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PATOLOGÍA HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIA
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M. Pombo, L. Castro-Feijóo
ñalados como pico mínimo si se utiliza el estándar la hipoglucemia es un estímulo más potente que el
80/505 de la Organización Mundial de la Salud, y el ejercicio + propranolol, en otros pacientes ocurre lo
de 6,7 ng/mL si se utiliza el estándar 98/574(4). Más contrario.
recientemente algunos ensayos para medir la GH
plasmática han cambiado sus valores de referen- 7. Existen pocos datos sobre la respuesta a estas
cia y los antiguos valores de 10 ng/mL equivalen a pruebas en niños con velocidad de crecimiento
8 ng/mL, aunque esta equivalencia no se observa normal.
cuando los valores son muy altos o muy bajos(5).
En cualquier caso, lo cierto es que algunos niños 8. Existe una amplia variabilidad metodológica se-
crecen perfectamente bien con un pico máximo de gún los distintos centros.
respuesta de 7 ng/mL después de una prueba de
estimulación farmacológica, mientras que otros ni- 9. Se observa variabilidad en la cuantificación de la
ños con un retraso de crecimiento pueden presen- GH en función del método utilizado: la cuantifica-
tar un pico máximo de respuesta de 12 ng/mL al ción de la misma muestra puede variar hasta inclu-
mismo test(6). Hay que destacar, además, que mu- so doblar su valor(4).
chos endocrinólogos desconocen el tipo de análisis
que se utiliza en sus hospitales. 10. Las pruebas de estimulación pueden verse
influenciadas por factores que deben tomarse en
4. No ha sido posible definir un patrón ideal con- consideración, tales como la edad, pubertad, obe-
tra el que pudieran compararse los resultados ob- sidad, hipotiroidismo, hipercortisolismo, medica-
tenidos en las diversas pruebas de estimulación, ción concomitante (glucocorticoides, drogas psico-
dificultando así la definición de la sensibilidad y es- trópicas) y el estrés (deprivación psicosocial). Los
pecificidad de las pruebas. La sensibilidad del test estados transitorios de déficit de GH son un hecho
vendría dada por el número de niños diagnostica- bien documentado. Varios estudios ponen en evi-
dos de deficiencia de GH que tienen un resultado dencia que hay niños que no responden a las prue-
positivo al test (el nivel del punto de corte no es bas de liberación de GH y que, en cambio, si lo ha-
sobrepasado en un niño diagnosticado de deficita- cen después de administrarles esteroides sexuales
rio) dividido por el número total de niños diagnosti- o después de la presentación espontánea de la pu-
cados de déficit de GH(6). La especificidad del test bertad. La primación previa con esteroides sexua-
vendría dada por el número de niños no deficitarios les podría reducir el número de los pacientes inco-
que tienen un test negativo (el nivel del punto de rrectamente diagnosticados en más de un 50%(9);
corte es sobrepasado en un niño definido como sin embargo, si después de primar la respuesta se
no deficitario) dividido por el número total de ni- convierte en normal, surgiría la duda de si tratar o
ños diagnosticados como no deficitarios de GH(6). no al paciente, dado que la causa de la deficiencia
Los resultados se expresan en porcentajes. Como no es posible identificarla con certeza(10). En el mo-
causa de la inconsistencia en lo que se refiere a la mento actual no existe consenso sobre el uso de
definición de la deficiencia de GH, así como a la la primación con esteroides sexuales antes de las
misma inconsistencia en los niveles usados como pruebas de GH(11).
punto de corte, en los ensayos utilizados y a la va-
riabilidad de las poblaciones estudiadas resulta 11. Las pruebas conllevan un coste significativo en
muy complicado comparar las diferentes pruebas material y en tiempo dedicado a su realización.
que se emplean en términos de sensibilidad y es-
pecificidad(6). El test de la hipoglucemia inducida Aparte de las pruebas de estimulación de GH,
por la insulina se ha venido considerando como el otro método diagnóstico lo constituye la determi-
más sensible y específico. nación de la secreción espontánea de GH. Esta
puede realizarse con múltiples muestras (cada 5
5. Existe una falta de homogeneidad en la respues- a 30 minutos) durante un período de 12 a 24 ho-
ta del mismo paciente ante dos estímulos diferen- ras, o por muestras continuas de sangre durante
tes. Es decir, ante un estímulo, la respuesta puede 12 a 24 horas. Cualquiera de estas aproximaciones
situarse en el rango deficitario, pero ante otro es- está sujeta a muchas de las mismas limitaciones
tímulo, en el rango de la normalidad(7). Dado que de las pruebas en las que empleamos agentes es-
cada prueba estimula la liberación de GH por me- timuladores de la liberación de GH. Los costes y la
canismos diferentes, para poder hacerlos compa- incomodidad de este tipo de pruebas son obvios
rables deberíamos disponer de factores de conver- y, aunque se creía que estas aproximaciones se-
sión que nos permitieran hacer la transferencia de rían más reproducibles, la variabilidad es un pro-
una prueba a otra(8). blema(12). Dado que no es segura la capacidad de
estas pruebas para discriminar entre el déficit de
6. Existe una falta de homogeneidad en la respues- GH y los niños de talla baja normales(13,14), añadido
ta a estímulos pareados entre los diversos pacien- a las dificultades de estandarización, a las incomo-
tes. Así, por ejemplo, mientras en unos pacientes didades que conlleva su realización y al elevado
coste, hacen que se aconseje excluirlas de la siste- 5. Las diferencias entre los laboratorios sobre los
mática diagnóstica de los niños con posible déficit valores absolutos de IGFI, aunque no tan marcados
de GH. como con GH, pueden ser sustanciales.
Por todo lo señalado, hemos de reconocer que no 6. Existe un amplio rango en los valores de norma-
resulta nada extraño que la utilidad de las prue- lidad.
bas de estímulo en el diagnóstico del déficit de
GH en niños con talla baja sea más cuestionada Por todo lo señalado, la utilidad clínica de la de-
cada vez. Podríamos establecer que no existe en terminación de este parámetro es limitada y resulta
la actualidad ninguna prueba bioquímica definiti- necesario intentar establecer unos requerimientos
va para el diagnóstico del déficit de GH. Aunque uniformes a nivel internacional en lo que respecta
es bien cierto que los estímulos de secreción de a los futuros ensayos para determinación de IGFI,
GH servirían para diferenciar bien aquellas pobla- habiéndose sugerido toda una serie de puntos de
ciones en las que existe un déficit grave de secre- actuación a considerar en tal sentido(15). Ante va-
ción, su utilidad resultaría mucho más que dudosa lores normales, si la clínica es muy sugestiva, no
para el diagnóstico de situaciones clínicas en las se puede descartar algún tipo de insuficiencia de
que una deficiencia relativa de secreción hormo- secreción de GH, la presencia de una GH con acti-
nal pudiera estar implicada en la génesis de talla vidad biológica disminuida o una resistencia parcial
baja. a la GH(16).
Tabla 2. Situaciones clínicas en las que se observan niveles anormales de IGFI e IGFBP3.
mulación o una respuesta inadecuada al tratamien- IGF y las determinaciones de la secreción de GH, y
to con GH en niños tratados con la dosis y pautas no hay una forma definitiva para diagnosticar el dé-
adecuadas(3). La forma más directa de evaluar la ficit de GH(13). Por eso, consideramos que los datos
resistencia a la GH es mediante el test de genera- auxológicos deben constituir un criterio muy impor-
ción de IGFI(18), aunque en ocasiones este estudio tante. Desde 1996, algunos grupos australianos op-
no permite detectar los casos más leves de resis- taron por los índices antropométricos para seleccio-
tencia, dada su amplia variabilidad y falta de estan- nar los pacientes candidatos a recibir tratamiento
darización(19). La reproducibilidad del test ha sido con GH, dando un especial énfasis a la estatura y a
cuestionada en niños con talla baja en los que se ha la velocidad de crecimiento(21,22). En nuestro país, en
descartado la deficiencia clásica de GH así como algunas Comunidades Autónomas, no se atienen a
alguna anomalía en el gen del receptor de GH, en la exigencia de justificar el diagnóstico mediante la
los que teóricamente se esperaría una respuesta realización de dos pruebas de estimulación(23). Creo
positiva(16). Se ha planteado, pero los mismos auto- que debemos reconocer algo que considero muy
res se muestran poco seguros de su utilidad clínica, importante, el hecho de que durante años hemos
la posibilidad de emplear dosis bajas de GH (GH partido del principio de que sólo se debían tratar los
0,011 mg/kg diariamente x 4 días), en combinación niños deficitarios pero este concepto, actualmente,
con el test estándar (GH 0,033 mg/kg diariamente esta cambiando, a tenor de que hay países en los
x 4 días) para tratar de identificar los pacientes con que se aprobó el tratamiento de la talla baja idio-
formas leves de resistencia a la GH(20). pática y a que todos sabemos que hay niños que,
por el motivo que sea, cuando se les trata con GH
En conclusión, con el paso de los años el diagnósti- presentan una respuesta claramente positiva al tra-
co bioquímico de la deficiencia de GH sigue siendo tamiento. ¿Por qué responden? Una pregunta para
un tema controvertido, no es posible resolver com- la que, todavía, no tenemos respuesta y que nos
pletamente los conflictos entre las pruebas del eje obliga a confesar que, después de más de 30 años,
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