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Alumno: Gastón Manuel Ramírez Chagra

D.N.I.: 39.000.547

El tema que voy a tratar va a ser la formación de lo que en los textos trabajados en clase
llaman como el “mito” y el proceso por el cual tanto Benito Mussolini en la Italia fascista,
como Henry Ford en la distropía creada por Aldous Huxley en “Un mundo feliz”, llegaron
a convertirse en “mitos vivientes”.

Para lograr entender como dichos personajes llegaron a transformarse en “mitos


vivientes” primero es preciso explicar que es lo que se entiende por “mito” según Georges
Sorel el mito es “…imagen y símbolo capaza de despertar en las masas emociones,
entusiasmo, voluntad de accionar” por otro lado Gentile nos dice que los mitos “son las
ideas generadoras de opiniones, sentimientos, determinaciones volitivas que constituyen
las fuerzas motrices de la acción política” lo que se nota a simple vista en ambas
definiciones son dos conceptos el primero sería el aspecto emocional o sentimental y el
segundo lo relacionado con la voluntad, es decir que lo que podemos interpretar de esto
es que la función principal de los mitos seria la determinación de la voluntad a través de
las emociones y sentimientos. Ahora bien ¿Cuál es la necesidad de la creación de mitos?
El fascismo siempre fue consiente de la importancia del control de las masas para poder
llevar adelante cualquier plan político de gobierno. Para poder entender la necesidad de
la creación de mitos es preciso explicar que los mismos fueron consecuencia de la
concepción fascista respecto de las masas, fundada en que en “…las masas predomina el
sentimiento, no la razón, y que solo apelando a los sentimientos, generando emociones y
entusiasmo, por medio de mitos que dan forma a los deseos de las masas y las incitan a
la acción, es posible que un movimiento político organice y utilice su energía para la
consecución de sus fines”. Otro desafío que tenía el fascismo además de la creación del
mito era mantenerlo, según Gustave Le Bon “Una creencia religiosa o política se funda
sobre la fe, pero sin ritos y símbolos la fe no podría perdurar” entonces el fascismo
aparejado con la creación de mitos debía, además, crear ritos y símbolos ya que la
trayectoria circular entre estos tres, era y sigue siendo en la actualidad, condición
indispensable para instalar y mantener viva una fe colectiva. Ya aclarado lo que
entendemos por “mito” el próximo desafío con el cual me encuentro es el determinar en
que momento una persona logra transformarse en lo que Gentile llama como “mito
viviente” lo que de una forma significaría la inmortalización de la persona física. En el
caso de Mussolini existen dos hechos históricos claves que consolidan el mito
mussoliniano, pero antes de llegar a ellos es preciso hacer un breve desarrollo desde el
momento en que un joven Mussolini de veintinueve años pasa de ser un desconocido
dirigente provincial del partido socialista a ser reconocido por el pueblo italiano como el
“hombre nuevo” tomando la participación en el congreso de Reggio Emilia en Julio de
1912. Como dice Gentile, Mussolini “…se volvió el ídolo de las masas socialistas, el
modelo de jefe revolucionario, el símbolo del nuevo socialismo intransigente que había
liquidado el reformismo y marchaba resuelto hacia la revolución.” Para finales del 1921
Mussolini se encuentra con un gran problema que le impedía afianzarse como líder del
fascismo, esto fue que para la mayor parte de los primeros fascistas, el duce, es decir el
líder carismático de la “revoluciona italiana” no era el sino D´ Annunzio, aun así
Mussolini era reconocido como el dirigente mas prestigioso y única figura de importancia
nacional, pero “bajo ningún aspecto su autoridad era indiscutida y venerada como la de
un líder carismático”. Como era de esperarse cuando el fascismo se convirtió en un
movimiento de masas, los principales jefes escuadritas se rebelaron contra las
pretensiones de Mussolini de ser reconocido como fundador y duce del fascismo, dicha
rebelión fracaso ya que notaron que ninguno de ellos podría disputar el mando del
movimiento con Mussolini y preservar simultáneamente la unidad del partido. La
resistencia a que Mussolini sea instaurado como duce indiscutido perduro durante las
distintas crisis que fraccionaron el partido fascista entre 1923 y 1925. Sin perjuicio de
ello todas esas crisis ayudaron a la mitificación del duce llegando así al primer hecho que
dio lugar a que comience a gestarse el “mito mussoliniano”, esto fue el estatuto de 1926,
donde la figura del duce aparece por primera vez en la pirámide jerárquica del partido y
se encontraba situada en la cúspide de la misma como “guía suprema” pero podemos decir
que el mito se consolida en el estatuto de 1932 donde la figura del duce fue elevada por
encima de la pirámide jerárquica (es decir que ya se encontraba fuera de ella). Ya para el
1938 se lo definió como “jefe del PNF” y se publico el nuevo catecismo de doctrina
fascista donde se definía al duce como “el creador del fascismo, el renovador de la
sociedad civil, el Jefe del pueblo italiano, el fundador del imperio”. Ahora bien, en la
ficción de Huxley nos encontramos con el personaje de Henry Ford que no es ni más ni
menos que la inmortalización de la persona física a través del mito pero llevado a un
extremo, tal es así que su impacto en dicho mundo ficticio fue de una magnitud tan
importante que los años empezaron a contarse A.F (antes de Ford) y D.F (después de
Ford). El proceso en que este personaje se convierte en un mito no esta del todo detallado
en el libro paro se pude entender que era una especie de inventor que durante un momento
de crisis mundial dio las herramientas necesarias al mundo para poder lograr una
estabilidad mundial y mantener la paz, lo mas interesante de esto es que dichas
herramientas tenían un fin específico, el total y absoluto control social, lo importante a
mi forma de verlo no es la razón por la cual se necesitaba dicho control social en la ficción
de Huxley sino como se llega a él. Muchos de los métodos de control social utilizados
por Mussolini y Ford, si bien guardan sus diferencias, ya que el ultimo se encuentra dentro
de una ficción, al ser analizadas con claridad son muy similares conceptualmente, un claro
ejemplo era el de la vestimenta en la Italia fascistas “Los fascistas estaban obligados a
usar la camisa negra y por la noche debían reunirse en sus sedes para “manifestaciones
intimas de fraternidad entre los consocios” en recuerdo a los fascistas caídos” por el otro
lado en la distopía de Huxley según la casta a la cual pertenecías debías vestir de
determinado color “Los niños Alfas visten de color gris. Trabajan mucho más duramente
que nosotros porque son terriblemente inteligentes. De verdad me alegro muchísimo de
ser Beta porque no trabajo tanto. Y, Además, nosotros somos mucho mejores que los
Gammas y los Deltas. Los Gammas son tontos. Todos visten de color verde, y los niños
Delta visten todos de caqui. ¡Oh, no, yo no quiero jugar con niños Delta! Y los Epsilones
todavía son peores. Son demasiado tontos para poder leer o escribir. Además, visten de
negro, que es un color repugnante. Me alegro de ser un Beta”. Otra sino es la mas grande
similitud era el simbolismo y el uno de los más reconocidos en la Italia de Mussolini fue
el saludo fascista, el cual fue recuperado de la antigua Roma (saludo romano) y en
contraposición en “Un mundo Feliz” como señal de respeto a Ford se hacia la señal de la
T sobre el estómago. También se encuentran similitudes con lo correspondiente al deporte
ya que “Para el fascismo, el deporte había de exaltarse cual autentico servicio y deber
cívico que debía practicar el buen ciudadano fascista para en verdad ser parte integrante
de ese pueblo que el DUCE ha proclamado cuerpo del estado y coeficiente dinámico de
este estado que, por su ínclita definición es espíritu del cuerpo”, en el caso del régimen
instaurado por Ford los deportes toma un rol similar “Condicionamos a las masas de
modo que odien el campo -concluyo el director-. Pero simultáneamente las
condicionamos para que adoren los deportes campestres…” Al igual que Mussolini,
Huxley en su obra nos muestra que se habían implementado una serie de ritos y
festividades para celebrar el culto a Ford, uno de los ritos que describe es lo que llama
“días de servicio” que al parecer se celebraba “un jueves sí y otro no” y consistía en una
especie de intento conexión con Ford estimulado por el uso de “soma” (una droga de la
ficción) y sonidos musicales, direccionado por un superior. Esto no difiere mucho de los
ritos fascistas ya que como nos dice Gentile “La celebración masiva del culto del littorio
se desarrollaba bajo la dirección del partido fascista y bajo atenta supervisión del
partido fascista…”. No es de sorprender que existan tantas similitudes, ya en el prólogo
Huxley nos dice que “Un mundo feliz” nos da su receta de como sostener un estado
totalitario “Un Estado totalitario realmente eficaz seria aquel en el cual los jefes políticos
todopoderosos y su ejército de colaboradores pudieran gobernar una población de
esclavos sobre los cuales no fuese necesario ejercer coerción alguna por cuanto amarían
su servidumbre” también nos habla de la propaganda política “ la propaganda
totalitarista ha influido en la opinión de manera mucho más eficaz de lo que hubiese
conseguido mediante las elocuentes denuncias y las convincente refutaciones lógicas” no
quedan dudas de que Huxley al ser contemporáneo de muchos regímenes totalitarios, haya
tomado mucho elementos de estos para crear su modelo de Estado totalitario perfecto.

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