólo-
gos denominan registro fósil; éste ha sido una herramienta
42 EL PULSO DEL PLANETA

CUADRORl.2
Número de especies en el mundo y en México

Datos del mundo, obtenidos de Chapman (2009), Numbers of Living Species in


Australia and the World, Canberra, Gobierno de Australia; excepto los que tie-
nen asterisco. Los datos marcados con asterisco y los de México se basaron en
Conabio (2008), Capital natural de México, volumen 1, México, Conabio.

Reino Grupo taxonómico Número Número Porcentaje


de especies de especies en México
en el mundo en México
Animales Mamíferos 5487 535 9.8
Aves 9990 1096 u.o
Reptiles 8 734 804 9.2
Anfibios (p. ej., ranas•
y sapos) 6 515 361 5.5
Peces 31153 2 692 8.6
Miriápodos (p. ej., ciempiés 16 072 585 3.6
y milpiés)
Arácnidos (p. ej., arañas 102 248 5 5'79 5.5
y alacranes)
Insectos 1000000 47 853 4.8
Crustáceos (p. ej., cangrejos 47 000 5 387 11.5
y camarones)
Equinodermos (p. ej., 7 003 503 7.2
estrellas de mar y erizos)
Moluscos (p. ej., caracoles, 93 195* 4100 4.4
almejas y pulpos)
Anélidos (p. ej., lombrices, 16 763 1393 8.3
sanguijuelas y gusanos
marinos)
Otros invertebrados 48144 996 2.1
(p. ej., rotíferos)
Platelmintos ( gusanos 20000 550 2.8
planos)
Cnidaria (p. ej., medusas 10 ooo• 318 3.2
y corales)
Poríferos (esponjas) 6000 268 4.5
l . LA BIOOIVERSIDAC 43

Reino Grupo taxonómico Número Número Porcentaje


de especies de especies en México
ene/ mundo en México
Plantas Dicotiledóneas 199 350 19065 9.6
Monocotiledóneas 59 300 4 726 B.O
Gimnospermas 1021 150 14.7
Helechos 13 025 1067 8.2
Musgos y hepáticas 19900 1482 7.4
Otros Algas 27 000 2 702 10.0
Hongos 98 998 7000 7.1
Total 18◄6 898 109 212 5.9

muy importante para echar un vistazo hacia el pasado remo-.


to y damos una idea de cómo era la vida en el planeta hace
miles o millones de años. De hecho, se sabe que ha habido
periodos de extinción simultánea de muchas especies, pues
al recorrer las capas estratigráficas de abajo hacia arriba,
se observa que algunos fósiles que son frecuentes en cier-
tos estratos de pronto desaparecen en los subsecuentes.
Por eso sabemos que en la larga historia de nuestro plane-
ta ha habido eventos de extinción en masa en repetidas
ocasiones. Son precisamente estos eventos los que marcan
la frontera entre una era geológica y la siguiente. Por ejem-
plo, el final de la era Paleozoica, hace aproximadamente
260 millones de años, se ubica en el momento en el que
d~sapareció cerca del 50% de las especies que exisúan en
la Tierra en ese entonces. A su vez, la era Mesozoica ter-
minó hace aproximadamente 65 millones de años, al final
del Cretácico, cuando desapareció todo el grupo de los di-
nosaurios, entre otros organismos. Actualmente se afirma
que estamos siendo testigos de otro evento de extinción
en masa de dimensiones similares a los anteriores; pero
44 EL PULSO OEL PLANETA

en este caso es tristemente consecuencia del deterioro eco-


lógico que el ser humano ha provocado en el planeta (véa-
se figura 1.6, más adelante).

Distribuciórt-de la diversidad de especies en el planeta

Si fueras una bióloga o un biólogo de un planeta lejano ubi-


cado en el otro extremo de la galaxia y llegaras a la Tierra,
¿cómo describirías a tus compatriotas la diversidad de for-
mas de vida que hay y la manera en la que se distribuyen
en las diferentes regiones de la Tierra? Quizá empezarías
por explorar desde tu nave espacial los diferentes ecosis-
temas que observarías al recorrer el planeta desde los po-
los hasta el ecuador. Y seguramente lo primero que notarías
es que la variedad y el tipo de especies que ocupan cada
zona geográfica cambian conforme te desplazas de un lu-
gar a otro. Pues eso es precisamente lo que han observado
los biólogos terrícolas: existen ciertos patrones en la distri-
bución de la diversidad a nivel global. Hay algunas regio-
nes que son biológicamente más ricas que otras, tanto en
términos del número de especies que viven en ellas como
por la variedad de ecosistemas que las componen. En resu-
men, la biodiversidad no se distribuye de forma homogé-
nea en el planeta (de la misma manera en que los diferentes
tipos de células que componen a un organismo no se distri-
buyen homogéneamente por todos~ cuerpo).
Al recorrer la Tierra con su nave espacial, uno de los pri-
meros fenómenos que notaría un biólogo extraterrestre se-
ría que la diversidad de especies aumenta al acercarse al
ecuador y se reduce al ir hacia los polos. Por ejemplo, se
l . LA BIOOIVERSIDAO 45

calcula que cerca de 70% de las especies de todo el mun-


do viven en las selvas tropicales. El equivalente en el medio
marino son los arrecifes coralinos, que también se presen-
tan en zonas tropicales y que albergan una diversidad muy
alta de especies de muchos grupos biológicos.
Nuestro biólogo extraterrestre seguramente también no-

taría que las zonas bajas, cerca del nivel del mar, son más
diversas en número de especies en comparación con las zo-
nas elevadas, como los picos de las montañas. Y también se
daría cuenta de que generalmente las islas, debido a su in-
comunicación, tienen menos especies que las zonas conti-
nentales de tamaño equivalente.
Cuando evaluamos la diversidad de especies de un lugar,
no sólo importa cuántas especies hay, sino cuáles están
presentes. Las especies comunes pueden colonizar varios
tipos de ecosistemas y se encuentran en muchas partes del
mundo. Un ejemplo es el helecho Pteridium aquilinum,
que es muy común en praderas, bosques, pastizales y ma-
torrales en muchos países, de zonas tanto tropicales como
templadas. En contraste, hay especies raras que única-
mente se encuentran en ciertos hábitats y que forman po-
blaciones de sólo unos cuantos individuos. Un ejemplo es
el quetzal resplandeciente, Pharomachrus mocinno, que
habita solamente en bosques nubosos montanos de la re-
gión mesoamericana (sureste de México y Centroaméri-
ca) y cuyas poblaciones son reducidas. Cuando una especie
se distribuye sólo en un área geográfica limüada, se dice
que es endémica de esa área. Por ejemplo, el teporingo o
conejo de los volcanes, Romerolagus diazi, vive únicamen-
te en los pastizales de la zona central del Eje Volcánico
.
Transmexicano; es decir, es endémico de esa zona. Así,
46 El PULSO DEL PLlNETA

cuando un biólogo estudia la diversidad de una región, ade-


más de analizar cuántas especies hay, también evalúa si
hay especies raras y endémicas.
Ciertas regiones de la Tierra tienen una gran cantidad
de especies endémicas, por lo que se les llama centros de
endemismo. Frecuentemente son áreas aisladas geográfi-
camente, como las perúnsulas, las islas o los valles que es-
tán rodeados por barreras montañosas. Por ejemplo, una isla
notable por su alto nivel de endemismo es Madagascar, cer-
ca de la costa este de África.
Uno de los mecanismos para conservar la biodiversidad
es la creación de reservas ecológicas, parques nacionales
y otro tipo de áreas protegidas. Evidentemente, lo más con-
veniente es conservar zonas que tengan una alta riqueza de
especies; pero también hay que tomar en cuenta los demás
elementos que hemos comentado: el número de especies ra-
ras o endémicas que albergan, ~í como los otros niveles de
la biodiversidad. En México, los ecosistemas que cuentan
con la mayor riqueza de especies son las selvas tropicales;
sin embargo, las zonas semidesérticas y algunas de las re-
giones montañosas presentan una alta proporción de espe-
cies raras o endémicas; además, las regiones montañosas
suelen ser muy diversas en términos de su multiplicidad de
paisajes. Por esta razón, los gobiernos deben establecer re-
servas' ecológicas y áreas protegidas en diferentes zonas
de cada país.
Algunos países son particularmente importantes en
cuanto a su diversidad de especies. De entre ellos se han
identificado 17 que se consideran megadiversos (recuadro
1.3). Un país megadiverso alberga un número de especies
mayor del que se esperaría según el tamaño de su territorio.
J. LA BIODIVERSIDAD 47

México es un país megadiverso; de hecho, llega a estar entre


los primeros cinco países con mayor riqueza de especies,
dependiendo del grupo taxonómico que se estudie. Los paí-
ses megadiversos tienen una gran responsabilidad con el
resto del mundo, pues en ellos habita 75% de las especies
conocidas, a pesar de que en conjunto representan sólo
40% de las tierras (islas y continentes) del planeta.
La mayoría de los países megadiversos se encuentran
en las regiones tropicales (c~rca del ecuador, al sur del tró-
pico de Cáncer y al norte del trópico de Capricornio). Es-
tados Unidos es una excepción, aunque en realidad queda
en la lista de los países megadiversos sólo porque incluye
a Hawái y a la península de F1orida, que son regiones tropi-
cales. A su vez, las regiones tropicales de cada continente

RECUADRO 1.3

" Los países megadiversos

El concepto de megadiversidad ha sido importante para identificar a


los países que albergan la mayor diversidad de especies en el mundo.
Existen por lo menos dos criterios diferentes que definen a los países
megadiversos: a] aquéllos en los que se distribuye una proporción ma-
yor de las especies conocidas de lo que se esperaría de acuerdo con el
porcentaje de tierra emergida que les corresponde; o bien, b] países
en los que se presentan como endémicas por lo menos 1.5% de las es-
pecies de plantas del mundo (es decir, que tienen por lo menos 5 000
especies de plantas endémicas, de las cerca de 300 000 especies de
plantas que se han descrito).
Según estos dos criterios, se han identificado 17 países que se con-
sideran megadiversos (figura Rl.3 y cuadro Rl.3). México está entre
los primeros cuatro o cinco, según el grupo taxonómico del que se trate.
48 EL PULSO DEL PLANETA
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l. LA BIODIVERSIDAD 49
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CUADRORl.3

Número de especies de cinco grupos de organismos


en los 17 países megadiversos del mundo
País Mamíferos Aves Reptiles Anfibios Plantas
(miles)
Australia 282 751 755 196 16
Brasil 524 1622 468 517 50-60
China 499 1244 387 274 27-30
Colombia 456 1815 520 583 45-81
Ecuador 369 1616 394 421 17-21
Estados 428 768 261 194 19
Unidos
Filipinas 201 556 193 63 8-12
India 350 1258 408 206 17
Indonesia 515 1531 511 270 37
Madagascar 105 253 300 178 11-12
Malasia 286 738 268 158 15
México 530 1107 804 361 23.5
Papúa Nueva 242 760 305 200 15-21
Guinea
Perú 460 1760 365 315 18-20
República 415 1094 268 80 11
del Congo
Sudáfrica 247 774 299 95 23
Venezuela 288 1360 239 204 15-21

tienen una historia evolutiva particular. Estas singulari-


dades han llevado a los biólogos a identificar ocho regio-
nes biogeográfi.cas en el mundo: Neártica, Neotropical,
Paleártica, Afrotropical, Indo-Malaya, Oceanía, Austra-
lasia y Antártica (figura 1.5). Las cuatro regiones biogeo-
gráfi.cas más extensas son la Paleártica, la Afrotropical, la
C/1
o

Oceanía
."L. -
....
\/:1
Afrotropical O
(j ..

Figura 1.5 Las zonas biogeográficas representadas en un planisferio.


l. LA BIODIVERSIDA0 51

Neártica y la Neotropical. Las selvas tropicales predominan


en las regiones Indo-Malaya, Neotropical y Oceanía, mien-
tras que los pastizales y las sabanas están mejor repre-
sentados en las regiones Paleártica y Afrotropical; las
tundras, en las regiones Paleártica, Neártica y Antártica.
La región Neotropical es, por mucho, la que contiene un
mayor número de especies. En cierta medida, esto se de-
be a que las selvas tropicales cubren una alta proporción
de la superficie de esta región; sin embargo, su gran varie-
dad de hábitats, que van desde los más secos hasta los más
húmedos, desde el nivel del mar hasta las cumbres eleva-
das de los Andes, y desde zonas cercanas al ecuador hasta
otras cerca del Polo Sur, también contribuye a su gran di-
versidad. A pesar de que las áreas que ocupan las regiones
Paleártica, Afrotropical y Neártica son mayores que la de
la región Neotropical, el número de especies que alberga
esta última es considerablemente mayor.

Importancia de la biodiversidad

En las secciones anteriores hemos comparado -a la biodi-


versidad con la gran cantidad de componentes que confor-
man a un organismo: sus glóbulos rojos, plaquetas, células
linfáticas, riñones, tejido muscular, huesos y ligamentos
que, en general, son los tejidos, órganos y estructuras que
le dan soporte. Asimismo, la biodiversidad genética y de
especies, como veremos adelante, le dan soporte estructu-
ral a los ecosistemas naturales debido a que cada especie
de un ecosistema cumple una función particular: fija ener-
gía, recicla nutrientes, desintegra materia muerta, forma
52 EL PULSO DEL PLANETA

suelo, almacena carbono, poliniza flores, fija nitrógeno, pro-


duce oxígeno o constituye el alimento de otros organismos,
entre otras. No obstante, varias especies pueden jugar el
mismo papel, de tal modo que los ecosistemas pueden se-
guir funcionando aunque algunas de sus especies desapa-
rezcan (extinción local).
Por ejemplo, en un ecosistema hay varias especies de
anjmales que cumplen la función de polinizar'flores; si el
ecosistema experimenta un calentamiento gradual, algu-
nas de las especies polinizadoras podrán persistir, pero si
sobreviene un enfriamiento, otras especies lo harán. De es-
te modo, un ecosistema tiene mayores probabilidades de
mantenerse si cuenta con una gran gama de especies que
realizan las mismas funciones.
Como veremos más adelante, la biodiversidad también
proporciona a las sociedades humanas una serie de satisfac-
tores (los servicios ecosistémicos o servicios ambientales)
de los que depende la vida de los seres humanos. Recien-
temente hemos empezado a darnos cuenta de que la biodi-
versidad es un patrimonio natural de cada nación, del cual
deberíamos sentirnos orgullosos y de cuya protección y
buen uso somos responsables.
La manera en la que los seres humanos hemos utilizado
los recursos bióticos que constituyen la biodiversidad ha
producido una profunda transformación del ambiente, al
grado de que en muchos lugares prácticamente ya no se
reconocen los elementos originales de los ecosistemas. La
destrucción de ecosistemas naturales para favorecer las ac-
tividades productivas (agricultura, ganadería, minería, ex-
plotación forestal), la introducción de e species exóticas
y la sobreexplotación de recursos, entre otras, han sido las
l. LA BIOOIVERSIDAD 53

causas de la extinción de un gran número de especies, así


como del deterioro ambiental y del cambio climático.
En la mayoría de los países, la biodiversidad y su con-
servación son temas que no tienen una alta prioridad en la
agenda de los gobiernos, ni tampoco de las organizaciones
sociales. Por lo tanto, es urgente impulsar nuevas formas de
desarrollo que permitan hacer un uso adecuado de los re-
cursos naturales para lograr un bienestar social sin des-
truir los ecosistemas naturales de los que provienen.

La huella humana sobre la biodiversidad

La biodiversidad se h~ visto reducida en todos sus niveles


como producto de la intervención del ser humano en la na-
turaleza. A nivel de la diversidad genética, muchas espe-
cies han perdido poblaciones enteras, y por lo tanto gran
parte de su acervo genético, a partir de la deforestación, el
cambio de uso de suelo y la degradación de los eco-
sistemas naturales. Por otro lado, la diversidad genética de
las especies cultivadas se ha ido reduciendo cada vez más
conforme se ha industrializado la agricultura, pues sólo
algunas variedades o razas de cada especie cultivada se
prestan a dicha forma de manejo agrícola.
En lo que se refiere a la pérdida de especies, en la ac-
tualidad ya no cabe duda de que esta época está siendo
testigo de un evento de extinción en masa. Como vimos al
inicio del capítulo, el proceso de especiación origina nue-
vas especies, y simultáneamente otras se extinguen, a veces
de manera gradual, pero otras veces en forma repentina
como producto de diversas catástrofes naturales. Por

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