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- 2019 -
ÍNDICE:
1. INTRODUCCIÓN, OBJETIVOS E HIPÓTESIS ......................................................................................4
2. CONDICIONES AMBIENTALES DEL ÁREA DE ESTUDIO ....................................................................9
2.1. Caracterización ambiental .......................................................................................................9
2.2. Cobertura vegetal ..................................................................................................................14
2.3. Fauna silvestre ......................................................................................................................18
2.4. Paleoambiente ......................................................................................................................21
3. MARCO TEÓRICO: CONCEPTUALIZANDO EL FORMATIVO ............................................................25
4. ANTECEDENTES REGIONALES: LAS ESTRATEGIAS DE SUBSISTENCIA Y APROVECHAMIENTO DE
RECURSOS EN EL VALLE DE YOCAVIL ................................................................................................30
5. EL CASO DE ESTUDIO: LAS OCUPACIONES HUMANAS DURANTE EL PRIMER MILENIO D.C. EN
AMAICHA DEL VALLE ........................................................................................................................40
5.1. El Remate ..............................................................................................................................42
5.2. Bajo Los Cardones .................................................................................................................45
5.3. Finca Cruz ..............................................................................................................................48
5.4. El Divisadero ..........................................................................................................................50
6. METODOLOGÍA ............................................................................................................................53
6.1. Isótopos estables: nociones fundamentales .........................................................................53
6.2. Isótopos del carbono .............................................................................................................54
6.3. Isótopos del nitrógeno ..........................................................................................................58
6.4. Identificando variaciones en la dieta de un individuo ...........................................................59
6.5. Fuentes de variabilidad isotópica ..........................................................................................62
6.6. Preservación de las señales isotópicas primaras ...................................................................64
7. SELECCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS MUESTRAS ..........................................................................66
7.1. Muestras humanas ................................................................................................................66
7.2. Muestras faunísticas .............................................................................................................68
7.3. Muestras vegetales ...............................................................................................................69
7.4. Procesamiento ......................................................................................................................72
7.5. Espectrometría de masas ......................................................................................................73
8. RESULTADOS ................................................................................................................................75
8.1. Resultados sobre restos humanos .........................................................................................75
8.2. Resultados sobre camélidos ..................................................................................................79
8.3. Resultados sobre muestras vegetales ...................................................................................80
9. DISCUSIÓN ...................................................................................................................................87
2
9.1. Ecología isotópica de especies vegetales ..............................................................................87
9.2. Ecología isotópica y estrategias de manejo de camélidos .....................................................97
9.3. Isótopos del carbono y paleodieta humana ........................................................................104
9.4. Isótopos del nitrógeno ........................................................................................................110
9.5. Tendencias temporales .......................................................................................................112
10. CONCLUSIONES ........................................................................................................................123
11. BIBLIOGRAGÍA ..........................................................................................................................129
AGRADECIMIENTOS .......................................................................................................................158
3
1. INTRODUCCIÓN, OBJETIVOS E HIPÓTESIS
quebrada de Amaicha, en el sector oriental del valle de Yocavil, durante el primer milenio
los individuos que conformaban estos grupos durante sus distintas etapas de vida (infancia,
grupos del primer milenio D.C. resulta de especial interés si se tiene en cuenta que durante
modificando definitivamente los modos de vida imperantes durante la mayor parte del
Holoceno. De hecho, desde una visión teórica cercana a la de Olivera (2001), consideramos
que la adopción de prácticas agropastoriles constituye uno de los ejes que atraviesan
transversalmente los cambios acontecidos durante el lapso temporal elegido. Así, la dieta
1
Pensamos al Formativo como una revolución por la magnitud y profundidad del impacto social que
produjo la introducción de prácticas de subsistencia productivas en los grupos prehispánicos del
noroeste argentino. Sin embargo, pensamos en una revolución progresiva en tanto el cambio, si bien
fue radical, profundo y esencial, no pudo ser violento o drástico. Por lo contrario, la implementación
de prácticas agropastoriles y sus consecuencias sociales debieron ser de naturaleza procesual,
gradual y progresiva. En este sentido apuntan, por ejemplo, trabajos recientes de Oliszewski y
colaboradores para la Quebrada de Los Corrales (2018).
4
de los grupos valliserranos resulta un componente privilegiado para abordar el fenómeno
La problemática que hemos explicitado será abordada a partir del análisis de la abundancia
hipótesis sobre la paleodieta de los grupos formativos amaicheños que guiaron el desarrollo
de esta tesina fueron: H1) la agricultura fue una opción económica que tuvo una incidencia
existe un patrón de consumo con un correlato isotópico contrastante para los grupos
Ahora bien, ¿cuáles son las perspectivas actuales sobre las economías valliserranas para
agricultura (¿de maíz?) habría adquirido un rol preponderante ya durante el Formativo. Este
incorporación de variedades de maíz de mayor rinde (Olivera 1992, 2001; Killian Galván y
Samec 2013; Olivera et al. 2015). En lo que a los recursos faunísticos se refiere, se plantea
de camélidos silvestres, dominantes para momentos tempranos del primer milenio D.C.,
5
acompañado por un mayor aprovechamiento de animales silvestres de menor porte
puede aportar información valiosa, no deja de ser un tipo de evidencia indirecta, que
presenta una serie de problemas inherentes a su naturaleza que imposibilitan definir con
precisión el protagonismo que cada clase de recurso tuvo en la dieta de las sociedades
tafonómicos (como, por ejemplo, la preservación diferencial), resulta muy difícil determinar
(Arias Cabal 2005). Este problema es aún mayor si se tiene en cuenta que aunque la
que resulte aún más problemático evaluar la representatividad de los indicios de prácticas
vastas.
2
Entendemos por parche ecológico a unidades espaciales discretas de tamaño variable que
presentan singularidades ambientales en relación con el entorno que las rodea (Forman y Godron
1981).
6
Las dificultades mencionadas han sido en parte resueltas gracias a la utilización de los
isótopos estables, los cuales ofrecen la posibilidad de ponderar el aporte real de distintas
la década del 70´ (Vogel y Van der Merwe 1977; Van der Merwe y Vogel 1978; DeNiro y
Epstein 1981; Tauber 1981; Chisholm et al. 1982; 1983; Schoeninger y DeNiro1984), el
paleodietarios. En el noroeste argentino (NOA), en las últimas dos décadas, los estudios
2007; Mengoni Goñalons 2007, 2009; Killian Galván y Olivera 2008; Tessone et al. 2010;
Yacobaccio et al. 2010; Pérez y Killian Galván 2011, Killian Galván et al. 2012, 2013, 2015;
Samec 2012, 2014; Samec et al. 2014, 2015; Killian Galván y Salminci 2014; Fuchs et al.
2015; Killian Galván y Seldes 2017). En contraste, en la región valliserrana, salvo para el
caso de Ambato (Dantas 2012; Dantas et al. 2014, 2015; Dantas y Knudson 2016; Gordillo
y Killian Galván 2017), los isótopos estables han sido aplicados de manera mucho más
puntual y limitada (ver Gonaldi 2006; Calo y Cortez 2009; Izeta et al. 2006, 2009; Svoboda
en tres sitios formativos de la quebrada de Amaicha: Bajo Los Cardones, El Remate y Finca
Cruz. Además, dado que para aplicar el método escogido es necesario lograr una base de
naturales que pudieron tener un impacto, ya sea directo o indirecto, en la dieta de los grupos
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botánicos silvestres y plantas con potencial forrajero. Asimismo, se obtendrán valores de
arqueológicos como modernos. Estos datos sobre la ecología isotópica de nuestra área de
sobre muestras humanas y lograr así inferencias válidas sobre los perfiles paleodietarios
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2. CONDICIONES AMBIENTALES DEL ÁREA DE ESTUDIO
productividad de los diversos ambientes. Por otro lado, considerando las implicancias del
Amaicha, una quebrada semiárida con una altitud variable entre los 1700 y 3000 msnm, se
Tucumán (Figura 1). La misma abarca la cuenca del río homónimo y cubre una extensión
espacial de 182 km 2, la cual queda delimitada hacia el este por el Abra del Infiernillo, al
oeste por el fondo del valle de Yocavil, al sur por las Sierras del Aconquija y hacia el norte
9
Figura 1. Ubicación del área de estudio.
10
Figura 2. Imagen satelital de la quebrada de Amaicha y regiones adyacentes.
11
Edafológicamente, predominan en la quebrada los suelos arenosos, alcalinos, con bajo
temperatura media anual para la quebrada de Amaicha es de 16°C, variando entre los 20°C
para el mes de enero y los 8°C para el mes de julio. De todas maneras, la orientación y
Precipitaciones
Mes
(mm)
Enero 75
Febrero 40
Marzo 24
Abril 7
Mayo 1
Junio 0
Julio 0
Agosto 0
Septiembre 3
Octubre 4
Noviembre 17
Diciembre 36
TOTAL 207
Tabla 1. Media de precipitaciones por mes para el valle de Santa María entre los años 1978-1987
(datos tomados de Bianchi y Yáñez 1992).
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Cumbres Calchaquíes es un sistema montañoso que se extiende desde El Infiernillo hasta
el límite entre las provincias de Tucumán y Salta. El sector cumbral sur, en el cual haremos
foco en este trabajo, tiene una altitud variable entre los 4000 y 4700 msnm.
extremas, de gran amplitud térmica diaria y anual. La media anual es de 1,5°C, con una
mínima de -13°C en el mes de julio y una máxima de 16,8°C en marzo. Las precipitaciones
no superan los 300 mm y suelen darse en forma de nieve o granizo. Producto de la acción
glaciar, a una altitud cercana a los 4200 msnm, este sector presenta una altiplanicie de
valles amplios y relieves suaves (Figura 3). Vegas, ciénagas y una veintena de cuerpos de
agua de dimensión variable se distribuyen en el área (Halloy 1983; Capllonch et al. 2011).
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2.2. Cobertura vegetal
La vegetación actual del curso medio de la quebrada de Amaicha es la típica del monte y
prepuna, conformada por estepas arbustivas achaparradas, dominadas por las jarillas
(Larrea divaricata, Larrea cuneifolia y Larrea nitida), plantas de follaje permanente que
cubren aproximadamente una cuarta parte de la superficie del área. Aunque de menor
distribución, entre otros, también se registran arbustos como la falsa jarilla (Zuccagnia
punctata), retamo (Bulnesia retamo), ala de loro (Monttea aphylla), brea (Cercidium
pichanilla (Senna aphylla) y atamisque (Atamisquea emarginata) (Martín et al. 2002; Phan
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En este paisaje netamente arbustivo, se dan concentraciones de cactáceas como el cardón
(Figura 5). En tanto, algunas herbáceas (por ejemplo, Paspalum sp., Sporobolus maximus
De todas maneras, el entorno cambia en el paraje Encalilla y en las escasas zonas del área
decorticans) y molle o aguaribay (Schinus areira) (Figura 6). En el resto de la quebrada los
árboles aparecen de manera aislada y dispersa. Sin embargo, debe destacarse que
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distintas líneas de evidencia histórica parecerían confirmar que la distribución actual del
antrópica y la aridización que ha sufrido el área valliserrana en los últimos siglos (Somonte
2009: 373).
Figura 6. Algarrobal en la zona de Encalilla (imagen tomada de GEF Small Grants Programme,
s.f.).
En las márgenes de ríos (permanentes o temporarios) o aquellas zonas con napas freáticas
muy altas, además de vegetación arbórea y algunas de las especies arbustivas antes
rudiuscula), con presencia también de junco (Sporobolus maximus), chilca dulce (Tessaria
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asperifolia) (Pahn 2010) (Figura 7). Sin dudas, estos son los parches más productivos en
términos de forrajimasa.
Figura 7. Ambiente de vega y pajonal en las cercanías de Bajo Los Cardones. Nótese que
Cortaderia rudiuscula resulta absolutamente dominante.
eminens, hay una alta distribución de herbáceas como la ira (Festuca ortophylla), paja brava
(Stipa ichu), paja amarilla (Stipa leptostachya) y susurco (Mulinum sp.). En vegas y zonas
simplex, Oxychloc andina, Carex incurva y Scirpus atacamensis (Figura 8). Por encima de
los 3800 msnm hay una alta presencia de plantas en cojín como la yareta (Azorella
compacta). Entre las especies arbustivas se encuentran la tola (Parastrephia sp.), tolilla
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(Fabiana densa), añagua (Adesmia horrida), chachacoma (Proustia cuneifolia) y Baccharis
encuentran entre las especies silvestres que forman parte de la comunidad biótica del área
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En la altiplanicie de Cumbres Calchaquíes, entre los animales silvestres de potencial
(Hippocamelus antisensis) (Figura 9). La vicuña (Vicugna vicugna) es otra especie, hoy
extinta, que probablemente ocupó este piso ecológico en el pasado. La base para plantear
Por otro lado, el notable protagonismo que han tenido los camélidos para las sociedades
del área andina sudamericana nos obliga a realizar algunas observaciones sobre sus
hábitos alimenticios, las cuales serán tenidas en cuenta al momento de discutir los
3
También existen evidencias de consumo de vicuña en otros sitios del valle de Yocavil (ver, por ejemplo,
Scattolin et al. 2001; Izeta y Scattolin 2006; Tarragó 2007).
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resultados de la presente investigación. Para los mamíferos herbívoros pueden distinguirse
dos clases de estrategias tróficas: generalista y especialista. Las dietas de los animales
distribución de los recursos vegetales del parche ecológico en el que habitan. En cambio,
los animales especialistas muestran una preferencia alta por unas pocas especies, o bien
evitan un gran número de las especies que conforman la oferta natural del área y, por lo
tanto, existe baja correlación entre la dieta y los recursos vegetales disponibles. Sin
embargo, las preferencias tróficas de una misma especie pueden mostrar variaciones en
se alimentan, lo que podría considerarse como una estrategia intermedia (Guiñazú 2007).
Al menos en ambientes áridos con baja disponibilidad de biomasa apta para forrajeo,
gracias a una alta flexibilidad adaptativa, en general se acepta que los camélidos y,
particularmente, los guanacos adoptan un patrón trófico generalista (entre otros, Puig et al.
1996; Geisa et al. 2018) o bien intermedio (entre otros, Guiñazú 2007; Linares et al. 2010),
sequía, durante las cuales el pastoreo de gramíneas disminuye por una menor oferta natural
embargo, este escenario parece modificarse en pisos altitudinales por encima de los 4000
contradicción con las expectativas, se observó que los guanacos muestran una
alimentación selectiva, con escasas variaciones entre los años húmedos y aquellos con
menor índice de precipitaciones. Una posible causa de este comportamiento, que difiere
4
De todos modos, debemos aclarar que mientras el guanaco es pastoreador y ramoneador, la vicuña
es principalmente pastoreadora y facultativamente ramoneadora. Es decir, si bien ambas especies
poseen una plasticidad trófica notable, las vicuñas hacen un uso menos intensivo de las especies
arbustivas (Borgnia 2008).
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con lo observado en pisos altitudinales más bajos, es la alta necesidad energética
provocada por las bajas temperaturas que se registran en estos ambientes extremos
2.4. Paleoambiente
del primer milenio D.C. existieron en el área condiciones más húmedas y cálidas que las
actuales. Este momento, denominado como Período Húmedo del Holoceno Tardío, se
abruptamente, condiciones áridas, incluso mayores que las actuales. Hacia el 1200-1100
Medieval Cálido (Stine 1998). Este período de aridez se extendería hasta cerca del 800 AP,
cuando comienza un mejoramiento climático paulatino que sería interrumpido hacia el 300
AP por un evento seco y frío, la Pequeña Edad de Hielo (Sampietro y Sayago 1998; Garralla
1999, 2003; Garralla et al. 2001; Sayago et al. 2001; Zinck y Sayago 2001; Sampietro 2002;
Caria y Sayago 2008; Gómez Augier et al. 2008; Caria et al. 2010; Gómez Augier 2017)
(Figura 10).
Resultan de particular interés los estudios paleoclimáticos realizados por Garralla (1999,
2003) en el Abra de El Infiernillo, no sólo por la cercanía con la quebrada de Amaicha, sino
por basarse en evidencias polínicas que han permitido lograr una descripción sobre la
vegetación predominante para el primer milenio D.C. Si bien la autora concluye que a partir
del 2000 ± 50 AP existe un incremento con respecto a momentos previos de hasta 35% en
21
relativa en la zona, el aporte polínico de especies arbóreas (Alnus jorullensis, Celtis sp.,
Fuchsia boliviana y Myrtaceae) habría sido alóctono (del sector de Yungas). En tanto,
dentro de las especies locales parecerían dominar arbustos (como Nassauvia sp. y Mulinum
el 875 ± 20 años AP, se registra un clima más seco, similar al actual, evidente a partir de
Azorella sp. etc.). Aunque esta información no puede extrapolarse directamente a nuestra
área de estudio debido a que El Infiernillo se encuentra en un piso altitudinal más alto que
Amaicha, a 3000 msnm, las evidencias polínicas estudiadas por Garralla son hasta el
momento una de las pocas fuentes a partir de las cuales se ha logrado una caracterización
22
Figura 10. Esquematización de las fluctuaciones climáticas para el valle de Tafí y Abra del
Infiernillo durante el Holoceno Medio y Tardío (tomado y modificado de Gómez Augier 2017).
Strecker (1987) sobre materia orgánica de sedimentos de terrazas del río Santa María en
edáfica del perfil del sitio El Alacrán, en el paraje Encalilla (en la quebrada de Amaicha),
23
entre el 1385 ± 15 AP y 165 ± 15 AP (Gómez Augier y Caria 2012). Sin embargo, esta
tendencia hacia condiciones de mayor aridez parece haberse visto interrumpida por eventos
fríos y húmedos de corta duración. Esto se ha propuesto a partir de una línea de evidencia
barniz de las rocas (VML) de material lítico arqueológico recuperado en un sitio amaicheño,
Planchada La Puntilla. Así, han podido identificarse siete eventos fríos y húmedos a lo largo
del Holoceno, dos de los cuales tuvieron lugar dentro del lapso considerado por la presente
investigación: uno hacia el 1400 AP (WH3) y el otro entre el 1100-900 AP (WH2) (Somonte
Tabla 2. Eventos húmedos y fríos del Holoceno identificados a partir de microlaminaciones del
barniz de las rocas (Somonte y Baied 2013).
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3. MARCO TEÓRICO: CONCEPTUALIZANDO EL FORMATIVO
fue propuesto para el ámbito puneño por Olivera, autor que lo define como:
(...) aquella situación en que el grupo humano posee asentamientos base en los cuales, por lo
menos, parte de sus integrantes permanece un año completo y otros asentamientos a los que se
traslada con periodicidad variable para explotar ciertos recursos imprescindibles para la
subsistencia. El lapso y periodicidad de este traslado, así como la permanencia y/o recurrencia en
los asentamientos temporarios estará en directa relación con la clase de recursos que se desean
obtener y con el tipo de acceso, directo o indirecto, a los mismos (1992: 62).
pasturas para los rebaños y, en menor medida, las actividades de caza y recolección
concepto de sedentarismo dinámico, muy cercano a las propuestas de Murra (1975) para
25
Junto con la aparición de nuevas estrategias económicas, durante el Formativo se da un
utilizándose preferentemente sectores con disponibilidad hídrica aptos para cultivo y con
En gran parte debido a la influencia del modelo sobre los paisajes agrarios del valle de Tafí
homogeneizadora sobre los patrones de asentamiento del primer milenio D.C., definida por
complejidad ocupados por unidades sociales pequeñas, fue asumido como un rasgo común
de los grupos formativos, idea que a su vez contribuyó a pensar en una agricultura de escala
Sin embargo, en los últimos años se ha dado una profunda revisión de los supuestos e
diferentes regiones (entre otros, Olivera 2001; Korstanje 2005; Delfino et al. 2009; Franco
Salvi et al. 2009). Como bien sintetizan Korstanje y colaboradores (2015), numerosos casos
de estudio (en Quebrada de Los Corrales, Laguna Blanca, Ancasti-El Alto, Ambato,
que implica asumir acríticamente los presupuestos de este tipo de modelos. La segregación
26
la implementación de técnicas de control de erosión y fertilización artificial, parecerían
demostrar lo contrario.
sobre los que se ha construido la imagen del fenómeno formativo. Esta concepción parece
gozar de cierta inmunidad ante las revisiones críticas recientes. Sin embargo, más allá de
ejecución de notables obras de infraestructura agrícola (Korstanje et al. 2015), que si bien
trabajo.
Por otro lado, el Tardío, período que iniciaría entre el 1000-1100 AP, suele aceptarse como
conflictos intergrupales. Económicamente, los elementos que han sido postulados como
ecológicos diversificados (entre otros, González y Tarragó 2005; Gómez Augier 2017).
postura teórica adoptada en esta investigación para abordar el fenómeno. En primer lugar,
creemos que este tipo de modelos, acuñados en fases de conocimiento embrionario y que
buscan dar cuenta de procesos generales a nivel macroregional, sólo pueden ser de utilidad
27
si se suprimen las definiciones cronológicas subyacentes y se limitan las pretensiones
explicativas, para hacer foco, en cambio, en variables socioculturales puntuales, como por
ejemplo, la opción productiva planteada por Olivera (1998, 2001) (ver más adelante). Otra
y generar modelos situados, como resulta el caso del Modo de Vida Comunitario
menos a los fines de este trabajo, el Formativo resulta una noción práctica desde una visión
como alusión a sociedades con sistemas económicos mixtos, en las cuales se implementan
Somos conscientes que esta perspectiva abre la puerta a anacronismos ya que sociedades
campesinas modernas podrían ser categorizadas bajo el mismo rótulo (ver Korstanje et al.
28
2015). De todas maneras, insistimos, para la presente investigación consideramos válido
marco adecuado que nos ofrece la posibilidad de definir a las sociedades amaicheñas
2007), hacemos uso del concepto en sentido amplio, dejando de lado las subdivisiones
propuestas por diversos autores (entre otros, González y Pérez 1972; Núñez Regueiro
1974, 1975; Raffino 1990; Núñez Regueiro y Tartusi 2002) y aceptando que de ninguna
dentro de una secuencia de desarrollo unilineal. El lapso temporal utilizado en este trabajo
(el primer milenio D.C.), responde a un simple recorte con fines heurísticos. De hecho,
29
4. ANTECEDENTES REGIONALES: LAS ESTRATEGIAS DE SUBSISTENCIA Y
APROVECHAMIENTO DE RECURSOS EN EL VALLE DE YOCAVIL
Antes de caracterizar el fenómeno formativo para nuestra área de estudio, debemos aclarar
que, si bien el objeto de esta investigación son los grupos que ocuparon la quebrada de
que ha sido generada desde otras líneas de evidencia sobre la subsistencia prehispánica
para el resto del valle de Yocavil. Un razonamiento similar vale para la escala temporal. El
reconocimiento del carácter procesual de los fenómenos sociales nos lleva a defender la
grupos que habitaron Amaicha y Yocavil durante el Tardío y el período de contacto hispano-
indígena. Comprender qué ocurre con la subsistencia de estos grupos más allá del primer
milenio D.C. es un camino ineludible para abordar el estudio del fenómeno formativo.
Habiendo realizado esta breve aclaración, procederemos a repasar el estado actual del
A pesar de ser una de las regiones más intensamente exploradas arqueológicamente del
NOA, hasta el año 1997, los estudios sobre sitios formativos en el valle de Yocavil fueron
Tardío (Tarragó y Scattolin 1999; Scattolin 2000). Recién en las últimas dos décadas, se
sitios y logrando así importantes avances en el conocimiento de los grupos humanos que
habitaron el área durante el momento considerado (ver Scattolin 2001, 2007, 2010) (Tabla
3).
30
# Lab Fechado AP Sitio Bibliografía
Ua 12860 2540 ± 75
Ua 12857 2510 ± 65
Ua 12858 2455 ± 80 Quilmes Muñoz y Stenborg 1999
Ua 12859 2455 ± 75
Ua 12861 2450 ± 60
GX 25169 2170 ± 70
AA-32430 1160 ± 40 Morro Las Espinillas Scattolin 2000, 2003
GX 25168 1140 ± 70
LP1315 1990 ± 80 Pichanal 2 (Fuerte Quemado) Nastri et al. 2009
LP1541 1940 ± 80
Palamarczuk et al. 2007; Álvarez
AA87353 1766 ± 46
Soria 2 (Mesada Andalhuala Banda) Larrain et al. 2009; Spano et al.
AA87352 1762 ± 46
2015; Petrucci et al. 2018
AA87351 1730 ± 46
AA57319 1795 ± 36 Ingenio Arenal Faldas del Cerro Lazzari y Pereyra 2004
A-12775 1795 ± 70
A-12774 1680 ± 80
Antigal - Tesoro Scattolin 2007
AA60784 1615 ± 38
AA53821 1536 ± 25
YU2136 1675 ± 20
Soria 3 (Mesada Andalhuala Banda) Álvarez Larrain et al. 2016
AA99939 / YU2287 1594 ± 22
LP962 1760 ± 100
Izeta y Scattolin 1999; Scattolin et
LP940 1400 ± 40 Bañado Viejo
al. 2001
LP923 1170 ± 40
GX21580 1600 ± 120
GX21581 1560 ± 130
GX21579 1450 ± 120
AA60336 1413 ± 32 Loma Alta Scattolin 2007
GX21577 1365 ± 90
GX21578 1270 ± 95
Beta 65578 1190 ± 70
AA59414 1446 ± 36 Lampacito Scattolin et al. 2005
AA93104 1394 ± 39 Mesada del Agua Salada (Caspichango) Lanzelotti y Spano 2015
Ua 20627 1375 ± 40 El Bañado (La Vaquería) Scattolin et al. 2005
AA60337 1251 ± 31
Tesoro 1 Scattolin 2007
GX21582 1090 ± 115
LP825 1170 ± 70
Morro del Fraile Nastri et al. 2009, 2010, 2012
LP2039 1150 ± 70
LP529 1175 ± 60
LP471 1020 ± 80 Tarragó et al. 1997; Tarragó 2007,
Rincón Chico
LP248 960 ± 60 2011
AC1493 950 ± 130
Ua 2804 1065 ± 70
Pichao Cornell y Johansson 1993
Ua 2802 910 ± 70
Tabla 3. Sitios arqueológicos del valle de Yocavil, pedemonte occidental de Sierras del Aconquija y
los faldeos orientales de la Sierra del Cajón con fechados entre ca. 2500 y 1000 AP. Los sitios
formativos amaicheños se presentan en el Capítulo 5.
En Yocavil, el Formativo comienza alrededor del 2500-3000 AP, cuando aparecen las
31
hayan implementado prácticas productivas muy variables en el corto o mediano plazo
(Belotti López de Medina 2007). De todas maneras, en un proceso paulatino en el que los
supone que va adquiriendo mayor relevancia, logrando un protagonismo central para los
momentos finales del primer milenio de la era cristiana. Esta tendencia de consolidación de
las prácticas agrícolas se manifestaría con cierta claridad hacia el 1500 AP, cuando
nuevas variedades de cultivos con mejores rendimientos (Tarragó 1992, 1999; Tarragó y
Scattolin 1999). De hecho, se ha propuesto una explosión racial para el caso del maíz en
todo el NOA durante la segunda mitad del primer milenio D.C. (Oliszeswki 2012).
Sobre los modos de subsistencia de los grupos formativos, la información generada hasta
sitios adscribibles al Formativo que han proporcionado las principales evidencias sobre los
recursos cárnicos aprovechados son: Soria 2 (Izeta 2007; Palamarczuk et al. 2007; Belotti
López de Medina 2007, 2011; Álvarez Larrain et al. 2009), Bañado Viejo (Izeta y Scattolin
1999; Scattolin et al. 2001), Loma Alta (Izeta y Scattolin 2006; Izeta 2008), Morro del Fraile
(en el pedemonte oriental de Sierra del Cajón) (Nastri et al. 2010, 2012) y Mesada del Agua
Como hemos adelantado, se ha propuesto que tanto para el Formativo como para el Tardío,
existe un claro predominio de Camelidae como el recurso faunístico que más aparece
representado en los contextos arqueológicos del área de Yocavil, siendo los demás taxones
composición taxonómica del registro de sitios como Soria 2 (en el sector meridional del
32
valle), parecería que los camélidos silvestres habrían ocupado un rol más importante que
los domésticos dentro de la economía de los grupos que ocuparon el área (Belotti López de
representados los camélidos silvestres y domésticos y, hacia el final del primer milenio D.C.,
se ha propuesto que pudo ser el resultado de una reducción de la movilidad de los grupos,
competencia con los rebaños, o bien, por el proceso de aridización acontecido en el área
Cardones, un sitio con ocupaciones fechadas entre el 960 ± 70 AP y el 450 ± 90 AP, muestra
ocupado alrededor del 500 AP, muestra un predominio absoluto de los camélidos, cuyos
33
restos representan el 91,2% sobre el total5. Cabe destacar que se ha planteado que la
probable que haya sido un puesto satélite que debió estar subordinado a un centro
poblacional de mayor jerarquía (posiblemente, Los Cardones) (Gómez Augier 2005, 2006,
2017).
Amaicha es mucho menor al de los faunísticos. Aunque parecería indiscutible que los
camélidos ocuparon el rol protagónico, no resulta tan claro qué cultivos fueron dominantes
sitios del área generalmente ha girado en torno al modo de integración con las unidades
Hasta el momento, el material arqueobotánico recuperado en los sitios formativos del área
algarrobo y chañar, y de cultivos como el maíz (Zea mays), quinoa (Chenopodium quinoa)
y poroto común (Phaseolus vulgaris) (Pochettino y Scattolin 1991; Chiappe Sánchez 2007;
aseverar esto de manera concluyente (Tabla 4). Por otro lado, para los grupos formativos
5
La muestra recuperada en el sitio fue de 113 restos óseos, pudiendo realizarse determinaciones
taxonómicas en 106 de los mismos. Entre los restos de camélidos, se han podido identificar como
de Lama glama al 6,8% y como de Vicugna al 2,9% (Gómez Augier 2005).
34
de Amaicha o Yocavil, por el momento, no existen evidencias de producción o consumo de
otros cultivos andinos que aparecen en el área valliserrana del NOA, como por ejemplo, el
zapallo (Cucurbita maxima), maní (Arachis hypogaea), papa común (Solanum tuberosum),
oca (Oxalis tuberosa) y achira (Canna edulis) (ver Oliszewski 2004; Oliszewski y Arreguez
entre los sitios arqueológicos estudiados para el valle de Yocavil, habiéndose registrado en
La raza de maíz más representada en el registro del sitio corresponde a Capia (Zea mays
var. amylacea), hallándose también restos de Chulpi (Zea mays var. amyleasaccharata),
Pisingallo (Zea mays var. oryzaea) y Perla (Zea mays var. microsperma) (Raffaele 2004;
Tarragó 2007; Petrucci et al. 2018). En otro sitio tardío cercano, Rincón Chico 1, además
cactáceas (Trichocereus sp. y Opuntia sp.) y restos de vegetales de hoja (Portulaca sp. y
Polygonum sp.), recursos silvestres sobre los cuales si bien todavía no existen pruebas de
35
Ahora bien, aunque por lo general para el área valliserrana del NOA se suele aceptar al
cultivo de maíz como eje de la agricultura formativa (Oliszewski 2009; Oliszewski y Arreguez
2015), para Yocavil y la quebrada de Amaicha lo cierto es que por ahora no existen
de las regiones aledañas, como el valle de Tafí, donde estudios sobre estructuras
productivas y espacios domésticos del sitio La Bolsa, cuyas ocupaciones se habrían dado
aproximadamente entre el 2000 y 1000 AP, han permitido plantear que el maíz y, en menor
medida, el poroto tarwi, el zapallo y algunos tubérculos, habrían sido los cultivos
predominantes (Berberián y Nielsen 1988; Franco Salvi y Berberián 2011; Franco Salvi
2012; Franco Salvi et al. 2014; Molar 2015). Para la Quebrada de Los Corrales, en el Abra
así como fitolitos registrados en andenes, hacen posible sostener también para el Formativo
un rol protagónico del maíz, cultivo del que se pudo identificar el consumo de 4 variedades:
Pisingallo, Culli (Zea mays var. amylacea), Capia y Morocho Amarillo (Zea mays var.
indurata) (Carrizo et al. 2003; Arreguez y González Díaz 2007; Oliszewski et al. 2008, 2018;
De todos modos, si bien las evidencias arqueológicas de El Infiernillo y el valle de Tafí hacen
que sea difícil cuestionar el protagonismo del maíz durante el Formativo en tales regiones,
del valle Calchaquí salteño (en las localidades de Gualfín, Quebrada Grande y Corralito),
hace un llamado de atención al señalar que para el Tardío o la breve ocupación cuzqueña
necesario de la agricultura prehispánica. De hecho, los grupos que ocuparon los sitios
36
maíz, cuya presencia, en palabras de la investigadora, es escasa o dudosa. Esto último
Por otro lado, ya para el momento de contacto hispano-indígena, en base a las crónicas de
los primeros conquistadores, una vez más se plantea que las economías valliserranas eran
eminentemente agrocéntricas, con una notable producción de maíz, aunque sin por ello
dejar de lado un fuerte apoyo en la recolección de algarroba y chañar (Lorandi 1988). Una
valliserranos de las primeras décadas de la colonia la realiza en 1582 Pedro Sotelo Narváez
(…) yendose por estos valles adelante y gente se da en el balle de calchaquí [incluía al de Yocavil]
(…) tienen maneras de bibir como los del piru an hecho despoblar por fueça de armas a los
Españoles tres bezes y muerto munchos dellos (…)7 Es tierra muy abundante de papas [al margen
izquierdo: Papas turmas de tierra q´ se siembran] quinoa. mays. y frisoles çapallos trigo mayz y
çebada y todas legunbres algarroba y chañar y tienen la puna [al margen derecho: Puna es
paramo] cerca donde tienen gran suma de caça de guanacos bicuñas y tarugas y otras munchas
Por otro lado, en 1696, Hernando de Torreblanca, un misionero jesuita asignado a la misión
6
Aunque somos conscientes de los riesgos de la utilización acrítica de fuentes etnográficas en
arqueología, dejando de lado la tentación de aplicar analogías directas, las consideramos una
herramienta valiosa como fuente de hipótesis a contrastar con el registro arqueológico.
7
Es probable que haga referencia a las fundaciones de Barco II, Córdoba de Calchaquí y San
Clemente de la Nueva Sevilla, todas en las inmediaciones de la actual ciudad de San Carlos, a unos
80 km al norte de Amaicha.
37
en el límite territorial entre los indios quilmes y pacciocas por el control de los algarrobales
(…) Los Indios Quilmes, y demas naciones, un año de crudisima hambre, que perecian, y no tenian
recurso, si no se hacian amigos de los Pacciocas que tenian abundancia, y lo principal, eran
dueños de S. Carlos, endonde habia suma abundancia de algarroba, hicieron las paces, y con esto
se despobablan los pueblos de los enemigos á coger algarroba; y venian con sus mugeres y
chusma, y traian los carneros de la tierra [llamas], sus mantas para costales, y sin cuidado, ni
en un estrecho que hace el rio, y los pobres Quilmes iban á la deshilada sin recelo. Mataron
estancado: quitáronles carneros, ropa y carga (…) (en Piossek Prebisch 1999: 80)
desnaturalizado a muchos grupos valliserranos para ser ocupados por los españoles en la
hacia el valle Calchaquí durante el verano para la recolección de la algarroba, evento que,
El panorama que hemos delineado para el valle de Yocavil y el área valliserrana presenta
un claro contraste con los procesos ocurridos en el ámbito puneño. Para los grupos
38
maneras, el componente pastoril y la caza siguen siendo elementos centrales en las
desarrollo e intensificación generalizada de las prácticas productivas agrícolas (sin que por
ello se haya socavado la importancia de la caza, que incluso parece haberse intensificado),
lo cual habría provocado un patrón de consumo con aportes más equilibrados de recursos
al. 1997-1998; Albeck 2000; Escola 2002; Olivera y Grant 2008; Killian Galván et al. 2016).
39
5. EL CASO DE ESTUDIO: LAS OCUPACIONES HUMANAS DURANTE EL PRIMER
MILENIO D.C. EN AMAICHA DEL VALLE
Para la quebrada de Amaicha, los sitios arqueológicos conocidos que poseen fechados
radiocarbónicos dentro del lapso temporal del primer milenio D.C. son Bajo Los Cardones,
han recuperado restos bioarqueológicos en los sitios Bajo Los Cardones y El Remate, por
asunto aquí tratado. Muestras provenientes de estos dos sitios fueron analizadas
sitio que todavía no cuenta con fechados radiocarbónicos pero que, sin embargo, es posible
El sitio El Divisadero, más allá de que tuvo una ocupación hacia los últimos siglos del lapso
temporal que aquí abordamos, será incluido en nuestra investigación ya que se han
2017). Los mismos nos ofrecen la posibilidad de contrastar la dieta de los grupos del primer
Sin embargo, aclaramos que no hemos trabajado directamente con materiales ni muestras
40
Figura 11. Imagen satelital con la ubicación de los sitios formativos conocidos para la quebrada de Amaicha.
41
5.1. El Remate
Zazos a 2300 msnm datan de 1996, año en el que la Comunidad Indígena de Amaicha del
Valle solicitó la intervención del Instituto de Arqueología y Museo (IAM) en sitios con
del río Amaicha (Figuras 12 y 13) cuyas coordenadas son 26° 35´ S y 66° 55´ O, el sitio se
caracteriza por un patrón arquitectónico que presenta dos sectores diferenciados. El sector
andenes de cultivo asociados a una acequia cubierta (de una longitud de al menos 500 m)
y una posible represa ubicada al pie de un faldeo próximo. En el sector Norte, en cambio,
(Figura 14). Los fechados radiocarbónicos realizados sobre materiales procedentes de uno
de los recintos domésticos excavados en el sector Sur permitirían plantear que el sitio fue,
al menos, ocupado entre el ca. 1200 y 850 AP (Tabla 5) (Aschero y Ribotta 2007).
En la misma unidad en la que se obtuvieron los materiales datados, por debajo del piso de
ocupación más antiguo, se halló una cista que contenía la inhumación de una niña, de entre
Si bien se realizó una datación sobre una costilla de la niña, la escasez de colágeno produjo
que el fechado resultara postmoderno. De todas maneras, según Aschero y Ribotta (2007),
42
con un alto grado de confianza, puede asumirse que el entierro fue llevado a cabo durante
Figura 13. Vista general del emplazamiento de El Remate. En el sector superior de la foto pueden
apreciarse las Cumbres Calchaquíes y en el inferior el río Amaicha. Fotografía cortesía de N.
Chiappe Sánchez.
43
Figura 14. Relevamiento planimétrico de El Remate (dibujo de E. Raúl Zelaya, tomado de Aschero
y Ribotta 2007).
44
En cuanto a las posibles evidencias de consumo, los únicos restos zooarqueológicos
conchas de caracol (Epiphragmaphora sp.). Aunque la incidencia en la dieta debió ser poco
permitirían plantear que los caracoles pudieron haber sido incluidos dentro de los recursos
consumidos por los ocupantes del sitio 8 (Cohen et al. 2000). En lo que a recursos vegetales
Este sitio, ubicado a 2600 msnm en la localidad de Los Cardones, ha sido estudiado
sistemáticamente desde el año 2000 y podría definirse como una base residencial integrada
m de la margen oriental del río Amaicha (Figura 15). Con una extensión espacial de 2 ha,
compuestos, a los cuales por lo general se asocian estructuras monticulares. Los recintos
superior), al cual se adosan otras de menor tamaño. Los recintos se encuentran inmersos
8
De hecho, existen referencias históricas sobre el consumo de este tipo de moluscos en la Sierra de
San Javier, en el sector de selva pedemontana tucumana (Cohen et al. 2000).
45
terrazas, muros de contención y posibles corrales (Pastor y Rivero 2004; Chiappe Sánchez
Los restos óseos analizados isotópicamente fueron recuperados en el año 2007, durante la
el sitio. En ella se encontró una cista en la que se registró un entierro doble, de dos
individuos adultos, denominados Cuerpo 1 (C1) y Cuerpo 2 (C2) según el orden en que se
produjo el hallazgo (Chiappe Sánchez 2007, 2010) (Figura 16). Las dataciones
mismo fechado de 1300 ± 70 años AP (Muestras LP1951 - LP1952 / 686 - 827 AD y 839 -
864 AD, Calibración a 1 sigma con el Programa CALIB 5.0.1) (Somonte 2009).
Entre el material que acompañaba a los cuerpos se registró una punta de obsidiana, una
46
canino de ocelote (Felis pardalis). En el sedimento que rellenaba el interior de la cista así
de chañar, un pequeño marlo de maíz y restos de cebil. Sobre los restos zooarqueológicos,
2010).
Figura 16. Imagen del contexto mortuorio de Bajo Los Cardones (tomada de Chiappe Sánchez
2007).
9
Las placas de dasipódidos no se encuentran alteradas térmicamente, hecho que indicaría que no
se trató de animales que hayan sido consumidos (habitualmente se los cocina sobre el lomo,
quedando así las placas quemadas) (Chiappe Sánchez 2007).
47
5.3. Finca Cruz
Las intervenciones en Finca Cruz (coordenadas 26°36´17’’ S y 65°53’45’’ O), sitio ubicado
a 2060 msnm en la localidad de Los Zazos, fueron realizadas en el año 2014 a partir de
Sr. Roberto Cruz (Figura 17). Así, en las tareas de rescate, se registraron dos cistas
femenino, mientras que en la Cista Este (CE) fueron inhumados al menos dos individuos,
uno masculino y otro de sexo indeterminado (Figura 18). Entre el material que acompañaba
a los cuerpos se halló una pequeña vasija cerrada (tipo jarra), fragmentos cerámicos sin
48
decoración y unos pocos estilo Vaquerías, cuentas de collar, desechos de talla, núcleos de
tanto la presencia de fragmentos cerámicos estilo Vaquerías como la similitud que presenta
la Cista Este con un contexto de entierro datado en 1560 + 25 AP del sitio Puesto Viejo 1
(Quebrada de Los Corrales, El Infiernillo) (ver Oliszewski et al. 2010) nos permiten realizar
llevadas a cabo durante la primera mitad del primer milenio de la era cristiana. Debe
recordarse que, aunque la cronología para Vaquerías se extiende desde el 200 A.C. al 400
49
que aparece este tipo cerámico han arrojado fechados casi sincrónicos, entre el 1800 y
2000 AP. En el sitio Soria 2, por ejemplo, se han identificado fragmentos de este estilo en
1932 ± 35 y 1781 ± 35 AP. En Bordo Marcial, otro sitio cercano, se han encontrado
Tafí, en el montículo de El Mollar, cuyo componente formativo fue fechado entre el 1955 ±
55 y 1880 ± 65 AP, también se han recuperado restos de alfarería de este estilo (ver Bugliani
5.4. El Divisadero
Este sitio (26°36´11” S y 65°50´04” O) localizado a 2600 msnm sobre el pedemonte proximal
corresponde a estilos típicos del primer milenio D.C.: Condorhuasi, Ciénaga, Candelaria y,
posiblemente, Aguada (Gómez Augier y Caria 2012b; Caria 2014; Gómez Augier 2017).
50
Figura 19. Imagen satelital de El Divisadero.
Los fechados obtenidos en este sitio permiten plantear al menos dos ocupaciones. Las
múltiples de al menos 9 individuos sin ningún tipo de asociación artefactual. Los análisis
AP. La otra ocupación, en concordancia con los estilos cerámicos antes mencionados, se
dio durante los últimos siglos del primer milenio D.C., alrededor del 1250 AP. En este caso,
compuestas, entre ellos algunos pocos restos de camélidos (Gómez Augier y Caria 2012b;
51
Contexto
# Laboratorio Años AP Cal. 1σ (DC / AC)
Procedencia
AA104661 4154 ± 48 2858 - 2810 / 2750 - 2723
AA94585 4114 ± 54 2835 - 2816 / 2667 - 2546
Entierro 1
AA104660 4114 ± 50 2848 - 2813 / 2692 - 2689
AA104659 4039 ± 52 2618 - 2608 / 2598 - 2595
AA104663 4038 ± 45 2573 - 2469
AA104662 Entierro 2 3991 ± 42 2563 - 2533 / 2494 - 2431
AA94586 3943 ± 55 2463-2297
AA 94587 1275 ± 43 723 -740 / 770 - 880
Recintos
AA 88060 1239 ± 47 776 - 894
52
6. METODOLOGÍA
de grupos humanos.
Los isótopos son átomos de un mismo elemento químico cuyos núcleos tienen un mismo
protones más neutrones). Dado que la estabilidad nuclear depende de la relación entre
protones y neutrones, existen dos tipos de isótopos: los inestables (o radioactivos) y los
estables. Mientras los primeros sufren un proceso por el cual se desintegran espontánea y
Por otro lado, la diferencia de masa entre dos isótopos permite distinguir entre variables
variables livianas, dado que estas forman enlaces menos energéticos, provocando que se
través del cual se generan diferencias en la composición de una muestra dada con respecto
a la del sustrato de partida, alterando la relación de equilibrio entre ambos tipos isotópicos
53
En la naturaleza, las variantes pesadas de un isótopo aparecen en proporciones
notablemente inferiores a las variantes livianas, siendo posible utilizarlas como elementos
traza y definir así la abundancia isotópica relativa en una cantidad determinada de materia
sencillo determinar la abundancia relativa de dos isótopos que sus abundancias absolutas).
Una vez determinada la abundancia relativa de dos isótopos en una muestra utilizando un
espectrómetro de masas (ver Apartado 7.5.), se comparan los resultados obtenidos con los
Donde R representa la proporción del isótopo pesado con respecto al liviano. El resultado
(δ) se expresa en partes por mil (‰). Si este es negativo, significa que la muestra analizada
momento, se utilizaba como estándar del carbono (13C/12C → δ13C) al PDB (Pee Dee
formación Pee Dee, en Carolina del Sur (Estados Unidos). Sin embargo, debido al
PDB). Para el caso del nitrógeno (15N/14N → δ15N), se utiliza el AIR (el estándar del nitrógeno
atmosférico) o bien el SMOW (Standard Mean Ocean Water) (Craig 1957; Gonfiantini 1978;
generando un sesgo con respecto a las moléculas que contienen a los isótopos más
54
pesados (13C/12C), mecanismo por el cual la planta fija una relación de carbono distinta a la
atmosférica (Ambrose 1993). Sin embargo, este fraccionamiento en δ13C varía en función
de la vía metabólica de la fotosíntesis, la cual puede ser de tres clases: C3 (Ciclo de Calvin-
las especies botánicas, 89% presenta metabolismo fotosintético de tipo C3 y 10% tipo CAM.
(incluyendo los árboles), herbáceas de estación fría y arbustos son C3, mientras que buena
Las diferencias en el fraccionamiento isotópico provocan que las plantas C4 fijen el carbono
con valores medios entre -12‰ a -14‰, pudiendo variar dentro del rango -9‰ a -21‰. La
6‰ a -28‰, siendo sus ratios variables entre -22‰ a -38‰ (O´Leary 1981, 1988; Tieszen
1991). Las CAM combinan una fotosíntesis tipo C3 durante el día y una C4 durante la fase
nocturna, pudiendo presentar dispersiones cercanas a uno u otro tipo de plantas o bien
valores intermedios (Vogel 1993). Las plantas con metabolismo CAM constitutivo (es decir,
estrés) suelen presentar valores δ13C similares a las C4, mientras que aquellas de
metabolismo CAM facultativo (que también pueden fijar CO2 como una C3) presentan
10
Por esto último, si bien la representatividad de las especies C4 dentro del total de especies botánicas es
bajísima, ella aumenta notoriamente en las regiones áridas, lo que de todos modos no implica que
necesariamente presenten una mayor distribución o cobertura que las especies C3 en este tipo de ambientes.
55
En tanto, durante la vida de cualquier animal, los componentes químicos que éste procesa
a través de la digestión son incorporados a sus huesos y demás tejidos corporales. Así,
Por otro lado, distintos tejidos del hueso reflejan diferentes componentes de la dieta. La
composición isotópica del colágeno, la parte orgánica del hueso, refleja fundamentalmente
la porción proteica de la dieta. El 20% del colágeno óseo se constituye por aminoácidos
esenciales, moléculas que no pueden ser sintetizadas por el propio organismo, mientras
participar las grasas y carbohidratos (Sillen et al. 1989). Sin embargo, resulta
disponibles en la dieta, hecho que explicaría la incidencia de las proteínas sobre los valores
isotópicos del colágeno (Jim et al. 2004). Lo dicho implica que en los valores de δ13C del
alimentos con bajos contenidos proteicos (como la mayor parte de los vegetales). De este
modo, los valores de δ13Ccol obtenidos en humanos, por lo general, representan una
evidencia indirecta de la dieta de los animales consumidos11. Por otro lado, la composición
de la porción mineral del hueso, la hidroxiapatita, está condicionada por la dieta total. Por
lo tanto, los valores de δ13C (δ13Cap) dependerán de las proteínas, carbohidratos y lípidos
11
La excepción a esto se da cuando existen dietas con niveles de consumo cárnico extremadamente
bajos. En tales casos, la composición química del colágeno puede verse afectada por los recursos
no-proteicos aprovechados (Schwarcz 2000). Además, no debería dejar de considerarse que
muchos recursos vegetales del mundo andino tienen contenidos de proteínas relativamente altos.
Por ejemplo, según la variedad, los granos de quinoa poseen entre un 9% y 15% de proteínas (la
media resulta de 12,69%) (González et al. 2015) e incluyen una buena proporción de aminoácidos
esenciales (como isoleucina, leucina, lisina, metionina, etc.) (Koziol 1992; Repo-Carrasco 2003;
Reyes Montaño 2006). En tanto, el contenido proteico de la harina de algarroba es 13,88% y 8,16%
para el caso de la harina de chañar (Charpentier 1998).
56
consumidos (Ambrose y Norr 1993; Tykot 2004, 2006). Ello se debe a que la formación del
dietas con contenidos proteicos extremos, ya sean altos o bajos), entre la media de los
recursos aprovechados como fuente de proteínas y los valores de δ 13Ccol, para humanos,
O´Connell et al. 2012)12. En el caso del espaciamiento entre la dieta y los valores de δ 13Cap,
variables entre +8‰ y +14‰ (ver, por ejemplo, Harrison y Katzenberg 2003), para humanos
et al. 1989; Ambrose y Norr 1993; Jim et al. 2004; Hedges et al. 2005). Una de las causas
principio, a mayor producción de este gas, mayor será el fraccionamiento (Passey et al.
2005).
Además, se ha planteado que el valor absoluto del espaciamiento entre los valores
isotópicos obtenidos sobre colágeno y apatita puede utilizarse para inferir la incidencia en
la dieta de las proteínas en relación con los carbohidratos y lípidos: a menor ∆ δ13Ccol-ap,
12
La incertidumbre deviene del hecho de que este fraccionamiento ha sido bien documentado en
herbívoros y carnívoros (Schoeninger y DeNiro 1984; Sealy et al. 1987) pero no así en humanos, por
las dificultades experimentales que ello conlleva.
57
7‰ -11‰ reflejarían lo contrario, una dieta basada en recursos vegetales; y espaciamientos
(Ambrose y Knorr 1993; Ambrose et al. 1997; Tykot 2004, 2006; Finucane et al. 2006). Sin
embargo, esto ha sido cuestionado por Kellner y Schoeninger (2007), quienes argumentan
en la composición de δ13C de las proteínas consumidas con respecto a la del resto de los
nutrientes. Esto implica que si los valores absolutos del espaciamiento apatita-colágeno
caen fuera del rango indicado, se produciría un sesgo que subestimaría los macronutrientes
El 14N y 15N son los dos isótopos estables del nitrógeno. La transferencia de este elemento
organismos ubicados en las raíces de las plantas fijadoras, que convierten el nitrógeno
atmosférico inorgánico (N2) en formas aprovechables por las plantas: iones de nitrato o
amonio (Pidwirny 2004). Este proceso conlleva un fraccionamiento en 15N muy bajo, por lo
que las plantas fijadoras tienen valores isotópicos prácticamente iguales a los de la
atmósfera. El resto de las plantas (que son la mayoría), en cambio, absorben el nitrógeno
de los compuestos disponibles en el suelo, los cuales son generados a partir de la materia
lluvia, etc.) (Schoeninger y DeNiro 1984). La media de δ15N para las plantas fijadoras resulta
58
de +1‰ (con un rango típico de -2‰ a +2‰), mientras que para las no fijadoras es de +3‰
lípidos, para los animales y humanos, el valor δ15N refleja, al igual que δ13Ccol, la
composición isotópica de las fuentes de recursos proteicos (Ambrose et al. 1997). Mientras
que en los herbívoros los valores de δ15N presentan un fraccionamiento de +3‰ - +4‰
(pudiendo llegar hasta +5‰) con respecto a la media isotópica de la plantas consumidas,
enriquecimiento en los valores de nitrógeno por cada salto de nivel trófico (Hedges y
Establecer si existieron diferencias entre la dieta infantil, juvenil y aquella de los últimos
años de vida de un individuo es posible ya que los valores isotópicos de los huesos son el
resultado de los recursos consumidos durante los últimos años de vida, mientras que la
composición de las distintas secciones de los dientes son el reflejo de la dieta durante la
13
Si bien se ha propuesto que herbívoros sometidos a constante estrés hídrico pueden presentar
valores notoriamente enriquecidos debido a mayores tasas de eliminación de urea (Sillen et al. 1989),
actualmente existen dudas sobre hasta qué punto los niveles de δ15N están condicionados por
factores fisiológicos, ya que el enriquecimiento bien puede responder a la incorporación en la dieta
de plantas con valores altos de δ15N, lo cual es característico de ambientes áridos debido a la
composición química de los suelos típicos (Hedges y Reynard 2007).
59
formación de los mismos. Esto se explica debido a que la mayor parte del colágeno óseo
terceros molares de los cuerpos recuperados en dos de los sitios tratados (Bajo Los
formación de la raíz comienza una vez que la corona ha sido completamente desarrollada
mineralización de las cúspides). Por ello, la composición isotópica de la corona del primer
molar refleja la dieta de los primeros 2 o 3 años de vida del individuo, mientras que su raíz
permite inferir los patrones de consumo entre los 2,5-3 y los 9-10 años. En cambio,
transcurrido entre el inicio de la calcificación, hecho que se produce a los 7-9 años, y el
momento en que termina su desarrollo, a los 12-16 años. En tanto, la composición isotópica
de la raíz del tercer molar es el reflejo de la dieta entre los 12-16 y los 18-25 años (para
más detalle sobre la maduración de la dentición ver Nelson 2014) (Tabla 7 y 8).
14
Sin embargo, la remodelación del colágeno puede variar según el tipo y parte del hueso, pudiendo
oscilar en el rango de los 5 y 20 años. Por ejemplo, los huesos sometidos a fricción mecánica, como
la mandíbula, se remodelan antes que los huesos del cráneo (Hedges et al. 2007).
60
Figura 20. Dentadura humana. 1). Incisivo Central, 2) Incisivo Lateral, 3). Canino, 4) Primer
Premolar, 5) Segundo Premolar, 6) Primer Molar, 7) Segundo Molar, 8) Tercer Molar. Imagen
tomada de Nelson 2014.
Dentición Permanente
ETAPA M1 M3
Calcificación Inicial 0 7a9
AÑOS
Tabla 7. Etapas de maduración del primer y tercer molar (datos tomados de Nelson 2014).
Corona Raíz
Primer
0 a 3 años 3 a 10 años
Molar
Tercer 7 a 16 a 16 a 25
Molar años años
Tabla 8. Rangos etarios para la maduración de cada una secciones del primer y tercer molar (datos
tomados de Nelson 2014).
Por último, antes de cerrar este apartado, debemos aclarar que como resultado del efecto
del nivel trófico, durante la lactancia, período que suele extenderse hasta los 18 meses
61
enriquecidos con respecto a los de su madre. Luego, a medida que se incorporan alimentos
1,2 ± 0,4‰, mientras que para el δ15N resulta de 3,2 ± 0,8‰ (Fuller et al. 2003). Este asunto
valores de aquellas piezas dentales cuya formación se inicia durante los primeros años de
vida.
Entre las variables ambientales que inciden en el fraccionamiento isotópico del carbono se
estrés osmótico (asociado a suelos muy salinos) y variaciones en las concentraciones del
δ13C atmosférico (Tieszen 1991; Heaton 1999; Tessone 2010). Sobre este último punto,
destacar que debido a la combustión de combustibles fósiles, los valores atmosféricos han
fenómeno, denominado efecto Suess, hace necesario que los resultados que se obtengan
sobre muestras actuales que vayan a ser utilizados para realizar inferencias sobre grupos
preindustriales deban ser sometidos a una corrección de dicha desviación (+1,5‰) (Pate
1994).
15
Este fenómeno se manifiesta en ambientes boscosos y selváticos, densos y cerrados, donde
existen restricciones físicas para la libre combinación de las liberaciones de CO 2 empobrecido que
se produce a través de la respiración vegetal con el CO 2 atmosférico (van der Merwe y Medina 1989,
1991).
62
Para el caso del nitrógeno, se espera que a mayor aridez, mayores sean también los valores
de δ15N. Ello se debe a que los suelos salinos (o salino-sódicos), típicos de zonas áridas,
(Sillen et al. 1989; Pate 1994; Codron et al. 2005; Hartman 2011). El efecto contrario
Salminci, este fenómeno puede resultar significativo en cultivos sometidos a riego, práctica
tenerse en cuenta que la salinidad (y sodicidad) puede ser el resultado también, justamente,
de prácticas de regadío. Ello puede deberse a la utilización de aguas con altos contenidos
temperaturas, fuerte irradiación solar). Otra fuente de variabilidad que genera valores
natural (Killian Galván 2015). Ello se debe a que el guano posee elevados valores de δ 15N
Tanto para el carbono como nitrógeno, especialmente para las plantas C3, existen
diferencias en los ratios isotópicos entre los diferentes componentes bioquímicos de las
células de las plantas (lípidos, lignina, celulosa, etc.) así como entre sus diferentes tejidos
(raíces, hojas, tallos, semillas, etc.). Además, no debe dejar de considerarse que plantas
de una misma especie, que ocupan un mismo parche ecológico, pueden presentar distintos
valores isotópicos debido a diferencias genéticas dentro de una población y/o cambios
63
desarrollo. Estas diferencias intraespecíficas generalmente son de entre 0,8‰ y 1,5‰,
La existencia de las fuentes de variabilidad antes consideradas provoca que sea necesario
establecer la ecología isotópica específica del área de estudio, para lograr así un marco de
interpretación preciso que permita una correcta lectura de los resultados obtenidos en
muestras humanas (ver, entre otros, Ambrose y DeNiro 1986; Post 2002). Es por ello que
La señal isotópica del colágeno de los huesos y la dentina es pasible de alteraciones post
mortem debido a los remanentes originados por degradación diagenética (por la acción de
húmicas que facilitan la incorporación de iones de carbono del medio circundante. Aunque
la hidroxiapatita del hueso es más inerte gracias a su menor contenido orgánico, mayor
densidad y mayor tamaño relativo de los cristales que conforman su estructura, todavía es
La apatita del esmalte, en cambio, es mucho más estable y relativamente inmune a estos
procesos ya que presenta una menor porosidad gracias a una cristalinidad mayor que la
apatita de los huesos (Elliott 1994). Lo indicado precedentemente obliga someter a las
64
Más allá de esto, los resultados serán confiables siempre y cuando la muestra conserve
una proporción atómica C:N típica, la cual es utilizada como uno de los principales
ser descartadas las muestras cuya relación atómica C:N se encuentre fuera de la gama
del colágeno y la hidroxiapatita. Para ello, las muestras son pesadas antes y después de
someterlas a los tratamientos químicos necesarios. La relación entre el peso inicial y el peso
final de las muestras permite conocer el rendimiento de cada fracción. En el caso del
considerar los resultados como válidos (valores más bajos complican la remoción de
contaminantes) (Van Klinken 1999). Aunque no se han definido valores críticos, para
65
7. SELECCIÓN Y TRATAMIENTO DE LAS MUESTRAS
tratamientos químicos a los que las mismas fueron sometidas para su procesamiento con
Geología Isotópica (INGEIS / UBA - CONICET), describiendo, por último, la manera en que
enviadas para ser analizadas en el INGEIS (Tabla 9). Para la selección de las muestras
óseas, en una primera instancia, se hizo un reconocimiento general de los cuerpos de los
individuos recuperados en los contextos funerarios de Bajo Los Cardones (2) y El Remate
(1) (todavía no se había realizado el rescate en Finca Cruz). De cada uno de los tres
el mejor estado de conservación relativo, evitando usar aquellas áreas que pudieran brindar
extrajo el primer y tercer molar de cada cuerpo16. Se seleccionaron estas piezas dentales
primeras décadas de vida de un individuo. Los molares de los individuos de Bajo Los
16
El reconocimiento e identificación de las piezas dentarias fue realizado con la colaboración del Dr.
Edmundo Raúl González, Profesor Titular de la Cátedra de Anatomía General y Dentaria de la
Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Tucumán.
66
Cardones y El Remate fueron luego seccionados en dos, raíz y corona, para así obtener
más precisiones sobre posibles variaciones en las dietas de los individuos analizados.
Luego de enviar esta primera tanda de muestras, desde el INGEIS se nos solicitó un
segundo muestreo de fragmentos óseos de los cuerpos por problemas con el instrumental
técnico del laboratorio para la extracción de hidroxiapatita. Después de enviar esta nueva
tanda de muestras óseas, pudo lograrse una determinación sobre hidroxiapatita para la
muestra original del Cuerpo 1 de Bajo Los Cardones, motivo por el cual presentaremos dos
Una tercera tanda de muestras humanas fue enviada al INGEIS luego del hallazgo de los
tres entierros en Finca Cruz, aplicando los mismos criterios para la selección de las mismas.
De todos modos, por razones presupuestarias, en esta ocasión se decidió realizar los
análisis sobre las piezas dentales completas, sin seccionar la raíz y corona de los molares,
como se hizo en las muestras de los otros dos sitios. En tanto, tampoco se obtuvieron
67
Sitio Individuo Sexo Edad Años AP Detalle Muestra Cant.
Fragmento Óseo 2
Molar 3 - Corona 1
C1 Masculino 30 a 45 Molar 3 - Raíz 1
Molar 1 - Corona 1
Molar 1 - Raíz 1
Bajo Los Cardones 1300 ± 70
Fragmento Óseo 2
Molar 3 - Corona 1
C2 Masculino 23 a 29 Molar 3 - Raíz 1
Molar 1 - Corona 1
Molar 1 - Raíz 1
Fragmento Óseo 2
El Remate - Femenino 5a7 ca. 1180 Molar 1 - Corona 1
Molar 1 - Raíz 1
CO Masculino 20 a 35 Fragmento Óseo 1
Molar 1 1
CEC1 Femenino 20 a 35 Molar 3 1
Finca Cruz ca. 2000 - 1500
Fragmento Óseo 1
Molar 1 1
CEC2 Masculino 20 a 35
Fragmento Óseo 1
evitaron huesos sometidos a la acción del fuego dado que, aunque luego de la combustión
se conserva la apatita, experimentalmente ha sido demostrado que las fracciones del hueso
17
Lo mismo es válido para restos botánicos.
68
La muestra escogida del primer sitio correspondió a un fragmento de mandíbula de Lama
glama que se encontró asociado estratigráficamente a material que ya había sido fechado
también de Lama glama proveniente del mismo montículo que contenía la cista en la que
fueron enterrados los dos individuos. Por otro lado, se efectuó una salida de campo al área
de Cumbres Calchaquíes con el fin de obtener muestras de camélidos silvestres. Así, a una
Un fragmento óseo de cada uno de estos animales fue analizado isotópicamente (Tabla
10).
con chacras en la zona de Encalilla y Los Zazos que nos proporcionaran especímenes de
aquellos cultivos andinos que manejasen en forma tradicional, sin uso de agroquímicos,
para evitar así distorsiones artificiales en los valores isotópicos de nitrógeno. De tal manera,
69
En cuanto a los recursos vegetales silvestres, en agosto del 2014, se efectuó una salida de
campo para obtener muestras de especies aptas para consumo humano, o bien, con
potencial forrajero para camélidos. Las especies silvestres fueron obtenidas de tres sitios
la variabilidad ecológica de los biomas que existen dentro del área de estudio: la estepa
arbustiva, parches de vega o pajonal y los pequeños bosques. Dentro del ámbito definido
(2700 msnm). Otro muestreo fue realizado en una vega (2400 msnm) en las márgenes del
río Amaicha. El paraje de Encalilla (1950 msnm), con pequeñas concentraciones de taxones
excesivamente leñosos o muy espinosos). Los ejemplares obtenidos se dejaron secar por
De ciertas especies se decidió realizar más de un análisis isotópico para así ponderar la
los casos se escogieron las secciones aprovechables de la planta, ya sea para consumo
70
algarroba, se decidió analizar la pulpa de las vainas excluyendo a las semillas por su
Área de Parte
Taxa Nombre Vulgar Cantidad
Procedencia Anatómica
Tabla 11. Detalle de los recursos vegetales modernos, silvestres y domésticos, analizados
isotópicamente en esta investigación.
Dado que no fue posible abarcar todo el espectro de plantas, ya sea domésticas o silvestres,
con valor alimenticio para humanos o potencial forrajero para camélidos, en la discusión de
Calchaquíes que ha sido obtenida a partir de revisiones bibliográficas. Con este trabajo
18
De todas maneras, diversos estudios etnobotánicos sugieren que las semillas, debido al alto costo
de procesamiento que implica molerlas, no suelen utilizarse para la elaboración de harina, siendo
separadas de la misma mediante tamizado junto con el afrechillo (desecho de cáscara y fibras)
(Figueroa y Dantas 2006; Llano et al. 2012).
71
sentaremos una base sobre la ecología isotópica de nuestra área de estudio, la cual sería
7.4. Procesamiento
fue realizado en el INGEIS. Mientras que para la medición de las muestras vegetales fue
suficiente con su lavado ultrasónico, secado y molienda, para el caso del colágeno e
hidroxiapatita se siguió el protocolo propuesto por Tykot (2004) y expuesto por Tessone
En primer lugar, las muestras óseas fueron sometidas a limpieza mecánica utilizando un
pequeño torno a fin de eliminar la corteza exterior del hueso y su tejido esponjoso (por su
mayor susceptibilidad a retener partículas contaminantes del medio). Luego, las muestras
repetido en tres ocasiones, cambiando el agua en cada una de ellas. A continuación, con
posteriormente, se les aplicó durante 24 horas una solución de hidróxido de sodio para
eliminar los contaminantes exógenos (sustancias húmicas y/o carbonatos provenientes del
medio edáfico).
Para la extracción del colágeno, las muestras óseas y dentarias fueron desmineralizadas
utilizando durante 72 horas una solución de ácido clorhídrico (HCl) al 2%, renovando la
19
Mientras que para la extracción del colágeno resulta suficiente la fragmentación del hueso, para separar la
hidroxiapatita es necesario proceder a su molienda y tamizado, para así obtener la sección fina.
72
solución cada 24 horas. Este ácido solubiliza el fosfato cálcico y los carbonatos, logrando
así la separación de la fracción orgánica de la inorgánica. Una vez realizado este proceso,
Finalmente, para su secado, se introdujo a las muestras en una estufa a una temperatura
menor a 60°C.
concentró, con una máquina centrífuga, la fracción limpia, la cual fue luego secada en una
carbonatados procedentes del entorno depositacional, las muestras fueron atacadas con
Para realizar la medición de las relaciones isotópicas de una muestra, esta es volatilizada
con calor en forma de moléculas de H2, CO2, N2 o SO2. Este gas es introducido a un sistema
al vacío, en paralelo con un gas de referencia o patrón interno (calibrado según los
estándares V-PDB para carbono y AIR para nitrógeno). Este gas es bombardeado por un
haz de electrones para formar iones, que luego son conducidos por un gas de arrastre
(helio) a través de un tubo acelerador con un campo magnético. Este campo generado por
imanes, divide el haz en función de sus masas moleculares. De esta manera, se desvían
iónico ubicados al final del tubo acelerador. Las abundancias isotópicas se obtienen en
73
función de las intensidades relativas de los haces producidos por los gases de la muestra
Las determinaciones isotópicas de δ13C y δ15N sobre colágeno óseo y vegetales fueron
elemental Carlo Erba EA110, utilizando una interfaz ConFlo IV. Para el análisis de la
hidroxiapatita se utilizó un espectrómetro Delta S Finnigan Mat Triple Colector. Con este
instrumental, el error analítico resulta de ±0,2‰ para los valores de δ13Ccol y δ15N y de ±
0,1‰ para δ13Cap (para más detalles ver Tessone 2010 o Killian Galván 2015).
74
8. RESULTADOS
Habiendo detallado las técnicas de muestreo y los procedimientos químicos para los
a la luz de los cuales discutiremos las hipótesis planteadas sobre la dieta y estrategias de
otros casos en los que tampoco pudo extraerse suficiente colágeno, como las muestras
óseas de C2 de Bajo Los Cardones, y de CEC1 y CEC2 de Finca Cruz, al menos lograron
realizarse determinaciones de δ13C y δ15N sobre piezas dentarias. Por otro lado, como ya
hemos aclarado, debido a problemas técnicos del instrumental del INGEIS al momento de
75
d13Ccol ‰ d13Cap ‰ d15N ‰
AIE Sitio de Cronología ID Rango
Sexo Detalle Muestra vs V-PDB vs V-PDB vs AIR C/N
Nº Procedencia (AP) Individuo Etario
(± 0,2) ( ±0,1) (± 0,2)
29806 / 30517 Fragmento de mandíbula -11,5 -7,0 7,7 3,4
33480 Fragmento óseo no identificado - -7,3 - -
29810 Molar 3 - Corona -11,5 - 7,7 3,3
C1 M 30 - 45
29811 Molar 3 - Raíz -10,8 - 8,1 3,3
29799 Molar 1 - Corona -12,6 - 8,3 3,2
29805 Bajo Los Molar 1 - Raíz -11,3 - 7,1 3,3
1300 ± 70
29118 Cardones Fragmento de cráneo Sin colágeno - Sin colágeno -
33478 Fragmento óseo no identificado - -5,4 - -
29801 Molar 3 - Corona -13,3 - 8,0 3,3
C2 M 23 - 29
29802 Molar 3 - Raíz -11,3 - 8,2 3,3
29803 Molar 1 - Corona -12,4 - 8,7 3,3
29804 Molar 1 - Raíz -12,9 - 7,0 3,3
29809 Fragmento óseo no identificado -9,9 - 7,5 3,4
33479 Fragmento óseo no identificado - - - -
El Remate ca. 1180 ± 40 - F 5- 7
29807 Molar 1 - Corona -9,7 - 8,5 3,3
29808 Molar 1 - Raíz -9,4 - 8,4 3,3
36136 CO M 20 - 35 Fragmento de cráneo Sin colágeno - Sin colágeno -
36137 Molar 1 -15,9 - 8,3 3,2
36138 CEC1 F 20 - 35 Molar 3 -12,2 - 8,5 3,2
Finca Cruz ca. 2000-1500
36139 Fragmento de cráneo Sin colágeno - Sin colágeno -
36140 Molar 1 -14,0 - 8,4 3,2
CEC2 M 20 - 35
36141 Fragmento de mandíbula Sin colágeno - Sin colágeno -
Tabla 12. Determinaciones isotópicas sobre restos óseos y piezas dentarias humanas.
76
Figura 21. Dispersión gráfica de los resultados de δ13Ccol y δ15N obtenidos en muestras humanas.
La media estadística para δ13Ccol del conjunto de los resultados (n = 15) es de -11,91‰. La
desviación estándar (DE) es baja, de tan solo 1,66‰. El valor isotópico más bajo (-15,9‰)
fue obtenido del primer molar de uno de los individuos de Finca Cruz mientras que el más
positivo (-9,4‰) corresponde a la raíz del primer molar de la niña de El Remate. En el caso
DE aún más baja: 0,5‰. Tanto el valor máximo (8,7‰) como el mínimo (7,0‰) resultaron,
77
Si los resultados se agrupan y promedian por individuos, la media de δ13C baja levemente
a -12,36‰, con una DE de 1,84‰. De tal modo, la media de δ15N resulta de 8,14‰ y la DE
de 0,26‰. La mediana de los resultados obtenidos para δ13Ccol y δ15N es igual o se acerca
notablemente a la media, lo cual nos indica que los datos tienen una distribución simétrica
(Tabla 13).
Tabla 13. Valores estadísticos de los resultados utilizando la media de los valores para aquellos
individuos con más 2 o más determinaciones.
Por otro lado, si debido a las distorsiones que puede provocar la leche materna en las
señales isotópicas excluimos los valores obtenidos sobre la corona de los primeros molares
o de dicha pieza dental completa (para los individuos de Finca Cruz), la media de δ15N para
cada individuo varía ligeramente, empobreciéndose muy levemente, a 7,82‰ Para δ13Ccol,
enriquecimiento al dejar de lado aquellas muestras cuya composición pudo ser afectada
por la lactancia. La media aumenta en casi 1‰, hecho que, de todos modos, se explica
fundamentalmente por no incluir el resultado de δ13Ccol, obtenido sobre CEC2 de Finca Cruz
(Tabla 14).
78
Individuo d13Ccol ‰ d15N ‰
BLC-C1 -11,3 7,6
BLC-C2 -12,5 7,7
ER -9,6 7,5
FC-CO - -
FC-CEC1 -12,2 8,5
FC-CEC2 - -
Media -11,4 7,82
Mediana -11,75 7,65
Rango 2,9 1
DE 1,3 0,46
Tabla 14. Datos isotópicos de δ15N agrupados por individuo sin incluir los resultados sobre
muestras de la corona del primer molar. Para los individuos de Finca Cruz se dejó de lado los
resultados sobre tal pieza dental completa.
De las 4 muestras óseas de camélidos enviadas a analizar, una (AIE 36124) arrojó una
primaria, motivo por el cual debe ser descartada (Tabla 15). El valor máximo de δ13C resultó
Bajo Los Cardones. El valor más bajo fue de -21,8‰ y se obtuvo sobre restos de Lama
sólo se cuenta con una determinación, de uno de los dos guanacos recuperados en
79
El valor de δ15N máximo y mínimo fue registrado, respectivamente, sobre los ejemplares de
Lama glama de El Remate (6,4‰) y Bajo Los Cardones (3,3‰). La media fue de 4,9‰ para
d13Ccol ‰
d13Ccol ‰ d N‰
15
vs V-PDB
AIE N° Procedencia Taxa Años AP vs V-PDB vs AIR C/N
Corr.
(± 0,2) (± 0,2)
(± 0,2)
29798 Bajo Los Cardones Lama glama ca. 1300 -11,7 - 3,3 3,3
29800 El Remate Lama glama ca. 1180-900 -14,0 - 6,4 3,4
36124 Cumbres Calchaquíes Lama guanicoe Actual -25,4 -23,9 4,8 4,5
36125 Cumbres Calchaquíes Lama guanicoe Actual -21,8 -20,3 3,8 3,3
Tabla 15. Determinaciones isotópicas realizadas sobre camélidos arqueológicos y modernos del
área de estudio.
metabolismo C3 y 2 de tipo C4 (Zea mays y Paspalum sp.). Los resultados también fueron
corregidos, sumándoles 1,5‰, a fin de eliminar la desviación provocada por el efecto Suess.
80
d13C ‰ vs d13C ‰ vs
Muestra Parte δ15N ‰ vs
Procedencia Taxa Nombre Vulgar Metabolismo V-PDB ± V-PDB
AIE Nº Anatómica AIR ± 0.2
0.2 Corr. ± 0.2
Tabla 16. Determinaciones isotópicas sobre recursos vegetales modernos de la quebrada de Amaicha.
81
Figura 22. Gráfico de dispersión de los resultados sobre δ 13C y δ15N sobre muestras vegetales
modernas. Se aplicó la corrección por el efecto de Suess para los valores de δ13C.
82
δ13C ‰ δ 15N ‰ Cantidad de
Parte
Procedencia Taxa Nombre Vulgar Metabolismo vs V-PDB vs AIR Muestras
Anatómica
Corr. ± 0.2 ± 0.2 Analizadas
Vega Cortaderia sp. Cortadera C3 Hojas -24,56 1,7 3
Gochnatia glutinosa Jarilillo C3 Tallos y Hojas -27,6 5,2 1
Acacia caven Churqui C3 Fruto -24 -0,8 1
Baccharis salicifolia Chilca C3 Tallos y Hojas -27,1 1,6 1
Los Cardones
Geoffroea decorticans Chañar C3 Fruto -26,1 4,4 1
Paspalum sp. Pasto C4 Hojas -14,7 0,7 1
Senecio rudbeckiaefolius Maicha C3 Tallos y Hojas -26,1 2,7 1
Prosopis nigra Algarrobo negro C3 Vaina (pulpa) -23,05 1,65 2
Encalilla Prosopis alba Algarrobo blanco C3 Vaina (pulpa) -23,8 2,3 1
Zea mays Maíz C4 Grano -10,6 5,9 4
Los Zazos Chenopodium quinoa Quinoa C3 Grano -24,8 5,06 3
Tabla 17. Resultados isotópicos agrupados para especies con más de una determinación.
Es pertinente destacar que en los resultados obtenidos sobre las muestras de maíz de
Encalilla se observa una marcada homogeneidad en los valores de δ13C (media = -10,6‰;
r = 1,2‰; DE = 0,53‰), pero no así para los valores de δ15N que presentan una distribución
con una variabilidad llamativa a pesar de proceder de una misma chacra (media = 5,92‰;
Colorado con un valor de δ15N 3,2‰. El registro de tal variabilidad en δ15N merece nuestra
atención, motivo por el cual discutiremos los factores que pueden dar cuenta de ello en el
próximo capítulo.
La otra especie para la cual se analizó más de una muestra fue la quinoa (n = 3), cultivo
que para δ13C arrojó una media de -24,8‰ (r = 1,5‰; DE = 0,79‰) y 5,06‰ (r = 0,6‰; DE
= 0,32‰) para δ15N, siendo entonces el recurso en el que se obtuvo menor dispersión de
los resultados.
Ahora bien, con respeto a los valores de δ13C (corregidos) de las especies silvestres, la
pulpa de las vainas de los 3 especímenes de algarrobo arrojaron una media de -23,3‰ (r
83
= 1,9‰; DE = 1,04‰) y de 1,87‰ en δ15N (r = 0,7‰; DE = 0,38‰), valor coherente para
δ15N (4,4‰).
Por último, la cortadera fue la única gramínea con potencial forrajero de la cual se analizó
homogeneidad en el caso del δ15N (media = 1,7‰; r = 0,8‰; DE = 0,43‰) pero un rango
de dispersión amplio para δ13C (media = -24,57‰; r = 5,1‰; DE = 2,84‰). Esto último es
llamativo ya que las muestras proceden de un mismo parche ecológico. Tal dispersión es
causada por el valor registrado en una de las tres muestras (AIE 36119), que si bien puede
presentan una media para δ15N de 5,6‰ mientras que las muestras de especies silvestres
Por otro lado, la media isotópica de los valores de δ 13C obtenidos sobre los recursos C3
muestreados con potencial alimenticio para humanos (chañar, algarrobo blanco, algarrobo
valor que se corresponde con la media obtenida sobre granos de maíz, el único recurso con
84
de aquellos recursos con más de una determinación, se obtiene una media de -21,2‰ para
humana, en el caso del nitrógeno, la media resultó de 4,3‰, agrupando también los datos
d13C ‰ δ 15N ‰
Taxa vs V-DPB vs AIR
Corr. ± 0.2 ± 0.2
Geoffroea decorticans -26,1 4,4
Prosopis spp. -23,3 1,87
Zea mays -10,6 5,9
Chenopodium quinoa -24,8 5,06
Media -21,2 4,3
Tabla 18. Media para especies vegetales aptas para consumo humano.
85
Humanos Camélidos Domésticos Camélidos Silvestres Cultivos Vegetales Silvestres
10
-2
-30 -27 -24 -21 -18 -15 -12 -9 -6 -3 0
Figura 23. Dispersión gráfica de todos los resultados obtenidos en esta investigación agrupados por clase. Las muestras actuales se incluyen
aplicando la corrección necesaria por el efecto de Suess.
86
9. DISCUSIÓN
referencia para nuestros planteos ulteriores. Nos concentraremos luego en las estrategias
obtenidos sobre muestras humanas, procurando definir el aporte relativo de distintas clases
de recursos a la dieta de los grupos amaicheños formativos y las tendencias que pueden
La quebrada de Amaicha resulta un escenario dominado por plantas arbustivas C3. Con
una menor distribución relativa, aparecen también pequeños bosques de especies C3,
de metabolismo CAM en los sectores de ladera (Tabla 19). Ahora bien, si hacemos foco en
la productividad natural de las especies silvestres de los diferentes entornos vegetales que
vegas. Mientras que absolutamente todas las especies arbóreas cuyos frutos pueden ser
aprovechados por herbívoros (o humanos) son C3, las vegas presentan una configuración
isotópica mixta, gracias a una mayor distribución de especies herbáceas de la familia de las
87
De todas maneras, la estepa arbustiva, dominantemente C3 (y en menor medida CAM), no
especialmente en los meses de septiembre y octubre (los más secos del año), momento en
el cual aumenta la incidencia general del ramoneo en su dieta. Éstos animales suelen
consumir frutos de cactáceas así como tallos tiernos, hojas y frutos de leñosas que, gracias
Por otro lado, la altiplanicie del sector austral de Cumbres Calchaquíes presenta un
especies C4 en pisos altitudinales por encima de los 4000 msnm parece responder a la falta
de adaptación de este tipo de plantas a las bajas temperaturas (Tieszen et al. 1979). Esta
situación ha sido observada también en otras regiones áridas de Argentina, como por
ejemplo, el sur mendocino (Llano 2009) o la puna seca jujeña (Fernández y Panarello 1999-
88
Media
Parche Vía
Taxa Nombre Vulgar d13C ‰ Bibliografía
Ecológico Metabólica
Corr.
Tabla 19. Patrón fotosintético y composición isotópica de las plantas silvestres de mayor
distribución en la quebrada de Amaicha
89
Parche Vía
Taxa Nombre Vulgar Bibliografía
Ecológico Metabólica
Tabla 20. Patrón fotosintético de las plantas silvestres de mayor distribución en la altiplanicie
austral de Cumbres Calchaquíes.
probablemente desde el 2500 AP hasta los últimos siglos del primer milenio de la era
cristiana imperaron condiciones más húmedas y cálidas que las actuales en el área
valliserrana del NOA (Strecker 1987; Gómez Augier y Caria 2012), las cuales se vieron
interrumpidas por eventos fríos y húmedos (Somonte y Baied 2013). Más allá de los
particularmente, de los pastizales (C3/C4) y bosques (C3) (Perea 1991; Sayago et al. 2012),
90
actual configuración botánica del fondo de cuenca y laderas adyacentes. Así, el hecho de
que la distribución moderna de ciertas especies resulte relictual, nos obliga a preguntarnos
Una primera consideración es que, dado que los pastizales son el parche ecológico con
retroceso en su distribución natural socavaría el peso relativo de los recursos con tal vía
metabólica con respecto a las especies C3. Sin embargo, esto podría descartarse si se
considera que la configuración fotosintética de los pastizales es mixta, lo cual conlleva que
desaparición de especímenes arbóreos, todos de fotosíntesis C3, bien pudo implicar una
merma relevante en la proporción de la cobertura botánica de las especies con dicho patrón
metabólico. En segundo lugar, debemos tener en cuenta que la principal ventaja adaptativa
de las plantas C4 es su tolerancia al estrés osmótico que provocan los suelos salinos
gracias a una fisiología con una mayor eficiencia en la fotorespiración y menores tasas de
pérdida de agua por unidad de materia producida (Prado et al. 2010, 2017). Si además
aceptamos que una mayor humedad atmosférica fue el denominador común del escenario
salinidad. Por lo tanto, es posible plantear que la ecodistribución de las plantas C4 debe ser
91
En definitiva, si bien sería pertinente realizar análisis polínicos en perfiles sedimentarios de
nuestra área de estudio haciendo foco en este problema, existen elementos que nos
permiten inferir que para el lapso temporal abordado tuvo lugar un contexto paleoecológico
especies C4. Es posible, por ende, defender una mayor representatividad, en términos
Por otro lado, ya hemos indicado que el posible panorama isotópico agroecológico resulta
dominado también por especies C3. A esta vía fotosintética corresponden cultivos como la
quinoa (δ13C -10,6‰), zapallo, poroto, maní y los tubérculos. Las excepciones resultan el
maíz (δ13C -24,8‰) y amaranto. De los resultados obtenidos sobre cultivos, es destacable
la baja variabilidad de los valores de δ13C, tanto para el maíz como la quinoa. Como ya
experimental sobre los rendimientos y productividad de dicho cultivo que fue llevada a cabo
en Encalilla por González y colaboradores (2011, 2014) (Figura 24). En dicha investigación
se registró una media para δ13C de -26,17‰ o, si aplicamos la corrección debido al efecto
de Suess, de -24,67‰ (nuestra media fue de -24,8‰). La desviación estándar, al igual que
para nuestras muestras, resultó baja: 0,64‰, hecho que nos lleva a plantear que las
fraccionamiento propio de cada sección de la planta tienen una baja incidencia sobre las
señales de carbono.
92
Figura 24. Discriminación isotópica de δ13C en hojas de distintas variedades de quinoa cultivadas
experimentalmente en Encalilla. Resultados no corregidos por efecto Suess (tomado de González
et al. 2011).
cultivos del conjunto y se agrupan los resultados para aquellas especies con más de una
empobrecido en comparación con otras regiones del NOA, hecho que se condice con la
menor altitud y mayor humedad relativa de nuestra región. Por ejemplo, estudios sobre la
ecología isotópica de la Puna Seca jujeña realizados por Samec (2014) en pisos
altitudinales variables entre los 3650 y 4040 msnm han arrojado medias de δ 15N para
Además, debe destacarse el hecho de que las medias de δ15N tanto para el maíz como
para la quinoa presentaron valores más enriquecidos que la mayor parte de las especies
93
silvestres (la única excepción es Gochnatia glutinosa). Como ya indicamos, la media para
los cultivos resulta de 5,6‰ mientras que para las especies silvestres es de 2,04‰. Esta
situación se explicaría por la existencia de suelos más desarrollados (con mayor contenido
Por otro lado, es importante señalar también que la variabilidad más alta de δ 15N entre las
una misma chacra, presentaron una DE igual a 2,02‰. En tanto, si bien es cierto que en el
rango de las señales de δ15N fue nada menos que de 11,53‰, con un valor máximo de
6,03‰ para la variedad Amilda y un mínimo de -5,5‰ para la variedad Samaranti (Figura
25)20.
20
Lamentablemente, otros valores estadísticos no pueden ser calculados ya que el resto de los
resultados no fueron explicitados más que con el gráfico que aquí incluimos (Figura 25).
94
Figura 25. Gráfico con los valores isotópicos de δ15N en hojas de distintas variedades quinoa
cultivadas en Encalilla (tomado de González et al. 2011)
Más allá de que es probable que se registren variaciones entre distintas secciones de la
planta (motivo por el cual carece de sentido agrupar los resultados obtenidos sobre hojas
con los nuestros sobre granos), el problema que nos plantean los datos de González es
bajo condiciones controladas de riego (250 mm por ciclo). A pesar de todo el esfuerzo
variabilidad tan alta, nos lleva a preguntarnos si no es válido cuestionar hasta qué punto los
95
análisis isotópicos actualísticos sobre δ 15N pueden ser representativos para investigaciones
muestras sobre tallos y granos de maíz analizados por Killian Galván y Salminci (2014) en
Siendo la media de 5,01‰, el valor máximo resultó de 9,4‰ y el mínimo de -1,1‰ (la DE
fue de 3,48‰). Aún más llamativo resulta si se ponderan de manera aislada las 4
mediciones realizadas sobre muestras del predio Las Juntas, las cuales arrojaron una
media de δ15N de -0,1‰. Otro caso similar fue registrado por Killian Galván y colaboradores
Todo esto nos infunde cierto pesimismo metodológico sobre la posibilidad de integrar
actualísticos podría ser similar a aquella que tuvo lugar en el pasado, esta premisa siempre
será débil, a menos que se logre determinar el modo en que las variaciones ambientales
detallado sobre las prácticas agrícolas implementadas por los grupos prehispánicos a los
que pertenecieron los individuos cuya paleodieta se analice. Si bien esto no es imposible,
21
Debe recordarse que analizar isotópicamente ejemplares arqueobotánicos no es una solución, ya
que más allá de la baja conservación de restos vegetales en nuestra región, dicha práctica es
desaconsejada por las alternaciones diagenéticas de las señales isotópicas primitivas (DeNiro y
Hastorf 1985).
96
ambos son objetivos complejos, que por lo general no son alcanzados por las
Por el momento, contamos con dos determinaciones isotópicas sobre guanacos que
ocuparon el área de Cumbres Calchaquíes. Más allá de que una de nuestras muestras no
arrojó una proporción C:N aceptable, los dos casos son una confirmación de que C3 es el
nuestros resultados de δ13C son coherentes con la mayor parte de las determinaciones
Patagonia y la Pampa Húmeda, las cuales arrojaron una media de los valores de δ13Ccol de
-20,4‰. Tan sólo en 3 casos se registraron valores entre -16,4‰ y -14,7‰, siendo posible
según los autores que se haya tratado de animales sometidos a alguna clase de cautiverio.
A diferencia de las señales obtenidas sobre guanacos, los análisis sobre camélidos
con una incidencia notable de recursos C4 (media = -12,8‰), lo cual conlleva a pensar que
primeros faldeos del pedemonte occidental de Cumbres Calchaquíes, las únicas áreas
milenio D.C. la presión antrópica había desplazado a los herbívoros silvestres de mayor
porte al área de Cumbres Calchaquíes, es posible plantear que la caza de animales como
los guanacos, vicuñas o tarucas constituyó una actividad que proveyó fuentes de proteínas
C3. Sobre los valores de δ15N, se destaca un empobrecimiento general para los 3 resultados
97
obtenidos en comparación con los datos propios de otras regiones del NOA, como la Puna
Seca (entre otros, ver Samec 2014), hecho que debe ser considerado al momento de
carga de la quebrada de Amaicha hace que sea necesaria la conducción de la mayor parte
de los rebaños (de cabras y ovejas) hacia pisos altitudinales con mejores pasturas, donde
los animales permanecen durante todo o la mayor parte del ciclo anual. Adris (2014, 2016)
época estival, para luego, cuando ocurren las primeras nevadas (en marzo-abril),
trasladarse a los faldeos superiores de la vertiente oriental, donde los pastores y sus
rebaños permanecen durante los 8 o 9 meses que dura la estación seca. En las bases
residenciales donde habita la mayor parte del grupo familiar y a las que los pastores
inmediaciones.
La autora antes citada plantea que evidencias de arte rupestre (con representaciones de
aunque es difícil realizar precisiones cronológicas ya que por el momento no se han datado
representaciones guías conocidas, sería posible realizar una cronología relativa en base a
98
las graduaciones del patinado de los grabados, lo que permitiría plantear un uso recurrente
del espacio desde momentos previos al Formativo22. Sobre los primeros faldeos de la
prehispánica, siendo por ende una hipótesis difícil de contrastar por el momento (Adris
2016).
De todas maneras, insistimos en que durante el primer milenio D.C. la distribución botánica
dominante debió ofrecer una mayor productividad en términos de biomasa vegetal que la
del presente. Entonces, ¿hasta qué punto esta forma de manejo pastoril puede proyectarse
observadas por Adris (2014, 2016) para pastores amaicheños actuales posiblemente sean
Amaicha y restricciones territoriales que son fruto del régimen de la propiedad privada. Otra
posibilidad es que este sistema de manejo se haya implementado durante el Tardío, debido
a un aumento del tamaño de los rebaños, hecho que podría correlacionarse con una mayor
llama proveniente de la colección de Bajo Los Cardones (-11,7‰) indica una dieta con un
considerable aporte de recursos C4. De acuerdo a los umbrales isotópicos propuestos para
22
Se plantea que una asignación temporal tentativa podría realizarse a partir de las similitudes en
los grabados registrados con aquellos del sitio formativo El Divisadero (Adris com. pers. 2015).
99
camélidos por Fernández y Panarello (1999-2001)23, los recursos C4 habrían representado
2/3 de la dieta. En el caso del camélido doméstico de El Remate (δ13Ccol -14‰), la dieta
habría sido relativamente equilibrada, con aportes similares de ambas clases de plantas.
una dieta dominada totalmente por recursos C3 (ver Tabla 21) 24.
d13Ccol ‰
AIE N° Procedencia Taxa Años AP d13Ccol ‰ % C3 % C4
Corr.
29798 Bajo Los Cardones Lama glama ca. 1300 -11,7 - 39,31 60,69
29800 El Remate Lama glama ca. 1180-900 -14,0 - 55,17 44,83
36125 Cumbres Calchaquíes Lama guanicoe Actual -21,8 -20,3 98,62 1,38
Tabla 21. Porcentajes relativos de consumo de vegetales C3/C4 para los camélidos analizados calculados de
acuerdo al modelo de Fernández y Panarello (1999-2001).
Aunque tenemos en cuenta que se nos podría objetar que debido a la baja cantidad de
glama nos lleva a plantear que durante el Formativo los animales domésticos fueron
23
Según estos autores, considerando la corrección por el efecto Suess, un valor de δCcol -20,5‰
representaría una dieta con aportes exclusivos de recursos C3. El caso contrario, una dieta
monoisotópica C4, arrojaría un δ13Ccol de -6‰. Para una dieta mixta el valor δ13Ccol resultaría de -
14,5‰. Para calcular el porcentaje del aporte de cada clase de plantas en la dieta se aplican las
siguientes fórmulas: │%C3│ = (Ccol x – 6) / 14,5 y │%C4│ = (Ccol x – 20,5) / 14,5.
24
Es pertinente señalar que se han obtenido valores isotópicos de 2 muestras de camélidos
recuperadas en El Divisadero con dataciones relativamente sincrónicas a las de Bajo Los Cardones
y El Remate. Las muestras datadas en 1239 ± 47 AP y 1275 ± 43 AP arrojaron, respectivamente,
un δ13C de -17,5‰ (AA88060) y -19,6‰ (AA94587) (Gómez Augier y Caria 2012b). Aunque por las
firmas isotópicas registradas creemos que es muy posible que se trate de guanacos,
lamentablemente, el nivel de identificación taxonómico de los restos es vago (a nivel familia), hecho
que nos impide discutir dichos resultados para la problemática de las estrategias de subsistencia.
25
Por ejemplo, Brandström y colaboradores (1979), en función de casos de estudio de pastores
modernos en el Este de África, identifican tres estrategias pastoriles posibles: a) Unilocal: todo el
rebaño se mantiene en las inmediaciones de las bases residenciales; b) Bilocal: estacionalmente el
rebaño es unilocal y el resto del año se implementan estrategias de pastoreo nómade con mayor
rango de movilidad; y c) Multilocal: parte del rebaño es unilocal mientras otros animales son
alimentados en otro lugar todo el año (este modelo ha sido discutido para el valle de Amabato, ver
Dantas et al. 2011).
100
alimentados en el fondo de quebrada, en las inmediaciones de las bases residenciales. Tal
ecológico que debió ser explotado para la caza (de guanacos, vicuñas o tarucas), o que
bien pudo ser un área de tránsito en el marco de un circuito caravanero hacia la vertiente
oriental26, los análisis de isótopos estables con los que por ahora contamos sugieren que
en tiempos prehispánicos no se utilizó a Cumbres Calchaquíes como una zona buffer ante
Por otro lado, habiendo propuesto que los camélidos debieron alimentarse en el fondo de
pudieron ser cultivos aprovechados como forraje? ¿Se puede considerar a nuestros
camélidos domésticos recuperados en sitios del valle de Ambato (un área con una
distribución equilibrada de plantas C3/C4 en los tres pisos ecológicos que la conforman),
proponen que aquellos animales que presentan valores enriquecidos acusarían una
26
Esto ha sido abordado por Caria y colaboradores (2009) a partir del estudio de las fuentes y
distribución de recursos líticos (obsidiana).
101
con “una alimentación controlada en base a maíz” (2015: 96). En tanto, los animales con
valores empobrecidos o intermedios, con dietas con mayores aportes de recursos C3,
según la cual existe una inversión del excedente agrícola en rebaños, parecería confirmada
Además, la alta presencia de materia orgánica en los perfiles pedológicos de las terrazas
se explicaría por el aporte de guano de animales a los que, después de la cosecha, se los
alimenta en las parcelas con rastrojos de cultivos (Figueroa 2008, 2012)27. De esta manera,
significativo de maíz puede ser esbozada para nuestros casos de estudio, especialmente
para el camélido doméstico de Bajo Los Cardones. Aunque los valores obtenidos sobre
continuaría siendo válida si se tiene en cuenta la estrategia trófica generalista (en ciertos
27
Explicaciones similares sobre valores de δ13C enriquecidos han sido esbozadas por distintos
autores (ver, por ejemplo, Fernández y Panarello 1999-2001; Finucane et al. 2006; Izeta et al. 2009;
Mengoni 2010).
102
siendo muy poco probable entonces que casualmente desarrollaran una fuerte
del área.
deba presumir un pastoreo con mayores rangos de movilidad y menor control artificial de la
dieta para aquellos camélidos domésticos con valores isotópicos intermedios (como
esta posibilidad, sostenemos que debe considerarse otra situación que también podría dar
cuenta de los mismos resultados. A camélidos con una dieta con un alto control antrópico,
además de maíz, bien se les pudo suministrar recursos silvestres C3, como frutos de
especies arbóreas debió ser mucho mayor a la que se registra en la actualidad, no sólo en
y colaboradores (2016), por ejemplo, han remarcado el potencial y valor nutricional para
alimentación animal de los residuos de quinoa que quedan después de la cosecha, así
como del afrecho (cáscara que se genera luego de procesar el grano), destacando que en
la zona de Amaicha la cosecha de este cultivo se produce en los meses de mayo o junio,
Así, valores muy bajos de δ13C bien podrían ser el resultado de una dieta dirigida con
103
de maíz y otros recursos C3. Si bien no podemos demostrar que a los rebaños formativos
se les suministró especies silvestres C3, al menos podemos afirmar que carece de sentido,
para el marco de la lógica mutualista propuesta, que los animales sean alimentados en
parcelas de maíz y se restringa su acceso a los terrenos con restos de cultivos de otras
contrastantes.
Si bien hemos explicado que en casos de bajos consumos cárnicos los vegetales pueden
tener alguna incidencia, en la mayor parte de los casos, el colágeno del hueso es sintetizado
se acepta que aquellos resultados de δ13Ccol mayores a -14‰ pueden ser considerados
como el reflejo de dietas con un aporte significativo de fuentes proteicas C4, resultados de
entre -14‰ y -17‰ evidenciarían dietas mixtas y valores menores a -17‰ indicarían dietas
con fuentes de proteínas fundamentalmente C3 (Pate 1994; Hard et al. 1996; Coltrain y
Leavitt 2002). Dietas monoisotópicas C4 provocarían valores de δ 13Ccol entre -7,5‰ y -4‰,
valores cercanos a -22‰ (Pate 1994: 191). La media de los resultados de δ13Ccol obtenidos
sobre las muestras de los individuos de Bajo Los Cardones (-11,5‰ y -12,5‰) y,
especialmente, El Remate (-9,7‰), indican entonces una dieta con una fuente de proteínas
de patrón C4, lo cual resulta coherente con los datos isotópicos que arrojaron los ejemplares
104
Ahora bien, dado que las especies C4 se encuentran casi ausentes en el área de Cumbres
se condicen con dietas con aportes significativos de proteínas obtenidas mediante la caza
conjunto arqueofaunístico de Bajo Los Cardones. En segundo lugar, esto también refuerza
nuestro cuestionamiento sobre el postulado de que los grupos amaicheños condujeron sus
logística. Insistimos en que el fondo de quebrada fue el único sector de nuestra área de
estudio donde las plantas C4 estuvieron representadas, concretamente por pasturas (que
debieron tener una mayor cobertura en el pasado), algunas especies arbustivas y por
A diferencia de lo que sucede con los individuos de Bajo Los Cardones y El Remate,
aquellos de Finca Cruz, con un δ13Ccol de -14‰ y -14,1‰, habrían consumido, en cambio,
nuestros planteos anteriores, siempre y cuando la cronología relativa que hemos propuesto
para los contextos de entierro del sitio sea válida, pensamos que este consumo alto (en
términos relativos) de proteínas C3 podría explicarse si durante los primeros siglos del
primer milenio D.C. hubo un mayor aprovechamiento de animales silvestres y que luego
pastoralismo.
Ahora bien, ¿qué información se desprende de los valores obtenidos sobre hidroxiapatita?
105
incluidos en la dieta. Sin embargo, como ya hemos explicado, esto ha sido dejado de lado
demostraron que dicho espaciamiento sólo es útil para ponderar el aporte de vegetales y
Por el momento, contamos únicamente con resultados sobre hidroxiapatita para los
individuos de Bajo Los Cardones. Las muestras de fragmentos óseos del Cuerpo 1
permitieron obtener dos determinaciones, siendo la media entre ambas de -7,15‰. El único
resultado sobre colágeno obtenido sobre dicho individuo fue de -11,5‰, resultando
Para el C1, los resultados obtenidos sobre colágeno nos indicaban que las fuentes de
un ∆ δ13Ccol-ap de 4,35‰ nos indica que las fuentes de energía poseyeron una media
cambio, que la incidencia en la dieta total de los recursos C4 aumenta al considerar los
dicho patrón fotosintético al discutir los resultados sobre colágeno para el C2 (-12,5‰), lo
cierto es que no se aleja demasiado del umbral superior de lo que podría considerarse una
dieta mixta (-14‰). Un ∆ δ13Ccol-ap de 7,1‰ nos indica que al incluir las fuentes de energía
Que la fracción proteica de la dieta resulte más negativa que la del resto de los nutrientes
nos permite plantear entonces que el consumo de maíz o amaranto (las únicas plantas de
106
durante el formativo en el área valliserrana del NOA) fue dominante en la vida del individuo,
de regresión propuesto por Kellner y Schoeninger (2007) para estimar los patrones
Figura 26. Ubicación de las señales isotópicas de los individuos de Bajo Los Cardones en relación
con las líneas de regresión proteicas del modelo de Kellner y Schoeninger (2007).
28
Dado que las líneas de regresión de Kellner y Schoeninger (2007) han sido propuestas en base a
observaciones realizadas en animales modernos sometidos a situaciones experimentales, para
aplicar este modelo a casos arqueológicos debe realizarse la corrección correspondiente por el
efecto de Suess.
107
individuo no superó el 2‰. La excepción es el individuo femenino de la Cista Este de Finca
Cruz, en cuyo caso se observa una diferencia absoluta de 3,7‰ entre los valores del primer
enriquecimiento que produce la lactancia, tal diferencia implica que la mujer tuvo una dieta
con un consumo de proteínas mixtas durante los primeros 10 años de su vida mientras que
en su juventud modificó sus patrones alimenticios, incluyendo fuentes con mayor incidencia
de recursos C4. Lamentablemente, no podemos precisar la dieta durante sus últimos años
de vida dado que no contamos con resultados sobre hueso debido a la falta de colágeno
de la muestra escogida.
Por otro lado, es pertinente hacer algunos comentarios sobre la niña de El Remate. Si bien
reconocemos que los valores isotópicos obtenidos sobre la corona de su primer molar
observar el valor que registra en la raíz de la pieza dental en cuestión nos permitiría
sostener el planteo realizado con anterioridad sobre una dieta con una fuerte base de
de leche materna. Si el valor isotópico de la corona del primer molar se vio afectado por el
mismo tiempo, tenemos en cuenta que prácticamente no se registran variaciones entre las
distintas secciones de la pieza dental mencionada, es posible plantear entonces que la niña
momento en que esta la amamantaba. ¿Los alimentos derivados del maíz pudieron
entonces tener un rol más destacado durante la infancia que en la vida adulta? Si bien este
parecería ser el caso de la niña de El Remate, lo mismo no se verifica al analizar los casos
de Bajo Los Cardones y, de hecho, recién hemos indicado lo contrario para la mujer de la
108
CE de Finca Cruz. Por ello, debería descartarse la existencia de un patrón que apuntale la
hipótesis planteada.
en surco a mitad de sus premolares y molares, es decir, una patología conocida como
hipoplasia del esmalte (Aschero y Ribotta 2007). En la mayoría de los casos, la hipoplasia
inmunológico (ver, por ejemplo, Novellino y Gil 2007). Dado que la visibilidad de la
puede afirmarse que la niña sufrió la condición que produjo la patología por un tiempo
relativamente prolongado. En base a ello nos preguntamos, si la niña sufrió algún tipo de
reconocible?
La respuesta parecería ser negativa al considerar los valores de nitrógeno ya que los
mismos se ubican dentro de la distribución normal del conjunto (ver próximo apartado). En
cambio, los valores de δ13Ccol fueron los más enriquecidos de los individuos analizados. Si
bien es sugerente considerar que las deficiencias nutricionales son habituales en grupos
con altos aportes de carbohidratos del maíz (Killian Galván 2016: 92), sin embargo,
estrictamente, al no contar con datos sobre hidroxiapatita, sólo podemos afirmar que las
fuentes de proteínas fueron dominantemente C4. ¿Tal vez un bajo consumo cárnico y un
109
las evidencias de un solo caso resultarían débiles para postular una correlación entre tal
enriquecimiento y las deficiencias nutricionales que la niña debió padecer, por lo que por el
momento nos limitaremos a plantear una posibilidad que sería interesante explorar en un
futuro.
Los valores obtenidos de δ15N mostraron una homogeneidad notable: con una media de
8,14‰, el rango fue de tan sólo 0,6‰ y se registró una desviación estándar de 0,23‰.
Como hemos explicado, en humanos, el nitrógeno del colágeno óseo deriva de las fuentes
enriquecimiento típico de 3-4‰ entre la señal isotópica y la dieta. Aunque la firma isotópica
nitratos y amonio (salinidad) en los perfiles pedológicos, situación que ha obligado a dejar
de lado modelos lineales que correlacionan directamente el δ 15N con el consumo cárnico.
sobre muestras humanas de la región puneña, que suelen presentar medias entre los 13‰
- 14‰ (ver, por ejemplo, Pérez y Killian Galván 2011; Killian Galván y Samec 2013). Esta
situación, sin embargo, creemos que no se debe a un consumo cárnico moderado o bajo
sino a una mayor humedad relativa del área vallista con respecto a la región puneña.
Nuestros datos obtenidos sobre muestras humanas son coherentes con la media obtenida
110
- 4‰ que se produce en cada salto trófico, hecho que parece confirmar la segunda
interpretación29.
Por otro lado, debe destacarse que los valores mínimos y máximos sobre δ 15N (7‰ y 8,7‰
respectivamente) fueron obtenidos en una misma pieza dentaria, en la raíz y corona del
primer molar del C2 de Bajo Los Cardones. Aunque podría pensarse que esto implica
cambios en los patrones de consumo proteico, es muy probable que ese espaciamiento de
1,7‰ en el δ15N de la dentina del primer molar tenga su origen en el consumo de leche
C1 de Bajo Los Cardones (∆ δ15N = 1,2‰). El único caso en que esto no se manifiesta es
en el caso de El Remate, lo cual se explicaría por la corta edad a la que falleció la niña.
De todas maneras, los resultados de Bajo Los Cardones también muestran que los valores
con la corona de esa pieza dentaria sino también con respecto a las señales isotópicas del
concretamente los recursos implicados, esto podría indicar que los individuos de Bajo Los
Cardones, durante sus primeros 10 años de vida, tuvieron dietas con fuentes proteicas
su vida adulta. Una posible explicación para esta situación es que haya existido un menor
aporte cárnico en la dieta durante la infancia, hecho que pudo provocar que ciertos recursos
29
Sin embargo, el hecho de haber analizado las muestras de solo 2 camélidos nos hace ponderar
con cautela la media obtenida, especialmente si se tiene en cuenta que existió un rango de 3,1‰
entre ambas.
111
vegetales tengan algún tipo de incidencia en la síntesis de aminoácidos, disminuyendo así
contextos de otros sitios del valle de Yocavil y se incluyen aquellas con fechados asignables
al período Arcaico y Tardío (Tabla 22), se observa una clara tendencia en la que aumenta
colágeno. Mientras la media para los casos del Arcaico resulta de -17,8‰ (n = 7), la de los
30
Debe mencionarse que estudios isotópicos sobre seis individuos que habitaron Tolombón durante
el segundo milenio D.C. (fechados contextualmente entre el ca. 720 y 350 AP) han sido realizados
por Gheggi y Williams (2013), registrándose valores isotópicos de entre -9,9‰ y -9,03‰ en el caso
del δ13Ccol, y entre 11,7‰ y 3,2‰ en el caso de δ15N. Más allá de que no se han realizado fechados
radiocarbónicos directos sobre los cuerpos, se ha decidido no incluir dichos resultados dentro de los
casos considerados dado que la mayor parte de dichas determinaciones (5/6) arrojaron proporciones
atómicas C:N fuera del rango normal.
112
Cod. Lab. Sitio Años AP d13Ccol ‰ d13Cap ‰ d15N ‰ Bibliografía
Tabla 22. Resultados isotópicos obtenidos sobre muestras humanas recuperadas en la quebrada de Amaicha y otros sitios del valle de Yocavil.
Nótese que para los casos muestreados en la presente investigación se han agrupado los resultados de las múltiples determinaciones realizadas,
utilizándose en esta tabla la media de dichos valores.
113
Figura 27. Gráfico con la dispersión temporal de las señales isotópicas de δ 13Ccol para el área de
Amaicha y otros sitios del valle de Yocavil. Los casos de Finca Cruz se ubicaron gráficamente en el
1750 AP, es decir, a la mitad del rango temporal que hemos asumido tentativamente para estos
entierros (2000-1500 AP).
Aunque todavía no se cuentan prácticamente con resultados sobre hidroxiapatita que nos
permitan diferenciar con claridad entre el consumo directo o indirecto de recursos C4, aun
una alimentación artificial, la conclusión sería la misma: esta tendencia temporal que se
registra en los valores de δ 13Ccol nos indica un progresivo aumento de la importancia del
maíz en la dieta de las poblaciones amaicheñas a lo largo del primer milenio D.C. y una
31
Esto es contrastante con el rol secundario del maíz durante el Tardío para otras áreas valliserranas
(ver Korstanje 2015) o para la Puna (ver Killian Galván et al. 2016).
114
Cantidad de Desviación
Lapso Temporal Media ‰ Mediana ‰ Rango ‰
Muestras Estándar ‰
Tabla 23. Medidas estadísticas de los resultados isotópicos obtenidos en muestras humanas
recuperadas en sitios arqueológicos de la quebrada de Amaicha y valle de Yocavil.
Figura 28. Diagrama de caja para los resultados de muestras datadas entre el 4500-2500 AP.
115
Figura 29. Diagrama de caja para los resultados de muestras datadas entre el 2500-1000 AP.
116
Figura 30. Diagrama de caja para los resultados de muestras datadas entre el 1000-500 AP.
117
Figura 31. Gráfico comparativo de los diagramas de caja de los valores isotópicos obtenidos para
Amaicha y Yocavil.
En el caso del nitrógeno, la cantidad de datos disponibles para el valle de Yocavil todavía
es escasa para discutir tendencias temporales. Sin embargo, parecería que existe una
homogeneidad relativa entre los valores obtenidos para la mayor parte de los individuos
analizados (Figura 32). El rango entre el valor mínimo (del C1 de Bajo Los Cardones) y el
máximo (del individuo de la Quebrada de Shiquimil, del sitio Entre Ríos), resulta de tan solo
118
Figura 32. Gráfico con la dispersión temporal de las señales isotópicas de δ15N para el área de
Amaicha y valle de Yocavil. Una vez más, los casos de Finca Cruz se ubicaron gráficamente en el
1750 AP.
Por otro lado, es interesante observar qué sucede en áreas vecinas a nuestra región de
isotópicos han sido obtenidos sobre restos humanos recuperados en sitios del sector
del área valliserrana con el ámbito puneño)32. Mientras los casos más tempranos muestran
registrar dietas más equilibradas, aunque más moderadas en cuanto al aporte de recursos
C4 si se comparan con los sitios de Yocavil cuyas evidencias hemos considerado en este
32
La Quebrada se encuentra a aproximadamente 55 km en línea recta del sitio Finca Cruz.
119
apartado. En tanto, el caso del sitio Campo de Los Indios (en el fondo de valle), con una
asignación cronológica para el siglo XIV, muestra ya una dieta con un consumo proteico
Tabla 24. Resultados isotópicos obtenidos sobre muestras humanas recuperadas en regiones
vecinas al valle de Yocavil.
-25
-20
-15
-10
δ13 Ccol
-5
0
4000 3500 3000 2500 2000 1500 1000 500 0
Años AP
Figura 33. Gráfico con la dispersión temporal de las señales isotópicas de δ 13Ccol para el área de El
Cajón.
proteicos C3 para casos que cubren el rango temporal del 3800 - 1500 AP (Tabla 24 y
120
Figura 34). De hecho, el caso de Puesto Viejo 1 de mediados del primer milenio D.C.
(Oliszeswki et al. 2010) muestra un notable espaciamiento δ13Ccol-ap (11,7‰), lo que nos
indica una dieta con fuentes de proteínas C3 y fuentes de energía marcadamente C4, es
decir, una estrategia de subsistencia contrastante a la que fue implementada por los
ocupantes de los sitios de Amaicha y Yocavil. Así, teniendo en cuenta la ausencia de micro
del individuo tuvo un alto componente de maíz, cultivo del cual existen numerosas
evidencias en el sitio. Si bien las fuentes de energía coinciden con lo observado para los
casos de Bajo Los Cardones (sitio que se encuentra a una distancia lineal de tan solo 6
km), los recursos proteicos aprovechados fueron isotópicamente diferentes, motivo por el
tales grupos según los lineamientos que hemos discutido con anterioridad en esta tesina.
-25,0
-20,0
-15,0
δ13Ccol
-10,0
-5,0
0,0
4000 3500 3000 2500 2000 1500 1000 500 0
Años AP
Figura 34. Gráfico con la dispersión temporal de las señales isotópicas de δ 13Ccol para el área de El
Infiernillo.
121
Considerando que, por una cuestión altitudinal, la ecología isotópica propia de El Infiernillo
de la quebrada de Amaicha), las explicaciones posibles para dar cuenta de los resultados
obtenidos son: 1) la caza de camélidos silvestres y otros animales de menor porte constituía
en el área y/o que fueron artificialmente alimentados con frutos silvestres o restos de
cultivos C3, o 3) existió un aporte proteico a la dieta que combinó de alguna manera
Por último, es definitivamente interesante destacar que Oliszeswki y Arreguez (2015) han
propuesto que los grupos que ocuparon Quebrada de Los Corrales implementaron
evidencian una alta presencia de frutos de especies arbóreas silvestres, tales como
algarrobo y chañar (luego del 1500 AP las ocupaciones humanas habrían abandonado la
interesantísimo explorar si ello se dio mediante una extracción directa, en el marco de una
movilidad logística propia del sedentarismo dinámico de estas sociedades, o bien, fue fruto
de relaciones de intercambio con los grupos amaicheños. Por otro lado, en el caso de que
la última opción fuese la respuesta, surgiría un segundo interrogante: ¿qué obtuvieron los
122
10. CONCLUSIONES
pesar de que este tipo de evidencia permitía tener una idea general sobre las especies
clases de recursos aprovechados. Por ello, se decidió utilizar a los análisis isotópicos como
medio para abordar el perfil dietario de las poblaciones amaicheñas y las estrategias de
necesario el abordaje de la ecología isotópica como paso previo a realizar las inferencias
indicado que el maíz y el amaranto resultan las únicas especies C4 dentro del conjunto de
cultivos prehispánicos posibles. En tanto, las especies vegetales silvestres aptas para
consumo humano (chañar y algarrobo) son de patrón fotosintético C3. Por otro lado, la
distribución fitogeográfica con mayor peso relativo de especies C3, existen pasturas C4 de
patrón fotosintético dominante, situación que se explica por la falta de adaptación de las
123
especies C4 a ambientes de altitud elevada (por sus efectos sobre la temperatura e
irradiación solar).
Definir esta zonificación isotópica resultó fundamental para procurar delinear el modo de
obtención de los recursos proteicos y el peso relativo del pastoralismo-caza para las
poblaciones amaicheñas. Como hemos discutido, proponemos que las llamas debieron ser
los únicos camélidos con firmas isotópicas enriquecidas en δ13C, por la simple razón de que
el fondo de quebrada fue el único parche con disponibilidad de especies vegetales C4 (ya
sean silvestres o agrícolas). Esto último, según hemos planteado, a su vez conlleva que
dieta en relación con la caza. Los valores de δ13Ccol obtenidos sobre camélidos silvestres
confirman que los mismos constituyen una fuente proteica empobrecida isotópicamente, lo
probablemente los rebaños tuvieron un alto aporte relativo de recursos C4, lo que a su vez
por el uso de recursos del mundo agrícola (maíz o rastrojos de ese cultivo) para la
alimentación de los rebaños. Esto pudo ser una respuesta a las necesidades de forraje
durante la estación seca o bien una estrategia mutualista desarrollada a fin de maximizar
En la dieta de las poblaciones amaicheñas, desde el Arcaico existe una tendencia clara en
124
aprovechadas. Así, en el caso de los individuos del sitio El Divisadero se observa que las
fuentes de proteínas están dominadas por el consumo de recursos C3. Luego, si nuestra
asignación cronológica de Finca Cruz es acertada, durante la primera mitad del primer
milenio D.C., las poblaciones amaicheñas mostrarían un consumo de fuentes proteicas que
podrían categorizarse como mixtas, con aportes equilibrados de recursos C3 y C4, lo cual
podría interpretarse como una señal del afianzamiento de las prácticas productivas. Hacia
fines del primer milenio de la era cristiana, como demuestran los casos de estudio de Bajo
Los Cardones y El Remate, se consolida esta tendencia, que luego continúa durante el
Tardío, observándose una incidencia cada vez mayor de recursos C4 en los valores de
proteínas C4, que coincide con lo observado para otros casos del valle de Yocavil,
proponemos que resulta un claro indicador del aumento del peso relativo del componente
pastoril en la dieta y del cultivo del maíz, recurso cuyo impacto en la fracción proteica de la
Por otro lado, los resultados del espaciamiento δ13Ccol-ap obtenidos para los individuos de
Bajo Los Cardones refuerzan el planteo de que avanzado el primer milenio D.C. los recursos
Cuerpo 2. Esto no puede indicarnos otra cosa que dietas con altos componentes de
recursos del mundo agrícola y, particularmente, de maíz, el único recurso que presenta
señales enriquecidas disponible en nuestra región de estudio y para el que al mismo tiempo
existen otras líneas de evidencia que permiten inferir su importancia para la subsistencia
humana.
125
Esta situación, que conlleva una incidencia baja de los recursos de recolección como el
algarrobo y chañar en los patrones de consumo del grupo que ocupó Bajo Los Cardones,
minó nuestras expectativas y parece refutar entonces la hipótesis sobre una posible dieta
mixta con un aporte equilibrado de productos agrícolas y frutos silvestres (la cual, debemos
contacto hispano-indígena). Esto, a su vez, nos obliga a considerar que el valor o función
Ahora bien, ¿qué información se desprende de los análisis de δ15N? En primer lugar, debe
hemos planteado que una mayor humedad durante la mayor parte del primer milenio D.C.
debió provocar que las señales medias hayan sido más bajas que las que se registran en
hemos confrontado con el hecho de que existe una alta variabilidad en las señales de
nitrógeno ante modificaciones en las condiciones del medio. Esto debe resultar un llamado
de atención sobre las dificultades que conlleva analizar muestras botánicas actuales para
126
responder problemas arqueológicos (este no es el caso de los valores de δ 13C). Si bien, a
grandes rasgos, podríamos estimar el sesgo producido por las variaciones climáticas
fertilización, régimen de riego, rotación de cultivos, etc.) provoca que asumamos que la
enfocar casos arqueológicos bajo la lupa de análisis actualísticos de δ15N sobre muestras
vegetales. De todos modos, más allá de habernos tropezado con este problema, no
tenemos dudas que ya con los datos disponibles se ha logrado sentar una base sobre las
A futuro, para continuar con la línea de investigación de esta tesina, en primer lugar, debería
relativa que hemos realizado para los cuerpos de Finca Cruz. Para reforzar nuestras
Lama glama, ya que, como hemos explicado, se debe considerar la posibilidad de que
manejo distintos. Analizar restos arqueológicos de guanacos, tarucas y mesofauna (en este
último caso, de especies para las que se cuente con restos que presenten evidencias de
127
Por otro lado, si bien debido a recortes espaciales del área de investigación propios del
proyecto del que formamos parte, por el momento nos hemos concentrado en la quebrada
avances logrados en esta tesina con información que se genere sobre la paleoecología
isotópica de sectores vecinos a nuestra área de estudio, como el norte de Sierras del
128
11. BIBLIOGRAGÍA
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AGRADECIMIENTOS
Sin ninguna duda, el mayor agradecimiento se lo debo a mis padres por brindarme su apoyo
incondicional desde un comienzo para estudiar una carrera universitaria que tal vez no
años que tuvieron para que terminara esta tesina y lograra el título.
humana que siempre los caracterizó, los momentos compartidos en las campañas en la
quebrada de Amaicha (las cuales recuerdo con especial cariño) y el afecto con el que me
A Nurit Oliszewski y Pilar Babot, gracias por la rápida revisión de esta tesina, por las
correcciones y los comentarios, los cuales resultaron una verdadera motivación para cerrar
este trabajo.
158
Dr. Carlos Baied Dra. Carolina Somonte
159