Altamirano- Sarlo: “Una vida ejemplar: La estrategia de Recuerdos de provincia”. (pp.
103-160) DEFENSA frente a los ataques rosistas a su refutación. RECUERDOS DE PROGRAMA y PROPUESTA de organización nacional. PROVINCIA ATRAER la atención hacia la (1859) Alternativa verdadera NI Rosas sino: NI Caudillos ÉL CLAVE POLÍTICA DE LA OBRA: diferenciar los papeles de los actores claves: el reformador letrado y el caudillo. ESTRUCTURA IDEOLÓGICA y AFECTIVA: Estrategias textuales. Modelos literarios (defensa, genealogía, episodios de HETEROGENEIDAD costumbres, retratos físicos y morales, etc.) Historia (cifrada): Autobiografía. Ritmo sacudido entre el pasado y el presente. Alternancia Enunciados Literarios (Ilustración) Enunciados Ideológicos (Explicación).
ESTRATEGIA HISTORIA: demostrar que es la autobiografía de un descendiente
DE de la tradición nacional. PERSUACIÓN HISTORIA PERSONAL: demostrar la certidumbre de su ideología; presentarse como único rival de Rosas, como la solución de los problemas argentinos.
CONTRAPUNTO Entre pasado y presente
Entre biografías de grandes hombres y la autobiografía del candidato. Dos sentidos Desde pasado: Historia provincial y nacional: origen de la Autobiografía. Desde presente: Historia como proceso cuya cúspide es Sarmiento. Dos tonos Nostalgia (pasado). Indignación moral y enjuiciamiento intelectual (presente). PUNTOS DÉBILES: Acumulación de enunciados literarios e ideológicos; da la sensación de desorden, de carencia de un plan. Esto es producto de una concepción romántica del impromptu; la improvisación se plantea como una estrategia legítima. CLASE Nº 2
Literatura Argentina I -Año: 2012– Unidad 3: Biografía y Autobiografía
- Arfuch, Leonor: “Introducción” en El espacio biográfico. Dilemas d la
subjetividad contemporánea. Bs. As., F. C. E., 2002.
Introducción
- Lo “biográfico” remite a una serie de géneros discursivos consagrados
(biografías, autobiografías, confesiones, memorias, diarios íntimos, cartas) que dan cuenta de la “obsesión de dejar huellas”, “de ese énfasis en la singularidad que es a un tiempo búsqueda de trascendencia” (17).
- Otras formas que disputan este espacio en la cultura contemporánea:
entrevistas, conversaciones, perfiles, retratos, anecdotarios, testimonios, historias de vida, relatos de autoayuda, variantes del show (talk show, reality show...), (17).
- “Espacio biográfico”: expresión tomada de Philippe Lejeune (1980), intenta ir
más allá de lo específico de un género, de sus especímenes ilustres o ejemplares, para dar cabida a las diversas formas que puede asumir la narración de una vida. Lo que le interesa analizar a la autora es entonces “la productividad del uso de los géneros en un conjunto amplio de ocurrencias, el diálogo intertextual que suscitan, su especificidad sólo relativa, sus desplazamientos metonímicos…” (24).
- Algunas preguntas que guían la investigación: qué modelos de vida se
despliegan, qué orientaciones valorativas conllevan las narrativas respectivas, qué posiciones (dialógicas) de enunciación construye, cómo se narra la vida “a varias voces”, cómo se entrama el trabajo de la identidad, cómo se articula lo íntimo con lo público, entre otras (24).
- Articulaciones conceptuales: teoría bajtiniana sobre los géneros discursivos;
aporte de Paul de Man (1984) en cuanto a la idea de un “momento” autobiográfico, que puede aparecer e cualquier texto; aportes de Ricoeur sobre trama e identidad narrativa (28). CLASE Nº 3
Bajtín, M.: “La autobiografía”. En: “Autor y Personaje en la Actividad
Estética”. En Estética de la Creación Verbal. Buenos Aires. Siglo XXI. 2002. Págs. 133 a 147. Por biografía o autobiografía entendemos la forma transgrediente más elemental mediante la cual yo puedo objetivar mi vida artísticamente. [A Bajtín, los momentos autobiográficos,] le interesan sólo aquellos que tengan un carácter ciertamente biográfico, o sea, los que realicen un valor biográfico. Un valor literario biográfico es el que transgrede menos la autoconciencia, por eso el autor, en una autobiografía, se aproxima máximamente a su héroe, ambos pueden intercambiar sus lugares, y es por eso que se hace posible la coincidencia personal del héroe con el autor fuera de la totalidad artística. Un valor biográfico no sólo puede organizar una narración sobre la vida de otro sino que también ordena la vivencia misma y la narración de la propia vida de uno; este valor puede ser la forma de compresión, visión y expresión de la vida propia. La forma biográfica es la más real porque en ella existe la mínima cantidad de momentos aisladores y conclusivos, el autor aprovecha su postura valorativa fuera del héroe de la manera menos fundamental, limitándose casi a la sola apariencia espacial y temporal, a la extraposición; no existen límites claros del carácter , un aislamiento marcado, una fábula acabada y tensa. Los biográficos son los valores comunes compartidos entre la vida y el arte, es decir, pueden definir los actos prácticos como su finalidad; son forma y valores de la estética de la vida. El autor de una biografía es el otro posible que impregna nuestra conciencia y que dirige con frecuencia nuestros actos, valoraciones y nuestra visión propia; es el otro en la conciencia con el cual la vida exterior puede ser aún suficientemente movible. En nuestros recuerdos habituales acerca del pasado con frecuencia es el otro quien viene a ser el activo, y es en sus tonos valorativos como nos recordamos. Todo recuerdo del pasado es un poco estetizado, mientras que el recuerdo del futuro siempre es moral. Yo no me separo valorativamente del mundo de los otros sino que me percibo dentro de una colectividad: en la familia, la nación, la humanidad cultural; en este caso, la postura valorativa del otro en mí goza de autoridad, y el otro puede narrar mi vida totalmente de acuerdo conmigo. La conciencia de un narrador posible, el contexto valorativo del narrador organizan el acto, el pensamiento y el sentimiento allí donde éstos se inicien con sus valores en el mundo de los otros; todo momento semejante de la vida puede ser percibido en la totalidad del relato que es la historia de esta vida, mi contemplación de mi propia vida es tan sólo una anticipación del recuerdo de otros acerca de esta vida, recuerdos de otros; los valores que organizan la vida y el recuerdo son los mismos. El hecho de que este otro no esté inventando por mí y que determina mi vida, este hecho le confiere una autoridad a este otro y lo hace autor internamente comprensible de mi vida. El otro es el que dirige mi interior. Así es como el narrador se transforma en héroe. Una parte de mi biografía la conozco por las palabras ajenas de mis prójimos y siempre con una tonalidad emocional determinada: todo aquello que no podría ser entendido por una criatura o que simplemente hubiese pasado inadvertido. Sin estos relatos de otros mi vida carecería de plenitud de contenido y de claridad, permanecería internamente fragmentada, falta de una unidad biográfica valorable. Porque los fragmentos de mi vida vividos por mí internamente pueden adquirir tan sólo una unidad. Son posibles dos tipos principales de conciencia biográfica valorativa y de constitución de la vida de acuerdo con la amplitud del mundo biográfico (la aventura heroica) y con el carácter de otredad competente (cotidianidad social).
Momentos del valor biográfico de la aventura
1. El deseo de gloria: la aspiración de gloria es un reconocerse dentro de la
humanidad. 2. El amor: el deseo de ser amado, la comprensión, la visión y la constitución de la persona en una posible conciencia ajena y amorosa; todo ello es un crecimiento en la atmósfera de la conciencia del otro. 3. La aceptación positiva del fabulismo de la vida por el héroe: es deseo de vivir el fabulismo de la vida; vivenciar el determinismo de ser en las situaciones de la vida, su cambio, su variedad, un fabulismo que nada concluya y que lo deje abierto a todo. Momentos de la biografía social cotidiana
A menudo pueden distinguirse dos planos dentro de la biografía cotidiana:
1. El mismo narrador protagonista representado desde su interior de un modo semejante a como nos vivenciamos a nosotros mismos en el héroe de nuestro sueño o recuerdo, él está desplazado hacia el plano interior, parece estar ubicado sobre la frontera de la narración, bien formando parte de ella como héroe biográfico, bien empezando a buscar una coincidencia con el autor-portador de la forma, o bien aproximándose al sujeto de la confesión. 2. Otros personajes, en la representación de los cuales hay muchos rasgos transgresivos que pueden ser los caracteres y los tipos (estos se dan a veces a través de la conciencia del narrador protagonista). Su vida con frecuencia puede tener un argumento terminado, en el caso de no estar demasiado entretejida con la vida del héroe biográfico, o sea con el narrador.
La duplicidad de los planos en la estructura biográfica hace constancia de la
descomposición del mundo biográfico. Estos son los dos tipos principales de valor biográfico, pero existen también otros momentos complementarios: generación, familia, justificación del determinismo nacional, de la tipicidad nacional por encima del sentido, estamento, época y su tipicidad más allá del sentido. La biografía social y cotidiana y el realismo: agotar a sí mismo y a la vida de uno en el contexto de la contemporaneidad. Aislar el contexto valorativo de la actualidad a partir del pasado y el futuro. La “vida” se toma del contexto valorativo de las revistas, periódicos, protocolos, de la popularización de las ciencias, de las conversaciones, etc. El valor biográfico de tipo social cotidiano y la crisis de las formas transgredientes autorizadas y de su unidad: autor, estilo. La relación del protagonista y el autor en la biografía: el autor al crear al héroe con su vida, se orienta a los mismos valores en medio de los cuales vive la vida su héroe. El autor en su obra solamente continúa aquello que ya existe en la misma vida de los héroes. Los valores que mueven al autor en su representación del personaje y sus posibilidades interiores son los mismos que dirigen la vida del personaje, porque su vida es directa e ingenuamente estetizada, y en misma medida es directa e ingenuamente sincrética la obra del autor, el autor no es artista puro como el héroe no es sujeto puramente ético. En la biografía el autor es ingenuo, está emparentado con el personaje, pueden intercambiar sus lugares los dos (de allí que aparezca la posibilidad del carácter autobiográfico). Por supuesto, el autor como momento de una obra literaria jamás coincide con el personaje, ellos son dos, pero entre ambos existe una oposición fundamental, sus contextos valorativos son homogéneos, el portador de la unidad de la vida que es el héroe y el portador de la unidad de la forma que es el autor pertenecen a un mismo mundo valorativo. El personaje en su vida está poseído valorativamente por el posible autor: el otro. En la biografía la actividad del autor está incluida en el ser de la otredad, es solidaria con el héroe en su pasividad ingenua. En el fondo también el autor de biografía vive gracias a la no coincidencia consigo mismo y con su personaje, no se entrega plenamente a la biografía conservando una escapatoria interior más allá de las fronteras del dación y permanece vivo, gracias a ese excedente suyo con respecto al ser como dación, más el excedente no encuentra una expresión positiva en la biografía misma.