La sociedad moderna demanda profesionales integrales, que más que expertos en

sus áreas específicas, sean personas capaces de integrarse de forma armónica

con los individuos que conforman la sociedad, en tal virtud; la sensibilidad estética,
la apreciación cultural, el liderazgo y la actitud receptiva, la mirada expectante a
hechos nuevos y la disposición de transformar positivamente nuestro alrededor
como nuestro propio ser, permite que los profesionales se desempeñen de una
manera más fructífera en la sociedad y seres humanos más felices, pues las
habilidades y destrezas se pueden ir perfilando durante el proceso educativo y
ejercicio profesional, pero ser seres humanos integrales que les satisface lo que
hacen y que poseen la capacidad de ser agentes de cambio, de estar abiertos a
nuevos retos y potencializar su Ser y trascender, se logra partiendo de un
compromiso personal, en palabras de Victor Küppers; “El Conocimiento y las
Habilidades suman, pero la Actitud es la que multiplica”.

Holandés de nacimiento, Victor Küppers es licenciado en Administración y

Dirección de Empresas y Doctor en Humanidades. Victor Küppers se
dedica a la formación por vocación. Cree firmemente en las posibilidades
que tienen todas las personas y en la importancia de sus actitudes
personales para desarrollar su enorme potencial. Le encanta trabajar con
personas.
Víctor aborda la vida con positivismo. Piensa que la vida es fantástica. Sus
dos palabras favoritas son pasión y entusiasmo y cree firmemente que la
única vida que tiene sentido es una vida con sentido.

Encontramos que nosotros como parte de una sociedad, desarrollamos una

formación crítica desde el ejemplo que recibimos en casa y la formación continua
en la escuela, así que ésta necesita de una propuesta lingüística con enfoque
humanista, para abrir el campo de nuestro pensamiento crítico y encontrar otras
formas de ver la realidad. Entonces, va a ser la educación el aspecto más
importante en nuestro desarrollo integral, pues los conocimientos inculcados se
convierten en un modelo a seguir.

Como la educación inicia desde el hogar, es necesario que para tener buenas
habilidades verbales e interpersonales se practique interactuando con la familia
para desarrollar confianza y seguridad de sí mismo. Seguido a esto, el entorno en
el cual se desarrollan las personas influye de manera significativa en su carácter, y
al tener una personalidad definida en donde el entorno social influye en el estado
anímico y en el conocimiento basado en la experiencia del sujeto, las habilidades
obtenidas por la persona son usadas de tal forma que le permiten forjarse metas y
alcanzarlas.

Para que los seres humanos tengan mayor tolerancia y comunicación asertiva,
hace falta que cada individuo tenga una formación humana; cuando una persona
desarrolla disciplinas verbales como la lengua, la literatura, la filosofía y la historia
alcanza un lenguaje articulado, esto permite que el individuo exprese sus ideas de
forma clara y concisa cumpliendo su objetivo. Si esto fuese así cualquier mensaje
transmitido por nosotros debe ser interpretado por el otro de la forma en la que lo
deseamos.
Con todo lo anterior podemos concluir que las humanidades son inseparables de
nuestra formación como profesionales, ya que nos articulan como individuos
integrales, competitivos laboralmente, porque además de grandes capacidades en
cuanto a procesos intelectuales, somos individuos con conciencia social que se
relacionan de forma correcta con los demás en busca de una mejor sociedad.