Las familias de niveles socioeconómicos más altos suelen tener mayores
tasas de participación en la educación en la primera infancia dirigida a los
niños de tres a cinco años (Bernal, 2014). Los estudiantes menos favorecidos también suelen asistir a escuelas y colegios en desventaja, los cuales a menudo no cuentan con recursos humanos ni financieros (OCDE, 2011). La evidencia proveniente de un análisis de las pruebas SABER indica que el nivel socioeconómico de las instituciones educativas explica en gran parte la diferencia en cuanto a los logros, sugiriendo que hay una alta tasa de segregación entre escuelas y colegios con base en el nivel socioeconómico de los estudiantes (Duarte et al., Barrera, 2014). Los resultados de las pruebas PISA 2012 también indican que, después de tener en cuenta el contexto socioeconómico de las escuelas y colegios, no hubo diferencias significativas en el desempeño de los estudiantes que asisten a escuelas o colegios públicos o privados, lo que sugiere que el contexto socioeconómico donde se ubica la institución educativa puede afectar negativamente el desempeño de los estudiantes (OCDE, 2013b). En las zonas rurales, las personas suelen tener menos acceso a las oportunidades educativas y menos logros académicos que sus pares de zonas urbanas (Figura 1.6). Los colombianos que viven en zonas rurales tienen múltiples desventajas, como mayores índices de pobreza (43% en comparación con el 27% en zonas urbanas), desnutrición, embarazo de adolescentes y violencia, sumado a una infraestructura insuficiente (CIPI, 2013). La mayoría de los indígenas y afrocolombianos vive en zonas rurales, y enfrenta barreras adicionales para acceder a la educación (Barrera, 2014). La participación en educación es, en promedio, inferior en municipios y departamentos rurales que en zonas más urbanizadas, en particular en los niveles de EIAIPI y educación media (MEN, 2015a; DNP, 2015; García Villegas et al., 2013; Bernal, 2014; OAS, 2010). En 2013, el número de años promedio de escolaridad, entre las poblaciones rurales de 15 años de edad y más, era de 5,47 años solamente, comparado con 9,36 en zonas urbanas (MEN, 2015a). En cuanto a la educación superior, varios departamentos rurales (Amazonas, Arauca, Guainía, Guaviare, Huila, Putumayo, San Andrés, Vichada y Vaupés) tuvieron índices brutos de matriculados inferiores al 20%, mientras que los departamentos más urbanizados como Quindío y Santander, tuvieron índices cercanos al 60% (MEN, 2015a). En Colombia, los estudiantes con necesidades educativas especiales tienen índices de participación inferiores, aunque no se cuenta con datos de calidad (MEN, 2012). Según los datos del MEN, en 2014, 119.060 estudiantes diagnosticados con necesidades educativas especiales fueron matriculados en educación básica. Aun así, los datos del censo del 2005 indican que había 426.425 menores de 17 años con alguna forma de discapacidad en Colombia, lo que sugiere que muchos no están estudiando y que se debería mejorar la recopilación de datos para garantizar que estos estudiantes sean identificados
REVISIÓN DE POLÍTICAS NACIONALES DE EDUCACIÓN: EDUCACIÓN EN
COLOMBIA CAPÍTULO 1. COLOMBIA Y SU SISTEMA EDUCATIVO – 37 y se les brinde apoyo (MEN, 2012). Se han elaborado lineamientos para mejorar el apoyo a los niños y jóvenes con necesidades especiales, y el MEN asigna fondos adicionales para instituciones educativas con el fin de cofinanciar el costo de prestación de servicios educativos a estudiantes discapacitados o con talentos o capacidades excepcionales (MEN, 2015a). Contar con mejores datos contribuiría a que estas políticas fueran más eficaces.