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nutricional
Dr. Roberto Jiménez Torres, Dr. Renán Medina Domenzáin, Dr. Gabriel Ruiz
Castañeda, Dra. Martha Elba Gutiérrez Vargas - 22/01/2013
Introducción
Puede parecer extraño que en estos tiempos, albores del siglo XXI aún
haya algunos foros en los que se ponen en duda la utilidad nutricional
de la carne de cerdo en la alimentación humana. La carne de cerdo ha
sido víctima de una serie de tabúes por parte de los consumidores, que
la ven como un producto nocivo para la salud, de baja calidad
nutricional y susceptible de inducir patologías de tipo cardiovascular o la
obesidad. Esta idea preconcebida, que ha pasado de generación en
generación, se encuentra totalmente revaluada, gracias a diversos
estudios científicos que antes señalan el beneficio de la carne porcina.
La carne porcina posee unas cualidades nutricionales que están entre las
carnes rojas (buey, ternera, cordero) y las carnes blancas (aves, en
general) por lo que a veces se le ha catalogado como la Carne Rosa
(20). Según la nutricionista Magnolia Escobar, “la carne de cerdo es una
excelente fuente de proteínas porque la calidad de sus proteínas es de
alto valor biológico y tiene todos los aminoácidos esenciales que facilitan
la absorción por el organismo”. Su carne es más parecida a las blancas
que a las rojas y posee un alto coeficiente de digestibilidad, que llega al
92 por ciento (8).
1. Carne de cerdo
Para algunas culturas como los antiguos egipcios junto con los fenicios,
cananeos, cretenses, etíopes e hindúes, así como en las religiones judías
y musulmana repudian a este animal como alimento, y no sólo por
factores simbólicos, sino también por salud e higiene. Este animal es
considerado por estas culturas como animal sucio por antonomasia (5).
Durante muchos años se han generado diversos mitos alrededor de la
carne de cerdo, posicionándola como una carne grasosa con alto nivel
calórico y relacionándola con diversas enfermedades. Sin embargo,
estas creencias tan arraigadas distan mucho de la realidad. Sin
embargo, de acuerdo con la Comisión Federal de Riesgos contra la
Salud, no se tiene reportado ningún caso en los últimos 20 años de
cisticerco relacionado al consumo de la carne de cerdo (12).
Hasta hace pocos años los expertos en nutrición recomendaban un
consumo limitado y más bien ocasional de la carne de cerdo. Pero, las
investigaciones de los últimos años han puesto de manifiesto que esta
carne es tan sana como las demás, y han descubierto que su grasa es la
más rica en ácidos grasos monoinsaturados. La carne porcina no tiene
exceso de calorías y posee los valores apropiados a las necesidades del
hombre moderno (2). Así, la carne de cerdo proporciona una oferta de
productos saludables y de placer, la combinación de ambos permite una
inclusión de la carne de cerdo en una alimentación saludable e integrarla
en las recomendaciones nutricionales a la población (5).
Gen Halotano: este es uno de los más importantes genes con efectos
pleiotrópicos sobre varios caracteres de producción descubiertos en el
cerdo. El locus, denominado Hal, posee dos alelos: el normal, N, y una
mutación, n. Los cerdos de genotipo nn exhiben, al ser expuestos al
Halotano, la denominada Reacción de Hipertermia Maligna. Hoy se
conoce que el defecto metabólico básico se encuentra en una proteína
(un receptor) del retículo sarcoplásmico, denominada ryanodina, que
regula la entrada y salida de calcio a la fibra muscular (22). Por lo tanto
el gen del halotano, asociado a la hipertrofia muscular, es responsable
de las diferencias en el tipo y metabolismo de las fibras musculares que
provocan una mala adaptación del animal a situaciones de estrés. El
resultado es, que ante situaciones de estrés, se produce una mayor
liberación de calcio desde los retículos sarcoplásmicos (23).
Por todo ello, la carne magra de cerdo es un excelente alimento para ser
recomendado e incluido en una dieta variada y equilibrada para la
infancia y adolescencia, en mujeres gestantes, en la tercera edad, para
los deportistas, para la prevención y tratamiento de la anemia, en dietas
de control de peso e incluso para la prevención de la hipercolesterolemia
y la protección de enfermedades cardiovasculares, ya que como se ha
indicado, su composición de ácidos grasos, puede ayudas a reducir los
niveles de LDL (colesterol malo) y a mantener los niveles de HDL
(colesterol bueno) (3).
En las etiquetas de los alimentos aparecen los valores diarios de cada
uno. Esto nos dice qué cantidad de diversos nutrientes debemos
consumir al día. La siguiente información se basa en una porción de
cerdo de 3 onzas de carne de cerdo. Como se puede observar, estos
nutrientes claves hacen que el cerdo sea un alimento muy nutritivo (3).