Beruflich Dokumente
Kultur Dokumente
Para poder andar como Dios lo desea, sus hijos tenemos que
entender el concepto de transformación, del cual la Biblia nos habla en esta
porción en la que el apóstol Pablo se dirige a los Efesios.
Es una realidad que el diablo tergiversa los principios Bíblicos para que
el cristiano no se aperciba de la realidad de lo que Dios desea, nuestra
mente es entenebrecida y nuestros propios razonamientos nos llevan a
levantar argumentos en contra de la obediencia a Cristo.
Dios desea:
I. EL CAMBIO COMPLETO EN EL CRISTIANO AUTÉNTICO
II. LA DISPOSICIÓN DE OBEDECER DEL CRISTIANO AUTÉNTICO
III. LA TRANSFORMACIÓN CONTINUA EN EL CRISTIANO AUTÉNTICO
2. Es por esta causa que, si la mente de una persona está controlada por el
Espíritu, ella exhibirá una correcta actitud hacia Dios y hacia su prójimo, pero
si ella está controlada por la carne, entonces, la actitud del individuo será
contraria a los designios de Dios (Ro. 8:5-7).
3. Por otro lado el cristiano tiene que luchar para llevar su mente a una
renovación continua en obediencia a Cristo, lo cual dará evidencia de que
andamos en el Espíritu (2 Co. 10:1-6). Tenemos que hacer un lavado a
nuestra mente.
4. Notemos en nuestro texto de Efesios 4:17, 18 cuando dice: “Esto, pues, digo
y requiero en el Señor: que ya no andéis como los gentiles, que andan en la
vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de
la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su
corazón”. Este texto nos indica que los cristianos tenemos que oponernos a
los designios carnales que gobiernan nuestra mente, para buscar cada día
una transformación por el poder del Espíritu, para que nuestra carne cada
día gobierne menos en nosotros.
2. Este cambio implica un despojo del viejo hombre que está viciado
conforme a los deseos de la carne, notemos el (v. 22): “En cuanto a la
pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado
conforme a los deseos engañosos”. Esta no es una tarea fácil, pues la labor
es una labor de desintoxicación de nuestra mente y de nuestro cuerpo, y
esto no se logra leyendo u oyendo la Palabra de Dios solamente, sino que
tenemos que hacer un trabajo arduo con nuestra voluntad en el poder del
Espíritu Santo.
4. Tenemos que esforzarnos, no podemos tan solo orar o leer la Biblia para que
Dios nos cambie, también tenemos que ejercitar nuestra voluntad al cambio
y a la renovación de nuestra mente y tratar de glorificarle a Él.
La renovación que Dios desea implica también:
Despojaos.
Renovaos.
Vestíos.
Estos mandatos nos indican que Dios quiere que experimentemos una actitud
de obediencia a Él, pues Él sabe que esta es la única forma en que vamos
a obtener la victoria.
3. Pablo nos dice, que no entristezcamos a aquel con el cual nosotros hemos
recibido las bendiciones más grandes que alguna vez imaginamos. Dios, no
desea romper la comunión con nosotros, ni mucho menos quiere sentirse
contristado por nuestro pecado. Lograremos una comunión con Él continua
en la medida en que nuestras acciones se caracterizan por una obediencia
incondicional.
1. Los creyentes tenemos que llevar una vida en la cual nos ocupemos de
buscar diariamente, la voluntad de nuestro creador. Esta es una demanda
del mismo Dios, el hecho de que entendamos que esta es una jornada que
debemos recorrer cada día de nuestra vida.
2. Todos debemos saber que para lograr esta bendición, nosotros debemos ir a
la Palabra cada día en búsqueda de las actitudes que provienen de Dios,
que Él nos recomienda que pongamos en práctica y que son parte de sus
actitudes. Notamos esto en los (vv. 31-32).
1. Todo padre desea que sus hijos se parezcan a él, y hace todo el esfuerzo posible
para que esto sea una realidad. Si notamos los detalles que nos plantea el
apóstol Pablo veremos la imagen que Dios quiere ver en nosotros. “Quítense
de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda
malicia (v. 31).
2. Este consejo nos llevará a ser y actuar a imagen de Dios, ya que como
sabemos, que por causa del pecado, el hombre perdió la capacidad de
mostrar todo lo que Dios al crearlo plasmó en él, pero ahora volvemos a
tener esta oportunidad, en la medida que nos sometamos a su Espíritu y
procuremos ser como Él.
1. Está claro que todo aquel que se transforma por medio de la renovación en el
espíritu de su mente, logrará, con la ayuda del Espíritu Santo, ser como es
Dios. Si leemos el (v. 32) notaremos el consejo dado: “Antes sed benignos
unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios os
perdonó a vosotros en Cristo”.
2. Este texto lo debemos comparar con Colosenses 3:12-13 que dice: “Vestíos,
pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable
misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia;
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere
queja contra otro. De la manera en que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros”. Este pasaje nos lleva más allá de la simple benignidad,
ya que lleva al creyente renovado a tener una comunión con los demás
creyentes como Dios la tiene con nosotros.
Concluyendo:
Debemos dar gracias a Dios por su llamado, pero también por los recursos
que ha puesto en nuestras manos para poder llevar una vida que no solo le
agrada a Él siendo cristianos auténticos que glorificamos su nombre, sino una
vida que nos traiga satisfacciones espirituales que llenan nuestra alma de la
verdadera paz de Dios.