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Unidad: Nociones
-CONTEXTO-
¿Qué se enseña y qué se aprende en la educación inicial?
Si se parte de reconocer a las niñas y a los niños como seres singulares y diversos,
que viven en contextos particulares y con múltiples factores que intervienen en su
crecimiento, maduración y desarrollo, se asume una postura educativa que se aleja
de la homogenización en cuanto a cantidad y tipo de conceptos aprendidos por ellas
y ellos, como por ejemplo, saber los colores o recitar los números.
Entonces, los contenidos de la educación inicial tienen que ver con generar
oportunidades para jugar, explorar, experimentar, recrear, leer historias y cuentos,
apreciar el arte y entablar diálogos con otros, con el propósito de promover un
desarrollo que haga de las niñas y los niños seres sensibles, creativos, autónomos,
independientes, críticos, reflexivos y solidarios. Y ello toma en cuenta los propios
ritmos de su desarrollo en cuanto a avances, aprendizajes, intereses, inquietudes,
dificultades, necesidades y potencialidades, es decir, todo aquello que la niña y el
niño es y conoce, para comprenderlo mejor y, con esa base, promover su desarrollo.
A propósito de los contenidos, es pertinente descifrar qué aprenden las niñas y los
niños y qué enseñan las maestras, los maestros y los agentes educativos en la
educación inicial. Las propuestas educativas están configuradas por los elementos
Fortalecimiento pedagógico.
-EXPERIENCIA-
Fortalecimiento pedagógico.
-REFLEXIÓN-
Lee el siguiente fragmento del documento Lineamiento pedagógico y curricular
para la educación inicial en el Distrito (2010), y responde las preguntas al final
del mismo.
mismo, se hace necesario pensar en unos consensos mínimos que permitan orientar
dicho proceso en los jardines infantiles y colegios.
Reconocer a los niños y niñas como seres únicos, con características, fortalezas,
intereses y ritmos propios, demanda de la maestra y el maestro la necesidad de
conocerlos y respetarlos desde su individualidad. Por tanto, la observación y el
seguimiento al desarrollo debe hacerse con base en lo que los niños y niñas pueden
hacer, no sobre lo que les falta o en comparación con los demás, ya que aunque
existan ciertas características de desarrollo comunes, éstas se manifiestan de
manera diversa en cada niña o niño, dado que sus experiencias e interacciones
también son diversas, por lo que una mirada homogénea estaría desconociendo sus
singularidades.
Sin embargo, para que éste sea un proceso sistemático se hace necesario:
Frente a esto, y ya que son varios los profesionales que están llegando al jardín
infantil o colegio para apoyar desde la interdisciplinariedad los procesos que en este
ámbito institucional se desarrollan, es importante poder llegar a unos consensos
pedagógicos que permitan desde el reconocimiento y comprensión de las dinámicas
propias a cada jardín o colegio hacer aportes pertinentes que propendan por el
desarrollo armónico e integral de los niños y niñas.
Por esta razón, se debe hacer explícito, por un lado, que el psicólogo o terapeuta no
llega al jardín a hacer terapia clínica, sino a involucrarse en la dinámica propia del
mismo para entenderla y brindar su aporte, manteniendo un diálogo permanente
con maestras y maestros quienes son las personas que más conocen a los niños y
niñas cuando del ámbito institucional se habla.
Por otro lado, maestros y maestras no deben pensar que cuando tienen apoyo de
otro profesional (educador especial, fonoaudiólogo, entre otros), éste se encargará
exclusivamente de los niños y niñas con alguna situación particular (condición de
discapacidad, dificultades motrices o del lenguaje, etc.), delegando toda su
responsabilidad, pues el trabajo debe ser compartido para el enriquecimiento de
ambas miradas.
lograrán articular acciones muchas veces divorciadas que propendan por el sano
crecimiento y desarrollo integral de los niños y niñas, aprovechando dicho diálogo
de saberes para que el acompañamiento y la promoción del desarrollo se
enriquezca cada vez más.
Otra fuente que comúnmente entra en diálogo con la maestra, el maestro y otros
profesionales a la hora de hacer el seguimiento al desarrollo de los niños y niñas,
son las escalas de valoración elaboradas por especialistas a través de largas
investigaciones, ya que aunque partimos del hecho que cada sujeto tiene sus
propios ritmos de desarrollo, hay algunas características e hitos del mismo que son
comunes en la vida de los niños y las niñas.
Por lo tanto se debe tener presente la relación dinámica que existe entre lo
individual y lo colectivo, donde las escalas aportan un conocimiento de base que no
puede convertirse en el único referente, pues llevaría a una observación invasiva y
homogénea al desarrollo, coartando la reflexión y la observación de la maestra o
maestro, así como la posibilidad que tiene de reconocer en los niños y las niñas
fortalezas más allá de lo que prescribe la escala.
Por esta razón, conviene usar dichas escalas como marcos explicativos y guías que
brindan un contexto frente al desarrollo y no como instrumentos de evaluación o
valoración cerrados y únicos que no permiten reconocer los ritmos particulares de
los niños y las niñas, ya que aunque existen algunas generalidades, estas se mueven
alrededor de las especificidades propias de cada niño o niña.
Esta información puede ser registrada en un observador, que tendrá como finalidad
convertirse en un insumo para la sistematización del proceso, facilitar un diálogo
comunicativo en torno al desarrollo del niño o niña con las familias o incluso
promover la articulación entre las maestras de diferentes niveles, dado que se
Fortalecimiento pedagógico.
De otro lado, los registros anecdóticos permiten hacer un recuento narrativo breve
de un evento o comportamiento específico. En éstos se anota solo lo que se observa
u oye directamente relacionado con los hechos, incluyendo la descripción detallada
del contexto en que ocurre, aportando elementos significativos para comprender el
proceso y planificar una estrategia específica de promoción del mismo.
sentido que tiene el proceso de seguimiento en estas edades, más allá de la llamada
evaluación que desde la mirada cuantitativa se ha encargado de homogenizar el
desarrollo, centrándose en resultados más que en procesos y por tanto
invisibilizando a los niños y niñas.
-ACCIÓN-
-EVALUACIÓN-
Escribe un listado de elementos que caracterizan una noción, es decir,
aquello que la define.
Utiliza dos formatos de evaluación de actividades pedagógicas y compara
las nociones que allí aparecen con el listado de características de una
noción.
Toma la planeación pedagógica de 3 semanas de tu aula especializada, y
elige dos nociones que aparezcan en ellas. Compara las nociones que has
elegido con la lista de características de noción.
-AUTOEVALUACIÓN-
Del 1 al 5, ¿cuál fue mi nivel de autonomía y responsabilidad en el
desarrollo de esta guía de trabajo? Justifique su respuesta.
¿Cuáles son mis fortalezas en el trabajo autónomo haciendo uso de esta
guía de trabajo?
¿Cuáles son mis zonas de mejora en el trabajo autónomo haciendo uso de
esta guía de trabajo?
¿Cómo me sentí desarrollando está guía de trabajo?
¿Cómo me siento en el fortalecimiento pedagógico personal?