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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA

DIRECCIÓN DE INVESTIGACIÓN DE POSTGRADO

MAESTRÍA ADMINISTRACIÓN DE NEGOCIOS

CARACTERÍSTICAS MÁS IMPORTANTES DE LOS PARADIGMAS

POSITIVISTA Y DEL EMERGENTE O POST-POSITIVISTA

Facilitador: Participante:

Prof. Arturo Lugo Odalys Jacqueline Mundaray

C.I 10.465.273

Cumaná, julio 2017


En el siguiente ensayo se aborda el estudio de las características y conceptos de

los paradigmas Positivista y Emergente o Post-positivista. Comenzaremos definiendo

paradigma como el conjunto de creencias y actitudes, como una visión del mundo compartida

por un grupo de científicos que implica, específicamente, una metodología determinada, es decir

“al modo como vemos al mundo”.

Según Thomas Kuhn (1975), en su obra La Estructura de las Revoluciones

Científicas” lo define como: “Un paradigma es una forma de ver el mundo, una perspectiva

general, una manera de fragmentar la complejidad del mundo real. Dicho esto, los

paradigmas están enraizados en la socialización de los adeptos y de los practicantes, los

paradigmas dicen a ellos lo que es importante, legítimo y razonable, (p.37).

El “paradigma de la investigación”, es el conjunto de normas y creencias básicas en la

que se recurre y sirve de guía a toda investigación. Hablar sobre el significado de los

paradigmas y las contradicciones que éstos tienen en la práctica educativa, no es del todo

fácil, ya que habría que batallar primeramente lo que entendemos por paradigma y la manera

como éstos se presentan en las prácticas educativas y en el desarrollo de toda investigación.

El paradigma positivista, también denominado paradigma cuantitativo, empírico-analítico

y racionalista, es aquel que se basa en la teoría positivista del conocimiento, este tipo de

paradigma se caracteriza por su naturaleza cuantitativa, sostiene el realismo, pudiendo manifestar

la realidad y el funcionamiento de la naturaleza prediciendo fenómenos naturales. La realidad

está fuera de las cosas, de tal manera que, puede ser determinada, observable, medible y
cuantificable. La investigación empieza con la formulación de un problema y la postulación de

una hipótesis, pudiendo tener diversos orígenes. La verificación de la hipótesis se diferencia a

partir de las deducciones derivadas de un marco teórico, con la realidad. “Los marcos teóricos

hasta cierto punto interpretan la realidad, por lo tanto puede haber varios marcos teóricos para

explicar la realidad” (Hurtado de Barrera, J. 2008).

El positivismo sostiene una postura de la realidad, ya que consideran que la realidad

existe “fuera de” la cual es manejada por leyes naturales y sus mecanismos. El conocimiento de

estas leyes y mecanismos es convencionalmente reducido en el tiempo y generalizaciones

independientes del contexto. Algunas de estas generalizaciones toman la forma de leyes causa-

efecto. A la postura epistemológica, el positivismo considera que es posible y esencial para el

investigador adoptar una postura distante y no interactiva. Los valores y los sesgos son factores

de la confusión y por lo tanto deben ser eliminados automáticamente para no influir en los

resultados. De aquí su acentuación en el objetivismo. A la postura metodológica, el positivismo

responde que las preguntas e hipótesis son explicadas por adelantado a manera de propuestas y

están sujetas a los procesos empíricos dentro de condiciones cuidadosamente controladas. Por lo

que se dice que el positivismo es experimental-manipulativo. En el contexto del positivismo se

desarrolla la perspectiva científica cuantitativa. Algunas de sus características son: preferente

utilización del método hipotético deductivo, estudios sobre muestras grandes de sujetos

seleccionados por métodos de muestreo probabilísticos, se aplican test y medidas objetivas del

comportamiento, se considera al investigador como elemento externo al objeto que se investiga,

se aplican técnicas estadísticas en el análisis de datos, generalización de los resultados, etc.


El post-positivismo, también llamado paradigma cualitativo, fenomenológico, naturalista,

humanista o etnográfico, surge como una versión innovada, alterna del positivismo. En ella los

nuevos planteamientos proceden fundamentalmente de la antropología, la etnografía, el

interaccionismo simbólico entre otros. En relación a la postura ontológica, el postpositivismo es

realista y crítico lo cual significa que la realidad existe pero no puede ser completamente

aprehendida. Es decir la realidad es manejada por leyes naturales que pueden ser comprendidas

solamente en forma incompleta. El cual indica que, aunque existe un mundo real manejado por

causas naturales, será imposible para los humanos poder percibirlo en su totalidad en virtud de

que sus mecanismos intelectuales y sensoriales son imperfectos.

La diferencia esencial entre el paradigma positivista y postpositivista se encuentra a nivel

de la gnoseología o teoría del conocimiento. Por cuanto la orientación postpositivista supera el

esquema de la percepción como reflejo de cosas y el conocimiento como copia de la realidad. Se

concibe el conocimiento como resultado de la interacción de una dialéctica entre el objeto

conocedor y objeto conocido. Asimismo, el paradigma emergente o paradigma postpositivista

significa un rescate del sujeto y de su importancia, que la mente construye la percepción por

medio de formas propias o categorías. A nivel epistemológico se sitúan en los extremos opuestos

el positivismo y el anti-positivismo. Para el positivismo el conocimiento debe pasar por la

experiencia. Para el anti-positivismo el conocimiento está en el Yo.

Cada uno de los diferentes paradigmas genera el surgimiento de distintos enfoques, en un

deseo de acercarnos a la realidad. Buscando modelos que permiten la aproximación al

conocimiento de realidades complejas. Cabe destacar que la revisión de la bibliografía, discusión


y reflexión en relación a los diferentes paradigmas permitieron una aproximación valiosa a las

formas de asumir un trabajo de investigación, generando diversas interrogantes de cuáles serían

los paradigmas que nos acompañarían en el proceso investigativo. El paradigma post-positivista

revalúa los conceptos del realismo, objetividad e investigación, ajustándolos. La realidad no es

absoluta, sino que es construida socialmente, alcanzando una objetividad progresiva a través de

contactos sucesivos con los hechos de estudio, existiendo modelos de conocimientos no

estrictamente experimentales. Ahora bien, trabajando mediante este paradigma podríamos

encontrar una potencialidad educativa, tratando de “aprender a aprender”, ya que no existe

limitante al conocimiento sino que permite la construcción usando una experiencia previa para

percibir y moldear el nuevo conocimiento, adquiriendo experiencias individuales, explorando

estrategias y en consecuencia, la creación de nuevos aprendizajes. Para el post-positivismo, la

realidad nunca podrá ser absolutamente aprendida ya que su cumplimiento de las leyes naturales

nunca podrá ser entendido por completo por el ser humano, de esta manera, se reconocen los

llamados límites de la razón humana o límites del conocimiento. Podemos resumir las

características del post-positivismo en:

 Defiende la ontología en la que cualquier afirmación sobre la realidad deberá sostenerse

sobre un examen crítico lo más extenso posible, para ofrecer la comprensión de la realidad,

tan ciertamente como sea posible.

 Epistemológicamente, mantiene la objetividad como ideal regulador de la ciencia, así

como su capacidad predictiva.

 En consecuencia, su metodología se fundamenta en la investigación utilizando escenarios

más naturales, reuniendo información de cada situación y reintroduciendo el

descubrimiento como un elemento de investigación. Especialmente, en las ciencias


sociales, requerirá puntos de vista desde dentro, es decir, émicos, para poder determinar

los significados y propósitos que las personas adjudican a sus actos.

En conclusión, cada uno de los paradigmas sostiene sus propios sistemas básicos de

creencias, así como sus propios méritos para ser considerado como un paradigma. Lo importante

es saber examinar y explorar nuestras propias creencias adoptando un paradigma que guíe

nuestros pensamientos y acciones. Los paradigmas tienen muchas implicaciones en la práctica de

la educación. Sin lugar a dudas, esto deja muchas inquietudes e interrogantes, sobre todo al

percibir de que no sólo hay un paradigma en educación que provee una sola visión de la

educación y de la investigación ya que esta llamada del conocimiento está dando lugar al

surgimiento de nuevos paradigmas con enfoques múltiples de la realidad y del conocimiento.

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