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Por una Historia de la Educacion Disidente y

Militante.

Pedro Muro.
Por una Historia de la Educacion Disidente y Militante.

La Historia de la Educación se ha presentado ante la comunidad científica como un campo


de vital importancia en la formación del conocimiento social sobre una sociedad determinada y
más si esta asume la condición especial de Historia Social e Institucional de la Educación, dicha
condición viene siendo asumida y practicada en los espacios de la Universidad Pedagógica
Experimental Libertador en su sede de Barquisimeto, donde desde los estudios de cuarto nivel se
viene forjando una comunidad de investigadores comprometidos con el trabajo científico en el
campo histórico.
En la actualidad, se puede afirmar que la Historia Social e Institucional de la Educación se
muestra como una herramienta teórico metodológica que facilita al investigador conocer una
realidad en específico, integrada en todo su esplendor a los diversos escenarios de la sociedad. Sin
embargo, hoy en día la sociedad clama por algo más de los estudios científicos, el no quedarse en
el confort científico es una necesidad que retorna con fuerza en estos tiempos, que el filósofo e
historiador Pascual Mora ha designado como “el tiempo de la incertidumbre”1.Son nuevos tiempos
con elementos propios, que se han materializado produciendo la crisis de paradigmas; nuevos
elementos, nuevos problemas que no encajan en fórmulas desfasadas que se ajustaban a viejos
problemas de antiguas realidades. La impronta de la incertidumbre según Rigoberto Lanz2, en
palabras del autor, nada queda todo se va, donde la inmediatez adquiere un valor operante en los
destinos de la nueva sociedad, precisamente es a esta sociedad que la Historia Social e institucional
de la Educación tiene que pensar y repensar para lograr captar sus principales líneas de acción:
El tema de la historia de la educación en el contexto de la globalización debe ser
historizado y problematizado, examinando los procesos más allá de las prácticas
sociales e históricas estrictamente nacionales. Analizando las limitaciones y los
impulsos económicos, políticos, culturales, y territoriales que estructuran estos
intercambios. Ese estudio implica el estudio de los bloques hegemónicos y
contrahegemónicos para determinar los beneficiarios y los excluidos del proceso
de internacionalización. Desarrollar nueva visión dialéctica entre el
internacionalismo y el nacionalismo, la homogeneidad y la hibridación, el
universalismo y el particularismo, la apertura y plegado, la solidaridad y la

1
José Pascual Mora. Del fin de la historia a la postmodernidad. Define y caracteriza a la sociedad
del presente, indiferente, sin razón del tiempo, sin pertenencia de su tiempo, sin acción política,
inoperante en su destino.
2
Rigoberto Lanz. EL Arte De Pensar Sin Paradigma.
exclusión, que van acompañados de una redefinición de los conocimientos,
prácticas y discursos educativos.3

Dicho lo anterior, parece pertinente reflexionar sobre el tema de la acción constructiva en


la ciencia histórica, el de obrar en pro de soluciones, el no quedarnos en la teoría sino confrontar
la investigaciones a la práctica y de esta manera regenerar la teoría constantemente en una relación
dialéctica entre Teoría-Práctica-Teoría, cuestión que ya proponían investigadores como Iván Ilich,
Paulo Freire, Orlando Fals Borda y el maestro Federico Brito Figueroa quien en el último libro
publicado en las postrimerías de su vida legó el concepto de “Historia disidente y militante”.
Concepto que debería guiar el norte de las investigaciones históricas que se realizan bajo
la impronta de lo que el investigador Pascual Mora denomina “la Escuela de Historiadores
Federico Brito Figueroa”4. Historia Disidente y Militante que puede ser definida como: “(…) una
historia comprometida con los grandes sectores populares, las mayorías hasta ahora oprimidas,
excluidas de su propia historia. Tiene un amplio sentido social y, sobre todo es manifestación de
un profundo respeto y amor hacia una humanidad más justa y equilibrada.”5, definición que puede
ser relacionada con el concepto de investigación militante y que debe ser asumida en los espacios
académicos como una opción teórico metodológica que orienten las nuevas investigaciones.
Lo anterior causa desconfianza y estupor en las órbitas académicas, lugar reservado para el
quehacer científico, sin embargo se puede afirmar que la condición de militante no desprestigia la
tan anhelada objetividad, piedra angular en las investigaciones científicas, es necesario buscar el
encuentro entre la práctica investigativa y la acción social, donde no se promulgue una neutralidad
ficticia, pero si una objetividad clara en el manejo de los métodos y técnicas de investigación.

3
(2013). La construcción de la Nación Iberoamericana. Siglos XIX-XX "comparaciones y
conexiones" (Tunja: UPTC-RUDECOLOMBIA-HISULA, 2013), 204 p., ISBN 978-958-46-
1453-7.. Revista Historia de la Educación Latinoamericana, 15(20), 325-342. Retrieved November
01, 2015, from http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0122-
72382013000100015&lng=en&tlng=es. .
4
Para mayor información se puede consultar los trabajos del Dr. Pascual Mora titulados: “LA
ESCUELA DE PENSAMIENTO HISTÓRICO DEL DR. FEDERICO BRITO FIGUEROA Y SU
REPERCUSIÓN EN EL ESTADO LARA-VENEZUELA” y “COMUNIDAD DISCURSIVA DE
HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN VENEZUELA, ESTUDIO DE CASO:LA REGION
CENTROCCIDENTAL (1990-2001)”
5
Dulce Marrufo, Pascual Mora García, Armando González Segovia, Arnaldo Guédez, Segundo
Ceballos, Suzuki Margarita Gómez, y Ángel Velásquez. MANIFIESTO Historia Disidente y
Militante. [documento en línea]. Disponible en:
http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/21077/2/articulo6.pdf [consulta: 2015, agosto 15]
La Historia Disidente y Militante es el punto de encuentro entre la investigación
comprometida y el trabajo científico, entre la triada Práctica-Teoría-Práctica, de igual manera es
el punto de arranque para hacer de la historia “una ciencia de problemas a plantear” para resolver
con certeza, donde el papel del historiador “sería singularmente más claro que el de un vago
fabricante de libros personales”6. La idea es poder “romper los cuadros abstractos, ir recto a los
problemas que el hombre especializado lleva en sí mismo, se plantea a sí mismo y para los otros...”
ya que no se ha de pensar el universo actual por especialidades, “sino en sus problemas vivos y sin
preocuparse por delimitaciones de escuela u oficio”7.
Afirma Juan David García Bacca citado por el investigador Armando Segovia:
Hay una historia simplemente interpretativa respecto a la cual aconsejaría
urgentemente que deje de ser interpretativa y se convierta en transformadora.
Parece que esto no es posible muy fácilmente. Tenemos el prejuicio, en el sentido
de ser un juicio dado antes de ser discutido, de que la fidelidad es la máxima
virtud del historiador, que la conservación de los documentos etc., tienen que ser
respetados en su integridad. De modo que la pregunta ¿es posible una historia
transformadora?8

A la pregunta formulada por el filósofo Español nacionalizado venezolano, puede


responderse afirmativamente, y esa afirmación recae en la Historia Disidente y Militante, sin
ningún temor de caer en lo que muchos afirman como la filosofía del partido9, tal afirmación
errónea alejada de los postulados que surgen de la realidad. Concebir a la realidad como una
entidad abstracta donde solo amerita el estudio de su descripción y no su profundización para su
posterior transformación seria caer un hecho aislado de lo que indica la ciencia social.

6
Lucien Febvre. Combates por la historia. Barcelona-España, Editorial Ariel (3º Edición en
Castellano), 1975. Pág. 92
7
Ídem. 207
8
Armando González Segovia: El Pensamiento No Descubierto del Maestro Juan David García
Bacca. Caracas, Cátedra Pío Tamayo-UCV, ponencia Nº 01 en el Seminario del Pensamiento
Americano, 1992, p. 7.
9
Benedetto Crocce refiere al respecto la existencia de una historiografía en contraposición a una
historia “tendenciosa” o “militante”. La primera parte del incentivo de un problema definido y
resuelto mediante el proceso del pensamiento, el segundo se guía por el programa o filosofía del
partido y recurre a crónicas y recopilaciones para sustentar sus ideas “De modo que no da
nacimiento a ninguna obra histórica verdadera sino que, peor aún, aquellas que ya existían se ven
por lo mismo disgregadas o destruidas”
En nuestro caso, la ciencia de la historia debe abandonar el plan interpretativo para
convertirse en gesta transformadora/transustanciadora10.
El ser humano es, en cuanto social, creador, inventor, productor, es decir
transustanciador de lo natural a una nueva realidad y el sentido de la historia va
hacia el porvenir como apertura de posibilidades infinitas de creación de nuevas
realidades, no en el estatismo sino hacia el movimiento complejo y
contradictorio, hacia la novedad. Inventemos pues nuestro propio método y
nuestra propia manera de hacer ciencia social donde se superen los enfoques
unilaterales, mecanicistas, logicistas y unicausales de los fenómenos históricos
y se rompa la dicotomía historia-sociología/ sociología-historia.11

Las nuevos tiempos imponen nuevas formas en la academia sin perder la rigurosidad
científica, que necesita todo proceso investigativo, la idea de ciencia no es un conjunto mecanizado
de pasos a seguir dogmáticamente, toda ciencia es un conjunto organizado sistemáticamente para
la comprensión del universo, “Más no existe una que pueda ser válida universalmente para todo
tiempo y momento. Son meras aproximaciones según los avances que cada época y momento
histórico tenga. Nuestra ciencia no es hoy día igual a la del siglo XV, XVI, XVII, XVIII o XIX.
No…”12.
Si nuestra ciencia no debería ser la misma, es comprensible buscar nuevas alternativas para
la obtención del conocimiento científico, y crear nuevos patrones de la ciencia como nos aconseja
el maestro Ramón Tovar:
“Estamos obligados a crear nuestra propia ciencia. Ella debe respetar nuestra
especificidad; reconocer nuestra individualidad zonal y orientada desde las
directrices que se extraigan con nuestra ciencia social. El papel histórico del
saber científico está cambiando, en nuestro tiempo es el “saber social” al que
corresponde el rol fundamental. Justo es reconocerlo que ya andamos por estos
senderos; pero la realidad al rebasar al conocimiento científico lo ha puesto en
indiscutible estado de crisis”13

10
“Puesto que la palabra trans-sustanciación es más fuerte y abarca más que trans-formación, –ya
que trans-formar se refiere y limita a cambiar se forma, dejando intacto el material, mientras que
trans-sustanciar es cambiar todo el ser–, formulemos con transustanciar el plan (o empresa) de la
filosofía moderna”, Juan David García Bacca. Curso sistemático de filosofía actual. Caracas,
U.C.V., 1969, p. 25.
11
Armando González Segovia. APROXIMACIÓN AL MÉTODO EN LA HISTORIA
MILITANTE Y DISIDENTE: LA TOTALIDAD CONCRETA. [documento en línea]. Disponible
en: http://conhisremi.iuttol.edu.ve/pdf/ARTI000023.pdf. [consulta: 2015, septiembre 22]
12
Ídem
13
Ramón A. Tovar L. Sendas de la nueva ciencia. Valencia, Vadell hermanos editores. 1991.
Para ello la base epistémica debe cambiar, la lectura de ciencia no debe ser de un sujeto
que conoce sobre un objeto del conocimiento, no debe existir una subordinación entre los actores
(sujeto y objeto), la relación debe ser dinámica, la ciencia acude a la sociedad y esta es participe
de la ciencia, la ciencia no está por encima de ella, su relación es horizontal, no debe existir lo que
hasta ahora ha sido una relación a distancia entre ciencia y sociedad, donde los investigadores son
concebidos en una relación de pasividad con relación a la investigación y al conocimiento que se
genera.
La ciencia, y específicamente la ciencia social no se ha comprometido con el valor que
debe adquirir su práctica, esta ha estado alejado de su valor social, es por ello que se plantea desde
los postulados teóricos de una Historia Disidente y Militante y de la investigación Militante
regenerar los espacios académicos, que estos no sean espacios de conocimientos para estanterías,
urge la necesidad en la sociedad de la incertidumbre donde la ciencia se ve con ojos de
desconfianza, colocar el conocimiento social en el plano que merece, el de herramienta
transustanciadora de la realidad social.
La ciencia debe estar al servicio de las grandes mayorías, venciendo el
planteamiento divisorio y dicotómico de teoría-práctica. Para nosotros toda
teoría revolucionaria, todo trabajo conlleva una postura también práctica y un
compromiso con las comunidades que son en primera instancia las aludidas y a
quienes se les debe la realimentación de las investigaciones que debe ser
realizadas desde su mismo seno rompiendo también la división pueblo/mayorías
vs. academia/ciencia; porque la ciencia y la academia deben estar al servicio de
las mayorías del pueblo para asumir los grandes valores de la libertad, la justicia
y la igualdad.14

Aunque la neutralidad científica no existe más allá de las clases sociales que las ostentan y
disfrutan y, por lo tanto, resulta imposible hacer una ciencia neutra, apolítica, en una sociedad de
clases sociales, es un deber de todo investigador mantener una alta posición ética con respecto al
procesamiento de los datos. No se debe mentir, falsificar o inventar datos para una investigación.
Esto está reñido con el principio ético de la ciencia histórica-social a beneficio de las mayorías.
La realidad nos da gritos desbordados para reformular nuestros esquemas de comprensión,
creemos encontrar en lo formulado por Federico Brito Figueroa y Orlando Fals Borda, practicado
por un nutrido grupo de investigadores de la talla de Iván Ilich, Paulo Freire, Salvador de la Plaza,
Gustavo Machado, Rodolfo Quintero, Manuel Matos Romero, Héctor Malavé Mata, Armando

14
Armando González Segovia Op.cit.
Córdova, Héctor Silva Michelena, Miguel Acosta Saignes, José Pío Tamayo,15 la razón para
adherirnos a sus planteamientos.
A la pregunta formulada en párrafos anteriores sobre ¿la posibilidad de una historia
trasformadora? creemos conveniente señalar la repuesta: La Historia Disidente y Militante,
concentrada en lo que es la investigación Militante, guiada y perfilada ambos enfoques bajo lo que
el investigador Armando Segovia ha rescatado del olvido, la formulación “Del Método de la
Totalidad-Concreta”, método que vendría a ser la guía el sustento de lo Militante en la
investigación histórica.
Esa intencionalidad se plasma en la concreción y presentación de un método de
estudio de los procesos históricos sociales de corta, mediana o larga duración –
siguiendo la propuesta braudeliana–, sintetizando una diversidad de métodos,
fundamentalmente bajo la teoría marxista. Esta propuesta metodológica se ha
denominado como el Método de la Totalidad-Concreta, cuya función es
comprender el problema, guiándonos ante el aparente caos de los datos y
fenómenos y de los pre-juicios personales, en la ciencia de la historia16

No percibimos una clara y fuerte dominación de la teoría Marxista, en cambio si


encontramos una heterodoxia práctica, que sería de gran ayuda para sintetizar postulados teóricos
de dos grandes sistemas de pensamiento en la investigación histórica, el formulado por los Annales
y el Materialismo Histórico.
La totalidad como categoría no implica abordar todos los aspectos, sino la comprensión de
la dinámica social del cambio y la permanencia de elementos relevantes. La totalidad es construir
a través del estudio analítico. La totalidad constituye la proyección de lo universal sobre las
necesidades y problemas estudiados, percibidos a través de la observación, construcción y estudio
de lo concreto que genera una síntesis de diversos elementos que le integran mediante una
cambiante dinámica específica.
Armando Segovia menciona lo siguiente cuando se refiere a la categoría de totalidad:
La intencionalidad de la categoría de totalidad pretende conseguir la síntesis de
abstracciones justificadas que vence la dicotomía generalidad-particularidad,
donde esta totalidad puede resolverse a través de diversos subconjuntos, donde
algunos pueden ser principales en un momento y secundarios o terciarios en

15
Es preciso aclarar y resaltar que lo fundamental es seguir principios no personas, aunque sean
personas quienes hayan vertido luces sobre el camino a seguir. Sin embargo, la idea es avanzar
sobre lo no andado, construir nuevos caminos continuando los avanzados, no volver sobre lo
hecho.
16
Armando González Segovia Op.cit.
otros; donde un conjunto puede llegar a ser subconjunto de otro o a la inversa,
porque en la realidad no existen hechos aislados sino relaciones. La realidad no
está como algo dado o predeterminado, sino como una posibilidad de construir
un conocimiento de esta realidad, partiendo de un problema específico.
Percibiendo entonces el todo como relativo, en movimiento permanente; en
procesos que cumplen etapas en espacios determinados, que se sustenta en las
relaciones e interrelaciones y síntesis del registro de necesidad social.17

La totalidad por lo tanto es una categoría de análisis dinámica, flexible y ajustada a lo que
la realidad formula en la práctica, sin dogmatismo ni prejuicio teórico, donde “… el estudio social,
trasciende los niveles ontológicos de la explicación y comprensión hasta poder hacer útil ese
conocimiento en las situaciones vividas, es decir la transformación/transustanciación que se refería
Marx en las Tesis sobre Feuerbach...”18 y que se encuentra en total sintonía en lo expresado por
Marc Bloch “…Es innegable, sin embargo, que siempre nos parecerá que una ciencia tiene algo
de incompleto sino nos ayuda, tarde o temprano, a vivir mejor…”19, donde lo importante según
Armando Segovia, “…no es la comprensión por lo que significa de por sí, sino como un paso
importante para la transformación/transustanciación”20.
Visto de esa manera la historia asume su responsabilidad, es por lo tanto historia
compromiso, es académica y política en la más amplia acepción del vocablo y por tanto claramente
situada con las grandes mayorías explotadas y oprimidas, porque entiende que la etiología de la
historia es el poder, ya sea manteniéndolo o subvirtiéndolo, promoviendo la discusión y el debate
que generen diálogos sobre temas de actualidad ante los constantes cambios que generan en
Latinoamérica para el control de ese poder.

17
Ídem
18
“Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversas maneras al mundo, pero de lo que
se trata es de transformarlo”. Carlos Marx. Tesis sobre Feuerbach; en: Obras Escogidas. Moscú,
Editorial Progreso, 1973, tomo I, p. 10.
19
Marc Bloch. Apología de la historia o el oficio de historiador. Barquisimeto-Caracas, Fondos
Editoriales Buría y Lola Fuenmayor, 1986, p. 54
20
Armando González Segovia Op.cit. Creemos importante señalar algunas acotaciones que realiza
el autor entorno a este planteamiento. “Aquella famosa frase de Bloch donde establece que lo
importante es comprender que no juzgar, se riñe con la anterior de hacer ciencia útil tarde o
temprano, porque la última define acción; la historia comprensiva es una clara influencia de la
sociología comprensiva que Max Weber (1864-1920) desarrolló a partir la filosofía alemana de
profundo arraigo en él (véase: Anthony Giddens. Las nuevas reglas del método sociológico/ crítica
positiva de la sociologías comprensivas. Buenos Aires, Amorrortu/Editores, 2001, p. 39), después
de Weber se han realizado diversos aportes a esta categoría de sociología comprensiva, todos
aceptados en cuanto no tocan ni cambian la realidad”.
Surge así la propuesta del Método de la Totalidad-Concreta, donde existe una
clara definición hacia la teoría marxista y también la impronta de la Escuela de
los Annales, quienes se vuelcan contra el historicismo clásico, ya herido de
muerte por la obra marxista, asumiendo el estudio de las estructuras, coyunturas,
regiones y localidades, tomando como objeto de estudio la vida cotidiana,
mentalidades, cultura, educación, geografía, demografía, economía, sociedad,
ideología, entre muchos otros temas; conjugando diversos elementos en un
trabajo de construcción artesanal considerando una variedad de fuentes:
documentales, cartográficas, iconográficas, orales, las cuales convierte en
testimonios y matrices de información para el procesamiento del estudio
histórico.21

Al entrar a estudiar estos fenómenos desde perspectivas no apologéticas, la historia, concebida en


los términos que se ha venido describiendo, se trasforma en una actividad intelectualmente
subversiva, en donde el investigador utiliza los postulados teóricos que ofrece la investigación
Militante y la Historia Disidente y Militante, con el método de la Totalidad Concreta, para no solo
comprender que sería un paso esencial, sino que comprende para transformar/transustanciar la
realidad.
Una historia comprometida por el estudio de los nudos críticos de la sociedad que le
importa ante todo:
La descripción de los fenómenos sociales, las relaciones de interdependencia y
subordinación entre ellos, así como la dinámica social de los cambios, “el
tránsito de una a otra forma”; una vez descubierto el fenómeno investiga en
detalle los efectos dónde y cómo se manifiesta la vida social. En este proceso de
deshilvanar determinados órdenes sociales mediante una concienzuda
investigación científica.22

Toda esta propuesta de investigación que se ha tratado de desarrollar y argumentar, puede


encontrar un espacio para su práctica en lo que se ha denominado según el Historiador Pascual
Mora como la comunidad discursiva de historia de la educación en la región Centro Occidental de
Venezuela.
Con el lema de “la investigación se aprende investigando” el Dr. Reinaldo Rojas
inició la siembra de la historia de la educación desde la geografía larense hasta
la nacional, y de ésta al nivel internacional; así lo encontramos en Carora, 1994;
El Tocuyo, 1995; Táchira, 1995; Caracas, 1996; Santiago de Chile, 1998;
Popayán-Colombia, 1998; España, 1999, Francia, 1999-2000; Cuba, 2000; San
José, Costa Rica, 2001; entre otras muchas ciudades y países. Recientemente,

21
Armando González Segovia Op.cit
22
Íbidem
gracias a su espíritu de gestor de ideas para el futuro se acaba de conformar el
Núcleo de Investigadores de Historia de la Educación (febrero-2000), con el
ánimo de conformar una comunidad discursiva nacional para poder realizar
trabajos de investigación de más largo aliento, que trasciendan en el tiempo y
que superen el nivel de lo epiléptico.23

La importancia y relevancia tanto académica como científica de este espacio nos motiva e
invita para aprovecharlo como un espacio para la discusión y el debate pertinente de hacer una
Historia de la Educación Militante, los postulados teóricos en los cuales se apoya su actividad
científica “…nuestra concepción de la Historia como Historia Social, historia síntesis o historia
global, cultivada por los Fundadores de Annales”24, son una muestra de afinidad que se puede
encontrar con los descrito en párrafos anteriores.
En la práctica científica de esta comunidad se han desarrollado una gran variedad de
investigaciones que nos ayudan a conocer y comprender el proceso educativo de Venezuela con
énfasis en la Región Centro Occidental25, sin embargo y dada su característica teórico-
metodológica, no se ha impactado considerablemente en la formulación propuestas viables para
crear soluciones a los graves problemas que enfrenta nuestro sistema educativo actual, no se ha
aprovechado el gran conocimiento creado en acciones encaminadas a mejorar transustancialmente
a la sociedad.
La Historia de la Educación ha ido evolucionando en el tiempo, Pascual Mora identifica tres
tendencias en su desarrollo, la primera como “…“historia periodizante, la historia episódica y
romántica”26, donde:

23
Pascual Mora. “COMUNIDAD DISCURSIVA DE HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN
VENEZUELA, ESTUDIO DE CASO: LA REGION CENTROCCIDENTAL (1990-2001)”.
[documento en línea]. Disponible en:
24
Vargas Maryelis.SOCIEDAD, CULTURA Y EDUCACIÓN SECUNDARIA EN
BARQUISIMETO 1833-1975. BALANCE DE UNA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN.Trabajo
presentado como requisito para ascender a la Categoría Académica de Profesor Agregado. Mayo
2012.
25
Para mayor profundización ver el trabajo de Vargas Maryelis titulado: “SOCIEDAD, CULTURA
Y EDUCACIÓN SECUNDARIA EN BARQUISIMETO 1833-1975. BALANCE DE UNA
LÍNEA DE INVESTIGACIÓN”, donde se puede apreciar la riqueza de los aportes para la
comprensión del largo proceso de formación del sistema educativo, especialmente el de la
educación secundaria
26
Pascual Mora. “SOCIEDAD, CULTURA Y EDUCACIÓN SECUNDARIA EN
BARQUISIMETO 1833-1975. BALANCE DE UNA LÍNEA DE INVESTIGACIÓN”. Citado por
Maryelis Vargas.
Daba preponderancia a las fechas y a los maestros destacados, el centro de la
disciplina lo constituyó el estudio del hacer pedagógico, sin embargo esta
tendencia representa un aporte fundamental en el inicio de los estudios históricos
de la educación en el país y constituyen un gran esfuerzo por demarcar los hitos
del desarrollo histórico del sistema escolar venezolano.

En la segunda:
Coexisten varias tendencias, una centró el foco de interés de su estudio en la
historia de las ideas pedagógicas, la segunda dedicada a la recolección y acopio
de fuentes documentales y otra que se vislumbra hacia la década de los setenta
donde se forma una generación de historiadores de la educación dirigida al
estudio de la dinámica y el funcionamiento institucional del sistema escolar27

Y, la tercera tendencia:
La encontramos entre mediados de la década del ochenta y comienzos de los
noventa, donde aparecieron nuevos estudios que presentaban un mayor
acercamiento a la Historia de la Educación en Venezuela. Lentamente la Historia
de la Educación enriquecida con las diversas tendencias historiográficas
adquiere gran significación.28

A estas tres principales tendencias se le suma la Historia Social de la Educación, el cual se


presentaba como una renovación de los planteamientos que hasta ahora se habían utilizado al
historiar el proceso educativo venezolano, en relación a lo anterior, Vargas Maryelis afirma lo
siguiente: “…La Historia Social de la Educación ha venido a proponer un esquema de análisis
diferente a los discursos que han prevalecido en la historiografía de la educación venezolana hasta
finales del siglo XX”29, es una manera diferente de hacer historia, es una respuesta a las exigencias
que presentaba la realidad, la pretensión de poder conocer en su mayor amplitud el proceso
educativo. El conocimiento de una realidad lleva a renovar y desarrollar nuevos esquemas de
interpretación.
El cultivo de una Historia Social “le permite al investigador hacer Historia de la Educación
con una concepción de la historia global”30, a través de una particularidad, estudiar la integración
con la generalidad, un escenario integrado en la diversidad, conocer su dinámica, comprender la
relación de las partes con el todo y todo con las partes.

27
Vargas Maryelis Op.cit. p 6
28
Pascual Mora. “COMUNIDAD DISCURSIVA DE HISTORIA DE LA EDUCACIÓN EN
VENEZUELA, ESTUDIO DE CASO: LA REGION CENTROCCIDENTAL (1990-2001)”. Op.cit.
29
Vargas Maryelis. Op.cit. p 8
30
Ibídem.
La Historia Social de la Educación marca diferencia con el resto de los discursos
construidos en Historia de la Educación en el hecho de que asume la idea
medular de la totalidad en el quehacer histórico, que centra su estudio en la
educación como práctica social a través de la cual se puede conocer un
entramado de relaciones sociales que tipifican el tiempo histórico en el que se
construyen.31

Un enfoque tan enriquecedor debe aprovecharse al máximo en servicio de la sociedad,


comprender el proceso de formación de todo un sistema educativo encargado de formar a los
hombres y mujeres del mañana ayudaría a crear las estrategias adecuadas de organización en
búsqueda de mejoras tangibles y sustanciales.
La historia Social de la Educación exige estudiar una institución conectada con todos los
escenarios de la sociedad, permite correlacionar los ámbitos de simbología del ser humano con el
acto educativo, la investigadora Neffer Álvarez no los ejemplifica mejor al afirmar lo siguiente:
Este sentido global de la historia, en que lo económico, lo social, lo político, lo
cultural-educativo se explican mutuamente, es clave para que el proceso de
reconstrucción del hecho educativo, se soporte sobre una base que permite
superar la marcada tendencia de estudiar las instituciones educativas fuera de su
contexto, en el aire, sin conexión con el resto de los componentes de la realidad
social32

Queda establecido y definido el papel que desarrolla y puede desarrollar la Historia Social
de la educación, más aún si le agregamos Historia Social de la Institucional de la Educación y si
se desarrollara la función Militante y asumiéramos una Historia Social e Institucional de Educación
Militante sería un campo académico completo, se comprendería y se actuaría, no quedaría solo en
la formulación.
Sería un abordaje enriquecedor donde el investigador acudiría con el baúl de la
metodología repleto de métodos que integrarían una mejor forma, no solo de estudiar y comprender
la realidad, sino que también podría actuar con su accionar sobre ella. Es observar la realidad en
su máxima expresión. ¿O no es esa la finalidad de la ciencia histórica?
Es preciso estudiar las características propias cada que sociedad tiene, cómo se
conjugan las necesidades materiales y espirituales de los seres humanos y las
sociedades donde se abarca lo material, tecnológico, científico, moral, entre
otros, correspondiéndole a cada sociedad una forma de vida única e irrepetible
que ocupa un lugar y un tiempo determinado. El estudio de estas especificidades

31
Ídem. P 9
32
Álvarez, Néffer. El Instituto La Salle de Barquisimeto (1913-1966). 2003.p.49
es el objeto de esta secular ciencia denominada ciencia de la historia, la cual
tiene la virtud de rendir los mayores beneficios porque es la más próxima la vida
cotidiana y la que, su vez, atiende a la totalidad del género humano.33

¡A buen entendedor sobran las palabras!

33
Armando González Segovia Op.cit
REFERENCIAS.

Armando González Segovia: El Pensamiento No Descubierto del Maestro Juan David García
Bacca. Caracas, Cátedra Pío Tamayo-UCV, ponencia Nº 01 en el Seminario del
Pensamiento Americano, 1992.

APROXIMACION AL MÉTODO EN LA HISTORIA MILITANTE Y


DISIDENTE: LA TOTALIDAD CONCRETA. [Documento en línea]. Disponible en:
http://conhisremi.iuttol.edu.ve/pdf/ARTI000023.pdf.

APROXIMACION AL MÉTODO EN LA HISTORIA MILITANTE Y


DISIDENTE: LA TOTALIDAD CONCRETA. [Documento en línea]. Disponible en:
http://conhisremi.iuttol.edu.ve/pdf/ARTI000023.pdf.

Dulce Marrufo, Pascual Mora García, Armando González Segovia, Arnaldo Guédez, Segundo
Ceballos, Suzuki Margarita Gómez, y Ángel Velásquez. MANIFIESTO Historia Disidente
y Militante. [Documento en línea]. Disponible en:
http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/21077/2/articulo6.pdf

José Pascual Mora. Del fin de la historia a la postmodernidad.

Juan David García Bacca. Curso sistemático de filosofía actual. Caracas, U.C.V., 1969.

Lucien Febvre. Combates por la historia. Barcelona-España, Editorial Ariel (3º Edición en
Castellano), 1975.

Marc Bloch. Apología de la historia o el oficio de historiador. Barquisimeto-Caracas, Fondos


Editoriales Buría y Lola Fuenmayor, 1986.

Neffer Milena Álvarez. (2003). El de instituto la Salle Barquisimeto (1913-1966). Fundación Buria

Ramón A. Tovar L. Sendas de la nueva ciencia. Valencia, Vadell hermanos editores. 1991

Revista Historia de la Educación Latinoamericana .La construcción de la Nación Iberoamericana.


Siglos XIX-XX "comparaciones y conexiones" (Tunja: UPTC-RUDECOLOMBIA-
HISULA, 2013), 204 p., ISBN 978-958-46-1453-7..., 15(20), 325-342. Retrieved
November 01, 2015, from
http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S012272382013000100015
&lng=en&tlng=es.

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Rojas Reinaldo. Temas de Historia Social de la Educación y la Pedagogía. Valencia. (2001),


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