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LA “FERIA DE PEKÍN” EN
EL PERÚ COLONIAL.
UNA MIRADA IMPERIAL SOBRE
EL COMERCIO Y CONSUMO DE
BIENES ASIÁTICOS 16801740
Por Mariano Ardash Bonialian
RESUMEN:
ABSTRACT:
Spain to Peru through the Pacific. Asian goods tante claro de ello se puede ver al
marketed, regional markets involved and revisar las cuentas de los ingresos
consumer social groups are identified through
qualitative information. Finally, the flow públicos del virreinato del Perú du-
promoter agents and the contraction effects rante el siglo XVII (Tabla 1).
that would have created the circuit on the En la segunda mitad del siglo
Portobelo fairs are studied. XVII, las remesas públicas peruanas
: Perú, bienes asiáticos, enviadas hacia España disminuyeron
comercio, consumo, período colonial. de forma significativa. Si para la cuar-
: Peru, Asian goods, trade, ta década del siglo el flujo de metá-
consumption, colonial period. lico peruano hacia España rondó el
40% de los ingresos totales, en la
década del ochenta llegará a ser tan
sólo del 5%. La drástica disminución
de los envíos de metálico nos expre-
Introducción sa la crisis que venía sufriendo el mo-
delo comercial oficial asentado en las
C
ada vez es mayor el con- ferias de Portobelo. Este descenso no
senso de referirse a la fa- se explicaría –ni se correspondería–
mosa “crisis del siglo XVII” por una supuesta y proporcional caí-
como una crisis más bien da de los ingresos totales. Si bien los
española y europea y no americana. ingresos públicos del virreinato du-
Sería paradójico hablar de crisis his- rante la segunda mitad del siglo fue-
panoamericana cuando sus signos ron levemente inferiores a los de la
económicos la muestran viviendo un primera mitad del siglo, las cantida-
proceso complejo de crecimiento. El des retenidas aumentaron
aumento de la producción de plata significativamente. La explicación de
y de su acuñación, el crecimiento de la reducción de las exportaciones
la producción agrícola y del comer- oficiales de plata estaría en que gran
cio interamericano son sólo algunas parte del metálico fue retenido por
de las señales de la diversificación los agentes locales para responder a
económica y del progreso sostenido la creciente complejidad que vivía la
que vivía, por entonces, el gran es- estructura social, política y econó-
pacio continental.1 Un ejemplo bas- mica del virreinato. Había que finan-
ciar tareas de administración, de de-
1. Romano, Ruggiero, Coyunturas fensa como también el desarrollo del
opuestas. La crisis del siglo XVII en
Europa e Hispanoamérica. México:
comercio local, interamericano y
Fondo de Cultura Económica, 1993, mundial.
pp. 125-138.
10. En 1715 se enviaron desde Potosí 11. Orsúa y Vela, Arzans de, Historia de
hacia Córdoba y Salta 35 mil pesos la Villa Imperial de Potosí. Hanke
en bienes orientales, europeos y de la Lewis y Gunnar Mendoza (eds.),
tierra. Eran bienes que pertenecían al USA: Providence Brown University
mercader y capitán cordobés Juan de Press, 1965, tomo I, p. 8.
Buitrón. En Archivo Histórico de la 12. Schurz, William Lytle, “Mexico,
Provincia de Córdoba (AHPC), Peru and the Manila Galeon”.
Ramo Escribanía 1, año 1719, legajo Hispanic American Historical
241, exp. 9, ff. 171-188. Review. 1 / 4 (1918), p. 395.
qués del valle de Santiago y gober- tinas de raso de china del coche” y
nador del reino de Nueva Granada, calzones aforrados.19
disponía en su inventario de 1715 La tentación por adquirir mer-
de una gama de artículos de china cadería oriental alcanzaba a las máxi-
como cortinas, ropajes de silletas de mas autoridades políticas del Virrei-
estrado de damasco, colgaduras de nato. Ya fuera en complicidad o en
cama y cojines en seda, 4 grandes competencia con los mercaderes, fun-
escritorios de maqué de diferentes cionarios y virreyes participaron ac-
colores y una rica variedad en platos tivamente en el comercio y consumo
y pocillos de porcelana.17 En 1704, de géneros asiáticos que se traían
José de La Rañeta, teniente general desde la Nueva España. Para las au-
de Portobelo y una de las máximas toridades políticas, cumplir la legis-
figuras políticas que debían celar por lación prohibitiva negándose a par-
el comercio oficial de los galeones de ticipar en la cultura consumista de
Tierra Firme, sufrió un embargo en bienes asiáticos los apartaba de ob-
bienes de sedas y cerámica de Chi- jetos que se percibían como símbolos
na.18 El maestre de campo José de de status y de prestigio social. Debían
Cabrera y Velazco, una de las perso- aceptar un fuerte indicador de vida
nalidades más reconocidas de la go- lujosa, de “consumo ostensible”, al
bernación de Tucumán, anotaba en mismo nivel o en proporciones su-
sus inventarios de bienes de 1713 y periores a la “carrera de consumo”
1715 la posesión de exquisitos tejidos que imponían los grandes mercade-
de la China como una ongarina de res limeños. En los últimos años de
gurbión de 60 pesos, una chupa de la mitad del siglo, Dionisio Alcedo
brocato azul en 80 pesos, seis “cor- y Herrero acusó a José de Araujo y
Río, presidente de la Audiencia de
1973 p. 367. Quito en 1736, de haber ingresado
17. Duarte, Carlos, Mobiliario y por el puerto de Paita a través del
decoración interior durante el
navío real “San Fermín” más de 200
período hispánico venezolano.
Caracas: Armitano editores, 1996 pp. mil pesos “en ropa de China y de
26-161; y del mismo autor, Patrimo- Europa” desde Acapulco.20 José Llo-
nio Hispánico Venezolano perdido.
Con un apéndice sobre el arte de la 19. Archivo Histórico de la Provincia de
sastrería. Caracas: Academia Nacional Córdoba (AHPC), Ramo Escribanía
de la Historia, 2002 pp. 102-167. 1, año 1713, legajo 232, exp. 2, ff. 9
18. Castillero Calvo, Alfredo, Economía, y 10; y año 1730, legajo 264, exp. 3,
Sociedad y Cultura Material. Historia ff. 190-191.
urbana de Panamá La Vieja. Panamá: 20. AGI, Ramo Quito, legajo 133, exp.
Imprenta Alloni, 2006, p. 338. 38, s/n de ff.
apropiación de muebles, tejidos, por- que los artículos del Oriente, aún
celana y otros objetos orientales los conservando su “originalidad” y sus
artesanos peruanos reinterpretaron rasgos “exóticos”, solo lograron ser
en sus objetos las formas y la deco- un producto de mercado cuando se
ración del Oriente. En el propio vi- hicieron reconocibles, familiares y
rreinato se producían muebles y por- con mayores ventajas económicas
celana que seguían el estilo y los con respecto a sus pares europeos y
diseños decorativos de los objetos castellanos.
asiáticos.35 Pero también los artículos Nadie podría cuestionar que la
asiáticos debieron sufrir cierta meta- baratura en los costos de comer-
morfosis para adaptarse al gusto y a cialización junto con la rentabilidad
las normas que exigía el mercado que ofrecía la venta de bienes asiáti-
consumidor peruano. Debían pasar cos fueron motivos importantes pa-
por cierto filtro de “occidentalización” ra entender su sistemática importa-
para garantizar su venta. Según José ción por el espacio sudamericano.
López Pintado, quien será diputado Pero no habría que menospreciar el
del comercio de Cádiz y capitán de amplio mercado consumidor como
galeones hacia Tierra Firme en el un elemento que logra definir el com-
primer cuarto del siglo XVIII, un portamiento de la oferta, como la
grupo de representantes de comer- “polea” que garantiza, aunque sea
ciantes mexicanos y peruanos viaja- ilícito, el desarrollo y florecimiento
ron hacia China en 1692 con distin- de su intercambio. Y aquí habría que
tas muestras de los tejidos europeos subrayar la importancia de los grupos
que la flota española atlántica intro- sociales medios y bajos en la activa-
ducía por Veracruz. Lo que buscaban ción del consumo y la demanda. La
era que las fábricas del Oriente co- intensidad en la comercialización de
piaran los modelos de los tejidos eu- los bienes asiáticos por el Perú podría
ropeos para que tengan una rápida haber sido estimulada por la deman-
y segura aceptación en los mercados da de nuevos segmentos sociales que
de México y del Perú.36 Posiblemen- antes se encontraban privados, mar-
te había razones de costos y ganancias ginados o al menos apartados para
en esta decisión, pero la iniciativa de un consumo masivo de ellos.
los mercaderes nos permite deducir Llegamos así a un dilema funda-
mental: ¿fue el consumo masivo de
35. Kuwayama, George, “Cerámica
China”. Iconos: 3 (2000-1), pp.
telas asiáticas el que activó la
20-29. comercialización (y producción) pa-
36. Abreu, Extracto Historial, tomo II, ra el mercado o, más bien, este amplio
pp. 328-335. mercado consumidor fue el resulta-
tico oficial. Veamos el problema con Firme agonizaron por el simple hecho
mayor detalle. del comercio ilícito entre la Nueva
España y Perú por la Mar del Sur.
Aquí no se quiere desmerecer las otras
La crisis y caída de las variables que, a diferentes grados,
gravitaron en la erosión del sistema
ferias de Portobelo mercantil oficial de las escuadras.
Pero la atención particular que le
L a crisis de la Carrera de Portobe-
lo comenzó mucho antes de la
Guerra de Sucesión. La resistencia
ofrecemos a la importación en el Pe-
rú de bienes asiáticos –y castellanos–
desde la Nueva España se justifica
de los peruanos por acudir a la feria,
no sólo por ser una variable deter-
los retrasos que sufrían los peninsu-
minante del desplome del régimen
lares en negociar los precios para la
legal de comercio, sino también por-
venta de sus mercaderías y la presen-
que ha sido un factor omitido en los
cia cada vez más espaciada de los
trabajos que se ocuparon de rastrear
galeones fueron acontecimientos que
las transformaciones mercantiles que
venían gestándose desde las últimas
se vivieron en el espacio del Perú
décadas del siglo XVII. No fue ca-
hacia mitad del siglo XVIII.
sualidad que desde aquellos años
Decíamos que la literatura his-
hasta 1740, en plena coyuntura de
tórica reconoció un abanico de cau-
decadencia y definitiva desaparición
sas que provocaron el abandono y
de la Carrera oficial, la importación
colapso de la ferias de Portobelo. En
de bienes asiáticos –y de Castilla– al
primer lugar, habría que considerar
Perú desde la Nueva España alcan-
la presencia del comercio directo de
zara una intensidad inédita. En las
los extranjeros. El contrabando ho-
páginas que siguen intentaremos fun-
landés en las cercanías de Portobelo
damentar que la crisis y el definitivo
y el Caribe coordinado desde Cura-
colapso del sistema monopólico de
zao cumplió un importante papel
comercio asentado en los galeones
para desestabilizar el funcionamien-
de Tierra Firme y las ferias de Por-
to del comercio legal por Portobelo,
tobelo fue resultado, en gran medida,
particularmente en la primera mitad
de la decisión de los comerciantes de
del siglo XVIII.51 Los ingleses, desde
Lima en “desviar” los capitales hacia
el Pacífico para la compra de bienes 51. Arauz Montante, Andrés, El
extranjeros disponibles en la Nueva Contrabando holandés en el Caribe
España. La hipótesis no debería durante la primera mitad del siglo
traducirse en que las ferias de Tierra XVIII. Caracas: Biblioteca de la
Academia Nacional de la Historia,
mercio de Lima aseguraba que lo que bien, sin desacreditar todas estas va-
provocó el fracaso de la feria de 1696 riables, que a diferentes modos y ni-
fue el “haber arribado al puerto de veles influyeron en la crisis y caída
Buenos Aires tres navíos de permiso”. de las ferias de Portobelo, retomemos
A ellos se les sumaron otros “tres que el factor que aquí más nos interesa:
llegaron en los años siguientes”. Los el ingreso ilícito de bienes asiáticos
navíos habrían llegado con “exceso”, desde la Nueva España. El enfoque
con la capacidad para “abastecer el que presentamos pretende ser más
Reino de Chile y las Provincias de un complemento que un reemplazo
arriba [sic]”. Los cargadores penin- de las interpretaciones anteriores.
sulares y limeños que negociaron en Vale la pena iniciar el análisis desde
la feria de Portobelo de 1696 estu- el último cuarto del siglo XVII, años
vieron obligados a la “rebaja de los en donde comienzan a registrarse
precios en que perdieron gran parte serios problemas en el funcionamien-
de sus caudales”.56 De todos modos, to del sistema legal de comercio.
reconocidos estudios han señalado Todo estaba preparado para que
que la orientación mercantil del es- los galeones a cargo del general Ni-
pacio del Perú hacia Buenos Aires se colás Córdoba salieran en 1675 rum-
dará recién en el segundo cuarto del bo a Cartagena. Sin embargo, el vi-
siglo XVIII, con la finalización de la rrey conde de Castellar, con la
gran actividad francesa por el Pací- intención de boicotear un abasteci-
fico y con las sistemáticas concesiones miento ilegal por parte de los ingle-
para comerciar a navíos de registros ses, decidió otorgarles permisos ma-
españoles, los cuales a partir de en- sivos a embarcaciones peruanas para
tonces generaron el desvío perma- que adquieran en Acapulco merca-
nente de capitales peruanos hacia derías asiática y castellana.58 Según
Charcas a la espera de la carga ingre- Alcedo y Herrera, las importaciones
sada por el puerto porteño.57 Ahora
Aires. Repercusiones económicas y
América Latina, 1988. políticas de la creación del virreinato
56. Moreyra, El Tribunal del Consulado, del Río de La Plata. Sevilla, Escuela
tomo I, p. 13. de Estudios Hispanoamericanos,
57. Tandeter, Enrique, “El eje Potosí- 1947, pp. 34-35.
Buenos Aires en el imperio español”. 58. Alcedo y Herrera, Dionisio,
En Governare il Mondo L´Impero Piraterías y Agresiones de los ingleses
Spagnolo dal XV al XIX Secolo. y de otros pueblos de Europa en la
Italia, Facultá Di Lettere Palermo, América Española. Desde el siglo XVI
1991, pp. 195-196. Céspedes del al XVIII. Madrid: Imprenta Manuel
Castillo, Guillermo, Lima y Buenos Hernández, 1883, pp. 65-66.
por esta vía fueron de tal magnitud “consiste en la plata que de este
que los galeones españoles debieron Reino se extrae y saca para el de
prorrogar su llegada hasta el año Nueva España y ropa que se intro-
1678. Si el problema que se quería duce en esta ciudad, causando con
combatir era la presencia de corsarios cualquiera de esos dos hechos irre-
y navíos ingleses en las cercanías de parables perjuicios a este
Portobelo, ahora el exceso de las im- comercio”.60
portaciones realizadas por los peru-
La denuncia parece ser bastante
leros desde la Nueva España ponía
verídica, más teniendo en cuenta que
en jaque los intercambio legales en
el propio viajero Gemelli Carreri
la feria Atlántica. Cuando por fin
mencionó que en 1697 los peruanos
salieron los galeones hacia Tierra Fir-
habían arribado a Acapulco con dos
me, al mando de Enrique Enríquez,
millones de pesos en plata para com-
la celebración de la feria fue todo un
prar géneros asiáticos.61 La situación
fracaso porque, según Alcedo, el vi-
se tornó más grave cuando desde
rrey volvió a conceder
España solicitaron preparar una nue-
“licencias para hacer viaje a los va Armada del Sur para el año 1706
puertos de Nueva España habien- con motivo de una nueva celebración
do introducido tan crecidas cargas de feria. La Junta de Comercio de
de ropa y tejidos de la China que Lima comunicará que no están dadas
descaecieron [sic] con grandísima las condiciones para otro intercam-
pérdida de su estimación las mer- bio, pues aún en 1704 seguía:
caderías de Castilla de los empleos
“viciada la contratación con el rei-
de feria.”59
no de México y que se ven intactos
La feria celebrada en 1696 sufrió algunos géneros del empleo de la
una gran penuria por fenómenos última Armada en las tiendas pú-
similares. Todavía en 1702 la mayo- blicas sin que haya quien ofrezca
ría de las mercaderías que habían por ellos ni el tercio de lo que cos-
sido adquiridas por los mercaderes taron en Portobelo. La abundante
de Lima en aquella feria seguían en falsedad de los de China, han des-
los almacenes sin poder distribuirse. truido la duración y nobleza de los
En esta ocasión fue el propio Con- de Castilla de suerte que son des-
sulado quien no tuvo más remedio
que mencionar la causa, la cual: 60. Moreyra y Céspedes, Virreinato
peruano, p. 49.
59. Alcedo, Piraterías y Agresiones, p. 61. Gemelli Carreri, Viaje a La Nueva
152. España, p. 9