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¿Cómo podemos crear una cultura de la participación para potenciar el diálogo, la

investigación y la generación de contenidos por parte de nuestros estudiantes inmersos en


ecosistemas digitales?

Los ecosistemas naturales son una fuerte metáfora para entender muchos de los entornos digitales.
Un ecosistema natural vivo (de la naturaleza) se define como una comunidad de organismos
interactivos junto a su entorno físico (en nuestro caso serían las plataformas de aprendizaje).
Paralelamente un ecosistema digital se refiere a entornos extendidos e interconectados, en el que
se intercambia información digitalmente por sus propios componentes: Internet es un ecosistema
digital grande, abierto y dinámico donde los usuarios individuales y agentes de su software son
los componentes más pequeños, que contribuyen a la creación y consumo de información digital
(Santamaría, 2010) VER VIDEO DEFINICIÓN ECOSISTEMA DIGITAL . (Inbrax Chile, 2017).

Tras varios años de investigación en el campo de las tecnologías del aprendizaje, se tiene la certeza
de que las tecnologías utilizadas cotidianamente en los contextos educativos no tienen el reflejo
que debieran tener, dado su enorme potencial, ni en la mejora del aprendizaje de las personas, ni
en los métodos educativos, ni en la respuesta que espera una Sociedad Digital que se quiere
convertir en una Sociedad del Conocimiento.

Por otro lado, la influencia que tienen las tecnologías en el quehacer diario de todas las personas
como individuos provoca una transferencia, consciente o no, hacia su contexto profesional y/o
educativo (García, 2016).

Es imprescindible asociar la cultura digital con la formación del profesor, puesto que se considera
que el profesional de la educación está anclado a su proceso formativo, en el que se construye la
intencionalidad de la profesión.

Cuando se habla de esta cultura digital, la expresión mayor está asociada con el contexto de la
cibercultura, del acceso a la información, que pasa a ser frecuente en los hábitos y en las
costumbres de los sujetos. Además de la vida social, se trata de la cibercultura en el espacio de la
escuela, que exige saberes de este profesor, al que aquí se caracteriza como ciberprofesor.
Es necesario pensar que el uso social de las tecnologías digitales viene rompiendo con paradigmas
hasta entonces no ampliamente vivenciados por la escuela que, como organización, también se ha
desafiado a reflexionar sobre nuevas prácticas y revisar sus metodologías didácticas e
institucionales, instigando al profesor a buscar los saberes necesarios para que su práctica
educativa contemple el uso educacional de las tecnologías (Duso & Cerutti, 2017).

Con la evolución de las páginas web, se ha creado en el campo educativo grandes innovaciones
dentro del aula de clase y el quehacer del docente, por eso se hace necesario tener en cuenta algunas
competencias que favorezcan al desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje en el estudiante,
pero antes de abordar este punto tan importante se hace necesario tener en cuenta el concepto de
competencia citado por algunos actores.

En este sentido, hablar de competencias implica el desarrollo de conocimientos, habilidades,


destrezas y actitudes desde un contexto real que posibilite el aprendizaje significativo, crítico y
reflexivo, así como un compromiso proactivo de participación y liderazgo que requiere ingenio y
creatividad para enfrentar los retos de la calidad educativa (Pérez, 2013). Citado por Llerena, L A
y Gonzales, W. (2017)

Por lo que se concluye que la formación basada en competencias supone, por tanto, un conjunto
de conocimientos, habilidades, actitudes, aptitudes, motivaciones y valores, que posee el individuo
para su desempeño óptimo en una ocupación o función productiva determinada. Reconocer el
concepto de competencia en el ámbito educacional, significa tener la posibilidad de incorporar al
proceso docente educativo una nueva concepción, dirigida a la formación de un profesional con
aptitudes y actitudes para que responda a las exigencias que la sociedad le plantea, no sólo en el
marco de la profesión sino en lo social, donde de forma consecuente sea un seguidor fiel de su
historia y tradiciones, reflexivo y sobre todo capaz de enfrentarse y atemperarse a los nuevos retos
y exigencias de la ciencia y la técnica para transformar el medio, desarrollarlo y con ello
transformarse a sí mismo. Llerena, L A y González, W. (2017).

Teniendo en cuenta estos componentes se puede desarrollar destrezas en el estudiante con la


aplicaciones y herramientas que ofrece las páginas web, ya con ellos el estudiante se convierte en
un ser autónomo, crítico, responsable de su propio proceso de aprendizaje volviéndola más
significativa.

Pero para que esto resulte el docente debe ser innovador tener la capacidad de incorporar dentro
del aula de clase herramientas multimedia, que motiven al estudiante en su proceso de aprendizaje.
Por tal razón, se requiere de docentes capaces de proporcionar mejores y más eficaces recursos de
aprendizajes desde la educación inicial a través de la implementación adecuada de herramientas
tecnológicas, con la finalidad de materializar los esfuerzos del Estado en el desarrollo real de
competencias básicas que les permitan a los niños y niñas, entre otras habilidades, el
reconocimiento de sí mismos, la interacción con otros, además de la comprensión de su entorno
físico y social. Bolaños, M. (2017)

Referencia
Llerena Ocaña, LA. y González Hernández, W. (2017). La competencia desarrollar sistemas web
en la formación de los profesionales informáticos: una aproximación a su estudio. ReiDoCrea, 6,
229-245. Recuperado de https://www.ugr.es/~reidocrea/6-19.pdf

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