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¿CONSUMIR CARNE Y SANGRE?

El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero
(Yojanán 6:54)

Y cualquier varón de la casa de Israel, ó de los extranjeros que peregrinan entre ellos, que comiere
alguna sangre, yo pondré mi rostro contra la persona que comiere sangre, y le cortaré (CARETÍ) de
entre su pueblo. (Lev 17:10)

Incluso hoy, estos dos pasajes parecen contradictorios. El primero de ellos fue pronunciado por
Yeshúa y el segundo es estatuto en la Torá condenado con “CARET” (expulsión de la comunidad
judía). Es tácito el entendimiento acerca de la prohibición de comer carne humana y beber sangre
de cualquier ser vivo, que fue absolutamente prohibido por Dios.

Para entender este pasaje pronunciado por Yeshúa tenemos que hacerlo en un contexto judío en
cuanto a su visión del mundo, su fe, cultura y tradiciones. De lo contrario esto nos llevaría a un
profundo extravío y al riesgo de caer en idolatría. Por lo cual no nos detenemos a analizar lo
establecido en la Torá, pues allí están las premisas y fundamentos de nuestra relación con Dios.

Particularmente este discurso de Yeshúa lo hace en el contexto de la Fiesta de Pésaj (Yojanán 6:4) y
todas las comparaciones, parábolas y metáforas corresponden a la forma de interpretación judía
desarrollada en el tiempo de Yeshúa y los emisarios (siglo I de la Era Común). En este sentido Yeshúa
se compara con el maná que “nuestros padres comieron en el desierto” (Yojanán 6:31) y en cierto
modo está reprochando a sus talmidim que no le han creído (Yojanán 6:36). Además dijo: "Yo soy
el pan vivo que descendió del cielo; si alguien come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que Yo
también daré por la vida del mundo es Mi carne." (Yojanán 6:51)

Es interesante lo que leamos lo que dice “el Midrash Rabá sobre Eclesiastés 2:24” citando a los
rabinos de los siglos III y IV de la Era Común:

“Rabí Tanjuma dijo en el nombre de Rabí Najman ben Rabí Shmu´el ben Najman y Rabí Manajma
dijo (o Rabí Yirmiyahu) y Rabí (o sea Yehuda HaNasí), dijo en el nombre de Rabí Shmu´el ben Rabí
Yitzjak: “Toda referencia a “comer y beber” en el libro de Qohelet (Eclesiastés) significa “Torá y
Buenas Obras. Rabí Yonah dijo: la prueba más clara de esto es Eclesiastés 8:15 que no tiene el
hombre bien debajo del sol, sino que coma y beba, y se alegre; y que esto se le quede de su trabajo.
La palabra para “su trabajo” es “amalo”, pero sería leído “tamalo”(“su mundo”), esto es “en este
mundo”. El verso continúa: “los días de su vida que Dios le dio debajo del sol” y esto alude a la
tumba. ¿Quiere decir que hay comida y bebida para acompañar a una persona a la tumba? Por
supuesto que no, por lo que “comida y bebida” debe significar “Torá y Buenas Obras”.

El entendimiento judío permite la interpretación simbólica de “comida y bebida”. Comer la carne


del Hijo del Hombre es absorber enteramente su forma de ser y de vivir. La palabra griega “sarx”
(“carne”) es usada también para referirse a la naturaleza humana en general, a los aspectos físico,
emocional, mental, disposición, voluntad del ser humano. Yeshúa busca que vivamos, pensemos y
actuemos como él y estamos capacitados para ello por el poder del Rúaj HaKodesh. En Levítico 17:11
dice que “la vida de la carne en la sangre está”. “Beber su sangre” es absorber esa capacidad de
entrega que Yeshúa mostró y estuvo dispuesto a entregar su vida por otros. Cuando Yeshúa declara
sobre la “matzá” en el marco de la Última Cena de la cual los teólogos han encontrado una
identificación entre Yeshúa y el pan en Mateo 26:26 -27 “Y comiendo ellos, tomó Yeshúa el pan, y
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bendijo, y lo partió, y dio á sus discípulos, y dijo: Tomad, comed. esto es mi cuerpo. Y tomando el
vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos”. Cuando se sale del contexto judío esta
declaración puede conducir a un gran extravío como el caso de la doctrina de la “transustanciación”
cuando afirma que hay una transformación de una sustancia física (el pan) a otra (el cuerpo de
Yeshúa), lenguaje que es completamente extraño al pensamiento y los oídos judíos y que denotan
una tendencia al pensamiento mágico de los paganos idólatras.

Yeshúa es la Palabra de Dios que bajó del cielo: “Porque como desciende de los cielos la lluvia, y la
nieve, y no vuelve allá, sino que harta la tierra, y la hace germinar y producir, y da simiente al que
siembra, y pan al que come, Así será mi palabra que sale de mi boca: no volverá á mí vacía, antes
hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”. (Isaías 55:10-11)

La Palabra de Dios da semilla para sembrar y la siembra da el pan al que come o como aparece en
Deuteronomio/Devarim 8:3 “… que el hombre no vivirá de solo pan, más de todo lo que sale de la
boca del ETERNO vivirá el hombre” o como Jeremías dijo: “Cuando se presentaban Tus palabras, yo
las comía; Tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón…” El pan nos sostiene cada
día pero la Palabra de Dios nos sostiene para vida eterna. En este sentido debemos comer de Yeshúa.

Todo el que ofrecía una Ofrenda de Paz (Shelamim) debía comer de la carne del sacrificio (Levítico
7:11-20) y si nosotros presentamos a Yeshúa delante de Dios como una Ofrenda de Paz, de acuerdo
a Isaías 53:5 y Efesios 2:14 debemos comer de su carne.

Pero Yeshúa es nuestra Ofrenda de Pecado (Jatat) de la cual los cohanim debían comer la Ofrenda
de Pecado (Éxodo 29:33) y como dijo Moisés a Aarón tras la muerte de Nadab y Abihu ¿Por qué no
comisteis la expiación en el lugar santo? Porque es santísimo, y la dio él a vosotros para llevar la
iniquidad de la congregación, para que sean reconciliados delante del ETERNO. (Lev 10:17) allí el
comer está conectado con expiación.

Dios llamó a Israel a “ser un reino de sacerdotes” (Éxodo 19:16) y esto debe cumplirse en el Nuevo
Pacto (1ª Pedro 2:5). Si somos sacerdotes, todos los sacerdotes deben comer la ofrenda de pecado
y Yeshúa es nuestra ofrenda de pecado.

Tal. Sanedrín 98b registra una discusión sobre la venida del Mesías y Rabí Hilel decía que ya había
venido y los demás se le oponían y allí leemos “… No habrá Mesías para Israel puesto que ya el
Mesías fue consumido por ellos en el reino de Hezequías”.

Ya es difícil entender sobre “comer la carne de Yeshúa” pero ¿Cómo entender beber su sangre? Ya
leímos el Midrash Rabá sobre Eclesiastés 2:4 que “comida y bebida” significa “Torá y Buenas Obras”,
pero ¿cómo lo explica la Escritura?

Salvo que sangre no comeréis; sobre la tierra la derramaréis como agua. (Deu 12:16) Puesto que la
vida de la carne en la sangre está (Levítico 17:10-12) es equivalente a primero derramar la vida.

“Entonces los tres valientes se abrieron paso por el campamento de los Filisteos, y sacando agua del
pozo de Belén que estaba junto a la puerta, se la llevaron y la trajeron a David. Pero él no quiso
beberla, sino que la derramó para el SEÑOR, y dijo: "Lejos esté de mí, oh SEÑOR, que yo haga esto.
¿Beberé la sangre de los hombres que fueron con riesgo de sus vidas?" Por eso no quiso beberla.
Estas cosas hicieron los tres valientes”. (2Samuel 23:16-17)
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Aquí hay una metáfora con el agua y la sangre para mostrar lo transitorio de nuestras vidas, como
le dijo la mujer sabia de Tecoa a David HaMélej: "Pues ciertamente moriremos; somos como el agua
derramada en tierra que no se vuelve a recoger… ”.

En las ofrendas diarias se incluían las libaciones: 'Sus libaciones serán de 2 litros de vino (medio hin)
por novillo, 1.2 litros (la tercera parte de un hin) por el carnero y un litro (la cuarta parte de un hin)
por cordero. Este es el holocausto de cada mes por los meses del año. (Números 28:14) Estas
ofrendas de libaciones representaban las vidas de quienes las ofrecían que eran derramadas para
Dios y de esto también habló el emisario Shaul: “Porque yo ya estoy para ser derramado como una
ofrenda de libación, y el tiempo de mi partida ha llegado”. (2Timoteo 4:6)

Se lee en el Salmo 22 “Soy derramado como agua, Y todos mis huesos están descoyuntados; Mi
corazón es como cera; Se derrite en medio de mis entrañas”. (Sal 22:14) (Salmos 22:14 RV) una
declaración profética para el Mesías, el Hijo de David, hecho que ocurrió a Yeshúa según las
Escrituras Mesiánicas: “… pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al
momento salió sangre y agua”. (Juan/Yojanán 19:34)

La sangre derramada por Yeshúa en su sacrificio corresponde a la libación (bebida que acompaña al
sacrificio). Sus discípulos necesitaban beber de esa copa para conectarse al sacrificio que requiere
ese Nuevo Pacto…”Pero Yeshúa dijo: "No saben lo que piden. ¿Pueden beber la copa que Yo voy a
beber?" Ellos respondieron: "Podemos." (Mat 20:22)… “… porque esto es Mi sangre del nuevo pacto,
que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. (Mat 26:28)

Cuando alguien interpreta “el comer la carne y beber la sangre de Mashíaj” como resultado de un
hechizo mágico, como un sortilegio para impresionar a la audiencia, está subestimando la
profundidad de la palabra escrita por el Altísimo en las Sagradas Escrituras Hebreas. Cuando leemos
el segundo capítulo de Yojanán donde Yeshúa transforma el agua en vino, no se trata de un recurso
de ciencia ficción para entretener al lector, se trata de una profunda enseñanza de la Torá vertida
por el Mesías. Ese milagro, el primer milagro de Yeshúa al comenzar su ministerio sobrenatural.

“Se lo he dicho a ustedes y no creen; las obras que Yo hago en el nombre de Mi Padre, éstas dan
testimonio de Mí”. (Yojanán 10:25) ¿Convertir el agua en vino cuál testimonio da sobre quién es
Yeshúa?

Frecuentemente la Palabra de Dios es comparada con el agua de purificación (Salmos 119:9; Efesios
5:26). Cuando Yojanán inicia su testimonio escrito nos dice que la Palabra se hizo carne (Yn 1:14).
Para redimir a los hijos de Adam, Yeshúa compartió su sangre y su carne (Hebreos 2:14) Su sangre
purifica (Hebreos 9:13-14). En otras palabras, significa que el agua que es la Palabra de Dios se
convierte en sangre y carne humana… por eso Yeshúa afirmó:

Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. (Juan / Yojanán 6:55)

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